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Contiene el estudio preli minar, el texto, las notas al pie y la tabla de la edición publicada en 1997 por Edi¬ torial Crítica y en la cual figuran el prólogo, el aparato crítico, las notas comple¬ mentarias y otros materiales E L A U T O S A C R A M E N T A L . T R A D I C I Ó N Y C O N T E X T O L I T E R A R I O O R Í G E N E S Y E N S A Y O DE C A R A C T E R I Z A C I Ó N . LOS estudios dedicados en las últimas décadas al teatro antiguo han puesto de mani- fiesto que es preciso buscar los orígenes del auto sacramental en la con- fluencia de dos procesos históricos: la evolución de la celebración de la fiesta del Corpus Christi, por un lado, y por otro el drama litúrgico me- dieval. La fiesta del Corpus fue creada en 1264 por Urbano IV, dispo- niendo Juan XXII que se celebraran procesiones. En España, la pro- cesión como medio para resaltar públicamente la importancia del mis- terio de la Eucaristía fue introducida por Berenguer de Palaciolo, muerto en 1314; la más antigua de que tenemos noticias, según Milá y Fontanals, tuvo lugar en Barcelona en 1322. Pronto alcanzaron gran popularidad e importancia no sólo como celebraciones religiosas, sino también como fiestas urbanas: las «invenciones», utilizadas para ame- nizar los banquetes y fiestas cortesanas, fueron aprovechadas para las procesiones del Corpus. En estas celebraciones, sin embargo, faltan los entremeses, rocas o figuras de tema sacramental. Parece, en consecuen- cia, que por este camino no es fácil llegar al auto sacramental, tal como lo conocemos. El drama litúrgico medieval era representado de manera constante, en el interior de los templos, desde los siglos XII y xin; adquiere ya cuer- po teatral con las obras que Juan del Encina, Lucas Fernández y Gil Vicente escribieron para la Navidad o la Pasión, y en las que induda- blemente existe ya una intención didáctica y, sobre todo en el portugués, alegórica. Quizá sea Gil Vicente el primero que escribe una obra para el día del Corpus, el Auto de San Martín, obra que, sin embargo, no es eucarística ni alegórica. Es posible que las primeras obras de tema eu- caristía sean la Farsa Sacramental, de Hernán López de Yanguas, o la Farsa Sacramental de 1521, publicada por Serrano y Sanz. Aqué- lla parece anterior a ésta. En cualquier caso, son obras muy próximas cronológica y estructuralmente; ambas reproducen el esquema de los au- tos de Navidad: la Farsa del Santísimo Sacramento, compuesta para el día del Corpus, se limita a sustituir al pastor didacta por la Fe, que aparece como figura alegórica. Sin ser plenamente autos sacramentales, pueden, sin duda, ser considerados como dos precedentes de excepcional importancia. I X X D O M I N G O Y N D U R Á I N Más cerca de la variedad y riqueza temática de los autos, de las ale- gorías teológicas y del aprovechamiento de asuntos no eucarísticos, esta- rían las obras de Diego Sánchez de Badajoz; la Farsa de Santa Susa- na «05 ofrece la primera noticia conocida de que la obra se represente sobre una carreta. Sánchez de Badajoz compuso diez obras para las fiestas del Corpus, en las que trata el misterio de la Eucaristía; son es- pecialmente importantes la Farsa militar, la Farsa moral, la Farsa ra- cional del libre albedrío y la Farsa del juego de cañas. En estas obras el sentido alegórico está ya presente con toda claridad y, a través de él, son tratados, en forma dramática, los asuntos teológicos. Junto a Sánchez de Badajoz, cuya Recopilación en metro se pu- blicó postuma en 1554, se podría situar a Timoneda, quien publica los Ternarios Sacramentales en 1558 (uno) y 1575 (dos); sean suyas o no, son obras que pertenecen ya al género de los autos sacramentales, lo mismo que algunas de las obras más tardías recogidas en el Códice de Autos viejos. Según Wardropper, Flecniakoska y Lázaro Carreter, el auto sacra- mental no aparece por evolución de un género, sino por lo que podría- mos llamar una mutación, un salto; al menos eso parece deducirse de sus escritos, pero se trata de formulaciones que no acaban de quedar cla- ras, especialmente en cuanto a lo que diferencia una y otras evoluciones, pues está claro que cualquier género nuevo es distinto del que le da ori- gen. Quizá traten de señalar el nacimiento del auto, frente a las modi- ficaciones de géneros surgidas por simple acumulación, sin cambios es- tructurales, como hecho repentino, creado de manera consciente y deliberada mediante una nueva organización de materiales ya exis- tentes. De ser así, cabría pensar que la razón de la originalidad del auto estriba en que este género aparece cuando el teatro ya está formado, lo mismo que las celebraciones del Corpus; sería entonces la fusión de es- tos dos factores lo que daría lugar al nuevo género. Es lo que parece apuntar Marcel Bataillon al concluir que «el auto sacramental resulta- ría así de una transacción entre la costumbre ya inveterada de celebrar el Corpus con representaciones teatrales y las exigencias de la reforma ca- tólica, que en tiempos del Concilio de Trento pretendía volver la fiesta al espíritu de su institución». Hay que recordar ahora el hecho de que Sánchez de Badajoz utili- za figuras alegóricas en las obras de Navidad, pero no en las dedicadas a la Eucaristía; parece posible, en consecuencia, que la fusión se reali- zara en Valencia antes que en ningún otro lugar, como influencia del didactismo del extremeño en la espectacularidad del Corpus valenciano. E S T U D I O P R E L I M I N A R XI Ahora bien, se hace necesario precisar y matizar algunos aspectos de los planteamientos anteriores; en general, el esquema parece ser este: las procesiones del Corpus en la Corona de Aragón, que presentan un gran desarrollo plástico y alegórico, son un acontecimiento cívico popular, pero falta en ellas la representación alegórica o teatral del misterio de la Eucaristía. En Castilla la fiesta del Corpus parece celebrarse con obras teatrales de carácter didáctico, en las que se trata el tema de la Eucaris- tía, pero falta aquí la presentación alegórica en la mayor parte de los ca- sos (por ejemplo en Sánchez de Badajoz, aunque la Fe aparezca en la Farsa del Santísimo Sacramento), y sobre todo la proyección cívica. Miguel Ángel Pérez Priego señala que los autos de Pasión y Resurrección conservan todavía en el siglo xvi , de forma más viva que los de Navidad, el carácter celebrativo y devo- to con que surgieron de la liturgia. Su intención no es la de ilustrar ca- tequísticamente un dogma, sino la de «mover a devoción al auditorio», mediante la fervorosa contemplación plástica del misterio que se cele- bra. Por eso suelen tener un carácter más recogido y privado, que con- trasta con el multitudinario teatro sacramental. Pero, como señala el mismo autor, este carácter multitudinario no surge de manera espontánea ni lo hace sin causar grave daño en las formas ya existentes: Las constituciones de Coria de 1537 las estimulan junto a un nuevo ci- clo, el del Corpus: «ni representen farsas [los clérigos] no siendo en las iglesias en los casos permitidos como en la Pascua de Resurrection o Natividad o Corpus Christi». La competencia de este nuevo ciclo y las nuevas necesidades religioso-teológicas hacen difícil la pervivencia del de Pasión-Resurrección. Así se deduce de lo dispuesto por el Concilio provincial compostelano de 1565: «Deben celebrarse por el pueblo cristiano con mucho júbilo todas las festividades en que se conmemo- ran los beneficios de nuestra redención, pero más especialmente debe- rá manifestarse la alegría espiritual en el natalicio del Señor y en el día del sacratísimo Corpus Christi». Parece posible, pues, que la combinación de elementos, realizada, qui- zá, por alguno de los obispos, pueda dar lugar al nacimiento de un nue- vo género: los componentes alegóricos de las procesiones se ponen al ser- vicio de una obra teatral en la que se expone un tema de sacrateología que culmina en la exaltación de la Eucaristía. La procesión de carros in- dependientes es sustituida por la procesión de las carretas teatrales, que X I I D O M I N G O Y N D U R Á I N caminan dirigiendo al pueblo hacia una meta en la que se expone el sentido de las figuras, fundiéndolas en una síntesis teatral-teológica. La procesión ha dejado de ser un espectáculo en sí misma —espectáculo que se ve pasar, o en el que se participa— para convertirse en reclamo que di- rige al público hacia el sermón puesto en verso, en el que no cabe ya la participación activa: la división entre actores y espectadores o entre di- rectores y dirigidos es ahora tajante. Si este planteamiento es correcto, se podría hablar quizá de involución —más que de evolución- encaminada principalmente a la reducción y el control de las procesiones. Es, como ha visto Bataillon, un hecho propio de la reforma católica, de acuerdo con el espíritu de Trento, en cuanto que trata de renovar el espíritu mi- sionero de la Iglesia primitiva (aquí es visible la influencia ignaciana) y de evitar la mezcla de elementos profanos y religiosos. Uno de los problemas más difíciles para el estudioso de los orígenes del auto sacramental es, sin duda, el carácter alegórico que, según Val- buena, es defmitorio. Si, en efecto, en la prehistoria del auto sacramen- tal el tema, como en los otros misterios, es la exposición canónica del dogma, muy pronto es eliminado el aspecto doctrinal, teórico —que fun- cionará como base aceptada-, sustituido por las consecuencias que se de- rivan del cruce en la vida de los hombres. El paso de lo que hay que creer a lo que hay que obrar parece esencial: es lo que permite orga- nizar en forma dramática la enseñanza y lo que obliga a emplear la ale- goría como única forma de representar lo sobrenatural condicionando la actividad humana. Ejemph temprano de este conflicto, como motivo dramático, es, entre otros, la confusión de las mujeres en el Auto da Feira (1527), de Gil Vicente:: SERAFÍN Conciencia queréis comprar de que vistáis vossa alma? MAR Tenedes sombreiros de palma muito bos para segar, e tapados para a calma? El didactismo eclesiástico trata de exponer lo absoluto, esto es, verdades de validez general, intemporales y no circunstanciadas. El teatro es un medio inadecuado para conseguir estos fines; la única solución es redu- cir la doctrina a fundamento teórico y exponer casos que ilustren esas creencias, que ejemplifiquen cómo se relacionan los dos planos. Es para ampliar, en lo posible, la validez de ejemplo, para evitar la particulari- zación del caso, por lo que se acude a la alegoría, que, en consecuencia, no se limita a representar realidades del mundo sobrenatural, sino que E S T U D I O P R E L I M I N A R X I I I también representa potencias del alma humana, apetitos y deseos, rea- lidades físicas (el cuerpo del hombre), etc. El momento en que se pro- duce la mezcla de planos sería entonces el del nacimiento temático del auto sacramental. La alabanza final de la Eucaristía, lo mismo que la representación el día del Corpus, es tanto una síntesis de todo el auto cuanto un punto de partida. El acto único contribuye a resaltar la uni- dad del planteamiento teórico. Por otra parte, esta caracterización del auto parece difícilmente com- patible con la interpretación antiprotestante. En palabras de Bataillon: «El nacimiento del teatro eucarístico destinado al Corpus nos parece que no es un hecho de Contrarreforma, sino un hecho de Reforma católica». Sin oponerse en lo esencial al análisis de Bataillon, Flecniakoska se- ñala que se encuentran en los autos tres temas que quemamos señalar especial- mente: los heréticos, los judíos, la Inquisición. Aunque el auto no está ostensiblemente dirigido contra los herejes, nunca pierde ocasión de atacarles. Los dramaturgos arremeten contra todas las herejías, pasadas o presentes, pero el protestantismo, situado al mismo nivel que las de- más heterodoxias, es el enemigo esencial. Sin embargo, hay que distinguir entre herejía considerada como hecho abstracto, generalmente representado por el personaje del mis- mo nombre, de las herejías concretas. En algunos autos los ataques se producen en series. Vemos, pues, cómo el tema de los autos no es la herejía, de la que sólo se ocupan tangencialmente. Esto es normal, pues en escena no se discu- ten verdades dogmáticas ni se exponen de manera teórica; como ya ad- vertimos, el auto es una representación que ilustra sobre algo ya conoci- do y aceptado de antemano: el tema no puede centrarse en un conflicto ideológico, sino en actuaciones arquetípicas. De esta manera el tema del auto no puede ser otro que la doctrina de la Iglesia en cualquiera de sus múltiples aspectos o manifestaciones; cualquier otro asunto no será nun- ca esencial —al menos explícitamente— y estará al servicio de la didác- tica religiosa positiva. Otra cosa es que, intencionadamente o no, se confundan y mezclen los campos; así, por ejemplo, sigue diciendo Flec- niakoska: El nacionalismo y la xenofobia son dos temas característicos de los au- tos, pero hay que señalar que siempre son suficientemente difusos para no constituir nunca lo esencial de una obra. El proceso es sencillo. La X I V D O M I N G O Y N D U R Á I N Iglesia o la Fe se identifican con España, que es su defensora. Todo el mundo conoce la fórmula «Fuera de la Iglesia no hay salvación», así que fuera de España tampoco; de esta manera son atacadas todas las na- ciones gangrenadas por la herejía. Los temas fundamentalmente utilizados por los autos sacramentales son los que proporciona el Antiguo Testamento, los sacramentos, los dog- mas de fe y asimismo la hagiografía y la liturgia. En cualquier caso hay que señalar la doble perspectiva de estos temas, pues si, por una parte, exponen la doctrina religiosa, por otra proponen un modelo de compor- tamiento. En la clasificación de los autos que formuló Valbuena, nuestra obra queda entre los «filosóficos y teológicos». Parker mismo dijo que el auto «es 'sociológico' y no filosófico'». Posteriormente, Fiore ha querido ma- tizar el calificativo de Parker, sugiriendo el término «filosófico-moral», ya que «la acción elabora un problema ético basado en la filosofía esco- lástica». Más recientemente ha afirmado Pollmann que la obra no es primariamente sociológica, según opinaba Parker, sino ontológica. Mo- rón Arroyo acepta la clasificación temática de Valbuena, pero añade que la «fórmula del auto sacramental que [permite] superar y explicar sus variantes ... es la historia de la caída y redención individual y colectiva y la imagen del mundo que se repite en todos los autos con una prodi- giosa variedad en los detalles». E L A U T O S A C R A M E N T A L E N LA É P O C A DE C A L D E R Ó N : C O N D I C I O N A M I E N T O S E C O N Ó M I C O S Y S O C I A L E S . Hemos visto cómo las «invenciones» son sustituidas, en las procesiones del Cor- pus, por los carros sobre los que se representarán los autos. Se produce, pues, un desplazamiento en el centro de la celebración, que pasa de las rocas y entremeses a las representaciones teatrales. Ya en tiempos de la representación de nuestro auto se había configurado el espectáculo a imi- tación de las comedias: una loa, seguida por el auto, entre «dos ... pie- zas cortas perfectamente conformadas que, situadas estratégicamente —al principio (entremés) y al final (mojiganga)—, escoltaban el auto», por decirlo con De la Granja. Ha puesto de relieve Diez Borque «la necesidad del estudio articu- lado de fiesta y teatro en el Barroco español y la absoluta insuficiencia del análisis del texto como hecho exclusivo de literatura escrita». Su es- tudio examina con detalle los aspectos del texto cantado y la espectacu- laridad de la puesta en escena de los autos de Calderón. E S T U D I O P R E L I M I N A R XV Ahora bien, estenuevo espectáculo sigue cumpliendo su función —el lujo- en cuanto que la magnificencia que despliega sirve para prestigiar a la entidad o grupo que lo subvenciona. Hay que notar también que, en este sentido, no es un negocio equiparable al de la representación de co- medias: posee rasgos peculiares —que afectan tanto al organizador como a los trabajadores teatrales— suficientes para diferenciar con claridad el auto de las comedias. En la reedición de su libro, Wardropper recoge la observación de Bataillon —al reseñar éste la primera edición— de que «hubo en la España del Siglo de Oro 'una industria teatral' parecida a la 'industria cinematográfica' de hoy día». Nunca será más apropiado este recuerdo que en el caso de los autos. En palabras de Bataillon, el auto «estaba en la clave de la organización financiera del teatro español». El hecho de que el empresario o, mejor, el patrocinador, no obtenga ganancias directas por su participación, no supone que las representacio- nes del Corpus sean actividades libres. Lo que ocurre es que cumplen una función superestructural —ideológica— no sólo creadora de prestigio, sino también directamente alienadora; esto en cuanto que propone a los espectadores la visión del mundo del mecenas. Es cierto que lo mismo ocurre en la comedia —no hay más que recordar el período albino de Lope—, pero si el autor de comedias puede alternar el mecenazgo con la venta al consumidor, el de autos está inevitablemente sujeto al mece- nazgo, de donde recibe la mayor parte de sus ganancias. En el caso de que el mecenazgo no sea ejercido por el poder político, sino por grupos económicos profesionales, se produce la misma relación de dependencia; Noel Salomón señala que, cuando las corporaciones ur- banas se hacen cargo de los gastos originados por los espectáculos del Corpus, comienza la valoración de tipos sociales no nobles. Por supuesto, también influye el tipo de público, aunque en menor medida que en las comedias; la presencia de campesinos y las posibles representaciones en los pueblos obligan a moderar las burlas dirigidas a los rústicos. Se trata de ver ahora cómo se organizaban y desarrollaban las repre- sentaciones del Corpus. Como explica Flecniakoska: En Madrid, la comisión de fiestas, organismo puramente administrati- vo, es completamente laico. Está presidido por un miembro del Con- sejo y Cámara Real, llamado protector [el Protector de los hospitales], superintendente o comisario de la fiesta del Santísimo Sacramento, asistido por el Corregidor de la Villa, dos regidores y el secretario del Ayuntamiento. Esta comisión era muy eficaz, ya que el Superinten- dente estaba en estrecha relación con el poder central, los Consejos de X V I D O M I N G O Y N D U R Á I N Castilla, mientras el Corregidor, que lo estaba con la municipalidad, podía actuar directamente sobre los actores. El control es, efectivamente, muy estrecho, llegando a obligar a deter- minados actores a tomar parte en representaciones. Es, por ejemplo, el caso del actor Jerónimo de Heredia, a quien, para que representara el pa- pel principal en E l divino Orfeo, hicieron ir desde Sevilla a Madrid y al que, ante su resistencia, el Ayuntamiento le ordenó que aceptase el papel y lo estudiase, pues en caso contrario iría a la cárcel. Además de la prestación personal obligatoria y de las presiones a que se encuentran sometidas, las compañías deben cumplir con unos com- promisos agotadores. En principio, los autos se debieron de representar una sola vez, pero al correr el tiempo y convertirse en una cuestión de prestigio, cada corporación, cada grupo de poder, trata de conseguir su propia representación privada que, por supuesto, no excluye la repre- sentación ante el pueblo. Dado el régimen polisinodal que impera en la España del XVII, no es de extrañar que las representaciones se multi- pliquen de manera abrumadora. Por ello, en 1624 se publica un Decreto de S.M. para que los Autos se hagan solamente a S.M., la V i - lla y el pueblo de Madrid, evitando así los gastos excesivos de las re- presentaciones hechas a Consejos y a particulares. Como suele ocurrir con este tipo de decretos, tampoco el de 1624 se cum- plió; era imposible, ya que los mismos encargados de llevarlo a la prác- tica, los comisarios, eran los primeros interesados en multiplicar las re- presentaciones para atender las múltiples solicitaciones de particulares y, en especial, de corporaciones, que tienen gran empeño en no asistir a la sesión común sin privarse por ello del espectáculo. Además del prestigio que supone la representación exclusiva, hay una razón muy simple: en- tre los consejos hay jerarquías y de acuerdo con ellas se distribuyen los puestos en el espacio destinado a los espectadores: algunos no ven nada del escenario. Por estas causas, las compañías, obligadas por los comisarios, deben repetir su espectáculo tal número de veces, ante tantos grupos de espec- tadores diferentes, que se ven en la necesidad de prolongar sus actuacio- nes hasta muy entrada la noche del viernes y, en ocasiones, a continuar su trabajo durante el sábado y el domingo. A esto hay que añadir que cada compañía suele representar dos autos, lo que multiplica el esfuer- zo. Lo normal es que actúen dos compañías simultáneamente, de for- E S T U D I O P R E L I M I N A R X V I I ma que puedan cruzar sus itinerarios y cubrir más campo, evitando los tiempos muertos. En la primera representación, la que se hace ante Su Majestad, se dan los cuatro autos. Uno no sabe qué admirar más, si el esfuerzo de las compañías o el de los espectadores. Los comisarios exigen también que los trajes de toda la compañía sean nuevos, llegando a precisar incluso el tipo de tela que debe ser uti- lizado para su confección. Teniendo en cuenta que cada compañía sue- le tener poco menos de veinte actores, se comprenderá el esfuerzo que su- pone para los directores de las compañías realizar todos los preparativos y tenerlo todo a punto para el momento de la representación; máxime teniendo en cuenta la prohibición —frecuentemente incumplida— de que actores de un auto pasen a otro: son necesarias dos compañías y dos jue- gos completos de vestuario. Sin duda comprendiendo todas esas dificul- tades, el Ayuntamiento de Madrid decide, en 1614, tomar las oportu- nas medidas: En este Ayuntamiento, habiéndose visto el inconveniente que hay de recibir los autores ['empresarios'] de comedias en la cuaresma para la fiesta del Santísimo Sacramento, que por ser tan tarde no dan muestra de los autos hasta que se allega el día de la fiesta, cuando no hay ya lu- gar de enmendarlos, para remedio de lo cual se acordó que de aquí en adelante se elijan los dos autores para la dicha fiesta, de los mejores que hubiere en todo el reino, dos semanas antes que entre la cuaresma, con lo cual se podrán prevenir de buena compañía sabiendo que han de te- ner las fiestas y harán luego componer los autos, los cuales se han de haber visto. Parece haber no sólo interés por la magnificencia de la fiesta, sino una cierta precaución censoria. A pesar de todas estas obligaciones —quizá gracias a ellas— las com- pañías contratadas para representar el día del Corpus gozan de venta- jas muy considerables. El contrato con el Ayuntamiento permite incluir una cláusula según la cual la compañía obtiene la exclusiva de las re- presentaciones teatrales desde la Pascua hasta el Corpus. Su partici- pación en el espectáculo de la capital les asegura numerosos contratos en los pueblos próximos; esto sin contar el prestigio que le confiere a una compañía el ser seleccionada y, en su caso, llevarse la joya': los cien ducados de premio que se supone pueden ser para una de ellas o re- partirse entre las dos. La multiplicación de actuaciones, en especial cuando las prolongan durante sábado y domingo, supone unos ocho- cientos reales de gratificación suplementaria. Dela misma manera, X V I I I D O M I N G O Y N D U R Á I N para la renovación del vestuario, el Ayuntamiento contribuye con la ayuda de costa y, lo que es quizá más importante, la compañía se en- cuentra, cara a la temporada, con la renovación completa del vestuario, ya que los personajes del auto coinciden en su caracterización con los de la comedia. Es también el Ayuntamiento el que se ocupa de lo referente a los ca- rros y a su adorno, y asimismo de los decorados, pagando incluso en ocasiones a los encargados de conducir los carros. Como se ve, los orga- nizadores toman a su costa prácticamente todos los aspectos materiales. Para aumentar el interés de las compañías y de los actores en la repre- sentación, se les hace competir por la joya. Por lo demás, todos los componentes de la compañía reciben grati- ficaciones, desde el empresario al último empleado. Según Flecnía- koska, el Corpus constituye para ellos «una fecha capital en su vida económica. Tienen la seguridad de ganar en un día una cantidad glo- bal que, en época de trabajo normal, correspondería a semanas de es- fuerzos: por eso se suelen comprometer a pagar sus deudas al día si- guiente de las fiestas». En cuanto a los empresarios, sigue explicando Flecniakoska, a partir de 1590 se fijan los precios y, salvo alguna excepción, las tarifas son las siguientes: en Madrid el autor de comedias recibe 325 ducados por auto; en Toledo, 100 (tanto por el Corpus como por la octava); en Sevilla, 350; en Segovia, 200; en Valladolid, 300. Tenemos así un panorama bastante completo de lo que participar en las fiestas del Corpus supone para una compañía. Ahora bien, las venta- jas son al mismo tiempo un condicionamiento; de esta forma, escrito- res, autores y actores deben esforzarse en complacer a los organizado- res, aceptando sus puntos de vista y su comprensión de la realidad. Esto no se aplica únicamente a las representaciones del Corpus; debe extenderse a la actividad teatral durante toda la temporada, ya que será con arreglo a ella como se elegirán «las de mayor fama». La elección es doble, por cuanto los organizadores deciden quién y qué se representa- rá ese día. Resulta conveniente concluir estas consideraciones con un comentario de A.K.G. Paterson sobre la finalidad de los autos: El auto encierra el mismo misterio que celebra, lo cual constituye una relación entre el vehículo y su significado mejor calificada de 'metoní- mica' que de 'metafórica'. Pero un cambio de perspectiva sirve para E S T U D I O P R E L I M I N A R X I X atribuir al auto sacramental el valor metonimico por un sistema social; la supuesta finalidad espiritual de los autos no es sino una aseveración más de realidades muy engranadas en el complejo mecanismo social de la ciudad capital de los habsburgos ... La índole seglar del auto es un factor conspicuo en cada momento de su elaboración teatral.* DOMINGO Y N D U R Á I N * Sobre el or igen del auto sacramental son trabajos de referencia impresc in dible los de Flecniakoska [1961] , Batai l lon [1964] , Lázaro [1965], E g i d o [1982] , D i e z B o r q u e [1984] , R u a n o y Al ien [1994] y Are l lano [1995:97-99 y , sobre todo, 685-737] . E l decreto real de 1624 y la disposición del munic ip io de M a drid de 1 6 1 4 citados en estas páginas pueden verse en Pérez Pastor [ i9 i4 :núm. 1 9 0 y 1 9 0 1 : 1 4 4 - 1 4 5 ] . T a m b i é n hemos conci tado aquí, por este orden, los traba jos de Mi l á y Fontanals [1888-1896], Cota re lo [1902] , Gonzá lez Ol l é [1967 y 1969] , Ward roppe r [1967] , Pérez Pr iego [1973] , Y n d u r á i n [1976] , Parker [1983], Fiore [1972] , Po l lmann [1988], M o r ó n A r r o y o [1982], D e la Granja [1981] , S a l o m ó n [1965] y Shergold y V a r e y [1961] . EL G R A N T E A T R O DEL M U N D O A U T O S A C R A M E N T A L A L E G Ó R I C O Personas que hablan en él: E L A U T O R E L M U N D O E L R E Y L A D I S C R E C I Ó N L A L E Y D E G R A C I A L A H E R M O S U R A E L R I C O E L L A B R A D O R E L P O B R E E L N I Ñ O U N A V O Z A C O M P A Ñ A M I E N T O Sale el A U T O R con manto de estrellas y potencias en el sombrero.^ A U T O R Hermosa compostura de esta varia inferior arquitectura, que entre sombras y lejos a esta celeste usurpas los reflejos, cuando con flores bellas 5 el número compite a sus estrellas, siendo con resplandores humano cielo de caducas flores. Campaña de elementos, con montes, rayos, piélagos y vientos: 1 0 con vientos, donde graves te surcan los bajeles de las aves; con piélagos y mares, donde a veces te vuelan las escuadras de los peces; con rayos, donde ciego 15 te ilumina la cólera del fuego; con montes, donde dueños absolutos te pasean los hombres y los brutos; siendo en continua guerra monstruo de fuego y aire, de agua y tierra. 20 Tú , que siempre diverso, la fábrica feliz del Universo A Las potencias son los nueve rayos de luz que de tres en tres forman una especie de corona en las imágenes de Jesús , así llamadas porque expresan la omnipotencia d iv ina . 0 E l auto analizará el conflicto moral existente en la vida humana c o m o consecuencia del o lv ido y la confusión de las necesarias dist incio- nes entre el humano cielo de caducas fio- res y el cielo d iv ino de eternas estre- l l a s . 0 compostura: 'conjunto ordenado y o rnamen tado ' . 0 2 inferior arquitectura: el Au to r , dir i- giéndose al M u n d o , alude sucesiva- mente a su estructura, su c o m p o s i - ción y el pode r generat ivo que des- plegará en la creación del drama que sigue. L a estructura del m u n d o , obra del gran Arqui tec to , está instalada d e - bajo de la celest ia l . 0 3 lejos: ' lo más alejado en una p in - tu ra ' . 0 20fuego y aire... agua y tierra: los cuatro elementos de que se c o m p o - nía el m u n d o , según se teorizaba des- de G a l e n o . 0 ^fábrica: 'edificio suntuoso o cons - trucción compleja ' . D e la m a n o de la cosmología tolemaica, en el R e n a c i - miento y el B a r r o c o el universo se 3 4 E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O eres, primer prodigio sin segundo, y, por llamarte de una vez, tú el Mundo, que naces como el Fénix y en su fama de tus mismas cenizas. ^5 Sale el M U N D O por diversa puerta. M U N D O A U T O R M U N D O A U T O R ¿Quién me llama? Que desde el duro centro de aqueste globo que me esconde dentro alas viste veloces: ¿Quién me saca de mí? ¿Quién me da voces? 30 Es tu Autor soberano. D e mi voz un suspiro, de mi mano un rasgo es quien te informa, y a su obscura materia le da forma. Pues, ¿qué es lo que me mandas? ¿Qué me quieres? 35 Pues soy tu Autor, y tú mi hechura eres, hoy de un concepto mío la ejecución a tus aplausos fío: una fiesta hacer quiero a mi mismo poder, si considero 40 que sólo a ostentación de mi grandeza fiestas hará la gran naturaleza; y como siempre ha sido lo que más ha alegrado y divertido la representación bien aplaudida, 45 y es representación la humana vida, una comedia sea conc ibe c o m o fábrica en la que se integran todas las esferas que lo componen , a m o d o de mecanismo. Compárese : «esta fábrica gallarda / del universo», de El Mágico prodigioso, 1, 6 2 - 6 3 . 0 2 5 Fénix: el ave mitológica que r e - nace de sus propias cen izas . 0 3 4 Ca lde rón recoge aquí la idea aristotélico-escolástica de que todo ser está compues to de materia y for - ma. E l A u t o r informa o an ima al M u n d o c o n un suspiro y l o forma c o n la m a n o . 3 7 concepto: aquí ' e sbozo ' o ' b o c e - 4 2 L a naturaleza es ancilla Dei, m a - y o r d o m o de D i o s , y cont inúa la obra de D i o s hecha en la creación, m a n i - festándola y celebrándola. C R E A C I Ó N DEL M U N D O 5 la que hoy el cielo en tu teatro vea; si soy autor y si la fiesta es mía, por fuerza la ha de hacer mi compañía;50 y pues yo escogí de los primeros, los hombres, y ellos son mis compañeros, ellos en el teatro del mundo, que contiene partes cuatro, con estilo oportuno, 55 han de representar. Y o a cada uno el papel le daré que le convenga. Y porque en fiesta igual su parte tenga el hermoso aparato de apariencias, de trajes el ornato, 60 hoy prevenido quiero que alegre, liberal y lisonjero fabriques apariencias que de dudas se pasen a evidencias. Seremos, yo el autor, en un instante, 65 tú el teatro, y el hombre el recitante. M U N D O Autor generoso mío, a cuyo poder, a cuyo acento obedece todo, yo , el gran teatro del mundo, 7 0 para que en mí representen los hombres, y cada uno halle en mí la prevención que le importe al papel suyo, como parte obedencial 75 —que solamente ejecuto lo que ordenas, que aunque es mía la obra, es milagro tuyo— primeramente porque es 4 autor: el dramaturgo j u e g a aquí con la dilogía que produce otra acep- c ión de este término, que era c o - rriente en la época: 'director y e m - presario de una compañía de actores de tea t ro ' . 0 5 4 partes cuatro: Europa , Asia , África y Amér i ca . 0 apariencias: 'máquinas teatrales' u otro tipo de efectos especia les . 0 liberal: ' generoso ' . 6 4 Las apariencias pasarán de las du- das del caos primordial a las evidencias de la manifestación en la creación. 7 5 parte obedencial: la que cumple la voluntad de Dios sin cuestionarla. 6 E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O de más contento y más gusto 8o no ver el tablado antes que esté el personaje a punto, lo tendré de un negro velo todo cubierto y oculto: que sea un caos, donde estén 85 los materiales confusos. Correráse aquella niebla y, huyendo el vapor obscuro, para alumbrar el teatro, porque adonde luz no hubo 90 no hubo fiesta, alumbrarán dos luminares, el uno divino farol del día, y de la noche nocturno farol el otro, a quien arden 95 mil luminosos carbunclos, que en la frente de la noche den vividores influjos. En la primera jornada, sencillo y candido ñudo 1 0 0 de la gran Ley Natural, allá en los primeros lustros, aparecerá un jardín con bellísimos dibujos, ingeniosas perspectivas, 105 que se dude cómo supo la naturaleza hacer tan gran lienzo sin estudio. L a puntuación hace que la frase dependa del tendré del verso 83, pero adviértase que, faltando un ve rbo en futuro en el verso 7 0 , el seremos del verso 65 también la rige. 9 6 carbunclos: piedras preciosas se - mejantes al rubí que según la tradi- c ión lucen incluso en la tiniebla; aquí, 'las estrellas ' . 0 9 9 N ó t e s e que C a l d e r ó n conc ibe la C r e a c i ó n c o m o un acto tripartito -Ley Natural (v. 1 0 1 ) , Ley Escrita (v. 169) y Ley de Gracia (v. 203)— y que subraya esta estructura estableciendo u n símil metateatral c o n la comed ia del Sig lo de O r o , dividida en tres j o r - nadas, a las que el dramaturgo se r e - fiere también en los versos 168 y 1 9 9 - 2 0 0 . 0 Ley Natural: la que cor responde en la cosmogonía bíblica a todo a q u e - llo que es anterior a lo relatado en las Sagradas Escr i tu ras . 0 1 0 3 jardín: el Paraíso Ter rena l . C O N S T R U C C I Ó N D E L M U N D O M A T E R I A L Las flores, mal despuntadas de sus rosados capullos, saldrán la primera vez a ver el alba con susto. Los árboles estarán llenos de sabrosos frutos, si ya el áspid de la envidia no da veneno en alguno. Quebraránse mil cristales en guijas, dando su curso, para que el alba los llore mil aljófares menudos. 1 2 0 Y para que más campee este humano cielo, juzgo que estará bien engastado de varios campos incultos. Donde fueren menester 125 montes y valles profundos, habrá valles, habrá montes; si ríos, sagaz y astuto, haciendo zanjas la tierra, llevaré por sus condutos, 130 brazos del mar desangrados, que corran por varios rumbos. Vista la primera escena sin edificio ninguno, en un instante verás 135 cómo repúblicas fundo, cómo ciudades fabrico, cómo alcázares descubro. Y cuando solicitados montes fatiguen algunos 1 4 0 a la tierra con el peso y a los aires con el bulto, mudaré todo el teatro, 1 0 9 mal: 'apenas'. 1 1 4 n frutos... áspid: el demon io en figura de serpiente y el fruto del árbol de la C ienc ia del B i e n y del M a l . guijas: 'guijarros o cantos roda dos de los que abundan en el cauce de los ríos' . 1 2 0 aljófares: 'perlas menudas ' . 8 E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O porque todo mal seguro se verá cubierto de agua 145 a la saña de un diluvio. E n medio de tanto golfo, a los flujos y reflujos de ondas y nubes, vendrá haciendo ignorados surcos 150 por las aguas un bajel que fluctuando seguro traerá su vientre preñado de hombres, de aves y de brutos. A la seña que en el cielo 155 de paz hará un arco rubio de tres colores, pajizo, tornasolado y purpúreo, todo el gremio de las ondas, obediente a su estatuto, 1 6 0 hará lugar, observando leyes que primero tuvo, a la cerviz de la tierra, que sacudiéndose el yugo, descollará su semblante, 165 bien que macilento y mustio. Acabado el primer acto, luego empezará el segundo, Ley Escrita, en que poner más apariencias procuro, 1 7 0 pues para pasar a ella, pasarán con pies enjutos los hebreos desde Egipto los cristales del Mar R u b i o ; 1 4 6 diluvio: el D i l u v i o Universa l , fi- nal de la Pr imera Jo rnada . 151 bajel: el A r c a de N o é . 1 5 6 arco rubio: el A r c o Iris. 157pajizo: 'amaril lento ' , 'dorado ' . 158 tornasolado: 'azul v io láceo ' . 1 6 9 Ley Escrita: el A n t i g u o y el N u e v o T e s t a m e n t o . 0 1 7 2 con pies enjutos: 'sin mojarse los pies ' , c o m o se cuenta en É x o d o 1 4 , 1 5 - 1 6 : « Y a h v é dijo a Moi sés : ¿Po r qué estos gritos hacia mí? D i a los hijos de Israel que se p o n g a n en m a r c h a . Y tú levanta tu bastón y ex t iende tu m a n o sobre el mar, d ivídelo para que pasen los hijos de Israel po r m e d i o del mar a pie en ju to» . 0 1 7 4 los cristales: 'las aguas ' . C a l d e r ó n C O N S T R U C C I Ó N D E L M U N D O M A T E R I A L 9 amontonadas las aguas, 175 verá el sol que le descubro los más ignorados senos que ha mirado en tantos lustros. C o n dos colunas de fuego ya me parece que alumbro 180 el desierto, antes de entrar en el prometido fruto. Para salir con la Ley, Moisés, a un monte robusto le arrebatará una nube 185 en el rapto vuelo suyo. Y esta segunda jornada fin tendrá en un furibundo eclipse, en que todo el sol se ha de ver casi difunto. 1 9 0 Al último parasismo se verá el orbe cerúleo titubear, borrando tantos paralelos y coluros. Sacudiránse los montes 195 y delirarán los muros, dejando en pálidas ruinas tanto escándalo caduco. recrea aquí el paso del M a r R o j o (Mar Rubio) por Moisés y los hijos de Israel, narrado en É x o d o 1 4 , 1 5 - 3 1 . 1 7 7 senos: 'escondrijos ' . 1 7 9 A l u d e a las columnas que gu ia - ron al pueblo hebreo en el desierto, según se relata en N ú m e r o s 9, 1 5 - 2 3 . 1 8 4 monte: el Sinaí, donde Moisés recibe las Tablas de la L e y con los diez mandamientos de acuerdo c o n la narración del É x o d o 1 9 , 20: «en- tonces descendió Y a h v é sobre la montaña del Sinaí, sobre la cumbre de la montaña, y Y a h v é l lamó a M o i - sés y Moisés subió». 1 6 rapto: ' raudo ' , ' rápido ' . «Del o r - den natural el rapto cu rso» . 0 1 8 9 1 9 1 eclipse... parasismo: se alude al eclipse de sol y al seísmo que los evangelistas cuentan que h u b o c o n ocasión de la muer te de Jesús (Mateo 2 7 ' i i 5 ; L u c a s 2 3 ' 4 4 ~ 4 5 ) - , 1 9 2 cerúleo: 'azul oscuro ' . 1 9 4 coluros: cada u n o de los círculos m á x i m o s de la esfera celeste que p a - san p o r los polos y cortan la eclíptica en los puntos de los equinocc ios y sols t ic ios . 0 1 9 6 delirarán: en sentido figurado,vale 'perderán el orden y la c o m p o s - tura'. 1 9 8 escándalo: es posible interpretar que los muros (s inécdoque p o r t e m - plo) representan un escándalo p o r - que el j u d a i s m o no r e c o n o c i ó al Mes ías . I O E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O Y empezará la tercera jornada, donde hay anuncios 200 que habrá mayores portentos, por ser los milagros muchos de la Ley de Gracia, en que ociosamente discurro. C o n lo cual, en tres jornadas, 205 tres leyes y un estatuto, los hombres dividirán las tres edades del mundo; hasta que, al último paso, todo el tablado, que tuvo 2 1 0 tan grande aparato en sí, una llama, un rayo puro, cubrirá, porque no falte fuego en la fiesta. ¿Qué mucho que aquí balbuciente el labio 215 quede absorto, quede mudo? D e pensarlo, me estremezco; de imaginarlo, me turbo; de repetirlo, me asombro; de acordarlo, me consumo. 220 Mas ¡dilátese esta escena, este paso horrible y duro, tanto, que nunca le vean todos los siglos futuros! Prodigios verán los hombres 225 en tres actos, y ninguno a su representación faltará por mi descuido. Y pues que ya he prevenido cuanto el teatro, presumo 230 que está todo agora; cuanto al vestuario, no dudo que allá en tu mente le tienes, 2 0 3 Ley de Gracia: la que r ige la potestad y la soberanía de D i o s s o - bre el ser h u m a n o , y la c o n s i g u i e n - te acc ión divina sobre la au tonomía de cada una de sus c r ia turas . 0 discurrir ' sobre ' , c o m o hablar en, era r ég imen usual. 2 3 1 cuanto: ' en cuanto ' . 2-33-2-34 L a p r i m e r a ed ic ión del texto dice monte en lugar de mente.0 C R E A C I Ó N D E L H O M B R E Y L A S O C I E D A D I I pues allá en tu mente juntos, antes de nacer, los hombres 235 tienen los aplausos suyos. Y para que desde T i a representar al mundo salgan y vuelvan a entrarse, ya previno mi discurso 240 dos puertas: la una es la cuna y la otra es el sepulcro. Y para que no les falten las galas y adornos juntos, para vestir los papeles 245 tendré prevenido a punto al que hubiere de hacer R e y , púrpura y laurel augusto; al valiente capitán, armas, valores y triunfos; 250 al que ha de hacer el ministro, libros, escuelas y estudios. Al religioso, obediencias; al facineroso, insultos; al noble le daré honras, 255 y libertades al vulgo. Al labrador, que a la tierra ha de hacer fértil a puro afán (por culpa de un necio), le daré instrumentos rudos. 260 A la que hubiere de hacer la dama, le daré sumo adorno en las perfecciones, 2 3 Los merecidos aplausos de los elegidos, por haber «obrado bien» en la comedia de la vida. 2 5 0 triunfos: ' trofeos' . 2 5 6 libertades: 'excesos, demasías' . 2 5 9 un necio: A d á n , po r desobedecer la advertencia divina, cayendo así en el pecado y haciendo más arduo para siempre el trabajo de la tierra que Dios maldijo por su culpa, según G é nesis 3, 1 7 - 1 8 : «porque has obedec ido la v o z de tu mujer y has c o m i d o del árbol del que te había dado o rden d i c iendo: N o comerás de él; maldita la tierra p o r tu culpa. C o n dolores te alimentarás de ella todos los días de tu vida, te dará espinas y abrojos y c o merás la hierba de los campos». 1 2 EL G R A N T E A T R O D E L M U N D O dulce veneno de muchos. Sólo no vestiré al pobre, 265 porque es papel de desnudo, porque ninguno después se queje de que no tuvo para hacer bien su papel todo el adorno que pudo, 2 7 0 pues el que bien no le hiciere, será por defecto suyo, no mío. Y pues que ya tengo todo el aparato junto, ¡venid, mortales, venid 275 y adornaros cada uno para que representéis en el teatro del mundo! Vase. A U T O R Mortales, que aún no vivís y ya os llamo y o mortales, pues en mi concepto iguales antes de ser asistís: aunque mis voces no oís, venid a aquestos vergeles, que ceñido de laureles, cedros y palma os espero, porque yo entre todos quiero repartir estos papeles. Salen el R I C O , el R E Y , el L A B R A D O R , el P O B R E , la H E R M O S U R A , la D I S C R E C I Ó N y un N I Ñ O . R E Y Y a estamos a tu obediencia, Autor nuestro; que no ha sido 290 necesario haber nacido 280 285 Obsérvese que tanto aquí c o m o 2 2 asistís: 'estáis presentes en la en los versos 53-54, se emplea el tí tu- eternidad divina ' , lo de la edic ión de 1655: El teatro del ^5-^6 ¡ a u r e ¡ e s y p a ¡ m a s imbol izan el mundo.0 triunfo, y el cedro, la eternidad. P R E S E N T A C I Ó N D E L O S P E R S O N A J E S 13 para estar en tu presencia. Alma, sentido, potencia, vida ni razón tenemos, todos informes nos vemos, 295 polvo somos de tus pies; sopla aqueste polvo, pues, para que representemos. H E R M O S U R A Sólo en tu concepto estamos: ni animamos, ni vivimos, 300 ni tocamos, ni sentimos, ni del bien ni el mal gozamos; pero si hacia el mundo vamos todos a representar, los papeles puedes dar, 305 pues en aquesta ocasión no tenemos elección para haberlos de tomar. L A B R A D O R Autor mío soberano, a quien conozco desde hoy, 310 a tu mandamiento estoy, como hechura de tu mano; y pues tú sabes, y es llano porque en Dios no hay ignorar, qué papel me puedes dar, 315 si yo errare ese papel no me podré quejar del, de mí me podré quejar. A U T O R Y a sé que si para ser el hombre elección tuviera, 320 ninguno el papel quisiera del sentir y padecer; todos quisieran hacer el de mandar y regir, R e c u é r d e s e que Dios hizo al hombre con barro de la tierra, G é n e - sis 2, 7: «Formó entonces el Señor Dios al hombre del p o l v o del suelo y soplando le infundió en las narices un aliento de vida, y fue con esto el h o m b r e un ser viviente». 3 0 0 ni animamos: 'ni tenemos alma' . 3 0 7 elección: no se elige lo que cada u n o representa en el m u n d o , sino el m o d o de representarlo. 313 llano: ' c laro ' , ' ev idente ' . 1 4 EL G R A N T E A T R O D E L M U N D O sin mirar, sin advertir, que en acto tan singular aquello es representar, aunque piense que es vivir. Pero yo , Autor soberano, sé bien qué papel hará mejor cada uno; así va repartiéndolos mi mano: haz tú el R e y . 325 330 Da su papel a cada uno. R E Y Honores gano. A U T O R La dama, que es la Hermosura humana, tú. H E R M O S U R A ¡Qué ventura! A U T O R Haz tú al R i c o , al poderoso. R I C O E n fin, nazco venturoso a ver del sol la luz pura. A U T O R T ú has de hacer al Labrador. L A B R A D O R ¿Es oficio o beneficio? A U T O R Es un trabajoso oficio. L A B R A D O R Seré mal trabajador. Por vida vuestra, Señor, que aunque soy hijo de Adán, que no me deis este afán, aunque me deis posesiones, porque tengo presunciones que he de ser grande holgazán. D e mi natural infiero, con ser tan nuevo, Señor, que seré mal cavador y seré peor quintero. Si aquí valiera un «no quiero», dijérale; mas delante de un Autor tan elegante, 335 340 345 350 355 presunciones: presentimientos . 3 5 2 quintero: 'el que arrienda ur quinta o casa de c a m p o ' . 0 353-368 - g s t o s dieciséis versos p u e d e n entenderse c o m o u n aparte en el par - lamento del Labrador . P R E S E N T A C I Ó N D E L O S P E R S O N A J E S 15 A U T O R D I S C R E C A U T O R P O B R E A U T O R N I Ñ O A U T O R P O B R E nada un «no quiero» remedia; y así seré en la comedia el peor representante. C o m o sois cuerdo, me dais como el talento el oficio; y así, mi poco juicio sufrís y disimuláis: nieve como lana dais, justo sois, no hay qué quejarme; y pues que ya perdonarme vuestro amor me muestra en él, yo haré, Señor, mi papel despacio por no cansarme. T ú la Discreción harás. ION Venturoso estado sigo. Haz tú al mísero, al mendigo. ¿Aqueste papel me das? Tú , sin nacer morirás. Poco estudio el papel tiene. Así mi ciencia previene que represente elque viva: justicia distributiva soy; eso es lo que os conviene. Si yo pudiera escusarme deste papel, me escusara, cuando mi vida repara en el que has querido darme; y ya que no declararme puedo, aunque atrevido quiera, le tomo, mas considera, ya que he de hacer el mendigo, no, Señor, lo que te digo, lo que decirte quisiera. 360 365 370 375 380 385 3 9 Discreción: este personaje se identifica en los versos 1 2 4 0 - 1 2 4 2 c o m o un religioso de v ida monástica: «no soy / la R e l i g i ó n , sino un m i e m - bro / que aqueste estado e l ig ió» . 0 3 7 7 A diferencia de Injusticia conmu- tativa, que manda dar a cada u n o lo suyo , la distributiva reparte sólo con arreglo a los merecimientos de cada uno . E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O ¿Por qué tengo de hacer yo el pobre en esta comedia? ¿Para mí ha de ser tragedia y para los otros no? Cuando este papel me dio tu mano, ¿no me dio en él igual alma a la de aquel que hace al R e y , igual sentido, igual ser? Pues ¿por qué ha sido tan desigual mi papel? Si de otro barro me hicieras, si de otra alma me adornaras, menos vida me fiaras, menos sentidos me dieras; ya parece que tuvieras otro motivo, Señor, pero parece rigor, perdona decir cruel, el ser mejor su papel, no siendo su ser mejor. E n la representación igualmente satisface el que bien al Pobre hace, con afecto, alma y acción, como el que hace al R e y , y son iguales éste y aquél en acabando el papel: haz tú bien el tuyo, y piensa que para la recompensa yo te igualaré con él. N o porque pena te sobre, siendo Pobre, es en mi ley mejor papel el del R e y , si hace bien el suyo el Pobre: uno y otro de mí cobre todo el salario, después que haya merecido, pues con cualquier papel se gana, que toda la vida humana representaciones es. P R E S E N T A C I Ó N DE LOS P E R S O N A J E S 17 Y la comedia acabada, ha de cenar a mi lado el que haya representado, sin haber errado en nada, su parte más acertada, y allí igualaré a los dos. H E R M O S U R A Pues decidnos, Señor, vos, ¿cómo en lenguas de la fama esta comedia se llama? A U T O R Obrar bien, que Dios es Dios. R E Y Mucho importa que no erremos comedia tan misteriosa. R I C O Para eso es acción forzosa que primero la ensayemos. ¿ C ó m o ensayarla podremos si nos llegamos a ver sin luz, sin alma y sin ser antes de representar? ¿Pues cómo sin ensayar la comedia se ha de hacer? Del Pobre apruebo la queja, que lo siento así, Señor, que son pobre y labrador pata para la pareja: aun una comedia vieja, harta de representar, si no se vuelve a ensayar, se yerra cuando se prueba; si no se ensaya esta nueva, ¿cómo se podrá acertar? A U T O R Llegando agora a advertir que, siendo el cielo juez, se ha de acertar de una vez cuanto es nacer y morir. 430 435 D I S C R E C I Ó N P O B R E L A B R A D O R 440 445 450 455 460 E n la décima anterior se declara la igualdad de la recompensa y en la segunda se amplía esta idea diciendo que tal igualdad es subjetiva, pues d e - pende del méri to, y puede por tanto representar una desigualdad ob je t iva . 0 4 3 8 Es fórmula litúrgica que parafra- sea É x o d o 3, 1 4 : « Y Dios dijo a M o i - sés. Y o soy el que soy». 4 5 2 pata para la pareja: 'de la misma i 8 EL G R A N T E A T R O D EL M U N D O H E R M O S U R A Pues el entrar y salir, ¿cómo lo hemos de saber, ni a qué tiempo haya de ser? 465 A U T O R A u n eso se ha de ignorar, y de una vez acertar cuanto es morir y nacer. Estad siempre prevenidos para acabar el papel, 4 7 0 que yo os llamaré al fin del. P O B R E ¿ Y si acaso los sentidos tal vez se miran perdidos? A U T O R Para eso, común grey, tendré, desde el Pobre al R e y , 475 para enmendar al que errare y enseñar al que ignorare, con el apunto a mi Ley; ella a todos os dirá lo que habéis de hacer; y así, 480 nunca os quejaréis de mí. Albedrío tenéis ya, y pues prevenido está el teatro, vos y vos medid las distancias dos 485 de la vida. Vase. D I S C R E C I Ó N ¿Qué esperamos? ¡Vamos al teatro! condic ión ' o 'el u n o para el o t ro ' . Es expresión propia del j u e g o de naipes, en c u y o ámbito vale 'empatar ' o 'quedar empa tados ' . 0 474-478 de spués de asignarles a t o - dos sus papeles, el A u t o r establece la L e y de Gracia , que actúa con el ser humano del mi smo m o d o en que lo hace c o n el actor el apuntador teatral, que en la representación de una c o - media lleva el l ibreto para suplir las faltas de m e m o r i a del comediante . E l apunto es, en la representación teatral, la v o z del apuntador que v a d ic iendo a los cómicos lo q u e han de recitar. 4 8 2 albedrío: ' facultad humana que consiste en la l ibertad para elegir en - tre el b ien y el m a l ' . 0 4 8 6 La distancia variable en el trans- curso de la v ida , entre cada u n o de ellos y la puerta de la cuna, po r un lado, y la sepultura, po r otro. R E P A R T O D E PAPELES 19 TODOS j Vamos a obrar bien, que Dios es Diosl Al irse a entrar, sale el M U N D O y detiénelos. M U N D O R E Y M U N D O R E Y Y a está todo prevenido para que se represente esta comedia aparente, que hace el humano sentido. Púrpura y laurel te pido. ¿Por qué púrpura y laurel? Porque hago este papel. 490 495 Enséñale el papel, y toma la púrpura y corona, y vase. M U N D O Y a aquí prevenido está. H E R M O S U R A A mí matices me da de jazmín, rosa y clavel. Hoja a hoja y rayo a rayo se desaten a porfía todas las luces del día, todas las flores de mayo; padezca mortal desmayo de envidia al mirarme el sol, y como a tanto arrebol el girasol ver desea, la flor de mis luces sea, siendo el sol mi girasol. M U N D O Pues, ¿cómo vienes tan vana a representar al mundo? H E R M O S U R A En este papel me fundo. M U N D O ¿Quién es? H E R M O S U R A La hermosura humana. M U N D O Cristal, carmín, nieve y grana 500 505 510 4 9 4 La púrpura y el laurel son s ímbo- los de la dignidad real. 5 0 5 arrebol: ' co lo r rojo que adqu ie - ren las nubes a causa del sol, especial- mente cuando éste sale o se p o n e ' . 5 0 8 siendo el sol mi girasol: en esta h i - pérbole , el sol se convier te en girasol de la Hermosura . 20 EL G R A N T E A T R O D E L M U N D O pulan sombras y bosquejos que te afeiten de reflejos. 515 Dale un ramillete. H E R M O S U R A Pródiga estoy de colores, servidme de alfombra, flores, sed, cristales, mis espejos. Vase. R I C O M U N D O Dame riquezas a mí, dichas y felicidades, pues para prosperidades hoy vengo a vivir aquí. Mis entrañas para ti a pedazos romperé de mis senos sacaré toda la plata y el oro, que en avariento tesoro tanto encerrado oculté. 520 5^5 Dale joyas. R I C O Soberbio y desvanecido con tantas riquezas voy. 530 Vase. Y o , para mi papel, hoy tierra en que vivir te pido. ¿Qué papel el tuyo ha sido? La Discreción estudiosa. Discreción tan religiosa 535 tome ayuno y oración. D I S C R E C I Ó N M U N D O D I S C R E C I Ó N M U N D O Dale cilicio y disciplina. 515 afeiten: aquí 'adornen ' o ' embel lezcan ' . 5 2 9 desvanecido: ' envanec ido ' . R E P A R T O D E PAPELES 21 D I S C R E C I Ó N N o fuera y o Discreción tomando de ti otra cosa. Vase. M U N D O ¿Cómo tú entras sin pedir para el papel que has de hacer? 540 NIÑO C o m o no te he menester para lo que he de vivir.. . Sin nacer he de morir, en ti no tengo de estar más tiempo que el de pasar 545 de una cárcel a otra obscura, y para una sepultura por fuerza me la has de dar. Vase. M U N D O L A B R A D O R M U N D O L A B R A D O R M U N D O L A B R A D O R M U N D O ¿Qué pides tú? Di , grosero. Lo que le diera yo a él. Ea, muestra tu papel. Ea, digo que no quiero.D e tu proceder infiero que como bruto gañán habrás de ganar tu pan. Esas mis desdichas son. Pues toma aqueste azadón. 550 555 Dale un azadón. L A B R A D O R Esa es la herencia de Adán. Señor Adán, bien pudiera, pues tanto llegó a saber, 560 conocer que su mujer pecaba de bachillera; dej árala que comiera 554gañán: ' m o z o de labranza, en - 5 5 Qu izá fuera me jo r atribuir este cargado de las labores más arduas en verso al M u n d o , c o m o expl icac ión una hacienda' . de su acción y para cerrar la estrofa. 22 EL G R A N T E A T R O D E L M U N D O y no la ayudara él; mas, como amante novel, dirá que se lo rogó; y así, tan mal como y o representó su papel. 565 Vase. P O B R E Y a que a todos darles dichas, gustos y contentos vi, dame pesares a mí, dame penas y desdichas; no de las venturas dichas quiero púrpura y laurel, déste colores, de aquél plata ni oro no he querido, sólo remiendos te pido. M U N D O ¿ Q u é papel es tu papel? P O B R E Es mi papel la aflicción, es la angustia, es la miseria, la desdicha, la pasión, el dolor, la compasión, el suspirar, el gimir, el padecer, el sentir, importunar y rogar; el nunca tener qué dar, el siempre haber de pedir. El desprecio, la esquivez, el baldón, el sentimiento, la vergüenza, el sufrimiento, la hambre, la desnudez, el llanto, la mendiguez, la inmundicia, la bajeza, el desconsuelo y pobreza, la sed, la penalidad, y es la vil necesidad, 570 575 580 585 590 595 5 8 1 E n los testimonios antiguos, falta u n v e r - so de la décima. SE A B R E N LOS G L O B O S 23 que todo esto es la pobreza. M U N D O A ti nada te he de dar, que el que haciendo al Pobre vive nada del mundo recibe; 600 antes te pienso quitar estas ropas, que has de andar desnudo, para que acuda (desnúdale) yo a mi cargo, no se duda. P O B R E En fin, este Mundo triste 605 al que está vestido viste, y al desnudo le desnuda. Vase. M U N D O Y a que de varios estados está el teatro cubierto, pues un R e y en él advierto, con imperios dilatados; beldad a cuyos cuidados se adormecen los sentidos; poderosos aplaudidos, mendigos menesterosos, labradores, religiosos, que son los introducidos para hacer los personajes de la comedia de hoy, a quien y o el teatro doy las vestiduras y trajes de limosnas y de ultrajes, sal, divino Autor, a ver las fiestas que te han de hacer los hombres; ábrase el centro de la tierra, pues que dentro della la escena ha de ser. 610 615 620 625 0 estados: 'estamentos de la j e ra r quía soc ia l ' . 0 a quien: es corriente durante el siglo x v i i servirse del singular en l u gar del plural en expresiones c o m o ésta. 6 2 7 + representación: ' tablado' , ' e sce nario ' . 24 EL G R A N T E A T R O DEL M U N D O Con música se abren a un tiempo dos globos: en el uno estará un trono de gloria, y en él el A U T O R sentado; en el otro ha de haber representación con dos puertas, en la una pintada una cuna y en la otra un ataúd. A U T O R Pues para grandeza mía, aquesta fiesta he trazado, en este trono sentado, 630 a donde es eterno el día, he de ver mi compañía. Hombres que salís al suelo por una cuna de yelo y por un sepulcro entráis, 635 ved cómo representáis, que os ve el Autor desde el cielo. Sale la D I S C R E C I Ó N con un instrumento, y canta. D I S C R E C I Ó N Alaben al Señor de tierra y cielo, el sol, luna y estrellas; alábenle las bellas 640 flores, que son caracteres del suelo; alábenle la luz, el fuego, el yelo, la escarcha y el rocío, el invierno y estío y cuanto está debajo de ese velo, 645 que en visos celestiales arbitro es de los bienes y los males. Vase. A U T O R Nada me suena mejor que en voz del hombre este fiel 3 4 7 Estos versos fo rman parte del h i m n o que cantan los tres h e - breos arrojados al ho rno p o r N a b u - c o d ò n o s o r (Danie l 3, 52 -90 ) . C a l d e - rón se sirve en particular de los vers ículos 6 2 - 6 4 y 6 6 - 7 2 . S o b r e la equiva lenc ia entre flores y estrellas, compárense los versos 5-8. 6 4 1 caracteres: 'marcas ' , ' formas' ; la acentuación esdrújula aumenta el cul t ismo del té rmino . 6 4 6 visos: «la onda de resplandor que hacen algunas cosas heridas po r la luz» (Autoridades). INICIO DE LA R E P R E S E N T A C I Ó N 25 himno que cantó Daniel, 650 para templar el furor de Nabucodònosor. M U N D O ¿Quién hoy la loa echará? Pero en la apariencia ya la Ley convida a su voz, 655 que como corre veloz, en elevación está sobre la haz de la tierra. Aparece la L E Y DE G R A C I A con una elevación, que estará sobre donde estuviere el M U N D O , con un papel en la mano. L E Y Y o , que Ley de Gracia soy, la fiesta introduzgo hoy; 660 para enmendar al que yerra en este papel se encierra la gran comedia que vos compusisteis sólo en dos versos, que dicen así: 665 Canta. Ama al otro como a ti, y obra bien, que Dios es Dios. M U N D O La Ley, después de la loa, con el apunto quedó. Vitoriar quisiera aquí, 670 pues me representa a mí: vulgo desta fiesta soy, mas callaré, porque empieza ya la representación. loa: el p ró logo con el que los actores daban comienzo a la repre- sentación. E n principio loaba a la pe r - sona que presidía la representación o a la localidad en que se presentaba . 0 6 5 8 haz: ' faz' , 'superficie ' . 6 s 8 + con una elevación: 'mov ida p o r una máquina e l evadora ' . 0 «Amarás a tu p ró j imo c o m o a ti mismo» (Marcos 1 2 , 31 ) . 6 6 9 apunto: véase el verso 478 . 6 7 0 E ra costumbre que el púb l ico saludase con vítores al actor que ha- bía recitado bien la loa. 670-671 p a j t a u n v e r s o p a r a cumplir- la r ima del romance . 26 EL G R A N T E A T R O DEL M U N D O Salen la H E R M O S U R A y la D I S C R E C I Ó N por la puerta de la cuna. H E R M O S U R A D I S C R E C I Ó N H E R M O S U R A Vente conmigo a espaciar por estos campos, que son felice patria del mayo, dulce lisonja del sol, pues sólo a los dos conocen, dando solos a los dos resplandores rayo a rayo, y matices flor a flor. Y a sabes que nunca gusto de salir de casa yo , quebrantando la clausura de mi apacible prisión. ¿Todo ha de ser para ti austeridad y rigor? ¿ N o ha de haber placer un día? Dios, di ¿para qué crió flores, si no ha de gozar el olfato el blando olor de sus fragantes aromas? ¿Para qué aves engendró, que en cláusulas lisonjeras cítaras de pluma son, si el oído no ha de oírlas? ¿Para qué galas, si no las ha de romper el tacto con generosa ambición? ¿Para qué las dulces frutas, si no sirve su sazón de dar al gusto manjares de un sabor y otro sabor? ¿Para qué hizo Dios, en fin, montes, valles, cielos, sol, si no han de verlo los ojos? 675 680 685 690 695 7 0 0 705 675 696 a espaciar: a pasear y a distraerse L a metáfora cítaras de pluma p o r ' aves ' es frecuente en la lírica aurisecular. c H E R M O S U R A Y D I S C R E C I Ó N 2 7 D I S C R E C I Ó N H E R M O S U R A Y a parece, y con razón, ingratitud no gozar las maravillas de Dios. Gozarlas para admirarlas es justa y lícita acción, y darle gracias por ellas; gozar las bellezas no para usar dellas tan mal que te persuadas que son para verlas las criaturas, sin memoria del Criador. Y o no he de salir de casa; ya escogí esta religión para sepultar mi vida, por eso soy Discreción. Y o , para esto Hermosura: a ver y a ser vista voy. 7 1 0 715 7 2 0 Apártame. M U N D O H E R M O S U R A M U N D O D I S C R E C I Ó N H E R M O S U R A Poco tiempo se avinieron Hermosura y Discreción. Ponga redes mi cabello, y ponga lazos mi amor al más tibio afecto, al más retirado corazón. Una acierta y otra yerra su papel de aquestas dos. ¿Qué haré yo para emplearbien mi ingenio? ¿Qué haré yo para lograr mi hermosura? 725 730 735 Canta L E Y . L E Y Obrar bien, que Dios es Dios. 7 1 8 E l pasaje recrea una idea distintivamente agustiniana: «Utendum (usar) est hoc m u n d o , non fruendum {gozar)».0 28 EL G R A N T E A T R O DEL M U N D O M U N D O C o n oírse aquí el apunto, la Hermosura no le oyó. Sale el R I C O . R I C O Pues pródigamente el Cie lo hacienda y poder me dio, pródigamente se gaste en lo que delicias son. Nada me parezca bien que no le apetezca yo ; registre mi mesa cuanto o corre o vuela veloz. Sea mi lecho la esfera de Venus, y en conclusión, la pereza y las delicias, gula, envidia y ambición hoy mis sentidos posean. 7 4 0 745 750 Sale el L A B R A D O R . L A B R A D O R ¿Quién vio trabajo mayor que el mío? Y o rompo el pecho a quien el suyo me dio, porque el alimento mío en esto se me libró. Del arado que la cruza la cara, ministro soy, pagándola el beneficio en aquestos que la doy. H o z y azada son mis armas, con ellas riñendo estoy: en las cepas con la azada, en las mieses con la hoz. E n el mes de abril y mayo 755 7 6 0 765 753 754 Entiéndase, metafór icamen- te, 'arar', pues el labrador hiere la t ie- rra haciendo surcos c o n el arado, pero al mismo t iempo v i v e de ella y de ella se alimenta. 7 5 9 beneficio: uso diafórico del tér- m i n o , c o n los sentidos de ' regalo ' y 'corte en la c a r a ' . 0 R I C O Y L A B R A D O R 2 9 tengo hidrópica pasión, y si me quitan el agua, entonces estoy peor. En cargando algún tributo, de aqueste siglo pensión, 7 7 0 encara la puntería contra el triste Labrador. Mas, pues trabajo y lo sudo, los frutos de mi labor me ha de pagar quien los compre 775 al precio que quiera yo . N o quiero guardar la tasa, ni seguir más la opinión de quien, porque ha de comprar, culpa a quien no la guardó. 780 Y yo sé que si no llueve este abril, que ruego a Dios que no llueva, ha de valer muchos ducados mi troj. C o n esto un Nabal Carmelo 785 seré de aquesta región, y me habrán menester todos, pero muy hinchado yo entonces ¿qué podré hacer? Canta L E Y . L E Y Obrar bien, que Dios es Dios. 790 D I S C R E C I Ó N ¿Cómo el apunto no oíste? L A B R A D O R C o m o sordo a tiempos soy... M U N D O El, al fin, se está en sus trece. L A B R A D O R Y aun en mis catorce estoy. 7 hidrópica pasión: metafóricamen- te, 'sed interminable ' , pues en los meses de m a y o y de abril el labrador necesita agua para los cu l t ivos . 0 7 7 0 siglo: ' m u n d o ' ; pensión: ' g rava- 5 o m e n . 7 7 7 'mantener el p rec io ' . 7 4 troj: 'g ranero ' ; la del Labrador es práctica m u y mal vista y muchas veces denunciada en la é p o c a . 0 7 8 5 Nabal: N a b a l de C a r m e l o es un avaro y rico hacendado al que se a lu- de en I Samue l 25, 2 ss. 7 9 4 L a respuesta del Labrador au- EL G R A N T E A T R O D E L M U N D O Sale el P O B R E . P O B R E R I C O P O B R E D e cuantos el mundo viven, ¿quién mayor miseria vio que la mía? Aqueste suelo es el más dulce y mejor lecho mío; que, aunque es todo el cielo pabellón suyo, descubierto está a la escarcha y al calor; la hambre y la sed me afligen, dadme paciencia, mi Dios. ¿Qué haré yo para ostentar mi riqueza? ¿Que haré yo para sufrir mis desdichas? 795 800 805 Canta L E Y . L E Y Obrar bien, que Dios es Dios. P O B R E R I C O D I S C R E C I Ó N R I C O H E R M O S U R A L A B R A D O R ¡Oh, cómo esta voz consuela! ¡Oh, cómo cansa esta voz! E l R e y sale a estos jardines. ¡Cuánto siente mi ambición postrarse a nadie! Delante del he de ponerme y o , para ver si mi hermosura pudo rendirle a mi amor. Y o detrás; no se le antoje, viendo que soy Labrador, darme con un nuevo arbitrio, pues no espero otro favor. 810 815 820 Sale el R E Y . menta cómicamente la cifra de la e x - presión estar en sus trece. pabellón: 'especie de tienda de campaña o cama cubierta y cerrada individual para dormir en despobla- do ' . 807 r- í t , sufrir: soportar . 8 1 9 arbitrio: ' impues to ' . P O B R E Y R E Y 31 R E Y A mi dilatado imperio estrechos límites son cuantas contiene provincias esta máquina inferior. D e cuanto circunda el mar 825 y de cuanto alumbra el sol soy el absoluto dueño, soy el supremo señor. Los vasallos de mi imperio se postran por donde voy, 830 ¿qué he menester yo en el mundo? Canta L E Y . L E Y Obrar bien, que Dios es Dios. M U N D O A cada uno va diciendo el apunto lo mejor. P O B R E Desde la miseria mía mirando infelice estoy ajenas felicidades: el R e y , supremo señor, goza de la majestad, sin acordarse que yo necesito del; la dama, atenta a su presunción, no sabe si hay en el mundo necesidad y dolor; la religiosa, que siempre se ha ocupado en oración, si bien a Dios sirve, sirve con comodidad a Dios. E l Labrador, si cansado viene del campo, halló 835 840 845 850 2 4 máquina: 'un todo compues to artificiosamente de muchas partes h e - terogéneas, con cierta disposición que las m u e v e u ordena' ; aquí es metá fo- ra del u n i v e r s o . 0 2 7 A part ir de l tes tamento de Car los V , los mona rcas españoles se cons ideran reyes absolutos, l o que supone que n o están somet idos a las leyes . 3 2 E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O honesta mesa su hambre, si opulenta mesa no. A l rico le sobra todo, y sólo en el mundo y o hoy de todos necesito; y así llego a todos hoy, porque ellos viven sin mí, pero yo sin ellos no. A la Hermosura me atrevo a pedir: dadme por Dios limosna. H E R M O S U R A Decidme, fuentes, pues que mis espejos sois, ¿qué galas me están más bien?, ¿qué rizos me están mejor? P O B R E ¿ N o me veis? H E R M O S U R A Necio , ¿no miras que es vana tu pretensión? ¿Por qué ha de cuidar de ti quien de sí se descuidó? P O B R E Pues que tanta hacienda os sobra dadme una limosna vos. R I C O ¿ N o hay puertas donde llamar? ¿Así os entráis donde estoy? E n el umbral del zaguán pudierais llamar, y no haber llegado hasta aquí. P O B R E N o me tratéis con rigor. R I C O Pobre importuno, idos luego. P O B R E Quien tanto desperdició por su gusto, ¿no daría alguna limosna? R I C O N o . M U N D O El avariento y el pobre de la parábola son. P O B R E Pues a mi necesidad le falta ley y razón, 2 Se refiere a la parábola del r ico E p u l ó n del m e n d i g o Lázaro (Lucas 1 6 , 1 9 - 2 3 ) . EL P O B R E PIDE LIMOSNA 33 atreveréme al R e y mismo: dadme limosna, señor. R E Y Para eso tengo ya mi limosnero mayor. M U N D O C o n sus ministros el R e y su conciencia aseguró. P O B R E Labrador, pues recibís de la bendición de Dios por un grano que sembráis tanta multiplicación, mi necesidad os pide limosna. L A B R A D O R Si me lo dio Dios, buen arar y sembrar, y buen sudar me costó. Decid: ¿no tenéis vergüenza que un hombrazo como vos pida? Servid noramala, no os andéis hecho bribón: y si os falta qué comer, tomad aqueste azadón con que lo podéis ganar. E n la comedia de hoy, yo el papel del Pobre hago, no hago el del Labrador. Pues, amigo, en su papel no le ha mandado el Autor pedir no más, y holgar siempre; que el trabajo y el sudor es propio papel del Pobre. P O B R E Sea por amor de Dios. Riguroso , hermano, estáis. L A B R A D O R Y muy pedigüeño vos. P O B R E Dadme vos algún consuelo. D I S C R E C I Ó N Tomad y dadme perdón. P O B R E L A B R A D O R 890 895 900 905 910 915 9 0 Es decir, ' tranquilizó su c o n - aquí interjección de carácter i m p r e - ciencia fiándose de sus servidores ' . catorio. 9 0 1 noramala: 'en mala hora ' . Es 9 1 8 Es fórmula l i tú rg ica . 0 34 EL G R A N T E A T R O D E L M U N D ODale un pan. P O B R E D I S C R E C I Ó N R E Y P O B R E Limosna de pan, señora, era fuerza hallarla en vos, porque el pan que nos sustenta ha de dar la Rel ig ión . ¡Ay de mí! ¿Qué es esto? Es alguna tribulación que la Rel ig ión padece. Va a caer la RELIGIÓN, y dala el R E Y la mano. 920 925 R E Y D I S C R E C I Ó N A U T O R Llegaré a tenerla y o . Es fuerza, que nadie puede sustentarla como vos. Y o bien pudiera enmendar los yerros que viendo estoy, pero por eso les di albedrío superior a las pasiones humanas, por no quitarles la acción de merecer con sus obras; y así, dejo a todos hoy hacer libres sus papeles; y en aquella confusión donde obran todos juntos, miro en cada uno y o , diciéndoles por mi Ley: 930 935 940 Canta L E Y . L E Y Obrar bien, que Dios es Dios. Recita. 9 2 1 pan: la Eucaristía. 9 4 2 + A ñ a d i m o s esta indicac ión p o r - 9 2 5 + Es p rop io de la monarquía ca - que la L e y vue lve a cantar en el v e r - tólica sostener la R e l i g i ó n . so 947 . R E Y 35 A cada uno de por sí, y a todos juntos, mi voz ha advertido; ya con esto 945 su culpa será su error. Canta. Ama al otro como a ti, y obrar bien, que Dios es Dios. R E Y Supuesto que es esta vida una representación y que vamos un camino todos juntos, haga hoy del camino la llaneza común la conversación. H E R M O S U R A N o hubiera mundo a no haber esa comunicación. R I C O Diga u n cuento cada uno. D I S C R E C I Ó N Será prolijo; mejor será que cada uno diga qué está en su imaginación. 950 955 960 R E Y Viendo estoy mis imperios dilatados, mi majestad, mi gloria, mi grandeza, en cuya variedad naturaleza perficionó de espacio sus cuidados. Alcázares poseo levantados, 965 mi vasalla ha nacido la belleza; la humildad de unos, de otros la riqueza, triunfo son al arbitrio de los hados. Para regir tan desigual, tan fuerte monstruo de muchos cuellos, me concedan 9 7 0 los cielos atenciones más felices, ciencia me den con que a regir acierte, que es imposible que domarse puedan 9 5 4 L a idea bíbl ica de la v ida c o m o peregr inac ión se c o m b i n a aquí c o n una sentencia clásica: « C o m e s fa cundias in via pro v e h í c u l o est» ( P u - bli l io S i r o ) . ° 9 6 4 perficionó: 'pul ió ' , 'perfi ló ' , 'per feccionó ' ; de espacio: 'despacio y con atención' . EL G R A N T E A T R O D E L M U N D O con un yugo no más tantas cervices. M U N D O Ciencia para gobernar 975 pide como Salomón. Canta una V O Z triste dentro, a ¡aparte que está la puerta del ataúd. v o z R e y de ese caduco imperio, cese, cese tu ambición, que en el teatro del mundo ya tu papel se acabó. 980 R E Y Que ya acabó mi papel me dice una triste voz, que me ha dejado al oírla sin discurso ni razón. Pues se acabó el papel, quiero 985 entrarme; mas ¿dónde voy? Porque a la primera puerta, donde mi cuna se v io , no puedo, ¡ay de mí!, no puedo retroceder. ¡Qué rigor! 990 N o poder hacia la cuna dar un paso, todos son hacia el sepulcro; que el río, que brazo de mar huyó, vuelva a ser mar; que la fuente, 995 que salió del río (¡qué horror!), vuelva a ser río; el arroyo, que de la fuente corrió, vuelva a ser fuente; y el hombre, que de su centro salió, 1 0 0 0 ¿vuelva a su centro, a no ser lo que fue? (¡Qué confusión!) Si ya acabó mi papel, supremo y divino Autor, 9 7 5 9 7 S a l o m ó n le pide a Y a h v é sa- biduría para gobernar en I R e y e s 3, 5 - 1 0 . 9 9 5 9 9 7 Estos versos parafrasean un pasaje del Ecles ias tés . 0 0 centro: 'el ámbi to p rop io de cada e lemento , la zona natural en cada se r ' . ° M U E R T E D E L R E Y 37 dad a mis yerros disculpa, pues arrepentido estoy. 1005 Vase por la puerta del ataúd, y todos se han de ir por ella. M U N D O H E R M O S U R A L A B R A D O R D I S C R E C I Ó N H E R M O S U R A R I C O H E R M O S U R A M U N D O L A B R A D O R H E R M O S U R A Pidiendo perdón el R e y , bien su papel acabó. D e en medio de sus vasallos, de su pompa y de su honor, faltó el R e y . N o falte en mayo el agua al campo en sazón, que con buen año y sin R e y lo pasaremos mejor. C o n todo, es gran sentimiento. Y notable confusión; ¿qué haremos sin él? Volver a nuestra conversación. Dinos tú lo que imaginas. Aquesto imagino yo . ¡Qué presto se consolaron los vivos de quien murió! Y más cuando el tal difunto mucha hacienda les dejó. Viendo estoy mi beldad hermosa y pura, ni al R e y envidio ni sus triunfos quiero, pues más ilustre imperio considero, que es el que mi belleza me asegura: porque si el R e y avasallar procura las vidas, yo las almas; luego infiero con causa, que mi imperio es el primero, pues que reina en las almas la hermosura. Pequeño mundo la filosofía 1015 1025 1030 avasallar: gobernar y amparar . 1030-1031 . r . { 1 1 ? injiero con causa: deduzco . Es expresión propia del lenguaje s i lo- gístico de la escolástica, que impreg - na el estilo de Ca lderón . 1 0 3 2 D e acuerdo c o n la concepc ión neoplatónica, el alma alberga la her - mosura, que es reflejo de la de D ios . 3 8 E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O llamó al hombre; si en él mi imperio fundo, como el cielo lo tiene, como el suelo, 1035 bien puede presumir la deidad mía que el que al hombre llamó pequeño mundo, llamará a la mujer pequeño cielo. M U N D O N o se acuerda de Ezequiel, cuando dijo que trocó 1 0 4 0 la soberbia a la hermosura en fealdad la perfección. Canta voz. voz Toda la hermosura humana es una temprana flor; marchítese, pues la noche 1045 ya de su aurora llegó. H E R M O S U R A Que fallezca la hermosura dice una triste canción; no fallezca, no fallezca, vuelva a su primer albor. 1050 Mas ¡ay de mí!, que no hay rosa de blanco o rojo color que a las lisonjas del día, que a los halagos del sol saque a deshojar sus hojas 1055 que no caduque, pues no vuelve ninguna a cubrirse dentro del verde botón. Mas ¿qué importa que las flores, del alba breve candor, 1 0 6 0 marchiten del sol dorado halagos de su arrebol? 1 0 3 7 A l u d e a la idea del h o m b r e c o m o microcosmos, nacida al amparo de la filosofía griega pero cuya fortu- na alcanzó los siglos áu reos . 0 1 0 4 2 A l u d e a la pérdida de la he r - mosura debido a la soberbia, cuestión a la que se refiere Ezequ ie l 7, 20; 28, 1 2 - 1 9 Y 3 1* ró- 1 0 4 4 Las flores tempranas se mar - chitan antes que las nacidas en sazón y suelen tener la connotac ión de i m - prudencia , añadida a la de fugacidad. M U E R T E D E L A H E R M O S U R A 39 ¿Acaso tiene conmigo alguna comparación flor, en que ser y no ser 1065 términos continuos son? N o , que yo soy flor hermosa de tan grande duración, que si vio el sol mi principio, no verá mi fin el sol: 1 0 7 0 si eterna soy, ¿cómo puedo fallecer? ¿Qué dices, Voz? Canta voz. voz Que en el alma eres eterna, y en el cuerpo mortal flor. H E R M O S U R A Y a no hay réplica que hacer 1075 contra aquesta distinción: de aquella cuna salí y hacia este sepulcro voy; mucho me pesa no haber hecho mi papel mejor. 1080 Vase. M U N D O R I C O L A B R A D O R D I S C R E C I Ó N P O B R E R I C O L A B R A D O R Bien acabó el papel, pues arrepentida acabó. D e entre las galas y adornos y lozanías faltó la Hermosura. N o nos falte pan, vino, carne y lechón por Pascua, que a la Hermosura no la echaré menos yo . C o n todo, es tristeza grande. Y aun notable compasión. ¿Qué habernos de hacer? Volver a nuestra conversación. Cuando el ansioso cuidado con que acudo a mi labor 1085 1 0 9 0 4o E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O miro, sin miedo al calor 1095 y al frío desazonado, y advierto lo descuidado del alma, tan tibia ya, la culpo, pues dando está gracias de cosecha nueva 1 1 0 0 al campo porque la lleva, y no
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