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1 ISSN 2451-‐5213 MOBILITAS CENTRO DE ESTUDIOS DE TRANSPORTE DEL AREA METROPOLITANA FACULTAD DE ARQUITECTURA, DISEÑO Y URBANISMO UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES 2 ISSN 2451-‐5213 MOBILITAS CENTRO DE ESTUDIOS DE TRANSPORTE DEL AREA METROPOLITANA FACULTAD DE ARQUITECTURA, DISEÑO Y URBANISMO UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES 3 Publicado por CENTRO DE ESTUDIOS DE TRANSPORTE DEL AREA METROPOLITANA FACULTAD DE ARQUITECTURA, DISEÑO Y URBANISMO UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES Intendente Güiraldes 2160. Pabellón III Ciudad Universitaria C1428EGA – Buenos Aires. República Argentina 4 DIRECTOR Martín Blas Orduna CETAM/FADU/UBA CONSEJO EDITORIAL Sonia Vidal Koppmann CETAM/FADU/UBA-‐CONICET Carlos De Candia CETAM/FADU/UBA Maximiliano Velázquez CETAM/FADU/UBA CONSEJO ASESOR Mónica Alvarado Universidad Nacional de Rosario Carme Miralles Guasch Universidad Autónoma de Barcelona Dirk Heinrichs Technische Universität Berlin 5 ISSN 2451-‐5213 MOBILITAS INDICE Diciembre 2014 PRESENTACIÓN ARTÍCULOS ORDUNA, Martín Blas, HACIA UN PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DE MOVILIDAD URBANA .................................................................................................................................... 8 VELAZQUEZ, Maximiliano, EL DERECHO A LA MOVILIDAD URBANA: EL CASO DE LA FERIA DE LA SALADA EN LA REGIÓN METROPOLITANA DE BUENOS AIRES Y SUS CONFLICTOS JURISDICCIONALES ................................................................................................................. 21 LASCANO, Marcelo, ANÁLISIS PRELIMINAR DE LA DEMANDA POTENCIAL DE LOS SERVICIOS DEL FERROCARRIL BELGRANO SUR. ........................................................................................ 33 DE CANDIA, Carlos, ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS PARA LA CONECTIVIDAD DEL CORREDOR AUSTRAL………………………………………………………………………………………………………… 42 OTERO, María de los Ángeles, LA BICICLETA COMO MOVILIDAD URBANA EN CRECIMIENTO ................................................................................................................................................ 53 NORMAS PARA PRESENTAR TRABAJOS 6 PRESENTACIÓN Agradecemos el apoyo de colegas que de uno y otro lado del Atlántico han querido acompañar este proyecto, tanto como parte del Consejo Editorial como del Consejo Asesor de Mobilitas. La revista tiene una frecuencia de publicación semestral y está registrada bajo resolución del CAICYT 151/2015 del 7 de Abril de 2015 con el ISSN 2451-‐5213. Los principios en que se base Mobilitas son: la movilidad sostenible, la planificación integrada del transporte y los usos del suelo y una nueva cultura de la movilidad, como herramientas indispensables para la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Mobilitas es la revista del Centro de Estudios de Transporte del Área Metropolitana de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, es decir, refleja en buena parte los intereses del grupo de investigación con objetivos prácticos inmediatos que van desde la formación individual y de equipo hasta las necesidades que impone el objeto de estudio en sí mismo, sea un proyecto, una investigación básica o aplicada. Desde este ámbito invitamos a colegas, amigos e investigadores a sumarse en la publicación de sus trabajos, los cuales enorgullecerán este emprendimiento. La Dirección 7 ARTÍCULOS 8 Revista Mobilitas, Nº 1, Diciembre 2014: 8-‐20, ISSN 2451-‐5213 HACIA UN PROGRAMA DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA DE MOVILIDAD URBANA Martín Blas Orduna CETAM/FADU/UBA Resumen El artículo que se presenta y que conforma parte de la primera edición de la Revista Mobilitas, surge a partir de la cuestión sobre cuáles son las infraestructuras de transporte idóneas para sustentar la movilidad de áreas metropolitanas excéntricas y ribereñas. El breve estudio introductorio sobre esta problemática se basó en las siguientes tres hipótesis fundamentales y en otras tres hipótesis auxiliares que permitieron avanzar en la propuesta de investigación que se desarrolla. Hipótesis fundamentales: Las autopistas son la infraestructura de transporte idónea para sustentar la movilidad de áreas metropolitanas/ Teoría Moderna de la Movilidad (TMM) Las infraestructuras viales tradicionales (avenidas, rotondas, boulevards) sustentan la movilidad urbana/ Teoría post-‐barroca de la movilidad (TPBM) Las infraestructuras de transporte público son las idóneas para sustentar la movilidad metropolitana / Teoría post-‐moderna de la movilidad (TPMM) (hipótesis sobre los medios de transporte) Hipótesis auxiliares: El transporte es uno de los principales factores de contaminación ambiental en áreas metropolitanas. Existe evidencia de que las emisiones de CO2 del transporte son una de las causas del cambio climático Las ciudades que basan su movilidad en transporte público son más sustentables que las que la basan en el automóvil particular. Palabras Clave: Movilidad urbana – Paradigma -‐ Epistemología 9 1. Introducción El presente trabajo pretende analizar algunos aspectos epistemológicos vinculados al desarrollo del concepto de movilidad, tanto desde el punto de vista del medio urbano como de la relación de éste con las infraestructuras de transporte. El universo de análisis comprende las áreas metropolitanasque prestan servicios para atender la demanda de los pasajeros que diariamente acceden desde sus periferias a las áreas centrales. El trabajo desarrolla los siguientes aspectos: a. En primer término, se repasan algunos aspectos del falsacionismo sofisticado de Imre Lakatos orientados al desarrollo progresivo o regresivo de teorías en el marco de un Programa de Investigación Científica (PIC), como una de las metodologías idóneas para su aplicación al presente estudio. Se entiende el término “metodologías” -‐en el sentido usado por Lakatos-‐ por aquellas concepciones elaboradas para caracterizar el conocimiento científico; como por ejemplo, las diferentes versiones de falsacionismo.1 b. En segundo lugar, se proponen, tomando la licencia de aplicar la metodología de Lakatos a las disciplinas proyectuales2, una serie de ideas que podrían sustentar un Programa de Investigación Científica de Movilidad Urbana. El universo de análisis se circunscribe a: i) ciertas ciudades que han devenido en áreas metropolitanas y que responden a un universo geográfico no mediterráneo y que ha generado la excentricidad de su principal centro institucional o de negocios; ii) desde el punto de vista del abordaje disciplinario, el análisis de la movilidad urbana se refiere a sus aspectos espaciales en el marco del urbanismo y dentro de él, a las infraestructuras de redes necesarias para la prestación de una oferta adecuada a las crecientes demandas originadas por los movimientos metropolitanos. c. Por último, las conclusiones brindan algunas propuestas sobre posibles derivaciones de la evolución pasada y del presente de un Programa de Investigación Científica de Movilidad Urbana (PIC-‐MOVU) y también algunas proyecciones a futuro. Las mismas se sostienen en la propuesta de Lakatos acerca de la progresividad y regresividad que pueden darse en los PIC. Se aplican estos conceptos a ciertos casos que podrían ser asimilables en algunas teorías del PIC-‐MOVU, y que justificarían la observación que hoy y en las últimas décadas del siglo XX, pudo hacerse sobre el fenómeno de la movilidad en las grandes ciudades, y especialmente en aquellas que alcanzan estrechas interrelaciones de redes de transporte entre sus periferias y sus áreas centrales. 1 Gaeta, R. y Lucero S. Imre Lakatos: El Falsacionismo Sofisticado. Bs. As., Oficina de Publicaciones del C.B.C. (UBA), 1995, p.31. 2 “Las disciplinas proyectuales no encuadran en las categorías con que Occidente ha catalogado al hacer y al pensar. No son Arte ni Ciencia ni Tecnología, sino que conforman una cuarta categoría con el mismo rango y valor identificatorio que las otras”. En estos términos define Roberto Doberti aquellas disciplinas que conforman la denominada “Cuarta Posición”. 10 2. Los antecedentes de los programas de investigación científica Un Programa de Investigación Científica (PIC) es una sucesión de teorías emparentadas que se van generando una a partir de la otra. “Tienen en común un conjunto de hipótesis fundamentales que forman su núcleo firme, al cual se declara irrefutable por decisión de la comunidad científica. Ningún experimento u observación podrá falsar las hipótesis que componen este núcleo y que constituyen el elemento de continuidad del programa”.3 El concepto de PIC se enmarca en la teoría de Imre Lakatos (1922-‐1974), así llamada Falsacionismo sofisticado, que tiene su antecedente fundamental en la filosofía de la ciencia de Karl Popper (1902-‐1994) principalmente expuesta en su obra La lógica de la Investigación Científica (1934). Justamente Lakatos, como Popper, niega las teorías justificacionistas del conocimiento, las cuales sostienen que las afirmaciones de la ciencia deben ser demostradas; es decir, es imposible probar que las hipótesis científicas sean verdaderas. Por el contrario, las teorías pueden ser refutadas producto de observaciones. Otra semejanza de Lakatos con respecto a Popper es su postura sobre los enunciados básicos, los cuales no se verifican por la observación, sino que son acordados por la comunidad científica. La base de Lakatos se sustenta también en Popper en lo referente a los enunciados de la ciencia; aunque los científicos trabajen en PIC´s rivales es posible que la comunicación entre ellos sea a través de un lenguaje común. Esto afirmación niega la tesis sobre la inconmensurabilidad de las teorías, defendida por Thomas Kuhn (1922-‐1996).4 Es innegable que los antecedentes del falsacionismo de Lakatos se encuentran en Popper, tal como el mismo Lakatos reconoció. Sobre ambos, Gaeta y Lucero afirman que los dos filósofos “creen que deben preservarse la consistencia, el poder predictivo de las teorías científicas y, en particular, la objetividad del conocimiento. Además, hay un acuerdo fundamental de orden filosófico más general que reviste la mayor importancia: la marcha de la ciencia es un proceso racional y en consecuencia debe ser aplicado atendiendo fundamentalmente a esta racionalidad. La reconstrucción de este proceso nos revela que se ha producido un acrecentamiento continuo del conocimiento,es decir que la ciencia progresa.”5 Al respecto, la posibilidad que abre Lakatos a partir de los PIC, posibilita la preservación del núcleo del Programa a través de la corrección de las hipótesis auxiliares sin necesidad de llegar a la “caída” del PIC. Las teorías enmarcadas bajo el PIC podrán progresar en el tiempo, pero otras podrán tener un carácter regresivo, las cuales no prosperarán y tras la refutación correspondiente caerán, sin necesidad de afectar al PIC que las aglutinaba. De acuerdo con la relevancia de la teoría refutada serán los impactos que su caída genere en el PIC. 3 Ibidem, pp. 23 y 24. 4 Véase Kuhn, T. La estructura de las revoluciones científicas; Epílogo, 1969. México, F.C.E., 2006. 5 Gaeta, R. y Lucero S. Op. Cit. Bs. As., Oficina de Publicaciones del C.B.C. (UBA), 1995, p.10. 11 3. Los alcances de un programa de investigación científica Más allá de la adopción de las ideas de Lakatos, que se consideran idóneas para este estudio, interesa rescatar algunos conceptos del mismo Lakatos, que podrían sumarse a la metodología de los PIC. De hecho, en la misma concepción lakatosiana, el concepto de PIC, puede aplicarse al devenir de las disciplinas proyectuales encuadradas en la Cuarta posición. Es Lakatos quien junto con su propuesta sobre los programas de investigación científica, abre la posibilidad de comprender el desarrollo de la ciencia a través de dos tipos de cambios: Por una parte, un proceso que es habitual en la investigación científica; el cambio que se produce al reemplazar una teoría por la que la sucede dentro de un mismo programa de investigación. Por otra parte, un proceso menos habitual, que sucede con mucha menor frecuencia; cuando “se presentan circunstancias en las cuales la competencia entre dos programas rivales se resuelve con la victoria de uno de ellos. Lakatos se muestra dispuesto a admitir que los cambios del primer tipo corresponden a la que Kuhn denomina «investigación científica normal», mientras que el reemplazo de un programa por otro señala la ocurrencia de una revolución científica”.6 Con respecto al primer tipo de cambio, Lakatos establece que una primera teoría T está falsada si sólo si se ha propuesto otra teoría T’, que tiene las siguientes características: i) T’ tiene mayor contenido empírico que T: predice nuevos hechos que no existen o son improbables en T. ii) T’ explica aciertos de T, con lo cual el contenido no refutado de T permanece en T’. iii) Algo del contenido excedente de T’ está ya corroborado. Respecto al segundo tipo de cambio, es importante aclarar que según Lakatos, el estancamiento de un PIC no es condición para su eliminación. Pueden existir anomalías, e incluso crisis de confianza en el programa, pero el PIC puede proseguir. En cambio, un programa de investigación científica concluirá, cuando existan posibilidades de encontrar en una alternativa superadora del viejo programa, la certeza de avanzar en un cambio científico más oportuno con un nuevo programa, que persistir en posibles modificaciones al antiguo PIC. 6 Gaeta, R. y Lucero S. Imre Lakatos: El Falsacionismo Sofisticado. Bs. As., Oficina de Publicaciones del C.B.C. (UBA), 1995, pp. 25 y 26. 12 4. Las teorías en el marco de un programa de investigación científica La metodología de los PIC es lo suficientemente amplia como para poder sostener la idea de progreso. En efecto, frente a la posibilidad de que algunas teorías sufran una regresión, el PIC permite corregir hipótesis auxiliares y desechar teorías regresivas. Así, el PIC, respondiendo al problema que da origen a la investigación, estaría integrado por una sucesión de teorías T1, T2, T3, Tn. Las teorías sucesivas tienen un núcleo firme. A su vez, las hipótesis auxiliares resguardan el núcleo firme del PIC a modo de “cinturón protector”7. Estas hipótesis, que “se refieren a las condiciones iniciales de los fenómenos u otros aspectos presentes en las observaciones, en contraste con las que integran el núcleo, pueden ser modificadas o directamente sustituidas, a fin de lograr el ajuste entre la teoría y los resultados experimentales. Este es, precisamente, el recurso del cual se valen los científicos para evitar que las hipótesis del núcleo resulten refutadas”.8 Lakatos acepta que cuando se produce un reemplazo de una teoría dentro de un mismo PIC, corresponde a lo que Kuhn llama investigación científica normal (fase 2), mientras que si se reemplazase un PIC por otro estaríamos en presencia de una revolución científica. Ahora bien, ¿qué ocurre si no se produce un reemplazo de la teoría, sino que la misma es falsada y debe ser excluida del PIC sin reemplazo? Siguiendo a Lakatos, estaríamos frente a modificaciones operadas en el cinturón protector de teorías degenerativas que no han sido corroboradas. Es decir, una parte de las teorías del PICquedarían estancadas junto con sus correspondientes hipótesis auxiliares producto de hechos observados, descubiertos por casualidad o anticipados por teorías rivales9, pero otra parte de las teorías permanecería sin refutación, incluso algunas que pudieran llegar a haber rivalizado con las hipótesis desechadas, permitiendo con estas correcciones, el desarrollo progresivo del PIC, tanto desde el punto de vista teórico como empírico. Vale aclarar que lo que se desecha no es la teoría completa, sino algunas hipótesis componentes del cinturón protector. Además, el núcleo firme permanece; de lo contrario, se produciría la caída del programa de investigación científica y el comienzo de otro nuevo PIC. 7 Lakatos, Imre. Metodología de los Programas de Investigación Científica. Madrid, Alianza Editorial, 1993, p.13. 8 Gaeta, R. y Lucero S. Op. Cit. Bs. As., Oficina de Publicaciones del C.B.C. (UBA), 1995, p.24. 9 Como se mostrará en el siguiente punto, la TPMM rivalizó en la segunda parte del siglo XX con la TMM reflejada en textos críticos hacia esta última, como La Carretera y la Ciudad, de Lewis Mumford. 13 5. El programa de investigación científica de movilidad urbana La arquitectura y el urbanismo pertenecen a las prácticas proyectuales. Si consideramos por una parte a la ciencia y la tecnología, y por otra al arte, insoslayablemente habrá que considerar además a la práctica proyectual. Según Roberto Doberti, las prácticas proyectuales constituyen una cuarta posición: “El Proyecto (considerado en todas sus modalidades) tiene el mismo rango, el mismo valor identificatorio y primordial que tienen la Ciencia, el Arte y la Tecnología. Esto quiere decir que no puede subsumirse en ninguna de las otras posiciones, ni es una mezcla o combinación de ellas. Con la misma convicción señalamos que las distintas posiciones no establecen sectores inconexos sino, por el contrario, fronteras porosas, entre las que circulan influencias, capacitaciones, procedimientos y aportes […] Con el mismo ánimo de precisión decimos que cada una de las posiciones implica un modo específico y primordial de mirar y operar la realidad”.10 El mismo Doberti, define los rasgos básicos de cada una de las cuatro posiciones: “la Ciencia se establece como voluntad de conocimiento racional, el Arte como relación sensible y expresiva del ser humano con la realidad, la Tecnología como procedimientos para modificar el medio natural, el Proyecto como prefiguración o planificación del entorno humano”.11 En este sentido, acotamos el concepto de movilidad urbana dentro de la cuarta posición y en el marco del urbanismo y la planificación urbana y territorial. Podría decirse que existe un Programa de Investigación Científica de Movilidad Urbana (PIC-‐ MOVU) sostenido por un conjunto de hipótesis, algunas de las cuales conformaron durante los siglos XIX y XX teorías rivales, y que más allá de las anomalías y crisis, en el siglo XXI el mismo continúa su desarrollo progresivo tanto teórico como empírico. En la actualidad, la Teoría Moderna de la Movilidad (TMM) en las ciudades se encuentra en crisis, especialmente en las grandes urbes o áreas metropolitanas. La TMM tiene su origen en la Carta de Atenas (1933), el manifiesto con el que el movimiento moderno diagnosticó la realidad que sufrían muchas ciudades del mundo, producto del gran crecimiento y densificación que experimentaban tras la revolución industrial. La TMM se circunscribe únicamente a la cuestión de la movilidad dentro del urbanismo, sustentado en los términos de la Carta que se resumen en los acápites referidos al punto sobre “Circulación”. Así la TMM se conceptualizaría en los siguientes términos, según las “exigencias” en el acápite “circulación” de la Carta de Atenas. Si bien la cita siguiente es extensa, consideramos adecuada su reproducción por la importancia de sus conceptos, a saber: “La circulación es una función vital; su estado actual debe expresarse por medio de gráficos. Entonces aparecerán claramente las causas determinantes y las consecuencias de sus diferentes intensidades, y será más fácil discernir cuáles son los puntos críticos. Solamente una visión clara de situación permitirá lograr dos progresos 10 Doberti, R. La cuarta posición en “Foro Académico”. Bs. As. Editorial Infinito / UBA, 2009. 11 Ibidem. 14 indispensables: asignar un destino preciso a cada una de las vías de circulación, consistente en dar paso a peatones, a automóviles, a los camiones de gran tonelaje o a los vehículos de paso; a continuación, dotar a estas vías, según el papel que les haya sido asignado, de dimensiones y caracteres especiales: naturaleza del piso, anchura de la calzada, o emplazamiento y naturaleza de los cruces o enlaces. Las vías de circulación deben clasificarse según su naturaleza y construirse en función de los vehículos y de sus velocidades. El tipo únicode calle que nos han legado los siglos, en otro tiempo acogía por igual a peatones y jinetes; a finales del siglo XVIII, el empleo generalizado de las carrozas provocó la creación de las aceras. En el siglo XX ha caído sobre ella, como un cataclismo, la masa de los vehículos mecánicos -‐ bicicletas, motos, coches, camiones, tranvías-‐, con sus inesperadas velocidades. El crecimiento fulminante de algunas ciudades, como Nueva York, por ejemplo, provocaba una afluencia inimaginable de vehículos en determinados puntos. Es hora ya de remediar una situación abocada a la catástrofe. La primera medida útil consistiría en separar radicalmente, en las arterias congestionadas, el camino de los peatones y el de los vehículos mecánicos. La segunda, en dar a los transportes pesados un cauce circulatorio particular. La tercera, en proyectar, para la gran circulación, vías de tránsito independientes de las corrientes, destinadas solamente al tráfico menor. Los cruces de tráfico intenso se ordenaran en forma de circulación continua mediante cambios de nivel. Los vehículos en tránsito no deberían estar sometidos al régimen de las detenciones obligatorias en cada cruce, reduciendo inútilmente la velocidad. Los cambios de nivel en las vías transversales son el mejor medio de permitirles una marcha continua. En las grandes vías de circulación, y a distancias calculadas para obtener el mejor rendimiento, se establecerán enlaces, uniéndolas a las vías destinadas a la circulación, menos intensa. El peatón debe poder seguir caminos distintos a los del automóvil. Ello constituiría una reforma fundamental de la circulación en las ciudades. Y sería tanto más juicioso emprenderla cuanto que iniciaría una era de urbanismo más fecunda y nueva. Esta exigencia de la circulación puede considerarse tan rigurosa como la que, en la esfera de la habitación, condena la orientación de la vivienda al norte. Las calles deben diferenciarse según su destino: calles de vivienda, calles de paseo, calles de tránsito y arterias principales. Las calles, en vez de abandonarse a todo y a todos, deberán tener regímenes diferentes según su categoría. Las calles de viviendas y los terrenos destinados al uso colectivo exigen un ambiente particular. Para que las viviendas y sus «prolongaciones» disfruten de la paz y la tranquilidad que necesitan, los vehículos mecánicos serán canalizados por circuitos especiales. Las avenidas de tránsito carecerán de todo contacto con las calles de circulación menor salvo en los puntos de enlace. Las grandes arterias principales, que se hallan en relación con todo el conjunto de la región, afirmarán, naturalmente, su primacía. Pero también se pensará en disponer calles para el paseo en las que, al imponerse estrictamente una velocidad reducida para toda clase de vehículos, la mezcla de estos últimos con los peatones no planteará inconvenientes. Las zonas verdes deben aislar, en principio, los cauces de gran circulación. 15 Las vías de tránsito o de gran circulación, bien diferenciadas de las vías de circulación menor, no tendrán razón alguna para acercarse a las construcciones públicas o privadas. Convendrá que estén bordeadas de espesas cortinas de vegetación”. Tras un breve análisis, se resaltan de la TMM, acertados conceptos, entre ellos, el de segregación de vías según modos de transporte, idea en la cual se basaron exitosas experiencias en nuestro continente, tales como Curitiba o Bogotá para el transporte público. Sin embargo, otros como la materialización de autopistas, han colapsado la circulación en un sinnúmero de ciudades que han resuelto reconvertir sus sistemas de movilidad… Hoy ya no se concibe la construcción de autopistas en ciudades que aspiran a lograr parámetros de sustentabilidad ambiental: la TMM está en crisis. Sin embargo, la TMM ha tenido un alto impacto en las prácticas proyectuales del siglo XX. Se podría decir también que la TMM incluía métodos, valores, y por supuesto, el compromiso por consumarlos en la materialización de proyectos paradigmáticos como Brasilia o Chandigarh, ambas comenzadas a construir en la década de los ’50. Ahora bien, más allá de las valoraciones urbanas sobre dichos proyectos y de otros tantos del siglo XX: ¿Cómo entra en crisis la TMM, ya que no existe otra teoría que se vislumbre? Si ejemplificamos con las ciudades mencionadas, las mismas fueron concebidas para el automóvil. Desde su misma praxis podría argumentarse que la TMM perdió su organicidad al separarse el diseño de las vías de circulación del diseño mismo de la ciudad; perdió escala, y como consecuencia, la dimensión humana de la ciudad. Por otra parte, en otras ciudades que no fueron construidas de cero como las citadas, la dimensión ambiental comenzó a pesar de forma tal que actualmente el tránsito en las grandesciudades es uno de los máximos responsables de la contaminación ambiental y del cambio climático que afecta globalmente al planeta. La TMM cayó, y quizás en varios casos sobre finales del siglo XX pudo observarse este proceso: uno de los más notables fue la reconstrucción de Berlín tras la caída del Muro, a finales del siglo pasado. En efecto, pudiendo aplicarse sobre grandes espacios vacíos un planteo de movilidad basado en las autopistas, se optó en buena parte de los casos, en recomponer la traza vial, dando además prioridad a áreas peatonales como las del entorno de la Puerta de Brandemburgo. A partir de éste y otros ejemplos podría afirmarse que por “default” la teoría post-‐barroca de movilidad (TPBM), o de ensanche de ciudades de la segunda mitad del siglo XIX se revitalizó y se halla vigente en el urbanismo de principios de siglo XXI12. Por otra parte, tras cincuenta años de planeamiento del transporte, existe la convicción de la necesidad de encauzar la mayoría de los flujos de movilidad urbana por transporte público, minimizando el uso del automóvil particular y priorizando la utilización de los modos de transporte público. Este fundamento del planeamiento de transporte se basa en la 12 La misma se sustenta para su análisis en la Teoría General de la Viabilidad Urbana de Ildefonso Cerdá (TVU, 1861), y el Arte de Construir Ciudades según Principios Artísticos de Camilo Sitte (1889). 16 paradigmática obra Traffic in Towns de Colin Buchanan (1963)13, que podríamos decir, sirve de fundamento a la teoría postmoderna de la movilidad (TPMM) junto con otra obra paradigmática casi contemporánea a la de Buchanan como fue La Carretera y la Ciudad (1963)14, el libro de Lewis Mumford que concluyó su obra La Ciudad en la Historia (1961).15 En suma, el acervo adquirido comienza a conformar la TPMM, como la teoría acerca de los medios de transporte adecuados para la ciudad del siglo XXI, especialmente las áreas metropolitanas. PIC-‐MOVU TPBM (T1) => TMM (T2) => TPMM(T3) Núcleo Firme : Principio1 : Ley de la continuidad del movimiento (Cerdá) Principio2 : Complejidad creciente de la movilidad en relación directa con el crecimiento de la población. (Históricamente la Revolución Industrial produjo una explosión demográfica que trajo aparejado un incremento de la complejidad de la movilidad urbana) Teorías del PIC-‐MOVU Teoría1 : NF + CP1 donde el Cinturón Protector1 equivale a la TPBM Teoría2 : NF + CP2 donde el Cinturón Protector2 equivale a la TMM Teoría3 : NF + CP3 donde el Cinturón Protector3 equivale a la TPMM Del panorama descripto podemos concluir que el PIC-‐MOVU ha evolucionado entre el siglo XIX y el XXI con hipótesis fundamentales que se han preservado y otras auxiliares que se han ido modificando y han permitido ajustar la teoría a la observación. Uno de los principios del núcleo firme del Programa es la primera Ley de la Vialidad. Hemos identificado como 2º principio componente del núcleo firme del programa el de la complejidad creciente en relación directa con el crecimiento de la población. Estos principios han permanecido indemnes a lo largo de la vida del PIC-‐MOVU. 13 Buchanan C.D. Traffic in Towns -‐ Reports of the Steering Group and Working Group. Londres, HMSO London, 1963. 14 Mumford L. La Carretera y la Ciudad, Bs. As., Emece, 1963. 15 Mumford, L.: La Ciudad en la Historia. Bs. As., Infinito, 1979. 17 6. Teorías del PIC-‐MOVU De las teorías comentadas en el punto anterior, caben las siguientes aclaraciones: TPBM = Teoría Post-‐Barroca de la Movilidad (referido a las vías de movilidad) TMM = Teoría Moderna de la Movilidad (referido a las vías de movilidad). Anomalías de la TMM: Impacto producido por el aumento de la circulación de los vehículos particulares TPMM = Teoría Post-‐Moderna de la Movilidad (referido a las vías de transporte) El cinturón protector del Programa de Investigación Científica de Movilidad Urbana (PIC-‐ MOVU) es sostenido por un conjunto de hipótesis, que por la importancia adquirida han sido cruciales para el diseño de las infraestructuras de transporte en las ciudades, especialmente en áreas metropolitanas. 6.1. Teoría Post-‐Barroca de la Movilidad Se basa fundamentalmente en los siguientes antecedentes: en 1867 se publica en Barcelona la Teoría General de la Urbanización (TGU) de Cerdá. Seis años antes, el mismo había redactado la Teoría de la Viabilidad Urbana (TVU). En ese marco, Cerdá enunció: “La primera Ley de la Vialidad es la continuidad del movimiento”. La explosión demográfica de las ciudades de la segunda parte del siglo XX hacía vislumbrar la complejidad de la vialidad en términos de movilidad que traía aparejada la Revolución Industrial. Arturo Soria y Puig, compilador de la obra de Cerdá comenta que “esta ley, que enuncia de pasada, pero quetiene [Cerdá] muy presente en sus proyectos, merece atención. Antes del ferrocarril es difícil imaginar que a alguien se le ocurriera enunciarla. Diríase que es una ley que Cerdá formula al poco de haber entrado ésta en vigor, con el desarrollo de la civilización industrial y su nueva valoración del tiempo. En cualquier caso, él es conciente de que responde a una nueva realidad […] aunque hoy esta primera ley de la vialidad no responda a una realidad tan nueva como entonces, su lapidario enunciado y su generalidad siguen impresionando y dando que pensar”.16 La primera ley de la vialidad definida como “la continuidad del movimiento” ha permanecido vigente hasta hoy. En la misma se encierran los principios básicos del diseño de los flujos de una red, hasta el de sus mismos nodos, los centros de transferencia: en todos los casos debe minimizarse el movimiento y la separación a recorrer en el transbordo entre un modo y otro, que genera pérdidas de tiempo y consiguientes costos. Por estos motivos, podríamos decir que estos conceptos conforman la base del núcleo firme del PIC-‐MOVU a través de la TPBM. A su vez, ésta se complementa con otras ideas vertidas en 16 Cerdá, I.: Las cinco bases de la teoría general de la urbanización (Compilación de Arturo Soria y Puig). Madrid, Electa, 1996, p.202. 18 obras emblemáticas del siglo XIX, tales como las de Camilo Sitte, condensadas en su libro Construcción de Ciudades según Principios Artísticos17 de finales de ese siglo. 6.2. La TMM: Carta de Atenas (CA) Le Corbusier y otros La Carta de Atenas va a delinear conceptualmente las autopistas, que ya se habían empezado a diseñar en los años ´30 para el tránsito motorizado, y las vías segregadas, que décadas más tarde se construirían para el transporte público urbano de pasajeros. El punto 60 de la Carta ya citada se refiere a estas dos ideas que vale la pena remarcar: “Las vías de circulación deben clasificarse según su naturaleza y construirse en función de los vehículos y de sus velocidades. El tipo único de calle que nos han legado los siglos, en otro tiempo acogía por igual a peatones y jinetes; a finales del siglo XVIII, el empleo generalizado de las carrozas provocó la creación de las aceras. En el siglo XX ha caído sobre ella, como un cataclismo, la masa de los vehículos mecánicos -‐ bicicletas, motos, coches, camiones, tranvías-‐, con sus inesperadas velocidades. El crecimiento fulminante de algunas ciudades, como Nueva York, por ejemplo, provocaba una afluencia inimaginable de vehículos en determinados puntos. Es hora ya de remediar una situación abocada a la catástrofe. La primera medida útil consistiría en separar radicalmente, en las arterias congestionadas, el camino de los peatones y el de los vehículos mecánicos. La segunda, en dar a los transportes pesados un cauce circulatorio particular. La tercera, en proyectar, para la gran circulación, vías de tránsito independientes de las corrientes, destinadas solamente al tráfico menor”.18 La CA conforma buena parte de la teoría que responde a la TMM. 6.3. La TPMM: La Carretera y la Ciudad La TMM fue duramente criticada a partir de los años ´60 por diversas voces que señalaron las falencias observables y comenzaron a ponerla en crisis. Entre estas voces nos referimos a la obra de Lewis Mumford, quien en su libro continuador de La Ciudad en la Historia, La Carretera la Ciudad expone críticamente su punto de vista sobre las ciudades contemporáneas. Precisamente, algunas citas de Mumford nos ilustran, desde una aguda mirada, su visión sobre la ciudad moderna y el impacto de los medios de transporte, en especial del automóvil particular: “La cuestión principal es que el derecho a tener acceso a un automóvil particular a cualquier edificio de una ciudad en una época en que todos lo poseen, significa en realidad un derecho a destruir la ciudad.”19 Positivamente, un siglo posterior a aquellos procesos que derivaron en el pronunciamiento de las ideas de la Carta de Atenas, que también de alguna manera fueron más que un aviso, 17 Sitte C. Construcción de Ciudades según Principios Artísticos. Barcelona, Gustavo Gili, 1980. 18 Carta de Atenas, punto 60. 19 Véase Orduna, M.B. Estructura urbana y estructura metropolitana. Hacia un nuevo marco conceptual para su definición en Actas de las XXII Jornadas de Investigación: Urbe y Territorio, Cuarto Encuentro Regional de Investigación y "II Seminario Red Mercociudades: gestión urbana " si + urb. Bs.As., FADU/UBA, 2007. Cita extractada de Mumford L. La Carretera y la Ciudad, Bs.As., Emece, 1963. 19 reconocemos que la ciudad moderna, no pudo resolver las demandas que le impuso el siglo XX, o en el mejor de los casos, hubo una reacción tardía. Así, Gabriel Dupuy, en su libro La Ciudad y el Auto, tras mencionar que “Colin Buchanan preconiza la adaptación racional de la ciudad, limitandola circulación y el estacionamiento de autos por el control de la autoridad pública”, afirma que “demasiado tarde la filosofía del reporte Buchanan guía las acciones de los poderes públicos controlando efectivamente: la renovación de los centros, la rehabilitación de barrios históricos, nuevas urbanizaciones, etc.” 20 No obstante, reconocemos que la obra Traffic in Towns de Colin Buchanan21 significó un hito y un punto de inflexión que cristalizó teoría sobre cómo limitar la circulación del automóvil en entornos urbanos complejizados por el uso indiscriminado del mismo. Las posiciones de Buchanan y Mumford constituyen la base de la denominada teoría post-‐moderna de movilidad (TPMM) hoy vigente y que durante el siglo XX rivalizó con la TMM conformando 2 modelos antagónicos de metrópoli en cuanto a la movilidad se refiere: - una ciudad basada en el automóvil, de supuesto beneficio para aquellos que pueden adquirir un vehículo, a quienes encerró en la diaria condena de la congestión (TMM); - otra ciudad basada en un transporte público con políticas de restricción del automóvil particular para contener su ingreso a los centros urbanos (TPMM). A su vez, durante el siglo XX, en ciertas metrópolis que habían crecido, afianzadas sobre la TPBM, la TMM generó el reemplazo de parte de la movilidad por el modelo de las autopistas, pero no terminó con la vigencia del TPBM, lo que trajo aparejado un transporte público degradado: la inversión al mismo se redujo, para direccionarse hacia las autopistas. La tercera instancia, implicará volver a la inversión en transporte público (TP), en el marco de la TPMM: priorización del TP, restricción al auto y reemplazo de autopistas por avenidas parquizadas (TPBM) como ha sido el caso de la ex-‐AU3 en la Ciudad de Buenos Aires, un tramo que quedó sin ejecutar del Plan de Autopistas de 1978 y que se reconvirtió en los ’90 como boulevard para el barrio porteño de Saavedra. 7. Conclusiones De lo transcripto en el punto anterior puede comprobarse como en el PIC-‐MOVU coexisten las nuevas tendencias de la TPMM con la antigua TPBM, debido a la caída de la TMM, aunque algunas de sus hipótesis válidas permanecen y deben ser desarrolladas, como las vías segregadas para el transporte público. En definitiva, al estar la mayoría de las hipótesis de las tres teorías insertas dentro del cinturón protector del núcleo firme del PIC-‐MOV, permiten que el mismo permanezca y pueda proseguir con su progreso. De lo contrario, al “caer” algunas hipótesis auxiliares hubiera corrido también ese riesgo el PIC-‐MOV, con su valiosa teoría inicial, como la TPBM. 20 Dupuy, G. La ciudad y el auto. París, pp. 18 y 19. 21 Buchanan C.D. Traffic in Towns -‐ Reports of the Steering Group and Working Group. Londres, HMSO London, 1963. 20 Ahora bien, esta evolución se encuadra en las disciplinas de la así llamada cuarta posición. En este contexto, conviene aclarar que no se coincide con la postura kuhniana de “progreso”, sino, como se desarrolló en este trabajo, con la postura lakatosiana. Lakatos afirma que podemos llamar “progresivo a un cambio de problemática si es progresivo teórica y empíricamente y regresivo si no lo es. «Aceptamos» los cambios de problemáticas como científicos, sólo si, por lo menos, son teóricamente progresivos; si no lo son, los rechazamos como pseudocientíficos. El progreso se mide por el grado en que un cambio de problemática es progresivo, por la medida en que la serie de teorías origina descubrimientos de hechos nuevos. Consideramos «falsada» a una teoría de la serie cuando ha sido superada por una teoría con mayor contenido corroborado.22 En el caso del PIC-‐MOVU nos encontraríamos para algunas teorías ante una secuencia progresiva y en otras ante una regresión. De todas formas siempre nos inscribimos en la posición de Lakatos, que se orienta a la “serie de teorías” y no al mero concepto de teorías. Esta distinción (no tenida en cuenta por Popper) permite enmarcar el PIC-‐MOVU en el falsacionismo sofisticado.23 Por último, una frase de Lakatos llama la atención y difiere su pensamiento sensiblemente de Popper y Kuhn: “La ciencia puede crecer sin que ninguna refutación indique el camino”24 Las refutaciones requeridas por Popper, ya no son indispensables, y por otra parte, si existe un camino, existe también un destino. Circunscribiéndonos siempre a la Cuarta Posición, de connotación eminentemente proyectual, el destino del proyecto radica siempre en un mismo destinatario, el hombre. Desde una casa, hasta una ciudad, la disciplina proyectual implica siempre la superación de las condiciones de vida hacia un hábitat mejor, hacia una ciudad o región mejor sea el que fuere el statu quo sin proyecto. Hacia esta verdad se dirige el camino proyectual, que tendrá sus diversas connotaciones de acuerdo con la escala de intervención de que se trate. Referencias Buchanan C.D. Traffic in Towns -‐ Reports of the Steering Group and Working Group. Londres, HMSO London, 1963. Doberti,R. La cuarta posición en “Foro Académico”. Bs. As. Editorial Infinito / UBA, 2009. Gaeta, R. y Lucero S. Imre Lakatos: El Falsacionismo Sofisticado. Bs. As., Oficina de Publicaciones del C.B.C. (UBA), 1995. Kuhn, T. La estructura de las revoluciones científicas; Epílogo, 1969. México, F.C.E., 2006. Lakatos, Imre. Metodología de los Programas de Investigación Científica. Madrid, Alianza Editorial, 1993. Mumford L. La Carretera y la Ciudad, Bs. As., Emece, 1963. Mumford, L.: La Ciudad en la Historia. Bs. As., Infinito, 1979. 22 Lakatos, Imre. Metodología de los Programas de Investigación Científica. Madrid, Alianza Editorial, 1993, p.49. 23 Ibidem, p.50 (nota 111). 24 Ibidem, p.52. 21 Revista Mobilitas, Nº 1, Diciembre 2014: 21-‐32, ISSN 2451-‐5213 EL DERECHO A LA MOVILIDAD URBANA: EL CASO DE LA FERIA DE LA SALADA EN LA REGIÓN METROPOLITANA DE BUENOS AIRES Y SUS CONFLICTOS JURISDICCIONALES Maximiliano Augusto Velazquez CETAM/FADU/UBA Resumen Nos interesa articular los aportes teóricos propuestos por el derecho a la Movilidad, como una ampliación y complemento específico del derecho a la Ciudad planteado en los setenta desde la sociología urbana. Focalizaremos en una situación urbana y regional particular: La feria de La Salada. Se trata un complejo ferial informal, estigmatizado muchas veces como ilegal, ubicado en el partido de Lomas de Zamora de la Provincia de Buenos Aires. Desde sus orígenes, a comienzos de la década de noventa del siglo pasado, ha ido evolucionando hasta convertirse en un enorme conglomerado humano y económico de trascendencia regional. A pesar de que convoca alrededor de 50.000 personas diarias posee una deficiente accesibilidad del transporte urbano de colectivo y una estación ferroviaria cercana con pocos servicios ofertados. Esto redunda en que los modos automotores privados formales o informales sean los principales actores de movilidad. Palabras Clave: Derecho a la movilidad-‐Región Metropolitana-‐Conflictos Jurisdiccionales Introducción Las ferias comerciales urbanas no deben pensarse solamente como un lugar de intercambios comerciales, sino más bien como un espacio de interacción social, de encuentros y socialización en donde se superponen características de institución social, forma económica y entidad cultural. En la mayoría de las ciudades de nuestro país, las ferias por lo general se especializan en rubros: ferias de artesanías, de antigüedades, de libros, de frutas y verduras, de vestimenta, etc. El complejo ferial de La Salada está ubicado en el partido de Lomas de Zamora, en la provincia de Buenos Aires, Argentina. Desde sus orígenes en 1991 ha ido evolucionando hasta convertirse en un enorme conglomerado humano y económico de trascendencia internacional, que basa su funcionamiento en la comercialización de productos mayormente textiles con 22 diversos grados de ilegalidad. Suscita en sus pocos días de funcionamiento convocatorias similares a las de los Centros Comerciales más importantes. Por su particular ubicación geográfica, en las márgenes del Riachuelo en medio de barriadas populares y a mitad de camino entre los corredores viales más importantes del sudoeste y el sur de la Ciudad de Buenos Aires, la accesibilidad a la feria se realiza mayoritariamente mediante automóvil privado y servicios charters de colectivos urbanos, interurbanos y hasta internacionales. Es decir, con una muy pobre oferta pública de transporte. El transporte urbano se ha convertido rápidamente en una de las más problemáticas áreas de gestión y control en las regiones metropolitanas. El dominio del automóvil como el modo prevalente de transporte no es sustentable ni en términos ambientales ni en términos sociales, al tiempo que el desarrollo de modos de transporte colectivos en la mayoría de los escenarios latinoamericanos es menor que el simple crecimiento poblacional. Las alternativas de movilidad disponibles son diferentes para cada sector social forjando crecientes situaciones de desigualdad económica, segregación y fragmentación social y cultural. La movilidad comprende una doble dimensión desde el ámbito subjetivo e individual y desde el ámbito colectivo del derecho. El derecho subjetivo a la Movilidad es la posibilidad de acceder a bienes, servicios y posibilidades de interacción de la ciudad, el cual genera para su protección efectiva, en la mayoría de los casos, una obligación de hacer (positiva) a la Administración Publica; por su parte, el derecho colectivo a la Movilidad se refiere a la ejecución eficiente de políticas públicas en donde el Estado otorgue a sus asociados un sistema de movilidad sostenible con equidad en la distribución de los equipamientos e infraestructura de la ciudad. El complejo ferial se convierte así en un caso particular que nos permite dar cuenta del momento actual de la Región Metropolitana de Buenos Aires en un contexto de emergencia del sector transporte, y en donde las demandas de acceso a la justicia se debaten entre los límites formales e informales del derecho. ¿Cómo se canalizan las demandas de conectividad yaccesibilidad al espacio ferial? Intervienen los tres niveles de gobierno: la jurisdicción nacional por asentarse sobre el camino de sirga de la degradada cuenca Matanza-‐Riachuelo, la provincia de Buenos Aires y el municipio, en este caso de Lomas de Zamora. Los ferrocarriles son de jurisdicción nacional y los ómnibus colectivos son regidos por los tres niveles de acuerdo a sus recorridos. ¿Cuál es la actitud de la justicia en estos complejos escenarios de articulación local y regional? Estas son algunas de las preguntas que nos sirvieron de disparadores para el presente trabajo. Cabe aclarar que la feria de La Salada fue seleccionada como caso de estudio ya que en el horizonte temporal de la ejecución de la tesis de maestría del autor se podía estudiar un caso en curso de mejoramiento de infraestructura ferroviaria como lo es el corrimiento y modernización de la estación ferroviaria de “La Salada” de un ramal del Belgrano Sur, próximo a inaugurarse luego de varios años de obra, fuertemente condicionada por la interrupción de los trabajos de los días de feria. 23 Sobre el Derecho a la Movilidad El sector transporte se ha transformado desde mediados del siglo XX con la motorización acelerada de los vehículos generando condiciones para poner en cuestión la sustentabilidad energética del planeta. Las tendencias actuales en la movilidad personal son compartidas por las prácticas dominantes de las naciones más industrializadas: el uso del automóvil particular como símbolo y herramienta de la libertad en el mundo moderno. El dominio del automóvil como el modo prevalente de transporte tampoco es sustentable en términos de accesibilidad de la sociedad como un todo a los beneficios de la aglomeración urbana. Mientras que muchas personas de la sociedad están inhabilitadas para acceder a servicios básicos, que en el caso del transporte corresponde a disponer de una adecuada y confortable oportunidad para acceder a la salud, los mercados, y a similares oportunidades de movilidad; otras muchas personas que si tienen acceso al modo de transporte prevalente –el automóvil-‐ gastan su tiempo de viaje estancados, parados en calles congestionadas, con calidad de aire degradada, en calles inseguras, y siendo partícipes de un incremento cada vez mayor de emisión de gases efecto invernadero que continúan induciendo a un cambio climático. Para comprender el fenómeno del transporte es necesario estudiar la movilidad cotidiana, el movimiento de todos los días, aquel que nos relaciona con otras personas forjando nuestras subjetividades y nuestra propia autobiografía. La movilidad es fundamental para nuestra condición humana. Si bien ha sido plasmada jurídicamente mediante el argumento liberal de “libertad de circulación” es mucho mas que permitir ciertos movimientos afines al capital como la libertad de comerciar bienes y servicios entre territorios de diversas jurisdicciones. Hoy la globalización puede gráficamente definirse en la profundidad y rapidez de los flujos de mercancías, servicios e información (Castells y Hall, 1994). A pesar de la basta influencia en la conformación de nuestra vida, el transporte ha sido históricamente menos examinado que otras ciencias sociales (Cox, 2010). Si toda la vida social está inmersa en las condiciones de movimiento, entonces ese movimiento –de personas, de mercancías, de ideas y de conceptos-‐ necesita ser un objeto de estudio y de teorización. En términos de John Urry (2007), la participación y la exclusión social en la movilidad está en función de la distancia la cual puede no ser contigua, como en el pasado, sino que estas separaciones entre puntos ahora se deben leen en términos de tiempo de viaje. Los conceptos de centro y periferia deben ser revisados en el marco de este nuevo concepto de movilidad, no como una forma estrictamente estructuralista emanada de la teoría de la renta urbana (Topalov, 2006) y la teoría del lugar central (Torres, 1999) , sino como una forma de entender la creación de la alienación en donde la marginalidad es construida. El concepto del derecho a la movilidad tiene uno de sus orígenes en los debates de los años setenta de la sociología urbana, como un complemento imprescindible del derecho a la ciudad de Lefebvre. Sin embargo recién adquiere notoriedad a partir del cambio de mileno de la mano del sociólogo francés Francois Ascher, quien en efecto indicó la importancia de la movilidad como tema social y político, al menos por tres razones fundamentales. Primero porque es indispensable desde el punto de vista económico y social, pues es una condición clave de acceso al mercado laboral, a una vivienda digna, a la educación, a la cultura y el ocio, a la vida 24 en familia. Siguiendo este razonamiento, la movilidad es por una parte, precondición de los otros derechos, y por otra, una especie de derecho genérico con importancia social creciente. Segundo, porque la movilidad se convierte en el factor principal en la vida cotidiana activa de las personas. En otros términos, la movilidad no es un medio, es una parte de la vida por derecho y ejercicio propio. Y finalmente, porque la movilidad tiene un costo económico, social, energético y medioambiental. El derecho a la movilidad como
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