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BOLETÍN 
DE LA 
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
AÑO XLVII .-TOMO XXXVIII. MAYO-AGOST0-1958.-CUAD. CLIV 
Los sufijos con ·rr· en Espana y fuera de ella, 
especialmente en la toponimia ( 1) 
1. Desde muy temprano atrajo la atención el sufijo -rr-
-como extraño al latín. Diez y Meyer-Lübke, seguidos también 
por J. Nunes, lo consideran particularmente ibérico, pues entre 
las lenguas románicas lo presentan más visiblemente el español 
y el portugués (2). También Hübner creyó ver en él un rasgo 
ibérico (3). Holder (4) tiende ya a di latar su exteilsión, pues 
califica interrogantemente -arr- como ibérico; pero -urr- como 
ligur. Trabajos posteriores han reconocido un á rea más amplia 
de difusión del sufij? : Terracini relaciona el ibérico -árr- . -érr-, 
-úrr- con el africano -urru,, y con la doble variedad sarda -err-, 
-urr- (5). Devoto, prescindiendo del ibérico, recuerda el sufijo 
sardo -arr-, -err-, -urr- en relación con -err- que aparece en 
Sicilia y en la Italia meridional como elemento de una corriente 
(1) Una primera redacción, ya muy completa, aunque sin elaboración 
definitiva, de D. Ramón Menéndez Pida! ha sido rehecha y, tras discusión 
y correcciones, completada por Antonio Tovar. 
(2) Diez, Grammatik, Il (1871), pág. 3Ó9; Meyer-Lübke, Gramm., !. 
§ 21, II, § so.:¡, y H omrnajc M caéndcz Pida/, I, pág, 78. 
(3) M 01111111. ling. lbcr. (189J), pág. CII. 
(4) Altccltischer Sprachschatz, , I, col. 120, III, col. 47. 
(S) Osservazio11i S1~gli strati pitl antichi de/la topan. sarda (A tti del 
C01wegno archeologico sardo, Reggio Emilia, 1929), pág. 12a. 
162 BOLETfN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
léxica mediterránea que se deja. también sentir en latin (1). 
Insistiendo sobre su difusión en el mundo ligur, Pokorny, en 
su to'davía fundamental trabajo Zur Urgeschichte der Keltet~­
und · Illyrier, ha considerado -erro- como ilirio-ligur (2) . Schul-
ten sigue a Holder cuando afirma (3) que el sufijo -urr- se 
halla en nombres astures y es el mismo que se da frecuente-
mente en regiones céltico-ligures. 
2. Rohlfs ha dedicado repetidas veces su atención a la dif!J-
sión del sufijo en románico: tipo -arrón en esp., port. y cat., pero 
también en dialectos de Calabria ( ctwscarrone 'rebollo: Quercus 
Cerris', jencarrune 'eral : novillo de dos años', etc.), tipo -arro 
(con formas que él considera alternantes -orro y -urro) en esp .• 
port., cat., gascón y tambi~n calabrés. Basándose en esta di(u-
sión, Rohlfs se muestra contrario a la tesis expuesta. por L. 
Spitzer (4), . que ligaba los orígenes de este sufijo con el vasco, 
y lo cree un elemento difundido gracias a su valor expresivo y 
a su carácter de símbolo fonético a partir de un "antiguo sus-
trato mediterráneo preindoeuropeo" (5). últimamente Rohlfs 
señala una mayor frecuencia de topónimos en -arro, -orro en el 
norte de nuestra Península (6). J. Hubschmid ha sometido de 
nuevo a un estudio pormenorizado este tipo de sufijos y lós ha 
señalado en palabras pirenaicas, así como en sardo, comparán-
dolos con el vascuence, que presenta en final de palabra -ar, -or, 
-ur con r múltiple, respectivamente, -arra, -orra, -urra . con el 
artículo postpuesto (7). Junto a esta observación, ·resulta más 
(1) Storia. della lingua di Roma (1940), págs. 43 y sigs. 
(2) Zeitschrift für celt. Philol., XXI, págs. '}2 y 6o. 
{3) Los cántabros y astures y su guerra co•~ Roma (Madtid, 1943), 
pág. 95 ; compárese del mismo autor lberische ·Landeskunde (Estrasburgo· 
Kehl, 1955), pág. 316, donde se considera de nuevo ligur el sufijo que 
aparece en Sigarra., Egiuarri, Susarri, Navarra y en nombres perso-
nales de Aquitania. 
(4) E. Gamillscheg y L. S·pitzer, Beitrage 8Ur rorMnischen W orl-
bildungslehre (Gihebra, 1921), pág. 114. · 
(5) G. Rohlfs, Archiv f. d. Studium d. neueren Sprachen CLXXXII 
(1943), págs. 1'18 y sigs., esPecialmente 121; idem Hirt. Gramm. der 
ital. Spraclu, 111 (1954), págs.- 321 y sigs. 
(6) Studien .8Ur romanischen . Ndmenkunde (Munich, 1956), pág. 25. 
(7) Sardisclu Studien (Berna, 1953), pág. 75; d. del mismo autor 
U>S SUVIJOS CON -R.R- ltN ltSPAÑA Y FUJtRA Dlt Jtr.I.A 163 
discutible la que Hubsclunid hace comparando en vasc., como 
en los romances hispánicos . y en sardo, las desinencias con -rr-
con las átonas con -r- sencilla (1). La misma confusión hallamos 
en L. R. Palmer (2) cuando acerca los tipos sardos con -arr-, 
-err-, -urr- a topónimos sicilianos como "fxxapa, ~Ivaapa, At-
ltápa; más próximas a nuestro sufijo son algunas raras pa-
labras latinas que el mismo autor compara, como Subarra (J), 
acerra 'pequeña ara, caja de incienso' (4), nacerra 'poste' (5), 
a las que podemos ·añadir saburra 'lastre de navío', término téc-
nico etrusco, seguramente de la época de talasocracia tirrena (6), 
y nombres como Mamurra, que alterna con Mamurius, Mamu-
lla y Mammula (7), o como Ligurra (8). 
3· Un estudio de conjunto sobre las formaciones con -rr-
en la Península hispánica fo ha desarrollado, más bien recogien-
do un copiosísimo material que con preocupaciones etimológi-
cas, M. L. iWagner (9). Incorporamos a nuestro trabajo las 
aportaciones de este romanista e intentamos encuadrar el fenó-
Pyreuüenworter (Salamanca, 19.54), pág. 76, donde en el índice de sufi-
jos -arro, -erro, -orra, son todos resueltamente clasificados como "pre-
indoeuropeos". 
(1) Sard. St., pág. 79-
(2) The Latin Language (Londres, 1955), págs. 57 y sigs. 
\3) Cf. Leroy, Glotta, XXXV, pág. 184, n. En realidad, como vere-
mos más adelante (§ 21), esta palabra es primitivamente · Subüra. 
{4) Walde:.Hofmann, I, pág. 8, donde se halla referencia al topó-
nimo y cognomen Acerra y se niega el origen etrusco señalado por 
Ernout. Cf. también Ernout-Meillet, Dict. etymol. de la langue lat.2 , 
pág. JO. En Italia hay varias Acerra: una que conserva este nombre 
cerca de Nápoles, sendas en Umbría y cerca de Cremona. Sobre estas 
palabras latinas con -rr.- que Emout quiere relacionar con el etrusco, 
v. este autor, Philologica (París, 1946), págs. 48 y sig. Una de las más 
claras es la forma crllerra, q~e es adaptaciÓn del acus. jónico de xpY¡ri1p 
'cratera: gran copa de mezclar'. 
(S) Walde-Hofmann, II, pág. 722; Emout-Meillet, pág. 1o68. 
(6) G. Mohl, lntr. d la chronol. du lal. vulgaire (París, 1899), pá-
ginas 245 y sig. ; Emout-Meillet, pág. 8So; Walde-Hofmann, II, pá-
gina 458. 
(7) W. Schulze, Zur Geschichte ~er lal. Eigennamen, _pág. 36o. 
(.8) W. Schulze, op. cit., pág. J94. 
(9) Zeitschrift f. rom. Philol., LXIII (1943), págs. 347-366. 
164 DOLETfN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
meno en relación con el sustrato mediterráneo, aceptando por 
lo demás lo que podría ser· una conclusión de la inv~stigacióu 
de M. L. Wagner: "kleine Ursachen, grosse Wirkungen, das 
gilt insbesondere auch für die Ausdehnung von analogisehen 
Bildungen, also auch von Suffixen" (pág. 350). Un tan autori· 
zado etimologista como J. Corominas recuerda que· el sufijo -arro 
se da no sólo en Hispania, sino en Italia, incluso ya en latín y 
etrusco (1), mientras que para las formas pirenaicas -arri, -arre 
emplea los adjetivos "ibero-vasco" o "vascoide" (2). 
E l conocimiento de los sufijos formados con -rr- ha ido así 
revelándose en toda su extensión. Podemos, desde luego, acep-
tar la idea de su origen en un sustrato extendido- por Hispania, 
Cerdeña, Sicilia y el Sur de Italia, si bien el valor expresivo de 
la formación y su vitalidad como sufijo hayan favorecido con-
tinuamente extensiones analógicas que a veces podemos. com-
probar fácilmente. 
4· El vascuence plantea un problema delicado : por una par-
te existen nombres con -rr- terminados en vocal, pero son pocos, 
y ¡;or otra parte son muy numerosos los terminados en -r-, que 
Uhlenbeck (3) ha podido clasificar como más numerosos los en 
-a.r y -ur, y más escasos en -or y -er. Naturalmente que tale!. 
nombres vascos al recibir el artículo se convierten en nombres 
en -arra, -urra, etc. Este hecho nos coloca ante el problema de 
la -r final vasca y su valor fonológico: ¿es simple o múltiple la-r vasca? En pausa o ante consonante inicial en la palabra si-
guiente no hay ninguna diferencia en la pronunciación de -r 
final, aunque en algún caso se señale diferencia fonológica: ut·a 
'el agua' j urra 'la avellana', formas con artículo de un indife-
rente zet~bat u.r! '¿cuánta agua?' o '¿cuántas avellanas?' (4). La 
(1) Diccionario critico etimológico de la lengua castellana, I, pá-
gina 467b, cf. III, págs. 339b y sig. 
(2) Toponimia el' Andorra, en Rect4cil de travaux offert a M. Clovis 
BruMl (París, 1955), pags. 293 Y ~ 
(3) De oudere lagen van den Baskischen woordenschat (Amster-
dam. 19412), trad. francesa en Eusko-Jakinlza, I (1947), págs. s69 y sig. 
(4) Sobre este punto ·el estudio más preciso es el de L. Michelena, 
Las antiguos consonantes vascas, en Eslf.'Ucluralismo e historia, Misce-
lánea homet~aie a ·André Marlinet, I, págs. 140 y sig. Michelena no 
LOS SUFIJOS CON -RR- EN ESPAÑA Y FUERA DE EI.LA 165 
solución del problema, a mi juicio, está en que sobre la tabla 
fonológica sistematizada por Michelena ( 1) es fácil ver que el 
vascuence prefiere en final las fortes a las lenes (t, k, tz, ts a 
d, g, z, s), y existiendo la misma correlación entre r múltipie 
y r simple, podemos afirmar que, independientemente de su rea-
lización (2), la -r final vasca es múltiple y por eso, salvo las 
contadas excepciones, con artículo viene a entrar dentro de la 
consideración románica de los sufijos -arro, -orro, etc. 
S· Ahora bien, en vasc. el carácter de sufijo no parece claro 
para estas formaciones con -rr-, sino en todo caso para -ar, y 
aun en éste con sentidos varios, etimológicamente difíciles de 
precisar. En efecto, -ar ha sido aislado (3) con el valor de for-
mante de masculinos: ollar 'gallo', de ollo, / katar 'gato macho', 
de katu . Por otra parte el vasco presenta alguna formación en 
-arra, que indudablemente está en relación con el tipo románico, 
así kakaldarro 'escarabajo', que se halla en alto navarro y en 
la zona romanizada de Alava (4). Un valor derivativo general 
parece tener el vasco -ar en formas como abar 'rama', de abe 
señala sino unas pocas palabras con -r- suave, que se revela como tal 
sólo "en algunos casos de sandhi, y sobre todo ante sufijo, muy espe-
cialmente el artículo". Analizando estas pocas palabras, unas son pro-
díticas, como (h}imr '3', lanr '4' (cuya -r no suele hoy pronunciarse); 
otras, por su. naturaleza, no suelen llevar el artículo: -(h)aur 'este', 
110r 'quién', zer 'qué'; quedan, por consiguiente, unas pocas en las que 
la distinción de -r / -rr puede servir para ·evitar la sinonimia: (h}or 
'perro' (dial.) se distingue de tal manera del adv. orra, y zur 'madera' 
de :;¡¡.f 'prudente, listo, avaro, atento' ; ambos casos son comparables al 
dt> 1tra 'agua' y 11rra 'avellana'. El otro caso que cita Michelena, barur 
'ayuno' podría tener su -r simplemente por analogía de la -r- suave 
"eufónica" de los casos oblicuas, ya que una forma barau y baru está 
perfectamente atestiguada. Por consiguiente, · no creemos que en final de 
palabra -r se distinga en vasc. de -rr, aunque la Academia Vasca haya 
establecido (cf. Zamaripa, Gram. vasca, Bermeo, 1928, ·pág. 4'5. núm. 1) 
las grafías uf 'avellana', uf 'cerca' y :mf 'prudente, listo, avaro'. 
(1) Mise. Marti11et, I, pág. 152. 
(2) Véanse los testimonios de Navarro Tomás y Gavel, así como 
el antiguo de P. de Madariaga, citados en Michelena, loe. cit., pág. 141. 
(3) Uhlenbeck, Rev. J. de Est. Vascos, III, págs. 6 y sig. 
(4) Baráibar, Rev. l. de Est. Vascos, I, pág. 141. La etimología es 
clara: kaka más alde 'junto a', más el sufijo expresivo que estudiamos. 
166 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMfA. ESPAÑOLA 
'árbol' (1); tnear 'estrecho, angosto', de t1~ee 'delga(fó'; ondar 
'último', de ondo , 'resto, fondo' (2). Es posible que tal sufijo sea 
en su ·origen lo mismo que al artículo vasco -a( r), alternante_ 
con un deíctico -or que se halla en vizcaíno. Más adelante re-. 
cogeremos algunos casos en que se halla un sufiio -ur, -or en 
vascuence como elemento de derivación. 
-arr-
6. Los topónimos con este sufijo documentados en la an-
tigua Hispania no son abundantes. Tenemos una _Sigarra I!t¡dppa 
(Ptol.), ciudad de los Ilearcaones, que se cita como m1micipium 
Sigarrense en inscripción (CIL, II, 4479) hallada en Prats del 
Rey (Barcelona), en la comarca llamada aún La Segarra. Tam-
bién se llama Segarra un río de Castellón que vierte al · Medi-
terráneo entre Alcalá de Chisbert y Torreblanca (3). 
De unos astures S1tsarri tenemos noticia por el nombre de 
un Clouti11.s Susarrus, natural de Curunda, en el país de los 
Zoelas, recordado en una inscripción sepulcral de Salona (CIL, 
III, 2016). 
Otros astures Egiuarri (o Egouarri en la vulgata) nos son 
conocidos por Plinio (Nat. hist. IV 111). Partiendo de la con-
fusión latino-vulgar de vjb, cabe una interpretación que descu-
bra el adj. vasc. berrijbarri 'nuevo' (4) como segundo elemento 
de la palabra. Cabe, sin embargo, pensar que en ella no hay sino 
un sufijo -arr- (5), y entonces puede tomarse en consideración 
la hipótesis de J. M. González (6) que relaciona la raíz con una 
(1) Tovar, Euskera, 1 (1956), págs. 23 y sig. 
(2) Uhlenbeck, Rev. l . de Est. V ascos, 111, pág. 6. 
(3) M. L. Wagner, Zeitschrift fiir rom. Philol., LXIII, pág. 359, 
cita un apelativo cat. (Lérida), segarra 'órganos genital del morueco Y 
cabrío'. 
(4) Menéndez Pidal, Javier-Ciwbarri, dos dialectos ibéricos, en To-
ponimia prerrornlmica híspanica (Madrid, 1952), págs. 247 y sig. (an-
tes en la revista Emerita, XVI, 1948). 
(S) Tovar, Filologia, I (Buenos Aires, 1949), pág. $8. 
(6) Arch. Esp. de Arqueo/., XXV (1952), págs. :;71 y sig.: el autor 
apoya bien su hipótesis en las formas documentadas ]uve (775), Ettve 
o H euve (878), Ove (905 y más tarde). 
I.OS SUl<'IJOS CON -RR- f:N f:SPAÑA Y l"Uf:RA D:€ :er.I.A 167 
supu~sta forma *Egoua del actual Eo, río en los límites de Ga-
licia v Asturias. 
7· Entre los nombres aquitanos antiguos que han llegado 
a nosotros en inscripciones romanas son varios los que presen-
tan este sufijo: Hotarr.is (gen.), Hotan·i (dat.), Harontarris 
(gen.), Orcotarris (gen.), Hontharris (gen.), un dudoso Sentarri 
(dat.), si no es Senarri; Baisothar [ ... ], Bihotarris (gen.), Hals-
cotarris (gen.), Hanarro (dat.), OrgU(J.rra (fem.) (1). Caro Baro-
ja (2) ha señalado bien la continuidad que en este tipo de deriva-
ción establecen formas medievales vascas como Aho,tarrif, Af-
fostar; Belastar, Lar(r )istar, Ralistar, atestiguadas en cartularios. 
Por ello, incluso en la alternancia de formaciones con -t- y sin 
ella, cabe considerar la identid~d de este sufijo con el vasco -(t)ar 
qut> se halla en los étnicos bilbotar 'bilbaíno', donostiar 'de San 
· Sebastián' ; tentador resulta el acercamiento a nombres ibéricos 
como Suisetarten, Urcestar, Chadar, Urgidar, y aun a étnicos 
evidentes de monedas como $.a. i. ta. bi .e. ta. r, A.r. S· e . e. 
ta. r (3), que tal vez explican un elemento gramatical más in-
dependiente que tenemos en Ba . ~ . ta. r. ti . n . e A . i . u . n . e. s . 
ce. r. ta. r, escrito sobre una tinaja de Azaila, que traducimos 
como 'el (vino) de Bastartinf.! (hijo) de Aiun' (4). 
8. En la toponimia actual podemos señalar en primer lugar 
que muchos apelativos vascos en -ar han pasado con artículo a 
(1) Confrontamos esta lista con el cutdadoso estudio de L. Miche-
lena De onomástica aquitana, en la revista Pirineos, X (1954), págs. 409 
y sigs. E l último de los que recogemos en el texto no se halla en este 
estudio, sino que procede de la lista de Hübner en los Mon. llng. lber. 
y corresponde a CIL, XIII, 485; una forma Orcuar[r]i que cita Hübner 
~s realmente Orwari (gen.), en CIL, X~II. 461, y no estamos autori-
.zados para suponer doble r. 
(2) · Materiales para 1ma historia de la lengua· vasca (Salamanca, 
1946), págs. 163 y sigs. 
(3) Schuchardt, Die lber. Dekl. (Viena, 1907), pág. 63, y Rev. J. 
d e Est. Vascos, 111, pág. 244:; Ca'ro Baroja, Bol. R .. Acad. Esp., XXV, 
págs. 77y sig; Tovar, Est11dios dedicadns a Menéndez Pida/, II (1951), 
J)ág. 303-
(4) Tovar, Bol. del Sem. de Est: de Arte y Arqueología, XV (Va-
lladolid, 1949), págs. 28 y sig. 
168 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
engrosar el número de topónimos románicos con este sufijó. Sin 
embargo, no se trata de -ar con artículo en la terminación -arre. 
menos frecuente que -arroja en zonas románicas, y se puede 
citar algún raro ejemplo de -arri, bien con final cerrada dia1ec-
talmente, como Mudarri en Asturias, bien en un apelativo como 
cat. biscarri (Vich) 'muérdago', en relación con aranés 'Visee 
'ide~', y como banyarriquer 'escarabajo que tiene un cuemo' (x). 
Consideramos primero algunos topónimos de territorio vas· 
eón y vascongado, así como de sus proximidades, en especial 
de la parte norte de la provincia de Huesca, que perteneció :¡ 
los antiguos vascones. Algunos de estos topónimos son clara-· 
mente apelativos vascos: !barra, muy repetido en todas las Pro-
vincias Vascongadas y Navarra, es evidentemente la forma ar-
ticulada de ibar 'vega' (2), en la que cabe descubrir en compa-
ración con ibai 'río' un elemento de colectivo, al que luego nos. 
referiremos. Se halla en la prolongación oriental del antiguo 
territorio vascón : Ibars (Lérida), además de Jvarra en Valen-
cia (3). 1 zarra (Alava) es, con artículo, una fon11a anticuada 
que significa 'altura' (4). lñarra y A1íarra (Guipúzcoa) no es 
sino el nombre del 'brezo'. Vizcarra (Alava, Vizcaya, Navarra), 
Biscarra (Alava), Biscarri (Lérida, "situado al pie de una peña 
que forma pendiente rápida", Madoz), Viscarret (Navarra, si-
tuado en una altura), Bizkargarai (Vizcaya), Biscarrosse, Bis-
carmés (en Gascuña y Aragón) se derivan del apelativo biskar 
'loma, cumbre', en relación con bizkai como ibar con ibai (5). 
(1~ M. L. Wagner, Zeitschrift f. rom. Philol., LXIII, pág. 354. 
(z) Véase ·Tovar, Festschrift P/. von Wartlmrg, pág. 8;>.1, sobre el 
tipo Amaya, amai/amor 'diez' (como cabo de la cuenta de los dedos). 
(3) Sanchís Guamer, Introducción a la historia lingiHstica de Va-
lmcia (1948), pág. 43· 
(4) Azkue, Dice., I, pág. 449b, señala que !&arra, de Alava, es "un 
pueblecito muy elevado", y explica el nombre de la actual Este/la come> 
traducción de lzarra, "nombre que sin duda llevaba Estella y conserva 
actualmente una montafia contigna a la villa; sólo que confundiende> 
las acepciones, tomaron como 'estrella' [isar, con artículo izarra] lo que 
significaba 'altura'". 
(S) Véase para estas palabras Schuchardt, Rev. l. de Est. Vascos., 
VII, pág. 302; ] . . Hubschmid, Bol. de Filología, XIV (19S4), págs. S 
y sigs.; F. Echebarría, Bol. de la R. Soc. V ase., XII (1956), págs. 175 
y sigs. 
I.OS SUl"IJOf; CON -RR- 'EN 'ESPAÑA Y l"UERA DE ELI.A 169 
Legarra _(Guipúzcoa) y Leg~rre (Navarra) posiblemente es lega1· 
'grava, guija'; Usilárra (Vizc.), de usi 'bosque, arboleda' y larra 
'pradera', no contiene según esto nuestro sufijo. Sí, en cambio, 
es una formación con -ar Lacarra (Alava) y Lacarre (Baja Na-
varra), de lakar 'cascajar, aspereza del terreno' (1). 
O~ras veces, sin embargo, el significado no está tan claro, 
bien porque las palabras se han alterado, bien porque pertene-
cen al léxico vasco extinto. Asi tenemos: O larra (Vizc.), Luza-
rra (Vizc.), Arguiarro (Vizc.), Galzarra y Gamarra (Alava). 
Agarre (dos en Vizc. y una en Guip.) y Eguan·e (Guip.) son 
guizá formas de agerre 'terreno abierto, no resguardado', ape-
llido Ag·uirre (2): si es así, tales nombres no pertenecen a los 
que ahora_ nos interesan, pues la r no es de sufijo, sino de h 
raíz ageri, agerttt 'abrir, manifestar'. 
Belarra, Loarre, Unarre (Huesca), Bü:esarri (Andorra) (3) 
son de etimología oscura (para el primero sin duda que hay que 
excluir el vasco be lar 'hierba'). Es posible que N asarre (Hues-
ca) tenga que ver con vasc. (suletino) nasa 'barranco', y Obarra 
(Huesca) con obi 'fosa' (muy probablemente de lat. fouea). 
Benabarre puede ser analizado de diversas maneras (4), y una 
de ellas es descomponerlo en be 'de abajo' y el nombre de Na-
varra, que más abajo consideraremos (5). También es proble-
mático Bonestarr~ o Bonastarre (Lérida), que quizá se puede 
comparar con Bonastre (Tarragona). 
(I) En gascón existe el apelativo lacarrtJ 'pendiente roquiza', v. G. 
Rohlfs, Rev. Ling. Rom., VII (1931), pág. 134. Palay acentúa mal /a-
carra. 
(2) L. Michelena, Apellidos 'IXJScos (San Sebastián, 1955), pág. 37. 
(3) Formas antiguas en documentos, Be~asarri y Bayshezam, se-
g{m cita J. Corominas, . Toponimia d'Andorra, pág. 302. 
(4) En Menéndez Pidal, Toponimia, pág. 245, se señala el elem.ento 
berri/barri, y naturalmente se rechaza el ánálisis ·a base de un Ben-
árabe. 
(S) La grafia Bmavar o Benabar en el siglo xx, aducida por Me-
néndez Pidal, loe. cit., favorece esta interpretación. Naturalmente que 
Be-nabar no significaría 'debajo de ·la nava', pues ent(1nces be se post-
pone (como en M mdive 'al P.ie del monte', Echave 'al pie de la casa'), 
sino 'la nava de abajo' (como Be-t-e;.,.¡ 'tiérra de abajo', cf. § 25.; Beco-
benta 'la venta de abajo', cerca de CeAnuri, en Vizcaya; Beco-eche 'la 
casa de abajo', cerca de Aránzazu). 
170 BOLETfN DI'; LA REAL ACADP;MIA ESPAÑOLA 
En ·Gavai'Ta (Lérida), Gavan-a (Coimbra), Las Gabarras (Ge· 
ropa), Gabarret (Landes), (;avarret (Gers), Gábarruli (Logro· 
ño) tenemos la voz pirenaica ·y alpina *gaba 'torrente de mon· 
taña, sendero que bordea el torrente', estudiada ampliamente 
por V. Bertoldi (1); el apelativo esp. gabarro 'canto, guija, chi-
na' (2) es problemático-(v. también§ 14). 
9· l:!:ntre los topónimos no citados por los autores de la 
antigüedad uno de los más pronto documentados es el de N cv-
varra, que aparece ~ en los analistas francos muy a comienzos • 
del siglo rx : "N auarri et Pampilonenses" en sucesos del año 
8o6 (Annales TiUiani, Mon. Germ. Hist., Script. I, pág. 220_1, 
y poco después Eginardo cuenta de Carlomagno en 778 : "Pam-
pelonem Nauarrorum oppidum adgressus" (ibid., pag. 147 (3). 
En Espa~ los dos textos ovetenses de hacia 883, la Crónica de 
Alfonso III y el Epítome de Historia Universal, lo mismo que 
Sampiro a comienzos del siglo XI, no usan sino el vocablo clá-
sico. Vascones, o el de Pampilonenses; pero unas Genealogías 
de hacia 1040 ya emplean el ténnino neológico Navarra (4), y 
la Historia Silense, hacia 11 18, escribe dos veces N auarri, una 
de ellas en un pasaje en que la Crónica de Alfonso III ponía 
"Vascones". Por lo demás, Navarra vieja, o como dice el Prín-
cipe de Viana, Antigua Navarra, era nombre circunscrito a la 
región de la Merindad de Estella, con Goñi, Yerri, Campezo, 
Berrueza, Amescoa, Ocharán.. . (5). El título de Rex N avarrae 
(li Bull. de la Soc. de Lmg., XXXII (1931), págs. 141-44; ]. Huli-
schmid, Zeitschrif f. rom. Phil., LXVI (1950), pág. 39; ídem Pyretwcn-
worter, págs. 44 y sig. 
(2) ·En esta acepción la palabra falta en Corominas (Dice., II, pá-
gina 6os, y IV, pág. 1009), que estudia el ténnino veterinario gabarro 
'úlcera de las caballerías en el casco'. 
(3) No puede tomarse al pie de la letra el texto de Eginardo Vita 
Karoli Imp. (Mo11. Germ. Hist., Script. 11, pág. 446) cuando describe 
exageradamente la extensión del imperio "usque ad Hiberum amnem, 
qui apud Nauarros ortus, ... sub Dertossae ... , mari miscetur". No se 
puede supo!Jer una tribu de navarros en las fuentes del Ebro. 
(4) BuU. Hisp., XIII (1921), pág. «JÓ. 
(S) Yanguas, Antigüedades de Nava"a, 11 (x&to), -pág. 466. 
LOS SUFIJOS CON -RR- '!';N ~PA.l~A Y FUERA DE EI.I.A IJI 
aparece ya en el siglo x r (1), aunque la cancillería real usaba 
rex Pampilonensium. 
Pasemos a estudiar las formas del nombre. La variante con 
f, que es la que se halla en vasco (2) , se documenta ya hacia 
uso en la Chronica Adefonsi b1~peratoris: "Pampilonenses et 
N afarri coaduna ti sunt ll} ciuitate qtiae dicitur Pampilonia ... Rex 
Garsias N attarre... comes Latron N afarrus" (3) ; esta variante 
no prevaleció en el nombre del reino pirenaico. Pero ya enel 
año rozs se llama Naffarrate (4) el pueblo de Alava que hoy 
conserva ese nombre de N afarrate; también hoy tienen f o h 
muchos otros lugares, siendo la variante con h la que predo-
mina fuera del antiguo territorio de lengua vasca : N afarroa y 
Nafarcorta_ (Vizc.), Nafarrena y Nafarranca (Guip.) (S). Arras-
tradas en la evolución castellana f > h han sido formas como 
Naharro, apellido extremeño, pues Torres Naharro, natural de 
Badajoz, sería oriundo de Najarro (Cáceres), Valdenarros (So-
ría), Garcinarro (Cuenca), Gomeznaharro (6) (Segovia, Valla-
dolid), Naharros (Avila, Soria, Guadalajara, Cuenca), Narros 
(Segovia, Salamanca, Avila), Narrillos (Avila), La Najarra, 
monte en término de Mirafl.ores, Madrid (7); La Narra (Sala-
manca. La forma con v, es decir, con b, la hallamos en N avarri 
(Huesca) (8), Navarreta (Navarra), Navarrete (Alava; Logro-
(1) BnlJ. Hisp., XIII, pág. 436. 
(2) Véase sobre la- cuestión L. Michelena, H om. M artinet, I, pá-
gina 1216, quien señala que nafar 'navarro~ ~s la única fonna en los 
textos vascos del XVI y xvn. Las formas con p, napar y Naparroa, 
~stán atestiguadas sólo modernamente. 
(3) España Sagr., XXI (1766), págs. 343, 347, JSO, edición de Sán-
chez Belda (Madrid, I9SO), págs. so, $8, 63, con las mismas grafías. 
(4) L. Serrano, Cartulario de San Millán (1930), pág. 103. 
(S) Y otros, Nafarrondo, Nafarrasagasti, etc.: E leizalde, Rev, l . 
de .Est. V ase., XXIX (1933), pág. 388. 
(6) Así Madoz, el Nomenclátor de España (1936-1939), escribe Go-
mecnarro. Estos, con los demás Narros, los trata Meyer-Lübke como 
representantes del · vasc. nar 'zarza' (Homenaje M mbzdez Pifial, I, pá-
gina 84). 
(7) Madoz, Dice., XI, pág: 428b, da La Anajarra, por fa lsa descom-
posición. 
(8) Esta palabra en vasc. de Guip. -significa 'pedregal'; cf. K. Boa-
da, Eusko-Jakint;;a, IV, pág. 6o. 
1]2 BOLETÍN DE I,.A REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
ño, Toledo, Teruel, etc.), Navarniz (Vizc.), Navardú1t (Zarago-: 
za), Nabarlatz (Labourd), Navarrens (Basses-Pyrenées), Nava-
rrés '(Valencia) < Nauarrensi.s ·(1). 
Por lo que hace a la etimología, la palabra es particularme_n-
te interesante, pues parece se trata de un derivado, mediante el 
sufijo que estudiamos, del ~pelativo vasco naba, esp. nava (2). 
La conexión de esta· palabra de sustrato con gr. 'olci'lty¡ 'valle· cu-
bierto de bosque' (3) es tentadora, y ha sido repetidas veces 
propuesta por Bertholdi (4). Es verdad que la significación de 
ambas voces no es la misma, pues naba y nava significan 'gran 
llanura próxima a las montañas' (Azkue) o 'tierra baja y llana, 
a veces pantanosa, situada generalmente entre montañas' (Real 
Academia). FJlo no sería un obstáculo definitivo para acercarlas. 
Su cualidad de voz de sustrato estaría confirmada por la pre-
sencia en friulano (5) de la misma forma nava, con semejante 
significación. Si pertenece tal voz al fondo primitivo del vasco 
es una cuestión que no se puede plantear. Schuchardt la resolvió 
(1) No es para tomar en cuenta lo que de Navarrés cuenta Esco-
lano: que los árabes "la llamaron Navareia, de la palabra nahuar, que 
quiere decir florido"; no se indican formas latinizadas en el Nomen-
clátor Eclesiástico de Valencia, de J. Sanchís y Sivera (1922), pág. 312. 
(2) La f en las formas vascas no es ninguna dificultad, pues para 
la época antigua la f "parece apuntar a una relación íntima con b" 
(Michelena, Hom. Martinet, I, pág. l!lí'), y por otro lado la f como 
variante no prueba que se trate de voz extraña al vasco. 
(3) Las etimologías indoeuropeas que hallamos propuestas como 
dudosas en Boisacq, Dict. étym. de la langua grecque (Heidelberg, 
1938), págs. 656 y sig., no reSuelven nada, por lo que tiene razón ]. B. 
Hofmann, Etym. Wb. des Griechischen (Munich, 1950), pág. 2II, que 
la atribuye al fondo pregriego-egeo y compara el topónimo Ná1to~ en 
Lesbos. Cf. A. Fick, Vorgr. Ortsnamen (Gottingen, 1905), pág. Ó4 ; 
F . Ribezzo-G. Melillo, Riv. /ndo-Greca-ltalica, XV (1931), pág. 159. 
(4) La Glottologia come storia del/a mltura... con particolare ri-
guardo alla latinila del Mediterraneo occideutale (Nápoles, 1946), pá-
gina uo ; idem ll linguaggio umano (1949) pág. 124; idem La linguis-
tica (1953), pág. 155 (con referencia a L'lberia prclatilla, del propio 
autor). 
{S) J. Hubschmid, Rom. Forsch., LXV, pág. 270; Corominas, Dicé., 
III, pág. SOJa, con bibliografía; idem Zeitschrift f. celt. Pililo l., :XXV, 
págs. ?/> y sig., y Actas del VII Congreso l. de Ling. Románica, II, 
págs. 402 y sig. 
WS SUFIJOS CON -RR- EN ESPAÑA Y FUERA DE EX.X.A 173 
de manera negativa (1), aduciendo en el mismo sentido la auto-
ridad de Vinson, y considerándola un préstamo del español. Lo 
que ocurre es que en esp. no se puede señalar otra etimología 
que la de sustrato (2), con lo que carecemos de toda nonna para 
separarla del vasco, una vez que tampoco la geografía las sepa-
ra. Precisamente la difusión en la toponimia peninsular y de 
Francia (3) no nos autoriza en modo alguno a estudiar separa-
damente el vasco del español en este punto. 
Sin discutir más la significación de nava (4), podemos ad-
mitir que de esta voz deriva Navarra con nuestro sufijo -arra (5), 
y que la variedad de formas con p, b o f se explica bien como 
·transcripciones de un sonido labial fuerte (no idéntico ni con 
las sordas ni con las sonoras, ni con las oclusivas ni las frica-
tivas), que los hablantes de lengua románica escribían como 
podían (6). También podemos afirmar que la coincidencia con 
· (I) Z eitschrift f. rom. Phil., XXIII, pág. 182. 
(2) Corominas, Dice., III, pág. 502, dice que "dada su difusión es 
probable que pertenezca a un sustrato lingüístico más amplio que el 
vasco". 
(3) Se halla en esp. y en vasc., con restos fósiles en gall. y en el 
norte de Cataluña (Coronúnas, Dice., III, pág. 502b; Badía, M éla11ges 
Dar1zat, págs. 33 y sigs.); también en Francia y en los Alpes orientales 
(Hubschmid, Rcv. Intem. d'O~~amastiqr~e, IV, págs. 3 y sigs., con una 
nota de Letorey, ibid., pág. r68). 
(4) Podemos creer que es un tipo "mediterráneo" CVCV muy di-
vulgado, o admitir con Hubschmid que se trata de una palabra indo· 
europea relacionada con lat. tJ/Juis, gr. v~ü,, etc., llegada con los celtas, 
o mejor, con los preceltas, como propone Corominas (11. cit. en nues-
tra nota 5 de la pág. 172). 
(S) Descartamos así la explicación de Schuchardt, Zeitschrift f. 
rom. Phil., XXIII, pág. 182, pues Navarra no es nava más el sufijo 
formante de étnicos -ar, como él · propone, sino un derivado con -arra. 
(6) Michelena, Bol. R. Soc. Vasc., VII (1951), pág. 579 n. seña-
la (como también en trabajos que aducimos .en la n. 2 de la pág. 171) que 
ta· v aparece en los más antiguos testimonios románicos, y la f en los vas-
cos. Para el consonantismo vasco prinútivo, con su Óposici6n de fortes 
y lenes, véanse los estudios de A. Martinet, W ord, VI, págs. 224 y sigs.' 
(recogido también en el libro flco11omie des changements ph011étiqr¡es, 
págs. 370 y sigs.), y de L. Michelena,. Hom. Martinet, I, págs. II3 y si-
guientes. Fonéticamente nos puede servir de comprobación de esta falta 
de correspondencia entre el sistema indoeuropeo de oposición de sordas 
y sonoras (y por otra parte, de oclusivas y fricativas), el vasco ajari, 
174 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPA.ÑOLA 
el adj. nabar 'abigarrado' es un caso de homonimia en vascuen-
ce, y por" consiguiente hay que descartar las expÜcaCiones que 
con el relacionan el nombre de Navarra, y finalmente, _que no 
¡:;a rece admisible asimilar el nombre de Navarra al tipo de de-
rivados toponímicos de un primitivo nombre personal; éomo 
propuso J. Caro Baroja (x). Navarra no es, c;Iesde l!leg~, una, 
aglutinación con el artículo, como muchos de los nombres más 
arriba explicados por etimología vasca : es un caso de derivación 
con -arra de un tipo más románico que vasco, como lo prueba 
la terminación femenina del derivado, correspondiente a ~a del 
primitivo. La forma que en los textos vascos antiguos aparece, 
N ajarroa, noes, sin embargo, tan fácil de explicar (2) : ¿ habre-
mos de suponer una especie de aument;l.tivn *N afarrona! 
10. Hay que considerar después otros nombres que, exis-
tiendo en el país vasco, se extienden además por gran parte cle 
la Península·: Zamarro (Álava), Zamarra (Salam., Seg.), Zama-
rras (Badajoz), Zamarrillas (Cáceres), Samarra, Samarriio, Sa-
marruda (Portugal) se explican por el apelativo vasco zamar 
'vellón, pelleja', esp. zamarra, bearn. chamarrc 'blusa de cam-
pesino' (3), y su difusión, si no se quiere acudir al sustrato, 
puede atribuirse muy bien al pastoreo (4) ; un caso semejante, 
de apelativo con valor toponímico y con significación igualmente 
viva en vasc. y esp., es el de Chaptwre y Chaparrenea (Guip.), 
Chaparro y Chaparral, abundantemente representados en las 
provincias meridionales de Espafia y de Portugal:· esto parece 
apari, abari, auhari 'cena', para el que se han propuesto dos diferentes 
etimologías latinas : si aceptamos que viene de apparium (Schuchard, 
Uhlenbeek, Gavel), ello apoyaría un origen *nap(p)a; si de ad uallem 
(cf. fr. avaler) (Bouda), se defendería una forma primitiva *nava; la 
dificultad es que distan mucho de ser definitivas tales etimologías de 
apari. 
(1). Materiales, pág. 22Z. 
(2) En la literatura vasca puedo señalar Naffaroa en las dedicato-
rias de Lei~rraga (1571) y de Axular (1643). 
(3) Wagner, Zeitschrift f. rom. Phi/., LXIII, pág. 349. 
(4) V. sobre esta voz .Rohlfs, Zeitschrijt f. rom. Phi/., XLVII 
(1927), pág. 407 (mejor que Meyer-Lübke, REW, 75ÓJa), y Corominas, 
Dice., IV, págs. 814 y sigs. 
LOS SUFIJOS CON -RR- EN ESPAÑA Y FUERA m: ELLA I 7 5 
probar que el vasco txapar se ha difundido en esp. relativa-
mente tarde, sólo después , de los siglos xn-xm ( 1 ). El proble-. 
ma de si la voz es primitivamente vasca, planteado ya por Schu-
chardt y Meyer-Ilübke (2), carece de sentido, en cuanto no 
sabemos aún distinguir capas cronológicas en el vasco no indo-
europeo, En el mismo caso están los topónimos La Pizarra (:Má-
laga, Huelva, Bad.), Pizarrilla (3 en Bad.) Pizarrita y Piza-
rrales (Badajoz), Pizarral (Cáceres, 2 en Salamanca, en cuya 
capital hay un barrio de Los Pizarrales), Pizarroso (Cáceres), 
Pifarras (2 en Lisboa, 2 en Beja, Faro), Pifarreira (Lisboa), 
que claramente predominan en el suroeste de la Península. Una 
etimología vasca de esta palabra ha sido propuesta, aunque en 
realidad no pertenece como tal palabra al vasco, donde pizarra 
se dice arbel (cf. el apellido metatizado Alberdi 'pizarral') (3), 
si bien se halla la forma lapitz también; cabría, sin embargo, en 
pizarra analizar, como Schuchardt (4), a base de pitzatu 'hendir' 
y ·arri 'piedra', o como Corominas (5), de lapitz < _lat. /apis). 
Como en tantos otros casos, el sufijo -rr- resulta dudoso como 
sufijo al hallarnos ante una palabra vasca donde pertenece a 
la raíz. 
I 1. La vitalidad de este sufijo es grande, y lo _hallamos 
aplicado a palabras románicas (tanto de origen latino como de 
otro) en la toponimia peninsular. Así, entre los nombres de este 
tipo que abundan en Lérida están Escalarre (comparable a Es-
calo, Escalera, Escalada, Escalona, Escalote) y Ginestarre (com-
(1~ La primera documentación literaria de la palabra en esp. es de 
16oo, según Cotominas, Dice., II, pág. 21. 
(2) Zeitschrift f. rom. Phil., XXIII, pág. 200, y REW, 8g6o, res-
p~ctivamente. Véanse en ]. Hubschmid, Vox Rom., X (1950), pág. 1J I, 
comparaciones de formas de sustrato •ca.pp· (chaparro, etc.) con bereb. 
tasiift •encina'. 
(3) Michelena, Apellidos vascos, pág. 48. 
(4) Zeitschrift f. rom .. Phil., XI, pág. 490, y XXIII, pág. 200. En . 
primer lugar •pitzarri no existe en vasco. Contra que el segundo ele-
mento del compuesto fuera arri 'piedra' parece estar el hecho de que 
no se conoce ningún topónimo. en -arri o -arre de los de esta raíz. 
(S) Dice., III, pág. 811 ; cf. Gamillscheg, Romanen tmd Basken (Ma-
guncia, 1950), pág. 41 ; Michelena, Apellidos, pág. 95· 
176 BOLETfN DE LA REAL ACADEM11. ESPAÑOLA 
parable a Ginestar en Gerona, y a los múltiples topónimos de-
r ivados de lat. genesta) . Más difícil es Isavarri (x). 
Añadamos Tobarra (Albace!e), derivado de toba, como Toba 
(Murcia, Coruña), La Toba (Cuenca, Guadalajara), Tobar (Va-
lladolid, Burgos), Tobera (Alava), Toboso . (Toledo). (2); Ct~ña­
rro (Pontevedra, de ctmeus, como Cuño, Cuña.(Galicia, úviedo), 
Cunha, Ctmhos, Cunhal, Cunhedo (Portugal) ; Cttch.arro (Alb.), 
del apelativo conservado en ast. cttchu, wito 'estiércol par~ abo-
no' < cultus, cuya gran extensión geográfica en lo antigu~ se 
muestra por otros topónimos, como · Cucho (Burgos), Cuchuelo 
(Álava), Cttitelo (Orense), Cuitada (Bad., en el partido de Olí-
venza, que habla portugués); compárese Estercal, Estetqtti.zo, 
Esterqueira, etc. Cegarras (4 en Murcia); compárese Cego, Cega 
(Portugal), Cegón (Bad.): el apelativo cegarra es usual, y el .senti-
do toponímico se relacionará con la forma lat. fossa caeca de· la 
lengua rural (si bien cabe la confluencia con el topónimo catalán 
arriba estudiado, ya que en Murcia la Reconquista y n!pobla-
ción subsiguiente aportó elementos onomásticos catalanes). 
Al mismo grupo, con segundo sufijo, corresponden Monta -
rrón (Guad.), nombre de una villa con ayuntamiento, lo que 
hace presumir antigüedad de la población; Pontarrón (Aibace-
te, cortijada), Pontarró (Alicante, caserío), El Pttntarrón (Mur-
cia, nombre de dos caseríos, uno de ellos muy importante); en 
aragonés se usa el apelativo pontarrón (Borao), puntarrón (Coll) 
'puentecillo, puente malo', en cat. pontarró, dim. de pont. 
12. La Alpujarra o Las Alpuj(Lrras, distrito montuoso en-
tre Granada y Almería; Alpujarras (Lugo), Alpttjarra (Ponte-
vedra), son topónimos que pueden considerarse el mismo, pues· 
los gallegos deben de imitar al andaluz, al menos en la sílaba· 
inicial. Compárese con este nombre Alpujata (Málaga, sierras 
en el distrito Monda). La grafía corriente en el siglo xvx era 
(1) Corominas, Toponimia tf Andorra, pág. J02. 
(2) Es posible que aqui confluyan una forma preindoeuropea y un 
homófono indoeuropeo que tenemos en lat. Hlber (y con f dialectal en 
it tar-tufo, tat'-tufolo), en diversas formas germánicas y románicas y 
balkánicas, entre ellas esp. tufo: v. Walde-Pokomy, Vergl. Wb. der 
idg. Sprachtn, I; págs. 712 y sig. 
LOS SUFIJOS CON -RR- l':N l':SPAÑA Y FUI':RA DI': l':LLA 177 
Alpttxarra, Alpuxarras (1), pero con j se encuentra ya en el 
Tesoro de Covarruvias. Pujen-a (Málaga) es una variante en 
el vocalismo y desprovista del artículo árabe. Para el sentido 
de la voz, la mencionada sierra Alpujata, con la t sorda por 
arcaísmo mozárabe, se explica como el cat. pujada 'cuesta, su-
bida, repecho'; Pttjada, Pujades son apellidos catalanes; com-
párese además el port. Puxadouro (Aveiro) con el cat. Pttjador, 
apellido y sin duda topónimo, cuyo uso como adj. pujador toma 
el sentido de 'lugar o árbol donde es fácil subir', por ejemplo. 
"una alzina Pttjadora" (Dice. de Aguiló). Pujal (Lérida), Pu-
jals (Gerona) (2), Pujol (Lérida, Barcelona, Mallorca), cuyo 
apelativo pttjol, pujolet significa 'colina, loma', diminutivo de 
pttig < podium. En Almería hallamos Pujaire. Hay sin duda 
cruce y confusión entre la familia de voces representada por los 
dos verbos esp. pujar, port. poiar 'subir', y esp. port. pttxar 
'hacer esfuerzo'; el cat. ant. igualaba ya pttjar y Pttxar, pujan~a 
y puxan~a (Dice. de Aguiló) (3). 
13. Añadamos además Combarro (Oviedo, 2 en Coruña, 
Lugo, 2 en Pontevedra), ComlJarros (León: lugar y río); com· 
párese Comba (Porto) y otros derivados del galo-lat. cttmba 
'valle'. Asimismo El Simarro (Cuenca), del apelativo si·ma, quf 
en la misma provincia da nombre a montes llamados Si·m.as d.: 
Valer.a; Simarra y Simarrinho (Évora), Simal (Porto, Aveiro). 
Podemos ampliar nuestra lista de nombres, aunque en la ma-
yoría de los casos la derivación sea más problemática que en lo,; 
anteriores: M acarra (Cáceres, Portalegre), Macarro (Salaman-
ca, arroyo de Toledo); Galbarros(Burgos), Galbarra (Navarra), 
(1) Así escribía Hurtado de Mendoza, v. Palencia-Mete, Vida y 
obras de do1~ Diego H11rtado de M endoza, II (1942), págs. · 369, .'1-75 ; 
III, págs. 445, 447· A lpwmrras escribe también el morisco Núñez. Muley 
en 1567 (Rev. Hisp., VI, 1899, págs. 213 y sigs.). Una relación con 
Alpes propuso Saavedra: cf. Hübner, Mo1~. ling. Jber., pág. xc. 
(z) Pujalt es la grafía que para el lugar de Barcelona acepta . el 
Institut de Estudis Catalans en su Llista deis nom.s deis mm1icipis de 
Cataltmya (1933). El Dice. de Aguiló registra Pujal y Pujals en textos 
antiguos. El apellido Pujalte existe en las provincias levantinas. 
(3) Hallamos la misma explicación de confusión entre Pttjar y pu-
x ar en Coronúnas, Dice., II, pág. 249· 
12 
178 BOLETfN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
Galbarrena (Vizc.), Galbarruli (Logroño) (1); Juarro.r (Burgos, 
hay también Espinosa y Bujedo de Juarros; Sal., 2 en Segovia 
y 2 en Cuenca), lttarrillos (Seg.); el pueblo de Burgos se nombra 
Sxuffarros en doc. de hacia 1240 y Xttharros en otro de 1309 (.2), 
a propósito de este nombre hemos de registrar que en docu-
mentos de Madrid del año 1247 aparece como -nombre personal 
X uharro y Don X uharro (3). Citaremos además: Almarra (Ali-
cante), Betarres (Burgos), Bularros, Niharra, Noharre y Penarro 
(Avila), Fuentemizarra (Segovia), Gamarra (Toledo), Moharras. 
l1tdarra, Judarras, Tinjarra (Alb.), Algarra (Cuenca), Bogarré 
(Granada), Bugarrel (Santarem), Bugarra (Castellón), Masarra 
(Bocairente, Valencia). Sólo alguno de éstos permite establecer 
relaciones : M ohárras con el apelativo moharra (de origen ára-
be), Masarra con el nombre árabe que transcribimos así corrien-
temente, Bog- y Bug- parecen relacionados con Boga (Orense, 
Beja), Bogas (Castello-Branco), Bogo (Viana), Bttgarín (Pon-
tevedra) (4). 
Puede corresponder aquí el nombre del río Darro (Granada), 
si contiene este sufijo la forma antigua Hadarro (5). Otros nom-
bres difíciles son Mazarro (Ciudad Real), comparable a Maza-
rredo (Vizc.), y desde luego distinto de Mazarrón (Murcia), 
cuya etimología árabe es evidente (6) ; Uyarra (Logroño), Ca-
/asparra (Murcia), B echarro (Oviedo), Bazarra y Chimparra 
(Coruña). Un grupo forman Tagarro (Lisboa), Tagarros (~vo­
ra), Tagarraes (Portalegre), Tagarrosa (Beja), ·que pueden com-
pararse con el dial. alemtej. tagarritla 'cardo comestible' (7). 
(1) Aquí tenemos derivados vascos, con sonorización de inicial, df 
lat.-rom.., caluus, v. Michelena, Apellidos, pág. 75. 
(2) Doc. ling. de España, pág. 249· 
(3) Bol. Acad. de la Hist., IX (1886), págs. 25 y sigs. 
(4) Resulta problemática la· aproximación de esta serie a la formada 
por Bogajo (Salam.), Bugalho, Bugallw., Btlgalhal (Portugal), Bugalla, 
Bugallcira, etc., en Galicia, basadas en el apelativo bugalla, boga/la, por-
tugués btlgalho 'agalla de roble', de origen posiblemente céltico, con la 
influencia del lat. galla. 
(5) Dozy, Recherches, I (1881), pág. 342· 
(6) Asín, Contribuci6n a la topotl. árabe de España (Madrid-Grana-
da, 1940), pág. 120. 
(7) Desde luego, tagamfla ha de ponerse en relación con el esp. ta-
LOS SUI'IJOS CON -RR- EN ESPAÑA Y FUERA DE EI,LA 1 79 
Topónimos portugueses son también Mafarra, Mascarra, Moxa-
rro, Patarra, Pigarra, Pigarros. 
Otro grupo de nombres, La M1tdarra (Valladolid), Castro-
mttdarra (León) (1), Mttdarros (Beja), pueden, por una parte, 
compararse con el simple Muda (Palencia, Braga, Lisboa, Faro) ; 
por otra, al menos alguños de ellos son inseparables del nombn:: 
del héroe épico Mmiarra (2), de etimología árabe en todo caso, 
pero en la que cabe, como indica J. Oliver Asín (3), admitir 
una influencia de_ sufijo tan vital como -arra en hispano-ro-
mánico. 
14. En la lengua común este sufijo, vivaz en lo conversacio-
nal y entré la población de inferior cultura, se desarrolló prin-
cipalmente en voces rústicas : zamarra o chamarra, vestido pas · 
toril, de origen vasco, más arriba aludido ; gamarra 'correa del 
arreo caballar' (relacionable con ant. it. camo 'freno', esp. camal 
'cabestro') (4) ; gabarro 'úlcera de las caballerías en el casco, 
nódulo defectuoso en una piedra, etc.', que no sabemos si habrá 
de relacionarse con los topónimos Gabarra (§ 8); chaparro 'en-
cina o roble no crecido', ya estudiado con los topónimos (§ 10). 
Una excepción en este mundo de palabras rústicas es "bizarro, 
pero es que no tiene que ver con el vasc. bizar 'barba', a pesar 
de que tantos autores la dan por segura : se trata antes bien de 
un italianismo, según lo aseguran la cronología y la distribución 
geográfica (5) . 
gamitra 'cardo lechar', forma dialectal de carlitra, derivado del lat. car-
drms (Corominas, Dice., I, págs. 689 y sig.). La voz es interesante para 
ver el origen secundario de -r-r-, pues la asimilación se da, por ejei:nplo, 
también en aranés, carrinclera. 
(I) En los siglos x y XII Castromudarra . es llamado Mutarrafe o 
Villa· Mretar:rcph: Menéndez Pida!, Leyenda de los Infantes de Lara, 
pág. 19, n. 1. 
(2) E. García G6mez-R Menéndez Pida!: Mudarra, en Al-Atrdalus, 
XVI (1951), págs. 87 y sigs. 
(3) Al-Andalus, XVI, pág. 98. 
(4) Corominas, Dice., II, pág. 644. 
(S) Seguimos a Corominas, Dice., I, pág. 467, contra muchos auto-
res de .gran prestigio: Wartburg, Franz. etym. Wb., I, págs. 388 y sig.; 
M. L. Wagner, Zeitsclrrijt f. rom. Phil., LXIII, pág. 350. 
J 80 BOLETÍN DE LA REAL. ACADEMIA ESPAÑOLA 
El sufijo tomó en la lengua común valor despectivo o aumen-
tativo y a veces diminutivo: chinarro, guijqrro {r), buharro de 
bttho; mangajarro 'manga (despectivo)'; cucarro, y más común 
cucarrótl (de cuco) 'taimado'; ce garra, de ciego; cocharro 'ga-
mella, duerno' (cf. port. cocho o cocha), cacharro (cf. fonnas 
como ast.-leon. cacho 'cachorro', Bierzo cacho 'especie de sartén 
usada para asar castañas') (2); alav. cazarro 'tronco de árbol 
ahuecado en forma de canal', cazarra 'pesebre hecho con un 
tronco de árbol' (3); . leon. pitarro 'chorizo pequeño', salm. chi-
carro 'zapato de niño', y mimarro 'mimoso' (4); mejic. chibarras 
'pantalones de cuero', andal. tabarra 'ruido' y tabarrera 'avis-
pero'; mocarro, nwcarra, de nwco; pitarra 'legaña', como pita-
tía; panarra 'hombre desidioso' ; tunarra 'tuno' ; vidarra, planta 
silvestre parecida a la vid; cotarro, despectivo de coto y cue-
to (5). Añadamos gabarra 'barcaza', que se halla también en 
vasco de Vizc. y Guip., y debe. ser de origen franco-italiano (6); 
andal. y mure. soñarra 'somnolencia', lobarro (y cat. !lobarro) 
'perca', que ;wagner (7) compara con Z1tbina. 
Como vimos en los topónimos, algunas de estas voces tie-
nen clara relación con formas vascas en -ar: chicharro (8), más 
común chicharrón (chicharro es también el nombre de un pes-
cado comestible muy grasiento), es inseparable de t:rit:rar; ala-
vés macarro (y anda!. macarrono) es una variante geográfica-
mente significativa de macado (9); chatarra 'hierro viejo' es 
simplemente ~1 vasco t:ratar 'rebaba, pedazos de hierro viejo', 
diminutivo de zatar 'andrajo, trapo, estropajo' (ro); socarra y 
(I) Corominas, Dice., II, págs. 8:3o y sig., voz evidentemente de 
sustrato. 
(2) Corominas, Dice., I, pág. 'fP7. 
(3) Wagner, Z~tschrift f. rom. Phi/., LXIII, pág. 351. 
(4) lbidem, pág. 359· 
(S) Menéndez Pidal: Toponimia, pág. 271; Romance Philol., VI, 1952. 
(6) Gamilscheg, Etym. Wb. der Franz. Spr., pág. 4:49. 
(7) Wagner, arl. cit., pág. JS8, 
(8) Sobre su relación con chichof'f'o 'todas las vísceras de animales 
muertos, piltrafa', M. L. Wagner, Zeitschrift f. rom. Phil., LXIII, pá-
gina 3g5 n. 
(9) !bid., pág. J55. 
(10) Corominas, Dice., 11, pág. 37· 
LOS SUFIJOS CON -RR- E~ ESPAÑA Y FUERA DE ELLA 18 I 
socarro y socarrón, con el verb9 socarrar, se relacionan con el 
vasco su 'fue_go' y kar 'llama' (1); pizarra (§ 10); bilb. mamarro, 
manwrro. 
15. En Aragón tenemos : fagarro o fagarra ( < fagus) 'haya 
no crecida', piparra, de pipa; fumarro 'colilla de cigarro', tes-
tarro 'objeto inservible, persona enfermiza e inútil',peñarra 
'peña grande' y peñarrera 'peñascal', picarra 'picacho elevado', 
pinarra 'rama de pino', mangarr·a 'perezoso' (2). Aparte hay que 
poner andarra 'restos de queso en el caldero', que es una reli-
quia vasca de ondar 'residuo, restos' (§ 5). 
Citemos del portugués: bebarra 'bebedor', chibarro (de chi-
bo) 'cabrito', cocharro, como en esp.; chicharro, un pez; sope-
larra 'sopa grande', bocarra, botarra, · vozarra, alent. cuxarro 
'coxo, escudilla de corteza' (3), bufarra 'neblina', Beira Baja 
casparra 'porcaria encascada no nariz', ca,arreta 'el que no sabe 
cazar', bandarra 'perezoso' (4), ca/horro 'atrevido', ca/horra o 
canhorra 'máscara que tocaba la bocina en una procesión' (5). 
En catalán: samarra, paparra, xibarri, cadenarra, cadirarra, 
ca~arra, dentarra, donarra 'mujerona', camarra 'gran pierna', 
for,arra, bagarro 'gandul', lloparro, lloparrás 'lobazo'. 
Con doble sufijo: esp. zancarrón, ventarrón, chaparrón, bo-
barrón (que Juan del Enzina, pág. 250, pronuncia bobarón, Íli 
mismo que baharón, de bafa • burla'; baharero,_ Juan Ruiz, 
1235 e), umbarrón, vejarrón, vozarrót,, cimarrón, cegarrita (del 
ya citado cegarra). De M. L. Wagner (6) tomamos anda!. agua-
(r). García de Diego, Rev. de Filo/. Esp., IX (1922), págs. II3 y sigs., 
esp. 1219- Que no se conserve en románico un verbo simple, *carrar, no 
es bastante razón para desechar la antigua etimología de Diez, como hace 
Schuchart, Rev. Inl. Est. Vascos, VIII (1914-17), pág. 329. Para la .acep-
ción de socarra, v. ]. F. Montesinos, edic. de El Marqués de las Navas, 
d~ Lope · de Vega (1925), pág. 187. 
(2) A. Kuhn, Rev. ling. rom., XI (1935), pág. 218; G. Rohlfs, Archiv 
f. d. Stud. d. neueren Spr., CLXXXII, pág. 120; cf. los di<;cionarios de 
Borao y de Pardo Asso. 
(3) M. L. Wagner, Zeitschrijt f. rom. Phil., LXIii, pág. 353. 
(4) lbid., pág. JÓO. 
(5) Ibid., pág. 359· 
(6) lbid., págs. 351 y sig. 
182 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
nón 'chaparrón' y costarrón, jergal badarrót~ 'hoyo en las ave-
nidas', andal. puparrón, colomb. cucarrón 'escarabajo', fam. za-
parrazo 'arañazo' (cf. vasc. atzapar 'garra'), hondur. tajarrazo. 
berc. chinarrazo, 5alm. jincarrazo 'juego infantil que consiste en 
hincar un palo', mure. foscarral 'espesura'; mearrada (cf. arag. 
picllarrada, gasc. picharro, picharrado) 'gran meada', sal m. 1110-
zarrada 'pandilla de mozos' ; ventarrón 'viento fuerte, ventolera·. 
chinchorrero 'sitio donde hay muchas chinches' ; también (1) los 
despectivos mangajarro, berc. zancarro, chileno cucarro 'achis-
pado', pajarraco, bicharraco, tiparrajo, dulzarró11, jugarreta, 
chascarrillo de chasco, cagarruta con muchas variantes, mango· 
rrero 'cuchillo tosco', alav. patorrillo 'guiso de callos o doblec 
y patas de cerdo'; paparrucha, d. mont. pamptlrrias 'pamplinas', 
riopl. paporreta, ecuat. papurreta; mamarracho; andal. pampr~· 
rrinada 'llovizna menuda', arag. Zttnzurronear 'rezongar'. To-
pónimo Pingarrón (Jarama, Madrid). 
En port. citaremos con doble sufijo: vozarriío, porcarrilo, 
barbarriío, canzarriío de ciio, homenzarriio (2), bastarréío 'basto 
(caballo)' beberráo o beberraz 'que bebe mucho', coparriio 'copo 
grande', doidarráo 'muy dolido', bras. feiarráo 'muy feo'; mon-
carriio 'mocarro', quietarriio 'muy tranquilo', sacarriio 'saco gran-
de', sancarriío (o ,anc-) 'zanco grande', saparriio 'aumentativo 
de sapo: hombre grande', secarriío, pratarraz 'prado muy lleno 
de comida', bestarraz, leigarriío o /eigarraz ' ignorantón', bras. 
mancarriío 'caballo manco y malo', cibarrada 'comida de aves', 
coscorrinho 'hucha' (3). 
Dobles súfijos en cat. : llogarrás 'lugarón', Vich bossarró 
'bolsa de red de los pajareros', ceparrada 'los racimos que pro-
duce una cepa', becarrada 'picotazo', caparrada 'golpe en la ca-
beza, capón', cO'llarró, fogarret, caparrut 'cabezudo' (4). Muchos 
de éstos con valor diminutivo: potarró, xicarró, etc., y con sufijo 
diminutivo añadido : xicarret, etc. 
(1) M. L. Wagner, Zeitschrift f. rom. Phil., LXIII, págs. 3-5-S y 359-
(a) Véase para estos sufijos de -arr- ampliado G. Rohlfs, Das span. 
S1effix -arr6n und Verwaudtes, en Arclliv f. d. St. de t1e11eren Spr., 
CLXXXII, págs. nS-122. 
(3) M. L: Wagner, art. c_it., pág. 353. 
(4) /bid., págs. 357 Y sig. 
LOS SUFIJOS CON -RR- EN ESPAÑA Y FUERA DE ELLA 183 
16. _ Lo mismo que en la antigua onomastica aquitana, el 
sufijo tiene vitalidad en gascón: gatdrrou 'gatazo', cagnarrou 
'perrazo', pourcarrou 'cerdo malo', picarra 'pico difícil de esca-
lar~; litarro 'pequeño alud', liscarro 'pendiente roquiza', bat'-
carrott 'cabrón'. y con doble sufijo: boucarras 'cabrío grande', 
gata~ras, nasarras 'narizotas', pourcarras, pansarrado 'panza 
llena', nebarrado 'gran nevada', nebiscarro 'tempestad de nieve', 
ntatarrat 'matorral', pegarrou 'tontuelo' (1). 
Citaremos aquí un nombre de planta sardo: auzarra 'zarza-
parrilla', liporra 'lechetrezna'; además zingorra \mguil~ peque-
ña'. La relativa frecuencia del sufijo en italiano ya llamó la 
atención de Diez. Señalemos en primer lugar bizarro, ya citado 
al hablar_ de su difusión por España, y sobre cuyo origen ita-
liano no cabe duda (2); ramarro 'lagarto', tabarro (de fr. tabard, 
com<' esp. tabardo), zimarra 'vestido', gazzarra 'tumulto' (3)-
Los ejemplos son especialmente numerosos en Calabria : vinarra 
(de avena) y ajinarra 'avena loca', critarra 'tierra cretácea', mi1~­
chiarra 'miembro del morueco', civarra (de cibt,s) 'pienso del 
cerdo', spinarm 'arbusto espinoso', ni11tarra (como sicil. limarra, 
de limu.s) 'fango', vinciarra 'clemátide', ciotarru 'estúpido', zan-
garra 'barrizal', dinochiarra 'enfermedad en la rodilla ( dinoc-
chiu) de las ovejas', fican·a 'higuera', zozarra 'suciedad', aqua-
rra 'rocío' ; más difíciles etimológicamente son tamarm y zama-
rn~ 'villano', mtmciarra 'gordolobo' chiavarnt 'carnero', ::op-
parru 'rama seca, tocón'; también con sufijo ampliado calabr. y 
sicil. nivarrata 'nevada'. 
Con referencia a estos sufijos Rohlfs (4) afirma que parece 
no pueden ligarse con los que aparecen en Hispania, pero, sin 
embargo, algunos hechos le sorprenden por su ·analogía: así 
(1) G. Rohlfs, Rev. de Ling. Rom., Vll (1931), pág. 132 ; idem Le 
Gascon (Beiheft 85 a la Zeit. f. rom. Pltil., I93'5), pág!i. 152 y sig; M. L. 
Wagner, Zeitschrift f. rom. Phil., LXIII, pág. 354-
(2) Parece derivarse de 'bisza 'ira súbita', de origen desconocido; 
v. Corominas, Dice., I, págs. 467 y sig. 
(3) G. Rohlfs, Zeitschri/1 f. rom. Phil., XLVI, págs. 16o y sig.; 
Archiv f. d. S t. d. tleturen Spr., CI.;XXXII, pág. 121; Hist. Gramm. der 
ital. Sprache, III, págs. 321 y sig. 
(4) Arcltiv, cit., pág. 122; Hist. Gramm., III, págs. 321 y sig. 
184 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
calabr. vinarra con esp. vidarra, calabr. minchim·ra con 'port. pis~ 
sarra .'miembro viril'. De 'la ampliación de estos sufijos en Italia 
meridional (otro rasgo en que puede compararse Hispania) ya 
hemos hablado (§ 2); añadamos ahora sicil. vicchiarruini 'veja-
rrón', calabr. fagarruni 'haya pequeña', ciotarrttne 'tontón', (r). 
Realmente la semejanza nos autoriza a pensar que hay una coin~ 
cidencia fundamental en un sustrato remoto. 
1 7· Antes de dar por terminada nuestra recolección de. ma~ 
teriales para el sufijo ~arr- vamos a exponer algunas palabras 
que pueden llevarnos a un análisis del sufijo: guitarra es un 
derivado del gr. xtfMpa, a través del ár. kitara (~) . En igual 
forma que en esp. aparece en cat. y port., con el mismo origen. 
E l it. chitarra, ya atestiguado en el siglo xrv, también debe de 
proceder directamente del ár., pero en las demás lenguas euro-
peas, comeniando por el occit. guitara (siglo xrv), ha entrado 
desde el esp.; el sufijo con ~rr~, que no se halla en el origen, no 
resulta, según hemos visto, extraño ni en España ni en Italia 
del sur. · 
Semejante es el caso de alcaparra, también de origen greco-
latino ra ppari ( s) , y llegada por el árabe. Se halla una forma 
mozárabe qaparaJ, y como formas propiamente árabes se hallan 
enEspaña kabbara y qabarra (3). La situación es complicada 
y se ha podido pensar tanto en una conservación de la forma 
clásica entre los mozárabes, como en un préstamo tomado del 
árabe ; el testimonio del botánico andaluz estudiado por Asín 
parece en favor de lo primero, pero realmente es sobre la forma 
árabe como mejor se explica el desarrollo del sufijo, como en 
el caso de gttitarra. 
Otra palabra científica tenemos en esp. y port. angurr·ia, 
<;sp . .:st(r ) angurria, con r múltiple frente a la etimología culta 
npanoop1a, conservada en port. estranguria. Caso de desarrollo 
del sufijo de modo expresivo tenemos en port. algazarra, frente 
(1) Rohlfs, Hist. Gramm., IH, pág. ,322. 
(2) Corominas, Dice., II, págs. 845 y sig. 
(3) M. Asín, Glosario de voces romances registradas por w~ botáraco 
atlónimo hispano-musulmán (siglos XI-XII) (Madrid-Granada, 1943), nú-
mero 1311 ; cf. Corom.inas, Dice., l, págs. 97 y sig. 
LOS SUFIJOS CON -RR- l';N l':SPAÑA Y FUJO;RA Dg ELLA I8S 
al esp. al!Jazara, del ár. gazara, y así se explicaría la r múltiple 
del esp. chocarrero, port. chocarreiro si tuvieran que ver, como 
propone García de Diego, con lat. iocarius (1). Sufijo expresivo 
tenemos de un modo clarísimo eñ cigarra, de lat. cicada (2). 
De las formas verbales con estos sufijos no nos ocupamos 
aquí (tipos despatarrar, chisporrotear, despachurrar). Todas 
pertenecen al lenguaje popular y expresivo y son una prueba 
más de la vitalidad de estos sufijos con -rr-; puede verse una 
lista de ellos por M. L. Wagner, Zeitschrift f. rom. Phil., LXIII, 
pág. ·36o y sigs. 
-urr- (> -orr-) 
18. E.n la antigüedad este sufijo parece más frecuente que 
-arr-. Así ·tenemos : Graccurris en dos monedas (3), Graccuris 
en el Itin. de Antonino, Gracchuris en Festo y Livio, rpar.ovpíc; 
eh Ptolomeo ; sus habitantes se llaman Gracct~ritani en Plinio ; 
la ciudad se llamaba antes Ilurci, y su nombre se mudó, según 
cuenta Festo, en memoria del procónsul Tiberio Sempronio 
Graco, vencedor de los celtíberos en 178 a. C. Se hallaba en 
territorio vascón, cerca de Corella (4). Dado el descuido en 
escribir la doble r, tan frecuente en los autores antiguos y en 
los copistas, parece debemos preferir la lectura de las -monedas. 
El sufijo -urr- se . ve aplicado allí a un nombre personal romano 
indicando atribución o pertenencia, si bien, compar:ado con Ca-
lagurris, ha sido propuesta una interpretación a base del vasc. 
uri 'ciudad', con r simple (5). 
Gigurri, tribu de los astures citada por Plinío, rqouppo( en 
(1) Véase para este ejemplo y los dos anteriores M. L. Wagner, 
Zeitschrift f. rom. Phil., LXIII,· págs. 364 y sig. 
(2) M. L. Wagner, ibid., pág.' 365. Con cigarra parece seguro ·(Co-
rominas, . Dice., I, pág. 798) que hay que relacionar cigarro. 
(J) Hübner, M on. ling. Jber., pág. 66; Vives, La ·moneda hispánica, 
IV (Madrid, 1924), pág. IIJ. 
(4) E. Saavedra, Disc. Acad. ·lfist. (1860), pág. 94; v. Lafuente en 
Esp. Sagr., XLIX (1865), págs. (1¡ y sig~ 
(5) P. Aebischer, Piritutos, VI (1950), pág. 71, h:a discutido esta 
cuestión y se inclina a considerar idénticas las formas -tlri y -urri, con 
gran productividad como sufijo a lo largo de siglos. 
l 86 BOLETfN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
Ptolomeó, Gigurnion (lo que parece errata) en er :B,avenate: 
man13ión situada entre Valdeorras y Puebla de Tribes (1); Gw-
rres o Georres en monedas visigodas de la primera mitad del 
siglo vn; Jurres en documentos de 974 y 1o85 (2); hoy se con-
serva este nombre_ en el compuesto Valdeorras (Orense) < *Val 
de Jorres. También se usó el nombre como antropónimo: Gi-
gurrus Calubrigensis se lee en una inscripción del mismo terri-
torio (CIL, II, 2610). 
C alagurris en Livio, Floro, Orosio, Prudencio, etc. -CiilG-
gorris en Ausonio, Calagorra en el ltin. de. Ant., ciudad de los 
vascones (3), hoy Calahorra, prov. de Logroño. En Aquitania 
señala el Itin. de Ant. otra Calagorris en el curso alto del Ga-
rona, hoy quizá Cazeres, según Besnier. Otras dos Ca/ahorras 
hay en Palencia, una Calahorrilla en Burgos. Las Calahorra y 
Calahorria (-rriya, rrilla) de Granada hay que relacion~rlas con 
el homónimo La Calahorra (4), castiUo que remata el puente de 
Córdoba y que corresponde al apelativo calahorra en el ár. gra-
nadino, 'torre para defender, alca<;aba' (5), que ha pasado al 
esp. con el sentido de 'pósito, alfolí, granero público'. 
El nombre de Calahorra ha sido objeto de varios análisis eti-
mológicos: Cala- sería 'castillo' en una lengua no vasca, quizá 
del sustrato mediterráneo (6); tendríamos así un 'castillo rojo' 
(1) E. Saavedra, loe. cit., pág. 93· 
(2) Esp. Sagr., XVI (1762), págs. 443 y 468. 
(3) Bibliografía vieja en Hübner, CIL, II, págs. 404 y sig. ; idem 
Mo11. ling. lber., pág. 227!>; Holder, 1, col. 687; Bosch-Gimpera y Agua-
do en la Hist. de Esp., dirigida por Menéndez Pidal, 11 (193-5), páginas 
224, sig. y 2412. suponen que en tiempo de Sertorio Calagurris era celtí-
bera y no vascona, como lo fué en época de Estrabón y de Ptolomeo. 
(4) Madoz, VI, pág. 64oa. 
(5) Véase el Vocabulista arábigo, de Pedro de Alcalá, y Simonet, 
Glosario de voces ibéricas (Madrid, 1888), págs. 72 y sig. L. de Eguilaz, 
Glosario de palabras españolas de origen oriental (Granada, 1886), pá-
gina 355, supone que el uso como apelativo no era conocido del Canciller 
Ayala ; no creemos lo pruebe el texto que aduce. Creemos que, con Co-
rominas, Dice., 1, pág. s8s, hay que separar la palabra árabe, de clara 
etimología, qál<a burra 'fortaleza libre, fuera del recinto amurallado', 
del topónimo. ibérico. 
(6) Se señala· en la toponimia española en la antigua A1'bocala (hacia 
Toro o Zamora), Calahuerna (Zamora), Ca/amonte (Bad.), Calamoclla 
LOS SUFIJOS CON -RR- EN ESPAÑA Y FUERA DE ELI.A 187 
(vasc. gorri 'rojo') (1), como Rotenburg o Castilbcrmejo. Pero 
esta explicación prescinde del hecho decisivo de la evolución 
románica que ha sufrido el vasco gorri, con o abierta en las 
formas Ligiierre, Lagüerri > Laguarres, Laswerri (todos al 
norte de Aragón) (2) .. Pudiera suponerse al sur del Ebro una 
variante de gorri con o cerrada o u, pero no autoriza a supo-
nerla el hecho de que gorri no se acredita en la toponimia de 
fuera del primitivo territorio . vasco. La solución del problema 
etimológico de Calagurris, suponiendo que su segundo elemento 
fuera el vasc. uri 'pueblo;, por de pronto de)aría el nombre fue-
ra de nuestro campo de ~tendón, pues no se trataría de sufijo 
ni de r múltiple. Tanto partiendo de uri como de un sufijo -ltrr-, 
falla en Calahorra. toda posibilidad de hacer paralelo a su primer 
elemento del nombre propio que tenemos en Graccurris o, como 
veremos, en Crextmturri. 
Otros topónimos con -urr-: Aturrus 'río', así en Ausonio; 
(Teruel), Calasanz (Huesca), etc. (Menéndez Pida!, Toponimia, pág. 58), 
así como, parece, en Burdigala > Burdeos (prudente escepticismo sobre 
la explicación propuesta por Trombetti, Le origini della lingua basca, 
Bolonia, 1925, pág. 118; en Lafon, R(!'Vfle historique de Bordeaux et du 
Département de la Girotlde, 1952, págs. 309 y sig.). Sobre *ka/a en el 
mundo mediterráneo v. Bertoldi, B11ll. Soc. Ling., XXXII, págs. IIÓ n., 
1Ó1 Y 167. 
(1) Simonet, Descripción del t'eino de Granada (Granada, 1872), pá-
gina 317; ídem Glosario, pág. 73; seguido por Schuchardt, Rev. l. de 
Est. Vascos, III (1909), pág. 240; C. Jullian, Rev. des Et. Ancient~es, 
XXVII ( 1925), pág. :507; Trombetti, Le origi~i, pág. 132; Caro Baroja, 
Materiales, págs. 191 y sig.; A. Camoy, Dict. étymol. dn Proto-it~do­
·européen (Lovaina, 1955), pág. II3. Por lo demás, Schuchardt anterior-
mente había afirmado gue cala- sería el apelativo esp. cala (Zeitschrift 
f. t'om. Phi/., XXVIII, pág. 101), y el topónimo se relacionaría .con el 
r ío Ebro, lo que no parece aceptable. Seguramente qÚe el vasco gorri apa-
rece ya atestiguado en los compuestos aquitanos Bai+o[r]t'ixo deo, Bai-
gorixo, Baicorisco, Buaigorixe, Herauscorritsehe (Michel~, Pirineos, X, 
pág. 416), por lo cual no losestudiamos como provistos del sufijo -rr-. 
(2) V. sobre la cuestión Menéndez Pida!, Rev. Fil. Esp., V (1918), 
pág. 231 (= Toponimia, págs. 15 y .slgs.) y Rev. l. Est. Vo.scos, XI, 
pág. 44 ( = Topot~imia, págs. 47 y sig.), respondiendo en esta última nota 
a H. Schuchardt, Rev. l. Est. · V ascos, X, pág. zoz, que desconfiaba se 
pudiera decir nada sobre la primitiva cualidad abierta o cerrada de las 
vocales vascas prehistóricas. 
188 BOLETfN DE LA REAL ACADEM.IA ESPAÑOLA 
Atur-us en Lucano; el nombre Aturres para los rib6reños del 
río y el adj. Aturricus ocurren en Sidonio (1), es el rio llamado 
hoy Adour y Attt1rri en vasc. del siglo XVII. Beturri en el Ra.-
venate, lkroupí~ en Ptolomeo, es ciudad de los vascones : po-
drían compararse Bituricha y Biturerreka (Vizcaya). Una tribu 
de Seurri se cita en Galicia (Ptol., II, 6, 27); a ella hay que 
reducir, sin duda, la forma Seurbi de manuscritos y editores de 
Plinio (IV, II2). Si cabe suponer doble r, podría añadirse aquí 
la ciudad de los Oretanos Acxxxoupí~. citada en Ptolomeo. 
19. En nombres personales hemos de señalar : Buturra, so-
brenombre que lleva la hija de un Viriato en EsteBa (CIL, II, 
2970). Un varón Mutttrra de Talavera de la Reina (CIL, II, 
5330) podría compararse al vasc. ntutur, esp. modorro (2). El 
nombre Reburrus, que aparece en un gran número de inscrip-
ciones de la · región vetona y lusitana, y que fuera de España 
corresponde a emigrantes o soldados de origen español (3), 
·coincide por mera homofonía con el lat. tardío reburrus (ana-
lizable en re-bttrms) (4), y puede considerarse un derivado con 
el sufijo -urr- de una raíz seguramente de sustrato. Señalemos 
en el mundo céltico nombres personales como M aiurrus y La-
curra (5). Junto a Reburrus hemos de situar el despectivo lat. 
baburr-us, que podemos suponer hispano, ya que está atestigua-
do sólo en las Etimologías de San Isidoro (6). 
(1) Tomamos estas referencias de Holder. 
(2) Asimilable al lat. mutto. -onis lo considera V. Bertoldi, L'lberia 
prelatina (en el vol. Italia e Spagna, Roma, 1941), pág. 7. Sobre modorro, 
v. Corominas, Dice., III, págs. 398 y sigs. La palabra se halla también 
en el sur de Italia. Cf. Hubschmid, Sard. St., pág. 79, y lll Co1~gres 
ll:tcrn. de Top01~ymie, II (Lovaina, 1951), pág. 186. 
(3) Véase sobre esta cuestión la tesis, aún inédita, de J. Rubio Alija, 
recientemente leída en la Universidad de Salamanca. 
(4) El testimonio más antiguo es la 1~1a ¡ se halla en San Agustín 
y en glosarios, así como en fr. rebours (contaminado con re~tersus): Er-
nout-Meillet, pág. 854; Walde-Hofmann, II, págs. 422 y sig. 
(S) Holder, II, col. 392. 
(6) X J I : los manuscritos dan las variantes, que tienen su interés, 
boba"us y boburrus. Corominas, Dice., l, pág. 357, lo pone en relación 
con babieca y su familia, a la que podría pertenecer bobo también. 
LOS SUFIJOS CON -RR- EN ESPAÑA Y FUERA DE ELLA J 89 
20. En vasc. hallamos un elemento -ur de derivación : mz-
tur 'tijeras grandes', si se derivan así de aizto 'cuchillo', aitzur 
'azadón', que como los anteriores se considera de aitz 'piedra'; 
bildur 'temor', si está en relación con bildots 'cordero', beltzttr 
'corneja', de beltz 'negro', y bele 'cuervo', deurnt 'diablo' (1). 
El topónimo Ezcurra es el apelativo ezkur 'bellota, árbol', 
y con él podríamos comparar otro nombre de árbol: ezki 'chopo'; 
Amechazurra (Vizc.) contiene como primer elemento ametz 'car-
ballo, quijigo'; para el segundo no parece admisible una forma-
ción sobre azur 'hueso' como aparece en Michelena, Apellidos, 
pág. 56. No vemos etimología para Irurre (Nav.), ni para Laza-
gurria, antes Lizagttrria (2). A veces se puede señalar una co-
nexión más o menos segura entre -ur (y -orra) vasco y -orr-
románico, como señala M. L. Wagner (3): vasc. amorra 'modo-
rra' y beam. amurro, extrem. y mure. morra 'modorra'; vasc. 
nuzntzur 'taciturno' y gasc. nwutourrott. 'ídem', cat. (Tortosa) 
mansorro 'hipócrita', vasc. mustttr, mut(h)ur 'morros' y arag. 
mosturro. 
La variante -or, no documentada en la antigüedad, aparece 
en palabras vascas, no sabemos si con el mismo valor que -ur: 
mamor 'tierno, blando, ligero', de mami 'parte blanda o mollar 
de la carne, del pan, etc.'; alor 'campo sembradío', de ale 'semi-
lla'; nwtzor 'tronco', de motz 'mocho, pelado'; miztor, Jo mismc 
que mizto 'aguijón' ; onbor 'tocón', lo mismo que anbo; y con 
o final que parece románica, mamorru o mamorro 'insecto', Jo 
mismo que mamtt (4); chistorra 'longaniza' (Navarra) es el vas-
cuence txistor 'ídem' < txistu 'flauta'. El topónimo To11torra 
(Alava, Vizc.) no es sino el apelativo Tontor 'cima, cumbre'; 
Legorra (Vizc.) es el adj. legor 'seco'; Aizcorra y Ascorra (Viz-
caya) y Malcorra (Guip.) parecen equivalentes (5). E l· nombre 
(1) Esta última forma la da como de Mendiondo P. Aebischer, Pi-
rineos. VI, pág. 74: pensando en la magia y brujería·, tan pertinaz en ei 
país, podría pensarse en un derivado del lat. deus. 
(2) Uhlenbcck, Rev. l. Est. Vascos, III, pág. 4.26, duda de que exis-
ta un sufijo -ur; para los topónimos, v. Eleizalde, Rev. l. Es t. Vascos, 
VIII, pág. 409 
(3) Zeitschrift f. rom. Phil., LXIII, pág. 349-
(4) Schuchardt, Rev. l. Est. Vascos, VIII, pág. J.JI. 
(5) Señ.tlemos la equivalencia de vasc. aitz 'peña' y mediterráneo 
190 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
del río alavés Zadorra es el apelativo vizc. zador 'hondonada, 
sendero'. El topónimo Cotorro, evidente derivado de *cottu, y 
lo misrrio Catarro, aparecen en Vizc., Lisboa, Salamanca y Ba-
dajoz, así como en Santander : Los Catarros. Hay también Co-
terre en la prov. portuguesa de Villa Real (1). 
Fuera del territorio estrictamente vasco, en los topónimos 
con -orr-, como vimos en los en -arr-, son más Jos en -orra que 
los en -orro y -arre. Recordemos: Andorra (así ya en 839, con-
sagración de la Catedral de Urgel), otro Andorra en T eruel, 
Col d'Andorre en Bigorre, en Berga una ru"asía Anorra (2); 
quizá existió también *Andu.rra en la Bética, pues un L. Aelius 
Epaphroditus Anduriensis aparece en una inscripción de Martas 
(CIL, II, 1693) (3); la que parece raíz de este nombre se halla 
en la misma Bética, al norte de Mardos, en el moderno Andújar, 
posiblemente de * At~düsia + ar, comparable a * Andusia >. hoy 
Anduze ( dept. -de Gard), y en otros muchos topónimos como 
Andarax (Almería), A11daba (Soria), Andabao y Andoyo (Co-
ruña, Ando)•a, apellido vizcaíno; Anda y Andagoya (Al.), An-
da-y.•a (Burgos), Andaza (Guip.). Corominas, por su parte, com-
para el valle pirenaico catalán de Núria, que en los documentos 
del siglo XI suele llamarse Annuria (4). 
Canchorras (Bad.), del apelativo cancho, cuyo derivado can-
chal denomina muchos lügares de la sierra de Guadarrama. Cha-
marra (sierra en Badajoz, aldea en Coruña), El Chat1wrro 
*mal( u) 'peña, montaña': Battisti, Studi E truschi, XVII (1943), pági-
nas 265-69; Alessio, ibid., XIX (1946/7), pág. 142; Ribezzo, Are h. !]lottol. 
ita/. , XXXV (1950), pág. so; cf. Carnoy, Die t., pág. 128. 
(1) Véase Menéndez Pida!, Toponimia, págs. 272 y sig. Hemos de 
notar que los derivados Catarro y Cotorro no aparecen en el área nor-
oeste de la Península, que es característica, de *cottzt, sino fuera de sus 
bordes. Sólo en Santander tenemos Los Catarros, junto a formas como 
c11eto, etc. 
(2) Corominas, Toponimia d'Andorra, pág. ::;Q3, quien señala además 
en los países vascos un Undurein "que en el siglo xvr se pronunciava 
Andnrr1~h" .. 
(3) De Vit y Perin reconstruyen el nombre * Andara, pero la larga 
es inaceptable si se refiere, como ellos refieren el nombre, a Andorra. 
Han tratado de la cuestión H. Schuchardt, Butlletí de dial. cat., VIII 
(1920), pág. 77, y Meyer-Lübke, Hom. Menét1dez Pidal, I (1925), pág. 79. 
(4) Corominas, Toponimia d'Andorra, pá~. 303. 
LOS SUF'IJOS CON -RR- EN ESPAÑA Y l"UERA DE ELLA 191 
(Toledo), Chamarra (Alb., Porto, Portalegre); el apelativo esp. 
y port. chanwrro significa 'trasquilado, mocho'. 
Macarra (Mál.) y apellido homónimo, Makurra (Nav.),pue-
den significar en vasc. makur 'el inclinado o arqueado' : seme-
jantes deben de ser Macurraldea (Vizc.), Maettrtegui (Nav.). 
Aparte de estos últimos, habrá que situar a Macurrain (Guip.). 
Angorrilla (arroyo en Alb.), La Angorrilla, uno de los cuar-
teles del Real Sitio del Pardo (Madrid) (1), parecen en relación 
con el apelativo angorra, que significa 'protección o defensa de 
alguna parte del cuerpo' : "pieza de cuero o tela gruesa para 
proteger la parte del cuerpo expuesta a rozamientos fuertes o 
quemaduras" (Dice. Academia), "polaina de cuero" en Palen-
cia, Salamanca, Andalucía (2). 
Mazorra (Burgos, Porto), comparable al apellido vasco Ma-
zorriaga, quizá debe estudiarse con el problemático adj. mazo-
rral,. port. ma:;orro 'basto, grosero' (3). Además: Aljorra (Mur-
cia), Llaborre, Lladorre (Lérida). !borra (Lérida) parece deri-
vado, con ayuda de este sufijo, de ibón 'glaciar, lago de monta-
ña', de la misma raíz que ibar, ibai. En Galicia tenemos Caforra, 
varios Madorra, Madorro, Netorra. En Portugal Madorra, Mas-
corro (junto a Mascarra), Montorro, Modorra. 
La menor vitalidad en la Península de -orr- comparado con 
-arr- se prueba porque apenas se halla en la toponimia aplicado 
a voces latinas. Camporro (Oviedo) admite la interpretación 
*campus horru. 
z x. En la toponimia sarda se halla igualmente este sufijo: 
Gusurra en textos medievales, hoy Guzzurra; Alidurri, Zambu-
rra, 111 anorri o M anurri, Er:torra, Eusorra, prescindiendo de los 
(r) Enciclopedia Espasa, XLI, pág. 1433. 
(2)· Eri el Vocabulario Andal1tz (Andújar, IroJ), de Alcalá Ven-
ceslada, se recoge la forma andorra, cuya significación está influida por 
el verbo andar. Corominas, Dice., 11, pág. 2&¡, no trata de estas formas, 
sino de las derivadas de engorra 'gancho de hierro que sirve para .que 
no pueda sacarse la saeta de la herida'. ·En relación con esto, mgorro y 
salm. engomo y e_ngarrio (estas formas. me las indica el Prof. Llorente 
Maldonado). 
(3) Cf. Corominas, Dice., III, pág. 313. 
192 BOLETfN DE LA REAL ACADE!4:1A ESPAÑOLA 
bisílabos Scorra, Corru (1). A otro topónimo sardo,. Buttttrrtt, 
le corresponde en Sicilia el de Bttturro, nombre que llevan va-
rias iocalidades al oeste de la isla, entre Salemi y Castelvetrano, 
y que recuerda el Buturra hispánico antes estudiado, y acaso 
un africano Btttttrarius (2). En la misma Sicilia tenemos tam-
bién el monte Babaurro. 
Diseminados por Italia, como también tenemo~ apelativos de 
este tipo, tenemos otros nombres: Gabttrri, cerca de Brescia; 
*Caburmm (3), hoy Cavorre o Cacottr en Turín, Cacciorre en 
la Suiza italiana, comparable quizá a Cachos en la toponimia 
hispania. Prescindimos de Sttburra, calle de la antigua Roma, 
porque ya hemos dicho que su forma antigua es Sttbüra (4). 
Aludamos, por fin, a los topónimos africanos Rusu.ccttrrtt, 
municipio en la costa de Mauritania Cesariense (5), Stoborrum, 
promontorio. y Ausucurru, lugar en la Numidia (6). 
22. Los apelativos románicos remontan ora a -ttrr- con u 
abierta, ora a -urr- con tt cerrada, ora a -orr- con o abierta. Son 
pocos. Podemos observar que aunque los nombres en -urr- que 
nos legó la antigüedad son bastantes más que los en -arr-, en 
los topónimos y en general en los derivados la proporción se 
invierte. 
En los nombres comunes es de observar un valor aumenta-
tivo despectivo: aldeorro (hoy más común aldeorrio), abejorro, 
cabezorro, ceporro, cimorro (forma vulgar del cultismo defor-
mado cimborrio, § 23), machorra, pedorro, piporro de pipa, pi-
torro de pitón (7), con su nombre verbal pitorreo, pitorra 'cho-
(r) Terracini, Osservazioni, pág. 12a; M. L. Wagner, Zeitschr·ift f. 
rom. Pllil., LXIII, pág. 349-
(2) Schulze, Zur Gesch. der lat. Eigmnamm, pág. 416 n. Con la 
advertencia por nuestra parte de que pudiera encubrirse un nombre in-
dígena en esta forma. 
(3) Holder, I, col. M7. 
(4) Podría pensarse en una derivación excepcional con la preposi-
ción sub: véase Walde-Hofmann, II, pág. 621. 
(5) El nombre ha sido analizado por Schulten, N1mza11tia. I (Mu-
nich, 1914), pág. 37, aislando -cur, pero no parece sea esto lo mejor. 
(6) RE, "IV, A, col. 54. Y. Il, col. 2592. 
(7) Cf. M. L. Wagner, Zeitschrift f. rom. Plzil., LXIII, pág. 352. 
I,OS SUFIJOS CON - RR- EN ESPAÑA Y FUERA Dt tLLA 193 
chaperdiz', picarro 'mozo de espuela' (Canc. de Baena, pagt-
na 71 b) (r), catorra, de problemático origen (2); pachorra, 
compárese pach6n, pachttcho,· pantorra (luego pantorrilla) de 
lat. pantex, compárese panto (Santander) 'barrigudo'; matorro 
y matorral de mata, tiorra, vet~torro, ti·ntorro, mmnporro, villo-
rro (hoy más corriente villorrio), viejorro (Correas, Arte gran-
de [1627], pág. 127); chichorra (Salam.) 'vino flojo' de chicha 
'bebida'; altoarag. pichorro 'pico de botijo' (3), .alav. pinchorre-
ro 'que tiene pinchos', andal. biznagorro 'biznaga', alav. potorro 
'salero' de pote, andal. chinarro 'china grande', chisporro 'medio 
bebido', esp. y port. chit~chon·o 'especie de chincha: barco de 
pesca, red pequeña . de arrastrar', alav. dormizorro 'soñoliento'; 
cantorral 'cantizal, peñascal' (4); arag. babazorro 'joven que se 
atreve a mayores empresas de las que su edad le permite', del 
cat. vasvassor, término feudal : uassus uassormn 'vasallo de va-
sallos', esto es, de jerarquía ínfima (S); atl.dor·ra 'mujer anda-
riega', ya usado por Juan Ruiz (6); cachorro (7); calzorras y 
(1) Corominas, Dice., III, pág. 36gb, lo pone en relación con pícaro. 
Aquí hay que recordar el salm. pigorro 'mochil : muchacho que sirve a 
los segadores'. 
(2) Wagner, ibidem; para Corominas, Dice., I, pág. 93r, .derivación 
retrógrada de cotorrera, de cotarrera, derivado de catarro. 
(3) A. Kuhn, Rev. Li11g. Rom., XI (r935), págs. 219 y sig.; atorra 
'yegua que no queda preiíada', como el esp. horra, es de origen árabe. 
(4) M. L. 'Wagner, Zeitschrift f. rom. Phi/., LXIII, págs. 352 y sig. 
(S) Corominas, Dice., I, págs. 356 y sig:; Schuchardt, Rcv. l. Est. 
Vascos, VIII, pág. 328, se pregunta si el mote que se da a los de Vitoria 
de baba:Jon·os será esta palabra o bien su homónimo vasco babazorro 
'saco de habas'. Otro homófono es el esp. general babazorro 'hombre 
muy rústico', que parece derivado del aumentativo baba:Jas; cf. Wagner, 
loe. cit., pág. 355· 
(6) 926b : el manuscrito da hmrdora, pero la· rima exige -orra. Du-
camin comunicó oralmente a Menéndez Pidal que audorra 'mujer des-
preciable' se usaba también en el dialecto de Castres (Tarn). 
(7) La serie cacho 'perro', recogida personalmente por Menéndez Pi-
dal en Villamizar y Sahagún (León), y cachonda apoyan la etimología 
de García de Diego, Contrilmción al dice. hispáuico etimológico, núm. II1: 
catulus. Sin embargo, los topónimos Cachos, Cachorros, Cachorra/, Cacho-
rrella (Portugal), Cachorril!a (Cácerés) podrían referirse á un apelativo 
cacho (§ 14), que da lugar a homonimia. 
1S 
194 BOLETfN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 
gall. calzurras; modorra en relación con vasc. mutur (I ), mo-
dorro (2), cámorra y camorra, término también pastoril ·(3), ci-
tnorra, mazamorra; sabon'a o zahorra, derivado del lat. sabu-
rra (4) ;· cigarro 'picacho, peñasco' (Salam., Cáceres) (S); sal-
mantino baldorro, baldorra 'oveja vieja e inútil', de balde, baldío,· 
el bilbainismo cachorro 'cochinillo, aplicado a la 11telolontha', 
momorro (6). El nombre codorro (sust. y adj.), según H. 
Meier (7), vendría de lat. coturntx, pero sin duda que hay que 
estudiarlo, con Cororninas (8), junto a codón. Mazmorra es 
árabe. En colomb. tenemos saporro 'rechoncho' (9), con forma-
ción comparable al port. saparrfío (§ 1 5). 
23. Citaremos en port. beatorro, chinchorro, gangorra, pei-
dorro, pitorra, cabe(orra, sapatorra, alent. velhorro, beir. y 
trasmont. pio1'1'a 'peonza', pichorro 'pichel con pico', capato.rros, 
bras. mamarrote 'bebedor' (ro). En gall. canzorro 'piedra que 
sobresale de la pared, berc. can.zorrillo 'canecillo, modillón', gan-
chorra 'gancho grande para atracar barcos', manzorra 'manota', 
port. medorro 'médano

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