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Cultura Andaluza Consejería de Educación y Ciencia Dirección General de Promoción y Evaluación Educativa EDITA: JUNTA DE ANDALUCÍA. CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN Y CIENCIA. Dirección General de Promoción y Evaluación Educativa I.S.B.N: 84-8051-163-X 84-8051-157-5 (Obra completa) MAQUETA E IMPRIME: A. G. NOVOGRAF, S. A. (SEVILLA) DEPÓSITO LEGAL: SE-1.533-95 Este libro está impreso en papel ecológico ÍNDICE PÁG. LA CULTURA ANDALUZA EN LA EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA . . . . . . . . . . . . . 5 El Término “Cultura” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Cultura Andaluza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 La Cultura Andaluza en el contexto de una Sociedad Multicultura . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Cultura Andaluza y Currículum . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 La integración y el tratamiento de la Cultura Andaluza en el Área de Ciencias Sociales, Geografía e Historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 Cultura Andaluza en el Área de Ciencias de la Naturaleza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 HABLAS ANDALUZAS. EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37 El Papel de las Hablas Andaluzas en el Aula. Los usos orales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 Origen y Clarificación de las Hablas Andaluzas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39 Características de las Hablas Andaluzas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43 Reflexiones para la Intervención Didáctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46 Propuesta Didáctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56 Bibliografía Utilizada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 UNIDAD DIDÁCTICA: ¿DE QUÉ VIVIMOS?: LAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS . . . . . . . . . . . 73 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75 La Unidad Didáctica en el Diseño Curricular del Área . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76 Contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 Metodología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90 Evaluación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93 Propuesta de Actividades Secuenciadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 Bibliografía (para el profesor) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 Cuaderno del Alumno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112 Bibliografía (para el alumno) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132 Cuadernos de Recursos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133 UNIDAD DIDÁCTICA: UN MODELO DE DESARROLLO EN LA AGRICULTURA ESPAÑOLA: LA AGRICULTURA DE ALMERÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153 La Unidad Didáctica en el Diseño Curricular del Área . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154 Estrategia Didáctica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157 Evaluación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162 Referencias Bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165 7 A pesar de su aparente sencillez no es estapalabra fácil de definir por la amplitud de sus significados y por la ductilidad que, como simple concepto, presenta. Pero es la piedra clave de cualquier acercamiento hacia este ámbito transversal que llamamos Cultura Andaluza y por ello debemos de intentar aclarar algunos puntos previos relativos al término. Cuando un concepto es usado en una sola ciencia, quizás lo más sensato sea dejar que los especialistas de esa disciplina se ocupen de su defi- nición. Pero cuando se trata de nociones emplea- das en varias ciencias distintas, no parece insensa- to emplear un enfoque interdisciplinario. Es lo que ocurre con la noción de cultura, utilizada en múlti- ples disciplinas (antropología cultural, historia, sociología, psicología, filosofía, arqueología, biolo- gía, ...) y que, por tanto, requiere una conceptuali- zación precisa y, a la vez, general y globalizadora, multidisciplinar, en una palabra, lo cual no es tarea fácil. El resultado puede, además, no convencer a todo el mundo, pero puede permitirnos tener una herramienta accesible y fácil de manejar. 1. ETIMOLOGÍA Y EVOLUCIÓN DEL TÉRMINO “CULTURA” De todas formas, comencemos por su etimo- logía como académicamente se suele hacer, siguiendo la exposición de Jesús Mosterín (“Filo- sofía de la cultura”; Alianza Universidad). El verbo latino “colere” significa originaria- mente cultivar. La forma de supino de “colere” es “cultum”, y de ella proviene la palabra cultura, que en latín significa primariamente agricultura. Así, “agri culturae” son las diversas formas de cul- tivar el campo, y “cultura vitium” es el cultivo de las viñas, por ejemplo. De ahí proceden palabras castellanas como “viticultura”, “silvicultura”, etc. El adjetivo latino “cultus” indica la propiedad de un campo de estar cultivado. Todavía nosotros llamamos incultos a los campos sin cultivar. Origi- nariamente, pues, “cultura” quería decir agricul- tura, y “culto”, cultivado. Es la primera acepción que atribuye a esas palabras el Diccionario de la Real Academia Española. Quien cultiva un campo, lo cuida constante- mente. De ahí que el sustantivo “cultus” adquirie- se también el sentido de cuidado, y se aplicase a las acciones con que los sacerdotes cuidaban a los dioses, es decir, al culto que les rendían. Con esa acepción pasó al castellano como “culto” religioso. Posteriormente se abrió paso la metáfora que compara el espíritu de un hombre rudo con un campo sin cultivar, y su educación con el cultivo de ese campo, y se empezó a hablar de “cultura animi”, cultivo del alma. En el siglo XVII la metá- fora se aplicó sobre todo al lenguaje. Quienes hablaban o escribían con un estilo especialmente cultivado (o rebuscado) se llamaban a sí mismos “cultos” (sus detractores, en cambio, les decían “culteranos”). Dos siglos más tarde la palabra cultura era asociada sobre todo con las actividades recreati- vas con que las personas bien educadas entrete- nían sus ocios: lectura de novelas, asistencia a EL TÉRMINO “CULTURA” conciertos y representaciones de teatro, visita de exposiciones de pintura, etc. En definitiva, se ha ido produciendo un corri- miento semántico desde designar algo tan funda- mental para la sociedad romana como la agricul- tura, hasta acabar refiriéndose a algo tan superfi- cial como los pasatiempos de la clase ociosa. Esta concepción vulgar, romántica y superfi- cial de la cultura fue posteriormente eclipsada, al menos en el ámbito científico, por el uso que de la palabra cultura han hecho los antropólogos, con la que designan tanto las técnicas productivascomo las formas de organización social, las cre- encias religiosas, los códigos morales, las costum- bres, fiestas y pasatiempos. 2. “CULTURA”: UN CONCEPTO POLISÉMICO El significado de la palabra cultura presenta tres amplios campos semánticos, en cada uno de los cuales su sentido tiene unas connotaciones dife- rentes. Estos campos podríamos definirlos como el del lenguaje usual y cotidiano, el de la ciencia his- tórica y, por último, el de la antropología. El concepto de “cultura” para el hombre medio En la lengua del hombre medio, culto pero sin una especialización científica, su significado puede estar recogido, con indiscutible autoridad, en el Diccionario de la Real Academia de la Len- gua Española, del cual anotamos dos definiciones precisas de su última edición (1992): “Resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio las facultades intelectuales del hombre”. Se puede completar muy bien con la definición utilizada en el Diccio- nario de M. Moliner según la cual es “conjunto de los conocimientos no especializados, adquiridos por una persona mediante el estudio, las lecturas, los viajes, etc”. Tanto en esta acepción como en la de la Real Academia se refieren al patrimonio específico de conocimientos que una persona ha hecho suyo, con un significado semejante al grie- go “paideia” o al latín “humanitas”. Tiene, por tanto, un ámbito individual y no colectivo que no nos interesa. La otra definición del Diccionario es “conjun- to de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, indus- trial, en una época o grupo social”, que además es muy similar a la definición que el mismo Diccionario utiliza para la palabra civilización (“conjunto de ideas, creencias religiosas, cien- cias, técnicas, artes y costumbres, propias de un determinado grupo humano”). Su ámbito es colectivo y no individual y, por consiguiente, es el que encaja bien en ese concepto de cultura que el hombre medio de la calle aplicaría al conjunto “Cultura Andaluza”, que quedaría así definida, con mas o menos propiedad, como “el conjunto de ideas, creencias religiosas, costumbres y cono- cimientos científicos, literarios y artísticos de Andalucía”. Es ésta la idea vaga, o intuitiva, que cualquier persona, medianamente culta, tiene de ese concepto. Sin embargo, como herramienta de trabajo, esa definición es indudable que presenta carencias importantes que no nos permitirían un acercamiento sistemático a ese concepto. Buena prueba de esa enorme laxitud del con- cepto es la cantidad de expresiones que circulan en el lenguaje actual: “cultura popular”, “cultura de masas”, “cultura de élite”, “cultura tradicio- nal”, “cultura actual”, “contracultura”, “revolu- ción cultural”, “patrimonio cultural”, “mercado cultural”, “industria cultural”, “modelos cultura- les”, “vida cultural”, “identidad cultural”, ... A veces incluso desconcertantes: “la cultura del paro”, “la cultura de la droga”, “la cultura del miedo”, “la cultura del “pelotazo” ... El concepto de “cultura” para las Ciencias Históricas En el campo de las ciencias históricas se ha producido una identificación entre cultura y civi- lización (en las lenguas en las que las dos pala- bras están presentes) y a utilizarlas como sinóni- mos, aunque con una ligera preferencia por el tér- mino “civilización”. Dicha palabra es, sin embar- 8 Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria go, bastante reciente, pues apenas tiene un par de siglos de existencia. Fue durante la segunda mitad del siglo XVIII, entre los escritores de la Ilustra- ción, cuando apareció por primera vez. Para aquellos pensadores, imbuidos de la fe en el pro- greso del hombre y de la superioridad del mundo en que vivían, en comparación con otras épocas históricas y con otros pueblos, “civilización” sig- nificaba el conjunto de adelantos promovidos por el pensamiento y la ciencia de su época y por el cultivo de las letras o de las artes. Era un concep- to, pues, que se oponía a los hombres “rústicos” y a los pueblos “salvajes” o primitivos a los que consideraban no civilizados. En el transcurso del siglo XIX, el avance de los estudios históricos así como la expansión de los europeos por el mundo amplió de una mane- ra extraordinaria los conocimientos que se tenían sobre otros pueblos. La profundización en el pasado de Egipto, de Grecia o de la Edad Media, puso de manifiesto el alto nivel alcanzado duran- te estas etapas. Al mismo tiempo, el contacto con las tierras del Lejano Oriente mostraba la existen- cia de formas de vida, de maneras de pensar o de concepciones artísticas, que atrajeron el interés de numerosos investigadores. A partir de este momento ya no pudo limitarse el concepto de civilización o cultura a los países europeos; había que admitir la existencia de numerosas culturas lo mismo en el pasado que en el presente. Pero el paso definitivo lo dieron los estudios de la sociología, de la etnología y de la arqueolo- gía, al mostrarnos la existencia de numerosos pueblos, hasta entonces olvidados (sobre todo, los llamados pueblos “primitivos”), pero cuyas formas de vida, costumbres, leyes, creencias reli- giosas, arte, etc., si bien diferentes de los nuestros, constituían conjuntos a los cuales no podíamos negar el nombre de “cultura” o “civilización”, ni considerar despectivamente como inferiores. De esta forma cristaliza una definición de “cultura” que puede quedar resumida en la que recogemos del “Diccionario de términos históri- cos y afines” (Ed. Istmo): “en sentido general, aquello adquirido, contraponiéndose a lo innato; incluye los conocimientos, las ideas, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y todas las capacidades y actitudes que el hombre adquiere como ser social, ya que la cultura sirve para cons- tituir a las personas que la comparten en colecti- vidad caracterizada”. Más explícita puede ser aún la definición que da Gordon Childe en “La evolución social” (1973. Madrid. Alianza, pág. 41): “Cultura es todo aquello que los hombres adquieren de la educación, de la sociedad humana, más que de la naturaleza o del medio infrahumano. Incluye el lenguaje y la lógi- ca, la religión y la filosofía, la moral y el derecho, así como la fabricación y el uso de utensilios, ropas, casas e incluso la selección de los alimentos para comer. Los hombres deben aprender todo esto de sus semejantes... Todas estas normas pertenecen a la tradición colectiva, acumulada y conservada por la sociedad en la que nace el ser humano”. La principal aportación de esta concepción de la cultura es la introducción, como elemento funda- mental, de su carácter social. La cultura es obra de una sociedad determinada en un tiempo y un espa- cio concreto. Por lo tanto, toda sociedad tiene una cultura, sea cual sea su nivel histórico, de desarrollo técnico, etc. Por esto es corriente la utilización en Historia del término “sociedad” sustituyendo a los de cultura o civilización por su mayor carácter glo- balizador. Si decimos “cultura ibérica” es un térmi- no mas concreto que el de Sociedad Ibérica y que necesita quedar englobado dentro de éste. El concepto de “cultura” para la Antropología Cultural Siendo la Antropología Cultural “la ciencia que estudia las culturas de los diversos grupos humanos” podemos buscar en ella la última pala- bra en cuanto a la acotación del significado de este término. Sin embargo, dos especialistas como C. Kluckhohn y A. L. Kroeber (1952) reunieron mas de doscientas definiciones de este concepto, lo cual nos da idea de la dificultad de concretar la extensión y valor de este término, aún para los antropólogos. 9 Cultura Andaluza E.B. Tylor, en 1871, definía la cultura como “ese complejo conjunto, esa totalidad que com- prende los conocimientos, las creencias, el arte, la moral, el derecho, la costumbre y cualquier otra capacidad y hábito, adquirida por el hombre en cuanto miembro de una sociedad” (“La cultu- ra primitiva”). Es decir, “todas las actividades del hombre adquiridasmediante el aprendizaje” (C. Wissler) o “el conjunto de todas las actividades y los productos no fisiológicos de las personas humanas que no son automáticamente reflejos o instintivos. Actividades condicionadas o aprendi- das más los productos manufacturados produci- dos por ellas” (A. L. Kroeber). Conclusión El concepto de cultura que emplean los antro- pólogos acogería así todas las actividades, proce- dimientos, valores e ideas humanas, siempre que éstas sean transmitidas por aprendizaje y no here- dadas genéticamente. A partir de este punto, el anteriormente citado J. Mosterín nos da una defi- nición de cultura que, por su brevedad y sencillez, puede ser altamente operativa: “cultura es la información transmitida por aprendizaje social”, aunque excesivamente escueta o esquemática. Podemos, sin embargo, completarla con la definición que la UNESCO en la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales (México, 1982) incluía en el preámbulo de las actas: “la cul- tura puede considerarse actualmente como el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracteri- zan una sociedad o un grupo social. Ello englo- ba, además de las artes y de las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores”. 10 Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria CULTURA ANDALUZA 1. CONCEPTO DE CULTURA ANDALUZA ¿Por qué Cultura Andaluza y no otro nombre? El contenido de este eje transversal no puede ser discutido porque ya en el propio Estatuto de Autonomía viene recogido y fundamentado. Si merece,en cambio, una reflexión el nom- bre concreto que desde el primer momento se le ha dado y que no ha sido cuestionado nunca, aunque no es un nombre clásico en la tradición ideológica del andalucismo. Ligado éste al nacio- nalismo procedente del romanticismo y cuya mejor cristalización es la del alemán Herder y su “espíritu de los pueblos” no es de extrañar que se utilizaran términos como el del “ideal andaluz” (Blas Infante) u otros similares (como, por ejem- plo, el “genio andaluz”). Posteriormente se concretó esa vaguedad ter- minológica en una serie de palabras procedentes de la Psicología, en este caso aplicadas a una supuesta “psicología de los pueblos”. Así toman carta de naturaleza el “carácter nacional”, el “temperamento”, la “personalidad básica”, en definitiva el “alma” que se supone corresponde a un pueblo. La utilización de estas palabras, y otras similares, por los movimientos fascistas, las hizo entrar en desuso, unido además a su evidente insustancialidad. En la década de los setenta de nuestro siglo se prefieren términos en los que se implica un grado de compromiso por parte del pueblo. Entonces se adoptan vocablos como la “identidad”, la “con- ciencia” o el “ser” andaluz, todavía muy ligados a esa Psicología que ha sido la cantera de todas estas palabras. Esta ligazón con la Psicología se corta a partir de la aprobación de la Constitución Española (1978) en la que, por primera vez en nuestra His- toria, toma carta de naturaleza institucional la palabra “cultura” que, por sorprendente que pueda parecer, no había aparecido en ninguna de las Constituciones anteriores (Jesús Prieto de Pedro: “Cultura, culturas y constitución”. 1993. Centro de Estudios Constitucionales), con la excepción de la de 1931 (en el rótulo del capítulo II del Título III “Familia, economía y cultura” y en el artículo 11 “Si una o varias provincias limí- trofes, con características históricas, culturales y económicas, comunes, acordaran organizarse en región autónoma...”). Frente a este vacío, el sustantivo cultura y el adjetivo cultural aparecen con gran profusión en la Constitución de 1978 (Preámbulo, párrafos cuarto y quinto, y en los artículos 9, 25, 44, 46, 48, 50, 143, 148 y 149), además de los conceptos rela- cionados, directa o indirectamente, con el término cultura en otros artículos. Nuestra Constitución no hace sino recoger de las organizaciones supranacionales de nuestro siglo, como, por ejemplo, la UNESCO (el organis- mo especializado de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, creado en 1946) las aportaciones en defensa del reconoci- miento de la diversidad cultural. Recordemos como muestra el artículo 1º de la Declaración de los Principios de Cooperación Cultural Internacional, elaborado por la UNESCO en 1966: “1. Toda cultura tiene una dignidad y un valor que deben ser respetados y protegidos. “2. Todo pueblo tiene el derecho y el deber de desarrollar su cultura. “3. En su fecunda variedad, en su diversidad y por la influencia recíproca que ejercen unas sobre otras, todas las culturas forman parte del patrimonio común de la humanidad”. No menos importante (aunque posterior a la elaboración de nuestra Constitución y de nuestro Estatuto de Autonomía) es la declaración adopta- da por la Conferencia Mundial sobre Políticas Cul- turales (México, 1982) en el apartado “Identidad Cultural”, que reproducimos por completo: “1. Cada cultura representa un conjunto de valores único e irreemplazable, ya que las tradi- ciones y formas de expresión de cada pueblo constituyen su manera mas lograda de estar pre- sentes en el mundo. 2. La afirmación de la identidad cultural contribuye, por ello, a la liberación de los pue- blos. Por el contrario, cualquier forma de domi- nación niega o deteriora dicha identidad. 3. La identidad es una riqueza que dinami- za las posibilidades de relación de la especie humana al movilizar a cada pueblo y a cada grupo para nutrirse de su pasado y acoger los aportes externos compatibles con su idiosincrasia y continuar así el proceso de su propia creación. 4. Todas las culturas forman parte del patri- monio común de la humanidad. La identidad cultural de un pueblo se renueva y enriquece en contacto con las tradiciones y valores de los demás. La cultura es diálogo, intercambio de ideas y experiencias, apreciación de otros valores y tradiciones; se agota y muere en el aislamiento. 5. Lo universal no puede postularse en abs- tracto por ninguna cultura en particular, surge de la experiencia de todos los pueblos del mundo, cada uno de los cuales afirma su identidad. Identidad y diversidad cultural son indisociables. 6. Las peculiaridades culturales no obstaculi- zan, sino que favorecen, la comunicación de los valores universales que unen a los pueblos. De ahí que constituya la esencia misma del pluralismo cultural el reconocimiento de múltiples identidades culturales allí donde coexisten diversas tradiciones. 7. La comunidad internacional considera que es su deber velar por la preservación y la defensa de la identidad cultural de cada pueblo. 8. Todo ello invoca políticas culturales que protejan, estimulen y enriquezcan la identidad y el patrimonio cultural de cada pueblo; además, que establezcan el más absoluto respeto y aprecio por las minorías culturales y por las otras cultu- ras del mundo. La humanidad se empobrece 11 Cultura Andaluza cuando se ignora o destruye la cultura de un grupo determinado. 9. Hay que reconocer la igualdad y la digni- dad de todas las culturas, así como el derecho de cada pueblo y de cada comunidad cultural a afirmar y preservar su identidad cultural y exigir su respeto”. De esta manera el término “cultura” se ha trasladado del ámbito científico al político y ha cobrado carta de naturaleza institucional. Nuestra Constitución, y los Estatutos que surgen de ella, han refrendado y desarrollado este nuevo campo. No es de extrañar, por tanto, que cuando en los años ochenta se ha de fijar un título para el programa escolar correspondiente se haga uso de ese término cogido de la Antropología y se le de el título de Cultura Andaluza, con mucha menor tradición en nuestra historia, pero que, sin duda alguna, ha calado profundamente, de tal manera que hoy no podríamos concebir otro. Pensar en títulos, para ese programa escolar, como “Ideal Andaluz” (del título de la obra de Blas Infante), “Conciencia Andaluza” o “Identidad Andaluza” (segúnlos términos utilizados en los años de rei- vindicación autonomista), “Alma Andaluza” (de amplio arraigo literario), resultarían, sin embargo, mucho menos significativos, a pesar de la mucha mayor tradición que esos términos poseen y del evidente lustre histórico que arrastran. La razón de este salto lingüístico es clara. Conseguido el reconocimiento político de nuestro “carácter nacional” o de nuestra “identidad” mediante el Estatuto de Autonomía es la hora de estudiar, en la Escuela, esa “realidad” que nos individualiza con respecto a las otras Comunida- des y a la que tenemos el derecho y el deber de conocer: nuestra cultura. Pero hay otras razones que se pueden aducir y que nos darán nuevos elementos para valorar el porqué de un nombre, con lo que podremos lle- narlo aún mas de contenido. Por un lado la puesta a punto de una ciencia como es la Antropología que, en los últimos cua- renta años, ha depurado sus métodos de análisis para estudiar los elementos propios de una cultura. Este instrumento científico nos ha permitido alejar- nos de los espinosos caminos, que no conducían a ninguna parte, de la reflexión sobre el “carácter nacional”, tan querido en la primera mitad del siglo XX, y en el que tan fácilmente se puede caer cuan- do se trata de estudiar la peculiaridad de un pueblo. En este sentido produce sorpresa recordar la polémica que produjeron libros como “Los espa- ñoles y cómo llegaron a serlo”, “España,un enig- ma histórico”, “La España invertebrada”, “Los españoles”, “España como problema”, “¿A qué lla- mamos España?”, “Los españoles en la historia”, de algunos de nuestros mas importantes intelectuales (por supuesto, no se pone en duda el valor de su refle- xión y de sus aportaciones). Y sin embargo, hoy, ninguno de estos libros, ligados a esa reflexión sobre el “carácter nacional” nos valdrían para abordar el estudio de la cultura o culturas de España y de sus Comunidades. Por otro lado, la evolución de la ciencia his- toriográfica ha llevado a tomar como protagonista a los pueblos, interrelacionando los distintos aspectos de la vida de los mismos (economía, sociedad, política, arte, etc) en un esfuerzo por globalizar su estudio. Así se ha aceptado el térmi- no “civilización” o “cultura” para designar a cada una de esas grandes entidades protagonistas de la Historia. De esta forma hablamos en Historia de civilización (o cultura) egipcia, griega, maya, china,... (recordemos que en el Bachillerato que va a desaparecer existe una asignatura que se llama Historia de las Civilizaciones). Igualmente se ha aceptado el término de “culturas”, propia- mente dichas, para designar, dentro de esas gran- des civilizaciones, otras entidades que, formando parte de ellas, tienen su propia identidad. Con lo cual tenemos ya el término apropiado, cultura, con su propio aparato científico, la Antro- pología, que nos da el marco adecuado para estu- diar una cultura andaluza dentro de una cultura española que, a su vez, forma parte de una civili- zación europeo-occidental. 12 Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria Para terminar podríamos definir Cultura Andaluza, parafraseando la definición genérica de cultura, que daba el anterior secretario general de la UNESCO, Sr. M’Bow (El País, 8-XI- 1987) como la suma total de las actividades creadoras del pue- blo andaluz, sus creencias, sus sufrimientos, su trabajo y su ocio, sus sueños y sus éxitos. 2. BIBLIOGRAFÍA ACOSTA SÁNCHEZ, J.: (1979). Historia y cultura del pueblo andaluz. Barcelona. Anagrama. 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Por un lado la multiplicidad cultural del espacio estatal se ha hecho evidente, alejándose de cualquier modelo homogéneo y uniformizador de la cultura. Y, por otro lado, porque las amena- zas no son sólo para la cultura de esas minorías, sino también para la cultura de esa “mayoría”, que sufre la agresión de un proceso asimilador “que protagoniza una pretendida cultura trans- nacional que, a menudo camuflada tras el ropa- je amable del universalismo, avasalla su identi- dad colectiva y desculturaliza a los individuos (...), en una suerte de minorización cultural por no disfrutar de una posición fuerte en el flujo mundial de difusión cultural a través de las industrias culturales” (J. Prieto: “Cultura, cultu- ras y constitución”). Recordemos, a modo de ejemplo ilustrativo, las recientes conversaciones sobre el GATT y la defensa por parte de la UE de su industria cultural (finales de 1993). Esta compleja realidad de la cultura ha exigi- do, sin duda, nuevas respuestas. Sobre todo un espíritu nuevo en el modo de afrontar la diversi- dad cultural, como ya hemos visto en el ámbito del derecho internacional (UNESCO) o en el ámbito del derecho español (en nuestra Constitu- ción y en sus correspondientes Estatutos de Auto- nomía), tendente a desarrollar el desenvolvi- miento fluido y armónico de la compleja realidad cultural, porque son todas las identidades cultura- les las que han de ser preservadas y puestas en disposición de ser disfrutadas por los individuos. Como dijo Levi-Strauss, lo importante es garanti- zar la diversidad cultural y los mecanismos que permitan la evolución hacia nuevas formas de expresión cultural (“La mirada distante”, 1984. Argos Vergara.). Para terminar, con palabras del ya citado Jesús Prieto, “un aspecto positivo de la compleji- dad cultural actual se encuentra en el margen de libertad que el individuo ha ganado al determinismo cultural –así la tierra, así la cultura– en que ha vivido antes la humanidad. Hoy, aún sin olvidar el valor de sistema de pre- organización del mundo que posee la cultura materna, la capacidad de elegir adscripciones, de hacerse su biografía cultural, es indudable- mente mayor”. Esta lucha por la diversidad cultural a partir del conocimiento, amor y respeto de nuestra propia cultura es lo que se pretende en el Decreto 106/92, que incorpora la Cultura Anda- luza al currículum de la Educación Secundaria Obligatoria como eje transversal a las diferentes áreas. E l Decreto 193/1984, BOJA de 3 de Julio,aprobaba el temario y objetivos genera- les a los que habrían de ceñirse las programa- ciones experimentales sobre Cultura Andaluza, en el ámbito de la Educación Primaria. La Consejería de Educación y Ciencia incorporó así, en aquel momento, el mandato contenido en el Estatuto de Autonomía. Según el artículo 12, 3, 2 de éste, la Comunidad autónoma tendrá como uno de sus objetivos básicos “el acceso de todos los anda- luces a los niveles educativos y culturales que les permitan su realización personal y social. Afianzar la conciencia de identidad andaluza, a través de la investigación, difu- sión y conocimiento de los valores históri- cos, culturales y lingüísticos del pueblo andaluz en toda su riqueza y variedad”. Y en el artículo 19, 2 se afirma que “los poderes de la Comunidad Autónoma velarán porque los contenidos de la enseñanza e investigación en Andalucía guarden una esencial conexión con las realidades, tradiciones, problemas y necesidades del pueblo andaluz”. Se cumplía así uno de los objetivos funda- mentales recogido en el Estatuto de Autonomía, relativo a la necesidad de afianzamiento de la conciencia de identidad andaluza. Se trataba, pues, de una importantísima empresa en la que estábamos comprometidos por igual las fuerzas políticas andaluzas y los distintos estamentos docentes como protagonistas principales. Con el Decreto 193/1984 se iniciaba un importante camino, que no tenía precedentes en nuestra escuela, por lo que era lógico que apare- cieran carencias y fallos de distintos tipos, inhe- rentes a la empresa que se pretendía desarrollar: incluir dentro de un programa preestablecido unos temas que ahondaran en las señas de identi- dad del ser andaluz. Frente a otras Comunidades que, al poseer una lengua propia, centraban todos sus esfuerzos en la “normalización” lingüística, convirtiéndola en una asignatura independiente, con sentido en sí misma, la nuestra lo planteaba desde los rasgos propios de nuestra cultura, inmersos, como aca- bamos de decir, en una cultura más amplia (espa- ñola, europea y occidental), que era para la que estaban hechos los programas. Cultura Andaluza quedó así, en la práctica, como un añadido o apéndice a todo lo que se venía estudiando hasta entonces. Las dificultades de integración eran muy grandes, pero, por lo mismo, quedaba cada vez más claro la necesidad de plantear desde nuevas bases el estudio de nuestra cultura. Esta posibilidad ha venido resuelta por la LOGSE y todo el desarrollo normativo de la misma. De tal manera que desde la misma géne- sis de este proyecto la Comunidad Andaluza ha podido diseñar, dentro del marco legislativo gene- ral, un currículum donde nuestra cultura sea un todo integrado. De esta forma, como se dice en el Decreto 106/92 por el que se establece el currícu- lum de la Educación Secundaria Obligatoria, “existe así, respetando las competencias básicas del Estado, la posibilidad de configu- rar un proyecto educativo que responda a los intereses, necesidades y rasgos específi- cos del contexto social y cultural de Andalu- cía”, tal y como se recoge en el Estatuto de Auto- nomía. Tres razones son prioritarias para justificar la presencia de la Cultura Andaluza como contenido integrado en el curriculum de la etapa. Una razón es pedagógica. El conocimiento del medio en el que el alumno vive constituye el punto de partida científico para el aprendizaje. Partir de lo inmediato y de lo conocido, de lo con- creto y de lo familiar, son los escalones firmes y seguros para iniciar la singladura del proceso enseñanza-aprendizaje, que en sucesivas etapas deberá adentrarse en terrenos mas abstractos, lejanos y desconocidos. Una adecuada cimenta- ción del aprendizaje ha de partir del entorno del alumno. Es una premisa teórica que hoy aceptan, 16 Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria CULTURA ANDALUZA Y CURRÍCULUM con las lógicas matizaciones, todas las escuelas y corrientes pedagógicas y que responde al desa- rrollo del proceso de maduración del alumnado. Otra razón es histórica. La hemos examinado en las líneas anteriores.En estos momentos en que el hombre se prepara para participar en lo que se ha dado en llamar la “aldea global” nece- sita mas que nunca el reconocimiento de sus raí- ces, el afianzamiento de sus señas de identidad. Es la única manera en la que puede participar en esa “aldea global” o universal sin ser un sujeto alienado y, por lo tanto, manipulado por los hilos que puedan mover esa cultura universal. Y la tercera razón no por obvia es menos fun- damental: somos andaluces. Nuestro Estatuto y nuestra Constitución nos reconocen ese derecho y nos obligan a cumplir ese deber. Bastaría, pues, con esta razón si no existieran las otras, que, en este caso además vienen a completarla. Desde otra perspectiva es importante pregun- tarse por la forma en que se ha incardinado la Cul- tura Andaluza dentro del proyecto educativo glo- bal de Andalucía. Este modo o forma podía basar- se en tres alternativas, y que resumidamente se pueden definir así: 1. Un área autónoma (es el caso de la lengua propia en aquellas Comunidades que la poseen). 2. Una especie de apéndice, a modo de ejem- plificación, que complete el desarrollo general (es lo que se había intentado en nuestra Comunidad con el Decreto ya cita- do 193/1984) 3. Un eje transversal, que acompañara a todos los niveles. Precisamente es esta última la alternativa ele- gida por las múltiples posibilidades que abría: • de integración de contenidos; • de mutuo enriquecimiento de esos conte- nidos; • de mayor proximidad a las necesidades rea- les del alumno; • de hilo conductor y, a la vez, globalizador del aprendizaje. En definitiva, lo que se pretende en el curri- culum andaluz para la Educación Secundaria Obligatoria es que sea el “entorno” natural, social y cultural de la escuela el que vaya proporcio- nando la savia del aprendizaje, justamente como reto a un sistema educativo que tiene que adap- tarse a una sociedad cada vez más compleja, con demandas de formación mucho más diversifica- das y donde los saberes se renuevan velozmente. 17 Cultura Andaluza LA INTEGRACIÓN Y EL TRATAMIENTO DE LA CULTURA ANDALUZA EN EL ÁREA DE CIENCIAS SOCIALES, GEOGRAFÍA E HISTORIA 1. ASPECTOS GENERALES La cultura andaluza, como eje transversal del curriculum, debe estar presente en las diferentes áreas a lo largo de toda la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Así lo dice expresamente el Decreto 106/92 por el que se establecen las enseñanzas correspondientes a esta etapa educativa. No obs- tante, esa presencia es especialmente importante en el área de Ciencias Sociales, Geografía e Histo- ria, donde los contenidos de Cultura Andaluza encuentran su contexto idóneo. ¿En qué se basa la afirmación anterior? La idea de la función socializadora de la educación lleva consigo tener que conocer y valorar el conjunto de tradiciones, normas, creencias, comportamien- tos... de los pueblos partiendo del contexto o medio más cercano, que en este caso es Andalu- cía. En todas las áreas encontraremos algunos objetivos y contenidos adecuados para llegar al conocimiento de lo anterior, pero en el área de Ciencias Sociales nos encontraremos con que esos objetivos y contenidos se relacionan y tienen más fácil correspondencia con el objetivo de la educación. Es constante, y así se recoge en el anexo rela- tivo al área de Ciencias Sociales, Geografía e His- toria, la referencia a Andalucía ya que es el con- texto más inmediato y el referente más próximo y tal vez mejor conocido por los alumnos, por lo que ciertos objetivos se pueden trabajar a partir de las posibilidades educativas que encierra el territorio de Andalucía. De la misma manera, Andalucía, como territorio, conjunto de hombres, agrupamiento social o sociedad histórica propor- cionará contenidos suficientes para el área y ser- virá a la vez de posibilidad de conocimiento de nuestro territorio. 2. OBJETIVOS CON LOS QUE SE RELACIONA Al repasar los objetivos que se proponen para el área de Ciencias Sociales la Cultura Andaluza se puede relacionar con los siguientes: • Con el enumerado en primer lugar: “Identi- ficar y analizar los proyectos, valores y pro- blemas de la pluralidad de comunidades sociales a las que pertenece”. Es un objetivo que pretende contribuir a que el alumno conozca las características de una realidad social, de su propia realidad para identifi- carse como miembro de ella. Es el conoci- miento de la realidad social de Andalucía la capacidad que se pretende desarrollar en los alumnos y las alumnas. • Con el enumerado en segundo lugar: “Ana- lizar el legado cultural e histórico de Anda- lucía para conocer los elementos y rasgos básicos que identifican su Comunidad en el conjunto de las Comunidades a que per- tenece.” Se trata de que el alumno analice el legado cultural e histórico de Andalucía para conocer los elementos y rasgos bási- cos que identifican su comunidad. Es un objetivo que incide directamente en el conocimiento de los aspectos culturales e históricos de Andalucía y que pretende, por tanto, desarrollar en el alumno la capacidad de diferenciación de lo específicamente andaluz con relación a otros pueblos y comunidades de España y de Europa. • Con el enumerado en cuarto lugar: “Valo- rar y respetar el patrimonio natural y cul- tural como legado de la humanidad, fuen- te de disfrute y recurso para el desarrollo individual y colectivo, contribuyendo acti- vamente a su conservación y mejora por las generaciones futuras.” El alumno debe valorar y responsabilizarse del patrimonio natural, social, histórico y artístico de Anda- lucía, por ser la esencia de su comunidad y una parte importante del legado cultural global de la humanidad. • Con el enumerado en séptimo lugar: “Iden- tificar y analizar a diferentes escalas, las interacciones que las distintas sociedades establecen con su medio en la ocupación del espacio y el aprovechamiento de los recursos naturales, valorando las conse- cuencias económicas, sociales, políticas y medioambientales de esta interacción.” El alumno debe conocer los elementos natu- rales, tecnológicos y sociales que entran en juego en la distribución de recursos, pobla- ción y actividades económicas y humanas de Andalucía. • Con el enumerado en noveno lugar: “Ana- lizar los procesos de cambio que experi- mentan las sociedades humanas en su tra- yectoria histórica, asumiendo que los ele- mentos básicos de las sociedades contem- poráneas y los problemas que les afectan son, en gran parte, el resultado de esos pro- cesos.” Se trataría de que el alumno cono- ciera los cambios que se han ido produ- ciendo en la trayectoria histórica de Anda- lucía y reconocer lo que perdura de esa tra- yectoria en la actualidad. 18 Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria 3. CONTENIDOS CON LOS QUE SE RELACIONA En este apartado analizamos los diferentes núcleos de contenidos que se recogen en el anexo del área de Ciencias Sociales, Geografía e Historia, desde la perspectiva de su relación con aspectos relevantes de la cultura andaluza. En el núcleo “la población andaluza” estudiaremos los siguientes conceptos: efectivos, densidad, y distribución actual de la población, estructura y composición de la población, los movimientos naturales de la población, y de forma especial los movimientos migratorios, tanto los históricos como los actuales que tantas conse- cuencias han tenido y tienen para nuestra región. Los procedimientos a emplear para el estudio de estos conceptos, como el manejo de los datos o fuentes proporcionadas por Organismos e Institu- ciones de la Comunidad. Las actitudes de solidari- dad y de sensibilización con los problemas y las consecuencias de los factores demográficos, son los contenidos que sobre Andalucía deben traba- jarse en este núcleo. En el núcleo del “aprovechamiento de los recursos naturales” trabajaremos los conceptos relacionados con los diferentes sectores económi- cos: la agricultura en Andalucía tanto la tradicio- nal como la más modernizada; la actividad pes- quera, tan controvertida actualmente, pero de tanto peso en nuestraregión; el conocimiento de las riquezas del subsuelo y la explotación que se hace del mismo mediante la actividad minera. El sector industrial que emerge en algunas áreas de Andalucía. Y del sector terciario no sólo nos fija- remos en el valioso sector turístico sino en las acti- vidades comerciales tanto de ámbito interno como externo y en el sistema de transportes. Para el conocimiento de lo anterior habrá que utilizar procedimientos de interpretación de documentos publicados por las instituciones y las entidades de Andalucía. Es preciso plantear las consecuencias y los problemas que acarrea el aprovechamiento de los recursos naturales en Andalucía: es conveniente que se valore la dualidad existente entre subdesarrollo y prosperidad en nuestra región analizando los factores que han incidido en ello. Resulta imprescindible, de la misma forma, valo- rar el deterioro del medio ambiente en algunas zonas de Andalucía ocasionado por la explota- ción agrícola (casos de la pérdida de suelos, la ari- dez, o la sobrexplotación de acuíferos), por la explotación industrial (casos de algunas zonas de Huelva y Cádiz) o la explotación turística (con ejemplos extendidos en la mayoría de las costas de la región). En el núcleo “los asentamientos huma- nos” encontramos los conceptos relacionados con el hábitat humano en Andalucía. De forma general se trabajaran los contenidos sobre los dis- tintos aspectos de los núcleos de población en Andalucía. El análisis de la interesante y variada morfología urbana andaluza que presenta influencias de las diferentes culturas que se han asentado en nuestro territorio; la estructura de esas ciudades, con el análisis de los asentamientos que han sido conocidos como las “ciudades- aldea”, y que tanto abundan en Andalucía; el estudio de las funciones más importantes o domi- nantes en los núcleos urbanos andaluces como la comercial, o la de ocio. Es conveniente trabajar con las estadísticas que proporcionen información sobre los efectivos humanos que habitan las ciudades, así como sobre los ritmos de crecimiento. La fisonomía de nuestras ciudades se estudiará mediante el mane- jo y el trabajo con el plano de los núcleos urbanos para que de forma visual y activa los alumnos la distingan. En la valoración de las consecuencias de la forma de vida urbana, especialmente de los gran- des núcleos urbanos en nuestra región, es conve- niente estudiar las transformaciones de algunas comarcas o zonas, especialmente las costeras de Málaga, Granada o Almería, por la expansión de centros urbanos de carácter turístico. En el núcleo “los agrupamientos sociales” se debe trabajar con los conceptos relacionados 19 Cultura Andaluza con los grupos sociales en Andalucía: carácter de la familia andaluza; consideraciones específicas sobre la estructura social en Andalucía, entre las que hay que considerar las influencias de la anti- gua polarización entre propietarios agrícolas y jor- naleros; los conflictos sociales tanto urbanos o industriales como los agrarios; el tratamiento del problema del paro, sus causas y consecuencias; el consumo y el tráfico de drogas; la existencia de minorías étnicas y las consecuencias que se deri- van de ella: convivencia y marginación. Los contenidos de este núcleo son muy apro- piados para tratarlos desde la perspectiva de cier- tos valores y actitudes por la gran trascendencia que tienen para la sociedad. El núcleo “la organización y la vida políti- ca” es idóneo para trabajar con los conceptos relativos a la organización territorial e institucio- nal de Andalucía. Es interesante abordar no sólo la división provincial sino la existencia de ciertas comarcas con bastante entidad: la Campiña de Córdoba, la costa malagueña, el campo de Dalías, el campo de Gibraltar, son algunos de los casos que pueden servir como ejemplo para el estudio de estos conjuntos territoriales, humanos y eco- nómicos con unas características especiales. También se abordará el estudio del Estatuto de Andalucía de una forma selectiva, las compe- tencias de Andalucía y las Instituciones. Para el núcleo las “manifestaciones artísti- cas”, Andalucía ofrece la posibilidad de desarro- llar numerosos contenidos que pueden completar el estudio y conocimiento de todas las épocas y etapas. Así pues, los contenidos relacionados con el arte prehistórico encuentran manifestaciones en Andalucía destacando de forma importante las manifestaciones megalíticas localizadas en la pro- vincia de Málaga. El arte ibérico, especialmente la escultura, es otro aspecto que se podrá trabajar en este núcleo. Las colonizaciones clásicas, especial- mente la fenicia, han dejado muestras de sus mani- festaciones en Andalucía. La influencia romana en nuestra geografía es notable y podemos encontrar vestigios suficientes para poder estudiarla; la exis- tencia de núcleos urbanos, como el de Itálica, bien conservados, o los restos más fragmentados de Córdoba, Sevilla, Baelo Claudia... permiten el conocimiento con manifestaciones en nuestra tie- rra de esta civilización. Es probable que la civiliza- ción islámica precise de Andalucía para su estudio y comprensión y probablemente Andalucía se aso- cie a las manifestaciones de arte musulmán por las abundantes y valiosísimas muestras que encontra- mos a lo largo y ancho de nuestra tierra; en Cór- doba está la Mezquita, o en Granada la Alhambra, pero en cada ciudad hay una calle, un barrio o una zona importante que nos permitirá el estudio de aspectos de esta civilización. Son numerosas las muestras renacentistas en Andalucía para realizar el estudio del arte de esta época; en cada lugar de nuestra tierra encontraremos las posibilidades adecuadas, si bien habrá lugares más favorecidos como puede ser la provincia de Jaén, especial- mente Úbeda y Baeza. El Barroco andaluz será otro de los contenidos fundamentales en este núcleo gracias a las manifestaciones existentes en arquitectura, escultura e imaginería y, de manera especial, en la pintura. Conviene recordar que los contenidos ante- riormente señalados no deben de entenderse sólo como conceptos sino que se orientaran como un análisis de formas, una relación con el tiempo, la sociedad y la mentalidad de la época, en definiti- va el desarrollo de unos procedimientos para el estudio de las manifestaciones artísticas. De la misma manera, no sólo se trabajarán los conceptos y se desarrollarán unos procedimientos sino que se orientará el estudio de contenidos hacia la valoración de la obra de arte, su disfrute, su respeto y su conservación. En el núcleo “las formas de pensamiento” podremos trabajar con los contenidos relacionados con las formas de vida, tradiciones y costumbres en Andalucía. Es un núcleo que se presta al desarrollo y fomento del relativismo, de la valoración crítica y de la tolerancia. El estudio de manifestaciones reli- giosas como las romerías, tan abundantes en Anda- lucía, o la Semana Santa tan presente en la mayoría de los núcleos urbanos; las ferias y algunas fiestas puede ser otra forma de abordar el conocimiento de esas formas de pensamiento. 20 Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria En el núcleo las “sociedades históricas” se debe de trabajar con los contenidos relacionados con las sociedades históricas en Andalucía. Con unos conceptos y procedimientos adecuados se debe acometer el estudio de las sociedades prehis- tóricas en Andalucía, tanto del Paleolítico como del Neolítico y especialmente de las que aparecen en Almería y en Antequera. El estudio de sociedades protohistóricas ha de tener dos focos de interés, uno en Tartessos y otro en la sociedad Ibérica. El estudio de estas sociedades ha de relacionarse con la influencia que las sociedades más evolucionadas del Mediterráneo tienen en nuestra tierra a través del intercambio comercial o la ocupación territorial. En cuanto a las sociedades medievales, Al- Andalus será la más idónea para esta etapa por su gran fuerza e influencia; pero también hay que plantear la incorporación de Andalucía al reino de Castilla y conocerlas incidencias e influencias de esta incorporación. La sociedad del Antiguo Régi- men en Andalucía tiene unos caracteres peculiares que habrá que considerarlos de forma destacada; Andalucía y América como territorios que se influ- yen recíprocamente; la sociedad del Barroco en Andalucía, que en el caso de Sevilla tanta impor- tancia tiene; las novedades que en Andalucía se pueden observar en el S. XVIII: el ascenso de Cádiz, las nuevas poblaciones... En las sociedades contemporáneas el siglo XIX proporciona concep- tos variados y diferentes, como son el liberalismo en Andalucía, la situación económica y social en Andalucía, la situación política de periferia... En el núcleo “los procesos de cambio en el tiempo” se podría plantear el estudio de conteni- dos relacionados con la idea de transformación y permanencia de algunos aspectos fundamentales de la vida humana en Andalucía: el transporte, la agricultura, la organización política... 4. ORIENTACIONES METODOLÓGICAS De forma general y de acuerdo con las pautas metodológicas para el área, expuestas en el Decreto 106/92 ya citado, en el proceso de ense- ñanza aprendizaje se pueden tener en cuenta los siguientes criterios: • Se ha de partir de las concepciones de los alumnos para la selección y la secuencia de los contenidos, así como para la propuesta de las actividades. • Los contenidos seleccionados y secuencia- dos han de proponerse de forma atractiva, que sean motivadores para que el alumno se interese por ellos; es aconsejable que la presentación se haga de forma recurrente y sugestiva como podría ser de una forma interrogativa, emplear los diferentes medios de que se dispongan. • Es aconsejable emplear diversas informa- ciones en el proceso de aprendizaje: las aportaciones del profesor, las de los compañeros, las de los libros (de texto y consulta), las de los medios de comunica- ción... Todos estos elementos, de una forma interactiva, contribuyen a que el conocimiento sea contrastado y completo. • Saber que con unas ciertas condiciones se realiza el trabajo de forma más eficaz; una organización del espacio del aula que facili- te el agrupamiento de los alumnos según el tipo de actividad que se realiza y una ade- cuada selección y organización de medios y recursos, son algunas de esas condiciones. Teniendo en cuenta las orientaciones anterio- res se pueden hacer propuestas de trabajo orien- tadas hacia los objetivos y contenidos que de forma más concreta se pretendan. Hay una serie de contenidos que se pueden y deben tratar como experiencias interdisciplinares con las áreas que presenten posibilidades de conexión. De esta manera, con el área de lengua, al trabajar con las sociedades históricas, en el estudio de la sociedad medieval, Al-Andalus, se podría proponer un listado de palabras que teniendo un origen árabe han pasado a formar parte de nuestro vocabulario; no sólo perseguiría- mos el simple listado de las palabras sino que al decir su significado, se haría una explicación del mismo, de su utilidad (en caso de que fuera un objeto), su origen, etc. Si se trata del estudio de 21 Cultura Andaluza los recursos naturales, es recomendable la cone- xión con el área de Ciencias de la Naturaleza para, de forma conjunta, conocer el medio ambiente y las repercusiones que sobre el mismo tiene la práctica de las actividades productivas. Conviene tener en cuenta que Andalucía es una tierra que cuenta con una rica y extensa his- toria, que ha dejado vestigios de todas las épocas prácticamente por todos los lugares, y que con una buena selección es posible realizar activida- des para lograr un conocimiento adecuado de los contenidos anteriormente expresados. La presen- cia de restos arqueológicos, monumentos y otros vestigios en la localidad, la comarca y la provincia nos permitirá la realización de materiales para el estudio de nuestra cultura. Es aconsejable la con- sulta de los materiales elaborados por los Centros de Profesores más próximos, así como los que han elaborado los Gabinetes Pedagógicos de Bellas Artes provinciales; estos materiales por su diseño, contenidos y aportaciones son de gran valor tanto para el profesor como para el alumno. 5. GUÍA DE RECURSOS DIDÁCTICOS En este apartado se pretende ofrecer un lista- do de recursos que tienen una utilidad didáctica para utilizarlos directamente o aprovecharlos para la elaboración de materiales curriculares. • Anuario Estadístico de Andalucía. Sevilla. Junta de Andalucía. Consejería de Econo- mía y Hacienda. Publicación anual que desde 1985 proporcio- na información estadística para el conocimiento de nuestra región. • Biblioteca Básica. Madrid. Ed. Anaya. Colección de títulos diversos sobre Historia, Arte y monografías, la mayoría de ámbito general, pero otros sobre Andalucía. • Catálogo de Espacios Naturales Protegidos en Andalucía. 1984. Sevilla. Junta de Anda- lucía. Agencia del Medio Ambiente. • Catálogo de suelos de Andalucía. 1987. Junta de Andalucía. Agencia del Medio Ambiente. Sevilla. • Cuadernos de trabajo de Historia de Anda- lucía. Sevilla. Junta de Andalucía. Conseje- ría de Cultura. Seminario Permanente de Historia de Andalucía. La obra está dividida en carpetas y éstas, a su vez, en temas. Cada tema contiene una guía de trabajo y una selección de textos y documentos. Las carpetas son: • Nº 1: Prehistoria y Antigüedad. • Nº 2: Medieval islámica. • Nº 3: Medieval Cristiana. • Nº 4: Moderna. • Nº 5: Contemporánea. • Informe General del Medio Ambiente en Andalucía. 1987. Junta de Andalucía. Con- sejo Asesor de Medio Ambiente. Con motivo de la celebración del Año Euro- peo del Medio Ambiente en 1987 se publicó este Informe con la idea de dar a conocer y divulgar la realidad medioambiental de nuestra comunidad. • Leyendas de Andalucía. 1984. Barcelona. Editorial Labor. Col. Bolsillo Juvenil. Compilación de 26 leyendas tradicionales que narran cosas fantásticas de nuestra tierra. • Materiales didácticos de los Gabinetes Pedagógicos de Bellas Artes. Sevilla. Junta de Andalucía. Consejería de Educación y Ciencia y Consejería de Cultura. En cada provincia existe un Gabinete Peda- gógico que publica materiales elaborados y pre- parados para su uso en forma de cuaderno, para los profesores y para los alumnos, de monumentos, yacimientos, museos, itinerarios histórico-artísticos, álbumes fotográficos, folle- tos, etc. de la provincia a la que pertenece cada Gabinete. 22 Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria • Mitos y leyendas andaluces. Madrid. Grupo Z. 1986. • Publicaciones de los Centros de Profesores. Muchos profesores constituidos en diferentes grupos de trabajo, están realizando experiencias, que se plasman en bastantes ocasiones en mate- riales que los distintos CEPs. a los que están ads- critos aquellos han publicado o disponen de ellos. Es difícil hacer una relación de lo publicado por lo que es aconsejable consultar en cada centro lo que se ha realizado. • Talleres de Cultura Andaluza. Sevilla. Junta de Andalucía. Consejería de Educación y Ciencia. Dirección General de Educación Compensatoria y Promoción Educativa. Edi- tados en 1985 y reeditados en 1992. Especialmente interesan las carpetas: • Nº 1: El medio físico. • Nº 2 y 12: Población y estructura social. • Nº 3: El campo andaluz. • Nº 4: La actividad industrial. La pesca. • Nº 5: Sector servicios. • Nº 6: Geografía Urbana. • Nº 7: Andalucía en la antigüedad. • Nº 8: Andalucía Islámica. • Nº 9: Andalucía Bajo Medieval. • Nº 10: Andalucía en la Edad Moderna. • Nº 11: Andalucía en la Edad Contemporánea. • Nº 13: Las Instituciones. • Nº 17: Arte, artesanía y música. • Nº 19: Tradiciones y fiestas. • Talleres de Cultura Andaluza. Talleres de Patrimonio Histórico. 1990. Sevilla. Junta de Andalucía. Consejería de Educación y Ciencia. Dirección General de Renovación Pedagógica y Reforma y los Gabinetes Pedagógicos de Bellas Artes. Son dos carpetas que contienen los siguientes talleres: • Taller introductorio. Taller general de Arqueología. • La prehistoria granadina.• Los Millares. • Soto, Pozuelo y Zarcita. • Megalitismo en Antequera. • Castulo. • Itálica. • Baelo Claudia. • Madinat al-Zahara. • Talleres de Cultura Andaluza. Andalucía y América. 1990. Sevilla. Junta de Andalucía. Consejería de Educación y Ciencia. Depar- tamento de Cultura Andaluza. • Viajes andaluces. 1990. Pedro Antonio de Alarcón. Biblioteca General del Sur. Grana- da, 1990. • Vivo la Alhambra. 1990. Serie de Visitas Didácticas. Proyecto Sur de Ediciones, S.A.L. • Material videográfico. Existe gran canti- dad de vídeos que pueden usarse como recurso didáctico. Son vídeos elaborados con criterios comerciales, en general de gran calidad y que pueden ser usados en el aula como material introductorio, ilustrati- vo o complementario de la unidad didácti- ca que se esté desarrollando. Hacer una reseña de todos los vídeos con contenidos de Andalucía, que puedan ser usados como recurso didáctico es una tarea difícil, debi- do a la dispersión y a la inexistencia de catálogos, entre otras cosas. Lo que se ofrece a continuación es una muestra de lo que debe existir y que se ofrece como primera aportación a ese listado que debe hacerse. • Andalucía Nuestra. Caligari Films S.A.; Canal Sur. 1988. Serie de programas de contenido variado sobre aspectos de Andalucía: ríos, monumen- tos, elementos característicos de algún pueblo o ciudad... • Arquitectura popular. T.V.E. 1982. 23 Cultura Andaluza Bajo este título encontraremos una serie de programas de corta duración sobre manifestacio- nes culturales y artísticas de Andalucía. El conte- nido de los programas es variado: El mudéjar andaluz; la plaza de España de Sevilla; la mezqui- ta de Córdoba; la Alhambra; Écija; Priego; etc... • Espacios Naturales en Andalucía. Vídeo Planing S.L. Canal Sur, 1990. Con la idea original y el guión de Francisco Bueno es una serie de varios programas sobre el medio natural en Andalucía: la evolución geológi- ca, los ríos, las sierras, las lagunas, las marismas, las costas y las zonas desérticas. • Arte de Al-Andalus (S.VIII al S.X). T.V.E. 1987. Conjunto de 25 capítulos de la serie Arte y Tra- diciones populares realizado en colaboración con la Dirección General de Bellas Artes, emitido por T.V.E. en 1988, que trata de características genera- les, arquitectónicas (religiosas,civiles, militares), artesanía, metalurgia, etc. de la época del Emirato y del Califato de Córdoba. Todos se pueden utilizar, si bien son más recomendables los que se refieren a Córdoba: la mezquita y sus ampliaciones; el pala- cio de Madinat al-Zahara, obras públicas... • Catedrales Andaluzas. Savitel S.A. Canal Sur. 1990. Bajo la dirección de Rafael Jover es una serie monográfica que ofrece noticias sobre la cons- trucción, autores, estilo, anécdotas,etc sobre las catedrales de Andalucía. Las catedrales de las que tenemos noticias son: • Almería. • Baeza. • Cádiz. • Córdoba. • Granada. Capilla Real. • Granada (II). • Guadix. • Jaén. • Jerez. • Málaga. • Sevilla (I). • Sevilla (II). • La Huella Americana. Canal Sur. 1991. Serie de programas que tratan de las relacio- nes entre Andalucía y América, y especialmente sobre el descubrimiento. • La primera locura del hombre. Canal Sur. 1991. Bajo la idea y guión de Genaro Chic, esta serie es un repaso de las manifestaciones históri- cas y artísticas de Andalucía. • Patrimonio cultural de la Humanidad. T.V.E. 1990. Serie dirigida por Emilio Arribas que trata de algunas ciudades de España de forma amplia y completa. Sobre Andalucía se ha emitido el pro- grama dedicado a Granada. • Rutas Andaluzas. Tesauro T.V S.A. Canal Sur. 1989. Con la dirección de Luis Martín del Olmo es una serie de 12 programas que bajo el título de rutas recorre el paso de las distintas civilizaciones en Andalucía. Los títulos de las rutas son: • La Gran encrucijada. • De las primeras civilizaciones. • De las Calzadas romanas. • Del Islam (II). • Civilizaciones detenidas: La Alpujarra. • Arquitectura popular. • De la vida. • De los metales. • Del Islam (I). • Del Islam (II). • De la Conquista. • Del Atlántico. • De la Libertad. 24 Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria 6. BIBLIOGRAFÍA ACOSTA SÁNCHEZ, J.: (1978). Andalucía. Reconstrucción de una identidad y la lucha contra el centralismo. Barcelona. Anagrama. AURIOLES MARTÍN, J.: (1989). Claves actuales de la economía andaluza. Málaga. Ágora. Cua- dernos andaluces. ALJOXAMI: (1985) Historia de los jueces de Cór- doba. Sevilla. Ed. Andaluza Unidas. ARJONA CASTRO, A.: (1982) Andalucía musul- mana. Estructura político y administrativa. Córdoba. 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Sevilla. Centro de Estudios Territoriales y Urbanos. 26 Materiales Curriculares. Educación Secundaria Obligatoria 1. ASPECTOS GENERALES Muchos de los contenidos relativos a la cultura andaluza son comunes a las áreas de Ciencias Socia- les y de Ciencias de la Naturaleza. Conviene, pues, acotar aquellos que van a ser objeto de un trata- miento específico en el área de Ciencias Naturales. En concreto, este área debe enfocar el estudio del medio natural andaluz, de su problemática ambiental y de las actuaciones pertinentes en materia de protección y conservación del medio ambiente. Debido a la gran riqueza y diversidad de la fauna y flora existentes en el territorio andaluz y a la extensa superficie que abarcan sus espacios naturales protegidos, podemos trabajar numerosos objetivos y contenidos de este área de la Educación Secundaria Obligatoria, tomando como objetos de estudio los distintos elementos, naturales o no, que están presentes en los ecosistemas andaluces, las relaciones entre ellos, la dinámica que se origina, los cambios y transformaciones que se producen por diversas causas ya sean naturales o no... y, en definitiva, todo lo relacionado con el entorno. Percepción, conocimiento y sentimiento del medio y, además, actuación sobre el medio. Son los cuatro caminos que se abren para trabajar en este área, que es lo que nos permitirá conocer el medio sobre el que se desarrolla nuestra cultura, y nuestra propia cultura andaluza. 2. OBJETIVOS CON LOS QUE SE RELACIONA Al hacer la lectura de los diferentes objetivos propuestos para el área de Ciencias de la Natura- leza, la Cultura Andaluza se puede relacionar con los siguientes: • Objetivo nº 2: “Aplicar estrategias persona- les, coherentes con los procedimientos de la Ciencia, en la resolución de problemas”. El medio ambiente andaluz puede constituir una rica fuente de sugerencias para aplicar ese conjunto de estrategias y técnicas cercanas a las que la ciencia utiliza de modo habitual. • Objetivo nº 5: “Comprender y expresar men- sajes científicos con propiedad, utilizando diferentes códigos de comunicación”. También en este caso, el objetivo puede tra- bajarse mediante la lectura e interpretación de textos sencillos relacionados con problemas medioambientales andaluces, la extracción de información a partir de gráficas, tablas de datos, diagramas de barras, etc., relacionadas con algún tipo de problema, como las variaciones de la con- centración de productos contaminantes en las aguas de un río a lo largo del año, el porcentaje de depuración de aguas en las diferentes provincias andaluzas, el porcentaje de superficie forestal quemada en los últimos años... • Objetivo nº 7: “Utilizar sus conocimientos sobre el funcionamiento del cuerpo huma- no para desarrollar y afianzar hábitos de cuidado y salud corporal”. Se puede relacionar con la investigación de sustancias contaminantes presentes en el aire, suelo y agua fundamentalmente, y que puedan dañar la salud. Se podría estudiar la contamina- ción atmosférica cercana a polos industriales (Huelva, Algeciras), contaminación de las aguas por vertidos (Jaén), de los suelos y aguas subte- rráneas por el uso de pesticidas (Almería). Tam- bién se debería conocer y valorar las caracterís- ticas de determinados productos alimenticios andaluces que son saludables. • Objetivo nº 8: “Utilizar sus conocimientos científicos para analizar los mecanismos básicos que rigen el funcionamiento del medio, valorar las repercusiones que sobre el tienen las actividades humanas y contri- buir a la defensa, conservación y mejora del mismo”. 27 Cultura Andaluza CULTURA ANDALUZA EN EL ÁREA DE CIENCIAS DE LA NATURALEZA Se pretende que los alumnos reconozcan y valoren el deterioro originado en el medio natural andaluz como consecuencia de diferentes activi- dades humanas: construcción de embalses, vías férreas, autovías, plantas de incineración de resi- duos, etc., así como que vean la necesidad de participar, dentro de sus posibilidades, en progra- mas y campañas de defensa y protección del medio ambiente. • Objetivo nº 9: “Conocer y valorar el patrimo- nio natural de Andalucía, sus característi- cas básicas y los elementos que lo integran”. Está directamente relacionado con el conoci- miento y valoración de los espacios protegidos en Andalucía, de sus especies endémicas de anima- les y plantas, del medio físico y geológico anda- luz, y a partir de esto conseguir que los alumnos muestren actitudes que favorezcan el disfrute y la conservación de este patrimonio natural y de sus diferentes formas de vida. 3. CONTENIDOS CON LOS QUE SE RELACIONA En primer lugar cabe destacar que la adquisi- ción de los distintos contenidos debe realizarse, en lo posible, mediante procedimientos y técnicas de observación, toma de datos y muestras del entorno natural y su posterior estudio y clasifica- ción, y mediante la obtención de información a partir de diversa documentación, bibliografía y material audiovisual. Teniendo en cuenta los diferentes contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales, podemos establecer las siguientes relaciones con los distintos núcleos de contenidos reflejados para el área de Ciencias de la Naturaleza de la Ense- ñanza Secundaria Obligatoria. Núcleo “Los seres vivos: diversidad y organización” Deberían conocer los alumnos una muestra de la gran variedad de seres vivos existentes en los espacios protegidos andaluces, con especial atención a las especies endémicas de Andalucía, siendo importante su protección y conservación. Los procedimientos a emplear podrían ser el manejo de diversas fuentes de información rela- cionadas con la Naturaleza en Andalucía o utiliza- ción de documentales de vídeo (recogido en el apartado Recursos). La valoración de la diversidad debe comple- tarse con el fomento de una actitud de cuidado y respeto por todas las formas de vida y especial- mente por aquéllas que están amenazadas de extinción. Núcleo “La unidad de funcionamiento de los seres vivos” Podríamos tratar de la importancia de la masa arbórea andaluza relacionándola con el concepto de fotosíntesis como proceso funda- mental para la vida en el planeta, como produc- tora del ecosistema. También se pueden analizar cuestiones como la deforestación y desertización con informes estadísticos referentes a Andalucía (como recurso bibliográfico: Medio ambiente en Andalucía). Núcleo “Las personas y la salud” Se debería obtener información, y estudiarse las posibles enfermedades o trastornos tanto físi- cos como
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