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M ér it o y em p le o p ú b lic o: r et os y d es af ío s d e la a d m in is tr ac ió n p ú b lic a co n te m p or án ea Centro de Pensamiento en Evaluación y Meritocracia Vicerrectoría de Investigación AURA NIDIA HERRERA ROJAS ANDRÉS ABEL RODRÍGUEZ VILLABONA EDITORES Mérito y empleo público: retos y desafíos de la administración pública contemporánea Aura Nidia Herrera Rojas Psicóloga de la Universidad Nacional de Colombia, con estudios de especialización en Estadística y doctorado en Evaluación y Tecnología informática en Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Barcelona. Profesora de la Universidad Nacional de Colombia, coordinadora del Laboratorio de Psicometría, fundadora y actual líder del grupo de investigación Métodos e Instrumentos en Ciencias del Comportamiento y directora del Centro de Pensamiento en Evaluación y Meritocracia. Andrés Abel Rodríguez Villabona Abogado de la Universidad Nacional de Colombia, magíster en Filosofía del Derecho de la Universidad París II, magíster en Derecho Público de la Universidad París I, y doctor en Derecho Público de la Universidad Grenoble- Alpes. Profesor de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, codirector del Centro de Pensamiento en Evaluación y Meritocracia. Vicedecano académico y coordinador académico de la maestría y la especialización en Derecho Constitucional de la misma Facultad. Mérito y empleo público: retos y desafíos de la administración pública contemporánea Aura Nidia Herrera Rojas Andrés Abel Rodríguez Villabona Editores Mérito y empleo público: retos y desafíos de la administración pública contemporánea © Universidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá Centro de Pensamiento en Evaluación y Meritocracia © Vicerrectoría de Investigación Editorial Universidad Nacional de Colombia © Aura Nidia Herrera Rojas Andrés Abel Rodríguez Villabona Editores © Varios autores Primera edición, 2021 ISBN 978-958-794-534-8 (papel) ISBN 978-958-794-535-5 (digital) Colección Escuela de Pensamiento Centro de Pensamiento en Evaluación y Meritocracia Edición Editorial Universidad Nacional de Colombia direditorial@unal.edu.co www.editorial.unal.edu.co Coordinación editorial: Dayán Viviana Cuesta Pinzón Corrección de estilo: Omar Andrés Portilla Coordinación de la colección: Mario Fernando Guerrero Diseño de páginas interiores: Marisol del Rosario Vallejo Diseño de la cubierta: Nick Yei Castro Gómez Ilustración de la cubierta: Freepik (https://www.freepik.es/) Diagramación: Andrea Kratzer M. Bogotá, D. C., Colombia, 2021 Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales. Impreso y hecho en Bogotá, D.C., Colombia, 2021 Catalogación en la publicación Universidad Nacional de Colombia Mérito y empleo público: retos y desafíos de la administración pública contemporánea / Aura Nidia Herrera Rojas, Andrés Abel Rodríguez Villabona, editores. -- Primera edición. -- Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Centro de Pensamiento en Evaluación y Meritocracia; Universidad Nacional de Colombia. Vicerrectoría de Investigación. Editorial, 2021. 1 CD-ROM (144 páginas). -- (Colección Escuela de Pensamiento. Centro de Pensamiento en Evaluación y Meritocracia) Incluye referencias bibliográficas al final de cada capítulo ISBN 978-958-794-535-5 (e-book) 1. Comisión Nacional del Servicio Civil (CNSC) -- Empleados públicos –Colombia -- Congresos, conferencias, etc.2. Congreso Internacional de Meritocracia : «Mérito y Empleo Público : retos y desafíos de la administración pública contemporánea» -- Tercero – 2019 -- Bogotá 3. Meritocracia 4. Funcionarios públicos -- Promoción -- América Latina -- Congresos, conferencias, etc. 5. Empleo en servicios públicos -- Concursos -- Colombia --Congresos, conferencias, etc. 6. Administración pública -- Funcionarios y empleados -- América Latina -- Congresos, conferencias, etc. 7. Función pública Funcionarios y empleados -- América Latina -- Congresos, conferencias, etc. 8. Carrera administrativa -- Empleados públicos -- América Latina -- Congresos, conferencias, etc. 9. Igualdad de oportunidades en el empleo -- Funcionarios y empleados -- América Latina -- Congresos, conferencias, etc. 10. Inclusión social I. Herrera Rojas, Aura Nidia, 1962-, editor II. Rodríguez Villabona, Andrés Abel, 1975-, editor III. Serie CDD-23 352.63098 / 2021 Contenido Introducción 9 Papel de la meritocracia en la administración pública contemporánea 13 La meritocracia que necesitamos 16 Horacio Cao Meritocracia y gobernanza sostenible e inteligente en América Latina 28 Carlos González Barragán El reto de garantizar procesos meritocráticos inclusivos 39 Inclusión laboral de personas con discapacidad: abordaje desde una perspectiva de derechos humanos 42 Bernardita López Radrigán En búsqueda de evaluaciones equitativas en los procesos meritocráticos 54 Aura Nidia Herrera Rojas Rol de la administración de justicia en la consolidación del mérito 63 Validez de la prueba de análisis de estrés vocal en los concursos de méritos para el ingreso a la función pública. Una construcción jurisprudencial 66 Sandra Lisset Ibarra Vélez Corte Constitucional y carrera administrativa. Recuento de los asuntos más relevantes 78 Cristina Pardo Schlesinger El mérito en el poder judicial 106 Hernando Torres Corredor Entre libertad e igualdad: las paradojas constitucionales de la meritocracia 114 Andrés Abel Rodríguez Villabona Reflexión crítica y prospectiva 125 Diez claves del mérito y la meritocracia 128 Jesús García Cívico Autores 139 9 Introducción El Congreso Internacional de Meritocracia viene realizándose des-de 2016, como iniciativa de la Comisión Nacional del Servicio Civil (cnsc), entidad que, por mandato constitucional, es la encargada de la administración y vigilancia del sistema de carrera administrativa, mediante el reconocimiento del mérito, considerado el eje central para el acceso y perma- nencia en los empleos públicos. La cnsc ha centrado sus esfuerzos en conso- lidar un Estado eficiente a partir de la profesionalización de la burocracia. En ese sentido, espacios como el Tercer Congreso Internacional Mérito y empleo público: retos y desafíos de la administración pública contemporánea propician la evaluación y definición de nuevos mecanismos e instrumentos que permi- tan afianzar la meritocracia en Colombia. Uno de los procesos meritocráticos más antiguos, consolidados y reco- nocidos en el país es la admisión de estudiantes a la Universidad Nacional de Colombia (unal), el cual ha sido un referente para el ingreso a la educación superior desde 1939. De igual manera, la unal ha sido pionera en el diseño, estudio y uso de técnicas y procedimientos aplicados al desarrollo de concursos de méritos para el ingreso a cargos públicos, en varias entidades públicas desde hace más de setenta años. Recientemente, como institución académica, a través de su Centro de Pensamiento en Evaluación y Meritocracia (cpem), la unal ha promovido un espacio de estudio y análisis sobre el concepto de mérito, su aplicación y su evaluación. La relación entre la cnsc y la unal se ha estrechado a través de un con- venio institucional o alianza estratégica que busca aportar a la consolidación del mérito, como principal mecanismo de acceso a los empleos públicos de carrera en Colombia, así como a la generación de conocimiento y el desarrollo 10 M ér ito y e m pl eo p úb lic o: re to s y d es afí os d e la a dm in ist ra ci ón p úb lic a co nt em po rá ne a de actividades académicas sobre el tema. El cpem de la Universidad Nacional de Colombia ha impulsado esta alianza, buscando avanzar en la mejora continua de la función pública, la profesionalización del empleo público y la garantía del Estadosocial de derecho. Una de las principales estrategias ha sido trabajar de la mano con entida- des nacionales y territoriales, tanto del sector público como del privado, en la construcción conjunta de sistemas de mérito. Desde el Estado, los principales actores institucionales que han liderado este debate son la Procuraduría General de la Nación y las Altas Cortes (principalmente, la Corte Constitucional y el Consejo de Estado). Estas instituciones han orientado la línea jurisprudencial que debe tenerse en cuenta en los procesos de selección, desde una visión integral de los derechos fundamentales, así como de las garantías que deben salvaguardarse en los concursos de méritos. Con el mismo propósito, desde la cnsc se ha considerado que las universidades son aliados estratégicos, en tanto actores relevantes que contribuyen al debate y la discusión sobre la meritocracia y su papel en la administración pública. A pesar de su corto tiempo de funcionamiento, el cpem se postula como un eje articulador entre la academia y la institucionalidad con el interés de socializar los retos y desafíos de la consolidación del mérito y las discusiones actuales sobre su dinámica y su implementación. En este sentido, ha participado junto con la cnsc y otras instituciones académicas en la coorganización del Diálogo interamericano: mérito y servicio civil en perspectiva comparada, evento que se llevó a cabo en 2018; adicionalmente, en 2019 organizaron ocho eventos de reflexión sobre temas específicos, y sus miembros participaron en los foros regionales que la cnsc desarrolló en 2017-2018. Para la tercera versión del Congreso Internacional, además de la cnsc y la unal, participó la Universidad Libre (ul) como coorganizadora. En tanto institu- ción de educación superior, la ul propende por la construcción permanente de un mejor país y una sociedad democrática, pluralista y tolerante, a través de la formación de profesionales éticos, idóneos, competentes y sanamente com- petitivos. Junto a ello, la ul impulsa el desarrollo sostenible, iluminada por los principios filosóficos y morales de su fundador, con liderazgo en los procesos de investigación, ciencia, tecnología y solución pacífica de los conflictos. Desde estos principios, aquella universidad ha puesto a disposición de los concursos de méritos del régimen general colombiano de carrera administrativa la pericia e idoneidad de su recurso humano, capacidad técnica y experiencia en procesos objetivos de selección e infraestructura, para verificar el cumplimiento de los requisitos mínimos y evaluar las competencias de cerca de 240 000 aspi- rantes a las 8500 vacantes, en cuatro procesos de selección. Estos antecedentes la convierten en un aliado estratégico para la cnsc, en el desarrollo de su mi- sión de garantizar, a través del mérito, que las entidades públicas cuenten con Introducción 11 servidores de carrera competentes y comprometidos con lograr los objetivos institucionales y los fines del Estado. El Tercer Congreso de Meritocracia Mérito y empleo público: retos de la administración pública contemporánea buscó generar un espacio de diálogo nacional e internacional para reflexionar sobre los desafíos que enfrenta la ad- ministración pública moderna, en la implementación y consolidación del mérito como mecanismo de acceso al empleo público. Para esto, se incorporó el punto de vista de académicos, quienes ejercen un rol directivo en la administración y los operadores de justicia, a través de tres paneles y una reunión llevada a cabo después del congreso. El primer panel versó sobre el papel de la meritocracia en la administración pública contemporánea, el segundo se ocupó de algunas reflexiones y propuestas para responder al reto de garantizar procesos meritocráticos inclusivos y en el tercero se mostró un panorama de la función que la administración de justicia ha jugado en la consolidación del mérito en Colombia. Por último, en la reu- nión del poscongreso, organizada por el Centro de Pensamiento en Evaluación y Meritocracia, se buscó propiciar una reflexión crítica y prospectiva sobre las ideas fundamentales de mérito y meritocracia, a través de la conferencia del profesor Jesús García Cívico. 13 Papel de la meritocracia en la administración pública contemporánea La meritocracia que necesitamos Horacio Cao Universidad de Buenos Aires, Argentina 17 Introducción El trabajo que presentamos tiene el objetivo de someter a la crítica el concep- to de meritocracia y establecer sus potencialidades y debilidades frente a las necesidades del Estado. Toma como referencia el caso argentino, pero estima que, mutatis mutandis, el análisis desarrollado podría ser de utilidad para otros países sudamericanos. Nuestro objetivo es primordialmente organizacional, pero, tratándose del Estado, no podemos dejar de resaltar que sus asuntos generan modelos y metá- foras que repercuten sobre lo que ocurre en la sociedad. Adicionalmente, la ad- ministración pública, en cuanto mayor organización del país, marca un patrón de influencia sobre los agregados estructurales. En este sentido, no podemos dejar de hacer un recorrido sucinto de las raíces ético-sociales de la meritocracia, toda vez que este concepto no solo fue utilizado en el ámbito de la gestión, sino que es esgrimido con frecuencia como pauta de justicia en el ámbito social. En lo que se refiere a lo organizacional propiamente dicho, partimos del supuesto de negar la existencia de algún modelo universal de racionalidad 18 M ér ito y e m pl eo p úb lic o: re to s y d es afí os d e la a dm in ist ra ci ón p úb lic a co nt em po rá ne a superior para la acción colectiva. Ella está en función de elementos históricos, institucionales y estructurales, así como de los objetivos que se asignen a cada ente. En el presente trabajo, se busca hacer un abordaje que permita el tratamiento muy conciso de los principales asuntos, en una doble perspectiva, organizacio- nal y ético-social. Con esto en mente, dividimos el texto en tres secciones: en la primera, nos enfocamos, por un lado, en los dilemas y críticas planteados alrededor del concepto meritocrático y, por otro, en las dificultades que implica poner en marcha un sistema que trate de incorporarlo al accionar estatal. En la segunda, analizamos las fortalezas de la meritocracia y explicamos por qué sostenemos que, a pesar de la solidez de muchas de las críticas que se le hacen, la consideramos un concepto fecundo para la actual etapa sudamericana. En la tercera sección, a partir de los análisis anteriores, hacemos algunas recomen- daciones importantes para tener en cuenta en el tratamiento y desarrollo de sistemas meritocráticos en el Estado. Los problemas de la meritocracia Como anticipamos, la meritocracia ha sido sometida a la crítica reiteradamente. Dentro de la profusa bibliografía, seleccionamos tres elementos que, para los efectos del presente trabajo, consideramos merecen especial consideración. El clasismo meritocrático La meritocracia ha sido ubicada, reiteradamente, dentro del espacio discursivo neoliberal y, en tal sentido, se ha considerado un concepto clave dentro del conjunto de herramientas que justifica y termina produciendo enormes des- igualdades en nuestra sociedad. No parece casual que, en la obra que popularizó el término (Young, 1958), se realizara una crítica severa a la meritocracia, par- ticularmente, por su vinculación discursiva con la reproducción de las élites y su tendencia a tener poca consideración con quienes pierden en la competencia por lugares específicos en la sociedad. El argumento más recurrente para cuestionar la validación por mérito del esfuerzo individual se encuentra en las condiciones asimétricas de partida de las diferentes personas en una sociedad capitalista. En tal sentido, se hace notar que en la fórmula tradicional (mérito = talento + esfuerzo) se ha minimizado laimportancia del segundo término —por otro lado, en términos de trayectoria, mucho más difícil de medir—, mientras que el primero es presentado como una desigualdad natural del genio. 19 La m eritocracia que necesitam os Hace más de cincuenta años, textos como los de Bourdieu y Passeron (2012)1 hacían notar que el mérito no hacía más que explicitar y ponderar el peso que la familia ejercía en la transmisión de los diferentes tipos de capital. Dentro de ellos, prestaba atención no solo al obvio renglón económico, sino también a lo social y cultural que, al ser una herencia difícil de visibilizar, hizo que la meritocracia se ejerciera en perjuicio de los menos afortunados. De esta forma, la de por sí debatible forma de darwinismo social no generaría la premiación del más apto, sino un escenario en el que la herencia termina sobreponiéndose siempre tanto al empeño como a conceptos igualitarios de justicia social. Meritocracia y tecnocracia2 Un segundo punto de tensión se vincula con la propensión de la meritocracia a vincularse con la defensa de un orden tecnocrático. Se trata de un tema ne- buloso, más aún en el Estado, donde diferenciar las incumbencias del saber y la política es complejo por naturaleza. Como es sabido, desde lo tecnocrático se propone que el conocimiento técnico o científico debería ganar creciente autonomía y capacidad de decisión, en detrimento de las instituciones políticas. Como no es difícil notar, esta perspectiva entra en tensión, particularmente, con el régimen democrático, pues este se basa en la participación y la igualdad de todos los ciudadanos, independientemente de sus talentos. De lo que no hay duda, es que quienes propugnan ideas tecnocráticas se han valido del mérito para impulsar sus fórmulas para el funcionamiento estatal. Esta situación ha tendido a generar los siguientes problemas: 1. Un modo de construcción de hegemonía, que tiende a establecer como “técnicas” soluciones políticas. 2. Dentro del par política-administración (intrínseco al Estado moderno), un desequilibrio en favor del segundo término. 3. Una visión eficientista de herramientas, dispositivos y acciones, adju- dicándoles un carácter valorativamente neutral. 1 Ver también Battistini y Szlechter (2016), Vélez (2018) y Cociña (2013). Estos escritos fueron referencia para el presente trabajo. 2 Sobre la base de Ochoa y Estévez (2006) y Ramos (2014). 20 M ér ito y e m pl eo p úb lic o: re to s y d es afí os d e la a dm in ist ra ci ón p úb lic a co nt em po rá ne a Problemas instrumentales de gestionar la meritocracia Un tercer factor, de un orden diferente de los ya citados, es la complejidad intrínseca que tiene la gestión de políticas meritocráticas. Ocurre que vincular cuáles son los méritos individuales que actúan virtuosamente con la función de productividad de las oficinas estatales implica definiciones discutibles. Es igualmente debatible seleccionar el plexo axiológico del mérito, pues el valor estatal no tiene una definición universalmente aceptada. Asumiendo definiciones heroicas y viendo la amplia experiencia desarro- llada, vemos que los casos exitosos remiten a sistemas complejos, onerosos, de largo plazo de maduración, que requieren de una constante actualización para mantener su efectividad y evitar que sean capturados por intereses empresa- riales, penetrados por los sindicatos o ser víctima de conductas fraudulentas. Elementos a favor de la meritocracia Del mismo modo en que ciertos perfiles del concepto producen acalorados de- bates, existen otros elementos que generan amplios consensos. En esta sección, pasamos revista a algunos de ellos. La igualdad ante la ley: todavía hay tareas pendientes Desde una perspectiva axiológica, los elementos menos polémicos de la merito- cracia se vinculan con el momento fundante de nuestras nacionalidades. Hace algo más de 200 años, los líderes revolucionarios sudamericanos se propusieron dejar de lado condicionamientos innatos en lo referente al posicionamiento de los ciudadanos en la sociedad: particularmente, lugar de nacimiento (España o América), raza, pureza de sangre y religión. Para ello, se inspiraron en la De- claración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, que establece que “todos los ciudadanos [...] son igualmente admisibles a todas las dignidades, puestos y empleos públicos, según su capacidad, y sin otra distinción que la de sus virtudes y la de sus talentos” (art. 6). Más allá de los indudables avances logrados, la igualdad ante la ley es toda- vía un proyecto inacabado. Pensar desde una visión meritocrática sigue siendo importante para superar diferencias subsistentes (clase social, etnia) e incorporar otras dimensiones (por ejemplo, género o preferencia sexual, entre otras). 21 La m eritocracia que necesitam os Porque es clave para salvaguardar un núcleo de estatalidad ante los cambios En el marco de un modelo estatal, caracterizado por la preponderancia del Ejecutivo sobre los otros dos poderes del Estado, el escenario electoral argen- tino aparece sujeto a importantes cambios de hegemonía, con dos propuestas opuestas, igualmente legítimas. En lo estatal, estas dos propuestas remiten a un diagnóstico que ven los grandes males en 1) la captura y 2) el clientelismo y la politización. Haciendo una simplificación extrema, al menos, desde lo formal, en el primer caso se promueve un modelo gerencial que, según se denuncia, es funcional a la captura; mientras en el segundo, se tiende a establecer personal de confianza, con denuncia análoga en lo relativo al clientelismo. En este marco, es imperioso desplegar una institucionalidad que contenga ambos sistemas; para ello, lo meritocrático en las tareas “de orden superior”3 es un primer paso vital en este sentido. En todo caso, en estos ámbitos, nunca se considerará excesivo el énfasis sobre el apego al Estado de derecho, en el marco de una subordinación de la técnica a la política: un orden meritocrático virtuoso es particularmente apto para avanzar en ambos aspectos. Es instrumentalmente funcional a nuestro momento histórico Las dos justificaciones previas son muy relevantes. Sin embargo, si tuviera que elegir una razón para defender la meritocracia en los Estados sudamericanos, sostendría: porque, en el largo plazo, se ha mostrado funcionalmente superior a los otros modelos realmente existentes: el modelo gerencial y el modelo de confianza. Como adelantamos en la introducción, sostenemos que las formas orga- nizacionales óptimas tienen el carácter de variable dependiente de los objeti- vos estratégicos, las condiciones políticas, económicas y sociales y el grado de madurez alcanzado por la administración estatal. Si precisamos una estructura organizacional capaz de contribuir al desarrollo, se considera al orden merito- crático el más adecuado por las siguientes razones4: 3 Remite, principalmente, a la gestión del régimen político y constitucional; tareas genera- les de arbitraje entre ciudadanos y actores sociales y económicos y megapolíticas de educación, salud, defensa y relaciones exteriores. Sobre la base del informe de Dror (1995) al Comité de Expertos de las Naciones Unidas. 4 En una cantidad significativa de trabajos se sostiene esta vinculación. Ver, por ejemplo, Banco Mundial (1997, Parte III), Prats (1995), Rauch y Evans (1999). Ver también las recomendaciones del Comité de Expertos del Consejo Económico y Social de las Nacio- nes Unidas (https://publicadministration.un.org/es/CEPA). 22 M ér ito y e m pl eo p úb lic o: re to s y d es afí os d e la a dm in ist ra ci ón p úb lic a co nt em po rá ne a 1. Hay ejemplos que muestran que es eficaz y eficiente. Debe resaltarse que el desafío estatal es más exigente en los países emergentes —como los de América del Sur—, donde la administración pública es considerada un actor clave para completar una serie de reformas yalcanzar el desarrollo. 2. Se ha mostrado capaz de superar dos de los grandes desafíos que de- ben enfrentar los Estados sudamericanos: la propensión a la captura (debilidad del modelo gerencial) o a la dificultad para evitar el com- portamiento desinstitucionalizado (debilidad del modelo de confianza). 3. Existe un capital organizacional, entendido como una serie de prácticas instaladas y con algún nivel de consolidación, en proceso de cimenta- ción y mejoría desde hace más de un siglo. 4. En la experiencia histórica, se ha observado alto grado de dificultad para producir procesos eficientes de reforma organizacional. Los programas llevados a cabo han resultado costosos en términos fiscales y políticos, y los resultados han sido menores, cuando no negativos o, directamente, no han podido avanzar en sus objetivos de transformación. 5. Las metamorfosis políticas y la sucesión de programas fracasados de reforma han terminado generando una “fatiga de cambio”, que es con- traproducente. En la maraña de idas y vueltas, el modelo meritocrático se presenta como el más consolidado y aceptado por la cultura organi- zacional estatal y los ciudadanos. 6. Las alternativas, como el modelo gerencial y el modelo de confianza, no se han mostrado eficaces para definir tres temas claves como a) el modelo de articulación política-administración y b) un esquema global de incentivos, gestión, control y disciplina del empleo público. 7. El modelo meritocrático presenta bases más potentes para la continui- dad y la preservación de memoria institucional, tema clave ante un escenario de cambios. Conclusiones y recomendaciones A modo de resumen, digamos que la meritocracia presenta valores y disvalores. El saldo favorable remite a lo siguiente: 1. Su probada capacidad para enfrentar algunos de los desafíos más com- plejos que el Estado debe enfrentar en esta etapa. 2. La existencia de una serie de prácticas instaladas y con algún nivel de consolidación —incluso a nivel de cultura organizacional— que implica una inversión que no debería desperdiciarse. 3. Las debilidades de sistemas alternativos (modelo gerencial, modelo de confianza). 23 La m eritocracia que necesitam os Para minimizar sus problemas y hacerlo viable y virtuoso en el largo pla- zo, deberá trabajarse continuamente en fortalecer un discurso que marque la potencia organizacional de lo meritocrático y, al mismo tiempo, haga notar sus limitaciones en términos de principio rector de la sociedad. Veamos a conti- nuación algunas recomendaciones concretas: Garantizar el cumplimiento de igualdad ante la ley Como ha recomendado el Comité de Expertos en Administración Pública (Na- ciones Unidas, 2019), lo meritocrático debe garantizar el “acceso a la función pública en condiciones generales de igualdad, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento, discapacidad o cualquier otra condición”. Para garantizar esta igualdad ante la ley, es fundamental hacer un seguimien- to detallado de los beneficiaros y conocer las razones meritocráticas esgrimidas para hacerlo. Esto debe ser acompañado por políticas de mejoría continua de los instrumentos vinculados con su eficacia y el control contra fraudes y distor- siones, generadas por reglamentaciones inadecuadas. Corresponde mencionar las eventuales tensiones que pudieran generar políticas inclusivas. Por un lado, porque inevitablemente produce mayores costos (por ejemplo, es más caro llegar a segmentos más vulnerables) y porque lo inclusivo es más complejo y lo complejo es más oneroso. Por otro lado, costos por hacer una elección no óptima (al generar discriminaciones positivas) y por las turbulencias que pudiera generar la inserción de personal extraño5. Por último, no debe perderse de vista que la clase media de nuestros paí- ses es la principal clientela de lo meritocrático, pues su capital fundamental es su formación y predisposición al esfuerzo. Este trampolín de la movilidad social —una de las joyas que dejaron los procesos desarrollistas del siglo xx— debe ser tenido en cuenta, tanto para su preservación y ampliación, en tanto es uno de los canales de movilidad social existentes, como para evitar que la ampliación de los horizontes meritocráticos transforme estas clases medias en su enemigo político. 5 Nos referimos a los casos de ingreso de personas percibidas como diferentes por el grupo de trabajo: otra extracción social, otro tipo de formación u otra etnia. En Ar- gentina uno de los ejemplos de esta situación remite a las dificultades de inserción en oficinas del Estado para miembros de la comunidad transexual. Nada que no pueda re- solverse con las previsiones adecuadas. Ver, por ejemplo, Secretaría de Empleo (2017). 24 M ér ito y e m pl eo p úb lic o: re to s y d es afí os d e la a dm in ist ra ci ón p úb lic a co nt em po rá ne a Adaptar la meritocracia a las necesidades Como dijimos, nuestro modelo meritocrático está en función de las contingen- cias internas o externas: condiciones generales del mercado de trabajo estatal (y su relación con el sector privado), tecnología disponible, grado de dinamismo y turbulencia del entorno, cultura organizacional, sindicalización, modalidad de vinculación política-administrativa, etcétera. Si el sistema está suficientemente maduro, puede pensarse en discriminar estas contingencias, a fin de producir diferentes modelos meritocráticos en función de la materia o tipo organizacional de que se trate. En este punto, es válido lo dicho sobre los costos intrínsecos de la complejidad. Más audaz, a fin de moderar el perfil elitista del conjunto de herramientas vinculado al concepto, sería valioso ver la forma de incorporar valores de me- ritocracia social: las certificaciones y habilidades de cada postulante en términos de promover la inclusión, el respeto por la diferencia, la participación y la justicia social, entre otros. Meritocracia no solo en el ingreso Finalmente, no está de más remarcar que el reclutamiento meritocrático es un paso muy importante, pero no debe ser la única dimensión de trabajo. Por ejem- plo, para Horn (1995), un régimen funcionarial, aun disponiendo de selección con base al mérito, no merece la plena calificación de sistema de mérito, si no cuenta con un adecuado desarrollo de la carrera administrativa. La promoción por mérito es un elemento decisivo del sistema. Además, existen bastantes pruebas de que los sistemas más virtuosos son aquellos que tienen pautas de carrera bien establecidas, capaces de cubrir toda una vida administrativa. Referencias Banco Mundial (1997). Informe sobre desarrollo mundial 1997. El Estado en un mundo en transformación. Washington: Banco Mundial. Battistini, O. y Szlechter, D. (2016). Entre el oficio y el mérito. La evaluación del trabajo frente a la problemática del solapamiento salarial en Argentina. Pléyade —Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, 18, 95-129. Bourdieu, P. y Passeron, J. C. (2012). Los herederos: los estudiantes y la cultura. México: Siglo XXI. 25 La m eritocracia que necesitam os Cociña, M. (2013) Cinco argumentos contra la meritocracia. Centro de In- vestigación Periodística (Ciper) –Chile. Recuperado de https://ciperchile. cl/2013/06/07/cinco-argumentos-contra-la-meritocracia/ Dror, Y. (1995) Fortalecimiento de la capacidad de los gobiernos en materia de formulación de políticas [Documento presentado a la 12a reunión de exper- tos del Programa de las Naciones Unidas en materia de Administración y Finanzas Públicas –Naciones Unidas]. Nueva York. Recuperado de http:// unpan1.un.org/intradoc/groups/public/documents/un/unpan000754.pdf Horn, M. (1995). The Political Economy of Public Administration. Institutional Choice in the Public Sector. Cambridge (UK): Cambridge University Press. Ochoa, H. y Estévez, A. M. (Coord.). (2006). El poder de los expertos.Para comprender la tecnocracia. Maracaibo: Centro de Estudios de la Empresa. Universidad del Zulia. Naciones Unidas (2019). Comité de Expertos en Administración Pública (Informe sobre el 18º período de sesiones, 8 al 12 de abril de 2019). Consejo Eco- nómico y Social. Suplemento N.° 24. Nueva York. Recuperado de http:// workspace.unpan.org/sites/Internet/Documents/UNPAN99265.pdf Prats, J. (1995). Los fundamentos institucionales del sistema de mérito. La obligada distinción entre función pública y empleo público. Documentación Administrativa No 241-242. Madrid: inap. Ramos, A. (2014). La construcción del orden democrático. Burocracia, tecno- cracia y meritocracia. Mérida (MX): Centro de Investigaciones de Política Comparada. Rauch, J. y Evans, P. (1999). Bureaucratic Structure and Bureaucratic Perfor- mance in Less Developed Countries. American Sociological Review, 64(5), 748-765. Secretaría de Empleo (2017). Guía de acciones para una inclusión sociolaboral de travestis, transexuales y transgéneros. Secretaría de Empleo. Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (con participación de pnud). Buenos Aires. Recuperado de https://www.undp.org/content/dam/argentina/Publi- cations/Desarrollo%20Inclusivo/PNUDArgent-guia-sociolaboral-trans.pdf Vélez, F. (2018). ¿Meritocracia? ¿Para quiénes? Revista Isonomía, 48, 147-167. Young, M. (1958). The Rise of the Meritocracy, 1870–2033. Londres: Thames & Hudson. Meritocracia y gobernanza sostenible e inteligente en América Latina Carlos González Barragán Tecnológico de Monterrey y Universidad de Monterrey, México 29 Hoy por hoy, el rol del sector público es más complejo que nunca. Los problemas que enfrentan nuestras comunidades están cada vez más interrelacionados entre sí y requieren de una burocracia dispuesta a conocer y trabajar en estas relaciones. La labor de académicos, Gobierno y sociedad en el tema es muy alentadora y, sin duda, emocionante. Este capítulo muestra un panorama de la meritocracia en América Latina y describe sus principales retos ante la gobernanza inteligente. ¿Qué es la meritocracia? La meritocracia existe cuando, en su gran mayoría, los puestos no electos del sector público son ocupados por personas que atravesaron un proceso de cre- dencialización, basado en su educación, exámenes o alguna otra prueba de capacidad, donde existe una escalera para ascensos que, a su vez, dependen de mostrar credenciales, exámenes, experiencia o alguna otra prueba de mérito y en la que la estabilidad laboral está garantizada, salvo por mal desempeño (Weber, 1946, pp. 196-204). 30 M ér ito y e m pl eo p úb lic o: re to s y d es afí os d e la a dm in ist ra ci ón p úb lic a co nt em po rá ne a ¿Cómo vamos en meritocracia en América Latina? Las reformas a los servicios civiles en el mundo en busca de la meritocracia no son nuevas. En Estados Unidos y Reino Unido, las reformas que buscaban evitar el control político de los puestos gubernamentales datan de finales del siglo xix. Hoy en día, estos países se jactan de tener servicios civiles preeminentemente meritocráticos. Sin embargo, esta transición les llevó generaciones. Stephen Skowroneck (2003) señala que no fue sino hasta la década de 1930 cuando podía señalarse que, en su mayoría, los servidores públicos en Estados Unidos estaban incorporados por el nuevo sistema. Tomando esta lección, sabemos que, por un lado, puede esperarse una importante resistencia al cambio y, por otro, que las reformas por sí mismas no se implementan automáticamente. Atendiendo estas preocupaciones, el Banco Interamericano de Desarrollo (bid) ha elaborado índices que buscan medir el estado y los avances en temas de servicio civil en la región. En la tabla 1, se presentan algunos de los indicadores que componen tales índices. El primero es el de la presencia de mérito en el sistema de cada país. El segundo es la eficiencia, que mide la inversión en capital humano, en relación con la polí- tica fiscal y los mercados de referencia. El tercero es la capacidad funcional, definida como la capacidad del sistema de influir en el comportamiento de los empleados públicos, a través de sus competencias, incentivos a la productividad y flexibilidad del sistema. En América Latina, han proliferado las reformas al servicio civil y los da- tos del bid muestran un avance importante en el tema del mérito y eficiencia, aunque se trate de un avance modesto en capacidad funcional. Sin embargo, el mecenazgo, entendido como la distribución discrecional de empleos del sector público para premiar a seguidores y apuntalar relaciones políticas y personales, sigue vivo (Grindle, 2010). Tabla 1. Puntuación de tres características deseables en el sector público de América Latina País Mérito Eficiencia Capacidad funcional 2004 2011-2013 2004 2011-2013 2004 2011-2013 Bolivia 7 27 30 35 13 17 Brasil 93 93 50 55 61 63 Chile 60 67 65 85 61 64 Colombia 53 67 50 55 46 46 Costa Rica 67 73 40 50 41 46 Ecuador 20 27 10 15 19 26 El Salvador 13 33 0 25 17 27 Guatemala 20 20 35 35 16 19 31 M eritocracia y gobernanza sostenible e inteligente en A m érica Latina País Mérito Eficiencia Capacidad funcional 2004 2011-2013 2004 2011-2013 2004 2011-2013 Honduras 7 7 5 15 7 11 México 40 47 35 40 40 39 Nicaragua 20 40 30 35 14 29 Panamá 0 20 10 35 16 24 Paraguay 13 40 15 15 11 24 Perú 20 40 10 25 16 29 República Dominicana 7 27 40 40 24 36 Uruguay 53 73 45 45 50 53 Región 33 42 30 37 29 34 Fuente: adaptado de Iacoviello y Strazza (2014). La resistencia observada en algunos países de América Latina ha sido do- cumentada por Merilee Grindle (2010). Esta investigadora ha encontrado que el principal reto no es la reforma sino su implementación. En esta fase es donde la reforma se obstaculiza. Los principales mecanismos empleados para esta obstaculización son los siguientes: 1. Exclusión, exención o excepción: buscar que las nuevas reglas no se apliquen en agencias o servicios determinados. 2. Desmantelamiento institucional: legislar la desaparición de la agencia o comisión encargada de la gestión del sistema de servicio civil. 3. Reducir fondos: disminuir el presupuesto del que dispone la agencia implementadora, a fin de diezmar su capacidad de trabajo y, con ello, reducir oportunidades para exámenes o concursos. 4. Recatalogar: descentralizar decisiones de personal a otros órdenes de Gobierno o agencias que estén fuera de la legislación. 5. Redefinir: legislar una reducción al alcance inicial de la reforma al ser- vicio civil. 6. Reingeniería: buscar maneras de contratar personal por fuera de las regulaciones del servicio civil. A la lista de Grindle, conviene añadir las medidas antitecnócratas —como las legisladas recientemente en México— que, si bien parecen bien intencionadas y están cobijadas en la genuina búsqueda de austeridad, inhiben la capacidad del Gobierno para atraer y retener a los mejores talentos. Se alude a leyes que buscan limitar las remuneraciones de empleados gubernamentales, sin atender a los salarios en el mercado de referencia. Estas leyes ponen al sector público en una desventaja aun mayor sobre el sector privado, a los ojos de prospectos calificados. Esto constituye, efectivamente, un límite a la meritocracia. 32 M ér ito y e m pl eo p úb lic o: re to s y d es afí os d e la a dm in ist ra ci ón p úb lic a co nt em po rá ne a En la actualidad, México tiene una ley que limita los salarios gubernamen- tales y prohíbe que alguien en el Gobierno gane más que el presidente de la República. Los legisladores buscaban que esto aplicara tanto a secretarios de Estado como a legisladores y ministros de la Suprema Corte. La ley está vigente, pero algunas dependencias e institutos la han impugnado o han buscado alegar estar exentas al ser organismos independientes o buscan que no se aplique a quienes ya están contratados. Otra ley antitecnócrata es la que busca limitarlas posibilidades de empleo en el sector privado, tras haber tenido algún rol directivo en el Gobierno. La idea es que el servidor público no use sus relaciones, información privilegiada y conocimientos adquiridos en el puesto gubernamental para beneficiarse de ellos en el sector privado. Si bien algunos de estos objetivos son loables (como reducir el uso de información privilegiada y el tráfico de influencias), esto tam- bién impide que los funcionarios busquen un desarrollo profesional legítimo fuera del Gobierno. Con respecto a lo anterior, Bilmes y Gould (2009) han documentado que los profesionistas cada vez más buscan la posibilidad de poder “saltar” entre el sector público y el privado, y este tipo de reformas dificultan este tipo de migración. La legislación mexicana contempla una restricción de diez años tras haber ostentado algún puesto directivo. Esta ley ya ha sido aprobada por el Senado y la Cámara de Diputados, de modo que su promulgación es inminente1. ¿Qué es la gobernanza inteligente y sostenible? La administración pública ha evolucionado al igual que el entorno donde existe. Sus objetivos, funciones y estilos han cambiado. Desde la administración tradi- cional weberiana, enfocada en los procesos y jerarquías; pasando por la nueva administración pública, basada en indicadores, resultados y frecuentemente, tomando lecciones del sector privado; llegando a la gobernanza en redes, donde la forma de gobernar y la gestión de servicios es compartida; hasta alcanzar, ahora, la gobernanza inteligente y sostenible que busca la eficacia, enfocada en los destinatarios específicos. La tabla 2 muestra la progresión en estos paradig- mas de la administración pública. 1 Para una discusión más amplia de este punto ver reporte del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas o análisis del politólogo Macario Schettino (2019). 33 M eritocracia y gobernanza sostenible e inteligente en A m érica LatinaTa b la 2 . C am bi os d e pa ra di gm a en la a dm in ist ra ci ón p úb lic a A nti gu a ad m in ist ra ci ón pú bl ic a Ad m in ist ra ci ón p úb lic a tr ad ic io na l ( dé ca da d e 19 60 ) N ue va a dm in ist ra ci ón pú bl ic a (d éc ad a de 19 80 ) N ue va g ob er na nz a pú bl ic a (d éc ad a de 2 00 0) G ob er na nz a in te lig en te y so st en ib le (d éc ad a de 2 02 0) Pr in ci pi os d e go be rn an za E l G ob ie rn o ex cl us iv am en te E l G ob ie rn o es el m ej or c al ifi ca do La g ob er na nz a efi ci en te La b ue na g ob er na nz a La g ob er na nz a efi ca z Pú bl ic o se le cc io na do Sú bd it os E l e le ct or ad o C lie nt es La c iu da da ní a E l p úb lic o Se rv ic io s pú bl ic os Pr es ta ci ón d e se rv ic io s bá si co s Pr es ta ci ón d ir ec ta Pr es ta ci ón c on tr at ad a Pr es ta ci ón c op ro du ci da Pr es ta ci ón a da pt ad a a de st in at ar io s es pe cí fic os Fu nc io ne s de l G ob ie rn o G ob er na r O ri en ta r D ir ig ir Fa ci lit ar D is eñ ar E st ilo d e lid er az go A ut oc rá ti co Bu ro cr át ic o C om pe ti ti vo C ol ab or at iv o C on st ru ct iv o R es po ns ab ili da d Lí de r Je ra rq uí a M er ca do R ed D is ti nt os n iv el es O bj et iv o y or ie nt ac ió n O be di en ci a, ba sa do e n la le al ta d Le ye s, b as ad o en la s no rm as In di ca do re s, b as ad o en re su lt ad os R el ac io ne s, b as ad o en la c on fia nz a So st en ib ili da d, ba sa do e n la ju st ic ia N ot a: lo s tít ul os “A nti gu a ad m in ist ra ci ón p úb lic a” y “G ob er na nz a in te lig en te y s os te ni bl e” fu er on a ña di do s po r e l a ut or . Fu en te : a da pt ad o de H ow le tt, K ek ez y P oo ch ar oe n (2 01 7) . 34 M ér ito y e m pl eo p úb lic o: re to s y d es afí os d e la a dm in ist ra ci ón p úb lic a co nt em po rá ne a La gobernanza inteligente y sostenible puede encuadrarse dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ods) de las Naciones Unidas. Este nuevo en- foque de gobernanza va más allá de normas, resultados y redes. Ahora, se busca diseñar intervenciones que logren todo lo anterior, pero de forma sostenible e inclusiva, guiados a satisfacer los ods, siempre con la mirada puesta en el futuro. Este nuevo paradigma está regido por principios de efectividad, rendición de cuentas e inclusividad. La efectividad quiere decir, primero, que el nuevo modelo requiere de per- sonal competente y, segundo, las políticas públicas estén basadas en evidencias sólidas y colaboración entre diferentes agencias y órdenes del Gobierno. Es decir, la efectividad será mayor cuanto más se integren y compartan mejores prácticas en el Gobierno, en vez de quedarse en los pensamientos jerárquicos lineales. La rendición de cuentas debe estar basada en la integridad de la información, la bús- queda de transparencia y la presencia de un auditor o supervisor verdaderamente independiente. En cuanto a inclusividad, el Gobierno busca que nadie se quede atrás, a la vez que debe guiarse por la no discriminación, buscar la participación, alentar la subsidiaridad y promover la equidad intergeneracional. Ello no es tarea menor, por lo que actualmente los servidores públicos requeridos van más allá de simples administradores, ejecutores de proyectos o lazos con la comunidad. En la actualidad, se necesitan servidores capaces de usar y crear plataformas que permitan la colaboración efectiva y el intercambio de datos. Además, se requiere una comunicación inclusiva que transforme datos complejos en imágenes, diagramas e infografías que democraticen la gobernanza. ¿Qué implica la gobernanza inteligente y sostenible para la meritocracia? La gobernanza inteligente y sostenible hace que la meritocracia sea más rele- vante que nunca. Ya no solamente se trata de evitar clientelismo-mecenazgo para buscar que los mejores estén en el Gobierno. Sino que ahora la demanda de servicios y la forma de proveerlos hace imprescindible la meritocracia. Al tener al público como audiencia meta, la gobernanza inteligente e inclusiva presupone la existencia de un servicio civil. El buscar lo mejor para el público no es compatible con el mecenazgo ni el clientelismo. El éxito en la gobernanza inteligente y sostenible requiere excelencia en el desarrollo de capacidades, a través de muchas disciplinas y habilidades, incluyen- do las habilidades duras y blandas (hard skills y soft skills; habilidades técnicas y habilidades interpersonales). Es necesario reclutar, entrenar, invertir y retener el talento. Además, ese talento debe ser realmente diverso, tanto en género, como en representación regional y, en la medida de lo posible, en estrato socioeconómico. 35 M eritocracia y gobernanza sostenible e inteligente en A m érica Latina Esto requiere de un compromiso mayor con el mérito y la diversidad, lo que implica invertir en la gente. Esto va más allá de pagar mayores salarios u ofrecer prestaciones o incentivos. Más bien, significa apalancar el conocimiento, desempeño, compromiso y humanismo de la burocracia para mejorar procesos y ofrecer mejores resultados. Significa fomentar el intra-emprendimiento, sin represalias en caso de no lograrse el resultado deseado. Significa buscar que el servidor público desarrolle habilidades de pensamiento crítico, pensamiento complejo, pensamiento prospectivo y pensamiento de diseño. La mayoría de los servidores públicos tienen ideas de cómo mejorar procesos, ser más efectivos o ser más eficientes; pero los paradigmas anteriores no los em- poderaban para buscar esto (Poocharoen, 2019). Como podemos ver, la realidad de la administraciónpública actual requiere más habilidades y competencias que nunca, de ahí surge la importancia de la meritocracia. Conclusiones Los avances en materia de meritocracia en América Latina son visibles. Los die- ciséis países analizados por el bid han mejorado sus indicadores en materia de mérito en sus burocracias. Esta es una buena noticia. Sin embargo, la diferencia entre los más avanzados en esta materia y los que apenas se inician es muy marcada. Países como Brasil, Costa Rica y Uruguay muestran niveles muy altos en cuanto a mérito, pero no necesariamente se han traducido en altos niveles en eficiencia o capacidad funcional. Otros países, como México, muestran un desa- rrollo similar, aunque menor, en los tres indicadores. Finalmente, también hay países que partieron de niveles muy bajos y ahora muestran mejorías relativas como Bolivia, El Salvador, Panamá y República Dominicana. Si bien el avance es importante, aún hay retos significativos en la implemen- tación de nuestras regulaciones. Los avances y reformas orientadas a impulsar el servicio civil y la meritocracia se topan, con frecuencia, con contrarreformas o con mecanismos que obstruyen, obstaculizan o impiden la implementación de las reformas. Los más importantes son los casos de excepción o el desman- telamiento de la entidad encargada de implementar la reforma. Mientras nosotros diseñamos nuestros sistemas de servicio civil, el mundo ha transitado hacia la gobernanza inteligente y sostenible. Este nuevo modelo de Gobierno busca un desarrollo justo para todo el público tratando de ser efectivo e inclusivo rindiendo cuentas. Este nuevo modelo requiere habilida- des interpersonales y cualitativas que van más allá de una simple calificación técnica. La buena noticia es que estas nuevas necesidades alinean los incentivos para desarrollar un servicio civil meritocrático. La mala noticia es que, si no aprovechamos este momento para alinear nuestro aparato gubernamental con 36 M ér ito y e m pl eo p úb lic o: re to s y d es afí os d e la a dm in ist ra ci ón p úb lic a co nt em po rá ne a la gobernanza inteligente y sostenible, podríamos quedarnos rezagados como región en el logro de los ods. No quisiera ser quien traiga lluvia a un día de campo. Sin embargo, deben tenerse presentes estos puntos para trabajar en ellos cuanto antes. América Latina tiene que trabajar en dos vías para ponerse al día. Por un lado, tienen que seguir construyéndose nuestros servicios civiles. Por otro, tiene que avanzarse en los ods. Es cierto que ambas vías son paralelas y puede avanzarse o retroceder en cualquiera de las dos, pero es cierto también que lograr los ods será más factible si se profundizan y alinean con los servicios civiles. Referencias Bilmes, L. y Gould, W. S. (2009). The People Factor: Strengthening America by Investing in Public Service. Washington: Brookings Institution Press. Iacovello, M. y Strazza, L. (2014). Diagnóstico del servicio civil en América Latina. En J. C. Cortázar, M. Lafuente y M. Sanginés (Eds.). Al servicio del ciudadano. Una década de reformas del servicio civil en América Latina (2004-13) (pp. 13-60). Washington: Banco Interamericano de Desarrollo. Grindle, M. (2010). Constructing, Deconstructing, and Reconstructing Career Civil Service Systems in Latin America. Faculty Research Working Paper Series. Harvard Kennedy School. Recuperado de https://gsdrc.org/docu- ment-library/constructing-deconstructing-and-reconstructing-career-civ- il-service-systems-in-latin-america/ Howlett, M., Kekez, A. y Poocharoen, O. (2017). Understanding Co-Production as a Policy Tool: Integrating New Public Governance and Comparative Pol- icy Theory. Journal of Comparative Policy Analysis: Research and Practice, 19(5), 48-501. Doi: 10.1080/13876988.2017.1287445 Poocharoen, O. (2019). Fortalecimiento de la capacidad del sector público en un mundo en rápida evolución para el logro de los objetivos de desarrollo sostenible. En Comité De Expertos en Administración Pública (Informe del 18 periodo de sesiones, 8 a 12 de abril de 2019). Naciones Unidas. Recuperado de https://undocs.org/pdf?symbol=es/E/2019/44 Poocharoen, O. y Wong, N. H. (2016) Performance Management of Col- laborative Projects: The Stronger the Collaboration, the Less Is Mea- sured. Public Performance & Management Review, 39(3), 607-629. Doi: 10.1080/15309576.2015.1137767 Schettino, M. (2019, 10 de octubre). Destrucción Legal. El financiero. Recu- perado de https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/macario-schettino/ destruccion-legal 37 M eritocracia y gobernanza sostenible e inteligente en A m érica Latina Skowronek, S. (2003). Building a New American State. The Expansion of Na- tional Administrative Capacities, 1877-1920. Cambridge (MA): Cambridge University Press. Weber, M. (1972). Economía y Sociedad [Wirtschaft und Gesellschaft]. En H. H. Gerth y M. Wright (Eds.). Ensayos en Sociología (pp. 97-192). Barcelona: Ediciones Martínez Roca (Primera edición de 1922). El reto de garantizar procesos meritocráticos inclusivos Inclusión laboral de personas con discapacidad: abordaje desde una perspectiva de derechos humanos Bernardita López Radrigán Avanza Inclusión y Universidad de Valparaíso, Chile 43 Derecho al trabajo y discapacidad Los derechos humanos son inherentes, sin distinción, a todo ser humano y ne- cesarios para el ejercicio de la ciudadanía (Cechini, Filgueira, Martínez y Rossel, 2015); constituyen acuerdos de convivencia, consagrados en instrumentos jurí- dicos internacionales, y cuentan con mecanismos de protección. De ese modo, se hacen efectivos a nivel nacional, mediante políticas sociales con enfoque de derechos, para su promoción, respeto, satisfacción, acceso y garantía. Este “enfoque de derechos”, por un lado, implica una posición ética frente a la acción del Estado y la sociedad y, por otro, es un instrumento transformador de las prácticas del desarrollo que permite migrar miradas y acciones desde estra- tegias de desarrollo, centradas en la satisfacción de necesidades, hacia estrategias centradas en la generación de ciudadanía (Nussbaum, 1998). Esta se entenderá no solo como un estatus legal que implica derechos y responsabilidades, sino también como una identidad y expresión de pertenencia a una comunidad política (Kymlicka y Norman, 2002). 44 M ér ito y e m pl eo p úb lic o: re to s y d es afí os d e la a dm in ist ra ci ón p úb lic a co nt em po rá ne a En línea con lo expuesto, los derechos humanos son fundamentales para el ejercicio de la ciudadanía, en sus dimensiones de participación y sentimiento de pertenencia a un territorio (Cecchini et al., 2015). Así también, los derechos humanos resultan fundamentales para la inclusión social, entendida a partir de un modelo ecológico que incluye factores individuales, interpersonales, organizacionales, comunitarios y sociopolíticos (Clifford, Leader, Kosciulek y Leahy, 2015). En la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las per- sonas con discapacidad (cdpd) de 2006, la inclusión social se reconoce como un principio general (art. 3), una obligación general (art. 4) y un derecho (art. 19 y 29). En este instrumento internacional la discapacidad es conceptualizada desde el modelo social, como una construcción relacional situacional, dinámica e interactiva entre la sociedad y un sujeto individual o colectivo (Ferreira, 2008). La movilización social de las personas con discapacidad y su participación académica y científica desde diversas disciplinas comenzó a cuestionar, a partir de la década de 1970, la idea de la discapacidad como un atributo, característica o tragedia personal. La visión naturalista, biológica y patológica (Delgado y Blanes, 2017) que orientaba el tratamiento hacia la curación o la adaptación de la persona a la sociedad fue cuestionada con base en el reclamo de estas mismas personas para ser tratadas comosujetos de pleno derecho, iguales a los demás en dignidad, autonomía y participación social y política. Fueron ellos quienes propusieron nuevas formas de entender la deficiencia no como una causa y responsabilidad de la persona, sino como el resultado de la relación del individuo con el sistema. Así se dio forma al “modelo social en discapacidad”, que trajo consigo cambios teóricos y políticos en la caracte- rización de la discapacidad hecha por la Clasificación Internacional de la Fun- cionalidad, Incapacidad y Salud (cif), por la Organización Mundial de la Salud (oms) y, sobre todo, por la cdpd. Esta última entidad fijó un nuevo estándar para el diseño de legislación y políticas públicas, sustentadas en la superación de barreras estructurales, me- diante la provisión de apoyos que facilitaran la autodeterminación y la inclusión social. En su artículo 27, referido al trabajo y el empleo, indica que los Estados que la ratifiquen reconocen el derecho de las personas con discapacidad a trabajar, en igualdad de condiciones, a través de un empleo libremente elegido en un contexto laboral regular, inclusivo y accesible. Para ello, los estados deben adoptar medidas legislativas congruentes con dicho principio, promoviendo la adquisición de experiencia en el mercado de trabajo abierto. Sin embargo, existe gran cantidad de evidencia en todo el mundo que muestra que la relación empleo-población para las personas con discapacidad es mucho menor que la relación empleo-población para las per- sonas sin discapacidad (Eichhorst et al., 2010). 45 Inclusión laboral de personas con discapacidad: abordaje desde una perspectiva de derechos hum anos Por ejemplo, en Estados Unidos, solo el 17,5 % de las personas con dis- capacidad estuvo empleado durante 2015, lo que contrasta con el 65 % de la población sin discapacidad (Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, 2016). En Canadá, la tasa de empleo de las personas con discapacidad es alrededor del 49 % en comparación con el 79 % de los canadienses sin dis- capacidad (Turcotte, 2014). De los 44 millones de personas con discapacidad que vivían en la Unión Europea en 2011, solo el 47,3 % formaba parte de la fuerza de trabajo (Eurostat, 2014). En Latinoamérica, las tasas de empleo varían entre 20 % y 60 %, y las diferencias entre estas cifras probablemente se deben a los métodos de medición utilizados. No todos los países tienen sistemas de medición consistentes con la definición de discapacidad de la cdpd (Organiza- ción Iberoamericana de Seguridad Social, 2014). En 2011, Drew y su equipo demostraron que, de todas las discapacidades, las psicosociales están asociadas con las mayores tasas de desempleo (incluso llegan al 90 %). Las tasas aumentan conforme con la gravedad de las enferme- dades mentales. La brecha en las tasas de empleo ajustadas, que compara la enfermedad grave con ninguna mental, fue del 1 % entre las personas de 18-25 años, frente al 21 % entre las personas de 50-64 años (Luciano y Meara, 2014). Por otro lado, de acuerdo con la Imagen Nacional de Adultos con Dis- capacidades Intelectuales en la Fuerza de Trabajo realizada por Olimpiadas Especiales, el 34 % de la población con discapacidad intelectual está empleada en los Estados Unidos. De ellos, el 53 % tiene un empleo competitivo; el 38 %, un empleo protegido; mientras el 9 % trabaja en otros entornos (Siperstein, Parker y Drascher, 2013). Las barreras constituyen factores de exclusión en el entorno de una persona que, a través de su ausencia o presencia, limitan el funcionamiento y crean dis- capacidad. Las barreras para la inclusión de personas con discapacidad podrían ser 1) un entorno físico que no es accesible, 2) la falta de tecnología asistencial (dispositivos de asistencia, adaptación y rehabilitación), 3) prácticas culturales discriminatorias de las personas hacia la discapacidad y 4) servicios, sistemas y políticas inexistentes o que impiden la participación de todas las personas en todas las áreas de la vida (oms, 2001). Las barreras más importantes relacionadas con la inclusión laboral son orga- nizacionales, por ejemplo, discriminación en el lugar de trabajo (actitudes nega- tivas, prejuicios y comportamiento estereotipado), entorno laboral inadecuado, preocupaciones del empleador sobre los costos y la productividad, sumado a una cultura corporativa excluyente (Kaye, Jans y Jones, 2011). 46 M ér ito y e m pl eo p úb lic o: re to s y d es afí os d e la a dm in ist ra ci ón p úb lic a co nt em po rá ne a Estándares para la implementación de marcos normativos Durante el proceso de inclusión laboral, será necesario cumplir con los principios de la cdpd con respecto a la provisión de ajustes razonables y el cumplimiento de condiciones de accesibilidad. La cdpd define los ajustes razonables de la siguiente manera: Modificaciones y adaptaciones necesarias y adecuadas que no impongan una carga desproporcionada o indebida, cuando se requieran en un caso particular, para garantizar a las personas con discapacidad el goce o ejercicio, en igualdad de condiciones con las demás, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales. (art. 2) De acuerdo con la cdpd “el diseño universal es el diseño de productos, en- tornos, programas y servicios que pueda utilizar la mayor cantidad de personas posible, sin necesidad de adaptación ni diseño especializado” (art. 2). Desde esta perspectiva, construir un edificio con rampa de acceso, puede ser útil para el ingreso en silla de ruedas, coche para bebé o incluso carro de compras, por lo que construir la rampa deja de ser exclusivo para un pequeño porcentaje de la población. Desde esta perspectiva, todas las acciones del ciclo de desarrollo laboral desde el proceso de reclutamiento y selección hasta la desvinculación-jubilación deben realizarse contemplando las premisas anteriores. Sobre la base de las experiencias de los países de la Unión Europea, Eichhorst y su equipo (2011) escribieron un informe con recomendaciones de políticas sobre movilidad e incorporación de personas con discapacidad en el mercado laboral. Allí, sugirieron que la implementación y la aplicación del principio de no discriminación, alineado con un enfoque de derechos, es necesaria para aumentar el empleo de las personas con discapacidad, de acuerdo con los tratados internacionales de derechos humanos. También aclaran que es necesario abordar el problema desde un ámbito más amplio, centrándose más en la capacidad de trabajo restante o parcial de la persona en lugar de la incapacidad laboral. Se necesita un enfoque de flexiguri- dad (“flexicurity approach”) y sin barreras para hacer el trabajo más atractivo y factible para las personas con discapacidad. El enfoque de flexiguridad significa trabajo flexible y seguro. Este enfoque, descrito por el Consejo Europeo en 2007, incluye acuerdos contractuales flexibles y confiables a través de leyes laborales modernas, conve- nios colectivos y organizaciones de trabajo, estrategias integrales de aprendizaje permanente, políticas efectivas del mercado laboral que ayuden a las perso- nas a enfrentar cambios rápidos, reducir los períodos de desempleo y facilitar 47 Inclusión laboral de personas con discapacidad: abordaje desde una perspectiva de derechos hum anos las transiciones a nuevos puestos de trabajo, y los sistemas modernos de segu- ridad social que proporcionan un adecuado apoyo a los ingresos, fomentan el empleo y facilitan la movilidad en el mercado laboral (Unión Europea, 2012). Un ejemplo del enfoque de flexiguridad en el mercado laboral abierto sería permitir que el empleado con discapacidad trabaje menos horas si es necesario o con un profesional de apoyo en el lugar de trabajo, sin dañar la productividad de la institución, también con garantías como pensiones u otros subsidios en un mercado laboral con sistema de cuotas. La Organización Internacional del Trabajo (oit, 2007) dioalgunas reco- mendaciones para promover la creación de políticas de empleo de las personas con discapacidad. Estas sugerencias se basan en el modelo de empleo con apoyo (Parmenter, 2011). Recomienda crear alianzas con la comunidad de personas con discapacidad y con las organizaciones que se dedican a la intermediación laboral para alinear este proceso con el plan nacional de inclusión de la disca- pacidad de cada país. El empleo con apoyo es un método de trabajo para personas con discapa- cidad y otros grupos en desventaja para acceder y mantener un empleo remu- nerado en el mercado laboral abierto. Este método de trabajo es una política proactiva, de acuerdo con la cdpd, porque es completamente coherente con los conceptos de empoderamiento, inclusión social, dignidad y respeto por las personas (Unión Europea de Empleo con Apoyo, 2014). Asimismo, el modelo de empleo con apoyo se considera el más efectivo en el proceso de inclusión laboral de personas con discapacidades intelectuales y psicosociales (Organización Mundial de la Salud, 2011). Es una estrategia para la creación de empleos que comenzó en la década de 1980 en Estados Unidos, principalmente, para personas con discapacidades intelectuales y de desarrollo, pero ahora se utiliza de manera exitosa con todos los grupos de personas con discapacidad, especialmente las personas con discapacidades físicas o psicosociales, y en todo el mundo (Jordán de Urríes, 2010; 2015). Esta estrategia responde a un enfoque de “colocar y luego entrenar” en oposición a otros enfoques tradicionales que usan procedimientos de “entrenar y colocar” (Corrigan, 2001). También se basa en un enfoque orientado al usuario desde la planificación centrada en la persona (Wehman, 2007). El modelo tiene cinco etapas: compromiso, perfil profesional, búsqueda de empleo, compromiso del empleador y apoyo laboral on/off. Las medidas de apoyo se refieren, en particular, a cuando el individuo está en un empleo remunerado y se entregan a través de la provisión de un preparador laboral (Unión Europea de Empleo con Apoyo, 2005). La Unión Europea de Empleo con Apoyo planteó los ocho principales valores del modelo de empleo con apoyo en 2005: indi- vidualidad, respeto, autodeterminación, elección informada, confidencialidad, flexibilidad y accesibilidad. 48 M ér ito y e m pl eo p úb lic o: re to s y d es afí os d e la a dm in ist ra ci ón p úb lic a co nt em po rá ne a En 2007, la oit analizó el sistema de cuotas en un documento sobre la igualdad de oportunidades de acceso al trabajo para personas con discapacidad. A partir de ello, concluyó que solo es eficiente cuando existe un mecanismo de regulación con multas para las cuotas. También es más efectivo si hay incentivos para los empleadores y si las cuotas se implementan en los sectores público y privado simultáneamente. Estas recomendaciones son similares a las experiencias reportadas en la Unión Europea, donde las cuotas se cumplen solo en pocos países (entre 15 % y 30 % de las instituciones de los sectores público y privado). Existe cierta preocupación por que los puestos de cuota a menudo se llenen mediante con- tratación interna en lugar de externa; también, por que el cumplimiento de la reserva sea más probable con personas con discapacidad que participan del mercado laboral o que necesitan menos apoyo (Greve, 2009). Existen otras acciones afirmativas, útiles para promover el empleo de las personas con discapacidad, como dar preferencia a las empresas que contra- tan personas con discapacidad en la adquisición de bienes o en el contrato de servicios con la administración pública, o bien descuento fiscal directo para las empresas privadas con prácticas de inclusión laboral (Organización Iberoame- ricana de Seguridad Social, 2014). Conclusiones Entendiendo la discapacidad desde el modelo social, los desafíos para la in- clusión laboral de personas con discapacidad, desde una perspectiva de dere- chos humanos se explican por diversos factores de exclusión, como barreras estructurales económicas y culturales. Los factores económicos están asociados a la precarización laboral, mientras que los culturales se refieren a actitudes y prácticas discriminatorias en esferas íntimas, privadas, públicas y sociales. Debido a estas barreras económicas y culturales, las personas con disca- pacidad no tendrían completamente realizado un derecho humano: el derecho al trabajo. Esto, debido a que no estarían en posición de ejercer su ciudadanía en las dimensiones de participación y pertenencia, encontrando brechas en su interacción con el entorno, en el uso de servicios dentro de la comunidad y en el desarrollo de relaciones interpersonales satisfactorias. Existen modelos de inclusión laboral que contribuyen a transformar esta realidad, como el empleo con apoyo, promotor de la inclusión social mediante el trabajo. Los valores del modelo están alineados con los principios genera- les del artículo 3 de la cdpd, como el respeto por la dignidad inherente, la no discriminación, participación plena y efectiva, igualdad de oportunidades y accesibilidad. También los literales d, e, i y j del artículo 27, relacionados con el 49 Inclusión laboral de personas con discapacidad: abordaje desde una perspectiva de derechos hum anos apoyo, asistencia y ajustes razonables en el proceso de inclusión laboral, están en concordancia con la línea de intervención propuesta por el modelo. Junto con lo anterior, el modelo se alinea con la visión de la cdpd sobre inclusión social (art. 19). Cumplir con los estándares de la cdpd es difícil, porque implica un cambio de paradigma en la concepción de las personas con discapacidad y su rol en el mercado laboral. Para ello, es necesario contar con una legislación sólida que proteja los derechos de las personas con discapacidad, sobre la base de los prin- cipios de accesibilidad y no discriminación. Por tanto, es necesario también que este marco legal se transforme en cultura, mediante un enfoque de derechos. Finalmente, en concordancia con lo propuesto en el artículo 29 de la cdpd sobre participación en la vida política y pública, entendiendo el derecho al trabajo como algo fundamental para el ejercicio de la ciudadanía, persisten desafíos asociados al cambio de paradigma y los modelos comprensivos en discapacidad, para acabar de ese modo con el asistencialismo y la estigmatización y, al mismo tiempo, generar estructuras económicas y culturales que contribuyan a construir la identidad del colectivo desde la diversidad y los derechos. Todo lo anterior debe hacerse con el fin de promover y articular la parti- cipación política como colectivo, la incidencia de las demandas de este tipo de población en el espacio público y social, y la movilidad y posicionamiento en estructuras de poder y toma de decisiones. Referencias Cechini, S., Filgueira, F., Martínez, R. y Rossel, C. (2015). Instrumentos de pro- tección social: caminos latinoamericanos hacia la universalización. Santiago: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (cepal). Clifford, S., Leader, G., Kosciulek, J. y Leahy, M. (2015). Defining Social Inclu- sion of People with Intellectual and Developmental Disabilities. An Ecolog- ical Model of Social Networks and Community Participation. Reaserch in Developmental Disabilities, 38, 18-29. Doi: 10.1016/j.ridd.2014.10 Corrigan, P. W. (2001). Place-Then-Train: An Alternative Service Paradigm for Persons With Psychiatric Disabilities. Clinical Psychology: Science and Practice, 8(3), 334-349. 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En búsqueda de evaluaciones equitativas en los procesos meritocráticos Aura Nidia Herrera Rojas Universidad Nacional de Colombia, Colombia 55 Introducción Sustentada en los avances en el desarrollo de estrategias de evaluación en psi- cología y educación y de procedimientos de análisis psicométricos de datos provenientes de las pruebas, la tesis principal de este capítulo es la necesidad de superar algunos esquemas tradicionales, muy arraigados en las prácticas de evaluación, para buscar medidas más equitativas, en particular, cuando se trata de evaluaciones masivas, como ocurre en los procesos meritocráticos para acceder al empleo público. La idea clásica de estandarización en la aplicación de las pruebas buscaba controlar cuidadosamente las condiciones, tanto de contenido como de forma, a fin de garantizar la igualdad en la evaluación. Esto puede entenderse desde dos perspectivas: 1) la idea imperante de “tratamiento igual para todos”, como forma de garantizar la igualdad entre los evaluados y 2) la necesidad de contro- lar todas las variables que pudieran afectar la evaluación, con el propósito de garantizar la validez de los resultados (Herrera, 2019a). En la práctica, esto se traduce en la preparación de las mismas preguntas o tareas para los evaluados 56 M ér ito y e m pl eo p úb lic o: re to s y d es afí os d e la a dm in ist ra ci ón p úb lic a co nt em po rá ne a y en condiciones de aplicación iguales para todos, como forma de garantizar que las diferencias en los resultados entre los evaluados puedan atribuirse a diferencias entre ellos, en lo que quiere medirse, no a otras variables. Durante las últimas décadas del siglo pasado se hicieron frecuentes las demandas de algunos estudiantes o de sus representantes legales, para flexibili- zar algunas condiciones de la evaluación que suponían inapropiadas o lesivas, dadas sus necesidades especiales. Como respuesta, en algunos casos obedecien- do órdenes judiciales o de autoridades administrativas, surgieron las llamadas acomodaciones, con el objetivo de mejorar las condiciones tanto en el proceso de enseñanza-aprendizaje como en la evaluación, para estudiantes con disca- pacidades (Phillips, 1994). En el contexto de la evaluación, en particular las evaluaciones masivas, las acomodaciones son modificaciones introducidas en las condiciones de aplicación de las pruebas a evaluados con alguna condición o necesidad; estas modificaciones pueden ir desde prolongar el tiempo para responder, hasta arreglos un poco más sofisticados como preparar una forma de la prueba en escritura Braille. Las acomodaciones en la evaluación, al igual que las llamadas acciones afirmativas en otros ámbitos de la sociedad, son medidas necesarias en algu- nos momentos, para corregir inequidades en las condiciones actuales o para compensar desigualdades previas que afectan a grupos particulares de la po- blación. De ese modo se reconoce, aunque de manera tácita, que garantizar la equidad puede implicar la introducción de algunas diferencias. En el ámbito de la evaluación, el énfasis se ha puesto en las discapacidades físicas permanentes o transitorias, y su introducción no ha estado libre de discusiones. Aunque en la actualidad algunas acomodaciones son generalmente acep- tadas, cuestionamientos de orden legal, social, técnico y práctico como las planteadas por Phillips (1994) a finales del siglo pasado no tienen hoy una respuesta clara, de modo que siguen generando preocupaciones. Desde en- tonces, se ha desencadenado una serie importante de estudios dirigidos a verificar los efectos de las diferentes acomodaciones
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