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Crisorio, Ricardo Luis Sujeto, deporte y educación Seminario - Programa 2019 Información adicional en www.memoria.fahce.unlp.edu.ar Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/ Seminario Maestría SUJETO, DEPORTE Y EDUCACIÓN Año lectivo: 2019 Régimen de cursada: Cuatrimestral (primer cuatrimestre) Profesor a cargo: Crisorio Ricardo Carga horaria: 36 1. FUNDAMENTACIÓN Y OBJETIVOS Los tres términos que articulan el título de la asignatura, a saber: sujeto, deporte y educación, tienen trayectorias e importancia muy distintas en la tradición de pensamiento occidental. El sujeto y la educación han estado presentes en esa tradición prácticamente desde el comienzo, al menos si situamos a éste último en la elaboración de la episteme en la Grecia del siglo IV ac., y ambos han sido tratados como asuntos de la más grave significación. El deporte, en cambio, es mucho más reciente –data del siglo XVIII– y ha sido trivializado, por lo menos hasta que su expansión arrolladora en la última mitad del siglo pasado obligó a considerarlo más seriamente. Sin embargo, tanto en el ámbito de la educación como en el del deporte, los tres términos han sido y son constantemente conectados, particularmente a partir del experimento curricular llevado adelante en las Public Schools británicas a mediados del siglo XIX y de la reivindicación de los “juegos” (sports) por parte de los “reformadores de la gimnástica” continentales a fines del mismo.1 De todos modos y no obstante los muchos esfuerzos realizados ninguno de estos tres conceptos ha podido definirse de un modo que lo designe unívoca y suficientemente. Y no me refiero a que sean términos polisémicos, como se dice a menudo, pues todos los términos lo son en tanto la ambigüedad es característica del lenguaje humano, sino a que no hay acuerdo en las comunidades que los estudian respecto de qué “cosa” designa cada uno de ellos. La tradición filosófica y científica se aferra a una acepción de sujeto individual, consciente, poseedor de contenidos mentales (un “interior”) que se relaciona, a partir de esas representaciones internas, con un objeto o mundo independiente (el “exterior”), cuyo conocimiento es tanto más objetivo –léase 1 Respecto del experimento británico, cfr. Elías, N y E. Dunning, Deporte y ocio en el proceso de la civilización, México, Fondo de Cultura Económica. 1996, especialmente “La génesis del deporte como problema sociológico”. Acerca de su reivindicación en la Europa continental, cfr. Mosso, Á., La educación física de la juventud, Madrid, Librería de José Jorro, 1894. Sujeto, Deporte y Educación – Año 2019 U.N.L.P. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación 1 “verdadero” – cuanto más desapegada sea su contemplación. El cognitivismo, o el modelo de la mente como procesadora de información, es la versión más reciente y sólida de esta idea de la representación mental y, por tanto, de la noción de sujeto individual desapegado. No creo necesario recordar el peso de las teorías cognitivistas en el pensamiento educativo contemporáneo. Por otra parte, este sujeto, tan presente en la suposición platónica de que la actividad humana puede explicarse en términos teóricos como en la ubicación central que la tradición cartesiana asigna a la actividad consciente, es el que se supone toda vez que se estudian las prácticas deportivas o el deporte en sí mismo, de modo general. Así como hemos asumido que conocemos y actuamos mediante la aplicación de principios y que deberíamos tener claridad respecto de estas presuposiciones a fin de lograr un control racional de nuestras vidas, hemos admitido también la necesidad de tener consciencia de nuestro cuerpo y nuestros movimientos como requisito para consumar los desempeños deportivos. No obstante, otros autores, como los pragmatistas (Peirce, James, Dewey), Heidegger o Foucault, en el campo de la filosofía, y Lacan, Bourdieu, Maturana o Waddington en el de las ciencias, han negado esta idea de sujeto y de relación con el objeto. Particularmente Heidegger ha cuestionado no sólo la posibilidad sino lo aconsejable de hacer explícita totalmente nuestra comprensión cotidiana del mundo, introduciendo la idea de las destrezas, discriminaciones y prácticas compartidas en las que somos culturalizados y socializados proveen las condiciones necesarias para que las personas escojan objetos, se entiendan a sí mismas como sujetos y, en general, le encuentren sentido al mundo y a sus vidas,2 todo lo cual se verifica fehacientemente en las prácticas deportivas. La comprensión de la lógica de los deportes, así como el dominio de las destrezas y habilidades correspondientes sólo pueden funcionar si se mantienen en el trasfondo, en un saber incorporado que ya no es consciente, como lo hemos mostrado en nuestro estudio sobre el aprendizaje motor.3 A su vez, deporte es también una expresión con muchos significados. Se la utiliza para designar prácticas muy distintas: prácticas profesionales, recreativas, de adultos, de niños; prácticas cercanas al juego y prácticas muy próximas al trabajo: unas sumamente codificadas e institucionalizadas, ligadas a la búsqueda de altos rendimientos corporales y motrices, y otras más libremente reguladas, vinculadas al ocio y al disfrute. En nuestras sociedades, el deporte ha llegado a constituir una institución social, promovida por asociaciones, federaciones, confederaciones, especialmente dedicadas al desarrollo y difusión de las distintas actividades deportivas, tanto como una serie de prácticas no institucionalizadas, realizadas, recuperando la acepción más antigua del término, para indicar por gusto, por diversión, porque sí, por nada, mientras que una acepción más generalizada designa como deporte las formas de recreación en las cuales el ejercicio físico desempeña un papel fundamental. A esta multiplicidad, que desdibuja sus límites, hay que agregar las confusiones sobre su origen, introducidas particularmente por la visión idealizada (y no menos interesada) del 2 Dreyfus, H., Ser en el mundo –comentarios a la división I de Ser y Tiempo de Martín Heidegger, Santiago de Chile, Cuatro Vientos Editorial, 1996. 3 Crisorio, R., et al., El aprendizaje motor: un problema epigenético, informe final, La Plata, 2005, inédito. Sujeto, Deporte y Educación – Año 2019 U.N.L.P. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación 2 olimpismo moderno que emparienta los deportes con los agones griegos. Por otra parte, como bien ha notado Bourdieu, el estudio riguroso del deporte se ve dificultado por el hecho de que se tiene “por un lado, personas que conocen muy bien el deporte de modo práctico pero que no saben hablar de él [los deportistas] y, por el otro, personas que conocen muy mal el deporte de modo práctico y que podrían hablar de él pero desdeñan hacerlo, o lo hacen sin razón ni justeza [los académicos].4 Finalmente, la idea de educación, dividida de entrada por el doblez etimológico que la hace provenir tanto de ex-ducere (sacar) como de educare (poner), y dominada, en general, por el humanismo, como lo atestiguan las permanentes alusiones y fundamentaciones (filosóficas, antropológicas, psicológicas) relativas al yo, al hombre, a su integridad, a su unidad e indivisibilidad, que se encuentran en la mayoría de los textos de la literatura educativa que se utilizan en la formación y la capacitación de maestros, y en el discurso pedagógico usual, es decir, el que orienta las prácticas educativas. Estas formulaciones están en relación directa con la idea de sujeto individual, consciente y auto-contenido al que me referí antes y que la investigación y la observación de las prácticas poneen tela de juicio. Aún cuando el objeto de la preocupación no sea el sujeto sino la educación, es a él a quien se caracteriza en las características del fenómeno educativo. En el discurso pedagógico, las referencias al hombre, a su integridad, a su indivisibilidad y perfectibilidad, desplazan, cuando no directamente sustituyen, el análisis de las dimensiones constitutivas del sujeto y de los saberes fundamentales que tales dimensiones requieren. Resulta ocioso reseñar aquí la plétora de pasajes del discurso pedagógico en los que el sujeto aparece como un ser íntegro y armónico, y la educación como un proceso racional e intencional de integración personal de la cultura, que revela la convicción de que el yo puede ser amo en su casa. Aún cuando se reconoce la necesidad del contacto y la influencia humana como una nota esencial de la educación, ubicada en la misma raíz del fenómeno educativo, se supone esta influencia es sólo un auxilio, una ayuda, si se quiere imprescindible en ciertos estadios y condiciones, pero siempre secundaria, puesto que el proceso educativo es personal. La educación es auxiliada, potenciada, por la influencia externa, pero se realiza y es ‘per se’ un proceso interior de perfeccionamiento. Sólo resta señalar, a este respecto, la evidencia de que a este sujeto autosuficiente se le han opuesto, ya desde principios del siglo XX, otros sujetos de índole totalmente distinta: sujetos no armónicos sino conflictuales, conflictivos; no íntegros sino divididos; no prefigurados en un elemento absoluto, extrahistórico, sino que se hacen y son hechos en y por la cultura y sociedad en la que habitan, acechados por temores, angustias, culpa y deseo; no únicamente psicofísicos y sociales sino políticos. Foucault no dudaba en asegurar, en 1966, que las investigaciones de Lévi- Strauss, Lacan, Dumezil, “borran no sólo la imagen tradicional que se tenía del hombre, sino que, a mi juicio, tienden todas a convertir en inútil para la 4 Bourdieu, P., “Programa para una sociología del deporte”, en Bourdieu, P., Cosas Dichas, México, Gedisa, 2004. Sujeto, Deporte y Educación – Año 2019 U.N.L.P. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación 3 investigación y para el pensamiento, la idea misma del hombre”5. Es obvio que el discurso usual en pedagogía no ha arribado a la misma convicción y es cierto que nada lo obliga a hacerlo, a compartir esta idea u otras, estas u otras investigaciones, mucho menos a orientarse en ellas, pero su propia pretensión científica le exige no hacer como si no existieran, sobre todo si la validez de una disciplina científica ha de juzgarse por sus frutos y, como es el caso de la pedagogía, éstos no han madurado todavía. Estas consideraciones obligan a preguntar cómo pueden relacionarse los términos sujeto, deporte y educación, sin haber problematizado previamente cada uno de ellos y sus eventuales posibilidades de articularse, habida cuenta de que, de todos modos, se afectan recíprocamente en cualquier práctica deportiva o educativa. OBJETIVO El propósito general de este seminario es, precisamente, problematizar los conceptos sujeto, deporte y educación y sus relaciones necesarias. 2. CONTENIDOS Y BIBLIOGRAFÍA OBLIGATORIA Unidad 1. Sujeto. Análisis histórico-teórico del concepto. Problematización: del sujeto cartesiano al sujeto del inconsciente y a la “disolución” del sujeto. Unidad 2. Deporte. Análisis histórico-teórico del concepto. Problematización: ¿qué es deporte?; diferencias, analogías y relaciones con otras prácticas corporales. Los deportes como configuraciones de movimiento. La lógica de los deportes. Unidad 3. Educación. Análisis histórico-teórico del concepto. Problematización: ¿exducere o educare? ¿sujeto de la educación u objeto de educación? ¿prefiguración o construcción? ¿naturaleza o cultura? ¿desarrollo, crecimiento y maduración o culturalización? ¿aprendizaje o enseñanza?. Unidad 4. Relaciones: sujeto, deporte y educación. Problematización y conclusiones. BIBLIOGRAFIA Aristóteles, Política, 1993, Madrid, Alianza. Ball, S. (comp.), Foucault y la Educación. Disciplinas y saber, Madrid, Morata, 2001, especialmente Jones, D., “La genealogía del profesor urbano”. Bourdieu, P., "¿Cómo se puede ser deportista?" en Sociología y Cultura, México, Grijalbo,1991. 5 Foucault, M., “A propósito de las palabras y las cosas”, entrevista con Madeleine Chapsal, La Quinzaine Litteraire nro. 5, mayo 1966, en Saber y Verdad, Madrid, de la Piqueta, 1991. Sujeto, Deporte y Educación – Año 2019 U.N.L.P. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación 4 Crisorio, R., “La enseñanza del básquetbol” en: Educación Física & Ciencia, Año 5, agosto de 2001, Departamento de Educación Física, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata. Crisorio, R., “El deporte en la escuela ¿cuándo, cómo, para qué, por qué?”, en Revista Versiones, 2001, Buenos Aires, UBA. Crisorio, R., “A propósito del propósito de la educación”, inédito. De Alba, A., Currículum: crisis, mito y perspectivas, Buenos Aires, Miño y Dávila Editores, 1998. Díaz Barriga, A., Didáctica y Curriculum, México, Nuevomar, 1988. Dreyfus, H., Ser en el mundo –comentarios a la división I de Ser y Tiempo de Martín Heidegger, Santiago de Chile, Cuatro Vientos Editorial, 1996. Elías, N y E. Dunning, Deporte y ocio en el proceso de la civilización, México, Fondo de Cultura Económica. 1996, especialmente “La génesis del deporte como problema sociológico”. Foucault, M., 1991, “A propósito de las palabras y las cosas”, entrevista con Ma- deleine Chapsal, La Quinzaine Litteraire nro. 5, mayo 1966, en Saber y Verdad, Madrid, de la Piqueta. Merand, R., "Jeu et education sportif", en Vers l'education nouvelle, 3º Trimestre 1973, Traducción castellana por Gabriela Madueño. Mosso, Á., La educación física de la juventud, Madrid, Librería de José Jorro, 1894. Scheines, G., "Juego y deporte: deslindes, matices y mezcolanzas", en Actas 1º Congreso de Educación Física y Ciencias, La Plata, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 1993. 3. METODOLOGÍA DE TRABAJO Y SISTEMA DE EVALUACIÓN Los maestrandos deberán escribir un ensayo en base a la bibliografía trabajada en donde relacionen los tres términos analizados en la asignatura. Sujeto, Deporte y Educación – Año 2019 U.N.L.P. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación 5 Seminario Maestría SUJETO, DEPORTE Y EDUCACIÓN
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