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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO .'. Mf:xlco 19HH LEOPOLDO~EA/ ( Introducción a la Filosofía LA CONCIENCIA DEL HOMBRE EN LA FILOSOFÍA COORDINACIÓN DE HUMANIDADES DiRECCIÓN GENERAL DE PUBLICACIONES 307430 PrilllITa edición: 19S3 Sq!;unda edición: 1960 Ten era edición: 1967 Cuana edición: 1971 Quinta edición: 1974 Sexta edición: 1977 Séptima edición: 1979 Octava edición: 1981 Novena edición: 1983 Décima edición: 1988 O.R. © 1988. Universidad Nacional Autónoma de México Ciudad Universitaria, 04510 México, D. F. OIRECCIÓl' GEl'FRAI. DE Pl'BlICACIONES Impreso y hecho en México ISBN 96B-.'íB-2617-X PREFACIO En el primer semestre del mio de 1944, El Colegio de México 1I/e encargó un Curso de Introducción a la Filosofía para el Centro de Estudios Sociales, que dirigía el doctor José M edina Echevarría. Este curso ttWO como fin dar a los estudiantes U1la visión general de la filosofía hasta la 'ilustración que -junto con otras formas de expresión social, económica, política :v cultttral de la época-, fue el objeto central de estudio de ese O1io. Esta introtlucción sirvió de preparaciútJ al Seminario que sobre la filosofía de la ilustración ofreció el doctor José Caos en el segundo semestre de ese mismo mio. Las lecci011es que aquí se presentan fueron, en general, escritas con este fin, y hlego utilizadas para diversos cursos de introducción a la filosofía que he ofrecido en varias ocasiones. Otras preocupa- cimles me han venido impidiendo redactar ttna segunda parte de estas lecciones que, partiendo de la ilustración, llegar01J a nuestros días. * N o he podido hacer otra cosa Qlte algunas 1/otas q-ue me sir- van para ampliar este curso verbalmente. Acaso pueda hacerlo eH un pró:1:Í1Ilo futuro. Por lo pronto me atrevo a dar la parte redac- tada, que mantiene la unidad para la cual fue escrita, sin otras pre- tensi011es que las que a continuación se se1ialan. Por lo general, las introducciones a la filosofía suelen tomar dos formas: la sistemática y la histórica. Desde el primer punto de vista se hace tt1la división de los diversos problenUls que se han venido planteando en la filosofía, ofreciéndose tIna visiótJ más o menos esquemática de cada tt110 de ellos siu relacionar los unos con los otros ni, mucho mellaS, sin relacionarlos con el hombre 'Y tmmdo que los provocaron. Se realiza tma verdadera disecación ·ofrecién- dose esquemas muertos de problemas que comnovierOlI a hombres que, como nosotros, se jugaban en ellos toda su existencia. Desde el pttnto de vista histórico, la historia qlte se suele presentar es la historia de unos filosofe mas abstraídos, como en el caso aJJterior, de los hombres que los originarou y del mU11do cultural de que fltero/l expresión. La historia de la filosofía, como histor·ia de los pllros filosofemas, se oh'ida de "los héroes del pensamiellto", como * En el epílogo s,e hace un esquema de esta parte. 6 LEOPOLDO ZEA ., , los llama Windelband, de los hombres de carne y hueso que los expresaron. La historia que se presenta es una historia sin "histo- ria" una historia en que una razón abstracta va tejiendo un con- junto de sistemas en los que la lógica va disolviendo contradicc~ones y afirmando sistemas cada vez más perfectos. Verdadera caja de sorpresas; dentro de un sistema se encuentra ya otro y otro en una cadena sin fin. En estos apuntes de filosofía me he preocupado por hacer todo lo contrario: por ligar, sit1UJr, a estos filosofemas con los hombres que los originaron. Pero no sólo con la persona concreta de los grandes filósofos, sino también con ese mundo del cual fueron la más alta expresión. Las preguntas y las soluciones que se pu- dieron hacer y dar un Platón, un San Agustín o un Descartes, fuer01t siempre preguntas y soluciones en las que se hideron pa- tentes actitudes propias del hombre en general, dentro de una situa- ción cultural determinada. En cada uno de los grandes pensadores que han hecho la filosofía se fue expresando el hombre y sus problemas: Problemas siempre concretos en los que, como decía antes, el hombre se jugaba la existencia, "el ser". De la solución de los mismos dependían sus ineludibles relaciones con "los otros", consigo mismo, y con el mundo trascendente en el que fuera posible la supervivencia. La historia de la filosofía es la historia de la conciencia del hom- bre. En ella se expresa el conflicto interno del hombre, la pugna entre el yo y el mundo, que ha hecho posible la cultura, dando origen a esa serie de hechos que llamamos historia de la Humani- dad. En esta historia la concatenación no se realiza entre filosofe- mas o ideas abstractas, sino entre una serie de problemas concretos cuya solución se convierte, a la postre nuevamente en problema. 1_os problemas que el hombre ha tenido que enfrentar y las solu- ciones que ha venido dando a los mismos, se v~n encadenando en una dialéctica sin fin. Esto es lo que se ha querido hacer patente en este libro. Creo que a la filosofía no se entra, si no se penetra, 'simultáneamente, en esa vida concreta de que es expresión. Todos los sistemas filosóficos, aun los más difíciles, se hacen asequibles si se capta su sentido humano. De otra manera sólo se presentan como palabras huecas y juegos racionales, sólo buenos para la pedantería. Es atendiendo a este aspecto humano de la filosofía con q1te trato de introducir, no a la filosofía, sino a la conciencia del hombre de que es expresión. México, D. F., 1Q de septiembre de 1952. L. Z. INTRODUCCIÓN SOBRE EL CONCEPTO DE LA FILOSOFíA 1. ¿ Qué es la filosofía? Una introducción a la filosofía, debe partir del supuesto de una cierta idea que se tenga sobre ella. Esta idea podrá ser positiva o negativa, pero siempre será una idea. Para entrar en 'la filosofía es menester tener una idea de aquello en 10 cual se va a entrar, cuando menos aquella idea que nos mueve a entrar en eso que puede ser para nosotros algo desconocido. Hay algo que nos mue- ve a conocer 10 que no conocemos, clue nos incita a conocerlo. La incitación, este movernos a conocerlo, va acompañado ya de una cierta idea. En el caso de la filosofía, casi todos tenemos una idea sobre ella, docta o vulgar; entrar en ella implica saber qué es ella. Esto es, implica afirmar la idea que tenemos, o cambiarla por otra que nos parezca más cierta. La primera pregunta que debemos plantear antes de entrar en la filosofía es ésta: ¿qué es filosofía? Esto es, ¿qué es eso en 10 cual vamos a entrar? Vamos a entrar en la filosofía, bien, pero ¿qué es filosofía? ¿ Cómo vamós a entrar en algo que no sabemos qué es? Se puede pensar que el explorador entra en lugares que no sabe 10 que son, que no necesita saberlo para querer entrar. Pero si se piensa bien, se observará que no es así: el explorador entra en algún lugar porque cree poder encontrar algo, 10 único que puede sucederle es ~ncontrar ese algo o no. En igual forma nosotros vamos a entrar en la filosofía, porque esperamos ver cómo se presenta esa idea, vulgar o docta, que tenemos sobre la filosofía. Lo que puede sucedemos es que no sea esa idea la que se revele, que la filosofía se nos presente como algo distinto a 10 que esperábamos que fuese. Todos tenemos una idea sobre la filo- sofía, desde el que piensa que es la ciencia más alta, hasta el que piense que la filosofía es la cosa más aburrida del mundo. Uno y otro esperará comprobar esta idea. Pero es posible que no sea la ciencia más alta, como es también posible que no sea tan aburrida 2. Dive'rsas interpretaciones sobre la filosofía Si (lueremos entrar en la filosofía, tendremos que elegir una interpretación de las dadas a la filosofía; es decir, tendremos que dar una respuesta a nuestra pregunta sobre la filosofía, para poder entrar en ella. ¿ Cuál vamos a elegir? Desde luego, lo mejor que podemos hacer, es preguntar, no a quien nosotros nos parezca, puesto que poco o nada sabemos sobre el asunto, síno a quienes se han dedicado a dar una respuesta a la pregunta, a los filósofos, ¿qué es filosofía? De seguro que los filósofos nos van a decir qué es filosofía,nos van a dar una definición sobre lo que sea la filo- sofía, y sabiéndolo podremos entrar en ello. Desde luego, vamos a preguntar a los más altos entre los filósofos, con la seguridad de que eilos nos dirán qué es la filosofía. como se espera. Ahora mismo se está exponiendo ya una idea de la filosofía, se está diciendo que la filosofía puede ser una u otra cosa, o bien otras muy distintas, se está diciendo que la filosofía puede ser cosas muy diversas. Esto es, ya se tiene una cierta idea de la filosofía. Está muy bien, se pensará, pero si la filosofía puede ser cosas diversas, si se puede tener diversas ideas sobre la filosofía, es menester saber cuál es la idea precisa de la filosofía, o cuando menos en cuál de las ideas que sobre la filosofía se tiene vamos a entrar considerándola como la filosofía. Es decir, volvemos a la pregunta ¿ qué es la filosofía? Y volvemos a ella para poder hacer su historia, para entrar en su historia. Lo que estamos pidiendo es una definición de 10 que sea la filosofía, estamos pidiendo su acotación, queremos verla separada de todas las cosas, distinta a ellas. Pero pedir tal cosa ¿ no implica también tener una idea sobre la filosofía, otra idea más? Cuando pedimos la definición de la filosofía, es porque suponemos, porque tenemos la idea de que la filosofía es definible, de que es acatable, y esperamos que su historia, sea la historia de esta definición que sobre la filosofía queremos tener. Ahora nos damos cuenta de que a la pregunta ¿ qué es la filosofía?, se le pueden dar diversas respuestas, según la idea que sobre la filosofía se tenga. Desde el que diga que la filosofía es la ciencia más aburrida e inútil y por 10 mismo sin interés, hasta el que piense que la filosofía es la ciencia de las ciencias, el saber supremo. Desde el que piensa que la filosofía es definible, hasta el que piensa que es indefinible porque tiene múltiples acepciones. 9INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFíA En el primer lugar en que nos encontramos la palabra filosofía es Grecia. Entre los griegos nace la expresión philosophie que se traduce como afán de saber. Al primero a quien se atribuye este nombre es a Pitágoras. Sobre 10 que este filósofo entendía por filosofía nos cuenta Cicerón lo siguiente: Que habiendo Pitágoras tratado docta y disertadamente algunas cuestiones, León, príncipe de los fliasios "le preguntó de qué arte hacía principalmente pro- fesión, a lo que Pitágoras respondió que, arte él no sabía ninguno, sino que era filósofo. Admirado León de la novedad del nombre, le preguntó quiénes eran, pues, los filósofos y qué diferencia había entre ellos y los demás, y Pitágoras respondió: que le parecían cosa semejante la vida del hombre y la feria que se celebraba con toda pompa en los juegos ante el concurso de la Grecia entera; pues igual que allí unos aspiran con la destreza de sus cuerpos a la gloria y nombre de una corona, otros eran atraídos por el lucro y el deseo de comprar y vender, pero había una clase, y precisamente la formada en mayor proporción de hombres libres, que no buscaba ni el aplauso, ni el lucro, sino que acudían por ver y observar con afán 10 que se hacía y de qué modo; también noso- tros, como para concurrir a una feria desde una ciudad, así habría- mos partido para esta vida desde otra vida y naturaleza, los unos para servir a la gloria, los otros al dinero, habiendo unos pocos que, teniendo todo 10 demás por nada, consideran con afán la na- turaleza de las cosas, los cuales se llaman afanosos de sabiduría, esto es filósofos; e igual que allí 10 más propio del hombre libre era ser espectador sin adquirir nada para sí, del mismo modo en la vida supera con mucho a todos los demás afanes la contempla- ción y el conocimiento de las cosas". La idea que sobre la filosofía se tiene es de que se trata de un saber libre, desinteresado, teorético, es decir, un saber de contemplación visual. La filosofía se presenta como un afán de saber libre y, por lo mismo, desinteresado. Si preguntamos a los primeros sabios, a los primeros hombres que han merecido el nombre de los filósofos por los historiadores, como 10 son los preSOCl'áticos, nos encontraremos con que para ellos, la filosofía es un afán por explicar las cosas del mundo que nos rodean, la naturaleza y la manera como el hombre debe con- ducirse frente a sus semejantes. Todo ello proyectado hacia el exterior, quieren saber cómo es que existen las cosas que los rodean, buscan el principio de ellas, su origen, y les dan diversas respuestas, para unos será el agua, para otros, el aire, o la tierra, o el fuego, o bien todos los elementos; también hablarán de los átomos. Aquí la filosofia se presenta como un preguntar por los principios materiales del Cosmos, como un preguntar por su orden. LEOPOLDO ZEA8 10 LEOPOLDO ZEA INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA 11 • ! I.¡' :,,1 Para Sócrates, la filosofía será cosa muy distinta. La sabiduría en el sentido que la entendían los presocráticos, es un saber reser- vado a los dioses. El saber al que debe aspirar el hombre es de otro tipo, el afán de saber debe dirigirse hacia otro plano, hacia el hombre mismo. En el "Conócete a ti mismo" se encierra la idea que sobre la filosofía tenía Sócrates. La filosofía es un afán que siente el hombre por saber de sí mismo. El acento de la filosofía es puesto en el conocimiento moral y en el político. Para Platón la filosofía es la adquisición de la ciencia. Pero esta ciencia no tiene por objeto las cosas sensibles que están en un perpetuo estado de fluctuación, en las cuales no se encuentra nin- guna verdad, ninguna estabilidad; el objeto de la ciencia deberá ser 10 inmutable, 10 idéntico, 10 que nunca cambia. Este objeto es 10 que llama Platón la idea. Estas ideas, modelos eternos de las cosas, resi- den en el Ser Divino, y todas se resumen y comprenden en la idea suprema de bien. La filosofía es una busca perpetua de las ideas, uri afán de saber qué es la Verdad y la Belleza, la cual no es otra cosa que el bien como idea suprema. El filósofo que conoce el bien, es bueno no sólo para sí mismo, sino también para los otros, es el verdadero político, el único legislador que .puede dar a la· ciudad las bases de la bondad y la virtud. La filosofía es ahora la -más alta ascensión de la personalidad y la sociedad humana por medio de la sabiduría. Para Aristóteles, la filosofía tiene como objeto el ser en tanto que ser. La filosofía es la ciencia que se ocupa de las causas y de los principios de las cosas, pero de los primeros principios y de las primeras causas, hasta llegar al principio absoluto que comprende todo. Ciencia de principios, la filosofía es, en este sentido, una ciencia universal. Al igual que para Platón, la filosofía es para Aristóteles una ciencia de 10 universal y necesario. Si resumimos su filosofía, nos encontraremos con que Aristóteles da a la filosofía los siguientes caracteres: 1. Es una ciencia universal, "el sabio posee hasta donde cabe la ciencia de todas las cosas, sin poseer la ciencia de cada una individualmente". 2. Es una ciencia difícil, "quien puede conocer las cosas arduas y no fáciles de conocer para el hombre, es sabio". 3. Es una ciencia rigurosa. 4. Es una ciencia didáctica: "También, que el más riguroso y el más capaz de ense- ñar es, en toda ciencia, más sabio." 5. Es una ciencia preferible, "de las ciencias, la preferible por ella misma y en gracia al c()- nacimiento es sabiduría en mayor grado que la preferible por sus consecuencias". 6. Es una ciencia principal, "la principal es sabi- duría con mayor propiedad que la subordinada: porque no está bien que el sabio sea mandado, sino que mande, ni que él obedezca a otro, sino a él el menos sabio". 7. Es una ciencia divina por su objeto y por su sujeto. "La más divina es también la de más alto rango y la de esta índole la única que.pue?e serlo d~ ~os maneras. Aquella que puede tener más que nadie DIOS es .l~ diVina entre. las ciencias, y la que pudiera hablar de las cosas dIVinas; ah~ra bien, ésta pero ella sola, resulta ser ambas cosas: todos conSideran a Dio~una de las causas y un cierto principio y Dios solo, o más que nadie, puede tener una ciencia de esta. índole." . Con la aparición de los escépticos, los epicúreos y los estOIcos, surge otra nueva interpretación acerca de la filosofía. Cicerón llama a la filosofía "maestra de la vida, inventora de leyes, guía de la virtud". Séneca la define como la teoría y el arte de la recta conducta. Los epicúreos dan a la filosofía un sentido plenamente práctico. Epicuro la considera como una actividad que tra~a de alcanzar la felicidad por medio del discurso y del razonamiento. Todas las ciencias quedan subordinadas a esta finalidad de utili- dad para la vida. Con el cristianismo surgirá una nueva interpretación acerca de la filosofía. La filosofía será para San Agustín un afán de sabi- duría, sólo que esta sabiduría será Dios. La filosofía es así afoo de Dios. Santo Tomás va a distinguir entre 10 que es del dominio de la razón y 10 que es del dominio de la fe. Surgiendo así dos ciencias: la filosofía y la teología. Dice Santo Tomás: "Ha sido necesario, para la salvación de la humanidad, que hubiese una ciencia basada en la revelación, además de las ciencias filosóficas basadas en la investigación de la razón humana." La razón es la que prepara para las verdades de la fe; pero estas verdades sólo se dan por gracia. La razón no puede demostrar las verdades de la fe; pero sí puede destruir las objeciones que se oponen a tales verdades. Aquí la ciencia suprema es la teología, la ciencia revelada, la filosofía no es sino una ciencia puesta al servicio de la ciencia divina. La filosofía es aquí sierva de la teología. En el Renacimiento la filosofía vuelve a recobrar su indepen- dencia. Bacon y Descartes dejan a la religión fuera de la especula- ción filosófica y dan a la filosofía otros objetos de reflexión. Des- cartes dirá que "la palabra filosofía significa el estudio de la sabi- duría, y por sabiduría no se entiende únicamente la prudencia en los negocios, sino un perfecto conocimiento de todas las cosas que el hombre puede saber, tanto para conducir su vida como para la conservación de su salud y la invención de todas las artes, y para que este conocimiento sea tal, es necesario que sea deducido de las primeras causas". La filosofía tiene aquí un carácter teórico y práctico. Al igual que Aristóteies entiende por filosofía. a la ¿ Cuál de todas estas respuestas es la filosofía? Vamos a entrar a la filosofía, pero, ¿cuál es la filosofía en la cual vamos a entrar? 13INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA 3. Historicidad de las interpretaciones filosóficas De hecho hemos entrado en la filosofía, pero en vez de enco?trar I'dea unitaria sobre la filosofía, nos hemos encontrado con ldeas una f'l fdiversas. Lo único que parece permanecer es el concepto lOSO la; ero su sentido cambia en cada filósofo. Todos ellos se llaman ~ilósofos y hacen filosofía, pero lo que hacen es complet.amen~e distinto. Cada pensador nos ofrece una definición so~re la, filo:oÍla ue ma' s o menos excluye o niecra la del otro. Cada fIlosofla aÍlrmaq , , b . f' su derecho frente a otras filosofías, El concepto fIloso la se mues- tra como deducido de hechos de muy distinta clase. Por ello, para saber qué es la filosofía, tendremos que h~c~rnos cargo de lo que la filosofía ha sido para cada uno de los fIlosofas, Por lo pronto partamos de su etimología, filosofía, afán de saber. ¿Afán de saber c¡ué? Este qué, se nos ha mostra?o. distinto, cada filósofo quiere saber algo, sólo que este algo es dlstlllto ~e lo que quiso saber otro filósofo, El qué de este saber va a dar, OrIgen a la diversidad de las filosofías. Aristóteles da a este que el nombre de primeros principios. El filósofo se afa.na.p?r saber qué son esos primeros principios. Pues bien, estos prlllClplOS ~an a p~esentarse como distintos en cada filósofo, Para Tales de Mlleto sera el agua; para Platón las ideas, la idea suprema del bien; para Aristóteles el primer motor; para los filósofos cristianos será Dios, y para los modernos la razón. Ahora bien, ¿ por qué es que cambian los principios de la filo- sofía? ¿ Por qué unas veces se buscan principios naturale~ como en Grecia, otros principios religiosos como en la ~dad !"1edla, y otras racionales como en la época moderna? La fIlosofla se presenta como afán de saber, sólo que es un afán que quiere saber en cada filosofía cosas distintas, buscando distintos principios. El porqué de este c¡uerer saber afanosamente cosas distintas encierra la esen- cia de la filosofía, su respuesta será la respuesta de lo que sea la filosofía con independencia de la multiplicidad de. r~s?,uestas que se le han dado. Acaso la respuesta no sea una defllllclOn; porque de serlo podría presentarse como una definición más, quizá la respuesta no se pueda encerrar en. palabras; pero acaso sea po- sible su descripción, acaso sea posible presentarla en ,su aspecto dinámico, en el que nos ofrece al presentarse en sus diversos su- jetos. . I 'd Por lo pronto hay que decir que se ha tenido slem~re a I ea de que la filosofía se refiere a la Verdad, y esto, es cI,erto, pero además se afirma que la verdad buscada, por la f¡Josofla, es algo LEOPOLDO ZEA12 ciencia que busca las primeras causas, pero se diferencia en que éstas son buscadas con una finalidad práctica: la felicidad material del hombre su bienestar y su salud. La teoría es aquí puesta al servicio de la práctica. La filosofía moderna será un instrumento de dominio de la naturaleza. Pero dentro de la naturaleza va a quedar incluido el hombre mismo. El mismo hombre será objeto de conocimiento; para poder ser dominado, se transformará en una serie de resortes calculables. Con Kant la filosofía se transformará en una ciencia crítica, en una ciencia que se pregunta por el alcance del conocimiento hu- mano. Estas y otras diferentes respuestas serán las que se obtengan si continuamos preguntando a los filósofos lo que entienden por filosofía. Como se habrá visto, cada una de estas ideas se nos ha presentado como distinta. A la pregunta ¿qué es la filosofía?, nos han contestado con diversas respuestas: r. La filosofía es un afán de saber libre y desinteresado. Pitá- goras. Il. La filosofía es un preguntar por los principios ordenadores del Cosmos. PresocrátU:os. IIl. La filosofía es la más alta ascención de la personalidad y la sociedad humana por medio de la sabiduría. Platón. IV. La filosofía es una ciencia universal, difícil, rigurosa, di- dáctica, preferible, principal y divina. Aristóteles. V. La filosofía es maestra de la vida, inventora de leyes y guía de la virtud. Cicerón. VI. La filosofía es la teoría y el arte de ia conducta recta. Séneca. VII. La filosofía es un afán de Dios. San Agustín. VIII. La filosofía es la sierva de la teología. Santo Tomás. IX. La filosofía es el estudio de la sabiduría, tanto para conducir la vida como p='ira la conservación de la salud y la invención de todas las artes. Descartes. X. La filosofía es una ciencia crítica que se pregunta por el alcance del conocimiento humano. Kant. .' l' I ,~i: :,,1 eterno y permanente, 10 que también es cierto. Lo que ya no es cierto es que las verdades encontradas por la filosofía sean verdades eternas y permanentes, porque quienes afirman tal cosa entienden por verdades de la filosofía, las verdades de su filosofía. Sostie- nen que las verdades que afirman sus respectivas filosofías son la Verdad, la única Verdad. Para quienes piensan tal cosa, las ver- dades de su filosofía serán válidas para todos los hombres, con in- dependencia del lugar o tiempo en el que se encuentren. Quienes sostengan las verdades de la filosofía de Santo Tomás, asegurarán que las verdades de este filósofo, 10 afirmado por la filosofía de este pensador vale para todos los hombres, son verdades eternas e inmutables. Pero con el mismo derecho se puede afirmar 10 mismo de filosofías c¡ue le son opuestas, como el cartesianismo o el kantis- mo. Lo grave está en que cada filosofía pretende ser la poseedora de la Verdad con exclusión de las otras filosofías.Los principios encontrados por una determinada filosofía pretenderán valer por encima de los principios encontrados por otra. En unos estará la verdad, y en otros el error. Toda la historia de la filosofía girará en torno a la idea que sostenga un determinado filósofo, y según que las demás filosofías se acerquen más o menos a la idea que so- bre la filosofía tenga, estas filosofías serán más o menos erróneas. Pero ésta no es sino una idea más sobre lo que sea la filosofía. Existe otra idea más acerca de 10 que la filosofía es, esta idea en vez de ver en una filosofía contradicciones de otra, en vez de afirmar la verdad de una determinada filosofía considerando a otras como falsedad, tratará de ver a cada filosofía en su concreción histórica; esto es, se preguntará acerca del valor circunstancial de cada filosofía, en vez de afirmar el valor universal de alguna de ellas. Esta idea acerca de la filosofía, más que una filosofía es un método aplicable a la filosofía para desentrañar la esencia de la filosofía deduciéndola de la multiplicidad de sus expresiones. Como idea, no será, acaso, sino otra idea más acerca de la filosofía. Afirmar como se afirma, que la filosofía tiene un carácter histó' rico, es afirmar otra idea acerca de la filosofía, es hacer de la histo- ria un principio de la filosofía como en otrora 10 fuera la natura- leza, Dios o la razón. Pero no es esto, exactamente, 10 que se trata de hacer, lo que importa es otra cosa. Es un hecho innegable, que al hacer la pregunta acerca de lo que sea la filosofía, cada pensador nos ha dado una respuesta diferente. Se podría elegir una de estas respuestas y quedar satis- fechos pero siempre quedarán ahí las demás respuestas, no po- dernos negarlas, existen ahí aunque les llamemos errores. Surge entonces la pregunta ¿por qué una veces la filosofía se presenta 15INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA Nos hemos dado cuenta de que la filosofía como afán de saber es un afán de saber cosas distintas. Que 10 que cada filósofo ha que- rido saber es por lo general algo distinto de lo que fue para otro o para otros. Siempre existe' el afán, lo que cambia es el tipo de saber. Esto es., 10 que cambia son los problemas de la filosofía. La filoso- fía tiene una raíz no racional, podríamos lJamarla vital. Esta raíz la expresa Aristóteles cuando dice: "Los hombres empiezan en la actualidad y empezaron la primera vez a filosofar por obra de la admiración. Desde un principio se admiraron de las cosas al alcan- ce de la mano en que no hallaron salida. Luego fueron. progresando poco a poco en el mismo sentido y viendo que no hallaban salida en cosas mayores, como en las fases de la luna y las cosas referen- tes al sol, yen las estrellas yen el origen del universo." (Metafísica 4. El problema de la filosofía como un afán de saber verdadero y otras como un afán de saber erróneo? Se podría contestar que esto sucede así porque a veces el filósofo se equivoca y buscando una cosa cae en otra. Pero en- tonces hay que preguntarse ¿cómo es posible que el filósofo quede satisfecho con su error y lo siga afirmando frente a la verdad, asegurando ser su error la verdad mientras acusa a la filosofía que dice tener la verdad, de enseñar el error? Si queremos saber, con certeza, qué es la filosofía no podremos partir de este principio excluyente. No nos queda más remedio que ver 10 que sea cada filosofía, tratando de explicitar 10 que la filosofía es en cada uno de los aspectos particulares en que se nos presenta. Como se ve, para contestar a la pregunta sobre qué sea la filosofía, no nos queda más remedio que hacer una historia de la filosofía. Pero hay algo más, ¿ quiere esto decir que al hacer tal cosa, estamos partiendo de la idea de que la filosofía es histórica? ¿ No estamos afirmando una idea acerca de la filosofía? Por mucho que haga- mos no podremos evitar entrar en la filosofía con una cierta idea acerca de ella. Ahora ¿es justificable esta idea? Esto es 10 que habrá que demostrarse adelante. Quiera que no, también estamos presuponiendo una idea acerca de la filosofía frente a otras ideas que sobre la filosofía se han dado. Hasta ahora se ha afinnado' el valor universal, eterno e inmutable de su filosofía; ahora nosotros afirmamos el carácter circunstancial de la filosofía; de todas las filosofías. A una idea oponemos otra idea. Ahora será menester exponer los supuestos, las bases en que nos apoyamos para hacer tal afirmación. LEOPOLDO ZEA14 A. 2.) Platón nos dice por su parte: "~ues lo qu: propiamente hace al filósofo es este su estado, el admIrarse, no tiene en efecto, la filosofía otro origen distinto de éste." (Teetetos.) La filosofía se origina frente a un callejón sin salida de las cosas, es decir, frente a una aporía, frente a un problema. La filosofía se encuentra con objetos problemáticos. Objetos que le causan admi- ración porque ignora qué son. Y es que no .todos lo: objetos. le causan admiración, sino sólo aquellos que no tienen saltda. ¿ Saltda de qué? Para el filósofo no tienen salida aquellos objetos que. ~o caben dentro de un conjunto de objetos que llamaremos famllta- res. Se podría decir con más claridad, que se presentan como pro- blemáticas aquellas cosas u objetos que no entran dentro de un conjunto de cosas y objetos familiares al hombre. El filósofo se admira de aquellas cosas que no le son familiares. Nunca nos admiramos de lo que nos es familiar, sino de aquello que escapa a esta nuestra familiaridad. Existe un conjunto de objetos que nos son familiares, objetos cotidianos, con los cuales nos tropezamos todos los días, a Jos que estamos acostumbrados a ver siempre. Pero a veces suelen presentarsé objetos fuera de lo cotidiano, obje- tos no familiares, objetos que no estamos acostumbra.dos. a ver. Estos objetos son los Que forman el problema de la CienCIa y la filosofía. Estos objetos son los que un buen día se nos presentan sin avi- so, sin decirnos qué son. Es decir, sin decirnos qué lugar tie~en dentro del mundo de objetos que conocemos. Porque cada objeto lo conocemos en cuanto sabemos qué lugar tiene en el mundo de objetos que nos son familiares. Pues bien, los objetos que nos ad- miran, son aquellos que se nos presentan un buen día sin que sepa- mos qué lugar les corresponde en el orden de los objetos que cono- cemos. Estos objetos nos son entonces desconocidos, es decir, extraños, fuera de nuestro mundo. Ahora nos encontramos con que hay dos clases de objetos, aque- llos objetos que sabemos qué son, a los que hemos llamado fami- liares; y aquellos objetos que no sabemos qué son y a los que hemos llamado extraños. Son objetos extraños, extranjeros a nuestra fa- milia de objetos. Lo primero que tratamos de hacer [rente a estos objetos es tratar de entenderlos. es decir, tratar de saber qué son. Pero no sabemos qué es un objeto sino hasta que 10 hemos colocado dentro del orden de objetos que conocemos. Los objetos extraños no podremos entenderlos sino dentro del mundo de los objetos que nos son familiares. Un idioma extranjero no lo entendemos sino cuando sabemos lo <fue sus palabras quieren decir dentro de nues- tro propio lenguaje; cuando sabemos la equivalencia de sus pala- • X. Zubiri: "Sobre el problema de la Filosofía". Revista de Occidente, 1933. bras con las nuestras. En igual forma, una cosa nueva no la enten- demos sino dentro de las cosas viejas que conocemos. Mientras no está dentro de este mundo de cosas que nos es familiar, es un pro- blema. * Ahora bien, ¿ qué queremos decir cuando hablamos de objetos que no son familiares, que están fuera de este mundo familiar de objetos? Estos objetos extraños a las cosas a que nos referimos, no son extraños porque estén fuera, sino son extraños y están fuera porque están ocultos. Están ocultos por las cosas que nos son fa- miliares. Las cosas familiares son las que nos ocultan esos objetos que luego se nos presentan como extraños. Es decir, la familiaridad de las cosas con las cuales tratamos nos oculta el objeto nuevo, nos hace que no lo comprendamos, c¡ue no sepamos qué es. Volviendoal ejemplo del lenguaje: nuestro español hace que no podamos comprender el francés ni el inglés cuando se nos presentan un buen día estos idiomas. Si los llegamos a entender es en relación con nuestro español, cuando conocemos las cosas de nuestro mundo que aluden con sus palabras. Mientras no sucede esto, no entendemos nada. Así, el hecho de que seamos hispanos, de que hablemos espa- ñol, nos oculta otros idiomas. Esto mismo sucede en otros objetos. El hombre no tiene ojos sino para aquel mundo de cosas que le es familiar, para otras cosas será ciego, no verá lo que debe ver. El teólogo como tal no podrá ver las .cosas sino dentro de su familiar mundo de la teología, el economIsta dentro de la economía, el matemático dentro de la ma- temática, etcétera. El teólogo no podrá ver sino los objetos de. la teología, será ciego para los objetos de la matemática o la economía. Aunque vea los mismos objetos, sólo verá de ellos aquellos rasgos que se relacionen con su especialidad. Distintas serán las visiones de un químico, un físico, un matemático y un teólogo sobre un mismo objeto, por ejemplo, una mesa. Ninguno de ellos podrá ver lo mismo, será ciego para las visiones de los otros. Y es que su especialización le capacita para ver unas cosas y le imposibilita para ver otras. Ahora nos encontramos con que las cosas familiares son las que forman nuestro campo visual, lo que llama Zubiri nuestro horizonte. Existe un horizonte para cada individuo, un lugar donde las cosas se nos presentan. Este horizonte está formado por aquel conjunto de cosas que nos son familiares. Extraño, problemático, será aquel objeto que no encuentre su lugar dentro de este horizonte nuestro. 17INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍALEOPOLDO ZEA16 I .' ¡,. . i .¡" :,,1 Dejará de ser extraño cuando tenga cabida dentro de este horizonte, cuando tome su lugar correspondiente. Este horizonte es un lugar limitado, y sus límites los pone el conjunto de cosas que nos es familiar. El horizonte del químico está limitado por los objetos de la química. El del teólogo por los de la teología. El campo de obje- tos que nos es familiar limita nuestra visión sobre los objetos de otro campo; nos oculta estos objetos. Como químicos· no podremos ver las cosas que ve el físico o el teólogo. La filosofía tiene también su horizonte, que no es ni el horizonte del teólogo, ni el del matemático, etcétera. Aunque pretende abar~ carlos todos, será una ciencia de lo general, una ciencia de la tota- lidad. Ya ella misma se presenta como poseedora de un horizonte di:>tinto en cuanto se trata de un horizonte más amplio. Ahora bien, la filosofía, hemos visto, es un afán de saber, provocado por la ad- mirac,ión c¡ue sentimos frente a objetos que nos son desconocidos. Sólo que aquí se trata de una totalidad. Lo que la filosofía quiere saber es algo total, quiere saber de todo. ¿ Por qué? Si quiere saber de' todo es porque se admira de todo, porque todo se le ha presen- tado como problema, porque todo le es extraño. ¿ Cómo es posible que todo se convierta en extraño? Volvamos al horizonte. Hemos visto que el horizonte puede ser personal; habrá un conjunto de cosas familiares únicamente por una 1ersona y no otra. El horizonte puede ser profesional, cosas que sólo podrán ver determinados profesionistas, mientras no po- drán ver otras dentro de esta profesión. El horizonte puede ser nacional. Una nación y sus nacionales verán los objetos dentro de la visión del horizonte que les es familiar. El horizonte puede tam- bién ser temporal. Habrá un horizonte para una época y un .ho- rizonte para otra. El horizonte de los hombres del siglo xx será distinto del horizonte de los hombres del XIX o del XVIII; del de los hombres de la Edad Media y de los hombres de la antigüedad; habrá un horizonte distinto para los hombres del Imperio Romano y otro para los de la Grecia clásica. Si cada época tiene sus horizontes propios; entonces también cada época tendrá sus problemas propios. Es decir, cada ~poca sen- tirá extrañeza por ciertos objetos que se le presentarán como fuera del mundo de objetos que les es familiar. Estos objetos formarán sus problemas. Surgiendo así los problemas de cada época. Unas épocas tendrán unos problemas, otras otros, de acuerdo con el ho- rizonte que les es familiar. Pero así como pueden sentir extrañeza por ciertas cosas, es posible también sentir extrañeza por todo. Ésta es la extrañeza de la filosofía, una extrañeza total. La filosofía se pregunta pur los primeros principios y por las últimas causas de todo cuanto existe. Pues bien, cuando se hace esta pregunta es porque los principios y causas con los cuales 'Se encuentra se le presentan como extraños. Sucede que creía conocer esos principios, pero ahora resulta que no los conoce. Pero aquí es muy grave, porque la ignorancia es ahora total; _desconocie?do l~s primeros principios se des~onoce todo. La extraneza d; la fllosofla es radical, plena, se extrana de todo. No se trata aqUl de una ex- trañeza de carácter familiar. No se trata de una cosa que no cabe dentro del mundo familiar de cosas que tenemos, sino que es una extrañeza de todo. Lo que en realidad se presenta como extraño al filósofo es el horizonte, No se olvide que el horizonte es el todo de las cosas familiares, el todo desde el cual se ve cada objeto en particular. Las cosas extrañas son las que no caben dentro de este todo familiar llamado horizonte. Pues bien, la filosofía surge cuando sucede algo más grave clue la extrañeza de un objeto dentro de un horizonte. La filosofía surge cuando el horizonte mismo se presenta como extraño. Cuando ya no sabemos qué es ese horizonte. Cuando se pierde este horizonte se pierde al mundo, se pierde la totalidad. Cuando el químico piercle el horizonte de la quimica ha perdido toda su ciencia. En la mis- ma forma, cuando una época ha perdido su horizonte ha perdido todo. Esta pérdida de horizonte de época es la que conocemos como crisis de una cultura. La filosofía es la pérdida de la totalidad. Su problema es recobrar la totalidad perdida, que es su mundo; como el problema del químico es recobrar la ciencia perdida. Surge en- tonces la pregunta: ¿qué es la totalidad? El horizonte de la totalidad no se ve; pero sí se ven las cosas que se encuentran en él. Cuando el horizonte se hace extraño, las cosas que vemos se hacen también extrañas. El horizonte se semeja a las categorías kantianas, sólo que éstas son permanentes; mien- tras que el horizonte de la totalidad no lo es. En la extrañeza por el todo, el filósofo no se pregunta por cada cosa en particular, porque ésta no le es extraña como particular, sino en relación con la totalidad; es una cosa q1]e no entiende dentro del todo. El filósofo se pregunta por las cosas, pero dentro de ese todo que ahora le es extraño. Pues bien, cada filosofía trata de contestar a la extrañeza que causa la totalidad; trata de resolver el problema que plantea la totalidad al presentarse como extraña. Ahora bien, la respuesta que se dé, será dada desde un cierto horizonte. Aunque el hori- zonte de la totalidad está en crisis, no por esto deja de existir el horizonte este horizonte es la crisis misma. En el horizonte de la crisis estin las cosas en crisis. La solución que se dé a esta crisis .' I ' I( :,,1 18 LEOPOLDO ZEA INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA 19 será dada desde el punto de vista del horizonte en crisis. La ex- trañeza de la totalidad surge en la historia en épocas de crisis. En estas épocas cambia el sentido de las cosas, es decir, cambia el ho- rizonte de las cosas, el orden en que estas cosas se encuentran. El filósofo, una vez que el horizonte familiar ha hecho crisis, puede ver un nuevo horizonte, es decir, un nuevo orden de la totalidad. Ahora las cosas tendrán que amoldarse al nuevo horizonte descu- bierto por el filósofo, y lo que no se amolde en él se presentará como extraño y será objeto de problema mientras se le encuentra acomodo. No es pues nada extraño, que dentro de este nuevo horizonte lo que fueron soluciones se conviertan en problemas; lo queera fa- miliar en extraño. Los principios encontrados por un filósofo en una determinada época, dejarán de ser principios en otra, se con- vertirán en extraños, mientras Ja nueva filosofía les encuentre un lugar en el nuevo horizonte. Desde este punto de vista de la filo- sofía es algo histórico. Sus problemas y soluciones son problemas y. soluciones de un determinado horizonte de totalidad. Si queremos entender a una filosofía, hay que hacerlo partiendo desde el hori- zonte que le es peculiar. Es decir, hay que partir desde el conjunto de cosas que le eran familiares o problemáticas; pero que en alguna forma eran suyas. Porque estas cosas forman la base para poder en- tenderla. En el conjunto de todas estas cosas está su sentido. Fuera del tiempo y del espacio es difícil que se pueda entender a una fi- losofía. Filosofía es problema y solución de una totalidad; pero esta totalidad es un conjunto de objetos válidos para ella únicamente. N uestra labor debe consistir en colocar. cada filosofía dentro del horizonte que le es peculiar. Porque sólo en él podremos ver aque- 110 que le es propio. Cada filosofía, vista desde fuera de su ho- rizonte nada nos dirá, sólo nos aparecerá como contradictoria; pero dentro de su horizonte tendrá un sentido, un orden. • I !¡', 1", 11, :,,1 20 LEOPOLDO ZEA PRIMERA PARTE EL MUNDO ANTIGUO zea Introducción a la filosofía. ZEA
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