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Cultura Andaluza: Conceito e Evolução

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Cultura Andaluza
Consejería de Educación y Ciencia
Dirección General de Promoción y Evaluación Educativa
EDITA: JUNTA DE ANDALUCÍA. CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN Y CIENCIA.
Dirección General de Promoción y Evaluación Educativa
I.S.B.N: 84-8051-163-X
84-8051-157-5 (Obra completa)
MAQUETA E IMPRIME: A. G. NOVOGRAF, S. A. (SEVILLA)
DEPÓSITO LEGAL: SE-1.533-95
Este libro está impreso en papel ecológico
ÍNDICE
PÁG.
LA CULTURA ANDALUZA EN LA EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA . . . . . . . . . . . . . 5
El Término “Cultura” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Cultura Andaluza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
La Cultura Andaluza en el contexto de una Sociedad Multicultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Cultura Andaluza y Currículum . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
La integración y el tratamiento de la Cultura Andaluza en el Área de Ciencias Sociales,
Geografía e Historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Cultura Andaluza en el Área de Ciencias de la Naturaleza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
HABLAS ANDALUZAS. EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
El Papel de las Hablas Andaluzas en el Aula. Los usos orales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
Origen y Clarificación de las Hablas Andaluzas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Características de las Hablas Andaluzas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Reflexiones para la Intervención Didáctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46
Propuesta Didáctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
Bibliografía Utilizada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
UNIDAD DIDÁCTICA: ¿DE QUÉ VIVIMOS?: LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS . . . . . . . . . . . 73
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
La Unidad Didáctica en el Diseño Curricular del Área . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76
Contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79
Metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
Evaluación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Propuesta de Actividades Secuenciadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Bibliografía (para el profesor) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
Cuaderno del Alumno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
Bibliografía (para el alumno) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132
Cuadernos de Recursos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
UNIDAD DIDÁCTICA: UN MODELO DE DESARROLLO EN LA AGRICULTURA ESPAÑOLA:
LA AGRICULTURA DE ALMERÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
La Unidad Didáctica en el Diseño Curricular del Área . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
Estrategia Didáctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
Evaluación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162
Referencias Bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
7
A pesar de su aparente sencillez no es estapalabra fácil de definir por la amplitud
de sus significados y por la ductilidad que, como
simple concepto, presenta. Pero es la piedra clave
de cualquier acercamiento hacia este ámbito
transversal que llamamos Cultura Andaluza y por
ello debemos de intentar aclarar algunos puntos
previos relativos al término. 
Cuando un concepto es usado en una sola
ciencia, quizás lo más sensato sea dejar que los
especialistas de esa disciplina se ocupen de su defi-
nición. Pero cuando se trata de nociones emplea-
das en varias ciencias distintas, no parece insensa-
to emplear un enfoque interdisciplinario. Es lo que
ocurre con la noción de cultura, utilizada en múlti-
ples disciplinas (antropología cultural, historia,
sociología, psicología, filosofía, arqueología, biolo-
gía, ...) y que, por tanto, requiere una conceptuali-
zación precisa y, a la vez, general y globalizadora,
multidisciplinar, en una palabra, lo cual no es tarea
fácil. El resultado puede, además, no convencer a
todo el mundo, pero puede permitirnos tener una
herramienta accesible y fácil de manejar.
1. ETIMOLOGÍA Y EVOLUCIÓN
DEL TÉRMINO “CULTURA”
De todas formas, comencemos por su etimo-
logía como académicamente se suele hacer,
siguiendo la exposición de Jesús Mosterín (“Filo-
sofía de la cultura”; Alianza Universidad).
El verbo latino “colere” significa originaria-
mente cultivar. La forma de supino de “colere” es
“cultum”, y de ella proviene la palabra cultura,
que en latín significa primariamente agricultura.
Así, “agri culturae” son las diversas formas de cul-
tivar el campo, y “cultura vitium” es el cultivo de
las viñas, por ejemplo. De ahí proceden palabras
castellanas como “viticultura”, “silvicultura”, etc.
El adjetivo latino “cultus” indica la propiedad
de un campo de estar cultivado. Todavía nosotros
llamamos incultos a los campos sin cultivar. Origi-
nariamente, pues, “cultura” quería decir agricul-
tura, y “culto”, cultivado. Es la primera acepción
que atribuye a esas palabras el Diccionario de la
Real Academia Española.
Quien cultiva un campo, lo cuida constante-
mente. De ahí que el sustantivo “cultus” adquirie-
se también el sentido de cuidado, y se aplicase a
las acciones con que los sacerdotes cuidaban a los
dioses, es decir, al culto que les rendían. Con esa
acepción pasó al castellano como “culto” religioso.
Posteriormente se abrió paso la metáfora que
compara el espíritu de un hombre rudo con un
campo sin cultivar, y su educación con el cultivo
de ese campo, y se empezó a hablar de “cultura
animi”, cultivo del alma. En el siglo XVII la metá-
fora se aplicó sobre todo al lenguaje. Quienes
hablaban o escribían con un estilo especialmente
cultivado (o rebuscado) se llamaban a sí mismos
“cultos” (sus detractores, en cambio, les decían
“culteranos”).
Dos siglos más tarde la palabra cultura era
asociada sobre todo con las actividades recreati-
vas con que las personas bien educadas entrete-
nían sus ocios: lectura de novelas, asistencia a
EL TÉRMINO “CULTURA”
conciertos y representaciones de teatro, visita de
exposiciones de pintura, etc.
En definitiva, se ha ido produciendo un corri-
miento semántico desde designar algo tan funda-
mental para la sociedad romana como la agricul-
tura, hasta acabar refiriéndose a algo tan superfi-
cial como los pasatiempos de la clase ociosa.
Esta concepción vulgar, romántica y superfi-
cial de la cultura fue posteriormente eclipsada, al
menos en el ámbito científico, por el uso que de
la palabra cultura han hecho los antropólogos,
con la que designan tanto las técnicas productivascomo las formas de organización social, las cre-
encias religiosas, los códigos morales, las costum-
bres, fiestas y pasatiempos.
2. “CULTURA”: UN CONCEPTO POLISÉMICO
El significado de la palabra cultura presenta
tres amplios campos semánticos, en cada uno de
los cuales su sentido tiene unas connotaciones dife-
rentes. Estos campos podríamos definirlos como el
del lenguaje usual y cotidiano, el de la ciencia his-
tórica y, por último, el de la antropología.
El concepto de “cultura” para el hombre
medio
En la lengua del hombre medio, culto pero
sin una especialización científica, su significado
puede estar recogido, con indiscutible autoridad,
en el Diccionario de la Real Academia de la Len-
gua Española, del cual anotamos dos definiciones
precisas de su última edición (1992): “Resultado o
efecto de cultivar los conocimientos humanos y
de afinarse por medio del ejercicio las facultades
intelectuales del hombre”. Se puede completar
muy bien con la definición utilizada en el Diccio-
nario de M. Moliner según la cual es “conjunto de
los conocimientos no especializados, adquiridos
por una persona mediante el estudio, las lecturas,
los viajes, etc”. Tanto en esta acepción como en la
de la Real Academia se refieren al patrimonio
específico de conocimientos que una persona ha
hecho suyo, con un significado semejante al grie-
go “paideia” o al latín “humanitas”. Tiene, por
tanto, un ámbito individual y no colectivo que no
nos interesa. 
La otra definición del Diccionario es “conjun-
to de modos de vida y costumbres, conocimientos
y grado de desarrollo artístico, científico, indus-
trial, en una época o grupo social”, que además
es muy similar a la definición que el mismo
Diccionario utiliza para la palabra civilización
(“conjunto de ideas, creencias religiosas, cien-
cias, técnicas, artes y costumbres, propias de un
determinado grupo humano”). Su ámbito es
colectivo y no individual y, por consiguiente, es el
que encaja bien en ese concepto de cultura que el
hombre medio de la calle aplicaría al conjunto
“Cultura Andaluza”, que quedaría así definida,
con mas o menos propiedad, como “el conjunto
de ideas, creencias religiosas, costumbres y cono-
cimientos científicos, literarios y artísticos de
Andalucía”. Es ésta la idea vaga, o intuitiva, que
cualquier persona, medianamente culta, tiene de
ese concepto. Sin embargo, como herramienta de
trabajo, esa definición es indudable que presenta
carencias importantes que no nos permitirían un
acercamiento sistemático a ese concepto. 
Buena prueba de esa enorme laxitud del con-
cepto es la cantidad de expresiones que circulan
en el lenguaje actual: “cultura popular”, “cultura
de masas”, “cultura de élite”, “cultura tradicio-
nal”, “cultura actual”, “contracultura”, “revolu-
ción cultural”, “patrimonio cultural”, “mercado
cultural”, “industria cultural”, “modelos cultura-
les”, “vida cultural”, “identidad cultural”, ... A
veces incluso desconcertantes: “la cultura del
paro”, “la cultura de la droga”, “la cultura del
miedo”, “la cultura del “pelotazo” ...
El concepto de “cultura” para las Ciencias
Históricas
En el campo de las ciencias históricas se ha
producido una identificación entre cultura y civi-
lización (en las lenguas en las que las dos pala-
bras están presentes) y a utilizarlas como sinóni-
mos, aunque con una ligera preferencia por el tér-
mino “civilización”. Dicha palabra es, sin embar-
8
Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria
go, bastante reciente, pues apenas tiene un par de
siglos de existencia. Fue durante la segunda mitad
del siglo XVIII, entre los escritores de la Ilustra-
ción, cuando apareció por primera vez. Para
aquellos pensadores, imbuidos de la fe en el pro-
greso del hombre y de la superioridad del mundo
en que vivían, en comparación con otras épocas
históricas y con otros pueblos, “civilización” sig-
nificaba el conjunto de adelantos promovidos por
el pensamiento y la ciencia de su época y por el
cultivo de las letras o de las artes. Era un concep-
to, pues, que se oponía a los hombres “rústicos” y
a los pueblos “salvajes” o primitivos a los que
consideraban no civilizados. 
En el transcurso del siglo XIX, el avance de
los estudios históricos así como la expansión de
los europeos por el mundo amplió de una mane-
ra extraordinaria los conocimientos que se tenían
sobre otros pueblos. La profundización en el
pasado de Egipto, de Grecia o de la Edad Media,
puso de manifiesto el alto nivel alcanzado duran-
te estas etapas. Al mismo tiempo, el contacto con
las tierras del Lejano Oriente mostraba la existen-
cia de formas de vida, de maneras de pensar o de
concepciones artísticas, que atrajeron el interés de
numerosos investigadores. A partir de este
momento ya no pudo limitarse el concepto de
civilización o cultura a los países europeos; había
que admitir la existencia de numerosas culturas lo
mismo en el pasado que en el presente. 
Pero el paso definitivo lo dieron los estudios
de la sociología, de la etnología y de la arqueolo-
gía, al mostrarnos la existencia de numerosos
pueblos, hasta entonces olvidados (sobre todo,
los llamados pueblos “primitivos”), pero cuyas
formas de vida, costumbres, leyes, creencias reli-
giosas, arte, etc., si bien diferentes de los nuestros,
constituían conjuntos a los cuales no podíamos
negar el nombre de “cultura” o “civilización”, ni
considerar despectivamente como inferiores. 
De esta forma cristaliza una definición de
“cultura” que puede quedar resumida en la que
recogemos del “Diccionario de términos históri-
cos y afines” (Ed. Istmo): “en sentido general,
aquello adquirido, contraponiéndose a lo innato;
incluye los conocimientos, las ideas, el arte, la
moral, el derecho, las costumbres y todas las
capacidades y actitudes que el hombre adquiere
como ser social, ya que la cultura sirve para cons-
tituir a las personas que la comparten en colecti-
vidad caracterizada”. 
Más explícita puede ser aún la definición que
da Gordon Childe en “La evolución social” (1973.
Madrid. Alianza, pág. 41): “Cultura es todo aquello
que los hombres adquieren de la educación, de la
sociedad humana, más que de la naturaleza o del
medio infrahumano. Incluye el lenguaje y la lógi-
ca, la religión y la filosofía, la moral y el derecho,
así como la fabricación y el uso de utensilios,
ropas, casas e incluso la selección de los alimentos
para comer. Los hombres deben aprender todo esto
de sus semejantes... Todas estas normas pertenecen
a la tradición colectiva, acumulada y conservada
por la sociedad en la que nace el ser humano”. 
La principal aportación de esta concepción de
la cultura es la introducción, como elemento funda-
mental, de su carácter social. La cultura es obra de
una sociedad determinada en un tiempo y un espa-
cio concreto. Por lo tanto, toda sociedad tiene una
cultura, sea cual sea su nivel histórico, de desarrollo
técnico, etc. Por esto es corriente la utilización en
Historia del término “sociedad” sustituyendo a los
de cultura o civilización por su mayor carácter glo-
balizador. Si decimos “cultura ibérica” es un térmi-
no mas concreto que el de Sociedad Ibérica y que
necesita quedar englobado dentro de éste. 
El concepto de “cultura”
para la Antropología Cultural
Siendo la Antropología Cultural “la ciencia
que estudia las culturas de los diversos grupos
humanos” podemos buscar en ella la última pala-
bra en cuanto a la acotación del significado de
este término.
Sin embargo, dos especialistas como C.
Kluckhohn y A. L. Kroeber (1952) reunieron mas
de doscientas definiciones de este concepto, lo
cual nos da idea de la dificultad de concretar la
extensión y valor de este término, aún para los
antropólogos. 
9
Cultura Andaluza
E.B. Tylor, en 1871, definía la cultura como
“ese complejo conjunto, esa totalidad que com-
prende los conocimientos, las creencias, el arte,
la moral, el derecho, la costumbre y cualquier
otra capacidad y hábito, adquirida por el hombre
en cuanto miembro de una sociedad” (“La cultu-
ra primitiva”). Es decir, “todas las actividades del
hombre adquiridasmediante el aprendizaje” (C.
Wissler) o “el conjunto de todas las actividades y
los productos no fisiológicos de las personas
humanas que no son automáticamente reflejos o
instintivos. Actividades condicionadas o aprendi-
das más los productos manufacturados produci-
dos por ellas” (A. L. Kroeber). 
Conclusión
El concepto de cultura que emplean los antro-
pólogos acogería así todas las actividades, proce-
dimientos, valores e ideas humanas, siempre que
éstas sean transmitidas por aprendizaje y no here-
dadas genéticamente. A partir de este punto, el
anteriormente citado J. Mosterín nos da una defi-
nición de cultura que, por su brevedad y sencillez,
puede ser altamente operativa: “cultura es la
información transmitida por aprendizaje social”,
aunque excesivamente escueta o esquemática.
Podemos, sin embargo, completarla con la
definición que la UNESCO en la Conferencia
Mundial sobre Políticas Culturales (México,
1982) incluía en el preámbulo de las actas: “la cul-
tura puede considerarse actualmente como el
conjunto de rasgos distintivos, espirituales y
materiales, intelectuales y afectivos que caracteri-
zan una sociedad o un grupo social. Ello englo-
ba, además de las artes y de las letras, los modos
de vida, los derechos fundamentales del ser
humano, los sistemas de valores”.
10
Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria
CULTURA ANDALUZA
1. CONCEPTO DE CULTURA ANDALUZA
¿Por qué Cultura Andaluza y no otro nombre?
El contenido de este eje transversal no puede ser
discutido porque ya en el propio Estatuto de
Autonomía viene recogido y fundamentado.
Si merece,en cambio, una reflexión el nom-
bre concreto que desde el primer momento se le
ha dado y que no ha sido cuestionado nunca,
aunque no es un nombre clásico en la tradición
ideológica del andalucismo. Ligado éste al nacio-
nalismo procedente del romanticismo y cuya
mejor cristalización es la del alemán Herder y su
“espíritu de los pueblos” no es de extrañar que se
utilizaran términos como el del “ideal andaluz”
(Blas Infante) u otros similares (como, por ejem-
plo, el “genio andaluz”). 
Posteriormente se concretó esa vaguedad ter-
minológica en una serie de palabras procedentes
de la Psicología, en este caso aplicadas a una
supuesta “psicología de los pueblos”. Así toman
carta de naturaleza el “carácter nacional”, el
“temperamento”, la “personalidad básica”, en
definitiva el “alma” que se supone corresponde a
un pueblo. La utilización de estas palabras, y otras
similares, por los movimientos fascistas, las hizo
entrar en desuso, unido además a su evidente
insustancialidad. 
En la década de los setenta de nuestro siglo se
prefieren términos en los que se implica un grado
de compromiso por parte del pueblo. Entonces se
adoptan vocablos como la “identidad”, la “con-
ciencia” o el “ser” andaluz, todavía muy ligados a
esa Psicología que ha sido la cantera de todas
estas palabras. 
Esta ligazón con la Psicología se corta a partir
de la aprobación de la Constitución Española
(1978) en la que, por primera vez en nuestra His-
toria, toma carta de naturaleza institucional la
palabra “cultura” que, por sorprendente que
pueda parecer, no había aparecido en ninguna de
las Constituciones anteriores (Jesús Prieto de
Pedro: “Cultura, culturas y constitución”. 1993.
Centro de Estudios Constitucionales), con la
excepción de la de 1931 (en el rótulo del capítulo
II del Título III “Familia, economía y cultura” y
en el artículo 11 “Si una o varias provincias limí-
trofes, con características históricas, culturales y
económicas, comunes, acordaran organizarse
en región autónoma...”).
Frente a este vacío, el sustantivo cultura y el
adjetivo cultural aparecen con gran profusión en
la Constitución de 1978 (Preámbulo, párrafos
cuarto y quinto, y en los artículos 9, 25, 44, 46, 48,
50, 143, 148 y 149), además de los conceptos rela-
cionados, directa o indirectamente, con el término
cultura en otros artículos.
Nuestra Constitución no hace sino recoger de
las organizaciones supranacionales de nuestro
siglo, como, por ejemplo, la UNESCO (el organis-
mo especializado de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura, creado en
1946) las aportaciones en defensa del reconoci-
miento de la diversidad cultural.
Recordemos como muestra el artículo 1º de la
Declaración de los Principios de Cooperación
Cultural Internacional, elaborado por la UNESCO
en 1966:
“1. Toda cultura tiene una dignidad y un
valor que deben ser respetados y protegidos.
“2. Todo pueblo tiene el derecho y el deber de
desarrollar su cultura.
“3. En su fecunda variedad, en su diversidad
y por la influencia recíproca que ejercen unas
sobre otras, todas las culturas forman parte del
patrimonio común de la humanidad”.
No menos importante (aunque posterior a la
elaboración de nuestra Constitución y de nuestro
Estatuto de Autonomía) es la declaración adopta-
da por la Conferencia Mundial sobre Políticas Cul-
turales (México, 1982) en el apartado “Identidad
Cultural”, que reproducimos por completo:
“1. Cada cultura representa un conjunto de
valores único e irreemplazable, ya que las tradi-
ciones y formas de expresión de cada pueblo
constituyen su manera mas lograda de estar pre-
sentes en el mundo.
2. La afirmación de la identidad cultural
contribuye, por ello, a la liberación de los pue-
blos. Por el contrario, cualquier forma de domi-
nación niega o deteriora dicha identidad.
3. La identidad es una riqueza que dinami-
za las posibilidades de relación de la especie
humana al movilizar a cada pueblo y a cada
grupo para nutrirse de su pasado y acoger los
aportes externos compatibles con su idiosincrasia
y continuar así el proceso de su propia creación.
4. Todas las culturas forman parte del patri-
monio común de la humanidad. La identidad
cultural de un pueblo se renueva y enriquece en
contacto con las tradiciones y valores de los
demás. La cultura es diálogo, intercambio de
ideas y experiencias, apreciación de otros valores
y tradiciones; se agota y muere en el aislamiento.
5. Lo universal no puede postularse en abs-
tracto por ninguna cultura en particular, surge
de la experiencia de todos los pueblos del mundo,
cada uno de los cuales afirma su identidad.
Identidad y diversidad cultural son indisociables.
6. Las peculiaridades culturales no obstaculi-
zan, sino que favorecen, la comunicación de los
valores universales que unen a los pueblos. De ahí
que constituya la esencia misma del pluralismo
cultural el reconocimiento de múltiples identidades
culturales allí donde coexisten diversas tradiciones.
7. La comunidad internacional considera
que es su deber velar por la preservación y la
defensa de la identidad cultural de cada pueblo.
8. Todo ello invoca políticas culturales que
protejan, estimulen y enriquezcan la identidad y
el patrimonio cultural de cada pueblo; además,
que establezcan el más absoluto respeto y aprecio
por las minorías culturales y por las otras cultu-
ras del mundo. La humanidad se empobrece
11
Cultura Andaluza
cuando se ignora o destruye la cultura de un
grupo determinado.
9. Hay que reconocer la igualdad y la digni-
dad de todas las culturas, así como el derecho de
cada pueblo y de cada comunidad cultural a
afirmar y preservar su identidad cultural y exigir
su respeto”.
De esta manera el término “cultura” se ha
trasladado del ámbito científico al político y ha
cobrado carta de naturaleza institucional. Nuestra
Constitución, y los Estatutos que surgen de ella,
han refrendado y desarrollado este nuevo campo.
No es de extrañar, por tanto, que cuando en
los años ochenta se ha de fijar un título para el
programa escolar correspondiente se haga uso de
ese término cogido de la Antropología y se le de
el título de Cultura Andaluza, con mucha menor
tradición en nuestra historia, pero que, sin duda
alguna, ha calado profundamente, de tal manera
que hoy no podríamos concebir otro. Pensar en
títulos, para ese programa escolar, como “Ideal
Andaluz” (del título de la obra de Blas Infante),
“Conciencia Andaluza” o “Identidad Andaluza”
(segúnlos términos utilizados en los años de rei-
vindicación autonomista), “Alma Andaluza” (de
amplio arraigo literario), resultarían, sin embargo,
mucho menos significativos, a pesar de la mucha
mayor tradición que esos términos poseen y del
evidente lustre histórico que arrastran. 
La razón de este salto lingüístico es clara.
Conseguido el reconocimiento político de nuestro
“carácter nacional” o de nuestra “identidad”
mediante el Estatuto de Autonomía es la hora de
estudiar, en la Escuela, esa “realidad” que nos
individualiza con respecto a las otras Comunida-
des y a la que tenemos el derecho y el deber de
conocer: nuestra cultura. 
Pero hay otras razones que se pueden aducir
y que nos darán nuevos elementos para valorar el
porqué de un nombre, con lo que podremos lle-
narlo aún mas de contenido.
Por un lado la puesta a punto de una ciencia
como es la Antropología que, en los últimos cua-
renta años, ha depurado sus métodos de análisis
para estudiar los elementos propios de una cultura.
Este instrumento científico nos ha permitido alejar-
nos de los espinosos caminos, que no conducían a
ninguna parte, de la reflexión sobre el “carácter
nacional”, tan querido en la primera mitad del siglo
XX, y en el que tan fácilmente se puede caer cuan-
do se trata de estudiar la peculiaridad de un pueblo.
En este sentido produce sorpresa recordar la
polémica que produjeron libros como “Los espa-
ñoles y cómo llegaron a serlo”, “España,un enig-
ma histórico”, “La España invertebrada”, “Los
españoles”, “España como problema”, “¿A qué lla-
mamos España?”, 
“Los españoles en la historia”, de algunos de
nuestros mas importantes intelectuales (por
supuesto, no se pone en duda el valor de su refle-
xión y de sus aportaciones). Y sin embargo, hoy,
ninguno de estos libros, ligados a esa reflexión
sobre el “carácter nacional” nos valdrían para
abordar el estudio de la cultura o culturas de
España y de sus Comunidades. 
Por otro lado, la evolución de la ciencia his-
toriográfica ha llevado a tomar como protagonista
a los pueblos, interrelacionando los distintos
aspectos de la vida de los mismos (economía,
sociedad, política, arte, etc) en un esfuerzo por
globalizar su estudio. Así se ha aceptado el térmi-
no “civilización” o “cultura” para designar a cada
una de esas grandes entidades protagonistas de la
Historia. De esta forma hablamos en Historia de
civilización (o cultura) egipcia, griega, maya,
china,... (recordemos que en el Bachillerato que
va a desaparecer existe una asignatura que se
llama Historia de las Civilizaciones). Igualmente
se ha aceptado el término de “culturas”, propia-
mente dichas, para designar, dentro de esas gran-
des civilizaciones, otras entidades que, formando
parte de ellas, tienen su propia identidad. 
Con lo cual tenemos ya el término apropiado,
cultura, con su propio aparato científico, la Antro-
pología, que nos da el marco adecuado para estu-
diar una cultura andaluza dentro de una cultura
española que, a su vez, forma parte de una civili-
zación europeo-occidental. 
12
Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria
Para terminar podríamos definir Cultura
Andaluza, parafraseando la definición genérica de
cultura, que daba el anterior secretario general de
la UNESCO, Sr. M’Bow (El País, 8-XI- 1987) como
la suma total de las actividades creadoras del pue-
blo andaluz, sus creencias, sus sufrimientos, su
trabajo y su ocio, sus sueños y sus éxitos.
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Cultura Andaluza
LA CULTURA ANDALUZA EN EL CONTEXTO DE UNA SOCIEDAD MULTICULTURAL
E s evidente que hasta hace relativamentepoco tiempo, el problema de la protec-
ción de las culturas de los grupos humanos era
exclusivamente un problema de “minorías cultu-
rales”, es decir, de grupos con escasa capacidad
de influencia en el Estado, con grados diversos de
marginación histórica, bien por problemas endó-
genos del propio Estado o por ser minorías
extranjeras que habían quedado incrustadas en el
ensamblaje de su estructura nacional.
Sin embargo, es claro que en esta segunda
mitad del siglo XX, este cuadro ha cambiado nota-
blemente. Por un lado la multiplicidad cultural del
espacio estatal se ha hecho evidente, alejándose
de cualquier modelo homogéneo y uniformizador
de la cultura. Y, por otro lado, porque las amena-
zas no son sólo para la cultura de esas minorías,
sino también para la cultura de esa “mayoría”,
que sufre la agresión de un proceso asimilador
“que protagoniza una pretendida cultura trans-
nacional que, a menudo camuflada tras el ropa-
je amable del universalismo, avasalla su identi-
dad colectiva y desculturaliza a los individuos
(...), en una suerte de minorización cultural
por no disfrutar de una posición fuerte en el flujo
mundial de difusión cultural a través de las
industrias culturales” (J. Prieto: “Cultura, cultu-
ras y constitución”). Recordemos, a modo de
ejemplo ilustrativo, las recientes conversaciones
sobre el GATT y la defensa por parte de la UE de
su industria cultural (finales de 1993).
Esta compleja realidad de la cultura ha exigi-
do, sin duda, nuevas respuestas. Sobre todo un
espíritu nuevo en el modo de afrontar la diversi-
dad cultural, como ya hemos visto en el ámbito
del derecho internacional (UNESCO) o en el
ámbito del derecho español (en nuestra Constitu-
ción y en sus correspondientes Estatutos de Auto-
nomía), tendente a desarrollar el desenvolvi-
miento fluido y armónico de la compleja realidad
cultural, porque son todas las identidades cultura-
les las que han de ser preservadas y puestas en
disposición de ser disfrutadas por los individuos.
Como dijo Levi-Strauss, lo importante es garanti-
zar la diversidad cultural y los mecanismos que
permitan la evolución hacia nuevas formas de
expresión cultural (“La mirada distante”, 1984.
Argos Vergara.).
Para terminar, con palabras del ya citado
Jesús Prieto, “un aspecto positivo de la compleji-
dad cultural actual se encuentra en el margen
de libertad que el individuo ha ganado al
determinismo cultural –así la tierra, así la
cultura– en que ha vivido antes la humanidad.
Hoy, aún sin olvidar el valor de sistema de pre-
organización del mundo que posee la cultura
materna, la capacidad de elegir adscripciones,
de hacerse su biografía cultural, es indudable-
mente mayor”.
Esta lucha por la diversidad cultural a partir
del conocimiento, amor y respeto de nuestra
propia cultura es lo que se pretende en el
Decreto 106/92, que incorpora la Cultura Anda-
luza al currículum de la Educación Secundaria
Obligatoria como eje transversal a las diferentes
áreas.
E l Decreto 193/1984, BOJA de 3 de Julio,aprobaba el temario y objetivos genera-
les a los que habrían de ceñirse las programa-
ciones experimentales sobre Cultura Andaluza, en
el ámbito de la Educación Primaria. La Consejería
de Educación y Ciencia incorporó así, en aquel
momento, el mandato contenido en el Estatuto de
Autonomía. Según el artículo 12, 3, 2 de éste, la
Comunidad autónoma tendrá como uno de sus
objetivos básicos “el acceso de todos los anda-
luces a los niveles educativos y culturales
que les permitan su realización personal y
social. Afianzar la conciencia de identidad
andaluza, a través de la investigación, difu-
sión y conocimiento de los valores históri-
cos, culturales y lingüísticos del pueblo
andaluz en toda su riqueza y variedad”. Y en
el artículo 19, 2 se afirma que “los poderes de la
Comunidad Autónoma velarán porque los
contenidos de la enseñanza e investigación
en Andalucía guarden una esencial conexión
con las realidades, tradiciones, problemas y
necesidades del pueblo andaluz”.
Se cumplía así uno de los objetivos funda-
mentales recogido en el Estatuto de Autonomía,
relativo a la necesidad de afianzamiento de la
conciencia de identidad andaluza. Se trataba,
pues, de una importantísima empresa en la que
estábamos comprometidos por igual las fuerzas
políticas andaluzas y los distintos estamentos
docentes como protagonistas principales.
Con el Decreto 193/1984 se iniciaba un
importante camino, que no tenía precedentes en
nuestra escuela, por lo que era lógico que apare-
cieran carencias y fallos de distintos tipos, inhe-
rentes a la empresa que se pretendía desarrollar:
incluir dentro de un programa preestablecido
unos temas que ahondaran en las señas de identi-
dad del ser andaluz.
Frente a otras Comunidades que, al poseer
una lengua propia, centraban todos sus esfuerzos
en la “normalización” lingüística, convirtiéndola
en una asignatura independiente, con sentido en
sí misma, la nuestra lo planteaba desde los rasgos
propios de nuestra cultura, inmersos, como aca-
bamos de decir, en una cultura más amplia (espa-
ñola, europea y occidental), que era para la que
estaban hechos los programas.
Cultura Andaluza quedó así, en la práctica,
como un añadido o apéndice a todo lo que se
venía estudiando hasta entonces. Las dificultades
de integración eran muy grandes, pero, por lo
mismo, quedaba cada vez más claro la necesidad
de plantear desde nuevas bases el estudio de
nuestra cultura.
Esta posibilidad ha venido resuelta por la
LOGSE y todo el desarrollo normativo de la
misma. De tal manera que desde la misma géne-
sis de este proyecto la Comunidad Andaluza ha
podido diseñar, dentro del marco legislativo gene-
ral, un currículum donde nuestra cultura sea un
todo integrado. De esta forma, como se dice en el
Decreto 106/92 por el que se establece el currícu-
lum de la Educación Secundaria Obligatoria,
“existe así, respetando las competencias
básicas del Estado, la posibilidad de configu-
rar un proyecto educativo que responda a
los intereses, necesidades y rasgos específi-
cos del contexto social y cultural de Andalu-
cía”, tal y como se recoge en el Estatuto de Auto-
nomía.
Tres razones son prioritarias para justificar la
presencia de la Cultura Andaluza como contenido
integrado en el curriculum de la etapa.
Una razón es pedagógica. El conocimiento
del medio en el que el alumno vive constituye el
punto de partida científico para el aprendizaje.
Partir de lo inmediato y de lo conocido, de lo con-
creto y de lo familiar, son los escalones firmes y
seguros para iniciar la singladura del proceso
enseñanza-aprendizaje, que en sucesivas etapas
deberá adentrarse en terrenos mas abstractos,
lejanos y desconocidos. Una adecuada cimenta-
ción del aprendizaje ha de partir del entorno del
alumno. Es una premisa teórica que hoy aceptan,
16
Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria
CULTURA ANDALUZA Y CURRÍCULUM
con las lógicas matizaciones, todas las escuelas y
corrientes pedagógicas y que responde al desa-
rrollo del proceso de maduración del alumnado. 
Otra razón es histórica. La hemos examinado
en las líneas anteriores.En estos momentos en
que el hombre se prepara para participar en lo
que se ha dado en llamar la “aldea global” nece-
sita mas que nunca el reconocimiento de sus raí-
ces, el afianzamiento de sus señas de identidad.
Es la única manera en la que puede participar en
esa “aldea global” o universal sin ser un sujeto
alienado y, por lo tanto, manipulado por los hilos
que puedan mover esa cultura universal.
Y la tercera razón no por obvia es menos fun-
damental: somos andaluces. Nuestro Estatuto y
nuestra Constitución nos reconocen ese derecho
y nos obligan a cumplir ese deber. Bastaría, pues,
con esta razón si no existieran las otras, que, en
este caso además vienen a completarla. 
Desde otra perspectiva es importante pregun-
tarse por la forma en que se ha incardinado la Cul-
tura Andaluza dentro del proyecto educativo glo-
bal de Andalucía. Este modo o forma podía basar-
se en tres alternativas, y que resumidamente se
pueden definir así:
1. Un área autónoma (es el caso de la lengua
propia en aquellas Comunidades que la
poseen).
2. Una especie de apéndice, a modo de ejem-
plificación, que complete el desarrollo
general (es lo que se había intentado en
nuestra Comunidad con el Decreto ya cita-
do 193/1984) 
3. Un eje transversal, que acompañara a todos
los niveles. 
Precisamente es esta última la alternativa ele-
gida por las múltiples posibilidades que abría:
• de integración de contenidos;
• de mutuo enriquecimiento de esos conte-
nidos;
• de mayor proximidad a las necesidades rea-
les del alumno;
• de hilo conductor y, a la vez, globalizador
del aprendizaje. 
En definitiva, lo que se pretende en el curri-
culum andaluz para la Educación Secundaria
Obligatoria es que sea el “entorno” natural, social
y cultural de la escuela el que vaya proporcio-
nando la savia del aprendizaje, justamente como
reto a un sistema educativo que tiene que adap-
tarse a una sociedad cada vez más compleja, con
demandas de formación mucho más diversifica-
das y donde los saberes se renuevan velozmente. 
17
Cultura Andaluza
LA INTEGRACIÓN Y EL TRATAMIENTO DE LA CULTURA ANDALUZA
EN EL ÁREA DE CIENCIAS SOCIALES, GEOGRAFÍA E HISTORIA
1. ASPECTOS GENERALES
La cultura andaluza, como eje transversal del
curriculum, debe estar presente en las diferentes
áreas a lo largo de toda la Enseñanza Secundaria
Obligatoria. Así lo dice expresamente el Decreto
106/92 por el que se establecen las enseñanzas
correspondientes a esta etapa educativa. No obs-
tante, esa presencia es especialmente importante
en el área de Ciencias Sociales, Geografía e Histo-
ria, donde los contenidos de Cultura Andaluza
encuentran su contexto idóneo.
¿En qué se basa la afirmación anterior? La idea
de la función socializadora de la educación lleva
consigo tener que conocer y valorar el conjunto
de tradiciones, normas, creencias, comportamien-
tos... de los pueblos partiendo del contexto o
medio más cercano, que en este caso es Andalu-
cía. En todas las áreas encontraremos algunos
objetivos y contenidos adecuados para llegar al
conocimiento de lo anterior, pero en el área de
Ciencias Sociales nos encontraremos con que
esos objetivos y contenidos se relacionan y tienen
más fácil correspondencia con el objetivo de la
educación. 
Es constante, y así se recoge en el anexo rela-
tivo al área de Ciencias Sociales, Geografía e His-
toria, la referencia a Andalucía ya que es el con-
texto más inmediato y el referente más próximo y
tal vez mejor conocido por los alumnos, por lo
que ciertos objetivos se pueden trabajar a partir
de las posibilidades educativas que encierra el
territorio de Andalucía. De la misma manera,
Andalucía, como territorio, conjunto de hombres,
agrupamiento social o sociedad histórica propor-
cionará contenidos suficientes para el área y ser-
virá a la vez de posibilidad de conocimiento de
nuestro territorio.
2. OBJETIVOS CON LOS QUE SE RELACIONA
Al repasar los objetivos que se proponen para
el área de Ciencias Sociales la Cultura Andaluza se
puede relacionar con los siguientes:
• Con el enumerado en primer lugar: “Identi-
ficar y analizar los proyectos, valores y pro-
blemas de la pluralidad de comunidades
sociales a las que pertenece”. Es un objetivo
que pretende contribuir a que el alumno
conozca las características de una realidad
social, de su propia realidad para identifi-
carse como miembro de ella. Es el conoci-
miento de la realidad social de Andalucía la
capacidad que se pretende desarrollar en
los alumnos y las alumnas.
• Con el enumerado en segundo lugar: “Ana-
lizar el legado cultural e histórico de Anda-
lucía para conocer los elementos y rasgos
básicos que identifican su Comunidad en
el conjunto de las Comunidades a que per-
tenece.” Se trata de que el alumno analice el
legado cultural e histórico de Andalucía
para conocer los elementos y rasgos bási-
cos que identifican su comunidad. Es un
objetivo que incide directamente en el
conocimiento de los aspectos culturales e
históricos de Andalucía y que pretende, por
tanto, desarrollar en el alumno la capacidad
de diferenciación de lo específicamente
andaluz con relación a otros pueblos y
comunidades de España y de Europa.
• Con el enumerado en cuarto lugar: “Valo-
rar y respetar el patrimonio natural y cul-
tural como legado de la humanidad, fuen-
te de disfrute y recurso para el desarrollo
individual y colectivo, contribuyendo acti-
vamente a su conservación y mejora por
las generaciones futuras.” El alumno debe
valorar y responsabilizarse del patrimonio
natural, social, histórico y artístico de Anda-
lucía, por ser la esencia de su comunidad y
una parte importante del legado cultural
global de la humanidad. 
• Con el enumerado en séptimo lugar: “Iden-
tificar y analizar a diferentes escalas, las
interacciones que las distintas sociedades
establecen con su medio en la ocupación
del espacio y el aprovechamiento de los
recursos naturales, valorando las conse-
cuencias económicas, sociales, políticas y
medioambientales de esta interacción.” El
alumno debe conocer los elementos natu-
rales, tecnológicos y sociales que entran en
juego en la distribución de recursos, pobla-
ción y actividades económicas y humanas
de Andalucía.
• Con el enumerado en noveno lugar: “Ana-
lizar los procesos de cambio que experi-
mentan las sociedades humanas en su tra-
yectoria histórica, asumiendo que los ele-
mentos básicos de las sociedades contem-
poráneas y los problemas que les afectan
son, en gran parte, el resultado de esos pro-
cesos.” Se trataría de que el alumno cono-
ciera los cambios que se han ido produ-
ciendo en la trayectoria histórica de Anda-
lucía y reconocer lo que perdura de esa tra-
yectoria en la actualidad.
18
Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria
3. CONTENIDOS CON LOS QUE
SE RELACIONA
En este apartado analizamos los diferentes
núcleos de contenidos que se recogen en el
anexo del área de Ciencias Sociales, Geografía e
Historia, desde la perspectiva de su relación con
aspectos relevantes de la cultura andaluza.
En el núcleo “la población andaluza”
estudiaremos los siguientes conceptos: efectivos,
densidad, y distribución actual de la población,
estructura y composición de la población, los
movimientos naturales de la población, y de
forma especial los movimientos migratorios, tanto
los históricos como los actuales que tantas conse-
cuencias han tenido y tienen para nuestra región.
Los procedimientos a emplear para el estudio de
estos conceptos, como el manejo de los datos o
fuentes proporcionadas por Organismos e Institu-
ciones de la Comunidad. Las actitudes de solidari-
dad y de sensibilización con los problemas y las
consecuencias de los factores demográficos, son
los contenidos que sobre Andalucía deben traba-
jarse en este núcleo.
En el núcleo del “aprovechamiento de los
recursos naturales” trabajaremos los conceptos
relacionados con los diferentes sectores económi-
cos: la agricultura en Andalucía tanto la tradicio-
nal como la más modernizada; la actividad pes-
quera, tan controvertida actualmente, pero de
tanto peso en nuestraregión; el conocimiento de
las riquezas del subsuelo y la explotación que se
hace del mismo mediante la actividad minera. El
sector industrial que emerge en algunas áreas de
Andalucía. Y del sector terciario no sólo nos fija-
remos en el valioso sector turístico sino en las acti-
vidades comerciales tanto de ámbito interno
como externo y en el sistema de transportes. 
Para el conocimiento de lo anterior habrá que
utilizar procedimientos de interpretación de
documentos publicados por las instituciones y las
entidades de Andalucía.
Es preciso plantear las consecuencias y los
problemas que acarrea el aprovechamiento de los
recursos naturales en Andalucía: es conveniente
que se valore la dualidad existente entre
subdesarrollo y prosperidad en nuestra región
analizando los factores que han incidido en ello.
Resulta imprescindible, de la misma forma, valo-
rar el deterioro del medio ambiente en algunas
zonas de Andalucía ocasionado por la explota-
ción agrícola (casos de la pérdida de suelos, la ari-
dez, o la sobrexplotación de acuíferos), por la
explotación industrial (casos de algunas zonas de
Huelva y Cádiz) o la explotación turística (con
ejemplos extendidos en la mayoría de las costas
de la región). 
En el núcleo “los asentamientos huma-
nos” encontramos los conceptos relacionados
con el hábitat humano en Andalucía. De forma
general se trabajaran los contenidos sobre los dis-
tintos aspectos de los núcleos de población en
Andalucía. El análisis de la interesante y variada
morfología urbana andaluza que presenta
influencias de las diferentes culturas que se han
asentado en nuestro territorio; la estructura de
esas ciudades, con el análisis de los asentamientos
que han sido conocidos como las “ciudades-
aldea”, y que tanto abundan en Andalucía; el
estudio de las funciones más importantes o domi-
nantes en los núcleos urbanos andaluces como la
comercial, o la de ocio.
Es conveniente trabajar con las estadísticas
que proporcionen información sobre los efectivos
humanos que habitan las ciudades, así como
sobre los ritmos de crecimiento. La fisonomía de
nuestras ciudades se estudiará mediante el mane-
jo y el trabajo con el plano de los núcleos urbanos
para que de forma visual y activa los alumnos la
distingan.
En la valoración de las consecuencias de la
forma de vida urbana, especialmente de los gran-
des núcleos urbanos en nuestra región, es conve-
niente estudiar las transformaciones de algunas
comarcas o zonas, especialmente las costeras de
Málaga, Granada o Almería, por la expansión de
centros urbanos de carácter turístico.
En el núcleo “los agrupamientos sociales”
se debe trabajar con los conceptos relacionados
19
Cultura Andaluza
con los grupos sociales en Andalucía: carácter de
la familia andaluza; consideraciones específicas
sobre la estructura social en Andalucía, entre las
que hay que considerar las influencias de la anti-
gua polarización entre propietarios agrícolas y jor-
naleros; los conflictos sociales tanto urbanos o
industriales como los agrarios; el tratamiento del
problema del paro, sus causas y consecuencias; el
consumo y el tráfico de drogas; la existencia de
minorías étnicas y las consecuencias que se deri-
van de ella: convivencia y marginación.
Los contenidos de este núcleo son muy apro-
piados para tratarlos desde la perspectiva de cier-
tos valores y actitudes por la gran trascendencia
que tienen para la sociedad.
El núcleo “la organización y la vida políti-
ca” es idóneo para trabajar con los conceptos
relativos a la organización territorial e institucio-
nal de Andalucía. Es interesante abordar no sólo
la división provincial sino la existencia de ciertas
comarcas con bastante entidad: la Campiña de
Córdoba, la costa malagueña, el campo de Dalías,
el campo de Gibraltar, son algunos de los casos
que pueden servir como ejemplo para el estudio
de estos conjuntos territoriales, humanos y eco-
nómicos con unas características especiales.
También se abordará el estudio del Estatuto
de Andalucía de una forma selectiva, las compe-
tencias de Andalucía y las Instituciones.
Para el núcleo las “manifestaciones artísti-
cas”, Andalucía ofrece la posibilidad de desarro-
llar numerosos contenidos que pueden completar
el estudio y conocimiento de todas las épocas y
etapas. Así pues, los contenidos relacionados con
el arte prehistórico encuentran manifestaciones en
Andalucía destacando de forma importante las
manifestaciones megalíticas localizadas en la pro-
vincia de Málaga. El arte ibérico, especialmente la
escultura, es otro aspecto que se podrá trabajar en
este núcleo. Las colonizaciones clásicas, especial-
mente la fenicia, han dejado muestras de sus mani-
festaciones en Andalucía. La influencia romana en
nuestra geografía es notable y podemos encontrar
vestigios suficientes para poder estudiarla; la exis-
tencia de núcleos urbanos, como el de Itálica, bien
conservados, o los restos más fragmentados de
Córdoba, Sevilla, Baelo Claudia... permiten el
conocimiento con manifestaciones en nuestra tie-
rra de esta civilización. Es probable que la civiliza-
ción islámica precise de Andalucía para su estudio
y comprensión y probablemente Andalucía se aso-
cie a las manifestaciones de arte musulmán por las
abundantes y valiosísimas muestras que encontra-
mos a lo largo y ancho de nuestra tierra; en Cór-
doba está la Mezquita, o en Granada la Alhambra,
pero en cada ciudad hay una calle, un barrio o una
zona importante que nos permitirá el estudio de
aspectos de esta civilización. Son numerosas las
muestras renacentistas en Andalucía para realizar
el estudio del arte de esta época; en cada lugar de
nuestra tierra encontraremos las posibilidades
adecuadas, si bien habrá lugares más favorecidos
como puede ser la provincia de Jaén, especial-
mente Úbeda y Baeza. El Barroco andaluz será
otro de los contenidos fundamentales en este
núcleo gracias a las manifestaciones existentes en
arquitectura, escultura e imaginería y, de manera
especial, en la pintura.
Conviene recordar que los contenidos ante-
riormente señalados no deben de entenderse sólo
como conceptos sino que se orientaran como un
análisis de formas, una relación con el tiempo, la
sociedad y la mentalidad de la época, en definiti-
va el desarrollo de unos procedimientos para el
estudio de las manifestaciones artísticas.
De la misma manera, no sólo se trabajarán los
conceptos y se desarrollarán unos procedimientos
sino que se orientará el estudio de contenidos
hacia la valoración de la obra de arte, su disfrute,
su respeto y su conservación.
En el núcleo “las formas de pensamiento”
podremos trabajar con los contenidos relacionados
con las formas de vida, tradiciones y costumbres en
Andalucía. Es un núcleo que se presta al desarrollo
y fomento del relativismo, de la valoración crítica y
de la tolerancia. El estudio de manifestaciones reli-
giosas como las romerías, tan abundantes en Anda-
lucía, o la Semana Santa tan presente en la mayoría
de los núcleos urbanos; las ferias y algunas fiestas
puede ser otra forma de abordar el conocimiento
de esas formas de pensamiento.
20
Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria
En el núcleo las “sociedades históricas” se
debe de trabajar con los contenidos relacionados
con las sociedades históricas en Andalucía. Con
unos conceptos y procedimientos adecuados se
debe acometer el estudio de las sociedades prehis-
tóricas en Andalucía, tanto del Paleolítico como del
Neolítico y especialmente de las que aparecen en
Almería y en Antequera. El estudio de sociedades
protohistóricas ha de tener dos focos de interés,
uno en Tartessos y otro en la sociedad Ibérica. El
estudio de estas sociedades ha de relacionarse con
la influencia que las sociedades más evolucionadas
del Mediterráneo tienen en nuestra tierra a través
del intercambio comercial o la ocupación territorial.
En cuanto a las sociedades medievales, Al-
Andalus será la más idónea para esta etapa por su
gran fuerza e influencia; pero también hay que
plantear la incorporación de Andalucía al reino de
Castilla y conocerlas incidencias e influencias de
esta incorporación. La sociedad del Antiguo Régi-
men en Andalucía tiene unos caracteres peculiares
que habrá que considerarlos de forma destacada;
Andalucía y América como territorios que se influ-
yen recíprocamente; la sociedad del Barroco en
Andalucía, que en el caso de Sevilla tanta impor-
tancia tiene; las novedades que en Andalucía se
pueden observar en el S. XVIII: el ascenso de
Cádiz, las nuevas poblaciones... En las sociedades
contemporáneas el siglo XIX proporciona concep-
tos variados y diferentes, como son el liberalismo
en Andalucía, la situación económica y social en
Andalucía, la situación política de periferia...
En el núcleo “los procesos de cambio en el
tiempo” se podría plantear el estudio de conteni-
dos relacionados con la idea de transformación y
permanencia de algunos aspectos fundamentales
de la vida humana en Andalucía: el transporte, la
agricultura, la organización política...
4. ORIENTACIONES METODOLÓGICAS
De forma general y de acuerdo con las pautas
metodológicas para el área, expuestas en el
Decreto 106/92 ya citado, en el proceso de ense-
ñanza aprendizaje se pueden tener en cuenta los
siguientes criterios:
• Se ha de partir de las concepciones de los
alumnos para la selección y la secuencia de
los contenidos, así como para la propuesta
de las actividades.
• Los contenidos seleccionados y secuencia-
dos han de proponerse de forma atractiva,
que sean motivadores para que el alumno
se interese por ellos; es aconsejable que la
presentación se haga de forma recurrente y
sugestiva como podría ser de una forma
interrogativa, emplear los diferentes
medios de que se dispongan. 
• Es aconsejable emplear diversas informa-
ciones en el proceso de aprendizaje: las
aportaciones del profesor, las de los
compañeros, las de los libros (de texto y
consulta), las de los medios de comunica-
ción... Todos estos elementos, de una
forma interactiva, contribuyen a que el
conocimiento sea contrastado y completo.
• Saber que con unas ciertas condiciones se
realiza el trabajo de forma más eficaz; una
organización del espacio del aula que facili-
te el agrupamiento de los alumnos según el
tipo de actividad que se realiza y una ade-
cuada selección y organización de medios y
recursos, son algunas de esas condiciones.
Teniendo en cuenta las orientaciones anterio-
res se pueden hacer propuestas de trabajo orien-
tadas hacia los objetivos y contenidos que de
forma más concreta se pretendan. 
Hay una serie de contenidos que se pueden y
deben tratar como experiencias interdisciplinares
con las áreas que presenten posibilidades de
conexión. De esta manera, con el área de lengua,
al trabajar con las sociedades históricas, en el
estudio de la sociedad medieval, Al-Andalus, se
podría proponer un listado de palabras que
teniendo un origen árabe han pasado a formar
parte de nuestro vocabulario; no sólo perseguiría-
mos el simple listado de las palabras sino que al
decir su significado, se haría una explicación del
mismo, de su utilidad (en caso de que fuera un
objeto), su origen, etc. Si se trata del estudio de
21
Cultura Andaluza
los recursos naturales, es recomendable la cone-
xión con el área de Ciencias de la Naturaleza para,
de forma conjunta, conocer el medio ambiente y
las repercusiones que sobre el mismo tiene la
práctica de las actividades productivas.
Conviene tener en cuenta que Andalucía es
una tierra que cuenta con una rica y extensa his-
toria, que ha dejado vestigios de todas las épocas
prácticamente por todos los lugares, y que con
una buena selección es posible realizar activida-
des para lograr un conocimiento adecuado de los
contenidos anteriormente expresados. La presen-
cia de restos arqueológicos, monumentos y otros
vestigios en la localidad, la comarca y la provincia
nos permitirá la realización de materiales para el
estudio de nuestra cultura. Es aconsejable la con-
sulta de los materiales elaborados por los Centros
de Profesores más próximos, así como los que
han elaborado los Gabinetes Pedagógicos de
Bellas Artes provinciales; estos materiales por su
diseño, contenidos y aportaciones son de gran
valor tanto para el profesor como para el alumno.
5. GUÍA DE RECURSOS DIDÁCTICOS
En este apartado se pretende ofrecer un lista-
do de recursos que tienen una utilidad didáctica
para utilizarlos directamente o aprovecharlos para
la elaboración de materiales curriculares.
• Anuario Estadístico de Andalucía. Sevilla.
Junta de Andalucía. Consejería de Econo-
mía y Hacienda.
Publicación anual que desde 1985 proporcio-
na información estadística para el conocimiento
de nuestra región.
• Biblioteca Básica. Madrid. Ed. Anaya.
Colección de títulos diversos sobre Historia,
Arte y monografías, la mayoría de ámbito general,
pero otros sobre Andalucía.
• Catálogo de Espacios Naturales Protegidos
en Andalucía. 1984. Sevilla. Junta de Anda-
lucía. Agencia del Medio Ambiente.
• Catálogo de suelos de Andalucía. 1987.
Junta de Andalucía. Agencia del Medio
Ambiente. Sevilla.
• Cuadernos de trabajo de Historia de Anda-
lucía. Sevilla. Junta de Andalucía. Conseje-
ría de Cultura. Seminario Permanente de
Historia de Andalucía.
La obra está dividida en carpetas y éstas, a su
vez, en temas. Cada tema contiene una guía de
trabajo y una selección de textos y documentos.
Las carpetas son:
• Nº 1: Prehistoria y Antigüedad.
• Nº 2: Medieval islámica.
• Nº 3: Medieval Cristiana.
• Nº 4: Moderna.
• Nº 5: Contemporánea.
• Informe General del Medio Ambiente en
Andalucía. 1987. Junta de Andalucía. Con-
sejo Asesor de Medio Ambiente.
Con motivo de la celebración del Año Euro-
peo del Medio Ambiente en 1987 se publicó
este Informe con la idea de dar a conocer y
divulgar la realidad medioambiental de nuestra
comunidad.
• Leyendas de Andalucía. 1984. Barcelona.
Editorial Labor. Col. Bolsillo Juvenil.
Compilación de 26 leyendas tradicionales que
narran cosas fantásticas de nuestra tierra.
• Materiales didácticos de los Gabinetes
Pedagógicos de Bellas Artes. Sevilla. Junta
de Andalucía. Consejería de Educación y
Ciencia y Consejería de Cultura.
En cada provincia existe un Gabinete Peda-
gógico que publica materiales elaborados y pre-
parados para su uso en forma de cuaderno,
para los profesores y para los alumnos, de
monumentos, yacimientos, museos, itinerarios
histórico-artísticos, álbumes fotográficos, folle-
tos, etc. de la provincia a la que pertenece cada
Gabinete.
22
Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria
• Mitos y leyendas andaluces. Madrid. Grupo
Z. 1986.
• Publicaciones de los Centros de Profesores.
Muchos profesores constituidos en diferentes
grupos de trabajo, están realizando experiencias,
que se plasman en bastantes ocasiones en mate-
riales que los distintos CEPs. a los que están ads-
critos aquellos han publicado o disponen de ellos.
Es difícil hacer una relación de lo publicado por lo
que es aconsejable consultar en cada centro lo
que se ha realizado.
• Talleres de Cultura Andaluza. Sevilla. Junta
de Andalucía. Consejería de Educación y
Ciencia. Dirección General de Educación
Compensatoria y Promoción Educativa. Edi-
tados en 1985 y reeditados en 1992.
Especialmente interesan las carpetas:
• Nº 1: El medio físico.
• Nº 2 y 12: Población y estructura social.
• Nº 3: El campo andaluz.
• Nº 4: La actividad industrial. La pesca.
• Nº 5: Sector servicios.
• Nº 6: Geografía Urbana.
• Nº 7: Andalucía en la antigüedad.
• Nº 8: Andalucía Islámica.
• Nº 9: Andalucía Bajo Medieval.
• Nº 10: Andalucía en la Edad Moderna.
• Nº 11: Andalucía en la Edad Contemporánea.
• Nº 13: Las Instituciones.
• Nº 17: Arte, artesanía y música.
• Nº 19: Tradiciones y fiestas.
• Talleres de Cultura Andaluza. Talleres de
Patrimonio Histórico. 1990. Sevilla. Junta
de Andalucía. Consejería de Educación y
Ciencia. Dirección General de Renovación
Pedagógica y Reforma y los Gabinetes
Pedagógicos de Bellas Artes.
Son dos carpetas que contienen los siguientes
talleres:
• Taller introductorio. Taller general de
Arqueología.
• La prehistoria granadina.• Los Millares.
• Soto, Pozuelo y Zarcita.
• Megalitismo en Antequera.
• Castulo.
• Itálica.
• Baelo Claudia.
• Madinat al-Zahara.
• Talleres de Cultura Andaluza. Andalucía y
América. 1990. Sevilla. Junta de Andalucía.
Consejería de Educación y Ciencia. Depar-
tamento de Cultura Andaluza.
• Viajes andaluces. 1990. Pedro Antonio de
Alarcón. Biblioteca General del Sur. Grana-
da, 1990.
• Vivo la Alhambra. 1990. Serie de Visitas
Didácticas. Proyecto Sur de Ediciones,
S.A.L.
• Material videográfico. Existe gran canti-
dad de vídeos que pueden usarse como
recurso didáctico. Son vídeos elaborados
con criterios comerciales, en general de
gran calidad y que pueden ser usados en el
aula como material introductorio, ilustrati-
vo o complementario de la unidad didácti-
ca que se esté desarrollando.
Hacer una reseña de todos los vídeos con
contenidos de Andalucía, que puedan ser usados
como recurso didáctico es una tarea difícil, debi-
do a la dispersión y a la inexistencia de catálogos,
entre otras cosas. Lo que se ofrece a continuación
es una muestra de lo que debe existir y que se
ofrece como primera aportación a ese listado que
debe hacerse.
• Andalucía Nuestra. Caligari Films S.A.;
Canal Sur. 1988.
Serie de programas de contenido variado
sobre aspectos de Andalucía: ríos, monumen-
tos, elementos característicos de algún pueblo o
ciudad...
• Arquitectura popular. T.V.E. 1982.
23
Cultura Andaluza
Bajo este título encontraremos una serie de
programas de corta duración sobre manifestacio-
nes culturales y artísticas de Andalucía. El conte-
nido de los programas es variado: El mudéjar
andaluz; la plaza de España de Sevilla; la mezqui-
ta de Córdoba; la Alhambra; Écija; Priego; etc...
• Espacios Naturales en Andalucía. Vídeo
Planing S.L. Canal Sur, 1990.
Con la idea original y el guión de Francisco
Bueno es una serie de varios programas sobre el
medio natural en Andalucía: la evolución geológi-
ca, los ríos, las sierras, las lagunas, las marismas,
las costas y las zonas desérticas.
• Arte de Al-Andalus (S.VIII al S.X). T.V.E.
1987.
Conjunto de 25 capítulos de la serie Arte y Tra-
diciones populares realizado en colaboración con
la Dirección General de Bellas Artes, emitido por
T.V.E. en 1988, que trata de características genera-
les, arquitectónicas (religiosas,civiles, militares),
artesanía, metalurgia, etc. de la época del Emirato y
del Califato de Córdoba. Todos se pueden utilizar,
si bien son más recomendables los que se refieren
a Córdoba: la mezquita y sus ampliaciones; el pala-
cio de Madinat al-Zahara, obras públicas...
• Catedrales Andaluzas. Savitel S.A. Canal
Sur. 1990.
Bajo la dirección de Rafael Jover es una serie
monográfica que ofrece noticias sobre la cons-
trucción, autores, estilo, anécdotas,etc sobre las
catedrales de Andalucía. Las catedrales de las que
tenemos noticias son:
• Almería.
• Baeza.
• Cádiz.
• Córdoba.
• Granada. Capilla Real.
• Granada (II).
• Guadix.
• Jaén.
• Jerez.
• Málaga.
• Sevilla (I).
• Sevilla (II).
• La Huella Americana. Canal Sur. 1991.
Serie de programas que tratan de las relacio-
nes entre Andalucía y América, y especialmente
sobre el descubrimiento.
• La primera locura del hombre. Canal Sur.
1991.
Bajo la idea y guión de Genaro Chic, esta
serie es un repaso de las manifestaciones históri-
cas y artísticas de Andalucía. 
• Patrimonio cultural de la Humanidad.
T.V.E. 1990.
Serie dirigida por Emilio Arribas que trata de
algunas ciudades de España de forma amplia y
completa. Sobre Andalucía se ha emitido el pro-
grama dedicado a Granada.
• Rutas Andaluzas. Tesauro T.V S.A. Canal
Sur. 1989.
Con la dirección de Luis Martín del Olmo es
una serie de 12 programas que bajo el título de
rutas recorre el paso de las distintas civilizaciones
en Andalucía. Los títulos de las rutas son:
• La Gran encrucijada.
• De las primeras civilizaciones.
• De las Calzadas romanas.
• Del Islam (II).
• Civilizaciones detenidas: La Alpujarra.
• Arquitectura popular.
• De la vida.
• De los metales.
• Del Islam (I).
• Del Islam (II).
• De la Conquista.
• Del Atlántico.
• De la Libertad.
24
Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria
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26
Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria
1. ASPECTOS GENERALES
Muchos de los contenidos relativos a la cultura
andaluza son comunes a las áreas de Ciencias Socia-
les y de Ciencias de la Naturaleza. Conviene, pues,
acotar aquellos que van a ser objeto de un trata-
miento específico en el área de Ciencias Naturales.
En concreto, este área debe enfocar el estudio
del medio natural andaluz, de su problemática
ambiental y de las actuaciones pertinentes en
materia de protección y conservación del medio
ambiente.
Debido a la gran riqueza y diversidad de la
fauna y flora existentes en el territorio andaluz y a
la extensa superficie que abarcan sus espacios
naturales protegidos, podemos trabajar numerosos
objetivos y contenidos de este área de la Educación
Secundaria Obligatoria, tomando como objetos de
estudio los distintos elementos, naturales o no, que
están presentes en los ecosistemas andaluces, las
relaciones entre ellos, la dinámica que se origina,
los cambios y transformaciones que se producen
por diversas causas ya sean naturales o no... y, en
definitiva, todo lo relacionado con el entorno.
Percepción, conocimiento y sentimiento del
medio y, además, actuación sobre el medio. Son
los cuatro caminos que se abren para trabajar en
este área, que es lo que nos permitirá conocer el
medio sobre el que se desarrolla nuestra cultura,
y nuestra propia cultura andaluza.
2. OBJETIVOS CON LOS QUE SE RELACIONA
Al hacer la lectura de los diferentes objetivos
propuestos para el área de Ciencias de la Natura-
leza, la Cultura Andaluza se puede relacionar con
los siguientes:
• Objetivo nº 2: “Aplicar estrategias persona-
les, coherentes con los procedimientos de la
Ciencia, en la resolución de problemas”. 
El medio ambiente andaluz puede constituir
una rica fuente de sugerencias para aplicar ese
conjunto de estrategias y técnicas cercanas a las
que la ciencia utiliza de modo habitual.
• Objetivo nº 5: “Comprender y expresar men-
sajes científicos con propiedad, utilizando
diferentes códigos de comunicación”.
También en este caso, el objetivo puede tra-
bajarse mediante la lectura e interpretación de
textos sencillos relacionados con problemas
medioambientales andaluces, la extracción de
información a partir de gráficas, tablas de datos,
diagramas de barras, etc., relacionadas con algún
tipo de problema, como las variaciones de la con-
centración de productos contaminantes en las
aguas de un río a lo largo del año, el porcentaje de
depuración de aguas en las diferentes provincias
andaluzas, el porcentaje de superficie forestal
quemada en los últimos años...
• Objetivo nº 7: “Utilizar sus conocimientos
sobre el funcionamiento del cuerpo huma-
no para desarrollar y afianzar hábitos de
cuidado y salud corporal”. 
Se puede relacionar con la investigación de
sustancias contaminantes presentes en el aire,
suelo y agua fundamentalmente, y que puedan
dañar la salud. Se podría estudiar la contamina-
ción atmosférica cercana a polos industriales
(Huelva, Algeciras), contaminación de las aguas
por vertidos (Jaén), de los suelos y aguas subte-
rráneas por el uso de pesticidas (Almería). Tam-
bién se debería conocer y valorar las caracterís-
ticas de determinados productos alimenticios
andaluces que son saludables.
• Objetivo nº 8: “Utilizar sus conocimientos
científicos para analizar los mecanismos
básicos que rigen el funcionamiento del
medio, valorar las repercusiones que sobre
el tienen las actividades humanas y contri-
buir a la defensa, conservación y mejora
del mismo”. 
27
Cultura Andaluza
CULTURA ANDALUZA EN EL ÁREA DE CIENCIAS DE LA NATURALEZA
Se pretende que los alumnos reconozcan y
valoren el deterioro originado en el medio natural
andaluz como consecuencia de diferentes activi-
dades humanas: construcción de embalses, vías
férreas, autovías, plantas de incineración de resi-
duos, etc., así como que vean la necesidad de
participar, dentro de sus posibilidades, en progra-
mas y campañas de defensa y protección del
medio ambiente.
• Objetivo nº 9: “Conocer y valorar el patrimo-
nio natural de Andalucía, sus característi-
cas básicas y los elementos que lo integran”.
Está directamente relacionado con el conoci-
miento y valoración de los espacios protegidos en
Andalucía, de sus especies endémicas de anima-
les y plantas, del medio físico y geológico anda-
luz, y a partir de esto conseguir que los alumnos
muestren actitudes que favorezcan el disfrute y la
conservación de este patrimonio natural y de sus
diferentes formas de vida.
3. CONTENIDOS CON LOS QUE
SE RELACIONA
En primer lugar cabe destacar que la adquisi-
ción de los distintos contenidos debe realizarse,
en lo posible, mediante procedimientos y técnicas
de observación, toma de datos y muestras del
entorno natural y su posterior estudio y clasifica-
ción, y mediante la obtención de información a
partir de diversa documentación, bibliografía y
material audiovisual.
Teniendo en cuenta los diferentes contenidos
conceptuales, procedimentales y actitudinales,
podemos establecer las siguientes relaciones con
los distintos núcleos de contenidos reflejados para
el área de Ciencias de la Naturaleza de la Ense-
ñanza Secundaria Obligatoria.
Núcleo “Los seres vivos: diversidad
y organización”
Deberían conocer los alumnos una muestra
de la gran variedad de seres vivos existentes en
los espacios protegidos andaluces, con especial
atención a las especies endémicas de Andalucía,
siendo importante su protección y conservación.
Los procedimientos a emplear podrían ser el
manejo de diversas fuentes de información rela-
cionadas con la Naturaleza en Andalucía o utiliza-
ción de documentales de vídeo (recogido en el
apartado Recursos).
La valoración de la diversidad debe comple-
tarse con el fomento de una actitud de cuidado y
respeto por todas las formas de vida y especial-
mente por aquéllas que están amenazadas de
extinción.
Núcleo “La unidad de funcionamiento
de los seres vivos”
Podríamos tratar de la importancia de la
masa arbórea andaluza relacionándola con el
concepto de fotosíntesis como proceso funda-
mental para la vida en el planeta, como produc-
tora del ecosistema. También se pueden analizar
cuestiones como la deforestación y desertización
con informes estadísticos referentes a Andalucía
(como recurso bibliográfico: Medio ambiente en
Andalucía).
Núcleo “Las personas y la salud”
Se debería obtener información, y estudiarse
las posibles enfermedades o trastornos tanto físi-
cos como

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