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CHRESTOMATHIA LATINA C. IULII CAESARIS COMMENTARII DE BELLO CIVILI EDIDIT IULIUS CALONGE WEB LATIN II MMXVII El libro de Comentarios sobre la Guerra Civil (en latín, Commentarii de bello civili) es un texto de Julio César dónde éste relata las operaciones militares y vicisitudes políticas acaecidas durante la Segunda Guerra Civil de la República de Roma, de las cuáles salió vencedor. Normalmente se halla junto a los llamados Tria Bella: la Guerra de Alejandría, la Guerra de África y la Guerra de Hispania; sin embargo, existe un consenso generalizado acerca de que la autoría de estos tres últimos no puede atribuirse en su totalidad a César. La obra empieza un poco después de los acontecimientos narrados en los Comentarios a la Guerra de las Galias, exactamente unos días antes del cruce del río Rubicón en enero del año 49 a. C. y abarca los hechos ocurridos entre esa fecha y el año 48 a. C., terminando en el momento que César llega a Alejandría, e incluye, por tanto, la decisiva Batalla de Farsalia y la muerte de Pompeyo. Está estructurada en tres libros, de los cuáles el primero abarca desde los días previos al cruce del Rubicón hasta mediados de agosto del año 49 a. C.; en él se pueden encontrar las justificaciones cesarianas del comienzo de la Guerra, las maniobras políticas en Roma y la primera campaña de Hispania, que se cierra con la batalla de Ilerda. El segundo libro comprende los acontecimientos del resto del año 49 a. C., en tres escenarios principales: Marsella, sometida a asedio por las tropas cesarianas, Hispania, con el final de las operaciones en esa Provincia y África, donde se narra el desastre de los ejércitos cesarianos al mando de Cayo Escribonio Curión. El tercer y último libro cuenta lo acaecido en el año 48 a. C., desde que César se dirige a Brindisi hasta la conquista de la Isla de Faro y el comienzo de la Guerra de Alejandría; en ese libro se incluye, entre otros aspectos importantes, la derrota de César en la Batalla de Dirraquium y su aplastante victoria en la Batalla de Farsalia, la muerte de Pompeyo y el encuentro entre César y Cleopatra. El género es el que de antiguo se denominaba Commentarius, esto es, una obra en la que el autor consignaba los acontecimientos más señalados de su vida, o de un período de la misma, a fines de que la posteridad tuviera así una base para componer una verdadera obra histórica, contando de esta manera una verdad completamente subjetiva. El estilo en que la obra se haya escrita recuerda poderosamente al de su antecesora, los Comentarios de la Guerra de las Galias. Ambas obras no pueden considerarse ni autobiográficas ni como unas memorias Son, por una parte, un informe de progresos, y por otra un medio de propaganda. Al parecer, César era un gran orador, así lo atestigua Suetonio, y por ello era capaz de escribir en un latín de gran perfección sintáctica. Este dominio del lenguaje y de la retórica que había aprendido a usar durante su etapa como abogado, le permitió que, oculto tras una apariencia objetiva y distante, se encuentre en realidad no un informe militar, ni unas memorias, sino la exaltación de un señor de la guerra; pero esto no quiere decir que César mienta conscientemente en sus comentarios o que éstos deban ser execrados como falsedad. La obra nos ha sido transmitida a través de ocho manuscritos básicamente, en los que siempre se hallan juntos el De bello civili y los Tria bella. Los dos manuscritos más antiguos son el llamado Laurentianus Ashburnhamensis datado en el siglo X de nuestra era y conservado en la Biblioteca Medicea Laurenziana de Florencia y el llamado Mediceus sive Laurentianus, datado en los siglos X- XI de nuestra era y conservado en la misma biblioteca que el anterior. También conservan manuscritos, aunque algo posteriores, las bibliotecas del British Museum en Londres, la Nazionale de Nápoles, la Bibliothèque Nationale de París, la Biblioteca Apostólica Vaticana y la Biblioteca Nacional de Viena. Dado que tanto los Comentarios a la Guerra Civil, como los de la Guerra de Alejandría, África e Hispania, han sido transmitidos siempre juntos, desde antiguo existe cierta polémica acerca de la autoría de todos ellos, pues los expertos han detectado numerosas diferencias entre unos y otros. En general, se acepta sin reservas que si el De bello civili es decididamente obra de César, ni el Bellum Africum ni el Bellum Hispaniense son obras del dictador; los expertos se basan en que se encuentran redactadas con una muy diferente concepción del espacio narrativo (global en el caso de César, y muy parcial en el caso de las otras dos obras) y numerosas diferencias de orden morfológico, sintáctico y de léxico. Pero es difícil atribuir entonces su autoría pues ni siquiera Suetonio que escribe su obra unos 150 años después de la muerte de César, puede dar noticia cierta del autor de dichas obras. Se acepta hoy como teoría más generalizada, que la autoría del De bello civili es de César sin duda, y que el resto de las obras se deben repartir entre el propio César, con una participación mayor en la de Alejandría, e Hircio, que ya había escrito el libro VIII de la Guerra de las Galias, con base a las notas de César y una participación mucho más importante en las de África e Hispania. C. JULIO CÉSAR, LA GUERRA CILVIL Trad. Julio Calonge LIBRO I. [1] Litteris C. Caesaris consulibus redditis aegre ab his impetratum est summa tribunorum plebis contentione, ut in senatu recitarentur; ut vero ex litteris ad senatum referretur, impetrari non potuit. Referunt consules de re publica [in civitate]. [Incitat] L. Lentulus consul senatu rei publicae se non defuturum pollicetur, si audacter ac fortiter sententias dicere velint; sin Caesarem respiciant atque eius gratiam sequantur, ut superioribus fecerint temporibus, se sibi consilium capturum neque senatus auctoritati obtemperaturum: habere se quoque ad Caesaris gratiam atque amicitiam receptum. In eandem sententiam loquitur Scipio: Pompeio esse in animo rei publicae non deesse, si senatus sequatur; si cunctetur atque agat lenius, nequiquam eius auxilium, si postea velit, senatum imploraturum. Entregada a los cónsules la carta de César, se consiguió de ellos con mucha dificultad y gran esfuerzo de los tribunos de la plebe que se leyera en el senado; pero no se pudo conseguir que se propusiera al senado una deliberación sobre el contenido de la carta. Los cónsules ponen a deliberación la situación general de la república. El cónsul Lucio Léntulo promete no abandonar al senado y a la república, si los senadores se deciden a dar su opinión con energía y valor; pero si tienen en cuenta a César y buscan su amistad, como lo habían hecho anteriormente, él tomaría las decisiones por sí mismo sin obedecer al senado; también él tenía acceso al favor y amistad de César. En el mismo sentido habla Escipión: que era intención de Pompeyo no abandonar a la república si le seguía el senado; pero si éste dudaba en sus decisiones y obraba con debilidad, en vano imploraría su ayuda si la solicitaba después. [2] Haec Scipionis oratio, quod senatus in urbe habebatur Pompeiusque aberat, ex ipsius ore Pompei mitti videbatur. Dixerat aliquis leniorem sententiam, ut primo M. Marcellus, ingressus in eam orationem, non oportere ante de ea re ad senatum referri, quam dilectus tota Italia habiti et exercitus conscripti essent, quo praesidio tuto et libere senatus, quae vellet, decernere auderet; ut M. Calidius, qui censebat, ut Pompeius in suas provincias proficisceretur, ne qua esset armorum causa: timere Caesarem ereptis ab eo duabus legionibus, ne ad eius periculum reservare et retinereeas ad urbem Pompeius videretur; ut M. Rufus, qui sententiam Calidii paucis fere mutatis rebus sequebatur. Hi omnes convicio L. Lentuli consulis correpti exagitabantur. Lentulus sententiam Calidii pronuntiaturum se omnino negavit. Marcellus perterritus conviciis a sua sententia discessit. Sic vocibus consulis, terrore praesentis exercitus, minis amicorum Pompei plerique Como la sesión del senado se celebraba en la ciudad y Pompeyo estaba en los alrededores, parecía que el discurso de Escipión había salido de la misma boca de Pompeyo. Algunos hicieron proposiciones más suaves, como por ejemplo, en un principio Marco Marcelo, que, al empezar su intervención, dijo que no era conveniente proponer al senado una decisión sobre este asunto antes de que se hicieran levas en toda Italia y se alistaran ejércitos, con cuya protección el senado se sentiría fuerte para decidir con seguridad y libertad lo que quisiera; como Marco Calídio, que proponía que Pompeyo marchase a sus provincias a fin de que no hubiera motivo de guerra; explicaba su opinión diciendo que César temía que Pompeyo conservara y retuviera en las proximidades de Roma, con el propósito de dirigirlas contra él, las dos legiones que le habían sido arrebatadas; como Marco Rufo, que seguía poco más o menos la opinión de Calidio. Todos estos eran amedrentados por los ataques del cónsul Lucio Léntulo. Éste se negó en absoluto a poner a votación la proposición de Calidio. Marcelo, atemorizado por estos ataques, compulsi inviti et coacti Scipionis sententiam sequuntur: uti ante certam diem Caesar exercitum dimittat; si non faciat, eum adversus rem publicam facturum videri. Intercedit M. Antonius, Q. Cassius, tribuni plebis. Refertur confestim de intercessione tribunorum. Dicuntur sententiae graves; ut quisque acerbissime crudelissimeque dixit, ita quam maxime ab inimicis Caesaris collaudatur. abandonó su opinión. Así muchos arrastrados por las voces del cónsul, por el temor del ejército cercano y por las amenazas de los amigos de Pompeyo, se adhieren a la proposición de Escipión, coaccionados y contra su voluntad; el contenido de la proposición era éste: que César licenciara su ejército en una fecha determinada; si no lo hacía se le consideraría enemigo de la república. Ponen el veto los tribunos de la plebe Marco Antonio y Quinto Casio. Inmediatamente se consulta al senado sobre el veto de los tribunos. Se hacen proposiciones violentas, y a medida que cada uno se expresa con más dureza y crueldad es más alabado por los enemigos de César. [3] Misso ad vesperum senatu omnes, qui sunt eius ordinis, a Pompeio evocantur. Laudat promptos Pompeius atque in posterum confirmat, segniores castigat atque incitat. Multi undique ex veteribus Pompei exercitibus spe praemiorum atque ordinum evocantur, multi ex duabus legionibus, quae sunt traditae a Caesare, arcessuntur. Completur urbs et ipsum comitium tribunis, centurionibus, evocatis. Omnes amici consulum, necessarii Pompei atque eorum, qui veteres inimicitias cum Caesare gerebant, in senatum coguntur; quorum vocibus et concursu terrentur infirmiores, dubii confirmantur, plerisque vero libere decernendi potestas eripitur. Pollicetur L. Piso censor sese iturum ad Caesarem, item L. Roscius praetor, qui de his rebus eum doceant: sex dies ad eam rem conficiendam spatii postulant. Dicuntur etiam ab nonnullis sententiae, ut legati ad Caesarem mittantur, qui voluntatem senatus ei proponant. Se levanta la sesión del senado al anochecer; entonces Pompeyo convoca a todos los senadores. Alaba a los decididos y les anima para el futuro; amonesta y anima a los indecisos. Se reenganchan por doquier muchos soldados de los antiguos ejércitos de Pompeyo, con la esperanza de conseguir premios y ascensos; son llamados muchos de las dos legiones que fueron entregadas por César. La ciudad, la rampa del Capitolio y el comicio se llenan de tribunos, de centuriones, de reenganchados. Todos los amigos de los cónsules, los familiares de Pompeyo y todos los que tenían arraigada enemistad contra César se reúnen en el senado; con su aglomeración y gritos se atemorizan los débiles, se animan los indecisos y se priva a muchos de la facultad de decidir libremente. El censor Lucio Pisón e igualmente el pretor Lucio Roscio se comprometen a ir a César para inforrnarle de estas decisiones; piden seis días para llevar a cabo esta misión Algunos proponen también que se envíen emisarios a César para exponerle la decisión del senado. [4] Omnibus his resistitur, omnibusque oratio consulis, Scipionis, Catonis opponitur. Catonem veteres inimicitiae Caesaris incitant et dolor repulsae. Lentulus aeris alieni magnitudine et spe exercitus ac provinciarum et regum appellandorum largitionibus movetur, seque alterum fore Sullam inter suos gloriatur, ad quem summa imperii redeat. Scipionem eadem spes provinciae atque exercituum impellit, quos se pro necessitudine partiturum cum Pompeio arbitratur, simul iudiciorum metus, adulatio atque ostentatio sui et potentium, qui in re publica iudiciisque tum plurimum pollebant. Ipse Pompeius, ab inimicis Caesaris incitatus, et quod neminem dignitate secum exaequari volebat, totum se ab eius amicitia averterat et cum communibus inimicis in gratiam redierat, quorum ipse maximam partem illo affinitatis tempore iniunxerat Caesari; simul infamia duarum legionum permotus, quas ab itinere Asiae Syriaeque ad suam potentiam dominatumque converterat, rem ad arma deduci studebat. Los discursos del cónsul, de Escipión y de Catón hacen resistencia a todas estas proposiciones y se oponen a todos. Incitan a Catón su antigua enemistad contra César y el resentimiento de su fracaso. Impulsan a Léntulo la magnitud de sus deudas, la esperanza de mandar un ejército y gobernar provincias y los regalos de los que deseaban obtener el título de rey; se gloría ante los suyos de llegar a ser otro Sila que obtendría el mando absoluto: Estimula a Escipión la misma esperanza de gobernar una provincia y de mandar ejércitos, que espera compartir con Pompeyo a causa de su parentesco; al mismo tiempo, el temor de un proceso, la propia ostentación y la adulación de los poderosos, que tenían entonces gran influencia en la república y en los tribunales. El propio Pompeyo, incitado por los enemigos de César y porque no quería que nadie le igualara en dignidades, se había apartado totalmente de su amistad y se había reconciliado con los enemigos comunes, gran parte de los cuales se los había creado a César el mismo Pompeyo en la época de su parentesco; al mismo tiempo, movido por la mala reputación que le creaba el haber desviado a las dos legiones de su destino a Siria y Asia en provecho de su ambición de poderío y dominio, deseaba que la cuestión se decidiera por las armas. [5] His de causis aguntur omnia raptim atque turbate. Nec docendi Caesaris propinquis eius spatium datur, nec tribunis plebis sui periculi deprecandi neque etiam extremi iuris intercessione retinendi, quod L. Sulla reliquerat, facultas tribuitur, sed de sua salute septimo die cogitare coguntur, quod illi turbulentissimi superioribus temporibus tribuni plebis octavo denique mense suarum actionum respicere ac timere consuerant. Decurritur ad illud extremum atque ultimum senatus consultum, quo nisi paene in ipso urbis incendio atque in desperatione omnium salutis sceleratorum audacia numquam ante descensum est: dent operam consules, praetores, tribuni plebis, quique pro consulibus sint ad urbem, ne quid res publica detrimenti capiat. Haec senatusconsulto perscribuntura.d. VII Id. Ian. Itaque V primis diebus, quibus haberi senatus potuit, qua ex die consulatum iniit Lentulus, biduo excepto comitiali et de imperio Caesaris et de amplissimis viris, tribunis plebis, gravissime acerbissimeque decernitur. Profugiunt statim ex urbe tribuni plebis seseque ad Caesarem conferunt. Is eo tempore erat Ravennae exspectabatque suis lenissimis postulatis responsa, si qua hominum aequitate res ad otium deduci posset. Por estas razones se hace todo con apresuramiento y confusión. No se concede tiempo a los parientes de César para informarle, ni se permite a los tribunos de la plebe la posibilidad de evitar con sus ruegos el peligro que les amenaza, ni tampoco la de conservar el supremo derecho de veto que Sila les había dejado, sino que se ven precisados a pensar en el peligro de su vida en un término de siete días, peligro que aquellos turbulentísimos tribunos de la plebe de tiempos pasados solían considerar con temor solamente al cabo de los ocho meses de su acción. Se recurre a aquel grave y supremo decreto del senado al cual nunca había llegado antes la audacia de los senadores, a no ser en el inminente peligro de incendio de la ciudad y de la vida de todos los ciudadanos: procuren los cónsules, pretores, tribunos de la plebe y los procónsules que estén en las afueras de Roma, que la república no sufra ningún detrimento. Estas órdenes fueron dadas por decreto del senado el siete de enero. Así pues, en los cinco primeros días en. los que pudo reunirse el senado desde que Léntulo tomó posesión del consulado, exceptuados los dos días dedicados a los comícios, se toman muy graves y muy duras decisiones sobre el mando de César y sobre tan importantes magistrados como los tribunos de la plebe. Huyen éstos inmediatamente de la ciudad y se dirigen a César. Estaba en aquel tiempo César en Rávena y esperaba la respuesta a sus moderadas peticiones, por si una cierta equidad de sus enemigos podía conducir la situación a la paz. [6] Proximis diebus habetur extra urbem senatus. Pompeius eadem illa, quae per Scipionem ostenderat agit; senatus virtutem constantiamque collaudat; copias suas exponit; legiones habere sese paratas X; praeterea cognitum compertumque sibi alieno esse animo in Caesarem milites neque eis posse persuaderi, uti eum defendant aut sequantur. Statim de reliquis rebus ad senatum refertur: tota Italia delectus habeatur; Faustus Sulla propere in Mauretaniam mittatur; pecunia uti ex aerario Pompeio detur. Refertur etiam de rege Iuba, ut socius sit atque amicus; Marcellus vero passurum se in praesentia negat. De Fausto impedit Philippus, tribunus plebis. De reliquis rebus senatusconsulta perscribuntur. Provinciae privatis decernuntur duae consulares, reliquae praetoriae. Scipioni obvenit Syria, L. Domitio Gallia; Philippus et Cotta privato consilio praetereuntur, neque eorum sortes deiciuntur. In reliquas provincias praetores mittuntur. Neque exspectant, quod superioribus annis acciderat, ut de eorum imperio ad populum feratur paludatique votis nuncupatis exeant. Consules, quod ante id tempus accidit nunquam, ex urbe proficiscuntur, lictoresque habent in urbe et Capitolio privati contra omnia vetustatis exempla. Tota Italia delectus habentur, arma imperantur; pecuniae a municipiis exiguntur, e fanis tolluntur: omnia divina humanaque iura permiscentur. En los siguientes días se reúne el senado fuera de la ciudad. Pompeyo trata los mismos puntos que ya había dado a conocer por medio de Escipión; alaba el valor y firmeza del senado; enumera sus fuerzas: dice que tiene preparadas diez legiones; además sabe con seguridad que los soldados de César no le son adictos y que no les puede persuadir a que le defiendan o al menos le sigan. Se presentan al senado otras proposiciones: que se hagan levas en toda Italia, que se envíe a Mauritania al propretor Fausto Sila; que se den a Pompeyo fondos del erario. Se propone también que el rey Juba sea declarado aliado y amigo; Marcelo dice que de momento él no permitirá esto. El tribuno de la plebe Filipo pone el veto al nombramiento de Fausto. Se redactan decretos del senado sobre los restantes asuntos. Se asignan provincias a particulares, dos consulares, las otras pretorias. Corresponden Siria a Escipión; la Galia a Lucio Domicio. Filipo y Cota son preteridos por acuerdo de unos pocos y no entran a sorteo. Se envían pretores a las demás provincias. Y no esperan, como había sucedido en años anteriores, a que se dé cuenta de su mando al pueblo, y a que, una vez hechos los sacrificios, partan revestidos con el manto militar Los cónsules, lo que no había sucedido hasta entonces, salen de la ciudad, y personas particulares tienen lictores en la ciudad y en el Capitolio, contra toda costumbre anterior. Se hacen levas en toda Italia, se manda entregar armas, se exige dinero a los municipios, se quita de los templos, se trastornan todas las leyes divinas y humanas. [7] Quibus rebus cognitis Caesar apud milites contionatur. Omnium temporum iniurias inimicorum in se commemorat; a quibus deductum ac depravatum Pompeium queritur invidia atque obtrectatione laudis suae, cuius ipse honori et dignitati semper faverit adiutorque fuerit. Novum in re publica introductum exemplum queritur, ut tribunicia intercessio armis notaretur atque opprimeretur, quae superioribus annis armis esset restituta. Sullam nudata omnibus rebus tribunicia potestate tamen intercessionem liberam reliquisse. Pompeium, qui amissa restituisse videatur, dona etiam, quae ante habuerint, ademisse. Quotienscumque sit decretum, darent operam magistratus, ne quid res publica detrimenti caperet (qua voce et quo senatus consulto populus Romanus ad arma sit vocatus), factum in perniciosis legibus, in vi tribunicia, in secessione populi templis locisque editioribus occupatis: atque haec superioris aetatis exempla expiata Saturnini atque Gracchorum casibus docet; quarum rerum illo tempore nihil factum, ne cogitatum quidem. nulla lex promulgata, non cum populo agi coeptum, nulla secessio facta. Hortatur, cuius imperatoris ductu VIIII annis rem publicam felicissime gesserint plurimaque proelia secunda fecerint, omnem Galliam Germaniamque pacaverint, ut eius existimationem dignitatemque ab inimicis defendant. Conclamant legionis XIII, quae aderat, milites—hanc enim initio tumultus evocaverat, reliquae nondum convenerant—sese paratos esse imperatoris sui tribunorumque plebis iniurias defendere. Al tener conocimiento de estos hechos, César arenga a sus soldados. Les relata las injurias que, en todo tiempo, le han hecho sus enemigos; se queja de que Pompeyo haya sido inducido y arrastrado por ellos por envidia y resentimiento de su gloria, mientras que el propio César siempre había favorecido y ayudado a Pompeyo en sus cargos y dignidades. Se lamenta de que se haya sentado un precedente en la república al perseguir y oprimir con las armas el derecho de veto de los tribunos que había sido restablecido en años anteriores. Sila, que había despojado de todas las prerrogativas a la potestad tribunicia, sin embargo le había dejado el libre derecho del veto; Pompeyo, con la apariencia de haberles restituido lo perdido, les había arrebatado incluso los derechos que antes poseían. Cuantas veces se había decretado que los magistrados procurasen que la república no sufriera ningún daño, fórmula y decreto del senado con que se llama a las armas al pueblo romano, se había hecho con motivo de leyes peligrosas, de violencia por parte de los tribunos, de división del pueblo en bandos, habiéndose apoderadode los 6 templos y lugares elevados; y les muestra que estos hechos de tiempos pasados fueron expiados con la muerte de Saturnino y de los Graco. En aquella circunstancia no se había producido ni siquiera pensado nada semejante; no se había promulgado ninguna ley; no se había tratado de agitar al pueblo; no se había producido ninguna escisión. Les exhorta a que defiendan contra sus enemigos el prestigio y la dignidad del general bajo cuyo mando habían servido felizmente a la república durante nueve años, habían librado muchos combates victoriosos y pacificado toda la Galia y Germanía. Gritan unánimemente los soldados de la legión XIII que se encontraba allí (pues la había llamado al principio de aquel movimiento: las restantes aún no habían llegado): que estaban dispuestos a defender a su general y a los tribunos de la plebe, de las injurias de sus enemigos. [8] Cognita militum voluntate Ariminum cum ea legione proficiscitur ibique tribunos plebis, qui ad eum profugerant, convenit; reliquas legiones ex hibernis evocat et subsequi iubet. Eo L. Caesar adulescens venit, cuius pater Caesaris erat legatus. Is reliquo sermone confecto, cuius rei causa venerat, habere se a Pompeio ad eum privati officii mandata demonstrat: velle Pompeium se Caesari purgatum, ne ea, quae rei publicae causa egerit, in suam contumeliam vertat. Semper se rei publicae commoda privatis necessitudinibus habuisse potiora. Caesarem quoque pro sua dignitate debere et studium et iracundiam suam rei publicae dimittere neque adeo graviter irasci inimicis, ut, cum illis nocere se speret, rei publicae noceat. Pauca eiusdem generis addit cum excusatione Pompei coniuncta. Eadem fere atque eisdem verbis praetor Roscius agit cum Caesare sibique Pompeium commemorasse demonstrat. Conocida la disposición de ánimo de los soldados, se dirige a Rímini con aquella legión y allí encuentra a los tribunos de la plebe que habían ido a refugiarse junto a él; llama a las demás legiones de los cuarteles de invierno y ordena que le sigan?. Llega allí Lucio César el Joven, cuyo padre era legado de César, Terminada la misión que le había llevado allí, informa a César que tenía para él instrucciones de carácter particular de parte de Pompeyo: que quiere éste justificarse ante César para que no considere como un agravio personal lo que Pompeyo había hecho en bien de la república. Que él siempre había considerado superior el bien de la república a las obligaciones particulares. También César, por su propia dignidad, debía abandonar en beneficio de la república su propósito y su ira, y no irritarse tan gravemente contra sus enemigos que, al intentar perjudicarlos, perjudicase a la república. Añade algunas razones más en el mismo sentido, justificando a Pompeyo. El pretor Roscio trata con César aproximadamente lo mismo y con las mismas palabras, y le indica que Pompeyo se lo había encargado. [9] Quae res etsi nihil ad levandas iniurias pertinere videbantur, tamen idoneos nactus homines, per quos ea, quae vellet, ad eum perferrentur, petit ab utroque, quoniam Pompei mandata ad se detulerint, ne graventur sua quoque ad eum postulata deferre, si parvo labore magnas controversias tollere atque omnem Italiam metu liberare possint. Sibi semper primam rei publicae fuisse dignitatem vitaque potiorem. Doluisse se, quod populi Romani beneficium sibi per contumeliam ab inimicis extorqueretur, ereptoque semenstri imperio in urbem retraheretur, cuius absentis rationem haberi proximis comitiis populus iussisset. Tamen hanc iacturam honoris sui rei publicae causa aequo animo tulisse; cum litteras ad senatum miserit, ut omnes ab exercitibus discederent, ne id quidem impetravisse. Tota Italia delectus haberi, retineri legiones II, quae ab se simulatione Parthici belli sint abductae, civitatem esse in armis. Quonam haec omnia nisi ad suam perniciem pertinere? Sed tamen ad omnia se descendere paratum atque omnia pati rei publicae causa. Proficiscatur Pompeius in suas provincias, ipsi exercitus dimittant, discedant in Italia omnes ab armis, metus e civitate tollatur, libera comitia atque omnis res publica senatui populoque Romano permittatur. Haec quo facilius certisque condicionibus fiant et iureiurando sanciantur, aut ipse propius accedat aut se patiatur accedere: fore uti per colloquia omnes controversiae componantur. Aunque esta misión no parecía servir de nada para atenuar las injurias, sin embargo, César, disponiendo de personas adecuadas para informar a Pompeyo de lo que deseaba, pidió a ambos que, puesto que le habían llevado a él las instrucciones de Pompeyo, tuvieran a bien ser, del mismo modo, mensajeros de sus peticiones, por si con un pequeño trabajo podían evitar grandes desavenencias y tranquilizar a toda Italia. Para él siempre la dignidad había sido lo primero y más importante que la propia vida. Le causaba dolor que los enemigos le arrebataran afrentosamente el beneficio concedido por el pueblo romano y quitándole seis meses de mando se viera obligado a regresar a Roma, a pesar de que el pueblo había decidido que fuera tenida en cuenta su candidatura en los próximos comicios, aun estando ausente. Sin embargo, había soportado con ecuanimidad este menoscabo de su honor por la república. Había enviado una carta al senado pidiendo que todos resignaran el mando de los 4 ejércitos y ni siquiera había conseguido esto. Se hacían levas en toda Italia, eran retenidas las dos legiones que le habían sido quitadas con pretexto de una guerra contra los partos, la ciudad estaba en armas. ¿Adónde se dirigía todo esto sino a su perdición? Sin embargo, él estaba dispuesto a ceder en todo y a sufrirlo todo por la república. Que marche Pompeyo a sus provincias, que licencien ambos sus ejércitos, que todos abandonen las armas en Italia, que cese el terror en la ciudad, que la libertad de los comicios, la plena administración del Estado se entreguen al senado y al pueblo romano. Para que esto se cumpla más fácilmente, con determinadas condiciones y quede asegurado por un juramento, o que Pompeyo se dirija a donde él está o permita que César vaya allí; todas las diferencias se podían arreglar con una entrevista. [10] Acceptis mandatis Roscius cum L. Caesare Capuam pervenit ibique consules Pompeiumque invenit; postulata Caesaris renuntiat. Illi deliberata re respondent scriptaque ad eum mandata per eos remittunt; quorum haec erat summa: Caesar in Galliam reverteretur, Arimino excederet, exercitus dimitteret; quae si fecisset, Pompeium in Hispanias iturum. Interea, quoad fides esset data Caesarem facturum, quae polliceretur, non intermissuros consules Pompeiumque delectus. Recibidas estas instrucciones, Roscio y Lucio César se dirigen a Capua y allí encuentran a los cónsules y a Pompeyo; les comunican las peticiones de César. Ellos, después de haber deliberado, envían a César por medio de los mismos mensajeros la respuesta escrita, cuyo contenido fundamental era el siguiente: que César volviese a la Galia, se retirara de Rímini, licenciara sus ejércitos; si cumplía estas condiciones, Pompeyo iría a Hispania. Hasta que hubiese seguridad de que César cumpliría lo que prometía, los cónsules y Pompeyo no cesarían de hacer levas. [11] Erat iniqua condicio postulare, ut Caesar Arimino excederet atque in provinciam reverteretur, ipsum et provincias et legiones alienas tenere; exercitum Caesaris velle dimitti, delectus habere; polliceri se in provinciam iturum neque, ante quem diem iturus sit, definire, ut, si peracto consulatu Caesar profectus esset, nulla tamen mendacii religione obstrictus videretur; tempus vero colloquio non dare neque accessurumpolliceri magnam pacis desperationem afferebat. Itaque ab Arimino M. Antonium cum cohortibus V Arretium mittit; ipse Arimini cum duabus subsistit ibique delectum habere instituit; Pisaurum, Fanum, Anconam Era una condición injusta pedir que César abandonara Rímini y volviera a su provincia, mientras que Pompeyo ocupaba provincias y retenía legiones que no eran suyas; exigir que César licenciara su ejército y al mismo tiempo Pompeyo hacer levas; prometer irse a su provincia y no determinar la fecha de la marcha, de tal manera que, si no había ido al cumplirse el plazo del mando de César, no quedaría tachado de haber faltado a su promesa. El no fijar una fecha para una entrevista y no hacer ninguna indicación de que se acercaría a César no hacía concebir ninguna esperanza de paz. Así pues, César envía a Marco Antonio con cinco cohortes desde Rímini a Arretio; él permanece en Rímini con dos y decide hacer allí una leva; singulis cohortibua occupat. ocupa con sendas cohortes Pisauro, Fano y Ancona. [12] Interea certior factus Iguvium Thermum praetorem cohortibus V tenere, oppidum munire, omniumque esse Iguvinorum optimam erga se voluntatem, Curionem cum tribus cohortibus, quas Pisauri et Arimini habebat, mittit. Cuius adventu cognito diffisus municipii voluntati Thermus cohortes ex urbe reducit et profugit. Milites in itinere ab eo discedunt ac domum revertuntur. Curio summa omnium voluntate Iguvium recepit. Quibus rebus cognitis confisus municipiorum voluntatibus Caesar cohortes legionis XIII ex praesidiis deducit Auximumque proficiscitur; quod oppidum Attius cohortibus introductis tenebat delectumque toto Piceno circummissis senatoribus habebat. Informado mientras tanto de que el pretor Termo ocupaba Iguvio con cinco cohortes y fortificaba la ciudad, pero que todos los habitantes de Iguvio eran muy adictos a él, envió allí a Curiórr con tres cohortes que tenía en Pisauro y Rímini. Al conocer su llegada, Termo, que no tenía confianza en la adhesión del municipio, sacó las cohortes de la ciudad y huyó. Los soldados le abandonaron en el camino y se fueron a sus casas. Curión se apoderó de Iguvio con gran alegria de todos los habitantes. Al tener noticia de estos acontecimientos, César, confiando en la adhesión de los municipios, sacó de las guarniciones las cohortes de la legión XIII y se dirigió a Áuximo; ocupaba esta ciudad con algunas cohortes Atio, que estaba haciendo una leva en todo el Piceno, enviando a los senadores por toda la comarca. [13] Adventu Caesaris cognito decuriones Auximi ad Attium Varum frequentes conveniunt; docent sui iudicii rem non esse; neque se neque reliquos municipes pati posse C. Caesarem imperatorem, bene de re publica meritum, tantis rebus gestis oppido moenibusque prohiberi; proinde habeat rationem posteritatis et periculi sui. Quorum oratione permotus Varus praesidium, quod introduxerat, ex oppido educit ac profugit. Hunc ex primo ordine pauci Caesaris consecuti milites consistere coegerunt. Commisso proelio deseritur a suis Varus; nonnulla pars militum domum discedit; reliqui ad Caesarem perveniunt, atque una cum eis deprensus L. Pupius, primi pili centurio, adducitur, qui hunc eundem ordinem in exercitu Cn. Pompei antea duxerat. At Caesar milites Attianos collaudat, Pupium dimittit, Auximatibus agit gratias seque eorum facti memorem fore pollicetur. Al conocer la llegada de César los decuriones de Áuximo, acuden en gran número a Atio Varo; le declaran que la cuestión no les corresponde decidirla a ellos; pero que ni ellos ni sus conciudadanos podían permitir que se impidiese la entrada en la muralla y en la ciudad al general Gayo César, benemérito de la república y que había conseguido tan grandes victorias; por consiguiente, que tuviera en cuenta lo que iba a suceder y el peligro que le amenazaba. Asustado Varo por estas palabras, sacó de la ciudad la guarnición que había establecido y huyó. Algunos soldados de la vanguardia de César le alcanzaron y le obligaron a detenerse. Entablado el combate, Varo fue abandonado por los suyos; una parte de los soldados se marchó a sus casas; el resto se unió a César y junto con ellos fue llevado prisionero Lucio Pupio, centurión primipilo que anteriormente había tenido este mismo cargo en el ejército de Gneo Pompeyo. César alabó a los soldados de Atio y dejó en libertad a Pupio, dio las gracias a los habitantes de Áuximo y les prometió que tendría presente lo que habían hecho. [14] Quibus rebus Romam nuntiatis tantus repente terror invasit, ut cum Lentulus consul ad aperiendum aerarium venisset ad pecuniamque Pompeio ex senatusconsulto proferendam, protinus aperto sanctiore aerario ex urbe profugeret. Caesar enim adventare iam iamque et adesse eius equites falso nuntiabantur. Hunc Marcellus collega et plerique magistratus consecuti sunt. Cn. Pompeius pridie eius diei ex urbe profectus iter ad legiones habebat, quas a Caesare acceptas in Apulia hibernorum causa disposuerat. Delectus circa urbem intermittuntur; nihil citra Capuam tutum esse omnibus videtur. Capuae primum se confirmant et colligunt delectumque colonorum, qui lege Iulia Capuam deducti erant, habere instituunt; gladiatoresque, quos ibi Caesar in ludo habebat, ad forum productos Lentulus spe libertatis confirmat atque iis equos attribuit et se sequi iussit; quos postea monitus ab suis, quod ea res omnium iudicio Al conocerse en Roma estos acontecimientos, se produjo de repente un terror tan grande que, habiendo ido el cónsul Léntulo a abrir el erario para entregar a Pompeyo el dinero, según decreto del senado, apenas abierto huyó de la ciudad; pues corría el falso rumor de que César estaba a punto de llegar y que su caballería ya estaba allí. Siguieron a Léntulo su colega Marcelo y muchos magistrados. Gneo Pompeyo se había alejado de Roma el día anterior y se dirigía a tomar el mando de las legiones cedidas por César que había establecido en los cuarteles de invierno en Apulia. Se interrumpen las levas en los alrededores de Roma; todos consideran que no hay ninguna seguridad al norte de Capua. Sólo en Capua empiezan a perder el miedo y recobran sus ánimos, y deciden hacer una leva entre los colonos que habían sido establecidos en Capua por la ley Julia; Léntulo lleva al foro a los gladiadores que César tenía en un centro de entrenamiento, les anima con la esperanza de concederles la libertad, les asigna caballos y les ordena que le sigan; amonestado por los suyos, porque todos reprehendebatur, circum familias conventus Campani custodiae causa distribuit. censuraban este hecho, los repartió después entre los grupos de esclavos de la comunidad de Campania para que fueran custodiados. [15] Auximo Caesar progressus omnem agrum Picenum percurrit. Cunctae earum regionum praefecturae libentissimis animis eum recipiunt exercitumque eius omnibus rebus iuvant. Etiam Cingulo, quod oppidum Labienus constituerat suaque pecunia exaedificaverat, ad eum legati veniunt quaeque imperaverit se cupidissime facturos pollicentur. Milites imperat: mittunt. Interea legio XII Caesarem consequitur. Cum his duabus Asculum Picenum proficiscitur. Id oppidum Lentulus Spinther X cohortibus tenebat; qui Caesaris adventu cognito profugit ex oppido cohortesque secum abducere conatus magna parte militum deseritur. Relictus in itinere cum paucis incidit in Vibullium Rufum missum a Pompeio in agrum Picenum confirmandorum hominum causa. A quo factus Vibullius certior, quae res in Piceno gererentur, milites ab eo accipit, ipsum dimittit. Item ex finitimis regionibus quas potest contrahit cohortes ex delectibus Pompeianis; in his Camerino fugientem Lucilium Hirrumcum sex cohortibus, quas ibi in praesidio habuerat, excipit; quibus coactis XII efficit. Cum his ad Domitium Ahenobarbum Corfinium magnis itineribus pervenit Caesaremque adesse cum legionibus duabus nuntiat. Domitius per se circiter XX cohortes Alba, ex Marsis et Paelignis, finitimis ab regionibus coegerat. Partiendo de Áuximo, César recorre todo el campo Piceno. Todas las prefecturas de esta región le reciben con mucho agrado y ayudan a su ejército con todos los medios. Incluso de Cíngulo, ciudad que había organizado Labieno y había acabado de construir a su costa, vienen legados a comunicarle que es su mayor deseo hacer lo que él ordene. Pide soldados; los envían. Mientras tanto la legión XII alcanza a César. Con estas dos legiones se dirige a Ásculo Piceno. Ocupaba esta ciudad con diez cohortes Léntulo Espínter, quien al conocer la llegada de César huye de la ciudad, y, al intentar llevar consigo las cohortes, es abandonado por gran parte de los soldados. Habiéndose quedado en el camino con unos pocos, encuentra a Vibulio Rufo, que había sido enviado por Pompeyo al Piceno para mantener la adhesión de los habitantes. Informado Vibulio por Léntulo de lo que sucede en el Piceno, se incorpora las tropas de éste y le deja irse. Igualmente recoge en las regiones vecinas las cohortes que puede de las levas hechas por Pompeyo; entre otras tropas se incorpora a Lucilio Hirro, que huía de Camerino con cinco cohortes que había tenido allí de guamición; reunidas todas formó diecinueve cohortes. Con ellas se dirige a marchas forzadas a Corfinio, para reunirse con Domicio Enobarbo y le anuncia que César está a punto de llegar con dos legiones. Domicio, por su parte, había reclutado unas veinte cohortes en Alba, el territorio de los marsos y pelignos y en las regiones vecinas. [16] Recepto Firmo expulsoque Lentulo Caesar conquiri milites, qui ab eo discesserant, delectumque institui iubet; ipse unum diem ibi rei frumentariae causa moratus Corfinium contendit. Eo cum venisset, cohortes V praemissae a Domitio ex oppido pontem fluminis interrumpebant, qui erat ab oppido milia passuum circiter III. Ibi cum antecursoribus Caesaris proelio commisso celeriter Domitiani a ponte repulsi se in oppidum receperunt. Caesar legionibus transductis ad oppidum constitit iuxtaque murum castra posuit. Después de la toma de Firmio y de la huida de Léntulo, César ordena recoger a los soldados que habían abandonado a Léntulo y hacer una leva; se detiene allí un solo día para abastecerse y se dirige a Corfinio. Al llegar aquí, cinco cohortes enviadas por Domicio desde la ciudad ocupaban un puente sobre el río que distaba de la ciudad aproximadamente tres mil pasos. Entablado combate con las tropas avanzadas de César, los soldados de Domicio fueron rechazados del puente rápidamente y se retiraron a la ciudad. César pasó sus legiones al otro lado del río, hizo alto cerca de la ciudad y colocó su campamento junto al muro. [17] Re cognita Domitius ad Pompeium in Apuliam peritos regionum magno proposito praemio cum litteris mittit, qui petant atque orent, ut sibi subveniat: Caesarem duobus exercitibus et locorum angustiis facile intercludi posse frumentoque prohiberi. Quod nisi fecerit, se cohortesque amplius XXX magnumque numerum senatorum atque equitum Romanorum in periculum esse venturum. Interim suos cohortatus tormenta in muris disponit certasque cuique partes ad custodiam urbis attribuit; militibus in contione agros ex suis possessionibus pollicetur, quaterna in singulos iugera, et pro rata Advertida la situación, Domicio envía a Pompeyo, que estaba en Apulia, mensajeros conocedores de la región, a los que promete una gran recompensa; llevaban una carta y su objeto era pedir y suplicar a Pompeyo que le socorriera, diciendo que se podía fácilmente con dos ejércitos cercar a César, por las dificultades del lugar, e impedirle el abastecimiento. Si Pompeyo no le socorría, él se encontraría en un gran peligro con más de treinta cohortes y muchos senadores y caballeros romanos. Mientras tanto exhorta a sus soldados, coloca máquinas de guerra en los muros y asigna a cada uno partes determinadas para la defensa de la ciudad; reúne a los soldados y les promete tierras de sus parte centurionibus evocatisque. popiedades, quince yugadas a cada uno y en proporción a los centuriones y reenganchados. [18] Interim Caesari nuntiatur Sulmonenses, quod oppidum a Corfinio VII milium intervallo abest, cupere ea facere, quae vellet, sed a Q. Lucretio senatore et Attio Peligno prohiberi, qui id oppidum VII cohortium praesidio tenebant. Mittit eo M. Antonium cum legionis XIII cohortibus V. Sulmonenses simul atque signa nostra viderunt, portas aperuerunt universique, et oppidani et milites, obviam gratulantes Antonio exierunt. Lucretius et Attius de muro se deiecerunt. Attius ad Antonium deductus petit ut ad Caesarem mitteretur. Antonius cum cohortibus et Attio eodem die, quo profectus erat, revertitur. Caesar eas cohortes cum exercitu suo coniunxit Attiumque incolumem dimisit. Caesar primis diebus castra magnis operibus munire et ex finitimis municipiis frumentum comportare reliquasque copias exspectare instituit. Eo triduo legio VIII ad eum venit cohortesque ex novis Galliae dilectibus XXII equitesque ab rege Norico circiter CCC. Quorum adventu altera castra ad alteram oppidi partem ponit; his castris Curionem praefecit. Reliquis diebus oppidum vallo castellisque circummunire instituit. Cuius operis maxima parte effecta eodem fere tempore missi a Pompeio revertuntur. Mientras tanto llega a conocimiento de César que los habitantes de Sulmona, que dista de Corfinio siete mil pa- sos, deseaban ponerse bajo su obediencia, pero que se lo impedían el senador Quinto Lucrecio y Atio Peligno, que ocupaban la ciudad con una guarnición de siete cohortes. César envía allí a Marco Antonio con cinco cohortes de la legión XIII. Tan pronto como los de Sulmona vieron nuestras enseñas abrieron las puertas, y todos, ciudadanos y soldados, salieron al encuentro de Antonio, manifestándole su alegría. Lucrecio y Atio se descolgaron del muro. Llevado Atio a presencia de Antonio pidió ser llevado a César. Antonio regresa con las cohortes y con Atio el mismo día que había salido. César incorporó aquellas cohortes a su ejército y dejó en libertad a Atio. En los primeros días César decidió fortificar el campamento con grandes obras, transportar a él trigo desde los municipios próximos y esperar la llegada de las restantes tropas. En los tres primeros días llegó a él la legión VIII, veintidós cohortes de las nuevas levas hechas en la Galia y unos trescientos jinetes enviados por el rey de Nórica. A la llegada de estos refuerzos coloca otro campamento al otro lado de la ciudad, pone al frente de él a Curión. En los días siguientes decide rodear la ciudad con una estacada y torres. Terminada ya una gran parte de esta obra de fortificación, regresan los mensajeros enviados a Pompeyo. [19] Litteris perlectis Domitius dissimulans in consilio pronuntiat Pompeium celeriter subsidio venturum hortaturque eos, ne animo deficiant quaeque usui ad defendendum oppidum sint parent. Ipse arcano cum paucis familiaribus suis colloquitur consiliumque fugae capere constituit. Cum vultus Domiti cum oratione non consentiret, atque omnia trepidantius timidiusque ageret, quam superioribus diebus consuesset, multumque cum suis consiliandi causa secreto praeter consuetudinem colloqueretur, concilia conventusque hominum fugeret, res diutius tegi dissimularique non potuit. Pompeius enim rescripserat: sese rem in summum periculum deducturum non esse, neque suo consilioaut voluntate Domitium se in oppidum Corfinium contulisse; proinde, si qua fuisset facultas, ad se cum omnibus copiis veniret. Id ne fieri posset, obsidione atque oppidi circummunitione fiebat. Leída la carta de Pompeyo, Domicio, disimulando, anuncia en el consejo que Pompeyo vendrá rápidamente en su ayuda, y les exhorta a que no se desanimen y a que preparen todo lo que sea útil para la defensa de la ciudad. Pero secretamente habla con algunos amigos y decide emprender la huida. Como la expresión del rostro de Domicio no estaba de acuerdo con sus palabras y obraba con más temor y desconfianza que en los días precedentes, como conferenciaba frecuentemente en secreto con los suyos para aconsejarse, lo que no hacía habitualmente, y como evitaba los grupos y reuniones, la verdad no pudo encubrirse y ocultarse más tiempo. En efecto, Pompeyo le había contestado que no estaba dispuesto a llevar la situación a un grave peligro y que él no le había dado ni el consejo ni la orden de encerrarse en Corfinio; por consiguiente, si encontraba alguna posibilidad, que se uniera a él con todas sus tropas. Era imposible cumplir esta orden por el asedio y cerco de la ciudad. [20] Divulgato Domiti consilio milites, qui erant Corfinii, prima vesperi secessionem faciunt atque ita inter se per tribunos militum centurionesque atque honestissimos sui generis colloquuntur: obsideri se a Caesare, opera munitionesque prope esse perfectas; ducem suum Domitium, cuius spe atque fiducia permanserint, proiectis omnibus fugae consilium capere: debere se suae salutis rationem habere. Ab his primo Marsi dissentire incipiunt eamque oppidi Divulgado el propósito de Domicio, los soldados que estaban en Corfinio se amotinan al atardecer y por boca de los tribunos, centuriones y soldados más distinguidos, hablan de este modo: que estaban cercados por César, que las obras de fortificación estaban casi terminadas, que su jefe Domicio, en quien tenían puesta su esperanza y confianza, traicionando a todos, tenía el propósito de huir?, también ellos debían pensar en salvarse. Al principio los marsos están en desacuerdo con éstos y ocupan la parte de partem, quae munitissima videretur, occupant, tantaque inter eos dissensio exsistit, ut manum conserere atque armis dimicare conentur; post paulo tamen internuntiis ultro citroque missis quae ignorabant, de L. Domiti fuga, cognoscunt. Itaque omnes uno consilio Domitium productum in publicum circumsistunt et custodiunt legatosque ex suo numero ad Caesarem mittunt: sese paratos esse portas aperire, quaeque imperaverit facere et L. Domitium vivum in eius potestati tradere. la ciudad que parecía mejor fortificada, y se produce tal disensión entre ellos que intentan venir a las manos y acudir a las armas; sin embargo, al poco tiempo, por medio de mensajeros enviados de una a otra parte, se informan del propósito de huida de Domicio, que ignoraban. Así pues, todos de común acuerdo, sacan a Domicio, le rodean y custodian, y de entre ellos mismos envían legados a César y le dicen: que están dispuestos a abrir las puertas, a cumplir sus órdenes y a entregarle vivo a Domicio. [21] Quibus rebus cognitis Caesar, etsi magni interesse arbitrabatur quam primum oppido potiri cohortesque ad se in castra traducere, ne qua aut largitionibus aut animi confirmatione aut falsis nuntiis commutatio fieret voluntatis, quod saepe in bello parvis momentis magni casus intercederent, tamen veritus, ne militum introitu et nocturni temporis licentia oppidum diriperetur, eos, qui venerant, collaudat atque in oppidum dimittit, portas murosque adservari iubet. Ipse eis operibus, quae facere instituerat, milites disponit non certis spatiis intermissis, ut erat superiorum dierum consuetudo, sed perpetuis vigiliis stationibusque, ut contingant inter se atque omnem munitionem expleant; tribunos militum et praefectos circummittit atque hortatur, non solum ab eruptionibus caveant, sed etiam singulorum hominum occultos exitus adservent. Neque vero tam remisso ac languido animo quisquam omnium fuit, qui ea nocte conquieverit. Tanta erat summae rerum exspectatio, ut alius in aliam partem mente atque animo traheretur, quid ipsis Corfiniensibus, quid Domitio, quid Lentulo, quid reliquis accideret, qui quosque eventus exciperent. Al tener conocimiento de esto, César, aunque consideraba de gran importancia apoderarse cuanto antes de la ciudad e incorporar a su ejército las cohortes que la ocupaban, no fuera a ser que cambiara su determinación por dádivas, por haberse reanimado o por recibir falsas noticias (porque con frecuencia en la guerra pequeñas causas producen grandes efectos), sin embargo, temiendo que la ciudad fuera saqueada al aprovechar los soldados la ventaja de entrar de noche, felicita a los que habían venido, los envía de nuevo a la ciudad y les ordena que guarden puertas y muros. Coloca los soldados en las obras que había hecho, pero no a intervalos determinados, como acostumbraba en días anteriores, sino en una línea continua de puestos y centinelas de forma que estén en contacto entre sí y cubran toda la fortificación; envía de unos puntos a otros a los tribunos militares y prefectos y les exhorta no solamente a que vigilen las salidas en grupo, sino también a que presten atención a las evasiones de personas aisladas. Y ciertamente no hubo nadie de espíritu tan débil e indolente que fuera capaz de dormir aquella noche. Era tan grande la expectación por el resultado de los acontecimientos, que su espíritu se debatía en diferentes suposiciones sobre la· suerte de los corfinienses, de Domicio, de Léntulo y los demás, y sobre la fortuna que correría cada uno. [22] Quarta vigilia circiter Lentulus Spinther de muro cum vigiliis custodibusque nostris colloquitur; velle, si sibi fiat potestas, Caesarem convenire. Facta potestate ex oppido mittitur, neque ab eo prius Domitiani milites discedunt, quam in conspectum Caesaris deducatur. Cum eo de salute sua agit, orat atque obsecrat, ut sibi parcat, veteremque amicitiam commemorat Caesarisque in se beneficia exponit; quae erant maxima: quod per eum in collegium pontificum venerat, quod provinciam Hispaniam ex praetura habuerat, quod in petitione consulatus erat sublevatus. Cuius orationem Caesar interpellat: se non maleficii causa ex provincia egressum, sed uti se a contumeliis inimicorum defenderet, ut tribunos plebis in ea re ex civitate expulsos in suam dignitatem restitueret, ut se et populum Romanum factione paucorum oppressum in libertatem vindicaret. Cuius oratione confirmatus Lentulus, ut Aproximadamente al amanecer, Léntulo Espínter habla desde el muro con nuestros centinelas y puestos, pidiendo que se le permita entrevistarse con César. Concedido el permiso, se le deja salir de la ciudad, pero sin abandonarle los soldados de Domicio hasta dejarle en presencia de César. Trata con éste de su propia vida; pide y suplica que le perdone, le recuerda su antigua amistad y los grandes beneficios que había recibido de César: por él había entrado en el colegio de los pontífices, por él había obtenido la provincia de Hispania al terminar su cargo de pretor, había sido ayudado por él en su candidatura al consulad. César interrumpe su discurso diciendo que él no había salido de su provincia para hacer daño a nadie, sino para defenderse de las afrentas de sus enemigos, para restituir en su dignidad a los tribunos de la plebe expulsados de Roma por esta disputa y para devolver la libertad a sí mismo y al pueblo romano, oprimido por un grupo. Animado por estas palabras, Léntulo pide que le permita regresar a la ciudad, in oppidum reverti liceat, petit: quod de sua salute impetraverit, foreetiam reliquis ad suam spem solatio; adeo esse perterritos nonnullos, ut suae vitae durius consulere cogantur. Facta potestate discedit. manifestándole que el haber conseguido su perdón alentaría la esperanza de los demás, pues algunos estaban tan atemorizados que se sentían impulsados a atentar contra su propia vida. Concedido el permiso, se marcha. [23] Caesar, ubi luxit, omnes senatores senatorumque liberos, tribunos militum equitesque Romanos ad se produci iubet. Erant quinquaginta; ordinis senatorii L. Domitius, P. Lentulus Spinther, L. Caecilius Rufus, Sex. Quintilius Varus quaestor, L. Rubrius; praeterea filius Domiti aliique complures adulescentes et magnus numerus equitum Romanorum et decurionum, quos ex municipiis Domitius evocaverat. Hos omnes productos a contumeliis militum conviciisque prohibet; pauca apud eos loquitur, [queritur] quod sibi a parte eorum gratia relata non sit pro suis in eos maximis beneficiis; dimittit omnes incolumes. HS |LX|, quod advexerat Domitius atque in publico deposuerat, allatum ad se ab IIII viris Corfiniensibus Domitio reddit, ne continentior in vita hominum quam in pecunia fuisse videatur, etsi eam pecuniam publicam esse constabat datamque a Pompeio in stipendium. Milites Domitianos sacramentum apud se dicere iubet atque eo die castra movet iustumque iter conficit VII omnino dies ad Corfinium commoratus, et per fines Marrucinorum, Frentranorum, Larinatium in Apuliam pervenit. Al amanecer, César ordena que sean llevados a su presencia todos los senadores, hijos de senadores, tribunos militares y caballeros romanos. Estaban allí los siguientes senadores: Lucio Domicio, Publio Léntulo Espínter, Lucio Cecilio Rufo, Sexto Quintilio Varo, cuestor, y Lucio Rubrio; además, el hijo de Domicio y otros muchos jóvenes y gran número de caballeros romanos y decuriones que Domicio había llevado de los municipios. Llevados todos a su presencia, les protege de los insultos y afrentas de los soldados; les dirige algunas palabras reprochándoles que no hayan correspondido a los grandes beneficios que les había hecho; y después deja a todos en libertad. Seis millones de sestercios que Domicio había traído y depositado en el tesoro público, cantidad que le había sido entregada a César por los duúnviros de Corfinio, la devolvió a Domicio, temiendo que se le considerara más moderado en perdonar la vida que en apoderarse del dinero, aunque sabía con certeza que aquella cantidad era del Estado y que Pompeyo la había entregado para pagar a los soldados. Hizo prestar juramento ante él a los soldados de Domicio, y aquel mismo día levantó el campamento, caminó una etapa ordinaria, después de haberse detenido en total siete días en Corfinio, Y llegó a Apulia a través del territorio de los marrucinos, frentanos y larinates. [24] Pompeius his rebus cognitis, quae erant ad Corfinium gestae, Luceria proficiscitur Canusium atque inde Brundisium. Copias undique omnes ex novis dilectibus ad se cogi iubet; servos, pastores armat atque eis equos attribuit; ex his circiter CCC equites conficit. L. Manlius praetor Alba cum cohortibus sex profugit, Rutilius Lupus praetor Tarracina cum tribus; quae procul equitatum Caesaris conspicatae, cui praeerat Vibius Curius, relicto praetore signa ad Curium transferunt atque ad eum transeunt. Item reliquis itineribus nonnullae cohortes in agmen Caesaris, aliae in equites incidunt. Reducitur ad eum deprensus ex itinere N. Magius Cremona, praefectus fabrum Cn. Pompei. Quem Caesar ad eum remittit cum mandatis: quoniam ad id tempus facultas colloquendi non fuerit, atque ipse Brundisium sit venturus, interesse rei publicae et communis salutis se cum Pompeio colloqui; neque vero idem profici longo itineris spatio, cum per alios condiciones ferantur, ac si coram de omnibus condicionibus disceptetur. Al conocer Pompeyo lo sucedido en Corfinio, se dirige desde Luceria a Canusio, y desde allí a Brindis. Ordena que se le junten las tropas alistadas en todas partes en las nuevas levas; arma a los esclavos y pastores, y les da caballos; forma con ellos unos trescientos jinetes. El pretor Lucio Manlio huye de Alba con seis cohortes, el pretor Rutilio Lupo, de Tarracina con tres; estas tropas, al ver de lejos a la caballería de César, mandada por Vibio Curio, abandonan al pretor, transfieren sus enseñas a Curio y se pasan a él. Igualmente en las marchas siguientes algunas cohortes se topan con el grueso del ejército de César, otras con su caballería. Es llevado a su presencia, hecho prisionero en el camino, Numerio Magio, de Cremona, prefecto de las tropas de ingenieros de Gneo Pompeyo. César lo envía de nuevo a Pompeyo con la misión de decirle que, como hasta aquel momento no había habido posibilidad de entrevistarse y él mismo tenia el propósito de ir a Brindis, era de interés para la república y para la paz general, que él conferenciara con Pompeyo, pues no se consigue el mismo resultado cuando se hacen las proposiciones a gran distancia por medio de emisarios, que cuando se trata frente a frente de todas las condiciones. [25] His datis mandatis Brundisium cum legionibus VI pervenit, veteranis III et reliquis, quas ex novo dilectu confecerat atque in itinere compleverat; Domitianas enim cohortes protinus a Corfinio in Siciliam miserat. Reperit consules Dyrrachium Entregadas estas instrucciones, se dirige César a Brindis con seis legiones, tres veteranas y las restantes formadas con la nueva leva y completadas en el camino, pues había enviado inmediatamente desde Corfinio a Sicilia las cohortes de Domicio. Se entera de que los cónsules han profectos cum magna parte exercitus, Pompeium remanere Brundisii cum cohortibus viginti; neque certum inveniri poterat, obtinendine Brundisii causa ibi remansisset, quo facilius omne Hadriaticum mare ex ultimis Italiae partibus regionibusque Graeciae in potestate haberet atque ex utraque parte bellum administrare posset, an inopia navium ibi restitisset, veritusque ne ille Italiam dimittendam non existimaret, exitus administrationesque Brundisini portus impedire instituit. Quorum operum haec erat ratio. Qua fauces erant angustissimae portus, moles atque aggerem ab utraque parte litoris iaciebat, quod his locis erat vadosum mare. Longius progressus, cum agger altiore aqua contineri non posset, rates duplices quoquoversus pedum XXX e regione molis collocabat. Has quaternis ancoris ex IIII angulis destinabat, ne fluctibus moverentur. His perfectis collocatisque alias deinceps pari magnitudine rates iungebat. Has terra atque aggere integebat, ne aditus atque incursus ad defendendum impediretur. A fronte atque ab utroque latere cratibus ac pluteis protegebat; in quarta quaque earum turres binorum tabulatorum excitabat, quo commodius ab impetu navium incendiisque defenderet. marchado a Durazo con gran parte del ejército y que Pompeyo permanece en Brindis con veinte cohortes; y no podía saberse con certeza si se había quedado allí para retener Brindis en su poder y dominar así más fácilmente todo el mar Adriático desde las costas de Italia y la región opuesta de Grecia y poder hacer la guerra desde ambas partes, o si se había quedado por falta de naves; temiendo César que Pompeyo pensara no abandonar Italia decidió cortar la salida y el tráfico del puerto de Brindis. El proyecto de las obras era el siguiente: en la parte más estrecha de la boca del puerto iba colocando un dique de tierra partiendo de ambas orillas, pues el mar era allí vadeable. Al progresar la obra y no poder continuarse el terraplén por laprofundidad del agua, colocaba en el extremo de cada uno de los diques balsas de treinta pies de lado 108. Las sujetaba por los cuatro ángulos con cuatro anclas para que no fueran movidas por las olas. Terminadas y colocadas éstas, les unía a continuación otras balsas de igual magnitud. Cubría estas balsas con tierra y material a fin de facilitar el rápido acceso para defenderlas; protegía el frente y ambos lados con zarzo s y manteletes; cada cuatro balsas levantaba torres de dos pisos para defenderlas más fácilmente contra los ataques de las naves y los incendios. [26] Contra haec Pompeius naves magnas onerarias, quas in portu Brundisino deprehenderat, adornabat. Ibi turres cum ternis tabulatis erigebat easque multis tormentis et omni genere telorum completas ad opera Caesaris adpellebat, ut rates perrumperet atque opera disturbaret. Sic cotidie utrimque eminus fundis, sagittis reliquisque telis pugnabatur. Atque haec Caesar ita administrabat, ut condiciones pacis dimittendas non existimaret; ac tametsi magnopere admirabatur Magium, quem ad Pompeium cum mandatis miserat, ad se non remitti, atque ea res saepe temptata etsi impetus eius consiliaque tardabat, tamen omnibus rebus in eo perseverandum putabat. Itaque Caninium Rebilum legatum, familiarem necessariumque Scriboni Libonis, mittit ad eum colloquii causa; mandat, ut Libonem de concilianda pace hortetur; imprimis, ut ipse cum Pompeio colloqueretur, postulat; magnopere sese confidere demonstrat, si eius rei sit potestas facta, fore, ut aequis condicionibus ab armis discedatur. Cuius rei magnam partem laudis atque existimationis ad Libonem perventuram, si illo auctore atque agente ab armis sit discessum. Libo a colloquio Canini digressus ad Pompeium proficiscitur. Paulo post renuntiat, quod consules absint, sine illis non posse agi de compositione. Ita saepius rem frustra temptatam Caesar aliquando dimittendam sibi iudicat et de bello agendum. Para hacer frente a esto Pompeyo equipaba grandes naves de carga que había encontrado en el puerto de Brindis. Construía en ellas torres de tres pisos y llenándolas de muchas máquinas de guerra y de toda clase de armas arrojadizas, las lanzaba contra las obras de César a fin de romper la línea de balsas e interrumpir los trabajos. Así pues, se luchaba diariamente por ambas partes desde lejos con hondas, saetas y demás dardos. César llevaba a cabo estas operaciones sin pensar en abandonar las negociaciones de paz; y aunque le extrañaba mucho que no se le hubiera enviado de nuevo a Magio, a quien había enviado con una misión para Pompeyo, y aunque la repetición de estas tentativas retardaba su impulso y sus planes, sin embargo pensaba que debía perseverar en este intento por todos los medios. Así pues, envía allegado Caninio Rébilo, amigo y pariente de Escribonio Libón, a conferenciar con éste; le encarga que exhorte a Libón a interesarse en la paz; pide especialmente que se le concierte una entrevista con Pompeyo; le indica que él tiene gran confianza en que, si esta entrevista tiene lugar, terminará la guerra con un tratado justo; gran parte de la gloria y alabanza de este hecho recaería sobre Libón, si por su iniciativa y mediación se abandonan las armas. Al terminar de hablar con Caninio, Libón se dirige a Pompeyo. Poco después le contesta que los cónsules están ausentes y que sin ellos no se puede tratar sobre la paz. Así pues, habiendo intentado en vano tantas veces la misma cosa, César decide abandonarla de una vez y hacer la guerra. [27] Prope dimidia parte operis a Caesare effecta diebusque in ea re consumptis VIIII naves a consulibus Dyrrachio remissae, quae priorem Casi terminada ya la mitad de la obra de César e invertidos en ella nueve días, vuelven a Brindis, enviadas por los cónsules desde Durazo, las naves que habían transportado partem exercitus eo deportaverant, Brundisium revertuntur. Pompeius sive operibus Caesaris permotus sive etiam quod ab initio Italia excedere constituerat, adventu navium profectionem parare incipit et, quo facilius impetum Caesaris tardaret, ne sub ipsa profectione milites oppidum irrumperent, portas obstruit, vicos plateasque inaedificat, fossas transversas viis praeducit atque ibi sudes stipitesque praeacutos defigit. Haec levibus cratibus terraque inaequat; aditus autem atque itinera duo, quae extra murum ad portum ferebant, maximis defixis trabibus atque eis praeacutis praesepit. His paratis rebus milites silentio naves conscendere iubet, expeditos autem ex evocatis, sagittariis funditoribusque raros in muro turribusque disponit. Hos certo signo revocare constituit, cum omnes milites naves conscendissent, atque eis expedito loco actuaria navigia relinquit. allí la primera parte del ejército. Pompeyo, bien atemorizado por las obras de César, bien porque desde un principio hubiera decidido abandonar Italia, a la llegada de las naves empezó a preparar la marcha; y para retardar con más facilidad la entrada de César y evitar que sus soldados irrumpieran en la ciudad en el mismo momento de su marcha, obstruye las puertas, levanta obras en calles y plazas, construye fosos transversales en las calles y clava en ellos estacas y palos puntiagudos; los disimula con zarzas poco consistenles cubiertos de tierra; además interrumpió los accesos y los dos caminos que llevaban al puerto desde extramuros con zrandes estacas puntiagudas clavadas en tierra. Una vez preparado todo esto, ordena embarcar en silencio a los soldados, coloca en el muro y en las torres, a grandes intervalos, algunos soldados sin bagaje elegidos entre los reenganchados, arqueros y honderos. Acordó llamarlos con una señal convenida cuando todos los soldados hubieran embarcado y les dejó naves ligeras en un lugar conveniente. [28] Brundisini Pompeianorum militum iniuriis atque ipsius Pompei contumeliis permoti Caesaris rebus favebant. Itaque cognita Pompei profectione concursantibus illis atque in ea re occupatis vulgo ex tectis significabant. Per quos re cognita Caesar scalas parari militesque armari iubet, ne quam rei gerendae facultatem dimittat. Pompeius sub noctem naves solvit. Qui erant in muro custodiae causa collocati, eo signo, quod convenerat, revocantur notisque itineribus ad naves decurrunt. Milites positis scalis muros ascendunt, sed moniti a Brundisinis, ut vallum caecum fossasque caveant, subsistunt et longo itinere ab his circumducti ad portum perveniunt duasque naves cum militibus, quae ad moles Caesaris adhaeserant, scaphis lintribusque reprehendunt, reprehensas excipiunt. Los habitantes de Brindis, inducidos por las injurias de los soldados pompeyanos y las afrentas del mismo PoÍnpeyo, eran partidarios de César. Así pues, al conocer la marcha de Pompeyo, cuando aún los soldados andaban de un lado para otro y estaban ocupados en los preparativos de marcha, hicieron señales por todas partes desde los tejados. Informado por ellos, César manda preparar las escalas y tomar las armas para no perder aquella ocasión. Pompeyo se hace a la mar al anochecer. Los soldados que habían sido dejados para la custodia del muro son llamados con el signo convenido y por caminos conocidos se dirigen corriendo a las naves. Los soldados de César, colocando las escalas, pasan el muro, pero, advertidos por los habitantes de Brindis de que tengan cuidado con la estacada oculta y los fosos, se detienen, y, conducidos por ellos, dando un gran rodeo, llegan al puerto y con lanchas y barcas alcanzan y se apoderan de dos naves llenas de soldados que habían quedado detenidas en los diques hechos por César. [29] Caesar etsi ad spem conficiendi negotii maxime probabat coactisnavibus mare transire et Pompeium sequi, priusquam ille sese transmarinis auxiliis confirmaret, tamen eius rei moram temporisque longinquitatem timebat, quod omnibus coactis navibus Pompeius praesentem facultatem insequendi sui ademerat. Relinquebatur, ut ex longinquioribus regionibus Galliae Picenique et a freto naves essent exspectandae. Id propter anni tempus longum atque impeditum videbatur. Interea veterem exercitum, duas Hispanias confirmari, quarum erat altera maximis beneficiis Pompei devincta, auxilia, equitatum parari, Galliam Italiamque temptari se absente nolebat. Aunque César consideraba lo más conveniente para terminar la guerra, reunir naves, atravesar el mar y seguir a Pompeyo antes de que éste pudiera reforzarse con tropas del otro lado del mar, sin embargo temía el retraso y la gran cantidad de tiempo que exigía este plan, porque Pompeyo, al llevarse todas las naves, le había quitado la posibilidad de seguirle en aquel momento. Le quedaba el recurso de esperar la llegada de naves de las alejadas regiones de la Galia, Piceno y el estrecho de Mesina. Dada la estación del año, esto parecía largo y dificil. Además no quería que durante su ausencia se alentara al antiguo ejército pompeyano y a las dos Hispanias (una de las cuales estaba unida a Pompeyo por los grandes beneficios recibidos), que se organizaran refuerzos y caballería y que se intentara una acción sobre la Galia e Italia. [30] Itaque in praesentia Pompei sequendi rationem omittit, in Hispaniam proficisci constituit: duumviris municipiorum omnium imperat, ut naves conquirant Brundisiumque deducendas curent. Mittit in Sardiniam cum legione una Valerium legatum, in Siciliam Curionem pro praetore cum legionibus duabus; eundem, cum Siciliam recepisset, protinus in Africam traducere exercitum iubet. Sardiniam obtinebat M. Cotta, Siciliam M. Cato; Africam sorte Tubero obtinere debebat. Caralitani, simul ad se Valerium mitti audierunt, nondum profecto ex Italia sua sponte Cottam ex oppido eiciunt. Ille perterritus, quod omnem provinciam consentire intellegebat, ex Sardinia in Africam profugit. Cato in Sicilia naves longas veteres reficiebat, novas civitatibus imperabat. Haec magno studio agebat. In Lucanis Brutiisque per legatos suos civium Romanorum delectus habebat, equitum peditumque certum numerum a civitatibus Siciliae exigebat. Quibus rebus paene perfectis adventu Curionis cognito queritur in contione sese proiectum ac proditum a Cn. Pompeio, qui omnibus rebus imparatissimis non necessarium bellum suscepisset et ab se reliquisque in senatu interrogatus omnia sibi esse ad bellum apta ac parata confirmavisset. Haec in contione questus ex provincia fugit. Así pues, abandona de momento el propósito de seguir a Pompeyo y decide dirigirse a Hispania; ordena a los duunviros de todos los municipios que procuren naves y se encarguen de llevarlas a Brindis. Envía a Cerdeña con una legión al legado Valerio, a Sicilia con tres legiones al propretor Curión; ordena a éste que después de ocupada Sicilia pase inmediatamente. el ejército a África. Gobernaba Cerdeña Marco Cota, Sicilia, Marco Catón; según decidido por sorteo, debía gobernar África Tuberón. Los caralitanos tan pronto como tuvieron noticia de que se les enviaba a Valerio, cuando aún no había partido de Italia, expulsan a Cota de la ciudad por propia iniciativa. Atemorizado éste, porque sabía que toda la provincia estaba de acuerdo, huye de Cerdeña a África. En Sicilia Catón reparaba las naves de guerra viejas y mandaba construir otras a las ciudades. Se entregaba a esta ocupación con todo afán. Por medio de sus legados hacía levas de ciudadanos romanos en Lucania y Brutio y exigía a las ciudades de Sicilia determinado número de jinetes e infantes. Cuando casi estaban terminados estos preparativos, se entera de la llegada de Curión y se queja en la asamblea de que había sido abandonado y traicionado por Pompeyo que, sin haber hecho preparativo alguno, había emprendido una guerra innecesaria y que, al preguntarle en el senado él y los demás senadores, había asegurado que tenía dispuesto y preparado todo para la guerra. Habiendo expuesto estas quejas en la asamblea, huyó de la provincia. [31] Nacti vacuas ab imperiis Sardiniam Valerius, Curio Siciliam, cum exercitibus eo perveniunt. Tubero cum in Africam venisset, invenit in provincia cum imperio Attium Varum; qui ad Auximum, ut supra demonstravimus, amissis cohortibus protinus ex fuga in Africam pervenerat atque eam sua sponte vacuam occupaverat delectuque habito duas legiones effecerat, hominum et locorum notitia et usu eius provinciae nactus aditus ad ea conanda, quod paucis ante annis ex praetura eam provinciam obtinuerat. Hic venientem Uticam navibus Tuberonem portu atque oppido prohibet neque adfectum valetudine filium exponere in terra patitur, sed sublatis ancoris excedere eo loco cogit. Encontrando Valerio abandonada por su gobernador Cerdeña y Curión, Sicilia, entran en ellas con sus ejércitos. Tuberón a su llegada a África encuentra en el gobierno de la provincia a Atio Varo, que después de haber perdido sus cohortes en Áuximo, como ya hemos dicho, huyó directamente a África y al encontrarla sin mando la había ocupado por su propia iniciativa; por medio de una leva había formado dos legiones, encontrando facilidades para sus intentos por el conocimiento de personas y lugares y la experiencia en el gobierno de aquella provincia, pues la había gobernado pocos años antes al terminar su cargo de pretor. Al llegar Tuberón a Útica con sus naves, le prohíbe la entrada en el puerto y en la ciudad y ni siquiera consiente que desembarque su hijo que estaba enfermo, sino que le obliga a levar anclas y abandonar aquel lugar. [32] His rebus confectis Caesar, ut reliquum tempus a labore intermitteretur, milites in proxima municipia deducit; ipse ad urbem proficiscitur. Coacto senatu iniurias inimicorum commemorat. Docet se nullum extraordinarium honorem appetisse, sed exspectato legitimo tempore consulatus eo fuisse contentum, quod omnibus civibus pateret. Latum ab X tribunis plebis contradicentibus inimicis, Catone vero acerrime repugnante et pristina consuetudine dicendi mora dies extrahente, ut sui ratio absentis haberetur, ipso consule Pompeio; qui si improbasset, cur ferri passus esset? Si probasset, cur se uti populi beneficio prohibuisset? Patientiam proponit suam, Terminadas estas acciones, César reparte sus soldados en los próximos municipios para que descansaran algún tiempo. Él mismo marcha a Roma. Reunido el senado, expone las injurias de sus enemigos. Dice que él no ha buscado ningún cargo extraordinario, sino que, habiendo esperado el plazo legal para solicitar el consulado, se había contentado con lo que estaba permitido a todos los ciudadanos. Con gran oposición por parte de los enemigos, y especialmente de Catón, que según su tradicional costumbre había empleado varios días en exponer su opinión, los diez tribunos de la plebe habían propuesto que se tuviera en cuenta la candidatura de César aun en su ausencia; este debate había tenido lugar siendo cónsul el mismo Pompeyo: si éste lo desaprobaba ¿por qué permitió cum de exercitibus dimittendis ultro postulavisset; in quo iacturam dignitatis atque honoris ipse facturus esset. Acerbitatem inimicorum docet, qui, quod ab altero postularent, in se recusarent, atque omnia permisceri mallent, quam imperium exercitusque dimittere. Iniuriam in eripiendis legionibus praedicat, crudelitatem et insolentiam in circumscribendis tribunis plebis; condiciones a se latas, expetita colloquia et denegata commemorat. Pro quibus
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