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Cómics Sebastián Rojas 4to Año Sección C En algún lugar de la Mancha vivió hace mucho tiempo un hombre muy singular, llamado Don Alonso Quijano. Quien era muy respetado y poseedor de algunos dotes. De complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza, de casi 50 años. Don Alonso, quien tenía mucho tiempo libre, se dedicaba a la lectura de libros de caballería y era tanta su afición y gusto que se olvidaba de atender los deberes de su hacienda y de salir a cazar… Se introducía tanto en sus historias caballerescas que en ocasiones se aislaba de la realidad, llegando incluso a no poder conciliar el sueño perdido en su imaginación… Soñaba despierto, y fue tanta su pasión por los libros que vendió muchos bienes para adquirir más de ellos… Este Don Quijano!... Entre fantasías y trasnochos comenzó a perder la razón; quedando atrapado en las aventuras de sus libros… Y en medio de su locura se hizo a sí mismo caballero andante… Tomo unas viejas armas de sus bisabuelos, las limpió y las arregló… para iniciar su propia aventura… Completamente ya sin juicio, comenzó con los preparativos de su nueva imagen… Lo primero que hizo fue buscar su flaco caballo al que veía como un gran corcel, y le colocó por nombre Rocinante… Nombre, a su parecer, alto, sonoro y significativo… Ya bautizado su fiel corcel, Don Alonso Quijano se apodó a sí mismo como “Don Quijote de la Mancha”, nombre con que a su parecer declaraba muy al vivo su linaje y patria, y la honraba… Solo le faltaba un motivo para su existir y andar… El amor!... Oh, sí!... El amor!... El sentimiento más grande del mundo sería el patrocinador de sus aventuras; así que le dio forma de mujer, la idealizó y la convirtió en su doncella, cuya belleza en su imaginación era inigualable… Y le llamó Dulcinea del Toboso, nombre, a su parecer, músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto. Ya listo todo el protocolo El Quijote se embarcó en su primera aventura, salió una mañana de julio en busca de aventuras, sin decir nada a su familia… pero no encuentra a ninguna persona con problemas a la que poder ayudar… tras mucho andar llegó a una venta (cabaret), donde desde lejos ve a dos mujeres (que eran prostitutas)… imaginando todo aquel lugar como un castillo y a las mujeres como doncellas… Ya instalado en la venta comienza la aventura del hidalgo, donde el dueño del lugar le sigue el juego y le ofrece hacerlo caballero según las costumbres de las historias de caballeros que leía… Recibió gran atención, y comenzó con los preparativos de su nombramiento como caballero, luego de comer con dificultad y ayudado por las dos mujeres se dispuso a velar sus armas, lo que realizó en una pila junto al pozo de la venta… Cuando Don Quijote velaba sus armas llegaron unos hombres queriendo dar agua a sus caballos, quitando sus armas de la pila, a lo que este ofendido los ataca y los golpea en la cabeza, el ventero viendo lo ocurrido decide adelantar su ceremonia de nombrarlo caballero para evitar que agrediera a más personas… Cediendo en todo momento a su locura lo declara Caballero y así este parte feliz de aquel lugar siendo un “verdadero” caballero… Luego de estas andanzas parte nuevamente a su casa, para armarse de todo lo que le había aconsejado el ventero para su seguridad… Pero no pudo llegar porque en una “heroica hazaña” sufrió un altercado que lo dejo tendido en el piso todo golpeado, donde lo halló Pedro Alonso, su vecino (quien no era muy listo); el cual lo recoge y lo lleva a su hogar…. Allí conoce a quien se convierte en su fiel escudero… Luego de 15 días de recuperación el Quijote manda a buscar a Pedro Alonzo, al cual conquisto con promesas y le pide que le ayude como escudero y, a cambio de su trabajo, le promete hacerle gobernador de una isla… Así Don Quijote vuelve a escapar, pero esta vez acompañado de Sancho Panza… Después de tanto andar los dos amigos llegan a un lugar donde hay unos molinos de viento, a los que Don Quijote ve como gigantes… Y por más que su escudero le advierte sale velozmente al ataque sin escuchar advertencia alguna… Don Quijote ataca con todas sus fuerzas a los molinos pues está seguro de que son gigantes... pero se levanta viento y... tiene mala suerte, el pobre… Don Quijote cae y Sancho corre a ayudarle… Locura tras locura, llevo a Quijote y Panza por unos caminos sanos y por otros peligrosos… En donde en unos tropiezos se cruzaron con Aquel que llamaban Sansón Carrasco… quien se acababa de graduar de bachiller, los hace volver a las andanzas… Este bendito Carrasco no muy grande de cuerpo, aunque muy gran socarrón, de color macilenta, pero de muy buen entendimiento; tendría hasta veinte y cuatro años, de nariz chata y de boca grande, señales todas de ser de condición maliciosa y amigo de donaires y de burlas… Le cuenta a Don quijote de un libro con sus aventuras nacidas de sus locuras y de las que lo quería sanar… El bachiller planea lograrlo convenciendo a Don Quijote de que salga de nuevo a deshacer entuertos y agravios por los caminos de La Mancha… Después se disfraza de guerrero, el Caballero de los Espejos, para ganar en batalla a Don Quijote obligándole dejar su profesión de caballero andante… Pero no le funcionó… Puesto que perdió la contienda… Más carrasco no se rinde, por lo que más tarde se disfraza de Caballero de La Blanca Luna para intentarlo de nuevo… Y esta vez le resulto, porque al pobre Don Quijote en el suelo lo dejo… y cuyo duelo consistió en retirar al perdedor y su hogar lo devolvió… Derrotado y afligido la promesa el cumplió… como noble caballero de palabra y mucho honor… Con tristeza y añoranza a su casa regresó, el hidalgo Don Quijote a la cordura volvió… Dejando ya de un lado al flamante Hidalgo, se sumió en melancolía y abandono… Y su nombre retomó: Don Alonso Quijano El Bueno… viéndose ya en agonía su testamento estableció y dando un último suspiro, a la muerte se entregó. Así anduvieron juntos por muchos caminos y andanzas, estos dos grandes amigos en busca de venturanzas… Muchas lunas pasaron entre luchas y proezas… Hasta que finalmente un día se apagan las elocuencias… Este hombre, Don Quijote sí que hiciste gran revuelta, con tu amigo Sancho Panza escudero en excelencia… “Una vida sin aventuras, es una vida sin sabor, desabrida y dolorosa que perfora el corazón”… Fin
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