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Aproximación a iniciativas locales de construcción de paz en Colombia Laura Sofía Bernardelli Velásquez Universidad Nacional de Colombia Facultad de Ciencias Humanas Especialización en Acción sin Daño y Construcción de Paz Bogotá D.C., Colombia 2014 2 Aproximación a iniciativas locales de construcción de paz en Colombia Aproximación a iniciativas locales de construcción de paz en Colombia Laura Sofía Bernardelli Velásquez Trabajo de investigación presentado como requisito parcial para optar por el título de: Especialista en Acción sin Daño y Construcción de Paz Directora: Martha Nubia Bello Albarracín Línea de Investigación: Investigación Universidad Nacional de Colombia Facultad de Ciencias Humanas Especialización en Acción sin Daño y Construcción de Paz Bogotá D.C., Colombia 2014 Resumen El inicio de las negociaciones entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc)1, permitió que el tema de la paz contara con un interés estatal, mediático y ciudadano. Sin embargo, la coyuntura de los diálogos ha reducido la visión que se tiene de la paz, convirtiéndola en algo estático y que depende únicamente del Estado. Esta investigación, tenía un objetivo muy específico: sacar del anonimato algunas iniciativas locales de paz en Colombia, que han nacido y se han fortalecido a pesar de no contar con un apoyo gubernamental o ciudadano. Además, ponen de manifiesto la importancia del ámbito local y comunitario en un escenario de construcción de paz, donde esta se asume como responsabilidad de cada individuo y no solamente una política de gobierno. Por último, lograr empezar a entender la paz como una construcción cotidiana y no solamente como el resultado de la firma de un acuerdo, permitirá sentar las bases para un escenario de posconflicto exitoso y duradero. Palabras clave Construcción de paz Territorio Enfoque diferencial Comunitario 1 Guerrilla colombiana conformada en 1964. Con la que se ha iniciado diálogos de paz, para lograr su desmovilización y desarme. 4 Abstract The beginning of the peace talks between the Colombian government and the Armed Forces of Colombia People (Farc in Spanish), allowed the peace topic to gain interest among state organizations, media and citizens. However, the juncture of these talks has reduced the view that we have of peace, making it something static and a liability of the State. This research had a very specific aim: to extract of the anonymity some local initiatives of peace in Colombia, which have been born and fortified in spite of not having a governmental or civilian support. In addition, they reveal the importance of the local and community area in a scene of peacebuilding, where it is assumed as responsibility of every individual and not only a public policy. Finally, to start understanding peace as a daily construction, and not only as the result of the signature of an agreement, it will allow laying the foundation for a lasting and successful peace scenario. Keywords: Peacebuilding Territory Affirmative action Communitarian 5 Contenido Introducción .................................................................................................................... 6 1. Marco conceptual ................................................................................................... 10 1.1 Aproximación histórica y analítica del concepto de Construcción de paz: ........ 11 1.1.2 Modelos de construcción de paz .................................................................... 13 1.1.3 Elementos que deben componer una iniciativa de construcción de paz ......... 14 1.2 Tipos de enfoques en gestión de conflictos ...................................................... 15 1.3 Teoría de la Paz Imperfecta .................................................................................. 17 2. Construcción y visión de la paz desde lo institucional ....................................... 19 2.1 Marco normativo .............................................................................................. 19 2.2 Procesos de paz anteriores .............................................................................. 23 2.3 Negociaciones en La Habana .......................................................................... 25 3. Iniciativas locales de paz en Colombia ................................................................. 31 3.1 Enumeración y breve descripción histórica las iniciativas encontradas ............ 32 3.2 Filtro de selección ............................................................................................ 37 3.3 Iniciativas seleccionadas .................................................................................. 38 3.3.1 Mujeres – Ruta Pacífica de las Mujeres ......................................................... 38 3.3.2 Campesinos - Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare ............. 39 3.3.3 Afrodescendientes – Proceso de Comunidades Negras ................................ 40 3.3.4 Indígenas – Consejo Regional Indígena del Cauca ....................................... 41 3.4 Logros y obstáculos de las iniciativas ............................................................... 42 3.5 Coincidencias y divergencias entre las reivindicaciones de las iniciativas seleccionadas y la agenda de negociación en La Habana .......................................... 43 4. Conclusiones .......................................................................................................... 47 5. Bibliografía ............................................................................................................. 49 6 Introducción En Colombia, es amplia la descripción y el estudio de la violencia, pero no de la paz y mucho menos se considera posible que existan “paces”, entendido esto como la posibilidad de asumir que la paz no es monolítica y estática, sino que puede encontrarse en diversos tipos de manifestaciones. Al enfocarnos en estudiar la primera, invisibilizamos e impedimos que varias iniciativas y experiencias de la segunda se conozcan y se multipliquen. La paz no es un objetivo teleológico sino un presupuesto que se reconoce y construye cotidianamente (Muñoz, 2003). En esta medida, el interés central de este trabajo fue realizar una investigación sobre la paz en Colombia, si bien no es posible abarcar un marco de tiempo muy amplio, considero que los aportes que se puedan realizar para una mayor comprensión de este silenciado tema, son importantes y pertinentes dada la coyuntura de los diálogos de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc en La Habana. Sin embargo, no pretendí centrar la atención en el Estado ni en los grupos al margen de la ley, actores que juntos han contado con el protagonismo y la permanente atención mediática y civil. Esta investigación tuvo como objetivo acercarse a esa paz, a esas “paces”, que las personas día a día en medio de sus dificultades y proezas, construyen y fortalecen. Esas “paces” que logran organizar colectivos, exigir derechos y transformar sociedades desde una forma particular de anonimato. Un país que ha sufrido tanto por tan variados tipos de violencia, como el nuestro, merece comprender y multiplicar los espacios de expresiones no-violentas que se han mantenido y fortalecido, en una muestra de verdadera construcción de paz. Pero debe, principalmente, darlos a conocer. No significa ningún avance para esta construcción que sólo sea un tema que tome relevancia por una iniciativa gubernamental de iniciar una negociación con un grupo armado al margen de la ley. 7 Desde elanuncio, por parte del presidente Juan Manuel Santos, del inicio de diálogos de paz con la guerrilla de las Farc, los medios de comunicación y diversos sectores académicos han centrado su atención en el desarrollo de estas negociaciones. Todas las semanas nos hemos visto saturados de diversos análisis y posturas frente a lo que se dice o se hace en La Habana, lugar elegido para las negociaciones. Sin embargo, tanto los medios de comunicación como la academia han fallado en comunicar la importancia de esa paz a la ciudadanía, dejando casi por sentado, que ésta se reduce a lo que se decida en esa mesa. Esto se ha visto reflejado en la poca, casi nula, opinión que los ciudadanos de a pie tienen sobre el proceso, sus implicaciones o sobre lo que significa buscar y construir paz. Es inevitable no comparar los actuales diálogos con experiencias anteriores como la mesa de negociación en El Caguán durante el gobierno de Andrés Pastrana y/o la exitosa desmovilización de la guerrilla del M-19 en 1990. En estas dos experiencias se hicieron los mismos tipos de análisis y comparaciones frente a los procesos, actores y desenlaces de cada uno, centrándose especialmente en lo político, lo económico y lo militar, pero fueron pocos los que se enfocaron en la descripción de las iniciativas locales y comunitarias de construcción de paz que surgieron o se desarrollaron paralelamente a esos procesos. El nivel microsocial siempre queda relegado frente a la notoriedad que otro tipo de eventos pueden tener; sin embargo, como dice Esperanza Hernández: “Las iniciativas de paz desde la base en Colombia evidencian realidades diferentes en un país marcado por expresiones persistentes de violencia” (2004). Así pues, los esquemas mediáticos y academicistas que han permeado en el imaginario de concebir la paz simplemente como un fin de actos bélicos, y de reducir la violencia a sus manifestaciones físicas, son los principales obstáculos a la hora de estudiarla desde la gente. Las lógicas de poder que dominan el análisis reducen las experiencias locales a eventos esporádicos, despojándolos de toda complejidad e importancia. Si bien es cierto que con el inicio de las negociaciones se han abierto espacios de diálogo y discusión frente a este tema, sigue existiendo una ignorancia generalizada hacia iniciativas que han permanecido y se han fortalecido a pesar del poco interés estatal y ciudadano. 8 En esta medida, fueron los estudios para la paz los que incentivaron las preguntas que dieron origen a este trabajo de investigación. La posibilidad de focalizar el análisis hacia la paz y no hacia el lugar común de la violencia, facilitó el diseño y posterior desarrolló investigativo. Como piedra angular del marco teórico está la teoría de la paz Imperfecta, un importante referente que han trabajado y perfeccionado los investigadores de la Universidad de Granada. “(…) Podríamos agrupar bajo la denominación de paz imperfecta a todas estas experiencias y estancias en la que los conflictos se han regulado pacíficamente, es decir en las que los individuos y/o grupos humanos han optado por facilitar la satisfacción de las necesidades de los otros, sin que ninguna causa ajena a sus voluntades lo haya impedido” (Muñoz, 2003). Aunque es una definición amplia, pretende dar luces al análisis de ver la paz y la construcción de esta como un empoderamiento de la sociedad; no sólo de las iniciativas gubernamentales, que son importantes, sino de la responsabilidad y participación que, como ciudadanos, asumimos en esta construcción. Es por lo anterior que el objetivo principal de esta investigación, fue describir espacios de construcción de paz, y de “paces”, que tuvieran un origen local y no-gubernamental en Colombia. Aunque podemos afirmar que iniciativas de este tipo se pueden encontrar en diferentes momentos de la historia violenta del país, la indagación se delimitó temporalmente para que respondiera a la coyuntura específica de las actuales negociaciones en La Habana. Para lograr el cumplimiento de este objetivo, desarrollé cuatro puntos específicos que se enfocaron en parte del entramado conceptual e histórico necesario para la comprensión y análisis de lo previsto inicialmente. Buscando visibilizar no sólo el avance que la academia ha hecho frente a la comprensión y construcción de paz, sino también rescatar aquellas iniciativas que dan importancia a las prácticas comunitarias de esta. El desarrollo conceptual que acompañó el análisis de esta investigación, se enfocó en la profundización de la descripción y comprensión de las principales características de los enfoques de gestión de conflictos y la tipología de paces en la construcción de paz. Los avances conceptuales hechos por Lederach, en esta línea, fueron un aporte inicial importante, especialmente al ver la transformación del conflicto desde el reconocimiento 9 del mismo: La transformación del conflicto es una forma de visualizar y responder al ir y venir de los conflictos sociales como oportunidades que nos da la vida para crear procesos de cambio constructivo que reduzcan la violencia e incrementen la justicia en la interacción directa y las estructuras sociales, y respondan a los problemas cotidianos en las relaciones humanas. (Reimann, 2000). Como segundo punto, se diseñó una aproximación histórica y documental sobre iniciativas locales y comunitarias de paz en Colombia que se desarrollaran dentro de la delimitación temporal establecida. En este punto se creó un filtro para definir cuáles de las iniciativas encontradas podrían ser tenidas en cuenta. En consecuencia, las que tuvieron un origen en políticas de Responsabilidad Social Empresarial o fueron financiadas desde su origen por instituciones religiosas de cualquier tipo, fueron excluidas del análisis al representar visiones que no surgen, necesariamente, de inquietudes locales sino de imposiciones políticas y económicas. En tercer lugar, como parte de un ejercicio comparativo y de seguimiento, se procedió a describir las iniciativas gubernamentales frente a la construcción de paz desde el anuncio de los diálogos en La Habana. Pretendiendo hacer evidente la desproporción en términos de acceso a espacios de difusión pública entre estas y las comunitarias. Por último, como una consecuencia del avance conceptual e histórico, surge una clasificación de iniciativas de paz que responden a lógicas territoriales y poblacionales específicas. Siendo esto un producto no esperado desde el diseño inicial de trabajo. La construcción de paz es un proceso gradual, y en ese sentido, las estrategias dirigidas a conseguir transformaciones creativas de los conflictos y la consolidación de cambios sociales constructivos deben pensarse en marcos amplios de tiempo que incluyan acciones inmediatas de superación de las crisis, prevención y protección, pero también acciones a mediano y largo plazo, que pasen por la transformación de las estructuras sociales, políticas y culturales que dan origen a los conflictos y al ejercicio de las violencias. 10 1. Marco conceptual Como punto de partida es importante y pertinente explicar la fundamentación teórica y conceptual que da sustento a este trabajo. Aunque el programa académico de la Especialización concentra su atención en la Acción sin daño, para la aproximación que se tenía como objetivo, se optó por trabajar solamente desde el enfoque de construcción de paz con las posibilidades que éste presenta. Una de las ventajas más importantes de trabajar con este enfoque, es que permite la complementariedad entre teorías y postulados que facilitan el análisis y enriquecen el debate. En este caso, fue necesario recurrir a las tipologías de gestión de conflictos y a los elementos principales que trabaja la Teoría de la Paz Imperfecta, para lograrun entramado conceptual que permitiera la articulación con el tema objeto del estudio: iniciativas locales y comunitarias de paz en Colombia. En esta medida, se propone empezar el desarrollo de este capítulo por una aproximación histórica y analítica del concepto de construcción de paz, para seguir con una descripción de los tipos de enfoques en gestión de conflictos y terminar con una profundización en la Teoría de Paz Imperfecta trabajada por los académicos de la Universidad de Granada. 11 1.1 Aproximación histórica y analítica del concepto de Construcción de paz: El reto de la construcción de paz en contextos de conflictividad armada o de otro tipo, reside en aprender a trabajar en las situaciones de conflicto teniendo como punto de partida, los siguientes componentes: Identificar y prever situaciones latentes de conflicto; prevenir y enfrentar dinámicas destructivas; y promover dinámicas constructivas de transformación. Al menos esta es la propuesta inicial que se presenta en el Módulo 5: Construcción de paz, transformación de conflictos y enfoques de sensibilidad a los contextos conflictivos, escrito por el académico Borja Paladini Adell. Inicio con esta aproximación porque este documento será uno de los principales puntos de referencia en la descripción teórica y conceptual que conforman este primer capítulo. El concepto de construcción de paz se popularizó, académica y políticamente, a inicios de la década de los noventa, cuando el entonces Secretario General de las Naciones Unidas, Boutros Ghali, se refiere a este en la presentación del documento Agenda para la Construcción de Paz en 1992. Si bien fue considerado una novedad en su momento (finalización de la Guerra Fría), lo cierto es que la ONU ya utilizaba dos instrumentos en el marco del mandato para la paz en el desarrollo de sus obligaciones: Peacekeeping, o mantenimiento de la paz; y Peacemaking, como el establecimiento de la paz. Instrumentos que se concentraban en lograr un cese al fuego entre actores internacionales, imagen común para la época a la que hacemos referencia, que reproducían una concepción de paz fundamentalmente negativa, porque tenían como objetivo la terminación de algo violento y no la construcción de algo transformador. La primera mención y elaboración del concepto de construcción de paz, se dio a mediados de los años 70, cuando Johan Galtung lo define como: “Un emprendimiento político que tiene como objetivo crear paz sostenible enfrentando las causas estructurales o profundas de los conflictos violentos a partir de las capacidades locales para la gestión pacífica de los mismos” (Galtung, 1976). Sin embargo, como explica Paladini Adell, las Naciones Unidas inicialmente ven este nuevo concepto como un instrumento complementario a sus ya establecidos esfuerzos de mantenimiento y 12 establecimiento de la paz. Siendo así una serie de actividades que consolidan esfuerzos previos de la Organización de Naciones Unidas que evitaban el decaimiento en situaciones de conflicto y violencia, especialmente entre Estados. Rápidamente se hizo necesaria la ampliación del marco de aplicación del nuevo concepto, para poder considerar los conflictos que se desarrollaban al interior de los Estados, en los que las víctimas eran en su mayoría civiles. En este nuevo escenario, los grupos armados otorgaban al control sobre el territorio y la población, la mayor relevancia como estrategia de guerra. En esta medida, la aplicabilidad de los instrumentos de construcción de paz, desde la ONU, al interior de las naciones está ligada al desarrollo del concepto de Seguridad Humana. Entendida desde dos definiciones: Una reducida, en la que el énfasis está en las amenazas que sufren las personas por hechos de violencia causada por otros seres humanos (como en conflictos armados); y la segunda, más amplia, que considera que las amenazas que sufre la población no son sólo las que tienen un origen en la violencia que se ejerce directamente, sino también en otras situaciones que pueden afectar en mayor medida la vida de las personas, como las hambrunas o los desastres naturales. El mayor avance desde la adopción del concepto de Seguridad Humana, es que no sean solamente considerados sujetos de seguridad los Estados. De esta manera, se originó un enriquecimiento del concepto de paz que se había manejado hasta el momento. La paz es vista ahora desde una concepción mucho más positiva, en la que debe edificarse algo que busque la seguridad de las personas y la estabilidad democrática de los Estados. “Desde esta nueva mirada, la construcción de paz se puede explicar como el producto de la convergencia entre las agendas de la seguridad humana y las agendas del desarrollo y la democratización” (Paladini Adell, 2011). Con esta nueva concepción entre la seguridad humana y la construcción de paz, en 1995 el mismo Boutros Ghali, presenta el Suplemento a una Agenda de Paz, en el que se hace un llamado a fortalecer la dimensión humanitaria de la Organización de Naciones Unidas y la necesidad de desarrollar nuevas áreas de trabajo; interés que también fue una consecuencia del nefasto trabajo de la ONU en la prevención de la tragedia en Ruanda. Es así como en el año 2000, se publica el Informe sobre Operaciones de Paz, en el que 13 se recomienda que se desarrolle una arquitectura institucional más sólida para la construcción de paz fortaleciendo los instrumentos para estas operaciones (Naciones Unidas, 2000). Por último, en el año 2005, se crea oficialmente la Comisión de Construcción de Paz, además de un Fondo de Naciones Unidas para la Construcción de Paz, institucionalizando el desarrollo conceptual y técnico del enfoque, permitiendo a la vez su autonomía y complementariedad dentro del Sistema de Naciones Unidas. En este nuevo entramado institucional, se define la construcción de paz como: “una serie de medidas orientadas a reducir el riesgo de caer o recaer gradualmente en situaciones de conflictividad a través del fortalecimiento de las capacidades nacionales en todos los niveles de la gestión de conflictos, y preparar así las bases para la paz y el desarrollo” (Paladini Adell, 2011). 1.1.2 Modelos de construcción de paz Dentro de esta última conceptualización se definen, analíticamente, dos formas principales de entender el enfoque: El modelo global – internacional y el modelo local – solidario. A continuación se da una explicación general de cada uno: Modelo global – internacional: Es influido por las operaciones de paz impulsadas por Naciones Unidas en el marco del Derecho Internacional Público. De esta manera, se entiende como un esfuerzo liderado por actores internacionales que se interesan en un Estado afectado por un conflicto interno y proceden a intervenir por medio de una serie de actividades enmarcadas en el ámbito político. Crea condiciones de seguridad y orden público, manteniéndose en el espacio macro de la sociedad. Sigue siendo el más parecido a la primera concepción de construcción de paz, en la que se asume como una simple herramienta de apoyo para la consolidación y la imposición de una idea de paz a través de medios implementados directamente desde el Sistema de Naciones Unidas. Modelo local – solidario: Entendiendo la construcción de paz como un esfuerzo que atañe a las comunidades y los territorios, es la conceptualización que más se aproxima al objetivo de este trabajo. Los actores principales, en este modelo, son 14 las comunidades y los territorios afectados, y en una situación de vulnerabilidad, como consecuencia del conflicto armado. La importancia de elevar a status de actores a las comunidades locales, que son las que permanecen en el lugar del conflicto, y para ellas responder de una u otra manera a la guerra no es una opción, sino una necesidad(Anderson & Olson, 2011). 1.1.3 Elementos que deben componer una iniciativa de construcción de paz Una apuesta integral de construcción de paz debería contar, de acuerdo con Paladini Adell, con las siguientes bases metodológicas y conceptuales: Responsabilidad de proteger y acompañar; primacía de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario; responsabilidad de transformar para prevenir, emprendimiento político y sostenible; y, por último, otorgar una especial importancia a lo local y lo regional. Aunque se puede intuir que es un planteamiento desde la posibilidad de acción de actores externos, que otorgarían un papel más relevante al Estado, es pertinente hacer una descripción breve de cada componente. a. Responsabilidad de proteger y acompañar: El origen normativo de la seguridad humana en la construcción de paz, significa que debe buscar proteger a las personas de cualquier tipo de riesgo o amenaza, especialmente los originados por situaciones de violencia y conflicto armado. En esta medida, se considera políticamente necesario acompañar a los países que se encuentren inmersos en situaciones de conflicto para garantizar la protección de civiles y facilitar la consolidación de mecanismos que ayuden a superar la situación de violencia. b. Primacía de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario: El impulso a marcos normativos donde la defensa y protección de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario sean considerados de carácter prioritario, son insumos esenciales para un escenario de construcción de paz. Sin embargo, no pueden dejarse de lado los Derechos Económicos, Sociales y Culturales como parte vital de estos marcos, facilitando la integralidad y enfoque diferencial de la propuesta. 15 c. Responsabilidad de transformar para prevenir: En un sentido más amplio de responsabilidad y ligada a las acciones preventivas de la ONU, la construcción debe encaminarse también hacia el alcance de procesos transformadores de los escenarios en conflicto. d. Emprendimiento político sostenible: Al desarrollarse en contextos y escenarios de conflicto, es imposible que la propuesta no tenga un componente político que la oriente. “El éxito de la construcción de paz no reside en evitar o prevenir los conflictos, sino en lograr mecanismos sociales y políticos que permitan enfrentarlos y transformarlos sin violencia” (Paladini Adell, 2011) e. Especial importancia a lo regional y lo local: En aspectos muy específicos como el apoyo al desarrollo de las capacidades de los actores locales; promoviendo procesos de articulación, acompañando la acción humanitaria donde sea necesaria. Aunque es una propuesta metodológica práctica y fácil de entender, el análisis que se hace de este enfoque se concentra en una visión de construcción de paz desde el Estado. En el que el fortalecimiento local, se desarrolla en términos institucionales y no comunitarios. En esta medida, si bien resulta importante para sentar las bases conceptuales de la investigación, debe reforzarse con lo que plantea la Teoría de la Paz Imperfecta que será descrita más adelante. 1.2 Tipos de enfoques en gestión de conflictos Dentro de los Estudios de Paz se recurre, con mayor frecuencia, sólo a tres tipos de enfoques en gestión de conflictos: Regulación, Resolución y Transformación. Es pertinente, entonces, describir las características principales de cada uno de estos para evidenciar más claramente la conexión entre el concepto de transformación de conflictos y el objetivo principal de este trabajo. Para ello se tomarán las definiciones trabajadas por Cordula Reimann en el documento “Hacia la Transformación de conflictos: evaluación de los enfoques recientes de gestión de conflictos”, artículo publicado en el año 2000: 16 Regulación: Estrategias centradas en resultados que buscan obtener soluciones sostenibles de tipo “todos ganan”, o poner fin a la violencia directa, sin necesariamente abordar las causas subyacentes al conflicto. Resolución: Hace referencia a todas las actividades centradas en abordar las causas profundas de la violencia directa, cultural y estructural. Transformación: Esfuerzos centrados en resultados, procesos y estructuras, que pretenden superar realmente todas las formas de violencia, convirtiendo en sujetos activos a la población civil sin depender de la intervención de terceras partes como en los otros dos enfoques. De acuerdo con lo descrito anteriormente, podríamos ubicar la regulación y la resolución con los primeros mecanismos de construcción de paz de la Organización de Naciones Unidas, el mantenimiento y la facilitación de la paz respectivamente. Sin embargo, es el tercer enfoque el que nos interesa, porque asume la visión de una sociedad activa, dinámica y participativa, que puede desarrollar procesos propios que no requieran indispensablemente de la agencia de actores externos, sean en forma de Estado o de organizaciones internacionales. Además, su enfoque en el proceso de la gestión del conflicto y no solamente en resultados o acciones, permite un margen de acción mucho más preparado para las contingencias que se puedan presentar en el camino. Facilita la comprensión de que la construcción de paz es un proceso de largo aliento, que implica un fuerte compromiso. Por último, esta clasificación hace evidente que ha sido tanto el énfasis en la prevención y contención de la violencia, que se ha olvidado el componente más importante de la construcción de paz: La promoción de dinámicas constructivas de transformación social. John Paul Lederach, uno de los principales exponentes de este enfoque, considera como piedra angular el cambio social constructivo, que define de la siguiente manera: “El cambio social constructivo es el intento de desplazar las relaciones de aquellas definidas por el temor, la recriminación mutua y la violencia hacia las caracterizadas por el amor, el respeto mutuo y el compromiso pro-activo” (Lederach J. P., 2008). 17 1.3 Teoría de la Paz Imperfecta La paz es un campo de estudio en sí mismo, en el que convergen imaginarios culturales, sociales, económicos y políticos que generan una amplia posibilidad de análisis y comprensión de fenómenos humanos. Aunque es casi automático relacionar la paz con la ausencia de guerra, es menester que ésta sea vista en su propia autonomía como manifestación y como concepto. Como dice Muñoz, “parece que la aparición del concepto de paz ha estado ligada al de guerra, pues ambos aparecen casi coetáneamente, la guerra porque no había nacido, la paz porque no era necesaria como idea” (Muñoz, 2003). Casi siempre los análisis se basan en la definición dual que presenta Galtung del concepto de paz, que comprende dos manifestaciones: En primer lugar está la paz negativa, que ya hemos mencionado como la ausencia de guerra; y en segundo, está la paz positiva, que reproduce una visión ideal y utópica de la sociedad en la que no hay violencia ni conflictos de ningún tipo. Considerar que el concepto de paz aparece ligado al concepto de guerra, significa que se asume una visión negativa de la primera y de la sociedad en su conjunto. Pero, considerar que los esfuerzos de construcción de paz deben, entonces, tener como objetivo alcanzar una paz desde su definición positiva, tendría como consecuencia la imposición de visiones inalcanzables de sociedad y convivencia, lo que paradójicamente podría generar otros tipos de violencia. Concentrarse solamente en esta definición dual del concepto de paz, representa la primera talanquera en el objetivo de esta investigación. Es así como los Estudios de Paz, nos presentan dos momentos importantes que articulan lo que hemos desarrollado anteriormente, con un nuevo panorama de análisis. En primer lugar, se presenta un giro epistemológicoen el que el peso analítico e investigativo recae en la comprensión de la “irenología”, lo que significa que se presenta un tránsito en lo que tradicionalmente se ha estudiado desde la violencia, para empezar a estudiarlo ahora desde la paz. 18 En segundo lugar, está lo trabajado y perfeccionado por los investigadores de la Universidad de Granada, que han desarrollado el concepto de Paz Imperfecta, entendido preliminarmente como: “…todas estas experiencias y estancias en las que los conflictos se han regulado pacíficamente, es decir en las que los individuos y/o grupos humanos han optado por facilitar la satisfacción de las necesidades de los otros, sin que ninguna causa ajena a sus voluntades lo haya impedido” (Muñoz, 2003) De esta definición podemos resaltar dos afirmaciones diferentes a lo que se ha trabajado tradicionalmente en este campo de estudio: Se asume que la paz se da entre individuos y grupos humanos, no solamente entre Estados; y, el énfasis está en la voluntad de las personas y no necesariamente en el agenciamiento de instituciones externas. La decisión de acompañar la paz del adjetivo “imperfecta”, surge como una posibilidad de encontrar sentido a los distintos significados de la primera en diversos contextos sociales y culturales. Francisco Muñoz resalta que “la paz” puede ser concebida como un invento de los humanos, que se puede trasladar para comprender la naturaleza y el cosmos al asumirla como símbolo, y en esta medida es construida y destruida constantemente dependiendo del contexto cultural, social, político y económico en el que se desarrolla. De esta manera, no es posible concebir la paz como un concepto monolítico e inamovible, sino que debe asumirse dinámica, cambiante y en respuesta a las particularidades del contexto en el que se desenvuelve. A la paz como concepto se le suma la paz como vivencia, dotándola de un origen creativo, diverso y más cercano a la cotidianidad de los seres humanos, especialmente de aquellos que viven en situaciones de vulnerabilidad y violencia, que no pueden dar espera a que un ente externo solucione sus dificultades. El concepto de paz, como se mencionó antes, ha estado ligado al concepto de guerra, violencia y conflicto, entendiendo este último de manera negativa. Lederach ya había avanzado en asumir el conflicto no sólo como parte fundamental de todas las relaciones sociales, sino que además lo dotó de un carácter positivo y transformador. En este sentido, el conflicto como posibilidad resalta y se articula con la paz inacabada y sin utopías. La paz imperfecta permite un aterrizaje epistemológico de los estudios de paz en la cotidianidad de los seres humanos. Como lo sintetiza Muñoz, la paz imperfecta permite “que se produzca un avance significativo en el tratamiento y las soluciones a los problemas 19 vivenciales y reales, y por ende intelectuales, de los seres humanos” (Muñoz, 2003). La paz imperfecta no es ausencia del conflicto, en tanto este es el dinamizador de prácticas transformadoras. Para terminar, y manteniendo la referencia a lo trabajado por Francisco Muñoz en la Universidad de Granada, desde la visión de análisis que permite la paz imperfecta, se podría hablar de tres manifestaciones generales de acciones pacíficas, que articulan esta teoría con los modelos de construcción de paz descritos anteriormente: La causalidad, que se evidencia cuando una acción pacífica produce otra directamente; la retroactividad, cuando una acción pacífica continuada a lo largo del tiempo interactúa después de haber realizado un recorrido circular; y, recursiva, cuando la acción pacífica es productora de aquello que la produce. En esta medida, la paz imperfecta es la herramienta teórica más pertinente para reconocer los diferentes tipos de paces que se evidencian en espacios locales, permitiendo además, interrelacionarlas. 2. Construcción y visión de la paz desde lo institucional 2.1 Marco normativo El capítulo anterior tenía por objetivo sentar las bases teóricas y conceptuales que fundamentan esta investigación, pero la teoría sin la praxis no llega lejos. En esta medida, los siguientes dos capítulos buscan describir desde la práctica las características descritas sobre modelos de gestión de conflictos y de construcción de paz descritas en el primer capítulo. Es imposible avanzar sin hacer una aproximación a la percepción sobre la concepción de paz que hay dentro del Estado Colombiano. Si bien es cierto que esto no puede reducirse a lo legislativo, la publicación de normativa que regula este tema es una manera muy útil para evidenciar qué visiones de la paz terminan cristalizadas en el imaginario institucional. 20 Como primer punto, es inevitable comenzar hablando de la Constitución de 1991, no sólo como referente normativo base, sino como un referente de significado para los sentires y opiniones de un momento histórico particular en Colombia. Esta constitución representa un hito en la construcción de paz nacional, en varios niveles: Primero, porque surge de un proceso de negociación con grupos armados al margen de la ley; segundo, porque considera que su máximo objetivo es facilitar la inclusión y participación, política y democrática de diversos sectores sociales, ya que asume como premisa que es la exclusión el origen de la violencia; y, tercero, porque su construcción fue legitimada ampliamente por la sociedad civil en ánimos de participación. Además de esto, la constitución del 91 sentó las bases normativas para la construcción de paz desde un intento por consolidar un marco institucional claro. En la Carta, la paz es elevada a derecho, pero también se considera un deber, como consta en el artículo 22: La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento. Esto tiene dos ámbitos de interpretación: el primero se refiere a que el ordenamiento jurídico debe garantizar la tranquilidad de las personas en su esfera personal; el segundo, el aspecto colectivo, requiere del concurso de factores ideológicos, sociales, económicos y políticos. El Observatorio de Construcción de Paz de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, ha avanzado en la explicación de los significados del nuevo status de la paz desde la constitución de 1991, como explican a continuación: “Ser considerado de tercera generación, le otorga al derecho a la paz tres efectos cruciales: primero, no siendo un derecho fundamental, podrá ser regulado por cualquier tipo de ley; segundo, no tendrá aplicación inmediata, ya que debe contar con desarrollo legal y diversos factores que permitan su progresiva realización dentro del Estado de Derecho; y, tercero, derivado de lo anterior, no puede ser protegido directamente por vía de tutela, ya que cualquier exigencia que se haga sobre el mismo no debe medirse por su protección o desprotección, sino por los esfuerzos que realice el Estado para darle cumplimiento” (Andrade & Barrera, 2013). Desde este pequeño análisis jurídico del desarrollo que el concepto de paz ha tenido dentro del Estado, podemos encontrar manifestaciones de esta normativa en instituciones y medidas gubernamentales, como evidencia de que las leyes son vitales para materializar la paz en varias de sus dimensiones. En esta medida, también 21 podemos ver cómo las normas, al trazar un marco de acción específico, cristalizan escenarios de discusiones y debates en torno a temas particulares. El alcance de lo explicado anteriormente, está atravesado por el contexto de conflicto armado interno de largo aliento que se vive en Colombia, en esta medida el Estado ha desarrollado cuatro grandes estrategias para tratar de poner fin a la conflagración, y hacer debido cumplimiento de lo establecido desde la Constitución Política. Estas son2: Regulación: Aprobación de una serie de tratados internacionales y convenios de cooperaciónen materia de Derecho Internacional Humanitario. Normas que pretenden mitigar efectos, regular el conflicto y proteger a las víctimas del mismo. Siendo los más relevantes los Convenios de Ginebra y sus protocolos adicionales y la ratificación del Estatuto de Roma, que hacen parte del ordenamiento jurídico nacional. Coerción: A través de la normativa, se ha procurado definir las conductas que configuran los delitos asociados con la violencia (varios tipos de violencia). De esta manera se han ampliado las potestades del Estado en materia de narcotráfico, secuestro, extorsión y la trata de personas. Negociación: Leyes diseñadas para crear y elaborar una política de paz del Estado. Tienen como objetivo brindar una serie de disposiciones que faciliten el diálogo y la suscripción de acuerdos con grupos armados ilegales de carácter político. Justicia transicional: Conjunto de medidas jurídicas y políticas, dirigidas a orientar los procesos del cambio político. Especialmente la ley 975 de 2005, o ley de Justicia y Paz; la ley 1440 de 2011, ley de Víctimas y Restitución de Tierras; y, por último, el acto legislativo 01 de 2012, Marco Legal para la Paz. 2 Descripción tomada del artículo: Legislación y construcción de paz en Colombia: ¿Proclamas de papel? Óscar Andrade y Lina Barrera. En Democracia, desarrollo y construcción de paz. Serie documentos para la paz. Número 4. Universidad Jorge Tadeo Lozano. 2013 22 Aunque estas estrategias en principio parecería que sólo reaccionan frente al conflicto armado interno, también aplican para violencias que pueden tener otros orígenes como la intrafamiliar, la escolar y la de género. Ahora bien, la normativa cuenta con todos los elementos necesarios para poder actuar certeramente contra, por un lado, la violencia y por el otro, crear y facilitar espacios de paz. Sin embargo, en la práctica, la efectividad de este entramado normativo ha sido bastante limitada. Un ejemplo claro es la ley 434 de 1998 con la que se crea el Consejo y el Comité Nacional de Paz, así como los Consejos Regionales de Paz, con el objetivo de facilitar la colaboración entre entidades estatales y la sociedad civil para buscar alternativas para superar el conflicto armado interno. Órganos estatales que no han tenido un papel protagónico en el inicio de las negociaciones con las Farc en La Habana, para dar un ejemplo. Por otro lado, es importante resaltar la evolución que ha tenido la normativa en justicia transicional. La ley 975 hace una mención precaria del reconocimiento de las víctimas de grupos paramilitares y su derecho a la reparación, las acciones del Estado se focalizaron en los victimarios. La ley 1448 de 2011, tiene por objeto establecer un conjunto de medidas judiciales, administrativas, sociales y económicas, individuales y colectivas, en beneficio de las personas que hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a partir del 1º de enero de 1985 como consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas en el marco del conflicto armado interno3. Con esta ley se da un salto grande en términos de reconocimiento a las víctimas y a los diversos tipos de violencias que se han ejercido en el marco del conflicto armado. Andrade y Barrera, de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, describen esta paradoja normativa-institucional de la siguiente manera: “Lo que se observa en Colombia es una rutilante contradicción entre un sofisticado marco jurídico y una realidad de violencia 3 Definición de la categoría de víctima hecha dentro de la ley descrita. 23 endémica. A lo largo de su historia, el país ha hecho gala de ese “fetiche jurídico” que hace creer que el surgimiento de una norma automáticamente transforma la realidad” (Andrade & Barrera, 2013). Los autores hacen un llamado a la coordinación institucional, que incluye la profesionalización y capacitación de la burocracia y el establecimiento de fuentes de financiación. Si bien las limitaciones financieras cobran mayor importancia cuando la paz se asume como una responsabilidad única del Estado, no puede aceptarse como excusa que se recurra a la sostenibilidad fiscal para evitar el cumplimiento de los compromisos y deberes adquiridos por ley. Una de las mayores conclusiones que podemos extraer de este recuento legislativo, es la decisión del Estado de privilegiar la visión negativa de la construcción de paz, siendo algo bastante común en marcos normativos. Decisión que responde a una razón muy particular, es mucho menos ambiciosa porque se enfoca en mitigar problemáticas sociales concretas en marcos temporales delimitados específicamente. Una visión más amplia y positiva de la construcción de paz, exige compromisos de largo aliento y una movilización de recursos económicos y humanos mucho más extenuante. 2.2 Procesos de paz anteriores En la historia de los procesos de paz en Colombia se pueden encontrar diversas etapas y resultados. “La evolución, combinación e interacción a lo largo de los años entre las políticas de los gobiernos y la respuesta de los insurgentes han producido “modelos históricos” distintos para la resolución de conflictos” (García-Peña, 2012) Daniel García – Peña encuentra dos modelos predominantes de resolución de Conflictos en Colombia. El primero, basado en el modelo de negociación desarrollado entre el gobierno de Belisario Betancur y la guerrilla de las Farc. El segundo, como resultado de las negociaciones entre la guerrilla del M-19 y el gobierno de Virgilio Barco. Si bien son modelos opuestos, han predominado en la historia nacional. Primer modelo: Se caracterizó por una “agenda amplia” de negociación, esto quiere decir que se enfocó en reformas estructurales sociales y políticas. En primer lugar, porque se aceptó que la desigualdad y la exclusión política eran las “causas objetivas” del conflicto y por ende debían ser atendidas con prioridad. 24 Además, se le dio un reconocimiento explícito de beligerancia a las Farc, como interlocutores legítimos de las negociaciones. Una de las principales causas del fracaso de este modelo, fue la no incorporación al proceso de otros actores importantes en el marco del conflicto armado, como la Iglesia católica, las Fuerzas Armadas y la sociedad civil. Sin embargo, estableció un precedente al diseñar los tres pilares que guiarían futuras negociaciones con la guerrilla: Diálogos, reformas políticas y rehabilitación social y económica. Segundo modelo: El objetivo de la negociación fue otorgar garantías políticas que le permitieran a los insurgentes desarmarse y crear movimientos legales democráticos para participar en elecciones. A comparación del modelo anterior, esta se podría considerar como una “agenda limitada”, en la que las reformas estructurales se asumieron como una responsabilidad del gobierno, independientemente de las negociaciones. La crisis de institucionalidad que se generó en el gobierno de Samper, estancó cualquier avance en este punto. Pero, el gobierno de Andrés Pastrana, mezcló elementos de los dos modelos, lo que significó un regreso de la diplomacia presidencial directa, en palabras de García-Peña. Como consecuencia, en 1999, el gobierno y la guerrilla de las Farc firmaron la Agenda Común para el Cambio por la Paz, inspirada en el modelo de Betancur, pero agregando elementos propios como la creación de las Audiencias Públicas y el Comité Temático que permitieron la participación de la sociedad civil. El 20 de febrero del 2002, las Farc secuestró al senador Jorge Eduardo Gechem, acto que llevó a que el presidente Pastrana pusiera fin a los diálogos en El Caguán. Sin embargo, los diálogos noprodujeron ningún avance en términos estructurales. Para el año 2002, año electoral, era claro el descontento generado por el fracaso de los diálogos entre la administración Pastrana y las Farc, ambiente que abonó el terreno para que resultara elegido Álvaro Uribe y su política de Seguridad Democrática. Aunque en la administración Uribe sí hubo acercamientos con grupos armados al margen de la ley, nunca se consolidaron suficientes puntos en común que pudieran dar origen a un nuevo proceso de negociación. Sin embargo, y con relación a la maleabilidad del concepto de paz, el gobierno logró modificar, a través de una reforma legal, uno de los requisitos para 25 poder considerar entablar diálogos de paz: el carácter de estatus político. De esta manera pudo sentarse con los grupos paramilitares y firmaron el Acuerdo de Santa Fe de Ralito en el 2003. El Acuerdo de Ralito llevó a la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia, grupo paramilitar responsable de algunas de las más atroces acciones contra la población civil. La ley de Justicia y Paz, fue el mecanismo de justicia transicional creado para acompañar este proceso. Pero, como ya se ha mencionado antes, el enfoque del gobierno se centró solamente en la desmovilización de los paramilitares, sin generar medidas de reparación integral para las víctimas de estos, sin mencionar la no aceptación de algún grado de responsabilidad en la creación y desarrollo del paramilitarismo. Tampoco se implantaron los mecanismos óptimos de reinserción a la vida civil. Además, como en procesos anteriores, no hubo ningún espacio de participación para los diversos sectores que conforman la sociedad civil. Aunque esta crítica va más allá de la necesidad de que la sociedad civil tenga un puesto en la mesa de negociación, es un llamado a considerar la importancia que tiene, para garantizar el posible éxito de un proceso de paz, que la ciudadanía se apropie de los temas que se están negociando. Parte del fracaso de procesos anteriores está en la baja legitimidad de estos en el imaginario de la población. García-Peña al referirse a los diálogos de la administración Pastrana, dice que la naturaleza bilateral en el modelo era inadecuada para los niveles de complejidad de la crisis nacional. Es por esto necesario considerar la importancia de la participación civil en estos procesos, porque refleja las contradicciones que han caracterizado a esta nación en guerra. 2.3 Negociaciones en La Habana Siguiendo la clasificación propuesta por García-Peña, se podría afirmar que la actual negociación entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc, corresponde al modelo Betancur, en tanto que incluye en el plan de ruta, políticas que afectan problemas estructurales del conflicto y de la sociedad. Aunque, como se ha establecido en varios comunicados, no es una negociación de la ideología de la guerrilla, sino de las causas objetivas que los llevaron a organizarse. Más adelante se discutirá la agenda a profundidad, pero por el momento es pertinente hacer un breve recuento o línea del 26 tiempo con los eventos más importantes en el desarrollo de estas negociaciones, para así evidenciar los momentos más importantes hasta ahora, identificando así, las carencias y faltas que se han tenido al transmitir la importancia de estos diálogos a la ciudadanía. a. Cronología de los diálogos de paz en La Habana4: El 4 de septiembre del año 2012, el presidente de la República Juan Manuel Santos, anunció que se iniciaría un proceso de negociación con la guerrilla de las Farc. Se informa además que es un proceso que lleva seis meses de negociaciones exploratorias y que se ha elaborado una hoja de ruta con cinco temas a tratar: El problema de la tierra, la dejación de armas, la participación política de los insurgentes, la solución de la problemática del narcotráfico y la reparación a las víctimas del conflicto. El 18 de octubre dan inicio formalmente a los diálogos en Oslo, Noruega. Se anuncia además la composición de los representantes de la mesa de diálogo. Por el Gobierno: Humberto de la Calle, ex vicepresidente: Sergio Jaramillo, alto consejero para la paz; Luis Carlos Villegas, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia; los generales retirados Jorge Enrique Mora Rangel y Óscar Naranjo. Por las Farc: Iván Márquez, Rodrigo Granda, Jesús Emilio Carvajalino y Luis Alberto Albán. El 16 de noviembre dan inicio las conversaciones en la capital cubana. Se ha determinado que el problema de la tierra será el primero a discutir. El 26 de noviembre se abre un espacio para que la sociedad civil también participe; se celebrará en Bogotá de Política de Desarrollo Agrario Integral, en diciembre del mismo año. El 29 de noviembre termina la primera ronda de negociaciones. 4 La cronología se construyó a partir de notas de prensa e infografías realizadas en medios de comunicación sobre el tema. Una de las fuentes principales, fue el especial multimedia de Telesur sobre las negociaciones hasta el 12 de mayo: http://exwebserv.telesurtv.net/secciones/afondo/especiales/Cronologia_paz_colombia/ 27 El 5 de diciembre se reanudan las conversaciones y el gobierno anuncia que se habilitará una página web para recibir propuestas de la ciudadanía: www.mesadeconversaciones.gov.co . El 20 de febrero de 2013 se inauguran en Bogotá, las Asambleas Constituyentes por la Paz en Colombia con Justicia Social; evento que tiene por objetivo la discusión de la realidad colombiana con el fin de plantear alternativas de salidas al conflicto. El 9 de abril se lleva a cabo una marcha en apoyo a los diálogos de paz, que cuenta con una participación ciudadana multitudinaria a nivel nacional. El 29 de abril, las Farc presentan cuatro propuestas para reformar el Estado colombiano que incluyen el fin de las políticas neoliberales y una asamblea constituyente. Entre el 28 y 30 de abril se lleva a cabo, en la ciudad de Bogotá, un Foro sobre Participación Política en el que asistieron cerca de 1400 representantes de diversos sectores sociales. El 6 de mayo se instala en Bogotá la segunda fase de las Mesas Regionales por la Paz para conocer las opiniones de las víctimas del conflicto y llevarlas a la mesa de negociación. Se informa que del primer ciclo se recibieron propuestas de 1333 organizaciones. El 12 de mayo, más de dos mil mujeres se reunieron en la ciudad de Florencia, Caquetá, para el Primer Encuentro Nacional e Internacional de Mujeres por la Dignidad y la Paz. Acto que buscó reiterar la necesidad de un aporte femenino para construir una paz integral con justicia social. El 26 de mayo se firma el primer acuerdo agrario entre las Farc y el gobierno. Tras seis meses de negociación las partes llegaron a un acuerdo en la problemática de tierras que incluye las zonas de reserva campesina. El 21 de agosto, las Farc hacen un pronunciamiento en el que reconocen su responsabilidad en la extensión del conflicto armado. El 9 de septiembre, las comisiones negociadoras, le solicitan a la ONU y a la Universidad Nacional la organización de un foro sobre drogas ilícitas, que corresponde al cuarto punto de la agenda. El Foro Nacional Solución al Problema de las Drogas Ilícitas, se lleva a cabo en la ciudad de Bogotá. Una sesión http://www.mesadeconversaciones.gov.co/ 28 complementaria se desarrolla en la ciudad de San José del Guaviare, el primero de octubre. El tres de octubre el grupo insurgente se manifiesta a favor de un perdón colectivo por parte de las víctimas. El 12 de octubre, la guerrilla informa el lanzamiento de una página web dedicada a las mujeres para debatir las propuestas del grupo guerrillero: www.mujerfariana.co El 6 de noviembre las partes anuncian que han logrado un acuerdo sobre el segundo punto de laagenda; la participación política del grupo insurgente. El 26 de noviembre el gobierno anuncia el nombramiento de dos nuevos miembros al equipo negociador: Nigeria Rentería y María Paulina Riveros. El 28 del mismo mes se reanudan los diálogos para empezar a debatir el cuarto punto de la agenda: la búsqueda de soluciones al problema del cultivo de drogas ilícitas y el narcotráfico. El 20 de diciembre, Iván Márquez presenta un plan para una Asamblea Constituyente que oriente el posconflicto y tenga la función de validar los acuerdos que surjan de los diálogos. El 19 de enero de 2014 las Farc presenta cinco propuestas de políticas antidrogas, que incluyen un programa de sustitución de cultivos ilícitos, reconocimiento de territorios de comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes, y el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores de estos cultivos. El 4 de abril el gobierno nacional crea una Red de Alcaldes y Gobernadores por la Paz, para fortalecer el canal de comunicación con los mandatarios locales y regionales. El 16 de mayo las Farc y el gobierno anuncian que han llegado a un acuerdo sobre el tercer punto de la agenda. Los insurgentes se comprometen a romper cualquier relación con el narcotráfico. Lo anterior nos permite inferir varias cosas no sólo alrededor del desarrollo de los diálogos en la mesa de negociación, sino de las dinámicas que se han manifestado en ámbitos gubernamentales y locales paralelamente en respuesta al proceso. http://www.mujerfariana.co/ 29 En primer lugar, si bien se han abierto espacios de participación y debate, la difusión de las discusiones que se dan en la mesa de negociación es prácticamente nula. Aunque anuncian la creación páginas web que tienen como objetivo no sólo que las personas puedan enviar propuestas a la mesa, sino que también puedan enterarse de lo que discute más allá de cuál es el acuerdo final, hay una profunda desactualización en estos. Tanto la página de Mesa de Conversaciones como la de las Asambleas Constituyentes regionales no han sido actualizadas a medida que ha avanzado el proceso en La Habana. En la primera sólo se publican los comunicados oficiales que también se dan a conocer en los medios de comunicación, y no lo hacen desde febrero del año pasado; y la segunda, que por su descripción e información inicial se podría asumir que tiene como objetivo hacer un seguimiento a las discusiones acerca de los diálogos en cada región, sólo cuenta con breves reseñas de cuando se instalaron algunas de las mesas de trabajo. Entonces, aunque se han creado espacios para que diversos sectores de la sociedad civil puedan discutir en torno a temas específicos de la agenda de la mesa de negociación, no hay una debida difusión y democratización de la información que se está trabajando. Esto sin mencionar, que de los foros, charlas, seminarios y demás eventos realizados es prácticamente imposible conseguir archivos oficiales con reseñas o relatorías de lo discutido. En segundo lugar, y directamente relacionado con la mesa de diálogo, está la casi nula participación de mujeres, campesinos, comunidades indígenas y afrodescendientes en un espacio alto de decisión. No es un tema de darles un puesto en la mesa de negociación, pero sí debería considerarse la posibilidad de que haya un representante de estos sectores en conjunto, como lo hay de las Fuerzas Armadas. Luego de un año de conversaciones el gobierno nacional incorporó a dos mujeres al equipo negociador, como consecuencia de las presiones que se habían hecho al respecto. En el lado insurgente se puede mantener la crítica, aunque han utilizado la imagen de Tanja Nijmeijer para mostrar una guerrilla incluyente, esto también ha ido acompañado de denuncias por parte de organizaciones de mujeres sobre el verdadero trato que se les da a las guerrilleras dentro de la organización. En tercer lugar, está la profunda centralización en el manejo de la información y la creación de iniciativas gubernamentales. De todos los espacios creados para la discusión 30 de puntos específicos de la agenda, sólo dos se desarrollaron fuera de Bogotá. Uno de las causas más clara de la desigualdad y la exclusión en Colombia, que además ha llevado a la profundización de la violencia, es el centralismo exacerbado de las ramas del poder. Se esperaría que las herramientas ideadas por el gobierno para generar un sentido de identidad y pertenencia hacia los diálogos de paz tuvieran en cuenta las particularidades de cada región para dar a conocer los avances y fomentar la participación ciudadana. Por último, el desconocimiento de los procesos de agencia locales y regionales que no están ligados a instituciones del Estado, es absoluto. En ningún momento se evidencia la preocupación o la inquietud por lo que está pasando en las regiones más allá de su participación con propuestas para la mesa de negociación. Los eventos creados para discutir y socializar temas de la agenda, son excluyentes hacía sectores de la sociedad que no necesariamente hacen parte de organizaciones sociales, sumando el hecho del centralismo que hemos mencionado, es prácticamente imposible tener una lectura o aproximación del desarrollo de propuestas e iniciativas regionales en esta coyuntura particular. En esta medida se hace necesario un esfuerzo de recopilación y análisis que permita hacer visibles las dinámicas locales y regionales entorno a la paz, y a la construcción de esta. El siguiente capítulo pretende abordar este vacío documental, desde la recopilación y descripción de iniciativas de construcción de paz que han tenido un origen civil y que día a día trabajan por una sociedad más justa y participativa, aún sin contar con los recursos y el apoyo del gobierno colombiano. Como lo afirma el Cinep: En La Habana no termina la construcción de paz y democracia y mayor será el aporte si hay coincidencias sobre los procedimientos a seguir para que la sociedad entera complete la tarea de hacer realidad en Colombia la democracia representativa y la de participación” (2013). 31 3. Iniciativas locales de paz en Colombia “La paz es nacional como propuesta, es regional como solución” Mario Calderón Luego del desarrollo conceptual e histórico anterior, se da inicio a la última parte de este trabajo. El objetivo principal de esta investigación es hacer una aproximación, desde la academia, de las iniciativas locales de construcción de paz en Colombia. Iniciativas que aúnan esfuerzos que no atraen a los medios de comunicación, porque carecen de la espectacularidad y amarillismo que se logra con la guerra. Iniciativas que deben darse a conocer, especialmente en un escenario como en el que nos encontramos ahora, en el que la posibilidad de iniciar un proceso de paz y posconflicto nos llama a comprender de una manera más compleja las contradicciones y obstáculos que pueden seguir avivando la llama de la violencia. Son paces, como diría Francisco Muñoz, que no se muestran palpablemente, están sigilosamente guardadas en infinidad de pequeños acontecimientos que muchas veces, por criterios erróneos, ni siquiera son dignos de ser mostrados (Muñoz, 2003). A pesar del poco interés mediático oficial y gubernamental, en Colombia, este tipo de iniciativas han tomado fuerza y han aumentado desde la década del noventa. Sin embargo, por la misma falta de divulgación y difusión de cada una, en muchas ocasiones no ha sido posible una articulación entre estas que facilite la construcción de redes de apoyo, información y la creación de espacios de socialización y agencia desde lo local hacia lo nacional. 32 Sin embargo, es importante aclarar desde este momento que no todas las iniciativas civiles de construcción de paz clasificaron para ser tenidas en cuenta en esta investigación, punto quese explicará con mayor detalle más adelante. En esta medida, la estructura que este capítulo plantea es la siguiente: En un primer momento se hace una mención y breve descripción de las iniciativas que se conocieron a través de una rigurosa revisión documental; en segundo lugar se explica el filtro de selección creado para identificar unas iniciativas insignia dentro de la gran variedad encontrada; en tercer lugar, se propone un análisis corto sobre los logros y retos que estas iniciativas han encontrado a lo largo de su existencia; y, por último, una comparación entre la agenda de la mesa de negociación de La Habana, y las exigencias y reivindicaciones de las iniciativas seleccionadas. 3.1 Enumeración y breve descripción histórica las iniciativas encontradas En Colombia, a pesar del conflicto profundo que se vive, las iniciativas de paz son innumerables. Inicialmente se había planteado una delimitación temporal para identificar iniciativas ligadas al inicio de los diálogos de paz con la guerrilla de las Farc (2011 – 2013); sin embargo, y a medida que avanzaba la investigación, se hizo necesario ampliar el espectro y tomar en cuenta iniciativas que no necesariamente habían nacido con los diálogos de paz en La Habana. A continuación se nombran y describen algunas de ellas, con orígenes variados, pero con el objetivo común de querer construir una realidad diferente desde sus lugares de acción5. Chocaguan - Comité de cacoteros de Remolino del Caguán y Suncillas: Nace en 1989 como una iniciativa de seguridad alimentaria y desarrollo regional. Trabajan bajo el eslogan “Sí al cacao no a la coca”. Actualmente siguen produciendo chocolate y lo comercializan en zonas aledañas a Remolino. 5 El listado que se presenta a continuación se logró con la ayuda de dos fuentes principales: La categorización que en 2006 hizo la Ecola de Cultura de Pau y el mapa de iniciativas locales de paz que la organización Paz desde la Base tiene disponible en su página web: http://www.pazdesdelabase.org/index.php?option=com_wrapper&view=wrapper&Itemid=10 33 Asojuntas - Asociación de Juntas de Acción Comunal de Cartagena del Chairá: Inicia en 1988 con la capacitación de 40 líderes comunales con la finalidad de constituir un organismo de segundo grado en el orden comunal nacional. Su principal objetivo es la defensa de sus comunidades para fortalecer sus estructuras organizativas, brindando apoyo y capacitación a todos los líderes y lideresas. Amugasam – Asociación de Mujeres Campesinas Sembradoras de vida y paz de Samaniego: Están ubicadas en el departamento de Nariño, se organizaron en el año 2005 con el objetivo de lograr la visibilización, respeto y defensa de los derechos de las mujeres, en la búsqueda continua de oportunidades y una vida digna. Han consolidado redes de saberes que incorporan las cosmovisiones de las comunidades, exigiendo la defensa de su territorio. Unipa – Unidad Indígena del Pueblo Awa: Trabajan por la unidad, el territorio, la cultura y la autonomía del pueblo Awa, en el departamento del Cauca. Acapa – Asociación de Consejos Comunitarios del Pacífico Caucano y la Ensenada de Tumaco: Tiene una cobertura en 36 veredas de los municipios de Pizarro, Tumaco y Mosquera, donde habitan ancestralmente 11.500 afrodescendientes. Surgen en 1998 como asociación campesina, luego se constituyen en Consejo Comunitario con el objetivo de lograr la titulación colectiva. En el año 2000 se les reconocen 94.338 hectáreas de tierra. Consejo Comunitario del Río Sanquianga: Se constituyó en 1995, con el objetivo de lograr la titulación colectiva de varias hectáreas de tierra, distribuidas en cuatro sectores que dividen la cuenca del río Sanquianga. Cococauca – Coordinación de Consejos Comunitarios y Organizaciones de Base del Pueblo Negro del Pacífico de Colombia: Tiene como objetivo adoptar medidas de estabilidad organizativa para reafirmar identidad en los territorios ancestrales étnicos, como una forma de resistir a las presiones de la violencia, como el despojo y el desplazamiento forzado. Cima – Comité de Integración del Macizo Colombiano: Entidad de apoyo técnico, incidencia, gestión y ejecución de proyectos ante las formas de administración pública en la región. Se diseña como una estrategia de trabajo 34 para la estructuración de áreas y programas para la implementación de propuestas de desarrollo propio. Cric – Consejo Regional Indígena del Cauca: Organización que agrupa a más del 90% de las comunidades indígenas de este departamento. Lidera negociaciones con el Estado, ya que se le reconoce como Autoridad Tradicional de los pueblos indígenas del Cauca. Surge en 1971, con el objetivo de exigir la aplicabilidad de lo estipulado en la ley 89 de 1890. ACIT – Asociación de Campesinos de Inza-Tierradentro: Conformada en 1997, es una organización rural sin ánimo de lucro, que integra a 3 mil afiliados activos del municipio de Inza. Tiene como objetivo generar desarrollo económico y social endógeno y autogestionado en la región y mejorar las condiciones de vida rurales para los pobladores de la zona. ACIN – Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca: Se creó en 1994, está ubicada en el municipio de Santander de Quilichao, agrupa 14 resguardos y 16 cabildos indígenas. Es reconocida por defender su plan de vida, entendido como un sueño colectivo y el camino para lograrlo, siguiendo una cosmovisión propia. Además, busca consolidar la construcción de un proceso ancestral en plena libertad a través de la participación de la comunidad. Consejo Comunitario del Bajo Naya: Promueve la defensa del territorio ancestral mediante la reivindicación étnica y cultural. Impulsa el fomento de proyectos etnoeducativos, tecnológicos y científicos que propendan por el desarrollo sostenible y sustentable de los habitantes de la cuenca del río Naya. Consejo Comunitario del río Cajambre: Es una organización de carácter comunitario, autónoma y autóctona, de participación popular e independiente que impulsa la unión de las comunidades negras asentadas en la cuenca del río Cajambre. Asociación de Organizaciones de Mujeres de Buenaventura: Tiene como objetivo el bienestar colectivo y el mejoramiento de la calidad de vida de las mujeres miembros. Sus principales actividades son: capacitaciones, asesoría organizativa, rescate de identidad con perspectiva de género y trabajo en red. Son 25 organizaciones, 12 urbanas y 13 rurales, siendo aproximadamente 925 mujeres. 35 Cocomopoca – Consejo Comunitario Mayor de la OPOCA: Es una organización étnico-territorial, estructura de gobierno, con autonomía para la administración interna territorial de las comunidades afrodescendientes de los municipios de Bagadó, Lloró, Atrato y Cértegui en Chocó. Fue creada en 1994, siguiendo los ejes de defensa del territorio y los recursos naturales y defensa de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Su objetivo principal es lograr la titulación colectiva del territorio. FISCH: Foro Interétnico Solidaridad Chocó: Está constituido por 57 organizaciones etnicoterritoriales del Chocó y tiene como objetivo fundamental defender la dignidad de los pueblos, negros, indígenas y mestizos fomentando el arraigo y la defensa del territorio. Cavida – Comunidades de autodeterminación, vida, dignidad del Cacarica: Está conformada por 1200 campesinos y campesinas, en su mayoría afrodescendientes, que retornan a su territorio luego de haber sido desplazados por la “Operación Génesis” llevada a cabo por la Brigada XVII del Ejército, con apoyo de los paramilitares. Lograron la titulación colectiva de 103.024 hectáreas. Comunidad de Paz de San José de Apartadó: Nace en 1997 con el anhelo de ser respetados y poderse mantener en el territorio, peroes violentada de diversas maneras por el ejército y los paramilitares. Se trasladan al municipio de San José, declarándose en desobediencia civil frente a los grupos armados, legales e ilegales. Está conformada por 1300 personas campesinas. Asprocig – Asociación de productores para el desarrollo comunitario de la Ciénaga grande del Bajo Sinú: Es una organización comunitaria, de base, sin ánimo de lucro conformada por grupos campesinos, pescadores e indígenas. Tiene como objetivo el mejoramiento de la calidad de vida de sus miembros. Se encuentra en 9 municipios, pero tiene como sede Santa Cruz de Lorica, en Córdoba. ATCC - Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare: Surge en 1987 como una forma de consolidar un plan de vida comunitario sin ningún tipo de control por parte de los actores armados. Asproas – Asociación de productores alternativos de Simití: Surge en 1997, con el objetivo de elaborar propuestas alternativas que les permitan permanecer de manera digna en su territorio. 36 Proceso Soberano Comunitario por la Vida, la Justicia y la Paz de Micoahumado: Está conformado desde el 2002, tienen como objetivo buscar el derecho a la vida, la justicia y la paz con autonomía, declarando su rechazo a los grupos armados. ASOCAB – Asociación de campesinos en Buenos Aires: Conformada en 1998, con 129 familias del municipio de Buenos Aires, Bolívar. Tienen como objetivo la producción, comercialización y procesamiento de productos agropecuarios. ACIA – Asociación Campesina Integral del Atrato: Se creó en 1982 y es un proceso organizativo que agrupa aproximadamente a 50.000 personas afrodescendientes y a 120 consejos comunitarios locales del Medio Atrato en el Departamento del Chocó. Busca el reconocimiento de los derechos y el bienestar de las comunidades negras de la cuenca mediana del río Atrato. Organización Femenina Popular: Surgió en la década de los 60. Agrupa aproximadamente a cinco mil mujeres de distintos orígenes. Está ubicada en la región del Magdalena Medio, haciendo presencia en 8 municipios. Trabajan por la defensa de la vida, el reconocimiento y desarrollo de los derechos integrales de la mujer. AMCT – Asamblea Municipal Constituyente del municipio de Tarso: Surge en el año 2001 como un espacio permanente de organización social, como máximo órgano de decisión y expresión popular de los habitantes del municipio. Ruta Pacífica de las Mujeres Colombianas: Creada en 1996 está conformada por 350 organizaciones de mujeres de ocho departamentos. Es una propuesta política feminista que trabaja por la tramitación negociada del conflicto armado y por la visibilización de los efectos de la guerra en las mujeres. PCN – Proceso de Comunidades Negras de Colombia: Se organizaron con el único propósito de trabajar coordinada y conjuntamente para el reconocimiento de los derechos de los afrocolombianos. Su origen se remonta a la Constitución de 1991, gracias a la afirmación que en ésta se hace de Colombia como una nación pluriétnica y multicultural. Titulación colectiva del territorio, defensa por los derechos de las mujeres, administraciones públicas que incluyen la cosmogonía de grupos indígenas, asambleas 37 constituyentes municipales. Estos y más son los temas y objetivos que llevaron a varios individuos a buscar una manera de organización y acción que les permitiera luchar por sus intereses. Sin embargo, y debido a las características de este trabajo, no se puede profundizar en todas las iniciativas nombradas. A continuación se explica el filtro definido para orientar la selección de iniciativas que lograran, desde sus rutas de trabajo, ilustrar más acertadamente el panorama general de la construcción de paz desde lo local en Colombia. 3.2 Filtro de selección Ya en el 2006 la Ecola Cultura de Pau (ECP) hacía un intento de visibilizar la gran cantidad de iniciativas civiles de paz en Colombia, investigación que generó una propuesta de agrupación de acuerdo a su origen temporal dentro de la historia colombiana. Sin embargo, y a pesar de que significa un gran esfuerzo académico, la discriminación temporal de iniciativas impide encontrar algunos puntos en común que comparten entre ellas a la hora de generar espacios de resistencia. Además, esta discriminación también omite el efecto diferencial que la violencia ha tenido en Colombia. Organizar iniciativas de paz civiles por fecha de origen impide encontrar y hacer visibles puntos en común dentro de las reivindicaciones que exige cada una. En este documento la ECP dividía a las iniciativas en tres grupos: Tradicionales, que tenían reivindicaciones ligadas a deudas históricas agravadas por el actual conflicto; origen reciente, que aunque recogen muchas de las luchas de la primera categoría, suman nuevas preocupaciones como la defensa del medio ambiente o la desmilitarización; y, como tercera categoría, las iniciativas surgidas en torno a coyunturas específicas como los acuerdos de paz. La última categoría carece de iniciativas que se mantuvieran en el tiempo y en el territorio debido a su origen coyuntural. Se caracterizan más por ser expresiones ligadas a manifestaciones ciudadanas de acompañamiento a propuestas gubernamentales de paz, como las marchas o movilizaciones. Las condiciones que orientaron la selección general de iniciativas fueron las siguientes: Permanencia en el tiempo – No son iniciativas efímeras. 38 Reconocimiento dentro de la comunidad en la que surgen – Legitimidad que evita imposiciones externas. Son iniciativas civiles - No surgen por iniciativa estatal, de organizaciones no gubernamentales o de las iglesias. No surgen como parte de programas de responsabilidad social empresarial Están a favor de una salida negociada al conflicto Como segundo punto del filtro, se reagruparon las iniciativas encontradas de acuerdo al grupo poblacional en el que surgieron. De esta manera, se seleccionaron cuatro del total, las que han significado una especie de hito dentro de las organizaciones sociales y la construcción de paz desde la base en Colombia. Por las mujeres, la Ruta Pacífica de las Mujeres; por los campesinos, la Asociación de Campesinos del Carare; por las comunidades afrodescendientes, el Proceso de Comunidades Negras; y, por último, por las comunidades indígenas, el Consejo Regional Indígena del Cauca. 3.3 Iniciativas seleccionadas En este punto del capítulo se pretende hacer una descripción más profunda de cada iniciativa, que permita identificar los logros y obstáculos de cada una6. 3.3.1 Mujeres – Ruta Pacífica de las Mujeres7 Surge en 1996 como respuesta a la grave situación de violencia en la que se encuentran las mujeres en zonas de conflicto. Se definen como un movimiento feminista que trabaja por la tramitación negociada del conflicto armado, por la visibilización de los efectos de la guerra en la vida de las mujeres y por la exigibilidad de los derechos a la verdad, la justicia, la reparación y la reconstrucción histórica de la memoria colectiva para la no repetición. Hacen parte del movimiento ciudadano por la paz, que desde la sociedad civil se ha declarado en contra de la guerra. Tienen presencia en nueve regiones del país: 6 Las descripciones de cada iniciativa se hacen tomando como base la información que cada una presenta en su página web. 7 www.rutapacifica.org.co/ 39 Antioquia, Bogotá, Bolívar, Cauca, Chocó, Putumayo, Risaralda, Santander y Valle del Cauca. Está conformada por mujeres de diversos sectores sociales. Su modelo de acción se define como participativo, feminista y de carácter nacional, que busca incidir en las instituciones del Estado y permitir la relación y la transcendencia del movimiento de mujeres en los ámbitos locales, nacionales e internacionales. Para
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