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Oaxaca en el Clasico - Alfredo Sánchez(1)

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Reporte de Lectura
Winter, Marcus. (2001). La zona Oaxaqueña en el Clásico, en: Historia Antigua de México, vol. II. 2ª Edición. INAH-UNAM. Editorial Porrúa
Por: Alfredo Humberto Pérez Sánchez
La vida oaxaqueña se ve ampliamente modificada a partir de la transformación de sus aldeas organizadas igualitariamente en ciudades urbanas estratificadas socialmente en el año 500 aC, con la fundación de Monte Albán.
Aldeas, constituidas por casas sencillas de bajareque en comunidades pequeñas de 25 a 50 personas asentadas cerca de ríos, aprovechando el agua para su consumo y aprovechando la fertilidad de las tierras, cultivando por temporadas. A diferencia de los primeros centros urbanos, que se asientan en la cima de cerros, como, el mejor caso, Monte Albán. En este caso, aprovechando la posición como estrategia de defensa, protección, fácil visibilidad e incluso representativa, aludiendo al poder centralizado en la capital política dominante de las comunidades circundantes.
Antes de la fundación y auge de Monte Albán, se encontraba San José Mogote en su lugar, decayendo probablemente a razón de problemas internos y/o externos con comunidades rivales. Monte Albán siguió siendo una sociedad agrícola, como las aldeas antecesoras, sin embargo, no se limitaba a ello y no era la actividad principal, sino la construcción de la ciudad, los intercambios en el mercado, las ceremonias públicas, entre otras actividades urbanas.
El desarrollo de Monte Albán, como principal ciudad, se divide en tres partes: 
La primera, a partir de la época Monte Albán I se estableció y consolidó el poder mediante dos métodos, la participación voluntaria en el mercado y la subyugación por la fuerza. Siendo la Plaza Principal, el corazón de la ciudad sede del mercado, como en la mayoría de las comunidades tradicionales mesoamericanas. En la siguiente época se sigue consolidando el poder, con la definición formal de la Plaza Principal y el aumento del control religioso sobre la población. Durante esta primera etapa los zapotecos se expandieron territorialmente dentro del valle de Oaxaca hacia Miahuatlán, Atepec, Ixtepeji y San Mateo Tepantepec. Por otra parte, la región Mixteca Baja y Alta, fueron habitados por supuestos hablantes del mixteco, presentando diferencias socioculturales en relación con los zapotecos, probablemente, debido a las montañas que rodean el valle, limitaban la comunicación entre ellos, haciendo posible el nacimiento y evolución autóctono de la mayoría de grupos lingüísticos. 
Esta primera parte del desarrollo de la ciudad culmina con el establecimiento del barrio zapoteca en Teotihuacán durante el 200 dC. La segunda, se identifica por la fuerte influencia de Teotihuacán. Vista la presencia, al menos de sus estilos, de manera recíproca, en ambas ciudades, se suponen dos teorías, una dice que Monte Albán fue subyugada por los teotihuacanos, estableciendo residencias sobre la Plataforma Norte, asumiendo un control directo con la ciudad; otra teoría dice, los zapotecas fueron sometidos, pero sólo obligados a pagar tributo. Monte Albán, probablemente estaba organizada como cacicazgo complejo. Por parte de la Mixteca, dejó de tener relaciones con Monte Albán, alrededor del 100 dC varios centros fueron abandonados y posiblemente quemados, dos siglos después aparecen de nuevo, ahora, dentro de la esfera de influencia con Teotihuacán. 
La tercera etapa termina alrededor del 500 dC, con el fin del dominio teotihuacano sin explicación establecida. Esta última parte del desarrollo de Monte Albán como ciudad se caracteriza por el renacimiento y florecimiento de la cultura zapoteca, con una estratificación social formalizada basada, tentativamente, en tres niveles: un grupo pequeño de dirigentes, un grupo más numeroso de posibles administradores y comerciantes, y el grupo mayoritario de la gente común. Así como también se extiende geográficamente la cultura hacia la cuenca inferior del Río Verde, La Mixteca Alta y Baja. 
Al final, tras el abandono de las ciudades-Estado, existen 500 años sin claras evidencias arqueológicas, sin embargo, se infiere en un posible cambio climático abrupto que lo causó. Siguieron siendo habitados los sitios, pero nunca regresaron a ser las ciudades como Monte Albán que ya había alcanzado 25000 habitantes en un territorio de 6.5 km2.

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