Logo Studenta

Cesar-Guerra-civil

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

CHRESTOMATHIA LATINA 
 
 
 
 
C. IULII CAESARIS 
 
COMMENTARII DE BELLO CIVILI 
 
 
 
EDIDIT 
 
IULIUS CALONGE 
 
 
 
 
 
 
 
WEB LATIN II 
MMXVII 
 
	
El	libro	de	Comentarios	sobre	la	Guerra	Civil	(en	latín,		
Commentarii	 de	bello	 civili)	 es	un	 texto	de	 Julio	César	
dónde	éste	relata	las	operaciones	militares	y	vicisitudes	
políticas	acaecidas	durante	la	Segunda	Guerra	Civil	de	la	
República	 de	 Roma,	 de	 las	 cuáles	 salió	 vencedor.	
Normalmente	se	halla	junto	a	los	llamados	Tria	Bella:	la	
Guerra	de	Alejandría,	la	Guerra	de	África	y	la	Guerra	de	
Hispania;	sin	embargo,	existe	un	consenso	generalizado	
acerca	de	que	la	autoría	de	estos	tres	últimos	no	puede	
atribuirse	en	su	totalidad	a	César. 
La	 obra	 empieza	 un	 poco	 después	 de	 los	
acontecimientos	 narrados	 en	 los	 Comentarios	 a	 la	
Guerra	de	 las	Galias,	exactamente	unos	días	antes	del	
cruce	del	río	Rubicón	en	enero	del	año	49	a.	C.	y	abarca	
los	hechos	ocurridos	entre	esa	 fecha	y	el	año	48	a.	C.,	
terminando	en	el	momento	que	César	llega	a	Alejandría,	
e	incluye,	por	tanto,	la	decisiva	Batalla	de	Farsalia	y	la	muerte	de	Pompeyo.	
Está	estructurada	en	tres	libros,	de	los	cuáles	el	primero	abarca	desde	los	días	previos	al	cruce	del	
Rubicón	hasta	mediados	de	agosto	del	año	49	a.	C.;	en	él	se	pueden	encontrar	las	justificaciones	
cesarianas	del	comienzo	de	la	Guerra,	 las	maniobras	políticas	en	Roma	y	 la	primera	campaña	de	
Hispania,	que	se	cierra	con	la	batalla	de	Ilerda.	
El	 segundo	 libro	 comprende	 los	 acontecimientos	 del	 resto	 del	 año	 49	 a.	 C.,	 en	 tres	 escenarios	
principales:	Marsella,	 sometida	 a	 asedio	 por	 las	 tropas	 cesarianas,	 Hispania,	 con	 el	 final	 de	 las	
operaciones	 en	 esa	 Provincia	 y	 África,	 donde	 se	 narra	 el	 desastre	 de	 los	 ejércitos	 cesarianos	 al	
mando	de	Cayo	Escribonio	Curión.	
El	tercer	y	último	libro	cuenta	lo	acaecido	en	el	año	48	a.	C.,	desde	que	César	se	dirige	a	Brindisi	
hasta	la	conquista	de	la	Isla	de	Faro	y	el	comienzo	de	la	Guerra	de	Alejandría;	en	ese	libro	se	incluye,	
entre	otros	aspectos	importantes,	la	derrota	de	César	en	la	Batalla	de	Dirraquium	y	su	aplastante	
victoria	en	la	Batalla	de	Farsalia,	la	muerte	de	Pompeyo	y	el	encuentro	entre	César	y	Cleopatra.	
	
El	género	es	el	que	de	antiguo	se	denominaba	Commentarius,	esto	es,	una	obra	en	la	que	el	autor	
consignaba	los	acontecimientos	más	señalados	de	su	vida,	o	de	un	período	de	la	misma,	a	fines	de	
que	la	posteridad	tuviera	así	una	base	para	componer	una	verdadera	obra	histórica,	contando	de	
esta	manera	una	verdad	completamente	subjetiva.	
El	estilo	en	que	la	obra	se	haya	escrita	recuerda	poderosamente	al	de	su	antecesora,	los	Comentarios	
de	la	Guerra	de	las	Galias.	Ambas	obras	no	pueden	considerarse	ni	autobiográficas	ni	como	unas	
memorias	Son,	por	una	parte,	un	informe	de	progresos,	y	por	otra	un	medio	de	propaganda.	
Al	parecer,	César	era	un	gran	orador,	así	lo	atestigua	Suetonio,	y	por	ello	era	capaz	de	escribir	en	un	
latín	de	gran	perfección	sintáctica.	Este	dominio	del	lenguaje	y	de	la	retórica	que	había	aprendido	a	
usar	durante	su	etapa	como	abogado,	le	permitió	que,	oculto	tras	una	apariencia	objetiva	y	distante,	
se	encuentre	en	realidad	no	un	informe	militar,	ni	unas	memorias,	sino	la	exaltación	de	un	señor	de	
la	guerra;	pero	esto	no	quiere	decir	que	César	mienta	conscientemente	en	sus	comentarios	o	que	
éstos	deban	ser	execrados	como	falsedad.	
	
La	obra	nos	ha	sido	transmitida	a	través	de	ocho	manuscritos	básicamente,	en	los	que	siempre	se	
hallan	 juntos	el	De	bello	 civili	 y	 los	Tria	bella.	 Los	dos	manuscritos	más	antiguos	 son	el	 llamado	
Laurentianus	Ashburnhamensis	datado	en	el	siglo	X	de	nuestra	era	y	conservado	en	la	Biblioteca	
Medicea	Laurenziana	de	Florencia	y	el	llamado	Mediceus	sive	Laurentianus,	datado	en	los	siglos	X-
XI	 de	 nuestra	 era	 y	 conservado	 en	 la	 misma	 biblioteca	 que	 el	 anterior.	 También	 conservan	
manuscritos,	aunque	algo	posteriores,	las	bibliotecas	del	British	Museum	en	Londres,	la	Nazionale	
de	Nápoles,	 la	 Bibliothèque	Nationale	 de	 París,	 la	 Biblioteca	 Apostólica	 Vaticana	 y	 la	 Biblioteca	
Nacional	de	Viena.	
	
Dado	que	 tanto	 los	Comentarios	a	 la	Guerra	Civil,	 como	 los	de	 la	Guerra	de	Alejandría,	África	e	
Hispania,	han	sido	transmitidos	siempre	juntos,	desde	antiguo	existe	cierta	polémica	acerca	de	la	
autoría	de	todos	ellos,	pues	los	expertos	han	detectado	numerosas	diferencias	entre	unos	y	otros.	
En	general,	se	acepta	sin	reservas	que	si	el	De	bello	civili	es	decididamente	obra	de	César,	ni	el	Bellum	
Africum	ni	el	Bellum	Hispaniense	son	obras	del	dictador;	los	expertos	se	basan	en	que	se	encuentran	
redactadas	con	una	muy	diferente	concepción	del	espacio	narrativo	(global	en	el	caso	de	César,	y	
muy	 parcial	 en	 el	 caso	 de	 las	 otras	 dos	 obras)	 y	 numerosas	 diferencias	 de	 orden	morfológico,	
sintáctico	 y	 de	 léxico.	 Pero	 es	 difícil	 atribuir	 entonces	 su	 autoría	 pues	 ni	 siquiera	 Suetonio	 que	
escribe	su	obra	unos	150	años	después	de	la	muerte	de	César,	puede	dar	noticia	cierta	del	autor	de	
dichas	obras.	
Se	acepta	hoy	como	teoría	más	generalizada,	que	la	autoría	del	De	bello	civili	es	de	César	sin	duda,	
y	que	el	resto	de	las	obras	se	deben	repartir	entre	el	propio	César,	con	una	participación	mayor	en	
la	de	Alejandría,	e	Hircio,	que	ya	había	escrito	el	libro	VIII	de	la	Guerra	de	las	Galias,	con	base	a	las	
notas	de	César	y	una	participación	mucho	más	importante	en	las	de	África	e	Hispania.	
C. JULIO CÉSAR, LA GUERRA CILVIL
Trad. Julio Calonge
LIBRO I.
[1] Litteris C. Caesaris consulibus redditis aegre ab
his impetratum est summa tribunorum plebis
contentione, ut in senatu recitarentur; ut vero ex
litteris ad senatum referretur, impetrari non potuit.
Referunt consules de re publica [in civitate]. [Incitat]
L. Lentulus consul senatu rei publicae se non
defuturum pollicetur, si audacter ac fortiter
sententias dicere velint; sin Caesarem respiciant
atque eius gratiam sequantur, ut superioribus
fecerint temporibus, se sibi consilium capturum
neque senatus auctoritati obtemperaturum: habere
se quoque ad Caesaris gratiam atque amicitiam
receptum. In eandem sententiam loquitur Scipio:
Pompeio esse in animo rei publicae non deesse, si
senatus sequatur; si cunctetur atque agat lenius,
nequiquam eius auxilium, si postea velit, senatum
imploraturum.
Entregada a los cónsules la carta de César, se consiguió de
ellos con mucha dificultad y gran esfuerzo de los tribunos
de la plebe que se leyera en el senado; pero no se pudo
conseguir que se propusiera al senado una deliberación
sobre el contenido de la carta. Los cónsules ponen a
deliberación la situación general de la república. El cónsul
Lucio Léntulo promete no abandonar al senado y a la
república, si los senadores se deciden a dar su opinión con
energía y valor; pero si tienen en cuenta a César y buscan
su amistad, como lo habían hecho anteriormente, él tomaría
las decisiones por sí mismo sin obedecer al senado; también
él tenía acceso al favor y amistad de César. En el mismo
sentido habla Escipión: que era intención de Pompeyo no
abandonar a la república si le seguía el senado; pero si éste
dudaba en sus decisiones y obraba con debilidad, en vano
imploraría su ayuda si la solicitaba después.
[2] Haec Scipionis oratio, quod senatus in urbe
habebatur Pompeiusque aberat, ex ipsius ore
Pompei mitti videbatur. Dixerat aliquis leniorem
sententiam, ut primo M. Marcellus, ingressus in eam
orationem, non oportere ante de ea re ad senatum
referri, quam dilectus tota Italia habiti et exercitus
conscripti essent, quo praesidio tuto et libere
senatus, quae vellet, decernere auderet; ut M.
Calidius, qui censebat, ut Pompeius in suas
provincias proficisceretur, ne qua esset armorum
causa: timere Caesarem ereptis ab eo duabus
legionibus, ne ad eius periculum reservare et
retinereeas ad urbem Pompeius videretur; ut M.
Rufus, qui sententiam Calidii paucis fere mutatis
rebus sequebatur. Hi omnes convicio L. Lentuli
consulis correpti exagitabantur. Lentulus sententiam
Calidii pronuntiaturum se omnino negavit.
Marcellus perterritus conviciis a sua sententia
discessit. Sic vocibus consulis, terrore praesentis
exercitus, minis amicorum Pompei plerique
Como la sesión del senado se celebraba en la ciudad y
Pompeyo estaba en los alrededores, parecía que el discurso
de Escipión había salido de la misma boca de Pompeyo.
Algunos hicieron proposiciones más suaves, como por
ejemplo, en un principio Marco Marcelo, que, al empezar
su intervención, dijo que no era conveniente proponer al
senado una decisión sobre este asunto antes de que se
hicieran levas en toda Italia y se alistaran ejércitos, con cuya
protección el senado se sentiría fuerte para decidir con
seguridad y libertad lo que quisiera; como Marco Calídio,
que proponía que Pompeyo marchase a sus provincias a fin
de que no hubiera motivo de guerra; explicaba su opinión
diciendo que César temía que Pompeyo conservara y
retuviera en las proximidades de Roma, con el propósito de
dirigirlas contra él, las dos legiones que le habían sido
arrebatadas; como Marco Rufo, que seguía poco más o
menos la opinión de Calidio. Todos estos eran
amedrentados por los ataques del cónsul Lucio Léntulo.
Éste se negó en absoluto a poner a votación la proposición
de Calidio. Marcelo, atemorizado por estos ataques,
compulsi inviti et coacti Scipionis sententiam
sequuntur: uti ante certam diem Caesar exercitum
dimittat; si non faciat, eum adversus rem publicam
facturum videri. Intercedit M. Antonius, Q. Cassius,
tribuni plebis. Refertur confestim de intercessione
tribunorum. Dicuntur sententiae graves; ut quisque
acerbissime crudelissimeque dixit, ita quam maxime
ab inimicis Caesaris collaudatur.
abandonó su opinión. Así muchos arrastrados por las voces
del cónsul, por el temor del ejército cercano y por las
amenazas de los amigos de Pompeyo, se adhieren a la
proposición de Escipión, coaccionados y contra su
voluntad; el contenido de la proposición era éste: que César
licenciara su ejército en una fecha determinada; si no lo
hacía se le consideraría enemigo de la república. Ponen el
veto los tribunos de la plebe Marco Antonio y Quinto
Casio. Inmediatamente se consulta al senado sobre el veto
de los tribunos. Se hacen proposiciones violentas, y a
medida que cada uno se expresa con más dureza y
crueldad es más alabado por los enemigos de César.
[3] Misso ad vesperum senatu omnes, qui sunt eius
ordinis, a Pompeio evocantur. Laudat promptos
Pompeius atque in posterum confirmat, segniores
castigat atque incitat. Multi undique ex veteribus
Pompei exercitibus spe praemiorum atque ordinum
evocantur, multi ex duabus legionibus, quae sunt
traditae a Caesare, arcessuntur. Completur urbs et
ipsum comitium tribunis, centurionibus, evocatis.
Omnes amici consulum, necessarii Pompei atque
eorum, qui veteres inimicitias cum Caesare gerebant,
in senatum coguntur; quorum vocibus et concursu
terrentur infirmiores, dubii confirmantur, plerisque
vero libere decernendi potestas eripitur. Pollicetur L.
Piso censor sese iturum ad Caesarem, item L.
Roscius praetor, qui de his rebus eum doceant: sex
dies ad eam rem conficiendam spatii postulant.
Dicuntur etiam ab nonnullis sententiae, ut legati ad
Caesarem mittantur, qui voluntatem senatus ei
proponant.
Se levanta la sesión del senado al anochecer; entonces
Pompeyo convoca a todos los senadores. Alaba a los
decididos y les anima para el futuro; amonesta y anima a
los indecisos. Se reenganchan por doquier muchos
soldados de los antiguos ejércitos de Pompeyo, con la
esperanza de conseguir premios y ascensos; son llamados
muchos de las dos legiones que fueron entregadas por
César. La ciudad, la rampa del Capitolio y el comicio se
llenan de tribunos, de centuriones, de reenganchados.
Todos los amigos de los cónsules, los familiares de
Pompeyo y todos los que tenían arraigada enemistad
contra César se reúnen en el senado; con su aglomeración
y gritos se atemorizan los débiles, se animan los indecisos
y se priva a muchos de la facultad de decidir libremente. El
censor Lucio Pisón e igualmente el pretor Lucio Roscio se
comprometen a ir a César para inforrnarle de estas
decisiones; piden seis días para llevar a cabo esta misión
Algunos proponen también que se envíen emisarios a
César para exponerle la decisión del senado. 
[4] Omnibus his resistitur, omnibusque oratio
consulis, Scipionis, Catonis opponitur. Catonem
veteres inimicitiae Caesaris incitant et dolor
repulsae. Lentulus aeris alieni magnitudine et spe
exercitus ac provinciarum et regum appellandorum
largitionibus movetur, seque alterum fore Sullam
inter suos gloriatur, ad quem summa imperii redeat.
Scipionem eadem spes provinciae atque exercituum
impellit, quos se pro necessitudine partiturum cum
Pompeio arbitratur, simul iudiciorum metus,
adulatio atque ostentatio sui et potentium, qui in re
publica iudiciisque tum plurimum pollebant. Ipse
Pompeius, ab inimicis Caesaris incitatus, et quod
neminem dignitate secum exaequari volebat, totum
se ab eius amicitia averterat et cum communibus
inimicis in gratiam redierat, quorum ipse maximam
partem illo affinitatis tempore iniunxerat Caesari;
simul infamia duarum legionum permotus, quas ab
itinere Asiae Syriaeque ad suam potentiam
dominatumque converterat, rem ad arma deduci
studebat.
Los discursos del cónsul, de Escipión y de Catón hacen
resistencia a todas estas proposiciones y se oponen a todos.
Incitan a Catón su antigua enemistad contra César y el
resentimiento de su fracaso. Impulsan a Léntulo la
magnitud de sus deudas, la esperanza de mandar un
ejército y gobernar provincias y los regalos de los que
deseaban obtener el título de rey; se gloría ante los suyos de
llegar a ser otro Sila que obtendría el mando absoluto:
Estimula a Escipión la misma esperanza de gobernar una
provincia y de mandar ejércitos, que espera compartir con
Pompeyo a causa de su parentesco; al mismo tiempo, el
temor de un proceso, la propia ostentación y la adulación
de los poderosos, que tenían entonces gran influencia en la
república y en los tribunales. El propio Pompeyo, incitado
por los enemigos de César y porque no quería que nadie le
igualara en dignidades, se había apartado totalmente de su
amistad y se había reconciliado con los enemigos comunes,
gran parte de los cuales se los había creado a César el
mismo Pompeyo en la época de su parentesco; al mismo
tiempo, movido por la mala reputación que le creaba el
haber desviado a las dos legiones de su destino a Siria y
Asia en provecho de su ambición de poderío y dominio,
deseaba que la cuestión se decidiera por las armas.
[5] His de causis aguntur omnia raptim atque
turbate. Nec docendi Caesaris propinquis eius
spatium datur, nec tribunis plebis sui periculi
deprecandi neque etiam extremi iuris intercessione
retinendi, quod L. Sulla reliquerat, facultas tribuitur,
sed de sua salute septimo die cogitare coguntur,
quod illi turbulentissimi superioribus temporibus
tribuni plebis octavo denique mense suarum
actionum respicere ac timere consuerant. Decurritur
ad illud extremum atque ultimum senatus
consultum, quo nisi paene in ipso urbis incendio
atque in desperatione omnium salutis sceleratorum
audacia numquam ante descensum est: dent operam
consules, praetores, tribuni plebis, quique pro
consulibus sint ad urbem, ne quid res publica
detrimenti capiat. Haec senatusconsulto
perscribuntura.d. VII Id. Ian. Itaque V primis
diebus, quibus haberi senatus potuit, qua ex die
consulatum iniit Lentulus, biduo excepto comitiali et
de imperio Caesaris et de amplissimis viris, tribunis
plebis, gravissime acerbissimeque decernitur.
Profugiunt statim ex urbe tribuni plebis seseque ad
Caesarem conferunt. Is eo tempore erat Ravennae
exspectabatque suis lenissimis postulatis responsa,
si qua hominum aequitate res ad otium deduci
posset.
Por estas razones se hace todo con apresuramiento y
confusión. No se concede tiempo a los parientes de César
para informarle, ni se permite a los tribunos de la plebe la
posibilidad de evitar con sus ruegos el peligro que les
amenaza, ni tampoco la de conservar el supremo derecho
de veto que Sila les había dejado, sino que se ven
precisados a pensar en el peligro de su vida en un término
de siete días, peligro que aquellos turbulentísimos tribunos
de la plebe de tiempos pasados solían considerar con temor
solamente al cabo de los ocho meses de su acción. Se
recurre a aquel grave y supremo decreto del senado al cual
nunca había llegado antes la audacia de los senadores, a no
ser en el inminente peligro de incendio de la ciudad y de la
vida de todos los ciudadanos: procuren los cónsules,
pretores, tribunos de la plebe y los procónsules que estén
en las afueras de Roma, que la república no sufra ningún
detrimento. Estas órdenes fueron dadas por decreto del
senado el siete de enero. Así pues, en los cinco primeros
días en. los que pudo reunirse el senado desde que Léntulo
tomó posesión del consulado, exceptuados los dos días
dedicados a los comícios, se toman muy graves y muy
duras decisiones sobre el mando de César y sobre tan
importantes magistrados como los tribunos de la plebe.
Huyen éstos inmediatamente de la ciudad y se dirigen a
César. Estaba en aquel tiempo César en Rávena y esperaba
la respuesta a sus moderadas peticiones, por si una cierta
equidad de sus enemigos podía conducir la situación a la
paz.
[6] Proximis diebus habetur extra urbem senatus.
Pompeius eadem illa, quae per Scipionem
ostenderat agit; senatus virtutem constantiamque
collaudat; copias suas exponit; legiones habere sese
paratas X; praeterea cognitum compertumque sibi
alieno esse animo in Caesarem milites neque eis
posse persuaderi, uti eum defendant aut sequantur.
Statim de reliquis rebus ad senatum refertur: tota
Italia delectus habeatur; Faustus Sulla propere in
Mauretaniam mittatur; pecunia uti ex aerario
Pompeio detur. Refertur etiam de rege Iuba, ut
socius sit atque amicus; Marcellus vero passurum se
in praesentia negat. De Fausto impedit Philippus,
tribunus plebis. De reliquis rebus senatusconsulta
perscribuntur. Provinciae privatis decernuntur duae
consulares, reliquae praetoriae. Scipioni obvenit
Syria, L. Domitio Gallia; Philippus et Cotta privato
consilio praetereuntur, neque eorum sortes
deiciuntur. In reliquas provincias praetores
mittuntur. Neque exspectant, quod superioribus
annis acciderat, ut de eorum imperio ad populum
feratur paludatique votis nuncupatis exeant.
Consules, quod ante id tempus accidit nunquam, ex
urbe proficiscuntur, lictoresque habent in urbe et
Capitolio privati contra omnia vetustatis exempla.
Tota Italia delectus habentur, arma imperantur;
pecuniae a municipiis exiguntur, e fanis tolluntur:
omnia divina humanaque iura permiscentur.
En los siguientes días se reúne el senado fuera de la ciudad.
Pompeyo trata los mismos puntos que ya había dado a
conocer por medio de Escipión; alaba el valor y firmeza del
senado; enumera sus fuerzas: dice que tiene preparadas
diez legiones; además sabe con seguridad que los soldados
de César no le son adictos y que no les puede persuadir a
que le defiendan o al menos le sigan. Se presentan al
senado otras proposiciones: que se hagan levas en toda
Italia, que se envíe a Mauritania al propretor Fausto Sila;
que se den a Pompeyo fondos del erario. Se propone
también que el rey Juba sea declarado aliado y amigo;
Marcelo dice que de momento él no permitirá esto. El
tribuno de la plebe Filipo pone el veto al nombramiento de
Fausto. Se redactan decretos del senado sobre los restantes
asuntos. Se asignan provincias a particulares, dos
consulares, las otras pretorias. Corresponden Siria a
Escipión; la Galia a Lucio Domicio. Filipo y Cota son
preteridos por acuerdo de unos pocos y no entran a sorteo.
Se envían pretores a las demás provincias. Y no esperan,
como había sucedido en años anteriores, a que se dé cuenta
de su mando al pueblo, y a que, una vez hechos los
sacrificios, partan revestidos con el manto militar Los
cónsules, lo que no había sucedido hasta entonces, salen de
la ciudad, y personas particulares tienen lictores en la
ciudad y en el Capitolio, contra toda costumbre anterior. Se
hacen levas en toda Italia, se manda entregar armas, se
exige dinero a los municipios, se quita de los templos, se
trastornan todas las leyes divinas y humanas.
[7] Quibus rebus cognitis Caesar apud milites
contionatur. Omnium temporum iniurias
inimicorum in se commemorat; a quibus deductum
ac depravatum Pompeium queritur invidia atque
obtrectatione laudis suae, cuius ipse honori et
dignitati semper faverit adiutorque fuerit. Novum in
re publica introductum exemplum queritur, ut
tribunicia intercessio armis notaretur atque
opprimeretur, quae superioribus annis armis esset
restituta. Sullam nudata omnibus rebus tribunicia
potestate tamen intercessionem liberam reliquisse.
Pompeium, qui amissa restituisse videatur, dona
etiam, quae ante habuerint, ademisse.
Quotienscumque sit decretum, darent operam
magistratus, ne quid res publica detrimenti caperet
(qua voce et quo senatus consulto populus Romanus
ad arma sit vocatus), factum in perniciosis legibus,
in vi tribunicia, in secessione populi templis locisque
editioribus occupatis: atque haec superioris aetatis
exempla expiata Saturnini atque Gracchorum
casibus docet; quarum rerum illo tempore nihil
factum, ne cogitatum quidem. nulla lex promulgata,
non cum populo agi coeptum, nulla secessio facta.
Hortatur, cuius imperatoris ductu VIIII annis rem
publicam felicissime gesserint plurimaque proelia
secunda fecerint, omnem Galliam Germaniamque
pacaverint, ut eius existimationem dignitatemque ab
inimicis defendant. Conclamant legionis XIII, quae
aderat, milites—hanc enim initio tumultus
evocaverat, reliquae nondum convenerant—sese
paratos esse imperatoris sui tribunorumque plebis
iniurias defendere.
Al tener conocimiento de estos hechos, César arenga a sus
soldados. Les relata las injurias que, en todo tiempo, le han
hecho sus enemigos; se queja de que Pompeyo haya sido
inducido y arrastrado por ellos por envidia y resentimiento
de su gloria, mientras que el propio César siempre había
favorecido y ayudado a Pompeyo en sus cargos y
dignidades. Se lamenta de que se haya sentado un
precedente en la república al perseguir y oprimir con las
armas el derecho de veto de los tribunos que había sido
restablecido en años anteriores. Sila, que había despojado
de todas las prerrogativas a la potestad tribunicia, sin
embargo le había dejado el libre derecho del veto;
Pompeyo, con la apariencia de haberles restituido lo
perdido, les había arrebatado incluso los derechos que
antes poseían. Cuantas veces se había decretado que los
magistrados procurasen que la república no sufriera
ningún daño, fórmula y decreto del senado con que se
llama a las armas al pueblo romano, se había hecho con
motivo de leyes peligrosas, de violencia por parte de los
tribunos, de división del pueblo en bandos, habiéndose
apoderadode los 6 templos y lugares elevados; y les
muestra que estos hechos de tiempos pasados fueron
expiados con la muerte de Saturnino y de los Graco. En
aquella circunstancia no se había producido ni siquiera
pensado nada semejante; no se había promulgado ninguna
ley; no se había tratado de agitar al pueblo; no se había
producido ninguna escisión. Les exhorta a que defiendan
contra sus enemigos el prestigio y la dignidad del general
bajo cuyo mando habían servido felizmente a la república
durante nueve años, habían librado muchos combates
victoriosos y pacificado toda la Galia y Germanía. Gritan
unánimemente los soldados de la legión XIII que se
encontraba allí (pues la había llamado al principio de aquel
movimiento: las restantes aún no habían llegado): que
estaban dispuestos a defender a su general y a los tribunos
de la plebe, de las injurias de sus enemigos.
[8] Cognita militum voluntate Ariminum cum ea
legione proficiscitur ibique tribunos plebis, qui ad
eum profugerant, convenit; reliquas legiones ex
hibernis evocat et subsequi iubet. Eo L. Caesar
adulescens venit, cuius pater Caesaris erat legatus.
Is reliquo sermone confecto, cuius rei causa venerat,
habere se a Pompeio ad eum privati officii mandata
demonstrat: velle Pompeium se Caesari purgatum,
ne ea, quae rei publicae causa egerit, in suam
contumeliam vertat. Semper se rei publicae
commoda privatis necessitudinibus habuisse
potiora. Caesarem quoque pro sua dignitate debere
et studium et iracundiam suam rei publicae
dimittere neque adeo graviter irasci inimicis, ut,
cum illis nocere se speret, rei publicae noceat. Pauca
eiusdem generis addit cum excusatione Pompei
coniuncta. Eadem fere atque eisdem verbis praetor
Roscius agit cum Caesare sibique Pompeium
commemorasse demonstrat.
Conocida la disposición de ánimo de los soldados, se dirige
a Rímini con aquella legión y allí encuentra a los tribunos
de la plebe que habían ido a refugiarse junto a él; llama a
las demás legiones de los cuarteles de invierno y ordena
que le sigan?. Llega allí Lucio César el Joven, cuyo padre
era legado de César, Terminada la misión que le había
llevado allí, informa a César que tenía para él instrucciones
de carácter particular de parte de Pompeyo: que quiere éste
justificarse ante César para que no considere como un
agravio personal lo que Pompeyo había hecho en bien de la
república. Que él siempre había considerado superior el
bien de la república a las obligaciones particulares. También
César, por su propia dignidad, debía abandonar en
beneficio de la república su propósito y su ira, y no irritarse
tan gravemente contra sus enemigos que, al intentar
perjudicarlos, perjudicase a la república. Añade algunas
razones más en el mismo sentido, justificando a Pompeyo.
El pretor Roscio trata con César aproximadamente lo
mismo y con las mismas palabras, y le indica que Pompeyo
se lo había encargado.
[9] Quae res etsi nihil ad levandas iniurias pertinere
videbantur, tamen idoneos nactus homines, per
quos ea, quae vellet, ad eum perferrentur, petit ab
utroque, quoniam Pompei mandata ad se detulerint,
ne graventur sua quoque ad eum postulata deferre,
si parvo labore magnas controversias tollere atque
omnem Italiam metu liberare possint. Sibi semper
primam rei publicae fuisse dignitatem vitaque
potiorem. Doluisse se, quod populi Romani
beneficium sibi per contumeliam ab inimicis
extorqueretur, ereptoque semenstri imperio in
urbem retraheretur, cuius absentis rationem haberi
proximis comitiis populus iussisset. Tamen hanc
iacturam honoris sui rei publicae causa aequo animo
tulisse; cum litteras ad senatum miserit, ut omnes ab
exercitibus discederent, ne id quidem impetravisse.
Tota Italia delectus haberi, retineri legiones II, quae
ab se simulatione Parthici belli sint abductae,
civitatem esse in armis. Quonam haec omnia nisi ad
suam perniciem pertinere? Sed tamen ad omnia se
descendere paratum atque omnia pati rei publicae
causa. Proficiscatur Pompeius in suas provincias,
ipsi exercitus dimittant, discedant in Italia omnes ab
armis, metus e civitate tollatur, libera comitia atque
omnis res publica senatui populoque Romano
permittatur. Haec quo facilius certisque
condicionibus fiant et iureiurando sanciantur, aut
ipse propius accedat aut se patiatur accedere: fore
uti per colloquia omnes controversiae componantur.
Aunque esta misión no parecía servir de nada para atenuar
las injurias, sin embargo, César, disponiendo de personas
adecuadas para informar a Pompeyo de lo que deseaba,
pidió a ambos que, puesto que le habían llevado a él las
instrucciones de Pompeyo, tuvieran a bien ser, del mismo
modo, mensajeros de sus peticiones, por si con un pequeño
trabajo podían evitar grandes desavenencias y tranquilizar
a toda Italia. Para él siempre la dignidad había sido lo
primero y más importante que la propia vida. Le causaba
dolor que los enemigos le arrebataran afrentosamente el
beneficio concedido por el pueblo romano y quitándole seis
meses de mando se viera obligado a regresar a Roma, a
pesar de que el pueblo había decidido que fuera tenida en
cuenta su candidatura en los próximos comicios, aun
estando ausente. Sin embargo, había soportado con
ecuanimidad este menoscabo de su honor por la república.
Había enviado una carta al senado pidiendo que todos
resignaran el mando de los 4 ejércitos y ni siquiera había
conseguido esto. Se hacían levas en toda Italia, eran
retenidas las dos legiones que le habían sido quitadas con
pretexto de una guerra contra los partos, la ciudad estaba
en armas. ¿Adónde se dirigía todo esto sino a su perdición?
Sin embargo, él estaba dispuesto a ceder en todo y a
sufrirlo todo por la república. Que marche Pompeyo a sus
provincias, que licencien ambos sus ejércitos, que todos
abandonen las armas en Italia, que cese el terror en la
ciudad, que la libertad de los comicios, la plena
administración del Estado se entreguen al senado y al
pueblo romano. Para que esto se cumpla más fácilmente,
con determinadas condiciones y quede asegurado por un
juramento, o que Pompeyo se dirija a donde él está o
permita que César vaya allí; todas las diferencias se podían
arreglar con una entrevista.
[10] Acceptis mandatis Roscius cum L. Caesare
Capuam pervenit ibique consules Pompeiumque
invenit; postulata Caesaris renuntiat. Illi deliberata
re respondent scriptaque ad eum mandata per eos
remittunt; quorum haec erat summa: Caesar in
Galliam reverteretur, Arimino excederet, exercitus
dimitteret; quae si fecisset, Pompeium in Hispanias
iturum. Interea, quoad fides esset data Caesarem
facturum, quae polliceretur, non intermissuros
consules Pompeiumque delectus.
Recibidas estas instrucciones, Roscio y Lucio César se
dirigen a Capua y allí encuentran a los cónsules y a
Pompeyo; les comunican las peticiones de César. Ellos,
después de haber deliberado, envían a César por medio de
los mismos mensajeros la respuesta escrita, cuyo contenido
fundamental era el siguiente: que César volviese a la Galia,
se retirara de Rímini, licenciara sus ejércitos; si cumplía
estas condiciones, Pompeyo iría a Hispania. Hasta que
hubiese seguridad de que César cumpliría lo que prometía,
los cónsules y Pompeyo no cesarían de hacer levas. 
[11] Erat iniqua condicio postulare, ut Caesar
Arimino excederet atque in provinciam reverteretur,
ipsum et provincias et legiones alienas tenere;
exercitum Caesaris velle dimitti, delectus habere;
polliceri se in provinciam iturum neque, ante quem
diem iturus sit, definire, ut, si peracto consulatu
Caesar profectus esset, nulla tamen mendacii
religione obstrictus videretur; tempus vero colloquio
non dare neque accessurumpolliceri magnam pacis
desperationem afferebat. Itaque ab Arimino M.
Antonium cum cohortibus V Arretium mittit; ipse
Arimini cum duabus subsistit ibique delectum
habere instituit; Pisaurum, Fanum, Anconam
Era una condición injusta pedir que César abandonara
Rímini y volviera a su provincia, mientras que Pompeyo
ocupaba provincias y retenía legiones que no eran suyas;
exigir que César licenciara su ejército y al mismo tiempo
Pompeyo hacer levas; prometer irse a su provincia y no
determinar la fecha de la marcha, de tal manera que, si no
había ido al cumplirse el plazo del mando de César, no
quedaría tachado de haber faltado a su promesa. El no fijar
una fecha para una entrevista y no hacer ninguna
indicación de que se acercaría a César no hacía concebir
ninguna esperanza de paz. Así pues, César envía a Marco
Antonio con cinco cohortes desde Rímini a Arretio; él
permanece en Rímini con dos y decide hacer allí una leva;
singulis cohortibua occupat. ocupa con sendas cohortes Pisauro, Fano y Ancona.
[12] Interea certior factus Iguvium Thermum
praetorem cohortibus V tenere, oppidum munire,
omniumque esse Iguvinorum optimam erga se
voluntatem, Curionem cum tribus cohortibus, quas
Pisauri et Arimini habebat, mittit. Cuius adventu
cognito diffisus municipii voluntati Thermus
cohortes ex urbe reducit et profugit. Milites in
itinere ab eo discedunt ac domum revertuntur.
Curio summa omnium voluntate Iguvium recepit.
Quibus rebus cognitis confisus municipiorum
voluntatibus Caesar cohortes legionis XIII ex
praesidiis deducit Auximumque proficiscitur; quod
oppidum Attius cohortibus introductis tenebat
delectumque toto Piceno circummissis senatoribus
habebat.
Informado mientras tanto de que el pretor Termo ocupaba
Iguvio con cinco cohortes y fortificaba la ciudad, pero que
todos los habitantes de Iguvio eran muy adictos a él, envió
allí a Curiórr con tres cohortes que tenía en Pisauro y
Rímini. Al conocer su llegada, Termo, que no tenía
confianza en la adhesión del municipio, sacó las cohortes
de la ciudad y huyó. Los soldados le abandonaron en el
camino y se fueron a sus casas. Curión se apoderó de
Iguvio con gran alegria de todos los habitantes. Al tener
noticia de estos acontecimientos, César, confiando en la
adhesión de los municipios, sacó de las guarniciones las
cohortes de la legión XIII y se dirigió a Áuximo; ocupaba
esta ciudad con algunas cohortes Atio, que estaba haciendo
una leva en todo el Piceno, enviando a los senadores por
toda la comarca.
[13] Adventu Caesaris cognito decuriones Auximi
ad Attium Varum frequentes conveniunt; docent sui
iudicii rem non esse; neque se neque reliquos
municipes pati posse C. Caesarem imperatorem,
bene de re publica meritum, tantis rebus gestis
oppido moenibusque prohiberi; proinde habeat
rationem posteritatis et periculi sui. Quorum
oratione permotus Varus praesidium, quod
introduxerat, ex oppido educit ac profugit. Hunc ex
primo ordine pauci Caesaris consecuti milites
consistere coegerunt. Commisso proelio deseritur a
suis Varus; nonnulla pars militum domum discedit;
reliqui ad Caesarem perveniunt, atque una cum eis
deprensus L. Pupius, primi pili centurio, adducitur,
qui hunc eundem ordinem in exercitu Cn. Pompei
antea duxerat. At Caesar milites Attianos collaudat,
Pupium dimittit, Auximatibus agit gratias seque
eorum facti memorem fore pollicetur.
Al conocer la llegada de César los decuriones de Áuximo,
acuden en gran número a Atio Varo; le declaran que la
cuestión no les corresponde decidirla a ellos; pero que ni
ellos ni sus conciudadanos podían permitir que se
impidiese la entrada en la muralla y en la ciudad al general
Gayo César, benemérito de la república y que había
conseguido tan grandes victorias; por consiguiente, que
tuviera en cuenta lo que iba a suceder y el peligro que le
amenazaba. Asustado Varo por estas palabras, sacó de la
ciudad la guarnición que había establecido y huyó.
Algunos soldados de la vanguardia de César le alcanzaron
y le obligaron a detenerse. Entablado el combate, Varo fue
abandonado por los suyos; una parte de los soldados se
marchó a sus casas; el resto se unió a César y junto con ellos
fue llevado prisionero Lucio Pupio, centurión primipilo que
anteriormente había tenido este mismo cargo en el ejército
de Gneo Pompeyo. César alabó a los soldados de Atio y
dejó en libertad a Pupio, dio las gracias a los habitantes de
Áuximo y les prometió que tendría presente lo que habían
hecho.
[14] Quibus rebus Romam nuntiatis tantus repente
terror invasit, ut cum Lentulus consul ad
aperiendum aerarium venisset ad pecuniamque
Pompeio ex senatusconsulto proferendam, protinus
aperto sanctiore aerario ex urbe profugeret. Caesar
enim adventare iam iamque et adesse eius equites
falso nuntiabantur. Hunc Marcellus collega et
plerique magistratus consecuti sunt. Cn. Pompeius
pridie eius diei ex urbe profectus iter ad legiones
habebat, quas a Caesare acceptas in Apulia
hibernorum causa disposuerat. Delectus circa urbem
intermittuntur; nihil citra Capuam tutum esse
omnibus videtur. Capuae primum se confirmant et
colligunt delectumque colonorum, qui lege Iulia
Capuam deducti erant, habere instituunt;
gladiatoresque, quos ibi Caesar in ludo habebat, ad
forum productos Lentulus spe libertatis confirmat
atque iis equos attribuit et se sequi iussit; quos
postea monitus ab suis, quod ea res omnium iudicio
Al conocerse en Roma estos acontecimientos, se produjo de
repente un terror tan grande que, habiendo ido el cónsul
Léntulo a abrir el erario para entregar a Pompeyo el dinero,
según decreto del senado, apenas abierto huyó de la
ciudad; pues corría el falso rumor de que César estaba a
punto de llegar y que su caballería ya estaba allí. Siguieron
a Léntulo su colega Marcelo y muchos magistrados. Gneo
Pompeyo se había alejado de Roma el día anterior y se
dirigía a tomar el mando de las legiones cedidas por César
que había establecido en los cuarteles de invierno en
Apulia. Se interrumpen las levas en los alrededores de
Roma; todos consideran que no hay ninguna seguridad al
norte de Capua. Sólo en Capua empiezan a perder el miedo
y recobran sus ánimos, y deciden hacer una leva entre los
colonos que habían sido establecidos en Capua por la ley
Julia; Léntulo lleva al foro a los gladiadores que César tenía
en un centro de entrenamiento, les anima con la esperanza
de concederles la libertad, les asigna caballos y les ordena
que le sigan; amonestado por los suyos, porque todos
reprehendebatur, circum familias conventus
Campani custodiae causa distribuit.
censuraban este hecho, los repartió después entre los
grupos de esclavos de la comunidad de Campania para que
fueran custodiados.
[15] Auximo Caesar progressus omnem agrum
Picenum percurrit. Cunctae earum regionum
praefecturae libentissimis animis eum recipiunt
exercitumque eius omnibus rebus iuvant. Etiam
Cingulo, quod oppidum Labienus constituerat
suaque pecunia exaedificaverat, ad eum legati
veniunt quaeque imperaverit se cupidissime
facturos pollicentur. Milites imperat: mittunt. Interea
legio XII Caesarem consequitur. Cum his duabus
Asculum Picenum proficiscitur. Id oppidum
Lentulus Spinther X cohortibus tenebat; qui Caesaris
adventu cognito profugit ex oppido cohortesque
secum abducere conatus magna parte militum
deseritur. Relictus in itinere cum paucis incidit in
Vibullium Rufum missum a Pompeio in agrum
Picenum confirmandorum hominum causa. A quo
factus Vibullius certior, quae res in Piceno
gererentur, milites ab eo accipit, ipsum dimittit. Item
ex finitimis regionibus quas potest contrahit
cohortes ex delectibus Pompeianis; in his Camerino
fugientem Lucilium Hirrumcum sex cohortibus,
quas ibi in praesidio habuerat, excipit; quibus
coactis XII efficit. Cum his ad Domitium
Ahenobarbum Corfinium magnis itineribus pervenit
Caesaremque adesse cum legionibus duabus
nuntiat. Domitius per se circiter XX cohortes Alba,
ex Marsis et Paelignis, finitimis ab regionibus
coegerat.
Partiendo de Áuximo, César recorre todo el campo Piceno.
Todas las prefecturas de esta región le reciben con mucho
agrado y ayudan a su ejército con todos los medios. Incluso
de Cíngulo, ciudad que había organizado Labieno y había
acabado de construir a su costa, vienen legados a
comunicarle que es su mayor deseo hacer lo que él ordene.
Pide soldados; los envían. Mientras tanto la legión XII
alcanza a César. Con estas dos legiones se dirige a Ásculo
Piceno. Ocupaba esta ciudad con diez cohortes Léntulo
Espínter, quien al conocer la llegada de César huye de la
ciudad, y, al intentar llevar consigo las cohortes, es
abandonado por gran parte de los soldados. Habiéndose
quedado en el camino con unos pocos, encuentra a Vibulio
Rufo, que había sido enviado por Pompeyo al Piceno para
mantener la adhesión de los habitantes. Informado Vibulio
por Léntulo de lo que sucede en el Piceno, se incorpora las
tropas de éste y le deja irse. Igualmente recoge en las
regiones vecinas las cohortes que puede de las levas hechas
por Pompeyo; entre otras tropas se incorpora a Lucilio
Hirro, que huía de Camerino con cinco cohortes que había
tenido allí de guamición; reunidas todas formó diecinueve
cohortes. Con ellas se dirige a marchas forzadas a Corfinio,
para reunirse con Domicio Enobarbo y le anuncia que César
está a punto de llegar con dos legiones. Domicio, por su
parte, había reclutado unas veinte cohortes en Alba, el
territorio de los marsos y pelignos y en las regiones vecinas.
[16] Recepto Firmo expulsoque Lentulo Caesar
conquiri milites, qui ab eo discesserant,
delectumque institui iubet; ipse unum diem ibi rei
frumentariae causa moratus Corfinium contendit.
Eo cum venisset, cohortes V praemissae a Domitio
ex oppido pontem fluminis interrumpebant, qui erat
ab oppido milia passuum circiter III. Ibi cum
antecursoribus Caesaris proelio commisso celeriter
Domitiani a ponte repulsi se in oppidum receperunt.
Caesar legionibus transductis ad oppidum constitit
iuxtaque murum castra posuit.
Después de la toma de Firmio y de la huida de Léntulo,
César ordena recoger a los soldados que habían
abandonado a Léntulo y hacer una leva; se detiene allí un
solo día para abastecerse y se dirige a Corfinio. Al llegar
aquí, cinco cohortes enviadas por Domicio desde la ciudad
ocupaban un puente sobre el río que distaba de la ciudad
aproximadamente tres mil pasos. Entablado combate con
las tropas avanzadas de César, los soldados de Domicio
fueron rechazados del puente rápidamente y se retiraron a
la ciudad. César pasó sus legiones al otro lado del río, hizo
alto cerca de la ciudad y colocó su campamento junto al
muro.
[17] Re cognita Domitius ad Pompeium in Apuliam
peritos regionum magno proposito praemio cum
litteris mittit, qui petant atque orent, ut sibi
subveniat: Caesarem duobus exercitibus et locorum
angustiis facile intercludi posse frumentoque
prohiberi. Quod nisi fecerit, se cohortesque amplius
XXX magnumque numerum senatorum atque
equitum Romanorum in periculum esse venturum.
Interim suos cohortatus tormenta in muris disponit
certasque cuique partes ad custodiam urbis attribuit;
militibus in contione agros ex suis possessionibus
pollicetur, quaterna in singulos iugera, et pro rata
Advertida la situación, Domicio envía a Pompeyo, que
estaba en Apulia, mensajeros conocedores de la región, a
los que promete una gran recompensa; llevaban una carta y
su objeto era pedir y suplicar a Pompeyo que le socorriera,
diciendo que se podía fácilmente con dos ejércitos cercar a
César, por las dificultades del lugar, e impedirle el
abastecimiento. Si Pompeyo no le socorría, él se encontraría
en un gran peligro con más de treinta cohortes y muchos
senadores y caballeros romanos. Mientras tanto exhorta a
sus soldados, coloca máquinas de guerra en los muros y
asigna a cada uno partes determinadas para la defensa de
la ciudad; reúne a los soldados y les promete tierras de sus
parte centurionibus evocatisque. popiedades, quince yugadas a cada uno y en proporción a
los centuriones y reenganchados.
[18] Interim Caesari nuntiatur Sulmonenses, quod
oppidum a Corfinio VII milium intervallo abest,
cupere ea facere, quae vellet, sed a Q. Lucretio
senatore et Attio Peligno prohiberi, qui id oppidum
VII cohortium praesidio tenebant. Mittit eo M.
Antonium cum legionis XIII cohortibus V.
Sulmonenses simul atque signa nostra viderunt,
portas aperuerunt universique, et oppidani et
milites, obviam gratulantes Antonio exierunt.
Lucretius et Attius de muro se deiecerunt. Attius ad
Antonium deductus petit ut ad Caesarem mitteretur.
Antonius cum cohortibus et Attio eodem die, quo
profectus erat, revertitur. Caesar eas cohortes cum
exercitu suo coniunxit Attiumque incolumem
dimisit. Caesar primis diebus castra magnis
operibus munire et ex finitimis municipiis
frumentum comportare reliquasque copias
exspectare instituit. Eo triduo legio VIII ad eum
venit cohortesque ex novis Galliae dilectibus XXII
equitesque ab rege Norico circiter CCC. Quorum
adventu altera castra ad alteram oppidi partem
ponit; his castris Curionem praefecit. Reliquis
diebus oppidum vallo castellisque circummunire
instituit. Cuius operis maxima parte effecta eodem
fere tempore missi a Pompeio revertuntur.
Mientras tanto llega a conocimiento de César que los
habitantes de Sulmona, que dista de Corfinio siete mil pa-
sos, deseaban ponerse bajo su obediencia, pero que se lo
impedían el senador Quinto Lucrecio y Atio Peligno, que
ocupaban la ciudad con una guarnición de siete cohortes.
César envía allí a Marco Antonio con cinco cohortes de la
legión XIII. Tan pronto como los de Sulmona vieron
nuestras enseñas abrieron las puertas, y todos, ciudadanos
y soldados, salieron al encuentro de Antonio,
manifestándole su alegría. Lucrecio y Atio se descolgaron
del muro. Llevado Atio a presencia de Antonio pidió ser
llevado a César. Antonio regresa con las cohortes y con Atio
el mismo día que había salido. César incorporó aquellas
cohortes a su ejército y dejó en libertad a Atio. En los
primeros días César decidió fortificar el campamento con
grandes obras, transportar a él trigo desde los municipios
próximos y esperar la llegada de las restantes tropas. En los
tres primeros días llegó a él la legión VIII, veintidós
cohortes de las nuevas levas hechas en la Galia y unos
trescientos jinetes enviados por el rey de Nórica. A la
llegada de estos refuerzos coloca otro campamento al otro
lado de la ciudad, pone al frente de él a Curión. En los días
siguientes decide rodear la ciudad con una estacada y
torres. Terminada ya una gran parte de esta obra de
fortificación, regresan los mensajeros enviados a Pompeyo.
[19] Litteris perlectis Domitius dissimulans in
consilio pronuntiat Pompeium celeriter subsidio
venturum hortaturque eos, ne animo deficiant
quaeque usui ad defendendum oppidum sint
parent. Ipse arcano cum paucis familiaribus suis
colloquitur consiliumque fugae capere constituit.
Cum vultus Domiti cum oratione non consentiret,
atque omnia trepidantius timidiusque ageret, quam
superioribus diebus consuesset, multumque cum
suis consiliandi causa secreto praeter
consuetudinem colloqueretur, concilia
conventusque hominum fugeret, res diutius tegi
dissimularique non potuit. Pompeius enim
rescripserat: sese rem in summum periculum
deducturum non esse, neque suo consilioaut
voluntate Domitium se in oppidum Corfinium
contulisse; proinde, si qua fuisset facultas, ad se cum
omnibus copiis veniret. Id ne fieri posset, obsidione
atque oppidi circummunitione fiebat.
Leída la carta de Pompeyo, Domicio, disimulando, anuncia
en el consejo que Pompeyo vendrá rápidamente en su
ayuda, y les exhorta a que no se desanimen y a que
preparen todo lo que sea útil para la defensa de la ciudad.
Pero secretamente habla con algunos amigos y decide
emprender la huida. Como la expresión del rostro de
Domicio no estaba de acuerdo con sus palabras y obraba
con más temor y desconfianza que en los días precedentes,
como conferenciaba frecuentemente en secreto con los
suyos para aconsejarse, lo que no hacía habitualmente, y
como evitaba los grupos y reuniones, la verdad no pudo
encubrirse y ocultarse más tiempo. En efecto, Pompeyo le
había contestado que no estaba dispuesto a llevar la
situación a un grave peligro y que él no le había dado ni el
consejo ni la orden de encerrarse en Corfinio; por
consiguiente, si encontraba alguna posibilidad, que se
uniera a él con todas sus tropas. Era imposible cumplir esta
orden por el asedio y cerco de la ciudad.
[20] Divulgato Domiti consilio milites, qui erant
Corfinii, prima vesperi secessionem faciunt atque ita
inter se per tribunos militum centurionesque atque
honestissimos sui generis colloquuntur: obsideri se a
Caesare, opera munitionesque prope esse perfectas;
ducem suum Domitium, cuius spe atque fiducia
permanserint, proiectis omnibus fugae consilium
capere: debere se suae salutis rationem habere. Ab
his primo Marsi dissentire incipiunt eamque oppidi
Divulgado el propósito de Domicio, los soldados que
estaban en Corfinio se amotinan al atardecer y por boca de
los tribunos, centuriones y soldados más distinguidos,
hablan de este modo: que estaban cercados por César, que
las obras de fortificación estaban casi terminadas, que su
jefe Domicio, en quien tenían puesta su esperanza y
confianza, traicionando a todos, tenía el propósito de huir?,
también ellos debían pensar en salvarse. Al principio los
marsos están en desacuerdo con éstos y ocupan la parte de
partem, quae munitissima videretur, occupant,
tantaque inter eos dissensio exsistit, ut manum
conserere atque armis dimicare conentur; post paulo
tamen internuntiis ultro citroque missis quae
ignorabant, de L. Domiti fuga, cognoscunt. Itaque
omnes uno consilio Domitium productum in
publicum circumsistunt et custodiunt legatosque ex
suo numero ad Caesarem mittunt: sese paratos esse
portas aperire, quaeque imperaverit facere et L.
Domitium vivum in eius potestati tradere.
la ciudad que parecía mejor fortificada, y se produce tal
disensión entre ellos que intentan venir a las manos y
acudir a las armas; sin embargo, al poco tiempo, por medio
de mensajeros enviados de una a otra parte, se informan
del propósito de huida de Domicio, que ignoraban. Así
pues, todos de común acuerdo, sacan a Domicio, le rodean
y custodian, y de entre ellos mismos envían legados a César
y le dicen: que están dispuestos a abrir las puertas, a
cumplir sus órdenes y a entregarle vivo a Domicio.
[21] Quibus rebus cognitis Caesar, etsi magni interesse
arbitrabatur quam primum oppido potiri cohortesque
ad se in castra traducere, ne qua aut largitionibus aut
animi confirmatione aut falsis nuntiis commutatio fieret
voluntatis, quod saepe in bello parvis momentis magni
casus intercederent, tamen veritus, ne militum introitu
et nocturni temporis licentia oppidum diriperetur, eos,
qui venerant, collaudat atque in oppidum dimittit,
portas murosque adservari iubet. Ipse eis operibus,
quae facere instituerat, milites disponit non certis spatiis
intermissis, ut erat superiorum dierum consuetudo, sed
perpetuis vigiliis stationibusque, ut contingant inter se
atque omnem munitionem expleant; tribunos militum
et praefectos circummittit atque hortatur, non solum ab
eruptionibus caveant, sed etiam singulorum hominum
occultos exitus adservent. Neque vero tam remisso ac
languido animo quisquam omnium fuit, qui ea nocte
conquieverit. Tanta erat summae rerum exspectatio, ut
alius in aliam partem mente atque animo traheretur,
quid ipsis Corfiniensibus, quid Domitio, quid Lentulo,
quid reliquis accideret, qui quosque eventus exciperent.
Al tener conocimiento de esto, César, aunque
consideraba de gran importancia apoderarse cuanto
antes de la ciudad e incorporar a su ejército las cohortes
que la ocupaban, no fuera a ser que cambiara su
determinación por dádivas, por haberse reanimado o
por recibir falsas noticias (porque con frecuencia en la
guerra pequeñas causas producen grandes efectos), sin
embargo, temiendo que la ciudad fuera saqueada al
aprovechar los soldados la ventaja de entrar de noche,
felicita a los que habían venido, los envía de nuevo a la
ciudad y les ordena que guarden puertas y muros.
Coloca los soldados en las obras que había hecho, pero
no a intervalos determinados, como acostumbraba en
días anteriores, sino en una línea continua de puestos y
centinelas de forma que estén en contacto entre sí y
cubran toda la fortificación; envía de unos puntos a
otros a los tribunos militares y prefectos y les exhorta
no solamente a que vigilen las salidas en grupo, sino
también a que presten atención a las evasiones de
personas aisladas. Y ciertamente no hubo nadie de
espíritu tan débil e indolente que fuera capaz de dormir
aquella noche. Era tan grande la expectación por el
resultado de los acontecimientos, que su espíritu se
debatía en diferentes suposiciones sobre la· suerte de los
corfinienses, de Domicio, de Léntulo y los demás, y
sobre la fortuna que correría cada uno.
[22] Quarta vigilia circiter Lentulus Spinther de
muro cum vigiliis custodibusque nostris colloquitur;
velle, si sibi fiat potestas, Caesarem convenire. Facta
potestate ex oppido mittitur, neque ab eo prius
Domitiani milites discedunt, quam in conspectum
Caesaris deducatur. Cum eo de salute sua agit, orat
atque obsecrat, ut sibi parcat, veteremque amicitiam
commemorat Caesarisque in se beneficia exponit;
quae erant maxima: quod per eum in collegium
pontificum venerat, quod provinciam Hispaniam ex
praetura habuerat, quod in petitione consulatus erat
sublevatus. Cuius orationem Caesar interpellat: se
non maleficii causa ex provincia egressum, sed uti se
a contumeliis inimicorum defenderet, ut tribunos
plebis in ea re ex civitate expulsos in suam
dignitatem restitueret, ut se et populum Romanum
factione paucorum oppressum in libertatem
vindicaret. Cuius oratione confirmatus Lentulus, ut
Aproximadamente al amanecer, Léntulo Espínter habla
desde el muro con nuestros centinelas y puestos, pidiendo
que se le permita entrevistarse con César. Concedido el
permiso, se le deja salir de la ciudad, pero sin abandonarle
los soldados de Domicio hasta dejarle en presencia de
César. Trata con éste de su propia vida; pide y suplica que
le perdone, le recuerda su antigua amistad y los grandes
beneficios que había recibido de César: por él había entrado
en el colegio de los pontífices, por él había obtenido la
provincia de Hispania al terminar su cargo de pretor, había
sido ayudado por él en su candidatura al consulad. César
interrumpe su discurso diciendo que él no había salido de
su provincia para hacer daño a nadie, sino para defenderse
de las afrentas de sus enemigos, para restituir en su
dignidad a los tribunos de la plebe expulsados de Roma
por esta disputa y para devolver la libertad a sí mismo y al
pueblo romano, oprimido por un grupo. Animado por estas
palabras, Léntulo pide que le permita regresar a la ciudad,
in oppidum reverti liceat, petit: quod de sua salute
impetraverit, foreetiam reliquis ad suam spem
solatio; adeo esse perterritos nonnullos, ut suae vitae
durius consulere cogantur. Facta potestate discedit.
manifestándole que el haber conseguido su perdón
alentaría la esperanza de los demás, pues algunos estaban
tan atemorizados que se sentían impulsados a atentar
contra su propia vida. Concedido el permiso, se marcha.
[23] Caesar, ubi luxit, omnes senatores
senatorumque liberos, tribunos militum equitesque
Romanos ad se produci iubet. Erant quinquaginta;
ordinis senatorii L. Domitius, P. Lentulus Spinther,
L. Caecilius Rufus, Sex. Quintilius Varus quaestor, L.
Rubrius; praeterea filius Domiti aliique complures
adulescentes et magnus numerus equitum
Romanorum et decurionum, quos ex municipiis
Domitius evocaverat. Hos omnes productos a
contumeliis militum conviciisque prohibet; pauca
apud eos loquitur, [queritur] quod sibi a parte
eorum gratia relata non sit pro suis in eos maximis
beneficiis; dimittit omnes incolumes. HS |LX|, quod
advexerat Domitius atque in publico deposuerat,
allatum ad se ab IIII viris Corfiniensibus Domitio
reddit, ne continentior in vita hominum quam in
pecunia fuisse videatur, etsi eam pecuniam
publicam esse constabat datamque a Pompeio in
stipendium. Milites Domitianos sacramentum apud
se dicere iubet atque eo die castra movet iustumque
iter conficit VII omnino dies ad Corfinium
commoratus, et per fines Marrucinorum,
Frentranorum, Larinatium in Apuliam pervenit.
Al amanecer, César ordena que sean llevados a su presencia
todos los senadores, hijos de senadores, tribunos militares y
caballeros romanos. Estaban allí los siguientes senadores:
Lucio Domicio, Publio Léntulo Espínter, Lucio Cecilio Rufo,
Sexto Quintilio Varo, cuestor, y Lucio Rubrio; además, el
hijo de Domicio y otros muchos jóvenes y gran número de
caballeros romanos y decuriones que Domicio había
llevado de los municipios. Llevados todos a su presencia,
les protege de los insultos y afrentas de los soldados; les
dirige algunas palabras reprochándoles que no hayan
correspondido a los grandes beneficios que les había hecho;
y después deja a todos en libertad. Seis millones de
sestercios que Domicio había traído y depositado en el
tesoro público, cantidad que le había sido entregada a
César por los duúnviros de Corfinio, la devolvió a Domicio,
temiendo que se le considerara más moderado en perdonar
la vida que en apoderarse del dinero, aunque sabía con
certeza que aquella cantidad era del Estado y que Pompeyo
la había entregado para pagar a los soldados. Hizo prestar
juramento ante él a los soldados de Domicio, y aquel
mismo día levantó el campamento, caminó una etapa
ordinaria, después de haberse detenido en total siete días
en Corfinio, Y llegó a Apulia a través del territorio de los
marrucinos, frentanos y larinates.
[24] Pompeius his rebus cognitis, quae erant ad
Corfinium gestae, Luceria proficiscitur Canusium
atque inde Brundisium. Copias undique omnes ex
novis dilectibus ad se cogi iubet; servos, pastores
armat atque eis equos attribuit; ex his circiter CCC
equites conficit. L. Manlius praetor Alba cum
cohortibus sex profugit, Rutilius Lupus praetor
Tarracina cum tribus; quae procul equitatum
Caesaris conspicatae, cui praeerat Vibius Curius,
relicto praetore signa ad Curium transferunt atque
ad eum transeunt. Item reliquis itineribus nonnullae
cohortes in agmen Caesaris, aliae in equites
incidunt. Reducitur ad eum deprensus ex itinere N.
Magius Cremona, praefectus fabrum Cn. Pompei.
Quem Caesar ad eum remittit cum mandatis:
quoniam ad id tempus facultas colloquendi non
fuerit, atque ipse Brundisium sit venturus, interesse
rei publicae et communis salutis se cum Pompeio
colloqui; neque vero idem profici longo itineris
spatio, cum per alios condiciones ferantur, ac si
coram de omnibus condicionibus disceptetur.
Al conocer Pompeyo lo sucedido en Corfinio, se dirige
desde Luceria a Canusio, y desde allí a Brindis. Ordena que
se le junten las tropas alistadas en todas partes en las
nuevas levas; arma a los esclavos y pastores, y les da
caballos; forma con ellos unos trescientos jinetes. El pretor
Lucio Manlio huye de Alba con seis cohortes, el pretor
Rutilio Lupo, de Tarracina con tres; estas tropas, al ver de
lejos a la caballería de César, mandada por Vibio Curio,
abandonan al pretor, transfieren sus enseñas a Curio y se
pasan a él. Igualmente en las marchas siguientes algunas
cohortes se topan con el grueso del ejército de César, otras
con su caballería. Es llevado a su presencia, hecho
prisionero en el camino, Numerio Magio, de Cremona,
prefecto de las tropas de ingenieros de Gneo Pompeyo.
César lo envía de nuevo a Pompeyo con la misión de
decirle que, como hasta aquel momento no había habido
posibilidad de entrevistarse y él mismo tenia el propósito
de ir a Brindis, era de interés para la república y para la paz
general, que él conferenciara con Pompeyo, pues no se
consigue el mismo resultado cuando se hacen las
proposiciones a gran distancia por medio de emisarios, que
cuando se trata frente a frente de todas las condiciones.
[25] His datis mandatis Brundisium cum legionibus
VI pervenit, veteranis III et reliquis, quas ex novo
dilectu confecerat atque in itinere compleverat;
Domitianas enim cohortes protinus a Corfinio in
Siciliam miserat. Reperit consules Dyrrachium
Entregadas estas instrucciones, se dirige César a Brindis
con seis legiones, tres veteranas y las restantes formadas
con la nueva leva y completadas en el camino, pues había
enviado inmediatamente desde Corfinio a Sicilia las
cohortes de Domicio. Se entera de que los cónsules han
profectos cum magna parte exercitus, Pompeium
remanere Brundisii cum cohortibus viginti; neque
certum inveniri poterat, obtinendine Brundisii causa
ibi remansisset, quo facilius omne Hadriaticum
mare ex ultimis Italiae partibus regionibusque
Graeciae in potestate haberet atque ex utraque parte
bellum administrare posset, an inopia navium ibi
restitisset, veritusque ne ille Italiam dimittendam
non existimaret, exitus administrationesque
Brundisini portus impedire instituit. Quorum
operum haec erat ratio. Qua fauces erant
angustissimae portus, moles atque aggerem ab
utraque parte litoris iaciebat, quod his locis erat
vadosum mare. Longius progressus, cum agger
altiore aqua contineri non posset, rates duplices
quoquoversus pedum XXX e regione molis
collocabat. Has quaternis ancoris ex IIII angulis
destinabat, ne fluctibus moverentur. His perfectis
collocatisque alias deinceps pari magnitudine rates
iungebat. Has terra atque aggere integebat, ne
aditus atque incursus ad defendendum impediretur.
A fronte atque ab utroque latere cratibus ac pluteis
protegebat; in quarta quaque earum turres binorum
tabulatorum excitabat, quo commodius ab impetu
navium incendiisque defenderet.
marchado a Durazo con gran parte del ejército y que
Pompeyo permanece en Brindis con veinte cohortes; y no
podía saberse con certeza si se había quedado allí para
retener Brindis en su poder y dominar así más fácilmente
todo el mar Adriático desde las costas de Italia y la región
opuesta de Grecia y poder hacer la guerra desde ambas
partes, o si se había quedado por falta de naves; temiendo
César que Pompeyo pensara no abandonar Italia decidió
cortar la salida y el tráfico del puerto de Brindis. El
proyecto de las obras era el siguiente: en la parte más
estrecha de la boca del puerto iba colocando un dique de
tierra partiendo de ambas orillas, pues el mar era allí
vadeable. Al progresar la obra y no poder continuarse el
terraplén por laprofundidad del agua, colocaba en el
extremo de cada uno de los diques balsas de treinta pies de
lado 108. Las sujetaba por los cuatro ángulos con cuatro
anclas para que no fueran movidas por las olas. Terminadas
y colocadas éstas, les unía a continuación otras balsas de
igual magnitud. Cubría estas balsas con tierra y material a
fin de facilitar el rápido acceso para defenderlas; protegía el
frente y ambos lados con zarzo s y manteletes; cada cuatro
balsas levantaba torres de dos pisos para defenderlas más
fácilmente contra los ataques de las naves y los incendios.
[26] Contra haec Pompeius naves magnas onerarias,
quas in portu Brundisino deprehenderat, adornabat.
Ibi turres cum ternis tabulatis erigebat easque multis
tormentis et omni genere telorum completas ad
opera Caesaris adpellebat, ut rates perrumperet
atque opera disturbaret. Sic cotidie utrimque eminus
fundis, sagittis reliquisque telis pugnabatur. Atque
haec Caesar ita administrabat, ut condiciones pacis
dimittendas non existimaret; ac tametsi magnopere
admirabatur Magium, quem ad Pompeium cum
mandatis miserat, ad se non remitti, atque ea res
saepe temptata etsi impetus eius consiliaque
tardabat, tamen omnibus rebus in eo
perseverandum putabat. Itaque Caninium Rebilum
legatum, familiarem necessariumque Scriboni
Libonis, mittit ad eum colloquii causa; mandat, ut
Libonem de concilianda pace hortetur; imprimis, ut
ipse cum Pompeio colloqueretur, postulat;
magnopere sese confidere demonstrat, si eius rei sit
potestas facta, fore, ut aequis condicionibus ab armis
discedatur. Cuius rei magnam partem laudis atque
existimationis ad Libonem perventuram, si illo
auctore atque agente ab armis sit discessum. Libo a
colloquio Canini digressus ad Pompeium
proficiscitur. Paulo post renuntiat, quod consules
absint, sine illis non posse agi de compositione. Ita
saepius rem frustra temptatam Caesar aliquando
dimittendam sibi iudicat et de bello agendum.
Para hacer frente a esto Pompeyo equipaba grandes naves
de carga que había encontrado en el puerto de Brindis.
Construía en ellas torres de tres pisos y llenándolas de
muchas máquinas de guerra y de toda clase de armas
arrojadizas, las lanzaba contra las obras de César a fin de
romper la línea de balsas e interrumpir los trabajos. Así
pues, se luchaba diariamente por ambas partes desde lejos
con hondas, saetas y demás dardos. César llevaba a cabo
estas operaciones sin pensar en abandonar las
negociaciones de paz; y aunque le extrañaba mucho que no
se le hubiera enviado de nuevo a Magio, a quien había
enviado con una misión para Pompeyo, y aunque la
repetición de estas tentativas retardaba su impulso y sus
planes, sin embargo pensaba que debía perseverar en este
intento por todos los medios. Así pues, envía allegado
Caninio Rébilo, amigo y pariente de Escribonio Libón, a
conferenciar con éste; le encarga que exhorte a Libón a
interesarse en la paz; pide especialmente que se le concierte
una entrevista con Pompeyo; le indica que él tiene gran
confianza en que, si esta entrevista tiene lugar, terminará la
guerra con un tratado justo; gran parte de la gloria y
alabanza de este hecho recaería sobre Libón, si por su
iniciativa y mediación se abandonan las armas. Al terminar
de hablar con Caninio, Libón se dirige a Pompeyo. Poco
después le contesta que los cónsules están ausentes y que
sin ellos no se puede tratar sobre la paz. Así pues, habiendo
intentado en vano tantas veces la misma cosa, César decide
abandonarla de una vez y hacer la guerra.
[27] Prope dimidia parte operis a Caesare effecta
diebusque in ea re consumptis VIIII naves a
consulibus Dyrrachio remissae, quae priorem
Casi terminada ya la mitad de la obra de César e invertidos
en ella nueve días, vuelven a Brindis, enviadas por los
cónsules desde Durazo, las naves que habían transportado
partem exercitus eo deportaverant, Brundisium
revertuntur. Pompeius sive operibus Caesaris
permotus sive etiam quod ab initio Italia excedere
constituerat, adventu navium profectionem parare
incipit et, quo facilius impetum Caesaris tardaret, ne
sub ipsa profectione milites oppidum irrumperent,
portas obstruit, vicos plateasque inaedificat, fossas
transversas viis praeducit atque ibi sudes stipitesque
praeacutos defigit. Haec levibus cratibus terraque
inaequat; aditus autem atque itinera duo, quae extra
murum ad portum ferebant, maximis defixis
trabibus atque eis praeacutis praesepit. His paratis
rebus milites silentio naves conscendere iubet,
expeditos autem ex evocatis, sagittariis
funditoribusque raros in muro turribusque disponit.
Hos certo signo revocare constituit, cum omnes
milites naves conscendissent, atque eis expedito loco
actuaria navigia relinquit.
allí la primera parte del ejército. Pompeyo, bien
atemorizado por las obras de César, bien porque desde un
principio hubiera decidido abandonar Italia, a la llegada de
las naves empezó a preparar la marcha; y para retardar con
más facilidad la entrada de César y evitar que sus soldados
irrumpieran en la ciudad en el mismo momento de su
marcha, obstruye las puertas, levanta obras en calles y
plazas, construye fosos transversales en las calles y clava en
ellos estacas y palos puntiagudos; los disimula con zarzas
poco consistenles cubiertos de tierra; además interrumpió
los accesos y los dos caminos que llevaban al puerto desde
extramuros con zrandes estacas puntiagudas clavadas en
tierra. Una vez preparado todo esto, ordena embarcar en
silencio a los soldados, coloca en el muro y en las torres, a
grandes intervalos, algunos soldados sin bagaje elegidos
entre los reenganchados, arqueros y honderos. Acordó
llamarlos con una señal convenida cuando todos los
soldados hubieran embarcado y les dejó naves ligeras en un
lugar conveniente.
[28] Brundisini Pompeianorum militum iniuriis
atque ipsius Pompei contumeliis permoti Caesaris
rebus favebant. Itaque cognita Pompei profectione
concursantibus illis atque in ea re occupatis vulgo ex
tectis significabant. Per quos re cognita Caesar scalas
parari militesque armari iubet, ne quam rei
gerendae facultatem dimittat. Pompeius sub noctem
naves solvit. Qui erant in muro custodiae causa
collocati, eo signo, quod convenerat, revocantur
notisque itineribus ad naves decurrunt. Milites
positis scalis muros ascendunt, sed moniti a
Brundisinis, ut vallum caecum fossasque caveant,
subsistunt et longo itinere ab his circumducti ad
portum perveniunt duasque naves cum militibus,
quae ad moles Caesaris adhaeserant, scaphis
lintribusque reprehendunt, reprehensas excipiunt.
Los habitantes de Brindis, inducidos por las injurias de los
soldados pompeyanos y las afrentas del mismo PoÍnpeyo,
eran partidarios de César. Así pues, al conocer la marcha de
Pompeyo, cuando aún los soldados andaban de un lado
para otro y estaban ocupados en los preparativos de
marcha, hicieron señales por todas partes desde los tejados.
Informado por ellos, César manda preparar las escalas y
tomar las armas para no perder aquella ocasión. Pompeyo
se hace a la mar al anochecer. Los soldados que habían sido
dejados para la custodia del muro son llamados con el
signo convenido y por caminos conocidos se dirigen
corriendo a las naves. Los soldados de César, colocando las
escalas, pasan el muro, pero, advertidos por los habitantes
de Brindis de que tengan cuidado con la estacada oculta y
los fosos, se detienen, y, conducidos por ellos, dando un
gran rodeo, llegan al puerto y con lanchas y barcas
alcanzan y se apoderan de dos naves llenas de soldados
que habían quedado detenidas en los diques hechos por
César.
[29] Caesar etsi ad spem conficiendi negotii maxime
probabat coactisnavibus mare transire et Pompeium
sequi, priusquam ille sese transmarinis auxiliis
confirmaret, tamen eius rei moram temporisque
longinquitatem timebat, quod omnibus coactis
navibus Pompeius praesentem facultatem
insequendi sui ademerat. Relinquebatur, ut ex
longinquioribus regionibus Galliae Picenique et a
freto naves essent exspectandae. Id propter anni
tempus longum atque impeditum videbatur. Interea
veterem exercitum, duas Hispanias confirmari,
quarum erat altera maximis beneficiis Pompei
devincta, auxilia, equitatum parari, Galliam
Italiamque temptari se absente nolebat.
Aunque César consideraba lo más conveniente para
terminar la guerra, reunir naves, atravesar el mar y seguir a
Pompeyo antes de que éste pudiera reforzarse con tropas
del otro lado del mar, sin embargo temía el retraso y la gran
cantidad de tiempo que exigía este plan, porque Pompeyo,
al llevarse todas las naves, le había quitado la posibilidad
de seguirle en aquel momento. Le quedaba el recurso de
esperar la llegada de naves de las alejadas regiones de la
Galia, Piceno y el estrecho de Mesina. Dada la estación del
año, esto parecía largo y dificil. Además no quería que
durante su ausencia se alentara al antiguo ejército
pompeyano y a las dos Hispanias (una de las cuales estaba
unida a Pompeyo por los grandes beneficios recibidos), que
se organizaran refuerzos y caballería y que se intentara una
acción sobre la Galia e Italia.
[30] Itaque in praesentia Pompei sequendi rationem
omittit, in Hispaniam proficisci constituit:
duumviris municipiorum omnium imperat, ut naves
conquirant Brundisiumque deducendas curent.
Mittit in Sardiniam cum legione una Valerium
legatum, in Siciliam Curionem pro praetore cum
legionibus duabus; eundem, cum Siciliam
recepisset, protinus in Africam traducere exercitum
iubet. Sardiniam obtinebat M. Cotta, Siciliam M.
Cato; Africam sorte Tubero obtinere debebat.
Caralitani, simul ad se Valerium mitti audierunt,
nondum profecto ex Italia sua sponte Cottam ex
oppido eiciunt. Ille perterritus, quod omnem
provinciam consentire intellegebat, ex Sardinia in
Africam profugit. Cato in Sicilia naves longas
veteres reficiebat, novas civitatibus imperabat. Haec
magno studio agebat. In Lucanis Brutiisque per
legatos suos civium Romanorum delectus habebat,
equitum peditumque certum numerum a civitatibus
Siciliae exigebat. Quibus rebus paene perfectis
adventu Curionis cognito queritur in contione sese
proiectum ac proditum a Cn. Pompeio, qui omnibus
rebus imparatissimis non necessarium bellum
suscepisset et ab se reliquisque in senatu
interrogatus omnia sibi esse ad bellum apta ac
parata confirmavisset. Haec in contione questus ex
provincia fugit.
Así pues, abandona de momento el propósito de seguir a
Pompeyo y decide dirigirse a Hispania; ordena a los
duunviros de todos los municipios que procuren naves y se
encarguen de llevarlas a Brindis. Envía a Cerdeña con una
legión al legado Valerio, a Sicilia con tres legiones al
propretor Curión; ordena a éste que después de ocupada
Sicilia pase inmediatamente. el ejército a África. Gobernaba
Cerdeña Marco Cota, Sicilia, Marco Catón; según decidido
por sorteo, debía gobernar África Tuberón. Los caralitanos
tan pronto como tuvieron noticia de que se les enviaba a
Valerio, cuando aún no había partido de Italia, expulsan a
Cota de la ciudad por propia iniciativa. Atemorizado éste,
porque sabía que toda la provincia estaba de acuerdo, huye
de Cerdeña a África. En Sicilia Catón reparaba las naves de
guerra viejas y mandaba construir otras a las ciudades. Se
entregaba a esta ocupación con todo afán. Por medio de sus
legados hacía levas de ciudadanos romanos en Lucania y
Brutio y exigía a las ciudades de Sicilia determinado
número de jinetes e infantes. Cuando casi estaban
terminados estos preparativos, se entera de la llegada de
Curión y se queja en la asamblea de que había sido
abandonado y traicionado por Pompeyo que, sin haber
hecho preparativo alguno, había emprendido una guerra
innecesaria y que, al preguntarle en el senado él y los
demás senadores, había asegurado que tenía dispuesto y
preparado todo para la guerra. Habiendo expuesto estas
quejas en la asamblea, huyó de la provincia.
[31] Nacti vacuas ab imperiis Sardiniam Valerius,
Curio Siciliam, cum exercitibus eo perveniunt.
Tubero cum in Africam venisset, invenit in provincia
cum imperio Attium Varum; qui ad Auximum, ut
supra demonstravimus, amissis cohortibus protinus
ex fuga in Africam pervenerat atque eam sua sponte
vacuam occupaverat delectuque habito duas
legiones effecerat, hominum et locorum notitia et
usu eius provinciae nactus aditus ad ea conanda,
quod paucis ante annis ex praetura eam provinciam
obtinuerat. Hic venientem Uticam navibus
Tuberonem portu atque oppido prohibet neque
adfectum valetudine filium exponere in terra
patitur, sed sublatis ancoris excedere eo loco cogit.
Encontrando Valerio abandonada por su gobernador
Cerdeña y Curión, Sicilia, entran en ellas con sus ejércitos.
Tuberón a su llegada a África encuentra en el gobierno de
la provincia a Atio Varo, que después de haber perdido sus
cohortes en Áuximo, como ya hemos dicho, huyó
directamente a África y al encontrarla sin mando la había
ocupado por su propia iniciativa; por medio de una leva
había formado dos legiones, encontrando facilidades para
sus intentos por el conocimiento de personas y lugares y la
experiencia en el gobierno de aquella provincia, pues la
había gobernado pocos años antes al terminar su cargo de
pretor. Al llegar Tuberón a Útica con sus naves, le prohíbe
la entrada en el puerto y en la ciudad y ni siquiera
consiente que desembarque su hijo que estaba enfermo,
sino que le obliga a levar anclas y abandonar aquel lugar.
[32] His rebus confectis Caesar, ut reliquum tempus
a labore intermitteretur, milites in proxima
municipia deducit; ipse ad urbem proficiscitur.
Coacto senatu iniurias inimicorum commemorat.
Docet se nullum extraordinarium honorem
appetisse, sed exspectato legitimo tempore
consulatus eo fuisse contentum, quod omnibus
civibus pateret. Latum ab X tribunis plebis
contradicentibus inimicis, Catone vero acerrime
repugnante et pristina consuetudine dicendi mora
dies extrahente, ut sui ratio absentis haberetur, ipso
consule Pompeio; qui si improbasset, cur ferri
passus esset? Si probasset, cur se uti populi
beneficio prohibuisset? Patientiam proponit suam,
Terminadas estas acciones, César reparte sus soldados en
los próximos municipios para que descansaran algún
tiempo. Él mismo marcha a Roma. Reunido el senado,
expone las injurias de sus enemigos. Dice que él no ha
buscado ningún cargo extraordinario, sino que, habiendo
esperado el plazo legal para solicitar el consulado, se había
contentado con lo que estaba permitido a todos los
ciudadanos. Con gran oposición por parte de los enemigos,
y especialmente de Catón, que según su tradicional
costumbre había empleado varios días en exponer su
opinión, los diez tribunos de la plebe habían propuesto que
se tuviera en cuenta la candidatura de César aun en su
ausencia; este debate había tenido lugar siendo cónsul el
mismo Pompeyo: si éste lo desaprobaba ¿por qué permitió
cum de exercitibus dimittendis ultro postulavisset;
in quo iacturam dignitatis atque honoris ipse
facturus esset. Acerbitatem inimicorum docet, qui,
quod ab altero postularent, in se recusarent, atque
omnia permisceri mallent, quam imperium
exercitusque dimittere. Iniuriam in eripiendis
legionibus praedicat, crudelitatem et insolentiam in
circumscribendis tribunis plebis; condiciones a se
latas, expetita colloquia et denegata commemorat.
Pro quibus

Continuar navegando