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trTICA Y 'IRANSPARENCIA EN LA ADMINISTRACION PUBLICA Jaime Rodríguez-Arana Muñoz' SUMARIO: l. lntroducciótt. 11. La impoñan.cid de lq ética. III. Ética g adminístración públicQ. N . Transparerrcía g a dmi ni str ació n Públic rt - I. Ir-rtroducción Como es bien sabido, la Administración Pública se enfrenta cn la actualidad a un reto bien relevante que consiste en responder a las demandas sociales con ehcacia, manteniendo unos razonables niveles de calidad en un contexto de creciente servicio objetivo a los intereses generales- Con este objeto se han puesto en marcha ambiciosos programas de reforma y modernización administrativa, que a su vez se descomponen en proyectos de actuación concretos. Sin embargo, en la intervención de hoy no me referiré a una descripción, más o menos detaliada, de cstos program¿1s y proyectos. En su lugar centraré el tema en la incidencia de la ética y de uno de sus corolarios necesarios, la transparen- cia, en el marco del quehacer ordinario de las Administraciones públicas. Se trata de una cuestión medular de la reforma administrativa de nuestro tiempo puesto que hoy es exigible, incluso como derecho ciudadano, más que como obligación del aparato administrativo, quc la AdministraciÓn pública trabqje al servicio objetivo, y transparente, de los intereses generales. 'C¿tedrático de Derecho Adlninistrativo y Presi(lerrte del Foro Ibcroamericano de Derecho ALlrninistlativo. Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo JAI},{]' ROI]RiGUEZ AITANA ]\,f U]']OZ En esta ponencia se reflexionará, en p.imer lugar, sobre 1á ética y el ciudadano, que es quien llnalmen- te justifica y fundamenta las organizaciones politicas, económicas y administrativas. En efecto, Ia Administración pública se justihca en Ia medida en que facilita y promuevc los derechos de las personas y de los gl-\rpos en que se integra. L¿1 transparencia tiene sentido en la medida en que cl pueblo es consciente de que las instituciones públicas y los procedimientos no son de propiedad de los politicos, sino que ellos, los ciudadanos, son los auténticos dueños y señores de la cosa pública. Se trata, pues de una honda convicción ética que cuanto más clara esté, se tendrá una más genuina democracia. Il. La importancia de la ética. La ética se deñne, en pocas palabras, como ese conjunto de principios y normas morales que regulan las actividades humanas de acuerdo con la recfa razón, de tal manera que es la primera entre todas las ciencias prácticas. Más que como una reglamentación, debe entenderse como la fuente de las cualidades, la disposición al hábito moral y la adecuación personal al ideal humano- En el interés actual por la ética, por la transparen- cia, hay razones circunstanciales, como pueden ser los escándalos que nos sirve con mayor o menor intensidad y frecuencia, la prensa diaria en todo el mundo- Hay razones políticas en este interés desusado, porque la ética se ha convertido en un valor de primer orden, o cuando menos (hay que admitirlo nos guste o no) como un cierto valor para el mercadeo politico. Además, hay también situacio nes de desconcierto, ante las nuevas posibilidades Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo I]1'ICA Y'I]iANSPAIIBNC]A UN LA ADN,IINISTRACION PÚBLICA que ofrece Ia técnica, que exi€ien Lrna respuesta clarificadora. Pero hay una razón de londo que pienso que justifica plenamente el interés por las cuestiones éticas, e intentaré ahora referirme a ella con un poco de detenimie nto- La democracia, con todo Io que tiene de perfectible en k¡s modos en que se articula, parece afortuna- damente afianzarse universalmente como forma de organización de la vida polÍtica; al menos esa tendencia es clara. La participación en Ia vida pública por parte de todos los miembros de la sociedad se enriquece progresivamente, sobre todo en las sociedades avanzadas, posibilitándose la integración de los individuos en la vida social a través de un tejido ásociativo cada vez más rico, El pluralismo alcanza todos los órdenes de la vida, extendiéndose a la cultura, caracterizándose así nuestras sociedades como sociedades multicultura- les. La remodelación y desformalDación de los roles sociales más caracterÍsticos de la sociedad tradicio- nal contribuye, en algún sentido, a crear estructuras más equitativas y más respetuosas con la condición personal de todos los miembros de la sociedad- La ampliación del tiempo de vida, debido a las mejores condiciones de nuestra existencia y a los adelantos médicos y sociales, está provocando un incremento temporal de dos segmentos de la vida humana (la vejez y la juventud), con un inaceptable desplaza- miento y marginación de sus integrantes. Sin embargo, una rápida ojeada a nuestras sociedades nos demuestra que, en alguna medida, estamos instalados en una cierta crisis moral Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo ,lAlN'lla llODltlC U I.lZ -AllANr\ NILINLIZ rnotivacla, entre otr¿ls razones, por el oc¿lso en quc han entrado \¡¿1lores como el del serwicio público, probablcmente debido a Ia fuerza l¡ potencia del dcseo de poder, de opulencia y de r-rotoricdad que caracteriza en buena medida ¿r gran parte de los habitantes del mund<¡ occiclcntal. En este ambienlc, es menester recuperar los valo¡es humar-ros, los valores sobre los que descansa toda civilización y ctrlturu posiblcs, y que de alguna manera son valores permancntes, de siempre. Por eso, la construcción de una civilización o de una nueva cultura no podrá hacerse sin volver sobre ellos. Sür embargo, no se trata de hacer una repetición mimética, sin más, no se trata de fotocopiar o de clonar. De lo que se trata es, en relación con los valores humanos, de pensarlos, remozarlos, renovarlos, dotarlos de una nueva virtualidad que sólo la inventiva, la imaginación y la creatividad de esta criatura singular que es ei hombre puede proporcionarles. AsÍ, al reto productivo, al reto técnico y al reto tecnológico, debemos anadir el auténtico reto de fondo que es el ético, ya que el reto econÓmico y social nos conduce a enfrentarnos a Ia cuestión última nunca suficientemente tratada y menos definitivamente respondida. ¿Quién o qué es el hombre?. O, más bien, en términos éticos, ¿qué debe ser el hombre, también cl que es funcionario, el que ejerce potestades y poderes públicos? Ha señalado un famoso hlósofo que una caracterís tica esencial del hombre es que es un ser en c¡ecimiento. Me resulta muy atractiva esa observa ción y creo que muy bien puede ponerse en relaciÓn con todo lo quc hasta aqui venimos tratando. Si hoy Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo ÉTtcrA y IRANiiP/r,RltNClA EN l.A ADMINISTRACION PUBLIcA se trata de crisis dc ia modernidad, ha1' que admitir que este cstadio no se resolverá por una renovada afirmación de la cultura moderna, es decir, por la proposición dc un nuevo paradigma absoluto, omnicomprensivo, cerrado y definitivo sobre el hombre. Pero tampoco puede resolverse con un conformista escepticismo, o con la reducción de la acción humana a la consecuencia de un entretenido y trivial juego de intel?retaciones. Sólo un impulso creativo y expansivo del hombre puede abrirnos nuevos cauces para un efectivo crecimiento. ¿lCrecimiento en qué? En humanidad. Ser más y crecer significa solventarnuestras carencias. Para eso se necesitaba atender, escuchar. Cuando nuestra civilización no es capaz de dar respuesta satisfactoria a tantos problemas como se le plantean, tenemos una obligación especial de prestar atención a los reclamos que desde los punLos más dispares se le hacen, y que constituyen en muchas ocasiones otras tantas llamadas a las que tenemos la obligación moral de responder. Es decir, estamos ante la obligación moral de responder a las expectativas frustradas, a las aspiraciones insatisfechas, a las reclamaciones desatendidas, y se debe encontrar una respuesta creativa, renovado ra, que abra a-l hombre nuevas oportunidades de crecimiento y mejora. Ahora bien, si no se puede siquiera esbozar las nuevas relaciones, las nuevas estructuras que el hombre debe crear, sí se puede tal vez apuntar los valores desde los que ese cambio debe ser abordado, 635 Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo .1,\li\11,1 Iiolrltl(-,LI9z AIIANA \lUN ( )l o algunos ¿rspectos del sentido qtte clebemr:s proponer a cse cambio. En primer lugar 1a cligr.ridad dcl honlbre, del ser humano, de cada persona, de cacla vecintl. La expresión cada vecino", subraya 1¿r r:ondición de realid¡rd concreta dcl sujr:to a c¡-le me estoy refiricndo. El hombre y los derechos del hombrc, que se hacen rcalcs en cacla hombrc, son Ia clave del marco que st: clnicre construir, y no nos elilne esta aseveración de Ia necesidad dc inclagar ¡/ buscar una comprensión cacla vez más cabal y completa de sr.r s.ignihcado- Rcitera que 1a dignidacl personal del hombre, el respcto que se le debe y las exigencias cie desarrollo que conlleva constituycn Ia piedra angular dc toda construcción civil y politica 1' el referente seguro e ineludible de todo empeño de progreso humano y social. Otro punto de apoyo esencial para allordar esta tarea civilizadofa, que es una tarea ética, se ve en la apertura a la realidad. En cfecto, la realidad es terca, es como es, y un auléntico explorador no debe clibujar edcncs imaginarios en su cuadernr: de campo, sino cartografiar del modo más fiel Ia orografia de los nuevos terrilorios. La apertura a la realid¿rd significa ta¡lbién a la cxperiencia. Apcrtura a la expedencia cluiere decir aprender de la propia experiencia, y cle la a.iena. Quizás haya sido ésta una de las lecciones más import¿lntes que nos ha b¡inclaclo la experiercia dc la modernidad: descubrir la locura dr: r:rccr en los sueilos de 1a razón, que cuando se erigc cn sobelana absoluta engendra monstmos dev¿rstarlorcs. No hay ya sitio par¿l los dogmas de l¿¡. r¿r<:ionalidacl, incluida 1a racionalid¿rrl critica. L¿r ar:t':pt;,rr:iirn cle la complcjiclad cle 1o rca L, y Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo Li]'IICA Y TRANSPARF]NCI-A F]N LA A])Nf INISI'RACION PUBI,IC¡\ muy particularmcntc del hombre, y la ¿rceptación d!- nuestra limitación. conducirá a afirmar la caducidad y relatii,idad de todo Io humano (salvo, precisamen- te, el ser mismo personal del hombre) y a sustentar por 1o tanto, junto a nuestra limitación, Ia necesidad permanente del esfuerzo y del progreso. Criticar una racionalidad que se podrÍa denominar absoluta, no la capacidad real de la razón para conocer, aunque sea de un modo todo lo limitado y parcial que se quiera. Es decir, es necesaria una reivindicación terminante de nuestra capacidad racional para conocer y, si vamos acompañados del acierto, para conocer progresivamente mejor la realidad. Pues bien, para que nuestro conocimiento de las cosas progrese, para que superemos los Iímites que la modernidad nos impuso, al tiempo que creÍa que nos hacia dueños totales de nuestro futuro, considero que debemos desarrollar lo que se ha llamado pensamiento compatible- Debemos desarrollar formas de pensamiento que nos pernitan marginar las dificultades originadas por un pe nsamiento sometido a las disyuntivas permanentes a que nos condujo el racionalismo. El pensamiento compatible nos permite superar esas diferencias y apreciar que en la realidad se puede dar unido (y de hecho se da) 1o que una mentalidad racional "matemática" (llamémosla así) nos exigía ver como opuestos, Se considera que es un imperativo ético hacer ese esfuerzo de comprensión. Posiblemente nos permitirá descubrir que realmente lo público no es opuesto y contradictorio con 1rl Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo .11\ll\'1L lro llRit;t]liz r\RANr\ i\'1uÑoz privado, sino compatible y mLltuaúrente complemen tario, o quc incluso vicnen recíprocamente exigidos; clue el desarrollo individual, personal, no es posible si no va acompañado por una acción eñcaz a f¿rvor de los dcmás; que Ia actividad económica no será auténticamente rentáble (en todo caso 1o será sóio aparentemente) si al tiempo, y simultáneamente, no representa una acción efectiva de mejora social; quc el corto plerzo carece de significado auténtico si no se interpreta en el largo plazo1, etc., etc. Que la norma 1-ro se opone a la libcrtad, sino que si es auténtica, justa, la potenciaj que debe distinguirse la valora ción moral de los comportamientos (que es una exigencia ética) del juicio moral de las personas, que es un abuso de nuestra condición racional..- Pero hay que mencionar, al menos, otro rasgo que se debe potenciar en nuestro acercamiento a las cosas: el pensarniento dinámico, que nos lleva a compren- der que Ia realidad (y más que ninguna la social, Ia humana) es dinámica, cambiante, abierta, y no sólo evolutiva, preñada de libertad. Por eso se debe superar la tendencia a definir estáticamente, o con un equilibrio puramente mecánico, lo real, que no res.istirÍa tal encorsetamiento sin sufrir una grave tergiversación. A esto se hace referencia, precisa- mente. Sobre la afirmación de su ser radical, el hombre ha de desarrollar las virtualidades que alli se encierran, tanto en 1o que se refiere a su autodesarrollo personal como en lo relativo a la realización de su ser social. Pensar el hombre, la sociedad o la historia, a plazo fijo, con un Punto hnal, como un proceso cuyo cierre vislumbra, viene a ser negar el mismo ser del hombre- Quizás pueda ahrmarse que ese ha sido el más grave error de la 638 Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo }i]TICA Y TRANSP]\IIENCIA DN LA ADN{INISTRAC1ON IUBL]CA modernidad, o el de más graves y trágicas conse- cuencias. Estas dos caracteristicas del pensamiento y del conocimiento que, según parece, deben desarrollar y potenciar (el pensamiento compatible y dinámico), y las anteriores referencias a la dignidad del hombre y Ia apertura a lo real, fundamentan otro de los valo¡es sobre los que se deben asentar nuestra acción: el diálogo. El diálogo sólo es auténtico si se construye sobre una actitud profundamente ética. El diálogo es una acción propia no del hombre astuto, del negociador, del habilidoso, del que regatea en corto. El diálogo es propio del hombre bueno. Bueno no en el sentido de "bondadoso", en el de "torpe de buenas intenciones", ni siquiera se acepta lo de "bueno, en el buen sentido de la palabra", como lo dehnia el maestro Machado. El diálogo es propio del hombre bueno en el sentido fuerte de la palabra "bueno", en el sentido ético. La participación, por último, es otra condición de acción de futuro, congruente con todo 1o que seha venido diciendo. Simplemente hay que recordar aquella máxima kantiana de que e1 hombre no debe ser tomado nunca como medio, sino como fin. Y si 1o que se busca es un crecimiento en libertad, en humanidad, en dehnitiva, solo podrá hacerse realidad ese objetivo, si cada uno se hace Protago- nista de sus acciones y de su desarrollo, y posibilita con su actuación que los demás también Io sean. Asi se entiende la parlicipación. 639 Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo .,;\llr'l ll lil)Dlil(lUllZ Al{r\Nr\ UUNO¿ La preocupación por la Etica, por fortuna, no es hoy sólo una cuestión dc moda llevada a cabo por sirnples razones de actualid¿ld como pLteden ser 1a cr:rrupción politica y hnanciera, las crisis cconómi- cas, 1a pérdida de legitimidad dc las instituciones o Ia mutación dc los sistemas de valores, sino que corresponde a un movimiento cultural e intelectual de fondo que parece presagiar el advenimiento de un nuevo ciclo en el desarrollo de la humanidad, en el que el factor ético será el generador del pensamien- to, de la acción y de las relaciones de convivencia dent ro y fuera cle las organiz:ciones- Es precisamente en el seno de cstas organizaciones humanas donde se hace necesaria la recuperación de los valores éticos como referentes de su actua ción- Las estructuras económicas y po1íticas son instmmentos al servicio del hombre, como también Ia Administración pública debe promover los derechos fundamentales y hacer posible un ambiente de calidad y ehcacia en el marco de la legalidad y del servicio público. Cuando se pierde de vista el carácter instrumental de las institucíones y Ios únicos aspectos que sobresalen son los mercan- tiles, entonces la lucha por los derechos fundamen- tales del hombre no puedc menos que experimentar un claro retroceso, lll. Ética y administr;rción pública Este renacimiento del intcrés por la ética se produjo concretamente en el mundo de los negocios y de la empresa privada hace varias décadas, teniendo como resultado cl desarrollo, es cierto que todavia no muy logrado, de nuevas sensibilidades sociales de las empresas quc transciende de 1o puramente Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo I]T]CA Y TRANSPAIiI,]NClA EN I-A A]Ii\'l]NISTRA.]ION PUBI-ICA económico. La i:plicación de esta rellcxiÓn ética a la Administración pública es mucho más tardia, habiéndose hjado su nacimiento en 1978, fecha de publicación del primer libro sobre el tema (" Ethics for burcaucrats de John Rohr). Es a esta última dimensión de la Ética, la Ética de la Administración púb1ica o ética publica, a la que hará referencia a partir de este momento, tratando de proyectar sobre la organización administrativa los mismos valores éticos que (de acuerdo con el razonamiento que ha venido desarrollando) deben regenerarse para alcanzar el pregonado "cambio de civilización". La Administración püblica, como se sabe bien, constituye una función de ejecución de la expresión de la voluntad general, que es la Ley. La Administra- ción, por lanto, implica la puesta en marcha del contenido de lo dispuesto en las leyes. Esencialmen- te, la Administración pública tiene una naturaleza instrumental que precisamente dehne su operativi- dad constitucional de forma que "está al servicio" objetivo de los intereses públicos. Estos, pues, justifican su actividad. Ahora bien, podría ocurrir, y de hecho ocurre en ocasiones, que el medio se transforma en fin. Entonces Ia Administración es un fin en si misma y toda su actividad se orientaria hacia la propia organización. Como señala el profesor Aranguren en el prólogo al estudio de AgustÍn Izquierdo sobre "Ética y Administración", la burocracia está canalizada a través de una organi- zación jerarquizada que fácilmente puede olvidar los frnes para los que ha sido concebida a causa de que ciertos elementos que constituyen su estructura llegan a transgredir los limites dentro de los cuales rl41 Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo .]AIMIi IiODIiIGUEZ AITANA YUN()Z sr-r luncionamiento es legítima. Y csa transgresión en buena parte se produce precisamente porque la f¡-r cru a del llamado 'se¡-vicio público se l¡a ido diluyendo a causa de 1¿r Iuerza que hoy tiene el poder, el dinero ¡r la notoriedad, tres de las causas más importantcs de que en algunos casos lo que debiera ser seruicio y atención a la ciudadania se convierta en servicio y atención a uno mismo. El consejo del profesor Aranguren es bien importante porque permite recuperar lo que siempre ha caracLerizado la actividad pública; la tendencia hacia lo público es, con seguridad, el mejor limite para asegurar una Administración cuyo comporta- miento puede ser caracterizado como moral. trn realidad. el reto que ljenc planteacla hoy la Ética es, no sólo su aplicación y divulgación, sino su ejercicio en la cotidianeidad por las personas concretas, su ejercicio a través de las cualidades derrocráticas. Por eso, como señala igualmente Aranguren en relación con la función que üene la Ética Pública en la potenciación de Io público, en la práctica, la forma más poderosa de hacer esta tendencia real es que cada miembro de la burocr¿rcia la haya interiorizado dc alguna manera. Ahora sólo quisiera insistir en que, efectivamente, la Ética pública se circunscribe a la conducta de los agcntes públicos de acuerdo con la rccta razón, con los intcreses públicos entendidos como el bien de todos, concepto que debe e¡rtenderse comprometido con la búsqueda -de espacios de profunda humani- zación, también cl quehacer público. Hoy es necesaria una labor dc moralización de la vida pública a través de una revitalización de los valores éticos de la sociedad y de la persona human¿r. 64) Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo É,I.ICA Y ,IITANSPARIlNC]A ]iN ]-A ADM iNIS,IRACIOI'J PUBt,ICA Porque se han ido perdiendo muchos valores y porque la democracia ¡eclama a los ciudadanos y, sobre todo a polÍLicos y funcionarios, un plus de responsabilidad en el ejercicio de las virtudes cívicas y cualidades democráticas en la cotidianeidad- En efecto, Ia democracia necesita como presupuesto una Ética sólida para cumplir todas sus exigencias, tanto en el orden institucional como en el social. Elaine Todres ha escrito un interesante trabajo en el volumen 34 de Ia Revista Canadiense de Adminis- tración pública titulado "ta dimensión ética en el servicio público". En su estudio, Todres pasa revista a una serie de asuntos, generales todos ellos, que nos ayudan a plantear algunas cuestiones de Ética Pública en relación con la transparencia. Por ejemplo, Todres cuestiona que Ia Ética Pútlica se refie¡a sólo a todo lo relacionado con la honestidad. Estoy de acuerdo en este punto con Todres porque la Ética se extiende también, y esto es muy importante señalarlo, a la calidad y perfección del trabajo, al clima laboral, a la atención al ciudadano, etc. Es decir, la Ética es algo más que la censura de conductas corruptas: exige un trabajo bien hecho y, sobre todo, una continua y constante referencia al público, a los ciudadanos, en Ia tarea administrati- va. En la medida en que se tenga claro que el pueblo es el dueño del aparato administrativo, en esa medida la transparencia será más fácil de encontrar en el funcionamiento de las institucionespúblicas en general y en el trabajo cotidiano de los empleados públicos en particular- 643 Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo .lr\lME R( )l )l? iaiL;E7- AIiANA NlL,ÑOZ Subr:ryar la idea, teórica y vital de que los ciudada- nos son 1¿r clave en el desempeño de las tareas administrativas, es fundamental, también para comprender mejor el sentido de la transparencia en la actividad pública- Dc ahí para que la responsabi- lidad moral de los agentes públicos debe estar presidida, señala también Todras, por la constante contemplación de las necesidades y exigencias colectivas- La cuestión es, no solamente, legal, sino cultural, dice Todras. Efectivamente, el cambio en la Administración pública actual pasa, en mi opinión, por un profundo cambio cultural, de mentalidad, en los trabajadores del sector público. Ahora bien, el cambio no se puede producir, como desean muchos políticos, de la noche a la mañana. Es un proceso lento, necesario, en el que la formación y la educación juegan un papel muy importantes. Uno de los problemas, más importantes es el de la discrecionalidad de los altos funcionarios para.la torna de decisiones. Es bien conocido que los funcionarios, Ia Administración pública, debe ejecutar las políücas públicas que los ciudadanos periódicamente, a través de elecciones, entienden que son necesarias para la comunidad' Lo que ocurre es que Ia instrumentación técnica de esas politicas puede hacerse, ordinariamente a través de diferentes técnicas de gestión. Por eso, el funciona- rio llamado a la ejecución de políticas públicas no es un hombre, o mujer, dividido- Por una parte hacia el Gobierno y, por otra, por los ciudadanos. El funcionario debe elegir la técnica administrativa que permita la ejecución de la polÍtica pública de que se trate en las mejores condiciones para los ciudada- nos. De nuevo, pues, la referencia a los ciudadanos Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo E ]']CA Y I'RA\SPARENCIA NN I-A ADN'IINIS'IRACIÓN PÚNI-ICA porquc, en dehnitiva, son los autónticos dueño de todo el apar¿1to público. Los valores democráticos son, comc señala Denhart, elemenlos conhguradores del "ethos" de la Adminis rrdción püblica, entendiendo por Elica pública esa señal de identidad de la función pública que se caracteriza por el "servicio público" o, más gráfica- mente, por el "servicio al público", que son dos manifestaciones de la misma disposición general- Pues bien, una de las causas que probablemente explique el deterioro al que hemos llegado estribe en que, como señala este autor, Ios valores democráti- cos y los burocráticos no han sido integrados dentro de una Ética de la Administración pública. Desde una perspectiva de ciencia politica, Denhart señala que las causas de este desentendimiento, bien patente en no pocos aspectos de la actuación administrativa, son fundamentalmente tres. Primero, la tendencia histórica de [a burocracia a controlar los valores democráücos. Segunda, la falta de asunción de estos valores por la organización, y tercera la critica que se ha realizado a la Etica aplicada y a los códigos de deontologia profesional. Sea por la razÁn que sea, me parece del mayor interés que los valores -y 1os hábitos- democráti-cos sean asumidos, no sólo teóricamente, por la organización. Es necesario recuperar ese talante democrático, no sólo en la Administración, sino en todos los órdenes de la vida social, de forma que la coherencia sea un valor en alza porque se practica lo que se cree. 645 Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo .J^t\1 ]l ]ir)t )RIGtitaT- AIiANA MUNOZ En estc sl-ntido, convicne .ecofdar que uno de los valores dcmocráticos qr:e se encuentran en la base del "ethos'' de la Administraciór'r pública, o de la . actividad pública cn general, reside en Ia firme convicción de que los titulares del poder son los ciudadanos. Cuando esta idea está asumida, las institucioncs públicas y quienes en el1a laboran son ejemplos de transparencia porque son conscientes de que los dueños de la ccsa pública son los ciudadanos y a ellos hay que periódicamente dar cuentas de cómo se administra, de cómo se gestiona. El discurso de los valores, que no se contrapone al de las cualidades democáticas, sino que se complementan. es bien importante en la Ética pública. En este sentido, la Carta Deontológica del Servicio Público de Portugal, aprobada por ácuerdo del Consejo de Ministros de 18 de febrero de 1993, es un documento relevante, En dicha carta se reconoce que la nueva Administración pública de estos tiempos debe estar abierta al diálogo con los ciudadanos. Esta considc¡ación no es baladí y, como hemos escrito en más de una ocasión, una disposi- ción de esta naturaleza exige un compromiso personal, en la misma dirección, de los funcionarios públicos. Pero es que la Carta, en su preámbulo, dice con toda claridad que la Administración pública moderna debe estar inspirada en la claridad y la transparencia y debe empeñarse en prestar a los ciudadanos servicios públicos de calidad. Como se puede comprobar. la dimensión amplia de la Ética pública es acogida en este texto normativo de Portugal puesj como dice la propia Carta Deontoló gica, los criterios técnicos y racionales de la acüvidad administrativa, con ser básicos, no son 646 Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo Ú I]CA Y TRANSPAIIENCIA DN LA ADI\,f IN]STRAC]ON PÚBLICA sulicientes. En l'lspaña, Ia ley de régimen juridico cle las Adminisrraciones públicas y del procedimien- to administrativo común de 1992 recoge como principio el de 1¿r transparencia, el cÓdigo de buena , conducta de los altos cargos de la Administración del Estado lo contempla como principio y como deber y, tras el nuevo estatuto básico de la función pública de 2OO7 , La transparencia también ha de ser un principio que presida la actuación de los sewidores públicos. Hoy, es necesario, además, que la racionalidad técnica del modelo weberiano, definitivamente en profunda crisis, se empape del marco de los valores éticos del sewicio público. Hay que hacer, si, pero hoy es muy importante evaluar qué es lo que se hace y cómo. Es deci¡, Ia sensibilidad frente a los intereses públicos debe acompañar siempre a la actividad administrativa. Hoy, en los tiempos que corren, me atreveria a decir que una de las compo- nentes esenciales del quehacer público debe ser Ia dimensión ciudadana de Ia decisión pública y, sobre todo, el engarce de los actos y procedimientos administrativos con el bienestar general y social. Los valores éticos del "sewicio público", "al público" tienen, como nos recuerda la Carta portuguesa, un evidente contenido moral que rebasa lo estrictamen- te jurídico porque va más allá, amplÍa una serie de principios generales a 1os que deben ajustarse las conciencias individuales de los funcionarios públicos. 647 Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo . tAIt\,JE RODit¡(]t.iFl7- A1?ANA l,fllNOZ Es muy intcrcsante la justificación (]e este docll- mento desde el punto de vista de los funcionarios. Efcctivamente, la Carta deontológica parte dela dignidad de los funcionarios públicos que, en un sistema democrático están al servicio dcl Estado, asi como de los valores éticos que dcben configurar la conducta profesional de los funcionarios, a quienes debe reconocerse el eminente valor social del ser.lricio público. También recuerda la Carta, y es bueno ¡ecordarlo ahora, que las cxigencias éticas, si bien son más complejas para quienes deben operar potestades discrecionales, alcanzarr lóglcamente a todos los integrantes de Ia organización administra- tiva, y son manifestaciones de los valores fundamen- tales del servicio público. A saber: el servicio público, al Estado, y a los ciudadanos, como razón de ser de la Administración pública; Ia legalidad corno marco de actuación; Ia neutralidad política, económica y religiosa; la responsabilidad y 1a competencia como caracteres de la profesionalidad; y, finalmente, la integridad como condición de libertad individual. Pues bien, estos valores deben aplicarse a las relaciones con los ciudadanos, con la Administración y con e1 resto de los poderes del Estado- John Rórh, uno de Ios profesores que más ha trabajado en materia de Ética pública en todo el mundo, escribió en 1989 un interesantísimo artículo sobre los valores en Ia Administración pública. En este sentido conviene recordar que estos valores no se refieren a tendencias momentáneas, dice Rohr, de Ia evolución de la sociedad, sino a principios constitucionalmente establecidos que, en mi opinión, no hacen más que recoger esos valores pennanentes y universales que siempre han Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo DI'ICA Y TRANSPARENCIA EN I.A ADX4INISTRAC]ION I'UELICA acompairado a la actividad pública, uno de los cuales, quizás de los más importantes, cs la tr¿lnsparencia. lV. Transparencia y administración pública La Administración Pública del Estado social y clemocrático dc Derecho es una organización que debe distinguirse por los principios de legalidad, de ehcacia y de servicio. Legalidad porquc el procedi miento administrativo no es otra cosa que un camino pensado para salvaguardar los derechos e intereses legÍtimos de los ciudadanos. Eficacia porque hoy es perfectamente exigible a Ia organiza- ción administrativa que ofrezca productos y servicios públicos de calidad. Y servicio, sobre todo, porque no se puede olvidar que la justificación de la existencia de Ia Administración se encuentra en el seivicio a los .intereses colectivos, en el servicio del bien de todos y cada uno de los ciudadanos. Por eso, rne atreverÍa a decir que una de las asignaturas pendientes de la Administ¡aclón pública de nuestro tiempo es la recuperación de la idea de servicio y la necesaria profesionalización de la Administración pública que, en cualquier caso, ha de estar, no sólo abierta a la sociedad, sino pendiente ante las demaldas, colectivas para ofrecer servicios públicos de calidad desde un constante compromiso con la transparencia. Estas circunstancias, entre otras muchas, exigen un cambio sustancial en la concepción y actuación de la Administración Pública. Los programas de reforma y modernización-deben tener como objetivo Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo .IAII\'J I' R0I)IiI(IUEZ A]IANA NIU].]OZ rccuperar esta concepción insLrumcntal cle la Administr¿rción. Para ello, dcben incidir sobre varios elementos claves, como son Ia introducciór'r de criterios de competencia en el funcionamiento de la Administración, la desburocratización y simplifica- ción de los procedimientos, la motivación del personal, asi como la reducción del gasto público y su gestión de acuerdo con criterios de eficacia y ehciencia, Ahora bien, no se trata sólo de poner en marcha una reforma administrativa que camine hacia principios de ehcacia y servicio. Se trata de algo más profundo: hacer posible que la calidad, la ética y la transpa- rencia sean propiedades connaturales en la actuación de la Administración y de todos sus agentes. Para Vargas Moniz la idea de la Administración pública ligada a manifestaciones unilaterales de poder y autoridad está en crisis. El modelo tradicio- nal constituido por una estructura jerarquizada y burocratizada, fuertemente ligada al poder político, indiferente al movimiento social y a los intereses individuales, empeñada en preservar una cierta idea de independencia y de imparcialidad, colocándose al abrigo de intereses y presiones, y preocupada con sus secretos a fin de mantener y cultivar el distanciamiento de los ciudadanos, viene cediendo progresivamente el paso a una AdministraciÓn pública con otra filosofia y otro comportamiento. Una Administración pública que sea una verdadera "casa de cristal", una Administración consciente de que los usuarios son los dueños del aparáto público y dc que es menester periódicamente explicar al 650 Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo EI'ICA Y I']IANSPARENCIA EN I,A ADMINISTRACIÓN PÚBLICA pucbb el sentido de las decisiones y de las resolu- ciones que se adoptan. Por esta razón la Administración pública debe ser transparente en su servicio a los ciudadanos, ciudadanos que son quienes justifican su existencia. Durante los últimos anos, la transparencia administrativa ha suscitado un interés creciente y un amplio consenso. Por todo ello, hablar de transparencia es hablar de uno de los valores esenciales en que se asienta Ia refo¡ma y moderni- zación de la Administración Pública como caracteri- zación de lo visible, accesible y comprensible que debe concretar el ejercicio de un poder que a los ciudadanos pertenece y que a los políticos y funcionarios compete administra¡ en su nombre a.l sewicio objetivo de todos. El concepto de transparencia no es, como á veces se piensa, contrario al de ef-rcacia. Es más, para alcanzar esa Administración transparente es necesario progftrmar la actividad y, por tanto, caminar por la senda de la racionalización de los procedimientos, que inevitablemente conduce a una mayor eficacia. Por ello, la transparencia debe ser una prioridad, no sólo en la relación ciudadano- Administraclón, sino también dentro de la Adminis- tración misma, si es queremos mejorar el funciona- miento de la maquinaria administrativa en su totalidad y si queremos disponer de un aparato administrativo que funcione con criterios éticos. Por tanto, vincular transparencia y e{icacia es esencial para evitar que la reforma administrativa sea únicamente formal, y así poder realizar una 65I Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo .]AIN{E IIO DRICU }'Z.ARANA tr,f UNOZ economia efectiva dc los recursos y una mejora de los seruicios. La tránsformaciór'r del concepto de súbdito en el de ciudadano no sólo lmplica ser titular de derechos e intereses frente al Estado (Estado de Derecho), sino también que el respeto a la )egalidad pase por la salvaguarda de las posiciones legítimas de terceros, superando la unilateralidad como forma de ejercicio de poder y la dependencia y sujeción de los interesados al mando. Esle proceso que trae consigo el Estado de Derecho exige la particiPaciÓn y la colaboración mutua de ciudadanos y Administración en un marco de transparencia, puesto que 1a propia Administ¡ación está obligada a dar cuentas a la ciudadanía de cómo ejerce ese poder que el pueblo ha delegadotemporalmente a politicos y titulares de órganos públicos. Es más, como ha reconocido solemnemente riuestro Tribunal Constitucional el 7 de febrero de 1984, hoy, los intereses públicos deben definirse en una acción combinada entre el Estado y los agentes sociales. Han dejado de ser dehnidos unilateralmente por los poderes públicos- La identidad intereses administrativos/ intereses de Ios ciudadanos, centrada en la promoción del bien general de los ciudadanos, exige que la Administ¡a- ción pública sea un organismo transparente, abierto a Ia información, a la participación y al control democrático de parte del pueblo. Los mecanismos de transparencia cxigen numerosas medidas organizativas y normativas. Entre ellas es fundamental la racionalización de los procedimien- tos administrativos, ya que, como pone de relieve Gennal, la transparencia no es un resultado que se obtenga sin habcr cumplido antes la condición 652 Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo ÉTICA Y TRANSPAR]]NCIA EN LA ADMINISTRACION PÚtsLICA previa fund¿rmental: procedimientos ciaros, documentados y , dilundidos entre todos los operadores internc¡s Y externos. Pero más importante que 1as formulaciones normativas es la transformación del comportamien- tos del personal al servicio de las Administraciones públicas hacia la transparencia cotidiana en su trabajo y en la tarea que les es propia en 1a gestiÓn de los asuntos públicos. Para ello es fundamental el compromiso ético de los funcionarios. Es fundamen- tal que los principios de la ética pública sean contemplados por el pueblo en Ia conducta diaria de todo el personal al servicio de las Administraciones públicas. En efecto, los criterios de la Ética pública son necesarios para reforzar las condiciones de credlbilidad en la propia Administración pública y en sus agentes, algo sustancial a la transparencia administrativa que ahora analizamos. Es más, me atreveria a decir que las consideraciones éticas en la función pública tienen una importancia creciente pues no se puede olvidar que el oficio público supone una tarea de servicio a los demás, y, por ende, un plus de transparencia ante quien es el verdadero dueño de las instituciones y procedimien- tos públicos. El tema de Ia transparencia en general, y el de la transparencia administrativa en particular es siempre un tema de actualidad, de palpitante y rabiosa actualidad, como dirian los periodistas. En primer lugar por el simbolismo asociado a la transparencia; es transparente 10 que es visible y accesible, lo que puede ser conocido y comprendido, Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo J¡\INT L RO])IIiCiT,I.Z AITANA N,IUNOZ por contr¿lposic jór1 a 10 cerrador misterioso, inaccesit¡le o inexplicahle. Hay un conjr-into de evoc¿rciones positivas que conducen l¿1 trarlsparencia administrativa a los niveles más elevados de la representación ideal, comportándose como un verdadcro tópico .juridico positivo- Y, en segundo lugar, porque la transparencia se asocia igualmente a una carga afectiva ljgada a la tranquilidad y serenidad provocada por todo aquello que se domina y racionaliza, por oposición a la angustia y pertur- bación de lo misterioso y desconocido. El ciudadano se perturba y desconfia ante las prácticas administrativas que no conoce, ante los procedimientos oscuros y ante las decisiones que no comprende, como si todo sucediese en un medio mal iluminado e impenetrable a los ojos de los inte¡esa- dos, Del contraste entre las sombras y la htz, entre la opacidad y Ia t¡ansparencia, nacen nuevos instru- mentos jurídicos que dan cuerpo a la necesaria transformación de la Administración Pútblica, hoy en el origen de las nuevas prácticas y de los nuevos métodos que se ensayan peÍnanentemente en muchos países. Es más, en ocasiones sólo la transparencia contrapuesta a la opacidad en las propias causas y cumplimientos de los programas concretos de actuación pública, puede concienciar a los ciudadanos de su relevancia y de la necesidad de Ilevarlos a cabo. En este sentido, es esencial a la transparencia la posibilidad del destinatario de la acción administra- tiva de acompañar el proceso de producción de la decisión y participar en la propia formulación de la Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo ETIC,i\ Y T]iANSPARIiNCIA EN I-A AD]\i IN]S].]IACION PÚBLICA resolución administrativa en cada caso- Para cllo, es del todo punto ne!-esario que el destinatario de Ia ¿rcción administrativa pueda conocer y tener acceso a los expedientes y a cualquier documento que pueda interesar a la defensa directa o indirecta de sus pretensiones. Esto es mucho, aunque no suñciente para poder hablar de transparencia administrativa- Para que exista un conocimiento de la actividad administrati- va por el ciudadano basada en la conhanza y en la claridad, la decisión ha de tener para él la garantia de una suhciente motivación. La motivación de los actos administrativos, sobre todo de los discreciona- les es una de las principales señales de identidad del compromiso democrático de la Administración. Dónde mejor se motiva, la democracia es más sólida. Donde se desprecia la motivación, los valores democráticos brillan por su ausencia. La motivación cs necesaria, como sabemos, para asegurar mejor los inte¡eses de los ciudadanos y controlar las decisiones de la propia Administración en los planos del mérito y legalidad. La Administración y las instituciones públicas son de Ia ciudadanía. En este sentido es deseable que aumente la capacidad c¡ítica del pueblo para exigir más a los políticos y dirigentes públicos para que, de una forma más clara, encarnen en su conducta esos valcres de servicio público de integridad, neutrali- dad, objetividad, transparencia, imparcialidad o servicio que tan importantes son para que lo público pueda cumplir su función de facilitar a todos los ciudadanos el ejercicio de todos sus derechos. Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo ,JAINl E IIOI)HlLlUEZ Allr\NA [iL'NLrZ' La transparencia como vaklr etico tiene su corles pondencia jurÍdica en el clerecho dc acceso a archivos y en el derecl'ro a la inlormación que regulan ya las icyes de procedimiento, tanto sectoriales como gencrales. Pero, como afirma la OCDE en aument¿1r un la inlorme de 1998 sobre gestión ética, transparencia desemboc¿r en una mayor exigcncia en términos de responsabilidad, ya que aparece más claro y evidente la necesidad informar al público, dc manera tlue cl pueblo pueda pedir cuentas a los fu¡rcionarios cuando sea menester. En deflnitiva, e1 funcionario, como ha señalado Dobel debe asumir su responsabilidad personal en el sistema administrativo. Y csa responsabilidad personal implica la necesidad de incorporar una climensión ética individual, de seruicio, en el ejercicio de su actividad. Es en cste marco donde cobra especial relieve en la vida del funcionario la necesiclad de la integridad, de la rectitud, de la conciencia de servicio, que es la causa de la transparencia que debiera r-einar en la actuación de todas las Adminislraciones públicas La democracia exige un nivel ético elevado a quienes trabajan en el sector público y el pueblo tiene derecho a eso que ahora se llama buena administración y que no es más, ni menos, que un comportamienloótico y eficaz de todos los serwidores públicos 656 Esta revista forma parte del acervo de la Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM www.juridicas.unam.mx http://biblio.juridicas.unam.mx DR © 2013. Asociación Internacional de Derecho Administrativo
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