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Creo que "¿Quién se ha llevado mi queso?" Es una famosa fábula que nos enseña cómo el cambio es inevitable y cómo debemos adaptarnos a él para poder avanzar en la vida. Esta historia nos presenta a dos personajes principales: Hem y Haw, quienes representan a aquellas personas que se resisten al cambio ya aquellas que son capaces de adaptarse y crecer ante él, respectivamente. En mi vida personal, me identifico con los Liliputienses de la historia, ya que en algunos momentos de mi vida soy alguien que me aferro a lo que ya estaba destinado, aunque he estado dispuesta a aprender y a adaptarme a las diferentes situaciones que se me presentan. Los Liliputienses son pequeñas criaturas que, a pesar de su tamaño, tienen la capacidad de enfrentar grandes desafíos. En la historia son el claro ejemplo de una mala organización y mala comunicación. Es cierto que el cambio puede ser aterrador y desafiante, especialmente cuando no estamos preparados para ello. Pero al igual que los Liliputienses, podemos entrenarnos para estar preparados para cualquier situación que se nos presente. Esto implica ser proactivo en nuestra vida, buscar constantemente nuevas oportunidades y aprender cosas nuevas. Los ratones, llamados Fisgón y Escurridizo, son los personajes que se adaptan más rápidamente al cambio y encuentran nuevas oportunidades en situaciones difíciles. A diferencia de los Liliputienses, que analizan y piensan mucho antes de actuar, los ratones tienen una actitud más proactiva, explorando y experimentando hasta encontrar nuevas soluciones. Los ratones de la historia representan una actitud positiva y proactiva hacia el cambio. En lugar de resistirse al cambio, ellos están dispuestos a explorar ya adaptarse a nuevas situaciones para encontrar nuevas oportunidades. Fisgón y Escurridizo son capaces de ver más allá de la situación actual y de encontrar nuevas rutas y oportunidades para su supervivencia. Por otro lado, los liliputienses representan una actitud más analítica y reflexiva ante el cambio. A diferencia de los ratones, los liliputienses son más cautelosos y prefieren pensar mucho antes de actuar. Ellos analizan cuidadosamente cada situación y buscan comprender las consecuencias de sus acciones antes de tomar una decisión. Ambas actitudes pueden ser útiles en diferentes situaciones. Por ejemplo, en situaciones de riesgo, la actitud de los Liliputienses puede ayudar a minimizar el riesgo y evitar consecuencias negativas. Sin embargo, en situaciones donde el cambio es necesario para crecer y avanzar, la actitud de los ratones puede ser más efectiva para encontrar nuevas soluciones y oportunidades. En lugar de resistirnos al cambio, debemos abrazarlo y buscar maneras de crecer a partir de él. Debemos estar dispuestos a tomar riesgos ya salir de nuestra zona de confort para poder experimentar cosas nuevas. Al hacerlo, podemos descubrir nuestras fortalezas y debilidades y aprender a utilizarlas de manera efectiva para alcanzar nuestras metas. En resumen, tanto los ratones como los liliputienses tienen diferentes enfoques en su actitud ante el cambio. Mientras que los ratones son más proactivos y exploratorios, los liliputienses son más analíticos y reflexivos. Ambas actitudes pueden ser útiles en diferentes situaciones, y lo importante es encontrar un equilibrio entre ellas para adaptarnos al cambio de manera efectiva. En la historia, los liliputienses se aferran a su antigua forma de vida y se niegan a aceptar que el mundo a su alrededor está cambiando. En lugar de adaptarse y buscar nuevas soluciones, ellos se quedan atrapados en su zona de confort, lamentándose y quejándose de la situación. Además, los Liliputienses culpan a los demás por su situación, en lugar de tomar responsabilidad por sus propias vidas y sus decisiones. Ellos culpan a los ratones por haber llevado su queso y no aceptan que su situación es el resultado de sus propias acciones y decisiones. La actitud de los liliputienses es una lección importante sobre cómo no reaccionar ante el cambio. Si nos resistimos al cambio y nos aferramos a nuestra antigua forma de vida, podemos perder oportunidades y limitar nuestro crecimiento y desarrollo personal. En lugar de eso, debemos aceptar el cambio y buscar nuevas formas de adaptarnos y crecer en la nueva situación. Aunque en algunos instantes la mayor culpa de no adaptarse al cambio es de Hem, pues Haw quería cambiar, pero se dejó influenciar por su compañero eso nos relata la poca comunicación que tenían. En conclusión,el cambio es inevitable y debemos estar preparados para enfrentarlo. Al igual que los Liliputienses. Debemos ser proactivos y estar dispuestos a aprender y a adaptarnos a cualquier situación. Si tomamos esta actitud positiva y proactiva de los ratones ante el cambio, podemos crecer y alcanzar nuestras metas en la vida.
Rian Vieira
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