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Arqueología Argentina: El Caso de Asampay

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ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 447
UN APORTE A LA ARQUEOLOGÍA ESPACIAL DESDE
LA ANTROPOLOGÍA SOCIOCULTURAL. 
EL CASO DE LAS VIVIENDAS DE ASAMPAY
(BELÉN, CATAMARCA).
MarTa M. MaFFIa*
Introducción
este trabajo forma parte de una investigación más amplia que realizamos en equipo, junto a ar-
queólogos y antropólogos biólogos, en asampay un poblado de aproximadamente trescientos habitantes, 
que comprende los pequeños grupos poblacionales de Chistín y La agüita, en el valle de Hualfín, a 
unos 50 km. de la ciudad de Belén, provincia de Catamarca.
El valle del Hualfín tiene un perfil asimétrico pues el río corre recostado contra los cerros orien-
tales, el occidente se caracteriza por su amplitud, los grandes depósitos de piedemonte y cursos de agua 
permanentes, factores que lo convierten en una zona apta para la explotación rural. 
Los cerros tienen una variación altitudinal de Oeste a este desde los 2000 m s/n/m en La Falda 
hasta 1500 m al norte de La Ciénaga, que es la parte más baja de la cuenca .
También de norte a sur disminuye la altitud desde 1870m s/n/m en los Baños de Hualfín en el 
cerro homónimo hasta 1480 m s/n/m al Se de La Ciénaga.
el caserío de asampay esta situado al nO del valle, al pie del cerro el Durazno o asampay 
(3717m), en el sistema de sierras que corren por el occidente de norte a Sur cuyas alturas principales 
son el Durazno, el Tolar, alto del Volcán, el Mojón, Soconte, Shincal y Tres Mogotes, con una variación 
entre 3500 a 4500 m s/n/m.
El clima es seco, con humedad insuficiente y el suelo tiene un carácter marcadamente arenoso, 
por lo que la actividad agrícola debe realizarse bajo riego. 
en general el agua es escasa, los ríos se insumen en gran parte de su recorrido y en algunos lugares 
se acumulan arenas formando médanos. Los suelos son esqueléticos muy arenosos y en extensas regiones 
se ha perdido la cubierta vegetal generándose un paisaje de huaquerías o barreales.
en el fondo del valle, bordeando el río Hualfín se extiende el bosque de algarrobo, Chañar, Mistol 
y Tala, que en gran parte está seco. 
La combinación de áreas más húmedas y fértiles, con la utilización de pastos de los cerros, más 
duros pero abundantes, dio pie al asentamiento de grupos indígenas testimoniado por los andenes de 
cultivo y restos de habitaciones.1 
Desarrollo cultural
Durante el Período Formativo (Temprano y Medio, González, 1955)2 en la localidad de asampay se 
han encontrado evidencias de ocupaciones consistentes en fondos de vivienda correspondientes la cultura 
Condorhuasi en su fase río Diablo, también enterratorios de la Cultura Ciénaga y un asentamiento rural, 
del momento de contacto Ciénaga-aguada en el sitio Barrealito de asampay (Sempé et. al, 1996-97)3 . 
* CONICET - Facultad de Ciencias Naturales y Museo. Paseo del Bosque S/N. (1900) La Plata. Argentina. mmaffia@museo.
fcnym.unlp.edu.ar
448 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO
La Cultura Belén (González 1955) se desarrolló durante el Período de Desarrollos Regionales 
(Tardío) del nO argentino en los departamentos de Belén y Tinogasta de la provincia de Catamarca (1100 
a 1480 d.C). en su organización sociopolítica pudo ser un Señorío o Cacicazgo con una jerarquización 
en los poblados. 
esta cultura tuvo su territorio nuclear en el valle de Hualfín, y desde allí se expandió hacia los 
valles aledaños y al ambiente puneño más alto.
Dentro de su territorio nuclear la complejidad social y la jerarquización son evidentes en las 
grandes obras agrícolas y en las diferencias entre sitios habitacionales. 
Durante el período de Influencia Incaica (1480-1535 d.C.) estas jefaturas fuertes fueron subyu-
gadas por la conquista incaica del Noroeste argentino, que significó, por su impacto, un gran cambio 
en las culturas regionales. La posterior conquista española y los cambios sociopolíticos significaron 
el definitivo derrumbe de las modalidades autóctonas y la introducción de la cultura y modo de vida 
español que fue rápidamente asimilado por los grupos indígenas. Hacia el siglo XVIII, la población es 
predominantemente española o españolizada.
Los modelos que expresan las áreas de captación de recursos (Hodder y Horton, 1990)4 tienen una 
fuerte base económica en cuanto a las causas de su elección y tamaño. el estudio de la población actual 
de asampay muestra que la elección del sitio de asentamiento se ha basado en criterios similares, tanto 
en el pasado como en el presente, reconociéndose criterios cualitativos como tipo de suelo y presencia 
de cursos de agua.
en la elección de la localización y en la naturaleza de los yacimientos arqueológicos, así como 
en los asentamientos humanos actuales, no sólo se reflejan razones económicas, también se evidencian 
claras (no siempre) huellas de la incidencia de factores sociales y culturales, en este trabajo queremos 
llamar la atención sobre ellos a fin de posibilitar una mejor interpretación de algunas características y 
distribución de las evidencias arqueológicas en el terreno. en base a los registros actuales aquí discutidos 
podemos suponer que ellas no son aleatorias y que se relacionan con los diferentes modos de vida.
particularmente el concentrarnos en el estudio de las viviendas se debe al hecho que proporcionan 
uno de los mejores medios de relacionar el sistema total de la casa, el asentamiento y el medioambiente 
con el modo de vida. para ello tomamos como marco conceptual fundamentalmente las obras de amos 
rapoport ( antropólogo y arquitecto) y Kevin Lynch (arquitecto), sin excluir otros autores que han pro-
fundizado en la temática del uso del espacio como edward Hall5 ,
Métodos y técnicas de relevamiento y registro.
el referente empírico de este estudio fue constituido, como ya mencionamos, por la pequeña 
localidad de asampay y los puestos cercanos -comprendidos dentro del primero- Chistín y La agüita.
respecto a la documentación sobre la referida población, fueron de suma utilidad los diarios de 
campo del Ingeniero Weisser realizados durante las expediciones arqueológicas al nO argentino entre 
1920 y 1926 y que se hallan en el Departamento Científico de Arqueología del Museo de La Plata. 
Particularmente nos interesó la expedición Nº VII de 1925 donde refiere los hallazgos efectuados 
en la quebrada de asampay y su descripción del contexto. asimismo, la entrevista con el Dr. a. rex 
González quien para 1940 realiza excavaciones en el sitio de la Loma Negra en Asampay donde conoce 
las primeras familias, entre ellas las que habitaban en el caserío de La agüita. 
Otras fuentes utilizadas fueron los archivos Históricos de Catamarca y Córdoba, el archivo 
parroquial y el registro de las personas, la Dirección de riego y Catastro de Belén y Catamarca, estas 
instituciones nos suministraron la escasa información que poseían sobre el poblamiento de asampay y 
localidades vecinas.
 Las características arquitectónicas de las viviendas, se relevaron a través de entrevistas a los 
pobladores y la observación, los datos resultantes de la aplicación de ambas técnicas fueron registrados 
por tres medios, a través de hojas analíticas construidas ad-hoc, fotografías in situ y del mapeo a mano 
alzada de los peridomicilios o terrenos aledaños a las viviendas, de acuerdo a la caracterización efectuada 
por roberto Benencia (1999) 6 para el Departamento río Hondo de Santiago del estero. (Figura 1)
También realizamos un mapa a mano alzada de los asentamientos ( Figura 2 y 3) que posterior-
mente contrastamos con los obtenidos en la Dirección de Catastro provincial.
relevamos un total de 31 viviendas.
ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 449
Ejemplificando a través de la descripción de una de las viviendas tipo.7 
La vivienda tipo está conformada por varios recintos de planta rectangular, distribuidos alrededor 
de un patio de tierra apisonada que funciona como zona de comunicación con otras áreas funcionales de 
la casa y generalmente no presenta ningúntipo de equipamiento ni plantas.
La cocina , pequeña y oscura, esta íntegramente construida en piedra, según la técnica de “pirca 
simple”, situada en un extremo del patio. esta estructura tiene solo una puerta de entrada y una pequeña 
abertura a la altura del techo, que no alcanza para eliminar el humo, que generalmente se propaga dejando 
una profunda capa de hollín en el techo y las paredes. el piso de la cocina es de tierra muy apisonada, 
mezclada con restos de la ceniza del fogón . el fogón está construido con una hilada circular de piedras 
y ubicado en el centro del recinto.
en uno de los extremos del patio se ubican dispuestos en forma de L los otros recintos, dos de los 
cuales son utilizados como dormitorios. el tercer recinto es un comedor y lugar de estar en invierno.
Las paredes también tienen cimiento de pirca doble, realizadas con bloques de adobe (hechos con 
barro y paja sin cocer) construidos por los propios lugareños.
el techo en estas habitaciones tiene solo un agua y se ha realizado por el sistema de torteado. Cada 
habitación tiene una pequeña ventana en un extremo y una puerta que comunica con un área de galería 
abierta al patio, galería que podría denominarse siguiendo la terminología de Fava8 “living vernáculo”. 
el techo de la galería es prolongación del techo de las habitaciones, esta sostenido por horcones de álamo 
que cumplen las funciones de columnas.
anexado al sector habitacional se encuentra la “enramada” que es una especie de cobertizo, 
formado por cuatro horcones que sostienen el techo de ramas. 
Dentro del área correspondiente al segundo círculo, a unos 15 m de la vivienda, se encuentra la 
letrina, construida con ladrillos de adobe y techo torteado. Un horno de barro y leña amontonada; la cis-
terna para depositar el agua, realizada con piedra y cemento; el basurero (sector donde se dejan elementos 
rotos o en desuso como botellas, trapos, bolsas, ollas, zapatos; la viña y el gallinero.
en el tercer círculo se encuentra la chacra, es decir la plantación de maíz y zapallo, algunos árboles 
frutales y un corral grande de planta circular construido con pirca. ( Ver ejemplo en Figura 1)
La relación entre la vivienda y el asentamiento 
Como ya lo señalamos en la introducción, la vivienda no puede ser entendida aislada de su 
asentamiento, sino que ha de ser considerada como una parte de todo el sistema social y espacial que 
relaciona la casa, el modo de vida, y el medioambiente. el hombre vive en el asentamiento, del que la 
▲ Figura 1
450 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO
vivienda es solamente una parte, y el modo de utilizar ese espacio afecta a la forma de ésta . así como la 
vida de los sujetos se extiende más allá de la vivienda, lo que está fuera de ella, a la vez afecta la forma 
de la misma. es por ello que la vivienda tiene que ser considerada con relación al asentamiento, a sus 
áreas no domésticas, a sus lugares de reunión , al modo cómo se utilizan estos y al movimiento desde 
la vivienda a través de varias transiciones , por ejemplo, la calle, los senderos, y caminos. 
Es numerosa y conocida la literatura etnográfica, en la que se describe como muchos campesinos 
latinoamericanos sólo utilizan la vivienda para dormir, en virtud que la mayor parte de sus actividades 
la realizan fuera de ella. 
en el caso de asampay son las mujeres en primer lugar, los ancianos de ambos sexos y en tercer 
lugar los niños, los que permanecen mayor tiempo en sus viviendas realizando distintos tipos de acti-
vidades . 
 Una parte de los hombres están fuera , trabajando la tierra, en los peridomicilios de sus vivien-
das, en la construcción o reparación de la vivienda propia o ajena y de los edificios públicos (iglesia, 
escuela y posta sanitaria, o caminos) regresando a mediodía para almorzar y a la noche para dormir. Un 
elevado porcentaje de los hombres, en la franja etaria comprendida entre los 17 y 41 años , están fuera 
de asampay, durante la mayor parte del año, son los migrantes internos por razones laborales. ellos 
regresan al hogar para las fiestas, los carnavales o en alguna otra ocasión especial. En estos últimos años 
se han sumado muchas jóvenes mujeres a este movimiento poblacional.9 
 a la clásica tipología o diferenciación entre asentamientos concentrados y dispersos podemos 
agregar una gama variada de distintos grados en el uso del espacio exterior. Según Rapoport (op.cit.:94) 
también esta situación afecta la forma de la vivienda. 
en los asentamientos concentrados distingue dos formas: en una de éstas el asentamiento com-
pleto es considerado como marco de la vida y la vivienda como una parte más cercada y protegida. 
Mientras que en la otra forma, la vivienda es pensada como el marco total de la vida y el asentamiento 
(pueblo, ciudad) ,como un tejido conjuntivo, un espacio casi inútil a atravesar, de naturaleza secundaria 
(rapoport,1974a:97) 
Tanto en asampay como en Chistín, el asentamiento podemos considerarlo, como una unidad 
espacial, que enmarca y da sentido a la vida de los habitantes, como un “campo semántico” 10 y las vi-
viendas como otro campo denotado por los usuarios como un área más íntima a proteger. 
La forma de la casa.
Sin necesariamente intentar construir una teoría general y válida universalmente, rapoport busca 
descubrir qué exposiciones teóricas explican mejor, en primer lugar, la casa y su forma, seleccionando 
los rasgos que parecen más universales, examinándolos en diferentes contextos, de modo de poder 
comprender mejor qué es lo que afecta las formas adoptadas por las viviendas o por grupos de ellas y 
conocer o identificar a qué área o cultura pertenecen. 
en general las teorías , han tendido hacia un intento excesivamente simplista de atribuir la for-
ma a una sola causa, no consiguiendo expresar la complejidad, ignorando muchas veces el hecho que 
la forma edificada manifiesta el entramado de muchos factores y que esta selección de un solo factor 
y los cambios en los tipos de factores seleccionados en diferentes períodos, constituyen en sí mismos, 
fenómenos sociales de gran interés ( rapoport,a.op.cit.:31).
 Todas las explicaciones posibles, para él, no obstante, son variaciones de un solo tema: pueblos 
con distintos ideales y actitudes responden a varios ambientes físicos. estas respuestas varían de un 
sitio a otro debido a los cambios y las diferencias en el juego de los factores sociales, culturales, rituales, 
económicos y físicos. estos factores y respuestas pueden cambiar también gradualmente en un mismo 
lugar con el paso del tiempo; sin embargo, la ausencia de cambios rápidos y la persistencia de la forma 
es una característica de la arquitectura vernácula.
en síntesis , la hipótesis básica de rapoport ( op.cit.:66) es la siguiente: “... la forma de la casa 
no es únicamente resultado de unas fuerzas físicas o de un solo factor causal, sino la consecuencia de 
una serie de factores socioculturales considerados en los términos más amplios. La forma es, a su vez 
codificada por las condiciones climáticas (el entorno físico que imposibilita algunas cosas y facilita 
otras) y por los métodos de construcción, los materiales disponibles y la tecnología (los instrumentos 
para lograr el ambiente deseado).” a las fuerzas socioculturales las llama primarias y, a las demás, se-
cundarias o modificantes.
ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 451
Las fuerzas socioculturales y la forma de la casa.
 
rapoport y anteriormente Lynch en su teoría de la buena forma de la ciudad, toman el concepto 
de género de vida elaborado por el geógrafo Max Sorre (1952:99 y 103)11 “... noción extremadamente 
rica, pues comprende la mayor parte, sino la totalidad, de las actividades del grupo humano.. “ “... los 
géneros de vida son formas activas de adaptación del grupo humano al medio geográfico , comprende 
todos los aspectos materiales, espirituales y socioculturales”. Ellos, según Rapoport (op.cit:67), afectan 
a laforma: “podemos decir que las viviendas y los asentamientos son la expresión física del “genre de 
vie” y que esto constituye su naturaleza simbólica”.
Algunos de los aspectos del” género de vida “que afectan a la forma edificada son los siguientes:
1. las necesidades básicas; 2. la familia; 3. la situación de las mujeres; 4. la privacidad; 5. la comu-
nicación social
1. Se podría hablar -según Rapoport- de necesidades básicas en términos de la necesidad de res-
pirar, comer, beber, sentarse y amar, pero esto por sí solo no nos dice nada, lo importante respecto a la 
forma edificada es el modo definido culturalmente de manejar esas necesidades.
en primer término respecto a la necesidad básica de comer, se requiere conocer las maneras es-
pecíficas de: cómo, dónde se cocina y se come.
resumidamente, la comida diaria de la mayor parte de los pobladores de asampay consiste en: 
guisos, sopa y locro; y las festivas: cabrito y pollo asado, humita, empanadas y mote. Cocinan en fogones 
a leña (en cocinas interiores y exteriores), en hornos de barro y parrillas en el suelo, que se encuentran 
en los patios de las viviendas. Unos pocos usan cocinas a gas. Comen en los recintos que denominamos 
cocinas y comedores, en el invierno, y en las cocinas exteriores y “living vernáculos” en el verano.
 La manera específica de obtener el sustento, también es un aspecto importante a considerar en 
relación de la forma de la vivienda y al asentamiento (rapoport , op.cit.). para nuestro caso en estu-
dio, la mayor parte de los comestibles , son comprados a un abastecedor que recorre la zona en camión 
semanalmente, algunos los adquieren en el comercio local y otros van a Belén . Lo poco que tienen lo 
almacenan en la misma cocina en aparadores de madera o en repisas realizadas sobre la misma pared en 
piedra y barro . Unos pocos alimentos como verduras y frutas son recogidos de sus quintas en temporada 
y eventualmente alguna oveja, cabra o cerdo es carneado, sobre todo, en ocasiones festivas. Tanto la carne 
como las frutas son colgadas para secarse u “orearse” en la tirantería de los techos.
Sentarse es otra necesidad básica, ( rapoport, op.cit.) , mientras que algunas culturas descansan 
en cuclillas, como es normal en asia, otras permanecen de pie, como los aborígenes australianos. Los 
pobladores de asampay y alrededores descansan en sillas, de manufactura casera que están en todas las 
habitaciones. 
De la misma manera que respecto al comer, el dormir no es significativo el hecho de hacerlo, sino 
los muebles, arreglos y espacios que afectan la vivienda, en relación a esta necesidad. Los asampeños 
duermen en habitaciones construidas a tal efecto, con pequeñas ventanas al exterior y numerosas camas 
en su interior casi sin espacio que separe una de otras. Los niños pequeños hasta una edad de 4-5 años 
duermen junto a sus padres y los hermanos mayores en algunas de las otras habitaciones. La viviendas 
generalmente no poseen más de dos o tres habitaciones para dormir, aún para el caso de familias muy 
numerosas . 
2. aunque la mayor parte de los autores coinciden en considerar la familia como universal las 
organizaciones familiares varían en general de cultura en cultura . Las grandes diferencias en la estructura 
familiar son importantes con relación a la forma de las viviendas (y al asentamiento), las cuales varían 
otro tanto. rapoport (op.cit.: 86 y 88) demuestra con numerosos ejemplos que la necesidad básica de la 
familia por sí sola sin ser definida mucho más específicamente, no ofrece una buena comprensión de la 
forma de la casa 
a través de las genealogías y la documentación personal de algunos de los más viejos infor-
mantes, pudimos establecer que para 1890 en asampay, se habrían establecido las primeras familias, 
familias extensas que se sustentaban gracias al trabajo textil de las mujeres y la actividad agrícola de 
los hombres. Hoy el tipo de familia continúa siendo predominantemente extensa, es decir, es aquella 
que resulta de la extensión en el tiempo y por intermedio de los lazos de casamiento, de las relaciones 
entre padres e hijos. en algunos casos estas familias no residen en una misma vivienda sino en unidades 
habitacionales separadas, dentro de lo que parecen ser antiguas territorialidades familiares. por medio 
de los mapeos realizados (a mano alzada) y de los mapas catastrales de la zona, hemos podido observar 
que las familias extensas determinan un cierto agrupamiento en el espacio geográfico que tiene que ver 
452 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO
con mayor o menor cercanía en el espacio genealógico , agrupamiento que de alguna forma se mantiene 
en la distribución de las tumbas familiares en el espacio del cementerio, lo que nos llevaría a pensar en 
un mapa de las relaciones parentales que se replica en otros espacios.
Como otra modalidad observamos diferentes familias elementales descendientes viviendo cerca 
de la casa paterna cualquiera sea ella, pero manteniendo su autonomía tanto como unidad familiar como 
productiva.
respecto a la residencia conyugal en las familias extensas a los nuevos cónyuges se les adicio-
na una habitación en la vivienda familiar de la mujer o del hombre, indistintamente . en otros casos 
la residencia es neolocal, pasando por una etapa previa en que la pareja convive unos años en la casa 
paterna. Luego de un tiempo (a veces hasta cinco años), cuando han podido construir su casa, la nueva 
pareja se muda, pero siempre en las inmediaciones. en el caso de un hijo o hija soltera, vive toda su vida 
con sus padres, ocupándose de ellos en la vejez y heredando la casa, las tierras y el agua. Los derechos 
de herencia no están predeterminados por el sexo o el orden de nacimiento. 
estas modalidades de ocupación del espacio, tienen que ver no sólo con los intereses comunes de 
las familias, las relaciones de cooperación y solidaridad familiar, sino con la particular forma de tenencia 
de la tierra y usos del agua12 .
3. aunque este aspecto está relacionado con el sistema familiar, su importancia demuestra el grado 
de especificación que se necesita al discutir estos factores.
La supremacía de la casa puede asumir formas diferentes, desde la costumbre africana de que 
el hombre visite la de las mujeres y no tenga casa propia, hasta la sutil distinción entre el dominio del 
hombre y el de la mujer en Inglaterra y américa. 
En cada caso hay que considerar lo específico de la solución. ¿Cuál es la situación de la mujer en 
Asampay? ¿Cuál es la distinción que puede darse a nivel de la producción además del sexo, espacialmente 
hay alguna distribución que la distinga?
De modo general las mujeres en asampay son las que mandan en la casa. ese poder les viene, 
por un lado, del control que tienen sobre los alimentos, su preparación y distribución y por otro, por la 
importancia que revistió durante generaciones el trabajo femenino en los telares el que se complementaba 
, en la unidad productiva, con las labores agricola-pastoriles de los hombres13 . Las actividades de las 
mujeres se desarrollan en la vivienda, en cuartos interiores en el invierno y en el verano en el espacio 
semipúblico de los patios y galerías.
en virtud de ello la casa se constituye en un campo social nítidamente femenino, en el centro de 
la sociabilidad cotidiana, por oposición al espacio social masculino. el que podríamos categorizar como 
espacio doméstico, es el utilizado y distribuido en relación a las actividades de cocinar, tejer, lavar, entre 
otras, lugares donde además están dispuestos los objetos, exclusivamente de pertenencia de la mujer;
el cuándo y cómo se arreglan o guardan las pertenencias también es función de las normas micro-
culturales, representativas no sólo de los grandes grupos culturales, sino también de mínimas variaciones 
que hacen único a cada individuo. (Hall,1972)14 
Las paredes y los tirantes de la cocina son utilizadas para depositar alimentos, ollas, sartenes . 
en las galerías - espacioscompartidos por hombres y mujeres- cuelgan los ovillos y madejas de lanas, 
elementos para lavado de ropa y el teñido de la lana; yuyos para el mate y curas caseras. así como 
también las herramientas de labranza, aperos y monturas pertenecientes a los hombres. 
 el fuego en el invierno es instalado en recintos cerrados sólo con una pequeña puerta y ventana . 
También en recintos semiabiertos, delimitados por dos paredes en ele. en general es la mujer la encargada 
de prenderlo y mantenerlo. En este último espacio y en las galerías -en el verano- no sólo se cocina, 
también se prepara la masa del pan en las bateas y se amasa en las máquinas. ellos son esencialmente, 
como ya dijimos, los recintos de sociabilidad cotidiana de las mujeres, allí también hilan, toman mate, 
amamantan a los bebés, mientras conversan o escuchan radio. 
el telar es instalado, en lugares diversos, tanto en el interior como en el exterior de las casas, en 
habitaciones, en las galerías y debajo de las enramadas en los patios, aún en invierno tejen allí acompa-
ñadas de un brasero para atemperar el frío. 
4. e. T. Hall (op. cit.) fue uno de los primeros en llamar la atención sobre la variabilidad cultural 
del uso del espacio, de la escala de los espacios, la tolerancia al ruido, el apiñamiento y la necesidad 
de intimidad. 
A este último aspecto nos referimos como la necesidad de privacidad, de intimidad, fenómeno 
complejo y variado, respecto al cual es de esperar significativas variaciones , respecto a cómo se logra 
y a cuáles son las consideraciones a tener en cuenta. Esta necesidad según Rapoport está vinculada en la 
ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 453
mayor parte de las culturas con las actitudes hacia el sexo y el pudor, en otras ocasiones hacia la riqueza 
personal, la territorialidad, la clase social y la educación , factores que en general afectan nuestros com-
portamientos en vinculación a la privacidad. Ellos pueden incidir, por ejemplo, en el número y tamaño 
de las aberturas, subdivisiones y cercados de una casa en un asentamiento, si los edificios miran hacia 
el interior o hacia el exterior. 
 en primer lugar, en asampay los límites entre una y otra vivienda están establecidos por los 
dueños utilizando cercados de alambre y postes , piedras o simplemente arbustos espinosos, no siempre 
los límites son claros para los extraños a la comunidad, pequeñas puertas de madera, tranqueras o muchas 
veces nada (aparentemente) separa el afuera y el adentro en el frente de una casa. La observaciones fue 
complementadas con entrevistas a los dueños acerca de los límites entre su vivienda y la del vecino , 
materiales utilizados para su establecimiento y dificultades para su demarcado.
 en La agüita no hay límites aparentes entre las viviendas de los distintos grupos familiares que 
constituyen ese pequeño asentamiento. Las unidades habitacionales están construidas en una secuencia, 
a distintas alturas, constituida por : vivienda -cultivos en forma aterrazada y posteriormente espacios 
sin cultivar, los que de alguna manera establecen los límites entre cada uno de los núcleos habitacio-
nales.
en Chistín los límites que separan una vivienda de otra, son espacios sin cultivar. Los destinados 
a cultivos están cercados - pero no como una delimitación del terreno propio del ajeno, que es por todos 
conocidos- sino fundamentalmente para que no penetren los animales.
 Respecto al espacio de caracteres fijos, edward Hall (1972) en “La dimensión oculta”, considera 
que la gente lleva interiorizaciones aprendidas desde el principio de sus vidas. 
Los límites interiores de las viviendas en asampay , están constituidos en general por paredes 
y cortinas de telas, puertas, que separan los cuartos destinados para dormir, comer, mirar televisión, 
conversar. el mayor grado de privacidad es el requerido en relación al dormir y al sexo, las habitaciones 
siempre permanecen cerradas a la vista de los visitantes. Tuvieron que pasar varios años de trabajo 
de campo para poder acceder a ellas, observarlas y fotografiarlas. También la privacidad es buscada 
con respecto a las actividades fisiológicas, pero en menor medida, el baño (la letrina) está situado a 15 
metros de la casa, sin puerta a lo sumo una cortina de tela. Ultimamente se están incorporando a la casa 
y agregando además calefones de leña o carbón para bañarse con agua caliente. en algunas pocas casas 
como en el Carrizal existen dos cuartos uno para bañarse y una pequeña letrina.
5. La reunión de la gente es también una necesidad básica, pero lo que interesa es dónde se reúnen, 
bien en la casa, el café, el baño o la calle, como ocurre en distintas culturas y esto afecta a la forma de 
la casa, (y del asentamiento) no al hecho de reunirse. (rapoport op.cit.:92) 
¿Cuáles son los lugares de reunión en Asampay? fuera de la casa, en general tienen que ver con 
reuniones de toda la comunidad. La escuela , la iglesia y el club, son las tres instituciones alrededor de 
las cuales gira las mayor parte de las actividades festivas del pueblo. La escuela convoca para los días 
patrios , al inicio y finalización de las clases. La Iglesia para los ritos religiosos que acompañan las 
etapas del ciclo vital de los pobladores, nacimientos, casamientos y muerte, comunión, confirmación, y 
fiestas patronales, como la Virgen del Valle -patrona de Catamarca- y la del 8 de diciembre la Inmaculada 
Concepción. 
Muchas de estas fiestas religiosas son acompañadas de actividades “profanas”, reuniones deporti-
vas y danzantes, realizadas en la recientemente inaugurada cancha de fútbol y en el club donde se come, 
tocan conjuntos musicales y se baila. a estos lugares concurren mayormente los jóvenes del lugar y de 
pueblos vecinos como el Tolar, la Ciénaga, el Durazno, entre otros. 
Las reuniones familiares se realizan en las viviendas; para la conversación y el mate se ubican en 
la cocina , en el patio y/o en las galerías.
Un espacio de reciente constitución como espacio de reunión de los jóvenes de ambos sexos, es 
el de la posta sanitaria, surgido a partir de la instalación del único teléfono público de Asampay. Allí se 
reúnen cotidianamente, por las tardes, en la puerta de la posta o en el pequeño cuarto donde está instalado 
el teléfono y un banco, a conversar mientras esperan llamar o ser llamados.
Los hombres adultos mayores y los jóvenes se reúnen en el “boliche del Don X”, una especie de 
almacén de ramos generales, donde expenden bebidas además de alimentos, jabones, entre otras cosas 
y venden los pullos hechos por muchas de las mujeres que trabajan para el dueño. 
Otra cuestión de importancia es, la facilidad con que la gente puede orientarse y transitar en un 
lugar , lugares que permitirían fomentar la sociabilidad, en nuestro caso, serían las “calles”, caminos 
y las sendas. 
454 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO
 La única que podríamos tal vez definir como calle, o que se acerca al concepto moderno de calle, 
en asampay es aquella que pasa por la escuela , la iglesia y el club, y otras vías de tránsito secundarias 
que tienen que ver con la ubicación de los grupos de viviendas. además existen una serie de sendas, que 
en un principio no son fáciles de percibir, que acortan las distancias, que pasan a través de las casas o 
los campos, que permiten no sólo llegar más rápido sino desplazarse por algunos lugares sin ser vistos 
. Finalmente, tenemos sendas que van por los fondos de las casas, las que sólo son los transitadas por 
parientes o amigos. Vemos que en el asentamiento, se reproduce el mismo esquema cognitivo de área 
públicas y privadas que en la vivienda familiar.
 Lo que significan los caminos para ellos está claramente representado en la frase de este viejo 
informante: “el camino es vida”, frase que surge en el contexto de una entrevista acerca de la dura si-
tuación de aislamiento que padecieron cuando no había caminos para llegara los pueblos más próximos 
como La ciénaga, o a Belén para resolver los problemas fundamentalmente de salud. en la Ciénaga 
estuvo el cementerio hasta 1960 aproximadamente y allí debían llevar a sus muertos a enterrar , en los 
hombros, entre varios hombres, por esas sendas difíciles de transitar. el camino (de tierra) que lleva 
hasta la ruta nacional 40 a 15 kilómetros y que posteriormente conecta con Belén, fue producto de la 
iniciativa y el trabajo de la gente de asampay . Las comunicaciones con otros pueblos vecinos como 
El durazno y El Tolar son aún difíciles, ya que son poblaciones que están entre 3000 y 4500 metros de 
altitud. Estas dificultades de acceso aunque menores, aún hoy persisten . A pesar de ello no ha impedido 
el movimiento poblacional, no sólo las migraciones laborales de hombres y mujeres a buscar trabajo 
en la zafra, en las cosechas de la frutas, jojoba y en la construcción civil, sino el comercio (de pullos, 
comestibles, lana, cueros, sal, ganado caprino y mular).
Constancia y cambio 
La naturaleza del hombre y de sus instituciones contienen elementos de constancia y de cambio 
que afectan , sin lugar a dudas, el tema de la forma edificada y que pueden ser considerados con relación 
a la naturaleza biológica, sus percepciones y su comportamiento.
Según Rapoport, las modificaciones que primero aparecen y que son las más fácilmente per-
ceptibles, son las de la forma y la tecnología constructiva, manteniéndose la organización del espacio 
dentro de los patrones tradicionales por mucho más tiempo, ya sea de modo completo, sea a manera 
de un compromiso entre los patrones tradicionales y las innovaciones traídas por el contacto con las 
sociedad envolvente. es probable que esa importancia devenga de hecho de reproducir simbólicamente 
una visión del mundo, que es diferente para cada grupo, y que es tan necesaria para la manutención o el 
mantenimiento del todo cultural coherente que no puede ser descartada sin afectarlo. aunque es bastante 
probable que la organización del espacio no sea solamente reproducción simbólica, sino también un 
agente activo, capaz de actuar sobre cada uno de esos todos culturales, modificando o revitalizándolo, o 
actuando como referencia de comportamiento y constituyéndose en un sistema simbólico no verbal de 
información (Sá,1983:143)15 .
En los últimos años, en Asampay, aunque no en los otros parajes estudiados, la introducción de la 
luz eléctrica para uso doméstico y el agua corriente han provocado una serie de cambios significativos en 
la estructuración y uso del espacio, tanto en los materiales utilizados como en el diseño de las construc-
ciones. Estas modificaciones pueden atribuirse también a una política sanitaria más intensa, en algunos 
períodos, sobre la relación chagas, vinchuca y viviendas tradicionales; a las nuevas representaciones 
acerca de las viviendas por la influencia de los medios de comunicación, principalmente televisión y la 
información transmitida por los migrantes (hombres y mujeres que trabajan fuera de la localidad). 
respecto a los materiales se advierte el remplazo de los bloque de adobe por ladrillos huecos de 
cemento, realizados en la misma localidad, el techo de torteado tradicional ha sido reemplazado por 
chapas metálicas o losa y los pisos de cemento sustituyen al apisonado de tierra.
Los cambios en el diseño de la planta tienen que ver con la incorporación del baño en el interior 
de la vivienda, así como también la cocina y el cerramiento de las galerías que se constituyen en un 
nuevo espacio de uso para: dormir, mirar televisión, la protección de los nuevos artefactos domésticos 
como la cocina a gas, la heladera, el equipo de música y el televisor. 
a nivel de terminación de las paredes se incorpora el revoque y posterior pintura de las mismas, 
lo que está relacionado no sólo con una nueva concepción estética y manifestación o signo de progre-
so, sino con las campañas escolares y sanitarias en la población, contra el mal de Chagas, enfermedad 
endémica en la zona. 
ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 455
para concluir, el panorama descripto nos lleva a remarcar lo no azaroso de la forma de la casa , 
de la distribución de objetos mobiliarios, artefactos varios, etc., de las transformaciones sufridas por las 
viviendas y los asentamientos y su íntima relación con factores múltiples, específicamente los de 
orden sociocultural como el manejo de las necesidades básicas, el parentesco, la organización familiar, 
la situación de la mujer, la estructura de poder- para este caso particular- el régimen de tenencia de la 
tierra y el agua, las campañas educativas y de salud, entre otros. Aspectos que aún considerando las dis-
tancias temporales, sin lugar a dudas , deben ser tenidos en cuenta en la interpretación de los mapas de 
distribución de los restos arqueológicos y en las reconstrucciones hipotéticas de los sitios de vivienda.
Agradecimientos
A la arquitecta Graciela Fichera por sus exhaustivas correcciones y la guía bibliográfica brin-
dada en los temas de su especialidad; a las colegas Dra. Carlota Sempé y Lic. Bernarda Zubrzycki por 
la atenta lectura del trabajo; a la Lic. Virginia Dubarbier por el diseño y confección de mapas y a los 
alumnos de Métodos y Técnicas de la Investigación Sociocultural que han participado en las campañas 
a Asampay, por sus valiosos aportes en la tarea conjunta de aprender y enseñar.
Notas
1 González A. R.; Cowgill G. 1975. Cronología del valle del Hualfín. actas y trabajos del primer Congreso nacional de ar-
queología argentina. rosario. 
 Sempé M. C. 1981. Investigaciones arqueológicas en el Departamento de Belén. Novedades del Museo de La Plata, Vol. 1 
nro. 2. 
 Sempé M. C. 1994. Contacto cultural Ciénaga aguada en el Departamento Belén, Catamarca. actas del Congreso nacional 
de arqueología Chilena. antofagasta.
 2 González A. R 1955 .Contextos culturales y cronología relativa en el área Central del NO Argentino. Anales de Arqueología 
y Etnología XII. Universidad nacional de Cuyo.
 3 Sempé, M.C.; Balesta, B.; zagorodny, n. 1996-97. Barrealito de azampay: Un sitio Ciénaga-aguada. Shincal nº6. revista 
de la escuela de arqueología. Universidad nacional de Catamarca.
 4 Hodder, I; Horton, C. 1990. análisis espacial en arqueología. ed. Crítica Barcelona
 5 rapoport, a. 1974a. Vivienda y cultura. Ed. Gustavo Gili. Barcelona
 1974b. Aspectos de la calidad del entorno. La Gaya Ciencia, S.A. Barcelona
 1978. Aspectos humanos de la forma urbana. Ed. Gustavo Gili, S.A. Barcelona
 Lynch, K.1981. A Theory of Good City Form. Massachusetts Institute of Technology, Cambridge. Mass.
 Hall, e. 1959. The silent Language. Doubleday, new york.
 1968. “proxemic” en Current Anthropology, 9, p. 83-95
 1972. La dimensión oculta. Siglo XXI editores. Madrid.
6 Benencia, r. 1999. aspectos metodológicos de una investigación sobre población y salud en áreas rurales. el uso de indica-
dores simples y complejos. Giarraca, N. (Comp.) Estudios Rurales. Teorías, problemas y estrategias metodológicas. editorial 
La Colmena, Buenos aires.
 7 Zubrzycki, B.; Maffia, M.; Balesta, B.; Zagorodny, N. 1999. La casa de Don Francisco. Un ejemplo de la arquitectura rural en 
la localidad de asampay, Catamarca (argentina). ponencia presentada en el XIII Congreso nacional de arqueología argentina, 
Córdoba.
 8 Fava, J. 1993. La vivienda vernácula en Argentina. Bases para un proyecto de etnodesarrollo autogestionado. Buenos ai-
res.
 9 Maffia, M; Zubrzycki B. 2001. Migraciones en Catamarca: el caso de la pequeña localidad de Asampay. Estudios Migratorios 
Latinoamericanos, nro. 47, Buenos aires 
 10 novaes, S . 1983. as casas na organizaçao social do espacio bororo. novaes, S.(org.) Habitaçoes indígenas. editora da 
Universidade de Sao paulo. pág.71.
 11 Sorre, M. 1984. Geografía. editora atica. Sao paulo.
 12 Maffia, M;Pastorino, L; Zubrzycki, B; De Luca, M. 1999. La propiedad de la tierra y el agua en Asampay, Catamarca. Una 
visión desde la antropología Sociocultural y el Derecho. Actas electrónicas de las Primeras Jornadas Interdisciplinarias de 
Estudios Agrarios y Agroindustriales. Buenos aires, argentina. (CD-rOM, ISBn 950-29-0556-3). 
 Pastorino, L; De Luca, M; Zubrzycki, B; Maffia, M. 2000. La articulación entre la normativa legal vigente y la tradición 
consuetudinaria en relación con la tierra y el agua en el departamento de Belén, provincia de Catamarca. Actas electrónicas 
de las Segundas Jornadas Platenses de Geografía. La plata, argentina. 
 13 Aunque no se refieren específicamente a Asampay no podemos dejar de mencionar los trabajos realizados en la zona de Her-
mitte , Herrán y Klein: Hermitte, e. ; Klein, H. 1972. Crecimiento y estructura de una comunidad provinciana de tejedores 
de ponchos: Belén 1678-1869. Documento de Trabajo, Centro de Investigaciones Sociales, Instituto Torcuato Di Tella, Buenos 
aires. 
 Hermite, E.; Herrán, C. 1970. ¿Patronazgo o cooperativismo?. Obstáculos a la modificación del sistema de interacción social 
456 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO
en una comunidad del nOa. Revista Latinoamericana de Sociología 2:293-317, Facultad de Filosofía y Letras, UBa. Buenos 
aires.
 Hermitte, e.; Herrán, C. 1977. Sistema productivo, instituciones intersticiales y formas de articulación social en una comunidad 
del noroeste argentino. Hermitte, H y Bartolomé, L (Comp.) Procesos de articulación social. amorrortu editores, Buenos 
aires. 
 Herrán, C. 1975. Informe Final Relevamiento de los departamentos Santa María, Tinogasta, La Paz y Ancasti del estudio 
Migraciones y Estructura Social en la Provincia de Catamarca. Consejo Federal de Inversiones, Buenos aires. 
 1979. Migraciones temporarias y articulación social en el valle de Santa María, Catamarca. Desarrollo Económico 
Vol. 19, nro. 74, Buenos aires.
 14 Hall, e. 1972. La dimensión oculta. Siglo XXI editores. Madrid.
 15 Sá,C. 1983. Observaçoes sobre a habitaçao em tres grupos indígenas brasileiros. novaes, S.(org.) 
 Habitaçoes indígenas. editora da Universidade de Sao paulo. Sao paulo.
▲ Figura 2
▲ Figura 3
ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 457
LAS CASAS DEL SOL PONIENTE:
OBSERVACIÓN ASTRONÓMICA Y ARQUITECTURA
EN EL POBLADO DE RINCÓN CHICO,
PROVINCIA DE CATAMARCA.
ALEJANDRA D. REyNOSO*
Arqueología y Astronomía: el por qué de una relación 
 
el desarrollo del conocimiento astronómico se vincula con la organización socioeconómica de 
un grupo estableciendo referencias temporales regulares para la planificación de diferentes actividades, 
como la subsistencia, la administración y el ritual (calendarios agrícola, civil y ritual). 
Una de las formas de ordenar o medir el tiempo es a partir de la observación de fenómenos as-
tronómicos, buscando regularidades en su manifestación, es decir, procesos cíclicos. Se puede observar 
y estudiar el movimiento del sol, la luna y los planetas y estrellas más brillantes. La elaboración de un 
calendario solar permite la organización de actividades a largo plazo, funcionando como un marco de 
referencia dentro del cual definir eventos anuales importantes. Es por esto que el calendario solar es 
sumamente útil para el desarrollo de las prácticas agrícolas. 
El desplazamiento cíclico del sol en el horizonte ofrece, entonces, un marco para la planificación 
anual. Cuatro momentos estructuran el año solar en estaciones: solsticio de junio, equinoccio de sep-
tiembre, solsticio de diciembre y equinoccio de marzo. Desde puntos de observación específicos este 
desplazamiento aparente puede estudiarse y generar así un conocimiento práctico importante.
A su vez, dicho conocimiento puede fijarse y perpetuarse a través de la arquitectura, determinando 
la ubicación, orientación y características de algunas construcciones. De esta manera, la producción del 
conocimiento astronómico se relaciona con la planificación arquitectónica.
numerosas crónicas nos ofrecen testimonio sobre distintas sociedades agropastoriles americanas 
que realizaban observaciones astronómicas para elaborar calendarios agrícolas y rituales. por ejemplo, 
distintas crónicas del Perú escritas en los siglos XVI y XVII (Betanzos 1551; Calancha 1638; Cobo 1653; 
Cieza de León 1553; Polo de Ondegardo 1546; Garcilazo de la Vega 1609 en Bauer y Dearborn 1998) 
describen el sistema utilizado por los incas para observar el movimiento del sol. Según estos documentos, 
se empleaban pilares en el horizonte que marcaban momentos específicos en el desplazamiento aparente 
del sol. Para Mesoamérica también existen testimonios de la relación entre astronomía y planificación 
arquitectónica (Aveni y Gibbs 1976: 513) y sobre todo de complejos sistemas calendáricos (Maupomé 
1982; Broda 1982). en todos los casos siempre este conocimiento práctico está relacionado con el de-
sarrollo de actividades agrícolas, administrativas y rituales. no es nuestra intención en este momento 
analizar de qué manera podrán ser utilizados dichos documentos. Sólo insistir en que la existencia de 
esta gran cantidad de información relacionada con el papel destacado de las prácticas astronómicas en 
las sociedades prehispánicas hace del tema algo sumamente interesante para ser estudiado.
De esta manera, la arqueoastronomía estudia la forma en que se proyectan o manifiestan los co-
nocimientos astronómicos de las sociedades del pasado intentando determinar qué tipo de conocimientos 
manejaban y de qué forma los adquirían y transmitían. Las investigaciones arqueoastronómicas en 
sociedades americanas prehispánicas se han concentrado principalmente en Mesoamérica y andes Cen-
trales. nos interesa dar algunos ejemplos de dichos trabajos para mostrar la relación entre observación 
* Museo Etnográfico “Juan B. Ambrosetti”, FFyL, UBA.
458 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO
astronómica y arquitectura. Uno de estos estudios fue realizado en Tiwanaku (Bolivia) por pedro parodi 
y Horacio Tignanelli (1991); allí se analizan las funciones astronómicas del Kalasasaya. Como se puede 
ver en la Figura 1 las dimensiones y orientación del edificio se vinculan con las puestas del sol en los 
cuatro momentos clave del año antes mencionados (cuatro momentos que se traducen en tres puntos 
en el espacio, ya que el sol en los dos equinoccios, marzo y septiembre, tiene la misma trayectoria y 
por lo tanto la misma posición en el horizonte). Otro ejemplo, esta vez en México, nos ofrece el trabajo 
de aveni (1980:28) en el cual dice que «la posición del templo circular de Quetzalcóatl, al oeste del 
Templo Mayor a lo largo de su eje alargado, lo hace un punto adecuado desde el cual observar el sol 
elevándose en la ranura entre los oratorios gemelos en el techo del edificio.» esto pudo establecerse a 
partir de reconstrucciones arquitectónicas y de trayectorias solares. por su parte, zuidema (1980) analiza 
el sistema ceque inca y la observación astronómica. Específicamente menciona puntos de observación 
(denominados sucancas) como pilares en el horizonte observables desde Cuzco, los cuales indicaban 
el comienzo de un mes con la salida o puesta del sol en dicho lugar. Como dijimos antes, este sistema 
se describe en las crónicas españolas del Perú de los siglos XVI y XVII. Lo mismo analizan Bauer y 
Dearborn (1998) quienes realizaron prospecciones arqueológicas en Cuzco y otros sitios incaicos.
así, estos ejemplos que hacen referencia a distintos tipos de observatorios solares nos muestran 
que las prácticas de observación de los cuerpos celestes deberían formar parte del conocimiento arqueo-
lógico acerca de estas sociedades pasadas.
▲ Figura 1
Funciones astronómicas del Kalasasaya de Tiwanaku (Parodi y Tignanelli 1991).
Las esquinas del muro oeste central marcan los extremos del desplazamiento aparente del sol sobre 
el horizonte, los solsticios,observados desde el centro de la plaza.
Puntos de partida
a partir de todo lo dicho, es decir, por un lado las características del conocimiento astronómico 
como medio para la medición del tiempo y planificación de actividades, y por otro lado la existencia de 
numerosas crónicas que dan testimonio sobre la realización de prácticas de observación astronómica 
ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 459
y elaboración de calendarios en sociedades agropastoriles americanas, consideramos entonces que la 
observación del sol para establecer un calendario anual, en tanto sucesión de estaciones, pudo haber 
sido una práctica común entre las sociedades agropastoriles precolombinas. Este será nuestro supuesto 
de investigación. 
en algunos casos, sino en la mayoría, las actividades de observación astronómica escaparán al 
estudio arqueológico ya que pueden no tener consecuencias materiales (descontando el caso de que sí las 
tengan pero que no sean percibidas como tales por el investigador), es decir que no habría modificación 
artificial del paisaje. Dichas prácticas pueden consistir simplemente en pararse en un lugar «natural» y 
observar sin ningún tipo de guía artificial (primer tipo de observatorio propuesto en Williamson et al. 
1980). 
por otra parte, una de las formas de señalar las posiciones claves del sol en el horizonte, como 
son los solsticios y equinoccios, es a partir de la alineación de estructuras (por lo menos dos) en función 
de dichas posiciones. así, el punto de observación se vinculará con un punto de referencia. estos dos 
puntos imprescindibles para formar una dirección astronómica pueden ser elementos arquitectónicos (o 
artificiales) o bien, elementos naturales del paisaje. No obstante, es muy importante aclarar que aunque 
un marcador sea natural no indica mera casualidad, ya que previamente se ha realizado una elección 
clave que reside en la determinación del punto de observación. Sólo eligiendo un punto de observación 
específico el rasgo en el horizonte adquiere relevancia como marcador. 
existen dos caminos para establecer una alineación para la observación astronómica. Se puede 
elegir primero el marcador en el horizonte, un rasgo destacado que tendría significado social (por ejemplo 
un cerro nevado) y luego desplazarse hasta ubicarse en un punto de observación desde el cual poder 
ver el fenómeno deseado indicado por el marcador previamente elegido. a su vez, se puede proceder de 
manera opuesta. primero se elige el punto de observación (por las mismas razones antes mencionadas: 
por tener significado social) y luego se determinan los marcadores en aquellos rasgos donde suceden los 
eventos que se desean marcar (como solsticios y equinoccios) (reynoso y pratolongo 2001). 
Los ejemplos de estudios arqueoastronómicos que antes ofrecimos mostraban precisamente las 
consecuencias materiales de posibles prácticas astronómicas puesto que intentamos destacar que dichas 
prácticas pueden convertirse en una variable determinante para la planificación espacial y arquitectónica. 
esta vinculación entre astronomía y arquitectura será nuestra llave para la inferencia. 
El sol hace mil años
antes de continuar es necesario hacer una aclaración fundamental. el fenómeno de precesión, que 
consiste en un movimiento cíclico del eje de rotación de la Tierra como resultado de la marea del Sol y 
la Luna, provoca la variación a lo largo del tiempo de la posición de los astros en el cielo (Levy 1995). 
no obstante, con respecto a las ubicaciones del sol en el horizonte, si se mantienen como constantes el 
punto de observación y la altura del horizonte, aquella posición del sol sobre el horizonte que se observa 
hoy en determinado momento del año será igual a la que pudo observarse en ese mismo momento pero, 
por ejemplo, mil años atrás (Bauer y Dearborn 1998: 209) 
 
Proyecto arqueoaastronómico en Rincón Chico
en la arqueología actual del noroeste argentino la arqueoastronomía constituye un campo poco 
desarrollado. Quizás, en la arqueología de principios del siglo XX, aunque no se realizaran investigaciones 
específicas, pudieron al menos tenerse en cuenta como factores posibles la observación solar y la cons-
trucción en función de ésta. así, adán Quiroga (1901) y Lafone Quevedo (1902) nos informan sobre la 
existencia de un reloj solar en el sitio Fuerte Quemado 1 (Catamarca) a partir de la disposición de cuatro 
menhires en el primer caso y pilares en el segundo (reynoso y pratolongo 2001). Sin embargo, parece 
que estas inquietudes (quizás minoritarias dentro de la arqueología argentina) no tuvieron continuidad. 
no obstante, cabe mencionar el trabajo arqueoastronómico realizado por Orlando Bravo (1993) en las 
ruinas de los nevados del aconquija, provincia de Tucumán, como así también los breves comentarios 
(en forma de notas al pie) que hacen Hyslop y Schobinger (1991:23) y Schobinger (1986:305) acerca 
de un posible observatorio solar en el mencionado sitio. por nuestra parte, consideramos que el tener en 
cuenta la variable de observación astronómica no hará otra cosa que enriquecer la investigación arqueo-
lógica, ya que nos permitiría vincular diferentes aspectos de la organización socioeconómica, política y 
religiosa de las sociedades agropastoriles. 
460 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO
De esta manera, planteamos que determinados elementos de la arquitectura del sitio tardío Rincón 
Chico 1 nos permiten abordar dicha problemática. El sitio (RCh-1) está ubicado a 3 km al sudoeste de 
Santa María (provincia de Catamarca) sobre la margen izquierda del río homónimo. El mismo sería 
un centro poblado o asentamiento residencial que ocupa la cumbre de un espolón rocoso de la sierra 
del Cajón y sus laderas, constituyendo la cabecera de un sistema de sitios distribuidos a lo largo de 
la llanura pedemontana circundante. El conjunto de los sitios conforma la localidad arqueológica de 
Rincón Chico la cual cubre un espacio de 500 ha (Tarragó 1999). Veintidós fechados radiocarbónicos 
muestran una ocupación de al menos siete siglos, entre el s. IX y la conquista europea. 
Las distintas clases de estructuras arquitectónicas, su combinación, densidad y distribución, 
permitieron discriminar sectores con características específicas dentro del sitio. En uno de sus sectores, 
caracterizado como espacio ceremonial por Tarragó y colaboradores, existen tres destacadas estructuras 
sugerentemente alineadas este-oeste de forma ascendente hacia el oeste. este es el sector de la Quebrada 
del puma y el abra del Sol o puerta del Sol (Figura 2). 
Las tres estructuras son las siguientes. en primer lugar, la plataforma Tricolor está cuidadosamente 
trabajada combinando hileras de lajas negras, bloques graníticos rojizos y grandes bloques de cuarzo 
lechoso que representan una figura posiblemente zoomorfa. Está emplazada sobre un filo de pegmatitas; con-
serva una altura de 2 m, con casi 10 m de largo y una planta semicircular de 2,5 m de radio (Figura 3). 
en segundo lugar, el recinto de los Ojitos posee una planta casi semicircular, de perfecta pared 
▲ Figura 2
Plano general de Rincón Chico 1. Area delimitada: sector Quebrada del Puma
(ladera este‑oeste) y Abra del Sol (Dibujo de Sergio Caviglia; tomado de Tarragó 1987).
ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 461
doble de lajas negras en cuyo aparejo externo se insertan dos bloques de cuarzo canteado. Su posición 
dentro del muro y el marcado contraste parecerían mostrarnos dos ojos abiertos (Figura 4). 
Por último, la Plaza 111, una estructura destacada y parcialmente derrumbada al pie de la quebrada 
constituye un amplio espacio abierto con muros perimetrales. Estos últimos también poseen rocas de 
tres colores y en el muro oriental parecen combinarse en hileras con grandes bloques de cuarzo canteado 
(Figura 5). Desde la plaza 111 se pueden observar con claridad, debido a la decoración y a la combinación 
de colores, primero el Recinto de los Ojitos y más arriba aúnla Plataforma Tricolor. Con esto queremos 
destacar la alta visibilidad de las construcciones en cuestión; factor que fue tenido en cuenta, además 
del complejo trabajo arquitectónico, para la caracterización ceremonial de las mismas. por otra parte, 
la decoración de los muros con piedras de distintos colores es considerada como una característica del 
estilo santamariano (Tarragó et al. 1997). 
 
Un reloj en el valle
Además de la sugerente alineación de las mencionadas estructuras queremos destacar su ubica-
ción dentro del plano general. Como se puede observar en la Figura 2, el sitio es realmente grande y 
complejo; abarca un área de 40 ha y para su estudio se discriminaron 12 sectores (Tarragó 1995: 226). 
▲ Figura 3
Plataforma Tricolor en la cima de la Quebrada del Puma.
▲ Figura 4
Recinto de los Ojitos, ubicado aproximadamente en la mitad de la ladera.
462 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO
Las construcciones no se limitan de ninguna manera al sector de la Quebrada del Puma y Abra del 
Sol. ¿Por qué entonces se eligió precisamente la ladera este-oeste para levantar estas construcciones 
únicas en el poblado?
por lo tanto, teniendo en cuenta nuestro supuesto de investigación, la sugerente alineación y ubi-
cación de estas estructuras dentro del plano general, sumado a la importancia vital que tenía la agricultura 
para estas poblaciones, planteamos, en su oportunidad, la siguiente hipótesis:
Las estructuras funcionaron como puntos de observación solar. La proyección de la alineación 
de las tres estructuras coincide con la posición del sol en el horizonte (salida y puesta del sol) en 
los equinoccios. Los puntos de observación son, la Plataforma Tricolor (para observar el horizonte 
este, salida del sol) y la Plaza 111 (para observar el horizonte oeste, puesta del sol). Además, con-
taban con elementos en el espacio (naturales o artificiales) marcadores de los solsticios. Entonces, 
la ubicación y alineación de las tres estructuras y su vinculación con rasgos del paisaje natural se 
relacionan con la observación del sol poniente y naciente en los solsticios y equinoccios. En este 
contexto se ubicaría nuestro propuesto «reloj»: las tres estructuras alineadas. 
A su vez, también desarrollamos algunas reflexiones que se vinculaban con la evaluación de 
nuestra propuesta pero que fueron previas a dicha evaluación. eran dos las posibilidades que podíamos 
esperar: 1- Las estructuras no funcionaron como puntos de observación solar; 2- Las estructuras sí fun-
cionaron como puntos de observación solar. Sin embargo existía una tercera posibilidad que complicaba 
el panorama, y era la siguiente: las estructuras sí funcionaron como puntos de observación solar pero 
el investigador concluye lo contrario por no encontrar elementos marcadores. esta posibilidad podía 
deberse, a su vez, a tres factores: a- Las marcas utilizadas ya no están (problemas de conservación y 
transformación del paisaje); B- Las marcas utilizadas aún están allí, pero no son percibidas como tales 
por el investigador (problemas de interpretación); C- Las marcas destacadas nunca existieron ya que no 
eran necesarias. En este caso sería posible que la comunidad «memorizara» las ubicaciones claves en el 
horizonte basándose en el exhaustivo conocimiento del paisaje. Con estas reflexiones queríamos destacar 
que si no se encontraran marcadores claros, la negación concluyente de nuestra hipótesis podría ser un 
error. previamente había que discutir las posibilidades antes mencionadas.
Primeras observaciones
A partir del trabajo de campo realizado junto con Gerónimo Pratolongo se tomaron los datos 
necesarios para hacer simulaciones en programas astronómicos, registrando las observaciones en grados 
azimut. el azimut es el ángulo que se mide a lo largo del horizonte, en el sentido de las agujas del reloj, 
desde el sur pasando por el oeste (en el hemisferio sur) hasta el punto que está bajo la estrella, en este 
▲ Figura 5
Muro este de la Plaza 111, ubicada al pié de la Quebrada del Puma. 
También aquí se utilizaron piedras de tres colores.
ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 463
caso el sol (Levy 1995). en primer lugar, se constató la alineación de las tres estructuras puesto que hasta 
entonces sólo nos basábamos en los planos del sitio. Si medimos el azimut de la plataforma Tricolor y del 
recinto de los Ojitos desde la plaza 111, coinciden ambas medidas: 81º. Consideramos que esta alinea-
ción es completamente intencional. Es importante destacar que los puntos de observación se definieron 
a partir de un procedimiento deductivo ya que son los puntos extremos de la alineación observada. en la 
Tabla 1 se detallan sus coordenadas. La plataforma Tricolor está 100 m por encima de la plaza 111 y las 
alturas aproximadas sobre el nivel del mar son 1900 m para la plaza y 2000 m para la plataforma.
Puntos extremos de la alineación Coordenadas 
Plaza 111 S 26º 41’ 54,5” 
 W 66º 05’ 05,5” 
Plataforma Tricolor S 26º 41’ 59” 
 W 66º 05’ 23” 
Tabla 1. Datos de posición para los puntos extremos de la alineación
en el campo se decidió incorporar un nuevo rasgo a considerar como posible marcador. notamos 
la importancia visual que tiene el abra del Sol como referencia en el horizonte oeste, siempre observando 
desde la plaza 111. en esta abra conocida por los lugareños como puerta del Sol (Tarragó 1987) se ubica 
un importante recinto: la Casa plomiza (por el color de sus muros de lajas). esta estructura de forma 
rectangular, posee muros dobles de lajas con relleno y rampa de ingreso. el muro exterior, visible desde 
el oriente y casi totalmente derrumbado conserva tres bloques de cuarzo blanco de tamaño uniforme. Se 
trata también de una construcción que se destaca en cuanto a su elaboración (Figura 6).
Simulación astronómica: contrastación virtual
Gracias a la colaboración de Sixto Giménez Benítez y Alejandro López, astrónomos de la Univer-
sidad nacional de La plata, se procesaron las medidas tomadas en el campo en programas astronómicos 
de simulación. Sólo se realizaron los cálculos para el horizonte oeste porque resultó ser el más sugerente; 
entre otras cosas porque la decoración de los muros se observa sólo mirando hacia el oeste y además, 
como ya mencionamos, es allí donde se encuentra la puerta del Sol.
el objetivo de la simulación fue realizar una contrastación virtual y preliminar de nuestra pro-
puesta. A partir de los datos conocidos sobre el movimiento del sol y de la información geográfica del 
▲ Figura 6
Casa Plomiza en el Abra del Sol. Detalle del muro este con tres bloques de cuarzo canteado.
464 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO
lugar (por ejemplo, coordenadas y altitud de los puntos de observación, altura y azimut de determinados 
puntos en el horizonte) se puede calcular en qué rasgos del horizonte se pondría el sol en los solsticios y 
equinoccios. el resultado de la simulación expresa en grados azimuts dichos puntos. para dar un ejemplo: 
si proponemos que durante el equinoccio el sol se pondrá por encima de la plataforma Tricolor esperamos 
entonces que el azimut registrado en el campo para esta estructura coincida con el azimut de puesta en 
los equinoccios resultado de la simulación. exponemos nuestros resultados en la Tabla 2. 
Desde Plaza 111 Horizonte Plataforma Horizonte Abra del Sol
 Tricolor (Casa Plomiza) 
Medida registrada en el campo extremo sur 80º‑ 83º extremo sur 97º‑ 103º
 extremo norte extremo norte 
Resultado de la simulación 79º solsticio de verano 106º equinoccios 
Tabla 2. Comparación de la información registrada en el campo
y el resultado de la simulación astronómica.
 
Como pudimos ver a partir de los resultados de la contrastación preliminar, el azimut de la puesta 
de sol para el solsticio de verano (79º) es muy similar al registrado en el campo para la plataforma Tricolor 
(extremo sur 80º, extremo norte 83º). esto quería decir que era altamente probable que ese día el sol se 
ocultarapor encima de la plataforma Tricolor manteniendo el mismo punto de observación, la plaza 111. 
Según nuestra hipótesis de trabajo la alineación de las tres estructuras habría coincidido con la posición 
del sol en el horizonte durante los equinoccios. Sin embargo, a partir de la simulación pudimos decir que 
no coincidiría con los equinoccios sino con el solsticio de verano. este fue un punto muy importante a 
corregir pero que de todas formas no invalidó nuestra propuesta sino que aportó un nuevo impulso.
por otra parte, el espacio delimitado por el abra del Sol (extremo sur 97º, extremo norte 103º.
Casa plomiza 100º) también parecía ser interesante ya que los grados simulados para los equinoccios 
(106º) se aproximaban.
Por lo tanto, sin duda necesitábamos realizar una evaluación definitiva de estos primeros resultados, 
que por lo demás estaban sujetos a diversas fuentes de error (por ejemplo, la precisión del instrumental 
utilizado). para esto se realizaron observaciones en el campo durante los solsticios y equinoccios. además 
de evaluar lo sucedido durante el solsticio de verano y equinoccios se buscaron posibles marcas (artifi-
ciales o naturales) en el horizonte o proyectadas visualmente hacia éste durante el solsticio de invierno, 
ya que para esta fecha no contábamos con información simulada.
Las casas del sol poniente
 
Punto de observación astronómica: Plaza 111
recordemos que el punto de observación para las puestas del sol, la plaza 111, fue deducido de 
la alineación observada, siendo el extremo inferior de dicha línea. Sería durante el solsticio de verano 
cuando podríamos ver si realmente la plaza fue el punto de observación. Hasta ese momento dimos por 
cierta esta funcionalidad y desde allí realizamos las observaciones en todas las fechas.
esta construcción es denominada en publicaciones anteriores (por ejemplo, Tarragó et. al 1997 
[fig. 3] y Reynoso 2000) Plataforma 111. Pero a partir de las excavaciones del año 2001 se determinó que 
este espacio está delimitado por muros dobles rellenos de no más de 80 cm de alto. en consecuencia, por 
esta nueva información en donde el muro perimetral está rodeando un espacio de aproximadamente 190 
m2, la destacada estructura será definida como plaza, entendiendo por tal un espacio abierto delimitado 
por muro perimétrico. Como mencionamos antes, esta plaza se destaca en cuanto a su emplazamiento y 
decoración del muro externo que mira hacia el este con grandes bloques de cuarzo, pegmatitas rosadas 
y lajas grises combinados en hileras. a partir de los trabajos realizados se pudo observar la alta calidad 
del muro perimetral de esta estructura. Se trata de una pared doble de lajas y bloques de cuarzo y peg-
matita con relleno de pedregullos, de aproximadamente 1,50 m de ancho. en el sector descubierto por 
la excavación, el muro conservaba una altura de 0,60 m y estimamos que no tendría una altura mayor 
de 0,80 m. además, el aparejo interno combina también las mismas materias primas y colores en lo que 
parece ser un diseño especial.
ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 465
Un año en los siglos de Rincón Chico: resultado de las observaciones
Solsticio de Invierno
La relevancia de este solsticio no surgió de la simulación, pero sí creímos verla en el campo. 
aproximadamente a 10 m del punto de observación y en el mismo nivel, se encuentra un gran bloque de 
roca granítica denominado Megalito 30. Su forma escalonada en la mitad que mira hacia el este recuerda 
la forma de un “trono” o cómodo asiento; posee además un mortero tallado en la roca. Hacia el oeste del 
megalito y a 3,50 m se encuentra un bloque más pequeño de piedra rosada con dos morteros en su cara 
superior 2. el azimut del extremo oeste del bloque es 144º, y del extremo este 160º. Dado que el azimut 
de puesta del sol para el 21 de junio es de 156,5º, la proyección de la piedra rosada hacia el horizonte 
coincide con el punto de puesta para esta fecha. entonces, es probable que tanto la piedra rosada como 
el destacado megalito estén vinculados a la puesta del solsticio de invierno. Si esto es así, el marcador 
de este fenómeno no estaría en el horizonte sino proyectado hacia abajo en el mismo nivel desde el cual 
se lo está observando (Figura 7).
Equinoccios
Tanto el 21 de marzo como el 21 de septiembre, el sol tiene en el horizonte la misma posición. 
De esta manera, el sol poniente en los equinoccios y observando desde la Plaza 111, cae en el extremo 
norte de esa “mordida” en el cerro que es el abra del Sol. El azimut para este punto es de 108º. Aunque 
no cae dentro del horizonte de la Casa Plomiza, creemos que aún es relevante ya que el sol se oculta 
dentro de un espacio fácilmente identificable (Figura 8).
Solsticio de Verano 
Hasta este momento debíamos esperar para comprobar si la alineación observada de la Plata-
forma Tricolor, el Recinto de los Ojitos y la Plaza 111, estaba relacionada con alguna orientación de 
importancia para la observación del sol y en consecuencia constatar la función asignada a la plaza 
como observatorio solar.
El 21 de diciembre del año 2000, mirando desde donde debíamos hacerlo, el sol poniente de-
sapareció detrás de la Plataforma Tricolor. 
▲ Figura 7
Sol poniente en el solsticio de invierno. El gran bloque rocoso de la derecha es el Megalito 30 y a la 
izquierda la piedra rosada con los dos morteros. Punto de observación: Plaza 111.
466 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO
El azimut para el punto del horizonte tras el cual el sol se ocultó, es de 81º. Recordemos que 
es la misma medida registrada para la alineación de las tres estructuras mencionadas. Esto nos está 
demostrando no sólo la intencionalidad de dicha alineación, sino fundamentalmente las causas de esta 
intención: marcar de una manera no ambigua aquel momento del año en donde el sol detiene su marcha 
hacia el sur para regresar una y otra vez hacia el norte (Figura 9).
Los resultados de las observaciones a lo largo del año nos llevan a realizar la siguiente evaluación 
(en las Figuras 10 y 11 ilustramos estos resultados y en la Tabla 3 los resumimos). Consideramos que 
tanto lo registrado en el solsticio de invierno como en los equinoccios nos ofrece datos ambiguos debido a 
que no habría en los puntos del horizonte en donde se pone el sol en estas fechas marcadores artificiales 
claros que nos estén indicando una intención real de señalar estos eventos. No obstante, encontramos 
elementos que al menos abren una mínima posibilidad para considerar esta funcionalidad.
▲ Figura 8
Sol poniente durante los equinocios en un punto próximo al extremo norte del Abra del Sol.
Punto de observación: Plaza 111.
▲ Figura 9
Sol poniente en el solsticio de verano. Aproximadamente en la mitad de la ladera se puede apreciar el 
Recinto de los Ojitos. Punto de observación: Plaza 111.
ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 467
Sol poniente Azimut Altura del horizonte Distancia desde Hora 
desde Plaza 111 (ángulo horizontal) (ángulo vertical) Plaza 111 de puesta
Solsticio de Invierno 156,5º +36º 108 m 14:55 PM
Equinoccios 108º +28º 149 m 17:10 PM
Solsticio de Verano 81º +33,5º 168 m 17:35 PM 
▲ Tabla 3. Resultado de las observaciones del sol poniente desde la Plaza 111. 
En cuanto al solsticio de invierno, como ya mencionamos encontramos que la proyección hacia 
el horizonte de una piedra rosada con dos morteros en su cara superior coincide con el punto de puesta 
para ese día. Esta coincidencia es lo observado, lo que no podemos asegurar es que esta piedra fuera 
realmente utilizada como un marcador. Sin embargo, llama nuestra atención los dos morteros que posee, 
debido a que si bien existe una gran cantidad de bloques rocosos (algunos considerados megalitos) al 
pie de esta ladera y alrededor de todo el cerro de Rincón Chico 1, muy pocos poseen morteros y a su vez 
los bloques con morteros están concentrados en otros sectores del sitio vinculados a grupos de viviendas 
▲ Figura 10
468ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO
(por ejemplo en el poblado del bajo, sectores VIII y IX). También es para destacar el megalito (nº 30) 
que está muy próximo al bloque rosado. Su forma sumamente interesante se asemeja a un asiento tallado 
en la roca y además posee un mortero similar a los de la piedra rosada. Quizás, estas particularidades 
puedan ser explicadas por una intención pasada de vincular estos bloques rocosos con el sol poniente 
del solsticio de invierno.
Con respecto a los equinoccios, el lugar de puesta en el horizonte tampoco está indicado artifi-
cialmente. No obstante, el espacio en el horizonte comprendido por el abra del Sol es muy delimitado 
y el desplazamiento del sol por este espacio transcurre en tiempos equinocciales, recorriendo este 
horizonte “mordido” en pocos días. Es decir, el sol poniente termina de recorrer el abra algunos días 
después del equinoccio de septiembre y comienza a recorrerlo pocos días antes del equinoccio de mar-
zo. Una vez más, estas características no nos permiten resolver el problema de la ambigüedad en la 
interpretación de este rasgo natural asociado a una construcción de alta calidad (Casa Plomiza) como 
marcador equinoccial.
Para finalizar y a diferencia de lo sucedido en las otras estaciones del año, consideramos que 
el solsticio de verano ha sido claramente señalado a través de la disposición espacial de estas tres 
estructuras. La Plataforma Tricolor está indicando el punto en el horizonte por el cual se oculta el sol 
en este solsticio, conformando además, el límite sur del desplazamiento solar sobre el horizonte ponien-
te: el sol nunca cruza más allá de la Plataforma Tricolor. La combinación de dicha estructura con el 
destacado Recinto de los Ojitos nos ofrece la orientación desde la cual observar ese fenómeno. Así, la 
Plaza 111 como lugar de observación es el tercer punto en la alineación solsticial. Para establecer una 
alineación de importancia astronómica, alcanza, como es evidente, con establecer dos puntos (que se 
traducen como punto de observación y punto indicador); por esto destacamos la presencia del Recinto 
de los Ojitos como punto intermedio entre los dos extremos. Si bien su función no sería indispensable 
para la observación y marcación del solsticio, su presencia parecería reforzar la proyección visual de 
la línea imaginaria que une el punto de observación con el punto de referencia en el horizonte. Podemos 
decir, entonces, que el Recinto de los Ojitos confirmaría la vinculación entre la Plaza 111 y la Platafor-
ma Tricolor; entre la observación del sol poniente en el solsticio de verano y la intención de señalar y 
comunicar este fenómeno en tanto manifestación del conocimiento astronómico. 
▲ Figura 11
ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO 469
Palabras Finales
el trabajo que aquí presentamos se ubica dentro de un proyecto general, dirigido por la Dra. 
Myriam Tarragó, cuyo objetivo es el estudio de las poblaciones prehispánicas tardías del valle de Santa 
María. Por lo tanto, siempre habrá una complementación entre los objetivos específicos de la proble-
mática aquí planteada y aquellos vinculados al estudio de la dinámica social de la región en su conjunto 
(reynoso y pratolongo 2001).
 Las características especiales de los sectores Quebrada del puma y abra del Sol constituyen algo 
que debemos explicar. en este trabajo lo intentamos. no obstante, la alta calidad arquitectónica y deco-
rativa de sus construcciones no es algo que se desprenda directamente de la observación astronómica, la 
cual sólo explicaría la ubicación, orientación y características arquitectónicas generales de las mismas 
(por ejemplo si la construcción es un recinto o una plataforma). Creemos, que la estrecha relación entre 
las prácticas de observación astronómica y planificación arquitectónica es evidente, al menos, durante un 
momento del ciclo anual. es decir, que dicha actividad puede ser considerada como una de las variables 
determinantes en la organización espacial de este sector dentro del poblado de rincón Chico: la plaza 
111, el recinto de los Ojitos y la plataforma Tricolor conforman, entonces, un observatorio solar que 
señala el sol poniente durante el solsticio de verano. 
por su parte, Tarragó (1987) a partir del estudio de los patrones de asentamiento caracteriza a este 
sector como ceremonial dentro de un contexto de jerarquización social. ahora bien, teniendo en cuenta la 
información que nos ofrecen las crónicas en donde siempre el conocimiento astronómico se vincula tanto 
al desarrollo de actividades productivas como así también a las actividades políticas y rituales, podemos 
pensar que la caracterización de la Quebrada del puma y abra del Sol como posible observatorio solar 
por un lado y como sector ceremonial por el otro, bien podrían ser explicaciones íntimamente relaciona-
das. aquí, deberíamos hacer consideraciones acerca del rol que ocupaba el conocimiento astronómico 
en el desarrollo de las relaciones sociales de estas comunidades. Otra pregunta muy vinculada es por 
qué en determinado momento una sociedad construye o marca artificialmente un rasgo del paisaje rela-
cionado con la observación astronómica. La consecuencia de este «sello social» es sin duda la fijación 
y resignificación de un conocimiento cotidiano, permitiendo la comunicación clara de un fenómeno y la 
perpetuación de dicho saber a través de la transmisión a futuras generaciones. Cuál es, entonces, la causa 
de esta necesidad de comunicación y perpetuación. Si las estructuras de Rincón Chico 1 están fijando 
conocimientos astronómicos deberíamos plantearnos la misma pregunta.
en esta oportunidad dichas cuestiones no pueden ser más que esbozadas. Sin embargo, nos 
muestran las posibilidades de investigación que se desprenden de un estudio arqueoastronómico, el cual 
nos permitiría vincular diferentes aspectos de la organización socioeconómica, política y religiosa de las 
sociedades agropastoriles prehispánicas.
Agradecimientos
Quiero agradecer a todos los que de alguna u otra forma ayudaron a realizar este trabajo (del cual, 
sin embargo, soy responsable). A Myriam Tarragó, Luis González, Javier Nastri, Sixto Giménez Benítez, 
Alejandro López, Marina Marchegiani, Marcelo Cardillo, Luis Marchegiani. A Gerónimo Pratolongo.
Notas
1 Si bien ambos autores denominan Fuerte Quemado a los sitios que describen en sus respectivos trabajos, no se trataría del 
mismo sitio sino de dos asentamientos diferentes separados por 2 km aproximadamente. así también lo nota Kriskautzky 
(1999) . el sitio analizado por Lafone Quevedo (1902) es aquel que hoy se conoce como La Ventanita o Intihuatana de Fuerte 
Quemado. aquel que visita a. Quiroga (1901) es el sitio en donde se encuentra ubicado el calvario actual de la localidad de 
Fuerte Quemado y al que denominamos el Calvario de Fuerte Quemado (reynoso y pratolongo 2001)
2 el mortero del Megalito 30 tiene 11 cm de diámetro y 1 cm de profundidad. Los morteros de la piedra rosada tienen aproxi-
madamente 15 cm de diámetro y casi 2 cm de profundidad.
470 ARQUEOLOGÍA ARGENTINA EN LOS INICIOS DE UN NUEVO SIGLO
Bibliografía
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Otros materiales