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Espejo	Olaya,	María	Bernarda
El	español	de	Colombia:
variedad	de	habla	posiblemente
inigualable	en	Hispanoamérica
III	Coloquio	Argentino	de	la	IADA
28	al	30	de	mayo	de	2007
Espejo	Olaya,	M.	(2007).	El	español	de	Colombia:	variedad	de	habla	posiblemente
inigualable	en	Hispanoamérica.	III	Coloquio	Argentino	de	la	IADA,	28	al	30	de	mayo	de
2007,	La	Plata,	Argentina.	Diálogo	y	contexto.	EN:	L.	Granato	y	M.L.	Móccero	(Comps.).
Actas	del	III	Coloquio	Argentino	de	la	IADA	:	Diálogo	y	contexto.	La	Plata	:	Universidad
Nacional	de	La	Plata.	En	Memoria	Académica.	Disponible	en:
https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.14330/ev.14330.pdf
Información	adicional	en	www.memoria.fahce.unlp.edu.ar
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https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
ACTAS DEL III COLOQUIO ARGENTINO DE LA IADA 
Diálogo y contexto 
La Plata, Argentina | 28, 29 y 30 de mayo de 2007 
 
PONENCIA COORDINADA | FONÉTICA Y FONOLOGÍA EN LA GRAMÁTICA Y EN EL DISCURSO 
 
 
EL ESPAÑOL DE COLOMBIA 
Variedad de habla posiblemente inigualable en Hispanoamérica 
 
María Bernarda Espejo Olaya 
Instituto Caro y Cuervo │ Colombia 
mabeesol@yahoo.com 
mbespejo@latinmail.com 
 
Resumen 
 
En este trabajo se presenta una caracterización general del español hablado en Colombia. Se hace refe-
rencia a la clasificación dialectal y a su situación idiomática, a las particularidades de la pronunciación y a 
los rasgos del léxico. El español de Colombiano presenta algunas características, lingüísticas, geográficas 
y étnicas, que realzan su natural tendencia a la variedad de habla. En Colombia, además del idioma es-
pañol se hablan cerca de setenta lenguas indígenas; asimismo dos lenguas criollas diferentes, habladas 
por grupos de origen africano: el Suto o Palenquero, hablado en el Departamento de Bolívar y el Bendé o 
Sanandresano, en las Islas de San Andrés y Providencia. Estos tres componentes lingüísticos, le dan al 
patrimonio lingüístico y cultural colombiano una riqueza y variedad posiblemente inigualable en Hispa-
noamérica. 
 
La lengua española ocupa una enorme extensión geográfica en América; esto, sumado a 
una serie de factores históricos y sociales, ha hecho que la lengua se haya ido adaptando 
a nuevas manifestaciones y que haya ido generando su propio desarrollo interno; es de-
cir, que la lengua española en el contexto americano ha venido sufriendo sus propios 
procesos de evolución y transformación para responder a las necesidades comunicati-
vas, también en constante cambio, de los hispanohablantes. 
En este contexto, el presente artículo tiene como finalidad presentar una caracteriza-
ción general de los rasgos peculiares más relevantes del español hablado en Colombia, 
enmarcado en la compleja estructura del español Americano. 
El español de Colombia se caracteriza por su gran diversidad lingüística. Convive con 
más de setenta lenguas indígenas, que se siguen hablando en zonas periféricas del país, al-
gunas de las cuales tienen gran número de hablantes y otras que están en proceso de extin-
ción, pero que en alguna medida influyen en el español de ciertas regiones del país. Asi-
mismo, en Colombia hay dos lenguas criollas diferentes, habladas por grupos de origen 
africano: el Suto o Palanquero hablado en San Basilio de Palenque, en el Departamento de 
Bolívar y el Bendé o Sanandresano, en las islas de San Andrés y Providencia. 
Estos tres componentes lingüísticos, le dan al patrimonio lingüístico y cultural co-
lombiano una riqueza y variedad posiblemente inigualable en Latinoamérica. Al respec-
to Honsa dice: “Colombia [...] presenta variedades geográficas, ambientales y lingüísti-
cas españolas que exceden las de los otros países” (Honsa, 1987: 645). Montes (1992), 
también hace referencia a este aspecto cuando afirma que “[…] Colombia presenta al-
gunas características que acentúan notablemente la natural tendencia a la variedad de 
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mailto:mabeesol@yahoo.com
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habla”; esas características son, esencialmente, la división del territorio en regiones na-
turales por grandes cordilleras y la presencia de diversas lenguas indígenas. 
En consecuencia, la herencia lingüística española, la herencia de las lenguas amerin-
dias y el aporte lingüístico africano están presentes en el español de Colombia. 
Los españoles llegaron al territorio colombiano hacia 1509, pero sólo se establecie-
ron de forma permanente hasta 1525, año en que se fundó Santa Marta y ocho años más 
tarde Cartagena. Posteriormente, Gonzalo Jiménez de Quesada funda Santa Fe de Bogo-
tá en 1538. 
La colonización española tuvo como actividad principal la explotación de las minas 
de oro, con el sometimiento a trabajos forzados de la población indígena, y luego, a 
principios del siglo XVII, con la trata de esclavos africanos, que se distribuyeron por los 
principales centros mineros de Colombia. 
A mediados del siglo XVI, se estableció una capitanía general en Bogotá. Durante la 
Colonia, en Colombia se estableció un Virreinato; esto propició la creación de una uni-
versidad, de centros culturales y religiosos en Bogotá; en consecuencia, llegaron a esta 
ciudad clérigos, profesores y administradores españoles. La capital mantenía contacto 
directo con el habla de la elite castellana, pero no con los puertos del territorio, lo que 
ocasionó un aislamiento del habla de las tierras altas colombianas del habla de las zonas 
costeras. En la actualidad, el habla de Bogotá es la modalidad de prestigio tanto dentro 
del país como en Hispanoamérica. 
Vale la pena destacar que en la época Colonial, el español hablado en América, era 
considerado, tanto por los peninsulares como por los nacidos en tierras americanas, co-
mo una de las modalidades menos prestigiosa de la lengua, y los americanos admiraban 
e imitaban la forma de hablar de lo peninsulares, considerando que debía seguirse la 
norma lingüística de Toledo o de Madrid (Guitarte, 1991). 
En el periodo de Independencia esta situación idiomática cambia, y la lengua españo-
la pasa a ser la lengua de los nuevos países americanos. Se manifiesta el interés por con-
servar la pureza de la lengua, que es considerada como lo único valioso de la domina-
ción española, y se busca conservar su unidad. Durante este periodo, surgen estudiosos 
del lenguaje como Andrés Bello y posteriormente Rufino José Cuervo. 
En 1872 se funda la Academia Colombiana de la Lengua (la primera en América). 
Este hecho, sin duda, ha contribuido al prestigio de la lengua colombiana y, en particu-
lar, de la bogotana.1 
De otra parte, resulta conveniente referirse a las diversas propuestas de división geo-
gráfica, sociológica y dialectal de Colombia. 
Desde el punto de vista geográfico, Colombia está dividida en seis regiones natura-
les: caribe, pacífica, andina, orinoquia, amazonia e insular. Desde el punto de vista et-
nográfico, muestra los siguientes grupos: costeño, caucano, antioqueño, santandereano, 
cundiboyacense, llanero, tolimense y nariñense. Asimismo, desde la sociología, se han 
establecido ocho tipos culturales: costeño (litoral atlántico), vallecaucano-chocoano, 
 
1 Sobre valoración del habla de Bogotá fuera de Colombia ver Paola Bentivoglio y Mercedes Sedano 
(1999). Matthias Perl y Klaus Pörtl (eds.) Identidad cultural y lingüística en Colombia, Venezuela y en el 
Caribe hispánico. Tübingen: Niemeyer. pp. 135-160. También Carlos Solé (1987). “Lenguaje y naciona-
lismo en Argentina”, en Actas del II Congreso Internacional sobre el español de América. México: 
UNAM, pp. 215-221. 
 
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antioqueño (o paisa), santandereano, tolimense-huilense, cundiboyacense, llaneroorien-
tal y andino-sureño. 
En cuanto a la clasificación dialectal de Colombia, Luis Flórez (1961) propone siete 
zonas dialectales, delimitadas por la combinación de los principales rasgos fonéticos y 
por isoglosas léxicas. Estas zonas son: costeño (atlántico y pacífico), antioqueño, nari-
ñense-caucano, tolimense, cundiboyacense, santandereano y Llanero. 
Montes (1982), propone una posible división dialectal del español de Colombia en 
dos grandes superdialectos: El costeño y el andino o central. El superdialecto costeño se 
compone de dos dialectos: el costeño caribe y el costeño pacífico. El caribe se divide en 
cuatro subdialectos: cartagenero, samario, guajiro y subdialecto caribe interior. Para el 
dialecto costeño pacífico sugiere una división en dos subdialectos: septentrional y meri-
dional. En cuanto al superdialecto andino o central, propone dividirlo en dos dialectos: 
andino oriental y andino occidental. El primero lo divide en tres subdialectos: tolimen-
se-huilense, cundiboyacense (que se caracteriza por el uso de la forma de tratamiento su 
mercé) y santandereano; el segundo, en dos subdialectos: antioqueño-caldense (que se 
caracteriza por la articulación de la /s/ apicoalveolar cóncava o la coronodental plana) y 
nariñense-caucano. 
Montes hace la propuesta de división dialectal tomando como norma definitoria el 
tratamiento de la -s implosiva. En el superdialecto andino o central se mantiene la -s, y 
en el superdialecto costeño se aspira, se suprime o se asimila. De esta manera, toda la 
región costera, atlántica y pacífica, pertenece al superdialecto andaluzado; que se carac-
teriza, como ya se dijo, por la aspiración, pérdida o asimilación de la -s. Además se ca-
racteriza por la neutralización de r y l implosivas, la realización de /-n/ implosiva como 
velar [-฀], yeísmo de articulación abierta (casi como j), ocasionalmente cero fonético –
gallina [gaína], pollito [poíto]. En el dialecto atlántico predomina ampliamente el tuteo 
y en el pacífico el voseo en combinación con el tuteo. 
 En cuanto al dialecto andino o central, que en general se extiende por la región andi-
na, en donde está la gran mayoría de población hispanohablante, tiene como norma el 
mantenimiento o abandono de la oposición /ll/- /y /: la zona occidental nunca ha tenido 
la oposición /ll/- /y /; la región oriental, ha conservado la ll más o menos bien; no obs-
tante, en la actualidad se ha generalizado el fenómeno del yeísmo y la oposición /ll/ -/y/ 
tiende a desaparecer. 
Finalmente, el departamento de Dialectología del Instituto Caro y Cuervo (2004) 
propone una división dialectal en su trabajo Caracterización léxica de los dialectos del 
español de Colombia según el ALEC, que coincide en lo fundamental con la propuesta 
por Montes pero que divide los dialectos en subdialetos y hablas regionales. 
 
ASPECTOS PARTICULARES DE LA PRONUNCIACIÓN DEL ESPAÑOL HABLADO EN COLOMBIA 
1. Vocalismo 
En Colombia se producen varios fenómenos, dependiendo del nivel sociocultural de los 
hablantes y de la diatopía. Las hablas costeñas tienen vocalismo laxo y con tendencia 
más a la abertura que a la cerrazón, mientras que en el interior, específicamente en la 
sierra nariñense y el altiplano cundiboyacense, es común un vocalismo tenso, breve, y 
con elisiones un tanto frecuentes aun en estilo semiformal. En Antioquia y Caldas, pre-
domina la tendencia a cerrar las inacentuadas /e/, /o/, hasta llegar a pronunciarse como 
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[i] y [u], respectivamente, pero en diafasías descuidadas y registros vulgares, aunque la 
brevedad y la elisión no son frecuentes. 
En todas las variedades dialectales de Colombia, sobre todo en registros descuidados 
y diafasías vulgares, es común en la pronunciación cerrar la vocal inacentuada hasta 
constituir diptongo con la siguiente: quiere uno> quieriuno, dijo esto> dijuesto. Cuando 
la vocal inacentuada es la /a/, frecuentemente se elide. Asimismo las combinaciones ea 
de los verbos y otras palabras se diptongan. Por ejemplo: golpear> golpiar, garabatear> 
garabatiar; gaseosa> gasiosa, teatro > tiatro. 
El superdialecto costeño, especialmente en la variedad atlántica, presenta frecuente-
mente, en estratos populares, pronunciaciones de diptongos como hiatos: crióllo , gaíta, 
baíle, caúsa. 
La inestabilidad de vocales inacentuadas, especialmente de e~ i, o~ u, (dispierto, po-
lecía, recebir) se presenta únicamente en niveles vulgares y diafasías descuidadas. Asi-
mismo, en estos mismos niveles de habla, frecuentemente tienden a consonantizarse 
algunas concurrencias vocálicas. Laura> Labra, jaula > jabla. 
 
2. Consonantismo 
En cuanto al consonantismo se tratarán algunos segmentos que presentan cambios, co-
mo lo han indicado estudios previos: 
 
Labiales 
La pronunciación normativa de la /f / es común entre los bogotanos nativos; mientras 
que en casi todo el país se tiende a articular este fonema como bilabial; es decir parecida 
a la /b/- fósforo> [ϕósϕoro], profesor> [proϕesor]-. En Colombia también es frecuente 
la pronunciación, en el habla informal y vulgar, de /f/ como h aspirada- café>cajé, fula-
no>julano, fue>jue-.Asimismo en la costa pacífica es común la pronunciación de f co-
mo labiovelar (f >xw) –café [kaxwé], fácil [xwásil], feliz[xwelís]. 
 
Dentales 
La terminación en -ado (cansado, descuidado, casado), se conserva bien en el habla cul-
ta formal. En el habla informal y vulgar tiende a debilitarse y a perderse en el dialecto 
andino. En Nariño se mantiene en todas las diastratías. Es común, también que los 
hablantes tiendan a suprimir la /d/ en final de palabra, en el habla informal; correlativa-
mente en pocas ocasiones se pierde la /b/ y la /g/. 
 
Alveolares 
La vibrante múltiple /rr/ tiene una gran variedad de realizaciones: en el superdilalecto 
costeño se pronuncia como vibrante múltiple normal fuerte; aunque en algunas zonas 
rurales de pronuncia como velar [se. En la zona dialectal andina occidental se da tam-
bién el predominio de la vibrante múltiple fuerte. Mientras que en el dialecto andino 
oriental se presentan frecuentes casos de fricativización, asibilación y ensordecimiento 
de la rr. En Nariño se pronuncia la rr, como fricativa asibilada ensordecida, casi como 
s. En Cundinamarca, Boyacá y Santander se pronuncia rr fricativa y asibilada, pero no 
de forma general. En Bogotá, donde se pronunciaba predominantemente /rr/ asibilada, 
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ya se ha ido perdiendo poco a poco esa pronunciación, pues la generación joven pro-
nuncia regularmente de manera normativa. En la radio y la televisión se pronuncia en 
general la rr como múltiple fuerte. 
La vibrante simple /r/ tiene comportamiento similar al de la vibrante múltiple: en el 
superdialecto costeño la -r implosiva desaparece en final absoluto –trabaja, descansa–; 
en los registros vulgares y descuidados, se pronuncia como l. En el dialecto pacífico se 
vocaliza – parte, [paite], fuerza [fwéisa]–. 
En el superdialecto andino, la /r/ es vibrante normal. En el andino occidental (Antio-
quia y Caldas) es frecuente escucharla como vibrante múltiple , en posición implosiva.. 
En el andino oriental se da un debilitamiento, la articulación es fricativa y a veces (en 
Bogotá, sierra nariñense, zonas de Boyacá y Santander) asibilada y ensordecida. Tam-
bién en estas zonas es frecuente que el grupo tr- se pronuncie con r fricativa, a veces 
asibilada y sorda. Actualmente este fenómeno está en retroceso, las generaciones jóve-
nes articulan las vibrantes y el grupo tr- conforme a las normas generales del español. 
L a /l/ se neutraliza parcialmente en el superdialecto costeño. La /s/ ofrece fenóme-
nos particulares. La pronunciación más generalizada en toda Colombia es la predorsoal-
veolar o predorsodental. En el superdialecto costeñose debilita, a veces se pierde y se 
asimila a la consonante siguiente. Esto depende de la diastratía y de la diafasía. La aspi-
ración de la [-s] implosiva es rarísima en el superdialecto andino, en cambio es común 
en el superdialecto costeño, pero la aspiración de la [-s-] intervocálica se da con cierta 
frecuencia en diafasías descuidadas –nohótros, nehesíta, sí heñor–. En los departamen-
tos de Caldas y Risaralda, se pronuncia una s ápicoalveolar. Antioquia se considera co-
mo zona de articulación de s ápicoalveolar, pero Montes (1992) cree que esta región 
tiene predominio de s coronodental. 
La /n/ en posición implosiva se mantiene como alveolar normal en el superdialecto 
andino, en cambio, en el superdialecto costeño es siempre velar [-฀] -[pa฀]-. Se pronun-
cia como bilabial, n > m, en la zona suroccidental (Chocó, Valle del Cauca, Cauca) –pan 
[pám], alemán [alemám]–. 
 
Palatales 
En cuanto a la distinción /ll/ - /y/. Todo el dialecto costeño es yeísta y también el dialec-
to andino occidental; el dialecto andino oriental por su parte, ha mantenido esta oposi-
ción, aunque en la actualidad, siguiendo la tendencia del español general, se impone el 
yeísmo. Bogotá, era distinguidora de la oposición /ll/ -/y/, pero en la actualidad el yeís-
mo se impone y esta oposición sólo se mantiene en las generaciones mayores, en el 
habla rural y en pueblos y ciudades pequeñas de esta zona dialectal. 
La /ch/ se pronuncia a veces como fricativa en el altiplano cundiboyacense. En la 
costa es frecuenta la ch de contacto amplio y fuerte y momento fricativo muy breve. 
En cuanto a la articulación de la /y/ se da un alófono abierto que llega frecuentemen-
te a [j ] semiconsonante, y ocasionalmente se pierde en la costa atlántica. En el interior 
del país se articula con frecuente africación, sobre todo en Bogotá. 
 
Velares 
La j [x] que se articula en Colombia es velar suave, abierta, aunque ocasionalmente 
puede ser velofaríngea. En diafasías descuidadas se sonoriza o se pierde -la gente [la ฀ 
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énte]. Igual comportamiento tiene la h aspirada que se ha hecho generalizada en voces 
como halar >jalar, moho> mojo (mogo). La /g / se debilita en las hablas costeñas, en 
posición intervocálica –agua[áwa]–. 
 
GRUPOS CULTOS 
Los hablantes de nivel sociocultural alto conservan en su pronunciación los grupos cul-
tos al interior de palabra (concepción, objeto, Ignacio, magdalena, transversal, extraor-
dinario, etc), mientras que en los niveles bajos, tienden a suprimirlos o a transformarlos 
(conceción, concegción, madalena, trasversal, estraordinario). En el habla rural y vul-
gar es frecuente la pronunciación: proyeito, inyeición, taisi, etc. 
 
FENÓMENOS SUPRASEGMENTALES 
Los desplazamientos acentuales maíz, ráiz, bául, sólo se presentan en hablas rurales. En 
cuanto a entonación, las numerosas tonadas regionales diferencian diversas zonas dia-
lectales (costeño atlántico, pacífico, tolimense- huilense, pastuso, caucano, antioqueño-
caldense o “paisa”, llanero, santandereano). Estas tonadas posiblemente se deban al sus-
trato indígena de cada región. 
 
FORMAS DE TRATAMIENTO 
Los pronombres de tratamiento: tú, usted, sumercé, vos, son empleados en diferentes 
zonas lingüísticas. El de mayor uso en el habla colombiana es usted, que es el pronom-
bre más usado para el trato de distancia respetuosa; tú predomina en las zonas costeras y 
en habla capitalina, en los estratos socioculturales superiores. Sumercé (su Merced) en 
Bogotá, predomina en los estratos populares y es usado por las mujeres. 
El voseo, es de uso muy frecuente en las zonas de Antioquia, Caldas, Valle, Cauca, 
Nariño. El voseo estuvo generalizado en todo el país durante los primeros tiempos de la 
Colonia. En Bogotá quedan rastros del voseo, aún puede oírse vosear en entre las clases 
cultas, en habla informal, muy familiar, pero de manera no sistemática (no suele usarse 
el pronombre vos, pero sí los imperativos correspondientes al voseo: vení, oí, mirá, 
ayudame, etc., son muy frecuentes). También suele escucharse un poco sistemáticamen-
te el voseo en el habla familiar de las personas incultas (Montes, 1967). 
 
LAS HABLAS CRIOLLAS 
En Colombia, existen dos lenguas minoritarias habladas por etnias de origen africano: la 
lengua de San Basilio de Palenque y la de San Andrés y Providencia; son variedades 
criollas en razón de su génesis y sus rasgos de estructura. El primero es un criollo de 
base española y el segundo, de base inglesa El palenquero es el único criollo de base 
léxica estrictamente española que ha sobrevivido en el Caribe. Otro vernáculo en crio-
llo-español es el “chabacano” de Filipinas. El palenquero se ha conservado como un 
“islote afroamericano” que contrasta con el área costeña, no sólo por su lengua sino por 
su particularidad cultural. (Patiño, 2000).Veamos algunos ejemplos tomados de Patiño 
Roselli: 
 
 
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Suto se jablá lengua africano (‘nosotros hablamos la lengua africana’) 
Tiela lo ke kelá sin semblá ( ‘la tierra quedó sin sembrar’). 
Ele entendeba ni palabra loke suto se jablaba (‘él no entendía ni una palabra de lo 
que nosotros le decíamos’). 
 
En San Andrés y Providencia el criollo sanandresano es lengua oficial al igual que el 
castellano, de acuerdo con el artículo 10 de la Constitución de Colombia de 1991. Esta 
lengua criolla de base léxica inglesa, tiene construcciones gramaticales propias. Algunos 
autores suponen o insinúan elementos españoles en ese criollo y, claro, actualmente 
sufre el influjo del español. Veamos algunos ejemplos tomados de O’fflynn, Carol 
(1990): 
-Im niid wan jab (él /ella necesita un empleo- He /she needs a job.) 
-Im gwain work tumaaro (él/ ella va a trabajar mañana- He/she is going to work 
tomorrow). 
-Di uol buod hous (la vieja casa de madera-The old wooden house ). 
-Di likl piknini dem baibl skuul (la escuela bíblica de los niñitos- The little chil-
dren’s bible school). 
 
NIVEL LÉXICO 
Montes (1992) y otros autores consideran que el vocabulario básico del español de Co-
lombia, en lo fundamental, es el que es común a la mayoría de los países hispanohablan-
tes. Esto se puede confirmar a través del Atlas lingüístico-etnográfico de Colombia- 
ALEC. 
El léxico de las tierras altas procede en gran parte de las palabras españolas tradicio-
nales. En algunas zonas la influencia de las lenguas indígenas o africanas es un poco 
mayor. La zona del Caribe contó, en el periodo colonial, con la presencia de abundante 
población africana, esto se ve reflejado en el léxico. 
En cuanto a los extranjerismos, la penetración de anglicismos en el español, en los 
últimos años ha sido considerable. 
 De otra parte, los indigenismos más numerosos y extendidos en Colombia son los 
quechuismos y en segundo lugar los muisquismos. Montes (1997) dice que “el influjo 
indígena en el español de Colombia es relativamente débil y que no representa una por-
ción notable ni del léxico usual y básico y menos aún de la estructura fónica o gramati-
cal” ( Montes, 1997: 72). 
Se hace necesario mencionar aquí otros elementos de posible influjo indígena: en el 
nivel vernáculo, el habla de Nariño tiene características morfosintácticas semejantes a 
las zonas dialectales del sur, de influjo quechua. Por ejemplo, el uso peculiar del gerun-
dio –Mi papá dejó sembrando el maíz (mi papá sembró el maíz), me vine almorzando 
(almorcé antes de venir)– en el suroccidente del país parece ser de influencia quechua. 
Asimismo, la aspiración de las oclusivas sordas,2 en las diastratías vulgares de Cundi-
 
2 Desde el punto de vista auditivo la aspiración se escucha como un leve soplo inmediatamente después 
de la consonante. 
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namarca (incluida Bogotá) y Boyacá se le atribuye al sustrato muisca. –papa [paph a], 
tapas [táphas], caspa [káspha], cardiaco [kardjákho], rico [r-r íkho], Egipto, [ehíptho]–.3 
De los probables colombianismos se da a continuación una muestra, tomada del 
Nuevo Diccionario de Colombianismos y del DRAE: Amangualarse: confabularse, po-
nerse de acuerdo. Estar bejuco(a): estar disgustado, de mal humor o encolerizado. Ca-
mello: trabajo, ocupación, oficio. Camellar: trabajar mucho, intensamente. Chancuco: 
contrabando. Chusco: agradable por buena apariencia o comportamiento simpático. Es-
pichar: oprimir. Lambón: entrometido. Bolate: trajín. Chanfa: empleo de poco esfuerzo 
y buena remuneración. China: muchacha, niña. Chusco: bonito, placentero, agradable. 
Guache: hombre vulgar, patán. Muenda: paliza. Pechugón –a: indelicado, sinvergüenza, 
gorrón. 
 
EL ESPAÑOL DE COLOMBIA EN LA ACTUALIDAD 
Aunque a partir de la Constitución de 1991, se reconoce que las lenguas amerindias y 
las lenguas criollas son oficiales en su territorio, estas lenguas minoritarias mantienen 
una subordinación frente al español. Ejercen influencia en algunas zonas donde compar-
ten territorio con la lengua española, por ejemplo, en Nariño, Cauca, Caquetá y Llanos 
orientales. 
De otro lado, el español colombiano actual está sometido a múltiples transformacio-
nes y cambios ocasionados por factores como la influencia de los modernos medios de 
comunicación, y la penetración vertiginosa del inglés. La globalización hace inevitable 
el uso de extranjerismos, en particular de los anglicismos, debido a que toda la ciencia y 
la tecnología llegan en la lengua de esta cultura. 
Los modernos medios de comunicación (radio, prensa, televisión, Internet) ya no 
emplean el estilo formal cuidado que los caracterizaba, sino que usan un lenguaje in-
formal y coloquial que no se distingue precisamente por los buenos usos idiomáticos, y 
estos medios tienen una gran influencia en los hablantes. 
Asimismo, se están perdiendo los buenos usos en el habla, pues en todas las diastra-
tías en situaciones relativamente formales, se usan abundantes expresiones que se apar-
tan de la norma culta y que corresponden a estratos vulgares. 
En las últimas dos décadas, los mandatarios presidenciales han incluido en sus alocu-
ciones por televisión elementos lingüísticos informales y coloquiales, que en nada se 
parecen a las alocuciones presidenciales de épocas anteriores, que correspondían a ma-
nifestaciones lingüísticas de las capas sociales de mayor nivel sociocultural y se caracte-
rizaba por acogerse a las normas del español general culto. 
Esta es, pues, la caracterización lingüística general del español de Colombia. 
 
 
BIBLIOGRAFÍA 
ESPEJO OLAYA, María Bernarda “El español bogotano. Una lengua de prestigio”, en Revista La 
Tadeo. nº 71, pp. 203-209. 
 
3 Se cree que este fenómeno se da por influjo del sustrato muisca (véase María Stella González de Pérez, 
Aproximación al sistema fonético-fonológico de la lengua muisca. Instituto Caro y Cuervo (en prensa). 
 
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FLÓREZ, Luis (1951). La pronunciación del español en Bogotá. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo. 
FLÓREZ, Luis (1961). “El Atlas lingüístico-etnográfico de Colombia (ALEC). Nota informati-
va”, Thesaurus, XVI, p. 104. 
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	ÍNDICE TEMÁTICO
	Ponencias coordinadas
	Fonética y fonología en la gramática y en el discurso
	Espejo Olaya, M. Bernarda / El español de Colombia. Variedad de habla posiblemente inigualable en Hispanoamérica
	ÍNDICE ALFABÉTICO
	E
	Espejo Olaya, M. Bernarda / El español de Colombia. Variedad de habla posiblemente inigualable en Hispanoamérica

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