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REUNIMOS INFORMACIÓN SOBRE EL AUTOR Y LA OBRA Nos encontramos frente a una obra de arte en forma de pintura titulada El Tránsito de la Virgen. Se trata de un cuadro de pequeño tamaño (54 cm X 42 cm) pintado al temple sobre tabla y fechado hacia 1462. Su autor es Andrea Mantegna, un pintor de la ciudad de Padua (Italia) que vivió entre 1430 y 1506. Realizó sus estudios y formación en un taller de su ciudad y, posteriormente, se trasladó a Venecia, una ciudad rica y poderosa donde los artistas podían ganarse mejor la vida gracias al gran número de clientes que podían tener. En 1461 comenzó a trabajar para Ludovico Gonzaga, a cuyo servicio permaneció hasta su muerte. A cambio de su trabajo, Andrea Mantegna recibía un sueldo, vivienda, alimentos y diversos honores, como el título de conde. ANALIZAMOS EL CUADRO EL TEMA que Andrea Mantegna nos presenta en su cuadro es religioso y representa el tránsito o dormición de la Virgen María, de acuerdo a lo que la tradición católica explica: la Virgen no murió, simplemente se durmió mientras su alma ascendía al cielo. La Virgen aparece tumbada en la cama, rodeada de los apóstoles que rezan, ahúman con incienso el cuerpo sin vida y llevan cirios encendidos. LA COMPOSICIÓN de la obra o escena está construida en torno a la figura central de la Virgen, en torno a la cual quedan repartidos de manera armónica y equilibrada el resto de los personajes. El autor crea una sensación de profundidad mediante diferentes técnicas como reducir el tamaño de los personajes a medida que se van alejando del primer plano. Incluso la posición de los pies y ropas de cada uno está pensada para reforzar una falsa ilusión de profundidad y el volumen de las figuras. Además, el pintor usa otros recursos como la gran ventana central, tras la cual se abre un amplio paisaje que dibuja complementando colores cálidos (rojo, amarillo…) y fríos (verde, azul, gris…). EXTRAEMOS CONCLUSIONES A partir del análisis de este cuadro podemos concluir que el estilo artístico propio de los siglos XV y XVI llamado Renacimiento buscaba sobre todo representar la belleza, la perfección y el equilibrio, para lo cual se inspiraban en los modelos de la Roma y Grecia clásicas, de acuerdo con los nuevos ideales del Humanismo. Tanto es así que Andrea Mantegna se atrevió a pintar un tema que, hasta entonces, había sido tabú para los cristianos: la muerte de la Virgen. Con ello intentaba naturalizar y humanizar a una de las figuras centrales de la Iglesia. Mantegna fue uno de los artistas más conocidos y afamados del Renacimiento ya que representaba a la perfección los ideales humanistas de la época. Junto a él, destacaron otros pintores como Rafael, Miguel Ángel y Leonardo da Vinci. De hecho, El Tránsito de la Virgen guarda muchos elementos comunes con obras mundialmente conocidas de estos autores como La Escuela de Atenas (Rafael) o los frescos de La Capilla Sixtina (Miguel Ángel).
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