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filolopía 1 ANO XLII 2010 1 UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES FACULTAD DE FILOSOFiA Y LETRAS I NSTITUTO DE ff LO LOGI A Y L ITE RA T URAS HISPÁNICAS " DR. AMADO Al.O so · lS SN 0 0 7 1 - 495 X filolopía 1 AÑO XLII 20101 LA LITERATURA Y SUS TEORÍAS Coordinadores: Silvia Delfino Delfina Muschietti Jorge Panesi Ana María Zubieta UBABlCD·ff·E.J'JfaJ~IO ~· 18102010 DE t.A RE\l'..)LUClóN DE MAYO U BA I FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS INSTITUTO DE FILOLOGÍA Y LITERATURAS HISPÁNICAS "DR. AMADO ALONSO" FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES Decano Hugo Trinchero Vicedecana Ana María Zubieta Secretaria Académica Graciela Morgade Secretaria de Supervisión Administrativa Marcela Lamelza Secretaria de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil Silvana Campanini Secretario General Jorge Gugliotta Secretario de Investigación Claudia Guevara Secretario de Posgrado Pablo Ciccolella Subsecretaria de Bibliotecas María Rosa Mostaccio Subsecretario de Publicaciones Rubén Mario Calmels Prosecretario de Publicaciones Matías Cordo Coordinadora Editorial Julia Zullo Consejo Editor Amanda Toubes Lidia Nacuzzi Susana Cella Myriam Feldfeber Silvia Delfina Diego Villarroel Germán Delgado Sergio Gustavo Castelo Diseño interior: Paz Higgins Diseño de tapa: Sue Takahashi Impresión: Talleres Gráficos Su Impres S.A. © Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras Universidad de Buenos Aires- 2011 Puán 480 Ciudad Autónoma de Buenos Aires República Argentina ISSN: 0071- 495X NOTA PRELIMINAR Así como hemos dedicado números anteriores de Filología a difundir el trabajo realizado por investigadores y docentes de los grupos y las cátedras de Gramática y Lingüística (XXXVII-XXXVIII) y de Literaturas transversales (XXXVI), este número, coordinado por Ana María Zubieta, Silvia Delfina, Delfina Muschietti y Jorge Panesi, está consagrado a trabajos realizados por especialistas del área de Teoría y análisis literario con sede en este instituto. En la primera sección se recogen trabajos de María Cristina Ares, Osear Blanco, Marcela Crespo Buiturón, Marcelo José Gómez, Carolina Grenoville, Adriana Imperatore y Alicia Montes, quienes pertenecen al proyecto UBACyT "Representaciones literarias de la violencia y el poder. Imaginarios, historia, teorías y lenguas de la violencia", dirigido por la Dra. Ana María Zubieta. La segunda agrupa los trabajos de Celeste Cabré y Violeta Percia, quienes participan del grupo UBACyT "Poesía y traducción en las literaturas, los géneros y las artes comparadas", dirigido por la profesora Delfina Muschietti, que firma la presentación. La tercera parte reúne trabajos de Fabricio Forastelli, Juan Pablo Parchuc y Diego Peller, todos ellos investigadores del proyecto UBACyT "Acciones de la crítica", dirigido por el profesor Jorge Panesi y codirigido por la profesora Silvia Delfina. El número se completa con dos colaboraciones de profesoras del área que no desarrollan sus actividades en el Instituto, pero que sí forman parte de la Facultad de Filosofia y Letras de la UBA. En primer lugar, un artículo firmado por las doctoras Nora Domínguez e Isabel Quintana, miembros de la cátedra de Teoría y Análisis Literario "A y B". Se publica además el discurso pronunciado por Josefina Ludmer, destacada especialista en el área, Profesora emérita de la Universidad de Yak y Filología, XLII (201 O) 5-6 autora de libros clave como El género gauchesco. Un tratado sobre la patria, al recibir el título de Doctora Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires el 4 de noviembre de 201 O. Creemos que, una vez más, con este número, la revista Filología testimonia con generosidad la productiva variedad de las investigaciones que se realizan en el marco del Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas "Dr. Amado Alonso". MELCHORA ROMANOS PRIMERA PARTE: PRESENTACIÓN ANA MARÍA ZUBIETA UBA anamariazubieta@fibertel.com.ar REPRESENTACIONES LITERARIAS DE LA VIOLENCIA Y EL PODER. IMAGINARIOS, HISTORIA, TEORÍAS Y LENGUAS DE LA VIOLENCIA Mucho se ha trabajado y se ha teorizado acerca de la violencia privada y política a partir de consideraciones sobre crímenes pasionales o crímenes del Estado, los cuerpos de las víctimas, la sangre derramada, la guerra y el terrorismo. Los trabajos acá incluidos son parte de un proyecto de investigación titulado "Representaciones literarias de la violencia y el poder. Imaginarios, historia, teorías y lenguas de la violencia", cuyo punto de partida fue el interés por un fenómeno que no cesa y la relación particular, coyuntural o no, de la violencia con la literatura, con los sistemas de representación a los que la literatura ha echado mano para dar cuenta de sus múltiples formas y hallar así distintas lenguas de la violencia. El proyecto comenzó con la lectura y análisis de textos y autores que resultan insoslayables por la apertura de consideraciones y perspectivas teóricas sin las cuales es imposible pensar un fenómeno tan perdurable y actual como la violencia: Hannah Arendt, Giorgio Agamben, Michael Foucault, Walter Benjamín, Frantz Fanon, Friederich Nietzsche, Judith Butler, entre otros, fueron autores centrales porque a partir de ellos se focalizaron las relaciones de tensión, confrontación, lucha y derrota tanto en la guerra como en la cultura, el despotismo y la configuración del estado totalitario, las subjetividades condenadas por la violencia, el "estado de excepción", la distinción entre la violencia mítica, 7 Filología, XLII (201 O) 7-11 violencia estatal, violencia popular y su diferenciación y/o coincidencia con la violencia proletaria. En este amplio campo teórico, la literatura constituye un espacio privilegiado donde pueden analizarse diferentes aspectos: la violencia sobre los cuerpos, bajo las formas del castigo, la tortura o el encien-o; el poder disciplinario o las matrices disciplinarias capilarizadas en la sociedad; las lenguas de la violencia y la memoria de la violencia, el dolor y la muerte. El arte en general -y la literatura en particular- opera el uso de la muerte o mejor, de lo muerto, incluso articula su abuso para alguna causa. En algunos casos, consuma una leyenda o consolida un mito; en otros, despeja el camino aplanando la fuerza rebelde para desarmar líderes. Una alternativa para poder analizar las relaciones entre literatura y violencia son los géneros literarios en donde la muerte o el crimen se constituyen en materia del relato, como en el género policial, pero también en relatos que sin un marco genérico preciso han hecho de la guen-a o los crímenes del Estado la materia del relato. Se partió de una hipótesis inicial: la literatura argentina tiene desde sus textos fundacionales una marcada impronta de violencia: El matadero de Estaban Echeven-ía, "La fiesta del monstruo" de Borges y Bioy Casares hasta muchos textos del presente exhiben una clara relación con la violencia adquiriendo así fuertes implicaciones políticas. Por eso, encarar un proyecto que se centró en el análisis de las representaciones y configuraciones de la violencia en literatura abarcó manifestaciones literarias que despliegan en sus tramas el castigo, la tortura y el dolor; la guen-a, los vencidos y los héroes y, en el camino emprendido, no pudo omitirse la memoria de la violencia, de las experiencias límites, del trauma y el shock; la memoria, pues, como preocupación central de la cultura y de la política de las sociedades occidentales, un giro que caracteriza un tiempo presente obsesionado por el pasado donde la memoria y la musealización son invocadas como un baluarte que defiende del miedo a que las cosas devengan obsoletas y desaparezcan y una memoria, entrelazada inexorablemente con la violencia. Esto llevó a repensar la posibilidad de nan-ar y los límites de lo decible: el hon-or inimaginable, indecible e inepresentable, conceptos que han sido puestos en cuestióny repetidamente discutidos ( como el testimonio) y a analizar textos que dibujan esa extraña, sugestiva y conmovedora coreografía de la violencia. "El arte visual en la literatura: el sick-art en El pasado de Alan Pauls", de María Cristina Ares, comienza por considerar la novela El pasado del escritor argentino Alan Pauls que presenta la figura de 8 ANA MARiA ZuBJETA, Primera parte: presentación un artista plástico, Jeremy Riltse, representante del sick-art (arte enfermo), y su obra, analizando el propósito que tiene el pintor cuando inocula arte en organismos no artísticos, esto es, hace de la fisiología un arte y también un arte de la fisiología. El pasado profundiza en la memoria del dolor: Rímini, su protagonista, lucha por sustraerse del pasado que lo acecha a cada instante y de modo continuo, y es la obra de Riltse, artista venerado por Rímini, la que impide el olvido del cuerpo a través de la repetición, como si la memoria le recordara lo que debe olvidar. El pasado, desde lo decible, despliega heridas en el relato, y el arte visual sólo le restará estetizar las heridas materiales y la violencia que conllevan. El artículo de Osear Blanco, "Victoria Ocampo: simulacros de testimonio", se propone volver a pensar el problema del testimonio ligado a la violencia, que se reactivó a partir de la reflexión sobre los campos de exterminio nazis. Los relatos de los sobrevivientes del genocidio nazi son un punto central de una instancia memorialista y conmemorativa en donde dichos relatos recolocaron la problemática del testigo y el testimonio en un lugar privilegiado, problemática que se despliega en diversos ámbitos: jurídico, filosófico, histórico, religioso y literario. Es así que una serie de perspectivas teóricas han pensado la cuestión del testimonio en la contemporaneidad: para Michael Foucault, la tragedia de Edipo; para Paul Ricoeur, la Biblia y la iconografía cristiana, por un lado, y, por otro lado, el discurso de la Historia; para Gianni Vattimo, un corpus filosófico integrado por Nietzsche y Heidegger; para Jacques Derrida, un poema de Celan. A partir de allí es que pueden localizarse una serie de recurrencias: la problemática teórica del testigo y del testimonio se articula en tomo a la rede:finición de la categoría de sujeto, a la relación entre lo singular y lo absoluto, a una experiencia en el terreno de la interioridad del sujeto y las condiciones de posibilidad de exteriorizarse en relato y, también, a la relación entre el testimonio y la violencia. "De la dictadura a la democracia: ¿han cambiado efectivamente los rostros de la violencia o sólo sus actores? Una respuesta posible desde la narrativa de Álvaro Abós", de Marce la Crespo Buiturón, procura indagar la cuestión del sujeto de la violencia en la narrativa de Álvaro Abós en dos momentos: el primero, en las décadas inmediatas al comienzo de la democracia, y el segundo, en la última década del siglo XX y la primera del siglo XXI, y dos preocupaciones fundamentales: la violencia política y la violencia urbana partiendo de la sospecha de que no son los rostros de la violencia los que cambian, sino solo los actores. Para ello aborda Filología, XL!! (2010) 7-11 dos textos de Abós: el cuento "Se sacará el anillo con la piedra negra" y la novela Kriminal Tango. "Violencia en Benjamín: pensar las ruinas" es un artículo de Marcelo Gómez que se centra en una cuestión teórica y para ello retoma el análisis y la clasificación que realiza Walter Benjamín y, de este modo, se observan los rastros de la violencia mítica y conservadora del capitalismo en la modernidad, el carácter combativo de la violencia divina, las formas no violentas que pueden construir un mundo donde prevalezca la 'vida justa', la 'ceremonia del recuerdo', la labor del crítico literario y el trabajo del traductor. "Eisejuaz de Sara Gallardo: una mirada otra al espacio del blanco" es el título del artículo de Carolina Grenoville, donde se analiza cómo un siglo y medio después de que Esteban Echeverría escribiera La cautiva y El matadero, cuando Sara Gallardo publica Eisejuaz lleva adelante una operación contraria a la de Echeverría: rebasa todos aquellos límites que contribuyeron a delinear la Nación-la razón, la lengua y las fronteras-y lo hace a partir del relato de un recorrido cuyo avance va configurando espacios heterogéneos e híbridos para lo cual Grenoville considera la tensión entre espacios vistos y espacios empíricos en dos momentos de la literatura argentina, en una nueva lectura de lo nacional. "Dilemas éticos entre literatura, memoria e historia", de Adriana Imperatore, trabaja en tomo a los debates teóricos en relación con las formas de inscripción del trauma desde diversas disciplinas y géneros discursivos en los que se cuestionan aspectos éticos y ligados a las diversas posiciones de los sujetos que se traman en los procesos de construcción y transmisión de la memoria a las nuevas generaciones; asimismo, pone en diálogo estas polémicas con algunos textos de la literatura argentina e hispanoamericana de las últimas dos décadas para analizar los alcances y límites de las formas literarias en relación con una representación performativa de la memoria en el presente. Finalmente, en "El entierro de Cortijo o la lógica del pliegue", Alicia Montes lee como crónica posvanguardista El entierro de Cortijo de Edgardo Rodríguez Juliá, un texto que se rige por la lógica del pliegue y se caracteriza por una escritura neobarroca que sin pretensiones de totalidad, y de manera discontinua, narra, a partir de dos puntos de fuga, la figura del cronista y la del cadáver del músico popular. En este sentido, el texto no solo relata el suceso del velatorio y muerte de Cortijo sino también una pluralidad de historias paralelas, públicas y privadas, locales y generales, que se entrecruzan a partir de una estructura laberíntica y 10 ANA MARÍA Zt;sJETA, Primera parte: presentación dan cuenta de la imposibilidad de aprehender desde la conciliación y la síntesis, la identidad del pueblo puerton-iqueño, cuyo lenguaje es puesto en primer plano a manera de joya engarzada en los arabescos de la escritura. 11 EL ARTE VISUAL EN LA LITERATURA: EL SICK-ARTEN EL PASADO DE ALAN PAULS RESUMEN MARÍA CRISTINA ARES UBA ares.mc@hotmail.com La novela El pasado (2003) del escritor argentino Alan Pauls, presenta la figura de un artista plástico, J eremy Riltse, representante del sick-art ( arte enfermo), y su obra. El propósito de este pintor es inocular arte en organismos no artísticos, esto es, hacer de la fisiología un arte y también un arte de la fisiología. El Pasado profundiza en la memoria del dolor, su protagonista: Rímini; lucha por sustraerse del pasado que lo acecha a cada instante y de modo continuo, y es la obra de Riltse, artista venerado por Rímini, la que impide el olvido del cuerpo a través de la repetición, como si la memoria le recordara lo que debe olvidar. El Pasado, desde lo decible, despliega las heridas en el relato, al arte visual le resta como tarea estetizar las heridas materiales que solo pueden percibirse. La paradoja que plantea la novela de Pauls entonces, es que lo perceptible aquí se dice. El dolor se relata, se narra lo padecido en la historia del protagonista y también el dolor de lo que se propone como estetización perceptible. PALABRAS CLAVE:· arte enfermo - cuerpo - color - memoria - museo - pasado Filología XLII (201 O) pp. 13-26 © Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofia y Letras, Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas "Dr. Amado Alonso" ISSN 0071-495 X 13 Filología, xur (2010) 13-26 ABSTRACT El pasado, novel written by Alan Pauls, presents the character of a visual artist named Jeremy Riltse, founder ofthe sick art. This painter aims to inoculate art to non artistic organisms, his purpose is not only convert physiology into art but also make art from physiology. El pasado deepens onthe memory of pain and its main character, Rímini, struggles to avoid bis past which threatens him constantly and continuously. Riltse's production is what prevents the oblivion of the body by the repetition, as if memory would remember what it has to be forgotten. El pasado, displays the wounds of the story and the visual art in the novel has the duty ofmaking aesthetic every injurie that could only be perceived and not read. The paradox of Paul' novel is presented when we assume that what we can perceive, here, it is written. The pain is recounted, it tells us about what it hurts in Rimini's life and also it refers the pain as a visual art. KEv WORDS: sick art - body - pain - memory - museum - past La novela El pasado (2003), del escritor argentino Alan Pauls, presenta la figura de un artista plástico, Jeremy Riltse, representante del sick-art (arte enfermo), y su obra. El propósito de este pintor es inocular arte en organismos no artísticos, esto es, hacer de la fisiología un arte y también un arte de la fisiología. Artistas como Orlan, Hannah Wilke, Max Aguilera-Hellweg, Nicholas Nixon, Group Material, Abraham Cruz Villegas, entre otros, suelen ser considerados representantes del sick-art, pero Jeremy Riltse no está incluido en este grupo porque es un artista creado por la ficción. Pauls produce un aitista y elabora también la producción plástica de este personaje. Las obras de Riltse se abisman en las heridas del cuerpo mismo del artista, que se convie1te así en víctima y verdugo de su propia corporalidad. Sus obras: Herpes, Placa y Afia exponen fragmentos enfermos, deformados o infectados de su propio organismo, intentan poner en escena la herida, éste se constituye en el propósito principal de Riltse como figura fundadora del sick-art en el relato. A la herida de la enfermedad ( clavar con una grapadora sobre una tela una placa soriásica o un borde de su propia lengua con una llaga amarillenta) expuesta como obra de arte se le suma la herida que provoca la misma extirpación con lo que el arte no lo conduce a la cura sino a la mutación de la enfermedad y así, la herida perdura y el dolor se instala. El arte enfermo se plantea como correlato en el pasado del protagonista que se ha enquistado en su cuerpo fijando una memoria que no cesa de doler. 14 MARÍA CRJSTINA ARES, El arte visual en la literatura: el sick-art en El pasado ... EL MUSEO DE LA MEMORIA El arte, en tanto sistema de representaciones, ha conseguido fijar la memoria de la especie al cumplir con una función de transmisión ideológica pero también con la construcción de un aparato visual a través de la imagen pictórica. La memoria refiere una persistencia pero también una realidad a la vez intacta y continua, para Aristóteles por ejemplo, la memoria es una colección de imágenes con el agregado de una referencia al tiempo. Actualmente, nos encontramos rodeados de imágenes que tienen por función atraer algo a la memoria, tal es el caso de los cementerios cuyas lápidas nos evocan personas que ya no están entre nosotros; los monumentos, que nos recuerdan acontecimientos o personajes del pasado y los conectan a nuestro presente. Cabe aclarar, sin embargo, que la memoria no solo se conecta con el pasado, también está en relación con la identidad y con la propia persistencia en el futuro. La memoria siempre implica una participación con el pasado de carácter emotivo, de allí que sea fragmentaria, vaga, incompleta y tendenciosa, por esta razón no debe confundirse con la historia que asume una tarea interpretativa del pasado para lo cual le es imprescindible una toma de distancia critica de los sucesos ocurridos, aunque de hecho entre ambas se establezca una dialéctica y se den mutuos intentos de integración. La función de las imágenes en la tarea de fijar la memoria ha sido muy amplia: el arte de la memoria, la mnemotecnia, fue considerado el hábito de mantener quietas las imágenes, se trataba de técnicas que se fundaban en la capacidad de pensar con imágenes, de percibir eidéticamente, de "ver". Petrarca subrayaba la persistencia de las cosas vistas en detrimento de las oídas, es que la vista tradicionalmente, siempre fue el más privilegiado de los sentidos: para Platón, los ojos son las ventanas del alma; y Cicerón lo considera un sentido predilecto pues lo piensa conectado con las capacidades retentivas de la memoria. 1 En la modernidad, se instala la competencia entre la palabra y la imagen en la constitución de la memoria, y se plantea el problema de la representabilidad total, se instala la pregunta acerca de la posibilidad de Paolo Rossi señala que las imágenes visuales en Secretum de Petrarca muestran la "agudeza" de la vista imaginativa y que por ejemplo, la palabra "muerte" llega a los oídos lúgubremente, y que en cambio, la ablución de los cuerpos de los difuntos cuando son preparados para la sepultura tiene por fin exhortar para siempre la memoria de los supervivientes (Rossi 2003: 74). 15 Filologia, XLII (201 O) 13-26 representarlo todo, si la representación presenta un límite y si hay algo que se resista a ser representado a través de la palabra o de la imagen, o bien, si hay un resto indecible, algo que se resista a ser representado y que permanezca fuera del orden simbólico. La producción de Jeremy Riltse, el artista plástico construido por la ficción de Alan Pauls, se sitúa en ese límite, pues trabaja con el dolor del cuerpo, se sitúa en el borde de lo insoportable, no solo por lo irrepresentable que posee el dolor corporal, el de la enfermedad, sino también por lo feo de lo representado, lo desagradable; es así que su obra instala una enorme distancia con la belleza tradicionalmente asociada a las "bellas artes". El pasado se inicia con la palabra y con la imagen: con una carta personal de Sofía a Rímini inserta en el relato y con una foto, mediada por la palabra, de un cuadro de Jeremy Riltse junto a una suerte de memorial del artista en un museo de Londres. En el mismo museo en que años atrás habían admirado de cerca Spectre s Portrait, no la mejor pero sí la única obra del artista en exhibición. Es la obra de Riltse la que los sume en un silencio devoto y frente a ella los envuelve un halo de comunión, una pintura oscura de polémico ánimo expresionista que pide auxilio y espanta. Las imágenes, tanto la fotografia como la pintura, tejen la historia amorosa de los protagonistas, los anclan en el pasado pues es lo que los ha unido en la pasión y la devoción pero también son las que los condenan en el presente, son las que no les permiten el olvido ni tampoco la posibilidad de un futuro. Para Rímini, la colección de fotos que Sofia conserva de la vida pasada y compartida, constituye el pasado mismo que hay que tomar o abandonar en bloque. De allí que el propósito de repartirlas luego de la separación y decidir quién se queda con cuál, a Rímini le resulte una tarea tormentosa. Sofia, como poseedora del pasado las conserva y le reclama a Rímini que comparta la dolorosa tarea de revisar los fragmentos de pasado eternizados en cada imagen. La memoria es interacción o contraste entre la supresión y la conservación, por este motivo, no debe entenderse como opuesta al olvido porque la memoria es una selección y por tanto algunos de los sucesos o individuos serán conservados pero otros no. Sofía encarna la conservación y Rímini, el olvido,juntos representan las fuerzas en pugna que constituyen la memoria. Se trata de una lucha pues lo que se pone en juego es la selección de qué elementos conservar y cuáles abandonar o suprimir. El reestablecimiento total del pasado no es posible pues conservar es elegir, de allí el título de la novela, pues referir el pasado es instalar el debate o la paradoja entre el giro hacia la memoria y la 16 MARiA CrusnNA ARES, El arte visual en la literatura: el sick-art en El pasado ... amnesia o la necesidad de olvidar". La fuerza de la supresión encarnada en Rímini,distingue el cuerpo del alma o del pensamiento al declarar que es el cuerpo el que tiene la voluntad del olvido, es el cuerpo el que se niega a aceptar su propia historia, por esta razón expresa el deseo de despedazar o de extirpar como si fuera un cirujano toda su adolescencia. Sofía en cambio, declara Rímini, se apega a todo lo que tenga una historia, durante todo el relato ejerce la función acumulativa, no solo atesora las fotografías de ambos sino también los distintos objetos de uso cotidiano alguna vez compartidos: el mismo edredón; la pantalla de falso pergamino; los posavasos de corcho; la radio a válvula, entre otras. De allí la sensación de Rímini luego de la reconciliación con Sofía, hacia el final del relato, de estar ingresando a un museo y no a una casa, no siente que retorna a un amor, ni siquiera al pasado, sino a un museo del cual él era solo una pieza, un espacio preservado a la espera de su vuelta, el retorno en definitiva de la posibilidad de olvidar; entre la conservación de Sofía y el olvido de Rímini se presenta la ocasión efímera de construir la memoria3. Fugaz, porque al poco tiempo de reunirse se desangran mutuamente, la lucha de contrarios conservación y supresión no concluye en la construcción de una memoria sino en la anulación de toda posibilidad de memoria, un planteo, el de Pauls, muy poco entusiasta considerando que se trata de uno de los representantes de la nueva narrativa argentina de la generación postdictadura. Sin embargo, sí logra desplegar la dificultad de construir una memoria a partir del consenso, alejada de la amnesia y de la falsificación o de la alucinación que, en definitiva, nos son más que dos formas del 2 Declara Rímini: "No, no volvía a una casa, ni al amor de una mujer, ni siquiera a un pasado -porque la casa, y el amor de una mujer y hasta el pasado nunca son del todo inmunes a la acción del tiempo. Volvía a un museo: el museo en el que había nacido, que lo había fonnado, del que había sido robado y que, a lo largo de los años, no solo se había negado a llenar su lugar con otra pieza sino que lo había preservado así, vacío, contra todo, como se preserva el sitio donde ocurrió un milagro, con la esperanza, la certidumbre, más bien, de que tarde o temprano él, Rímini, volvería a ocuparlo, y el milagro se produciría otra vez" (Pauls 2003: 513). 3 Luego de la inundación Sofía le recrimina a Rímini: '"Sos vos el que tiene Alzheimer, no yo. Yo me acuerdo de todo.' 'Ya sé y nunca entendí cómo hacés para no cansarte.' 'Quién te dijo. A veces no doy más. Por ejemplo, cuando me doy cuenta de que soy la única. De que a mi alrededor todo el mundo se da el lujo de olvidar porque saben que estoy yo. Los tranquilizo: saben que si estoy yo las cosas no se pierden. Soy una especie de archivo biológico.'" (Pauls 2003: 308). 17 Filología, XLII (201 O) 13-26 olvido. El problema de la elaboración de consenso que se plantea entre Sofía y Rímini se basa en que una rememoración debe ser capaz de cierto olvido y a la vez de cierto compromiso con las tareas del presente pero es justamente allí donde fracasan, porque el dolor se acumula en cada uno, entonces es el padecimiento lo que los une y les impide olvidar pero también aquello que los liga y los apasiona. En la figura del artista plástico Riltse se resume esa condena: la acumulación del dolor, el daño que provoca el recuerdo y las huellas que deja grabadas en el cuerpo. LA COLECCIÓN DEL DOLOR Las imágenes, tanto las fotografias que Sofia conserva como la producción plástica de Riltse, encarnan la memoria y el dolor. Rímini que sufre en el cuerpo el dolor del pasado, no puede siquiera acercarse a las fotos, consideradas por Sofia como "Esa colección de retratos de muertos con la que me condenaste a vivir desde que nos separamos" (Pauls, 2003: 308), el deseo de arrancarse del cuerpo la propia historia, que es la que duele, se espeja con la producción de arte enfermo (sick art) que Riltse produce. Actualmente, cada vez más artistas convierten su propio cuerpo en arte; fotografías, videos, performances y pinturas están operando como espejos, a veces deformantes, del productor que los idea. El cuerpo del artista convertido en obra de arte casi nunca tiene el propósito de exhibir su belleza o armonía, en general se lo exhibe distorsionado, transformado, en proceso de transformación, enfermo, o mutilado. La construcción de Jeremy Riltse en el relato se ubica en la línea del sick-art con representantes como: Nazareth Pacheco quien habiendo nacido con una malformación genética, debió someterse a dieciséis cirugías reparadoras de las cuales conservó fotos, radiografías, recetas, jeringas, informes médicos, pernos metálicos, etc. A partir de estos fragmentos o testimonios de su transformación corporal, Pacheco presenta su obra en cajas de madera cerradas con vidrio donde expone sus huesos, cartílagos o carne; o por ejemplo, un molde dental, un diente, una foto y plomo.4 Otra figura del arte enfermo es Abraham Cruzvillegas, 4 I vo Mesquita analiza la obra de N azareth Pacheco (1961) y señala que: "El efecto general de estos trabajos es el de fragmentos de una historia petrificada, pero que no es mórbida ni apela a la compasión. [ ... ] La 'fisicalidad' de estos fragmentos ordenados no transmite nada más allá de su propia historia personal y no infonna nada 18 MARÍA CRJSTINA ARES, El arte visual en la literatura: el sick-art en El pasado ... entre sus obras se encuentran óleos, fotografías e instalaciones tales como: Peritonitis (1991), Micosis (1992) y Arritmia (1992) además de sus varias instalaciones basadas en bastones, muletas y ortopedia en general. Estos junto con otros artistas más promocionados como Orlan, Hannah Wilke o Danny Tisdale, se agrupan en torno a esta nueva tendencia del arte que pone su atención en el cuerpo, su deformidad o sus diversas mutaciones. Jeremy Riltse, la creación literaria de Pauls, presentado como el creador del sick-art, tiene el propósito de donar arte a la enfennedad y no enfermedad al arte. Su proceso de producción opera como el revés de la homeopatía: de afuera hacia adentro, por esto las primeras obras son epidérmicas como Placa, Herpes o Afta para evolucionar hacia Hígado, Próstata y Recto que ya requieren intervenciones quirúrgicas y anestesistas dispuestos a colaborar en su concreción. Se trata de extraer muestras de tejido o de órganos para luego exponerlos junto con el cutter que se usó para conseguir la muestra, el frasco de sedante utilizado para soportar la maniobra y un trozo de manga de sweater con el que intentó impedir la hemorragia, no es más que una colección de elementos yuxtapuestos conformando el universo que constituye la experiencia Herpes, muy cercano al trabajo que presenta la citada Nazareth Pacheco. Sin embargo, Riltse declara su deseo de no ser consagrado como el representante más cabal del sick-art sino como su principal víctima. Es que Riltse probó ser víctima y verdugo al mismo tiempo, se considera artista porque fue él quien concibió la idea, es él quien la ejecuta y es su cuerpo el material con el que se concreta. En ese recorrido hacia las profundidades del organismo pretende dar con una nueva e inexplorada expenencia. El cuerpo humano ha sido tradicionalmente definido como la materia orgánica que constituye al hombre y que por poseer propiedades sensibles causa impresiones y estímulos. El interés por el cuerpo en tanto cuerpo propio es muy reciente, es una preocupación contemporánea porque en el pasado el cuerpo ha sido siempre pensado en función de la dicotomía "cuerpo-alma"; "cuerpo-espíritu"; o bien, "cuerpo-psique". La idea de que el alma se encuentra prisionera de los apetitos de un cuerpo o de que el cuerpo humano es el sepulcro del alma es propia de la Antigüedad, lo que refleja la distinción dominante entre una esfera de más allá de la materialidad de su propio cuerpo" (Mesquita I 994: 48). 19 Filología, XUI(2010) 13-26 la realidad de tipo sensible, y otra de tipo inteligible. Desde luego que en todas estas consideraciones de tradición platónica y neoplatónica, incluido el cristianismo, lo valorado es la instancia espiritual e inteligible pues es considerada el ámbito de la verdad, de lo real, a la cual solo accede la razón o la inteligencia mientras que el desprestigiado ámbito sensible o corporal, ligado a los instintos, pasiones y apetitos del cuerpo se asocian al engaño, a la falsedad y a la ignorancia. Estas nociones se mantienen, en líneas generales, durante la época moderna, del siglo XVII al XIX, un aporte importante es el que realiza Descartes al incorporar la distinción entre sustancia o res extensa -cosa extensa- y, la sustancia, res cogitans -cosa pensante-, por lo que la extensión constituye la esencia del cuerpo, el cuerpo es materia y posee las propiedades de la materia. Entre los contemporáneos; es Merleau-Ponty quien expone una fenomenología del cuerpo e intenta resolver los problemas que generó la separación entre cuerpo y alma planteada por los antiguos y los modernos. Este autor plantea la imposibilidad de establecer tal dualidad, por el contrario, afirma la unidad entre alma y cuerpo confirmada a cada instante en el movimiento de la existencia. La existencia en tanto comienza a ser pensada como "ser-en-el-mundo" con Martín Heidegger deja atrás las dualidades. Sin embargo, lo novedoso no es que el cuerpo o la corporalidad en general sea tematizada o representada por el arte, sino que se presente asociado al dolor, a la enfermedad y a la muerte. Estetizar la enfermedad del cuerpo puede estar acompañado de una voluntad de testimoniar, tal es el caso de Nan Goldin, Group Material,5 Luis Cruz Azaceta y Mark Leslie entre otros, artistas que documentan de qué modo el sida ha destrozado vidas. La diferencia con Jeremy Riltse es que él no es víctima de una enfermedad sino que provoca la herida, y por tanto el dolor, para realizar el hecho artístico, pero la misma incisión en alguna parte de su cuerpo que luego será estetizada le produce una infección y una nueva enfermedad que será nuevamente estetizada. Se presenta así un círculo entre arte y enfermedad: un arte enfermo que provoca enfermedad para transformarlo en arte. 5 Group Material es un colectivo de artistas integrado por Doug Ashford, Julie Ault, Félix Gonzalez-TotTes y Karen Ramspacher, quienes combinan fotografía documental, imágenes y texto. 20 MARÍA CRJSTl!sA ARES, El arte visual en la literatura: el sick-art en El pasado ... Oculto y desestimado para el pensamiento occidental, el cuerpo solo resultaba visible y admirado en su juventud y belleza lo que contrasta con el interés expositivo del sick art que conjuga cuerpo, dolor, enfermedad y fealdad. Friedrich Nietzsche polemiza con la idea cartesiana de sustancia del alma y trabaja con conceptos como instintos y enmascaramiento de instintos considerando que el hombre es siempre bestia, o hacia adentro -en el caso de la conciencia moral-, o hacia fuera -en el automartirio--. La crueldad es un instinto básico del hombre, es parte de su esencia y se manifiesta en el placer de hacer sufrir y en el placer de ver el sufrimiento. La posibilidad de hacerse una memoria se encuentra estrechamente ligada al dolor, porque el dolor es el instrumento mnemotécnico más eficaz. Nietzsche afirma que: "[ ... ] solo lo que no deja de doler se queda en la memoria", la necesidad de martirio y de sangre se justifica en la necesidad del hombre de hacerse una memoria.6 El arte enfermo, en especial el caso literario de Jeremy Riltse, podría pensarse en este sentido y así alejar posibles interpretaciones psicológicas que lo asocien a trastornos mentales como el sadismo, el masoquismo o la perversidad, que no harían más que reducir la obra al carácter enfermo de la psique del artista y nada aportarían al carácter de su producción. Cabe considerar si el arte enfermo este tiza una forma de autotortura en algunos casos y en ese sentido una forma de transformarse el hombre en pura carne; la creencia de que estamos bien mientras no sentimos nuestro cuerpo evidencia que el dolor del cuerpo martirizado lo vuelve tan presente que transforma todo el ser en puro cuerpo. El dolor, teoriza Jean Améry, "es la máxima exaltación imaginable de nuestra corporalidad" inmediatamente asociado a la muerte y a su indecibilidad por la imposibilidad de comunicarlo verbalmente. 7 El dolor se encuentra asociado a la emoción, Aristóteles afirmaba que la emoción es toda afección del alma acompañada de placer o de dolor, y en este sentido tanto el placer como el dolor operan como una advertencia del valor que 6 Friedrich Nietzsche señala que es el horror el que produce solemnidad y seriedad en los pueblos, es la memoria de ese horror la que permite entrar en razón y constituir la conciencia, es decir, el poder responder de uno mismo (Nietzsche 2000: 99-102). 7 JeanAmery propone la ecuación cuerpo-dolor-muerte bajo la hipótesis de que la tortura, bajo la cual la víctima se transforma en cuerpo, anula la contradicción de la muerte y le permite al torturado vivir su propio cese (Amery 2001: 98). 21 Filologia, XLII (2010) 13-26 tiene para la vida la situación a la que se refiere la afección misma. 8 Lo doloroso es lo que aleja violentamente de los deseos de cualquier ser vivo, de allí que se encuentre asociado al miedo, considerado él mismo un dolor. Estos términos, en la historia de las ideas, se encuentran asociados a la fealdad, Karl Rosenkranz considera que el mal al hacerse habitual causa la fealdad, pero no se refiere a todos los padecimientos solo asocia a lo feo a aquellos que tienen como consecuencia la deformación del esqueleto, de los huesos o de los músculos, en cambio considera que la tisis o los estados febriles dan una apariencia etérea muy cercana a la belleza.9 Esta posición parte del supuesto de que la fealdad no reside en el concepto de hombre, puesto que el hombre se asocia a la libertad y a la razón que encuentran su realización exterior en la simetría de la fonna, en la posición erecta y en la armonía de sus extremidades. Muy lejos de estas posiciones se ubican las actuales manifestaciones artísticas que hace ya un tiempo exponen la desnudez del cuerpo, sus imperfecciones y dolencias pues ya no intentan subsumir el sufrimiento a una instancia positiva y superior porque de ningún modo la consideran un momento de negatividad a ser superado o justificado. LA LITERATURA ENFERMA Wasabi, publicada dos años después, retoma el tópico de la enfermedad, el arte visual, la memoria y la musealización de objetos no tradicionales. La preocupación de un escritor por un quiste sebáceo en la base derecha de su nuca inicia el relato en el marco de la consulta a una médica homeópata. La situación permite desplegar las características de tal deformidad, que según se describe, antes era suave pero luego habría comenzado a tomarse áspera y escamosa. La aflicción del protagonista se centra no tanto en el tamaiio del quiste sino en el cambio de su textura. Conforme avanza la novela, dos procesos paralelos se van desarrollando, por un lado, el espolón va aumentando sus dimensiones hasta transformar al protagonista en un jorobado; y, por el otro, el dolor y la conciencia del propio cuerpo 8 Aristóteles, Ética a Nicómaco, II, 4, 1105b 21. 9 Karl Rosenkranz analiza lo feo en tanto concepto relacional, en tanto momento de negatividad de lo bello, por tanto no tiene existencia en sí y por sí. Lo feo considerado privación, es lo bello negativo, lo falto de fonna, la inconección o la defonnidad que provoca desagrado (Rosenkranz 1992: 74 -79). 22 MARÍA CrusnKA ARES, El arte visual en la literatura: el sick-art en El pasado ... se van atenuando hasta desparecer por completo. Lo inquietante reside en el hecho de que crece en forma desmesurada y como no se acierta con un diagnóstico preciso, la deformidad resultamisteriosa. El quiste se asocia metafóricamente al cáncer, aunque bien sabemos que no de modo absoluto, sin embargo colabora que así lo supongamos el hecho de que crece en forma desmedida, y el cáncer es una enfermedad de crecimiento constante y en el peor de los casos incesante y letal. En ningún momento se nos informa el carácter cancerígeno del quiste; sin embargo, el relato nos induce a la sospecha porque no hace más que delinear esa enfe1medad sin nombrarla. Como señala Susan Sontag (2003: 21 ), el cáncer es una enfermedad del espacio, no del tiempo, porque sus metáforas principales se refieren a la topografía, se trata de un mal que "se extiende", "prolifera", se "difunde", tal como el quiste en Wasabi que continúa su crecimiento. 10 El desafío de la novela, es estetizar un quiste en el cuerpo del protagonista lo que provoca la aprensión de casi todos los personajes; solo tres personajes se relacionan con su deformidad sin temor: su mujer, Tellas, que se enternece por el quiste y lo nombra como "mi percherito"; el Chino, que lo admira como si se tratara de un hallazgo artístico; y la prostituta que siente por el espolón una atracción erótica irrefrenable. La degeneración gradual del cuerpo del protagonista se ve imbricada con el plan de asesinar a Pierre Klossowski, personaje que se identifica claramente con el escritor y pintor francés muerto en 2001. Que el protagonista, un escritor, desee y planee matar a un pintor se plasma en la convicción que la novela plantea de que un arte siempre se burla de otro arte, que un arte siempre suele pensar en otro arte. La figura de Klossowski provoca la asociación artística entre el escritor y el ilustrador y a la vez su conflicto, él es quien se ha despedido de la literatura y como consecuencia sus cuadros palidecen. Cansado de la literatura se encuentra ahora abocado a la pintura como si se tratara de un remedio contra alguna enfermedad. El relato plantea la oposición entre el escritor y el ilustrador como si entre esas dos formas de comunicación hubiera un malentendido agudizado por el hecho de que no se trata de la pintura corno expresión autónoma sino que se plantea como subsidiaria de la palabra. El protagonista pretende una ilustración de Klossowski para la cubierta de la traducción de su novela, el arte visual así planteado, al servicio 10 El protagonista de Wasabi se refiere a su quiste como:"[ ... ] una saliente ósea, como la hoja irregular de uno de esos puñales hechos con un fémur tallado" (Pauls 2008: 46). 23 Filología, XLII (2010) 13-26 de la literatura revela un cuadro de imposibilidades. El protagonista no puede escribir pero escribe y entretanto se enferma de modo progresivo, Klos'sowski cansado de escribir, ahora pinta para curarse de ese mal. El tormento del cuerpo propio y su progresiva deformidad permite pensar en la tortura de no lograr conformar un cuerpo textual, y la imagen como posible reemplazante de la palabra se presenta siempre al acecho y dispuesta a ocupar el lugar vacante. Asesinar a Klossowski es eliminar la posibilidad de que gobierne la imagen disolviendo la palabra, la literatura deformada y enferma en el cuerpo del escritor exhibe el lugar de la resistencia de la palabra. CONSIDERACIONES FINALES El pasado profundiza en la memoria del dolor, su protagonista: Rímini; lucha por sustraerse del pasado que lo acecha a cada instante y de modo continuo, y es la obra de Riltse, artista venerado por Rímini, la que impide el olvido del cuerpo a través de la repetición ( como si la memoria le recordara lo que debe olvidar). El dolor corporal es rescatado y eternizado por el sick-art al congelarlo en la obra para el recuerdo y por estetizar distintos fragmentos del propio cuerpo. De este modo, consigue perdurar la herida para la propia vivencia del artista que no dejará de volver a estetizarla hiriéndose una y otra vez, en un ciclo que parece no cesar del mismo modo que a Rímini, el recuerdo de las vivencias pasadas lo lastiman y le impiden el olvido. La memoria de lo alguna vez vivido se une en esta novela a la memoria de lo padecido, como si se plantearan las heridas del alma frente a las lesiones del cuerpo. Si el lenguaje verbal no alcanza a dar cuenta de la naturaleza del dolor del cuerpo quizás sí el lenguaje visual permita transmitirlo y es allí donde la literatura ha debido recurrir a la plástica para dar cuenta de aquello imposible de representar en el orden simbólico. Si Pauls recurre al arte visual relatado para dar cuenta de sensaciones imposibles de representar a través del lenguaje verbal, entonces habrá que estudiar con atención qué recursos articula Héctor Babenco en su versión cinematográfica de El pasado para transmitir esta problemática o bien para hacerla desaparecer como conflicto. El pasado, desde lo decible, despliega las heridas en el relato; al arte visual le resta como tarea estetizar las heridas materiales que solo pueden percibirse. La paradoja que plantea la novela de Pauls, entonces, 24 MARiA CRISTINA ARES, El arte visual en la literatura: el síck-art en El pasado ... es que lo perceptible aquí se dice. El dolor se relata, se naITa lo padecido en la historia del protagonista y también el dolor de lo que se propone como estetización perceptible, El cuerpo, como soporte material, resulta decible y adquiere un protagonismo que la historia de las ideas pocas veces consideró, pues el pensamiento occidental espiritualizó el cuerpo (pathos) situándolo siempre en un orden inferior, sucio y hediondo respecto del alma o sustancia espiritual, siempre superior, que tuvo por tarea gobernar las pasiones y los instintos. Lo que el relato de Pauls plantea es la paradoja de la imagen, en tanto hecho estético, del dolor y por tanto displacentera ahora relatada, dicha, en una suerte de arte visual literario. Si la imagen pictórica ha servido, históricamente, como memoria de la especie en tanto sistema de representaciones, lo que aquí se problematiza es la competencia entre la palabra y la imagen en la constitución de la memoria y en particular en el cumplimiento de la tarea del arte, perceptible o decible, de mostrar aquello que no puede ser dicho, es decir, de representar lo iITepresentable. Bien señala Eduardo Gtiiner, que los objetos actuales de compra-venta son fundamentalmente las imágenes pues son las que se colocan en el lugar de los objetos para re-presentarlos. 11 El arte, las imágenes, la fotografia, las colecciones y los museos se presentan en este relato enhebrando no solo la relación amorosa entre los protagonistas sino también entre la palabra, la literatura, las diferentes lenguas y la posibilidad de su traducción. Un relato que pone en escena la lucha que se da en el interior mismo del arte: la pugna entre las representaciones del mundo y del sujeto contra las representaciones de la imagen y la palabra. Pues bien, en esta novela el arte visual adquiere tal relevancia que resulta ser el nudo de la memoria que une, dolorosamente, a los protagonistas. BIBLIOGRAFÍA CITADA AMÉRY, J., 2001. Más allá de la culpa y la expiación. Tentativas de superación de una víctima de la violencia, Valencia, Pre-textos. 11 Eduardo Grüner advierte que una de las consecuencias del sueño massmediático de la transparencia absoluta y la comunicabilidad total es la disolución entre realidad y ficción. Esta engañosa transparencia supone que todo es representable, que no habría diferencia entre lo decible y lo indecible (Grüner 2001: 37-39). 25 Filologia, XLII (201 O) 13-26 Dm1-HUBERMAN, G., 2004. Imágenes pese a todo, Barcelona, Paidós. EAGLETON, T., 2006. La estética como ideología, Madrid, Trotta. FosTER, H., 2001. 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FECHA DE RECEPCIÓN: 10/2/201 Ü FECHA DE ACEPTACIÓN: 6/7/2010 26 VICTORIA OCAMPO: SIMULACROS DE TESTIMONIO RESUMEN ÜSCAR BLANCO UBA oscarblancoü 6@gmail.com El testimonio como problema y los discursos sobre el testimonio se reactivan a partir de la reflexión sobre la cuestión de los campos de exterminio nazis en la segunda guerra mundial, en una tensión entre la memoria y el olvido. Los relatos de los sobrevivientes del genocidio nazi son un punto central en una instancia memorialista y conmemorativa en donde dichos relatos recolocaron la problemática del testigo y el testimonio en un lugar privilegiado por su visibilidad. Es así que una serie de perspectivas teóricas han pensado la cuestión del testimonio en la contemporaneidad a partir de focalizar distintos corpus y objetos de estudio que se les presentan como lugares privilegiados de emergencia de la problemática en cuestión. Por ejemplo: para Michael Foucault, la tragedia de Edipo; para Paul Ricoeur, la Biblia y la iconografía cristiana, por un lado, y por otro lado, el discurso de la Historia; para Gianni Vattimo, un corpus filosófico integrado por Nietzsche y Heidegger; para Jacques Derrida, un poema de Celan. La propuesta del presente trabajo es retomar la cuestión del testimonio a partir de las inflexiones teóricas propuestas más arriba y en relación con el genocidio nazi, pero focalizando una instancia testimonial producida al respecto en nuestro medio: la de Victoria Ocampo; dicha instancia testimonial crispa la cuestión del testimonio, lo tensiona y problematiza. Los dos textos elegidos para este trabajo son: "El caso de Drieu La Rochelle" e "Impresiones de Nüremberg". Filología XLI (2009) pp. 27-49 © Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas "Dr. Amado Alonso" ISSN 0071-495 X 27 Filología, XLII (2010) 27-49 PALABRAS CLAVE: testimonio- testigo-violencia- literatura- subjetividad- simulacro ABSTRÁCT Testirnony as an issue and discourses on testirnony have become reactivated as a result ofreflection on the matter ofthe Nazi extermination carnps in the Second World War, with the tension between rnemory and oblivion. The tales of survivors ofthe Nazi genocide are a focal point on a memorialist, commemorative plane in which such tales have restored high visibility to the problematic of the witness and testimony. Thus, severa! theoretical viewpoints have approached the issue oftestimony in contemporary times by focusing on various corpora and objects of study deerned as majar instances in which this problematic has emerged. For example, for Michel Foucault, the tragedy of Oedipus; for Paul Ricoeur, the Bible and Christian iconogTaphy on the one hand, and, separately, the discourse of History; for Gianni Vattimo, a philosophical corpus comprising Nietzsche and Heidegger; for Jacques Derrida, a poem by Celan. The proposed purpose of this paper is to resume consideration of testimony on the basis of the theoretical inflections mentioned above and with regard to the Nazi genocide, while focusing on a relevant testimonial instance produced locally-that ofVictoria Ocampo; a testimonial instance that exasperates the issue of testimony, tensioning and problematizing it. The two texts selected for this work are "The Case ofDrieu La Rochelle" and "Impressions ofNuremberg". KEY woRns: witness - violence - literature - subjectivity - simulation El testimonio como problema y los discursos sobre el testimonio se reactivan a partir de la reflexión sobre la cuestión de los campos de exterminio nazis en la segunda guerra mundial, en una tensión entre la memoria y el olvido. Más allá de las disputas en tomo a su denominación -cuestión de la que pese a su pertinencia no puedo ocuparme aquí-, lo que se dio en llamar holocausto judío, Shoa o Auschwitz se constituyó en emblema de todo exterminio sistemático de personas, perpetrado por razones políticas, religiosas, étnicas, etc., de los cuales el siglo XX presenta una larga serie, y fácilmente puede observarse su continuación en el naciente siglo XXI, por lo que es pertinente afirmar que el término holocausto es el que coloca en el centro nuevamente la problemática del testimonio. Los relatos de los sobrevivientes del genocidio nazi son un punto central en una instancia memorialista y conmemorativa, que por diversas razones -entre las cuales habría que resaltar aquellas que tienen que 28 OscAR BLANCO, Victoria Oeampo: simulacros de testimonio ver con un orden político mundial, resguardado por Estados Unidos en un nivel planetario, y por aquel y por el Estado de Israel en Medio Oriente- tuvo un desaffollo expansivo en la finalización del siglo XX y en el comienzo del XXI. Dichos relatos recolocaron la problemática del testigo y el testimonio en un lugar privilegiado por su visibilidad. Problemática que se despliega en diversos ámbitos, abarcando desde el campo de lo jurídico hasta lo filosófico, pasando por lo histórico, lo religioso y lo literario. Es así que una serie de perspectivas teóricas han pensado la cuestión del testimonio en la contemporaneidad a partir de focalizar distintos corpus y objetos de estudio que se les presentan como lugares privilegiados de emergencia de la problemática en cuestión. Por ejemplo: para Michael F oucault, la tragedia de Edipo; para Paul Ricoeur, la Biblia y la iconografia cristiana, por un lado, y por otro lado, el discurso de la Historia; para Gianni Vattimo, un corpus filosófico integrado por Nietzsche y Heidegger; para Jacques Derrida, un poema de Celan., Más allá de sus evidentes diferencias en la perspectiva y el tratamiento adoptados pueden localizarse una serie de recurrencias: la problemática teórica del testigo y del testimonio se articula en tomo a la recolocación de la categoría de sujeto, a la relación entre lo singular y lo absoluto ( o lo particular y lo universal-general), a una experiencia en el terreno de la interioridad del sujeto y las condiciones de posibilidad de exteriorizarse en relato, al problema del saber, a la forma de constituir y construir la verdad, a la cuestión de la interpretación, a las relaciones con el poder1 y a la reactualización, en una instancia transformadora, de la hermenéutica. Si, por un lado, el testimonio es un discurso retrospectivo sobre lo que se ha visto, mirada empírica y cotidiana de un hombre, experiencia, y este haber visto se constituye en saber, un saber de la propia experiencia, y el testigo es, entonces, aquel que es capaz de ver y saber; por otro lado, el problema es los términos que ponen en relación esa experiencia2• El testimonio se constituye en la relación singular e individual que un sujeto tiene con lo absoluto. El testimonio resulta, de esta manera, una experiencia interior constitutiva, singular e histórica que un sujeto tiene con lo absoluto, en tanto generalidad externa inabarcable, y que -hace pública; es decir el testimonio es la expresión de esa relación, lo que Cfr. Foucault ( 1986). 2 Cfr. Vattimo.{l9&5). 29 Filología, XLII (2010) 27-49 permite su comunicación al hacerse palabra, relato. Quizás en la parábola "Hay apostado un centinela ante la Ley", que Franz Kafka relata en El proceso,3 esté desplegada, en clave alegórica, la relación que se ve como fundante del testimonio: Un hombre estáante las puertas de la ley (un particular, un individuo ante un absoluto, un universal), su paso le es impedido por un guardián de la ley, quien, después de muchos años, le refiere al hombre, ya moribundo, que su misión terminará y esa puerta quedará clausurada para siempre no bien termine de expirar, porque esa puerta sólo le estaba destinada a él. El testimonio se conforma, entonces, a partir de una relación fundadora de una experiencia (particular y singular) con lo absoluto. Pero es una experiencia que se constituye en un acto puramente interior del yo, que establece una relación fundadora, en su interioridad, con un absoluto, con un Otro que lo trasciende, que lo excede, pero que, sin embargo, lo constituye, se intemaliza en el individuo al tiempo que lo construye como sujeto. Esta experiencia con una absoluta alteridad produce un quiebre, una ruptura, que es, al mismo tiempo, origen y fundación. El "yo", el sujeto, ya no será el mismo después de esa experiencia. El testimonio exterioriza esa experiencia original de la interioridad, la hace pública al permitir contarla. Una experiencia interior que confiere un saber y el testimonio lo actualiza, lo hace público, lo confronta al publicitado y hacerlo discurso: un relato retrospectivo de esa experiencia interior con lo absoluto, basado en la memoria y en la articulación del recuerdo en tanto narración (Barona y Blanco, 1999). Habría que señalar, también, el aspecto judicial del testimonio: Es dentro de una perspectiva de contienda y acusación de y sobre lo absoluto que cobra sentido el testimonio. El testigo testimonia a favor o en contra de alguien o de algo que lo excede. Es decir que el testimonio, procede de.lo Otro (la propia experiencia interior constitutiva), y es testimonio de lo Otro, acusándolo o defendiéndolo. El testimonio al hacerse público provoca la confrontación y el cuestionamiento del Otro, del absoluto4. Si se sigue el sentido etimológico, testigo es el tercero ("tertium"), el que no ha muerto pero ha visto, ha oído y tal vez sufrido, y testimonio está vinculado a la palabra latina "testamentum", y relacionado con la raíz 3 Kafka ( 1982). 4 Cfr. Ricoeur (1994). 30 OscAR BLANCO, Victoria Ocampo: simulacros de testimonio "supérstite" (Émile Benveniste5), entonces el testimonio es el testamento del sobreviviente, el que recibe ese legado y tiene que dar cuenta de esa experiencia de haber visto, de haber sufrido y sobrevivido a la relación constitutiva y fundante con un absoluto6• La propuesta del presente trabajo es retomar la cuestión del testimonio en relación con el genocidio nazi, pero focalizando una instancia testimonial producida al respecto en nuestro medio. Es la de Victoria Ocampo; dicha instancia testimonial crispa la cuestión del testimonio, lo tensiona y problematiza. De la vasta producción de Victoria Ocampo de textos testimoniales, ya que ella misma reconoce que a casi todo lo que escribe lo llama testimonio, recorto dos por lo significativo en relación con la problemática general del testimonio que estoy abordando, y por lo pertinentes por el momento de su producción, finales de la segunda guerra mundial, y por sus contenidos temáticos; coincidentes ambos ejes con la reactivación de la problemática del testimonio a partir de la reflexión sobre el genocidio nazi, planteada al principio de este trabajo. Los dos textos elegidos son: "El caso de Drieu La Rochelle" e "Impresiones de Nüremberg". DEL TESTIMONIO COMO AUTOWSTIFICACIÓN Victoria Ocampo introduce con un epígrafe de André Gide uno de sus Testimonios, el que denomina "El caso de Drieu La Rochelle". El epígrafe que está en francés, pero traducido, en la nota 1 de la página 147, por Eduardo Paz Leston, dice: "Es absurdo e indecente no percibir sino de un solo lado, el suyo propio, la inteligencia, la probidad, la valentía y la nobleza, y del otro, sólo la cobardía, necedad y felonía". Más allá de que la ocasión de ese epígrafe se justifique por la defensa que el testimonio de Ocampo hace de un escritor francés que ha sido su amigo, pero que ha sostenido posturas políticas fascistas, habla, también, de un aspecto del testimonio que convendría tener presente a lo largo del trabajo: el testimonio se opone a cualquier posición maniquea, las oposiciones binarias tienden en él a disolverse. 5 Citado por Derrida ( 1995). 6 Cfr. Derrida (1995). Filologia, XLII (201 O) 27-49 Pero, sin embargo, el testimonio se sostiene en su pretensión de veracidad y se impone como necesario, y Victoria Ocampo hace de esto el centro de su escritura de modo tal que, como dije, llama Testimonios a una gran parte de su producción escrituraría: "He optado siempre por llamar Testimonios a casi todo lo que he escrito. Estas páginas no tienen más pretensión, ni intención, que la de ser un testimonio verídico y necesario" (Ocampo 1999: 123). La necesidad de su escritura constituida en testimonio se plantea en esta ocasión para hacer pública, denunciar lo que considera una injusticia. Se abre entonces la dimensionalidad jurídica del testimonio, que en su escritura se constituye en caso: "El caso de Drieu La Rochelle", un particular que pone a prueba una ley. Si por un lado, la escritura de Victoria Ocampo despliega la noción de que la cultura, los valores de la civilización, no están del lado del fascismo, y los escritores, los intelectuales y los artistas son la expresión más excelsa de la cultura y la civilización, por el otro, la instancia de su escritura a la que ella misma llama testimonio se constituye en la justificación de un escritor fascista, un paiiicular que atenta contra la propia ley universal que Ocampo inscribe en su propia escritura testimonial. La desconfianza sobre las oposiciones binarias y la tendencia a disolverlas del testimonio se ponen aquí al servicio de una justificación de sí misma por tener un amigo fascista. Cómo explicar que ella haya tenido un amigo que enarbola dichas ideas políticas, que fue, usando los términos de Gramsci, un intelectual orgánico a la ocupación nazi de Francia, y que fue, además, miembro del comité de colaboradores de la revista Sur y no quedar sospechada también de simpatizar con el fascismo. La operación desplegada se basa en, por un lado, atenuar el fascismo de La Rochelle y su colaboración con los nazis, ubicando su accionar solo en el campo de las ideas, de la elaboración de bienes simbólicos en acuerdo con esas ideas ( escritos, dirección de revistas, etc.), y por otro lado, salvar al hombre, al escritor en él, es decir, redimir al hombre desde el escritor que fue La Rochelle. Se abre entonces un espacio desde el cual escribe y testimonia Victoria Ocampo, el espacio del intelectual, del hombre de letras, del escritor, del artista. Espacio que en la Argentina se había constituido en la generación del 80 del siglo XIX, como un espacio recortado de lo político y donde se suturaban las contradicciones de la clase dirigente, al mismo tiempo que se reconocían y se legalizaban allí en su pertenencia a una élite letrada, rectora y dirigente. Victoria Ocampo refuncionaliza y continúa esta tradición literaria, aunque planteada ahora en otro 32 Osc:AR BLANCO, Victoria Ocampo: simulacros de testimonio contexto histórico, de modo tal que sus integrantes se reconocen como élite pero rectora en la especificidad literaria y cultural. Una cita en su escrito de Albert Camus apunta en ese sentido: "Los verdaderos artistas no son buenos vencedores políticos, pues son incapaces de aceptar con ligereza la muerte del adversario. Son testigos de la carne, no de la ley" (Ocampo 1999: 124). Y es desde ese espacio, el del intelectual, el del hombre de letras, el del artista, que Victoria Ocampo efectúa el rescate de La Rochelle en tanto hombre y escritor por sobre sus ideas políticas, por lo que se constituye en un testimonio sobre el malentendido, sobre el conflicto espiritual, sobre la tragedia de un hombre. "Malentendidoes la palabra que me viene a la mente cuando pienso en Drieu. Trágico malentendido. Malentendido en toda la línea" (Ocampo 1999: 135). "Drieu no fue solo un engañado; fue una víctima" (Ocampo 1999: 138). Justificación de un escritor, de un hombre de letras por encima y a pesar de sus "ideas" políticas, y justificación, también de sí misma por haber tenido un amigo fascista. De ahí que no solamente exponga su oposición a las ideas políticas de Drieu, sino que permanentemente exprese su oposición a cualquier idea política, a toda política, a excepción de la no violencia de Ghandi. Y, las únicas marcas de cierta "militancia política" en sus escritos son las de un feminismo, desprovisto por cierto de toda contingencia de explicación económica o de clase. Victoria Ocampo parece exasperarse más con La Rochelle por sus apreciaciones "machistas" que por sus ideas marcadamente fascistas: "Los hombres han nacido para la guerra y las mujeres para los niños, repite Drieu. Yo no podía estar de acuerdo con esas declaraciones cavernícolas. Si las guenas son para los hombres, también tiene que compartir el sufrimiento las mujeres. Si los niños son para las mujeres, también son de y para los hombres" (Ocampo 1999: 130). No puede leerse un pá1rnfo tan exasperado cuando se trascribe el escrito de La Rochelle donde se declara fascista. Apenas se distancia de él diciendo que, en materia política, cuando él decía blanco, ella pensaba negro. Lo que Ocampo opone a las "ideas políticas" de Drieu, lo que testimonia a su favor, está en el teneno "espiritual", en la interioridad del sujeto, en su carácter, en su "naturaleza", etc., y quizás sólo adquiera visibilidad pública en el registro intimista de su palabra, de la cual el género epistolar es un espacio textual privilegiado para su despliegue. Es así que el género epistolar se constituye en testimonio, en su exhibición pública; no son casuales las citas de cartas de Drieu cuya destinataria es la misma Ocampo; la trascripción de fragmentos de 33 Filología, XLII (201 O) 27-49 ellas en la propia escritura de Victoria Ocampo son testimonio y prueba que refrendan lo que ella sostiene con su palabra en tanto testigo de la "tragedia espiritual" de La Rochelle. Irónicamente uno podría reponer: La Rochelle era fascista, pero sufría mucho por ello, su sensibilidad era opuesta a las ideas que sostenía públicamente. De allí que la palabra de Ocampo testimonia sobre esa interioridad que atenúa las ideas políticas públicas de La Rochelle, pero en donde a su vez su testimonio sobre esa interioridad, basado en un conocimiento íntimo de la persona por su relación de amistad, amistad que podía ponerla en cuestión a ella misma, necesita ser sostenido, legalizado por otro testimonio que certifique que lo que Victoria Ocampo sostiene es verídico, ya que lo que ella testimonia está en el orden de la interioridad del otro por el cual testimonia, y viene a atenuar, si no a contradecir la faz pública de Drieu. La trascripción de fragmentos de las cartas de La Rochelle dirigidas a ella misma se constituye, en y dentro de su escritura, en un testimonio dentro de otro testimonio que sostiene y legaliza al primero, al mismo tiempo que construye una instancia de veracidad. Desde el punto de vista de la bibliografía teórica sobre la cuestión del testimonio, que fue desplegada sintéticamente en la introducción de este trabajo, puede verse que Victoria Ocampo testimonia por otro, pero por la relación constitutiva de ese otro con un Otro planteado como absoluto: el fascismo en tanto el mal; y esa relación constitutiva del sujeto La Rochelle implica la escisión de su subjetividad. Es más, la focalización que Ocampo hace de Drieu como sujeto sumido en la "tragedia espiritual" de su subjetividad escindida implica el movimiento de la atenuación justificatoria de sus ideas públicas fascistas. Y esto es interesante porque Victoria Ocampo escribe un texto que llama testimonio en el cual la relación con ese otro por el que testimonia no es en ella constitutiva. Si el testimonio es la relación constitutiva del testigo con un Otro en tanto absoluto que lo excede y que al mismo tiempo lo conforma, y tal relación se da en la interioridad y se hace pública por el relato del testimonio, y su marca es la escisión del sujeto testimoniante, de modo tal que por ejemplo Michael Pollak habla de subjetividades fragmentadas para dicha situación (Pollak y Heinich 2006), estamos aquí ante el peculiar caso de que el sujeto, la representación de la subjetividad del testigo Ocampo que construye la escritura es la de un sujeto unívoco, y que la relación con ese otro ( que insisto en poner a propósito con minúsculas en este caso) por el cual testimonia no ha modificado ni su interioridad, produciendo una escisión, ni sus ideas políticas ( o casi habría que decir, apolíticas) se 34 ÜSCAR BLANCO, Victoria Ocampo: simulacros de testimonio han trastocado a su contacto. Es más, la insistencia explícita de que no se ha modificado este aspecto, y que siempre ha discutido con La Rochelle al respecto, hecho que sus cartas de él atestiguan, justifican a Victoria Ocampo por haber tenido un amigo fascista, y la sustraen de la sospecha. Es decir, la defensa de La Rochelle se construye sobre el envés de su propia defensa ante una posible sospecha. Y, vuelvo a repetir, Victoria Ocampo relata, en lo que llama testimonio, la relación constitutiva de la interioridad escindida ("tragedia espiritual") que ese otro La Rochelle ha tenido con un Otro ( esta vez sí en mayúscula) constituido en absoluto: el mal, la barbarie, a partir de su carnadura histórica, el fascismo. Y esto, al menos, instaura en peculiar esta escritura testimonial. Quizás, y es una hipótesis a comprobar, cuando se trata de un testimonio autojustificatorio, el testimonio se tensa de tal manera-porque el testigo siempre testimonia por otro, no puede testimoniar sobre sí mismo- que complejiza su estructura con la espesura de las cajas chinas o las mamushkas. Pero, no es el único lugar del texto testimonial en donde se recurre a la inscripción de otros testimonios que refrenden y sostengan de manera probatoria la propia escritura testimonial. El testimonio de Victoria Ocampo tercia en una controversia, viene a testificar, ya no por lo que no puede salvar: el fascismo de La Rochelle, que en todo caso es atenuado contrabalanceado en sus cualidades personales, "lo que sostenía políticamente no estaba en su naturaleza, esa era la tragedia", que marcan la escisión conflictiva de su subjetividad y en su sensibilidad de artista, sino en que no había entregado gente a los nazis y a la Gestapo. Es así que refiriéndose a la primera mujer de Drieu dice: "Drieu la había salvado, como a Jean Paulhan y a otras personas, de los nazis". Sin embargo, esto que podría atenuar su fascismo se ve puesto en cuestión por otros escritores franceses: "Lo que no aceptaba era que se lo acusara de entregar voluntariamente a la Gestapo a tal o cual persona, así fuera su peor enemigo" "Oía con Horror esas acusaciones. No reconocía a Drieu en ellas. Hubiera apostado mi vida que era fisiológicamente, sentimentalmente, espiritualmente incapaz de entregar a nadie a la Gestapo" (Ocampo 1999: 140). Pero de esa oposición que constituía una defensa de La Rochelle en el momento de los hechos, en el momento en que era acusado, tiene que dar elementos probatorios: "Pero yo me negaba en absoluto. Etiemble, encarnizado contra Drieu, puede atestiguarlo" (Ocampo 1999: 141). Necesita de otro testigo para dar veracidad sobre su propio testimonio, de otro testigo que dé fe de su actitud en ese entonces. Se vuelve a 35 Filología, XLII (2010) 27-49 comprobar en su escritura la construcción de una red de testimonios, testimonios de testimonios. Victoria Ocampo en su afán de justificar a su amigo fascista y de justificarse ella misma de haber tenido un amigo con tales "ideas políticas", que perteneció, además,al Comité de colaboración de la revista Sur, exaspera el testimonio, en su densidad, testimonios dentro del testimonio, una red testimonial. Los testimonios se refuerzan mutuamente. Se comprueba con ello que el testimonio no está exento de una instancia argumentativa de la cual participa. Pero cómo desmentir lo que los otros han constituido en hechos. Con otros testimonios que refrenden lo por ella sostenido: "Al llegar a París supe por André Malraux y Jean Paulhan que Drieu no había cometido la clase de traiciones de que lo acusaban los exiliados franceses de Nueva York"; "Los testimonios de Malraux y Paulhan, que habían querido a Drieu a pesar de lo que Drieu trataba de hacer de sí mismo, me dieron la razón" (Ocampo 1999: 143). El texto desemboca en una justificación final de La Rochelle. Por un lado, lo que piensa, lo que sostiene Ocampo de La Rochelle es refrendado por un intelectual francés como Sartre, no sospechado y que ha estado en el lugar de los hechos. Y, por otro lado, el mismo La Rochelle refrenda lo atestiguado por Victoria Ocampo: "Y nadie sabía mejor que él que su naturaleza y sus preferencias no concordaban con las doctrinas fascistas" (Ocampo 1999: 147). En el testimonio están comprometidos la memoria, el recuerdo y el olvido. En este caso se plantea la memoria sobre un otro, cómo recordar a La Roche lle, de qué manera recordarlo, como fascista o como ser humano, como escritor, en el conflicto de su subjetividad escindida, o decididan1ente olvidarlo. TRAJE SASTRE Y MEDIAS DE NYLON. EL TESTIMONIO DONDE NO ES ESPERADO "Impresiones de Nüremberg". Ya desde el título, la palabra "impresiones" nos remite al testimonio de un viajero. Recortes de la percepción, perspectiva de una mirada imprimen en el testimonio el concepto de impresiones; concepto que parte de una teoría pictórica de una época ya pasada, más propia del siglo XIX que del XX, a donde nos remite el resto del título: los juicios de Nüremberg. Pero también "impresiones" nos señala la marca de la subjetividad, opuesta a la "objetividad", estatutos de comprobación, validación 36 ÜSCAR BLANCO. Victoria Ocampo: simulacros de testimonio y construcción de la verdad del campo científico, al cual, parece, el testimonio, en general, se opone. El testimonio puede constituirse en objeto, en documento para el estudio científico, pero nunca con lo científico; propone otras instancias de validación y construcción de la verdad que cuestionan, la más de las veces, lo establecido por el campo científico, sobre todo si hablamos de las "ciencias humanas". Impresiones mediadas por la subjetividad; y esto constituye en más importante al sujeto que observa que a lo observado. Escritura in situ, entonces, notas que se reelaboran para construir una escritura teñida de recuerdo; escritura en el presente (de y en la escritura) que reelabora la otra escritura, la de las notas, que ya son pasado pero que se actualizan, o que la escritura actualiza. Peripecias de una subjetividad. El título también nos precisa el pasado referido: 1946; Victoria Ocampo es convocada para ser testigo, testimoniar sobre el juicio a los jerarcas nazis que se está llevando a cabo en la ciudad de Nüremberg. No testigo en el juicio o en un juicio, sino testigo del juicio a los nazis. Pero es interesante observar, como el título adelanta, que Victoria Ocampo termina siendo testigo, testimoniante, de la ciudad de Nüremberg y dando testimonio de los estragos de la guerra sobre los vencidos. A poco que se lea este texto aparecen dos cuestiones que van a ser una especie de leit motiv a lo largo de su desarrollo; ambas cuestiones están marcadas, por un lado, por la palabra "dismal" (lúgubre), y, por otro lado, por la sensación de ser para el otro pasajero y la chofer que los llevaban al aeropuerto "una especie de mujer invisible". Esta invisibilidad, su calidad de mujer y lo lúgubre transitan y estructuran todo este testimonio. Además, también, puede observarse que la literatura sirve de referencia y término de comparación. Lo real se refiere a los signos literarios y no a la inversa, y esa peculiaridad es justamente lo que tranquiliza. Lo desconocido se constituye en conocido al equiparase con lo leído: el único civil que viaja junto a ella en el avión es un remedo de Sherlock Holmes, el estereotipo de un inglés "tal como lo imaginamos nosotros los sudamericanos" (Ocampo 1999: 149), y Victoria Ocampo miraba la tierra desde el avión "como el prisionero contempla el cielo en 'la Balada de la Cárcel de Reading'" (Ocampo 1999: 151). Se nota, asimismo, que la ironía, otro recurso de larga data en la literatura bajo la forma de figura retórica, coloca la distancia necesaria que implica la mirada del hombre de letras, del intelectual: "ese vuelo a Nüremberg, que los ingleses me habían regalado tan generosamente" 37 Filología. XLII (2010) 27-49 (Ocampo 1999: 151). Lo vivido con temor-el peligro de cruzar el Canal de la Mancha, los pozos de aire que sacuden al avión, el temor a caer al mar, por ejemplo- se ve atenuado en el relato a través de una subjetividad irónica y distanciada, la marca de la inteligencia y la pertenencia a un campo, el de los intelectuales, artistas y escritores. Se reconoce haber sentido miedo, pero el relato impone un tono irónico de distancia que lo constituye en crítica inteligente y bien pensante. La presencia de ánimo, perdida en lo vivido, se recupera en la escritura mediante la elección de un tono, de una tonalidad irónica en la ejecución del relato. Por eso serán importantes en el texto los momentos donde pese a todo se abandona esa construcción. En qué instante la escritura no puede recuperar y recuperarse, momentos de abandono de sí, de esa construcción de subjetividad que la escritura se ha encargado de exhibir y desplegar. Pensando en los rasgos distintivos del testimonio, cuándo aparecen esos momentos de constitución de un yo escindido por la experiencia con el Otro con mayúsculas, para lo cual tendrá que desestructurar(se), descentrar(se), ese yo pleno construido por la propia escritura. Lo interesante también será que ese Otro constituido en absoluto que pone en cuestión el yo desplegado en la escritura no es el juicio a los nazis para lo cual fue convocada a testimoniar. La construcción, entonces, de ese yo de la escritura, esa mujer que supo construir Victoria Ocampo en su escritura, cae en las partes del relato en donde el texto realmente se constituye en testimonio, y no meramente en relato inteligente refrendado por sus saberes literarios, simulacro de testimonio. Su condición de mujer, las marcas políticas de un feminismo liberal despolitizado, es otro escudo que se esgrime bajo la forma de su condición crítica: "Ese avión era un avión para hombres solos. Bastaba ir hasta el fondo, en lo que hacía las veces de 'toilette', para persuadirse de ello. Tuve ocasión de meditar sobre este detalle, entre tantos otros" Ocampo (1999: 152). Feminismo que se despliega también en relación a un oficial de la RAF que se preocupa por ella, única mujer allí, durante el vuelo. Es así que dice de él: "Pero ¿qué hubiera podido ofrecerme fuera de un poco de agua?" (Ocampo 1999: 151-152). Lo que le ofrecía ese "mundo de hombres del avión" era protección, palabras de distracción, preocupación por ella, y eso la ubicaba en el lugar de mujer desvalida, el estereotipo que quiere combatir; por eso los cuidados y la preocupación del oficial de la RAF hacia ella son descriptos como maternales, necesitando feminizarlos. El final del viaje en avión marcará dos rasgos que serán cruciales más adelante: "la curiosidad y la turbación de estar en Alemania" 38 ÜSCAR BLANCO. Victoria Ocampo: simulacros de testimonio (Ocampo 1999: 153). Curiosidad que la llevarán a provocar el, su testimonio, y turbación que la constituirán en testimoniante. Los signos de lo que en realidad se constituirá en su testimonio -y no del juicio de Nüremberg que
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