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URGENCIAS PSIQUIÁTRICAS Excitación Psicomotriz (cuadro psiquiátrico grave) Trastorno por ansiedad (cuadro muy frecuente) Síndrome Confusional ¿Cómo se define a la Urgencia Psiquiátrica? Es aquella situación en la que unos síntomas psicopatológicos o un trastorno de conducta (ambos con sus dimensiones objetivas y subjetivas) son percibidos como perturbadores o amenazantes por el propio individuo, la familia u otros elementos sociales (médicos, sociedad, etc), de modo que llegan a producir una solicitud de atención psiquiátrica urgente. Esquema de Intervención ante la Urgencia Psiquiátrica Los objetivos generales de los servicios de emergencias y urgencias son evaluar el paciente, estabilizar la situación y/o los síntomas clínicos, realizar una orientación terapéutica y dar continuidad en la asistencia. Para ello se seguirá el esquema propio de las urgencias: 1. Triage Primero hay que determinar si existe alguna enfermedad o circunstancia que pueda resultar mortal y si existe un riesgo elevado de violencia. Una vez está a salvo la seguridad del paciente, familiares, otros pacientes y la del personal, se puede proceder a las etapas sucesivas. Los cuadros que hay que destacar o identificar son las conductas de agitación y amenaza, las conductas autodestructivas y, por otra parte, los problemas médicos graves. 2. Evaluación En esta fase es preciso: a) Realizar la exploración psiquiátrica básica; b) Determinar la presencia o ausencia de enfermedad somática, y c) Determinar la integración y el soporte social del paciente. Exploración Psiquiátrica Se evalúa el estado psíquico actual del paciente (semiología), se interroga sobre antecedentes personales (médicos y psiquiátricos), antecedentes familiares, antecedentes de consumo de alcohol, fármacos y drogas. Exploración somática y analítica Realizar un interrogatorio general acerca del estado físico del paciente y una exploración física, teniendo en cuenta las principales causas médicas que motivan o exacerban síntomas psiquiátricos. Una selección analítica básica estaría compuesta por glucemia, recuento y fórmula sanguíneos, ionograma, creatininemia y determinación de tóxicos en orina. Solicito la analítica y otros estudios complementarios (TC, RMN, etc) según el cuadro del paciente. Circunstancias, integración y soporte sociales Deberá averiguarse el contexto en el que se ha producido la emergencia, y la existencia de factores precipitantes, identificar quién ha solicitado la visita y saber si el paciente viene solo o acompañado. Una vez obtenida esta evaluación, el entrevistador tendrá que ser capaz de responder a 6 preguntas o estimaciones necesarias e imprescindibles: 1. Grado de riesgo de autoagresividad y/o heteroagresividad. 2. Grado de implicación de factores orgánicos. 3. Grado de predominio de síntomas e interacciones entre ellos (síndromes o diagnósticos). 4. Reacción que puede suscitarse ante la prescripción terapéutica, diagnóstico y disposición (tanto en el paciente como en los acompañantes). 5. Grado de disponibilidad de recursos sanitarios y de soporte social, y grado de capacidad del paciente para utilizarlos. 6. Grado de insight (conciencia de su propia realidad), de capacidad de autocuidado y de implicación en el tratamiento (desde estar muy motivado hasta oponerse a realizar el tratamiento y/o seguimiento). La oposición al tratamiento en pacientes con diagnóstico de gravedad, como los trastornos del espectro de la psicosis, constituye un determinante de ingreso, ya que es muy probable que por su psicopatología el paciente no cumpla con las indicaciones terapéuticas. 3. Orientación clínica y plan de tratamiento Tras la exploración se llevará a cabo una orientación diagnóstica, que en urgencias siempre será sindrómica (p. ej., síndrome psicótico, agitación psicomotriz, etc.). El plan de tratamiento se adaptará a cada situación específica, destacando 3 grandes aspectos: -El primero es que, si hay situaciones de riesgo, habrá que tomar decisiones oportunas y rápidas, que pueden ir desde indicar la compañía o custodia permanentes al paciente hasta el aislamiento del medio familiar, ingreso involuntario, sujeción mecánica, etc. -El segundo aspecto consiste en la clásica prescripción terapéutica que en este caso puede ser de tratamiento farmacológico o psicológico al paciente. -El tercer aspecto incluye el concepto de conducta o cuidado clínicos, que se refiere al conjunto de decisiones que se requieren para resolver una situación clínica. 4. Plan disposicional En este apartado se incluyen 2 preguntas: ¿Dónde se remite al paciente tras la evaluación? (al domicilio, o bien a alguna institución, ya sea psiquiátrica o no psiquiátrica). ¿Quién se hará cargo del caso?, lo cual puede ser casi obvio si el paciente ingresa en un hospital, pero bastante más difícil si no es así. EXCITACIÓN PSICOMOTRIZ Comportamiento verbal y/o motor excesivo que puede progresar tanto hacia la agresión verbal como física. ¿Cómo se previene la progresión sintomática? → Instauración Temprana de la terapéutica adecuada. Esto permite no llegar a cuadros graves, de gran agresividad. Síntomas Prodrómicos El paciente habla en voz alta, manifiesta amenazas o injurias. Se muestra hiperactivo, se encuentra inquieto, deambula, gesticula. Golpea lo que tenga a su alrededor (mesas, puertas, etc). Estos pacientes en general no tienen conciencia de enfermedad, con frecuencia llegan al hospital porque los lleva la familia o la policía. Clínica Inquietud motora. Respuesta exagerada a estímulos. Irritabilidad. Actividad verbal y/o motora inapropiada. Disminución del sueño. Fluctuación sintomática. Etiología ¿Es un cuadro psiquiátrico o no? Siempre interrogar sobre antecedentes personales (médicos o psiquiátricos), antecedentes familiares y antecedentes de consumo de sustancias. Tener en cuenta además la edad del paciente, la forma de comienzo para poder orientarnos a la posible causa: Metabólicas: alteraciones del medio interno, hipoglucemia, hipertiroidismo, enfermedad de Cushing. Neurológicas: TU, TEC, enfermedad de Huntington, enfermedad de Wilson, etc. Farmacológicas: anticolinérgicos, glucocorticoides, L-DOPA, agonistas dopaminérgicos, AINES, hipnosedantes. Psiquiátricas: episodio psicótico agudo, manía, depresión agitada/psicótica. En la urgencia se trata al episodio psicomotriz en sí mismo (no importa si es resultado de un cuadro psicótico, maníaco, trastorno de ansiedad, etc). Tóxicos: alcohol, cocaína, BDZ, anfetaminas, cannabis, etc. Seguridad del Ambiente Mantener distancia con el paciente. Asistir al paciente en un lugar amplio y libre de objetos peligrosos. Evitar la atención en pasillos, rincones o lugares apartados. Tanto el paciente como el profesional deben tener acceso a la puerta de salida. Tratamiento General Se basa en 3 pilares: Entorno del paciente -Retirar objetos peligrosos, ya que ciertos elementos pueden ser utilizados para auto/heteroagresión. -Reducir al máximo los estímulos ambientales: ruidos excesivos y exceso de personas pueden incrementar los síntomas. -Movilizarlo hacia lugares de mayor seguridad: el personal de salud debe atender al paciente donde pueda controlar la situación. Contacto con el paciente -El equipo debe permanecer con calma: dirigirse al paciente con voz baja y firme. -Tratar de establecer un contacto amigable y libre de tensión realizando preguntas sencillas. -No mentirle, ni establecer expectativas falsas. -Acceder a su confianza para poder llegar con mayor facilidad a la etiología del cuadro. -Mencionar el derecho del paciente al secreto profesional. -En caso de persistencia de los síntomas, no dudar en la contención física. Se recurre a ella cuando ha fracasado la contención verbal o la farmacológica. Farmacoterapia 1. Se puede utilizar BDZ o Antipsicóticos:repetir hasta 2 dosis en caso de respuesta infectiva o 3 dosis en caso de respuesta parcial. 2. Cambio de estrategia a tratamiento combinado (BDZ + antipsicóticos). 3. Cambios de fármacos en caso de 3 dosis sin respuesta o 4 dosis de tratamiento combinado con respuesta parcial. Fármacos Utilizados: -BDZ: lorazepam, midazolam. -Antipsicóticos típicos: haloperidol, clorpromacina, levomepromacina. Antipsicóticos atípicos: olanzapina, quetiapina, risperidona, zuclopentixol. (AT: antipsicótico típico, AA: antipsicótico atípico) Vía de administración de los fármacos Siempre es mejor por vía oral. La vía parenteral de elección psicofármacos es la IM. La vía EV se indica para el diazepam en caso de convulsiones. El diazepam IM posee una absorción errada por lo que no se encuentra recomendada esa vía de administración, sí se puede administrar lorazepam por vía IM. Contención Física Debe constar en la historia clínica. Debe estar justificada por la sintomatología del paciente. Debe acompañarse con la indicación de supervisión periódica (cada 15 minutos) y control de signos vitales. Debe ser acotada en el tiempo. La descontención también debe ser indicada por un profesional y estar registrada en historia clínica. Debe estar claro quien la indica, no improvisar. La relación personal/paciente debe ser 5:1. Los elementos necesarios deben estar disponibles durante el procedimiento. Descontención Física Al momento de efectuarse el paciente debe estar vigil. Se le debe comunicar al paciente cuándo y cómo se lo va a descontener. Es un proceso progresivo: 4-3-2-0. Trastornos por Ansiedad Clasificación del DM5 Trastorno de ansiedad por separación. Trastorno de pánico. Agorafobia. Fobia específica. Trastorno de ansiedad social. Trastorno de ansiedad generalizada. Trastorno de ansiedad inducido por sustancias. Trastorno de ansiedad debido enfermedad médica. Otro trastorno de ansiedad específico. Trastorno de ansiedad no específico. Ataque de Pánico Las características esenciales se mantienen sin grandes cambios: Pueden ser imprevistos, espontáneos o inesperados: no relacionados con estímulos situacionales. Situacionales (relacionados a alguna situación particular). Pueden ser diurnos o nocturnos (13%). El paciente no se despierta por pesadillas por ejemplo, si no que lo hace por la misma sintomatología que es resultado del AP. Los AP representan un marcador de pronóstico, gravedad y comorbilidad de una variedad de trastornos, no limitado a los trastornos de ansiedad, por lo tanto el AP puede ser catalogado como un especificador aplicable a otros trastornos de ansiedad. Trastorno de Pánico Criterios Diagnósticos Al menos uno de los AP debe ser seguido de por lo menos uno de estos dos: -Inquietud o preocupación persistente a cerca de la posibilidad de padecer nuevos AP, o sus consecuencias. -Conductas evitativas: aun de situaciones previamente afrontadas. (el AP generalmente es un episodio aislado y luego de que pasa el cuadro, no deja preocupación exagerada o modifica la conducta del sujeto). Igual que para el resto de trastornos (no se deben a enfermedad médica, sustancias, etc). Se prioriza jerárquicamente la ansiedad anticipatoria por en número de AP. CRISIS DE ANSIEDAD O DE PÁNICO Los factores del paciente pueden ser desencadenantes: Psiquiátricos Clínicos -T de personalidad. -T. de ansiedad. -Abuso de sustancias. -T. paranoide. -EPOC. -Alteraciones cardíacas, etc. Jerarquización de los cuadros de mayor a menor gravedad: 1. Trastorno del humor (ej: trastorno bipolar). 2. Trastornos psicóticos (esquizofrenia, manía, etc). (Estos 2 primeros son los cuadros de mayor prioridad a la hora del tratamiento) 3. Trastornos de ansiedad. 4. Trastornos de la personalidad. 5. Otros: trastornos de la alimentación, disociativos, conversión, etc. Fármacos para tratar los trastornos de ansiedad: Los fármacos de primera línea son los ISRS. Pero el cuadro en la urgencia (crisis) no se trata con antidepresivos, si no que se utilizan BDZ que le van a otorgar al paciente un alivio rápido. Se debe usar como primera elección las BDZ de alta potencia, principalmente las de vida media corta (alprazolam), a bajas dosis, por un tiempo corto de administración. Síndrome Confusional Agudo (SCA) Es un síndrome de fallo cerebral agudo que se presenta como la consecuencia psicopatológica directa de una condición médica o tóxica subyacente. Debe ser tratador en un hospital general. Es un síndrome neuropsiquiátrico, causado por una enfermedad médica, por intoxicación, abstinencia o efecto adverso de los fármacos o drogas, estado postoperatorio (ej: cx de cadera) en un paciente predispuesto (personas con alto nivel de vulnerabilidad). Se caracteriza por alteración aguda de: la conciencia, la cognición y la fluctuación a lo largo del día (los familiares refieren que el paciente estaba en la mañana lúcido, que decía cosas coherentes y luego en la noche está más inquieto, con alteraciones en el sueño, dice incoherencias, etc). Además presentan alteración de la atención (están distraídos, les cuesta seguir el hilo de la conversación), alteración de la memoria, etc. El tratamiento principal consiste en identificar y tratar la causa de base. Tratamiento no farmacológico: Es muy importante la identificación precoz del SCA y siempre tener presente este cuadro (así evitamos el subdiagnóstico). El 30% de los pacientes añosos presentan SCA en el contexto de una hospitalización. Formas de presentación de un SCA Hiperactivo. Hipoactivo. Mixto. ++++++++ Factores que aumentan el riesgo de presentar un SCA Demencia: aumenta 5 veces la posibilidad. ACV Aumentan un 50% la posibilidad de padecer un SCA Enfermedad de Parkinson Tratamiento No Farmacológico Farmacológico Reducir los factores que puedan agravar el delirum, Evitar y limitar los movimientos, Facilitar el patrón normal del sueño, Evaluar el riesgo, Acompañamiento de un familiar. Consiste en tratar principalmente la agitación, si no hay agitación o alteraciones en el sueño lo que voy a buscar y tratar siempre es la causa de origen. Se puede utilizar: Antipsicóticos: haloperidol en dosis muy bajas (es solo una recomendación, no está aprobado por la FDA) y por poco tiempo. Otros antipsicóticos: risperidona, olanzapina, etc. Siempre a dosis bajas. TRASTORNO DEL CONTROL DE LOS IMPULSOS TRASTORNO DEL CONTROL DE LOS IMPULSOS Son aquellas alteraciones del comportamiento caracterizadas por una gran dificultad para resistir el impulso de realizar algo concreto, incluso cuando esta conducta pueda ocasionar distintos tipos de inconvenientes en diversos ámbitos. Se experimenta como un aumento de tensión, seguido de alivio o satisfacción tras la realización de la conducta impulsiva. Clasificación según DSM V y CIE 10 Trastorno explosivo intermitente Trastorno de conducta disocial Cleptomanía Piromanía Tricotilomanía Podemos pensar en muchos trastornos en los que la falta de control de impulsos también está presente como la bulimia, parafilias, adicciones, T.O.C. pero en éstas el descontrol impulsivo NO es lo central, sino que forman parte de un cuadro mucho más amplio, junto con patrones de comportamiento desadaptativos. Trastorno explosivo intermitente Son reacciones episódicas y aisladas en las que existe dificultad para controlar impulsos agresivos, dando lugar a episodios de violencia física o verbal y/o destrucción de la propiedad. La reacción es objetivamente desproporcionada en relación al hecho que la desencadena. Estas reacciones no son consecuencia de enfermedades médicas o de otros trastornos mentales, ni al efecto directo de una sustancia. Criterios diagnósticos Agresión verbal,o agresión física contra la propiedad, animales u otros individuos en promedio 2 veces por semana durante un periodo de 3 meses. La agresión no causa daños ni destrucción de la propiedad ni lesiones físicas. 3 arrebatos en el comportamiento que causen daño o destrucción de la propiedad o agresión con lesiones a animales u otros individuos, en los últimos 12 meses. Clínica Conducta agresiva/impulsiva que se presenta en forma de ataques o estallidos recurrentes de rápida instauración y rápida resolución. En respuesta a estímulo precipitante menor o sin desencadenante evidente. No son premeditados, ni persiguen algún objetivo tangible. Precedidos por aumento de la tensión interna, cefaleas, nauseas, mareos. Produce malestar en el perpetrador seguido de vergüenza o culpa. Etiología Factores Biológicos Eventos Psicotraumáticos Factores bioquímicos: alteración de la 5HT (serotonina) y otras monoaminas. Factores neuroendocrinos: alteraciones en el eje HHA. Factores genéticos: 44-72% de heredabilidad. Principalmente en edades tempranas (maltrato, abuso, etc). Diagnóstico Diferencial Trastorno bipolar (fase maníaca). Esquizofrenia (cuando está presente la alucinación o delirio). Depresión. TDAH. Trastorno oposicionista desafiante. TEC. Epilepsia. Abuso de sustancias. Trastornos Disocial o de la Conducta Comportamientos persistentes o repetitivos que entran en conflicto con normas sociales o códigos de convivencia: agresión a personas, o animales, fraude, robos, destrucción de la propiedad. Estos actos se realizan de forma premeditada, pudiendo llegar a incumplimiento grave de las normas. Falta de empatía. Distorsión en la interpretación de intenciones ajenas. Ausencia de culpa. Tendencia a culpar a los demás. Baja tolerancia a la frustración. Respuesta agresiva ante molestia o desagrado. Inconstancia, cambios de intención / opinión. Provocaciones para ocasionar enfrentamientos. Cleptomanía Impulsos incontrolables de apropiarse de objetos ajenos e innecesarios. Sensación de tensión previa al acto y de gratificación durante o después del mismo. Ansiedad, abatimiento y culpa. La persona fracasa en el intento de resistir dichos impulsos. Los objetos robados suelen desecharse, esconderse o regalarse, no se utilizan. Diagnóstico diferencial Trastorno antisocial de la personalidad (roba con un fin concreto). Robo ordinario. Esquizofrenia. Piromanía Actos o intentos reiterados de prender fuego a propiedades u objetos sin motivo aparente, insistencia sobre temas relacionados con el fuego o combustión. Refieren aumento de tensión previo al acto y excitación emocional intensa inmediatamente después de que se ha llevado a cabo. Es habitual que permanezcan como espectadores. En general presentan escasas habilidades sociales, suele iniciarse en la adolescencia. Diagnóstico diferencial Retraso mental. Demencia. Trastorno Disocial. Tricotilomanía Es el hábito de arrancarse pelos de cualquier zona del propio cuerpo. Las más afectadas suelen ser la cabeza, las cejas y las pestañas, aunque la posibilidad se extiende a zonas como las axilas o el pubis. Fracaso reiterado para resistir los impulsos de arrancárse cabello o vello corporal. Tal comportamiento suele ser precedido por un aumento de tensión a la que sigue de una sensación de alivio o gratificación tras la extracción. Este diagnóstico es incompatible con la existencia de una inflamación de la piel o de una idea delirante o a una alucinación en tomo a los pelos. Diagnóstico diferencial Períodos cortos en los que los niños se arrancan pelos. Alteraciones médicas que cursan con pérdida de pelo, provocando zonas de calvicie que recuerdan a este trastorno (alopecia areata, LES, liquen plano folicular, foliculitis depilatorias). Esquizofrenia: comportamientos que incluyan el arrancarse o comerse pelos como respuesta a las ideas delirantes o a las alucinaciones. Otros trastornos del control de los impulsos -Podrían ser aquellos no contemplados en los apartados anteriores: Uso compulsivo-impulsivo de Internet, Comportamientos sexuales compulsivos-impulsivos, Pellizcarse de forma compulsiva. Compras compulsivas. Respecto a lo que podría considerarse una adicción a Internet, muchos jóvenes y adultos describen que no sólo sienten una compulsión y usan Internet de forma constante, sino que se refieren al espacio web como un nuevo ambiente social que reconocen perjudica las relaciones con quienes le rodean. Tratamiento Farmacológico de los Trastornos del Control de los Impulsos Depende de cada cuadro que se presente, pero los fármacos utilizados generalmente son los siguientes: Antipsicóticos atípicos. Antidepresivos serotoninérgicos. Litio. Antiepilépticos. Estudios recientes con eutimizantes (Litio, Topiramato, ác valproico, lamotrigina). AUTOLESIÓN NO SUICIDA O NO LETAL Definición: La autolesión no suicida (ANS) es un fenómeno desconcertante y preocupante que hace referencia a cualquier comportamiento que se realiza de manera intencionada, auto- dirigida, sin intencionalidad suicida, y que causa una destrucción inmediata de la superficie corporal. Esta definición excluye comportamientos que pueden suponer autolesiones accidentales o indirectas (restricción alimentaria, con sumir drogas), o que son socialmente aceptados (tatuaje, autolesionarse en el contexto de un ritual religioso). La autolesión no suicida (ANS) hace referencia a la destrucción directa y deliberada de la propia superficie corporal sin intención letal. Incremento progresivo de su incidencia entre adolescentes y adultos jóvenes, así como un creciente interés científico. La 5º edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales ha incluido el trastorno por ANS como un diagnóstico que necesita más estudio. Desde que se empezó a estudiar este fenómeno hasta la actualidad, se ha podido constatar un aumento en su incidencia tanto en población infanto-juvenil como adulta. Los primeros estudios en el campo de la ANS señalaban una prevalencia del 0,4% a principios de la década de los 80. En la actualidad, aproximadamente el 4% de la población general refiere historia de ANS. Las autolesiones recurrentes pueden conllevar múltiples consecuencias negativas como, por ejemplo, una lesión física, una infección, hospitalizaciones o la muerte accidental. La ANS se ha entendido históricamente como un fenómeno infrecuente, asociado a la presencia de algún trastorno mental grave. Sin embargo, la visión actual es diametralmente opuesta, ya que sabemos que la ANS ni es rara, ni aparece sólo en personas con un trastorno mental. Las conductas autolesivas no deben minimizarse. Exponen al adolescente a situaciones de riesgo y dan cuenta del malestar que una persona y/o grupo humano padece. La intervención del equipo de salud posibilita el trabajo terapéutico sobre dicho sufrimiento y la prevención de comportamientos de riesgo en el futuro. Criterios Diagnósticos DSMV-Autolesiones No Suicidas A. En al menos 5 días del último año, el individuo se ha infligido intencionalmente lesiones en la superficie corporal del tipo que suelen producir sangrado, hematoma o dolor (p.ej., cortar, quemar, pinchar, golpear, frotar en exceso), con la expectativa de que la lesión sólo conllevará un daño físico leve o moderado (es decir, no hay intención suicida). B. El individuo realiza comportamientos autolesivos con una o más de las siguientes expectativas: -Para aliviar un sentimiento o estado cognitivo negativo. -Para resolver una dificultad interpersonal. -Para inducir un estado de sentimientos positivos. C. Las autolesiones intencionadas se asocian con al menos una de las siguientes: -Dificultades interpersonales o sentimientoso pensamientos negativos, tales como la depresión, la ansiedad, la tensión, el enfado, el sufrimiento generalizado o la autocrítica, que tienen lugar en el período inmediatamente anterior al acto autolesivo. -Un periodo de preocupación con el comportamiento que se pretende realizar que es difícil de controlar y que aparece antes de realizar el acto. -Pensamientos acerca de autolesionarse que aparecen frecuentemente, incluso cuando no se actúan. D. El comportamiento no está aceptado socialmente, y no se limita a arrancarse una costra o morderse las uñas. E. El comportamiento o sus consecuencias provocan malestar clínicamente significativo o interfieren con las áreas interpersonales, académica u otras áreas importantes de funcionamiento. F. El comportamiento no aparece exclusivamente durante los episodios psicóticos, el síndrome confusional, la intoxicación por sustancias o la abstinencia de sustancias. En individuos con un trastorno del neurodesarrollo, el comportamiento no es parte de estereotipias repetitivas. El comportamiento no se explica mejor por otro trastorno mental o afección médica (p.ej., trastorno psicótico, trastorno del espectro autista, discapacidad intelectual, síndrome de Lesch-Nyhan, trastorno de movimientos estereotipados con comportamiento autolesivo, tricotilomanía, trastorno de excoriación). La ANS es poco habitual en la infancia. Su presencia se asocia frecuentemente a la esquizofrenia, el síndrome de Gilles de la Tourette, de Lesch-Nyhan, o formas graves de retraso mental o autismo. Pese a que no se conocen datos de la incidencia de ANS por debajo de los 12 años, entre un 5,1% y un 24% de las personas que se autolesionan, reportan haber iniciado esta conducta antes de los 11 años. Prevalencia de las ANS Estudios con diferentes muestras de diferentes partes del mundo, sugieren que el 13-45% de adolescentes se han autolesionado al menos una vez a lo largo de la vida. En el caso de los adultos jóvenes sería de entre el 5 y el 35%. La prevalencia de ANS decae de manera importante en la edad adulta (en concreto a partir de los 29 años). Este hecho iría en consonancia con la idea de un incremento de este tipo de conductas en las últimas décadas. También podría deberse a un sesgo en la memoria de los adultos (es decir, olvidar que se ha incurrido en ANS). ANS y Acontecimientos Vitales Adversos Las ANS se asocian a acontecimientos vitales adversos durante la infancia, como el abuso sexual o la negligencia parental. Sin embargo, los datos no son consistentes. Se sugiere que la asociación entre abuso sexual en la infancia y la ANS se debe a que comparten factores de riesgo (correlación), pero no al hecho de que la primera propicie la segunda (causalidad). Otras vivencias adversas a nivel interpersonal se asocian frecuentemente con la presencia de ANS el haber sufrido bullying por parte de los compañeros de escuela durante la infancia y/o la adolescencia temprana incrementa el riesgo de presentar ANS. Medios de Comunicación, Redes sociales e Internet Los procesos de aprendizaje social e imitación juegan un papel importante en el inicio de las conductas de autolesión, por lo que presenciar este tipo de conductas en compañeros de la escuela, en la televisión o en internet, puede suponer un factor de riesgo evidente para cometer ANS. En la mayoría de los casos, la ANS no es impulsiva, la persona planifica la ANS cuando está sola y experimenta ideas o emociones negativas (recuerdo desagradable, ira), o en respuesta a un acontecimiento estresante. La mayoría de personas que se autolesionan reportan no sentir dolor (o sentir muy poco) mientras realizan esta conducta. Este fenómeno, que a veces complica el tratamiento de la ANS, podría deberse a un proceso de habituación o de liberación de endorfinas. ANS Método La mayoría de personas que se autolesionan lo hacen cortándose (70-97%) con algún tipo de utensilio afilado como un cuchillo o una cuchilla, principalmente en los antebrazos, las piernas y/o el abdomen. Otros métodos habituales son golpearse o quemarse. ANS y Psicopatología Aunque los trastornos mentales no son infrecuentes en personas que se autolesionan, la presencia de ANS no implica que necesariamente deba existir un trastorno mental. La lista de diagnósticos en la que podemos encontrar ANS es heterogénea e incluye: Trastornos alimentarios, Uso de sustancias, T. depresivos y de ansiedad, TLP (trastorno límite de la personalidad). Debe refutarse claramente la idea de que la ANS es simplemente un indicador de TLP, y plantearse como un fenómeno transdiagnóstico. Curso y Pronóstico El curso de la ANS es heterogéneo, y existen diferentes factores que podrían explicar por qué algunos individuos se autolesionan de manera puntual y otros lo hacen de manera recurrente: Edad de inicio, entre los 12 y los 16 años, la adolescencia es un periodo de vulnerabilidad para la ANS (niveles elevados de impulsividad y reactividad emocional asociados a procesos del desarrollo cerebral). Entre los factores de riesgo específicos para cometer ANS destacan la historia previa de ANS, la presencia de rasgos de personalidad del grupo B (DSM) y el experimentar desesperanza. Otros aspectos como autolesionarse frecuentemente y utilizando varios métodos diferentes predicen el hecho de autolesionarse en el año posterior. Para una porción importante de adolescentes, la ANS constituye una conducta estable que persiste en el tiempo, que se asocia a un importante deterioro funcional. El curso y pronóstico tiene que ver con las características propias de la ANS, es decir el método o la función de la autolesión. Por otro lado, los adolescentes que incurren en autolesiones recurrentes (en comparación con los adolescentes que incurren en la ANS de manera esporádica) muestran más problemas de regulación emocional, un peor rendimiento académico, más problemas interpersonales (elevada sensibilidad al rechazo, estigmatización por parte de los demás). Es importante destacar que la dificultad en regular las emociones persiste incluso después de cesar en la ANS, lo que sugiere que la regulación emocional juega un papel central en el inicio de la ANS. Tratamiento de las ANS El tratamiento depende principalmente del diagnóstico de base (cuadro depresivo, trastorno de ansiedad, etc): ISRS en altas dosis: el de primera línea es la sertralina o fluoxetina. Neurolépticos atípicos (olanzapina). EVALUAR A CADA PACIENTE EN PARTICULAR PARA COMPRENDER SU PROBLEMÁTICA E INSTAURAR EL TRATAMIENTO FARMACOLOGICO MÁS ADECUADO. SUICIDIO Cerca de 800.000 personas se suicidan cada año. Es decir, que ocurre en promedio un suicidio cada 4 segundos. Por cada suicidio, hay muchas más tentativas de suicidio cada año. Entre la población en general, un intento de suicidio no consumado es el factor individual de riesgo más importante. El suicidio es la tercera causa de muerte para los jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y los 19 años. La primera causa son los accidentes automovilísticos y la segunda son las infecciones respiratorias bajas o complicaciones en el embarazo. El 79% de todos los suicidios se produce en países de ingresos bajos y medianos. La ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y las armas de fuego son algunos de los métodos más comunes de suicidio en todo el mundo. OMS El suicidio es considerado un problema de salud pública grave y creciente a nivel mundial. Según la OMS, por cada muerte por suicidio se registran 20 intentos. La OMS afirma que las tasas de suicidio han aumentado un 60% en los últimos 50 años y ese incremento ha sido más marcado entre los jóvenes, al punto de convertirlos en la actualidad en el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países del mundo. El suicidio a nivel mundial se encuentra entre las tres primeras causas de muerte en las personasde 15 a 44 años. En la Argentina, en los últimos 20 años, la tasa de mortalidad por suicidio creció considerablemente en los grupos más jóvenes (15 a 24 y 25 a 34 años). Mientras que se redujo significativamente en los grupos de mayor edad (mayores de 55 años) que históricamente registraron las tasas más altas. En promedio son las mujeres quienes cometen más intentos mientras que los varones lo consuman en mayor medida. Numerosos estudios han constatado que al menos 2/3 de los sujetos que intentaron o lograron suicidarse habían comunicado con anticipación sus intenciones al respecto. Si bien el vínculo entre el suicidio y los trastornos mentales (en particular los trastornos relacionados con la depresión y el consumo de alcohol) está bien documentado en los países de altos ingresos, muchos suicidios se producen impulsivamente en momentos de crisis que menoscaban la capacidad para afrontar las tensiones de la vida, tales como los problemas financieros, las rupturas de relaciones o los dolores y enfermedades crónicos. Las experiencias relacionadas con conflictos, desastres, violencia, abusos, pérdidas y sensación de aislamiento están estrechamente ligadas a conductas suicidas. Las tasas de suicidio también son elevadas entre los grupos vulnerables objeto de discriminación. El principal factor de riesgo de suicidio es un intento previo de suicidio. Cuando se evalúa una posibilidad de suicidio debemos considerar si anteriormente lo ha intentado y qué método ha empleado para tal fin (se considera de alta gravedad el uso de armas de fuego, lanzarse de altura, el ahorcamiento), también es importante interrogar si tienen algún familiar que haya intentado o consumado el suicidio. Además tener en cuenta los suicidios en cubierto (lo hacen mediante accidentes de moto por ejemplo para que no se note que querían suicidarse). Es muy frecuente la repetición de un acto suicida dentro del primer mes de ocurrido el intento anterior. La mejor forma de detectar si las personas tienen pensamientos suicidas es preguntándolo. Contrariamente a lo establecido en la creencia popular, hablar del suicidio NO provoca actos de autolesión, por el contrario, permite hablar acerca de los problemas y la ambivalencia con la que están luchando y en muchos casos aliviar al menos momentáneamente la tensión psíquica que constituye la ideación de muerte, de esta manera el paciente percibe que puede ser ayudado. Los pacientes con intento de suicidio se internan teniendo en cuenta el riesgo cierto o inminente de autolesionarse o dañar a alguien. Para darle el alta al paciente debemos evaluar que el paciente ya no presente riesgo, y deberá continuar con un tratamiento ambulatorio (farmacológico + psiquiátrico + psicoterapéutico) y un seguimiento estricto. Se han postulado dos fármacos suicidolíticos: la clozapina y el litio.
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