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Reporte de Lectura jan de vos - Alfredo Sánchez(1)

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Reporte de Lectura 
Por: Alfredo Humberto Pérez Sánchez
Vos, Jan De, La memoria interrogada, Desacatos núm. 16, otoño-invierno 2004, pp. 222-236. Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Distrito Federal, México
Jan de Vos, el autor del texto, escribe en primera persona para realizar un listado de normas que guíen al historiador en su oficio. Me parece interesante y ampliamente visible el uso de este último término -oficio-, como lo usa Marc Bloch, relacionándolo con artesanos que trabajan su obra con humildad y dedicación para rendir cuentas a la sociedad dando a conocer sus resultados de una investigación, definiendo al historiador como hombre de oficio.
El autor usa la voz en primera persona, para recurrir constantemente a sus experiencias personales y relacionar cada punto tratado en este listado de normas con su vida personal como investigador e historiador, con sus trabajos y libros realizados a lo largo de su trayectoria. En un principio comienza con una introducción al listado, junto con reflexiones acerca de la Historia y un poco de su acontecer en tierras chiapanecas. Aunque todo el texto parece reflexiones sobre su oficio de historiar a través de preguntas que se hace a sí mismo, al mismo tiempo expone normas básicas que debe seguir, como dice él, cualquier historiador que se respete: 
Elegir un campo, el cual, al mismo tiempo, debe estar comprendido por el espacio (como un territorio delimitado), el tiempo (una parte acotada en el devenir histórico), el área (comprendo, como un sector o aspecto específico en el territorio) y la posición desde la cual se observan las tres delimitaciones anteriores.
Definir el tema, de donde se desglosa el requisito que sea posible (para nuestra posición como persona, talvez por nuestra situación económica), original (que haya sido estudiado poco o nada, para no seguir repitiendo lo ya dicho), actual (para que se relacione o comprenda una problemática del presente), útil (para enriquecer a la historiografía, o bien, cumpla con una función social de ayudar a esclarecer una problemática actual) y que le guste al investigador.
Planear el trabajo, que lo menciona como una pequeña metodología trazada previamente para no perderse en el camino de la investigación. Propone, plantearnos el problema, leer lo que han escrito otros autores al respecto, definir una hipótesis y diseñar un esquema de trabajo.
Buscar la información, un punto importante del trabajo del historiador, sería nuestro primer contacto con fuentes que fungirán como materia prima de nuestra investigación, lo cual puede ser problemático y contradictorio ponerlo en esta posición de la lista, pues, si nos encontráramos con poco, nada información o de difícil acceso nos estancaríamos y consecuentemente nos tardaríamos mucho para llegar hasta este punto, hasta encontrar un tema que si sea posible estudiar. 
Almacenar los datos, útil para no perderse en la cantidad de documentos y archivos consultados, de donde nos aconseja utilizar fichas bibliográficas.
Interrogar las fuentes, en donde buscamos su autenticidad, credibilidad, significado y concordancia, sin embargo, como en todo su texto, menciona que no debemos seguir al pie de la letra y en su totalidad estos requisitos, pues podríamos omitir documentos que al final sí podrían ser útiles.
No realizaríamos estudios históricos y mucho menos seríamos historiadores si sólo nos dedicáramos a transcribir sin mayor complicación los datos de nuestras fuentes, por lo que, explicar e interpretar los sucesos es esencial para el trabajo historiográfico. Y es éste, el séptimo mandamiento de Jan de Vos.
Los dos últimos mandamientos, creo, van muy ligados. Escribir nuestros resultados comienza aquí, definimos nuestra forma de escribir en el texto, y aunque no se presente puramente definido nuestro estilo de exposición de ideas, sí creo, nos inclinamos más hacia una. Estos estilos los clasifica por: investigante, polémica, narrativa, estructural y comparativa. Componer la obra, siento, es una manera más rigurosa de requisitos que debe llevar nuestro trabajo para una buena lectura. Debe ser riguroso en su contenido, armonioso en su composición y atractivo en su exposición.
Publicar nuestros resultados es crucial, pues considero, el conocimiento debemos compartirlo, ya que su obtención resultaría banal y por consiguiente terminaría siendo efímero. 
Me parece interesante cómo durante todo el texto está reflejada su personalidad (como en el texto de cualquier otro autor), pero el aspecto de su religiosidad fue lo que más sobresalió para mí y su relación con otras actitudes ligadas a ésta, por ejemplo, en un principio a las diez normas presentadas en el manual las suele llamar mandamientos o aún más al inicio, en el primer párrafo menciona que su convicción ética como cristiano lo hace tomar partido por los indígenas.
Creo que es muy útil contar con un listado de normas como este, que guíen un trabajo de investigación, al oficio de historiar; siempre y cuando no se siga al pie de la letra, pues considero que no debemos condenarnos a un estricto positivismo sin dejarnos reflexionar al respecto.

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