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19 TRICHOMONIASIS VAGINAL EN GESTANTES ATENDIDAS EN CENTROS ASISTENCIALES DE TARAPOTO-PERU HERIBERTO ARÉVALO, E. NAJAR y A. LLONTOP Universidad Nacional de San Martín.Tarapoto. Perú RESUMEN Se determinó la prevalencia de infección por Tríchomonas vaginalis en relación a la edad, grado de instrucción, estado civil, trimestre de gestación, entre otros factores, en 200 mujeres elegidas al azar de aquellas que acudieron a su control prenatal en los centros de salud 9 de abril y Hospital de la Banda de Shilcayo de la ciudad de Tarapoto (Dpto. de San Martín. Perú), entre enero y agosto de 1993. Las muestras fueron tomadas con hisopos estériles, los cuales se depositaron en frascos de penicilina con solución salina fisiológica (0.85%) para, posteriormente, hacer preparaciones en fresco y detectar al flagelado. Del total de gestantes evaluadas, 25 (12.5%) resultaron positivas a T. vaginalis. Las mayores frecuencias de tricomoniasis respecto a cada factor epidemiológico considerado se presentaron en: las del grupo comprendido entre 20 y 25 años (6.0%), las que tenían sólo instrucción primaria (5.5%), las casadas (6.5%), las que señalaron no tener hijos (7%), las que cursaban el tercer trimestre de gestación (9.5%), las que se iniciaron sexualmente entre 15 y 17 años (7.5%); y, las que mencionaron tener sólo un compañero sexual (7.5%). También se halló que la manifestación más común de la tricomoniasis vaginal fue la leucorrea (61%), la cual se mantuvo por un tiempo mayor de seis meses en el 3%. INTRODUCCIÓN La tricomoniasis vaginal, enfermedad parasitaria trasmitida mayormente por contacto sexual, constituye un problema de salud pública a nivel mundial, debido a su elevada morbilidad en países poco desarrollados 1 . La expresión clínica más relevante de la tricomoniasis urogenital es la leucorrea, la cual generalmente se presenta abundante, espumosa, acuosa y con grumos de color blan-quecino-amarillenta. Este signo se acompaña con prurito vulvar, ardor vaginal y de genitales externos, así como enrojecimiento de la mucosa. En casos crónicos la leucorrea persiste durante meses e incluso años 2,3 Las mujeres embarazadas generalmente notan un aumento de la secreción vaginal, que en la mayoría de los casos no se asocia a causas patológicas, pero que en un 20% de ellas se determina como causada por T. vaginalis. La influencia de la tricomoniasis vaginal sobre el estado de gravidez es nula y la infección del recién nacido es infrecuente 4,5,6 La prevalencia de tricomoniasis vaginal en mujeres del norte peruano, sin síntomas aparentes, se aproxima al 10%. Asi se dio a conocer, luego de examinar a más de 7 000 mujeres de diversas edades 7 . En mujeres embarazadas, no obstante, el porcentaje es superior como se ha observado en estudios efectuados en Arequipa, Lima e lea, donde se hallaron cifras que van desde el 14.3 al 59.2%. 8,9,10 Al no encontrar en la literatura nacional trabajos que enfoquen el tema de la tricomoniasis vaginal en el oriente peruano, se propuso realizar el presente trabajo que estuvo orientado a determinar la prevalencia de la infección por T. vaginalis durante el embarazo en pacientes atendidas en los centros asistenciales de Tarapoto, así como, determinar los factores de riesgo de la enfermedad, entre enero y agosto de 1993. MATERIAL Y MÉTODOS Se examinaron las muestras vaginales, una por paciente, de 200 gestantes elegidas al azar de las que acudieron a la primera cita, para ser atendidas en el Centro de Salud de Tarapoto, Centro de Salud « 9 de 20 abril» y Hospital de la Banda de Shilkayo (Ciudad de Tarapoto, departamento de San Martín. Perú), entre enero y agosto de 1993. Antes de tomar las muestras biológicas se realizó una encuesta a cada gestante, a fin de, en una ficha epidemiológica preparada con antelación, anotar los siguientes datos: edad, grado de instrucción, estado civil, número de hijos, trimestre de gestación, semiología, tiempo de leucorrea, edad de inicio de relaciones sexuales y número de parejas sexuales. Las muestras fueron tomadas del fondo del saco vaginal posterior, utilizando hisopos estériles. Con el material obtenido con el hisopado se hizo frotises en láminas portaobjetos e inmediatamente una suspensión en frascos de penicilina que contenían solución salina fisiológica (0.85%). Estos fras-quitos fueron llevados, bajo condiciones de bioseguridad, al Laboratorio Referencia! de la Dirección Regional de Salud de San Martín, a fin de determinar la presencia de patógenos. Este último proceso se hizo a través de la técnica directa convencional, que consistió en hacer un preparado en fresco entre lámina y laminilla. También se hicieron coloraciones de Gram a los frotises efectuados al tomar las muestras. RESULTADOS De las 200 mujeres gestantes estudiadas, 25 (12.5%) resultaron positivas a T. vaginalis, siendo las edades comprendidas entre 20 y 25 años, las que presentaron la más elevada frecuencia (6.0%), seguidas muy de cerca con 3.5%, por las del grupo de 26 a 30 años (Tabla 1). Respecto al grado de instrucción, se obtuvo la tendencia esperada; es decir, las mujeres de menor instrucción presentaron mucha mayor frecuencia de vulvovaginitis tricomoniásica (5.5%) que las más instruidas (Tabla 1). La misma Tabla 1 muestra que no hubo mayor diferencia aparente de infección entre el grupo de mujeres casadas y convivientes (6.5 y 5.5%, respectivamente), siendo estas cifras mayores a las halladas en mujeres solteras. Un aspecto llamativo fue el hallazgo de un mayor porcentaje de infección por el protozoo en mujeres que no tienen hijos (7.0%), respecto a los grupos que sí los tienen. De estos últimos, los que tienen dos o tres hijos resultaron estar parasitarias en mayor proporción (3.5%). Se encontró, asimismo, que las mujeres que cursaban el tercer período de gestación se hallaron parasitarias en mayor porcentaje (9.5%) que aquellas que estaban gestando el primer o segundo trimestre (Tabla 1). Como en otros casos, la leucorrea fue la expresión clínica mas frecuente (61%) seguida por la dispaneuria con un 19%y el prurito vulvar con 10.5% (Tabla 2). En cuanto al tiempo de duración de la leucorrea, la Tabla 3 señala que aquellas en las cuales el signo perduró de 16 días a tres meses fueron las más parasitarias (5.5%) segui- das, con poca diferencia (3.0%), por las que tuvieron la secreción entre 7 y 9 meses. Por su parte, como se presenta en la Tabla 4, el porcentaje de parasitismo por el flagelado es, aparentemente independiente de la edad en la cual la gestante inició sus relaciones sexuales. En efecto, las que se iniciaron sexualmente entre los 12 y 14 años representan sólo el 0.5% de infección, valor mucho menor que el 7.5% de infección detectado en el grupo que se inició algunos años más tarde (15a 17). Igualmente, aparentemente hay independencia entre el porcentaje de infección por T. vaginalis y el número de compañeros sexuales, yaque las que manifestaron tener tres compañeros estuvieron infectados en menor porcentaje que las que tuvieron dos (2 y 3%, respectivamente), aunque estos últimos grupos se hallaron notoriamente menos parasitarias que las que adujeron tener sólo un compañero (Tabla 5). 21 DISCUSIÓN Aunque la leucorrea o flujo vaginal no hemático es un trastorno frecuente nfermedad lo que hace necesaria la búsqueda de la cen mujeres adolescentes y adultas, por si sola no constituye eausa. Dentro de este contexto, los agentes infecciosos causantes de leucorrea más comunes son hongos, seguidos por T. vaginalis 11 . El valor de prevalencia de tricomoniasis hallada en el presente trabajo (12.5%), es semejante al 14.5% detectado mujeres gestantes de lea 10 , aunque menor al 18.8%y al 59.2% hallados en poblaciones de características semejantes de Arequipa y de barriadas de Lima, respectivamente 8,9. Este hecho indicaría una tendencia a disminuir de la tricomoniasis vaginal, dado que las investigaciones efectuadas en Arequipa y Lima ocurrieron 30 años atrás. En poblaciones de mujeres no gestantes, sin embargo, los valores porcentuales de tricomoniasis vaginal hallados previamente difieren. Por ejemplo, en una investigación efectuada en una población de mujeres en general que acudieron a su despistaje de cáncer uterino, se halló sólo el 8.7% 7 . Esta diferencia se puede atribuir al hecho de que las mujeres embarazadas constituyen, a excepción de las niñas menores de 14 años, el grupo más vulnerable a la infección por T. vaginalis, debido a los cambios hormonales inherentes a su estado que se traducen en una menor producción de glucógeno vaginal, lo que a su vez conlleva a la disminución de la acidez vaginal que es un factor predisponente para la infección 11 . En sentido contrario, los valores hallados hasta hoy en mujeres gestantes en diversos lugares del Perú, son menores al 96.4% de infección por T. vaginalis determinado en mujeres que asistían a centros antivenéreos de Lima y Callao 12 . Este espectacular porcentaje se debe, obviamente, al hecho de que las mujeres que conformaban la población aludida era personal que se dedicaba al meretricio, con intercambio frecuente de la pareja sexual. El hallazgo del mayor porcentaje de parasitadas por el flagelado en el grupo de mujeres de 20 a 30 años (Tabla 1) es concordante con trabajos previos 13 . Este resultado encuen- tra su explicación en el hecho de que, siendo la trasmisión sexual el principal modo de distribución de la tricomoniasis, las mas susceptibles de contagio son las mujeres de mayor actividad sexual que se centra, precisamente en las de eda- des que fluctúan entre 20 y 40 años. El mayor porcentaje devulvovaginitis tricomoniásica en mujeres con bajo grado de instrucción, respecto a las que tienen instrucción secundaria o superior (Tabla 1), se debe- ría precisamente a la falta de conocimientos ya que ello les permite vivir con elevada promiscuidad sexual y con altísimo riesgo de contagio. Probablemente la desnutrición propia de este grupo de personas favorece también la presencia de la parasitosis, ya que esta establecido que la falta de reservas nutritivas hace vulnerables a las mujeres. El porcentaje hallado en este grupo de personas (Tabla 1), es menor al 36.4% hallado en un grupo de analfabetas en lea 10 . Esto encontra- 22 ría su explicación precisamente en lo planteado en este mismo párrafo, aunque si se observa la Tabla 1, las diferencias no son saltantes. Este hecho se debería a que, si bien es cierto un mayor grado de instrucción compromete una mejor condición de salud, esta dolencia se presenta en todos los niveles y específicamente en el grupo de grado de instrucción superior estaría contribuyendo la trasmisión no sexual 13 . Aún cuando se han hallado diversas frecuencias al rela- cionar el parastismo por T. vaginalis con el estado civil y número de hijos, estos factores parecen no tener una corre- lación directa con la vulvovaginitis, puesto que ninguno determina la mayor o menor frecuencia, como otros factores. Tal vez por ello no se ha encontrado en la bibliografía nacio- nal trabajos sobre este caso, por lo que no se pueden hacer las comparaciones respectivas. Más bien el hecho que mujeres que cursaban el segundo trimestre de gestación hayan tenido menor frecuencia de vulvovaginitis tricomoniasica que las de los otros grupos, podría interpretarse como que en dicho período hay cierta estabilidad en cuanto al flujo de hormonas femeninas, lo cual difiere del primer trimestre que es en el cual el feto se implanta o del tercero, en el que hay la preparación para el alumbramiento. En los períodos laterales, por tanto hay ines- tabilidad del flujo hormonal y vulnerabilidad a la contamina- ción por patógenos 2,5,6 . Al igual que en resultados hallados previamente 3,11 , en el presente trabajo se encontró que la leucorrea fue la manifestación clínica más frecuente. Ello se debe a que como producto de la infección se produce la inflamación con aumento de líquido de edema y desprendimiento de células, aspectos que en sí son mecanismos de defensa. Debe recordarse que la leucorrea puede tener diversas causas, individuales o mixtas. Del mismo modo, hay concordancia con trabajos previos 10,11 el hecho de que el inicio de relaciones sexuales a temprana edad (12 a 14 años) no indica necesariamente mayor frecuencia de tricomoniasis. La razón de esto reside en que a edades tempranas las mujeres son más vulnerables a agentes bacterianos, debido a que las estructuras labiales son aun delgadas y permeables, a que el moco cervical no está en producción suficiente y contiene poca lisozima. No obstante, estos factores no tienen relación con la infectividad por T. vaginalis. Finalmente, el hecho de que se haya hallado que las mujeres que confesaron tener sólo un compañero sexual se hallen más parasitadas que las que afirmaron tener más de uno (Tabla 5) es algo inesperado, puesto que este factor tiene relación directa con la dolencia, cual es, el intercambio de pareja sexual favorece la presentación de la tricomoniasis. De esto se deduce que tener más de dos parejas sexuales no estaría incrementando mayormente la frecuencia ya que el fenómeno es el mismo. Más bien, las que señalaron tener sólo una pareja sexual se hayan referido a ella como algo permanente, ignorando que su pareja probablemente acude a prostíbulos donde contraería la infección. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS �� Atías, A. Tricomoniasis. En: Parasitología clínica. Atías ed. pág: 322-327. 3 a ed.Edit. Interamericana. Santiago de Chile � Howard, W. 1984. Tratado de ginecología de Novak. 10a ed. Edit. Acribia. México � Unzeitig, V., R. Bucek, M. Cupiz y R. Vachecks. 1991. 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