Cuento - Ilse Madrigal

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Todo se miraba maravilloso y como toda una historia de éxito sin embargo no siempre fue así para Romina, Regina y Ramón quienes a su corta edad eran ya dueños de una de las empresas más grandes del país “La triple r” la empresa de pan más rica y exitosa hasta el momento, pero para poder llegar ahí tuvieron que pasar por tantas dificultades que el éxito era lo mínimo que merecían.
Los tres eran nacidos aquí en México, de un lugar llamado Poncitlán. Nunca tuvieron muchos lujos, vivían con muy poco, lo indispensable sólo para comer.
Romina y Regina eran hermanas hijas de una mujer que no era querida en donde vivían, las malas lenguas decían que era bruja y ni se acercaban a ellas pues podrían recibir un hechizo, según, sin embargo, no era así, ella era buena y con un gran talento para la repostería disfrutaba muchísimo de hacer panes y pasteles y para ser sincera le quedaban riquísimos.
Por otro lado, estaba Ramón, un chico que también vivía en el pueblo. Ramón vivía con sus siete hermanos su mamá y su padrastro, el conocidísimo don Juan, pero no por galán, así se llamaba y de verdad era muy conocido en el pueblo. 
Romina, Regina y Ramón estudiaban juntos el sexto año de primaria en la escuela cercana a sus casas, eran muy unidos y tenían una amistad de años. Cierto día durante la clase de historia la maestra mencionó que tendrían una feria, esta con el fin de conocer más sobre el lugar donde vivían. En esta feria se mostrarían bailes, comidas y costumbres cosas típicas de “Poncí”, como le decían. 
Al saber esto, inmediatamente los tres pidieron con mucha emoción a la maestra trabajar juntos. La maestra muy alegré les dije que si y les dijo que estarían de encargados de mostrar sobre el postre típico del lugar. Ellos con mucha emoción aceptaron y comenzaron rápidamente a pensar una y mil maneras de las que podrían exponer su postre, qué diría cada quien, qué postre podrían hacer. Después de muchas, pero muchas, pero de verdad muchas horas de hablar, concluyeron que harían picones, que era el pan típico de Poncitlán.
-Y si le pedimos ayuda a mi mamá? Dijo Romina y Regina.
-SIIIIIIIIIII, menciono Ramón con mucha emoción. Yo le diré a mi papá que es amigo de el de la papelería que, si nos ayuda a adornar nuestro stand, también le preguntaré por el que renta las mesas para tener un lugar donde colocar todo, mmm, también al de la música, para que tengamos música donde pongamos nuestro pan. Todos estaban realmente emocionados. Y así fue, cada uno trabajo sobre lo que había dicho que haría, las niñas con ayuda de su madre realizaron el pan y Ramón con ayuda de su padre hizo todo para tener un lugar bonito y con lo necesario para esto.
¡Se llegó el gran día! ¡Era el día de la feria! Los niños estaban súper emocionados, la escuela estaba demasiado colorida, había música por todos lados, las familias de todos los alumnos estaban ahí, era un espacio de mucha unidad. Poco a poco las personas pasaban, probaban y escuchaban sobre el maravilloso pan que habían hecho estos tres chicos, la gente quedaba anonadada al probarlo, pues era algo realmente delicioso. Todo marchaba bien y estaban extremadamente felices. Mucha gente los animo a que ese pan era tan rico que grandes cosas podrían hacer con él, incluso una persona ricachona del pueblo, con bastante dinero les propuso que podrían hacer negocios juntos. Todo estaba increíble ¡Hasta que!... 
La mamá de Romina y Regina llegó y todas las personas se dieron cuenta que eran hijas de la famosísima “bruja” y que ella había ayudado a sus hijas a crear ese maravilloso pan, inmediatamente lo soltaron y comenzaron a hablar que posiblemente podría estar embrujado o algo malo podría pasarles. Todo terminó y esa emoción que sentían los niños acabó. La feria y la alegría dentro de ella no existía más, la persona importante del pueblo se fue inmediatamente, sin antes decirles que no quería más hacer negocios con ellos.
Tristemente egresaron a sus casas y continuaron con su vida con normalidad, así pasaron 6 meses, hasta que un día viendo la televisión juntos en casa de Ramón estaban mirando un famoso programa de gente que va y propone negocios con el fin de que gente con bastante pero bastante dinero les ayude en ese negocio, haciéndolo así crecer. Inmediatamente Romina dijo:
-Uy, si no hubiera pasado nada, así tendríamos nuestro negocito nosotros. 
Ramón contestó, -sí, pero pues ya ves.
Regina dijo - ¿Y si vamos? 
Rápidamente los 2 le dijeron ¡NO!, y que era una locura, pero…después de unas horas Regina los convenció y aun que era una locura y tenían mucha emoción y un poco de miedo no perdían el interés total en asistir a ese lugar. Corrieron a contarle a sus papás y para sorpresa, ellos los apoyaron. Se prepararon, hicieron todo y con mucha emoción fueron.
Al estar ahí, los empresarios con mucho dinero se sorprendieron que niños tan pequeños quisieran ser empresarios e inmediatamente 4 de los 5 empresarios comenzaron a decir que preferían no participar ni invertir en ellos para crear una empresa pues era peligroso por ser tan jóvenes, sin embargo, uno decidió apostar por su pequeño talento y crear algo grande juntos. 
Al principio fue difícil, vivieron rechazo por su mismo pueblo, por su misma gente, después por gente con mayor poder, sin embargo, jamás se rindieron y finalmente gracias a eso, son ahora de los empresarios más jóvenes del país. 
Tiempo después el empresario ricachón del pueblo quiso acercarse a ellos para crear negocios, al ver que su empresa si había funcionado y estaba generando dinero, pero después de lo ocurrido ellos no quisieron más.
Y esta es, finalmente la historia de “Los 3 R”, los empresarios con el alma joven pero un espíritu de fuerza irrompible. 
 
 
 
 
Instituto América de Guadalajara
 
¡Fieles al deber!
 
 
Cuento al revés
 
Producción de textos.
 
 
 
Ilse Daniela Madrigal Fuentes
 
Séptimo semestre en educación preescolar
 
Mtra. Alma Delia Vargas 
 
 
 
 
Instituto América de Guadalajara 
¡Fieles al deber! 
 
Cuento al revés 
Producción de textos. 
 
 
Ilse Daniela Madrigal Fuentes 
Séptimo semestre en educación preescolar 
Mtra. Alma Delia Vargas