Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
eS -- O rAg c 1. LA LITERATURA EN SEMANARIOS ILUSTRADOS, REVISTAS DE INTELECTUALES Y ALGUNOS PERIODICOS EN EL LAPSO 1898-1912 1 U lAr DE Ffl (JSOt ' LTRAS BiD OiLCA, EDA-00 RomnNo 1. Génesia, plan ±nicial, sospechas principales. 1. 1. .ntre. la experiericia y i.a teoria. Cualquier elección tiene su historia, cuando se inscribe dentro de una trayectoria intelectual de investigación. 1e pareció que comenzar por eso era adecuado y podía brindar un primr encuadre de mi relación con el tema antes de referirrne otds aspectos. Los primeros antecedentés se inscriben, comc; suele ocurrir si uno es docente, en algún curso más o menos remoto. Y como dicté varios alrededor del relato breve, en la década del 70, Caras y Caretas estuvo asociada con textos de Roberto Payró, Leopoldo Lugones u Horacio Quiroga. De todos modos, fue al preparar un fascículo de la colección Capitulo' cuando redacté el recuadro "Una publicación innovadora" 2 además de plantea rmé, a su modo - el demis conocimientos y preocupaciones de entonces- la inserción de José Alvarez en la publicación. Por supuesto que la colección imponía sus características y exigencias, pero no deja de asombrarme, al releerlo, que no integrara, en algún lugar, el discurso literario del autor y el del semanario. Es decir, que no pasara de sus textos a la multitextualidad que lo rodeaba y aun condicionaba. En ese sentido noto el salto hacia adelante que significa mi lectura de la serie Juan Mondi ola en la revista humorística Rico Tipo. Originariamente, fue ponencia en unas Jornadas de cultura popular organizadas por el CEDES a fines de 1981; redactado al año siguiente y finalmente publicado como capítulo de un libro en colaboración 3 . Ya su título indica otra actitud: "La inserción de Juan Mondiola en la etapa inicial de Rico Tipo". Muestra una preocupación, justamente, por ver cómo se producía la incorporación, aunque tampoco hallo ahora drnasiada búsquéda al respecto. Lo que sí encuentto es la necesidad de segmentar el proceso de la publicación periódica en etapas, porque habitualmente las tienen, más o menos definidas. Cambios Romano, Eduardo. Fray Mocho y el costumbrismo hacia 1900. Capítulo, la Historia de la Literatura Argentina 34. Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1980. 2 Ibid., pp. 270 y 272-273. Ford, A., Rivera J. B. y Romano, E. Medios de comunicación y cultura popular. Buenos Aires, Legasa, 1985, pp.197-217. - en la dirección, en el elenco de colaboradores permanentes, en la diagramación, la cantidad de páginas, el formato, etc.,, suelen importar por sí mismos y/o acompañar otros desplazamientos. Tampoco había allí una "historia" de Rico Tipo, pero en cambio aparece una observación decisiva y de la que puedo partir para explicar -y fundamentar- esta tesis: la convergencia de discursos encontrados, y hasta polarmente opuestos, en el seno de la misma publicación. Reconocía esos notorios desencuentros entre dibujos y fotografías, entre 'el'".eje institucional 'contra el cual'" apuntaba el humor y una gran parte de las publicidades. Si aquél descalificaba al matrimonio, éstas lo propiciaban ofreciendo alianas (anillos de compromiso y de bodas), vajilla, muebles, etc. Tales decubrimientos me llevaban a concluir qué "una publicación periódica, humorística, no es obligatoriamente, como piensan agunos, reforzadora del statu quo, de los valores constituidos y ae las instituciones básicas" 4 . Ni despliega una pátina discursiva homogénea, sea en la banda de las notas, los avisos u otras. Ciertos... " ... desencuentros radicaban, según vimos, entre los alcances desacralizadores del dibujo caricatu- rescos y la 'documentalidad' de las fotos, razón por la cual estas últimas fueron perdiendo lugar e importancia dentro dé la publicación." 5 Con ese bagaje de experiencia y nuevas inquietudes teóricas me replanteé trabajar en el cruce entre periodismo y literatura partiendo del fenómeno Caras y Caretas. Sobre cuáles eran esas novedades teóricas voy a hablar en lo que sigue. Ante todo, busqué en el campo de la semiótica ciertos apoyos para una mejor lectura del hipertexto periodístico. Y las enconfré, más que en la bibliografía específicamente dedicada al periodismo -aunque también de ahí recogí conceptualizaciones utilizables-, en algunos críticos literarios que pensaban, es cierto, aspectos descuidados de la lectura. Uno fue Gerard Genette, quien tras su etapa riarratológica y fuertemente estructuralista, emergió con dos estudios sumamente importantes: Seuils (4'í&f) y Palimpsestes (1982) Si bien su autor pensaba fundamentalmente el libro como' espacialidad ' concreta, como soporte material Ibid., p. 206. 1 , Ibid., p. 207. significativo, muchas de sus nociones eran fácil y tentadorameflte extensibles al periodismo. Por ejemplo, su definición de transtextualidad, categoría abarcadora de lo intertextual, paratextual, metatextual, architextual e hipertextual. A esta última, la precisaba como... " ... toda relación que une un texto B (que llamaré hipertexto) a un texto anterior A (al que llamaré hipotexto) en el que se injerta de una manera que no es la del comentario." 6 - Es claro que para aplicar tal terminología a mi - zona de estudio debía introducirle antes algunos ajustes. Por ejemplo, que en el caso del periodismo, no se trata necesariamente de dos textos (A y B), ni de uno anterior y otro posterior. Los textos son - siempre más y, por otra parte, simultáneos. En cuanto al orden, precisaba invertirlo, la publicación periódica se me aparecía como el hipertexto resultante de una suma de hipotextoS indeterminada, pero sujeta siempre a algún modelo tipológico de secuencialidad. El hipertexto llamado publicación periódica, pues, organiza, clasifica y jerarquiza una serie indefinida y heterogénea de hipotextos. Cada diario o revista, a su vez, realiza esos procesos de organización, clasificación y jerarquización de diferentes maneras que no tienen por qué ser, además, constantes. Dicho de otro modo, las publicaciones periódicas suelen alterar sus propios criterios, generalmente sin dar cuenta explícita de los mismos, y complicar así una lectura que, por todo lo dicho hasta aquí, aparece como mucho más compleja que la del libro. En cuanto al injerto mencionado por Genette, no era ya el de A en B, sino el de A-B-C-n en una nueva entidad (X) que los instalaba en un sintagma, realzaba o disimulaba con diferentes recursos, incrustaba en secciones, etc. Y todavía faltaba nada menos que considerar la otra dimensión discursiva en cuestión, la de la imagen. Ese salto, sumamente peligroso, iba de la semiótica verbal a la icónica. Para eso me dejé conducir por un catalán al que había leído en varias oportunidades como estudioso de la historieta o de los fenómenos culturales masivos en su conjunto 7 . 6 Genette, Gérard. Paiimsestos. Madrid, Altea, Taurus, Alfagara, 1989, P. 10. Me refiero a Roman Gubern, y en especial a sus libros El El discurso que me interesaba podía caracterizarse, con su terminología, como icónico-verbal. Lo icónico, a su vez, en imagen única o seriada, con diversas funciones: apelación desde las tapas, publicidad, ilustración de textos escritos, reproducción de dibujos, caricaturas, cuadros, etc. Tampoco lo verbal, según lo apuntado antes sobre la relación hipertexto/hipotextO, era un corpus sencillo, había que determinar con precisión las diferencias entre textos anónimos, firmados con seudónimo, ológrafos, a cargo de firmas conocidasr etc. Y cuyo registro genérico era muy variado: artículos, notas, sueltos, críticas, reportajes, misceláneas, ficción, etc. Para decodificar un discurso tan denso me auxilió una bibliografía que luego iré desglosando. Antes quisiera detenerme en otro enfoque teórico que me resultó de inapreciable ayuda, el de Roger Chartier. Es cierto que sus trabajos, como los de Genette, fueron pensadosa propósito del libro y, peor aún, Chartier se ha especializado en el consumo de libros entre los siglos XVI y xviii, fundamentalmente. Pero con un particular interés por el soporte material y su incidencia en el sentido de la lectura. En efecto, Chartier reprochaba a los historiadores del libro francés. "...ignorar que la disposición de la página impre- sa, las modalidades de relación entre el texto y lo que no lo es (glosas, notas, ilustraciones, ín- dices, cuadros, etc.), o también la ordenación misma del libro, con sus divisiones y sus señas, eran otros tantos datos esenciales para restituir las significaciones de que un texto puede estar investido. "9 Y al reconstruir las etapas de los criterios editoriales franceses, destacaba que entre 1830 y fin del siglo XIX surge la necesidad de adaptarse a una legión nueva y lenguaje de los comics (1972), Mensaje icónicos en la cultura de masas (1974), Comunicación y cultura de masas (1977), La mirada opulenta (1987) y El simio informatizado (1989) g Ne refiero, sobre todo, a El mundo como representación (1990) y a Libros, lecturas y lectores en la Edad Moderna (1992). Chartier, Roger. "De la historia del libro a la historia de la lectura", en Libros, lecturas y lectores en la Edad Moderna. Madrid, Alianza, 1993. mayoritaria de lectores. Entonces... ... la edición inventa unos objetos nuevos, reduce los formatos (por ejemplo los ¿lásicosCharPefltier, en formato in-18), plagia del periódico la fórmula del libro publicado en fascículos y las entregas ampliamente ilustradas, vendidas a poco precio y lanzadas a con gran despliegue de publicidad." 0 Certifica que el libro no permaneció ajeno a la irrupción dél periodismo masivo e que, sabemos, sucedió en ese lapso: bajo la monarquía constitucional de Luis Felipe, Girardin funda La Presse y Dutacq Le siecle, ambos en 1836. Son dos empresarios que imponen la prensa barata -a mitad del precio anterior-, informativa y recreativa a la vez, con ingerencia de la publicidad. Pronto se suman a esa nueva modalidad Le Journal des Débats, Le constitutionnel, Le Figaro y Le Petit Jourñal, que sacrifican el material político o literario en beneficio de los sucesos escandalosos, sociales, deportivos o policiales. "En los comienzos de este proceso escuando se pro- duce un importante fenómeno en el campo de las rela- ciones entre el periodismo y la literatura. La ne- csidad de mantener -a través de lo imaginativo- el interés de los nuevos lectores de la pequeña burgue- sía rural y urbana, que junto con los avisadores constituyen el principal sostén económico del nuevo periodismo, lleva a los directores a solicitar los servicios de escritores de prestigio, como Sue, Du- mas, Lamartine, etc., quienes retoman y profundizan la tradición del folletín, ya presente en la prensa del siglo XVIII, publicando en él sus novelas." Ese roceso sobreviene en nuestro país casi medio siglo más tarde, como resultado del proceso posterior a las luchas civiles, tras la batalla de Pavón (1861), cuando y el Estado se organiza según el modelo liberal, a partir de la presidencia (1862-1868) de Bartolomé Nitre Antes de abocarrne a la culminación de ese proceso y, en particular, al surgimiento de los semanarios ilustrados, en la década de 1890, vuelvo a Chartier y a su '° Ibid., P. 32. " Ford, Aníbal. "Literatura, crónica, periodismo" en Medios de comunicación y cultura popular, loc. cit., P. 232. recomendación de considerar tres tipos de dispositivos ante cualquier consumo letrado: la puesta en texto, el soporte inater.ial que lo da a leer y su - recepción. Según esa propuesta, los que piensan .el.texto aislado pierden varias dimensiones del sentido: "Restituirlo exige considerar las relaciones anu- dadas entre tres;..polos: el texto, el objeto que lo porta y la práctica que se apodera de él. 9 Y 12 Con esa pérspctia la.- homogeneidad sus supuestos poderes pierden importancia frente a la dimensión del contacto perceptivo con el objeto q.ue nos permite leer y, sobre todo, con "unas prácticas que se apropian de manera diferencial de los materiales [impresos] que circulan en una sociedad dada" 3 . En la sociedad que se industrializa y masifica, perder dichas dimensiones llevó a una tergiversación de - lo que las nuevas tecnologías y formas de comunicación implicaban. Y los voceros de tales prejuicios fueron, por supuesto, los intelectuales más conservadores y menos comprometidos con el nuevo mercado de lectura, según - luego veremos. Pero estos cambios repercutieron, asimismo, en otro nivel sumamente delicado, el de la autoría. Si Foucault, en su famoso artículo de 1969, condicionaba la existencia del autor a tres conjuntos de dispositivos -jurídico, represivo y 'tipográfico'-, Chartier, en el volumen que vengo citando, hace su aporte al debate que generara aquel articulo porque, piensa, "para el problema planteado, la historia del libro, en sus diferentes dimensiones, podía tener alguna pertinencia". Así, en el capítulo "Qué es un autor?" sintetiza todas las corrientes (la teoría alemana de la recepción, el New Historicism inglés, los estudios sobre el funcionamiento específico del .. campo intelectual de Bourdieu, la bibliografía sociológicá de Mc Kenzie) que, despegadas del New criticism -en el ámbito anglosajón- y del estructuralismo, en el nuestro, consiguieron reinscribir los textos literarios en su circunstancia histórico- social. - La función-autor de Foucault, concluye Chartier, está íntimamente ligada al establecimiento de la propiedad de 12 Chartier, Roger, 0p. cit., p. 46. 13 Ibid., p. 54. Foucault, M±chel."Qu'est-ce que'un auteur?", Bulletin de la Societé francaise de .Pilosophie, t. LXIV, julio- setiembre de 1969, pp. 73-104. los textos y a las sanciones de las cuales el escritor se hace pasible (censura) dentro del marco de la cultura impresa. Y cierra su discusión diciendo que "la función-autor se halla en adelante en el centro- de todas las preguntas que relacionan el estudio de la producción de los textos con la de sus formas y la de su lectura" 5 . Creo, justamente, que la reconsideración, desde una perspectiva crítica, del efecto que los semanarios ilustrados, a fines del siglo XIX y en nuestra región rioplatense, producen sobre los regímenes de escritura y .......- de lectura literarias, abre uno de esos nuevos caminos a que aludía Chartier. En menor medida, algunas otras lecturas acerca del discurso periodístico, en clave semitica, me auxiliaron para mi empresa. Fue el caso de un artículo de Eliseo Verón sobre contratos de lectura, porque. aprovechaba una interesante bibliografía 16 y la aplicaba concretamente al periodismo. - Sobre la base de la teoría linguística de la enunciación que fundara Benveniste 17 al promediar los años 60 y completaran muchos otros estudiosos, entre ellos Kerbrat- Orecchioni, a lo largo de las décadas siguientes, Verón establece que: "En un soporte de prensa, como en cualquier otro discurso, todo contenido es necesariamente tomado a cargo por una o múltiples es1ructuraS enuncia- tivas. El conjunto de estas estructuras enuncia- tivas constituye el contrato de lectura que el soporte propone a su lector." 9 Y distingue, a continuación, el contrato objetivo del " Chartier, Roger. Op. cit. P. 89. 16 Retori que de la lecture (1977) de Michel Charles; The act of lecture. A theory of athetic response (1979) de Wolfgang Iser; The role of the reader ( 1979) de Umberto Eco y Lire la lecture (1982) de Leenhardt y Jozsa. ' Benveniste, Emile. Problemes de linguístique génerale. Paris, Gailirnard, 1966. Kerbrat-OrecchiOfli, K. L'enontiatiofl. De la subjetivité dans le langa ge. Paris, ` Verón, Eliseo, "El análisis del contrato de lectura: un nuevo método para los estudios de posicionamientO en los soportes de los media", en Les Médias: experiences, recherches actuelles, .aplications. Paris, IREP, 1985. Traducción de LucreciaEscudero para su cátedr-a de Semiótica II en la Universidad duenos Aires. pedagógico y del cómplice, con ejemplos elaborados sobre revistas femeninas. Lo que más me interesó, al leerlo, fue que buscara también formas de contrato fuera de- lo verbal, en lo que llamaba la "retórica delas pasiones" que podía leerse sobre las fotos de tapa de •News o Paris Ma t ch. Es claro que, como sociólogo, Verón aseguraba que ese análisis semiótico quedaba incompleto sin un complementario estudio de campo: "Un análi*sis áémiótico conocer en detalle las de soporte tal como se nos indica de qué modo constituido se articula tivas e imaginarios de sin datós de campo permite propiedades de un discurso ofrece al lector, pero no el contrato de lectura así a los intereses, expecta- los lectores." 2° ¿Cómo comportarSe en el caso de no analizar medios gráficos en circulación, sino otros aparecidos hace un siglo? Había que situarse en una perspectiva semiótico- cultural y elaborar suposiciones que no resultaran dogmáticas. Eso hice al trabajar con la representación de los huelguistas patagónicos hacia 1921-1922 que construyeron dos vespertinos porteños de entonces: Crítica y La Razón. A esa altura, según recuerdo, ya había consultado Le discours du journal (1989), que propone "l'étude du journal comrne discours (dans une approche a la fois verbale, iconique et spatiale)" 21 . Sobre tódo en su Advertisserneflt rnétodoiogique encontré propuestas aprovechables, como la de considerar el discurso de la prensa periódica diferenciable por su "forte composante figurative, en raison de la part d'iconicité qu'il comporte, mais aussi par la mise en scne de l'actualité a laquelle il procede a travers la mise en discours du débat social" 22 . Al enumerar los pasos teóricos imprescindibles para estudiar la especificidad formal del discurso periodístico, comienza por "les manifestations de la subjectivité et les instances d'énonciation", ya consideradas cuando me referí a Verón. A "une typologie des écritures de presse" y a la elaboración de "une topoiogie qui considere le journal dans son ensemble cornme une 'aire scripturale' (Jean 20 Ibid., p.l. lmbert, Gerard.. Le discours du journal. A propos de El Pas. Paris, CNRS, 1989, p.6. 22 Ibid., p. 7. Peytard), éclaire sur le fonctionnement syrnbolique de l'espace dans le journal et dégage la dimension figurative du discours journalistique" 23 . En fin, a las estrategias informacionales -cabría añadir también las de entretenimiento- que presuponen un espacio de identidad y otro de alteridad entre el cual fluyen los diversos textos. Y Gerard define la alteridad como lo no socializado, o sea sin integración ni reconocimiento social. Así, volviendo a mi lectura comparativa de aquellos en. una countura•pu•n-tual, formulo. observaciones tipológicas y topológicas que precisan la importancia adjudicada por cada periódico a la fotografía, además de otras de carácter retórico, estilístico, temático. Me detengo en algunos juegos y entrecruzamientos de lo verbal/visual, en la connotación aportada por las didascalias que "orientan" intencionadamente la decodificación. Al respecto, .. son sugestivas las diferencias entre uno y otro medio para nominar la alteridad. La Razón lo hace en forma burlona, no le parece que la miseria sea respetable sino, sospecho, una consecuencia de la poca afición al trabajo o razones similares. El diario de Botana, por lo contrario, comenta las imágenes, incluso con humor, pero nunca sarcástico. Deja que los actores digan por qué viven tan miserablemente y se autopregunta si son verdaderamente "atorrantes" 24 ': Sin embargo, la irrupción de los semanarios ilustrados permitía asomarse a algo distinto; al momento de convergencia entre palabras e imágenes que iba a distinguir, en cierto modo, a toda la cultura de este siglo que agoniza. Anticipaba lo que se reiteraría, con sus propias especificidades, con la cinematografía y con la televisión. En otros términos, era dable verificar ahí los problemas fundamentales de la industrialización culturaL_ y sus efectos sobre la lectura y los lectores, así como la reacción de los intelectuales frente al hecho, la cual no 21 Ibid., p. 8. Ná.s adelante, en nota de la p. 57, Imbert aclara que esa noción refiere a las "unités logiques qui trascerident les unités strictement topologiques" y la formula Peytard en "Lecture(s) d'une 'aire scripturale': la page du journal", en Langue Francaise, 28, décembre 1975. 24 Romano, Eduardo. "Imágenes de los obreros y marginales en la prensa porteña hacia 1920" en Unidos23. Buenos Aires, agosto de 1991, pp. 250-257. ......... fue precisamente única ni unívoca. Antes de pasar a esas cuestiones, quisiera precisar cuándo y de qué modo se abre paso la prensa ilustrada en el mundo y sobre todo en aquella parte delmundo a la cual nuestra cultura estaba más atenta en sü afán de modernizarse o, como solía decirse entonces, de "civilizarse". - 1.2. Irrupción de la prensa masiva. Ya adelanté algunos nombres •y--alguhos datosrespecto •del crecimiento inusitado de la prensa en Francia, desde 1830 en adelante, y cuya aparición era posible también gracias a una serie de innovaciones técnicas: máquina de fabricación continua de papel, primera prensa mecánica de vapor y presión cilíndrica, perfeccionamiento de la tinta de imprimir, empleo de rotativas y linotipos. Todo eso abarata los costos, al mismo tiempo que el telégrafo y el ferrocarril aceleran la circulación de noticias. Pero el paso decisivo es la posibilidad de reproducir imágenes, que ya el Observer ensayara a fines del siglo XVIII. Los grabados sobre madera permiten perfeccionar la ilustración, comienzan a editarse The Iiiustrated London News (1842) y L'Illustration (1843). Geoge Weill, en su documentada historia, califica al período 1870-1914 como "edad de oro de la prensa" y la asocia con 1os efectos de la ley escolar de 1870 que impuso le enseñanza primaria obligatoria, y la ley electoral de 1884 que despertó la necesidad de estar políticamente informado. Ya hacia 1816, el Poiiticai Register de Cobbet, órgano del cartismo inglés, supera los 50.000 ejemplares. La prensa 'a un penique' llega, al comenzar la década de 1830, a cifras entre 100 y 200.000 ejemplarees y, finalmente, la 'prensa de fin de semana' proporciona "aquellas 'facilidades psicológicas' que, desde entonces, maculan lafaz de la prensa comercial de masas" 25 . Pero los rasgos dominantes de la prensa finisecular provinieron de Estados Unidos, donde el Sun (1885) de Day y el New York Herald ( 1835) de James Gordon Bennet (.1795-1872) se especializaron en noticias sensacionalistas y dramatizaron la vida cotidiana dándole particular importancia a los crímenes, sucesos insólitos, aventureros, etc. Dos nombres sellan definitivamente este vuelco que da 25 Habermas, Jurgen. Historia y crítica de la opinión pública. México, Gui, 1986, p. 196. (la. ed alemana de 1961). cada vez menos espacio a lo político y literario en el periódico: Joseph Pulitzer (1847-1911), que adquiere en 1883 el New York World y lo lleva de 50.000 a 700.000 • ejemplares en diez años. Y lÑilliam Randolph Hearst (1863-1951), quien luego de cubrir la costa del Pacífico con el Daily Examiner que le legara su padre, un acaudalado senador, adquiere el • I'1orning Journal en 1895, al que luego retitula American, y en 1896 lanza el Evening Journal. No vacila en apelar a ningún recurso para sus campañas políticas, como se pone enevidencia el gobierno para que intervenga militarmente en Cuba, ni para disputarle los mejores periodistas o dibujantes a Pulitzer, incluido Outcault, el inventor de la famosa historieta Yellow Kíd, cuyo color sirvió luego para calificar despectivamente a este tipo de prensa como "amarilla". "Las historias de 'interés humano' se desarrollaron de un modo como nunca pudieron soñar sus predeceso- res, se presentabancon títulos cuidadosamente ele- gidos y, casi siempre, impresos en letras enormes. Ved algunos de ellos: All for a Woman's Love; A Mystery of the River; The Wahl Street Terror. Las informaciones se publicaban ilustradas. En cada número aparecían retratos, escenas vividas y un suplemento del domingo..era totalmente gráfico con imágenes muy bien seleccionadas. Como los anuncios eran cada día más abundantes, el número de páginas aumentaba sin cesar." 26 Introdujeron procedimientos cada vez más ingeniosos para reproducir caricaturas coloreadas y la autotipia, inventada en Europa (1881), pero perfeccionada en Estados Unidos de América, permitió introducir la fotografía. Pero hablar de prensa industrial supone, también, que las noticias están estandarizadas. A eso contribuyeron las agencias internacionales de noticias: en 1892 surge Associated Press, que firma contratos con la alemana Reuter, la inglesa Wolff y la francesa Hayas. Este monopolio tuvo, desde 1907, la competencia de United Press. En Inglatérra, O'Connór, Sted, Harmsworth, Northcliffe, fueron los gestores de una transformación similar, comprobable en la serie de Daily Mail, Daily Mirror y 26 Weiih, George. El diario, Historia y función de la prensa periódica. M ico,.Eondo de Cultura Económica,4q14, pp. 200-201. Daily Express. El tradicional Times de Delaney resistía a. pesar de su precio merced a la eficacia de sus corresponsales en las grandes capitales europeas, pero finalmente entró en crisis y fue adquirido por Northcliffe, en 1908. Una serie de episodios públicos incentivaron la prensa masiva francesa: la meteórica carrera política del general Boulanger, el escándalo de Panamá y finalmente el caso Dreyfus. Figaro de Villemessant, Le GauloiS de Meyer y sobre todo Journal des Débats de Adrien Hébrard resitieron como ..... periódicos serics ..........ref -l.ex-i-vOSde opinión, el embate de la nueva prensa. La que encarnaban Le Petit Journal de Nillaud y Le Petit Parisien de Dupuy: "Los dos rivales los artículos de fondo, los edito- riales; ambos multiplicaron ls noticias breves, cla- ras y sobre los sucesos, los hechos sensacionales, procesos, asesinatos, catástrofes; comprendieron, asimismo, la importancia capital de la novela de folletín, sabiendo que cuando comenzaba.ufla nueva novela la tirada subía o..bajaba de 50 a 80.000 e- jemplares, según que el autor hubiera sabido o no interesar a su público." 2' Los novelones policiales de Gaboriau o Xavier de Montépin, la encarnizada persecución o defensa del capitán judío Dreyfus, sostuvieron su competencia que pronto se amplió hacia las informaciones deportivas. Pero los grandes imitadores de la nueva prensa norteamericana fueron Le Matin, Le Journai. y L'Echo de Paris. Con ese estilo saltaron, entre 1890 y 1912, aproximadamente, de 80.000 ejemplares a un millón o un millón y medio de copias vendidas. Sin embargo, el producto periodístico típico de la masividad industrial fue la revista, la que "lucha por apartarSe de la tipografía tradicional de libros y diarios, y por crear una nueva síntesis de texto y fotografía" 28 . Su origen está en el Naine Jaune (1815) fundado por el publicista Louis Cauchois-Lemaire, primero en publicar caricaturas políticas en colores regularmente, aunque es en Caricature morale, politique et littéraire (1830) de Charles Philipon donde aparecen las primeras firmas, nada menos que de Grandville, Gavarny y Daumier, entre otros dibujantes. 27 Ibid., P. 185. 28 Owen, William. Diseño dé revístas. Barcelona, Gui, 1991, p.12 a. Todos pasaron al Charivari (1832), que seria el de mayor éxito durante más de un siglo, a partir de sus cuatro páginas con grabados sobre madera o litografias,, y cuyos artículos no llevan firma hasta 1850, aunque habitualmente Altaroche y Oler ilustraban textos de Gozlari, Fortoul, Bergeron, Guinot, etc. Dar cuenta de novedades literarias y teatrales, así como publicitar ediciones artísticas (el Don Quijote ilustrado por Tony Johannot), da la pauta del nivel de sus lectores. El Punch. TheLohdonCharivari ( 1842) era editado por Henry Mayhaw, Mark Lemon y Joseph Stirling Coyne, con los dibujantes John Leech y Sir John Tenniel y firmas como William M. Thackeray y Thomas Hood. La prensa de información ilustrada surgió, como adelanté, en Inglaterra, con Illustrated London News (1842) de Herbert Ingram y su dibujante Ebenezer Landells; imitado al año siguiente en Paris (L'Illustration) y en Leipzig (Die Illustrierte Zeitung); en 1845 en Lisboa (A .rllustra cao) y en 1857 por Museo Universal de Madrid, convertido luego en La Ilustración Española y Americana. L'Illustration contó en principio con textos anónimos, pero luego sus "collaborateurs littéraires sont parmi les plus grand écrivains de l'époque" 29 . Hablaba mucho de literatura, artes, espectáculos, y apeló poco a la caricatura, seguramente para tomar distancia de las publicaciones satíricas. En ese mismo articulo, Jean Watelet distingue esa "presse illustré de luxe" de la popular que se vendía a 5 ó 10 céntimos, como el Journal illustré (luego Presse illustré), l'Evénement o la Republique illustrée, que adaptaron una fórmula similar para públicos más modestos. Sobresalen en ésta los "faits divers" 3° y las apelaciones patrióticas, los colaboradores literarios habituales son Maupassarit, Daudet, Courteline y Alphonso Allais. A veces modifican sus textos para insertarlos allí o en otros medios similares, pero Maupassant "commence par par publier ses cantes dans la presse avant de les réunir en 29 Watelet, Jean "La prense illustré" en Chart±er, Roger y Martin, Henri-Jean comp. Histoire de l'edition francaise III. Le temps des Editeurs. Du Romantisme a la Bélle Epogue. Paris, Fayard/Cercle de la librairie, 1990, p. 374. Se conoceen francés bajo este nombre a la noticia real pero extraordinaria, transmitida en forma novelada y en general melodramática. Comenzó a emplearla le Petit Journal (1863) y en poco tiempo pasó a ser competidora del folletín en cuanto al interés de los lectores. volumes illustrés, puis en éditions populaires a tr's bas prix" 31 . - Esa bifurcación de la prensa ilustrada francesa me sirve mucho como referencia, dado que entre nosotros, y al menos con Caras y Caretas y su fórmula, que será reiteradamente imitada a lo largo de varias décadas, no podría hablarse de nada similar. En eso influyeron, creo, ciertos avances técnicos que facilitaron la reproducción de la imagen cada vez más económicamente. El tiempo que -requería, por ejemplo, rabarlosbl'oqus - de mader pindiós del siglo XIX y del XX- de un día a un mes, según el tamaño, y preparar un fotograbado apenas demoraba unas horas. La revolución fotográfica impuso un cierto realismo a las ilustraciones y éstas, simultáneamente, apresaron su dinámica con marcos decorativos. En 1872, la zincografía reemplazó la madera por el zinc y el buril por los reactivos químicos, y el fotograbado de medio tono o tramado permitió antes de finalizar el siglo que fotografías en blanco - - y negro y el texto pudieran imprimirse juntos, además de costar diez veces menos que una plana grabada sobre madera. Un dibujante como B. Galanis llevó a la revista satírica L'Assiette au Beurre (1901-1912) litografías a toda página que aprovechaban los aportes pictóricos, del naturalismo al art nouveau, y los grandes impresionistas (Manet, Degas, Monet, Sisley, Pisarro, Renoir) colaboraron con La Vie Moderne, mientras que Toulouse- Lautrec participaba en Le Rire, Figaro Illustré, La Revue Blanche, etc. En España, uno de los modelos para la prensa argentina finisecular, tanto La Ilustración Española y Americana de Abelardo de Carlos, ya mencionada, como La ilustración de Madrid (1870), donde eran animadores los hermanos Valeriano y Gustavo A. Bécquer, apuntaban a un público selecto. - El paratexto dé la primera -"Museo Universal. Periódico de Ciencias, Artes, Literatura,Industria y Conocimientos Utiles" o el de la segunda -"Revista de Política, Ciencias, Artes y Literatura"-- no dejan dudas al respecto y otro síntoma lo constituyen sus dibujos documentales, detallistas, a toda página, con los cuales Juan Comba hizo escuela. Más próximas de las Caras y Caretas rioplatenses, a las que me referiré luego, estuvieron Blanco y Negro (1891), que arranca con un fabuloso tiraje de 20.000 ejemplares y 31 Ibid., p. 377. la sobria indicación "Revista Ilustrada", bajo la dirección de Torcuato Luca de Tena, quien había adquirido novedosa maquinaria alemana para imprimirla en varios colores. Y El Nuevo Mundo (1894) de José del Perojo, que añadió a su "Crónica general de la semana" los atractivos artículos de Fray Candil (Emilio Bobadilla) o Kasabal (José Gutiérrez Abascal), dibujos y fotografías. También cabe hacer referencia al periodismo satírico español. Madrid cómico (1880), que se prolongó hasta 1923, signa toda una épóca, sObre todo bajoia di recc ió r sL5béta satírico Sinesio Delgado, cuyo principal auxiliar fue el dibujante Ramón Cilla, aunque contó asimismo con las plumas de Luis Taboada (De todo un poco), Juan Pérez Zúñiga (Zuñigadas) y Leopoldo Alas (Paliques) Menos exitoso fue el Madrid político (1885), que no pasó del año, pero cuyas caricaturas con unos versos burlones al pfe, debidas a Cilla-Delgado, servirían demodelo a la Caras y Caretas de Buenos Aires. En el primer número, bajo el epígrafe "Nuestros políticos - Francisco Pi y Margall", y la silueta de desproporcionada cabeza con gorro, se leía: "Un patriarca con gorro frigio que adora el pacto liberal; tiene talento, tiene prestigio, habla y escribe que es un prodigio, perb gobierna bastante mal." La Caricatura reconoce, en 1892, la necesidad de que un dibujante (Angel Gutiérrez Pons) y un redactor (Francisco Serrano de la Pedrosa) sean sus responsables y es la publicación que impone "los anuncios en verso" 32 . El rotograbado fue usado comercialmente desde 1910 en Freiburger Zeitung y al año siguiente lo adoptaron L'Illustration y J'ai vu. Permitía una elevada calidad de en la reproducción de tipografía y fotografías, se mantuvo como método para imprimir revistas en colores hasta 1960, cuando lo reemplazó la impresión litográfica off-set. "En los nuevos semanarios, y debido al creciente uso de la fotografía, los editores se veían obli- gados a considerar los formatos de las páginas, aunque por lo general su respuesta se solía redu- Gómez Aparicio, Pedro. Historia del periodismo español de la Revolución de Septiémbre al desastre colonial. Madrid. Editora Ncional,. 1971, p. 631. oir a la ición tradicional de las láminas. Las totografias recibí lo que se denOmi co- mo Itratamiento O' que consistía en que artístiC se las tembe11e0' con gantes orlas, y los retratos se exhibí en forma de vi uras en ñetas ova- ladas, a la manera de las clásicas pint mniatur La intención era, evidentemente la de dignifi0ar' la fotOgr con la iqueta de arte (rara vez se egar0n a 5figur las i- ilustraciones cofl este procedlmnto) Las foto- grafías se 'colgab' en la página como enla pared de una aaleria de arte, sin ngUfla conSi deración de prioridad visual o de tamaño y sin ningún sentido del conjunto."3 Fue el soporte ideal para la exploración gráfica y la equiparación de la imagen con la palabr as flexible 5 basta i890, no obstante, sólo se 5tingu por SUS tap porque los titularesr la disposició n simétrica y las ilustraciones en la página opuesta a la del texto, mantenían criterios de dtSPosición libresca. En la necesidad de diseñar cada página fluyó pueS decisivamtel el requerimiento de hallar un engarce eran sólO entre palabras e ágenes. Estas, a su vez, no iluStratiS hay que considerar asimismo la arrasadora irrupción de la publicidad. mente las calles LOS carteles fueron cubriendo progresiva de Londres y ParíS, en la segunda mitad del siglo XIX, pero fue Jules Cheret quien editó más de mil itOgr 5 rtir de 1866. la con una recurrente figura femenina a pa La imagen dibujada tuvo, asimismo, competencia de fotografi ciP ° ar contra lo cual se levantaron no pocos pecto Enrio SatUé prejuiciOs en un prin Dice al res "La resistencia opuesta por ntación tradi los partida05 inte resados de los sistemas de represe cionales y y grabadores el arraiQ0 de bujantes a la esctructa industrial de periódicos1 revis- tas y libros, retrasó un tanto la normalización del USO profesional de la técnica fotográfica. Pero, en realidad, en cuanto el alemán GeOrg ssenba y otroS 0c luyer0n is 5tigaci0nes y tar el procedimiento f experimentos para adap o tográfico a la reduc0ión mecánica de originales para la impresión (iniciadas en 1878), con la 5U cesiV3 aplicación de la trama retiC al fotO el fotolito y el fotO grabador elbeliograbador 33 ibid.1 p.l b. cromo, etc., la incorporación de la fotografía al medio impreso fue ya irreversible." 34 El magnate de la prensa norteamericana, William R. Hearst, comenzó a intercalar fotos en su Examiner y Paul Nadar, en Francia, publicó las primeras fotos de personajes políticos entre 1886 y 1889. La intervención de los artistas diseñadores fue decisiva comenzó con el movimientó Art........and Crafts: ......Aubey Bearsley en el periódico The Yellow Book desde 1894; John Sloan en el semanario neyorkino radicalizado The Masses; el tipógrafo Will Bradley director de arte de Collier's desde 1907. No cabe cerrar este parágrafo sin dejar constancia del juicio que reservaron los intelectuales a la misma. Y es entre miembros de la llamada Escuela alemana de Frankfurt - donde puede encontrarse ya contradictorias respuestas, que algunos trataron, alambicadamente, de armonizar. En su precursor e inteligente ensayo El arte en la época de su reproductibilidad técnica, Benjamín 35 , tras señalar que . la litografía hizo posible las publicaciones ilustradas -así como la fotografía al cine-, lanza su audaz afirmación de que, en el período de reproducción técnica generalizada, el arte pierde un auraue hasta entonces lo protegiera. Y define esa noción como "autenticidad", "autoridad", "sustancia tradicional". Con lo que la fruición artística pasa de ser una "presencia irrepetible" a ser una "presencia múltiple", lo que no puede intepretarse sino como un resultado democratizador. Lo reproducido sale desde entonces "al encuentro de cada destinatario", provocando "una conmoción de la tradición" o, más aún, "una liquidación general" que ejemplifica con el cine y con una cita de Abel Gance. Satué, Enric..El diséño gráfico. Dede los orígenes hasta nuestros días. Madrid, Alianza Forma, 1988, p. 86. 35 Publicado en la Zeitschrift fur Socialforschung en 1936, cuando se la publicaba en París, adonde se habían refugiado muchos de sus miembros fundadores a causa de las persecuciuories nazis, y en traducción al francés de Pierre Klossowsky, su texto ofrece varias redacciones. Según su traductor al castellano, Jesús Aguirre, fos "benjaminianos de izquierda" acusani Adorno, Horkheimer y la editorial Shurkamp ,de haber censurado ciertos pasajes del testo, en función de ásemej arlo a sus propias concepciones del problema. ¿Liquidación general de qué? De una concepción artística aferrada a lo irrepetible y único, a la mística comunicación individual y aislada. Luego de tal afirmación, de alcances copernicanos, era imprescindibl-e comenzar a pensar y hablar de arte en otros términos.. Todo lo contrario de lo que hicieron Adorno y Horkheimer, quienes se replegaron en la etapa del exilio fuera de Alemania, y especialmente durante su residencia en los Estados Unidos, sobre los requisitos liberales raciocinantes y tradicionales que Benjamin había cuestionado. -'- - -- ••- . Basta leer en tal sentido otro texto clásico, su redacciónconjunta de Dialektik der Aufk1árum (1944), que Héctor Alvarez Murena tradujo para la editorial Sur en 1961. El títúlo mismo implica que la industria cultuital produce una regresión a las categorías mítico-mágicaS pre iluminístas. Una abdicación del pensamiento crítico, "porque la razón misma se ha convertido en un simple accesorio del aparato económico omnicomprensivo" 36 y, en todo caso, la racionalidad técnica está al servicio del mayor rédito posible, del negocio. Esa reificación social es consecuencia de la conversión del capitalismo competitivo en otro monopólico, que ha entronizado como su discurso característico a la publicidad: "Ya en los grandes semanarios norteamericanos Life y Fortune una rápida ojeada apenas logra distin- guir las imágenes y textos publicitarios de los que no lo son." 3 Esta línea de reflexión la continúa Habermas, en especial a propósito de la prensa masiva, en su Strukturwandel der Offentlichkeit. Untersuchungen zu einer Kategorie der burgerlichen Gesellschaft (1961) Para él es clave el contexto en que se dedibujan las fronteras entre público/privado: "junto a la pérdida de la forma privadas de apropiación, desaparece también la 011 comunicación pública acerca de lo apropiado Reitera que la cultura de masas es regresiva, mercantilizada, al servicio de la "distracción y diversión de grupos de consumidores con un nivel 36 Horkheimer, Max y Adorno Theodor W. Dialéctica del Iluminismo. Buenos Aires, Sur, 1961, p. 46. 37 Ibid., p. 195. Habermas, J. Op. cit., p. 192. relativamente bajo de instrucci6n" 39, en lugar de cumplir una función educadora. A las revistas ilustradas las acusa, directamente, dé haber incidido en que "la prensa políticamente raciocinante" haya perdido influencia "en relación a la ampliación del público de los periódicos" e iniciara esos deslizamientos entre ficción y realidad que tanto le disgustan. La lectura del periodismo que propuesta por esta línea - mayoritaria- de raíz frakfurtiana no difiere, en cuanto a los eféctos pédégógÍóáé é±ád Úiá........éntic ...prensa racional, de ciertos postulados que veremos aparecer, más adelante, dentro de la poética literaria liberal- reformista. En lugar de añorar un pasado perdido y producto asimismo de notorias asimetrías socioeconómicaS y culturales, Benjamin mira el presente nos desafía a buscar las claves de una nueva era,partiendo de la certeza de que tsnto la producción como el consumo acababan de adquirir una dominante grupal, superadora del individualismo anterior. Es lo que ejemplifica, en ese ensayo, con el cine. I.3.Primeros semanarios ilustrados argentinos. El éxito de las publicaciones satírico-burlescas es un síntoma temprano del acercamiento de nuevos públicos a la prensa periódica. Se sentían atraídos por sus pocas páginas y reducido texto, que en general acompañaba o encuadraba las dominantes caricaturas. Fue el caso, en la Argentina, de El Mosquito (1863-1893) y de Don Quijote (1883-1903). El primero aparece bajo el paratexto "satírico-burlesco con caricaturas" y según el modelo que marcan el Charivari francés o el Punch londinense. Pero ya en 1867 añade que también es "noticioso y comercial". Tine 4 páginas de 45 por 36 cms., reserva la tapa para la destacada caricatura de un político, militar o funcionario de actualidad y las dos páginas internas a un mosaico caricaturesco. Sólo en la contratapa ofrece algo de textos, a 4 columnas. Henri Meyer, Adam, Monniot, Advinent, son sus primeros y sucesivos caricaturistas políticos, quienes arremeten contra circunstancias de actualidad con un registro agresivo, sobre todo a través de la "Galería de retratos". "En la última página, incluía una sección titulada Ibid., P. 194. Picotones, poblada de diálogos, chistes y anuncios, llenos de situaciones paradójicasy de equívocos, que no respetaban jerarquías políticas, sociales ni religiosas, y que pronto se volvió de lectura o- bligada en los cícrculos vinculados al poder.. La parte escrita se completaba con 'Oíd mortales', 'Suscripción al Mosquito, 'Materiales', 'Publicis- mo' y 'Soliloquios'." 40 -Se muestra particularmente impiadoso con la figura del . (1862-1868), pero también atacan a Mitre, Dardo Rocha, Carlos Tejedor, etc. "Con respecto a las suscripciones, hacia 1886, cuando la revista era impresa en los talleres de los señores Stilier y Laas, tiraba entre 1200 y 1500 ejemplares. Aunque en tiempos de agitación política podía llegar a vender de 3.000 a 4.000. Y, en agosto de 1888, después de dedicar un núme- ro completo a 'El crimen de Olavarría', las ven- tas alcanzaron, luego de dos reediciones, los 26.000 ejemplares." 4 ' Hasta que en 1868 se hace cago de la dirección Henri Stein, quien sería director-gerente en 1872 y director- propietario en 1875; cambia el editor responsable y la distribudión. La colaboración de Eduardo Wilde, bajo el seudónimo de Julio Bambocha -y tal vez algún otro-, lo jerarquiza. Péro tengamos en cuenta dos detalles: apela al consabido recurso del nombre falso para firmar y esas páginas chistosas no pasan a formar parte de sus libros. Además, en los períodos previos a las elecciones, El Mosquito debe competir con numerosas publicaciones similares que proliferan: La Tijera, Doña Mariquita, Antón Perulero... A veces su objetivo excluyente era caricaturizar a deterrriinado personaje, como el ministro Alsina (El sombrero de don Adolfo) o el obispo de Buenos Aires, monseñor Aneiros (El fraile) Más ambicioso, Don Quijote, fundado por el español Eduardo Sojo (Demócrito), contó con otros hábiles dibujantes: Heráclito (Manuel Mayol), Demócrito II (José ° Sánchez, Aurora. "La prensa satírica" en Buenos Aires 1880-2930. La capital de un imperio imaginario. Madrid, Alianza, i'emoria de las ciudades, 1996, p. 333. 41 Cavalaro, Diana. Revistas argentinas el siglo XIX. Buenos Aires, Asociación Argentina de Editores de Revistas, 1996, p. 92. - Maria Cao) . Sus caracteres gráficbs no difieren de los de El Mosquito y • .son comunes, por otra parte, a la mayoría de las publicaciones de esa época que incluían carica- turas, las que se copiaban directamente sobre pie- dras litográficas de 70 centímetos por 50, que sorne- tidas a un procesamiento se utilizaban para la im- presión" 42 atióc abertamente por la revolución, en•l89O, y fustiga sin descanso al oficialismo que surge de la derrota y tergiversación de aquel movimiento; "denunciaban con preferencia los excesos policiales, los vicios parlamentarios y la voracidad fiscal" 43 , razón por la cual Sojo o Cao solían turnarse en presidio, acusados de desacato a las autoridades. En 1893, y después de editar 1580 números, desaparebe El Mosquito, aunque nuevos semanarios satíricos ganan las calles porteñas: El Cascabel, Bric-a-Brac, Falstaff, La caricatura, El cachafaz, etc. La década del 90 se va distinguir, sin embargo, por los semanarios ilustrados, que no están ya a cargo de un dibujante, sino de un equipo o por lo menos de dos responsables, uno de los cuales oficia de redactor. Aunque aparecida en Montevideo, comienzo por la Caras y Caretas que dirigen el escritor español Eustaquio Pellicer y el dibujante germano Charles Schutz. Una de las razones para hacerlo es que en 1897 Pellicer se trasladó a Buenos Aires y continuó aquí su aventura. También en la otra orilla había cundido el periodismo humorístico y satírico-político desde El negro Timoteo (1876-1901) de W. P. Bermúdez, con sus ocho páginas a dos co1umnas , pero el "Semanario festivo" Caras y Caretas, que aparece el domingo 20 de julio de 1890, tiene otras aspiraciones. Su portada carnavalesca presenta a una bailarin&? a una serie variada de máscaras dentro de una especie de L invertida. Deslizadas en diferentes lugares, una pluma y un pincel funcionan como sinécdoques, respectivamente, de 42 Vázquez Lucio, Oscar E. (Siulnas). Historia del humor gráfico y escrito en la Argentina,tomo 1: 1801-1939. Buenos Aires, Eudeba, 1985, p. 170. 43 Sánchez, Aurora, op. cit., p. 338. " Cfr. Cerdá Catalán, Alfonso. Contribución a la historia de la sátira política en el Uruguay: 1897-1904. Montevideo, R.O.U., Facultad de Humanidades y Ciencias, 1965. . . la escritura y del dibujo. Dicha guarda deja libre casi toda la parte derecha para una relevante galería de Caricatura Contemporánea. La - inaugura un político, el Dr. Juan O. Blanco, y la completa, por debajo, una estrofa.atribuible en'principio al propio dibujante: "Prototipo del hombre inteligente, brilló como ministro y en el foro; es constitucional muy consecuente, yun oradortnbeno, que la gente lo llama pico de oro." Las dos páginas centrales, de las ocho que la componían, refuerzan con caricaturas, acotadas por frases o breves diálogos, el humor de actualidad. El resto lo forman algún texto narrativo en prosa costumbrista (Una visita, por A. Llanos), más versos satíricos, una sección Sj5ort y otra Teatros. Si bien reproducen algún texto literario, por ejemplo del peruano Ricardo Palma, casi todo el material es festivo y firmado con seudónimos burlescos: Palpite, Pituitaria, Sátiro, Velarmino Velorio, Pincel, etc. A partir del séptimo número inician la publicación de una novela por entregas (Detrás de un galgo) cuyos capítulos corresponden, sucesiva y cíclicamente, a José Artal, Samuel Blixen, Daniel Muñoz, Alfredo Duhau, Usher Blanco, Enrique Pellicer y Enrique Lemos. En contratapa, la publicidad trasunta las actividades de la clase media comercial, industrial o prestadora de servicios (bazar, bodega, peluquero, fotógrafo, cochería, joyería, dentista, etc.), con avisos que combinan exclusivamente dibujos y versos. Sobresale uno, central, de L. Strauss y Cía., representante (e importador) de casas europeas. Menudencias cierra la serie de textos, en el retiro de contratapa, con chistes, comentarios, algunos ver-ós satíricos más. Y la siguiente invitación: "Caras y Caretas admitirá en sus columnas todos los trabajos, tanto artísticos como literarios, que se le remitan. Siempre, entendiéndose, que sean dignos de publicarse. ¡Animo, genios en embriónV" Esta posible conversión de los lectores en- escritores- colaboradores es uno de los aspectos más interesantes dentro del proceso general de democratización cultural de la época. Iniciado por este tipo de revistas humorísticas, reaparecerá, con otros alcances, eola Caras y Caretas de Buenos Aires y en otro importante semanario ilustrado montevid eano: Rojo y Blanco (1900).. En la segunda entrega, al pi.e de página, añaden una Correspondencia particular. Allí, tras reproducir el seudónimo bajo el cual recibieron la colaboración espontánea y su lugar de procedencia, responden por ejemplo de esta manera: Un gaucho. Florida. No está mal, pero es muy serio y harto tienen los lectores de Caras y Caretas con el drama Inconvertible. Montevideo. Me ha gustado y lo publicaré. Mande su firma. Brillante Sol. Idem. Puede sacarse más partido del asunto, pero es mejor que busque otro tema, porque nunca fueron buenos los arreglos. Ninoche. Idem. Como sátira es muy superficial y como artículo festivo... Además resulta un bombo innecesario ...y además que . todo eso lo dijimos en el primer número. Fulano de tal. Idem. Si tuviera confianza con usted lo llamaba alcornoque. . . Es decir que, si no aceptan su contribución, los escritores aficionados que leen la publicación y envían su aporte, tienen la oportunidad de recibir un juicio al respecto, por lacónico y breve que sea. Saltando abruptamente al número 100, del 26-1896,.cpando la dirije un conocido intelectual uruguayo, Arturo Giménez Pastor, y se encargan de los dibujos Aurelio Giménez y Wimplaine II, la fórmula no ha variado mayormente. Hay un poco más de texto, como la novela por entregas Entre dos fuerzas, del propio director, o la "novela romántica" Nita por Miriam. El retrato de hoy a toda página, y dedicado en ese caso al músico italiano Verdi, la sección La prensa en broma, donde parodian a otras publicaciones periódicas, y Menudencias, ahora firmada por Kiel. Se mantiene, debajo, Correspondencia particular. Sólo advierto un cambio en el tono y que casi todos son rechazos: Pancho Jilguero. Minas. Sí, es del género campero, Si yo nunca lo dudé! Pero.. . a ver ¿comprende usté todo el valor de ese pero? Claro Oscuro. Montevideo. Déclaro que está muy bien versificado; declaro que el asunto no sea tan bueno como la versificación; ydeclaro qué no .... lo publico. Y en todo esto que declaro y que por verdad lo juro tiene usted Claro muy claro lo que saber quiéro Oscuro. F.E. Idem. Aparte usted de mí ¡pronto! ser desmollado y cargoso; porque lo creo a usted un tonto» peligroso. TI opinión. 'Si suprimo' lo que me parezca innecesario, corto lo que no me agrade y saco lo que no sea de interés, como usted lo indica ... me quedo con la firma. El tono se ha vuelto petulante, suelen replicar con versitos burlones, y dan cuenta de un alto porcentaje - inaprovechable, seguro que coincidente con un notorio aumento de los envíos. Mientras Montevideo goza con ese semanario caricaturesco, de este lado del Río de la Plata el público lector asiste a la llegada de otra clase de publicaciones. Sobre su aparición y auge vale consultar el Anuario de la pensa argentina de 1896 que dirigió Jorge Navarro Viola. Editado porPablo Coni, también como una prueba de lo que podían realizar nuestros talleres gráficos, el volumen de 428 páginas, formato y diagramación muy modernas,, incluye facsímiles de numerosos diarios y revistas intercalados y compone, con una selección de los mismos, una tapa sumamente atractiva. En "Nuevos rumbos del periodismo", artículo sin firma que puede suponerse escribió el coordinador, subraya los avances acaecidos en la producción periodística de los últimos veinte aflos. Si los de aquel tiempo expresaban sobre todo "principios políticos o religiosos", posiciones doctrinarias o polémicas, tampoco prescindían de artículos literarios "en una época en 'que se publicaban escasos libros" 45 . Sin embargo, "faltaban otras cualidades esenciales en ese periodismo: el diletantismo y la tijera contribuían mucho más que la pluma a la formación del diario", que respondía directamente a las ideas del director y carecía, pues, de "impersonalidad". Sorprende con qué flexibilidad advierte los cambios que estaban produciéndose en la temporalidad cotidiana: 41 "Nuevos rumbos del periodismo" s/f, en Anuario de la prensa argentina. Buenos Aires, Con±, 1897, pp. 5-6. 46 Ibid., p. 7. • .el público no tiene ya tiempo de leer; tiene sed de algo nuevo, sin embargo: desea estar al co- rriente-de lo qu.e pasa, no ya en el país sino en el mundo entero. Sus horizontes se han ensanhado y comprende todo y de todo quiere: literatura y ciencia, política y filosofía, novedades y cróni- ca social o policial." 47 Aunque no lo explicite, esa referencia al escaso -tiempo de lectura y a la mayor brevedad - de ciertos textos - "quién se traga ahora un artículo político de cuatro columnas" 48- está indicando el espacio por donde comenzaban a crecer los semanarios -o quincenarios- ilustrados, un giro desde el modelo periodístico francés al norteamericano, la amalgarna de géneros diversos. También destaca que la prensa finisecular ha multiplicado "la revista de intereses especiales sobre los más variados temas" 49 , los diarios dé gremios y asociaciones más variados. En ese conjunto, sobresale La Biblioteca, cuyos materiales forman "un conjunto armónico completo y único en los países de habla española" 50 . "La prensa ilustrada, que no contaba en un princi- pio más que cón dos o tres representantes destina- dos a la caricatura política, aumenta paulatinamen- te en calidad y número, comenzando la publicación de los periódicos y revistas ilustradas de todo género, tan abundantes hoy. Hasta losmismos dia- rios no vacilan ya en intercalar en sus columnas, grabados que no siempre satisfacen los deseos de un público cada vez más exigente." 5 No pasa desapercibido a su ojo avizor cierta asimetría entre ilustrados y periódicos respecto del aprovechamiento la imagen que, como veremos, estos últimos tardaron bastante en incorporar, niel hecho de que los reporteros, los cables telegráficos y las correspondencias han adquirido igual o mayor importancia que los redactores. Los diarios como La Nación o La Prensa, presentes desde casi treinta años atrá, modificaron su formato, redujeron 47 Anuario de la prensa argentina 1896. Buenos Aires, Coni, 1697, p.22. 48 Ibid., p. 23. 49 Ibid., p. 16. ° Ib-i p. 18. Ibid., pp. 18-19. la sábana para volverla doblable y sus cuatro hojas actuales "son indudablemente de más fácil lectura" 52 para unos lectores que necesitan cada vez más estar al tanto de lo que pasa en muy poco tiempo. Eleodoro Lobos trata la "Legislación de impreita", que reputa casi inexistente, y Roberto Payró "La prensa socialista", con los mismos prejuicios advertidos en otros de sus correligionarios respecto del "atavismo" o "la ignorancia en que están sumergidas las masas populares criollas" 53 . Lo que más le interesa recalo sin embargo, es que a pesar de muchos factores adversos el socialismo crecerá, porque responde a "la marcha lógica y soberana de la evolución" 54 . Menciona varias publicaciones socialistas, de la capital y del interior, y se detiene en La Vanguardia, redactada por Justo, Malgarriga, Piñero, Meyer González, Patroni, etc. "Generalmente coitiene buenos materiales, escritos con estilo reposado, datos de intereés acerca de la situación de la clase obrera, discu.sión y críti- tica de temas sociales, de preocupaciones y erro- res, y hace poco se ha complementado con una sec- ción ilustrada, a cargo de conocidos dibujantes." 55 Vale esta última observación como un bien acogido por el escritor, que oportunidad para menospreciar a la Luego de decir que ese movimiento repercusión en Buenos Aires, ni numerosos", enumera sus publicaciones signo de modernidad no deja pasar la prensa anarquista. no ha tenido "gran sus adeptos son y acota que... ".. .estos periódicos, efímeros e irregulares, care- cen de importancia, su propagandaviolenta es inter - mitente e ineficaz, y no obedece sino al capricho de sus redactores de ocasión, a menudo guiados más por móviles particulares, que pó'1os que pudieran llamarse principios de partido o credo social." 56 Es claro que uno no puede dejar de preguntarse por qué en un contexto conflictivo entre ambas tendencias se dejó que un militante socialista hablara acerca de sus rivales y, en tal sentidb, no cabe duda de que los socialistas 52 Ibid., p. 21. Ibid., p. 59. Ibid., P. 61. Ibid., p. 63. 56 Ibid.,. pp. 66-67. contaban con muchos más intelectuales, lo cual es un índice de su constitución de clase y aun de su misma ideología. Artículos sobre The Standard, "El círculo de la prensa" y unas tablas de "Estadística" completan la primera parte del volumen -en la cual colaboraron, asimismo, Eduardo Holmberg y Carlos Correa Luna -que nos deja esta certidumbre: "Durante el año de 1896 ha habido en la República Argentinas 610 pub1icaciones periódicas sin con- tar las memorias, informes, etc., de las reparti- ciones administrativas o asociaciones y clubs, que, aun cuando se publique con toda regularidad, no pueden ser consdieradas como formando parte de la prensa. De estas 610 publicaciones, 279 corresponden a la capital, 327 a las provincias y 4 a los territorios nciona1es." 57 Entre las materias de los cuadros estadísticos, es sugestivo que, luego de haberle reconocido especial importancia a las publicaciones ilustradas, separen las revistas de "Caricaturas y recreo" de las de "literatura y arte" y pasen por alto alas que cruzaban ambos campos. Por lo contrario, "Periódicos de la capital" pone cuidadosamente en relación la cantidad de publicaciones existente con los más de 700.000 habitantes, la cantidad y tipos de escuelas (363 elementales, una escuela nacional de comercio, dos normales, un Colegio Nacional y 4 facultades), las 9 bibliotecas públicas, 43 teatros y los numerosos centros e instituciones científicas, literarias, profesionales, etc. Actualidades e ilustraciones es el primer rubro consignado, aunque no haya integrado los cuadros estadísticos, y diferencia nueve nacionales y diez extranjeros. Reordeno aquéllos cronológicamente, a partir de Los sucesos ilustrados (1890), semanario de Pascual Marchesano, 4 páginas a 5 columnas, con sucesos policiales y a $ 0,10. Siguen luego La Ilustración Sudamericana (1893), quincenario fundado por R. J. Conteil y J. M. Conte, 24 páginas a 3 columnas, $ 1,25, que publica también una edición uruguaya y es "quizá la más artística de las ilustraciones de la América del Sud". Lectura selecta (1893), quincenal, dirigido por S. A. Ibid., p. 105. Ibid., p. 121. González, 12 páginas a 2 columnas sin indicación de precio; ¡Piff!!;Paff!!, semanario de Benjamín Roqué de 14 páginas a 2 columnas y $ 0,50, que se edita con intermitencias y abarca actualidades, teatros, modas, etc. Buenos Aires (1894), del que hablaré luego, y Búcaro Americano (1895), quincenario familiar y sobre todo femenino dirigido por Clorinda Matto de Turner, 24 páginas a 2 columnas al precio de $ 0,50; Nueva Revista (1895), quincenario fundado por J. M. del Castillo, 16 páginas a 2 columnas y $ 0,50. - Más La revista teatral (1895), que dirigía R. Battaglia, publicación quincenal de 8 páginas a 2 columnas y $ 0,50, que sólo edító unos pocos números, y La voz del hogar (1895), dirigida por Octavio Batolla, 8 páginas a 3 columnas y $ 0,30. La mayoría eran, pues, quincenales, oscilaban entre 4 y 24 páginas y, como se advierte, representaban una novedad editorial de esa década. A ellas les asigno crucial importancia para la constitución de un público lector masivo y por eso me voy a ocupar de algunas como antecedentes directos e inexcusables de Caras y Caretas. Entre los extranjeros mencionan a cuatro españoles (Asturias, El correo de España, El eco de Galicia y El guerrillero español), tres italianos (11 Giornale Illustrato, L'Italia Illustrata y La Patria Illustrata), dos ingleses ,.(The Arrow y The St. Andrews Gazette, muy a la norteamericana y "digna de especial mención por la hermosura de sus grabados" 59 ), y la bilingue Revue Illustrée du Rio de la Plata. Me asombra que no incluyan ninguna referencia a Buenos Aires ilustrado, que había comenzado a salir en mayo de 1892, aunque dejara de hacerlo antes del año. Revista mensual literaria fundada por Juan Carlos Martínez y dirigida por Julián Martel y José Luis Cantilo, anuncia en su primera carátula "Arte, Literatura, Teatros, Mundo Social, História, Novedades". Fue uno de los semanarios ilustrados iniciales con mayores aspiraciones, como lo revela su precio: $ 2. En tapa, incluyen una fotografía de la estatua del general San Martín, que ocupa tres cuartas partes del espacio derecho y apoya sobre la base. El resto, a la izquierda y arriba, tiene el formato de una L invertida y ahí constan todas las leyendas que transcribí, sobre un fondo de adorno floral que asienta a su vez encima de un soporte decorativo con columnitas y un relieve marmóreo similar al de los monumentos, para Ibid., P. 127. albergar el nombre de los directores y la figura de un ave de rapiña. Esa foto de tapa, como muchas de las que aparecen en el interior, lleva la firma Coil S. C. y pertence a unode los comercios que publicitan en la revista, el Gran Taller de Foto-Grabado de Emilio Coli y Cía., Chile 2164, que oferta: "Se hacen grabados en zinc, fotograbados directos, etc. • Reproducción de cuadros al óleo, acuarelas y toda clase de dibujos. Ilustraciones de obras y revistas. Materiales de primer orden." Adentro,un grabado antiguo de la ciudad, con el sol apareciendo anacrónicamente por detrás, deja leer superpuestos el título, el mencionado paratexto y arriba, entre los rayos solares, un águila que sostiene por el pico una cinta con la inscripción: "Toujours en avant". A la izquierda y dentro de un círculo negro, la figura de una mujer y CALIOPE. Fundador y Administrador Juan Cárlos Martínez (sic) cierra el cabezal. Por debajo, varias veces recuadrados, C. M. Jolly & Cía. Casa fundada en 1848, anuncia que es la encargada de recibir las suscripciones "de nuestro periódico Buenos Aires Ilustrado para todas las Provincias de la República Argentina". En las páginas siguientes, la izquierda está dedicada a publicidad (Aserradero del Aguila, Gran sastrería A la ville de Pau, The Caledonian House, gran surtido de juegos ingleses, la Casa de cambios y pasajes Zappi y la Casa de remates Carlos Olmi) y la derecha oficia de portadilla, repite los datos básicos en el cabezal (más año 1, mayo, número 1) Debajo brinda los Precios de suscripción -el n* $ 2, pago adelantado- y de los avisos- desde $ 2 por mes-, así como una lista de Colaboradores principales: Julio Piquet, Pablo Della Costa, Gabriel Cantilo, Segundo I. Villafañe (Poster), Victoriano E. Montes, Julio L. Jaimes (Brocha Gorda), Alberto I. Gache, Eduardo L. Holmberg, Juan Antonio Argerich, Marco Nereo, Leopoldo Díaz, Mariano de Vedia (Juan Cancio) y Manuel Mayol (Heráclito) Dibujante principal: Martín A. Maiharro. Grabadores: Coli y Cia, Ortega Hnos., Francisco M. Gates y José Nelli. Y cierran con esta nota: "Los numerosos inconvenientes con que se tropieza, al iniciar una obra como ésta, hace que no hayamos obtenido a tiempo el material ofrecido por la mayor parte de nuestros escritores distinguidos, que figuran -más adelante como colaboradores de esta Revista." Toda la diagramación de este costoso semanario - tipografía, guardas y viñetas rococó, suntuosa decoración de las :mayúsculas iniciales de cada nota, fotos de iglesias, teatros, mausoleos, etc.- contribuyen a darle un tono suntuoso. En Lo que somos reconoce que: "No se nos ocultan los contratiempos que tendremos en nuestra empresa; sabemos que muy buenas publi- caciones del género han escollado, que los elemen- tos con que Buenos Aires cuenta, hacen difícil y penosa la existencia de un periódico ilustrado, que el público es en general indiferente, a lo que es nuevo en materia de prensa..." No obstante tal convencimiento, apuestan a esta empresa cuyos objetivos serán: "Entretener, ilustrar, reproducir escenas de la vida social de esta gran ciudad, sus tipos, sus monumentos, sus costumbres, hacer una revista esencialmente local. . . " y bajo el lema Toujours en avant. Lema francés para una revista que se pretende "esencialmente local" señala un desajuste, al cual podríamos reconciliar aclarando que siguió un enfoque ñ'iuy afrancesado para observar aspectos propios. El seudónimo Clairon, la nota "Impresiones parisienses. El Chat Noir" de Julio Piquet y Modas, que firma La Duquesa, así lo acreditan. Esta última comienza diciendo: "Como si siempre hubiéramos sido muy amigas, queri- das lectoras; he aceptado gustosa esta sección por - que ella me proporciona la ocasión de hablar con vosotras, las elegantes, que llamáis la atención en todas partes por vuestro chic parisiense." 60 Menciona a las principales casa de modas parisinas, que "se encuentran muy ocupadas por los espléndidos clientes argentinos", pero aclara también "que en esta gran ciudad existen casas que pueden hacer seria competencia al extranjero". El material eminentemente literario consiste en la estrofa "A una señorita" y en el relato "El latigazo", ambos de Julián Martel. En las dos hojas de publicidad que siguena las 32 centrales, se destacan la tienda A la ciudad de Londres, los objetos de arte de la Casa Lacoste 60 Buenos Aires Ilustrado 1, Buenos Aires, mayo de 1892, p. 32. - y Arte & Fantasía de Florida 122., el Colegio americano de señoritas de Miss Conway y los otros dos talleres de grabados (Gates y Ortega hnos.) que contribuian técnicaTneflte a la impresión.. Las novedades del número 3(1 son una reducción del precio - a $ 1,50 y un dibujo de Vicente F. López por Maiharro, en tapa; una página donde, siempre con el encuadre de motivos florales, reproducen un fragmento de la ópera Garin de Tomás Bretón; "La quincena literaria", columna bibliográfica por El capitán Centellas, una página- fundamentalmente informativa; "La Opera" por Monóculo (con un dibujo "Del natural" por Heráclito) y textos de Del Solar, Mantilla, Poster; la necrológica de Rufino Martínez. "Las grandes casas dé Buenos Aires", con una foto apresada entre los infaltables motivos florales adjuntos, presenta la del Sr. Mariano Un-zué y destaca que en la Avenida Alvear y alrededores de Callao y Santa Fe han surgido muchas "grandes casas... que podrían figurar con honor en cualquiera de las grandes capitales europeas" 62 . Por contraste, la última página está dedicada a Dos atorrantes. Firma Azul, quien dice que esos "tipos clásicos, bohemios de la civilización", pueden hallarse "en los bajos de Palermo, en los caños de la Recoleta, en las proximidades de la Aduana" 63 . Se pregunta entonces: "Qué instinto lleva a los seres de esta naturale- za a alojarse en el portal de la casa en construc- ción, en el caño maestro semi-concluido, en la cue- va fabricada a orillas del río, precisamente en todos los parajes en que su existencia puede arras- trarse como la de la bestia salvaje? Será porque en realidad el espíritu inculto, la inteligencia embotada, las pasiones adormidas, y la inconcien- cia han convertido a aquel ser, que ha perdido has- ta el uso de la palabra, en una bestia moral y material? Ello es posible." Y descarta toda responsabilidad social al asegurarnos, sin mayor fundamento, es claro, que "Viven felices, y que su mayor desgracia sería que pretendiérais aliviar su suerte". Miguel Cané, Bartolomé Mitre y el Arzobispo Aneiros 6 la colección que consulté, la de Ñashington Pereyra, faltaba el segundo número. 62 Buenos Aires Ilustrado 3, Buenos Aires, julio de 1892, p. 69. Ibid., p.72. ocupan las tapas siguientes. En el 4, el nombre de Cantilo figura tachado en tapa y en la portada "Al público" explican que lo reeemplaza el fundador Martínez y que Martel pasa a ser "Director de la parte literaria". "Galería- de- honor de nuestras damas distinguidas", dos páginas dedicadas a la Sra. Carolina Lagos de Pellegrini, miembro de varias Asociaciones de Beneficencia, da la pauta del cerrado ámbito por el que circulaba la revista que, en ese cuarto número, dedica 4 páginas a Angel Della Valle, "autor del cuadro titulado La vuelta al malón", con su retrato y varios grabados dé -ée- cuadro. - - Del 5 sobresalen las páginas laudatorias a Mitre, el autógrafo de Domingo F. Sarmiento que les envía el Dr. Julio Botet, y, en la última página, cuatro "Instantáneas del r. F. Steinius" tomadas a un gato e "Impotencia", poema que Marco Nereo (Alberto Ghiraldo) dedica "a Gabriel Cantilo", y que aborda la dificultad de plasmar el pensamiento en palabras. La que será entrega final, en enero de 1893, aporta como novedad un Almanaque para ese año nuevo y un horario del Ferrocarril Central Argentino, "sin aumentar por eso en nada el valor de cada ejemplar". "A nuestros suscriptores" anticipa que están organizando la Administración, "de rñanera que nuestra publicación venga a hacer (sic) una de las mejores en su género, de las que se publican en Sud América". Luis Berisso escribe sobre Matías Behety, Belisario J. Montero envía fragmentos de De rni diario intimo, hay poemas de Leopoldo Diaz, Casimiro Prieto, Manuel Ugarte, Pedro J. Naón y Julián Martel. "Floricultura nacional - Los orquídeos (degradación -social)" ofrece - en una página cuatro dibujos humorísticos de Maiharro. De modesto nivel literario, este precursory costoso semanario ilustrado certifica que las posibilidades técnicas existían, pero su proyecto apuntó en todo momento a una minoría lectora, cuando ya algunos otros sectores sociales estaban asomándoSé la misma. Buenos Aires, un par de años después, parece un poco más abierto a otras demandas. Dirigida en un - principio por José María Drago, esta Revista - semanal de los jueves apareció el 4 de abril de 1895, con 34 páginas a 3 columnas y al precio de $ 0,50. Alcanzó a editar 213 números, hasta mayo de 1899, pero cambió el formato a partir del 143 (3,15 x 2.40 oms) e introdujo varias modificaciones en la compaginación de la tapa a lo largo de esos años. - Sólo voy a tomar en cuenta sus comienzos, cuando llama la atención que el material se despliegue por un amplio frente que va- desde Laactuaiídad,- -editorial político sin firma pero escrito seguramente por Drago, a un folletín (Aguas primaverales) del escritor ruso Iván Turguenef. En medio había algo de ficción, raramente poesía, alguna nota crítica, artículos de política internacional de Brocha Gorda, Notas de crónica social firmadas con el seudónimo de Blue Ink, y un tercio final con minuciosa información comercial y algún artículo, extenso, dedicado a los avances tecnológicos. Precisamente con éstos estuvieron vinculadas las primeras imágenes de Buenos Aires. En ese -primer número, las fotos de armas de la 'Casa'.Bismarck-SchOnhaUSen 'y --varios croquis ilustrativos. En el segundo, manifiestan un especial interés por los avances de la fotografía animada, en el artículo -que supongo traducido- de Máximo Vuillaume, donde leemos: "Todos los que se dedican al arte fotográfico han buscado los modos de reemplazar el retrato inmóvil por el retrato animado, no contentos con represen- - tar un modelo, exacto sí, pero siempre en una sola posición y sin movimiento, muerto puede decirse, han averiguado la manera de llegar a dar una re- producción fiel de la vida. Las investigaciones científicas hechas hasta ahora han sido coronadas por el éxito." Además de referirse a laspruebas de Marey y Demeny en Francia, o de León Vidal 'y su método cronofotográfico, reproducen fótos de "El golpe de bastón" y de "La risa, pruebas sucesivas obtenidas en un segundo !! (12 placas de un niño sentado y del movimiento lateral de un brazo materno) Las muestras se continúan en el tercer número con seis poses de "Bailarinas", cinco de "Boxeadores" y ocho de un "Prestidigitador", en lo que puede considerarse verdadero preámbulo del invento cinematográfico que sólo unos meses después 'los hermanos Lumier' exhibirían en París. ¿I-iubo en la publicación un equivalente gráfico de tal inquietud? Sí, pero fue emergiendo con mayor lentitud. Primer síntoma, la foto a toda página de un barco intercalado entre la textura del mar y del cielo, muy bien registradas. Y el texto que en la página par titulan Nuestro grabadc lo identifica como "Máquina atrás" de Mauricio Bucquet, que... -- 11 .ha llamado la atención de los artistas en la última exposición de arte fotográfico que ha teni- do lugar en Paris. Segúx;todos los críticos de ar- te parisienses, la obra del señor Bucquet, que es una fotografía, puede, por la perspectiva, el re- lieve, el movimiento, y también el colorido, com- petir con ventaja con cualquier obra del arte- pic- tórico-. - La artística reproducción sobre madera que publi- camos en la página siguiente, se debe al conocido artista Señor Enrique Lauch1i." 64 Por fin, en el sexto número, sobresalen la diagramación - y los dibujos: de Félix Dudart para ilustrar "Cuento japonés. En busca de un tesoro" de Gastón Cerfberr. Es posible que tomaran de alguna publicación extranjera (como en el anterior "Observaciones de una parisiense", traducido por María Solano del New York Herald) este material, que señala un neto corte respecto de la diagramación esquemática de los comienzos. Aquí el dibujo en torno af título, en página 16, y sobre todo la diagramación de la 17, rompen los rroldes anteriores: por la estilización orientalista que, en el caso de los dibujos inferiores y laterales, deja que las figuras agujereen hacia abajo y hacia arriba, respectivamente, los círculos que las circundan. Dichas figuras, además, son típicas, del Arts & Crafts que delineó William Morris en Inglaterra y contó, entre 1888 y 1907, con el impulso creativo de artistas plásticos como Walter Crane, Aubrey V. Beardsley, James McNeill Whistler, etc. "En su producción gráfica, todos ellos se caracte- .. . rizan por el énfasis que conceden a la línea como gesto expresivo, los orígenes de la cual hay que situar en la plástica tradicional japonesa, espe- cialmente en su forma xilográfica, cuyas estampas despertaron- como es sabido- un gran interés entre los impresionistas franceses. De hecho, esas figuras introducen en Buenos Aires un margen de sensualidad ausente hasta ahí y no dejan de recordarnos que la Exposición Universal de París (1878) fue un puente abierto a la expansión orientalista y que Darío, a imitación de sus maestros literarios franceses, buscaba en el Oriente esa clase de expansiones. Advertido eso, me aparece otra pregunta complementaria: ¿la propuesta literaria de Buenos Aires fue igualmente renovadora? En el primer número, "Los Goncourt. Cómo 64 Buenos Aires, 5, Buenos Aires, 2 de mayo de 1895,-p. 8. 61 Satué, Enric.'Op. cit., P. 98. deben leerse sus obras", por Alphonso Daudet, marca un rumbo. En el 3, Alfredo Ebelot, que asume tareas criticas en Buenos Aíres, se ocupa de En routede Huysmans: - "Ese HuysmaflS es un escritor algo raro, pero es to- do un escritor. Posee algunas de las eminentes con- diciones de un artista de buena ley." 66 Para Nordau 67 , por supuest.o, es un "degenerado", pero ojalá hubiera muychos otros similares, se burla Ebelot. Y a continuación se refiere al misticismo de Durtal, que, como el satanismo de La-Bas o el decadentismo de A Rebours... • .representafl otras tantas fases, voluntariamente llevadas a un grado de expresión exagerado y ala- beado, del acobardado cansancio, de la sorda rabia, que fermentan en los en los espíritus contemporáne- os. Y sentir de este modo, traducido con esta fuer- za lo que se agita en el fondo de las almas de una época, basta para optar al título de eximio artis- ta." Esa curiosidad inteligente por lo nuevo que sobrevenía en Europa, particularmente en Francia, tiene su correlato en el sorprendente artículo Impresiones Literarias. El neo- misticismo, de Ricardo Jaimes Freyre. Se queja el joven poeta boliviano de que se califique esa tendencia como "reacción", sobre todo en el caso de Nordau, y argumenta: "La reacción esencialmente idealista, rechaza por igual el naturalismo, el materialismo y el positi- vismo. Es mística, porque en el misticismo hay un gran fondo de consuelo, negado a los espíritus •desde hace mucho tiempo; pero busca también un mundo nuevo de iniciaciones, de ensueños y de mis- terios (...) Huyendo de las miserias de la vida, nunca tan miserable como en estos tiempos de re- finamiento, quiere penetrar en más elevadas, más puras y más arcanas regiones: las del ensueño, la 66 Buenos Aires, 3, Buenos Aires, 18 de abril de 1895, p. 1. 67 El alemán Max Nordau (1849-1923) publicó un ensayo (Entartung, 1992-1993) que despertó muchas resistencias por su rigidez positivista. Consideraba enfermizas todas las manifestaciones artísticas de -la segunda mitad del siglo XIX en Europa, especialmente en Francia. visión y la fe." 68 No conforme con eso, Jaimes Freyre toma posición: "Hoy:nO tiene sitio la crítica doctrinaria", -es necesario considerar "cada obra como una manifestación ruíeva de un nuevo ingenio, más vigoroso o más débil, pero distinto del anterior" 69 . Insiste en promulgar la inutilidad del arte y en un renacimiento idealista que -es uno de los aciertos del artículo- no apuesta a un solo extremo sino a las fusiones:
Compartir