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ACERCA DE UN SOlECISMO La Gramática ele nuestra Academia censura, en § 479 e, el mal u-so que hacen algunos del pronombre sí al emplearlo en frases como las si·guientes: "Juanito, es menester que vuelvas en sí." "Paréceme que huele a aJ1mizde. -¿Pues no ha oler si lo llevamos consigo?" Y no sólo en España, sino también en Bo- gotá, según C uervo (r), se oye decir con h ecUJencia: "Yo no vol- ví en sí s·ino después ele cuatrQ horas"; "cuando volvistes en sí"; "yo lo hice de por sí"; "tú lo hiciste ele por sí"; "yo dije entre sí"; "tú dijiste entre sí". Igualmente en Chile, según Román (2), se ',dice y hasta se escribe en artículos literarios "volví en sí"; "es necesario que vuelvas en sí" ; "me acuso ele los' 1)ecados cometi- dos consigo mismo"; "el medio pelo me pon~ fuera de sí". Bste uso cle1 pronQ;tnbre sí es ra'rí simo en nuestra literatura, y tal vez sea único el .ejemplo ele fray Francisco Ortiz, docto escritor español del siglo xvr, que cita ,(uer.vo (3), y que cli·ce: "O yo tengo ele saEr con s·er hU1111ilcle y paciente, gran am<~Jclor de Dios y despreciador de sí mismo, o monir sobre rtal caso." En los Ót<~Jclos ejemplos se emplea -el .pronoU11bre sí referido al sujeto de la omción, ,sin tener en cuenta la persona gramati- cal; es decir, •que se halla usado como reflexivo común a todas las pet'sona:s, y en eso consiste e~l solecismo ; porque en castellano el tal pronombre ha ve111iclo a ser propio y exdusivo ele la tercera persona en ambos números, y la corrección sintáctica exige que, (1) Ajnmtacio.nes c1'Íticas sobre el leng·uaje bogotauo, § 345, de :a 6." edición. Parls, 1914. (2) Diccio1ta1'ÍO de chilenismos, art. sí. (3) Loe. cit. 90 BOLETÍN DE 'LA REAL ACADEí\UA ESPAÑOLA cuando el sujeto sea primera o segunda pensona, se ~emplee el pro- nom1we propio de éSil:as y se diga: Yo ·volví en MÍ; que v-uelvas en TI,· si lo lleva111,os con NOSOTROS; y lo mismo en los demás casos: JO dije entre MÍ, etc. Pero sucede en este caso, como en a,lgunos otros, que lo que hoy es incor·re'cóón sintáJotica o solecismo, no lo ha sido, siem- pre; es decir, ha sido lo propio y genuino en otra época del des- arrollo de la lengua o en ;los remotísimos orígenes de ésta, como se verá en lo que rdirfflUos después. Ta,mbién la fo·rma átona se 1d:e este pronombre se emplea in- oorrectamenrte por algunos en la conjugación reHexiva, en vez de os. Así mi querici:o conl~)añerü Ricardo León pone en boca de uno de los UJersonajes de su nov.ela El hombre nuevo pá- gina 246, Ja frase "todavía no se ·habéis enterado", y Cuervo (loe. cit.) trae tambi-én "queréis cayarse", tomada del folldon~ andaluz, pág. 32. Es.te uso de se por os es frecuente en Anda- lucía, y no sólo entre d vulgo •sino entre personas eruditas. En CáJdüz, según uno de mis alulmtt10S·, n<l!.tural de aquella provincia, se oye con frecuencia "¿ s·e quedáis ustedes?", por "¿os quedá~s? o ¿'Se quedan· ustedes? "¿qué se creéis ust~des ?" También en las provincias del antiguo reino de León se dice por el vulgo "no sos V~)'áis" y "no sos caigáis" ( I) por no os v. y no os c., locuciones usadas también en VaUadolid (2). Asimis- mo en rCasü11a ·la Vieja, en Avila, se dioe irsus por idos (im- perativ;o), y ·en Aragón, sus vais por "os• vais" (3). Con el posesivo SUYO, su, .que es el adjetivo correspondien- te al pronombre sí, SE, ocurre también el fenómleno que hemos notwdo en és.te, o sea, que se emplea en vez de vuestro y nue-stro, que son los posesivos de vos y ·nos, propios de segunda y primera personas de plural. Así, cuandb habJamos de una persona, y en -vez de designarla por el pronombre corr·espondriente la designa- mos por el título o tratamiento que tenga, está correctamente empleado el su concertado con el nombre del tí-tJuJlo, y así deci- (I) En Ces•pedosa, villa de la provincia de Salamanca, lindante con la de Avila, s·egún veo en una tesis doctoral d·e un alumno de la di eh a viJia. (2) Según mi amigo_ y compañero don Enrique Barrigón, catedirá- tico :del Instituto de San Isidro. (3) Y con significación no reflexiva, se usa tarnbi•én sus por os en el habla vulgar, en Madrid; así: S~ts voy a leer la solicitud (El Debate, viernes 15 enero de 1926\ (3) . "Escenas rnad'rileñas." ACRCA DE UN SOLECISMO mos: "aún no se ha desayunado Su Alteza", Su Excelencia duerme"; pu.es es como si dJjéramos: La Alteza de él (es decir, de la persona a que nos referimos) no se ha desayunado; la exce- lencia de ídem íd., duerme. Pero c~a;ndo cl:irigimos la palaJbra a esas mi'Sil11as ¡personas, ha1blanclo corr~"1:amen1:e deberíamos em- plear el posesivo v~testro (pO.r ser segunda persona toda aque- lla a que clririgimos la palabra), y decir, por ejemplo: "Concécla- me Vuestra Majestad su gracia", "lléveme vuestra 1111ercecl a &u casa"; pues es como si dijéramos: la majestad vuestra (o de vos) concédame ·su gracia ·(o la gracia de ella): la merced vuestra (o de vos) 11éveme a su · casa (o a ca·sa ele ella) . Pero en vez de vuestro, se usa, ya desde antiguo, su, como se ve ·en este ejem· plo de Cervantes {r), en ·el que dice Sancho: "¡ ,Ah, señor Cura. señor Cura! ¿Pensará vucst1'a nnerced que no le conozco y .pen- sará que yo no caJ1o y adivino a;dórrde se encaminan estos nue- vos ·encantamentos? ... Mal haya d diablo que, .s.j por su reve- rencia no fuera, esta fuera ya la hora que mi señor estuviera casado con !la ü1fan:ta Mi,comicona ... Todo esto .que he di·oho, señor Cura, no -es más de por encarecer a su paternidad haga con- ciencia del m!ail tra;tamiento que a mi señor Je hace." Aquí, com.o se ve, con el primer tratamiento que da a1 Cura, emplea el po· sesivo propio vuestra, y con los otros dos, su, que, rigurosamente interpretado en· el primer caso de 1los dos, vendría a significar h reverenc1a del '(Li ·ab~o. Y así se ha introducido ya la práctica de usar su por vuestra en 'CX'J.)resiones como Su Ilustásima, Su Re- verencia, Su Majesrt:acl, etc ., práctica originaida [)Or el uso co- rr.ecto que se hace del su en estas expresiones, o sea: concerta- do con el 1Ítttlo, cuando se ha;bla ele la persona que ,Jo posee, y refer.ÍidK> al ÜtuJlo, ouando se iha:bila con ella, es decir: que ele las ex¡weSIÍones "Su Excelencia clitrerni.e", y concédame Vuestra Ex- celencia s~t gracia", ha nacido Ia usual hoy: "Concédame Su Ex- celencia la gracia" (2). ·En la construcción de este posesivo hay que tener mucho (I) Qu4jote, I, 47. Riv., t I, pág. 388, ·col. 2.a (2) No se halla en este caso ·el s1t de l<t~s locuciones su casa de Hs- ted, o su familia de 11sted; por,que es como si se clijoer?- s-rt casa, o su familia, de' vuestra merced. Este su es sencillamente pleoná!ltico o de- terminaüvo, como el artículo, y fr.ecuente en nuestros dásicos; así tn Q-u·ijote, II, • 30, se lee: · "no llega a su z~a.to de la qtte está delante"; y en Sa1~ta Te·resa, citada por Román (op cit., art. su): "halló metida monja a doña Teresa, su hija de la Marquesa de Velada". . 1 92 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA cuidado para no incurrir en Iamentables equívocos. Román (o p. c.J cita el ejemplo de urn autor clásico, cuyo nombre no quiere dar, que dice así: "El fiü de esta meditación es un propósito y cle- terminaoión de imitar a Cristo nuestro Señor y seguirle con la mayor J)erfeoc~ón, haciendo guen-a a su set1lsualidad y atnor pro- pio." En ·este pasaje, el su está por nuestra, o sünplemente por el artículo ltJ, pues no debe entenderse lo que en rigor gra.maticaJl dice, porque resuJ,taría una blasfemia, o sea la sensualidad y atnOQ' propio de Cristo. TaJn1lbwn se halla •nwl usado en el si- gu•iente ejemplo, tomado de una traducción del francés, que trae Cuervo (op. cit., § 343), y que dice así: "La rel.i•gión católica no obliga a des:cubrir sus 1pecaclos a toclb el mundo", donde debió decirse" no nos obliga a de·scubrir nuestros pecados" o "no le obliga a uno a descubrir sus pecados", pues interpretada aquella frase conforme a las leyes de Ja sintaxis, vi·ene a decir que los pecadosson de la religión cató[ica. Otras veces se emplea este posesirvo sin que a primera vista haya nombre a que referirlo, por lo cual Román lo denom;na impersona,l y cirt:a el -siguiente ejemp~o: "Habrá de aquí al mar sus veinte ·leguas; por eso le da su poco de miedo emprender ·este viaje." E n este ejemplo, el primer su. se refiere al sujeto tácito . cleJl impersonaJ habrá, que en su origen equivale a tend1'á, y es como si dijera: "El catnino de aquí al mar tendrá sus veinte leguas." El segundo su debe referirse a viaje, o mejor a la locu- ción eJ·nprender este viaje, aiSÍ: "Emprender este vciaje le da a é! su 1JOCO de miedo.'' Y así creo que debe entenderse en los dos pasajes de Santa Teresa {Obras, ecl. de Burgos de 1915, t. II, pág. 492), que cita Román, y que dicen: "Tenemos su poco ele mi·edo de hacer este viaje" y "A:hora sus trabajos pasaremos; pero ello no volverá atrás." E.l stv del primer ejemplo se refiere a hacer este viaje, y el del segundo creo qUJe, mejor que nl su- jeto nosotros, debe referirse al neutro ello, o sea a dos trabajos que ello nos ocasione (r). (r) Para su empleado en •l,actu:iones en que es 'Parte integrante de ellas, véase Cuervo, Ap1mt., § 343, y Román, Dice. Art., su. Con la locución adverbial poco a poco s·e usa: tarribién el su, pero sólo cuando se refiere a ,tercera persona, así: "Ya que la gente sailía sn poco a pocv y se iba · al dlioho ¡pueblo, se huyó un s·o~dado." (Gu.tierrez de Santa Cla- ra, Histo1·ia de las guenas civiles del Perú. Madrid, 1904, t. I, pág. I49). -"Y en el invierno desdende (el Sol) ihaJcia el nnás bajo .s igno, y des- pués stt j>oco a poco vuelve! ·a subir \hacia el otro punto." (Boscán, El ACRCA DE UN SOLECISliiO 93 N o creo que la s inicial de sos y sus en los ejemplos· oitados 11-0 sos cayáis e irsus 'sea de un mismo origen; ni tampoco que .el uso de esos vocablos tenga la misma •causa que el se de se habéis enterado. Pero antes de pretender aver.iguar esto, veamos lo que nos cl i•cen otras lenglllas acerca del paPticular. Actuali11ente en valenciano, al conjugar un veribo reflexivo, directo o indirecto, parece que se emplea este &Jronombr.e no sólo e n las terceras personas sino tan.nbién en primera y segua1cla de plu- ral. Así el verbo anar, que por su etimología corresponde al caste- llano andar y compleA:a su conjugatCión en los presentes con for- mas del 'latino vadere, empleado como reflexivo indirecto o de~ ponente, s·e conjuga así en presente ele indicativo: yo m'~ n (1) vaig tu t'en vas el! s'en Ya mosatros s'en anem o mon anem uos·a tros s'en aneu o uon aneu ells s'en van . Asimismo, el verbo !lavarse: Yo 'm llave Tu 't llaves El! es lla,ta mosatros mos llavem o es llavem uosatros uos llaveu o es ll aveu ells es llaven. Igualmente en el imperativo: llavemos o llavemse; llaveuos o llaveuse; anernsen, aneusen. E l padre Lluis Fullana, en su Gramática valenciana no men- ciona Jas· formas con es más que en primera y segunda plural del imperativo, sin eluda por considerar vulgares las del indicativo; pero se usan éstas tanto o má~, que bs otras, sobre todo en la con- versa:ción familiar. En los extractos ele los sermones ele San V1- cente Ferrer, .pUJb!ica:clos por Chabás en la Revista de Archivos, Bibliote•cas y Museos, se 1lee también: "par ques vullau aostar les masques" (t. VI, páJg. IS'7); porque os queréis ahuyentar 1as moscas: "nosaltres nos poclem ·comportar ne sofferir'' {t. VI, pág. 163); no nos podemos tolerar ni ·sufrir; "e nmlS podem es- cortesano, 1lib. 4. cap. 6.) "Se quebró la mar·oma ... y se bajó la fi- gura ·tan lSlf. poco a poco, .como s.i Ja: bajasen en un torno." (Sigüenza. ¡pág. 3, lib. 3,· •di se. .16.) "Ulegaron a P•ie s-n poco a poco a Córdoba." .(Idem, pág. 2, IC<l/P. 2?, 1ib. !.0 ) .Pero no dice SI~, s.ino nuest·ro, en •el si- guiente ¡pasa:j.e, .en ;que ·se refiere 1a la primera /Persona: "N os entrega- ron .a un comisario {[Ue nos 1¡evase n;u'esf?'O p'(]co a 'jJoco un ratq a pie y otro paseándonos." (M. A>lemin. Guzmá11- de Alfarache, part. 2.a, lib. 3. 0 , cap. 8 Riv., t. V, pág. 3•54, c. 2.") ( 11) en, del lat. inde, denota el alejamiento o lugar de donde uno :Se va. 94 BOLETÍN DE <LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA cusar" (t. VII, pág. 43r); y .no nos podemo·s excusar. Y del po sesivo: "E digueren: ara elijam quiscú sa vida bona" (t. VII, pág. 422); y dijeron: ahora eHjamos cada uno su vida buena. En cart:alán se ve también la ·s en indicativo, así: "s'estavem a la metexa escalera" = nos estábamos en i]a misma escalera; "jo 'm pienso que sou vosaltres que s'esclameu" =yo pienso que soi•s voso:tros que os qu•ejáis; "minyó ¿com se dieu? =mucha- cho, ¿cómo os llamáis? Y lo mismo en impet·ativo : partimse = partámonos; espereu~e . esperaos; anemsem = vayámonos, aneusen = idos. El portugués emplea también se y comsigo en vez de vos como tratamiento de cariño o cortesía, así: "nem mesmo comsigo, stH·a. D. }osep1ha" =de ningún modo con vos,.o con usted, mi se- ñora doña Josefa; "nao quer que eu me sente a o pe de si" = no quiera que me sienl(]e a los pies de vos. (Quei1roz, Cr. A., 73 y 97, citado por Mey;er-Lü.bke, Gran111A11·'»ire des ·Langues ro11wnes, III, § 67.) Asimismo usa tan11hién d pos·esivo seu ·en vez de vos•so (vues- :Dro) cuando !se habla con persona a quien no ¡¡e trata de tú, y en expre&iones oomo seu ingrato, seu medroso, por vos ingrato vos miedoso, y otras semejantes, como" de d. um abrac;o seu dia- bo (Id. lb., § 79). Fuera de nuestra península 'se ofrece tamibirén el caso que estudiamos en · otras lenguas romances. En rumano se dice "me- am venit in sine" (yo vuelvo en sí) en vez de la expresión co- rrecta me-ann venit in mine (yo vuelvo en mí) (r). Los grisones {2) emplean el se como ref,lexivo de todas l<ts personas en ambos números, a;sí: jau se 'fida = yo se fía {3) ; ti se fidast = tú se fiaste, etc., aunque en singular, en primera y (I) Este y los demás ejemplos que a continuación citamos de len- guas romances, lo s tomamos de la dta·da obra de Meyer-Lübkle, t. III, §§ &¡ y 380. (2) O hwbitanrt:es 'dlel Cantón del mismo nom.bre en Suiza, en nÚ· mero de g6.ooo, de los cuales oerca de la mitad hablan un r.omance inu'y pa•reciido a•l castellano y .lemos-ín, según s-e ve en la: siguiente m scripción .del ceme111terio de Pon;tresina y del año 1B7~. "Alla me- moria ·de nossa virtuosa e1d ¡¡,meda mamma N. N. morta a: Zurich ... " (3) A propósito de esto obserya Ct~tervo (Apunt ., § 345) que el vulgo inglés usa cra tercera pers'ona del verbo con to:dos ~os · pronom- bres: I takeiS, you · takes, !Y ciJta ,en .not<ll :et sig. ej. •de Ghaurer (Canter- bt!T'y ·.Taler, V. 4.04j): "I Ü as- !i1l ' a mioller ias i•s ye", añadiendo que de igu<lll manera se usa is en el occidente d'e Escocia. ACRCA DE UN SOLECISMO 95 segunda personas, usan también me y te. ·En friulano (r) se da oomo paradigma del verbo rdleXIÍvo, mi uárdi, ti uárdis, si uáirdi; si uardín, si uardi, si ua.rdáin, donde vemos d si en todo el plural. En los textos de Veglia {2) se lee: se levurme = nosotros no:> levantaremos; se justurme najiltri doi = nos pondremos de acuerdo nosotros dos; y en p.limera de singular: se j'ai spusuot = yo me he ca·sado; jtt se jai mais a lavorur = yo me he pues- to a trabajar; pero también se usa 1ne así: me metara =me me- teré. 'A:ñad.e Meyer--<Lübke que d uso ele se como 1·eflexivo, es- pecia'lmente en la primera persona de plrurail, se encuentra en toda la lALta Italia, y cree que al 'diaho U:w habrá que referir el lucense (3) noi si alziamo, si no se ha formado a ejemplo de noi si alza, noi si canta, locuciones .usadas principalmente en el cen- tro y norte d·e .Italia y en 1as cual.es, con la forma impersonal si alza, si canta, 'se emplea el pronombre ele primen: .. l)ersona de plural (4). En la misma Roma se dice también se dama. Igual- mente en d \provenzal del Sur se •cliice si senten tuplen fotigat = nos sentimos todos Henos ele fatiga; uso extendido por la cuen-oa inferior del Ródano, así como en bearnés {5), por lo meno :; cuando el pronombre eis en:clítico, como se ve en anemse = cal:. y vwl. anemsen, y que bouloum, amassás = que queremos reun"Lrnos. Todos los ejemplos que hasta aquí hemos citado del se y del suyo pertenecen a l~nguas que en su or.igen son dialectos o va- riedades del latín. Veamos ahota lo que nds cli!ce esta lengua, madre de aquéllas, y otras que, empleando términos ele famiJia, podemos decir que son tías y abuela de .Jas misméliS. Úln1enoe- mos por éstas : La antiquísima lengua aria o indoeuropea tenía .un pronom- bre reflexivo (*sew, *sw) común a todas las personas; y un pose- sivu, derivado de él, con la mima acepción general, o sea: que, según los casos, significaba mío, tuyo, suyo, nuestro, vuestro o ele ellos. Este J?OSesivo se refería a la persona más importante (r) Dialecto haJblado en Friul, región i·taliana del Véneto, en la co&ta N. y NE. del Adriáti:co. (z) I sla: ~rca: de la ~oS<taJ ide I stria, at1 N. ·<fuL Adriático. (3) Lucense, de Luca o Lucca, provincia de Italia, en Toscana. (4) V. lo que decimos en la nota 3 ele Ja ·página anterior. (S) Dia:l•ecto hablado aÚr! por el pueb[o en Bearne, región de Francia, linda!JJI:e con Aragón y ·Navarra. , 96 BOLETÍK DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA dé la frase, ordinariamente al sujeto. No tenemos ejemplos de dicha lengua; pero ·sí de varias de sus hijas, entre •las cuales üi- taremos las siguientes : En aJ11Üguo eslavo, el reflexivo sebe ( = lart:ín sibi) se traduce por m,i en v-íse privleka Jzl{¡, sebe = a· todos atraigo hacia mí; wmo el posesivo svoji se traduce por tuya propia en idi vu do111.u svoji = vete a (Ja) casa propia tuya (r). Y actuaJmente, en todos los diaJ1eotos o lenguas esiarva:s, mudhos verbos, en la conjugación rdle:xirva, llevan ·el pronombr•e se, común a todas las personas. Así en checo o bohemio· se dice: diwjm se = yo se admiro diwjs se = tu se admiras diwjme se = nosotros se admiramos cliwjte se = vosotros se admiráis. Asimismo las formas del posesivo, sweho y swan, se traclu- .cen por tuyo propio o ele ti, en oti otee sweho )1 matkw swan = honra (al) padre tuyo y {a la) madre tuya (2) . . En lituano el genitivo del posesivo savo se traduce po·r mío o ele mí mismo en as tai savo tévu.i pasaJ?ysiu = yo esto, a mi propi-o paclrt; diré (3). El indo o sánscri,to perdió el pronombr·e refü·exirvo común, pero no el se111t:imiento de su significación, pues ,)o sustituyo por el indeclinable svayám forma locativa ele ,¡a· misma raíz, que usó el s•ánscr.ito clásico .como reflexivo de <todas las personas y nú- meros {4). Pero si perdió el pronombre, conservó el posesivo svas, sva, svmn, que usó en todas épocas con ·su amplia significa·ción, a la vez que se servía también ele los posesivos ele primera y segun- -da persona, sin que la significación más precisa que éstos daban a la fra se anulase el uso ele aqu&l. Así tenemos en véclico "rákxa no agne tava rakxaneblüs" = protégenos, Agni, con tu protección, -donde emplea tava =: ele ti , lat. tui; pero en "yac! inclragní má- clatha·s sve clurone =cuando (vosotros) oh Inclra 'y Agni os re- gocijáis en vuestra mansión, emplea sve por vuesrtro, como. lo emplea por 111itO o ele mí propio, en "svat sakhyacl áranim nabhim (r) V. Brugma.nn, Abregé de Gramma.ire compa.rée des langu.es indo- européennes, § 5'I6. (2) V. Kiiner, Awfiihrliche G1·amma.tik der griechischcn Spra.che. t. II, § 455, 7. (3) V. Ivleillet, lntrod1tction a l' étude compara.tive des La.ngnes indo- .européennes, § sr6. ' (4) V. Benfey, Sanshit=English Dictionary, art. S'1103'0.m. ACERCA DE UN SOLECI SMO 97 e mi" =de mis propios amigos a extranjera raza voy; uso que continúa en el sánscrito, como se ve en Bhagav<l!d-Gita, cap. IX, donde se 'lee: " •Prakrtim svam avaxtwbhya, visrami punas pu- 11as / bhütagram iman krtsnam", que literaJmenil:e .dice así: en la natunileza propia mía a·poyándome, emito una y otra vez el conjunto de seres este todo, donde svam se traduce por mía o propia de mí, así oomo se h'aduce por nuestro ·en la quinta peti- ción del Padrenuestro, que dice así: "asmabhir yatha svapara- .dhinas" (=sva-ap .. . ) kxamyante, tarha (a)'smakam aparadhas kxamyántam" = por nosotros como nuestros deudores son per- donados, así nuestras deudas sean perdona:das. En ~os citados .e jemplo':;, el posesivo sva refiere al sujeto de da oración la po- sesión del obj.eto cl es~gnaclo pm el nombre con quien concierta, menos en el último, en que concierta con el propio sujeto, así como en el siguüente del véclico: ''nahí svam ayus chikité jane- x u" = no su propio evo {o duración de la vida) es conocido po1~ los hombres. El iranio per-dió también, como el indo, el pronombre reflexi- vo, y como éste conservó el posesivo; en zendo hva y en persa moderno jod -:._,.,:;,.con la signi.fi.cac[ón amplia que tenía en su ori- _:g·en, así : . , Kietabe jod beman clac! ={el) libro SU)IO a mi (él) dió. Kietabe jod be-u :daclam = (el) libro mío a él he dado. Kietwbe jod beman dadant = (el) libro de ellos me han dado. Y así significa también tuyo, nuestro y vuestro, según .sea el sujeto del verbo ele ~a oración, al que i.3e refiere siempre en esta 1engua (r). La coexistencia de dos manreras ele expresar la significación ·r·eflexiva en primera y segunda personas en las lenguas arias ·exigiría un orden riguroso en la ·construcción die la hase para no incurrir en oscuridades. Por eso la tendencia a la claridad en la expresión hizo que el uso cle1 r enexi•vo que estudiamos ·se restringi.era a la tercera ¡persona •en algunas lenguas, y así su- cedió en germánico y en itálico, ya desde la época prehis tórica, --con el pronom,bre y con el adjetivo; en griego y en incloiranio, sólo con el pronombre (2). Pero el sentimiento ele un reflexi- -vo generai o imperso·nal, es ·decir, común a las tres personas, parece que quedó en la lógica o manera de pensar del pueblo que (r) V. S. Guyard, Vocabttla.ire fra111;ais-angla ·is-pe1·san, pág. xrv . . 1 (2) Brugmann, op. cit., § sr6. 7 98 BOLETÍN DE ':LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA continuaba el uso de aquellas lenguas, y que sin darse cuenta heredara tal manera de expresarse; y por eso vemos reapar.ecer en algunas de didhas <lenguas, de una manera más D menos ge- nerai, el uso amplio del -reflexi-vo aplicado a todas las perso- nas y númel'os , así: En alemán, según K:i.ihner (1. c.), el vulgo suele emplear el reflexivo sich, .propio de tercera persona, en la primera y segun- da de plural, y también en la primera de singudar wn preposi- oió.n; v. gt".: Wir bedanken sicli'< = nosotros agradecemos (<lit. se agra- decemos, o nos mostramos agradecidos). Wit haben sich gefr.eut = nosotros se .hemos alegrado. Ihr habt sich gewundert = vosotros se habéis admirado. Y con .preposición: ich gehe hin ter sich = yo se engaño; ich fiel für sich = yo se caí. En ,griego, como hemos dicho, t.enemos ejemplos del uso del posesivo o~ , T¡, OY desde los tiempos primitivos así: oü 'C l ~~ ~/ S ij~ "falr¡~ oóvap.at ¡/,uxzpúnspov i!J.J.o \obOat (Odisea, XI, 28, 29) = en modo alguno puedo yo ver cosa más agradable que 11iÍ jJropia patria; donde, como se ve, ·se traduce ij~ por m:io; pero se tra- duce por tuyo propio o de ti, •Cn p.'l.t ow¡wot Ot0l'l d•I(Í<'!OOt <; (Ib., I, 402) =y en tu propia casa, ojalá reines; y por nuestro en skxa ij; (r) Y.rs~* eptoa(vo p. 2 (lb., IL 206), por nuestro propio honor luchamos; pero 1)erdido el uso del pronombre desde la época prehistórica, empleó la <lengua, desde sus primeros tiempos, el pronombre wltó~, propio, mismo, con 1a acepoión del 1•ef<lexivo ¡perdido. Así dice Príamo a Aquiles (Ilíada, XXIV, 503): u.(r¡ iJ•¡ &/,ir¡oov= compa- déceme o apiádate ele mí . Y ¡Juego, cuando este mismo pronombre se unió con los personales pa·ra formar los reflexivos prop~os de cada persona, sp.ryu<:ou, crwu<:ou, Éaucoií, este último, o sea el que ya venía a ser propio ele la terce.ra persona, siguió usándose enlugar ele los otros dos, siendo ele notar, además, que en plural, él solo formó una sola pa labra con o:lr,é<; ; mientras los otros, el de tprime- ra y el ele segunda personas, continuaron escribiéndose separados y declinándose el personal a 'la vez que éste {2'). iAsí en Esquilo, · (r) En algunas ediciones se lee 't'i¡ ~ por ij; adulterado por los co- pistas. (z) Y no .slólo esto, sino que en los poetas de la decadencia reaparece o surge el reflexivo o" en su acep¡:ión lata, según vemos en Apolonio de Rodas, rdel siglo rv <de J. C., que en su Argonáutica., I , 893, dice: pr¡r3iru, a· ri.'v ~or ~(.(¡ &.rrsípova /..aiw &.ysípat~ fácilmente pam ti un grandísimo ACERCA DE UN SOLECISMO 99 Choéf., 1014, S!e lee: vuv u.ú -cov O<c·~<i'J = ahora me alabo a mí .mismo, y en Agam, 1297: p.ópov -cb•, aú:i¡~ occrBa = conoces tu propia des- gracia; en Platón ,(Phaid.) ost i¡p.U.~ spicr Uu.t sa.u·wó:; , es preciso que nos preguntemos a nosotros mismos; y en Epicteto, ll-1 anual, cap. V, p.·~ o2 ii.'Al,ov at'ttwp.sO:z, c/.H' su.utou~, no cUilpemos a otro, sino a nosotros mismos (r). Al contrario de lo qu~ acabamos de ver en las lenguas de que hemos tra•tado, no encUientro en latín, lengua hermana de to- das ellas, en los escátores clásicos, más que un ejemplo (en Virgilio, Eneida, VI, 743) en que el posesivo suus, se refiere a la primera persona de plural. Mas como en d dicho ejemplo el sujeto callado nos va acompañado del indefinido quisque, pa-· r·eoe que más a és.t·e que a él G1aya que r<efe rir el posesivo. El ejemplo dice así: "Quisque patimur S!llos manes"; que ·es como si dijese: "Onmes patimur nostros manes unusquisque suos"; es decir: Todos sufrimos nue·stros manes (2), cada ·uno los s~¡ .. y os (3) . De época posterior hallo otros dos pasajes en Forcelli- ni ' (4), en •los cuales este püsesivo •Se halla usado por no.ster, y que dicen: "novare autem possumus, aut ipsi si sui juris su- mus, aut per alios" (Jul., Dig., 46, z, 20): "sive suo nomine, S!i·ve per se, siv·e per alium effecti sumns" (Ulp. I.b., 5, 3, 2.). En el primer ejemplo, como nota Forcellini, se dice sui juris, por ser esta expr·esión una fórmula del Derecho; pero no ocurre lo mis- pueblo reunirías ; y en li, ÓJ.j a(n:dp S'/OJ/ E sro ouo' l'¡lhtoY Ucól:op.fl•. = pero yo no me inquieto nada por mí mismo. Otros ejemplos que dan los au- tores no son ciertos. En el que cita Bailly en su Diccionario se halla este pronombre usado oon au1:Ck; y en el de la !liada._ que cita Kühner en su Gmmática, hay que cambiar la persona del verbo, que debe ser tercera y no segunda, como escribe dicho gramático y se lee en algunas edi- o iones. (r) Según Brugmann (op. cit., § 516, nota 2) el uso de posesivo común que conservó el adjetivo o<;, -1¡ , ov, originó la reaparición del uso común del pronombre; así, de la locución p.ópov .:üv o•1 a.o<ti¡:; o l'aOO<, nació ·p.opov -;:ov aÚ-;;i¡~ oicrOa.. El griego moderno sigue usando es~e re- flexivo. pero con el genitivo del pronombre personal correspondiente, así: Zau'tóc; u.ou, Sau~ó~ aou, Sa.u":Ót; ~:ou. yo -mis-mo, tú mismo, él mis n1o. (2) Do~ interpreta!Ciones se han da;do de esta voz en este pasaje : entienden unos que denota el demonio o ángel custodio propio de cada alma, según la, <doctrina 'de Platón; y otros, que d.esigna las furia·s u otros •dioses inferiores d e los infiernos. (3) Compárese esta constmcción con el ejemplo de San Vicente Fc- rrer, citado antes, o sea: elijam quisque sa vida bona. (4) Totius latinitatis Le.xicon, art . suus. ;roo BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA mo en el segundo ejemplo, donde no sólo se usa el posesivo suus po.r noster, sino tan1bién el reflexivo se rpor nos. Los citados ejemplos son, como se ha dioho, :de los juriscon- sultos romanos Juliano y U lpiano, que, respectivamente, vivieron en los siglos r r y r r r d. de J. C. Y quizá no sea despro¡pósito el creer que no sólo ellos sino también el vulgo usaría esrtos vo- ca,blos .en Ja acepción general qtre hemos visto tienen en las de- más lenguas hermanas de la latina, y •cuyos ej emp1os hemos citado. Té111gas•e en cuenta que la literatura latina, por lo que mira a este particular, es, en general, más ari·stocrática que la griega; es d.eoir, que •lo':; clásitos latinos, al igual que lqs indos, procuraban ·dtistinguirise del habla vuLgélir en sus escritos. Y tal vez así 'se explique el hecho de que dttrante ,¡a Edad l\II.edia se halla alguna vez usado el posesivo suus .referido a persona dis- tinta de •la tercera, comü se ve en las cartas del Papa Bonifa- ci-o VIII a Eduardo I, rey de Inglaterra (r), en que Je dke: "Et tandem .ad id e~ercens potentiae suae vires (2)." Y finalmente :poniendo en ejerciteio para e'5to 1as fuerzas de tu poder. 1 De modo que, como acabamos de ver, la l~ngua aria o indo- europea tenía para todas las personas y números un ·pronom- bre reflexivo comlún y un adj etivo posesivo, derivado del tema de aquél, con Ja misma si.gni,ficación general. De los dialectos o 1enguas •en que 'se fmccionó aquélla, unas, como las es•lavas, conservaron el pronombre y etl adjetivo sin alteración en sn uso; otras, como uas indoiranias (indo y persa), perdieron el pronombre y conservaron el wdlj etivo ·con la significación co- mún que tenía .en la lengua madre ; el griego •conservó el adje- tivo con su acepción común en la épica antigua, y restringió, ya desde época ·prehistórica, el uso de1 pronombre a las terceras personas. iEI Uatin y el g·ermá.nico restringieron el ttso de am- bos, pronombre y adj·etivo, a las terceras personas. Pero, como también hemos visto, el sánscrito empleó el indeclinable sva'yám con la significación común del reflexivo que había perdido; el gri.ego hiz.o lo mismo con el pronombre ér.w'tou; el alemán V'l.llgar emplea el reHexivo sich, y lo mismo hizo el latín con suus y se en los poquísimos ejemplos que hemos podido hallar. (1) Bl ¡primero de este nombre de la dinastía de Jos pJantagenetos, que reinó desde 1272 a ·1307, y a quien otros llaman Eduardo IV, tenien- do en cuenta a todos los de este nombre que reinaron en aquel país. (2) V. Dn Cange. Gloss. med. et inf. Latinitatis, art. stms. . ACERCA DE UN SOLECISl\10 IOI Continuación dd latín, o mejor diwlectos del latín, son las distintas lenguas romances, en las cuales se ha obs·ervado el uso dé! pronombre y adjetivo que estudiamos como rdleúvo gene- ral, tanto en las formas tónicas del pronombre, o sea en las usadas con pr12posición, como en Jas átomas o empleadas en la conjugación refl.exiva. P ero en muchos de los ejemplos citados, el se (es o s') de pri>mera y segunda personas de plural, no es el propio reflexivo, sino un fonema originado de la s ·finaJ de los personéllles nos y vos, usados en estas personas, y así .'le expli- can casi todos los casüs deQ valenciano, ca.twlán y ¡provenzal. De la expresión completa cle la primera persona plwral del va~encia no mosatros mas en anem., nacen pür simpJi,ficación mosatros mon anem [ mon de m o'( se )n] y mosatros s en anem [sen ele (mo)s en :J, usadas indi stintamente las dos. Así en los dos citados ejemplos de los sermones de San Vicente, nosaltres nons podem escusar [ nons de no n( o )s] y nosaltres nos podem 'com¡po1·tar [nos de no(n)s]. La misma explicación tienen las segundas per- sonas de plura'l: así, ele uosatros uos en an.eu salen uosatros uo'n aneJ.t y uosat1·os's en aneu. Y en imperativo: anenwn de anemmos-en; aneusen de aneu-ttaS··en. Y lo mismo cuando el ver- ha empieza por consonante, o sea cuando el nos y os no van se;,:rtli- dos el e vocal: así, en el citado ejemplo de los sermones : parques vullau, el ques es~á por que os; cüi110 en nosatros es llavem, u os- afros es llaven, está d es por .mas ·u os. Y del mismo modo se explican los casos citados del provenzad y del catadán, excepto el se diett de este último. En stts vais por vos os vais debe verse también la s ele vos pegada a os; y tomado luego sos por os, usado, como éste, en no sos vayáis, y en sMsvoy a leer la solicitud. En el caso de ¿se quedais ustedes? hay contaminación o cru- ce de construcciones, es decir: que de las castizas ¿se quedan ustedes? u ¿os quedáis vos? nace la mestiza en que, con el ver- bo en segunda persona propio de .la segunda de aquellas dos, se emplea el pronombre se ele tercera persona, propio de ua primera; y ·lo mismo en el catalán ¿ com. se dieu.9 El irsus de lAvilla por idos, no es más que el infinitivo irse u sarlo como imperativo: Í?'se os ) irsos o ir sus. Pero no podernos atribuír el mismo origen al se de se ha- béis enterado; ni al sí de que vttelvas en sí, ni al de los otros ejemplos citados de las demás lenguas romances. Ni tampoco reconocer en algunos de ellos influencta eslava, como han queri- !02 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA do ver alg-unos {r). En éstos, el se o sí es verdadero pronombre, cuyo uso, después de haber quedado restringido, en 'poca pre- histórica del latín, a la tercera persona, volvi-ó a extenderse a 1as otras más o menos, según los países, como hemos visto. Ex- plicando este fenómeno dice Cuervo {Ap~tnt., § 345): "La apro·· piación del pronombre de tercera persona sí a las demá:s, ele- pende, sin duela, de que aquélla es de uso muchísimo más fre- cuente que éstas ... Ciertas frases o exipresiones vienen como a petáficarse; ftuera de voVve?~ en .s~í, e11-tre sí, de por sí, que ten los .casos explicados no cuentan con d apoyo dtel uso literario, sucede esto en castellano con frases como dale que dale, come que come, las cua:les se usan con ref.erencia a todas das .perso- na·s." Así es, en verdad; per-o en lo que a ·este pronon1br·e se re- fiere, debemos· l'econocer en esto.s. casos, si no la continuación de la manera ele ex·presar la acción ref·lexiva en ario o indoeuropeo, por lo m!enos tma especie de resurgimiento, inconsciente, si se quiere, del mismo sentimiento lingüístico, según el cual, aquel ·pueblo emplewba un soJo y único pronombr·e para expresar la cualidad reflexiva de la acción verbal ·en tocl~s las persona,s y números, procedi.mi'ento que en pa1:te se continúa él!Ún hoy en las lenguas eslavas. 'y no sólo en éstas, sino en tlas romances se emplea el se con ese valor común en el infinitivo ele 1os verbos: lavarse, arrepentirse, se repentir, pentirsi, etc. Al decir lavarse expr.esa1111os la acción de lavar como recayendo en el mismo agente que Ja e}ecuta, sin consideración . ninguna a la persona gramatical ni al' nútnero; y no decimos lavarme, ni lavarte, sirto cuando concretamos la acción a .la pümera o segunda personas. Y lo mismo en ias locuciones en que el pronmnbre lleva prepo- si.ciórÍ, pmque en ellas s·e toma poT infini•tivo la lomción compl·e- ta volver en s·í, estar fuera de sí, etc., y los que aplican estas lo- cuciones como predicados a un suj eto conciertan con éste etl verbo y dejan Ja preposición con el pronombre sin modifica- ción, pero r·efericlo este último a la persona del verbo. Nótlese, además, qt~e esto ocurre en contados <=<'lsos, y que en una de estas locuciones, o sea en la de volver en sí, convienen, como ya se habrá visto, el castellano y el rumano. El fenómeno .que esrt:udiwmos Jo tenemos también en el ver- bo ensimisnwrse que hemos forma:do de la locución en sí mis- mo, y que .hablando correctéll111ente y conforme a la significa- (r) V. !lf.eyer-Lübkc, op. cit., III, § 380. ACERCA 1DE UN SOLECISMO I03 cwn moderna del pronombo.-e sí no debemos U:Sar más que en teroeras ;personas. iEn cambio no nos choca ver usado en la pri- mera y segunda, el verbo suicidarse (r), en que ncurre lo pro- pio, pues al decir "tú te suicildas" es· como si se .dtijera "tú se matas". No queremos dar fin a nuestro trabajo sin !hacer notar que el latín que, como ya hemois dicho, restringió a las terceras per- sonas el uso del reflexivo se y el del posesivo suyo, tuvo un solo y úniw fonema para expresar la s·igni:ficación r·eflexiva del ver- bo, así: amor, amare, amatur, amamur, amantur; donde, como se ve, .la r denota la significaci.ón reflexiva en todo el singular y en r." y 3·" pers. de :pl. Y esta r bien podría, ·como ldijo iBopp, proceder 'del reflexivo se, o tener el mismo origen ·que éste, a pesar de las objeciones, no contestadas aún, que 'se han hecho .a la afirmación de tan insigne lingüista. · La dicha r no sólo es signo de acción reflexiva en latín, sino que da también valor impersonal a oier<ta.s formas verbales en ésta y en otr.as lenguas_ de la fami<lia. 'En británico, las form2.s verbales en ar, er, ir, tienen vaQor impersonal, es decir, s·e ap-li- can a todas las personas, <las cuales se indircan por medio· ·d:e un pronombre, complemento del verbo; así ·en bretón nem gueler = no se · me verá; ez conscrcrer = se te consagra. El mismo valor tiene el subjuntivo umbro f erar = se llevará, y el indicativo de presente ier = se va, como en latín 'itur {z). Y el se !imperso- nal es tan .córi1odo y ·parece que fluye de los labios tan espon- táneo cuando se habla, quie es menester estar . n11uy sobre sí para no .emplearlo en ·Casos como 1os que ya !hemos citado, y a . los que pueden añadirse los siguientes: "N o son temibles las amenazas cuando S·e e'stá seguro de que no tendrán ·efecto"; "cui- dar ·de !hacer descubiertas desde el paraje en que se está al efecto". Madrid, enero de r9zó. JosÉ ALEMANY. (r) Verbo tomado, lo mismo que el port. su.i:c·ida1·se y el ita!. mici- darsi, del fr. se snicide1·, y derivado éste del subst. stticide; vocablo que formó, a semejanza de homicide, del lat. sui y el verbo caedere, matar, y empleó por primera vez el abate Desfontaines. La Academia Francesa lo admitió en 1762. V. Dictionnai?·e généra.l de la La.ngue Fmnraise, por A. Hatzfeld y A. Darmesteter. (2) V. ll·feillet, op. cit., ~ág, r\)8.
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