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Facultad de Ingeniería
Programa Gestión de Proyectos
División de Acompañamiento Integral
Dirección de Bienestar
Sede Bogotá
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número
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revista estudiantil de divulgación y cultura agrícola
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rectora
Dolly Montoya Castaño
vicerrector
José Ismael Peña Reyes
director bienestar sede bogotá
Oscar Arturo Oliveros Garay
jefe de división de acompañamiento integral
Zulma Edith Camargo Cantor
coordinador programa gestión de proyectos
William Gutiérrez Moreno
decana de la facultad de ingeniería
María Alejandra Guzmán Pardo
director bienestar ingeniería
Giovanni Muñoz Puerta
COMITÉ EDITORIAL
coordinación
Ana Tejedor | ingeniería agrícola, facultad de ingeniería - sede bogotá
experta evaluadora
Ingeniera Agrícola Andrea Katherín Carranza Díaz
msc. en ingeniería agrícola de la universidad nacional de colombia, candidata al docto-
rado en suelo y medio ambiente de la universidad laval, canadá
corrección de estilo innagri
Angie Garzón | estudios literarios, facultad de ciencias humanas - sede bogotá
comité de fotografía y diseño innagri 
Neil Lopez | diseño industrial, universidad nacional de colombia- sede bogotá
Ana Tejedor | ingeniería agrícola, facultad de ingeniería - sede bogotá
comité de logística y divulgación
Sara Gutiérrez | ingeniería agrícola, facultad de ingeniería - sede bogotá
Bryan Gil | ingeniería agrícola, facultad de ingeniería - sede bogotá
Katherine López | ingeniería agrícola, facultad de ciencias agrarias - sede medellín
fotografía de portada
Ana Julyeth Tejedor Díaz
corrección de estilo
Diana C. Luque V. ( PGP )
diseño y diagramación 
Fernando Rodríguez ( PGP )
INNAGRI es una publicación anual de estudiantes del pro-
grama de Ingeniería Agrícola de la Facultad de Ingeniería 
que surge como iniciativa del Semillero de Investigación 
Innovación en el Campo y en la Ingeniería para la Sociedad 
- ICIS, la cual busca ofrecer un espacio para la convergen-
cia de diferentes saberes que atraviesan a esta disciplina, 
donde se integren no solo los aspectos científicos e investi-
gativos sino también los relacionados con el ámbito social y 
humano dentro del sector agrícola. 
 
CONTACTO
innagrifi_bog@unal.edu.co 
@revistainnagri 
Universidad Nacional de Colombia 
Cra 45 No 26-85 Edificio Uriel Gutiérrez 
Sede Bogotá 
www.unal.edu.co
CONTACTO PGP
proyectoug_bog@unal.edu.co 
316 5000 ext. 10661 / 10662 
/gestiondeproyectosUN 
@pgp_un 
issuu.com/gestiondeproyectos 
El material expuesto en esta publicación puede ser distri-
buido copiado y expuesto por terceros si se muestra en los 
créditos.
No se puede obtener ningún beneficio comercial.
No se pueden realizar obras derivadas.
Las ideas y opiniones presentadas en los textos de la 
siguiente publicación son responsabilidad exclusiva de sus 
respectivos autores y no reflejan necesariamente la opinión 
de la Universidad Nacional de Colombia.
Revista estudiantil de divulgación y cultura agrícola 
de la Universidad Nacional de Colombia
Número 1 • 2021 • ISSN en línea 2806 · 0490
Universidad Nacional de Colombia | Facultad de Ingeniería | Sede Bogotá 
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Contenido
INNAGRI N°1
Editorial
Agradecimientos
COLUMNAS
Ingeniería agrícola: Historia y proyecciones en Colombia
SICAD: Poniendo manos a la obra sobre el cannabis
(investigación e industria)
Ana Julyeth Tejedor Díaz
página
Andrea Herrera Cardona
Juan José Mantilla Cutiva • María Camila Gutiérrez Pineda
Paula Andrea Uribe Benavides • Leonardo Urrea Ríos
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PROYECTOS ESTUDIANTILES
BIOTECNOLOGÍA, INNOVACIÓN Y ACTUALIDAD
Proceso de implementación de tres huertas comunitarias
ubicadas en Bogotá, Pitalito (Huila), y Viotá (Cundinamarca)
Espectroscopía NIR como herramienta 
en la autenticación de alimentos
Hackeando el valor de "p" en las pruebas estadísticas 
aplicadas en agricultura
Juan Pablo Cordero Rodríguez • Karen del Pilar Galindez Labrador
Laura Juliana Peñuela Mojica • Omar David Guzmán Sánchez
Kelly Johanna Patarroyo León • Carolina María Sánchez-Sáenz
Sebastián Gutiérrez Pacheco
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Editorial
Ana Julyeth Tejedor Díaz1
La innovación es un proceso de creación que se 
alimenta de experiencias heredadas, a partir de 
las cuales transformamos y reinventamos nues-
tras realidades buscando descubrir nuevas formas 
de entender el mundo. En este sentido lo innova-
dor, o el acto mismo de innovar, puede entenderse 
como la representación de un cúmulo de saberes 
que se articulan para dar vida al futuro, y es sobre 
este concepto en donde yace la esencia misma 
de la ingeniería, una ingeniería que hoy más que 
nunca debe estar al servicio de su entorno.
Adicionalmente, es importante reconocer que 
el desarrollo de la ingeniería no es un hecho ais-
lado a las dinámicas sociales, pues, en conjunción 
con las ciencias, esta está llamada a responder a 
las demandas de la humanidad y del medio am-
biente, las cuales se entrelazan por fuertes rela-
ciones tanto biológicas como sociales, económicas, 
políticas, culturales, entre otras. Con este proyec-
to editorial se busca resignificar el papel de la in-
geniería dentro de todos los contextos en los que 
se desenvuelve la sociedad, en especial dentro del 
rural y del trabajo técnico asociado a la produc-
ción agrícola. Innagri representa la innovación en 
la Ingeniería Agrícola, una ingeniería contempo-
ránea, con la capacidad de integrar las diferentes 
perspectivas que convergen en las problemáticas 
que como profesionales buscamos resolver, de aquí 
que uno de nuestros objetivos sea darles mayor 
valor a las ideas y al trabajo que se realiza desde 
la academia y el mundo investigativo.1 Ingeniería Agrícola, Facultad de Ingeniería.
anjtejedordi@unal.edu.co
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Este proyecto se divide en tres secciones. La 
primera de ellas, llamada Columnas, es un espa-
cio para la argumentación y el pensamiento críti-
co. Allí se recogen ideas de diferentes disciplinas 
en torno al campo, la ingeniería rural y todas las 
áreas ligadas a esta. Su propósito es dar cabida a 
todas las voces que aportan a la construcción del 
trabajo conjunto por el desarrollo rural, ambien-
tal y tecnológico del sector agrícola. Por otra parte, 
dentro de este diálogo multidisciplinar es preciso 
destacar la labor investigativa y la generación de 
conocimiento que se desarrolla a través del tra-
bajo de diferentes grupos estudiantiles; por esta 
razón la revista es presentada como una platafor-
ma para la publicación de proyectos estudiantiles 
que se encuentran ligados a las líneas temáticas 
abordadas. De este modo se busca dar visibilidad 
a los esfuerzos, logros y retos que surgen en el tra-
bajo estudiantil durante los procesos de creación 
e innovación, y, al mismo tiempo, propiciar el inte-
rés de diferentes sectores académicos por un tra-
bajo colaborativo en el que se pueda aprender de 
diversas experiencias gracias a la multiplicidad de 
miradas sobre la misma problemática. Finalmente, 
Innagri presenta una tercera sección denominada 
Biotecnología, innovación y actualidad destinada 
a la divulgación de temas innovadores que repre-
senten nuevas tecnologías o herramientas rele-
vantes para el avance técnico y científico de la 
Ingeniería Agrícola.
Nuestra primera publicación se logra gracias 
a un arduo esfuerzo por brindar a todas las pro-
fesiones y oficios inmersos en el marco del tra-
bajo agrícola y medioambiental un lugar para la 
discusión y el común entendimiento frente a pro-
blemáticas ambientales y sociales transversales a 
la sociedad en general, como el cambio climático, 
la inseguridad alimentaria y el agotamiento de re-
cursos esenciales para la vida; como también, por 
darle un elemento de identidad al programa de 
Ingeniería Agrícola que invite al trabajo multidis-
ciplinar e integre diversos saberes.
Agradecimientos
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Agradecimientos
En esta primera publicación, el proyecto INNAGRIextiende su agradecimiento a todas las per-
sonas que creyeron en esta iniciativa. A la in-
geniera Carolina María Sánchez Sáenz, actual 
directora del Área Curricular del Departamento 
de Ingeniera Civil y Agrícola, ya que, sin su apoyo 
constante, oportuna gestión y su siempre amable 
disposición, este proceso no hubiese sido posible. 
A la ingeniera Andrea Katherín Carranza Díaz, 
quien ha seguido de cerca el trabajo realizado y 
con gran entusiasmo ha respaldado cada paso 
en el camino.
A la Facultad de Ingeniería, por permitir y con-
fiar en el desarrollo de esta estrategia para la di-
vulgación del trabajo de estudiantes, egresados y 
docentes en torno a la Ingeniería Agrícola y a las 
diferentes dimensiones que la atraviesan. 
Al Programa de Gestión de Proyectos de la 
Universidad Nacional de Colombia, por brindar a 
la comunidad universitaria herramientas para la 
creación y materialización de ideas que enrique-
cen la experiencia de vivir la universidad desde di-
ferentes ámbitos. 
A los autores del presente número por per-
mitir a este proyecto mostrar su trabajo y valiosas 
contribuciones para el desarrollo social, científico 
e investigativo del sector agrícola.
A todas las personas que estuvieron involu-
cradas en la construcción de esta publicación, por 
su dedicación y amor por lo que hacen.
COLUMNAS
Panorámica embalse La Esmeralda
Fotografía de 
Neil Fray López Bernal
Ingeniería agrícola: 
historia y proyecciones 
en Colombia
Andrea Herrera Cardona1 
Resumen
En este artículo se expone un resumen del ori-
gen de la Ingeniería Agrícola y su transformación 
a lo largo de los años, principalmente el cambio 
que ha presentado este programa de estudios en 
Colombia, algunos de sus retos y sus proyecciones 
a futuro. Por otro lado, se presenta la importan-
cia tanto de la agricultura, como de la aplicación 
de la ingeniería en el campo para impulsar el de-
sarrollo agrícola del país. Finalmente, se expli-
can los cambios que se han presentado desde la 
academia sobre esta rama de la Ingeniería en la 
Universidad Nacional de Colombia. 
Palabras clave
Agricultura Colombiana 
Ingeniería Agrícola 
Programa de Estudios 
Desarrollo Académico. 
1 Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional de Colombia, 
sede Bogotá. anherreraca@unal.edu.co
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La agricultura es la actividad responsable del su-
ministro de alimentos en el mundo y toma una 
gran importancia en el crecimiento económico de 
los países en vía de desarrollo (Bula, 2020). Esta 
actividad tiene su origen en el periodo neolíti-
co, unos 10 000 años atrás luego de que algunas 
poblaciones pasaran de ser cazadores nómadas 
a ser agricultores sedentarios (Heraldo, 2016). 
Actualmente, la agricultura impulsa la econo-
mía de muchos países en desarrollo con grandes 
aportes al hábitat y el paisaje, mediante la con-
servación de suelos y biodiversidad, la ordenación 
de cuencas hidrográficas y la retención del carbo-
no (FAO, 2005). 
Uno de los principales promotores del desarro-
llo económico y de la reducción del índice de po-
breza en la mayoría de los países desarrollados es 
su crecimiento económico (FAO, 2005). El aumento 
de inversión en el sector agropecuario acrecienta 
la productividad, el empleo y los ingresos de tra-
bajadores agrícolas; asimismo, es eficaz para redu-
cir la pobreza urbana con la transformación inicial 
de la economía hacia el desarrollo (Bula, 2020). 
Se cree que los estudios sobre agricultura sur-
gen a partir de las máquinas para labores agrí-
colas (Hernández, 2005). El primer programa de 
Ingeniería Agrícola nace en Estados Unidos en 
1886, en la Universidad de Nebraska. Este plan de 
estudios contaba con conocimientos de mecánica 
práctica y estudios de suelo y agua (Hernández, 
2005). En América Latina, el primer programa de 
Ingeniería Agrícola se establece en 1954 en la 
Universidad de Manabí, Ecuador; en 1960 se crea 
el programa de la Universidad Agraria La Molina, 
Perú; en Colombia, el primer plan curricular surge en 
1965, en la Universidad Nacional de Colombia, sede 
Medellín; y finalmente, en 1969, se crea en Brasil el 
programa de pregrado en Ingeniería Agrícola de la 
Universidad de Rio Grande del Sur (Hernández, 2005).
El programa de Ingeniería Agrícola nace en 
Colombia como respuesta a dos necesidades fun-
damentales: la mentalidad cuantificadora del inge-
niero en el agro, con su conocimiento en ciencias, 
física y matemática; y el ingeniero con conocimien-
to biológico (Gómez y Villa, 1975). Un intercambio, 
realizado en 1962, entre la Universidad de Michigan 
y la Universidad Nacional de Colombia, es una de 
las principales causas de la creación del programa: 
profesores estadounidenses especializados en el 
área de la maquinaria agrícola dieron clases en la 
Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional 
en Medellín, y profesores colombianos fueron a 
especializarse en Estados Unidos (Bustamante 
Betancur, 1985). El primer plan de estudios en 
Ingeniería Agrícola de Colombia contaba con lí-
neas de estudio en ingeniería de riego, drenaje y 
adecuación de tierras; ingeniería de procesamien-
to de productos agrícolas; maquinaria agrícola y 
mecanización; y sistemas de estructuras agrícolas 
y electrificación rural (Gómez y Villa, 1975).
El programa de Ingeniería Agrícola de la Sede 
Medellín surgió gracias a la colaboración del deca-
no de la Universidad, Carlos Garcés, la OEA, la FAO, 
y los ingenieros Fredy Salas (Universidad Agraria 
la Molina), Alfonso Diaz (Universidad Nacional en 
Palmira), Alejandro Sandino (Universidad Nacional 
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en Bogotá) y Carl Hall (Universidad de Michigan) 
(Bustamante, 1975). Tras su aprobación se estable-
cieron los pregrados de las sedes Palmira y Bogotá, 
en 1967 y 1969 respectivamente; la Universidad 
Surcolombiana, en 1976; y la Universidad de Sucre, 
en 1978 (Bustamante, 1985).
La Ingeniería Agrícola tiene un papel impor-
tante tanto en la etapa de cultivo (con labores de 
adecuación de tierras, implemento de maquinaria 
agrícola e ingeniería del agua) como en la etapa de 
cosecha (participando en la poscosecha y la trans-
formación de productos agrícolas) (Ramos Sarria et 
al., 1985). Los primeros veinte años de trayectoria 
de la carrera mostraron un balance positivo, man-
teniéndola en un lugar relevante de los ámbitos 
académico y profesional; así, sus egresados parti-
ciparon en diferentes actividades y entidades del 
sector agropecuario (Bustamante Betancur, 1985). 
Otro balance, esta vez de los primeros cincuenta 
años de la Ingeniería Agrícola en Colombia, eviden-
cia que ha presentado cambios al adaptarse al de-
sarrollo político, social, económico y agroindustrial 
del país (Jiménez Narváez y Mendoza de Armas, 
2015). La mayoría de estos cambios se deben a la 
necesidad de transformar la agricultura tradicional, 
con el fin de volverla más productiva, competitiva, 
eficiente y rentable (Hernández Hernández, 2005). 
De esta manera, se han hecho modificaciones en 
poscosecha, ciencia y tecnología de alimentos, y en 
el aprovechamiento y manejo de recursos natura-
les (Jiménez Narváez y Mendoza de Armas, 2015).
Según el Proyecto Educativo de Programa (PEP), 
el objetivo del pregrado en Ingeniería Agrícola es 
la “[…] adecuación y modernización del sector rural, 
para la producción, conservación y transformación 
primaria de los productos alimenticios y mate-
rias primas de origen agropecuario” (Universidad 
Nacional de Colombia, 2021, p. 17). Por otra parte, 
el objetivo del estudiante es adquirir conocimien-
tos interdisciplinarios para la conservación y ma-
nejo de recursos naturales, y adaptarse a nuevas 
tendencias como la agricultura y zootecnia de pre-
cisión (Universidad Nacional de Colombia - Sede 
Bogotá, 2018). Como resultado de la colabora-
ción del grupo de académicos, aulas y laboratorios 
que integran el programa de Ingeniería Agrícola 
se fortalece el plan de estudios frenteal Consejo 
Nacional de Acreditación (CNA) (Jiménez Narváez 
y Mendoza de Armas, 2015).
En la actualidad, la Ingeniería Agrícola se en-
cuentra en evolución debido a la cuarta revolu-
ción industrial y busca adaptarse a otras áreas 
del conocimiento como los biosistemas (Parra y 
Osorio, 2019) o a nuevas ramas de aplicación que 
comprenden el control y la automatización en la 
agricultura (Universidad Nacional de Colombia, 
2014). Ejemplos de estas adaptaciones se pueden 
observar en todo el mundo: en Estados Unidos 
(2005) se cambia de ASAE (Sociedad Americana de 
Ingeniería Agrícola) a ASABE (Sociedad Americana 
de Agricultura y de Ingeniería Biológica); en 
Europa se integra el estudio de la biología, el 
medio ambiente y la agricultura en la Ingeniería 
de Biosistemas; en Asia y Oceanía se incorpora 
el concepto de Ingeniería de Biosistemas; y fi-
nalmente, en América Latina, se dan cambios en 
Costa Rica, donde a partir del año 2011 se habla 
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de Ingeniería en Ecosistemas, en Producción y en 
Bioingeniería, y en Brasil, donde existen varias 
universidades con niveles de pregrado y posgra-
do en Biosistemas (Parra y Osorio, 2019).
A partir de lo descrito anteriormente se eviden-
cian las transformaciones de la Ingeniería Agrícola 
y la visión que debe adquirir para continuar sien-
do una profesión competente en nuestro país. Por 
tal motivo, se ha impulsado una reforma en la 
Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá 
y se han logrado adecuar algunas asignaturas del 
nivel de maestría para actualización en Biosistemas. 
Esto implicó el cambio de nombre de Maestría 
en Ingeniería – Ingeniería Agrícola a Maestría en 
Ingeniería – Ingeniería de Biosistemas a través del 
Acuerdo 180 del 2020 de Consejo Académico, y la 
modificación de los objetivos específicos del pro-
grama de Maestría en Ingeniería – Ingeniería de 
Biosistemas, mediante el Acuerdo del 320 del 2020 
del Consejo Superior Universitario. 
Actualmente, el programa de posgrado de 
Maestría en Ingeniería – Ingeniería de Biosistemas 
se encuentra vigente en la Universidad Nacional 
de Colombia; sin embargo, está a la espera de la 
creación del código SNIES por parte del Ministerio 
de Educación Nacional para poder graduar profe-
sionales en este programa (Osorio, comunicación 
personal, 7 de septiembre de 2021). Este plan de 
estudios cambia el enfoque de la maestría de dos 
líneas de investigación a seis, que comprenden: 
“[…] manejo sostenible de agua y suelo, poscose-
cha y procesos agroindustriales, máquinas y meca-
nización agrícola y agroindustrial, construcciones 
e infraestructura rural y bioclimática, energía y au-
tomatización agrícola, y transferencia de tecnolo-
gía y desarrollo rural” (Universidad Nacional de 
Colombia, 2020, párr. 3). 
Estas modificaciones empezaron desde el 
programa de posgrado (el cual cuenta con una 
participación inferior al pregrado) que buscaba pro-
vocar una transformación gradual de la Ingeniería 
Agrícola desde la academia. Adicionalmente, con 
el fin de actualizar a los profesionales que ejercen 
su carrera, se busca crear una Especialización en 
Agroindustria y Biosistemas, que funcione como 
puente entre el nivel de estudios de pregrado y la 
maestría (Osorio, comunicación personal, 7 de sep-
tiembre de 2021). Cabe resaltar que, aunque se han 
propuesto cambios en el programa curricular desde 
el 2006 (principalmente en la sede Palmira de la 
Universidad Nacional de Colombia), solo hasta el 
2014 se evidenció algún interés por la moderni-
zación. Este se intensificó mediante una propuesta 
en el 2019, que fue la causa de la actual reforma 
en el área de Ingeniería Agrícola (Osorio, comuni-
cación personal, 7 de septiembre de 2021).
Para concluir, vivimos en un país agrícola con 
una gran oferta ambiental y potencial para el de-
sarrollo agropecuario, lo que nos invita a producir 
responsablemente alimentos de calidad y en can-
tidad suficiente para suplir la demanda que hay en 
el mundo. Lo anterior se encuentra de la mano con 
los objetivos estratégicos de la FAO que pretenden 
que la agricultura, la actividad forestal y la pesca 
sean más productivas y sostenibles (Mota Botello 
y Mora Izquierdo, 2018). Las políticas públicas son 
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un requisito fundamental para impulsar la produc-
tividad agrícola, pues permiten elevar los ingre-
sos para la inversión en investigación, tecnología 
y prácticas innovadoras para los agricultores; y así, 
aumentar los rendimientos, gestionar los recursos, 
mejorar la calidad de los productos, conservar los 
recursos naturales y adaptarse a los desafíos climá-
ticos (Bula, 2020). Por esta razón es necesario que, 
como profesionales del área de Ingeniería Agrícola, 
docentes en la academia, investigadores y trabaja-
dores del campo, nos integremos y trabajemos por 
el cumplimiento de un propósito en común: el de-
sarrollo del sector agrícola de nuestro país, pues 
sin campo no hay ciudad. 
Referencias 
Acuerdo 180 de 2020 [Universidad Nacional de Colombia]. Por el cual se 
actualizan los objetivos específicos y la estructura de los planes de estudios 
del programa curricular Maestría en Ingeniería - Ingeniería de Biosistemas de 
la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá 
Sede Bogotá; se modifica el Acuerdo 010 de 2002 del Consejo Académico, y se 
derogan los Acuerdos 259 de 2008 y 055 de 2009 del Consejo Académico.
Acuerdo 320 de 2020 [Universidad Nacional de Colombia]. Por el cual se 
cambia el nombre del programa curricular Maestría en Ingeniería - Ingeniería 
Agrícola por la de Maestría en Ingeniería - Ingeniería de Biosistemas de la 
Universidad Nacional de Colombia, su objetivo general y el título que otorga, 
y se modifican los Acuerdos 009 y 018 de 2002 del Consejo Académico.
Bula, A. O. (2020). Importancia de la agricultura en el 
desarrollo socio-económico. Puente Académico, 16, 1-29. https://
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Ingeniería - Ingeniería de Biosistemas [Borrador no publicado]
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Ramos Sarria, R., López D., M. J., y López D., J. A. (1985). El ingeniero agrícola en 
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Universidad Nacional. Análisis textual. Carreras asociadas: Ingeniería Agrícola.
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- Ingeniería Agrícola. https://ingenieria.bogota.unal.edu.co/es/
formacion/maestria/maestria-en-ingenieria-agricola.html
Universidad Nacional de Colombia. (2021). Proyecto Educativo 
de Programa: mejoramiento continuo y seguimiento de la calidad de los 
programas de pregrado - Ingeniería Agrícola. Facultad de Ingeniería - Sede 
Bogotá. https://ingenieria.bogota.unal.edu.co/images/recursos/pregrado/
ingenieriaAgricola/PEP_Ingeniera_Agricola_2021_Actualizado.pdf
Laboratorios de poscosecha y control
Fotografía de 
Ana Julyeth Tejedor Díaz
SICAD:
poniendo manos a la obra sobre el 
cannabis (investigación e industria)
Juan José Mantil la Cutiva1
María Camila Gutiérrez Pineda2
Paula Andrea Uribe Benavidez3
Leonardo Urrea Ríos4
Resumen
“El cannabis ha sido [la planta psicoactiva] de 
mayor cultivo, consumo y tráfico alrededor del 
mundo” (D’souza, 2021) y por tal razón ha sido ob-
jeto de fuertes restricciones a través de políticas 
antidrogas en los países productores y consumi-
dores. Sin embargo, recientemente la sociedad 
ha comenzado a cambiar su perspectiva frente a 
su uso y comercialización, lo que ha traído como 
resultados, por un lado, la creciente legalización 
parcial o total en diferentes países, (entre ellos, 
Palabras Clave
Cannabis
Investigación Terapéutica
Industria del Cannabis
Derivados
Transformación del Cannabis
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Canadá, 15 estados de Estados Unidos, Uruguay, 
Sudáfrica y Georgia) y, por otra parte, el incremen-
to del número de empresas y de inversionistas 
que incursionan en su mercado. Por esto, ante el 
aumento del interés de diferentes industrias en 
los beneficios del cannabis y su uso para comba-
tir diversas patologías, nace SICAD (semillero de 
investigación en cannabis y sus derivados), como 
estrategia para el desarrollo de técnicas y tecno-
logías que contribuyan en la construcción de esta 
nueva industria de manera integral.
1 Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de 
Colombia. jmantillac@unal.edu.co
2 Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional 
de Colombia. mgutierrezpi@unal.edu.co
3 Facultad de Ingeniería, Universidad Nacional de 
Colombia. pauribeb@unal.edu.co
4 Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional 
de Colombia. ilurrear@unal.edu.co
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Introducción
Dado el contexto de regulación y legalización 
mundial, en enero del 2019 la ONU, tomando las 
recomendaciones de la Organización Mundial de 
la Salud sobre los beneficios médicos y terapéu-
ticos del cannabis, y respaldada por el voto de 27 
países, decidió retirar esta planta de la lista de 
los estupefacientes más peligrosos. Esta decisión 
ha producido una avalancha de interés entre ex-
pertos e investigadores en relación con sus com-
ponentes, a la producción y al mejoramiento 
genético de la planta, así como a la búsqueda de 
nuevos métodos para el desarrollo de la industria 
en pro del beneficio de las economías internas.
Contexto económico del cannabis 
a nivel internacional
New Frontier Data estimó que el recaudo anual 
para el 2020 del mercado de cannabis fue de 
$150 000 millones de dólares, y que contaba con 
un crecimiento de entre US$45 000 millones y 
US$67 000 millones comparado con el año ante-
rior. Más aún, al evaluar las ventas del sector, las 
cuales superaron los US$15 000 millones a pesar 
del contexto de crisis que se dio a lugar a causa 
de la pandemia (La República, 2021), se eviden-
ció que incrementaron un 71 % como resultado 
de las ventas en línea y de la mayor legalización 
en ciertos territorios (Barcott, 2021). En este sen-
tido, los países que tuvieron mayores ganancias 
con la comercialización medicinal de la planta 
fueron Estados Unidos, Canadá, Alemania, Italia 
y Uruguay; mientras que los principales países 
consumidores fueron Israel, Estados Unidos, Chile, 
Canadá y Nueva Zelanda con un porcentaje de 
consumo de 27 %, 17 %, 15,1 %, 14,43 %, 13,89 % 
respectivamente (figura 1) (La República, 2021).
Figura 1. Países con mayores ingresos del 
mercado de Cannabis medicinal 2020 
Fuente: Statista.
Nota: adaptada de Países que más ganan con el 
cannabis medicinal, La República, 2021.
Este panorama ha permitido que los inversio-
nistas sean optimistas frente al crecimiento del 
mercado en los próximos años. Según un infor-
me de Arcview Market Research y BDS Analytics, 
se prevé que para el 2024 en Estados Unidos se 
incrementarán las ventas a US$31,1 mil millones 
y para el final de la década estas serán de US$85 
000 millones de dólares. Es más, si el cannabis es 
legalizado a nivel nacional en este mismo país, los 
ingresos fiscales que provendrían de este mercado 
sumarían US$128,8 mil millones y habría alrede-
dor de 1,6 millones de nuevos puestos de traba-
jo (D’souza, 2021).
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Sin embargo, muchos son los obstáculos que 
aún enfrenta el mercado en términos de regulación 
y legislación, puesto que, en países como Canadá, 
donde el uso de la hierba floral para uso recrea-
tivo y medicinal es completamente legal, existen 
ambigüedades legales entre sus distintas provin-
cias dada la autonomía de cada una de ellas (Reiff, 
2021a). Igualmente, las empresas enfrentan gran-
des restricciones a los servicios bancarios y aún per-
siste la estigmatización que a lo largo del tiempo 
ha recaído sobre esta planta (Reiff, 2021b).
Pese a lo anterior, la industria ha traído gran-
des beneficios a las finanzas públicas y al merca-
do laboral: en Estados Unidos, este sector empleó 
a tiempo completo alrededor de 250 000 perso-
nas (unos 77 300 empleos más que en el 2019), 
lo que representa el 32 % del total de crecimien-
to del número de empleados en el ámbito nacio-
nal. Por otro lado, la investigación de cannabis de 
la Universidad Estatal de Pueblo-Colorado identi-
ficó que, en el 2019, tan solo en la economía local, 
se habían recaudado US$302 millones en impues-
tos y tarifas provenientes de la marihuana medici-
nal y recreativa (Krishna, 2021).
Desarrollos en pro de la salud
Existe evidencia muy antigua del uso medicinal y 
terapéutico del cannabis en el mundo: en el año 
2700 a. C. se reportó su uso en China; en el siglo 
VIII se encuentra mencionado en cartillas médicas 
de la India; a principios del siglo XX fue introdu-
cido a Europa y hasta recetado a la reina Victoria 
de Inglaterra para tratar sus cólicos menstruales 
(Peña, 1999). Sin embargo, en los años treinta fue 
proscrito por riesgo adictivo debido a sus propie-
dades psicoactivas.
El paso del tiempo y el creciente interés en el 
estudio de la planta, junto con esfuerzos comuni-
tarios de pacientes alrededor del mundo, lograron 
que se entablará un diálogo a propósito de la re-
gulación y legalización para uso medicinal del can-
nabis. En el caso particular de Colombia, la lucha 
de estos sectores ha sido larga, pero ha desem-
bocado en el Decreto 811 de 2021, que, además 
de ampliar las fronteras productivas y económicas, 
también abre las puertas para la investigación en 
materia farmacéutica, médica e industrial.
En la década de los sesenta, en Israel, un grupo 
de científicoslograron aislar y sintetizar las molécu-
las de CBD y THC con el fin de estudiar las propie-
dades terapéuticas del cannabis. Al mismo tiempo 
descubrieron un sistema fisiológico de regulación 
de la homeostasis del ser humano: el sistema en-
docannabinoide, que está presente también en ani-
males y plantas, y que es un conjunto de moléculas 
endocannabicas (Anandamida y 2AG) junto con sus 
respectivos receptores (CB1, CB2 y 5HT1A). Así se 
pudo comprobar que en el cuerpo hay un sistema 
que responde a receptores que están en el canna-
bis (The CBD side, 2021). Este sistema de recep-
tores, ligandos endógenos y enzimas contribuyen 
en conjunto a la regulación de diversas funciones 
entre las que se pueden encontrar: 
[…] el aprendizaje y la memoria, la respuesta 
al estrés y al dolor, la regulación del sueño, los 
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mecanismos de recompensa, la ingesta de ali-
mentos, los movimientos y control de la postura, 
entre otras. Además, sirve como modulador de 
otros sistemas como el inmunológico, el cardio-
vascular, el gastrointestinal y el reproductivo. 
(Casadiego-Mesa y Lastra-Bello, 2015, p. 502). 
Hasta los años treinta se utilizó el cannabis 
sativa como base en analgésicos y medicamentos 
para tratar desordenes compulsivos, desde enton-
ces, la investigación de los principios activos de 
esta planta ha permitido tratar en la actualidad en-
fermedades neurodegenerativas, molestias asocia-
das a pacientes con cáncer, ansiedad, dolor, entre 
otras (ver tabla 1).
Cáñamo para transformar
Mirando hacia el futuro en esta industria ver-
sátil, esperamos que la fibra de cáñamo tam-
bién pueda ser aprovechada para alimentar de 
una manera más ecológica y amigable sectores 
productivos como la industria textil. El cáñamo 
produce hasta dos veces más fibra que el algo-
dón y utiliza menos agua, menos pesticidas y en 
un menor tiempo de producción (Fresen, 2020). 
Adicionalmente, tiene una versatilidad equipara-
ble a la de otras fibras, ya que a través del cá-
ñamo pueden elaborarse diferentes productos: 
desde cuerdas hasta jeans, pasando por toda la 
variedad de prendas de vestir y productos para 
el hogar (como plumones, cojines, ropa de cama, 
etc.), todo tipo de productos plásticos, ladrillos 
de construcción, entre muchos otros.
Tabla 1. Posibles usos terapéuticos del cannabis y sus derivados
Fuente: Casadiego-Mesa A.F., Lastra-Bello S.M. (2015, p. 508).
Nota: Reproducida de Otros posibles usos terapéuticos y 
sus derivados, de Casadiego Andrés y Lastra Sara (2015).
Patologías sobre 
las que actúa Cannabinoide
Desarrollo y progresión 
de tumores en el cáncer Cannabidiol
Náuseas y vómito como 
consecuencia de la qui-
mioterapia en el cáncer
Dronabinol, Nabilona, TCH
Trastornos de ansiedad, 
insomnio y epilepsia Cannabidiol
Esclerosis múltiple
Cannabidiol, Sativex, 
(Delta 8 y 9) TCH, HU-
211, ácido ajulémico
Anorexia, dolor y ca-
quexia asociada al VIH Cannabis fumado
Presión intraocu-
lar, Glaucoma
Abn-CBD, CBG-DMH, 
WIN 55, 212-2 (Delta 
9) TCH, Cannabidiol, 
HU-211, CP-55940
Dolor crónico y condi-
ciones terminales
TCH, Nabilona, Cannabidiol, 
ácido ajulémico
Isquemia cerebral WIN 55, 212-2, CP55940, HU-211, Cannabidiol
Enfermedad de Hunington WIN 55, 212-2 (Delta 9) TCH, Cannabidiol, Sativex
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El impacto generado por esta planta para el 
desarrollo de una economía más sostenible con 
los recursos comienza desde la siembra: una vez 
una semilla es plantada, el terreno es protegido 
de la erosión a través de la renovación y descan-
so del suelo, un proceso que contribuye a redu-
cir la contaminación del agua y a garantizar la 
vida de los suelos.
Decreto 811 del 2021,
hacia la regulación en Colombia
El Gobierno nacional emitió el pasado 23 de julio 
el Decreto 811 de 2021, por medio del cual se 
sustituye el título 11 de la parte 8 del libro 2 del 
Decreto 780 de 2016, en relación con el acceso 
seguro e informado al uso del cannabis y de la 
planta de cannabis para uso medicinal. Dicho de-
creto modifica una serie de regulaciones existen-
tes para el control del manejo del cannabis y sus 
derivados, y, adicionalmente, autoriza la exporta-
ción de la flor seca de esta planta, lo cual estaba 
prohibido antes de la expedición de la legislación.
En el capítulo 2 de la nueva normativa se au-
toriza e implementa el uso regulado de la materia 
(como lo es la planta, sus semillas, sus granos, et-
cétera), que esté exenta del componente psicoac-
tivo THC (tetrahidrocannabinol), únicamente para 
fines industriales o medicinales; a la vez se permi-
te el uso exclusivo del componente CBD para fines 
investigativos, de producción y de comercialización 
de productos. Dicho capítulo se refiere también 
a las licencias que concederán permisos especí-
ficos a diferentes compañías para la fabricación y 
comercialización de derivados del cannabis. Entre 
los tipos de licencias estipuladas en el decreto se 
encuentran la licencia para la producción y el ma-
nejo de semillas o del grano y las licencias extraor-
dinarias para el cultivo de cannabis por motivos 
de agotamiento de existencias o de investigación 
con fines no comerciales. Estas tienen duraciones 
de tres, cinco y hasta diez años, con posibilidad de 
trámites de modificación y renovación, los cuales 
serán avalados por el Invima o por:
El Ministerio de Justicia y del Derecho, a través 
de la Subdirección de Control y Fiscalización 
de Sustancias Químicas y Estupefacientes (...) 
[en el caso de] las licencias de semillas para 
siembra y grano, y de cultivo de plantas de 
cannabis psicoactivo y no psicoactivo. (Decreto 
811, 2021)
Estas regulaciones generan grandes expecta-
tivas para la economía colombiana, pues se refie-
ren a una industria potencial que no había podido 
ser explotada debido a los regímenes prohibitivos 
que existían. Al respecto, el abogado José Francisco 
Mafla (2021) afirma que:
El Decreto 811 de 2021 es una de las estrate-
gias del Gobierno para reactivar la economía, 
donde se actualiza la regulación en materia de 
cannabis para fines medicinales y científicos, a 
la vez que reconoce a esta industria como una 
de las más prometedoras, con un potencial de 
exportador de US$17 700 millones.
Y no es para menos, pues después de la cri-
sis económica que sufrió Colombia a causa de la 
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pandemia se buscan alternativas para una recupe-
ración económica relativamente rápida y de urgen-
cia a través de la exploración de nuevos horizontes 
comerciales, que generen un beneficio a diferen-
tes sectores económicos del país (el agrícola y el 
industrial), aprovechando el auge mundial del uso 
del cannabis. Con este decreto las investigaciones 
en torno a esta planta podrán ser mucho más am-
plias y a su vez el trabajo podrá ser mayor, gene-
rando grandes beneficios para el país.
Conclusiones: la tarea de SICAD
en el contexto cannábico colombiano
En Colombia, debido a las antiguas restricciones 
en materia legal, al estigma generado alrededor 
del uso de la planta de cannabis y al alto costo 
de tratamientos producidos e importados desde 
el extranjero, las asociaciones y comunidades de 
pacientes crearon sus propias fórmulas magis-
trales: extracciones artesanales que no permi-
tían, por la falta de instrumentos y conocimiento 
técnico, conocer con certeza las cantidades obte-
nidas de los cannabinoides más conocidos y uti-
lizados (CBD y THC). Esta situación no permitió 
hallar un estándar en las cantidades presentes 
de estos componentes entre una y otra extrac-
ción ni considerar los más de cien cannabinoi-
des presentes en la planta.
Con este antecedente, y apoyados en las nue-
vas legislaciones nacionales, se crea el proyecto 
SICAD (Semillero de Investigación en Cannabis y 
Derivados). El proyecto entiende como necesaria la 
tarea de alimentar la investigación en la planta de 
cannabis y sus derivados. Se espera que se puedan 
generar importantes avances en materia de imple-
mentaciones prácticas en el área de la medicina 
Figura 2. Primerasalida de campo del SICAD (Huila)
Fuente: fotografía de Paula Andrea Uribe Benavidez.
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Figura 3. Segunda salida de campo del SICAD en la empresa GAIA. (Mariquita-Tolima)
Fuente: fotografía de Paula Andrea Uribe Benavidez.
y la industria que ayuden a mejorar la calidad de 
vida de toda la población interesada.
El SICAD pretende ser un móvil de formación 
e investigación multidisciplinar, que ponga a dis-
posición de la comunidad estudiantil, empresarial 
y la sociedad en general nuevas técnicas y tecno-
logías que fomenten el desarrollo y consecuente 
competitividad de esta industria floreciente, parti-
cularmente en los eslabones de la cadena de pro-
ducción: desde la semilla, el cultivo, el laboratorio 
de fabricación y finalmente el paciente o usuario. 
Asimismo, busca generar interés en el desarrollo 
y creación de nuevas empresas para este sector a 
partir de la implementación de las buenas prácti-
cas agrícolas e industriales; esto con el fin de que 
el avance en materia del cannabis de uso medici-
nal e industrial en Colombia no pare, y enriquezca 
los horizontes académicos y económicos del país 
y, por supuesto, del mundo entero. 
Referencias
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time jobs. Leafly. https://www.leafly.com/news/industry/cannabis-jobs-report
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Decreto 811 de 2021. Por el cual se sustituye el título 11 de la parte 8 
del libro 2 del Decreto 780 de 2016, único reglamentario del Sector Salud y 
Protección Social, en relación al uso del cannabis y de la planta de cannabis. 
D.O. No. 51744. https://www.minjusticia.gov.co/normatividad- co/Decretos/
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ingresos reciben con el negocio del cannabis medicinal. https://www.
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Fresen Madero, J. (2020). La fibra de cáñamo, el nuevo algodón para 
la industria textil. Cannapp. https://cannapp.com.co/fibra-de-canamo/
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The CBD Side. (2021). Historia y origen del CBD y del sistema 
endocannabinoide. https://www.thecbdside.com/que-es-el-cbd/
historia-y-origen-del-cbd-y-del-sistema-endocannabinoide/
Cámara de germinación y 
desarrollo de cannabis
Fotografía de 
Neil Fray López Bernal
PROYECTOS
ESTUDIANTILES
Cultivo maíz macanal
Fotografía de 
Neil Fray López Bernal
Proceso de implementación 
de tres huertas comunitarias 
ubicadas en Bogotá, Pitalito (Huila) 
y Viotá (Cundinamarca)
Juan Pablo Cordero Rodríguez1
Karen del Pi lar Galindez Labrador2
Laura Jul iana Peñuela Mojica3
Omar David Guzmán Sánchez4
Resumen
Las huertas son definidas como espacios en los 
que se cultivan vegetales, hierbas y granos de va-
riados tipos, estas se caracterizan por desarro-
llar una producción limpia utilizando insumos 
que se encuentran en el mismo agroecosistema. 
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1 Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional de 
Colombia, Sede Bogotá. jpcorderor@unal.edu.co
2 Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional de 
Colombia, Sede Bogotá. kpgalindezl@unal.edu.co
3 Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional de 
Colombia, Sede Bogotá. lpenuelam@unal.edu.co
4 Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad Nacional de 
Colombia, Sede Bogotá. oguzmans@unal.edu.co
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Actualmente, las huertas brindan alternativas 
para la soberanía y seguridad alimentaria, y a su 
vez fomentan la formación de tejido social y la 
conservación de la agrobiodiversidad. A partir de 
diversos estudios se han identificado diferentes 
problemáticas en torno a la implementación de 
huertas, entre ellas la asistencia técnica deficien-
te y la sostenibilidad a largo plazo de estas. En 
esta investigación se llevó a cabo la implemen-
tación de tres huertas comunitarias agrobiodi-
versas (ubicadas en Bogotá, Pitalito y Viotá) y la 
evaluación de varias huertas caseras (ubicadas en 
Viotá), con el propósito de: 1) identificar las prác-
ticas más utilizadas para el mantenimiento de las 
huertas, y 2) demostrar las limitaciones a nivel 
técnico y social en la implementación de estas. 
Con la realización de entrevistas semiestructura-
das a los agricultores se encontró que el uso de 
materiales orgánicos es una de las prácticas más 
usadas, tanto para la adecuación del suelo como 
para la fertilización de las plantas; por otra parte, 
se identificó como problemática más relevante 
la baja disponibilidad de mano de obra para el 
sostenimiento de las huertas; finalmente, se evi-
denció que las mujeres son quienes se encargan 
principalmente de la planeación, instauración y 
mantenimiento de estos espacios. 
Palabras clave
Huertas Comunitarias
Agricultura Urbana
Biodiversidad
Agroecosistema
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Introducción
Las huertas se definen ampliamente como es-
pacios donde se cultivan diferentes hortali-
zas, granos básicos, frutas, plantas medicinales, 
hierbas comestibles, ornamentales, entre otras 
(Palacios et al., 2016; Silva, 2017). Usualmente, 
estas se establecen en fincas, jardines, balcones, 
terrazas o en espacios comunitarios no produc-
tivos (por ejemplo, terrenos baldíos). Se carac-
terizan por desarrollar una producción limpia, 
en la cual se prioriza el uso de insumos que se 
encuentran dentro del mismo agroecosistema 
(Hinestroza et al. , 2019). 
Las huertas se han convertido en una alter-
nativa sostenible para combatir los problemas de 
seguridad alimentaria y de deficiencia nutricional, 
especialmente en comunidades en las que el acce-
so a alimentos es limitado (Granados et al., 2016). 
Adicionalmente, las huertas comunitarias se confi-
guran como espacios de integración para personas 
de diferentes edades en los que se intercambian 
conocimientos y alimentos. Estas experiencias pro-
pician la generación de lazos comunitarios basados 
en la confianza, el trabajo en equipo y la solidari-
dad (Castro, 2020). 
No obstante, se han identificado problemáti-
cas en torno a su implementación. En el proyecto 
de instauración de un sistema de huertas para las 
islas de Providencia y Santa Catalina, ejecutado por 
Reina (2008), los procesos de mayor dificultad fue-
ron la articulación de las personas, el desarrollo 
de capacitación para todo público, la divulgación 
para incrementar la participación, la generación 
de incentivos económicos y la sostenibilidad de las 
huertas en el tiempo. También se destacan la falta 
de tecnologías o técnicas sencillas para la produc-
ción bajo condiciones ambientales adversas y ex-
tensión rural deficiente (FAO, 2014). 
La extensión rural hasido practicada como una 
transferencia de conocimientos, técnicas o meto-
dologías hacía población rural, desconociendo los 
conocimientos de las comunidades asesoradas. Sin 
embargo, en los recientes planteamientos sobre la 
labor de extensión se construyen conocimientos a 
partir del diálogo, intercambio y análisis de saberes, 
con el objetivo de generar capacidades que les per-
mitan a las comunidades mejorar su realidad eco-
nómica, política, social y ambiental (Méndez, 2020). 
Uno de los métodos de producción orgánica 
a pequeña escala de fácil implementación, con el 
que se obtienen mayores rendimientos en un es-
pacio reducido y con una menor cantidad de in-
sumos externos, es conocido como el método de 
cultivo biointensivo (Rostran et al., 2016). Este se 
fundamenta en una serie de principios que buscan 
la sustentabilidad económica, ambiental y social de 
la producción. Algunas prácticas de este método 
incluyen: preparación del suelo, uso de compost, 
semilleros y siembra intensiva, cultivo de produc-
tos con alto carbono y calorías, uso de semillas de 
polinización abierta y la integralidad del sistema 
productivo (Jeavons y Cox, 2016). A partir de dichas 
prácticas se busca enfrentar los problemas de con-
taminación y desgaste del suelo, agotamiento de 
recursos naturales, dependencia de combustibles 
fósiles y productos químicos (Rostran et al., 2016).
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Teniendo en cuenta el contexto presentado 
anteriormente, el objetivo del presente estudio es 
hacer un análisis comparativo en condiciones con-
trastantes de los procesos de implementación de 
tres huertas comunitarias ubicadas en Bogotá, Viotá 
(Cundinamarca) y Pitalito (Huila).
Materiales y métodos
Área de estudio
Huerta de Bogotá
Está ubicada en uno de los invernaderos de la 
Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad 
Nacional de Colombia, sede Bogotá; situado a 
4°38' 8.9" N 74°05' 21.7" W, a 2640 msnm. El 
espacio disponible para sembrar se encuen-
tra distribuido en dos naves con un total de 
264 m2. Una nave se encuentra en un sistema 
abierto expuesto a condiciones ambientales 
y la otra en un sistema cerrado con cobertura 
plástica. El suelo posee textura arcillosa, con 
alta capacidad de retención de humedad y pH 
de 5,15. No presenta problemas por salinidad.
Huerta de Pitalito (Huila)
Está ubicada en la vereda Miravalle, en el 
corregimiento de Chillurco (1°54'29.9"N 
76°03'59.7"W), a 1640 msnm. El municipio 
presenta un régimen de lluvias bimodal con 
aproximadamente 3246 mm/año y la tempe-
ratura oscila entre 17-23ºC. La huerta posee 
un área de 120 m2, donde se presentan cam-
bios en la pendiente que oscilan entre 16° y 
30°. El suelo presenta una textura franco-ar-
cillosa, con alta retención de humedad. 
Huertas de Viotá
Se encuentran ubicadas en las veredas de Brasil 
y Palestina (4°21' 56.6" N 74°29' 10.0" W), y co-
rresponden a un complejo de treinta huertas 
establecidas en sistema abierto. La zona pre-
senta una temperatura media de 19°C y cuen-
ta con una precipitación anual de 1216 mm. 
La implementación se realizó en conjunto con 
la Asociación de Trabajadores Campesinos de 
Viotá (ASTRACAVI). 
Implementación de las huertas
Huerta Bogotá 
Cada nave fue distribuida en seis camas de 
las cuales tres se encontraban bajo un mé-
todo de producción tradicional y tres fueron 
trabajadas bajo los lineamientos de la meto-
dología biointensiva, como se muestra en la 
figura 1. Se sembraron diferentes especies en 
cada cama siguiendo los principios de asocia-
ción de cultivos y alelopatía (Blanco, 2006). 
Para las camas trabajadas bajo el método tra-
dicional se realizó inicialmente la incorpora-
ción de materia orgánica al suelo (100 kg de 
Solid Blend/cama) y la delimitación de camas. 
El proceso que se realizó durante la siembra 
fue el siguiente: 1) apertura del hoyo en el 
sitio de siembra; 2) aplicación de un puñado 
de abono orgánico en el sitio; 3) inmersión de 
las raíces de las plántulas en suspensión de 
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Trichoderma sp; y 4) ubicación de la plántula en 
el hoyo. Para la fertilización se realizaron apli-
caciones semanales de fertilizantes líquidos 
solubles completos con NPK y micronutrientes 
(Actipjyl Complet-Ingeplant®), y bioestimulan-
tes a base de algas (Algaplant- Ingeplant®).
Huerta Pitalito (Huila)
El terreno se dividió en tres secciones: la pri-
mera se realizó por medio del método bioin-
tensivo; la segunda a través del método de 
labranza cero, el cual consiste en hacer la 
labranza mínima en el suelo; y, la tercera con 
el método tradicional, a partir de los conoci-
mientos de los agricultores de la región. Las 
especies utilizadas en cada una de ellas se en-
cuentran consignadas en la tabla 1.
Huertas de Viotá
Las huertas se establecieron de acuerdo con 
el espacio disponible en cada una de las fin-
cas de los agricultores pertenecientes a la 
Asociación de Trabajadores Campesinos de 
Viotá (ASTRACAVI); dicha asociación tiene por 
Figura 1. Plano de la huerta en Bogotá
Fuente: elaboración propia.
Nota: En la parte superior está la zona con manejo tradicional y en 
la parte inferior el manejo biointensivo. En la nave de la izquierda se 
maneja sistema abierto expuesto a condiciones ambientales y en la 
derecha un sistema cerrado con cobertura plástica en el techo.
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objetivo el mejoramiento de la calidad de vida 
de los campesinos y sus asociados mediante 
procesos enfocados en la masificación de la 
agroecología y la soberanía alimentaria. La ins-
talación de las huertas se realizó por medio 
de la mano de obra de las mismas familias, a 
partir de sus conocimientos tradicionales de 
Tabla 1. Especies y métodos propuestos para la huerta piloto en Pitalito, Huila
Fuente: elaboración propia.
preparación de suelo en zonas abiertas. Se 
sembraron especies usadas para autoconsu-
mo, entre ellas se destacaron lechuga, toma-
te, espinaca, rábano, fríjol, arveja y acelga. La 
fertilización se realizó a partir de compues-
tos orgánicos producidos dentro de las fincas 
como compost y lombrihumus líquido.
Sección Método Especies
Huerta biointensiva
Elaboración de camas tipo terrazas para 
aplicación del método biointensivo y 
plantulación. La fertilización se hizo se-
manal con compost y gallinaza. El ma-
nejo de plagas con soluciones de ajo-ají, 
canela con naranja, caminos de ceniza 
y fermento de agua con jabón y tabaco.
Cama 1: Tomate, albahaca, 
lavanda, menta y espinaca.
Cama 2: Lechuga, cebolla, pimentón, cilantro común.
Cama 3: Romero, rábano, zanahoria, 
manzanilla, orégano y tomillo.
Cama 4: Acelga, rábano, uchuva y menta piperita.
Cama 5: Cilantro, repollo, espinaca, 
hierbabuena, salvia.
Huerta labranza cero Siembra removiendo de manera mínima el suelo, realizando transplante. Lechuga crespa, acelga, repollo, tomate y lechuga lisa.
Huerta tradicional con co-
nocimientos de la región
Siembra de hileras (30-35 cm x 2m) con 
solo una especie o dos.
Camas preparadas con gallinaza y resi-
duos de la finca compostados.
Preparación del terreno a una profundi-
dad de 20cm.
Siembra directa en campo.
Hilera 1: Cilantro.
Hilera 2: Cebolla
Hilera 3: Repollo
Hilera 4: Acelga
Hilera 5: Zanahoria
Hilera 6: Pimentón
Cama 1: Tomate y albahaca.
Cama 2: Lechuga y cebolla.
Cama 3: Romero y rábano.
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Recolección de datos
Huerta de Pitalito (Huila)
Se procedió a utilizar el enfoque propuesto por 
Méndez (2020), que caracteriza el territorio y 
la comunidad a través de: 1) generación de 
espacios de diálogo multidireccional; 2) pro-
moción de diálogo sinérgico directamente con 
los campesinos a través de visitas a fincas o 
reuniones virtuales; 3) recolección de infor-
mación con una encuesta semiestructurada; 
4) identificación de problemáticas en la im-
plementación de huertas; y 5) reconocimiento 
de fortalezas y recursos para la implementa-
ción de huertas.
Huerta de Bogotá
Se realizóuna encuesta semiestructurada a los 
estudiantes de ingeniería agronómica, parti-
cipantes del proyecto, con el fin de recopilar 
información sobre los aspectos técnicos rela-
cionados con la implementación de la huerta.
Huertas de Viotá 
Se realizó por medio de una encuesta se-
miestructurada, realizada a los agricultores 
responsables de las huertas, para recolectar 
información en cuanto a aspectos técnicos de 
la implementación de estas.
Análisis de datos
La información recolectada en las entrevistas 
fue sistematizada en una matriz de Excel. A 
partir de la base de datos consolidada se realizó 
un análisis descriptivo y comparativo del esta-
do de las huertas en las tres zonas de estudio.
Resultados
Huertas en Pitalito (Huila)
Problemáticas asociadas al establecimiento 
de huertas
Se encontró que el 70 % de las fincas que lle-
van mucho tiempo establecidas y manteniendo fa-
milias numerosas tienen o han tenido huerta (figura 
2a). No obstante, en la actualidad son muy pocas 
las fincas que le han dado continuidad a estos es-
pacios para la horticultura. Uno de los principales 
problemas, identificado por medio de las entrevis-
tas, es el envejecimiento del campesinado y la falta 
de interés hacia este tipo de actividades por parte 
de la población joven. Por otra parte, la comunidad 
suele calificar las prácticas de huerta como algo 
que no es rentable y que demanda mucho tiempo. 
Figura 2. Resultados percepción de la agroecología en Pitalito
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(b) (c)
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Fuente: elaboración propia.
Nota: (a) Resultados tenencia de huertas en las fincas. (b) Resultados conocimiento de 
agroecología. (c) Participación según el género. (d) Participación según edad y género. 
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En la figura 2d se observa que la participa-
ción por parte de jóvenes menores de 25 años es 
baja (6 personas), mientras que el rango que pre-
sentó mayor población interesada fue el de 30 a 
45 años. Se puede evidenciar que hay mayor par-
ticipación de mujeres dentro de la población en-
cuestada, las cuales expresaron su interés por la 
implementación de huertas (figura 2c).
Por otra parte, se les preguntó a todos los par-
ticipantes si conocían o habían escuchado el tér-
mino agroecología y se encontró que alrededor del 
87 % de la población encuestada lo desconoce (fi-
gura 2b). Respecto a la implementación de huer-
tas, se identificó que más del 60 % de las fincas 
que tuvieron huerta dejaron de tenerla por las si-
guientes razones: 
› Las personas que trabajan en huertas sue-
len tener edades avanzadas y muchos presen-
tan algún tipo de problema de salud que les 
impide hacer el esfuerzo físico que requieren 
estos espacios. Además, recalcan que para tener 
una huerta de calidad se requiere invertir tiem-
po y mucho trabajo.
› Para la mayoría de los entrevistados es más 
fácil comprar las hortalizas en el mercado que 
cultivarlas, ya que ahorran tiempo y dinero. 
› En algunas partes no ha sido posible sem-
brar ciertas especies, pues se identifican pro-
blemas en la germinación, fertilización y 
manejos fitosanitarios. 
› Fenómenos climáticos (como la diferencia 
de temperatura entre el día y la noche, las he-
ladas o las fuertes lluvias) generan condicio-
nes de estrés en las hortalizas, lo que provoca 
pérdida de material, especialmente en los es-
tadios iniciales de crecimiento.
› Falta de tiempo para hacer las labores cul-
turales necesarias para el mantenimiento de la 
huerta, ya que en época de cosecha de café gran 
parte del tiempo es destinado a la realización 
de actividades demandadas por ese cultivo.
› En el caso de las mujeres exclusivamente, las 
labores domésticas del hogar limitan el tiempo 
que pueden dedicar a actividades de huerta.
Caracterización de las huertas vecinas
Se encontró que en las huertas ubicadas en 
la zona de Pitalito se siembran hortalizas, frutales, 
aromáticas, raíces y tubérculos, legumbres y cerea-
les. Se evidenció que se produce una gran cantidad 
de especies de hortalizas y de aromáticas a com-
paración de los demás grupos (figura 3).
Prácticas realizadas en la huerta 
Las camas realizadas por medio del método 
tradicional presentaron encharcamiento, ya que no 
se tuvo en cuenta la construcción de canales para el 
drenaje, lo que generó inundaciones a causa de las 
fuertes lluvias e hizo que las plantas presentaran 
estrés por anegamiento (figura 4a). En contraste, las 
camas establecidas por medio del método biointen-
sivo no presentaron este problema. Por otra parte, 
debido a las condiciones climáticas desfavorables 
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Figura 3. Agrobiodiversidad de la huerta de Pitalito 
Fuente: elaboración propia.
Nota: Hortalizas: acelga, rábano, espinaca, brócoli, repollo, lechuga, cebolla, cebollín, tomate 
chonto, ají, ajo, pimiento, calabaza, coles, pepino, tomate cherry. Frutales: uchuva. Raíces 
y tubérculos: papa amarilla, zanahoria. Legumbres: fríjol, arveja. Aromáticas: hierbabuena, 
hinojo, albahaca, eneldo, mejorana, manzanilla, orégano, cilantro, poleo. Cereales: maíz.
se limitó la reproducción de aromáticas y se favo-
reció la aparición de malezas, plagas y enferme-
dades (figuras 4c, 4d, 4e y 4f).
Respecto al tiempo transcurrido entre la siem-
bra y la cosecha se encontró que por medio del mé-
todo biointensivo los ciclos de las plantas fueron 
más cortos, obteniendo hortalizas como acelga, le-
chuga, espinaca y col para cosechar a los veinte días 
después de trasplante (en adelante ddt) (figura 5a y 
5b); mientras que por medio del método tradicio-
nal los especímenes aún se encontraban en esta-
do plántula sesenta días después de siembra (en 
adelante dds) (figura 4e). 
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Figura 4. Problemáticas huerta Pitalito 
Fuente: fotografías de Karen del Pilar Galindez Labrador.
Nota: (a) Cama de huerta tradicional inundada. (b) Condiciones climáticas desfavorables. (c) Propagación 
casi nula de aromáticas. (d) Enfermedades en plántulas de cilantro por mal compostaje. (e) Malezas 
invadiendo terreno donde no hubo germinación. (f) Problemas de plagas en las brasicáceas.
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Figura 5. Huerta piloto Pitalito 
Fuente: fotografías de Karen del Pilar Galindez Labrador.
Nota: (a, b) Hortalizas a los 20 ddt. (c) Plántula de acelga 25 dds. (d) Rábanos producidos en la huerta. (e) Plántula 
de acelga 60 dds por el método convencional. (f) Tomates obtenidos por el método tradicional. (g) Incorporación 
de plantas con uso medicinal y ornamental. (h) Polinizador en flor de espinaca. (i). Pimentones y tomates de 
la región. (j) Jornada con jóvenes participando en el trasplante y aprendiendo el método biointensivo.
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Figura 6. Ensayos en la huerta
Fuente: fotografías de Karen del Pilar Galindez Labrador.
Nota: (a) I, II y V Método tradicional de siembra de acelga. III, IV y VI Método biointensivo cama 4. (b) 
Efecto en la fenología de MT a la izquierda y MB a la derecha. (c) Efecto en la fenología de labranza cero 
a la izquierda y MB a la derecha. (d) Obtención de pimentón sin aplicación de agroquímicos. 
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Por otra parte, a los 80 dds se observó un de-
tenimiento en el crecimiento de las plantas de la 
huerta tradicional debido al daño por plagas y en-
fermedades (figuras 6a y 6b). En las camas bajo el 
método biointensivo se redujo el ataque por pla-
gas al sembrar acelga junto a rábano y aromáti-
cas. Respecto al método labranza cero se observó 
que las plantas presentaban retraso fenológico en 
comparación con el método tradicional, a excep-
ción de la acelga (figura 5c).
Implementación de huerta en Bogotá 
Problemáticas asociadas al establecimiento 
de la huerta
Una de las principales limitaciones para el esta-
blecimiento de la huerta fue el acondicionamiento 
del suelo, que presentaba un alto grado de compac-
tación, pues se encontrababajo una cubierta plás-
tica y no había sido utilizado en un largo tiempo. 
Este abandono hizo que presentara malezas gra-
míneas, especialmente de Pennisetum clandestinum 
(kikuyo), en toda su extensión, enraizadas hasta 
30 cm de profundidad y con abundantes rizomas. 
Por otra parte, se dificultó la labranza del suelo 
debido a su textura arcillosa, que impedía la forma-
ción de terrones de menor tamaño por medio de 
herramientas como pica y azadón. Dada esta con-
dición, se presentaron encharcamientos durante 
las temporadas de altas precipitaciones y agrieta-
miento cuando no había lluvias (figuras 7a y 7b). 
Las condiciones de suelo y la presencia de rizo-
mas, junto con condiciones ambientales adversas, 
limitaron el crecimiento radical de las plántulas 
sembradas (acelga, espinaca y repollo) lo que pro-
vocó deficiencias nutricionales, detenimiento del 
crecimiento y muerte de los ejemplares a los diez 
días después de siembra (figuras 7c y 7d). 
Prácticas realizadas en la huerta
Se sembraron diversas especies a partir de las 
relaciones alelopáticas existentes entre estas. En 
la figura 8 se observa la cantidad de especies pre-
sentes. Se encontró que el mayor número corres-
ponde a la categoría de aromáticas, pues estas se 
usaron como barreras vivas para la protección de 
las hortalizas contra plagas. Los resultados del pro-
ceso de implementación de huertas en Bogotá se 
evidencian en la figura 10.
Respecto al manejo del suelo se encontró que 
la incorporación de abono incrementó el porcenta-
je de establecimiento de las plántulas. Se observó 
que el suelo acondicionado tuvo un porcentaje de 
establecimiento del 80 %. Adicionalmente, el uso 
cáscara de huevo triturada en la base de la planta 
disminuyó las pérdidas de agua por evaporación 
en las épocas secas: las plantas con cáscara tenían 
mayor vigor y turgencia comparadas con aquellas 
en las que no se realizó esta práctica (figura 9). 
Respecto a las prácticas orientadas a la pre-
vención de enfermedades, se realizó la aplica-
ción de productos de control biológico a base de 
Trichoderma sp. En la Figura 11, se pueden eviden-
ciar las raíces sanas de rábano inoculado con sus-
pensión de Trichoderma sp y las raíces colonizadas 
por micelio en rábanos no inoculados. Debido al 
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Figura 7. Problemáticas encontradas
Fuente: fotografías de Laura Juliana Peñuela Mojica.
Nota: (a) Encharcamiento del suelo en temporada 
húmeda. (b) Suelo agrietado en temporada 
seca. (c) Crecimiento excesivo de malezas. (d) 
Condiciones climáticas adversas, como granizadas.
Figura 8. Agrobiodiversidad de la huerta de Bogotá.
Fuente: elaboración propia.
Nota: Hortalizas: Alcachofa, acelga, rábano, espinaca, brócoli, repollo, lechuga. Frutales: curuba. 
Raíces y tubérculos: zanahoria. Legumbres: fríjol, arveja, habichuela. Aromáticas: ruda, cilantro, 
salvia, manzanilla, caléndula, romero, orégano, toronjil, hierbabuena, perejil. Cereales: maíz.
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Figura 9. Uso de cáscaras de huevo 
trituradas alrededor de las plantas 
Fuente: fotografías de Laura Juliana Peñuela Mojica.
Nota: (a) Panorama general de huerta y efecto en la 
conservación de la humedad del suelo. (b) Zona con 
cáscaras de huevo. (c) Zona sin cáscaras de huevo.
Figura 10. Trasplante y 
establecimiento de especies 
sembradas en la huerta 
Fuente: fotografías de Juan 
Pablo Cordero Rodríguez.
Nota: (a, b) Alcachofa sembrada 
en campo. (c) Rábano. (d) 
Acelga. (e) Caléndula. (f) 
Alcachofa en semillero.
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daño del patógeno las raíces de plantas no inocu-
ladas presentaban menor tamaño y mostraban sín-
tomas asociados a deficiencia nutricional. 
Implementación de huertas en Viotá
Problemáticas asociadas al establecimiento 
de las huertas
A partir de las encuestas semiestructuradas 
realizadas a los agricultores, se encontró que una de 
las principales limitantes para la continuidad y man-
tenimiento de las huertas familiares y comunitarias 
Figura 11. Efecto comparativo de la protección realizada 
por Trichoderma en las raíces de la planta de rábano
Fuente: fotografías de Laura Juliana Peñuela Mojica.
Nota: Izquierda: planta sana inoculada con 
Trichoderma sp. Derecha: planta con raíces 
colonizadas por micelio de hongo fitopatógeno 
que no fue inoculado con Trichoderma sp. 
es la poca disponibilidad de mano de obra. Los agri-
cultores explican que esto se debe a que las activi-
dades productivas que dan sustento a los hogares 
son muy demandantes (por ejemplo, las prácticas 
relacionadas con el cultivo de café). 
Por otra parte, mencionan que tienen acceso 
reducido a semillas o plántulas de calidad, lo que 
limita las actividades de siembra. Respecto a temas 
fitosanitarios, los agricultores identifican la presen-
cia de plagas, especialmente de insectos defolia-
dores que atacan principalmente a las hortalizas. 
Prácticas realizadas en las huertas
Inicialmente se realizó la siembra de diver-
sas especies de plantas. Se evidencia el predomi-
nio del grupo de hortalizas y aromáticas frente a 
los demás (figura 12). 
Al efectuar la visita a las huertas se evidenció 
que las actividades relacionadas con su planeación, 
implementación y mantenimiento son realizadas 
principalmente por las mujeres de las fincas, y que 
la producción se encuentra destinada al autocon-
sumo. Otro aspecto para resaltar se relaciona con 
cómo se propende por una producción limpia que 
provea alimentos sanos y evite el uso de agroquí-
micos. Por otra parte, se identificaron prácticas co-
munes para el acondicionamiento del suelo como 
la incorporación de fuentes de materia orgánica 
obtenida dentro de los sistemas productivos (al-
gunas de ellas son la gallinaza, el estiércol de ga-
nado, compost realizado a partir de desechos del 
cultivo de café y el lombrihumus líquido) (figura 13). 
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Figura 12. Agrobiodiversidad de las huertas de Viotá 
Fuente: elaboración propia.
Nota: Hortalizas: habichuela, acelga, rábano, espinaca, brócoli, repollo, lechuga, cebolla, 
cebollín, remolacha, tomate chonto, tomate cherry, ají, ajo, pimentón, calabaza, guatila, 
ahuyama. Frutales: lulo. Raíces y tubérculos: zanahoria. Legumbres: fríjol, arveja. 
Aromáticas: ruda, cilantro, manzanilla, orégano, hierbabuena. Cereales: maíz
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Figura 13. Resultado de masificación de huertas en Viotá 
Fuente: fotografías de Juan Pablo Cordero Rodríguez.
Nota: (a, b) Abonos preparados en las fincas para acondicionamiento del 
suelo. (c, d, e, f) Especies sembradas en las huertas.
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Figura 14. Huerta comunitaria 
de Viotá (vereda Palestina)
Fuente: fotografías de Juan 
Pablo Cordero Rodríguez.
Nota: (a, b) Adecuación del terreno. 
(c, d) Abono líquido a base de 
residuos orgánicos y fruta. 
Otras prácticas particulares observadas en las 
huertas corresponden a la delimitación de camas 
con palos de bambú, la producción de bocashi y la 
aplicación de un biopreparado líquido a base de 
frutos de guayaba (figura 14). En la figura 15 se 
puede evidenciar la masificación de huertas. 
Discusión de resultados
Problemáticas relacionadascon el estableci-
miento de huertas
Al contrastar los procesos de las tres zonas 
bajo estudio, se halla como problemática común la 
baja disponibilidad de mano de obra para el man-
tenimiento de las huertas, lo que se encuentra re-
lacionado con el poco interés de los jóvenes por 
hacer parte de estos procesos. Como consecuencia, 
las personas mayores de las familias deben hacer-
se cargo de las actividades productivas, las cuales 
son altamente demandantes y son priorizadas al 
ser el sustento de los hogares. En Bogotá, tal limi-
tación se debe a que los estudiantes cuentan con 
otras responsabilidades, especialmente académi-
cas, que reducen su disponibilidad de tiempo para 
trabajar en la huerta. Esto coincide con losestudios 
de Flórez y Tamayo (2019), quienes encontraron 
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Figura 15. Resultado de la 
masificación de huertas en Viotá
Fuente: fotografías de Juan 
Pablo Cordero Rodríguez.
que en los cafetales de Ciudad Bolívar (Antioquia) 
había una escasez de mano de obra debida prin-
cipalmente a la poca participación de los jóvenes, 
quienes manifestaban no tener interés en las ac-
tividades agrícolas. 
Otro aspecto similar entre Pitalito y Viotá es 
la alta responsabilidad que asumen las mujeres en 
las actividades de planeación, implementación y 
mantenimiento de las huertas; esto se debe a que 
ellas se encuentran más tiempo dentro de las fincas 
realizando labores domésticas, lo que les permi-
te mayor cercanía con el huerto, mientras que los 
hombres usualmente deben movilizarse hacia sus 
trabajos, esto hace que su intervención sea limita-
da. En este sentido, las mujeres suelen quedar re-
cargadas de trabajo, pues además de cumplir con 
el sostenimiento de la finca y la familia deben en-
cargarse de la huerta. Estos resultados reflejan la 
tendencia histórica de la división sexual del tra-
bajo que se evidencia en el deber que las muje-
res tienen de atender la salud y alimentación de 
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la familia y, a su vez, de mantener la producción 
dentro de la unidad doméstica (Espinosa y Diez-
Urdanivia, 2006). 
Dentro de los elementos contrastantes, se evi-
dencia que hay una mayor sensibilización de las 
personas a cargo de las huertas de Viotá y Bogotá 
por la implementación de prácticas agroecológi-
cas como el uso de abonos orgánicos y la siembra 
de gran diversidad de especies, así como la elimi-
nación del uso de agroquímicos. Esto se debe a que 
los agricultores de Viotá llevan más de quince años 
desarrollando procesos de sensibilización respecto 
a la agroecología, la seguridad y la soberanía ali-
mentaria; de este modo, se responsabilizan en la 
realización de una producción limpia, para asimis-
mo alimentarse de forma más sana. En el caso de 
Bogotá, los estudiantes de agronomía participan-
tes del proyecto consideran el espacio de la huer-
ta como un lugar de aprendizaje y experimentación 
en torno a nuevas alternativas de producción, por lo 
cual también reconocen la importancia de imple-
mentar prácticas limpias y de tener mayor agrobio-
diversidad dentro de los agroecosistemas. En el caso 
de Pitalito, la comunidad presentó un conocimien-
to muy reducido frente a estos tópicos y del mismo 
modo expresó su poco interés por la implementa-
ción de huertas. Cano et al. (2012) afirman que las 
actividades de huerta se han visto reducidas a causa 
de un tránsito de prácticas tradicionales a prácti-
cas modernas, lo cual se traduce en el abandono 
de prácticas productivo-culturales, como lo son las 
huertas, y la implementación de actividades agríco-
las con propósitos comerciales, que progresivamen-
te ponen en riesgo la diversidad biocultural local. 
Prácticas realizadas en las huertas
Respecto a la diversidad de las huertas se eviden-
cia la predominancia de especies de hortalizas y 
aromáticas, por lo que se puede decir que estas 
son las de consumo más frecuente dentro de las 
familias. En contraste, la producción de cereales y 
frutales fue reducida. 
Viotá y Pitalito son las zonas más diversas en 
cuanto al número de especies sembradas; esto se 
debe a que la producción se encuentra destinada al 
autoconsumo diario de las familias y se hace nece-
sario complementar la dieta con mayor diversidad 
de alimentos. En las huertas de Pitalito y Bogotá, 
se evidenció que la siembra de especies aromáti-
cas junto con hortalizas brinda un efecto de pro-
tección contra el ataque de plagas, que reducen el 
rendimiento o la calidad del producto cosechado. 
Según Semarnat (2013), existen algunas plantas 
que cuando se siembran juntas pueden generar 
un efecto benéfico o perjudicial sobre los organis-
mos que se encuentran a su alrededor, como lo es 
la repelencia de insectos. En este sentido, se evi-
dencia lo afirmado por Gómez y Zabaleta (2001), 
quienes enuncian que asociar cultivos promueve 
una mayor diversidad biológica y optimiza el uso 
de los recursos. 
Un aspecto común en las tres zonas fue el uso 
de diferentes abonos orgánicos como una medi-
da para realizar el acondicionamiento del suelo y 
la fertilización de las plantas. Tal como se observó 
en las huertas, las plantas que son sembradas en 
suelos previamente abonados se desarrollan mejor, 
ya que tienen a disposición un flujo suficiente de 
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nutrientes gracias al incremento de la actividad mi-
crobiana que degrada las moléculas para hacerlas 
asimilables a las plantas. Por otro lado, los abonos 
orgánicos propician buena estructura, porosidad y 
retención de humedad en los suelos, lo que favo-
rece el crecimiento y desarrollo de las plantas. Lo 
anterior es relevante en el método biointensivo, ya 
que, cómo lo indica Royer (2010), la finalidad del 
abono es maximizar la biodiversidad microbiana 
y devolver nutrientes y carbono al suelo.
Conclusiones
A partir del proceso de construir y visitar huertas, 
se evidencia que estas se configuran como un es-
pacio de aprendizaje, observación y experimen-
tación empírica, lo que ha permitido construir 
experiencias y conocimiento. Estas dinámicas 
generan concientización acerca de la importan-
cia de producir alimentos para autoconsumo y de 
realizar prácticas asociadas a una producción lim-
pia, que a su vez propenda por un uso respon-
sable de los recursos y por la conservación del 
suelo. El fin de implementar este tipo de prácti-
cas es la transformación de las dinámicas cultura-
les de alimentación y producción actuales en las 
familias campesinas relacionadas con el proyec-
to, para que con la experiencia sean promotoras 
de la información y se dé un intercambio constan-
te de saberes que logre una masificación de huer-
tas en los territorios. 
Por otro lado, se resalta que la implementa-
ción y mantenimiento de huertas es un proceso de 
alta complejidad, porque demanda un gran com-
promiso por parte de los individuos para las activi-
dades de adecuación de suelo, siembra, deshierbe 
y manejo fitosanitario. Por lo tanto, para que este 
tipo de iniciativas sean sostenibles en el tiempo, 
la responsabilidad de la huerta no puede recaer 
en una sola persona, sino que debe sensibilizarse 
a todos los integrantes de la familia con el fin de 
que haya una distribución equilibrada de las tareas. 
Para finalizar, es importante mencionar que el 
método biointensivo aplicado en su totalidad puede 
crear las condiciones necesarias para el desarrollo 
de un agroecosistema próspero, capaz de ser auto-
sostenible, de tener un bajo impacto ambiental y 
de mejorar de manera considerable la producción 
de los agricultores.
Referencias
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cultivos agrícolas. Cultivos tropicales, 27(3), 5-16. https://bit.ly/3BS3JWC
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campesina. Nueva Antropología, 20(66). https://bit.ly/2X1mmrX
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de obra en el Grupo Café Cascada en Ciudad Bolívar (Antioquia). [Trabajo de grado, 
Corporación Universitaria

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