Logo Studenta

El-gran-teatro-del-mundo-Pedro-Calderon-de-la-Barca

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

Contiene el estudio preli­
minar, el texto, las notas al 
pie y la tabla de la edición 
publicada en 1997 por Edi¬ 
torial Crítica y en la cual 
figuran el prólogo, el aparato 
crítico, las notas comple¬ 
mentarias y otros materiales 
E L A U T O S A C R A M E N T A L . 
T R A D I C I Ó N Y C O N T E X T O L I T E R A R I O 
O R Í G E N E S Y E N S A Y O DE C A R A C T E R I Z A C I Ó N . LOS estudios 
dedicados en las últimas décadas al teatro antiguo han puesto de mani-
fiesto que es preciso buscar los orígenes del auto sacramental en la con-
fluencia de dos procesos históricos: la evolución de la celebración de la 
fiesta del Corpus Christi, por un lado, y por otro el drama litúrgico me-
dieval. 
La fiesta del Corpus fue creada en 1264 por Urbano IV, dispo-
niendo Juan XXII que se celebraran procesiones. En España, la pro-
cesión como medio para resaltar públicamente la importancia del mis-
terio de la Eucaristía fue introducida por Berenguer de Palaciolo, 
muerto en 1314; la más antigua de que tenemos noticias, según Milá 
y Fontanals, tuvo lugar en Barcelona en 1322. Pronto alcanzaron gran 
popularidad e importancia no sólo como celebraciones religiosas, sino 
también como fiestas urbanas: las «invenciones», utilizadas para ame-
nizar los banquetes y fiestas cortesanas, fueron aprovechadas para las 
procesiones del Corpus. En estas celebraciones, sin embargo, faltan los 
entremeses, rocas o figuras de tema sacramental. Parece, en consecuen-
cia, que por este camino no es fácil llegar al auto sacramental, tal como 
lo conocemos. 
El drama litúrgico medieval era representado de manera constante, 
en el interior de los templos, desde los siglos XII y xin; adquiere ya cuer-
po teatral con las obras que Juan del Encina, Lucas Fernández y Gil 
Vicente escribieron para la Navidad o la Pasión, y en las que induda-
blemente existe ya una intención didáctica y, sobre todo en el portugués, 
alegórica. Quizá sea Gil Vicente el primero que escribe una obra para 
el día del Corpus, el Auto de San Martín, obra que, sin embargo, no 
es eucarística ni alegórica. Es posible que las primeras obras de tema eu-
caristía sean la Farsa Sacramental, de Hernán López de Yanguas, o 
la Farsa Sacramental de 1521, publicada por Serrano y Sanz. Aqué-
lla parece anterior a ésta. En cualquier caso, son obras muy próximas 
cronológica y estructuralmente; ambas reproducen el esquema de los au-
tos de Navidad: la Farsa del Santísimo Sacramento, compuesta para 
el día del Corpus, se limita a sustituir al pastor didacta por la Fe, que 
aparece como figura alegórica. Sin ser plenamente autos sacramentales, 
pueden, sin duda, ser considerados como dos precedentes de excepcional 
importancia. 
I X 
X D O M I N G O Y N D U R Á I N 
Más cerca de la variedad y riqueza temática de los autos, de las ale-
gorías teológicas y del aprovechamiento de asuntos no eucarísticos, esta-
rían las obras de Diego Sánchez de Badajoz; la Farsa de Santa Susa-
na «05 ofrece la primera noticia conocida de que la obra se represente 
sobre una carreta. Sánchez de Badajoz compuso diez obras para las 
fiestas del Corpus, en las que trata el misterio de la Eucaristía; son es-
pecialmente importantes la Farsa militar, la Farsa moral, la Farsa ra-
cional del libre albedrío y la Farsa del juego de cañas. En estas 
obras el sentido alegórico está ya presente con toda claridad y, a través 
de él, son tratados, en forma dramática, los asuntos teológicos. 
Junto a Sánchez de Badajoz, cuya Recopilación en metro se pu-
blicó postuma en 1554, se podría situar a Timoneda, quien publica los 
Ternarios Sacramentales en 1558 (uno) y 1575 (dos); sean suyas o no, 
son obras que pertenecen ya al género de los autos sacramentales, lo 
mismo que algunas de las obras más tardías recogidas en el Códice de 
Autos viejos. 
Según Wardropper, Flecniakoska y Lázaro Carreter, el auto sacra-
mental no aparece por evolución de un género, sino por lo que podría-
mos llamar una mutación, un salto; al menos eso parece deducirse de 
sus escritos, pero se trata de formulaciones que no acaban de quedar cla-
ras, especialmente en cuanto a lo que diferencia una y otras evoluciones, 
pues está claro que cualquier género nuevo es distinto del que le da ori-
gen. Quizá traten de señalar el nacimiento del auto, frente a las modi-
ficaciones de géneros surgidas por simple acumulación, sin cambios es-
tructurales, como hecho repentino, creado de manera consciente y 
deliberada mediante una nueva organización de materiales ya exis-
tentes. De ser así, cabría pensar que la razón de la originalidad del auto 
estriba en que este género aparece cuando el teatro ya está formado, lo 
mismo que las celebraciones del Corpus; sería entonces la fusión de es-
tos dos factores lo que daría lugar al nuevo género. Es lo que parece 
apuntar Marcel Bataillon al concluir que «el auto sacramental resulta-
ría así de una transacción entre la costumbre ya inveterada de celebrar el 
Corpus con representaciones teatrales y las exigencias de la reforma ca-
tólica, que en tiempos del Concilio de Trento pretendía volver la fiesta 
al espíritu de su institución». 
Hay que recordar ahora el hecho de que Sánchez de Badajoz utili-
za figuras alegóricas en las obras de Navidad, pero no en las dedicadas 
a la Eucaristía; parece posible, en consecuencia, que la fusión se reali-
zara en Valencia antes que en ningún otro lugar, como influencia del 
didactismo del extremeño en la espectacularidad del Corpus valenciano. 
E S T U D I O P R E L I M I N A R XI 
Ahora bien, se hace necesario precisar y matizar algunos aspectos de los 
planteamientos anteriores; en general, el esquema parece ser este: las 
procesiones del Corpus en la Corona de Aragón, que presentan un gran 
desarrollo plástico y alegórico, son un acontecimiento cívico popular, 
pero falta en ellas la representación alegórica o teatral del misterio de la 
Eucaristía. En Castilla la fiesta del Corpus parece celebrarse con obras 
teatrales de carácter didáctico, en las que se trata el tema de la Eucaris-
tía, pero falta aquí la presentación alegórica en la mayor parte de los ca-
sos (por ejemplo en Sánchez de Badajoz, aunque la Fe aparezca en la 
Farsa del Santísimo Sacramento), y sobre todo la proyección cívica. 
Miguel Ángel Pérez Priego señala que 
los autos de Pasión y Resurrección conservan todavía en el siglo xvi , 
de forma más viva que los de Navidad, el carácter celebrativo y devo-
to con que surgieron de la liturgia. Su intención no es la de ilustrar ca-
tequísticamente un dogma, sino la de «mover a devoción al auditorio», 
mediante la fervorosa contemplación plástica del misterio que se cele-
bra. Por eso suelen tener un carácter más recogido y privado, que con-
trasta con el multitudinario teatro sacramental. 
Pero, como señala el mismo autor, este carácter multitudinario no surge 
de manera espontánea ni lo hace sin causar grave daño en las formas ya 
existentes: 
Las constituciones de Coria de 1537 las estimulan junto a un nuevo ci-
clo, el del Corpus: «ni representen farsas [los clérigos] no siendo en las 
iglesias en los casos permitidos como en la Pascua de Resurrection o 
Natividad o Corpus Christi». La competencia de este nuevo ciclo y las 
nuevas necesidades religioso-teológicas hacen difícil la pervivencia del 
de Pasión-Resurrección. Así se deduce de lo dispuesto por el Concilio 
provincial compostelano de 1565: «Deben celebrarse por el pueblo 
cristiano con mucho júbilo todas las festividades en que se conmemo-
ran los beneficios de nuestra redención, pero más especialmente debe-
rá manifestarse la alegría espiritual en el natalicio del Señor y en el día 
del sacratísimo Corpus Christi». 
Parece posible, pues, que la combinación de elementos, realizada, qui-
zá, por alguno de los obispos, pueda dar lugar al nacimiento de un nue-
vo género: los componentes alegóricos de las procesiones se ponen al ser-
vicio de una obra teatral en la que se expone un tema de sacrateología 
que culmina en la exaltación de la Eucaristía. La procesión de carros in-
dependientes es sustituida por la procesión de las carretas teatrales, que 
X I I D O M I N G O Y N D U R Á I N 
caminan dirigiendo al pueblo hacia una meta en la que se expone el 
sentido de las figuras, fundiéndolas en una síntesis teatral-teológica. La 
procesión ha dejado de ser un espectáculo en sí misma —espectáculo que 
se ve pasar, o en el que se participa— para convertirse en reclamo que di-
rige al público hacia el sermón puesto en verso, en el que no cabe ya la 
participación activa: la división entre actores y espectadores o entre di-
rectores y dirigidos es ahora tajante. Si este planteamiento es correcto, se 
podría hablar quizá de involución —más que de evolución- encaminada 
principalmente a la reducción y el control de las procesiones. Es, como 
ha visto Bataillon, un hecho propio de la reforma católica, de acuerdo 
con el espíritu de Trento, en cuanto que trata de renovar el espíritu mi-
sionero de la Iglesia primitiva (aquí es visible la influencia ignaciana) y 
de evitar la mezcla de elementos profanos y religiosos. 
Uno de los problemas más difíciles para el estudioso de los orígenes 
del auto sacramental es, sin duda, el carácter alegórico que, según Val-
buena, es defmitorio. Si, en efecto, en la prehistoria del auto sacramen-
tal el tema, como en los otros misterios, es la exposición canónica del 
dogma, muy pronto es eliminado el aspecto doctrinal, teórico —que fun-
cionará como base aceptada-, sustituido por las consecuencias que se de-
rivan del cruce en la vida de los hombres. El paso de lo que hay que 
creer a lo que hay que obrar parece esencial: es lo que permite orga-
nizar en forma dramática la enseñanza y lo que obliga a emplear la ale-
goría como única forma de representar lo sobrenatural condicionando la 
actividad humana. Ejemph temprano de este conflicto, como motivo 
dramático, es, entre otros, la confusión de las mujeres en el Auto da 
Feira (1527), de Gil Vicente:: 
SERAFÍN Conciencia queréis comprar 
de que vistáis vossa alma? 
MAR Tenedes sombreiros de palma 
muito bos para segar, 
e tapados para a calma? 
El didactismo eclesiástico trata de exponer lo absoluto, esto es, verdades 
de validez general, intemporales y no circunstanciadas. El teatro es un 
medio inadecuado para conseguir estos fines; la única solución es redu-
cir la doctrina a fundamento teórico y exponer casos que ilustren esas 
creencias, que ejemplifiquen cómo se relacionan los dos planos. Es para 
ampliar, en lo posible, la validez de ejemplo, para evitar la particulari-
zación del caso, por lo que se acude a la alegoría, que, en consecuencia, 
no se limita a representar realidades del mundo sobrenatural, sino que 
E S T U D I O P R E L I M I N A R X I I I 
también representa potencias del alma humana, apetitos y deseos, rea-
lidades físicas (el cuerpo del hombre), etc. El momento en que se pro-
duce la mezcla de planos sería entonces el del nacimiento temático del 
auto sacramental. La alabanza final de la Eucaristía, lo mismo que la 
representación el día del Corpus, es tanto una síntesis de todo el auto 
cuanto un punto de partida. El acto único contribuye a resaltar la uni-
dad del planteamiento teórico. 
Por otra parte, esta caracterización del auto parece difícilmente com-
patible con la interpretación antiprotestante. En palabras de Bataillon: 
«El nacimiento del teatro eucarístico destinado al Corpus nos parece que 
no es un hecho de Contrarreforma, sino un hecho de Reforma católica». 
Sin oponerse en lo esencial al análisis de Bataillon, Flecniakoska se-
ñala que 
se encuentran en los autos tres temas que quemamos señalar especial-
mente: los heréticos, los judíos, la Inquisición. Aunque el auto no está 
ostensiblemente dirigido contra los herejes, nunca pierde ocasión de 
atacarles. Los dramaturgos arremeten contra todas las herejías, pasadas 
o presentes, pero el protestantismo, situado al mismo nivel que las de-
más heterodoxias, es el enemigo esencial. 
Sin embargo, hay que distinguir entre herejía considerada como 
hecho abstracto, generalmente representado por el personaje del mis-
mo nombre, de las herejías concretas. En algunos autos los ataques se 
producen en series. 
Vemos, pues, cómo el tema de los autos no es la herejía, de la que sólo 
se ocupan tangencialmente. Esto es normal, pues en escena no se discu-
ten verdades dogmáticas ni se exponen de manera teórica; como ya ad-
vertimos, el auto es una representación que ilustra sobre algo ya conoci-
do y aceptado de antemano: el tema no puede centrarse en un conflicto 
ideológico, sino en actuaciones arquetípicas. De esta manera el tema del 
auto no puede ser otro que la doctrina de la Iglesia en cualquiera de sus 
múltiples aspectos o manifestaciones; cualquier otro asunto no será nun-
ca esencial —al menos explícitamente— y estará al servicio de la didác-
tica religiosa positiva. Otra cosa es que, intencionadamente o no, se 
confundan y mezclen los campos; así, por ejemplo, sigue diciendo Flec-
niakoska: 
El nacionalismo y la xenofobia son dos temas característicos de los au-
tos, pero hay que señalar que siempre son suficientemente difusos para 
no constituir nunca lo esencial de una obra. El proceso es sencillo. La 
X I V D O M I N G O Y N D U R Á I N 
Iglesia o la Fe se identifican con España, que es su defensora. Todo el 
mundo conoce la fórmula «Fuera de la Iglesia no hay salvación», así 
que fuera de España tampoco; de esta manera son atacadas todas las na-
ciones gangrenadas por la herejía. 
Los temas fundamentalmente utilizados por los autos sacramentales son 
los que proporciona el Antiguo Testamento, los sacramentos, los dog-
mas de fe y asimismo la hagiografía y la liturgia. En cualquier caso hay 
que señalar la doble perspectiva de estos temas, pues si, por una parte, 
exponen la doctrina religiosa, por otra proponen un modelo de compor-
tamiento. 
En la clasificación de los autos que formuló Valbuena, nuestra obra 
queda entre los «filosóficos y teológicos». Parker mismo dijo que el auto 
«es 'sociológico' y no filosófico'». Posteriormente, Fiore ha querido ma-
tizar el calificativo de Parker, sugiriendo el término «filosófico-moral», 
ya que «la acción elabora un problema ético basado en la filosofía esco-
lástica». Más recientemente ha afirmado Pollmann que la obra no es 
primariamente sociológica, según opinaba Parker, sino ontológica. Mo-
rón Arroyo acepta la clasificación temática de Valbuena, pero añade que 
la «fórmula del auto sacramental que [permite] superar y explicar sus 
variantes ... es la historia de la caída y redención individual y colectiva 
y la imagen del mundo que se repite en todos los autos con una prodi-
giosa variedad en los detalles». 
E L A U T O S A C R A M E N T A L E N LA É P O C A DE C A L D E R Ó N : 
C O N D I C I O N A M I E N T O S E C O N Ó M I C O S Y S O C I A L E S . Hemos 
visto cómo las «invenciones» son sustituidas, en las procesiones del Cor-
pus, por los carros sobre los que se representarán los autos. Se produce, 
pues, un desplazamiento en el centro de la celebración, que pasa de las 
rocas y entremeses a las representaciones teatrales. Ya en tiempos de la 
representación de nuestro auto se había configurado el espectáculo a imi-
tación de las comedias: una loa, seguida por el auto, entre «dos ... pie-
zas cortas perfectamente conformadas que, situadas estratégicamente —al 
principio (entremés) y al final (mojiganga)—, escoltaban el auto», por 
decirlo con De la Granja. 
Ha puesto de relieve Diez Borque «la necesidad del estudio articu-
lado de fiesta y teatro en el Barroco español y la absoluta insuficiencia 
del análisis del texto como hecho exclusivo de literatura escrita». Su es-
tudio examina con detalle los aspectos del texto cantado y la espectacu-
laridad de la puesta en escena de los autos de Calderón. 
E S T U D I O P R E L I M I N A R XV 
Ahora bien, estenuevo espectáculo sigue cumpliendo su función —el 
lujo- en cuanto que la magnificencia que despliega sirve para prestigiar a 
la entidad o grupo que lo subvenciona. Hay que notar también que, en 
este sentido, no es un negocio equiparable al de la representación de co-
medias: posee rasgos peculiares —que afectan tanto al organizador como 
a los trabajadores teatrales— suficientes para diferenciar con claridad el 
auto de las comedias. En la reedición de su libro, Wardropper recoge la 
observación de Bataillon —al reseñar éste la primera edición— de que 
«hubo en la España del Siglo de Oro 'una industria teatral' parecida a 
la 'industria cinematográfica' de hoy día». Nunca será más apropiado 
este recuerdo que en el caso de los autos. En palabras de Bataillon, el 
auto «estaba en la clave de la organización financiera del teatro español». 
El hecho de que el empresario o, mejor, el patrocinador, no obtenga 
ganancias directas por su participación, no supone que las representacio-
nes del Corpus sean actividades libres. Lo que ocurre es que cumplen 
una función superestructural —ideológica— no sólo creadora de prestigio, 
sino también directamente alienadora; esto en cuanto que propone a los 
espectadores la visión del mundo del mecenas. Es cierto que lo mismo 
ocurre en la comedia —no hay más que recordar el período albino de 
Lope—, pero si el autor de comedias puede alternar el mecenazgo con la 
venta al consumidor, el de autos está inevitablemente sujeto al mece-
nazgo, de donde recibe la mayor parte de sus ganancias. 
En el caso de que el mecenazgo no sea ejercido por el poder político, 
sino por grupos económicos profesionales, se produce la misma relación 
de dependencia; Noel Salomón señala que, cuando las corporaciones ur-
banas se hacen cargo de los gastos originados por los espectáculos del 
Corpus, comienza la valoración de tipos sociales no nobles. 
Por supuesto, también influye el tipo de público, aunque en menor 
medida que en las comedias; la presencia de campesinos y las posibles 
representaciones en los pueblos obligan a moderar las burlas dirigidas a 
los rústicos. 
Se trata de ver ahora cómo se organizaban y desarrollaban las repre-
sentaciones del Corpus. Como explica Flecniakoska: 
En Madrid, la comisión de fiestas, organismo puramente administrati-
vo, es completamente laico. Está presidido por un miembro del Con-
sejo y Cámara Real, llamado protector [el Protector de los hospitales], 
superintendente o comisario de la fiesta del Santísimo Sacramento, 
asistido por el Corregidor de la Villa, dos regidores y el secretario del 
Ayuntamiento. Esta comisión era muy eficaz, ya que el Superinten-
dente estaba en estrecha relación con el poder central, los Consejos de 
X V I D O M I N G O Y N D U R Á I N 
Castilla, mientras el Corregidor, que lo estaba con la municipalidad, 
podía actuar directamente sobre los actores. 
El control es, efectivamente, muy estrecho, llegando a obligar a deter-
minados actores a tomar parte en representaciones. Es, por ejemplo, el 
caso del actor Jerónimo de Heredia, a quien, para que representara el pa-
pel principal en E l divino Orfeo, hicieron ir desde Sevilla a Madrid 
y al que, ante su resistencia, el Ayuntamiento le ordenó que aceptase el 
papel y lo estudiase, pues en caso contrario iría a la cárcel. 
Además de la prestación personal obligatoria y de las presiones a que 
se encuentran sometidas, las compañías deben cumplir con unos com-
promisos agotadores. En principio, los autos se debieron de representar 
una sola vez, pero al correr el tiempo y convertirse en una cuestión de 
prestigio, cada corporación, cada grupo de poder, trata de conseguir su 
propia representación privada que, por supuesto, no excluye la repre-
sentación ante el pueblo. Dado el régimen polisinodal que impera en la 
España del XVII, no es de extrañar que las representaciones se multi-
pliquen de manera abrumadora. Por ello, en 1624 se publica un 
Decreto de S.M. para que los Autos se hagan solamente a S.M., la V i -
lla y el pueblo de Madrid, evitando así los gastos excesivos de las re-
presentaciones hechas a Consejos y a particulares. 
Como suele ocurrir con este tipo de decretos, tampoco el de 1624 se cum-
plió; era imposible, ya que los mismos encargados de llevarlo a la prác-
tica, los comisarios, eran los primeros interesados en multiplicar las re-
presentaciones para atender las múltiples solicitaciones de particulares y, 
en especial, de corporaciones, que tienen gran empeño en no asistir a la 
sesión común sin privarse por ello del espectáculo. Además del prestigio 
que supone la representación exclusiva, hay una razón muy simple: en-
tre los consejos hay jerarquías y de acuerdo con ellas se distribuyen los 
puestos en el espacio destinado a los espectadores: algunos no ven nada 
del escenario. 
Por estas causas, las compañías, obligadas por los comisarios, deben 
repetir su espectáculo tal número de veces, ante tantos grupos de espec-
tadores diferentes, que se ven en la necesidad de prolongar sus actuacio-
nes hasta muy entrada la noche del viernes y, en ocasiones, a continuar 
su trabajo durante el sábado y el domingo. A esto hay que añadir que 
cada compañía suele representar dos autos, lo que multiplica el esfuer-
zo. Lo normal es que actúen dos compañías simultáneamente, de for-
E S T U D I O P R E L I M I N A R X V I I 
ma que puedan cruzar sus itinerarios y cubrir más campo, evitando los 
tiempos muertos. En la primera representación, la que se hace ante Su 
Majestad, se dan los cuatro autos. Uno no sabe qué admirar más, si el 
esfuerzo de las compañías o el de los espectadores. 
Los comisarios exigen también que los trajes de toda la compañía 
sean nuevos, llegando a precisar incluso el tipo de tela que debe ser uti-
lizado para su confección. Teniendo en cuenta que cada compañía sue-
le tener poco menos de veinte actores, se comprenderá el esfuerzo que su-
pone para los directores de las compañías realizar todos los preparativos 
y tenerlo todo a punto para el momento de la representación; máxime 
teniendo en cuenta la prohibición —frecuentemente incumplida— de que 
actores de un auto pasen a otro: son necesarias dos compañías y dos jue-
gos completos de vestuario. Sin duda comprendiendo todas esas dificul-
tades, el Ayuntamiento de Madrid decide, en 1614, tomar las oportu-
nas medidas: 
En este Ayuntamiento, habiéndose visto el inconveniente que hay de 
recibir los autores ['empresarios'] de comedias en la cuaresma para la 
fiesta del Santísimo Sacramento, que por ser tan tarde no dan muestra 
de los autos hasta que se allega el día de la fiesta, cuando no hay ya lu-
gar de enmendarlos, para remedio de lo cual se acordó que de aquí en 
adelante se elijan los dos autores para la dicha fiesta, de los mejores que 
hubiere en todo el reino, dos semanas antes que entre la cuaresma, con 
lo cual se podrán prevenir de buena compañía sabiendo que han de te-
ner las fiestas y harán luego componer los autos, los cuales se han de 
haber visto. 
Parece haber no sólo interés por la magnificencia de la fiesta, sino una 
cierta precaución censoria. 
A pesar de todas estas obligaciones —quizá gracias a ellas— las com-
pañías contratadas para representar el día del Corpus gozan de venta-
jas muy considerables. El contrato con el Ayuntamiento permite incluir 
una cláusula según la cual la compañía obtiene la exclusiva de las re-
presentaciones teatrales desde la Pascua hasta el Corpus. Su partici-
pación en el espectáculo de la capital les asegura numerosos contratos en 
los pueblos próximos; esto sin contar el prestigio que le confiere a una 
compañía el ser seleccionada y, en su caso, llevarse la joya': los cien 
ducados de premio que se supone pueden ser para una de ellas o re-
partirse entre las dos. La multiplicación de actuaciones, en especial 
cuando las prolongan durante sábado y domingo, supone unos ocho-
cientos reales de gratificación suplementaria. Dela misma manera, 
X V I I I D O M I N G O Y N D U R Á I N 
para la renovación del vestuario, el Ayuntamiento contribuye con la 
ayuda de costa y, lo que es quizá más importante, la compañía se en-
cuentra, cara a la temporada, con la renovación completa del vestuario, 
ya que los personajes del auto coinciden en su caracterización con los 
de la comedia. 
Es también el Ayuntamiento el que se ocupa de lo referente a los ca-
rros y a su adorno, y asimismo de los decorados, pagando incluso en 
ocasiones a los encargados de conducir los carros. Como se ve, los orga-
nizadores toman a su costa prácticamente todos los aspectos materiales. 
Para aumentar el interés de las compañías y de los actores en la repre-
sentación, se les hace competir por la joya. 
Por lo demás, todos los componentes de la compañía reciben grati-
ficaciones, desde el empresario al último empleado. Según Flecnía-
koska, el Corpus constituye para ellos «una fecha capital en su vida 
económica. Tienen la seguridad de ganar en un día una cantidad glo-
bal que, en época de trabajo normal, correspondería a semanas de es-
fuerzos: por eso se suelen comprometer a pagar sus deudas al día si-
guiente de las fiestas». En cuanto a los empresarios, sigue explicando 
Flecniakoska, 
a partir de 1590 se fijan los precios y, salvo alguna excepción, las tarifas 
son las siguientes: en Madrid el autor de comedias recibe 325 ducados 
por auto; en Toledo, 100 (tanto por el Corpus como por la octava); en 
Sevilla, 350; en Segovia, 200; en Valladolid, 300. 
Tenemos así un panorama bastante completo de lo que participar en las 
fiestas del Corpus supone para una compañía. Ahora bien, las venta-
jas son al mismo tiempo un condicionamiento; de esta forma, escrito-
res, autores y actores deben esforzarse en complacer a los organizado-
res, aceptando sus puntos de vista y su comprensión de la realidad. 
Esto no se aplica únicamente a las representaciones del Corpus; debe 
extenderse a la actividad teatral durante toda la temporada, ya que será 
con arreglo a ella como se elegirán «las de mayor fama». La elección es 
doble, por cuanto los organizadores deciden quién y qué se representa-
rá ese día. 
Resulta conveniente concluir estas consideraciones con un comentario 
de A.K.G. Paterson sobre la finalidad de los autos: 
El auto encierra el mismo misterio que celebra, lo cual constituye una 
relación entre el vehículo y su significado mejor calificada de 'metoní-
mica' que de 'metafórica'. Pero un cambio de perspectiva sirve para 
E S T U D I O P R E L I M I N A R X I X 
atribuir al auto sacramental el valor metonimico por un sistema social; 
la supuesta finalidad espiritual de los autos no es sino una aseveración 
más de realidades muy engranadas en el complejo mecanismo social de 
la ciudad capital de los habsburgos ... La índole seglar del auto es un 
factor conspicuo en cada momento de su elaboración teatral.* 
DOMINGO Y N D U R Á I N 
* Sobre el or igen del auto sacramental son trabajos de referencia impresc in­
dible los de Flecniakoska [1961] , Batai l lon [1964] , Lázaro [1965], E g i d o [1982] , 
D i e z B o r q u e [1984] , R u a n o y Al ien [1994] y Are l lano [1995:97-99 y , sobre 
todo, 685-737] . E l decreto real de 1624 y la disposición del munic ip io de M a ­
drid de 1 6 1 4 citados en estas páginas pueden verse en Pérez Pastor [ i9 i4 :núm. 
1 9 0 y 1 9 0 1 : 1 4 4 - 1 4 5 ] . T a m b i é n hemos conci tado aquí, por este orden, los traba­
jos de Mi l á y Fontanals [1888-1896], Cota re lo [1902] , Gonzá lez Ol l é [1967 y 
1969] , Ward roppe r [1967] , Pérez Pr iego [1973] , Y n d u r á i n [1976] , Parker [1983], 
Fiore [1972] , Po l lmann [1988], M o r ó n A r r o y o [1982], D e la Granja [1981] , S a ­
l o m ó n [1965] y Shergold y V a r e y [1961] . 
EL G R A N T E A T R O 
DEL M U N D O 
A U T O S A C R A M E N T A L A L E G Ó R I C O 
Personas que hablan en él: 
E L A U T O R 
E L M U N D O 
E L R E Y 
L A D I S C R E C I Ó N 
L A L E Y D E G R A C I A 
L A H E R M O S U R A 
E L R I C O 
E L L A B R A D O R 
E L P O B R E 
E L N I Ñ O 
U N A V O Z 
A C O M P A Ñ A M I E N T O 
Sale el A U T O R con manto de estrellas 
y potencias en el sombrero.^ 
A U T O R Hermosa compostura 
de esta varia inferior arquitectura, 
que entre sombras y lejos 
a esta celeste usurpas los reflejos, 
cuando con flores bellas 5 
el número compite a sus estrellas, 
siendo con resplandores 
humano cielo de caducas flores. 
Campaña de elementos, 
con montes, rayos, piélagos y vientos: 1 0 
con vientos, donde graves 
te surcan los bajeles de las aves; 
con piélagos y mares, donde a veces 
te vuelan las escuadras de los peces; 
con rayos, donde ciego 15 
te ilumina la cólera del fuego; 
con montes, donde dueños absolutos 
te pasean los hombres y los brutos; 
siendo en continua guerra 
monstruo de fuego y aire, de agua y tierra. 20 
Tú , que siempre diverso, 
la fábrica feliz del Universo 
A Las potencias son los nueve rayos 
de luz que de tres en tres forman una 
especie de corona en las imágenes de 
Jesús , así llamadas porque expresan la 
omnipotencia d iv ina . 0 
E l auto analizará el conflicto 
moral existente en la vida humana 
c o m o consecuencia del o lv ido y la 
confusión de las necesarias dist incio-
nes entre el humano cielo de caducas fio-
res y el cielo d iv ino de eternas estre-
l l a s . 0 
compostura: 'conjunto ordenado y 
o rnamen tado ' . 0 
2 inferior arquitectura: el Au to r , dir i-
giéndose al M u n d o , alude sucesiva-
mente a su estructura, su c o m p o s i -
ción y el pode r generat ivo que des-
plegará en la creación del drama que 
sigue. L a estructura del m u n d o , obra 
del gran Arqui tec to , está instalada d e -
bajo de la celest ia l . 0 
3 lejos: ' lo más alejado en una p in -
tu ra ' . 0 
20fuego y aire... agua y tierra: los 
cuatro elementos de que se c o m p o -
nía el m u n d o , según se teorizaba des-
de G a l e n o . 0 
^fábrica: 'edificio suntuoso o cons -
trucción compleja ' . D e la m a n o de la 
cosmología tolemaica, en el R e n a c i -
miento y el B a r r o c o el universo se 
3 
4 E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
eres, primer prodigio sin segundo, 
y, por llamarte de una vez, tú el Mundo, 
que naces como el Fénix y en su fama 
de tus mismas cenizas. 
^5 
Sale el M U N D O por diversa puerta. 
M U N D O 
A U T O R 
M U N D O 
A U T O R 
¿Quién me llama? 
Que desde el duro centro 
de aqueste globo que me esconde dentro 
alas viste veloces: 
¿Quién me saca de mí? ¿Quién me da voces? 30 
Es tu Autor soberano. 
D e mi voz un suspiro, de mi mano 
un rasgo es quien te informa, 
y a su obscura materia le da forma. 
Pues, ¿qué es lo que me mandas? 
¿Qué me quieres? 35 
Pues soy tu Autor, y tú mi hechura eres, 
hoy de un concepto mío 
la ejecución a tus aplausos fío: 
una fiesta hacer quiero 
a mi mismo poder, si considero 40 
que sólo a ostentación de mi grandeza 
fiestas hará la gran naturaleza; 
y como siempre ha sido 
lo que más ha alegrado y divertido 
la representación bien aplaudida, 45 
y es representación la humana vida, 
una comedia sea 
conc ibe c o m o fábrica en la que se 
integran todas las esferas que lo 
componen , a m o d o de mecanismo. 
Compárese : «esta fábrica gallarda / del 
universo», de El Mágico prodigioso, 1, 
6 2 - 6 3 . 0 
2 5 Fénix: el ave mitológica que r e -
nace de sus propias cen izas . 0 
3 4 Ca lde rón recoge aquí la idea 
aristotélico-escolástica de que todo 
ser está compues to de materia y for -
ma. E l A u t o r informa o an ima al 
M u n d o c o n un suspiro y l o forma 
c o n la m a n o . 
3 7 concepto: aquí ' e sbozo ' o ' b o c e -
4 2 L a naturaleza es ancilla Dei, m a -
y o r d o m o de D i o s , y cont inúa la obra 
de D i o s hecha en la creación, m a n i -
festándola y celebrándola. 
C R E A C I Ó N DEL M U N D O 5 
la que hoy el cielo en tu teatro vea; 
si soy autor y si la fiesta es mía, 
por fuerza la ha de hacer mi compañía;50 
y pues yo escogí de los primeros, 
los hombres, y ellos son mis compañeros, 
ellos en el teatro 
del mundo, que contiene partes cuatro, 
con estilo oportuno, 55 
han de representar. Y o a cada uno 
el papel le daré que le convenga. 
Y porque en fiesta igual su parte tenga 
el hermoso aparato 
de apariencias, de trajes el ornato, 60 
hoy prevenido quiero 
que alegre, liberal y lisonjero 
fabriques apariencias 
que de dudas se pasen a evidencias. 
Seremos, yo el autor, en un instante, 65 
tú el teatro, y el hombre el recitante. 
M U N D O Autor generoso mío, 
a cuyo poder, a cuyo 
acento obedece todo, 
yo , el gran teatro del mundo, 7 0 
para que en mí representen 
los hombres, y cada uno 
halle en mí la prevención 
que le importe al papel suyo, 
como parte obedencial 75 
—que solamente ejecuto 
lo que ordenas, que aunque es mía 
la obra, es milagro tuyo— 
primeramente porque es 
4 autor: el dramaturgo j u e g a aquí 
con la dilogía que produce otra acep-
c ión de este término, que era c o -
rriente en la época: 'director y e m -
presario de una compañía de actores 
de tea t ro ' . 0 
5 4 partes cuatro: Europa , Asia , África 
y Amér i ca . 
0 apariencias: 'máquinas teatrales' 
u otro tipo de efectos especia les . 0 
liberal: ' generoso ' . 
6 4 Las apariencias pasarán de las du-
das del caos primordial a las evidencias 
de la manifestación en la creación. 
7 5 parte obedencial: la que cumple la 
voluntad de Dios sin cuestionarla. 
6 E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
de más contento y más gusto 8o 
no ver el tablado antes 
que esté el personaje a punto, 
lo tendré de un negro velo 
todo cubierto y oculto: 
que sea un caos, donde estén 85 
los materiales confusos. 
Correráse aquella niebla 
y, huyendo el vapor obscuro, 
para alumbrar el teatro, 
porque adonde luz no hubo 90 
no hubo fiesta, alumbrarán 
dos luminares, el uno 
divino farol del día, 
y de la noche nocturno 
farol el otro, a quien arden 95 
mil luminosos carbunclos, 
que en la frente de la noche 
den vividores influjos. 
En la primera jornada, 
sencillo y candido ñudo 1 0 0 
de la gran Ley Natural, 
allá en los primeros lustros, 
aparecerá un jardín 
con bellísimos dibujos, 
ingeniosas perspectivas, 105 
que se dude cómo supo 
la naturaleza hacer 
tan gran lienzo sin estudio. 
L a puntuación hace que la frase 
dependa del tendré del verso 83, pero 
adviértase que, faltando un ve rbo en 
futuro en el verso 7 0 , el seremos del 
verso 65 también la rige. 
9 6 carbunclos: piedras preciosas se -
mejantes al rubí que según la tradi-
c ión lucen incluso en la tiniebla; 
aquí, 'las estrellas ' . 0 
9 9 N ó t e s e que C a l d e r ó n conc ibe 
la C r e a c i ó n c o m o un acto tripartito 
-Ley Natural (v. 1 0 1 ) , Ley Escrita (v. 
169) y Ley de Gracia (v. 203)— y que 
subraya esta estructura estableciendo 
u n símil metateatral c o n la comed ia 
del Sig lo de O r o , dividida en tres j o r -
nadas, a las que el dramaturgo se r e -
fiere también en los versos 168 y 1 9 9 -
2 0 0 . 0 
Ley Natural: la que cor responde 
en la cosmogonía bíblica a todo a q u e -
llo que es anterior a lo relatado en las 
Sagradas Escr i tu ras . 0 
1 0 3 jardín: el Paraíso Ter rena l . 
C O N S T R U C C I Ó N D E L M U N D O M A T E R I A L 
Las flores, mal despuntadas 
de sus rosados capullos, 
saldrán la primera vez 
a ver el alba con susto. 
Los árboles estarán 
llenos de sabrosos frutos, 
si ya el áspid de la envidia 
no da veneno en alguno. 
Quebraránse mil cristales 
en guijas, dando su curso, 
para que el alba los llore 
mil aljófares menudos. 1 2 0 
Y para que más campee 
este humano cielo, juzgo 
que estará bien engastado 
de varios campos incultos. 
Donde fueren menester 125 
montes y valles profundos, 
habrá valles, habrá montes; 
si ríos, sagaz y astuto, 
haciendo zanjas la tierra, 
llevaré por sus condutos, 130 
brazos del mar desangrados, 
que corran por varios rumbos. 
Vista la primera escena 
sin edificio ninguno, 
en un instante verás 135 
cómo repúblicas fundo, 
cómo ciudades fabrico, 
cómo alcázares descubro. 
Y cuando solicitados 
montes fatiguen algunos 1 4 0 
a la tierra con el peso 
y a los aires con el bulto, 
mudaré todo el teatro, 
1 0 9 mal: 'apenas'. 
1 1 4 n frutos... áspid: el demon io en 
figura de serpiente y el fruto del árbol 
de la C ienc ia del B i e n y del M a l . 
guijas: 'guijarros o cantos roda 
dos de los que abundan en el cauce 
de los ríos' . 
1 2 0 aljófares: 'perlas menudas ' . 
8 E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
porque todo mal seguro 
se verá cubierto de agua 145 
a la saña de un diluvio. 
E n medio de tanto golfo, 
a los flujos y reflujos 
de ondas y nubes, vendrá 
haciendo ignorados surcos 150 
por las aguas un bajel 
que fluctuando seguro 
traerá su vientre preñado 
de hombres, de aves y de brutos. 
A la seña que en el cielo 155 
de paz hará un arco rubio 
de tres colores, pajizo, 
tornasolado y purpúreo, 
todo el gremio de las ondas, 
obediente a su estatuto, 1 6 0 
hará lugar, observando 
leyes que primero tuvo, 
a la cerviz de la tierra, 
que sacudiéndose el yugo, 
descollará su semblante, 165 
bien que macilento y mustio. 
Acabado el primer acto, 
luego empezará el segundo, 
Ley Escrita, en que poner 
más apariencias procuro, 1 7 0 
pues para pasar a ella, 
pasarán con pies enjutos 
los hebreos desde Egipto 
los cristales del Mar R u b i o ; 
1 4 6 diluvio: el D i l u v i o Universa l , fi-
nal de la Pr imera Jo rnada . 
151 bajel: el A r c a de N o é . 
1 5 6 arco rubio: el A r c o Iris. 
157pajizo: 'amaril lento ' , 'dorado ' . 
158 tornasolado: 'azul v io láceo ' . 
1 6 9 Ley Escrita: el A n t i g u o y el 
N u e v o T e s t a m e n t o . 0 
1 7 2 con pies enjutos: 'sin mojarse los 
pies ' , c o m o se cuenta en É x o d o 1 4 , 
1 5 - 1 6 : « Y a h v é dijo a Moi sés : ¿Po r qué 
estos gritos hacia mí? D i a los hijos de 
Israel que se p o n g a n en m a r c h a . Y tú 
levanta tu bastón y ex t iende tu m a n o 
sobre el mar, d ivídelo para que pasen 
los hijos de Israel po r m e d i o del mar 
a pie en ju to» . 0 
1 7 4 los cristales: 'las aguas ' . C a l d e r ó n 
C O N S T R U C C I Ó N D E L M U N D O M A T E R I A L 9 
amontonadas las aguas, 175 
verá el sol que le descubro 
los más ignorados senos 
que ha mirado en tantos lustros. 
C o n dos colunas de fuego 
ya me parece que alumbro 180 
el desierto, antes de entrar 
en el prometido fruto. 
Para salir con la Ley, 
Moisés, a un monte robusto 
le arrebatará una nube 185 
en el rapto vuelo suyo. 
Y esta segunda jornada 
fin tendrá en un furibundo 
eclipse, en que todo el sol 
se ha de ver casi difunto. 1 9 0 
Al último parasismo 
se verá el orbe cerúleo 
titubear, borrando tantos 
paralelos y coluros. 
Sacudiránse los montes 195 
y delirarán los muros, 
dejando en pálidas ruinas 
tanto escándalo caduco. 
recrea aquí el paso del M a r R o j o 
(Mar Rubio) por Moisés y los hijos de 
Israel, narrado en É x o d o 1 4 , 1 5 - 3 1 . 
1 7 7 senos: 'escondrijos ' . 
1 7 9 A l u d e a las columnas que gu ia -
ron al pueblo hebreo en el desierto, 
según se relata en N ú m e r o s 9, 1 5 - 2 3 . 
1 8 4 monte: el Sinaí, donde Moisés 
recibe las Tablas de la L e y con los 
diez mandamientos de acuerdo c o n 
la narración del É x o d o 1 9 , 20: «en-
tonces descendió Y a h v é sobre la 
montaña del Sinaí, sobre la cumbre 
de la montaña, y Y a h v é l lamó a M o i -
sés y Moisés subió». 
1 6 rapto: ' raudo ' , ' rápido ' . «Del o r -
den natural el rapto cu rso» . 0 
1 8 9 1 9 1 eclipse... parasismo: se alude al 
eclipse de sol y al seísmo que los 
evangelistas cuentan que h u b o c o n 
ocasión de la muer te de Jesús (Mateo 
2 7 ' i i 5 ; L u c a s 2 3 ' 4 4 ~ 4 5 ) - , 
1 9 2 cerúleo: 'azul oscuro ' . 
1 9 4 coluros: cada u n o de los círculos 
m á x i m o s de la esfera celeste que p a -
san p o r los polos y cortan la eclíptica 
en los puntos de los equinocc ios y 
sols t ic ios . 0 
1 9 6 delirarán: en sentido figurado,vale 'perderán el orden y la c o m p o s -
tura'. 
1 9 8 escándalo: es posible interpretar 
que los muros (s inécdoque p o r t e m -
plo) representan un escándalo p o r -
que el j u d a i s m o no r e c o n o c i ó al 
Mes ías . 
I O E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
Y empezará la tercera 
jornada, donde hay anuncios 200 
que habrá mayores portentos, 
por ser los milagros muchos 
de la Ley de Gracia, en que 
ociosamente discurro. 
C o n lo cual, en tres jornadas, 205 
tres leyes y un estatuto, 
los hombres dividirán 
las tres edades del mundo; 
hasta que, al último paso, 
todo el tablado, que tuvo 2 1 0 
tan grande aparato en sí, 
una llama, un rayo puro, 
cubrirá, porque no falte 
fuego en la fiesta. ¿Qué mucho 
que aquí balbuciente el labio 215 
quede absorto, quede mudo? 
D e pensarlo, me estremezco; 
de imaginarlo, me turbo; 
de repetirlo, me asombro; 
de acordarlo, me consumo. 220 
Mas ¡dilátese esta escena, 
este paso horrible y duro, 
tanto, que nunca le vean 
todos los siglos futuros! 
Prodigios verán los hombres 225 
en tres actos, y ninguno 
a su representación 
faltará por mi descuido. 
Y pues que ya he prevenido 
cuanto el teatro, presumo 230 
que está todo agora; cuanto 
al vestuario, no dudo 
que allá en tu mente le tienes, 
2 0 3 Ley de Gracia: la que r ige la 
potestad y la soberanía de D i o s s o -
bre el ser h u m a n o , y la c o n s i g u i e n -
te acc ión divina sobre la au tonomía 
de cada una de sus c r ia turas . 0 
discurrir ' sobre ' , c o m o hablar en, 
era r ég imen usual. 
2 3 1 cuanto: ' en cuanto ' . 
2-33-2-34 L a p r i m e r a ed ic ión del texto 
dice monte en lugar de mente.0 
C R E A C I Ó N D E L H O M B R E Y L A S O C I E D A D I I 
pues allá en tu mente juntos, 
antes de nacer, los hombres 235 
tienen los aplausos suyos. 
Y para que desde T i 
a representar al mundo 
salgan y vuelvan a entrarse, 
ya previno mi discurso 240 
dos puertas: la una es la cuna 
y la otra es el sepulcro. 
Y para que no les falten 
las galas y adornos juntos, 
para vestir los papeles 245 
tendré prevenido a punto 
al que hubiere de hacer R e y , 
púrpura y laurel augusto; 
al valiente capitán, 
armas, valores y triunfos; 250 
al que ha de hacer el ministro, 
libros, escuelas y estudios. 
Al religioso, obediencias; 
al facineroso, insultos; 
al noble le daré honras, 255 
y libertades al vulgo. 
Al labrador, que a la tierra 
ha de hacer fértil a puro 
afán (por culpa de un necio), 
le daré instrumentos rudos. 260 
A la que hubiere de hacer 
la dama, le daré sumo 
adorno en las perfecciones, 
2 3 Los merecidos aplausos de los 
elegidos, por haber «obrado bien» en 
la comedia de la vida. 
2 5 0 triunfos: ' trofeos' . 
2 5 6 libertades: 'excesos, demasías' . 
2 5 9 un necio: A d á n , po r desobedecer 
la advertencia divina, cayendo así en 
el pecado y haciendo más arduo para 
siempre el trabajo de la tierra que 
Dios maldijo por su culpa, según G é ­
nesis 3, 1 7 - 1 8 : «porque has obedec ido 
la v o z de tu mujer y has c o m i d o del 
árbol del que te había dado o rden d i ­
c iendo: N o comerás de él; maldita la 
tierra p o r tu culpa. C o n dolores te 
alimentarás de ella todos los días de tu 
vida, te dará espinas y abrojos y c o ­
merás la hierba de los campos». 
1 2 EL G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
dulce veneno de muchos. 
Sólo no vestiré al pobre, 265 
porque es papel de desnudo, 
porque ninguno después 
se queje de que no tuvo 
para hacer bien su papel 
todo el adorno que pudo, 2 7 0 
pues el que bien no le hiciere, 
será por defecto suyo, 
no mío. Y pues que ya tengo 
todo el aparato junto, 
¡venid, mortales, venid 275 
y adornaros cada uno 
para que representéis 
en el teatro del mundo! 
Vase. 
A U T O R Mortales, que aún no vivís 
y ya os llamo y o mortales, 
pues en mi concepto iguales 
antes de ser asistís: 
aunque mis voces no oís, 
venid a aquestos vergeles, 
que ceñido de laureles, 
cedros y palma os espero, 
porque yo entre todos quiero 
repartir estos papeles. 
Salen el R I C O , el R E Y , el L A B R A D O R , el P O B R E , 
la H E R M O S U R A , la D I S C R E C I Ó N y un N I Ñ O . 
R E Y Y a estamos a tu obediencia, 
Autor nuestro; que no ha sido 290 
necesario haber nacido 
280 
285 
Obsérvese que tanto aquí c o m o 2 2 asistís: 'estáis presentes en la 
en los versos 53-54, se emplea el tí tu- eternidad divina ' , 
lo de la edic ión de 1655: El teatro del ^5-^6 ¡ a u r e ¡ e s y p a ¡ m a s imbol izan el 
mundo.0 triunfo, y el cedro, la eternidad. 
P R E S E N T A C I Ó N D E L O S P E R S O N A J E S 13 
para estar en tu presencia. 
Alma, sentido, potencia, 
vida ni razón tenemos, 
todos informes nos vemos, 295 
polvo somos de tus pies; 
sopla aqueste polvo, pues, 
para que representemos. 
H E R M O S U R A Sólo en tu concepto estamos: 
ni animamos, ni vivimos, 300 
ni tocamos, ni sentimos, 
ni del bien ni el mal gozamos; 
pero si hacia el mundo vamos 
todos a representar, 
los papeles puedes dar, 305 
pues en aquesta ocasión 
no tenemos elección 
para haberlos de tomar. 
L A B R A D O R Autor mío soberano, 
a quien conozco desde hoy, 310 
a tu mandamiento estoy, 
como hechura de tu mano; 
y pues tú sabes, y es llano 
porque en Dios no hay ignorar, 
qué papel me puedes dar, 315 
si yo errare ese papel 
no me podré quejar del, 
de mí me podré quejar. 
A U T O R Y a sé que si para ser 
el hombre elección tuviera, 320 
ninguno el papel quisiera 
del sentir y padecer; 
todos quisieran hacer 
el de mandar y regir, 
R e c u é r d e s e que Dios hizo al 
hombre con barro de la tierra, G é n e -
sis 2, 7: «Formó entonces el Señor 
Dios al hombre del p o l v o del suelo y 
soplando le infundió en las narices un 
aliento de vida, y fue con esto el 
h o m b r e un ser viviente». 
3 0 0 ni animamos: 'ni tenemos alma' . 
3 0 7 elección: no se elige lo que cada 
u n o representa en el m u n d o , sino el 
m o d o de representarlo. 
313 llano: ' c laro ' , ' ev idente ' . 
1 4 EL G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
sin mirar, sin advertir, 
que en acto tan singular 
aquello es representar, 
aunque piense que es vivir. 
Pero yo , Autor soberano, 
sé bien qué papel hará 
mejor cada uno; así va 
repartiéndolos mi mano: 
haz tú el R e y . 
325 
330 
Da su papel a cada uno. 
R E Y Honores gano. 
A U T O R La dama, que es la Hermosura 
humana, tú. 
H E R M O S U R A ¡Qué ventura! 
A U T O R Haz tú al R i c o , al poderoso. 
R I C O E n fin, nazco venturoso 
a ver del sol la luz pura. 
A U T O R T ú has de hacer al Labrador. 
L A B R A D O R ¿Es oficio o beneficio? 
A U T O R Es un trabajoso oficio. 
L A B R A D O R Seré mal trabajador. 
Por vida vuestra, Señor, 
que aunque soy hijo de Adán, 
que no me deis este afán, 
aunque me deis posesiones, 
porque tengo presunciones 
que he de ser grande holgazán. 
D e mi natural infiero, 
con ser tan nuevo, Señor, 
que seré mal cavador 
y seré peor quintero. 
Si aquí valiera un «no quiero», 
dijérale; mas delante 
de un Autor tan elegante, 
335 
340 
345 
350 
355 
presunciones: presentimientos . 
3 5 2 quintero: 'el que arrienda ur 
quinta o casa de c a m p o ' . 0 
353-368 - g s t o s dieciséis versos p u e d e n 
entenderse c o m o u n aparte en el par -
lamento del Labrador . 
P R E S E N T A C I Ó N D E L O S P E R S O N A J E S 15 
A U T O R 
D I S C R E C 
A U T O R 
P O B R E 
A U T O R 
N I Ñ O 
A U T O R 
P O B R E 
nada un «no quiero» remedia; 
y así seré en la comedia 
el peor representante. 
C o m o sois cuerdo, me dais 
como el talento el oficio; 
y así, mi poco juicio 
sufrís y disimuláis: 
nieve como lana dais, 
justo sois, no hay qué quejarme; 
y pues que ya perdonarme 
vuestro amor me muestra en él, 
yo haré, Señor, mi papel 
despacio por no cansarme. 
T ú la Discreción harás. 
ION Venturoso estado sigo. 
Haz tú al mísero, al mendigo. 
¿Aqueste papel me das? 
Tú , sin nacer morirás. 
Poco estudio el papel tiene. 
Así mi ciencia previene 
que represente elque viva: 
justicia distributiva 
soy; eso es lo que os conviene. 
Si yo pudiera escusarme 
deste papel, me escusara, 
cuando mi vida repara 
en el que has querido darme; 
y ya que no declararme 
puedo, aunque atrevido quiera, 
le tomo, mas considera, 
ya que he de hacer el mendigo, 
no, Señor, lo que te digo, 
lo que decirte quisiera. 
360 
365 
370 
375 
380 
385 
3 9 Discreción: este personaje se 
identifica en los versos 1 2 4 0 - 1 2 4 2 
c o m o un religioso de v ida monástica: 
«no soy / la R e l i g i ó n , sino un m i e m -
bro / que aqueste estado e l ig ió» . 0 
3 7 7 A diferencia de Injusticia conmu-
tativa, que manda dar a cada u n o lo 
suyo , la distributiva reparte sólo con 
arreglo a los merecimientos de cada 
uno . 
E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
¿Por qué tengo de hacer yo 
el pobre en esta comedia? 
¿Para mí ha de ser tragedia 
y para los otros no? 
Cuando este papel me dio 
tu mano, ¿no me dio en él 
igual alma a la de aquel 
que hace al R e y , igual sentido, 
igual ser? Pues ¿por qué ha sido 
tan desigual mi papel? 
Si de otro barro me hicieras, 
si de otra alma me adornaras, 
menos vida me fiaras, 
menos sentidos me dieras; 
ya parece que tuvieras 
otro motivo, Señor, 
pero parece rigor, 
perdona decir cruel, 
el ser mejor su papel, 
no siendo su ser mejor. 
E n la representación 
igualmente satisface 
el que bien al Pobre hace, 
con afecto, alma y acción, 
como el que hace al R e y , y son 
iguales éste y aquél 
en acabando el papel: 
haz tú bien el tuyo, y piensa 
que para la recompensa 
yo te igualaré con él. 
N o porque pena te sobre, 
siendo Pobre, es en mi ley 
mejor papel el del R e y , 
si hace bien el suyo el Pobre: 
uno y otro de mí cobre 
todo el salario, después 
que haya merecido, pues 
con cualquier papel se gana, 
que toda la vida humana 
representaciones es. 
P R E S E N T A C I Ó N DE LOS P E R S O N A J E S 17 
Y la comedia acabada, 
ha de cenar a mi lado 
el que haya representado, 
sin haber errado en nada, 
su parte más acertada, 
y allí igualaré a los dos. 
H E R M O S U R A Pues decidnos, Señor, vos, 
¿cómo en lenguas de la fama 
esta comedia se llama? 
A U T O R Obrar bien, que Dios es Dios. 
R E Y Mucho importa que no erremos 
comedia tan misteriosa. 
R I C O Para eso es acción forzosa 
que primero la ensayemos. 
¿ C ó m o ensayarla podremos 
si nos llegamos a ver 
sin luz, sin alma y sin ser 
antes de representar? 
¿Pues cómo sin ensayar 
la comedia se ha de hacer? 
Del Pobre apruebo la queja, 
que lo siento así, Señor, 
que son pobre y labrador 
pata para la pareja: 
aun una comedia vieja, 
harta de representar, 
si no se vuelve a ensayar, 
se yerra cuando se prueba; 
si no se ensaya esta nueva, 
¿cómo se podrá acertar? 
A U T O R Llegando agora a advertir 
que, siendo el cielo juez, 
se ha de acertar de una vez 
cuanto es nacer y morir. 
430 
435 
D I S C R E C I Ó N 
P O B R E 
L A B R A D O R 
440 
445 
450 
455 
460 
E n la décima anterior se declara 
la igualdad de la recompensa y en la 
segunda se amplía esta idea diciendo 
que tal igualdad es subjetiva, pues d e -
pende del méri to, y puede por tanto 
representar una desigualdad ob je t iva . 0 
4 3 8 Es fórmula litúrgica que parafra-
sea É x o d o 3, 1 4 : « Y Dios dijo a M o i -
sés. Y o soy el que soy». 
4 5 2 pata para la pareja: 'de la misma 
i 8 EL G R A N T E A T R O D EL M U N D O 
H E R M O S U R A Pues el entrar y salir, 
¿cómo lo hemos de saber, 
ni a qué tiempo haya de ser? 465 
A U T O R A u n eso se ha de ignorar, 
y de una vez acertar 
cuanto es morir y nacer. 
Estad siempre prevenidos 
para acabar el papel, 4 7 0 
que yo os llamaré al fin del. 
P O B R E ¿ Y si acaso los sentidos 
tal vez se miran perdidos? 
A U T O R Para eso, común grey, 
tendré, desde el Pobre al R e y , 475 
para enmendar al que errare 
y enseñar al que ignorare, 
con el apunto a mi Ley; 
ella a todos os dirá 
lo que habéis de hacer; y así, 480 
nunca os quejaréis de mí. 
Albedrío tenéis ya, 
y pues prevenido está 
el teatro, vos y vos 
medid las distancias dos 485 
de la vida. 
Vase. 
D I S C R E C I Ó N ¿Qué esperamos? 
¡Vamos al teatro! 
condic ión ' o 'el u n o para el o t ro ' . Es 
expresión propia del j u e g o de naipes, 
en c u y o ámbito vale 'empatar ' o 
'quedar empa tados ' . 0 
474-478 de spués de asignarles a t o -
dos sus papeles, el A u t o r establece la 
L e y de Gracia , que actúa con el ser 
humano del mi smo m o d o en que lo 
hace c o n el actor el apuntador teatral, 
que en la representación de una c o -
media lleva el l ibreto para suplir las 
faltas de m e m o r i a del comediante . E l 
apunto es, en la representación teatral, 
la v o z del apuntador que v a d ic iendo 
a los cómicos lo q u e han de recitar. 
4 8 2 albedrío: ' facultad humana que 
consiste en la l ibertad para elegir en -
tre el b ien y el m a l ' . 0 
4 8 6 La distancia variable en el trans-
curso de la v ida , entre cada u n o de 
ellos y la puerta de la cuna, po r un 
lado, y la sepultura, po r otro. 
R E P A R T O D E PAPELES 19 
TODOS j Vamos 
a obrar bien, que Dios es Diosl 
Al irse a entrar, sale el M U N D O y detiénelos. 
M U N D O 
R E Y 
M U N D O 
R E Y 
Y a está todo prevenido 
para que se represente 
esta comedia aparente, 
que hace el humano sentido. 
Púrpura y laurel te pido. 
¿Por qué púrpura y laurel? 
Porque hago este papel. 
490 
495 
Enséñale el papel, y toma la púrpura y corona, y vase. 
M U N D O Y a aquí prevenido está. 
H E R M O S U R A A mí matices me da 
de jazmín, rosa y clavel. 
Hoja a hoja y rayo a rayo 
se desaten a porfía 
todas las luces del día, 
todas las flores de mayo; 
padezca mortal desmayo 
de envidia al mirarme el sol, 
y como a tanto arrebol 
el girasol ver desea, 
la flor de mis luces sea, 
siendo el sol mi girasol. 
M U N D O Pues, ¿cómo vienes tan vana 
a representar al mundo? 
H E R M O S U R A En este papel me fundo. 
M U N D O ¿Quién es? 
H E R M O S U R A La hermosura humana. 
M U N D O Cristal, carmín, nieve y grana 
500 
505 
510 
4 9 4 La púrpura y el laurel son s ímbo-
los de la dignidad real. 
5 0 5 arrebol: ' co lo r rojo que adqu ie -
ren las nubes a causa del sol, especial-
mente cuando éste sale o se p o n e ' . 
5 0 8 siendo el sol mi girasol: en esta h i -
pérbole , el sol se convier te en girasol 
de la Hermosura . 
20 EL G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
pulan sombras y bosquejos 
que te afeiten de reflejos. 515 
Dale un ramillete. 
H E R M O S U R A Pródiga estoy de colores, 
servidme de alfombra, flores, 
sed, cristales, mis espejos. 
Vase. 
R I C O 
M U N D O 
Dame riquezas a mí, 
dichas y felicidades, 
pues para prosperidades 
hoy vengo a vivir aquí. 
Mis entrañas para ti 
a pedazos romperé 
de mis senos sacaré 
toda la plata y el oro, 
que en avariento tesoro 
tanto encerrado oculté. 
520 
5^5 
Dale joyas. 
R I C O Soberbio y desvanecido 
con tantas riquezas voy. 530 
Vase. 
Y o , para mi papel, hoy 
tierra en que vivir te pido. 
¿Qué papel el tuyo ha sido? 
La Discreción estudiosa. 
Discreción tan religiosa 535 
tome ayuno y oración. 
D I S C R E C I Ó N 
M U N D O 
D I S C R E C I Ó N 
M U N D O 
Dale cilicio y disciplina. 
515 afeiten: aquí 'adornen ' o ' embel lezcan ' . 
5 2 9 desvanecido: ' envanec ido ' . 
R E P A R T O D E PAPELES 21 
D I S C R E C I Ó N N o fuera y o Discreción 
tomando de ti otra cosa. 
Vase. 
M U N D O ¿Cómo tú entras sin pedir 
para el papel que has de hacer? 540 
NIÑO C o m o no te he menester 
para lo que he de vivir.. . 
Sin nacer he de morir, 
en ti no tengo de estar 
más tiempo que el de pasar 545 
de una cárcel a otra obscura, 
y para una sepultura 
por fuerza me la has de dar. 
Vase. 
M U N D O 
L A B R A D O R 
M U N D O 
L A B R A D O R 
M U N D O 
L A B R A D O R 
M U N D O 
¿Qué pides tú? Di , grosero. 
Lo que le diera yo a él. 
Ea, muestra tu papel. 
Ea, digo que no quiero.D e tu proceder infiero 
que como bruto gañán 
habrás de ganar tu pan. 
Esas mis desdichas son. 
Pues toma aqueste azadón. 
550 
555 
Dale un azadón. 
L A B R A D O R Esa es la herencia de Adán. 
Señor Adán, bien pudiera, 
pues tanto llegó a saber, 560 
conocer que su mujer 
pecaba de bachillera; 
dej árala que comiera 
554gañán: ' m o z o de labranza, en - 5 5 Qu izá fuera me jo r atribuir este 
cargado de las labores más arduas en verso al M u n d o , c o m o expl icac ión 
una hacienda' . de su acción y para cerrar la estrofa. 
22 EL G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
y no la ayudara él; 
mas, como amante novel, 
dirá que se lo rogó; 
y así, tan mal como y o 
representó su papel. 
565 
Vase. 
P O B R E Y a que a todos darles dichas, 
gustos y contentos vi, 
dame pesares a mí, 
dame penas y desdichas; 
no de las venturas dichas 
quiero púrpura y laurel, 
déste colores, de aquél 
plata ni oro no he querido, 
sólo remiendos te pido. 
M U N D O ¿ Q u é papel es tu papel? 
P O B R E Es mi papel la aflicción, 
es la angustia, es la miseria, 
la desdicha, la pasión, 
el dolor, la compasión, 
el suspirar, el gimir, 
el padecer, el sentir, 
importunar y rogar; 
el nunca tener qué dar, 
el siempre haber de pedir. 
El desprecio, la esquivez, 
el baldón, el sentimiento, 
la vergüenza, el sufrimiento, 
la hambre, la desnudez, 
el llanto, la mendiguez, 
la inmundicia, la bajeza, 
el desconsuelo y pobreza, 
la sed, la penalidad, 
y es la vil necesidad, 
570 
575 
580 
585 
590 
595 
5 8 1 E n los testimonios antiguos, falta u n v e r -
so de la décima. 
SE A B R E N LOS G L O B O S 23 
que todo esto es la pobreza. 
M U N D O A ti nada te he de dar, 
que el que haciendo al Pobre vive 
nada del mundo recibe; 600 
antes te pienso quitar 
estas ropas, que has de andar 
desnudo, para que acuda (desnúdale) 
yo a mi cargo, no se duda. 
P O B R E En fin, este Mundo triste 605 
al que está vestido viste, 
y al desnudo le desnuda. 
Vase. 
M U N D O Y a que de varios estados 
está el teatro cubierto, 
pues un R e y en él advierto, 
con imperios dilatados; 
beldad a cuyos cuidados 
se adormecen los sentidos; 
poderosos aplaudidos, 
mendigos menesterosos, 
labradores, religiosos, 
que son los introducidos 
para hacer los personajes 
de la comedia de hoy, 
a quien y o el teatro doy 
las vestiduras y trajes 
de limosnas y de ultrajes, 
sal, divino Autor, a ver 
las fiestas que te han de hacer 
los hombres; ábrase el centro 
de la tierra, pues que dentro 
della la escena ha de ser. 
610 
615 
620 
625 
0 estados: 'estamentos de la j e ra r ­
quía soc ia l ' . 0 
a quien: es corriente durante el 
siglo x v i i servirse del singular en l u ­
gar del plural en expresiones c o m o 
ésta. 
6 2 7 + representación: ' tablado' , ' e sce­
nario ' . 
24 EL G R A N T E A T R O DEL M U N D O 
Con música se abren a un tiempo dos globos: en el uno estará 
un trono de gloria, y en él el A U T O R sentado; en el otro ha 
de haber representación con dos puertas, en la una pintada 
una cuna y en la otra un ataúd. 
A U T O R Pues para grandeza mía, 
aquesta fiesta he trazado, 
en este trono sentado, 630 
a donde es eterno el día, 
he de ver mi compañía. 
Hombres que salís al suelo 
por una cuna de yelo 
y por un sepulcro entráis, 635 
ved cómo representáis, 
que os ve el Autor desde el cielo. 
Sale la D I S C R E C I Ó N con un instrumento, y canta. 
D I S C R E C I Ó N Alaben al Señor de tierra y cielo, 
el sol, luna y estrellas; 
alábenle las bellas 640 
flores, que son caracteres del suelo; 
alábenle la luz, el fuego, el yelo, 
la escarcha y el rocío, 
el invierno y estío 
y cuanto está debajo de ese velo, 645 
que en visos celestiales 
arbitro es de los bienes y los males. 
Vase. 
A U T O R Nada me suena mejor 
que en voz del hombre este fiel 
3 4 7 Estos versos fo rman parte 
del h i m n o que cantan los tres h e -
breos arrojados al ho rno p o r N a b u -
c o d ò n o s o r (Danie l 3, 52 -90 ) . C a l d e -
rón se sirve en particular de los 
vers ículos 6 2 - 6 4 y 6 6 - 7 2 . S o b r e la 
equiva lenc ia entre flores y estrellas, 
compárense los versos 5-8. 
6 4 1 caracteres: 'marcas ' , ' formas' ; la 
acentuación esdrújula aumenta el 
cul t ismo del té rmino . 
6 4 6 visos: «la onda de resplandor 
que hacen algunas cosas heridas po r 
la luz» (Autoridades). 
INICIO DE LA R E P R E S E N T A C I Ó N 25 
himno que cantó Daniel, 650 
para templar el furor 
de Nabucodònosor. 
M U N D O ¿Quién hoy la loa echará? 
Pero en la apariencia ya 
la Ley convida a su voz, 655 
que como corre veloz, 
en elevación está 
sobre la haz de la tierra. 
Aparece la L E Y DE G R A C I A con una elevación, que estará sobre 
donde estuviere el M U N D O , con un papel en la mano. 
L E Y Y o , que Ley de Gracia soy, 
la fiesta introduzgo hoy; 660 
para enmendar al que yerra 
en este papel se encierra 
la gran comedia que vos 
compusisteis sólo en dos 
versos, que dicen así: 665 
Canta. 
Ama al otro como a ti, 
y obra bien, que Dios es Dios. 
M U N D O La Ley, después de la loa, 
con el apunto quedó. 
Vitoriar quisiera aquí, 670 
pues me representa a mí: 
vulgo desta fiesta soy, 
mas callaré, porque empieza 
ya la representación. 
loa: el p ró logo con el que los 
actores daban comienzo a la repre-
sentación. E n principio loaba a la pe r -
sona que presidía la representación o 
a la localidad en que se presentaba . 0 
6 5 8 haz: ' faz' , 'superficie ' . 
6 s 8 + con una elevación: 'mov ida p o r 
una máquina e l evadora ' . 0 
«Amarás a tu p ró j imo c o m o a ti 
mismo» (Marcos 1 2 , 31 ) . 
6 6 9 apunto: véase el verso 478 . 
6 7 0 E ra costumbre que el púb l ico 
saludase con vítores al actor que ha-
bía recitado bien la loa. 
670-671 p a j t a u n v e r s o p a r a cumplir-
la r ima del romance . 
26 EL G R A N T E A T R O DEL M U N D O 
Salen la H E R M O S U R A y la D I S C R E C I Ó N 
por la puerta de la cuna. 
H E R M O S U R A 
D I S C R E C I Ó N 
H E R M O S U R A 
Vente conmigo a espaciar 
por estos campos, que son 
felice patria del mayo, 
dulce lisonja del sol, 
pues sólo a los dos conocen, 
dando solos a los dos 
resplandores rayo a rayo, 
y matices flor a flor. 
Y a sabes que nunca gusto 
de salir de casa yo , 
quebrantando la clausura 
de mi apacible prisión. 
¿Todo ha de ser para ti 
austeridad y rigor? 
¿ N o ha de haber placer un día? 
Dios, di ¿para qué crió 
flores, si no ha de gozar 
el olfato el blando olor 
de sus fragantes aromas? 
¿Para qué aves engendró, 
que en cláusulas lisonjeras 
cítaras de pluma son, 
si el oído no ha de oírlas? 
¿Para qué galas, si no 
las ha de romper el tacto 
con generosa ambición? 
¿Para qué las dulces frutas, 
si no sirve su sazón 
de dar al gusto manjares 
de un sabor y otro sabor? 
¿Para qué hizo Dios, en fin, 
montes, valles, cielos, sol, 
si no han de verlo los ojos? 
675 
680 
685 
690 
695 
7 0 0 
705 
675 
696 
a espaciar: a pasear y a distraerse 
L a metáfora cítaras de pluma p o r ' aves ' es 
frecuente en la lírica aurisecular. c 
H E R M O S U R A Y D I S C R E C I Ó N 2 7 
D I S C R E C I Ó N 
H E R M O S U R A 
Y a parece, y con razón, 
ingratitud no gozar 
las maravillas de Dios. 
Gozarlas para admirarlas 
es justa y lícita acción, 
y darle gracias por ellas; 
gozar las bellezas no 
para usar dellas tan mal 
que te persuadas que son 
para verlas las criaturas, 
sin memoria del Criador. 
Y o no he de salir de casa; 
ya escogí esta religión 
para sepultar mi vida, 
por eso soy Discreción. 
Y o , para esto Hermosura: 
a ver y a ser vista voy. 
7 1 0 
715 
7 2 0 
Apártame. 
M U N D O 
H E R M O S U R A 
M U N D O 
D I S C R E C I Ó N 
H E R M O S U R A 
Poco tiempo se avinieron 
Hermosura y Discreción. 
Ponga redes mi cabello, 
y ponga lazos mi amor 
al más tibio afecto, al más 
retirado corazón. 
Una acierta y otra yerra 
su papel de aquestas dos. 
¿Qué haré yo para emplearbien mi ingenio? 
¿Qué haré yo 
para lograr mi hermosura? 
725 
730 
735 
Canta L E Y . 
L E Y Obrar bien, que Dios es Dios. 
7 1 8 E l pasaje recrea una idea distintivamente 
agustiniana: «Utendum (usar) est hoc m u n d o , 
non fruendum {gozar)».0 
28 EL G R A N T E A T R O DEL M U N D O 
M U N D O C o n oírse aquí el apunto, 
la Hermosura no le oyó. 
Sale el R I C O . 
R I C O Pues pródigamente el Cie lo 
hacienda y poder me dio, 
pródigamente se gaste 
en lo que delicias son. 
Nada me parezca bien 
que no le apetezca yo ; 
registre mi mesa cuanto 
o corre o vuela veloz. 
Sea mi lecho la esfera 
de Venus, y en conclusión, 
la pereza y las delicias, 
gula, envidia y ambición 
hoy mis sentidos posean. 
7 4 0 
745 
750 
Sale el L A B R A D O R . 
L A B R A D O R ¿Quién vio trabajo mayor 
que el mío? Y o rompo el pecho 
a quien el suyo me dio, 
porque el alimento mío 
en esto se me libró. 
Del arado que la cruza 
la cara, ministro soy, 
pagándola el beneficio 
en aquestos que la doy. 
H o z y azada son mis armas, 
con ellas riñendo estoy: 
en las cepas con la azada, 
en las mieses con la hoz. 
E n el mes de abril y mayo 
755 
7 6 0 
765 
753 754 Entiéndase, metafór icamen-
te, 'arar', pues el labrador hiere la t ie-
rra haciendo surcos c o n el arado, 
pero al mismo t iempo v i v e de ella y 
de ella se alimenta. 
7 5 9 beneficio: uso diafórico del tér-
m i n o , c o n los sentidos de ' regalo ' y 
'corte en la c a r a ' . 0 
R I C O Y L A B R A D O R 2 9 
tengo hidrópica pasión, 
y si me quitan el agua, 
entonces estoy peor. 
En cargando algún tributo, 
de aqueste siglo pensión, 7 7 0 
encara la puntería 
contra el triste Labrador. 
Mas, pues trabajo y lo sudo, 
los frutos de mi labor 
me ha de pagar quien los compre 775 
al precio que quiera yo . 
N o quiero guardar la tasa, 
ni seguir más la opinión 
de quien, porque ha de comprar, 
culpa a quien no la guardó. 780 
Y yo sé que si no llueve 
este abril, que ruego a Dios 
que no llueva, ha de valer 
muchos ducados mi troj. 
C o n esto un Nabal Carmelo 785 
seré de aquesta región, 
y me habrán menester todos, 
pero muy hinchado yo 
entonces ¿qué podré hacer? 
Canta L E Y . 
L E Y Obrar bien, que Dios es Dios. 790 
D I S C R E C I Ó N ¿Cómo el apunto no oíste? 
L A B R A D O R C o m o sordo a tiempos soy... 
M U N D O El, al fin, se está en sus trece. 
L A B R A D O R Y aun en mis catorce estoy. 
7 hidrópica pasión: metafóricamen-
te, 'sed interminable ' , pues en los 
meses de m a y o y de abril el labrador 
necesita agua para los cu l t ivos . 0 
7 7 0 siglo: ' m u n d o ' ; pensión: ' g rava-
5 o 
m e n . 
7 7 7 'mantener el p rec io ' . 
7 4 troj: 'g ranero ' ; la del Labrador 
es práctica m u y mal vista y muchas 
veces denunciada en la é p o c a . 0 
7 8 5 Nabal: N a b a l de C a r m e l o es un 
avaro y rico hacendado al que se a lu-
de en I Samue l 25, 2 ss. 
7 9 4 L a respuesta del Labrador au-
EL G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
Sale el P O B R E . 
P O B R E 
R I C O 
P O B R E 
D e cuantos el mundo viven, 
¿quién mayor miseria vio 
que la mía? Aqueste suelo 
es el más dulce y mejor 
lecho mío; que, aunque es 
todo el cielo pabellón 
suyo, descubierto está 
a la escarcha y al calor; 
la hambre y la sed me afligen, 
dadme paciencia, mi Dios. 
¿Qué haré yo para ostentar 
mi riqueza? 
¿Que haré yo 
para sufrir mis desdichas? 
795 
800 
805 
Canta L E Y . 
L E Y Obrar bien, que Dios es Dios. 
P O B R E 
R I C O 
D I S C R E C I Ó N 
R I C O 
H E R M O S U R A 
L A B R A D O R 
¡Oh, cómo esta voz consuela! 
¡Oh, cómo cansa esta voz! 
E l R e y sale a estos jardines. 
¡Cuánto siente mi ambición 
postrarse a nadie! 
Delante 
del he de ponerme y o , 
para ver si mi hermosura 
pudo rendirle a mi amor. 
Y o detrás; no se le antoje, 
viendo que soy Labrador, 
darme con un nuevo arbitrio, 
pues no espero otro favor. 
810 
815 
820 
Sale el R E Y . 
menta cómicamente la cifra de la e x -
presión estar en sus trece. 
pabellón: 'especie de tienda de 
campaña o cama cubierta y cerrada 
individual para dormir en despobla-
do ' . 
807 r- í t , 
sufrir: soportar . 
8 1 9 arbitrio: ' impues to ' . 
P O B R E Y R E Y 31 
R E Y A mi dilatado imperio 
estrechos límites son 
cuantas contiene provincias 
esta máquina inferior. 
D e cuanto circunda el mar 825 
y de cuanto alumbra el sol 
soy el absoluto dueño, 
soy el supremo señor. 
Los vasallos de mi imperio 
se postran por donde voy, 830 
¿qué he menester yo en el mundo? 
Canta L E Y . 
L E Y Obrar bien, que Dios es Dios. 
M U N D O A cada uno va diciendo 
el apunto lo mejor. 
P O B R E Desde la miseria mía 
mirando infelice estoy 
ajenas felicidades: 
el R e y , supremo señor, 
goza de la majestad, 
sin acordarse que yo 
necesito del; la dama, 
atenta a su presunción, 
no sabe si hay en el mundo 
necesidad y dolor; 
la religiosa, que siempre 
se ha ocupado en oración, 
si bien a Dios sirve, sirve 
con comodidad a Dios. 
E l Labrador, si cansado 
viene del campo, halló 
835 
840 
845 
850 
2 4 máquina: 'un todo compues to 
artificiosamente de muchas partes h e -
terogéneas, con cierta disposición que 
las m u e v e u ordena' ; aquí es metá fo-
ra del u n i v e r s o . 0 
2 7 A part ir de l tes tamento de 
Car los V , los mona rcas españoles 
se cons ideran reyes absolutos, l o que 
supone que n o están somet idos a las 
leyes . 
3 2 E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
honesta mesa su hambre, 
si opulenta mesa no. 
A l rico le sobra todo, 
y sólo en el mundo y o 
hoy de todos necesito; 
y así llego a todos hoy, 
porque ellos viven sin mí, 
pero yo sin ellos no. 
A la Hermosura me atrevo 
a pedir: dadme por Dios 
limosna. 
H E R M O S U R A Decidme, fuentes, 
pues que mis espejos sois, 
¿qué galas me están más bien?, 
¿qué rizos me están mejor? 
P O B R E ¿ N o me veis? 
H E R M O S U R A Necio , ¿no miras 
que es vana tu pretensión? 
¿Por qué ha de cuidar de ti 
quien de sí se descuidó? 
P O B R E Pues que tanta hacienda os sobra 
dadme una limosna vos. 
R I C O ¿ N o hay puertas donde llamar? 
¿Así os entráis donde estoy? 
E n el umbral del zaguán 
pudierais llamar, y no 
haber llegado hasta aquí. 
P O B R E N o me tratéis con rigor. 
R I C O Pobre importuno, idos luego. 
P O B R E Quien tanto desperdició 
por su gusto, ¿no daría 
alguna limosna? 
R I C O N o . 
M U N D O El avariento y el pobre 
de la parábola son. 
P O B R E Pues a mi necesidad 
le falta ley y razón, 
2 Se refiere a la parábola del r ico E p u l ó n 
del m e n d i g o Lázaro (Lucas 1 6 , 1 9 - 2 3 ) . 
EL P O B R E PIDE LIMOSNA 33 
atreveréme al R e y mismo: 
dadme limosna, señor. 
R E Y Para eso tengo ya 
mi limosnero mayor. 
M U N D O C o n sus ministros el R e y 
su conciencia aseguró. 
P O B R E Labrador, pues recibís 
de la bendición de Dios 
por un grano que sembráis 
tanta multiplicación, 
mi necesidad os pide 
limosna. 
L A B R A D O R Si me lo dio 
Dios, buen arar y sembrar, 
y buen sudar me costó. 
Decid: ¿no tenéis vergüenza 
que un hombrazo como vos 
pida? Servid noramala, 
no os andéis hecho bribón: 
y si os falta qué comer, 
tomad aqueste azadón 
con que lo podéis ganar. 
E n la comedia de hoy, 
yo el papel del Pobre hago, 
no hago el del Labrador. 
Pues, amigo, en su papel 
no le ha mandado el Autor 
pedir no más, y holgar siempre; 
que el trabajo y el sudor 
es propio papel del Pobre. 
P O B R E Sea por amor de Dios. 
Riguroso , hermano, estáis. 
L A B R A D O R Y muy pedigüeño vos. 
P O B R E Dadme vos algún consuelo. 
D I S C R E C I Ó N Tomad y dadme perdón. 
P O B R E 
L A B R A D O R 
890 
895 
900 
905 
910 
915 
9 0 Es decir, ' tranquilizó su c o n - aquí interjección de carácter i m p r e -
ciencia fiándose de sus servidores ' . catorio. 
9 0 1 noramala: 'en mala hora ' . Es 9 1 8 Es fórmula l i tú rg ica . 0 
34 EL G R A N T E A T R O D E L M U N D ODale un pan. 
P O B R E 
D I S C R E C I Ó N 
R E Y 
P O B R E 
Limosna de pan, señora, 
era fuerza hallarla en vos, 
porque el pan que nos sustenta 
ha de dar la Rel ig ión . 
¡Ay de mí! 
¿Qué es esto? 
Es 
alguna tribulación 
que la Rel ig ión padece. 
Va a caer la RELIGIÓN, y dala el R E Y la mano. 
920 
925 
R E Y 
D I S C R E C I Ó N 
A U T O R 
Llegaré a tenerla y o . 
Es fuerza, que nadie puede 
sustentarla como vos. 
Y o bien pudiera enmendar 
los yerros que viendo estoy, 
pero por eso les di 
albedrío superior 
a las pasiones humanas, 
por no quitarles la acción 
de merecer con sus obras; 
y así, dejo a todos hoy 
hacer libres sus papeles; 
y en aquella confusión 
donde obran todos juntos, 
miro en cada uno y o , 
diciéndoles por mi Ley: 
930 
935 
940 
Canta L E Y . 
L E Y Obrar bien, que Dios es Dios. 
Recita. 
9 2 1 pan: la Eucaristía. 9 4 2 + A ñ a d i m o s esta indicac ión p o r -
9 2 5 + Es p rop io de la monarquía ca - que la L e y vue lve a cantar en el v e r -
tólica sostener la R e l i g i ó n . so 947 . 
R E Y 35 
A cada uno de por sí, 
y a todos juntos, mi voz 
ha advertido; ya con esto 945 
su culpa será su error. 
Canta. 
Ama al otro como a ti, 
y obrar bien, que Dios es Dios. 
R E Y Supuesto que es esta vida 
una representación 
y que vamos un camino 
todos juntos, haga hoy 
del camino la llaneza 
común la conversación. 
H E R M O S U R A N o hubiera mundo a no haber 
esa comunicación. 
R I C O Diga u n cuento cada uno. 
D I S C R E C I Ó N Será prolijo; mejor 
será que cada uno diga 
qué está en su imaginación. 
950 
955 
960 
R E Y Viendo estoy mis imperios dilatados, 
mi majestad, mi gloria, mi grandeza, 
en cuya variedad naturaleza 
perficionó de espacio sus cuidados. 
Alcázares poseo levantados, 965 
mi vasalla ha nacido la belleza; 
la humildad de unos, de otros la riqueza, 
triunfo son al arbitrio de los hados. 
Para regir tan desigual, tan fuerte 
monstruo de muchos cuellos, me concedan 9 7 0 
los cielos atenciones más felices, 
ciencia me den con que a regir acierte, 
que es imposible que domarse puedan 
9 5 4 L a idea bíbl ica de la v ida c o m o 
peregr inac ión se c o m b i n a aquí c o n 
una sentencia clásica: « C o m e s fa­
cundias in via pro v e h í c u l o est» ( P u -
bli l io S i r o ) . ° 
9 6 4 perficionó: 'pul ió ' , 'perfi ló ' , 'per­
feccionó ' ; de espacio: 'despacio y con 
atención' . 
EL G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
con un yugo no más tantas cervices. 
M U N D O Ciencia para gobernar 975 
pide como Salomón. 
Canta una V O Z triste dentro, a ¡aparte que está 
la puerta del ataúd. 
v o z R e y de ese caduco imperio, 
cese, cese tu ambición, 
que en el teatro del mundo 
ya tu papel se acabó. 980 
R E Y Que ya acabó mi papel 
me dice una triste voz, 
que me ha dejado al oírla 
sin discurso ni razón. 
Pues se acabó el papel, quiero 985 
entrarme; mas ¿dónde voy? 
Porque a la primera puerta, 
donde mi cuna se v io , 
no puedo, ¡ay de mí!, no puedo 
retroceder. ¡Qué rigor! 990 
N o poder hacia la cuna 
dar un paso, todos son 
hacia el sepulcro; que el río, 
que brazo de mar huyó, 
vuelva a ser mar; que la fuente, 995 
que salió del río (¡qué horror!), 
vuelva a ser río; el arroyo, 
que de la fuente corrió, 
vuelva a ser fuente; y el hombre, 
que de su centro salió, 1 0 0 0 
¿vuelva a su centro, a no ser 
lo que fue? (¡Qué confusión!) 
Si ya acabó mi papel, 
supremo y divino Autor, 
9 7 5 9 7 S a l o m ó n le pide a Y a h v é sa-
biduría para gobernar en I R e y e s 3, 
5 - 1 0 . 
9 9 5 9 9 7 Estos versos parafrasean un 
pasaje del Ecles ias tés . 0 
0 centro: 'el ámbi to p rop io de 
cada e lemento , la zona natural en 
cada se r ' . ° 
M U E R T E D E L R E Y 37 
dad a mis yerros disculpa, 
pues arrepentido estoy. 
1005 
Vase por la puerta del ataúd, y todos se han de ir por ella. 
M U N D O 
H E R M O S U R A 
L A B R A D O R 
D I S C R E C I Ó N 
H E R M O S U R A 
R I C O 
H E R M O S U R A 
M U N D O 
L A B R A D O R 
H E R M O S U R A 
Pidiendo perdón el R e y , 
bien su papel acabó. 
D e en medio de sus vasallos, 
de su pompa y de su honor, 
faltó el R e y . 
N o falte en mayo 
el agua al campo en sazón, 
que con buen año y sin R e y 
lo pasaremos mejor. 
C o n todo, es gran sentimiento. 
Y notable confusión; 
¿qué haremos sin él? 
Volver 
a nuestra conversación. 
Dinos tú lo que imaginas. 
Aquesto imagino yo . 
¡Qué presto se consolaron 
los vivos de quien murió! 
Y más cuando el tal difunto 
mucha hacienda les dejó. 
Viendo estoy mi beldad hermosa y pura, 
ni al R e y envidio ni sus triunfos quiero, 
pues más ilustre imperio considero, 
que es el que mi belleza me asegura: 
porque si el R e y avasallar procura 
las vidas, yo las almas; luego infiero 
con causa, que mi imperio es el primero, 
pues que reina en las almas la hermosura. 
Pequeño mundo la filosofía 
1015 
1025 
1030 
avasallar: gobernar y amparar . 
1030-1031 . r . { 1 1 ? 
injiero con causa: deduzco . 
Es expresión propia del lenguaje s i lo-
gístico de la escolástica, que impreg -
na el estilo de Ca lderón . 
1 0 3 2 D e acuerdo c o n la concepc ión 
neoplatónica, el alma alberga la her -
mosura, que es reflejo de la de D ios . 
3 8 E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
llamó al hombre; si en él mi imperio fundo, 
como el cielo lo tiene, como el suelo, 1035 
bien puede presumir la deidad mía 
que el que al hombre llamó pequeño mundo, 
llamará a la mujer pequeño cielo. 
M U N D O N o se acuerda de Ezequiel, 
cuando dijo que trocó 1 0 4 0 
la soberbia a la hermosura 
en fealdad la perfección. 
Canta voz. 
voz Toda la hermosura humana 
es una temprana flor; 
marchítese, pues la noche 1045 
ya de su aurora llegó. 
H E R M O S U R A Que fallezca la hermosura 
dice una triste canción; 
no fallezca, no fallezca, 
vuelva a su primer albor. 1050 
Mas ¡ay de mí!, que no hay rosa 
de blanco o rojo color 
que a las lisonjas del día, 
que a los halagos del sol 
saque a deshojar sus hojas 1055 
que no caduque, pues no 
vuelve ninguna a cubrirse 
dentro del verde botón. 
Mas ¿qué importa que las flores, 
del alba breve candor, 1 0 6 0 
marchiten del sol dorado 
halagos de su arrebol? 
1 0 3 7 A l u d e a la idea del h o m b r e 
c o m o microcosmos, nacida al amparo 
de la filosofía griega pero cuya fortu-
na alcanzó los siglos áu reos . 0 
1 0 4 2 A l u d e a la pérdida de la he r -
mosura debido a la soberbia, cuestión 
a la que se refiere Ezequ ie l 7, 20; 28, 
1 2 - 1 9 Y 3 1* ró-
1 0 4 4 Las flores tempranas se mar -
chitan antes que las nacidas en sazón 
y suelen tener la connotac ión de i m -
prudencia , añadida a la de fugacidad. 
M U E R T E D E L A H E R M O S U R A 39 
¿Acaso tiene conmigo 
alguna comparación 
flor, en que ser y no ser 1065 
términos continuos son? 
N o , que yo soy flor hermosa 
de tan grande duración, 
que si vio el sol mi principio, 
no verá mi fin el sol: 1 0 7 0 
si eterna soy, ¿cómo puedo 
fallecer? ¿Qué dices, Voz? 
Canta voz. 
voz Que en el alma eres eterna, 
y en el cuerpo mortal flor. 
H E R M O S U R A Y a no hay réplica que hacer 1075 
contra aquesta distinción: 
de aquella cuna salí 
y hacia este sepulcro voy; 
mucho me pesa no haber 
hecho mi papel mejor. 1080 
Vase. 
M U N D O 
R I C O 
L A B R A D O R 
D I S C R E C I Ó N 
P O B R E 
R I C O 
L A B R A D O R 
Bien acabó el papel, pues 
arrepentida acabó. 
D e entre las galas y adornos 
y lozanías faltó 
la Hermosura. 
N o nos falte 
pan, vino, carne y lechón 
por Pascua, que a la Hermosura 
no la echaré menos yo . 
C o n todo, es tristeza grande. 
Y aun notable compasión. 
¿Qué habernos de hacer? 
Volver 
a nuestra conversación. 
Cuando el ansioso cuidado 
con que acudo a mi labor 
1085 
1 0 9 0 
4o E L G R A N T E A T R O D E L M U N D O 
miro, sin miedo al calor 1095 
y al frío desazonado, 
y advierto lo descuidado 
del alma, tan tibia ya, 
la culpo, pues dando está 
gracias de cosecha nueva 1 1 0 0 
al campo porque la lleva, 
y no

Continuar navegando