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Más allá de la muerte:
Rituales y sistemas de enterramiento 
durante el Clásico temprano y medio en la región del Tajín
MAIR AUGUSTO SITTÓN MORENO
A lo largo de la historia, la religión ha sido vista como un hecho social, humano y de colectividades, que ejerció un con-
trol ideológico en los pueblos y permitió la movilidad de las masas a través de las imágenes, símbolos y representaciones 
plásticas. La religión es dinámica, en constante cambio debido al desplazamiento espacial y temporal de los núcleos hu-
manos, permitiendo la interacción con otras culturas. Esta investigación tiene como objetivo determinar los rituales y sis-
temas de enterramiento que se establecieron en las ciudades de la llanura aluvial de El Espinal durante el periodo Clásico 
temprano y medio (ca. 350-600 d. C.), buscando cómo la esfera religiosa incidió en los sacrificios e inhumaciones.
Estudios Mesoamericanos Núeva época, 8, enero-junio 2010
Introducción
El sacrificio humano fue uno de los numerosos 
ri tuales en la región de El Tajín, el cual no llevó 
como fundamento que por la escasez de proteínas 
de origen animal hubiese que consumir huma-
nos, sino más bien, la muerte de las víctimas era 
el medio más directo de conseguir los fines desea-
dos, ya fueran: honor, víctimas de guerra (figura 
1), restablecimiento del orden cósmico, la reunión 
de los dioses con el hombre, la protección de los 
edificios, honrar a los muertos, la fertilidad de 
las cosechas, la prevención de sequías, aguaceros, 
plagas, entre otras; protegiendo los cultivos de los 
daños del dios de la lluvia. El sacrificio debemos 
entenderlo como la muerte ritual de una o varias 
personas a manos de una institución político-reli-
giosa, representada en las sociedades prehispánicas 
por los “sacerdotes”. Se hace como ofrenda consa-
grada a un dios con el fin de establecer, mantener 
o restaurar un lazo sagrado entre lo humano y el 
precepto divino, donde lo sacralizado sufre una 
destrucción parcial o total.
En los rituales, los hombres, las mujeres y los 
niños eran los actores principales y los animales, 
los personajes secundarios, los cuales eran sujetos 
a las diversas actividades efectuadas en los espacios 
civiles y de culto, dependiendo la festividad a de-
sarrollar:
• Sacrificios concernientes a los dioses. Se tra-
ta de sacrificios de sangre que envuelven la muer-
te de una víctima humana, la cual se presentaba 
inmolada a manera de ofrenda a los dioses. En la 
costa central de Veracruz, probablemente debieron 
existir múltiples festividades para el dios Tláloc. 
Su imagen fue tan fuerte en la región que no sólo 
trascendió en los relieves escultóricos (figura 2), 
sino también en los soportes rectangulares con de-
coración incisa y calada (figura 3).
• Sacrificios de consagración. Se vincula a sacri-
ficios de sangre de un ser humano o animal reali-
zados cuando se ha iniciado o finalizado la cons-
trucción de una gran obra arquitectónica e implica 
la muerte del individuo o animal. 
• Sacrificios de exequias. Se define como la pre-
servación de relaciones en el otro mundo. Así por 
ejemplo, cuando muere un gobernante, un sacer-
dote o algún gran guerrero, pueden llevarse a la 
tumba no sólo sus objetos personales sino también 
esclavos, criados y animales, los cuales fungen co-
mo acompañantes y sirvientes a la otra existencia.
Esta investigación tiene como objetivo deter-
minar los rituales y sistemas de enterramiento 
que se establecieron en las ciudades de la llanura 
aluvial de El Espinal durante el periodo Clásico 
temprano y medio (ca. 350-600 d. C.), buscando 
cómo la esfera religiosa incidió en los sacrificios e 
inhumaciones.
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RITUALES Y SISTEMAS DE ENTERRAMIENTO6
Figura 1. Víctimas de guerra. Columna con bajorrelieve 20 del Edificio de las Columnas. 
El Tajín. Dibujo: Jimena Forcada Velasco.
Figura 2. Tláloc. Escultura 3 de Arroyo del Arco, Cerro Grande.
Dibujo: Elsa Villaseñor Franco.
Propuesta Metodológica
En este estudio se efectuó un análisis metodoló-
gico y bibliográfico de los estudios en osteología 
antropológica generados en el Centro-norte de 
Veracruz (Sittón, 2001;1 Comas et al., 1974; Pro-
yecto Tajín, 2001) para determinar los tipos de 
rituales y sistemas de enterramiento. Los rituales 
tienen la función de revalorizar la historia de una 
sociedad a partir de los significados consensuados 
en la dinámica cultural. Pueden ser establecidos en 
un grupo social si su festividad conlleva la deter-
minación de roles o la revalidación del saber co-
mún. López Austin (1998: 6) comenta que es una 
práctica colectiva e individual dirigida a los entes 
naturales (ya sean fuerzas o dioses), que procura 
influirlos. No es una práctica individual repeti-
tiva, sino la instituida por la autoridad o por las 
tradiciones. Era un acto que consistía en fiestas y 
ceremonias, donde el ser humano significaba de 
forma perceptible su riqueza espiritual y entraba 
en relación con ese complejo mundo sagrado inte- 
grado por los dioses y que el ser humano creía 
co mo sobrenatural. Las fuerzas sobrenaturales así 
como los dioses son entidades sobrenaturales, sien-
do caracterizadas las primeras como impersonales 
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y los segundos por ejecutar, a voluntad, un ejerci-
cio efectivo sobre el mundo manifiesto. A su vez, 
por tener una personalidad parecida a los seres 
humanos como para entender las expresiones, ma-
nifestaciones y comportamientos de éstos, y con 
un propósito susceptible de ser perturbado por las 
acciones humanas (López Austin, 1998: 5-17).
El Clásico temprano y medio (ca. 350-600 d. C.)
El periodo Clásico temprano y medio (ca. 350-600 
d. C.) será caracterizado por diversos aspectos:
• Hubo una formación político-social en la re-
gión. Se concibieron las ciudades de El Tajín, Ce-
rro Grande y Morgadal Grande. Lo que impulsó 
la autonomía de la ciudad de El Tajín en la cuenca 
del río Tecolutla a finales de este periodo, fue la 
consolidación de los diversos proyectos culturales, 
así como las ventajas territoriales, políticas y eco-
nómicas que obtuvo en el enclave. Un escenario 
valioso y trascendental para su posterior esplendor 
durante el Clásico tardío (ca. 600-900 d. C.).
• La creación de espacios sociales y rituales. 
Acerca de la creación de espacios sociales, la po-
blación necesitaba de lugares donde la práctica 
del poder se instituyese como rito y ceremonial 
religioso. Además, interactuar para buscar la solu-
ción no sólo de diversas problemáticas culturales 
y sociales, sino también la convivencia grupal or-
denada y efectiva. Así por ejemplo, no es difícil 
imaginar que la elite de Morgadal Grande llegó 
a reunirse en lugares como la Plataforma Norte y 
Plaza Sur, y la de Cerro Grande en la Plaza Po-
niente y la Gran Plataforma. En lo que concierne 
a los espacios rituales, éstos fueron localizados en 
templos con funciones religiosas, los juegos de pe-
lota y altares de diversas plazas de El Tajín, Morga-
dal Grande y Cerro Grande, donde se efectuaban 
diversas festividades que terminaban en sacrificios 
de sangre.
• La representación de gobernantes en estelas. 
Se repetirá su imagen hasta el cansancio con el 
tejido grueso de sus faldellines y penachos enor-
mes. Documentado en las estelas del gobernante 
del Chote (Plataforma Norte de Morgadal Gran-
Figura 3. Tláloc de Jicaltepec.
Soporte rectangular con decoración incisa y calada del tipo Valenzuela Pulido.
Dibujo: Elsa Villaseñor Franco.
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RITUALES Y SISTEMAS DE ENTERRAMIENTO8
de), La Concha (figura 4), Cerro Grande (Plaza 
Poniente), y esculturas y paneles de El Tajín (Pirá-
mide de los Nichos) (figura 5).
• El culto al dios Tláloc. Su presencia fue tan 
fuerte en la región que ha sido plasmado en la es-
cultura mayor y soportes rectangulares proceden-
tes de El Tajín, Morgadal Grande, Cerro Grande 
y Vista Hermosa. Ejemplos son los sillares con la 
representación de imágenes frontales yequivalen-
tes al dios Tláloc, que quizás se integraban como 
parte de un edificio antiguo de la ciudad de Cerro 
Grande consagrado al ritual del juego de pelota, y 
los soportes rectangulares con decoración incisa 
y calada del tipo Valenzuela Pulido, variedad Santa 
Rosa procedentes de la ciudad de Morgadal Gran-
de. Es interesante la asociación de los gobernantes 
con el dios Tláloc. Dos ejemplos son el Panel 2 
y 6 de la Pirámide de los Nichos de la ciudad de 
El Tajín, donde está un gobernante que porta las 
anteojeras propias de la iconografía del dios Tláloc 
(figuras 6 y 7).
• Los sacrificios humanos. A continuación se 
presenta los diversos tipos de rituales y sistemas 
de enterramiento efectuados en la región de El 
Tajín.
Los rituales de Morgadal Grande
La colección osteológica que representa a la ciu-
dad de Morgadal Grande está compuesta por 
7 individuos, de diferentes sexos y edades a la 
muerte: En el Cuadro 1 se presenta la distribu-
ción de la muestra de acuerdo con el sitio, núme-
ro del entierro, sexo y la edad, y en el Cuadro 2 
se muestra el sistema de enterramiento el cual per-
mite contextualizar cada una de las inhumaciones. 
Esta sistematización se realizó de acuerdo con la 
clasificación de las formas de enterramiento pre-
hispánico en México propuesta por Comas et al. 
(1974: 109), y se basa en los siguientes códigos: 
tipo (directo2 o indirecto3), clase (primaria4 o se-
cundaria5), número (individual o colectivo), forma 
(flexionada, extendida, irregular o sedente), va - 
riedad (decúbito lateral, dorsal o ventral) y lado 
(derecho o izquierdo).
Los entierros CG3/.E.1-5 proceden de un lu-
gar llamado La Palmera y el entierro EP6B/E.2 de 
Imagen 4. Estela del gobernante de El Chote.
Plataforma Norte de Morgadal Grande.
Dibujo: Elsa Villaseñor Franco.
Imagen 5. Escultura 6 de la Pirámide 
de los Nichos de El Tajín.
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Imagen 6. Un gobernante de El Tajín portando las anteojeras propias de la iconografía del dios Tláloc.
Panel 2 de la Pirámide de los Nichos de El Tajín.
Dibujo: Elsa Villaseñor Franco.
Imagen 7. Un gobernante de El Tajín portando las anteojeras propias de la iconografía del dios Tláloc.
Panel 6 o Pieza 27 de la Pirámide de los Nichos de El Tajín.
Dibujo: Elsa Villaseñor Franco.
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RITUALES Y SISTEMAS DE ENTERRAMIENTO10
la Plataforma C-Sur, todos del sitio de Morgadal 
Grande:
• Los dos individuos adultos masculinos que 
corresponden al entierro CG3/E.1 y el niño del 
entierro CG3/E.2, al parecer fueron inhumados 
en una zona habitacional, así como lo indican los 
materiales asociados: fragmentos de aplanados de 
barro cocido y un fragmento de pintura mural, 
así como materiales cerámicos que muestran un 
rango ocupacional de 350-600 años:
Paso Real Exterior Burdo, variedad Paso Real; Tajín 
Utilitario, variedad Tajín; Valenzuela Pulido, varie-
dad Valenzuela; Valenzuela Pulido variedad Jagüey; 
Rivera Rojo, variedad Rivera. También se le asocia un 
objeto de piedra arenisca de grano fino, con oración 
arqueada, posiblemente un canto de río que recuer-
da la función de yugos, hachas y palmas, asociadas a 
prácticas funerarias, así como navajillas de obsidiana 
gris y gris veteada, probablemente del yacimiento 
del Zaragoza/Oyameles y huesos largos de un perro 
(Canis familiaris o Canis latrans) (Sittón, 2001: 87-
88) (Sittón, 2004: 462).
El personaje principal —datado por medio de fe - 
chamientos absolutos (AMS) con doble calibra-
ción para el año ca. 530 d. C. (Pascual, 2006: 
349)— corresponde a un adulto medio (36-55 
años), basándome en el hecho de que portaba 
en su cabeza una vasija capital y la posición en la 
Distribución de la muestra de acuerdo al sitio, entierro, sexo y edad
Sitio Entierro Sexo Edad
La Palmera CG3/E.1 Masculino 21-35
La Palmera CG3/E.1 Masculino 36-55
La Palmera CG3/E.2 Indeterminable 4-6
La Palmera CG3/E.3 Indeterminable 36-55
La Palmera CG3/E.4 Indeterminable 21-35
La Palmera CG3/E.5 Indeterminable 21-35
Plataforma C Sur UH04/1 EP6B/E.2 Indeterminable 21-35
Total 7
Cuadro 1
Cuadro 2
Sistema de enterramiento
Entierro Tipo Clase Número Forma Variedad Lado
CG3/E.1 Directo Primario Colectivo Flexionada Indeterminable Indeterminable
CG3/E.1 Directo Primario Colectivo Sedente
CG3/E.2 Directo Secundario Colectivo Removido Removido Removido
CG3/E.3 Directo Secundario Colectivo Removido Removido Removido
CG3/E.4 Directo Secundario Colectivo Removido Removido Removido
CG3/E.5 Directo Secundario Colectivo Removido Removido Removido
EP6B/E.2 Directo Secundario Individual Indeterminable Indeterminable Indeterminable
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que fue enterrado, es decir, sedente: ambos aspec-
tos implicaban una distinción social en el mundo 
prehispánico. De esta manera, el sacrificio realiza- 
do fue de consagración perteneciente a un contex-
to doméstico. En cambio, el adulto joven (21-35 
años), así como el niño de segunda infancia (4- 
6 años), fueron los acompañantes del adulto como 
parte de un sacrificio de exequias. Además, se pue-
de hacer la distinción en relación con el infante, de 
que pudo haberse practicado el infanticidio. Es in-
teresante observar que los individuos adultos pre-
sentaban patologías infecciosas, que les permitían 
seguir con sus actividades cotidinas. En contra 
parte, el infante era un niño saludable, confirman-
do el hecho de que se trató de un evento de consa-
gración. Finalmente, también se encontraron en el 
contexto arqueológico otros acompañantes como 
parte del sacrificio de exequias realizado al adulto 
medio (36-55 años): se trata de huesos largos de 
un perro (Canis familiaris o Canis latrans)6 y un 
diente de tapir (Tapirella sairidii ).
• Poco se pudo realizar para reconstruir el ritual 
del adulto medio (36-55 años) del entierro CG3/
E.3, así como de los adultos jóvenes (21-35 años) 
de los entierros CG3/E.4-5, ya que sus contextos 
fueron removidos. Como en el caso anterior, po-
siblemente correspondan a sacrificios de consagra-
ción pertenecientes a un contexto doméstico. Jun-
to al evento inhumatorio, fue encontrado un yugo 
(el cual tendrá un fuerte vínculo en los contextos 
rituales de la región), una costilla de venado cola 
blanca (Odocoileus virginianus) y huesos largos de 
la Clase Ave. Es importante comentarle al lector 
que a partir de esta época (ca. 350-600 d. C.), 
animales como el venado y el perro, se converti-
rían en los acompañantes de los muertos por exce-
lencia en la región El Tajín.
• El entierro EP6B/E.2 procede de la Platafor-
ma C Sur UH04/1 del sitio arqueológico de Mor-
gadal Grande [EP6 —excavación de prueba— 
unidad C,2 (UH4)]. Se trata de un fragmento de 
omóplato humano posiblemente de adulto joven 
(21-35 años), que fue colocado en una de las es-
quinas del Templo Rojo. Este evento podría tra-
tarse de un ritual de sacrificio de consagración de 
edificaciones, el cual pudo realizarse al comienzo 
o al final de la construcción. Como parte de la 
ofrenda fueron colocados objetos cerámicos, estu-
Imágenes 8 y 9. Palma. Centro de Veracruz.
Dibujo: Amanda Soledad Solís Espinoza (Aveleyra, 1964).
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RITUALES Y SISTEMAS DE ENTERRAMIENTO12
co, embarro, enlucido, carbón, huesos de animal 
de Clase Ave (Ardeidae o Tinamú) y Mammalia, y 
pintura mural negra y roja.
En el arte de la costa central de Veracruz, la 
práctica del desmembramiento pudo plasmarse a 
través de uno de los objetos del complejo yugos, 
hachas y palmas. Así, en una palma (figura 8 y 
9) es posible observar diferentes tipos de escenas 
rituales: un cuchillo de sacrificio, la caja toráxica 
abierta, la cabeza mutilada, el abdomen abierto 
para extraer el corazón, las piernas y los brazos des-
membrados.
Los rituales de Cerro Grande
La serie que corresponde a la ciudad de Cerro 
Gran de está conformada por tres individuos, de 
di fe rentes sexos y edades a la muerte. En el Cua-
dro3 se presenta la distribución de la muestra de 
acuerdo con el sitio, número del entierro, sexo 
y la edad. En el Cuadro 4 se muestra el sistema de 
enterramiento según la clasificación propuesta por 
Comas et al. (1974: 109) para las formas de inhu-
maciones realizadas en Meso américa.
• En las investigaciones arqueológicas realiza-
das en la región de El Tajín para el periodo Clá-
sico temprano y medio (ca. 350-600 d. C.), el 
cráneo trofeo 2 es el primer caso que documenta 
la práctica de decapitación. Fue colocado abajo de 
otro (CG1/CT1) en una de las esquinas del Altar 
Central de la Plaza Central (imágenes 57 y 58) 
de Cerro Grande, y probablemente corresponde a 
un evento colectivo mayor. En este sentido, lo su-
giero debido a que los otros ángulos del altar no 
han sido excavados. Ahora bien, se preguntará el 
lector: ¿por qué no se considera el cráneo trofeo 1 
(CG1/CT1) como parte de la colección osteológica 
de este periodo? Según los fechamientos absolutos 
(AMS) con doble calibración, el cráneo trofeo asig-
nado como número 2 (CG1/CT2) correspondería 
aproximadamente a los años 390-550 d. C. En 
cambio, el cráneo trofeo asignado como número 1 
(CG1/CT1) fue fechado para el periodo Epiclásico 
local (ca. 900-1100 d. C.). Debido al fechamien-
to de radiocarbono, este individuo no se considera 
como parte de la muestra. Lo interesante de este 
hecho, es que indica que el Altar Central de la Pla-
za Central de Cerro Grande está siendo reutilizado 
para realizar diversas actividades rituales, principal-
mente aquellas destinadas al sacrificio humano a 
los dioses, durante un lapso no menor a 700 años. 
No debemos olvidar que muchos de los cráneos 
trofeo se obtienen a partir de la guerra, la cual tie-
ne una asociación simbólica directa con Tláloc. Por 
otro lado, el subadulto (18-20 años) masculino (fi-
gura 10) no era cualquier personaje común, tal vez 
podría ser un guerrero águila o venado proveniente 
de las poblaciones con las cuales se tenía conflicto 
a nivel regional. A su vez, debajo del cráneo trofeo 2 
(CG1/CT2) fueron colocados a manera de ofrenda 
un primer premolar y un incisivo lateral, que po-
siblemente corresponden a un adulto joven (21-35 
años) y que fue catalogado como el asociado. 
Distribución de la muestra de acuerdo al sitio, entierro, sexo y edad
Sitio Entierro Sexo Edad
Altar Central de la Plaza Central CG1/CT2 Masculino 18-20
Altar Central de la Plaza Central Asociado a CT2 Indeterminable 21-35
Altar Central de la Plaza Central CG1/E.1 Indeterminable 36-55
Total 3
Cuadro 3
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Sistema de enterramiento
Entierro Tipo Clase Número Forma Variedad Lado
CG1/CT2 Directo Secundario Colectivo Indeterminable Indeterminable Indeterminable
Asociado a CT2 Directo Secundario Colectivo Indeterminable Indeterminable Indeterminable
CG1/E.1 Directo Secundario Colectivo Indeterminable Indeterminable Indeterminable
Cuadro 4
En la ciudad de El Tajín hay varios ejemplos 
que documentan la práctica de decapitación. En la 
Columna con bajorrelieve 16 del Edificio de las Co-
lumnas hay un relieve que ejemplifica un sacrificio 
por degollamiento. De igual manera, en las escenas 
de la columna con bajorrelieve 20 se presenta al 
gobernante 13 Conejo con los pies sobre la cabeza 
decapitada de un enemigo que acaba de ser sacrifi-
cado. La ceremonia realizada posiblemente forma 
parte de la confirmación del poder del gobernante. 
Hay otra escena, en la columna con bajorrelieve 1 
(figura 11) donde a un lado de cada pierna del 
gobernante, hay una cabeza decapitada, probable-
mente de cautivos. Al parecer, la decapitación fue 
una práctica representativa de toda la zona del 
Golfo, ya que se extendió a la costa sur de Vera-
cruz. Un ejemplo es la Lápida de Aparicio (figura 
12), donde las serpientes corresponden a chorros 
de sangre de una víctima decapitada.
El objetivo de la decapitación era poseer la per-
sonalidad de aquel que murió (Garza, 1978: 71, 
72 y 73), por eso no se trata de cualquier indivi-
duo sino de personajes de la elite o guerreros águi-
la y venado, cuya energía y vitalidad puedan servir 
para próximas guerras o conflictos regionales.
…la decapitación se vinculó con la guerra, ya que la 
finalidad era obtener la cabeza como trofeo, sin em-
bargo en otras representaciones y en algunos textos 
míticos, el complejo simbólico se extiende al juego 
de pelota (figura 13), relación que resulta clara si to-
mamos en cuenta el connotativo que éste tenía en 
Mesoamérica. El juego de la pelota expresaba una 
pugna, es decir la guerra, constituida por la oposi-
ción de fuerzas contrarias (Nájera, 2003: 177).
Finalmente, fue encontrado en superficie un 
molar de adulto medio (36-55 años) (CG1/E.1). 
Según los fechamientos absolutos (AMS) con do-
ble calibración, correspondería alrededor del año 
590 d. C. (Pascual, 2006: 348). Así, los dos úl-
timos individuos son parte de los ri tuales concer-
nientes a los dioses: ya que uno forma parte del 
mismo contexto y el otro, 40 años después.
Imagen 10. Cráneo trofeo 1 (CG1/CT.1). Altar 
Central de Cerro Grande.
Modelado de piel en plastilina: María Guadalupe 
Coyote Rivera y Moisés Benjamín Cruz Aguilar. 
ENAP-UNAM.
Foto: María Guadalupe Coyote Rivera y Moisés 
Benjamín Cruz Aguilar.
Asesorías: antropólogos físicos Mtro. Mair Sittón 
y Mtra. Lilia Escorcia.
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RITUALES Y SISTEMAS DE ENTERRAMIENTO14
Discusión
Los rituales han tenido como función consolidar 
las alianzas de solidaridad, sostener la estructura 
entre las diferentes poblaciones de una región y 
corroborar el mantenimiento de los núcleos hu-
manos. Por eso las sociedades hacen de él una 
prác tica constante, un culto celebrado principal-
mente a los dioses donde se busca establecer una 
comunicación no sólo para agradecer los bienes, 
sino también para pedir prosperidad, que incluye 
buenas cosechas, éxitos comerciales, evitar el azote 
de enfermedades; en fin, un cúmulo de beneficios 
que enriquezcan tanto a la ciudad como a los po-
bladores que la integran.
Los entierros correspondientes al Clásico tem - 
 pra no y medio (ca. 350-600 d. C.) de los sitios La Pal- 
mera (CG3/E.1-5) y la Plataforma C-Sur (EP6B/2) 
de Morgadal Grande, fueron rituales vinculados 
a la consagración de contextos do mésticos (CG3/
E.1, E.3-5) o edificaciones (EP6B/E.2) y en otros 
casos, como acompañantes (CG3/E.1-2). Durante 
este periodo las viviendas y las edificaciones eran 
sometidas a constantes remo de laciones, en las que 
los obreros cortaban piedras, preparaban el estuco 
y acarreaban diversos tipos de materiales. En ese 
proceso hay una ideología inmersa en la sociedad, 
un repertorio de actividades vinculadas a ofrendas 
rituales para consagrar los conjuntos arquitectóni-
Figura 11. Decapitación.
Columna con bajorrelieve 1 del Edificio de las Columnas. El Tajín.
Dibujo: Jimena Forcada Velasco.
Figura 12. Lápida de Aparicio.
Dibujo: Engelbert Chavarría Cruz.
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MAIR AUGUSTO SITTÓN MORENO 15
Figura 13. Extracción del corazón y decapitación.
Tablero Noreste del Juego de Pelota Sur de El Tajín.
Dibujo: Amanda Soledad Solís Espinoza.
cos, en calidad de homenaje a las deidades de la 
ciudad. Con respecto a los acompañantes, el obje-
tivo era que el personaje principal llevase consigo 
sus pertenencias en su paso hacia otra manera de 
vida. A su vez, los otros elementos asociados como 
los mamíferos: venado y perro, y algunas aves: 
gua jolote, fungían co mo guías de estas almas en su 
recorrido hacia el inframundo.
Ahora bien, en lo que respecta al cráneo trofeo 
(CG1/CT2), el asociado y el entierro (CG1/E.1), 
probablemente sean víctimas de guerra y fueron 
rituales concernientes a los dioses. El sacrificio de 
estos individuos fue un proceso de destrucción, 
creación y perpetuación, donde el derramamiento 
de sangre sirvió para alimentar al sol y a Tláloc, 
dios de la lluvia. En este último aspecto, Tlá- 
loc serála deidad más importante del panteón 
veracruzano, en el que incluso los gobernantes se 
dei ficaran a partir de sus atributos (figura 14).
No debemos olvidar que el sacrificio fue un ri-
tual que se hacía como ofrenda consagrada a un 
dios, con el fin de establecer, continuar o restaurar 
un lazo sagrado entre lo humano y lo divino.
Agradecimientos
A Berenice Robles García del Departamento de 
Cómputo del Instituto de Investigaciones Estéti-
cas por la digitalización y manejo de imágenes.
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RITUALES Y SISTEMAS DE ENTERRAMIENTO16
Notas
1 El estudio que presento a continuación forma par-
te de las investigaciones que se generan en el proyecto 
El Tajín, dirigido por el Doctor Arturo Pascual Soto, 
siendo sede el Instituto de Investigaciones Estéticas de 
la Universidad Nacional Autónoma de México. Los 
resultados son apoyados por el Consejo Nacional de 
Ciencia y Tecnología (25107H, 34912H y 46429H) 
y por el Programa de Apoyo a Proyectos de Investiga-
ción e Innovación Tecnológica de la Dirección General 
de Asuntos del Personal Académico de la Universidad 
(IN400196, IN400798, IN401701 e IN401205).
2 Se entiende por entierro directo el realizado en un 
agujero de forma regular o desigual, somero o profun-
do, sin más pretensión que la de permitir el depósito 
del cadáver dentro de esa sencilla tumba (Comas et al., 
1974: 86).
3 Los entierros indirectos corresponden a todas 
aquellas construcciones hechas con fines o propósitos 
funerarios monumentales, donde pisos y paredes mues-
tran un tratamiento de aplanamiento o revestimiento 
de cualquier tipo, observándose en los casos muy elabo-
rados, arreglos arquitectónicos dispuestos a manera de 
cámaras y antecámaras, que en ciertas ocasiones presen-
tan nichos en las paredes o exhiben decoraciones poli-
cromas, monocromas, casi siempre con una entrada de 
mayor o de menor tamaño y de diversa forma. El techo 
puede ser plano, en bóveda o combinado, generalmente 
hecho de losas o, en algunos casos, logrado por la firme-
za del terreno (Comas et al., 1974: 86).
4 Los entierros primarios son todos aquellos que, en 
momento de la exploración, muestran in situ esquele-
tos completos y en correcta relación anatómica todas sus 
partes; aunque también se consideran enterramientos 
primarios aquellas inhumaciones de uno o varios seg-
mentos de un cadáver cuyas partes óseas, al hacerse la 
excavación arqueológica, aparecen en relación anatómi-
ca. También se tiene otra categoría dentro de los entie-
rros primarios, correspondiente a la remoción parcial de 
sus componentes óseos por acciones naturales o acciden-
tales (Comas et al., 1974: 89).
5 Los entierros secundarios son los que no muestran 
relación anatómica adecuada, o sea, aquellos entierros 
Imagen 14. Un gobernante de El Tajín lleva sobre el rostro una máscara de Tláloc.
Pieza 26 de la Pirámide de los Nichos de El Tajín.
Dibujo: Elsa Villaseñor Franco.
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MAIR AUGUSTO SITTÓN MORENO 17
que fueron primarios, pero cuyos restos óseos fueron 
removidos totalmente, quedando agrupados de manera 
irregular (Comas et al., 1974: 89).
6 Los análisis paleozoológicos de las excavaciones 
EP1, EP2, EP3, EP4, EP5, EP6, EP7 de Morgadal 
Grande y la EE1, EP1 de Cerro Grande, se realizaron 
en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la 
Universidad Nacional Autónoma de México por la an-
tropóloga física Luz De’hni Porras Valdovinos (2000). 
Del mismo modo, estas investigaciones se volvie ron a 
realizar incluyendo otras excavaciones: EP8, EP9, EP9B, 
EP6B de Morgadal Grande y la EE2 de Cerro Grande 
en la Facultad de Ciencias (Laboratorio de Vertebrados 
Terrestres) de la Universidad Nacional Autónoma de 
México, por la Maestra en Ciencias Graciela Gómez Ál-
varez, junto con un equipo de trabajo integrado por los 
Biólogos René Sabel Reyes Gómez, Héctor Carlos Ol-
guín Monrroy, José León Pérez, Noé Pacheco Coronel y 
el arqueólogo Inti Terán Gómez.
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