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ISSN: 2422-1228 
 
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LOS RETOS DE LA FILOSOFÍA EN MEDIO DE LA EDUCACIÓN 
 
Hernando Alexander Zabala 
alex1zabala@hotmail.com 
Docente: Colegio San Viator –Tunja 
Mesa 2. Enseñanza de la filosofía 
 
 Resumen 
 
 En el proceso de enseñanza y especialmente en la relación filosofía e infancia, se encuentra 
una posibilidad de mejorar la práctica filosófica, no solo como una oportunidad de cambiar 
procesos, sino de aportarle a la educación en sus diferentes aspectos, hoy las humanidades se 
dice que están en crisis, pero lo que realmente se debe buscar es la manera de abrir espacios 
para que la discusión, la reflexión, la crítica, el análisis deba ser llevado al aula de clase por 
medio de este análisis conceptual, del dialogo filosófico, de la pregunta, de la comunidad de 
indagación que puedan fortalecer aquellos aspectos que surgen en medio de las discusiones 
filosóficas en la escuela y que de allí puedan trascender a la realidad de cada estudiante, a la 
solución de problemas, a la realidad en medio de sus familias y sus vidas, es decir, es acercar 
el pensamiento filosófico a todos las dimensiones humanas de los sujetos que abordan desde 
el colegio, estas ideologías, formas de pensar y demás y una herramienta que sale al paso en 
esta búsqueda es Filosofía para Niños, una propuesta que permite cambiar las posibilidades 
de enseñar, de trabajar, de reflexionar en torno a la filosofía, al buen pensar y de aquellas 
habilidades que surgen por medio del desarrollo del pensamiento filosófico especialmente, 
que cuenta con unas características específicas y que terminan aportándole consistentemente 
mailto:alex1zabala@hotmail.com
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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al trabajo en la escuela por medio de esta metodología y se convierte de esta manera en un 
camino para el desarrollo del buen pensar. 
 
Palabras claves: filosofía, infancia, pensamiento, habilidades, escuela 
 
Introducción 
El presente trabajo pretende hacer una reflexión, frente a la realidad de la filosofía en la 
escuela, de aquellos aspectos que puede desarrollar y trabajar con elementos detonantes del 
pensamiento, que puedan llevar a otro nivel a la escuela, a los niños y jóvenes que frecuentan 
estos centros institucionales para aprender, para conocer, para entrelazar sus vidas con otros, 
pero que muchas veces se vuelven ásperos, no cercanos para aprender, se convierten en 
dispositivos disciplinarios, pero realmente lo fundamental la persona queda por fuera de la 
formación, y es la filosofía quien puede centrar y darle el rumbo coherente a este proceso 
educativo. 
Es decir, es la filosofía en donde recae la posibilidad de darle otro rumbo a la educación, 
centrada en los valores humanos, en aquellos aspectos reflexivos, analíticos, críticos 
inherentes al ser humano, que muchas veces se truncan en la escuela por no tener aquellas 
posibilidades de poder provocar, aquellos diálogos, de llevar a aquellos procesos en donde 
no solamente se repiten ideas, sino se colocan en tela de juicio, por eso este trabajo, realiza 
esa reflexión del entorno de la escuela y a la realidad de vida de cada estudiante, no es 
solamente formar para sobresalir como institución en las famosos pruebas de calidad, que 
miden estadísticas pero que realmente dejan a la persona por fuera de esos estándares, es 
formar para la vida, para el mundo, para aquellas situaciones que a diario se presenta y que 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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la academia no puede ser ajena a esto y menos las humanidades, la filosofía como una forma 
de ver y asumir una postura crítica y reflexiva frente a la sociedad. 
Metodología 
El proceso de análisis de este escrito se llevó a cabo por medio de un estado del arte de 
aquellos artículos y libros que tuviesen relación con los conceptos filosofía e infancia, de tal 
manera que se hizo, una lectura de estos escritos y de allí se pasó a la reflexión en este 
artículo. 
Los retos de la filosofía en medio de la educación 
La filosofía se convierte hoy en un desafío para los distintos campos del saber y de la realidad 
humana, se buscan estrategias para darle una respuesta a tantas situaciones humanas que hoy 
no tienen una lógica actuación por parte del hombre, la tecnología mal que bien ha permeado 
todas las esferas de la sociedad y hoy más que una enemiga debe asumirse en parte como 
aliada a la hora de ser utilizada en la educación, porque en ese campo de batalla como diría 
en una época el Profesor Estanislao Zuleta, es donde se peleara para que las humanidades, 
para que la filosofía pueda recuperar sus espacios, pero no solamente para repetir lo que ya 
paso sino para poder aportarle a los estudiantes en su manera de pensar, de elegir, de caminar 
en medio de un mundo que cada día es más tosco para ellos y que solo ofrece momentos, 
instantes de felicidad, aunque se pensara que esto les satisface a ellos, la realidad es que los 
estudiantes anhelan encontrar algo que la escuela les pueda ofrecer para dar respuesta o alivio 
a todos aquellas situaciones humanas que los agobia. 
Al plantear esto no se quiere decir, ni pensar que la filosofía pueda ser un aliciente espiritual 
o una autoayuda, sino que pueda realmente convertirse en una posibilidad de vida, de plantear 
alternativas que generen cambio, pero esto no se podrá si se sigue pensando en una enseñanza 
netamente histórica, recordar la vida de unos grandes hombres, pero de allí no pasar a estudiar 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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la sustancia de su pensamiento, de poder reflexionar frente a los aportes al conocimiento 
humano, de cómo estos pensadores pudieron colocar en jaque la misma existencia humana, 
las mismas creencias, aquellos dogmas que quizás fueron en un tiempo irrefutables, pero que 
con el tiempo y con lo atrevido del pensamiento pudieron, ser replanteados, hoy no se espera 
que todo lo pueda solucionar un cambio de pensamiento, pero si que las aulas de clase puedan 
ser esos laboratorios de creación de pensamiento, de reflexión, de crítica, de argumentación 
que puedan aportar para la vida. 
De esta manera, lo que es pretende en este escrito es hacer una reflexión en torno al papel 
central de la filosofía en el aula de clase, quizás puede ser uno más, pero lo que en realidad 
se quiere es desde la experiencia como docente poder colocar aquellas situaciones que en un 
contexto especifico se vivencian, como en el aula se observan toda una serie de situaciones 
que permiten llevar al ser humano a otro nivel, a otras posturas ideológicas, en donde los 
jóvenes están con otro dispositivo frente a las circunstancias de la vida, frente a las relaciones 
humanas, frente a un nuevo concepto o asimilación de la amistad, de la belleza, de la música, 
de la vida en general y es en ese encuentro desde el otro que se construye otras maneras de 
pensar y así los estudiantes de esta época, están pidiendo a gritos que se les escuche, que la 
escuela no sea ajena a sus realidades, a sus problemas, que no todo sea un mecanismo de 
disciplina, que no todo sea negarse a sí mismos, a sus procesos biológicos, que puedan 
realmente construir su autonomía, su libre albedrio, que puedan verdaderamente ser personas, 
que en un mañana puedan vivir en sociedad y aportarle, que sus ideales puedan llegar a buen 
puerto, que sus mentes y sus valores puedan cimentarse en medio de la honestidad, el respeto, 
la diversidad, la tolerancia y que no se conviertan en unos seres queno le aporten nada a la 
sociedad. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Es por esto, que la filosofía retoma su importancia no solamente para preparar para unas 
pruebas, sino para la vida, para forjar sujetos que puedan trabajar en pro de un país más 
humano, más sensible frente al dolor de los otros, que se respete a la mujer en todo su ser, en 
donde no se imponga un credo sino que dentro de la autonomía se pueda elegir, un país con 
criterios a la hora de optar por unas ideas políticas, que se vele más por una sana convivencia 
desde la escuela y no que se cree sujetos que sigan repitiendo una sociedad enferma, una 
sociedad que no se respete, que no se tolere, que se sigan acostumbrando estereotipos que no 
le aportan nada al sujeto, que se siga en un cáncer de la corrupción y que no se le forme al 
estudiante para que pueda solucionar toda una serie de realidades que debe asumir y 
enfrentar, que debe dar respuestas, que no puede evadir ciertas responsabilidades que le 
ayudan como sujeto a vivir con los otros y que su ser no solamente está de manera individual 
sino que esta para convivir con los demás. 
Por esto, esta reflexión no pretende ser un encuentro de nuevos planteamientos teóricos, sino 
que se trabaja desde la experiencia en el aula de clase, de aquellos instantes únicos en donde 
el docente puede cambiar para bien o para mal el pensamiento del estudiante, en donde se 
encuentra la realidad de la educación, de los retos que esta plantea y de aquellos interrogantes 
a los cuales hay que darles respuesta por medio de los saberes aprendidos, de la propia vida, 
de hallarle sentido a la misma, de lograr escudriñar aquellos dilemas que solo la filosofía 
puede abordar y en donde no se puede solamente predicar una verdad sino que se debe hablar 
para todos y desde distintos puntos de vista, es una trasegar que a diario los docentes 
enfrentan en esas cuatro paredes y en donde la capacidad de cada uno pueden hacer de ese 
encuentro lo más placentero o sinceramente el fracaso total, es ciertamente la posibilidad de 
hacer algo más que una clase. 
La filosofía en la escuela 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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En este apartado se plantearan los aspectos importantes de la filosofía como una forma de 
vida, de estar en la escuela como un aporte trascendental a la vida de los estudiantes, no 
solamente con la adquisición de unos saberes sino como un estilo de ser y poder construir 
sujetos que puedan vivir en sociedad, con unos valores humanos y con unas características 
que permitan que ese ciudadano se pueda empoderar de un discurso que pueda aportarle a la 
sociedad, que logre tomar conciencia de sus deberes y derechos, pero ante todo que desarrolle 
unas habilidades que puedan ayudarle en su trabajo filosófico en el aula de clase, entendido 
este con unos elementos basados en el respeto a las ideas del otro, en la escucha a los demás, 
en lograr un dialogo filosófico que pueda enriquecer el quehacer del docente y las habilidades 
de los estudiantes. 
 
La filosofía encuentra en su enseñanza el ámbito en el que puede desempeñar un papel a la vez 
esencial y, sin lugar a dudas, arriesgado. Esencial, en la medida en que la enseñanza de la filosofía 
sigue siendo uno de los elementos clave de la formación para juzgar, criticar, cuestionar y discernir. 
Arriesgado, puesto que la enseñanza, si se toman en cuenta las mutaciones de una actualidad cada día 
más rica en historia y en espiritualidad, no se puede pretender atar todos los cabos de lo que puede 
denominarse «una aceleración del tiempo»: tiempo político, tiempo espiritual, tiempo social y, por 
tanto, tiempo educativo y pedagógico. Dicha actualidad, cada vez más exigente con el progreso 
tecnológico, ¿no se resiste acaso, en algunos aspectos, al enfoque filosófico? Y ello en la medida en 
que reflexionar es, ante todo, reflexionar sobre uno mismo antes de exponerse a la mirada de los 
demás, un ejercicio que requiere paciencia, tiempo y autocrítica. No olvidemos que la filosofía es 
crítica, en el sentido griego del término: es decir, que siempre debe consistir en una labor de selección 
reflexiva y metódica de las informaciones brutas que nos proporciona nuestra experiencia personal y 
social. Estar informado no es lo mismo que ser formado. La enseñanza de la filosofía y su práctica 
merecen no solo ampliarse, sino también renovarse para que se restablezca la noción de 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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responsabilidad y para que cada individuo pueda una vez más «ensimismarse completamente en el 
pensamiento», como lo decía Hegel, para enfrentarse a los prejuicios y a las dominaciones de toda 
índole. Al individuo le corresponde buscar en sí mismo las capacidades que exige el ejercicio 
reflexivo. Ese ímpetu hacia el esfuerzo filosófico no puede imponerse ni mediante una forma rígida 
de enseñanza ni refiriéndose a dogmas supuestamente intangibles; al contrario, al individuo mismo 
le corresponde asumir la tarea de liberarse progresivamente de toda tutela. Enseñar la filosofía y 
aprender a filosofar tal vez consiste entonces, en primera instancia, en prohibirse a uno mismo 
transmitir unos corpus de saber en el estricto sentido del término (Tozzi & et al, 2011). 
 
En este sentido, lo que se pretende no es solamente adentrarnos a unas ideas superfluas sino 
realmente que pueda ser esta un aporte a la filosofía, hoy la escuela se encuentra sumergida 
en una serie de lineamientos, medidas, pruebas y demás situaciones que desgastan a los 
estudiantes y a sus docentes, pero que en realidad no aportan a lo esencial de la educación, 
que deja de lado a los estudiantes y se enmarca más en las instalaciones, en los computadores, 
en las redes pero al ser humano se deja de lado, hoy los educadores estamos en una serie de 
burocratización de la educación, la escuela reiteradamente se enfoca en otros ideales, pero se 
olvida realmente su misión, es menester citar este documento en donde reitera el fin de la 
filosofía. 
 
El hecho de referirse a la enseñanza de la filosofía y al aprendizaje del filosofar presupone una 
clarificación previa de esos términos, con más razón cuando se trata de rebasar los límites de un mero 
estudio descriptivo. Ahora bien, ya es bastante difícil definir lo que se entiende por filosofía y por 
filosofar: ¡un auténtico interrogante de orden filosófico! La filosofía se interroga sin cesar sobre lo 
que no es, la moral, la ciencia, etc., así como sobre lo que es en realidad, un cierto tipo de saber, pero 
¿cuál? Una práctica, Moufida Goucha Jefa de la Sección Seguridad Humana, Democracia y Filosofía 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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(UNESCO) La filosofía es una actitud y una manera de vivir, exigente y rigurosa; es también una 
enseñanza, una escuela y, por tanto, un saber, o mejor dicho, un conjunto de saberes –todo ello 
animado por un espíritu de descubrimiento y de curiosidad inherente a la filosofía–. La exigencia 
común de eficacia, que es el imperativo categórico de este estudio, va más allá de descripción de la 
situación actual y que converge en un objetivo eminentemente práctico. 
.Este estudio pone de manifiesto iniciativas aún poco conocidas y asume su papel de estímulo 
al proponer perspectivas concretas para esas prácticas filosóficas de enseñanza. En ese 
sentido, siempre debe reinventarse, ponerse en tela de juicio, completarse y modificarse a 
semejanza de la filosofía misma. De ese modo, aspira a ser un soporte para desarrollar 
sinergias y ejes de convergencia en el ámbito nacional,así como entre los Estados. A ello 
cabe añadir otro objetivo, que exhorta a este estudio a converger hacia un ideal y un objetivo 
compartidos, hacia los cuales se orientaron la reagrupación y la agregación de voluntades e 
ideas. Ante el carácter multiforme que pueden tener la filosofía y el conjunto de sus 
componentes, el estudio procura dejar atrás las diferencias, muy reales, vinculadas a las 
modalidades de su enseñanza y aprendizaje. ¿Qué otra razón de ser tiene la filosofía y, en 
general, las ciencias humanas, sino su vocación primera de alcanzar la construcción de la paz 
en el espíritu de los seres humanos? (Tozzi & et al, 2011, pág. 19). 
 
La filosofía en la escuela, en este sentido se debe llevar a la vida, a la realidad de cada 
estudiante, a la oportunidad de hacer del aula de clase una experiencia de vida, desde la 
reflexión de aquellas ideas y planteamientos que puedan surgir a partir del análisis, la 
discusión, la argumentación, que se evidencian y tratan en medio de los estudiantes, con las 
deliberaciones que puedan presentarse con los textos o con los temas que allí se abordan, 
pero también esto se debe plantear para las condiciones de vida, de cada alumno, es decir, no 
se trata de hacer una filosofía ajena a la vida del estudiante, sino que estas oportunidades de 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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pensar, puedan generar, campos de apertura frente a las situaciones reales, que hoy día 
enfrentan cada estudiante, este es un trabajo que debe darse con la oportunidad, de ir 
edificando un estilo de pensar y de convivencia humana, no es solamente repetir unas ideas, 
sino poder centrarlas en la vida de cada estudiante. 
Hoy la escuela se encuentra con unos estudiantes que están ávidos de información, que 
diariamente reciben toda clase de ideas por diferentes ámbitos, el tema radica en como 
canalizar esos planteamientos y hacer los prácticos desde la reflexión filosófica, quizás sea 
uno de los dilemas que se pudieran trabajar aquí, ¿Qué está haciendo la filosofía para afrontar 
estos retos?, ¿ de qué se vale la filosofía para poder reflexionar en estos entornos?, ¿Qué 
ofrece la filosofía para poder aportar en estos espacios y no quedarse en meras 
especulaciones? Y aquí se podría ahondar un poco en la propuesta que se ha venido 
trabajando los últimos años desde Filosofía para Niños, que ha surgido como una propuesta 
novedosa frente a la enseñanza de la filosofía, desde los primeros años de escolarización y 
especialmente desde la posibilidad de encontrarnos con otra forma de incentivar el 
pensamiento, de generar discusiones en torno al buen pensar. 
 
Filosofía para Niños (FpN) es una propuesta educativa que brinda a los niños y los adolescentes 
instrumentos adecuados en el momento en que comienzan interrogarse acerca del mundo y de su 
inserción en él. FpN apuesta por la filosofía como actividad para lograr un pensamiento cuidadoso 
del otro, creativo y crítico, que pueda ser desarrollado por niños, jóvenes y adultos en comunidades 
de investigación (c.i). En esta comunidad, en la que sus miembros trabajan para ser capaces de 
entender el punto de vista de los demás y se esfuerzan solidariamente por descubrir el sentido del 
mundo y de la sociedad en la que viven es donde se lleva a cabo el programa de FpN. Filosofía para 
Niños es un programa en el cual trabajan, íntimamente unidos, un método y un contenido (en continuo 
proceso de recreación): el método está unido indisolublemente a contenidos filosóficos. Estos 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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contenidos filosóficos, es cierto, tienen miles de años de antigüedad o, a un siendo recientes, se nutren 
en esos muchos siglos, pero también es cierto que se recrean cada día en las clases de FpN (Accorinti, 
2014, págs, 13-14). 
 
De esta manera, pretende este programa ofrecer otras alternativas en la enseñanza de la 
filosofía, que como bien se referencia no es solamente seguir con lo mismo sino lo que 
pretende es buscar otras alternativas que puedan optar por una enseñanza más activa, más 
propicia a los niños y jóvenes, que realmente pueda generar otras alternativas en el aula de 
clase y no se quede solamente en espacios sin motivación, hoy este programa es un referente 
para mejorar la enseñanza de la filosofía y su llegada a la primera infancia, o aquellas etapas 
en donde se veía imposible este trabajo, para que con el tiempo se pueda generar personas 
más reflexivas y ciudadanos que puedan vivir en sociedad, que puedan crear ambientes 
democráticos, que no solamente se repita un conocimiento sino que se pueda hacer vida, en 
medio de la solidaridad, la tolerancia, el respeto, la diversidad, la pluriculturalidad, el dialogo, 
el escuchar a los demás, y en general en un mundo que pueda abrir espacios para la 
convivencia pacífica, para aquellos espacios que solo quizás se pueden dar en la escuela y 
que es allí donde se pueden desarrollar. 
Esta apuesta didáctica o proyecto a desarrollar permite que se amplíen los espacios desde el 
encuentro en la escuela con la filosofía, pero no solamente en cuanto a una serie de métodos, 
sino de una manera que pueda desarrollar habilidades en los estudiantes que les ayude en su 
proceso escolar y en su realidad como ciudadano del mundo y de su entorno social. En otro 
punto, esta propuesta ha sido de gran utilidad a la hora de colocar las discusiones no 
solamente en la media académica, sino desde los primeros años de escuela, es allí donde 
centra la diferencia esta propuesta, que aborda temáticas que permiten crear espacios en la 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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escuela desde los primeros años de vida de los niños y niñas, que les ayude a alimentar la 
creatividad, la imaginación, las posibilidades de hacerlos más indagadores, que puedan crear 
hábitos que les aporte en su aspecto humano y en el reconocimiento de aquella etapa tan 
importante como es la infancia y es aquí en donde también se ha ligado este concepto con el 
de filosofía y en donde se ha enfatizado los últimos años en esta relación y que pretende 
acercar más a los niños y jóvenes a este estilo de vida si se puede concebir la filosofía no 
solamente como un aprendizaje sino como una manera de vivir. 
 
…….De igual manera es necesario preguntarse cuáles son los objetivos de la educación 
básica y media, en este caso en Colombia, y qué se pretende enseñar en filosofía, qué tipo de 
formación filosófica requiere un sistema educativo como el nuestro, que aparentemente 
centra su atención en valores, actitudes, pensamiento crítico, competencias, que estarían en 
el campo de la filosofía, que sería el territorio propicio para el acontecimiento del pensar. 
Enseñar filosofía en la escuela básica y media, con las oportunidades que se están 
presentando, con programas como filosofía para niños y filosofía en el aula, permite a la 
filosofía ubicarse crítica y creativamente como forma de resistencia y línea de fuga a la 
mecanización del pensar. El pensar no sólo es un conjunto de habilidades cognitivas, de 
estrategias para resolver problemas, es también una aventura, una experiencia vital. Enseñar 
y aprender filosofía se puede convertir, en la escuela básica y media, en una profunda arma 
de formación política, de respeto y reconocimiento del otro en situaciones tan adversas como 
las que viven nuestros niños y jóvenes en el mundo contemporáneo (Cortés, 2009, pág. 12). 
 
De esta manera, esta propuesta es importante a la hora de optar por la filosofía no solamente 
como un área de aprendizaje, sino como una enseñanza, una posibilidad de hacer una práctica 
activa, si se pudiera decir así, esdecir, el reto está en sacar a la filosofía de su ambiente y 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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colocarla en otros lugares de la educación y acercarla a los niños y jóvenes, pero no de manera 
rutinaria, sino como una forma de pensar, de hacer las cosas, de posibilidad de dialogo con 
otras ciencias, con otros saberes, que de una u otra forma puedan, apórtale al estudiante en 
su proceso de vida, de realizarse como persona, es decir, darle sentido al aprendizaje, darle 
significado a lo que se aprende, es darle la voz y el lápiz al estudiante para que pueda construir 
sus propias ideas y planteamientos, a partir de una reflexión conceptual filosófica y de un 
estilo de vida que va realizando con aquellas premisas y nuevas posibilidades que se dan con 
la manera de hacer suya la filosofía, de crear un sentido mucho más reflexivo y analítico, de 
posibilitar otras miradas para asumir y comprender el mundo que les rodea. 
 
Por eso, la educación filosófica se reconoce como un ejercicio de pensamiento que genera procesos 
de formación en los estudiantes porque “intenta, desde una perspectiva contemporánea, darle un sitio 
al saber filosófico como creación y crítica, posicionar la enseñanza y auscultar a qué tipo de niño y 
joven se enfrenta la misma” (Pulido, 2009, p. 2). La filosofía es fundamentalmente problemática 
(Torregroza, 2007) y se encarga de la creación de conceptos que movilizan el pensamiento. Sin 
embargo, en este estudio la filosofía se propone como un modo de vida, en donde el sujeto “involucra 
todo aquello que constituye la vida misma: actitudes, deseos, saberes, sentimientos, afectos, 
conocimientos, pasiones, cuerpo, relaciones con los otros y lo otro” (Bernal, 2013, p.123) (Suarez 
Vaca, González & Buitrago, 2016, Pag 229). 
En así, entonces, como se debe llevar al aula de clase la filosofía, en donde posibilite la 
manifestación del pensamiento del estudiante, en donde el mismo descubra sus habilidades 
y fortalezca otras, en donde el estudiante se enfrente a sus pares, por medio de las 
disertaciones y opiniones, de las diferencias y de las posibilidades de mirar y concebir otras 
formas de pensar, de ser diferentes, de respetar la diversidad, de relacionar aquellos espacios 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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que solamente se conciben en el aula de clase, por eso este espacio debe ser un laboratorio 
de creatividad, de imaginación, de reflexión, de análisis, y una de estas posibilidades la da la 
filosofía, por eso es que en estos nuevos tiempos, la educación, tiene ese gran reto de darle 
sentido a lo que enseña, a lo que se plantea como pedagogía, didáctica y especialmente de 
aquellas materias que se asumen o sus contenidos son humanísticos. 
Es decir, son estas asignaturas las que tienen la posibilidad de cambiar al sujeto, de darle 
otras herramientas que orienten su vida, que los aleje de las drogas, del alcoholismo, de tanto 
problema que hoy aqueja y que se convierten en un verdadero reto para el docente y su forma 
de enseñar y en general para la educación, que se queda en medio de tantos problemas sin 
elementos para poder atender las realidades de los niños y de los muchachos, que llegan a las 
escuelas con ansias de aprender, pero también con un sinnúmero de dificultades que les 
trunca su proceso formativo, aquí está el dilema y aquellos nuevos paradigmas que surgen a 
la educación y que se enmarcan en un vacío, que se debe llenar, que se debe atender desde 
aquel espacio humano y significativo como es el colegio y especialmente el aula de clase, en 
donde se forjan aquellos líderes que sembraran el destino de nuestra nación, que permitirán 
una país más humano y en paz, una sociedad que respete y que pueda cuidar del otro, unas 
personas que puedan realmente ser tolerantes y respetuosas, que siembren valores para la 
vida y no para la muerte, que busquen soluciones pacíficas, por medio del buen pensar, del 
desarrollo de aquellas habilidades que les permitan vivir en sociedad. 
En definitiva, todo esto se puede empezar a trabajar cambiando la forma de pensar en el aula, 
ambientando estos espacios con dinámicas que permitan más la participación del estudiante, 
con una pedagogía para la vida y no para responder en el momento, una academia que pueda 
seguir un proceso y no para responder por unas pruebas, un estilo de educación que pueda 
formar seres humanos y no autómatas, personas que realmente le puedan aportar a la sociedad 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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y que aprendan a resolver los problemas de la vida y no que ante cualquier dificultad opten 
por los peores caminos, personas sensibles ante la vida, solidarias con los demás, con mente 
abierta al mundo, pero ante todo, que puedan convivir con los otros y todo esto y mucho más 
lo puede generar y estimular la filosofía, desde una perspectiva y pedagogía que incite el 
pensamiento y aquellas habilidades para el buen pensar. 
Conclusiones 
 La filosofía se convierte hoy en un desafío para los distintos campos del saber y de la 
realidad humana, se buscan estrategias para darle una respuesta a tantas situaciones humanas 
que hoy no tienen una lógica actuación por parte del hombre, la tecnología mal que bien ha 
permeado todas las esferas de la sociedad y hoy más que una enemiga debe asumirse en parte 
como aliada a la hora de ser utilizada en la educación. 
 La filosofía en la escuela, en este sentido se debe llevar a la vida, a la realidad de cada 
estudiante, a la oportunidad de hacer del aula de clase una experiencia de vida, desde la 
reflexión de aquellas ideas y planteamientos que puedan surgir a partir del análisis, la 
discusión, la argumentación, que se evidencian y tratan en medio de los estudiantes, con las 
deliberaciones que puedan presentarse con los textos o con los temas que allí se abordan, 
pero también esto se debe plantear para las condiciones de vida, de cada alumno. 
 Filosofía para Niños, ha surgido como una propuesta novedosa frente a la enseñanza de la 
filosofía, desde los primeros años de escolarización y especialmente desde la posibilidad de 
encontrarnos con otra forma de incentivar el pensamiento, de generar discusiones en torno al 
buen pensar, es por eso que puede utilizarse la metodología que ofrece para trabajar desde el 
aula las diferentes temáticas que son importantes para el buen pensar. 
 
Bibliografía 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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Cortés, Ó. P. (2009). APRENDER Y ENSEÑAR FILOSOFÍA EN EL MUNDO 
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