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repositorio.uptc@uptc.edu.corepositorio.uptc@uptc.edu.co LA HISTORIA EMPRESARIAL: DIÁLOGOS INTERDISCIPLINARIOS PARA LA FORMACIÓN EN ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS Cristian Gonzalo Roncancio Coy Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia Facultad Seccional Chiquinquirá cristian941210@hotmail.com Trabajo presentado en la mesa de Trabajo: Formación e investigación en Administración. MEMORIAS mailto:cristian941210@hotmail.com LA HISTORIA EMPRESARIAL: DIALOGOS INTERDISCIPLINARIOS PARA LA FORMACION EN ADMINISTRACION DE EMPRESAS Resumen El objetivo de la presente ponencia, consiste en proporcionar elementos discursivos alrededor de coordinaciones disciplinares (diálogos interdisciplinares) de la administración de empresas con campos del conocimiento como la historia empresarial; de este modo, se reconoce a la administración empresas como un área capaz de dialogar con diferentes campos del conocimiento. Una relación interdisciplinar con la historia empresarial se puede configurar con el fin de justificar un lugar de esta última en la formación de los administradores. Por su parte, la historia empresarial puede definirse como un campo interdisciplinar de investigación en el cual se utiliza y se desarrolla la teoría de la administración, a la vez que estudia de manera conjunta un mismo objeto: la actividad empresarial y el empresariado. Con ese fundamento, la contribución de la historia empresarial en la formación de administradores de empresas atañe como mínimo a tres puntos: el desarrollo de la conciencia histórico-social, el espacio para contrastar la teoría con la práctica y el aprovechamiento de la experiencia acumulada. Como consecuencia, la historia empresarial determina una alternativa y una oportunidad en auge para el fortalecimiento de la formación “integral” del administrador de empresas. Palabras Claves: Administración, interdisciplinariedad, formación, explicación histórica, historia empresarial. Abstract The purpose of this lecture, is to provide discursive elements around coordinations disciplinary (interdisciplinary dialogues) administration of companies with fields of knowledge as business history; thus, recognized management companies as an area capable of dialogue with different fields of knowledge. Interdisciplinary related to business history can be configured in order to justify a place in the formation of the administrators. For its part, the business history can be defined as an interdisciplinary field of research which uses and management theory, is developed to study in a way the same object: business and entrepreneurship. On this basis, the contribution of business history in the training of business managers concerned at least to three points: the development of social awareness, space to contrast the theory with the practice and the use of the accumulated experience. As a result, business history determines an alternative and an opportunity on the rise for the strengthening of the 'holistic' formation of the business administrator. Keywords: Administration, historical explanation, interdisciplinary, training, business history. Introducción La presente ponencia se inscribe como resultado de un trabajo de reflexión académica: monografía de compilación titulada “La historia empresarial: elementos conceptuales, teoría, metodología e incidencias en la formación del administrador de empresas”; trabajo adelantado como opción de grado para optar por el título de Administrador de Empresas. El objetivo de tal documento, así como el objetivo del presente, consiste en entregar elementos discursivos de relevancia acerca de las coordinaciones disciplinares (diálogos interdisciplinares) de la administración de empresas con campos del conocimiento como la historia empresarial; también, tiene como propósito pensar la manera en que estas coordinaciones fortalecen los procesos de investigación y formación en las escuelas de administración. El trabajo se fundamenta en una sistematización con fines didácticos para presentar los elementos disciplinares de la historia empresarial y para justificar su relación interdisciplinaria con la administración de empresas. Para ello, el trabajo se ha venido desarrollando a partir de una metodología cualitativa tipo investigación documental. Básicamente se parte del concepto de monografía como “intensa reflexión teórica y metodológica…” (Fernández, 2010, p. 7) para actuar en cuatro momentos clave: búsqueda y exploración documental con lecturas preliminares (Fernández, 2010, p. 25); reproducción de una estructura temática caracterizada por la coherencia (Rincón, 2012) y, por ende, conformación del esquema temático (ICONTEC, 2002, p. 4-5); análisis y síntesis de contenidos: la conformación del discurso; y la construcción del informe definitivo de disertación. Se trabajaron documentos cuyos contenidos pudieran aportar a la solución de los interrogantes de investigación. La mayoría de estos documentos son artículos de revistas indexadas o libros; se seleccionaron documentos de fácil acceso dados los propósitos y nivel de profundidad de un trabajo a nivel pregrado. Con este material se hicieron fichas resúmenes y reseñas, un ejercicio de análisis e interpretación sobre los contenidos de los textos seleccionados. Posteriormente, partiendo del esquema temático del proyecto, se incorpora los análisis a los contenidos en síntesis alrededor de ideas tipo en cada numeral. Finalmente, gracias al esquema temático y las ideas tipo es que se logra reproducir un discurso coherente con profundidad de análisis, riqueza argumentativa y tratamiento exhaustivo. El trabajo se ha venido realizando con un fundamento teórico articulado alrededor del discurso del campo de conocimiento administrativo: su condición disciplinar y sus ejes epistemológicos, gnoseológicos y hasta teleológicos. Se parte de allí para revisar cuestiones de institucionalidad en la historia empresarial (Romero, 2004; Dávila, en: Calderón y Castaño, 2005; Roberts, 2004): la noción de coordinación interdisciplinar (Bondarenko, 2009), el papel explicativo de la teoría en la investigación histórica (Cassis y Minoglou, 2005; Roberts, 2004; Sánchez, 2005; Barbero y Jacob, 2008; Bondarenko, 2009), la categoría de empresariado (Dávila,1992; Romero, 2003; Dávila, en: Calderón y Castaño, 2005; Zuluaga, 2010; Ordoñez, 2012) y la de actividad empresarial (Cochran,1974; Betancourt, 2003). Asimismo, se acude a teorías del empresario (López y Valdaliso, 1997), de la empresa como los costos de transacción o la economía institucional (Amatori y Jones, 2003; Romero, 2004; Kalmanovitz, 2010; Castillo, 2013), de las organizacionales clásicas taylorista y fayolista, sistemas, relaciones humanas, conceptos de competitividad o productividad. También ha sido necesario, para los propósitos del trabajo, pasar revista a la historia comparativa de Chandler y a la historia aprensiva de organizaciones (Betancourt, 2003). Además, se atiende al estudio de casos como metodología de investigación cualitativa y como estrategia pedagógica; asunto que ha sido tratado como un concepto transversal en la relación administración-historia empresarial (Neiman y Quaranta, 2006). Otros referentes teóricos de importancia han sido la categoría científica de historia, metodología cualitativa de historia de vida (Mallimaci y Giménez, 2006; Chárriez, 2012), los conceptos de acontecimiento, de historia interpretativa y de historia cuantitativa (Benedict, 1991). La idea de hacer una revisión y un análisis documental tan diverso ha sido la de proporcionar una visión integral del tema tratado. Por ende, como resultado de la reflexión, en esta ponencia se presentan por lo menos tres ejes de importancia: el carácter disciplinar de la historia empresarial y las relaciones o diálogoscon la administración de empresas; la actividad empresarial y el empresariado desde la visión conjunta de la administración y la historia empresarial; y por último, algunos argumentos que permiten reforzar la contribución de la historia empresarial a la formación del administrador de empresas. 1. La Historia Empresarial y sus Nexos con la Administración de Empresas En contexto, el discurso y la práctica de la administración de empresas se están consolidando alrededor de la corrección de fallas, superación de retos e incorporación de alternativas de trabajo. Asimismo, como parte de la institucionalización de la administración, hoy se hace necesario hablar de diálogos interdisciplinares o de pautas de acción comunes para enfrentar la transdisciplinariedad de los objetos de estudio. Uno de los tantos diálogos por rescatar se encuentra entre la historia empresarial y la administración de empresas. Ellas dos, como disciplinas del conocimiento social, con sus objetos de estudio, con sus métodos y con sus aplicaciones son, en realidad, dos áreas con elevado potencial de interacción: basta con observar la naturaleza interdisciplinaria y la explicación en la historia empresarial para comprobarlo. 1.1 Historia empresarial: campo interdisciplinario Al lado de las posturas intradisciplinares –aquellas que hacen una separación- delimitación de la realidad para constituir objetos–, están las coordinaciones disciplinares: aquellas que se apoyan en la idea de que “la ciencia social no debe ser una ciencia de campos o de espacios disciplinares, sino una ciencia de problemas, tan multidimensionales y multifacéticos, y en consecuencia tan ‘unidisciplinares’ y ‘globalizantes’, como lo debe ser esa misma única ciencia de lo histórico y de lo social” (Zuluaga, 2010, p. 14). Así, las coordinaciones disciplinares se reconocen como los diálogos y la acción conjunta de las ciencias sociales alrededor de una unidad de la realidad. Se hacen especialmente necesarias cuando los objetos de estudio son transdiciplinares (Bondarenko, 2009, p. 470); allí, la interdisciplinariedad, trasmisión de saberes y de métodos, debe ser prioridad. Con base en lo anterior, el tema empresarial tiene una naturaleza transdiciplinaria y, por ende, supera las capacidades de la historia empresarial o de la disciplina administrativa individualmente consideradas. Eso significa que la historia empresarial no puede acercarse adecuadamente al estudio del objeto sin recurrir a otros campos. Así ha sido desde la cátedra Grass en Harvard, donde los “proyectos […] se situaban teóricamente en los límites de varias disciplinas” (Wilkins, 1988, Citado por Roberts, 2004, p. 151)… y así sigue siendo, dada la ontología del objeto. De esta manera, la historia empresarial se entiende como un campo interdisciplinario de investigación y no solamente como una subdisciplina de la historia económica (Cipolla, 1991, citado por Roberts, 2004; Valencia, 1997, p. 147; López y Valdaliso, 1997, Citado por Romero, 2003, p. 806-807; Dávila, en: Calderón y Castaño, 2005, p. 66). Además, se dice que la interdisciplinariedad de la historia empresarial es de tipo productivo (Bondarenko, 2009, p. 470). Así las cosas, se transfieren teorías de la economía y la administración al dominio de la historia. De otra parte, la administración, dirá Drucker, es ante todo interdisciplinar porque se nutre de varias ciencias como la matemáticas, el derecho, la sociología o la ‘historia’; ciencias que ayudan cada cual en proveer conocimientos para el complejo trabajo de administrar (1998, p. 219). Por consiguiente, no cabe dudas de la estrecha relación de la historia empresarial y la administración ambos como campos interdisciplinares y con metodologías y objetos comunes; por ejemplo, comparten la vocación por la metodología cualitativa y didáctica del estudio de casos. En la investigación de la historia empresarial predominan los estudios específicos de empresas (Supple, 1977 y Hannah, 1983, citados por Dávila, en: Calderón y Castaño, 2005, p. 60); en la administración, “el conocimiento administrativo se ha construido predominantemente a partir de ese método que podríamos identificar como método cualitativo de casos” (Memorias Ascolfa, Zapata: 1999, citado por Bermúdez y Gutiérrez, en: Calderón y Castaño, 2005, p. 721). 1.2 Explicación histórica y teorías de/para la historia empresarial La explicación histórica es la manera de hacer efectiva la interdisciplinariedad productiva de la historia empresarial. Para comprender el concepto, se debe empezar por retomar el objeto de la historia. Esta ciencia social se dedicada al estudio de los hechos en el pasado (Sánchez, 2005, p. 55), el pasado de la humanidad (Carr, 1985; Tuñón De Lara, 1985), la obra de los hombres en el tiempo (Bloch, 2001, Citado por Zuluaga, 2010), el res gestae o proceso histórico objetivo (Sánchez, 2005, p. 59) y la presencia del cambio en los estados sociorganizacionales (Betancourt, 2003, p. 205), entre otros. Es una ciencia de los hechos que no se queda en la mera descripción- enunciación de acciones, personajes o datos (historicismo); es una disciplina científica en todo el sentido de la palabra y, como tal, avanza hacia un “discurso científico y explicativo, producto de la actuación investigativa rigurosa” (Betancourt, 2003, p. 208). De allí viene el tema de la explicación. Para lograr un discurso en los términos propuestos por Betancourt no se debe pensar exclusivamente en una ciencia histórica capaz de construir “conceptos, leyes y teorías de amplio valor explicativo y predictivo” (Sánchez, 2005, p. 62), sino que, sobre todo, responda interrogantes teóricamente orientados. Por ende, se debe considerar en explicar los hechos empresariales reconstruidos en el curso del tiempo; en consecuencia, se ha de recurrir, en función de una necesidad lógica, a las teorías del objeto de historicidad (Roberts, 2004, p. 161) o, lo que es lo mismo, a las teorías del tema empresarial. Así pues, ese momento en el cual el investigador incorpora teorías para la explicación y/o interpretación de las eventualidades podría llamarse “teoría para” la historia empresarial. En sentido contrario, cuando la historia desarrolla las teorías, podría llamarse “historia para” la conformación de teoría. En el momento de “teoría para”, la administración de empresas suministra teorías para la explicación histórica empresarial (Roberts, 2004, p. 163; Zuluaga, 2010); en el momento de “historia para”, la historia empresarial sirve de derrotero en la corroboración, el cambio, el complemento o la creación de constructos teóricos para la administración (Valdaliso, 1993). En síntesis, como parte de una necesidad de índole científico en la historia empresarial, esta debe recurrir a las teorías para hacer explicación histórica. Allí, se encuentra con disciplinas principales como la economía y la administración de empresas y de disciplinas accesorias como la psicología, la sociología o la política. 2. Una Visión Conjunta de la Actividad Empresarial y el Empresariado 2.1 Objetos comunes para acciones comunes Los puntos relacionados con el carácter interdisciplinario y la explicación histórica dan luces acerca de los fuertes nexos entre la historia empresarial y la administración de empresas. No obstante, quizás el punto álgido de la relación se alcanza cuando se admite una proximidad, que raya en lo equiparable, entre los objetos de estudio. Hay que recordar grosso modo cuáles son los objetos de estudio de los campos tratados. Aproximadamente, y para abreviar, la historia empresarial estudia la actividad empresarial y el empresariado; mientras que la administración de empresas, estudia la organización empresarial y la gestión de las organizaciones. Como toda disciplina del conocimiento científico, la historia empresarial estudia un objeto delimitadocomo campo de realidad (Ortega, 2002, p. 167, 168). El campo de la realidad que le corresponde a la disciplina está delimitado por dos criterios: lo histórico y lo empresarial. Lo histórico, tal como se enunció en el apartado anterior, puede ser el pasado de los hombres, los hombres en el tiempo o un proceso histórico objetivo res gestae. Para consolidar, hay que aceptar una realidad de estudio (res gestae) identificada como el estudio en el tiempo de los hombres y las sociedades, porque solo ellos pueden llegar a ser objeto de la historia (Sánchez, 2005, p. 58). Aróstegui entiende la realidad histórica como el movimiento de los estados sociales, la presencia de cambio y duración en los estados sociales (1995, p. 203). En otras palabras, los hombres y las sociedades pueden entenderse como estados sociorganizacionales (la reproducción del orden vigente) que llegan a cambiar (o romperse) ante la presencia de los acontecimientos y las verdades (Badiou, 1994; Cerletti, 2008, p. 21). Cuando se sintetiza las propuestas de autores como Mathias (1993), Dávila (1992) y Barbero, entre otros, lo empresarial denota la actividad empresarial y a los actores de dicha actividad, se les nombra como el empresariado. La actividad empresarial se define como “la actividad deliberada (o incluso una secuencia integrada de decisiones) de un individuo o grupo de individuos asociados, emprendida para iniciar, mantener o ampliar un negocio orientado al beneficio para la producción o distribución de bienes y servicios económicos” (Cochran, 1974). El empresariado, a su vez, se define como “el conjunto de actores, incluyendo empresas y empresarios, como los grupos, gremios, familias, elites, la clase dominante, que de una y otra manera intervienen o se hacen participes de las actividades empresariales en un sociedad particular” (Dávila, en: Calderón y Castaño, 2005. p. 58, 64 y 65; Romero, 2003, p. 805). Por lo mismo, en cierta medida pueden considerarse equiparables los objetos de investigación de la historia empresarial con la administración de empresas. Si bien es válido que los enfoques, las cuestiones y las líneas tratadas pueden ser diferentes; no obstante, se vuelven equiparables cuando desde los particulares campos de acción se escudriña la actividad empresarial; y cuando, al trabajar con la empresa, comparten la misma unidad de análisis. Para justificar la apreciación anterior, basta con echar mano de lo que algunos llaman el objeto de la administración. Básicamente, la administración recae “empíricamente en una determinada práctica social” (Bermúdez y Gutiérrez, en: Calderón y Castaño, 2005, p. 718): aquella practica referida a “la organización de las cosas y el buen gobierno de la gente” (Memorias ASCOLFA, 1999). Por lo tanto, busca generar conocimientos sistemáticos acerca de la gestión en la empresa y de la organización empresarial como el lugar donde ocurren dichos actos. Así las cosas, la historia empresarial estudia la actividad empresarial, y esta no ocurre en otro lugar que en la organización empresarial y bajo el influjo de la gestión empresarial (objeto de estudio de la administración). Del mismo modo, la unidad básica de análisis de la historia empresarial y de la administración son una y la misma; la empresa como organización, la empresa como objeto de historicidad, la empresa como realidad transdisciplinar. En fin, ambos campos estudian una misma realidad, pero de diferentes formas, rutas y finalidades de estudio. Empero, como se describe en el siguiente numeral, es posible pensar en una visión conjunta de los objetos; aunque esto se haga aún en el plano propositivo. 2.2. Actividad empresarial y empresa desde el carácter interdisciplinar de la relación historia empresarial-administración De acuerdo con lo expuesto hasta aquí, desde el pensamiento interdisciplinar le apuesta por trabajar articuladamente la historia empresarial y la administración en temáticas transdisciplinares como la actividad empresarial y la empresa. Dos elementos novedosos que hacen potencial tal interacción. En primer lugar, existe la posibilidad de complementar los estudios transversales de la administración con estudios longitudinales, capaces de rescatar los elementos dinámicos del fenómeno empresarial. Dice Zuluaga que la “Historia aporta el componente dinámico” (2010), permite comprender los elementos de cambio, la transformación, augura “una perspectiva dinámica que supere las falencias de los análisis estáticos”. En segundo lugar, “la historia permite captar ese proceso fundamental de introducción de la administración (o la mano visible, en términos chandlerianos) en la organización, ver cómo la administración da dinámica a la organización” (Betancourt, 2003, p. 206). El concepto de mano visible de Chandler, como antítesis del lassiere faire de Smith, aterriza la importancia de la administración en la historia empresarial porque convierte a la gestión empresarial en el otro motor del cambio (además de los mercados) en los hechos de empresa. La administración es la institución rectora (Drucker, 1998), el cerebro de decisiones que genera las realidades empresariales y, como tal, causa activa de las actuaciones. De otro lado, la relación interdisciplinaria acerca la administración, como mínimo, a: contrarrestar aquella orientación excesivamente practica de las investigaciones (Calderón y Castaño, 2005, p. 7); minar la actitud acrítica ante las teorías estudiadas en las escuelas (Calderón y Amaya, 2005, p. 49); complementar con un enfoque diferente el stock de conocimiento de las facultades, rescatando algunos temas caídos en el olvido. Si bien es cierto que la administración es disciplina aplicada, sus linderos y la manera como se ha institucionalizado exige trabajar con esmero en investigaciones dirigidas a “responder por la construcción de un corpus doctrinal sólido y libre de la condición de la sospechosa seudodisciplina adaptada a la thecné” (López, 2005, p. 46). La historia empresarial no se puede ubicar como investigación aplicada; su labor, lejos de allí, está en investigar desde el punto de vista histórico aquellos acontecimientos propios de la actividad empresarial. Lo anterior implica desfallecer en el intento de buscar recetarios para gerentes (Sáenz, 1998), porque según Archila, “las historias ejemplares son solo eso: ejemplos y nada más” (2009). Asimismo, la historia empresarial se ha de reconocer como una alternativa de investigación de la administración muy pertinente a la hora de enfrentar fantasmas como el “one best way” (Durango, 2005, p.655-670), porque es bien sabido que “las realidades locales no siempre se ajustan a los modos de racionalidad que operan en el centro” (Ibarra, 1991, Citado por Durango, en: Calderón y Castaño, 2005. p. 662). La historia empresarial aplica en la especificidad de las realidades estudiadas; en especial, en la “generación de conocimiento autónomo y crítico sobre las especificidades de la realidad empresarial latinoamericana” (Dávila, en: Calderón y Castaño, 2005, p. 40). Aquí la posición es de crítica y no solo se trata de enfrentar la incorporación automática de teorías exógenas. Una postura crítica de la administración exige pensar y volver a pensar muchos de los contenidos enseñados; exige repensar la validez de seudo-conocimiento como la modas (López, 2005. p. 45), tanto como reevaluar la validez de la ideologías (Calderón y Castaño, 2005, p. 7). En consecuencia, no hay que olvidar el soporte de los hechos como mecanismo de corroboración, principio de falsabilidad popperiano, tema en el que la historia es sumamente fuerte; criticar, refutar o verificar en disciplinas como la administración es relativamente más fácil por medio de la evidencia proporcionada por la historia. 3. Enseñanza de la Historia Empresarial en las Facultades de Administración de Empresas:Un Por Qué de su Inclusión Para culminar estas anotaciones acerca de los diálogos interdisciplinares de la administración con la historia empresarial, se considera resolutorio manifestar el interés por hacer de esta última un área de formación indispensable del administrador de empresas. Al respecto, la pregunta clave reza: ¿qué aporta la historia empresarial a la formación del administrador de empresas? La respuesta se puede sintetizar en aspectos como: la conciencia histórico-social en el estudiante, la contrastación teoría-realidad y el aprovechamiento de la experiencia acumulada. En primer lugar, el estudio de una catedra de historia empresarial forma la conciencia histórico-social del estudiante de administración de empresas. El campo de conocimiento, dicen Duque y Royuela, colabora con la ardua tarea de “cultivar la independencia intelectual de los estudiantes o asumir un papel de crítica y de conciencia social” (Calderón y Castaño, 2005, p. 19). Esto se hace evidente porque la historia debe contextualizar las teorías en casos particulares con un tiempo y un espacio puntuales. Esos casos, ese tiempo y ese espacio pueden ser cualesquiera, aunque lo más pertinente debe ser la apropiación de la realidad histórica –casos, tiempos y espacios– del entorno al que el estudiante pertenece; además, el ejercicio de contextualizar mediante el conocimiento histórico debe prorrogar al discente en el ejercicio de la duda, la crítica constructiva y el discurso propositivo. Al respecto, uno de los autores considerados escribe: “El conocimiento de la historia empresarial de la región, unido al dominio de las bases epistemológicas de la Administración de Empresas, constituye en todo programa de pregrado y de postgrado la base conceptual sobre la cual se debe construir la formación del profesional en la disciplina” (Bedoya, 2013). En segundo lugar, la historia empresarial facilita el artejo de la teoría con la realidad y la práctica. En especial si se parte de que la dicotomía entre teoría y práctica sea, como lo plantea un autor británico, una mitología (Griseri, 2002, Citado por Dávila, en: Calderón y Castaño, 2005, p. 62), la enseñanza de la historia empresarial es una solución a la escasez de recursos didácticos para validar empíricamente las teorías impartidas en el aula. Las teorías, siempre altivas a la contingencia, constituyen una representación de carácter ideal, simbólica, conjetural y en cierta medida abstracta (Bondarenko, 2009, p. 463). Son muchos los estudiantes de pregrado con expectativas mundanas, cuyos deseos de aprender saberes aplicados, distan del conocimiento teórico impartido; para ellos, así como para una fracción del estamento docente, las teorías son vistas como saberes abstractos, inmaterializables y poco atractivos; es decir, no les ven el caso al juzgar a la realidad y la practica como cuento aparte. La pedagogía de la administración requiere de espacios para articular la teoría con las realidades empresariales. Allí se puede plantar el atrevimiento de justificar la historia empresarial en al menos dos momentos: i) porque esta disciplina utiliza las teorías como marcos interpretativos y explicativos de la realidad histórica y, por lo tanto, la singularidad de los hechos se mezcla con la abstracción de la teoría; ii) porque además de aterrizar las ideas del corpus teórico, la aprensión de la historia exige maniobrar con conceptos de diferente naturaleza y procedencia, es decir, el estudiante debe tener conocimiento previo de temáticas relacionadas con el derecho, la política, la psicología, las ciencias económicas, y demás, que en un momento dado aparecían dispersas y ahora adquieren conexión mediante el vínculo del suceso histórico. En tercer lugar, la historia empresarial nutre de experiencias reales el bagaje del educando en administración. Afirman Cuervo y Díez que el trabajo de Stiglitz “al analizar la historia económica de la empresa, ofrece un análisis de las estrategias que otras empresas utilizaron en el pasado, los entornos en que se han desarrollado y las consecuencias que se derivaron para su supervivencia, por lo que se torna de una gran utilidad para la dirección de empresas” (2003, p. 193). Al igual que Cuervo y Díez, Dávila manifiesta que la “historia empresarial, de empresarios, de sectores económicos particulares y otros similares, contienen importantes lecciones sobre estrategias y prácticas empresariales que reflejan las condiciones del entorno político, económico y social” (1991, p. 92). Muy distinto a lo practicado, las lecciones o enseñanzas de las actuaciones pasadas están atadas inextricablemente al entorno del momento en que acontecieron, y no se pueden aplicar a una situación presente sin acudir el criterio del contexto. Allí median las especiales condiciones intra y extra-empresariales del momento histórico; como dice Sánchez, las regularidades detectadas “son siempre relativas a la sociedad o al acontecimiento considerado” (2005, p. 62). Aun así, de una u otra manera, todos creemos que la historia puede y debe suministrar sabio consejo a los tiempos presentes. Conclusiones La administración de empresas y la historia empresarial son áreas de naturaleza interdisciplinaria y con relaciones estrechas. Basta parafrasear que ambas disciplinas comparten un objeto de investigación; de ahí en adelante se puede pensar en variadas formas de articulación: la historia mediante la explicación histórica incorpora teorías de la ciencia administrativa, a la vez, la historia es útil para escudriñar en la teoría de la administración. Igualmente, ni la historia empresarial ni la administración pueden con total certidumbre conocer plenamente un objeto de naturaleza transdisciplinar, más bien, se requiere del trabajo compartido de las áreas con el fin de entender, desde sus específicos campos de acción, los complejos fenómenos de la actividad empresarial. Como consecuencia del carácter interdisciplinario de la administración de empresas, se puede enseñar materias de múltiple naturaleza. El conocimiento histórico hace parte de las materias que deben enseñarse; por lo tanto, en las anteriores anotaciones ha sido pertinente aludir a los fundamentos del dialogo interdisciplinar expuesto. Por eso mismo, incorporar teorías de la administración a la investigación histórica, explicar a partir de esas teorías y compartir un objeto común son las bases para abogar a favor de la formación en historia empresarial del administrador de empresas. En el tema de la formación, la cuestión es axiomática: los estudiantes deben conocer la historia empresarial de la región si existe; de no existir, construirla teniendo en cuenta relaciones interdisciplinares como la tratada. En últimas, no indagar en la realidad empresarial local, o no conocerla, convierte a la formación en un castillo sobre el aire, esto claro está, por no hacer la contextualización del saber teórico en las realidades locales. Es necesario entonces, respaldar la inclusión del conocimiento histórico apoyándose en una filosofía de formación integral. En aquella, la historia empresarial podría entenderse como parte del área general, una electiva o, incluso, una materia de tipo disciplinar. Por lo demás, el propósito de esta ponencia fue reflexionar, como tantas otras veces, acerca de la legitimidad y la utilidad de las coordinaciones disciplinares en la administración. En esta ocasión, los análisis se han concentrado en presentar desde el dialogo interdisciplinar contribuciones de la investigación y el conocimiento histórico a la formación en administración, enfocando aspectos como el desarrollo de la conciencia histórico-social, la contrastación de la teoría con la realidad y la utilidad de la experiencia acumulada. No obstante, los debates en el área no pueden quedar en el letargo, se hace indispensable seguirfundamentando el quehacer disciplinar de la administración de empresas con nuevos y mejorados ejercicios de reflexión. Referencias Amatori, F. y Jones, G. (2003). Business History around the World. Cambridge: Cambridge University Press. Archila, M. (2009). Historias social y empresarial: diálogos historiográficos. Revista CS (junio-diciembre, no.4). Universidad Icesi. Arostegui, J. (1995). La investigación histórica: Teoría y método. Barcelona: Crítica. Badiou, A. (1994). La Ética. Ensayo sobre la conciencia del Mal. 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