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, AREA METROPOLITANA DE SEVILLA ISBN 84-8095-061-7 9 788480 9506 ANÁLISIS DEL MEDIO FíSICO DEL ÁREA METROPOLITANA DE SEVILLA DESCRIPCiÓN, EVALUACIÓN Y SíNTESIS SEVILLA, 1998 ANÁLISIS DEL MEDIO FíSICO DEL ÁREA METROPOLITANA DE SEVILLA DESCRIPCIÓN, EVALUACIÓN Y SíNTESIS Consejería de Obras Públicos y Transportes Dirección General de Ordenación del Territorio y Urbanismo La presente publicación -El medio físico del área metropolitana de Sevillcr es un trabajo elaborado a partir de la información proporcionada por el "Estudio del medio físico y la organización del territorio en el área metropolitana de Sevilla", realizado por la consultora VERDE-ETUASA para el Gabinete de Estudios Metro- politanos. La redacción , así como la elaboración de la cartografía de síntesis, ha estado a cargo de: Guadalupe de la Hera Díaz de Llaño y José Ojeda Zújar La dirección facultativa del "Estudio del medio físico y la organización del territorio del área metropolita- na de SeVi lla" fue realizada por: D. José María Feria Toribio, Geógrafo ; D. Carlos López Canto, Arquitecto y D. Damián Álvarez Sala, In- geniero de Caminos. a cuyo cargo ha estado la coordinación general del trabajo. El equipo de trabajo estuvo formado por: Juan Ignacio Arco Rus, Ana Rosa Campayo Rodríguez, Manuel Clavero Salvador, Bernardo Gil Gómez, Andrea Hessel , Guadalupe de la Hera Díaz de Liaño, Pedro Hernández Hurtado, Carlos López Reguero, José Díaz Quidiello, Juan Eugenio Mena Cabezas, José Ojeda Zújar, Felisa Otero León, Ignacio Pozuelo Meno María Dolores Requena Sánchez, Juan Manuel Romero Valiente, José Manuel Sánchez Biec, Fernando Sancho Royo y Enrique Vallespi García ÁREA Metropolitana de Sevilla : Análisis del Medio Físico / Consejería de Obras Públicas y Transportes , Dirección General de Ordenación del Territorio y Urbanismo , [Gabinete de Estudios Metropolitanos]. - Sevilla: Consejería de Obras Públ icas y Transportes , 1998 132 p. : il. col. ; 26 cm. + 4 planos pleg. - ( Estudios e Informes del Área Metropolitana de Sevilla ; 4 ) ISBN 84-8095-061 -7 1. Andalucía. Junta. 11. Andalucía. Consejeria de Obras Públicas y Transportes. 111. Andaluc ia. Dirección General de Ordenación del Territorio y Urbanismo. IV. Gabinete de Estudios Metropolitanos ( Sevilla ). 1. Área Metropolitana. Sevilla. 2. Ordenación del Territorio. 3. MediO Físico. Sevilla ©JUNTA DE ANDALUcíA. Consejería de Obras Públicas y Transportes Coordina la edición : Secretaría General de Planificación , Departamento de Publicaciones Diseño Gráfico: Faustina Morales Fotocomposición: Teresa Barroso Fotomecánlca: Punto Color ImpreSión: Tecnographlc. S.L. ISBN: 84-8095-061 -7 N.! Registro: JAOP OT-031-98 DepÓSito Legal : SE-2416-98 Estudios e Informes del Área Metropolitana de Sevilla es una serie de documentos técni- cos publicados por la Consejería de Obras Públicas y Transportes, con la finalidad de dar a cono- cer los estudios básicos realizados por el Gabinete de Estudios Metropolitanos como soporte pa- ra el diseño de las líneas maestras de la ordenación territorial y la planificación urbanística del área metropolitana de Sevilla. Introducción Las transformaciones especiales de los ámbitos de mayor desarrollo urbano de la re- gión, especialmente de las aglomeraciones urbanas, justifican que, desde los inicios de la etapa autonómica, la Consejería de Obras Públicas y Transportes desarrolle un pro- grama de estudios que tiene por objeto profundizar en el conocimiento de los procesos y sus consecuencias en la estructura y funcionalidad del territorio. Entre estos estudios, los referidos al reconocimiento del soporte físico y las relaciones entre sus elementos, resul- tan imprescindibles para la comprensión del territorio y, en especial, para el entendimien- to de un ámbito tan peculiar y dinámico como es la aglomeración urbana de Sevilla. La posición privilegiada y estratégica de la capital regional en su entorno físico , y la amplia y variada disponibilidad de recursos naturales, han sustentado una atracción para la actividad y el poblamiento que, en el transcurrir histórico, se ha organizado aten- diendo a las necesidades de cada momento aunque respetando las limitaciones y pe- culiaridades del medio físico-natural. Sin embargo, la dinámica reciente vinculada al de- sarrollo de los usos y funciones metropolitanas, altera y produce desequilibrios en el medio natural, en un medio físico dotado de una gran actividad que condiciona la mor- fología y funcionalidad global del territorio. Es por ello que el estudio "Análisis del medio físico del área metropolitana de Sevilla", elaborado en el proceso de redacción de las Directrices de planificación urbanística, constituye una valiosa aportación para el Plan de Ordenación del Territorio de la aglo- meración urbana de Sevilla, pues el conocimiento del medio que proporciona facilitará que la propuesta de ordenación territorial , actualmente en redacción , sea respetuosa con el medio ambiente y no comprometa el mantenimiento de los recursos naturales existentes. El estudio consta de un profundo análisis de las principales variables que conforman el territorio y que condicionan su ocupación (clima, geomorfología, suelos, hidrología y recursos ambientales) , acompañado de una serie de esquemas y planos que ilustran y ayudan a comprender y localizar los elementos y procesos señalados. La Consejería de Obras Públicas y Transportes espera que la publicación del presen- te estudio permita que las tareas de planificación y el diseño de los modelos de ocupa- ción del espacio tengan una mayor consideración y respeto a las características am- bientales del territorio; así mismo, la difusión de este trabajo contribuirá a que los ciu- dadanos de la ciudad metropolitana posean un mayor conocimiento del medio físico en el que se desenvuelve su actividad cotidiana. Josefina Cruz Vil/alón Directora General de Ordenación del Territorio y Urbanismo Indice general Introducción El clima del área metropolitana de Sevilla 1. Introducción 2. Caracterización climática general 3. Algunas consideraciones sobre el clima urbano La geomorfología del área metropolitana de Sevilla 1. Introducción 2. El substrato litológico 3. La formación del espacio metropolitano 4. El relieve 5. Las limitaciones del medio geomorfológico Los suelos del área metropolitana de Sevi lla 1. Introducción 2. Principales tipos de suelos 3. La capacidad productiva de los suelos del área metropolitana de Sevilla Hidrología superficial del área metropolitana de Sevilla 1. Marco hidrológico 2. Evolución histórica 3. Análisis de la red hidrográfica 4. Determinación y caracterización de zonas susceptibles de inundaciones 5. Conclusiones Hidrología del área metropolitana de Sevilla 1. Introducción 2. Hidrogeología de la margen derecha del Guadalquivir: sistema acu ífero número 27, Almonte-Marismas 3. Hidrogeología de la margen izquierda del Guadalquivir sistema acuífero número 28, Sevilla-Carmona Usos del suelo del área metropolitana de Sevilla 1. La evolución del espacio rural 2. Los usos actuales del suelo 17 19 31 59 67 97 107 Espacios naturales del área metropolitana de Sevilla 117 1. Introducción 2. Identificación de los espacios naturales Conclusiones generales 127 Indice de figuras 1. El clima del área metropolitana de Sevilla 1.1 . Diagrama Ombrotérmico de Gaussen. Sevilla, Tablada 1.2. Horas de sol anuales para la ciudad de Sevilla (1931-1982). Estación de Tablada 1.3. Precipitación anual en la ciudad de Sevilla (1871-1982) . Estación Universidad-Tablada 1.4. Valores medios mensuales de la humedad relativa en las estaciones de Tablada y aeropuerto de San Pablo 1.5. Régimen de vientos en las estaciones de Tablada y aeropuerto de San Pablo 2. La geomorfología del área metropolitana de Sevilla 2.1. Contexto regional del A.M.S.: Neotectónica y unidades macroestructurales 2.2.Síntesis geocronológica 2.3. Columna estratigráfica característica del Área Metropolitana 2.4. Mapa hipsométrico 2.5. Mapa clinométrico 2.6. Unidades de origen estructural denudativo (a) 2.7. Esquema del sector meridional de la plataforma de los Alcores 2.8. Unidades de origen estructural denudativo (b) 2.9. Unidades de origen denudativo 2.10. Esquema del contacto del sector norte del Aljarafe con "El Campo" 2.11 . Unidades de origen fluvio kárstico 2.12. Esquema del sistema fluvial del Guadalquivir 2.13. Unidades de origen fluvial (a) 2.14. Unidades de origen fluvial (b) 3. Los suelos del área metropolitana 3.1 . Los suelos y su aptitud 4. Hidrología superficial del área metropolitana de Sevilla 4.1. Evolución de la red de drenaje 4.2. Aportaciones en el río Guadalquivir. Alcalá del Río 4.3. Caudales medios en el río Guadalquivir. Alcalá del Río 4.4. Aportaciones medias mensuales en el río Guadalquivir. Alcalá del Río 4.5. Caudales medios mensuales en el río Guadalquivir. Alcalá del Río 4.6. Aportaciones en régimen natural del río Guadaira. Alcalá de Guadaira 4.7. Aportaciones medias mensuales en el río Guadaira 19 31 59 67 4.8. Caudales medios mensuales en el río Guadaira 4.9. Aportes medios mensuales del Rivera de Huelva, en El Gergal 4.10. Caudales medios mensuales del Rivera de Huelva , en El Gergal 4.11. Zonas inundables. Río Guadalquivir 4.12. Perfiles longitudinales de las cotas alcanzadas por algunas crecidas 4.13. Cotas de distintos caudales entre El Patrocinio y el puente de Juan Carlos 1 4.14. Zonas inundables. Río Guadaira y arroyos del Copero y Ranillas 4.15. Zonas inundables. Arroyo Almonázar 4.16. Zonas inundables. Arroyos Tamarguillo y Miraflores 4.17. Zonas inundables. Ribera de Huelva y arroyos del norte y centro del Aljarafe 4.18. Zonas inundables. Arroyos del sur del Aljarafe 5. Hidrogeología del área metropolitana de Sevilla 5.1 . Esquema de los sistemas acuíferos en el área de Sevilla 5.2. Acuífero Almonte-Marismas 5.3. Acuífero de Espartinas. lsopiezas 5.4. Acuífero de Espartinas. Zonas de explotación 5.5. Acuífero Alcores - Terrazas antigua y media 5.6. Aluvial reciente del río Guadalquivir 5.7. Esquema hidrogeológico 6. Usos del suelo del área metropolitana de Sevilla 6.1. Usos agrícolas: a) Herbáceos en secano; b) Olivar ; c) Frutales; d) Huertas y regadío 7. Espacios naturales del área metropolitana de Sevilla 7.1. Espacios con los valores naturales 97 107 117 Indice de tablas 1. El clima del área metropolitana de Se~a 19 1.1. índice de concentración de lluvias 1.2. Precipitación diaria superior a 20 mm. (1951-1980). Sevilla, San Pablo 1.3. Velocidad del viento. Estaciones de Tablada (1939-1960) y aeropuerto de San Pablo (1951-1982) 1.4. Número de días con inversión térmica superior a 1 º C respecto a la estación de Benacazón 4. Hidrología superficial del área metropolitana de Sevill_a _ 67 4.1. Cortas de meandros en el Bajo Guadalquivir 4.2. Caudales en el río Guadaira, en Alcalá de Guadaira 4.3. Capacidad de regulación de los embalses de la cuenca del Guadalquivir 4.4. Características de las principales crecidas del río Guadalquivir en el presente siglo 4.5. Cálculos de avenidas del río Guadalquivir, en Sevilla 4.6. Estimación de caudales de máximas avenidas del río Guadaira 4.7. Caudales de avenidas del Rivera de Huelva, en El Gergal 4.8. Características de algunas crecidas recientes 6. Usos del suelo del área metropolitana de Sevilla 107 6.1. Usos del suelo 6.2. Distribución de cultivos en el área metropolitana de Sevilla Mapas 1. Mapa geomorfológico 2. Mapa de morfoconservación 3. Mapa de hidrografía 4. Mapa de usos del suelo Introducción La mayor parte de los contenidos recogidos en esta publicación provienen de un tra- bajo más amplio titulado "Estudio del medio físico y la organización del territorio del área metropolitana de Sevilla", por lo que ha sido necesario llevar a cabo un intenso tra- bajo hasta reducir la voluminosa información contenida en el trabajo original , al número concreto de páginas que componen este libro. Esta actividad se ha centrado sobre la parte de aquél expresamente dedicada al análisis, descripción y evaluación del medio físico del ámbito metropolitano, entendiéndolo en un doble sentido: como recurso y co- mo limitación. Los objetivos básicos que sustentaron la realización del trabajo original se podrían sintetizar en dos grandes bloques: • La realización de un análisis descriptivo, sintético y actualizado de la información dis- ponible para cada uno de los principales elementos del medio físico, siendo, en este sentido, subsidiario de la cantidad y calidad de los datos existentes en la mayor parte de los casos. Los objetivos de este análisis y su finalidad aplicada, exigieron, paralela- mente, un gran esfuerzo para conseguir representar cartográficamente los parámetros más interesantes. Este es el sentido de la abundante documentación cartográfica que acompaña al trabajo original , para la que se eligió la escala 1/10.000, ya que ésta per- mite una detallada lectura de las características más relevantes de las diferentes va- riables del medio y, además, constituye un instrumento básico para la adecuada com- prensión de la realidad físico-territorial. Desde esta perspectiva cartográfica, el trabajo aporta un conjunto de novedosa información de gran utilidad y aplicabilidad desde la óptica territorial. • Esta fase analítica, es decir descriptivo-explicativa del medio, se completó con otra pa- ra llevar a cabo una valoración de sus principales elementos, intentando evaluar tanto sus potencialidades (capacidad productiva de los suelos, confortabilidad climática, re- cursos hídricos ... ), como sus limitaciones (riesgos de erosión, contaminación, áreas inundables ... ). De esta forma, se aportaba un actualizado diagnóstico de la situación actual de los procesos físico-naturales más significativos en el área, así como de su di- namismo, incidiendo de nuevo en la representación cartográfica desde una perspecti- va territorial y aplicada (recursos/riesgos). Las características de la publicación que nos ocupa han exigido, obviamente, una im- portante labor de síntesis sobre una parte del trabajo original -la que se centra específi- camente en el medio físico-, al que siempre se podrá acudir en busca de una informa- ción más pormenorizada. Si esta labor no ha sido excesivamente com'pleja en lo re- ferente a los contenidos de la memoria escrita, su ejecución resultó bastante más pro- blemática cuando el objetivo fue reducir su abundante cartografía, ya que el nivel de de- talle del estudio original dificultaba enormemente la publicación. Esta particularidad, y dado que la documentación cartográfica constituía uno de los objetivos prioritarios del trabajo original , hizo necesario, de nuevo, un detenido trabajo de "reelaboración" hasta conseguir una "generalización cartográfica" de la información más relevante, a una es- cala adecuada a las características de esta publicación (1/50.000). 17 Por su parte, el texto refundido se organiza y estructura en diferentes capítulos temá- ticos, atendiendo de forma individualizada a cada uno de los diferentes elementos del medio físico-natural analizados. En cada uno de ellos, y para adecuarse a los objetivos antes definidos, se realiza en primer lugar una descripción-explicación de sus caracte- rísticas más peculiares, para pasar posteriormente a una valoración-evaluación sobre diferentes aspectos del mismo desde la perspectiva urbanístico-territorial , un proceso en el que a veces es necesario y obligado el tratamiento sintético e integrado de varios de ellos. Por último, se debe advertir al potencial lector o usuario, que el dinamismo que carac- teriza a la mayor parte de los procesos en el área metropolitana de Sevilla ha hecho que algunos datos puntuales, debido al tiempo transcurrido entre la realización del trabajo original y la publicaciónactual, hayan quedado rápidamente desfasados, hecho que no resta validez y realidad a todos y cada uno de los aspectos estudiados. 18 El clima del área metropolitana de Sevilla 1. Introducción Las reducidas dimensiones del área metropolitana exigirían un detenido estudio mi- croclimático que identificase y cuantificase las peculiaridades climáticas existentes en- tre las diferentes unidades que la constituyen. Para que este análisis fuese realmente concluyente y significativo, sería necesario contar con los datos de una adecuada red de estaciones con esta finalidad , datos que hasta este momento no existen. Los datos utilizados en este estudio provienen de las estaciones meteorológicas dis- ponibles , es decir, las del aeropuerto militar de Tablada (8 m. de altitud junto al río Gua- dalquivir) y las del aeropuerto civil de San Pablo (25 m. de altura sobre el nivel II de te- rrazas), ambas con series suficientemente largas. Así mismo, se trataron los datos pro- porcionados por las estaciones de las Arenas (en el término municipal de La Algaba, también en la vega del Guadalquivir) y de Benacazón (100 m. de altitud, sobre la plata- forma del Aljarafe) , ya que estas podían facilitar las comparaciones entre el valle y las plataformas o marcar diferencias por la presencia o no de la ciudad, aunque ambas pre- sentan series mucho más cortas. De cualqurer forma, incluso las estaciones con series más largas no se podrían calificar de completas, ya que presentan ciertas carencias que dificultan o hacen estimativo el análisis de ciertos parámetros climáticos: la radia- ción solar ha de estudiarse a través de la insolación; los valores de precipitaciones son diarios, no horarios; ausencia de mediciones directas de evaporación y evapotranspira- ción o de medidas concretas para el estudio de la inversión térmica, etc. Debido a esta serie de limitaciones, este capítulo se reduce a caracterizar el clima lo- cal a través de los parámetros y situaciones climáticas más significativos, y a realizar una primera aproximación a algunas características microclimáticas dentro del área, planteando los matices que puedan reflejar las diferencias inherentes a la configuración geomorfológica de este espacio o la presencia o no de la ciudad de Sevilla. 21 2. Caracterización climática general 2.1. Tipo climático y tipos de tiempo La situación geográfica del área metropolitana de Sevilla determina a escala global las principales características de su tipo climático que puede considerarse, desde esta pers- pectiva, como mediterráneo continental (Capel Molina, 1981). En efecto, su posición en el flanco sur de Europa le confiere cierta independencia del sistema ciclónico que domi- na la mayor parte del continente, a la vez que le proporciona una notable influencia afri- cana en su régimen térmico. Una definición general de este tipo de clima viene dada por la relación temperatura-precipitación , ya que es clarificadora de sus condiciones climáticas, reflejando la presencia de una larga estación seca, que coincide con el pe- riodo cálido, y que define, por lo tanto, una amplia estación de gran escasez hídrica (figura 1.1 .). Figura 1.1. Diagrama Ombrotérmico de Gaussen. Sevilla. Tablada. 50 TEMP (0 C) 40 30 • • 20 10 0 - ____ _ • • • -- • ~ • PAEC1P (mm.) • ...... ENE FEB MAA ABA MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 De otra parte su carácter continental está ligeramente atemperado por su ubicación en el fondo de la Depresión Bética- abierta hacia el Océano Atlántico- y por su proximi- dad a la costa, de la que la separan terrenos esencialmente planos que facilitan la in- fluencia climática oceánica. Esta situación geográfica y su ubicación a escala regional hace que determinados tipos de tiempo y situaciones atmosféricas frecuentes en la Pe- nínsula Ibérica, tengan un comportamiento típico en este espacio. Entre ellas podemos recoger como más características: • Ambiente anticiclónico del norte: La situación se caracteriza por la presencia de un anticiclón en las Azores que se prolonga hasta la península y una depresión en el Medi- terráneo, generándose una corriente de aire frío procedente del norte que puede provo- car precipitaciones. Su efecto es poco relevante en la zona de estudio, a excepción de favorecer la formación de nieblas persistentes o el estancamiento de aire frío que pue- de producir heladas. • "Gota fría" en el Golfo de Cádiz: Con determinadas configuraciones sinópticas en superficie , unidas a la presencia de una masa de aire frío aislado en altura, se producen situaciones de fuerte inestabilidad atmosférica que reciben el nombre de "gota fría". Es- ta situación se traduce, a veces, en precipitaciones muy intensas que pueden modificar bruscamente el caudal de los principales cauces fluviales que afectan a este espacio. 22 Fig. 1.2. Horas de sol anuales para la ciudad de Sevilla (1931-1982). Estación de Tablada 15 lO 5 " I 2450 2550 2650 2750 2850 2950 3050 31 50 Fig. 1.3. Precipitación anual en la ciudad de Sevilla (1871-1982). Estación Uni- versidad-Tablada N ~ deaños 30 25 20 '. 15 ' • 1 11 • lO • O • • l. lOO 200 300 400 500 600 700 800 900 1000 mm • Ambiente ciclónico del oeste y sur-oeste: Son, con seguridad, las situaciones sinóp- ticas a las que se asocian las principales precipitaciones durante la estación húmeda. Se caracteriza por el paso de frentes asociados a borrascas atlánticas. • Baja térmica veraniega: Esta situación está dominada por la presencia de una baja térmica sobre el norte de Africa que se desarrolla extraordinariamente en verano. En este caso, la penetración de masas de aire del sur tiende a provocar fuertes olas de ca- lor, que llegan a superar los 40º a mediodía, e impedir el descenso nocturno de la tem- peratura que suele mantenerse por encima de los 20º-21 º ("frontera del sueño"). 2.2. Análisis de los principales parámetros climáticos Un primer parámetro a destacar sería el número anual de horas de sol, que alcanza una media de 2.929 horas/año para la estación de Tablada durante el periodo 1931-1982. Sin embargo, la fluctuación interanual es importante, ya que, como refleja la figura 1.2, en el periodo considerado se registran valores que oscilan desde las 3.200 horas/año, igualando los máximos peninsulares, a las 2.500 horas/año, propias de la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica o la Meseta Norte. Lógicamente la insolación presenta una curva característica de oscilación intraanual con un máximo en julio y un mínimo en diciembre, debido a la mayor duración de los días en verano y a la práctica inexistencia de nubosidad en esta estación, cuyos valores medios mensuales doblan, a veces, los valores de los meses invernales. En relación directa con la radiación solar, estimada en este caso a través de la insola- ción, está el régimen térmico. Sevilla presenta un invierno suave donde las heladas son ocasionales (una media inferior a seis días al año para una serie de 50 años en Tabla- da) y, en general , raras. La temperatura media de las mínimas del mes más frío , enero , es de 5,4ºC, sobrepasando la temperatura media del mismo los 10ºC. Las temperatu- ras máximas se presentan en agosto, con un ligero atraso respecto a los máximos de insolación debido a la inercia térmica, y por esta misma razón, el otoño es más cálido que la primavera. Se puede concluir que la zona de estudio disfruta de inviernos suaves y veranos muy rigurosos , hecho que recoge el rango de oscilación térmica anual , que es mucho mayor en las temperaturas máximas (20ºC) que en las mínimas (12ºC), es decir, que los veranos son más calurosos que fríos los inviernos. El régimen pluviométrico del área metropolitana refleja una gran irregularidad tanto interanual como intraanual. La figura 1.3, que recoge los volúmenes de la precipitación anual en Tablada, revela la amplia variabilidad interanual donde la precipitación anualalcanza unos años valores extremadamente bajos (158,6 mm. en 1874), junto a otros excepcionalmente altos (1.007 mm. en 1960), situándose los valores medios en torno a los 500-600 mm. (562,3 mm.). Esta variación interanual se aprecia también fácilmente en la extrema variación que admite la precipitación media mensual. Así, un mes lluvioso como enero presenta una probabilidad frente a diez de que llueva menos de 5,8 mm., pero presenta la misma probabilidad de que supere los 165,8 mm. La variabilidad intraanual es también propia de los climas mediterráneos con la pre- sencia de una amplia estación seca. En Sevilla (Tablada) la lluvia es prácticamente ine- xistente en julio y agosto, siendo sus valores medios 1,27 mm. y 2,93 mm. respectiva- mente; el75 por 100 de las veces no llueve en julio, yen agosto llueve menos de 1 mm. , 23 haciéndose extensiva la estación seca a los meses de junio y septiembre. Por el contra- rio , la estación lluviosa se centra en los meses de noviembre y diciembre, con valores medios de 82,3 mm. y 75,3 mm. respectivamente y un pico secundario en primavera, sobre el mes de marzo, que presenta una precipitación media de 71,1 mm. Asociada íntimamente con esta variabilidad, otra de las características definidoras del régimen pluviométrico en este espacio es su difícil predicción, dado el extremo ca- rácter irregular y torrencial de las precipitaciones, por lo que es frecuente que la lluvia de todo un mes caiga sólo en unos pocos días e, incluso, en un solo día. Para valorar esta tendencia se ha elaborado un "índice de concentración de las lluvias mensuales", que consiste en referir la lluvia máxima diaria del mes al total mensual , expresándolo en porcentajes, de tal forma que el valor del índice varía desde 100 - en el caso que toda la lluvia se haya producido en un solo día - a O - cuando ésta se reparte equitativamente entre todos los días del mes -. Un sencillo análisis de los resultados recogidos en la ta- bla 1.1 nos revela este carácter irregular y la concentración de las lluvias con presencia de tormentas y aguaceros. El valor medio del índice oscila, para los distintos meses, entre 38,7 en enero a 84,08 en agosto, es decir, incluso en la época de máximas lluvias (otoño-invierno) , se puede afirmar que casi la mitad de la precipitación total del mes co- rresponde a un solo día. Dada la importancia del carácter torrencial y concentrado de las precipitaciones y sus implicaciones desde la perspectiva físico-natural y territorial , es interesante realizar una aproximación a este fenómeno, aunque de nuevo los datos, aun siendo precisos, no son los adecuados para su estudio, ya que la referencia temporal de las precipitacio- nes disponible es diaria y no horaria como sería deseable. Ante esta situación se ha TABLA 1.1. índice de concentración de las lluvias VALOR MEDIO DESVIAC. TIPO n Enero 38,77 17,39 29 Febrero 43,73 25,44 29 Marzo 39,48 15,93 29 Abril 59,63 70,79 28 Mayo 51 ,65 22,02 26 Junio 69,76 23,67 24 Julio Agosto 84,08 28,71 8 Septiembre 68,54 25,41 25 Octubre 51 ,75 23,08 28 Noviembre 48,13 20,95 30 Diciembre 41 ,02 22,25 29 Fuente: Elaboración Propia. 24 TABLA 1.2. Precipitación diaria superior a 20 mm. (1951-1980). Sevilla. San Pablo N.º de días O 2 3 4 5 6 7 8 Enero 14 8 2 2 2 Febrero 11 12 4 3 Marzo 12 8 4 4 Abril 19 9 2 Mayo 19 8 2 Junio 23 6 Julio 30 Agosto 27 3 Septiembre 26 4 Octubre 12 12 3 Noviembre 10 11 3 2 2 2 Diembre 15 8 3 2 Fuente: Elaboración Propia. considerado una precipitación diaria superior a 20 mm. como indicador de posibles ries- gos, pues si bien este volumen es perfectamente asimilable por cualquier territorio si se distribuye uniformemente, en el caso de concentrarse en una sola hora comenzarían a plantearse serios problemas. La tabla 1.2 nos proporciona información acerca de este fenómeno, al recoger la frecuencia con que tal umbral se supera en los diferentes me- ses, a lo cual podemos unir otro dato revelador, como es el valor de la máxima precipi- tación diaria registrada que se sitúa en 95,5 mm. para la estación del aeropuerto de San Pablo. Desde la perspectiva de los recursos hídricos, la contrapartida de las precipitaciones es la evaporación o la evapotranspiración, fenómenos para los que los datos exis- tentes, procedentes de medidas directas, son extremadamente escasos, ya que las es- taciones habituales carecen de ellos. Sólo existen dos series de datos disponibles, una muy corta - desde 1984 - situada en la depuradora de "La Ranilla", y otra - desde 1974 - en la estación de "Las Arenas". El orden de magnitud de estas mediciones directas de evaporación, con frecuencia tres veces mayor al total pluviométrico (1889 mm. en 1984 en la estación de "La Ranilla", por ejemplo) , constata la existencia de un acusado déficit hídrico que constituye una de las mayores limitaciones climáticas en todo el espacio metropolitano, aunque es necesario volver a incidir en el carácter aproximativo de estos datos directos para valorar la verdadera magnitud de las pérdidas por evaporación en el espacio metropolitano. Otros tipos de meteoros, o bien son inexistentes, como la nieve, o bien no se dispone de medidas que los evalúen adecuadamente (rocío, niebla ... ). Los datos climáticos de las estaciones de San Pablo y Tablada permiten, por el con- trario, el estudio de la humedad relativa, cuyo valor anual se centra en el intervalo de 25 Fig. 1.4. Relación entre valores medios men- suales de la humedad relativa en las estaciones de Tablada y aero- puerto de San Pablo so 70 60 50 ene teb mar abr may ]Un JUI a90 sep ocl nov dI( 65-70 por 100, porcentaje que nos sitúa dentro de un tipo medio según Szava-Kovats. Respecto a los valores medios mensuales, si utilizamos la clasificación de Pedelabor- de, cinco meses pueden considerarse como secos con una media inferior al 60 por 100 (mayo-septiembre), con uno o dos meses muy secos (julio y agosto) , y dos meses co- mo de humedad relativa muy alta con valores superiores al 80 por 100. El efecto de la presencia del río Guadalquivir es muy significativo y su influencia es tal , que se mani- fiesta en una medida tan ponderada como la media mensual. La figura 1.4 representa las medias mensuales para las estaciones de Tablada y San Pablo y refleja claramente cómo los valores de Tablada, ubicada junto al río, se sitúan siempre dos o tres unida- des por encima de los de San Pablo, ubicada sobre una terraza media. Esta diferencia es aún más evidente en la evolución diaria cuanto más nos alejamos del río espacial- mente o nos adentramos, temporalmente, en la estación seca. El régimen de vientos constituye un parámetro climático de gran transcendencia des- de la perspectiva medioambiental y con un notable efecto sobre la confortabilidad cli- mática de los habitantes de cualquier aglomeración urbana. La ubicación de Sevilla en el fondo del valle del Guadalquivir, que actúa como corredor entre las plataformas ele- vadas de los Alcores y el Aljarafe, hace que el estudio de su comportamiento sea del mayor interés (dispersión de contaminantes, ubicación de actividades industriales emi- soras .. . ). La figura 1.5 recoge las rosas de los vientos mensuales para las estaciones de Tabla- da y San Pablo, reflejando ambas, con carácter general , un claro predominio de las di- recciones suroeste-noreste, a excepción del otoño, estación en la que en Tablada pre- domina la dirección norte, extendiéndose incluso hasta el mes de enero. La frecuencia de las calmas se mantiene relativamente alta durante todo el año en ambas estaciones, oscilando entre el 30 y 40 por 100, aunque llama poderosamente la atención las eleva- dísimas frecuencias de las calmas nocturnas, sobre todo en la estación de Tablada (cerca del 80 por 100). En San Pablo, por su posición algo más elevada, se reducen al 55 por 100, aunque en ambas estaciones las frecuencias nocturnas casi duplican a las diarias. La velocidadde los vientos en el área metropolitana es estadísticamente débil desde una perspectiva global, situándose los valores más frecuentes casi siempre por debajo de los 20 Kms./h. Las mayores velocidades suelen corresponder a las direcciones do- minantes, de tal forma que es la componente suroeste la que con mayor frecuencia su- pera los 20 Kms./h., sobre todo en primavera yen verano (especialmente en la esta- ción de San Pablo) , siendo también en la estación estival cuando se registra la menor frecuencia de calmas. Sólo las rachas de velocidades máximas superan puntualmente estos valores como recoge la tabla 1.3, donde también se manifiesta la influencia de la posición más abierta de San Pablo, que registra siempre, en la media de las máximas y en los máximos registrados, valores superiores a los de Tablada en unos 20 Kms./h. Aunque el orden de magnitud de estas diferencias es suficientemente revelador de la posición más abierta de la estación de San Pablo, convendría no olvidar la posibilidad de que alteraciones en la posición de los anemómetros o cambios de aparatos de medi- ción , modifiquen en algunos puntos los valores aportados. 26 Tablada San Pablo __ _ Figura 1.5. Régimen de Vientos en las estaciones de Tablada y aeropuerto de San Pablo 27 TABLA 1.3. Velocidad del viento. Datos de la estación de Tablada (1939-1960) Y del aeropuerto de San Pablo (1951-1982) VELOCIDAD MEDIA DE LAS MÁXIMAS EN Km.lHora VELOCIDAD MÁXIMA REGISTRADA T S.P. T S.P. Enero 66 84 90 145 Febrero 69 93 101 181 Marzo 75 97 129 250 Abril 64 78 79 130 Mayo 58 82 72 120 Junio 58 77 68 100 Julio 54 74 65 113 Agosto 53 75 79 110 Septiembre 56 70 79 112 Octubre 59 77 90 124 Noviembre 65 86 112 140 --- Diciembre 69 93 108 129 Fuente: Elaboración Propia. 28 3. Algunas consideraciones sobre el clima urbano Una de las características diferenciadoras del microclima urbano es el aumento de la temperatura respecto a su entorno. La naturaleza de los materiales que se emplean en la ciudad -cemento, hierro, asfaltos, cristal. .. - , así como su morfolog ía característica con grandes pantallas verticales,separadas por pequeñas vías, le confieren un compor- tamiento térmico muy específico, acentuado por la escasez de agua libre que impide la canalización de la energía en evaporación. La ciudad se convierte en un acumulador, calentándose a lo largo del día, sin que por la noche sea capaz de desprenderse de la energía acumulada, debido al efecto de rebote entre las fachadas de los edificios , yal de la contaminación atmosférica que convierte al aire urbano en una pantalla opaca a las radiaciones térmicas, impidiendo su difusión hacia el exterior. Se genera así un sis- tema más caliente que el medio en el que se halla, y que típicamente presenta una di- námica de circulación cerrada con una corriente ascendente central , que al subir se va enfriando por contacto con el aire suprayacente y desciende a posiciones exteriores pa- ra, cerrando de nuevo el ciclo, desplazarse al centro del sistema y ascender de nuevo. Podemos afirmar, aunque no existen los datos adecuados para realizar un análisis determinante de su magnitud y características, que la ciudad de Sevilla constituye una burbuja caliente, una isla de calor en el valle del Guadalquivir. Este fenómeno se ve además ayudado por la configuración morfológica del entorno, donde las plataformas elevadas miopliocenas contribuyen a aislar y a potenciar este efecto. Pero, a este fenó- meno, que los sevillanos "perciben" con nitidez en los calurosos meses veraniegos , se añade otro de singularidad y efectos no menos significativos en los meses invernales: las situaciones locales de inversión térmica. La ausencia de vientos fuertes, el porcentaje de calmas y la especial configuración geomorfológica del área contribuyen a que el fondo del valle, donde se ubica la princi- pal aglomeración del área metropolitana, sea una zona especialmente propicia para el desarrollo de este fenómeno climático. En las noches frías y despejadas la radiación de onda larga produce un enfriamiento de la superficie del suelo, enfriándose el aire en contacto con él. Estas masas de aire frío y denso se deslizan por la gravedad hacia las posiciones más deprimidas, y así el fondo del valle recibe el aire frío que va drenándose de las superficies más elevadas de los Alcores y el Aljarafe. El perfil térmico de la at- mósfera se invierte en estas situaciones, los movimientos verticales de las masas de ai- re se encuentran dificultados y la mezcla o difusión de los posibles contaminantes es mínima, por lo que puede crearse una situación potencialmente peligrosa para la pobla- ción en el caso de emisiones incontroladas. La presencia de una lámina de agua libre, como es el río y la dársena, puede agravar en determinadas situaciones este cuadro, ya que muchos gases contaminantes, especialmente los óxidos de azufre y nitrógeno, en presencia de agua, producen ácido sulfúrico y nítrico, ambos muy corrosivos. La comparación de los datos de temperaturas de las estaciones de Tablada y San Pablo con los de la estación de Benacazón, situada a 100 m. de altitud sobre la platafor- ma del Aljarafe, nos permite hacer algunas valoraciones sobre este fenómeno. La tabla 1.4, que recoge el número de días en que la temperatura en Benacazón es superior a un grado respecto a las otras, nos revela la frecuencia de este fenómeno y la menor incidencia del mismo en Tablada, lo cual puede parecer que entra en contradicción con el proceso descrito con anterioridad. Además se observa que generalmente las inver- siones en Tablada coinciden con las de San Pablo: 74 veces de las 92 ocasiones regis- tradas, lo que representa prácticamente el80 por 100 de los casos. 29 TABLA 1.4. Número de días con inversión térmica superior a 1 ºC respecto a la esta- ción de Benacazón SAN PABLO TABLADA Año 1980 n.º % n.º % Octubre 2 6,45 3 10,33 Noviembre 6 20,00 3,33 Diciembre 17 54,84 4 12,90 Año 1981 Enero 23 74,19 10 32,26 Febrero 12 42,86 4 14,20 Marzo 5 16,13 1 3,23 Octubre 8 25,81 4 12,90 Noviembre 14 46,67 9 30,00 Diciembre 8 25,81 7 22,58 Año 1982 Enero 3 9,68 1 3,23 Febrero 3 10,71 1 3,57 Marzo 8 25,81 4 12,90 Octubre 5 16,13 5 16,13 Noviembre 7 23,33 6 20,00 Diciembre 13 41,49 7 22,58 Año 1983 Enero 21 67,74 8 25,81 Febrero 7 25,00 3 10,71 Marzo 9 29,03 O 0,00 Octubre 6 19,35 4 12,90 Noviembre 4 13,33 1 3,33 Diciembre 9 29,03 4 12,90 Año 1984 Enero 12 38,71 5 16,13 Fuente : Elaboración Propia. Aun cuando estos valores necesitan un estudio en profundidad para interpretarlos correctamente, dos posibles fenómenos podrían ayudar a su comprensión aunque sea a modo de hipótesis. Por un lado, podría ocurrir que la masa de aire en el fondo del valle hubiera alcanzado su punto de saturación (proximidad del río , mayor humedad relati- va ... ), ya que el cambio de estado del agua de vapor a líquido libera energía (600 calorí- as por gramo de agua condensada) , contrarrestando en parte el descenso de la tem- peratura (lo cual justificaría la paradoja de los datos de la estación de Tablada). Sin em- bargo, la ausencia de una adecuada información sobre las nieblas, que podría ayudar a justificar esta hipótesis, imposibilita la comprobación . Por otra parte, el efecto de inver- nadero asociado a la influencia urbana sobre la temperatura antes descrito, también podría ser otra variable explicativa, dado que la proximidad de Tablada a la aglomera- ción urbana de Sevilla la haría partícipe de su microclima propio. 30 La geomorfología del área metropolitana de Sevilla 1. Introducción El área metropolitana de Sevilla se extiende sobre un espacio que se ha beneficiado tradicionalmente de una posición privilegiada como último eslabón bético habitable -previo a los inhóspitos terrenos marismeños-, apoyándose en la gran arteria fluvial de la región, el Guadalquivir, desde antiguo explotada por numerosos pueblos conocedo- res de suimportante valor estratégico y comercial. Este territorio se articula sobre el corredor aluvial del Guadalquivir (figura 2.1) que, tras recorrer la región adosado a Sierra Morena, gira bruscamente su curso a la altura de Alcalá del Río. Ya con dirección norte-sur este amplio corredor aluvial se estrecha considerablemente a la altura de Sevilla para abrirse camino entre las plataformas ele- vadas de los Alcores y el Aljarafe. En este tramo relativamente corto avenan hacia el Guadalquivir numerosos afluentes (Rivera de Huelva, Guadaira, Tamarguillo ... ) cuyo grado de torrencialidad ha contribui- do significativamente en numerosas situaciones catastróficas para la ciudad. El Gua- dalquivir y sus afluentes se erigen, pues, como los principales agentes del modelado, aunque esta intensa y constante labor se presenta en la actualidad fuertemente altera- da por diversas intervenciones antrópicas. 33 2. El substrato litológico El soporte litológico de este espacio está constituido en su totalidad por rocas sedi- Fig. 2.1. Contexto regional del A.M.S.: Neo- tectónica y unidades macroes- mentarias, materiales de relleno de la amplia Depresión Bética. Sintéticamente se po- drían agrupar haciendo constar su cronología de la forma siguiente (figura 2.2): tructurales • Era Terciaria l ~ Principales fallas TY' Flexión Fig. 2.2. Síntesis geocronológica ZÓCALO PALEOZOICO TERCIARIO CUATERNARIO Margas Miocenas Terrazas Senes Aflarafe y Afcores Llanura de Inundación Margas Verdes (Pilones) Mansmas PLlOCUATERNARIO , '.' • Arenas Basales' _ 'Formación Roja' • Series margosas: son margas miocenas gris azuladas que en superficie adquieren color amarillento. Compactas y plásticas, pasan en su tramo superior a margas areno- sas de forma gradual. Su potencia es de hasta 900 m. Afloran en los sectores noroeste y sureste asociadas a las zonas campiñesas. • Series del Aljarafe: sobre alternancias de margas arenosas y arenas (40 m. de po- tencia) que conectan con la formación anterior, se encuentran limos arenosos de color amarillo claro que constituyen la mayor parte del substrato de toda la plataforma. Su po- tencia es variable alcanzando hasta los 40 m. • Series de los Aleares: un depósito de calcaren itas, arenas y arcillas que presentan un notable endurecimiento en superficie, constituye la mayor parte de esta plataforma. Su potencia máxima es de 40 m. y hacia Utrera, al SO de Dos Hermanas, predomina una fracción más limosa. • Pliocuaternario • En el sector meridional del área metropolitana y sobre las series anteriores (Aljarafe y Alcores) - que para muchos autores constituyen un cambio lateral de facies - se sitúa una formación constituida por arenas más o menos cementadas y, localmente, niveles de areniscas. Se les ha denominado "arenas basales "y su potencia es de unos 20 m. • La formación anterior se encuentra coronada, en determinados casos puntuales, por un depósito de conglomerados, gravas, arenas y arcillas más o menos cementa- das. Es la denominada "Formación Roja", con una potencia entre los 5 y 20 m. • Cuaternario Constituye la base de todo el Valle del Guadalquivir, agrupando sus diferentes niveles de terrazas, la vega de este río y las de sus principales afluentes. Desde un punto de vista litológico está constituido por materiales aportados por los cauces fluviales y, en las vegas y llanuras de inundación actuales, son limos, arenas y arcillas, con una potencia aproxi- mada de 10-15 m. Los diferentes niveles de terrazas presentan una litología parecida, aunque con una mayor proporción de gravas y conglomerados en los niveles más elevados y antiguos. La rubefacción de los suelos desarrollados sobre ellos es un elemento distintivo de los niveles altos e intermedios junto a la presencia de costras, que son frecuentes en los primeros y puntuales en los segundos. La cronología de estos niveles se encuentra aún muy discutida por su gran complejidad y la ausencia de estudios sistemáticos (según los más recientes, en el área metropolitana de Sevilla se situarían entre el Pliocuaterna- rio medio para los niveles más altos -IV- y el Holoceno de la llanura de inundación). 34 3. La formación del espacio metropolitano Fig. 2.3. Columna estratigráfica característica del Área Metropolitana Oep6srtos ~lM~es (coobnentalesl asociados a una antigua red hidrográfica FacIes arenosas asociadas a un antiguo 'PaJeodetta' Transgresión phocena FaCIes claramente regresrvas Se Inicia la rellrada del mar con cooUllUOS avances y retrocesos de la línea de costa Ambrlo de sedl/Tlentaoón manna. Transgresión mlOCE!fla Formación Aoja Atenas Basales ~~~ Margas Verdes Series de Aicofes y Aljarafe (cambio lateral de ladesl. Serie d<! Alternancias Margas azules miocenas El área metropolitana se asienta, como se ha visto, sobre materiales relativamente recientes desde la perspectiva geológica, por lo que la evolución geomorfológica de es- te espacio, para los periodos anteriores a la edad de estos depósitos, se podría sinteti - zar brevemente: Emergidos los materiales de Sierra Morena -hoy al norte próximo del área metropoli- tana (Gerena)- desde la era primaria, tras el levantamiento de las Béticas con la oroge- nia alpina se constituyó entre ambos macizos montañosos una zona deprimida (Prefo- sa alpina) ocupada por un importante brazo de mar durante la gran transgresión mioce- na, en cuyo sector más occidental se ubicaba el espacio que hoy nos ocupa. El progresivo relleno por sedimentos de esta zona será la base del soporte litológico de toda la Depresión del Guadalquivir y, por tanto, del espacio que nos ocupa. Este pro- ceso se puede seguir analizando la columna estratigráfica característica del área me- tropolitana (figura 2.3) . Sobre la base de la misma, constituida por el zócalo paleozoico de Sierra Morena, hoy profundamente hundido, se depositó, tras un importante hiato sedimentario en el que aflorarían los materiales paleozoicos en superficie, una potente formación de mar- gas azules que testimonian un ámbito de sedimentación marino, como corresponde a la transgresión miocena. La progresiva retirada del mar se evidencia por un cambio en las características de la sedimentación, depositándose sobre las citadas margas una formación de alternancias (margas y arenas) , preludio de los materiales típicamente regresivos que constituyen la base litológica de las plataformas de los Alcores (calcarenitas) y el Aljarafe (l imos). Otra transgresión vuelve a depositar sedimentos característicos de ambientes marinos pro- tegidos (margas verdes) , aunque en el espacio que nos ocupa éstos no afloren en la ac- tualidad, para pasar a sedimentos característicos de un ambiente fluvio-marino (arenas basales) asociados a un antiguo y extenso paleodelta situado en el extremo occidental de la Depresión. A medida que la línea de costa se va desplazando hacia el oeste y se produce la emersión de estos materiales, los agentes geomorfológicos continentales aportan ma- teriales terrígenos (Formación Roja) que culminan el proceso de relleno, aunque toda- vía el sector suroccidental estaba ocupado por el mar. En este mismo momento se pro- duce un conjunto de reajustes neotectónicos en la zona, reactivándose un cortejo de fa- llas que tendrán una significativa importancia en la configuración actual del área metro- politana. Esta neotectónica pliocuaternaria, que se incluye dentro de un contexto mediterráneo más amplio, favorecerá el hundimiento del actual sector marismeño de Doñana, a la vez que las más importantes líneas de fracturas serán utilizadas por la red hidrográfica para reorganizarse. Así el Guadalquivir a partir de Alcalá y el Guadiamar, en el contexto espacial más proximo al área metropolitana, adaptan su curso a estas líneas de frac- turas con dirección dominante norte-sur (figura 2.1). A partir de aquí, la nueva red hidrográfica comienza a ejercer su actividad sobre los materiales de relleno de la Depresióncon un doble efecto de importantes consecuen- cias geomorfológicas. Por una parte, su actividad erosiva potencia el desmantelamiento y evacuación de gran parte de los materiales de relleno, hasta el punto que en algunos 35 - sectores afloran las margas azules miocenas configurando los espacios campiñeses del área metropolitana ("El Campo" y Campiña SE) y, como consecuencia de este mis- mo proceso, quedan aislados algunos sectores que constituyen plataformas elevadas dentro de la Depresión (en nuestro caso el Aljarafe y los Alcores) ; por otra, junto a esta actividad erosiva en los principales ejes de la red fluvial , los ríos desarrollan una impor- tante labor sedimentaria sobre sus llanuras de inundación, sobre todo en el Valle del Guadalquivir. Las fluctuaciones climático/eustáticas cuaternarias los obligaron a reex- cavar en numerosas ocasiones su llanura de inundación dejando en posiciones topo- gráficas elevadas diferentes niveles de terrazas. 36 4. El relieve 4.1. Características morfométricas Desde una perspectiva altimétrica (figura 2.4) en el área metropolitana se individuali- zan con nitidez dos extensas plataformas elevadas. Una con dirección norte-sur en el sector occidental de este espacio, que en su sector septentrional supera claramente los 150 m., y otra en el sector sureste que con dirección noreste-suroeste también sobre- pasa en algunas zonas los 100 m. Ambas corresponden a sectores de plataformas más extensas cuyos límites superan el ámbito de análisis, y ocupan una posición elevada en el contexto de la Depresión Bética occidental: el Aljarafe y los Alcores. Estos sectores elevados delimitan una zona central deprimida por debajo de los 50 m. que progresivamente va descendiendo y estrechándose conforme se avanza hacia el sur. El contacto de esta unidad con las anteriores que la delimitan se realiza de forma brusca, a través de un pronunciado escarpe hacia el norte y este en el caso del Al jarafe y de forma paulatina y progresiva en los Alcores. En el sector central , las pequeñas al- teraciones topográficas presentan un enorme valor tanto desde el punto de vista geo- morfológico como desde el de la ocupación antrópica del territorio, y de hecho, las pe- queñas elevaciones fueron consideradas desde antiguo como lugares de enorme valor estratégico y defensivo (antiguos asentamientos en la ciudad de Sevilla, interfluvios de los ríos Tagarete y Tamarguillo .. . ). Desde el punto de vista clinométrico (figura 2.5) predomina una extrema horizontali - dad en todo el sector central , ocupado, como veremos, por el río y los diferentes niveles de terrazas que dan forma a terrenos de escasísima pendiente (inferiores al 3 por 100). Sólo los escasos escarpes topográficos, que coinciden con niveles de terrazas, alcan- zan aquí valores más elevados, los cuales rara vez superan el 7 por 100 de pendiente media. La plataforma del Aljarafe presenta en el ámbito de estudio valores de pendientes medias moderados (3- 7 por 100) que se acusan más en el sector oriental de la misma. Estos aumentan considerablemente en las vertientes de algunos arroyos y barrancos que seccionan profundamente la cornisa para alcanzar la zona deprimida central. En ellos encontramos valores de pendientes medias elevadas (15-25 por 100), especial- mente intensos en algunos sectores como en el conjunto de barrancos y arroyos que avenan hacia Camas (Arroyo Montijo ... ). La plataforma, altimétricamente, desciende suavemente hacia el sur (mapa 1) Y queda perfectamente individualizada por un nítido escarpe (pendientes medias superiores al 25 por 100), tanto hacia la vega del Guadal- quivir como hacia la depresión excavada sobre las margas miocenas al noroeste de Camas (El Campo). La plataforma de los Alcores presenta, desde la perspectiva clinométrica, dos zonas bien contrastadas. El sector septentrional (al norte del Arroyo Culebras), donde predo- minan pendientes medias moderadas (3-7 por 100) Y del que sobresale un conjunto de cerros elevados topográficamente y asociados a valores de pendientes más elevadas aún (7-15 por 100), se diferencia claramente del sector meridional , donde el rel ieve es mucho más suave con valores de pendientes medias casi siempre por debajo del 3 por 100. La plataforma está profundamente disectada por el río Guadaira que excava un profundo valle, en cuyas vertientes los valores clinométricos superan frecuentemente el 25 por 100. Por último, el contacto con el sector central del área metropolitana es más suave aquí que en el Aljarafe, aun cuando al norte de Alcalá de Guadaira se de limita 37 Fig. 2.4. Mapa hipsométrico < 10m. 50 - 59 m. 100 - 109 m. 10 - 19m. 60 - 69 m. 110 - 130m. > 130m. 20 - 29 m. 70 - 79m. 30 - 39 m. 80 - 89 m. 40 - 49 m. 90 - 99 m. 500 lJXXlm 2.000 3000 , I I I I 38 - Fig. 2.5. Mapa clinométrico -.. 39 < 1% 1-3 % 3- 7% 7-15 % 15-25 % > 25 % - Fig. 2.6. Unidades de origen estructural- también un pronunciado escarpe con pendientes medias situadas entre el 15 y 25 por Plataformas denudativo 100. En cambio, la transición hacia el sector de campiñas del sureste se produce a tra- vés de un nítido escarpe con valores entre el15 y el 25 por 100, que van disminuyendo hacia el sur, al igual que la altimetría. -[ DO { Series del Aljarafe Series de los Aleares O 80 60 4.2. Unidades geomorfológicas El mapa 1 sintetiza las características morfogenéticas más relevantes del área me- tropolitana, definiendo un conjunto de unidades geomorfológicas a las que el color les proporciona unidad en sentido genético (fluvial , estructuraL .. ) y las distintas tonalidades del mismo indican diferencias morfolitológicas de significativa importancia. A. Unidades de origen estructural-denudativo • Las plataformas Esta unidad agrupa extensos espacios de la zona de estudio donde el dispositivo es- tructural establecido con el relleno de la Depresión (estructura tabular) juega un papel determinante, ya que se trata de los sectores asociados a las litologías más resistentes que han quedado en resalte tras la enérgica labor denudativa de la red hidrográfica ac- tual (figuras 2.6 y 2.7) • Unidades del Aljarafe Limitadas por el Guadalquivir al este y el Guadiamar al oeste, constituyen a escala regional una plataforma suavemente inclinada de norte a sur desde los 187 m., que constituyen su punto culminante. Los limos y el tramo de alternancias (margas y are- nas) que la conforman presentan un buzamiento estructural hacia el sur -probable- mente singenético- que incluso es más elevado que la suave pendiente morfológica existente en el mismo sentido. Esta característica, unida a la presencia, en algunos sectores, de depósitos detríticos sobre los materiales anteriores, ha propiciado algu- Figura 2.7. Esquema del sector meridional de la plataforma de los Alcores 0 «1- UNIDADES DE ORIGEN FLUVIAl. Terraza U3nurade 'Cerros Testl!}OS' m UNIDADES DE ORIGEN ESTRUCTURALJQENUOATIVO UNIDADES DE ORIGEN FlLMQ.KÁAST1CO Plalalormadel AJeo¡ ---t> E UNIDADES DE ORIGEN D€NUOATIVO Cam~iia S E. 20 IIlIIndaoón 40 :'T'eTO fOSO' St.eIos de vegas. pcrOOs V rops Suelos CJero505, escascmen!e ~ Da kl Suelos rqos medfenóneai v rendzros . Suelos vérticos sobre 1I1 ~ rd:lecclo de lo "OSOÓn r.ctto de magos orue. Retazos de ; rootericies c<i.Mcjes nas interpretaciones que han querido ver una antigua superficie de aplanamiento ta- pizada en parte por estos depósitos detríticos. A un nivel más detallado su configuración interna está modelada por una red hidro- gráfica fundamentalmente activa en época de lluvias. Sin embargo, la presencia de amplios valles de fondo plano y extensas vallo nadas asociadas a los principales cau- ces, alternando con un paisaje esencialmente alomado, parece evocar una red hidro- gráfica con mayor capacidad erosiva en otras épocas, aunque actualmente presente un funcionamiento intermitente. De significativa importancia geomorfológicaes el pronunciado escarpe que delimita la plataforma por el norte, por el este y por el oeste, ya fuera del ámbito del área me- tropolitana. Si el sector norte presenta una nítida cornisa en todo su desarrollo, en su recorrido oriental el escarpe se desdibuja morfológicamente por la incidencia de nu- merosos barrancos. Al sur de Camas, se recupera, aunque profundamente alterado antrópicamente desde este núcleo urbano hasta San Juan de Aznalfarache, y des- ciende suavemente en altitud -aunque nítido morfológicamente- desde aquí hacia La Puebla del Río. En todo su recorrido constituye un elemento de enorme valor pai- sajístico en el contexto del área metropolitana . • Unidades de los Alcores Los materiales que sirven de base a esta plataforma estructural, fundamentalmente calcáreos, constituyen a nivel regional una estrecha franja que se extiende desde Carmona a Dos Hermanas cerrando el Valle del Guadalquivir y perdiendo altitud de forma progresiva. En su interior se desarrolla un paisaje morfológico esencialmente alomado, aunque el relieve es más movido en el sector septentrional que en el meridional. De igual for- ma que en la unidad anterior, una amplia y extensa red de valles de fondo plano yex- tensas vaguadas, a las que hay que unir la presencia del río Guadaira, la dinamizan internamente, aunque por su funcionamiento peculiar al desarrollarse sobre un subs- trato calcáreo, se analizarán individualmente. Al constituir una plataforma elevada topográficamente , sus límites externos presen- tan un gran interés geomorfológico y paisajístico aún cuando no posean unidad mor- fológica. El contacto noroccidental con el valle se resuelve a través de un nítido es- carpe de más de 50 m. hasta llegar al río Guadaira, para suavizarse sensiblemente desde ahí hacia el sur. Por el contrario, el límite suroriental con las campiñas se reali- za en todo su recorrido a través de un pronunciado escarpe que va perdiendo altitud hacia el sector meridional. • Cerros testigo Sobre el sector meridional del Aljarafe y el central de la unidad de los Alcores quedan restos de materiales más recientes ("Arenas Basales" y "Formación Roja") que igual- mente depositados con una estructura tabular, se presentan individualizados del entorno a modo de cerros testigo (figura 2.8) (Los Quintos, La Motilla .. . ), al haber sido desman- telados extensos sectores de las plataformas anteriores por la red hidrográfica actual. 41 - Fig. 2.8. Unidades de origen estructural- denudativo Arenas Basales O Cerros Testigos 1 Formación Roja _ Fig. 2.9. Unidades de origen denudativo o Campiña Acolinada: "El Campo" Campiña Plana: "Campiña S.E." B. Unidades de origen denudativo La actividad erosiva de la red hidrográfica, que contribuyó a aislar las plataformas anteriores, se centró preferentemente en algunos espacios del sector occidental de la Depresión Bética, donde el desmantelamiento y evacuación de los materiales han sido tan intensos que han aflorado los sedimentos margosos (miocenos) (figura 2.9) que constituyen los primeros episodios de la estratigrafía de la región . Estos sectores, aun- que presentan diferencias morfológicas notables, se caracterizan por deber su morfo- logía especialmente a estos procesos de denudación y por poseer unas características litoedáficas propias (suelos vérticos) , en estrecha relación con sus aprovechamientos agrícolas (campiñas) . • Relieves acolinados sin control estructural (Campiña noroeste: El Campo) Entre la cornisa norte del Aljarafe y Sierra Morena se sitúa, a nivel regional , una zona deprimida denominada comarcalmente "El Campo". Desde una perspectiva geomorfo- lógica regional constituye un tipo de "depresión periférica", excavada en el contacto de la Depresión Bética con Sierra Morena debido al comportamiento diferencial de los ma- teriales deleznables de la primera y los más competentes de la segunda. El área incluida en el ámbito metropolitano ocupa el sector noroccidental del mismo, enlazando la plataforma del Aljarafe con el centro de esta otra "depresión". En detalle presenta una morfología acolinada fruto de la incisión de una activa red hidrográfica que, según algunos autores, ha disectado una antigua superficie de enlace (glacis de erosión) modelada directamente sobre las margas azules miocenas que constituyen su substrato (figura 2.10). De hecho, la altitud de las zonas culminantes de las pequeñas colinas nos permite reconstruir en parte esa "hipotética" superficie que ponía en rela- ción la cornisa aljarafeña con el centro de la "depresión periférica". Figura 2.10. Esquema del contacto del sector norte del Aljarafe con "El Campo" S <S- lSOMts UNIOADES OE ORIGEN ESTRUCTURAUDENUOATlVO " ...... ;, 100 o. . .. .... .·.. . 50 ------------ 42 Suelos pardcrrojizos En las zonas más erosionadas se degradan pasando a rendzinas UNIOADES OE ORIGEN OENUDATlVO CAMPIÑA NOROESTE ("El CAMPO') Suelos vérticos Fig. 2.11. Unidades de origen fluvio- kárstico D Cañón Kárstico o Depresiones Fluvlo·Kársticas • Relieves planos o suavemente alomados (Campiña sureste) En el sector sureste de la zona de estudio, contactando con los Alcores a través de un escarpe nítido, se extiende una zona también deprimida en el contexto regional , aunque en este caso con una topografía esencialmente plana o escasamente incidida por la red de afluentes del Guadaira. Se extiende hacia el este , fuera del área metropoli- tana, donde recibe el nombre de "Vega de Carmona". La presencia en algunos sectores de una delgada capa de sedimentos cuaternarios sobre las margas azules que compo- nen la base del substrato, ha propiciado también diferentes interpretaciones sobre su formación (glacis de erosión-acumulación ... ). C. Unidades de origen fluvio kárstico La presencia de un substrato esencialmente calcáreo en la plataforma de los Alcores y su propio dispositivo geo-estructural , ha contribuido a la individualización de unida- des específicas (figura 2.11) que, aunque de menor extensión que las anteriores, pre- sentan la singularidad de su génesis y una morfología peculiar. En ellas, a la actividad propia de la red hidrográfica y los procesos de vertientes, se une un proceso específico, la disolución, que actúa eficazmente sobre el substrato calcarenítico. • Cañón kárstico del Guadaira El río Guadaira secciona esta plataforma en dos sectores por medio de un profundo "cañón fluvio-kárstico" labrado sobre las calcaren itas. La inadaptación de este tramo del río al dispositivo geoestructural de la plataforma que buza levemente hacia el Gua- dalquivir es, por lo tanto, manifiesta. El cañón presenta un trazado longitudinal sinuoso, pudiéndose observar en el sector más septentrional un amplio meandro abandonado, profundamente encajado en el substrato pero topográficamente elevado respecto al cauce actual. Esta morfología se explica por la acción mecánica del cauce fluvial a la que se suma la significativa acción química de las aguas fluviales sobre el carbonato cálcico presente en las calcaren itas. • Depresiones fluvio-kársticas La presencia de rocas carbonatadas susceptibles de que sobre ellas se desarrollen procesos de karstificación es más importante en el sector septentrional de la plataforma de los Alcores (ausencia de cerros testigo), y es aquí donde la actividad de aquéllos, más la correspondiente a la red hidrográfica secundaria, ha modelado un conjunto pecu- liar de valles de fondo plano, vertientes pronunciadas y rellenos de material coluvial y de descalcificación (terra rossa), a los que se ha denominado "depresiones fluvio- kársti- cas". En muchas cabeceras de esta red hidrográfica, el proceso reciente ha sido hacia una progresiva pérdida de la actividad fluvial en favor de una karstificación que descom- pone los antiguos valles en una sucesión de "dolinas" de variable significación espacial. D. Unidades de origen fluvial La importancia de los principales cauces fluviales en la conformacióndel espacio me- 43 1 - tropolitano es obvia desde el momento en que el Guadalquivir es el eje articulador de la misma en sentido norte-sur. Por ello las unidades ligadas a su acción casi exclusiva son numerosas y ocupan extensos espacios que es necesario caracterizar desde la perspectiva geomorfológica, aunque su importancia es tan notoria que para su caracte- rización hidrológica ha sido aconsejable dedicarle un capítulo específico. Una caracte- rística compartida de estos cauces, tanto de los actuales como de los hoy abando- nados, es la de constituir zonas deprimidas donde se alcanzan las cotas más bajas, en algunos casos- sobre todo en el del Guadalquivir- enmarcadas por diferentes niveles de terrazas que se elevan sobre la llanura de inundación actual. El origen de éstas -que aquí se han individualizado (figura 2.12) exclusivamente desde una perspectiva topoe- Figura 2.12. Esquema del sistema fluvial del Guadalquivir l00Mts 80 60 20 o · AUARAFE llANURA DE INUNDACIÓN , , fflllWA NIVEL I UNIDADES DE ORIGEN FLUV1Al AIcosa . E ALCa?ES L : : . , , Suelos pardos moderadamente evolucionados Suelos rojos mediterráneos. ¡ Fracción limosa en : Fracción gru,esa :Substrato calcarenitico I , , Áreas con suelos vérticos : superficie. Suelos rojos. : ~n superli.clB . t en superficie, tapizado¡ ; Suelos de vega escasamente evolucionados : y costras puntuales Coslras puntuales Frec~:~~:~¿~~~ras de materiales aluviales Figura 2.13. Unidades de origen fluvial D Uanura de Inundación: 'Vaguadas y Fondos de Valles' dáfica- se liga a la alternancia de balances de erosión positivos y negativos que condu- cen a la acumulación de sedimentos en el valle y a la incisión posterior de las llanuras aluviales formadas con anterioridad. La alternancia de periodos de erosión/acumula- ción parece estar directamente ligada a las fluctuaciones climático-eustáticas cuater- narias. La numeración de los diferentes niveles es creciente desde los inferiores a los superiores. • Llanura de inundación En el caso del Guadalquivir, Guadaira y Rivera de Huelva, la llanura de inundación (fi- gura 2.13) ocupa, lógicamente, el nivel más bajo del área de estudio, generalmente por debajo de la cota de los 12 m. En ella se pueden individualizar diversos elementos geo- morfológicos de importante significación para entender su funcionamiento dinámico y su ocupación antrópica. Las repetidas avenidas del río desbordaban las márgenes na- turales y depositaban sobre la llanura de inundación sedimentos -transportados en suspensión- en los que en la actualidad domina la fracción limo-arcillosa y sobre los que se desarrollan los fértiles suelos de vega. Las márgenes del río , en cambio, sobre las que se depositan fundamentalmente sedimentos de una fracción más grosera (Ii- 44 Figura 2.14. Unidades de origen fluvial: terrazas o Terraza Nivel I O Terraza Nivel 11 O Terraza Nivel 111 CJ Terraza Nivel IV Glacis Terraza mo-arenosa) -generalmente de arrastre-, han oscilado lateralmente sobre la llanura de inundación unidas a la evolución de los meandros. Esta composición textural dife- rente permite individualizar en la llanura de inundación antiguos cauces, meandros abandonados y los depósitos arenosos asociados (point bar). Un buen ejemplo es el barrio del Arenal en Sevilla, asociado históricamente a la evolución lateral de un antiguo meandro, o bien la denominada "Madre Vieja" que corría paralela a Camas y Santiponce sirviendo de apoyo fluvial a Itálica. • Terraza NIVEL I (Gran Plaza-San José de la Rinconada) Individualizado desde una perspectiva topoedáfica, este nivel (f igura 2.14) sigue la margen izquierda del Guadalquivir de forma continua hasta San Jerónimo. Un suave escarpe lo pone en relación con la vega aluvial del río , de la que se diferencia igualmen- te por la presencia de suelos más desarrollados en horizontes donde predominan los suelos pardos. Hacia el sur la presencia de los antiguos cauces del Tamarguillo-Rani- Ilas, Miraflores-Tagarete y el del Guadaira alteran profundamente este nivel de terraza. De igual forma la ocupación urbana y las numerosas infraestructuras imposibilitan una fácil individualización respecto del nivel superior (Nivel 11). Entre los cauces antes cita- dos quedan retazos de terrazas culminantes topográficamente (entre los 10 y 17 m.), y que se han asignado a este nivel, el cual reaparece nítidamente en el sector del hipó- dromo de Pineda. Un sector de gran interés por su relevante significación histórica, está constituido por el resto de terraza sobre el que se sitúan los primeros asentamientos de la ciudad de Sevilla. • Terraza NIVEL 11 (Aeropuerto-Jarilla) Ocupando una considerable extensión del sector noreste del área metropolitana so- bre las cotas 20-25 m. , y una estrecha faja junto al Polígono Industrial de La Isla, se de- sarrolla este nivel de terraza que presenta una morfología bastante homogénea y pla- na, con predominio de la fracción limosa en superficie. Un nítido y continuado escarpe lo separa del anterior en el sector septentrional hasta la canalización del Miraflores y, a partir de aquí, la intensa antropización del medio impide su trazado exacto. A pesar de su homogeneidad morfológica, la presencia de suelos con un importante componente de hidromorfismo, en el entorno del Aeropuerto, permitiría establecer diferencias edafo- lógicas en un nivel donde predominan suelos evolucionados en horizontes (inceptiso- les, alfisoles ... ) con intensa rubefacción y, en algunos sectores, con presencia puntual de costras calcáreas (Jarilla) . • Terraza NIVEL 111 (Torreblanca Alta) Un pequeño sector comprendido entre Torreblanca y el curso superior del Ranillas queda perfectamente individualizado del sector anterior por un significativo escarpe que eleva este nivel hacia las cotas 35-40 m. El que en superficie domine la fracción li- mosa y los suelos sean muy parecidos a los existentes en el nivel II (en la zona de la Ja- rilla) quizás sea la causa que haya llevado a los autores de la cartografía geológica 1/50.000 (Seria Magna) a incluirlos en aquel mismo nivel estratigráfico. 45 • Terraza NIVEL IV (RAGA) Desarrollado por encima de la cota 40 m. , ocupa una estrecha banda norte-sur en el sector oriental de la zona de estudio. Un nítido escarpe lo separa del nivellAeropuerto" mientras el contacto lateral con el nivellTorreblanca" se realiza de forma suave y paula- tina. Además de la diferencia altimétrica, la presencia en superficie de fracciones más gruesas (cantos, gravas .. . ) y el desarrollo de suelos muy evolucionados en horizontes (alfisoles) con la presencia de costras calizas de considerable espesor, evidencian sig- nificativas diferencias con los niveles anteriores. • Glacis-terraza El contacto de los niveles de terrazas superiores con la plataforma de los Alcores se realiza a través de un glacis-terraza labrado sobre las calcaren itas, cuyo límite superior es el nítido escarpe de erosión que se desarrolla en dirección noreste a partir de Alcalá de Guadaira. La proximidad del substrato calcarenítico a la superficie ha hecho que en algunos mapas geológicos se cartografíe como tal , aunque la significativa presencia de material detrítico aluvial en superficie, y la importante erosión/alteración del substrato que sugiere el escarpe, llevarían a asignarle un origen esencialmente fluvial-denudativo. • Vaguadas y fondos de valle Al margen de los principales cauces fluviales (Guadalquivir, Guadaira y Rivera de Huelva), una extensa red secundaria se desarrolla por el resto del área metropolitana, en muchos casos (Río Pudio, Culebras ... ) modelando amplios valles o extensas vagua- das re llenas de material aluvial-coluvial reciente, sobre el que se desarrollan excelen- tes suelos de vega (entisol fluvents). 46 5. Las limitaciones del medio geomorfológico (1) Este apartado se centrará exclusivamente en el análisis y evaluación de los procesos morfoge- néticos.El medio físico que, en sentido amplio, puede ser entendido como recurso y como li- mitación, va a ser considerado, en este apartado, esencialmente como factor limitante. Este es el sentido de la cartografía de "morfoconservación" que, a modo de síntesis, intenta determinar, tras una evaluación de su impacto territorial , las principales áreas o puntos problemáticos tanto desde una perspectiva geomorfológica (erosión, inestabil i- dad .... ) como exclusivamente hidrológica (inundación ... ) (1). El análisis de las unidades geomorfológicas del área metropolitana y el conocimiento de algunos parámetros de gran interés para su comprensión territorial (pendientes, alti- metría ... ) proporcionan una primera aproximación a su geomorfología. Sin embargo, ésta sería una visión fundamentalmente estática del relieve, que ha de completarse con el estudio de los procesos que sobre este complejo litoestructural se desarrollan y que, debido a su carácter dinámico y activo, son los que pueden modificar las actuales con- diciones de equilibrio del soporte físico natural. 5.1. La dinámica geomorfológica Se analiza a continuación la dinámica geomorfológica que estudia estos procesos y por lo tanto la erosión real, dividiéndose este análisis en dos apartados: el estudio de los procesos que actúan sobre las vertientes, donde los procesos erosivos tienen una importancia capital, y los ligados a la actividad fluvial , donde se alterna la acción erosiva con la acumulativa, afectando especialmente a la inestabilidad de sus márgenes. To- dos los procesos que, por imperativos de escala, han podido representarse cartográfi - camente quedan recogidos en el mapa 1 . A. Los procesos sobre las vertientes • La arroyada difusa y laminar La acción morfogenética, de ablación en las zonas culminantes y acumulación en las deprimidas, comienza con el desarrollo, casi imperceptible, de la arroyada difusa y la- minar que se traduce en una serie de pequeños canales de orden centimétrico (rill-wash) en el primer caso, y de una delgada película de agua que recorre inter- mitentemente la vertiente a modo de un discontinuo flujo laminar en el segundo (she- et-wash o sheet-flood según la profundidad a que ejercen su acción). Estos procesos de arroyada primaria contribuyen de forma imperceptible, pero muy eficaz, a la movili- zación de materiales sobre las vertientes de casi toda el área de estudio. En aquellos sectores en que existe una actividad más intensa, las vertientes presentan un perfil cóncavo en la base, fruto de la acumulación de materiales desplazados desde los tramos superiores de la misma (en amplios sectores del Aljarafe y Alcores ocupados por el olivar tradicional su efecto se manifiesta también en las acumulaciones sobre la parte supe- rior de las cepas de los olivos y un ligero descalce en la parte inferior). Esta manifestación de la erosión hídrica, de difícil evaluación, es el principal agente de erosión en amplios secto- res de la zona de estudio, donde la escasa pendiente o la corta longitud de las vertientes no son suficientes para que la escorrentía superficial se concentre, aunque moviliza una consi- derable cantidad de materiales y contribuye significativamente a la degradación edáfica. 47 • Arroyada concentrada (surcos, regueros y cárcavas) Cuando la arroyada difusa se desarrolla considerablemente, en determinados casos aparece una arroyada concentrada embrionaria que se caracteriza por su aptitud para excavar la superficie del suelo y modelar pequeños surcos o regueros. Estos presentan un funcionamiento esporádico e incluso su talweg puede ser afectado por otros proce- sos (reptación, .. . ) entre los momentos de actividad. Mientras la arroyada difusa y lami- nar presenta un funcionamiento generalizado sobre toda la vertiente, la arroyada con- centrada se caracteriza por un funcionamiento localizado en la capacidad de incisión de los pequeños regueros o surcos que pueden evolucionar, de esta manera, hacia for- mas mayores que se clasifican según el tamaño y profundidad del talweg (regueros, surcos, cárcavas). En el área metropolitana se definen algunos sectores donde los pro- cesos de arroyada concentrada adquieren un mayor desarrollo: • Las vertientes de las zonas señaladas anteriormente como cerros testigos en la pla- taforma de los Alcores (Los Quintos, La Corchuela, .. . ). En estos sectores, la poca cohe- sión del suelo, la presencia de una cubierta vegetal (olivo) que no protege totalmente al suelo, y los valores de las pendientes favorecen el desarrollo de la erosión hídrica, que adquiere importancia en los tramos terminales de las vertientes (proximidades del Canal del Bajo Guadalquivir). Aquí los procesos acumulativos de la arroyada vertiente abajo y la desprotección del suelo, que en estas zonas más bajas está sometido a cultivos que generalmente no ofrecen ninguna protección en épocas de lluvias importantes, aceleran e intensifican las acciones de la arroyada concentrada con la aparición de surcos y re- gueros, la mayoría de las veces rectificados posteriormente por las labores agrícolas. • Las vertientes que enlazan la cornisa del sector septentrional del Aljarafe con El Campo. En este sector la concurrencia de factores antes analizados (substrato erosio- nable, secano predominante, impermeabilidad y pendientes) favorece igualmente el desarrollo de la arroyada concentrada. La evolución de estos surcos y regueros ha ge- nerado el desarrollo de una red hidrográfica cada vez más activa y estable, al mismo tiempo que los cauces definidos desde antiguo van profundizándose paulatinamente. • Puntualmente, en los escarpes topográficos del Aljarafe y Alcores, estos procesos adquieren una intensidad preocupante. En muchas zonas del escarpe del Aljarafe , mu- cho más antropizado, las numerosas movilizaciones de tierras ligadas a la actividad constructora han modificado considerablemente la morfología del escarpe natural , pre- sentando, en estos casos, un "modelado antrópico". En estos sectores, generalmente con valores de pendientes muy elevados, no se suelen poner en práctica técnicas co- rrectoras respecto a una erosión hídrica que, debido a la falta de estructura de estas acumulaciones y a la inexistencia de cubierta vegetal , acelera los procesos de erosión ligados al desarrollo y evolución de cárcavas y barrancos. La presencia de éstos es múl- tiple (aledaños de la autovía de San Juan, las márgenes de la carretera hacia Mérida, etc.) , pero adquiere un mayor nivel de intensidad en la caída de la cornisa situada al pie de la Barriada del Carambolo. • En los diversos tramos del escarpe de los Alcores que se abre a la campiña sureste, el desarrollo de estos procesos está relacionado con el cambio de uso (normalmente de olivar a secano) en sectores del escarpe, cuyas características físico-naturales (fuertes pendientes, contacto litológico con las margas azules, etc.) no abogan por una voca- ción agrícola intensiva, por lo menos sin las adecuadas prácticas de conservación . 48 Más que la importancia en sí de estos procesos que, como hemos visto se expresan con altos niveles de intensidad sólo en zonas puntuales, aunque suponen pérdidas sig- nificativas en la fertilidad y capacidad productiva de los suelos, hay que llamar también la atención sobre ciertos efectos secundarios que tienen en ellos su origen: • Todas las vertientes de estas áreas problemáticas avenan hacia áreas donde el drenaje natural está manipulado, y en ocasiones impedido, por obras de infraestruc- turas que pueden ser dañadas u obstruidas por los arrastres. En este sentido , las zonas contorneadas por importantes obras de infraestructura (Canal del Bajo Guadalquivir, vía férrea y el nuevo cauce del Guadaira) son especialmente problemáticas. • Cuando la incisión de la arroyada concentrada no es corregida adecuadamen- te tras los periodos de lluvias, puede desarrollarse hasta el punto de imposibil itar el la- boreo de terrenos anteriormente productivos. •
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