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Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 1 Cuadernos de Psicopedagogía Nº. 4 ISSN: 1794-9580 Publicación anual de la Escuela de Psicopedagogía UPTC Correo electrónico: cpsicoped@tunja.uptc.edu.co Correspondencia y suscripciones: Luz Marina Nana Rodríguez Romero mantegna_co@yahoo.com UPTC, Carretera Central del Norte - Of. C110 Tunja - Boyacá, Colombia Tels: 987-422175-76 Canje: Biblioteca Central UPTC. Rector Alfonso López Díaz Vicerrector Académico Guillermo Buitrago Rojas Vicerrector Administrativo John William Roso Murillo Director de Investigaciones Enrique Vera López Decano de la Facultad de Educación Luis Otálora Velandia Director de la Escuela de Psicopedagogía Jorge Duarte Acero Directora-editora Luz Marina Nana Rodríguez Romero Comité editorial María Rosalba Sánchez Matamoros, UPTC Yenny Caicedo, UPTC Inírida Sánchez, UPTC Nana Rodríguez Romero, UPTC Comité Científico Fabio Jurado Valencia, Universidad Nacional Alfonso Jiménez Espinosa, UPTC Alfonso Tamayo Valencia, UPTC Arbitros Efraín Coley, UPTC Leonor Gómez Gómez, UPTC Jorge Duarte Acero, UPTC Maria Estella Arenas, UPTC Sandra Suárez Páez, UPTC Sonia Romero Alfonso, UPTC Óscar Pulido, UPTC Yenny Caicedo, UPTC Rosalba Sánchez Matamoros, UPTC Inírida Sánchez, UPTC Pilar Sánchez, UPTC Lorena Agudelo, UPTC María Eugenia Plata Santos, UPTC Elsa Aponte Sierra, UPTC Corrector de estilo Enrique Clavijo Portada: BERNI/Escuelita rural. (1956. Pigmento al agua y albúmina, sobre tela - 183x305 cm. Ilustraciones, M.C. Escher - Elsa Aponte Edición Gráfica: Imprenta y Publicaciones - UPTC Coordinador: Jesús Ariel Cifuentes M. Diseño y diagramación: Jgaona - 2007 Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 2 - Presentación Editorial La investigación en la Escuela de Psicopedagogía --------------------------------------------------------------------------- 5 Investigación La experiencia de cuatro investigaciones en torno a los ECAES ------------------------------------------------------------- 11 Fabio Jurado valencia ¿Qué nos dicen las investigaciones internacionales sobre la escritura en la universidad? ---------------------------------- 21 Paula Carlino Aprendizaje, psicología y educación en Colombia ---------------------------------------------------------------------------- 41 Óscar PulidoCortés ¿Los manuales de convivencia enseñan a convivir? --------------------------------------------------------------------------- 53 Yenny Aída Caicedo Nossa Formación de lectores críticos en la universidad ----------------------------------------------------------------------------- 61 Maria Estela Arenas La investigación: estrategias pedagógicas en el programa Ondas ----------------------------------------------------------- 67 María Eugenia Plata Santos Ambientes de aprendizaje desde la ludobiblioteca como una experiencia educativa -------------------------------------- 77 Kelly Gómez Jiménez ¿El placer del texto? ------------------------------------------------------------------------------------------------------------ 84 Nana Rodríguez Romero El lugar de la lectura y la escritura en la formación universitaria ----------------------------------------------------------- 97 Gloria Alvarado Nuevos paradigmas en la formación docente------------------------------------------------------------------------------- 109 Alfonso Tamayo Valencia Educación y Pedagogía La psicopedagogía: ¿Ciencia, saber o discurso? ----------------------------------------------------------------------------- 119 Armando Zambrano Leal Cómo se “hace” una clase --------------------------------------------------------------------------------------------------- 127 Carlos Medina Gallego Una acción pedagógica en el desarrollo de comunidades educativas ----------------------------------------------------- 139 Elsa Aponte Sierra Maestro y escuela: una mirada histórica ----------------------------------------------------------------------------------- 145 María Amelia Gómez Personaje invitado Juan Amós Comenio -------------------------------------------------------------------------------------------------------- 159 La entrevista El análisis crítico del discurso, una actitud de resistencia ----------------------------------------------------------------- 166 Óscar Iván Londoño zapata Instrucciones para los colaboradores ------------------------------------------------------------------------------- 171 ContenidoContenidoContenidoContenidoContenido Cuadernos de Ps icopedagog ía 4 Universidad pedagógica y Tecnológica de Colombia - Facultad de Ciencias de la Educación Escuela de Psicopedagogía - ISSN: 1794-9580 - Tunja, septiembre de 2007 Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 3 PPPPPresentaciónresentaciónresentaciónresentaciónresentación En primera instancia, presentamos temas sobre el papel que juegan la lectura y la escritura en la universidad, trabajos que se presentaron en el pasado Encuentro Nacional de Políticas Institucionales para la Lectura y la Escritura, convocado por ASCUN y la Universidad Sergio Arboleda, en especial, los trabajos de las investigadoras Paula Carlino y Gloria Alvarado; al lado de experiencias desarrolladas en la Escuela de Psicopedagogía por las profesoras Estela Arenas y Nana Rodríguez; también nos acompaña el análisis de Fabio Jurado sobre tres investigaciones en torno al tema de los ECAES; aportes de la profesora Yenny Caicedo sobre el uso de los manuales de convivencia; de la misma forma presentamos un trabajo sobre la relaciones y el desarrollo del aprendizaje, la psicología y la educación en Colombia, de la autoría del profesor Óscar Pulido. También los lectores pueden encontrar un texto de Alfonso Tamayo, respecto de los nuevos paradigmas en la formación docente, un tema de mucha relevancia si tenemos en cuenta que nuestra universidad es formadora de formadores, y un texto sobre la experiencia de investigación del Programa Ondas en Boyacá, en palabras de María Eugenia Plata. Investigación La investigación, dentro de la actividad académica de la universidad, es uno de los componentes que conjugan y dan sentido a la educación y a la formación profesional; por esta razón, es el tema central del número cuatro de nuestra revista. Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 4 - En la sección de educación y pedagogía tenemos una reflexión del profesor Armando Zambrano acerca del ser y el hacer de la psicopedagogía como discurso, ciencia o saber; un aporte de Carlos Medina Gallego sobre cómo se hace una clase, y otros temas relacionados con las prácticas docentes, el maestro y la escuela, correspondientes a las profesoras Elsa Aponte y Amelia Gómez. Como es costumbre, en esta oportunidad hacemos un homenaje a la vida y obra del gran pedagogo Juan Amós Comenio, y para finalizar, una entrevista al semiólogo holandés Teun A. Van Dijk, elaborada por Óscar Iván Londoño de la Universidad del Tolima. Como parte de la política editorial es apoyar la producción textual de los estudiantes, en esta ocasión presentamos un texto de Kelly Gómez, integrante de un semillero de investigación, acerca de una experiencia educativa en la construcción de ambientes de aprendizaje. ¡Bienvenidos! Presentación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 5 EDITORIAL La investigación en la EscuelaLa investigación en la EscuelaLa investigación en la EscuelaLa investigación en la EscuelaLa investigación en la Escuela de Pde Pde Pde Pde Psicopedagogíasicopedagogíasicopedagogíasicopedagogíasicopedagogía Editorial En el documento “Estructura del Proyecto Académico- Educativo de la Escuela de Psicopedagogía” (1997) se consigna, que dentro de la formación básica común del psicopedagogo, y para la construcción de su saber pedagógico, se tienen en cuenta los campos de formación social y humanística, pedagógica, científica– investigativa y de extensión. De la misma manera, en los énfasis que en 1997 se establecieron en orientación y asesoría escolar, gestión de proyectos educativos y comunitarios, necesidades educativas especiales, rehabilitaciónsocial y gestión pedagógica para la educación normalista, se señalaron los posibles proyectos de investigación por realizar. De igual forma, en el documento “Proyecto Curricular de la Licenciatura de Psicopedagogía con énfasis en Asesoría Educativa” (2000), en la parte de diseño curricular, y atendiendo lo establecido en el decreto 272 del 98, se señala la parte investigativa como elemento fundamental que se utiliza en la Universidad para producir conocimiento e incorporarlo fuera de ella, el cual debe ser la base para La investigación en la Escuela de Psicopedago- gía ha buscado contribuir a dar respuesta a las demandas sociales, cultu- rales y políticas que el contexto le ha planteado a la educación. Es por ello que se visualiza un cam- bio en las diferentes propuestas a través del desarrollo de su ser y ha- cer como programa de la Universidad. Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 6 - Editorial actualizar los currículos, desarrollar hábitos de investigación de los estudiantes, transformar los métodos, estructuras curriculares, programas y los procesos básicos de aprendizaje y enseñanza. En correspondencia con lo anterior, será entonces preocupación del plan de estudios, la necesidad de que los Licenciados en Psicopedagogía con énfasis en Asesoría Educativa se familiaricen desde su formación inicial con la investigación pedagógica y educativa, mediante la utilización de elementos conceptuales vinculados con la enseñabilidad y la educatibilidad, que en la teoría y en la práctica analizados les deberá permitir asumir responsable y competentemente su formación integral. Este tipo de investigación es la que se denomina formativa y hace posible que la educación sea objeto de reflexión sistemática por los profesores, sobre la base de la relación entre teoría y experiencia. Para la Escuela de Psicopedagogía es claro que la investigación –formativa, participativa, creativa, pertinente, ética y problematizante– se debe constituir en un eje estructural del plan de estudio y en un elemento dinamizador por excelencia. Para operativizar la articulación de la investigación en el plan de estudio reestructurado se propone el siguiente fundamento conceptual: - Concebir la investigación como una práctica, y no exclusivamente como el fin último de la formación académica. En ese sentido se pretende que el Licenciado en Psicopedagogía con énfasis en Asesoría Educativa desarrolle una actitud investigativa que le proporcione elementos epistemológicos y metodológicos para afrontar los problemas que trae consigo el ejercicio profesional. - Desarrollar la investigación de tal manera que atraviese en forma vertical, pero que también propicie una integración horizontal de todas las disciplinas, evitando así que se le convierta en un simple componente terminal en el plan de formación. - Hacer de la investigación un recurso integrador entre los diferentes elementos constitutivos de la comunidad educativa para fomentar una verdadera participación en la búsqueda de alternativas de cambio. - Diseñar y desarrollar proyectos educativos y pedagógicos como una estrategia didáctica que aporte elementos epistemológicos, metodológicos e investigativos para que el Licenciado en Psicopedagogía con énfasis en Asesoría Educativa construya el conocimiento de manera continua, así no disponga de recursos presupuestales para la investigación. Para el desarrollo del proyecto curricular se ofrecen como apoyo las siguientes líneas de investigación: - Educación, pedagogía y sociedad - Educación, pedagogía y comunicación - Gestión, calidad y evaluación educativa Por otra parte, el programa, a partir del año 2001, acordó diseñar y llevar a cabo proyectos de aula que permitiesen a los estudiantes en cada semestre integrar los conocimientos manejados en las diferentes estructuras asignaturales alrededor de la formulación de una serie de preguntas que pusiesen en juego los diversos conocimientos disciplinares. El componente práctico de todo proyecto de aula considera como punto de encuentro para su implementación, la práctica pedagógica, orientada por la estructura asignatural, Práctica Pedagógica e Investigativa, entendida esta última como proceso permanente de reflexión, análisis, conceptualización y sistematización de experiencias sobre la realidad educativa y pedagógica, se pretendía que el psicopedagogo construyera un pensamiento que le permitiera ampliar y profundizar en la Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 7 comprensión de la realidad mediante la investigación formativa y científica. En este proceso de pensar y repensar la práctica pedagógica y de procesos investigativos se ha hecho necesaria la integración de muchos y variados aspectos, tales como: - En los contenidos, para evitar la repetición y corregir los vacíos dentro y en los objetos de estudio. - En la relación entre teoría y práctica, para propiciar la vinculación de los contenidos con las actividades y necesidades de los contextos local, regional y nacional. Así se evita dar paso al enciclopedismo y a la vieja costumbre de centrar las expectativas de la práctica pedagógica en un programa de aula. - En la relación enseñanza–asesoría– investigación–extensión, para que sobre las dos consideraciones anteriores se establezca un mayor compromiso y unas mayores probabilidades de aporte recíproco entre los grandes componentes curriculares. - En la flexibilización metodológica, para que, al dejar de enfatizar solo en el trabajo de clase, se abran espacios para la diversificación de otros tipos de experiencia y formas de trabajo. - En la organización de los profesores, para que conformen y operacionalicen equipos de trabajo para los proyectos de docencia, asesoría psicopedagógica, investigación y extensión social, complementarios de la enseñanza y el aprendizaje que promuevan la producción intelectual, el intercambio y la divulgación. - En una nueva concepción sobre autonomía intelectual del psicopedagogo, de su capacidad de trabajo en grupo, de su sentido de observación y de búsqueda de sus posibilidades creativas y expresivas para que proyecte su trabajo más allá del aula de clase. En el informe final de autoevaluación (2003) se entiende la investigación como una actividad esencial del estudiante y del profesor para movilizar, transformar y proyectar el conocimiento para su apropiación y actualización de acuerdo con las realidades y problemas de los contextos social, político, cultural y científico. En general, en ese mismo documento la investigación formativa se entiende como: - La identificación de necesidades, problemas, hipótesis y poblaciones relevantes para estructurar o refinar proyectos de investigación, denominada exploratoria. - La formación en y para la investigación a través de actividades que no hacen parte necesariamente de un proyecto concreto de investigación; su intención es familiarizarse con la investigación, con su naturaleza como búsqueda, con sus fases y funcionamientos. (CNA/1998). - El término investigación formativa, referida a la investigación-acción, es aquella investigación realizada para aplicar sus hallazgos sobre la marcha, para afinar y mejorar los programas mientras se están desarrollando; para servir a los interesados por medio de la reflexión y el aprendizaje. Las acciones en la formación investigativa del psicopedagogo buscan fortalecer su estructura conceptual y los criterios con que asumiría la investigación en su profesión. El Programa de Psicopedagogía con énfasis en Asesoría Educativa cuenta con dos grandes líneas de investigación: “Asesoría en procesos pedagógicos y construcción de ambientes de Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 8 - aprendizaje” y “Asesoría de procesos organizacionales e institucionales educativos”, alrededor de las cuales se encuentran inscritos institucionalmente los proyectos titulados: “Caracterización de un entorno rural del departamento de Boyacá y diseño de una propuesta pedagógica alternativa”, “Hacia una educación de calidad: estado actual y propuesta de mejoramiento de la educación oficialen la ciudad de Tunja, niveles preescolar, básica y media” e “Historia y memoria de la Facultad de Educación”. En todos participan equipos interdisciplinarios de profesores y estudiantes pertenecientes a diferentes escuelas de la Facultad de Ciencias de la Educación. Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 9 La experiencia de cuatro investigaciones en torno a los ECAES 11 ¿Qué nos dicen las investigaciones internacionales sobre la escritura en la universidad? 21 Aprendizaje, psicología y educación en Colombia 41 ¿Los manuales de convivencia enseñan a convivir? 53 Formación de lectores críticos en la universidad 61 La investigación: estrategias pedagógicas en el programa Ondas 67 Ambientes de aprendizaje desde la ludobiblioteca como una experiencia educativa 77 ¿El placer del texto? 84 El lugar de la lectura y la escritura en la formación universitaria 97 Nuevos paradigmas en la formación docente 109 INVESTIGACIÓN Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 10 - Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 11 La experiencia de cuatro investigaciones en torno a los ECAES Un balance FFFFFaaaaabbbbbiiiiio Jo Jo Jo Jo Jurururururaaaaadddddo Vo Vo Vo Vo Valalalalaleeeeennnnnccccciiiiiaaaaa Instituto de Investigación en Educación: Universidad Nacional de Colombia fabiojuradovalencia@cable.net.co evaluación de la calidad de la educación superior, Programa ECAES, en la perspectiva de promover el análisis de las experiencias de evaluación en el continente e impulsar iniciativas de investigación sobre el mismo proceso en Colombia. Recogiendo las voces de la tradición crítica que frente a la evaluación externa se venían pronunciando en el país, el ICFES hizo la apuesta de propiciar condiciones para construir relaciones más horizontales en el programa que iniciaba. Aquí cabe señalar de paso que con esta decisión el ICFES afrontaba y trascendía los vacíos detectados en la evaluación de la calidad de la educación básica, Programa SABER, para el que solo se programaban encuentros con maestros para informarles sobre los resultados, pero no para constituir comunidad académica con ellos. Así, entonces, de acuerdo con una convocatoria, en el año 2004 el ICFES aprobó cuatro proyectos de investigación en torno a los efectos, impactos, resultados y desarrollos del Programa ECAES, en un intento por ser consecuente con lo que se ponía de relieve en los seminarios regionales: la importancia de la investigación. Respondía también con ello, si bien de manera parcial, a las demandas que la comunidad académica hacía respecto a la necesidad de que el ICFES se asumiera más como un instituto de investigación en evaluación que como una entidad diseñadora de pruebas. 1. Los efectos de una apuesta En el transcurso de los años 2004 y 2005, el ICFES coordinó y respaldó una serie de seminarios regionales en torno a la evaluación, con especial énfasis en la Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 12 - Proyecto 1: “Construcción de modelos estadístico-matemáticos para el análisis y presentación de los resultados de los exámenes de calidad de la educación superior. Resultados de análisis del proceso de caracterización con las IES del oriente colombiano”. Proyecto 2: “Análisis del impacto y usos de los resultados de los ECAES. Énfasis en las carreras de Ingeniería Agronómica y Agronomía”. Proyecto 3: “Impacto de los ECAES en el PEI”. Proyecto 4: “Efectos académicos de los ECAES en ocho universidades del Valle del Cauca”. Un primer aspecto que resalta en los cuatro informes de investigación sobre ECAES está relacionado, precisamente, con la intención de constituir comunidad académica en dos ámbitos: comunidad académica para coordinar el diseño de instrumentos (son las asociaciones) y comunidad académica para participar en el diseño de los instrumentos y en los análisis requeridos en la definición de las estructuras de prueba (son los profesores de las universidades). Leyendo entre líneas los informes queda la imagen de cómo aproximadamente el 50% de los docentes universitarios en cada una de las regiones estudiadas participaron, directa o indirectamente, en el programa. En un país que como Colombia se tiende a tener menos profesores de planta y más por contratos parciales, este índice es fundamental. Pero es preocupante además que, como se muestra en uno de los informes, el 40% de los docentes universitarios no sepan absolutamente nada de los ECAES. El otro asunto está en saber caracterizar la comunidad académica que se fue constituyendo a través de los ECAES. Este es un aspecto sobre el cual muy poco podemos decir ahora, si bien los informes nos dan algunas señales. Hallamos, de un lado, una comunidad académica acrítica y con una gran voluntad para cumplir con un deber y, de otro lado, una comunidad académica con tendencia hacia la crítica, con la disposición para participar desde una permanente autocrítica; hallamos también una comunidad propiamente crítica, que fundamenta, coteja posiciones y proporciona indicios para hacer replanteamientos. No hablaremos de la comunidad crítica (si acaso es comunidad) de carácter radical y carente de propuesta, pero necesaria, sin duda, para mantener el rigor en estos procesos. Es un caso de comunidad académica acrítica destacar “los aspectos positivos que tiene el ranqueo como promotor de una eventual competencia sana”, sin profundizar en ello, sin detenerse a identificar los efectos sociales y académicos; lo es también al considerar que la mayor ganancia de los ECAES se encuentra en el proceso de acoplamiento del currículo de las carreras a aquello por lo que se pregunta en los ECAES. Allí hay una cierta sumisión y una actitud de minoría de edad. Es un caso de comunidad académica con tendencia hacia la crítica reconocer que Es preciso disponer de herramientas que ofrezcan una medición de la cual se pueda derivar una interpretación acerca de la calidad de la educación, sin olvidar que las decisiones que se tomen a partir de allí tengan como fin el mejoramiento y no la clasificación; al fin y al cabo, los exámenes ECAES son sólo un instrumento más dentro del universo de los posibles instrumentos para evaluar la calidad, centrado en los resultados del producto de las universidades, que son los estudiantes, y no en el proceso (Investigación 1). La investigación en educación solo es posible por una criticidad que apunta hacia la transformación progresiva de sus objetos. Por eso, la investigación es peligrosa y es un riesgo para el establecimiento. No hay una tal asepsia en la investigación: al describir y mostrar los hallazgos de la investigación se escenifican otros problemas colaterales a los inicialmente enunciados. Pero no hay otra salida: la Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 13 investigación transforma. Si no fuese así no tendría sentido hacerla. Porque se sabe que se está haciendo una investigación, que se hará pública, en todos los informes se observa la intención por destacar los aspectos más críticos del programa de evaluación, y esto constituye uno de los aportes fundamentales: poner en la superficie, con la ayuda de las herramientas de recolección de datos, aquellas constantes que por sí mismas demandan una mayor atención y se constituyen en referentes para futuras investigaciones. ¿A quién le corresponde retomar estas constantes críticas y desde allí apostarle a otras acciones?, ¿le corresponde a la comunidad académica?, ¿le corresponde a la agencia del Estado que vela por la “calidad”?, ¿le corresponde a ambas? Creo que primordialmente le corresponde a la comunidad académica, por la condición de autonomía que le caracteriza, y que a la agencia del Estado le corresponde acogerlas, si bien tiene la opción de no hacerlo. Pero la comunidad académica debe cumplir con proponer, con solvencia y consistencia, apoyada en los resultados de sus investigaciones. Por eso, a continuación vamos a señalar algunas de esas constantes. 2. Las constantes críticas Lo interesante de leer cuatro informes de investigación simultáneamente, tareadispendiosa, está en la identificación, con matices distintos, de las coincidencias en torno a un mismo problema, más aún cuando las indagaciones se han hecho en regiones diferentes. Lo que podríamos considerar como constantes críticas surgidas de las investigaciones son: - El concepto de calidad de la educación Sobre el cual uno de los informes retoma un modo de asumir dicho concepto: En la educación el proveedor (profesor- institución) no hace algo para el cliente, sino que hace algo al cliente –lo transforma–. Por tanto, la calidad radica, por un lado, en desarrollar las capacidades del consumidor (estudiante) y, por otro, en posibilitarle para influir en su propia transformación. En el primer caso, el «valor añadido» es una medida de calidad en términos del grado en que la experiencia educativa incremente el conocimiento, las capacidades y las destrezas de los estudiantes (una medida de calidad es la diferencia entre las calificaciones de entrada y las de salida de los estudiantes). En segundo caso, supone implicación del estudiante en la toma de decisiones que afectan a su transformación que, a su vez, proporciona la oportunidad de ampliar sus posibilidades de participar en los procesos que le afectan (incremento de la lucidez, la confianza en sí mismo, el pensamiento crítico, etc.) (Investigación 1). De lo cual se infiere que la calidad en educación implica una transformación de sus destinatarios principales, los estudiantes, en una analogía un tanto arbitraria y unilateral con los códigos del mercado: son los estudiantes que, como clientes, se transforman, no los profesores o proveedores. Es un concepto de calidad que se asemeja a lo que se indagó en otro de los proyectos cuando se buscó la correlación entre el puntaje de ingreso a la universidad y el puntaje de egreso (ECAES), así como el puntaje de las calificaciones en los cuatro últimos semestres y el puntaje alcanzado en ECAES. Se destaca en el informe que hay correlación. Pero los análisis deberían ser más minuciosos: ¿qué pasa con los estudiantes de más bajos puntajes al ingreso, su correlación con la condición social y con los puntajes de los ECAES? Se da por hecho, y es natural que haya transformaciones, pero cuáles son y cuándo y respecto a qué puede decirse que hubo transformación. En general, el concepto de “calidad” aparece como una interrogación en los informes de investigación, si bien con niveles distintos: Definir este concepto no es tarea fácil: ésta puede oscilar entre la consideración de la calidad como sinónimo de excepción, lo que implica una cualidad de una clase superior, elitista; la calidad como actitud que busca alcanzar un propósito definido la mayoría de las veces por instancias gubernamentales; o la calidad, como posibilidad de transformación, es decir, desde la idea de cambio cualitativo en el rendimiento de los estudiantes (Investigación 2). Aquí se intenta identificar desde el sentido común (una persona excepcional) hasta el sentido de calidad educativa asociada con el “rendimiento” del estudiante, que entroniza con la definición que introduce la investigación Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 14 - 1: cómo entra el estudiante y cómo sale. Es necesario distinguir entre quienes mantienen la analogía educación/mercado y entre quienes propugnan reubicar el término en el ámbito específico del análisis: La complejidad y las múltiples aristas del concepto calidad en un campo aparentemente ajeno: la educación, comprendiendo que éste es un concepto que proviene del mundo de las empresas y que hace no menos de tres décadas empieza a jugar un papel importante en educación. En el caso de Colombia, en la Educación Superior lleva no más de una década y se ha centrado en la formulación de condiciones y pertinencia de las ofertas curriculares por la vía de la reglamentación y la estandarización. A lo anterior se suma la m u l t i d i m e n s i o n a l i d a d interpretativa del concepto y de los factores condi- cionantes para definirla, alcanzarla, medirla y transformarla. Factores externos como el contexto sociocultural, las condiciones económicas, las opor- tunidades materiales desde lo estatal o lo privado, hasta factores internos como las condiciones físicas, el número y nivel de los docentes, la cobertura, la equidad, entre otros, son variables que empiezan a jugar un papel central en el campo educativo a la hora de reflexionar la calidad (Investigación 4). En dos de los informes el esfuerzo por definir la calidad, respecto a la educación superior, se diluye o se reduce a los lugares comunes. Uno de los informes realiza una explicación exhaustiva y llama la atención sobre la adecuación lineal que se ha hecho del término en el contexto educativo: En todas las perspectivas mencionadas el concepto tiene un enfoque lineal de la calidad. En la práctica, los organismos gubernamentales emiten unas políticas que son asumidas por las instituciones encargadas de su ejecución, de forma tal que actúen sobre ellas para el logro de sus metas.1 Además, se espera que los usuarios de las instituciones de educación superior aprecien sus beneficios y se orienten hacia los mismos. Desde el punto de vista de los diseños y de la evaluación, este modo lineal se ve reforzado al establecer una perspectiva industrial de la calidad que se expresa en ejecuciones unidireccionales y en una relación de causalidad y orden entre insumos, procesos y resultados (Investigación 3). Luego de un recorrido en el que se rastrea la diversidad de usos del término calidad, el informe propone: En consecuencia, la calidad se construye en medio de la tensión de la diferencia y no está exenta de conflictos. En esa relación de condiciones objetivas, subjetivas e inter- subjetivas es donde surge la calidad de algo. Por ello, la calidad no es sólo el “resultado de”, sino “un proceso de” y, por lo tanto, sus indicadores varían de grupo a grupo, de situación a situación (Investigación 3). Así, el informe destaca la necesaria resemantización del término cada vez que las situaciones lo requieran, lo cual nos indica que no hay un sentido estable, sino una construcción de significado que depende de los contextos y de los sujetos que participan en ellos. Siendo consecuentes con esta posición, en la calidad de la educación superior hay que preguntar por la calidad de las pruebas, la calidad de los instrumentos que intervienen en la autoevaluación y la calidad de los procesos de acreditación. - El concepto de competencia Se reconoce en todos los casos que “competencia” es un concepto que emergió inesperadamente y casi de manera abrupta, en relación con la evaluación externa de la educación. Se señala que solo con los ECAES se han podido repensar los planes de estudio para que sean coherentes con el enfoque de competencias. Se dice que no se ha discutido lo suficiente sobre su pertinencia y su utilidad y que es necesario capacitar a los profesores para que sepan enseñar y evaluar las competencias. Pero también se interroga (en dos de los informes) estos juicios. En uno de ellos se invita a la cautela en el uso del término: Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 15 La diversidad de definiciones alusivas al concepto competencias, definidas en función del desempeño, como saber hacer en contexto, saber-hacer con idoneidad, potencial de un individuo que debe hacerse manifiesto a través de la acción, habilidad, capacidad, destreza y habitus, entre otras, muestran que una de las tareas prioritarias en la educación superior con respecto a la formación y evaluación por competencias es consensuar a la mayor brevedad posible una definición de acuerdo con las necesidades sociales del país, para desde esta definición construir lo que se va a evaluar, cómo se va evaluar y para qué se va a evaluar, por supuesto de la mano con aquello que se va a enseñar y para qué se va a enseñar. La diversidad de definiciones exige una mirada cauta a la hora de “inscribirse en el mundo de las competencias”, pues este término, al trasladarse de maneraidealizada y acrítica a la educación desde el mundo de la productividad, podría derivar en una rápida mercantilización de la educación nada conveniente para lo que en términos de la filosofía de la política se proyecta desde los Ecaes. Además la literatura consultada alertaba sobre la necesidad de reconocer que todo concepto, en este caso el de competencia en el caso de la educación, no se puede abstraer ni del campo del contexto, ni de las intencionalidades discursivas y mucho menos de las prácticas pedagógicas (Investigación 3) En uno de los informes se recoge una carta enviada al ICFES: Vemos poco conveniente la taxonomía propuesta de competencias –interpretativa, argumentativa y propositiva–, ya que al parecer se trata de competencias esenciales que son muy apropiadas para la educación básica y media, y constituyen una parte inicial del repertorio cognoscitivo que deben tener los profesionales, es decir, son necesarias pero no suficientes ya que se requiere contar con competencias específicas para cada campo profesional y no únicamente evaluar teniendo en cuenta este tipo de competencias comunicativas (Investigación 2). Este mismo fragmento se repite en dos informes y está sustentado en el principio de autoridad de una asociación académica que envío la carta al ICFES y al viceministerio de educación. Sin embargo, hay una cierta timidez para afrontar el análisis de dichas categorías, lo que hace sentir finalmente que son necesarias, si bien reclaman la identificación de otras competencias más específicas. En ninguno de los dos informes se retoma el texto como dato para ahondar en las dificultades de la aplicabilidad de dichas categorías, que ya hoy se asumen como competencias generales en las áreas que son evaluadas en la prueba de Estado, con la excepción de ciencias sociales, que las asume como específicas. En otro apartado de la investigación 2 se dice: De manera muy amplia, la competencia se ha definido como un saber hacer en contexto. Este concepto genera ciertas resistencias: el saber hacer es entendido por muchos como una habilidad empírica y motriz, solamente útil para el desempeño laboral y, por tanto, de atención particular para empresarios interesados en la mayor eficiencia posible del recurso humano, y por entes multilaterales promotores del desarrollo económico. Es una acepción limitada que no reconoce las posibilidades del saber hacer intelectual en el desempeño diario y en todas las facetas de la vida (Investigación 2). También aquí el informe no avanza hacia la reubicación del término a partir de la experiencia misma de los instrumentos, la aplicación y los resultados de ECAES. Prevalece lo que se ha oído y no la confrontación de fuentes primarias y sus transposiciones en el marco de la especificidad de los proyectos, lo cual podría constituir el horizonte de una reflexión que respecto a ciertas carreras profesionales nadie ha hecho. En los cuatro informes se retoma la crítica que Eduardo Serrano (2003) hiciera al carácter restrictivo de la evaluación de competencias, cuando esta se planea solo a partir de pruebas cerradas, de lápiz y papel, destacando cómo este tipo de pruebas indagan en torno al “saber qué”, pero no en torno al “saber cómo”. Pero es sobre todo la investigación 3 la que más recala en la importancia de no pasar tan rápido el cuestionamiento al término, sino de reconstruirlo: … hoy asistimos al surgimiento en la educación, en general, y en la educación superior, en particular, de un nuevo campo discursivo, el de las competencias. Este campo responde a nuevas temporalidades, a la necesidad permanente de diferenciación ocupacional determinada por la tendencia generalizada de flexibilidad en el mercado laboral, a la Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 16 - creciente asociación entre la formación por resultados y aprendizajes relevantes y útiles para contextos ocupacionales regulados por normas de competencia.2 Las competencias se han vuelto paradigmáticas en la formación profesional y paradigmática su asociación con el actuar o con el hacer, desde lo que se sabe o con lo que se sabe. Tenemos, entonces, que la noción de competencia ha sido desplazada como concepto histórico, singular, ligado a la comprensión, a la creatividad del sujeto, y reubicada en una trama de nuevos sentidos fundamentalmente performativos, centrados en el hacer.3 (Investigación 3). Lo anterior da cuenta del enfoque más recurrente hoy cuando se invoca el enfoque de competencias; en efecto, se cree que ser competente es simplemente “saber hacer” cosas bien hechas, ser diestro en algo, tener experticia, subordinando los potenciales intuitivos tan necesarios en toda acción humana. La investigación 3 señala lo que en los seminarios regionales reiteramos más de una vez: “no se puede enseñar una competencia a nadie”, pues “las competencias se desarrollan de la misma manera que se desarrolla el código lingüístico o el código gramatical”: en la interacción, en la necesidad de estar con el otro, en la acción genuina, natural, con los errores que son inevitables en todo aprendizaje. De allí que se concluya “que las competencias no se observan, se infieren de los desempeños. En este sentido no existen paquetes de competencias clasificables, describibles, observables, enseñables, etc.”. Desde esta perspectiva la investigación 3 hace un análisis detenido de las tres competencias identificadas como centrales en los ECAES (interpretativa, argumentativa y propositiva), destacando sus problemas en la elaboración de las pruebas. - Sobre los resultados y los modelos estadísticos En los cuatro informes de investigación se ponen de relieve registros tomados de los informantes (encuestados, entrevistados, talleristas), en los que se cuestiona el modo como se organizan los resultados, a la vez que se interroga por los modelos estadísticos. En la investigación 1, leemos: Los directores de programa que consideran insuficiente la información proporcionada por el ICFES para realizar los análisis aducen que la información no muestra resultados por competencias ni por subcomponentes, no hay retroalimentación del ICFES, se debe profundizar en la metodología y el modelo estadístico no es claro (Investigación 1). La investigación 2 señala en sus conclusiones que “para construir cultura de evaluación se requiere ampliar los esfuerzos en capacitación para la interpretación y uso de los resultados…”. La demanda de capacitación aparece de manera reiterada en los registros tomados en los talleres y en la parte abierta de algunas de las encuestas. Es este un punto neurálgico que señala una tendencia entre el profesorado: propone ser capacitado para saber interpretar los resultados, no propone investigar sobre el modo de dar los resultados, que es otra tendencia, si bien minoritaria. En los cuatro informes está ausente el análisis en profundidad de los resultados en relación con el perfil de los ítems, asunto que también constituye otra fase en la investigación y que es necesario realizar si se quiere continuar aprendiendo del error. Si como lo señala la investigación 3, un alto índice de ítems de los ECAES es inconsistente, el análisis de los resultados en los que se observa el porcentaje de marcación por opción permite sustentarlo con más convicción. Pero es rescatable que la investigación 3 se detenga a analizar la relación entre el universo semántico de los ítems y el universo teórico que pretende contraer, para mostrar cómo en lugar de evaluar competencias se evalúan contenidos aislados entre sí: Algunos privilegian el dato memorístico: Véanse, por ejemplo, los ítems 1, 2, 5, 6, 8, 11, 12, 13, 14, 16, 17, 18, 42, 43, 35, 50, los cuales indagan por la habilidad para que el evaluado recuerde un dato, una palabra, un concepto. Ejemplo: 2. El método utilizado por Piaget para el estudio del desarrollo del pensamiento es: A. clínico-experimental B. observación no participativa C. aplicación de pruebas D. historia de vida En ítems como este es en donde el porcentaje de cada opción por marcarnos sirve para develar la distancia entre las opciones verosímiles (“clínico-experimental”) y las opciones absurdas (“observación no participativa”, “aplicación de pruebas” e “historia de vida”), pero también, además de que el ítem desvirtúa el enfoque, nos permite Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 17 reconocer el grado de ingenuidad que se tiene sobre el sujeto evaluado y también, uno diría, la ingenuidad del autor del ítem. Otro caso que recoge la investigación 3 es el que sigue: Algunas de las opciones de respuesta no presentan una estructura gramatical que corresponda, de acuerdo con las “competencias” evaluadas, a una interpretación, argumentación o propuesta. Sólo corresponden con una palabra o un concepto. Esto puede observarse en ítems como el 21, 23, 27,41, 69. Ejemplo: 41. Los estudios clásicos de Harlow (1962) con crías de chimpancés recién nacidos, utilizando “Madres sustitutas” de alambre, permiten ilustrar la formación de vínculos afectivos primarios. El concepto que describe este fenómeno se denomina:: A. impronta B. transferencia C. apego D. dependencia Se pregunta por una denominación, no por el análisis de una situación que atañe al campo disciplinar o al ejercicio profesional, que podríamos ubicar en un tipo de competencia, como saber leer una situación problemática para saber lanzar hipótesis posibles de solución. La investigación 4 también recoge entre las voces de los sujetos que participaron en la investigación estos llamados de atención relacionados con la distancia entre el enfoque que se declara y el enfoque que finalmente subyace en los ítems y que sólo en el análisis de los resultados se pone al descubierto: Con relación al instrumento como aspecto polémico es importante detenerse en ciertos aspectos, varios de los cuales ya se han señalado antes: los instrumentos de la prueba ECAES ameritan una seria y detenida revisión desde sus propios presupuestos epistemológicos y conceptuales, de modo que la materialización del instrumento sea completamente coherente y congruente con el marco referencial de la prueba; otro aspecto que es necesario señalar es la claridad necesaria en cuál o cuáles son las definiciones de competencia que se van a usar para cada disciplina y que deben servir de referente para el diseño y construcción de la prueba; que el tipo de preguntas se adecúe a la referencia epistemológica y conceptual y a la propia definición de competencias que se han diseñado para la disciplina, esto garantizaría una mayor relación entre los aspectos conceptuales, metodológicos y técnicos necesarios en el adecuado diseño de una prueba, llámese psicológica, de conocimientos o de competencias (Investigación 4). Por otro lado, la investigación 3 analiza “los efectos directos e indirectos sobre las instituciones, las cuales han emprendido acciones con el interés de mejorar los puntajes de sus estudiantes. Es evidente que aquí se enfrenta la necesidad de esclarecer si efectivamente ha habido un impacto de los ECAES sobre las instituciones, sus proyectos educativos y procesos de formación”. Es decir, si realmente el impacto está en el proceso de autoevaluación y de autocrítica académica o, al contrario, está en la decisión de preparar a los estudiantes para los ECAES, en el marco de una educación compensatoria que asume que a los estudiantes hay que enseñarles en el último año lo que aún les falta, según los resultados de los ECAES. Esta es otra constante en los informes: se expone como una preocupación el hecho de que muchas universidades destaquen entre sus grandes acciones la preparación de los estudiantes y la “transformación” de las formas de la evaluación en las aulas, según las guías de las pruebas ECAES. - Sobre los procedimientos de la investigación Dos de los informes de investigación se apuntalan básicamente en los datos arrojados por las encuestas aplicadas a los actores participantes en los ECAES, sin introducir la duda sobre la consistencia de las respuestas. Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 18 - Remanentes de la investigación positiva permanecen implícitamente en estos informes. La interpretación de estos datos no puede ser absoluta, porque cada factor considerado en la pregunta amerita análisis por aparte. Por ejemplo, en la investigación 1: Para qué les ha servido a los directores de programa los resultados obtenidos de los análisis de las pruebas ECAES. El 54% de los programas de las IES del oriente colombiano ha utilizado los resultados del análisis de los ECAES para desarrollar estrategias pedagógicas y metodológicas al interior del programa, el 82% los usa para evaluar sus programas y solamente el 22% ha construido indicadores. ¿Para qué les ha servido a los directores de programa, los resultados obtenidos de los análisis de las pruebas ECAES? Usos del análisis Norte de los resultados de Sder. Santander Global Pedagógico- metodológicas 57% 53% 54% Evaluación de programas 57% 90% 82% Construcción de indicadores 0% 29% 22% Quisiéramos saber en qué consisten las “estrategias pedagógicas y metodológicas» que se han incorporado a partir de los ECAES; ello implicaría dar el paso de una investigación soportada por la encuesta a una investigación con aproximaciones etnográficas; es la investigación que está ausente en la educación superior, aquella que privilegia la observación en aula y que describe la semiótica propia de lo que ocurre en el escenario del espacio universitario. Otro ejemplo es el siguiente: Acciones que ha tomado el programa con base en los resultados de los ECAES. a. Planes de mejoramiento curricular Acciones que ha tomado el programa con base en los resultados de los ECAES Planes de Nortemejoramiento de Sder. Santander Globalcurricular Ajuste curricular de los programas académicos70% 61% 63% Estrategias pedagógicas 30% 40% 34% Diseñar y realizar pruebas tipo ECAES 70% 81% 78% El diseño de pruebas en las asignaturas, que correspondan a los modelos utilizados en los ECAES, es el plan de mejoramiento curricular que realiza el 78% de los programas académicos. El 63% manifiesta haber realizado ajustes curriculares a los programas académicos y menos de la mitad de los programas del oriente colombiano han adoptado estrategias pedagógicas como plan de mejoramiento curricular” (Investigación 1). Algo fundamental de estos datos es que nos pueden servir de referencia para realizar un contraste en aula: si el 70 % dice que ha hecho un ajuste curricular a los programas académicos, entonces cómo identificar dichos ajustes, cuáles son, qué dimensión epistemológica les sirven de base… Es loable que la agencia del Estado (el ICFES) haya respaldado estas investigaciones, en aras de seguir indagando, desde la metaevaluación, por las estrategias más adecuadas y genuinas en la evaluación externa de la educación superior. Pero es algo que debe replicarse con la Prueba SABER y con la Prueba de Estado: apoyar investigaciones lideradas por los propios maestros en torno a las estructuras de prueba y los instrumentos, como un horizonte para su transformación y su vínculo con la formación docente. Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 19 ARREGUI, F. (1993): “El aula: materiales para el estudio de la comunicación”. En: García de León: Sociología de la educación. Barcelona: Anaya. 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Cooperativa BibBibBibBibBibl il il il il iogrogrogrogrografíaafíaafíaafíaafía Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 20 - _____________ 1 En el caso colombiano, las políticas gubernamentales han tenido la pretensión de convertirse en políticas de Estado, sobre todo, después de la denominada “Movilización por la Educación Superior, hacia una política de Estado”. Dicha movilización se realizó entre los años 2000 y 2001, en los cuales se trabajaron las dimensiones económica, política, social y pedagógica de la Educación Superior. Metodológicamente se desarrollaron talleres regionales donde participó un porcentaje importante de las Instituciones de Educación Superior del país. Producto de este proceso fue la publicación, en el año 2002, de las memorias tituladas Elementos de Política para la Educación Superior Colombiana. Este documento plantea asuntos relacionados con las estrategias de inspección y vigilancia, los exámenes de Estado, las acciones de fomento y algunos aspectos de prospectiva. Cada uno de los aspectos allí señalados se convirtió en base para la generación del Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad, que se implementa actualmente en Colombia. 2 Hoy las normas de competencia se han convertido en el fundamento básico para la creación de programas de formación, para la certificación de las competencias y para realizar la gestión de recursos humanos. Este es el mensaje que se le está planteando a las instituciones de educación superior. 3 La competencia ha sido definida de diferentes maneras dependiendo del contexto en el cual se requiera la noción. Apropiando a Bernstein, B. (1998) es posible decir que la noción de competencia ha entrado en el juego de la exportación o de la recontextualización. Esta ha producido una pluralidad de significados cuya utilidad depende de los intereses bajo los cuales se elabora una u otra definición. En este sentido, podemos argumentar que la mayoría de las definiciones de la competencia, especialmente, aquellas que se refieren a lo que se ha dado en denominar “competencias profesionales” son descripciones teóricamente débiles que operan con objetos extrínsecos, por ejemplo una habilidad, los rasgos de un desempeño, las características de un oficio, una acción, etc. En cierta forma, los significados de competencia en estos campos dependen de las descripciones e interpretaciones que se tengan. Dicho de otra manera, los principios de descripción actúan selectivamente sobre lo que se convierte en significado, en este caso, de competencia. Este anclaje de la definición a partir de los principios de descripción no permite establecer cómo se constituye una competencia, cómo un desempeño se traduce en competencia y viceversa. Editorial Magisterio. Colección Redes. ________ [comp.] (2004): Cambiar la escuela, cambiar la vida. Bogotá: Red Colombiana para la Transformación de la Formación Docente en Lenguaje. Cooperativa Editorial Magisterio. Colección Redes. ________ [comp.] (2006): Enseñar lengua para aprender a comunicar(se). La educación lingüística y el aprendizaje de las competencias comunicativa. Vols. I y II. Bogotá: Red Colombiana para la Transformación de la Formación Docente en Lenguaje. Cooperativa Editorial Magisterio. Colección Redes. MORDUCHOWICZ, A. (2000): “La equidad del gasto educativo. Viejas desigualdades, diferentes perspectivas”. Revista Iberoamericana de Educación, n.° 23. Disponible en: www.oei.es.revista. PAQUAY, Léopold et al. (coords.): La formación profesional del maestro. Estrategias y competencias. México: FCE. PERRENEUD, Ph. (1990): La construcción del éxito y del fracaso escolar. Barcelona: Morata. RAVELA, P. et al. 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Ilustraciones tomadas de: Khunradth.- menweb.mineducacion.gov.co/educacion_superior/numero_05 Recibido: 03-05-07 - Aprobado: 07-06-07 Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 21 escribir en la universidad. En los últimos 30 años, los estudios han experimentado una tendencia hacia la contextualización, enfocando inicialmente los procesos cognitivos redaccionales para luego centrarse en las prácticas sociales e institucionales en donde estos tienen lugar. Asimismo, la unidad de análisis se ha ampliado: de la descripción de dificultades de los alumnos para escribir se ha pasado a indagar las relaciones entre cómo se ocupan las cátedras de la escritura y el aprendizaje de los estudiantes. Los resultados de estos trabajos muestran diferencias entre las formas de escritura requeridas en la escuela media respecto de la universidad, e incluso expectativas heterogéneas entre cátedras. Es infrecuente la enseñanza explícita de los géneros discursivos esperados e insuficiente la orientación dada a los alumnos cuando escriben, en virtud de que se considera natural lo que, en cambio, son modos discursivos propios de cada disciplina. Este hecho pareciera contribuir al fracaso y desgranamiento de los estudiantes que provienen de familias alejadas de las culturas académicas. ¿Qué nos dicen las investigaciones¿Qué nos dicen las investigaciones¿Qué nos dicen las investigaciones¿Qué nos dicen las investigaciones¿Qué nos dicen las investigaciones internacionales sobre la escriturainternacionales sobre la escriturainternacionales sobre la escriturainternacionales sobre la escriturainternacionales sobre la escritura en la universidad?en la universidad?en la universidad?en la universidad?en la universidad?***** What Do International Studies on University Writing Tell Us? PPPPPaaaaaululululula Ca Ca Ca Ca Carararararlinlinlinlinlinooooo* Investigadora CONICET (Argentina) pcarlino@conicet.gov.ar RESUMEN Ofrece un panorama de investigaciones sobre escritura en la uni- versidad, que enfocan cómo se la incluye en la enseñanza con relación al aprendizaje de las diversas asignaturas. También presenta los resultados obtenidos por nuestro estudio en curso sobre las perspectivas de alumnos y docentes universitarios acerca del Investigación __________ * Ponencia presentada en el Primer Encuentro Nacional sobre Políticas Institucionales para el Desarrollo de la Lectura y Escritura en la Educación Superior, organizado por ASCUN, la Red Nacional sobreLectura y Escritura en la Universi- dad Sergio Arboleda, Bogota, abril 26 y 27 de 2007. Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 22 - Palabras clave: Enseñanza, Escritura, Investigación, Lectura. ABSTRACT It examines research on the university composition, regarding how writing is included within instruction and its relevance to learning in the different subjects. It also presents some of our research in progress, about university teachers’ and students’ perspectives concerning writing in college. The studies over three decades show a trend towards contextualization: They initially focused on cognitive processes in composition and progressively concentrated on the institutional and social practices where they are located. The unit of analysis has also been broadened from a prior focus on students’ difficulties in composition, to a current interest in the relationship between how teaching deals with writing and learning in the disciplines. The results of these studies reveal relevant differences between what is expected in high school and in college, as well as differences among university majors and among the subjects within those majors. Explicit teaching of discursive genres is rare and students do not usually receive teachers’ guidance when composing. The reason behind this is that the particular modes of writing in a discipline are not seen as such, but considered to be a universal skill developed in previous years. This misconception and its subsequent lack of explicit instruction seem to be important factors contributing to students’ academic failure and dropped outs, especially in relation to students who come from families without a background in academic cultures. Key Words: Education, Investigation, Reading, Writing. Introducción Este trabajo pasa revista a los estudios sobre escritura en la universidad, que han dado origen al Proyecto de Investigación Leer y escribir en la universidad: perspectivas de alumnos y docentes en asignaturas de las ciencias sociales1 . El objetivo de la conferencia es brindar un recorte de la literatura sobre el tema en función de los problemas que esta investigación ha comenzado a abordar en Argentina: ¿qué se hace y dice de la escritura en la universidad?, ¿se la concibe como herramienta de aprendizaje o su función epistémica pasa inadvertida para las cátedras?, ¿existen diferencias entre las prácticas de escritura del nivel secundario respecto del universitario?, ¿de qué modo se usa y se piensa la escritura involucrada en las evaluaciones?, ¿con qué tipo de comentarios escritos los docentes devuelven corregidos los exámenes y monografías de sus alumnos?, ¿para qué sirven estos comentarios?, ¿en qué aspectos resultan divergentes las expectativas entre docentes y alumnos respecto de la escritura que estos han de producir?, ¿qué orientaciones ofrecen los profesores y cuáles señalan los alumnos que precisarían?, ¿en qué medida perciben que la universidad, como institución, apoya y orienta la enseñanza de las formas de lectura y escritura esperadas? Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 23 Sobre el final, resumo los resultados obtenidos por nuestra indagación en curso. La reseña del conjunto de investigaciones revisadas a continuación contribuye a brindar un panorama sobre este campo de estudios, que puede interesar a los docentes para repensar sus prácticas, y especialmente a los responsables de desarrollar políticas institucionales que apoyen el desarrollo de la lectura y la escritura en la educación superior. Estudios internacionales Las investigaciones sobre la escritura en la universidad tienen un desarrollo de más de un siglo en los Estados Unidos de Norte América (Berlin, 1990; Carter et al., 1998; Davidson y Tomic, 1999; Gottschalk, 1997; Moghtader et al., 2001; Russell, 1990). Los trabajos de otros países suelen ser más recientes. Muchas son las líneas de investigación, varias las procedencias disciplinares de quienes las han emprendido y diversos los métodos empleados. Agruparé en lo que sigue distintas corrientes de indagación que he podido colegir de las publicaciones analizadas. Dadas las limitaciones de espacio, dejaré de lado las cuestiones metodológicas (Vázquez, 1999, hace un relevamiento de estas). Una serie de trabajos realizados en EE.UU. a fines de los setenta y comienzos de los ochenta se centraron en los procesos cognitivos de quien escribe, en tanto tarea individual de resolución de problemas (Flower, 1979; Hayes y Flower, 1986 y Sommers, 1980; en Canadá, Scardamalia y Bereiter, 1985). Algunos años después, los estudios fueron incorporando el análisis de la incidencia del contexto en la producción escrita de los universitarios y examinaron los tipos de tareas de escritura propuestas, cómo se las representan quienes han de llevarlas a cabo y en qué medida estas variaciones afectan su desempeño (Flower, 1987; Flower, 1989; Flower, 1990; Flower y Higgins, 1991; en Francia: Piolat, Roussey y Fleury, 1994). Ha sido más recientemente que la escritura requerida en la universidad empezó a ser entendida como una práctica académica que varía según las culturas institucionales en las que tiene lugar (Bazerman, 1988), de acuerdo con concepciones compartidas por sus miembros, generalmente de forma tácita. Estas concepciones aparecen a los ojos de la comunidad que ya las comparte como “transparentes”, naturales y necesarias, pero los estudios han puesto de manifiesto su carácter contingente, histórico e institucional, y su atravesamiento político (Russell y Foster, 2002). Las investigaciones destacan las diferencias entre los modos de lectura y escritura esperados y favorecidos en la educación universitaria respecto de la secundaria (por ej., Flower, 1990; Hjortshoj, 2001; Vardi, 2000), y también han señalado diferencias entre disciplinas (Russell, 1997). Este enfoque se aleja, por ende, de una visión “autónoma” de la escritura y pasa a entenderla como constitutiva de los usos discursivos de cada campo del saber (Bogel y Hjortshoj, 1984). Dentro de este marco, desarrollado en EE.UU., Australia e Inglaterra, los estudios han sido motivados por la constatación de las dificultades que supone para los estudiantes incorporarse a dichas prácticas discursivas. En Australia e Inglaterra se han indagado las perspectivas de alumnos y profesores acerca de lo que se suele exigir, pero no enseñar, en la educación superior, poniendo de manifiesto la escasa enseñanza explícita de los géneros académicos (Barker, 2000; Bode, 2001; Chamberlain et al., 1998; Chanock, 2001; Coffin et al., 2003; Lea y Street, 1998; Vardi, 2000 y 2001; Waterman-Roberts, 1998). Paralelamente a esta evolución, surgen dos movimientos pedagógicos, que se extienden en buena parte de las universidades norteamericanas: “escribir a través del currículum” –surgido en los setenta en Inglaterra, y con mayor fuerza en EE.UU. en la década siguiente– (Bazerman et al., 2005) y, más tarde, “escribir en las disciplinas” (Hillard y Harris, 2003; Monroe, 2003). Ambos propician integrar la enseñanza de la escritura en todas las materias: el primero como una herramienta para ayudar a pensar los contenidos conceptuales (“escribir para aprender”, Nelson 2001) y el segundo, como un modo de enseñar las particularidades discursivas de cada campo del conocimiento (aprender a escribir)2 . Si el énfasis de estos movimientos pedagógicos está puesto en la relación entre escritura y conocimiento disciplinar, más recientemente, en las universidades inglesas, la corriente Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 24 - denominada “Nuevos estudios de las culturas académicas” (Street, 1999) ha subrayado las cuestiones de identidad social y poder institucional involucradas en el escribir (Lillis, 2001). Así, Lillis (1999: 144) ha documentado una “práctica institucional del misterio” respecto de la escritura exigida en la universidad, considerándola desventajosa para los alumnos, especialmente para los ingresantes menos familiarizados, por su condición de origen, con las convencionesacadémicas dominantes. Esta línea de estudio ha puesto de manifiesto que, con frecuencia, no solo las expectativas de los docentes acerca de la producción escrita de los alumnos permanece implícita, sino que suele ocurrir un desencuentro entre lo que los primeros esperan de los segundos y viceversa (Creme y Lea, 1998; Jones et al., 1999; Lea, 1999). La brecha entre los puntos de vista de ambos funciona en detrimento de los estudiantes, por la relación de poder asimétrico entre las partes. Este fenómeno ha cobrado visibilidad y ha sido entendido como “encuentro entre culturas”, dado que buena parte de los alumnos que aparecen más desorientados son no solo los que provienen de clases trabajadoras locales, sino inmigrantes y extranjeros, habituales en las universidades anglosajonas (y quizá por esta razón ha despertado el interés de dos investigadores señeros, Brian Street –en Inglaterra– y Kate Channock –en Australia–, antropólogos de origen). Las dificultades enfrentadas por estos ingresantes para incluirse en el discurso de las asignaturas son, con frecuencia, responsables de su fracaso y abandono de los estudios, lo cual atenta contra la actual política de la educación superior del Reino Unido, que procura favorecer la ampliación de la cobertura universitaria a estratos de la población que provienen de familias sin antecedentes universitarios (Lillis, 2003). En Australia también se han constatado problemas en los alumnos para “entender lo que los docentes quieren” y lograr aprenderlo en las tareas de escritura que se les plantean (Chanock, 2003). Chanock (2001) señala un presupuesto cuestionable que guía el accionar de los profesores de las distintas asignaturas: es común que ellos equiparen la responsabilidad (una actitud sensata de esperar por parte de los universitarios) con su autonomía. Sin embargo, esta antropóloga, especializada en enseñanza de la escritura académica, advierte que los universitarios, por ser principiantes en las convenciones discursivas específicas de este nivel educativo, necesitan profusa orientación de sus profesores en cuestiones de escritura, a pesar de ser adultos. Para esta investigadora, que los estudiantes soliciten ayuda evidencia su actitud responsable, porque saben que de esta depende, en buena medida, su inclusión o exclusión de la vida académica. Según esta perspectiva, la falta de autonomía para escribir de los universitarios es inherente a su condición de recién llegados a los modos discursivos disciplinares y, por ello, es que precisan enseñanza. Otra corriente de estudios que aborda el tema que nos ocupa es la relativa a las relaciones entre evaluación, escritura y aprendizaje de los estudiantes. Por una parte, los investigadores australianos (Biggs, 1996, 1998 y 1999; Bunker, 1996; Chalmers y Fuller, 1996) e ingleses (Gibbs et al., 2003; Rust, 2002) subrayan que son las situaciones de evaluación-acreditación de los alumnos las que establecen el currículum real de las materias (lo que aprenden de hecho los estudiantes), ya que es a estas situaciones a donde dirigen sus esfuerzos en el estudio. Generalmente, los universitarios escriben para ser evaluados, y se ha señalado como un despropósito que aquello de lo que más aprenden sea lo que se suele enseñar menos. Por otra parte, investigaciones australianas (Spinks, 2000; Storch y Tapper, 2002; Woodward-Kron, 2004) y estadounidenses (Haswell, 2006; Jeffery y Selting, 1999; Mosher, 1997; Sommers, 1982; Straub, 1997 y 2000; White, 1994) han analizado el efecto que tienen sobre la formación de los alumnos los comentarios evaluativos que sus profesores realizan por escrito acerca de sus exámenes y monografías. Curiosamente, mientras que, en algunos casos, los alumnos no logran entender lo que sus docentes les observan por escrito (con lo cual desaprovechan su potencial enseñanza), en otros casos, cuando estos comentarios dan lugar a reescrituras de los trabajos, logran promover una mayor elaboración del texto y del conocimiento disciplinar acerca del cual escriben los estudiantes. Otras publicaciones, en algunos casos solidarias del enfoque de la investigación en la acción, analizan el diseño y puesta en Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 25 funcionamiento de programas institucionales para integrar la enseñanza de la escritura en las cátedras universitarias (Cartwritght y Noone, 2000 y Skillen y Mahony, 1997, en Australia; Dysthe, 1998 y 2001, en Noruega; Emerson et al., 2002, en Nueva Zelanda; Espinoza y Morales, 2001, en Venezuela; Werner, 2002, en Brasil). En Europa Central y Nórdica, los estudios sobre la enseñanza de la escritura académica se han incrementado en la última década, junto con la creación de canales para hacerse cargo de ella (Björk et al., 2003, Björk y Räisänen, 1997). En sus universidades se han ido creando Centros de Escritura, Centros para la Enseñanza y el Aprendizaje y Centros de Desarrollo Profesional Docente (Kramer, van Kruiningen y Padmos, 2003), en virtud de reformas guber- namentales para la educación superior, que han profesionalizado la pedagogía universitaria reconociendo el rol central de la escritura en la universidad. Algunas de sus investigaciones coinciden con lo hallado en otros países: a pesar del potencial que encierra la escritura como herramienta de aprendizaje (Tynjälä et al., 2001), existe una tendencia mayoritaria en las cátedras, que esperan que los estudiantes escriban de determinados modos, pero no enseñan cómo hacerlo (Kruse, 2003). Por el contrario, presuponen que ocuparse de la escritura es impropio de la universidad (Dysthe, 2003; Frank et al., 2003), desconociendo que las tareas y consignas (los géneros) que se requieren son bien distintos a los de la educación previa (Rienecker, y Stray Jörgensen, 2003). El creciente interés por el tema también ha dado origen a dos foros académicos francófonos: la “Conferencia sobre escritura en la enseñanza superior”, en la Universidad de Bruselas, en 2002, y, en 2003, el “Coloquio Pluri- disciplinario: Construcción de Conocimientos y Lenguaje en las Asignaturas”, en la Universidad de Burdeos (Donahue, 2004). En España, la preocupación por la escritura de los universitarios ha llevado a estudiar qué ocurre con su enseñanza en otras universidades del mundo (Escofet Roig et al., 1999; Tolchinsky, 2000). También se han comenzado a indagar las prácticas de lectura y escritura en sus propias universidades a través de encuestas (Castelló, 2000; Mateos et al., 2004; Solé y Castells., 2004), lo mismo que en Portugal (Cabral y Tavares, 2002), hallando diferencias significativas entre los puntos de vista de alumnos y profesores. Investigaciones argentinas En Argentina, los estudios referidos a la escritura en la universidad provienen de la lingüística, la psicología educacional y las ciencias de la educación, y enfocan diversos aspectos. Hace casi 20 años, la pregunta de Di Stefano et al. (1988) “¿Aprender a […] escribir en la universidad?” inauguraba un numeroso grupo de trabajos centrados en las dificultades de los estudiantes para producir textos académicos (Arnoux et al., 1996; Arnoux y Alvarado, 1997; Arnoux, Silvestri y Nogueira, 2002; Lobo et al., 2002; Marín y Hall, 2004; Padilla de Zerdán, 2002; Piacente y Tittarelli, 2003, entre otros). Con la idea de que los abundantes estudios diagnósticos referidos a los alumnos solo abordan una de las aristas del problema, y de que es preciso asimismo conocer qué ocurre respecto de los docentes, las instituciones y la enseñanza que brindan, una línea emprendida personalmente se abocó a explorar los modos en que las universidades del mundo anglosajón se ocupan de la escritura (Carlino, 2002a, 2002c, 2003, 2004b, 2004c y 2005b). Para sorpresa de nuestro entorno, donde suele considerarse que la universidad no tiene por objeto enseñar a escribir, la descripción de diversos sistemas a través de los cuales sí lo hacen muchas universidades australianas y norteamericanas ha servido de contraste para comenzar a desnaturalizar nuestras afianzadas concepciones.Asimismo, publicaciones recientes comienzan a caracterizar cursos o talleres de escritura y estudio que algunas universidades argentinas han implementado para hacer frente a los problemas detectados (por ej., Di Stefano, 2004; Di Stefano y Pereira, 2004; Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 26 - Fernández et al., 2004b; Fernández e Izuzquiza, 2005; Natale, 2004; Riestra, 1999; Valente, 2005). Con menor frecuencia, otros trabajos examinan situaciones didácticas que se experimentan en las aulas para favorecer la escritura en las materias (Carlino, 2005a; Vázquez et al., 2003). Por otra parte, se han empezado a documentar las prácticas de desarrollo profesional (capacitación) de docentes universitarios: Benvegnú et al. (2004), Flores y Natale (2004) y Marucco (2004) analizan experiencias de talleres destinados a docentes de las ciencias sociales para enseñarles a incluir el trabajo con la lectura y escritura en sus cátedras. Araujo et al. (2004) examinan una experiencia autogestionada con similares objetivos. También, diversos géneros académicos han sido descriptos, de lo cual podría inferirse que escribir en la universidad es distinto que hacerlo en la escuela media (Ameijide et al., 2005; Cubo de Severino, 2005; Nogueira, 2003; Pereira, 2006). Índice del creciente interés por el tema son tres simposios específicos, celebrados en universidades nacionales (Benvegnú et al., 2001; Carlino, 2004a; Fernández et al., 2006). Los participantes a estos foros acuerdan que la escritura académica debe ser objeto de enseñanza en la universidad, aunque la controversia predominante es si esta enseñanza ha de estar a cargo de talleres al inicio de las carreras o bien constituir un componente del currículum de todas las cátedras a lo largo y ancho de los estudios superiores. También se discute quiénes han de realizar esta enseñanza: especialistas en escritura o especialistas disciplinares; recientemente se ha propuesto el trabajo en equipo entre ambos, lo cual requiere de cambios institucionales. Los estudios argentinos que han abordado problemas más afines al de nuestro actual programa de investigación son contados. Alvarado (2000) y Alvarado y Cortés (2000) encuestaron a alumnos y docentes de Ciencias Sociales acerca de las funciones que cumple la escritura en las evaluaciones y solicitaron su apreciación de las destrezas redaccionales de los estudiantes. Sus resultados indican que los docentes escasamente retroalimentan la escritura de los alumnos porque no lo consideran parte de su rol específico, aunque perciban sus múltiples dificultades. Ciapuscio (2000) constató, a través del análisis de programas de materias, de escritos producidos por estudiantes y de discusiones con ellos, que el término “monografía” no designa una única clase textual, sino que la concepción que de ella tienen las distintas cátedras es heterogénea, incluso dentro de una misma unidad académica; a pesar de esto, raramente se suele orientar a los alumnos hacia lo que se espera de ellos para producir una monografía. Estos resultados son coincidentes con los de una indagación exploratoria acerca de para qué y cómo los estudiantes son evaluados por escrito en la universidad (Carlino, 2002b): la escritura académica se exige, pero no se enseña porque probablemente se la supone una habilidad general aprendida en niveles educativos previos, transferible a cualquier situación (Russell, 1990); el escribir es pensado como un canal para decir el conocimiento y no como una herramienta epistémica que podría potenciar el aprendizaje. Por último, Paoloni (2004), Rinaudo et al. (2003) y Vázquez y Miras (2004) estudiaron la producción de textos por parte de los estudiantes y coinciden en señalar que las r e p r e s e n t a c i o n e s acerca de la tarea que ellos tienen incide sobre su desempeño. Estos investigadores encuentran que, frente a una detallada consigna de escritura, el docente y los alumnos sistemáticamente interpretan la tarea en forma divergente, lo cual muestra que las orientaciones provistas por los profesores no son suficientemente esclarecedoras para los estudiantes acerca de qué y cómo han de escribir. Nuestro actual programa de investigación El contexto de nuestra presente indagación3 está dado por las dificultades de los universitarios para cumplimentar las expectativas de sus docentes en cuanto a cómo leen y escriben en las asignaturas, lo que ha sido considerado factor de fracaso, rezago y deserción estudiantil. Por consiguiente, Investigación Cuadernos de Psicopedagogía N°. 4 - 27 explorar las prácticas de lectura y escritura que promueven las cátedras, y las representaciones que tienen sobre ellas profesores y estudiantes, no solo aporta a caracterizar las culturas académicas de nuestras universidades, escasamente investigadas en el entorno iberoamericano. También permite comprender mejor los problemas que se han “diagnosticado” en los alumnos, comprensión necesaria para revisar las políticas y prácticas educativas de modo que resulten favorecedoras del aprendizaje y retención estudiantil. Así, con el objetivo de conocer las perspectivas de alumnos y docentes acerca del escribir y leer para la universidad, hemos comenzado a analizar distintas clases de datos: entrevistas a alumnos y docentes u n i v e r s i t a r i o s , programas de cátedras, materiales elaborados por ellas para sus alumnos, exámenes y monografías corregidos por los docentes y observación de clases y de situaciones de estudio, en distintas universidades y ca- rreras. Aunque aún no disponemos de resul- tados finales, sí hemos presentado informes con sucesivos avances (Carlino y Estienne, 2004; Di Benedetto y Carlino, 2007; Diment y Carlino, 2006a y 2006b; Estienne y Carlino, 2004 y 2006; Fernández y Carlino, 2005a, 2005b y 2006). ¿Qué dicen estos estudios hasta la fecha? En primer lugar, señalan que leer y escribir son prácticas omnipresentes en la educación universitaria, aunque tienden a pasar inadvertidas como tales por el hecho de estar naturalizadas y porque tanto alumnos como profesores suponen que son la prolongación de habilidades generales aprendidas en la escolaridad previa. Es habitual que las cátedras no se ocupen de la lectura y escritura que esperan lleven a cabo sus alumnos en virtud de esa suposición y de la creencia de que los estudiantes universitarios han de ser autónomos por ser adultos. Por ello, los profesores no suelen explicitar sus expectativas, no guían para que los alumnos puedan lograrlas ni devuelven sus trabajos escritos con comentarios que les permitan entender en qué se han apartado de ellas o cómo podrían acercarse a estas en el futuro. Sin embargo, los alumnos entrevistados señalan que es muy distinto leer y escribir para la universidad respecto de hacerlo para la escuela secundaria, y brindan ejemplos de los modos y géneros contrastantes, requeridos en uno u otro ámbito. En la universidad, en el ámbito de las ciencias sociales, se les pide elaborar un texto a partir de leer varias fuentes en las cuales distintos autores tienen posturas distintas sobre un mismo asunto. En cambio, en la educación media, leen textos que presentan una única posición, considerada absoluta, y raramente escriben más allá de reproducir lo dado: toman apuntes sobre lo que el docente explica o completan cuestionarios sobre la lectura de un texto en los que es posible responder sin entenderlo (dado que no se requiere construir la respuesta, sino transcribir porciones literales de lo leído en correspondencia con cada pregunta). Varios de los entrevistados mantienen una actitud contradictoria. Por una parte, a pesar de que sostienen que no es labor de la universidad enseñar a leer y a escribir, algunos pocos profesores sí orientan la escritura y lectura de sus alumnos en mayor o menor medida. A su vez, los alumnos valoran cuando estos docentes lo hacen, precisamente porque necesitan aprender de ellos debido a las diferencias entre cómo leían y escribían para la secundaria y cómo han de hacerlo en la universidad. Hemos explicado
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