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Los grupos consonánticos cultos en un texto vallisoletano del Siglo de Oro 1. El estudio de los aspectos ortográficos de los textos de las distintas épocas de la historia del español ha sido una de las principales fuentes de conocimiento de la fonología histórica es- pañola. Especial importancia ha tenido dentro del estudio de la ortografía el análisis de las alternancias grafémicas, de las con- fusiones entre grafías para representar determ.inadas fonemas '. Igual importancia han tenido las investigaciones sobre la lla- mada revolución fonológica del siglo xvr que han tenido como base las obras de los gramáticos, desde N ebri j a hasta Correas. Obras como De la pronunciación medt:eval a la moderna en es- paiiol, de Amado Alonso, se han realizado siguiendo fundamen- talmente este método 2 . I.I. En este trabajo empleamos ambos métodos para anali- 1 Método empleado, entre otros, por J. A. Frago en varios trabajos; por ej., "Valor histÓrico de las alternancias grafémicas en los fonemas del orden velar", en RFE, LXV, 1985, 3.0 -4.0 , págs. 273-304. 2 Igual método han seguido los investigadores que se han preocupado de estudiar la historia . de la ortografía castellana; por ejemplo. Rufino José Cuervo, Benjamín Escudero de Juana, H. Leicht, Constant Brusiloff, Angel Rosenblat, Fernando Pardillas, Augusto Malaret, Bernard Dulsey, Carmelo Galigliano, F. Tollis, etc. Este método ha empleado también Abraham Esteve Serrano en sus Estudios de teo1·ía ortográfica del espa- ñol, Murcia, Universidad de Murcia, 1982. 66 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA zar el estado de pronunciación ele los grupos consonánticos cul- tos en la zona de Valladolid a finales del siglo xvr y principios del siglo xvn, basándonos en el análisis de las grafías del Libro de Romances y C optas del convento de Carmelitas Descalzas de V alladolicl. 1.2. El Libro de R01nanzes i Coplas desta Casa de la C01l{e- (ión del Carmen es un texto manuscrito en el que se recoge una preciosa colección de villancicos, romances y otro tipo de poemas, conservado en el archivo conventual del convento de las MM. Carmelitas Descalzas de Valladolid con eln.0 24-125 . Víctor Gar- cía ele la Concha y Ana 1\IU Álvarez Pellitero han realizado una edición de este cancionero, acompañada por un facsímil del ma- nuscrito, publicada por el Consejo General de Castilla y León en 1982 con motivo del IV centenario ele la muerte de Santa Te- resa. Este manuscrito fue copiado en los años comprendidos en- tre los siguientes a 1588 y r6q (Víctor García ele la Concha y Ana M.a Álvarez reducen más el período de copia centrándolo entre 1590 y 1609). Aunque este trabajo está elaborado directa- mente sobre el manuscrito original, las referencias que en él rea- lizo remiten a la edición arriba citada, para favorecer la consulta de los estudiosos. De manera que los ejemplos citados se locali- zarán en el texto por la indicación del número ele la composición y del verso en que se hallan. ,, Sabido es que las voces cultas incorporadas al castellano en época tardía sufren n1,uy pocos cambios en su paso del latín a esta lengua. Los grupos consonánticos latinos habían evoluciona- do, en las palabras patrimoniales, según las leyes ele la fonética hi stórica, y este proceso evolutivo estaba definitivamente acabado cuando se produce la incorporación de los cultismos a la lengua romance. Por lo tanto, los grupos consonánticos de los latinismos incorporados en época tardía al castellano no evolucionan del mis- mo modo que los de las voces populares. Así, por ejemplo, el re- sultado del grupo -CT- en una palabra patrimonial es jcj (NOC- TEM > noche). mientras que en los cultismos es /t/ (LUC- TUlvf > luto), /kt/ (luctuoso), etc. 3 . 3 Ramón Menéndez Pida!, M amtal de gramática histórica espmiola, Madrid, Espasa-Calpe, 1973, J4.a ed., pág. II. CONSONÁNTICOS EN UN TEXTO VALLISOLETANO DEL S. DE ORO 67 2. T. Durante todo el Siglo de Oro se lucha entre el respeto a la forma latina y la pi·opensión a adaptar los cultismos a los hábitos de la pronunciación romance ". Estas dos tendencias apa- recen claramente definidas en los estudios sobre ortografía de los gramáticos del siglo xvr. Por una parte están los partidarios de escribir como se pronuncia y por otra los que pretenden que se respete la ortografía etimológica en los cultismos. 2.2. El primer grupo va encabezado por N ebrija, quien dice textualmente en su Gramática de la lengua castellana (1492): "que assí tenemos de escrivir com.o pronunciamos i pro- nunciar como escrivimos, porque en otra manera en vano fueron halladas las letras" 5 • Años más tarde, en las Reglas de Orthographía, amplía la mis- ma idea: " que así tenemos descreuir como hablamos y hablar como escriuimos. Este (principio) es de sí manifiesto, porque no tienen otro vso las figuras de las letras sino representar aquellas bozes que en ellas depositamos, para que, ni más ni menos, tornen a dar quanto dellas confiamos, y que, si algunas se escriuen que no se pronuncian, o, por el contra- rio, algo se pronuncia ele lo que no está escripto, esto será por necessidad de no auer figuras de letras par<~ señalar todo lo que se puede hablar" ". Sin embargo, Nebrija hace alguna concesión a la otra tenden - cia ele escribir los cultismos respetando la ortografía etimológica : "A las vezes seguimos la orthographía griega y latina, avn- que no pronunciamos como escreuimos, como en philósopho y thálamo, porque escreuimos ph y th y pronunciamos f y 4 Rafael Lapesa, Historia de la len,qua espmiola , Madrid, Gredas, 1980, s.a ed., pág. 390· 5 Antonio de Nebrija, Gmmática de la leng1ta castellana, ed. de An- tonio Quilis, Madrid, Editora Nacional, 1981, pág. II6. G Antonio de Nebrija, Reglas de orthographía e11 la lellgua castellc111a, estudio y edición de Antonio Quilis, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 1977, pág. 121. 68 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA t soti l; escreuimos signo, magnífico, magnanrmo, benigno, con g y pronunciamos sino, manífico, manánimo, ·sin g" 7 • Así pues, Nebrija propugna una ortografía fonológica, pero, en ocasiones, permite que, sobre este criterio ortográfico, preva- lezca el respeto a las grafías etimológicas. 2.3 . Juan de Valdés (h. 1535) es mucho más radical en este punto: "yo, quando escrivo castellano, no curo de mirar cómo es- crive el latín" 8 . No existen excepciones. El castellano debe escribir como habla, sin utilizar grafías extrañas que denotan afectación: "quando escrivo para castellanos, y entre castellanos, siem- pre quito la g y digo sinificar y no significar, manífico y no magnífico, dino y no digno, y digo que la quito porque no la pronuncio" 0 . 2-4. Villalón defiende este mismo cri terio: "cleuemos en el escreuir en la lengua castellana conformar- nos con la pronuncianción que haze el común imitando el sonido ele la lengua vulgar no corrompida. Esta regla es general en todas quantas lenguas ay en el mundo ... Y ansí por esta regla cleue mirar que, si escriuiendo en esta lengua se le ofre<;iere un vocablo ele estraña lengua, le escriua con aquellas letras con que la lengua castellana le vsa pronun- <;iar; y no con las mesmas letras que le escriue su nac;ión, si por ellas no le han mejor ele entender" 10 • Villalón, natural de Cuenca de Campos, en la actual provin- cia ele Valladolid, vivió casi toda su vida en Valladolid y fue ca- T ídem, pág. J 48. 8 Juan de Valdés, Diálogo de la lengua, edición de Juan M. Lope Blanch, Madrid, Castalia. 1978, pág. ¡8. n ídem, pág. g6. 10 Licenciado Villalón, Gmmática castellana, Amberes, 1558, ed ición facs imilar y estudio de Constantino García, Madrid, C. S. l. C., rg¡r, pág. 82. CONSONÁNTI COS EN UN TEXTO VALLISOLETANO DEL S. DE ORO 69 tedrático de su Universidad desde 1530 11 . Su testimonio supo- ne . una defensa de la escritura que refleje la pronunciación, pero no la del vulgo, sino la ele los cortesanos vallisoletanos, la lengua pura vulgar no corrom.p.¡da.2.5. Pedro ele Madariaga (1565) defiende también que la escritura se ajuste lo más posible a la pronunciación, pero obser- va que hay diferentes formas ele pronunciar a las que no es co- rrecto que correspondan otros tantos tipos ele ortografía. Su so- lución es aceptar un tipo ele pronunciación como acertada y a esta pronunciación ajusta la escritura: "se debe escribir como se pronuncia o como se debe pro- nunciar, porque si el valenciano pronuncia s por e y dice sciensia, y el castellano sun por sunt, cáusalo quizá la di- ficultad ele su lengua y, por doctos que sean, no pueda pro- nunciar ele otra manera; mas en la escriptura han ele se- guir el camino ele los que pronuncian bien" 12 . 2.6. Las Censuras sobre la ortografía castellana (1570) son muy claras y explícitas en este aspecto : "que se esfuerze más la regla que se haya ele escribir con- forme a lo que se pronuncia y clesta regla se hagan las me- nos ececiones que se pueda, pues es cosa clara que la es- critura es representación de lo que se habla . . . Que por la misma razón no se haya de escribir con ct doctor, rector. lector, lectura, doctrina, ni otros semejantes: ni con ct ni con dos ce clictión ni dicción, ni accento ni accusar, ni con pt escriptura, escripto, precepto, preceptor, receptor, ni otras tales como eccepción ; ni con dos ff affectatión, affec- tión, affeminado ; ni con dos bb abbaclesa, abbadía ; ni con dos pp appelación, apparato, applicar ; ni con b objeto, ob- servante, obstinado, v asimismo substancia. subcessión y subcecl ido, &.a" 18 11 Narciso Alonso Cortés, "Cristóbal de Villalón. Algunas noticias biográficas", en B ol. Ac. Esp., 1914, I , págs. 434 y sigs. 12 Conde de la Viñaza, Biblioteca histórica de la filología castellana po1· el ... , Madrid, Imprenta y fundición de Manuel Tello, r893, edición facs imilar, Madrid, Atlas, 1978, II, pág. 558, col. r.r3r. 1a ídem, II, pág. 572, col. r. qo. 70 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA 2.7. Especialmente interesante es la opinión de Juan Sán- chez (1586) porque, aunque sigue defendiendo una ortografía que intente reflejar la pronunciación y, por tanto, que no conserve los grupos cultos latinos, sin embargo observa que en algunos vocablos estos grupos cultos latinos empiezan a pronunciarse por presión cultista: "En semejantes vozes de Rom,ance en quien la lengua Es- pañola no hiere ni suena la e no se ha de poner, aunque según la deducción de las tales vozes parezca requerirse y assí escriviremos, como pronunciamos, santidad v. g. y no sanctidad ; perfeción y no perfectión; vitoria y no victoria; dotrina y no doctrina; fruto y no fructo; punto y no punc- to, &c." "En las vozes en que la lengua Española pronunciasse la tal e (como parece que se va introduciendo en estas vo- z es docto, afecto) hase de estar al uso." "N o ai para qué se ponga la g antes de la n en voz es españolas, aunque la derivación dellas parezca requerirla, por cuanto no la hiere ni pronuncia el lenguaje español , como diximos de la e; porque pronuncia (pongo por exem- plo) conocimiento y no cognocimiento, dinidacl i no_ digni- dad ; sinificar y no significar, &c. Empero ni aquí ni en otra parte escluimos el uso en d hablar, cuando fuesse universal: digo universal, porque no hemos de estar al de algunos Españoles que, por tratar la lengua latina, fácil- mente la mezclan y rebuelben con la española, dando al romance la ortografía del latín" 14 . 2.8. Un testimonio interesante lo encontramos en el prólogo que Fray Pedro Malón de Chaide escribió a su Libro de la con- versión de la Madalena (1588). E n él, Malón ele Chaide, aunque no es un gramático, realiza una amplia exposición ele sus crite- rios ortográficos, entre ellos, el de la manera ele representar grá- ficamente los cultismos. Se inclina con toda claridad a favor de una escritura ajustada a la pronunciación: "Tengo por acertado que· se escriba cada palabra solo con aquellos caracteres y letras q~1e pronunciamos cuando ha- blamos ... Ni he ele escrebir nascer, sino nacer, conocimien- 14 ídem, II, pág. 583, cols. r.r6r -I.I62. CONSONÁNTI COS EN UN TEXTO VALLI SOLETANO DEL S. DE ORO 71 to no conoscim.iento, afeto no afecto . Y finalmente, es gran inorancia que pronuncie yo sujeto y escriba subjeto , que diga súdito y escriba súbdito" 15 . 2.9. Mateo Alemán (1609) defiende también la acomodación de los cultism.os a las leyes fonéticas de la lengua castellana y la representación, en la escritura, ele la pronunciación: "Ya después ele las letras formadas, irlas usando legal i ortográficamente, cuanto a nosotros toca, escrivienclo como hablamos para que otros nos entiendan con facilidad cuan · do escrivimos i de nuestro escrevir vengan ellos a hablar, según i de la manera que hablamos. ¿Qué me importa o qué se me da que la lengua latina diga scientia, coniucto, auctor, asumpción, exempto ni contradictor ? Que haze gran afectación i aspereza en el castellano, i el estrangero no sabrá cómo lo tiene de pronunciar . .. mi opinión será siem- pre que luego como el castellano recibiere cualquier voca- blo, áyalo usurpado del Hebreo, Griego, Latino o Árabe o ele otra cualquiera nación, no tiene obligación precisa de usar dé! según i de la manera que lo admitió en la suya, haziéndole guardar los fueros de donde se hizo vezino" lG 2.10. Años más tarde, en 1626, Gonzalo Correas hará una aportación importantísima en favor ele esta tesis en su Arte de la Lengua Española Castellana .. En esta obra dedica todo un capi- tulo a las letras axenas de la pron.unziazión castellana., qu.e tra e-n las dizi011es estrañas, i cómo se deven rreduzir a españolas, en el que apoya decididamente la ortografía adecuada a la pronuncia- ción, sin tener en cuenta el origen etimológico de los vocablos: " en la (lengua) Castellana no mezcle letras baldías, ni ortografías Latinas i estrañas, porque los libros se escriven para todos, chicos i graneles, i no para solos los ombres de letras : i unos i otros más gustan ele la llaneza i li sura que de la afetazión. que es cansada" 17 • 15 Fray Pedro Malón de Chaide, Libro de la conve·rsión de la Mag- dale11a, edición y notas de Justo García Morales, Madrid, AguiJar, 1963. 2.a ecl. , pág. 57· 10 Conde de la Viiíaza, Biblioteca ... , obra citada, II. pág. 597. cols. r. r89-1.I90. 17 Gonzalo Correas, Arte de la /eng1w española castellaua, edición y prólogo de Emilio Alarcos García, Madrid, C. S. I. C., r954. pág. 9· BOLETÍN DE LA REAL ACADDUA ESPAÑOLA En otro lugar de su gramática, en el capítulo dedicado a los verbos irregulares vuelve a insistir en el mismo tema: " ... y no mirar a cómo se escrive en Latín, pues las pala- vras ia son nuestras naturales, como los Godos i otros, aunque aian sido estranxeras, i se eleven escrivir con nues- tras letras i ortografía como tengo dicho, de la manera que los estranxeros que se hazen nuestros naturales toman nues- tro traxe i lengua, porque sería cosa rridícula perseuerar en axenos traxes y lenguaxes de tierras estrañas, Jos que acá son nazidos i criados. Descúidanse los que quieren ha- zer esclava la lengua Castellana ele la Latina, siendo mucho más elegante, i lo quieren persuadir. No a mí que las con- fieso" 1;¡. 3· Los defensores de la ortografía etimológica son mucho más escasos y de mucho menor peso en la historia ele las ideas gramaticales. Sin embargo, son suficientes para mostrar la inse- guridad de los criterios de corrección gráfica del momento. 3.1. Francisco Robles (r533), siguiendo a Nebrija, señala que a veces se ha ele respetar la ortografía etimológica aunque no la respalde la pronunciación : '' Que se puede escrivir lo que no se lee .... otras vezes se- guimos la ortographía griega y latina, y no la pronuncia- mos, como en philósopho, thálamo, signo, magnífico y pro- nunciamos t sotil, sino, manífico, sin g" 10 . 3.2. Gregorio López :Madera (r6or) intenta convencer por medio de argumentos más serios de la necesidad de respetar, en los cultismos.la grafía etimológica: "No se a de negar la mucha hermandad que nuestra lengua tiene con la latina de manera que queramos que en ninguna cosa reconozcan lo que a recibido de1la, quitando a los vo- cablos que tenemos del latín toda la ortografía que procede ele aquella lengua, como an querido hazer Hernando ele 18 ídem, pág. 317. 1 9 Conde ele la Viñaza, Bibl-ioteca ... , obra citada. II, pág. 555, col. r. 105 . CONSONÁNTICOS EN UN TEXTO VALLISOLETANO DEL S. DE ORO 73 Herrera escriuiendo sobre Garcilaso ... y agora últimamen- te el padre Fray Pedro Malón en su libro de la Madale- na ... los cuales se y erran por do_s cosas : La primera en que es falso presupuesto el dezir que se a siempre ele escreuir como se pronuncia : pues si esto fue- ra verdad no tenían los latinos para qué conservar la ph griega en las palabras que tomaron ele los griegos después que tuvieron la f propia con que la pronuncian. Pero el hazerlo prozedía de vn buen respecto y agradecimiento a la lengua que da el vocablo que, como la guardauan los la- tinos, es justo que nosotros la guardemos, mayormente es- tando tan recebido por costumbre, a la cual dize que se a ele estar en tal caso Quintiliano. La segunda es que es falso dezir que la pronunciación propia sea corno ellos clizen doto , ogeto, ato, ino, ombre, antiga, sino que los engaña ver que los que pronuncian propria y elegantemente hazen poca fuer<;a en aquellas le- tras que ellos quieren desechar de lo que escriuen: porque nuestra lengua tiene la pronunciación poco afectada : pero no por eso las junta del todo, sino las pronuncia con blan- dura que a ele a ver quando se juntan dos o más consonan- tes" 20 . Así pues, dos son las razones principales para respetar la or- tografía etimológica en los cultismos : la veneración y el respeto r¡ue merecen las lenguas griega y latina y que, según López Ma- dera. las consonantes de los grupos cultos son pronunciadas, aun- r¡ue tenuemente, en castellano por los que saben hablar con ele- gancia y propiedad. 3·3· Finalmente, Juan de Robles (1631) se pronuncia clara- mente a favor del respeto a la escritura etimológica en estos tér- minos: "La etimología enseña con qué letras se ha de escribir ... las mismas que los vocablos que los engendraron. para que vayan siempre conservando la memoria ele su nacimiento y de sus progenitores. Y quien diga que nos podemos pasar sin la ethimología, como sin otras cosas, dirá una , no sé si diga. sinrazón o brutalidad : porque siendo nosotros racio- nales, a quien es natural el deseo ele saber, y siendo el sa- 20 ídem, II, pág. 593, cols. r.r8r -r.r8z. 74 BOLETÍN DE L.\ REAL ACADEMIA ESPAÑOLA ber conocer las cosas por sus causas, quiere que ignoremos contra nuestra naturaleza y que vivamos vagando en Jos c1iscursos como animales por las selvas " 21 . 4. Estos dos criterios ortográficos, el de la escritura fono- lógica y el de la escritura etimológica, pugnarán entre sí a lo lar- go de todo el Siglo de Oro 22 . El cancionero que hemos estudiado no ignora esta pugna y. así, presenta diversas soluciones de estos grupos cultos. Analiza- remos uno a uno los distintos grupos consonánticos cultos obser- vando su comportamiento en este Libro de rmnances y coplas. 5· -CT-. Sabido es que el grupo latino -CT- en las palabras patrimo- niales evolucionó en castellano hasta resultar el fonema fe/: NOCTEM > noche. Los cultismos quedan fuera de esta evolu- ción, porque se incorporan al castellano cuando este proceso evo- lutivo ya se ha concluido. La palabra culta con el grupo -CT- que se incorpora al cas- tellano tiende a adaptarse a los hábitos fonéticos ele los hablantes de esta lengua. Las consonantes en posición implosiva presentan en castellano una especial debilidad (acabamos de ver que P. de Madariaga citaba como rasgo característico ele la pronunciación castellana el decir snn en lugar de sunt. La pronunciación muy debilitada, casi imperceptible, ele la consonante implosiva es lo que señalaba López Madera en su cita). Esto justifica, según T. Navarro, que la pronunciación vulgar suprima la [k) del grtt- po -CT- o la someta, según los casos, a diversas modificaciones : dotar, caráiter, aspeuto, aztor, fastor, etc. 2 ' '. En este cancionero solamente aparecen dos resultados de este grupo culto, según siga la copista el criterio ortográfico de res- petar la etimología o el ele representar la pronunciación. 2 1 Juan de Robles, "Ortografía", inserta en E l culto sPvilla11o. Cita tomada de Jaime Oliver Asín, I niciac·ión al est1t.dio de la historia. de la lengua rspwiola, Zaragoza, Heraldo de Aragón, 3.n ed., 1939, págs. 129- 130. 22 Rafael Lapesa, Hist01·ia de la lengua ... , ob1·a citada, pág. 390. 28 Tomás Navarro, Mamtal de prommciación espaíiola, Madrid, C. S. I. C., 1974, pág. r38, nota I. CONSONÁNTICOS- EN UN TEXTO VALLISOLETANO DEL S. DE ORO 75 Las ocasiones en las que se respeta el grupo -CT- son relati- vamente escasas. Hay que tener en cuenta que las copistas no son coherentes en seguir uno u otro criterio. En la misma composi- ción n.O 331, por ejemplo, aparece ~1ictoria (v. 14) con el grupo -ct-, junto a perfeto (v. 8), donde la -e- de este grupo ha desapa- recido. Los casos en los que aparece el grupo -ct- en cultismos son: afecto: n. 0 317, v. 6 octavas : 11. 0 217 t. ; n.o 239 t.; n. 0 3o8 t.; n. 0 317 t. ; n.o 323 t. ; n.o 324 t. victoria: n ;o 331, v. 14. Obsérvese que afecto, vocablo que, según Juan Sánchez, em- pezaba a pronunciarse con el g rupo -ct-, aparece aquí con este grupo escrito. Es posible que esta -e- se pronunciara algo. Mucho más normal es representar lo que se pronunciaba, sin atender a la etimología. La tendencia a debilitar las implosivas tanto que, prácticamente, no tenían entidad, lleva incluso a re .. ducir este grupo consonántico en palabras latinas. Se intenta adaptar los vocablos latinos a la fonética castellana. A :>í, apare- cen en este L-ibro de romances )' coplas las palabras latinas be- nedüus (n. 0 r34, v. 27) y fnitus (n.o r34, v. 27), en las que la e implosiva ha desaparecido . Estas dos palabras debían ele ser uti - lizadísimas por las monjas, ya que forman parte del Ave María. El resto ele las palabras en las que el grupo -ct- se ha redu- cido tan solo a la -t- son : aflito: n.o 75, v. 7 aspeto: n. 0 200, v. 4 dotor: 11. 0 3r , V. 25; n. 0 156, V. 14; n. 0 232. V. 21 clotrina: n.o roS, v. 23 ; n.o 179, v. 54 efeto: n. 0 10r , v. 4; n .0 221, v. 24; n.0 228, v. 6; n. 0 272, V. 4r; n. 0 289, V. r5 hefetos: 11 .0 194, v. 9 fruto: 11. 0 288, v. Sr frutuosa: n. 0 288, v. 70 Ínteleto: n° 237, V . 12 76 DOLETÍK DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOL.-\ se jatan: 11. 0 187, v. 30 luto: n. 0 234, v. 52 otava; n. 0 ros bis t.; 11 .0 137 t. ; n. 0 305 t. ; n.0 310 t. otabas: 11. 0 193 t. otuba (octava): n. 0 157 t.; n.o 236 t. - perfeto: n. 0 48, v. 38; n. 0 108, v. 45 ; n.0 132, v. 34 ; fl. 0 286, V. 5,34; n. 0 326. V. 2,18; n.0 331, V. 8 - ynperfeta: n. 0 293, v. 63 - praticallo: n.o 74, v. 32 rrefitorÍO: 11. 0 234, V. 15 rrespeto: n.o 172, v. 12 ; n.o 173, v . S vitoria: 11 .0 4, v. 35 ; n.o 41 , v. 48; n.o 62, v. 16: n.o 119, V. 8; n. 0 120, V. 33 ; n. 0 2 16, V. 28 ; n. 0 283, V . 3· Hay un caso especialmente interesante: dicleta (n. 0 145, v. 4) por dilecta. La copista, que quiere respetar gráficamente el gru- po latino etimológico que no pronuncia, sabe que tiene que poner una e, pero al faltarle el apoyo fonético suficiente, confunde el lugar de aparición de esta e y la coloca fuera de sitio. 6. -PT-. Los vocablos patrimoniales, al pasar del latín al español, se habían deshecho del grupo consonántico -PT-: SEPTEM > sie- te. Cuando, en épocas posteriores, se incorporan al castellano nuevas palabras directamente del latín, surge nuevamente el pro- blema de adaptar el grupo consonántico latino a la fonética cas- tellana. En este caso las soluciones son más variadas. La falta de coherencia sigue siendo normal, y así en lamisma composición conviven los resultados del mismo grupo consonántico culto : Baptista (n. 0 146 t.) junto a Ba-vtista (11. 0 146, v. 13) ; wptiu e- vio (n .<' r86, v. 5) junto a cavtivo (n .0 r86, v. 18); Bav tista (n.0 153, v. 12) junto a batiqado (n. 0 153, v. 8), etc. Hay tres resultados principales de este grupo -PT- en los cultismos: a) Conservación del grupo consonántico por respeto a la eti- mología. N o es muy frecuente: CONSONÁNTICOS EN UN TEXTO VALLISOLETANO DEL S. DE ORO 77 - Baptista: n. 0 146 t. - captiuerio: n. 0 70, v. 4 ; n." r86, v. 5; n° 223, v. 28o - captivos: n. 0 4· v. II. b) Reducción del grupo consonántico por eliminación del elemento implosivo, solución que intenta representar la pronunciación normal del pueblo : a~etar: n. 0 249 t. bati~ado: n. 0 153, v. 8 ca ti va : n.o 140, v. Ir conceto: 11.0 132, v. 36; 11. 0 237, v. 2 Egito: n.o 288, V. 74· La eliminación de la p es normal cuando el grupo -pt- precede a una yod : Con<;e¡;ión: título del libro; n.0 141 t. corrw;ión: 11 .0 145, v. 20. e) La solución más frecuente es la vocalización del elemen- to labial implosivo: Bavtista: n. 0 11.¡.6, v. 13; n. " 148, v. 6; n.o 149, V. 3,II,27; n. 0 ISO, V. 14; n. 0 I52, V. 3,II,I5,27; n. 0 153, v. I2; n.0 r62, v. 2; n." 163 t.; n. 0 r64 t.; n.o r88, v. 14 cavtiberio: n.o 255, v. 9 - cavtiverio: n.o 219, v. 3,II,I9,27 cavtibaron: n.0 227, v. 9 - cavtivado: n.0 r66, v. 19; n. 0 197, v. 3; n.o 215, v. r - cavtibo: 11. 0 215, v. 4,12,20 cavtivo: n. 0 23, v. II; n.o 8o, v. 36; n, " r86, v . 18; n. 0 197, V. II; n. 0 196, V. 3,11.35; n.o 227, V. 1; 11. 0 229, V. 25; n. 0 230, V. 40; n. 0 241, V. 13 ; n. 0 242, v. 19: n." 248, v. 25 cautivos: n. 0 4, v. 23. J30LETÍN DE LA REAL ACADEJ\UA ESPAÑOLA No hemos de confundir estos casos del grupo consonántico -PT- con aquellos otros que proceden de los grupos romances -P'T- y -B'T-. Refiriéndose a estos últimos vocablos, decía Juan de Valdés : " lVIarcio.--Veo en vuestras cartas que en algunos vocablos ponéis b adonde otros no la ponen, y dezis cobdiciar, cobdo, dubda, súbdito; querría saber por qué lo hazéis assí. Valdés.-Porque a mi ver los vocablos están más llenos y mejores con la b que sin ella, y porque toda mi vida los he scrito y pronunciado con b" 2 4 • En este cancionero aparece la solución propuesta por Valdés : cobdi,iosa (n. 0 193, v. 45), junto a la vocalización de la labial implosiva, fenómeno que, según R. Menéndez Pida!, empieza a producirse en las épocas de Valdés 25 : cavdal (n. 0 30, v. 24; n.o 155, · v~ 9'; ·n. 0 225, v. 92), deuda (n. 0 9, v. 10). 7· -CS-. El grupo consonántico latino -CS-, representado por el gra- fema -X-, evolucionó en las palabras patrimoniales hasta resultar el fonema /s/ que posteriormente evolucionaría hasta / xl : EXEMPLUM '> ejemplo. Sin embargo, en las palabras cultas este grupo latino se siguió pronunciando en romance como [ ks] 26 . En los textos que ahora analizamos aparecen diversas repre- sentaciones gráficas de la -X- latina en los cultismos. ¿Cómo se pronunciaría esta -x- en estos textos romances ? Posiblemente su realización dependiera, como en la actualidad, del entorno fónico. T. Navarro observa que la -x- en castellano solo se pronuncia como [ks] en casos muy marcados de dicción culta y enfática, mientras que en el lenguaje conversacional normal la -x- ante consonante se pronuncia como una simple [ s] : exclamar [es k la- már]. Entre vocales se pronuncia como [gs] con una [g] débil y relajada que a veces resulta también en parte ensordecida: examen [ egsámen]. El habla vulgar, finalmente, pronuncia la -x- :u ]. de Valdés, Diálogo ... , obra citada, pág. 8g. :! 5 R. Menénclez Pidal, lvfanu.a1 ... , obra citada, págs. I6r-r62. 26 ídem, pág. J 44, § 2, nota r . CONSONÁNTICOS EN UN TEXTO VALLISOLETANO DEL S. DE ORO 79 intervocálica con el mismo valor ele [s] que la x final ele sílaba: [ esámen] 27 • Hemos ele tener presente que la escritura correcta etimológi- camente no quiere decir necesariamente que la pronunciación de la x fuera [ks]. La mayoría ele los hablantes cultos que escriben e:racto pronuncian [ eságto]. Sin embargo, el caso contrario sí que es significativo; si se escribe esaclo es porque la [k] de la -x- ha desaparecido no solo de la pronunciación, sino hasta de la conciencia del hablante. El motivo fonético de la relajación y pérdida del componente [k] ele la -x- es la debilidad de los fonemas consonánticos en posición implosiva 28 • Esto es más grave cuando a la x sigue otra consonante, ya que entonces tanto la [k] como la [ s] forman parte de la dis- tensión silábica y, por tanto, están en posición implosiva. La ten- dencia a la economía articulatoria provoca con facilidad la pérdi - da ele la oclusiva velar sorda en esta posición tan débil. En posición intervocálica solo hemos registrado un caso de -x-: e:mminar (n. 0 251, v. 16) frente a cuatro en los que sola- mente se escribe la -s- : esaminarte: no 89, v. 14 esaminaclo : n.o 1 07, v. 5 esamines: 11. 0 I 14, v. J4. esenta: n. 0 249, v. 19. Ante consonante la proporción es muy semejante. Siete ca- sos ele x : 2 7 T. Navarro, k! anual de pronu/J.c·iación ... , obra citada, págs. J40-14I. 2s Germán de Granda, La estruct11m silábica :l' s11 infhtcncia en la evolución fonética del do111inio 1bero -·rmnánico, Madrid, C. S. I. C., anejo de la RFE, LXXXI, 1966, págs. 55 -56; 1JI-IJ9. Diego Catalán. "En torno a la estructura silábica del español de ayer y del español de mañana", en Festsclwift H. 1Vfeier, Munich, 1972, pági- nas 77- rro. Francisco Marcos .Marín, Curso de gramática espaíío/a, Madrid, Cince!- -Kapelusz, 1980, pág. 150. T . Navarro, Jll[ amwl de pronunciación ... , obra citada, pág. 178. 8o BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOL,\ excellerite: n.o 223, v.-:294 exclama<;ión: n. 0 223, v. 27 expirimentado : n.0 223, V. 588 extraña: n.o 223, v. 376 sexta: n.o 330, V. 7 ex<;elente: n.o 95, v. 1,9 frente a 49 en los que el componente [k] no aparece: es<;elente: n. o 32, v. 7; n.o 73, v. 6; n.o 107, v. 7; n.0 1o8, V. !2; n.0 12S, V. 4; 11. 0 ISO, V. 21; n." 211, v. 54 es<;elen<;ia : n.0 Io8, V. 56 es<;ede: n.o 6, v. 2S e<;elente: n.o 98, v. 36; 11. 0 II3, v. 18 e<;elen<;ia: n .o 283, v. 13 e<;ede : n. 0 187, v. 12 e<;eso: n.0 123, v. 13 ezede: n.o 132, v. 3S ezeso: n. 0 278, V. 3 ezelen<;ia: n.o 73, v. S escusar: n. 0 109, v. ro; n. 0 137, v. 27; n.0 272, v. 26; n. 0 292, v. 42 escusalla : n.o 249, v. 7 esperimente: n.o 107, v. 3 estender: n. 0 170, \'. r8 estendiendo : n.o 78, v. 5 estrabagante: n .o 234, v. 34 estraño: n.0 23, v. 7; n ." 6c:i, v. 16; n .0 72. v. 13; n.o IOI. V. 4; 11. 0 120, V. 14; n. 0 123, V. 6; n. 0 ISO, V. 4,12. 20,28; n. 0 193, V. 29; n.0 223, V. 589; n. 0 225, V. 63; n." 261, v. II; n. 0 330, V. 12 estremado: n.o IOI, v. 9; n.o 142, v. 2; n. 0 146, v. 38; n. 0 219, V. 26; n.0 228, V. 47 estremos: n. 0 148, v. 3; n. 0 182, v. 8; n." 256, v. I 1. Especialmente interesantes son los ocho casos en los que la [s] de la -x- des-aparece ante ( o z. Se trata de un caso de asi - milación. La sibilante alveola r en posición implosiva se asimi la a la sibilante dental sigui ente en posición explosiva_ CONSONÁNTICOS EN UN TEXTO VALLISOLETANO DEL S. DE ORO 8I Más de la mitad de los casos en los que aparece una x ante consonante pertenecen a la composición 223. Curiosamente, en esta misma composición aparece el vocablo extima (v. 326) por estima que nos indica claramente cuál era realmente la pronun- ciación de la x ante consonante. La ultracorrección es producto de la inseguridad en la realización y testimonio de que común- mente erraban en la pronunciación. Poca o ninguna diferencia debía haber entre la s y la x en esta posición para permitir ul- tracorrecciones de este estilo. Es como cuando nuestros escolares escriben expléndido o extructura. 8. INS-, CONS-, TRANS-. Algo semejante ocurre con las sílabas~ns-, cons-, trans-. T. Navarro dice al respecto: "en las sílabas ins-, cons-, trans- se pronuncia en general una [n) débil, breve y relajada, que a veces se reduce sim- plemente a una pequeña nasalización ele la vocal precedente, y a veces se pierde por completo; la conservación total ele la [n] en dichas sílabas tiene un carácter afectadamente culto; su pérdida es constante en el habla popular" 29 • En la época en la que se copia este cancionero la realización de este grupo consonántico no debía de estar totalmente fijada. La debilidad ele la [ n] se refleja en vocablos como : - traslado : n." 237, v. 7 - traspasáis: n.0 20, v. 9 traspasaba: n.0 2, v. 20 - traspasado: n. 0 I3I, v. 2; n.0 26I, v. 7 frente a un grupo de casos bastante más numeroso en el que se respeta el grupo original latino : - transcendente: n.0 2 2 3, v. 292 - transformo: n.o I04, v. 7 29 T . Navarro, Mamtal de prommciación ... , obra citada, pág. 112. BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA transformada: n. 0 23, v. 29; n." 113, v. 20; n.o r65, v. 4; 11. 0 195, V. 25; n. 0 218, V. 7; n." 309, V. 2 translado: n. 0 r88, v. 25 transportaba: 11.0 236, v. 52 instrumentos: n.0 226, v. 8 constreñido: n.o 237, v. 14 - constan<;ia: n.o 246, v. 32 - constantes : n.o 254, v. I3. En la composición n. 0 226, v. 27, vemos intrwmentos, pero debe ele tratarse de un error ele copia, ya que lo normal sería la pérdida ele la n, no ele la s, y además unos versos más arriba, en la misma composición, aparece instrumentos (v. 8). La copista, preocupada por la reposición ele la n, se olvida ele escribir la s. Un caso precioso para apreciar el intento ele representar grá- ficamente unos grupos consonánticos que no se pronunciaban es el que encontramos en la composición n." 71, v. 17: isnpira por inspira. La copista quiere alardear de culta y se esfuerza por res- petar el grupo latino en la sílaba inicial ins-, pero al no encontrar el apoyo fonético necesario, confunde el lugar ele aparición ele la s y de la n. E s el mismo caso que antes hemos vi sto en la pala- bra dicleta por dilecta. Obsérvese la falta de coherencia en la transcripción ele estos grupos latinos. En la composición n. 0 237 vemos constrefíido (v. 14), con el grupo -ns-, junto a traslado (v. 7), donde la n ha desaparecido. Lo más lógico es pensar que en estos g-rupos la n o no se pro- nunciaba o se realizaba muy débilmente. En la escritura estos grupos consonánticos se respetaban por cultismo o se reducían cuando se intentaba reflejar la pronunciación. 9· AB-, OB- y SUB- ante S + consonante. Muy semejante es lo que ocurre con las partículas ab -, ob -, sub- ante s más consonante. La b ele estas partículas es especial- mente débil y propensa a la desaparición. T . Navarro dice refi - riéndose a estos grupos : CONSONÁNTICOS EN UN TEXTO VALLISOLETANO DEL S. DE ORO 83 "la b de las partículas ab, ob, sub seguida de s m,ás otra u otras consonantes, tampoco suele ser completamente sono- ra, y además su articulación resulta de ordinario más débil y relajada que en ninguno de los casos antes citados; en pronunciación enfática suele reforzarse hasta convertirse en p, pero en el habla corriente, por el contrario, es un so- nido breve y suave muy inclinada a desaparecer: obscuro [ c¿skúro] ; substancia [ stg;tá!)8ja]" 30 • En muchos casos se adni..ite hoy en día como normal la pro- nunciación sin b de formas con ob, su.b, cuyas vocales parecen haber absorbido en su elemento labial la articulación relajada de la [b] siguiente 31 • En el cancionero lo normal es la pérdida de la b implosiva de estas partículas ante s más consonante. En todos los vocablos que presentan la partícula su.b- la b ha desaparecido: sustancia: n.0 I32, v. 4; n. 0 76, v. I9; n.0 I30, v. I2; n. 0 2.23, V. 294 sobresustan~ial : n.0 IOI, v. 32 - transustan~iado: n.o 239, v. 40. Sin embargo, cuando aparece la partícula ob-, los resultados no son siempre iguales. En muchas ocasiones la b desaparece: - escur~e: n.o 55, v. 34 escure~ida: n.o 65, v. I4 escuridad: n. 0 74, v. IO; n. 0 IOS, v. 7; n.0 320, v. 8 escuro: n.<> I37, v. 26; n. 0 223, v. I3I,330; n. 0 248, v. 6; n.0 283, V. I4 oscuro: n.0 I46, v. 47; n.o 174, v. 7· Pero en otras la reacción cultista se manifiesta reponiendo una b que el pueblo no pronunciaba, simplemente por una vo- luntad de respetar la ortografía latina. Así, por ejemplo, aparece el vocablo avswndido (n.0 22I, v. 4) por escondido. En efecto, el verbo esconder procede de asconder y éste del latín ABSCON- 3o ídem, pág. 87. 31 · ídem, pág. 87, nota. BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA DERE, pero desde los primeros testimonios la b no se pronun- ció, utilizándose normalmente esconder y, como forma más vul- gar, asconder 32 . La reposición del fonema labial no es más que un esfuerzo consciente para latinizar la lengua. Lo mismo pode- mos decir de obscuro, cuya b es repuesta por los cultistas del Siglo de Oro que quieren escribir a la latina 33 . Aquí aparece obscuro (n. 0 306, v. 9). También aparecen dos formas extrañas : obcuriclad: n. 0 65, v. 7 obcur~er: n.0 66, v. 23. Lo que desaparece aquí es la s en lugar de la b. Podemos pensar que las copistas, preocupadas por reponer la b, olvidaron escri- bir la s. Las palabras obstinado y ostinado competían en esta época en Castilla. Covarrubias registra los dos casos M. J. Cm·ominas y J. A. Pascual afirman que era más frecuente la forma sin b 35 . Aquí encontramos obstinado (n. 0 251, v. 2), pero aparecen tam- bién dos casos extraños en los que desaparece la s en lugar ele la b, con1,o hemos visto que sucedía en las formas ·obcuridad y ob - cure,er. Estos casos son: obtinado: n. 0 148, v. 24 abtinado : n. 0 251 t. Creemos que la explicación ele esta eliminación ele la s es la que hemos apuntado líneas más arriba. 32 Joan C01·ominas y José A. Pascual, D·iccion.ario cr-ítico etimológico castellano e hispánico, Madrid, Gredos, 1980, II, pág. 704. 33 ídem, IV, pág. 318. 34 Sebastián ele Covarrubias, Teso1·o de la lengua castella'lla o espaiio - la, edición facsimilar, Madrid, ediciones Turner, 1979, págs. 834 y 842. 3 5 J. Corominas y J. A. Pascual, DCECH, obra citada, II, pág. 483. CONSONÁNTICOS EN UN TEXTO VALLISOLETANO DEL S. DE ORO 85 IO. -GN-. El grupo consonántico latino -GN- en las palabras patrimo- niales evoluciona hasta resultar el fonema nasal palatal /1J/ 36 ; en cambio, en los cultismos no es éste el resultado. Las voces tomadas directamente del latín conservan su grupo -gn- intacto, pero la lengua castellana trata ele adaptar esta combinación con- sonántica extraña a sus hábitos fonéticos. Lo más normal es la pérdida del elemento velar. Así pronunciaba el pueblo y esta es la solución que más frecuentemente aparece en este cancionero: benino: n. 0 I 17, v. 8; n. 0 264, v . 3 dino : n." 78, v. I7; n. 0 98, v. I8; n. 0 99, v. 3,19; n. 0 103, V. IO; n .0 105, V. 3; n. 0 123, V. 3,1 1,19,27; n .o 137, V. I6; n. 0 139, V. 13; 11. 0 140, V. 21; n .'0 175. V. 2; n. 0 205, V. 40; n.0 253, V. IO; n. 0 283, V. 6; n. 0 296, V. 2 clinamente: n. 0 111, v. 35 : 11. 0 113, v. 19 clinidad: n.0 167, v . 2 cliniclacles : n. 0 252, v. 6 inclino: n :o 103, v. 18,26 ; n. 0 104, v. 3 ynclina: n .0 n6, v. 6 inclinamente: n. 0 107, v. 8 inespunable: n.0 269, v. 8 ynominiosa: n. 0 307, v. 6 ynora: n. 0 212, v. r6 ynorando: n. 0 196, v. r6 ynoran~ia: n. 0 288, v. 6o inpuno: n.o 2 2 3, v. 334 insinia: n.o 290. v. 17 persinarse: n.o 271, v. 14 repuno: n. 0 132, v. 11. Solamente en tres ocasiones se respeta el grupo -gn- : ar, R. Menéndez Pida!, M anual ... , obra citada, pág. 144. 86 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA - digno: n. 0 90, v. 25 - ignora: n.o 327, v. 16 corr. - significado: n.o 334, v. 42. Pero hay un hecho que nos viene a demostrar que, a pesar de que se escribiera, la g del grupo -gn- no se pronunciaba: la pa- labra digno (n. 0 90, v. 25) rima con camino (n.0 90,v. 22) y con tino (n.o 90, v. 24). II. -MN -. El resultado del grupo -MN- en las palabras patrimoniales es el mismo que el del grupo -GN- : AUTUMNU > otoño ~ 7 • En los cultismos el grupo -MN- se tomaba sin evolucionar, pero para adaptarse a la fonética castellana solía perder el ele- mento nasal labial que, por estar en posición implosiva, era mu- cho más débil que el alveolar. Solo por un esfuerzo culto se re- pondrá la m tanto en la ortografía como en la pronunciación. En este Libro de romances y coplas !o normal es la reducción del grupo a n : - coluna: n.o 94, v. 7; n.o 145, v. 18 - calunia: n.0 272, v. I I - caluniadores : n.o 272, v. 21. Tan solo en dos ocasiones se respeta el grupo -mn- : con- demno (n.0 223, v. 68,353). Pero debe observarse que en am,bos casos condemno se halla en el eje de rima y tiene relación con peno (v. 66) y bueno (v. 70), peno (v. 351) y trueno (v. 355), de modo que aquí la reposición de la m es algo meramente gráfico, un acto de devoción a la etimología latina sin ningún respaldo fonético. 12. -GD-. El mismo comportamiento tiene la lengua de este cancionero ante el grupo consonántico -GD-, aunque éste no sea latino. La ar ídem, pág. 138. CONSONÁNTICOS EN UN TEXTO VALLISOLETANO DEL S. DE ORO 87 palabra Magdalena, frecuentemente utilizada, pierde en muchos casos su g, muy debilitada por estar en posición implosiva, resul- tando simplemente M adalena, normal en la pronunciación vulgar española. La falta de coherencia ortográfica en este caso sigue siendo algo nonnal en el cancionero. Así, en la composición n." 184 ve- mos Magdalena (v. 2) junto a Madalena (t.). Como en los casos anteriormente vistos, si la copista sigue el criterio ortográfico etimológico, escribe Magdalena (n. 0 I74 t., v. I; n. 0 I84, v. 2 ; n." 192 t., v. 20), mientras que escribe M adalena (n. 0 176, v. 6; 11 .0 177, v. 6; n." 178, v. 2 ; n." I84 t.) si sigue el criterio de re- presentar gráficamente la pronunciación. 13. CoNCLUSIONES. Los vocablos cultos tomados por la lengua castellana directa- mente del latín en épocas modernas presentan unos grupos con- semánticos extraños, distintos de los que son habituales en espa- ñol. Frente a esto hay dos soluciones principales: a) Respetar la ortografía etimológica, a pesar de que la pro- nunciación fuera otra. b) Adaptar el grupo latino a los hábitos fonéticos castella- nos y escribir solo lo que el pueblo pronunciara. La estructura silábica española es de tal naturaleza que los fonemas situados en la zona distensiva, tras el núcleo silábico, son enormemente débiles y, con frecuencia, pierden algunos de sus rasgos distintivos, se neutralizan con otros fonemas de su serie y en ocasiones llegan a desaparecer. Las consonantes en posición implosiva de los grupos cultos sufren esta debilitación al pasar al castellano, de modo que lo normal será su eliminación. E ste es el resultado más frecuente en el cancionero. Pero los hablantes cultos, latinizantes, realizan un esfuerzo voluntario por reponer estas consonantes que el pue- blo no pronunciaba. En muchas ocasiones este esfuerzo prosperó hasta tal punto que el pueblo llegó a aceptar la pronunciación 88 BOLETÍN DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA culta, violentando sus propios hábitos fonéticos. Esta reaccwn culta se refleja en la escritura antes incluso que en la pronuncia- ción. Las rimas indican claramente cuál sería la pronunciación del grupo -mn- en condemno cuando rima con peno, bueno y trueno (n.o 223 , vv. 66, 68, 70, 351, 353, 355). Además, casos como dicleta (n." 145, v. 4) por dilecta, e isnpira (n.o 71, v. 17) por inspira muestran también que la voluntad de respetar la ortogra- fía etimológica no iba acompañada por la pronunciación de estos grupos cultos. La falta de apoyo fonético es lo que permite erro- res de esta índole. Los escritos de nuestros gramáticos del Siglo de Oro reflejan claramente la existencia de inseguridades y vacilaciones a la hora ele decidirse por un criterio ortográfico que representara lo más fielmente la pronunciación de los hablantes o por uno que res- petara la ortografía etimológica. Es un problema que en esta épo- ca está en plena ebullición, lo que se manifiesta en la disparidad de las opiniones y en la multiplicidad y diversidad de las repre- sentaciones gráficas. Este cancionero que hemos estudiado es buen ejemplo de ello. Así, junto a una mayoría de casos en los que el grupo culto latino se reduce para adaptarlo a los hábitos fonéticos castellanos, aparecen otros en los que se conserva el grupo latino en un intento consciente de respetar la ortografía etimológica. Esquemáticamente, estos son los resultados de los grupos cul - tos en este cancionero : A) B) C) { -ct- .. . .. . .. . .. . .. . . .. . .. .. . 8 casos. -CT- { -t- .. . ... ... ... ... .. . .. . 45 casos. { reposición errónea ele la e: 1 caso ( clicleta) . { -pt- .. ............ . -PT- { -vt- ..... . ..... . . .. { -t - .. .... .. .... .. . -X- [ks) { -x- .. . { -S- .. . 5 casos. 41 casos. 7 casos. 1 caso. 4 casos. CONSONÁNTICOS EN UN TEXTO VALLISOLETANO DEL S. DE ORO 89 D) E) F) G) H) { -x + cons. .. . .. . .. . .. . 7 casos. -X + cans { -s + cons. .. . .. . .. . .. . 49 casos. En 8 de éstos la s se asimila a una sibilante dental. { ultracorrección .. . I caso ( extima). { ins- .............. . INS- { isn- ... ..... . .. . { is- . .. .. . CONS- { cons- ........... . { cos- . . . . . . . . . . .. T RAN S- { trans- .. . .. . .. . .. . .. . { tras- . . . . . . . . . . . . . .. OB -/-S + CO'ItS. { obs + cons. { os + cons. " . ". SUB +S+ cons. { subs + cons .. . . { sus + cons. " . -GN- { -gn- ... ........ .... ... .. . { - 11- ... . .•. . . •. •.. • ...... . . -MN- { - 11111- ... ............. .... . { -n- ................... .. -GD- { -gd- ................. . { -d- ...... ........... . I caso. I caso. o casos. 3 casos. o casos. I I casos. 5 casos. 5 casos. I2 casos. o casos. 6 casos. 3 casos. 38 casos. 2 casos. 4 casos. 5 casos. 4 casos. FRANCISCO JAVIER S .HORRE GRAU.
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