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La participación política del movimiento artístico expresionista - Alfredo Sánchez(1)

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La participación política del movimiento artístico expresionista, su desarrollo en la Alemania durante y a finales de la primera guerra mundial en comparación a su presencia en el México posrevolucionario
Problema: Analizar y criticar la participación política del movimiento cultural expresionista en México, las características que la diferenció o se mantuvieron iguales de su versión original europea
Hipótesis: Mientras que la participación política del movimiento cultural expresionista en Alemania era contestatario, pues se dedicaba a incitar a la rebelión contra el régimen del kaiser Guillermo II, en México era pieza de la cultura institucional promovida como herramienta del Estado para fines de gobernabilidad 
Introducción
El arte, por su ser una expresión humana, existe y se desarrolla íntimamente con el contexto en el que se ubica. Ya sea la pintura, la arquitectura, la escultura, el cine o cualquier otra manifestación artística no suelen dejar de adoptar características del ambiente social y político de su momento. Resulta importante reconocer este elemento para entender el mensaje que transmite una obra de arte pero igualmente es importante hacer una lectura sobre un periodo en una determinada geografía a través de sus expresiones artísticas, pues dará como resultado inquietudes, deseos y facciones que describen desde una perspectiva más amplia a esa sociedad.
A lo largo de toda nuestra historia como humanidad, expresar nuestras ideas ha resultado necesario por diferentes motivos y a través de diferentes medios, aquí pretendo escudriñar esos motivos en torno al movimiento artístico del expresionismo enfocado máxime en la pintura, dentro de la temporalidad en que surge, a principios del siglo XX y ubicado en su lugar de origen, Alemania, junto a una comparación de su presencia en México. 
El arte para el siglo XX no solo funcionaba como vehículo para expresar opiniones o críticas a la sociedad, como lo hizo el realismo frente a los convencionalismos estéticos en la época, pues también ya contaba con una historia como medio por el cual encontraba participación activa en los temas políticos del momento. De hecho, al respecto Kant escribía desde hace un siglo atrás, a finales del siglo XVIII publica Crítica al juicio, donde exalta la funcionalidad ética y moral que cabía en el arte y la cultura.
E
l expresionismo surge en Alemania por medio de la pintura como un quiebre del realismo: el realismo pretendía retratar de manera más fidedigna posible lo acontecido ante la mirada de los y las artistas, suponiendo pintar la realidad en sí; con sus bellezas, brillos, deformidades y oscuridades. El pintor que le dio nombre al movimiento, Gustave Courbet da un ejemplo de sus pretensiones, quien declaraba no desear la belleza, sino la verdad. Su sinceridad artística en relación a las escenas que observaba, sin tapujos o embellecimientos, es visible en su obra Bonjour monsieur Courbet, en donde se le ve al autor en un autorretrato con vestimenta y aspecto convencional en su vida, pero no así para los cánones estilizados en la pintura de la época.
Por ello, en contraste el expresionismo busca hacer visibles elementos que se omitían de la realidad, denotar características encontradas en la subjetividad del artista. El grito (1985), obra realizada por Edvard Munch, uno de los primeros en explotar las posibilidades de interpretación artística que después se le reconocería como expresionismo, manifiesta una realidad sensible encontrada en la mentalidad del autor y que crea angustia, sorpresa o inquietud en los espectadores, deformando la realidad en favor de los sentimientos que provocan esas facciones físicas exageradas. El arte expresionista era, por tanto, una expresión al máximo, encaminada a efectos de gran emotividad.
Mientras que el realismo se inclinaba a pretender plasmar de manera objetiva la realidad, el expresionismo busca hacer visibles aspectos subjetivos que terminaba por crear una visión particular y única del artista. Debido a que el contenido discursivo de una pintura expresionista tendía abiertamente hacia la subjetividad, su interpretación me parece más amplia, y puede resultar en significaciones variadas, sin embargo, para acercarnos a tal obra es imperativo conocer el contexto histórico en el que se realiza. 
Su papel político en el contexto histórico de la Alemania
El expresionismo surge en un contexto social muy conflictivo de múltiples crisis apenas en el cambio de siglo, la urbanización e industrialización de Alemania, lo que provocó aumento del proletariado, el comienzo del primer y segundo reich en los albores de la Primera Guerra Mundial, masivos movimientos migratorios, la Revolución Rusa, la globalización, entre otros procesos, marcaron el discurso social de esta corriente artística. Sentimientos como la angustia, frente al complicado panorama que se les presentaba, aunado a deseos de revolución fueron las razones de su manifestación artística.
Siguiendo una filosofía kantiana no utilitaria, pintores en un principio, desde el seno de sectores sociales populares buscaban imprimir sus demandas y críticas al régimen. Sin embargo, no todo el movimiento surgió y se desarrolló politizado, por ejemplo, la tendencia artística del Die Brück (el Puente) criticaba los academicismos, las tendencias tradicionales del arte que intentaban mirar de manera cuadrada y cerrada las técnicas de pintura, por tanto este grupo de artistas iban en contra de todo positivismo, declarándose incluso anti-realistas y anti-impresionistas; después, durante la primera guerra mundial hasta la etapa posterior, las intenciones de estos y otros pintores se radicalizaron o entraron de lleno al debate político. Eso sí, sin una intención de manifestación politizada, todos los pintores se declaraban en una posición contra de las élites, y la burguesía.
A finales de la primer gran guerra, Alemania se encontraba devastada debido a su evidente fracaso al que había sido llevada por el régimen autoritario del kaiser Guillermo II, lo que provocaba tensiones entre clases populares con la élite de aristócratas y burgueses. Ante ello, los aires de revolución corrían entre la sociedad, artistas pintores adoptaron diferentes posturas, entre los que hacían apología bélica y aquellos grupos que se situaban en defensa del pacifismo. Algunos de los pacifistas se aglomeraron bajo revistas filoanarquistas, como Kampf (1902-1905), y más tarde la libertaria Die Aktion (1911-1932), canalizadora del expresionismo más politizado y pacifista antes y durante la guerra.
Durante la revolución de noviembre, con la que se lograría la renuncia de Guillermo II como el último kaiser del imperio alemán, y al cambio de gobierno a una república parlamentaria y democrática, surgió un efímero Estado llamado República Soviética de Baviera (también llamada Münchner Räterepublik en alemán) que adoptó una forma de consejos obreros con tendencias anarquistas. Sus postulados dotaban al arte de un rol más activo, uniendo los asuntos de política gubernamental con los de la cultura. 
A pesar de la corta existencia de esta república no reconocida sus acciones para convertir al arte en algo "tan serio como la política" contaban con el fuerte compromiso de personajes como Kurt Eisner durante la primera etapa de la revolución bávara que pretendía este gobierno; Gustav Landauer; Erich Mühsam y otros, como el poeta y dramaturgo Ernst Toller.
Kurt Eisner se proclama como el primer ministro de la República de Baviera, puesto desde el cual expone un programa para atender el tema “La actitud del Gobierno Revolucionario en torno al Arte y los Artistas”. Eisner pensaba que mediante la socialización de la cultura y las artes, las masas populares se educarían y elevarían en espíritu, lo que les conduciría a la revolución que pretendían, uniendo la teoría, encontrada principalmente en tesis idealistas de Schiller y ciertos postulados románticos sobre la libertad individual y creadora, con la práctica política. 
Una vez derrocada la república, asesinando a más de un millar de comunistasy anarquistas involucrados, por su rival con la que coexistía, la República Popular de Baviera, el pueblo bávaro se desencantó y hasta comenzó a odiar todo gobierno de izquierda que había provocado hambre, caos y restricciones a sus libertades durante ese periodo. Entre otros factores, debido a ello resultó más fácil la llegada al poder del nacionalismo radical, el cual igualmente expresaría su odio a estos movimientos de izquierda, terminando por expulsar o matar a estos artistas expresionistas y militantes del comunismo y anarquismo. 
El expresionismo en México de la mano al proyecto vasconceliano
Terminada la revolución en 1920, México era un país disperso, se encontraba dividido debido a la misma guerra acaecida entre facciones militares, políticas y civiles. Resultó necesario unificar la nación, por otra parte también debido al creciente interés de las élites por encontrar la esencia o naturaleza del país, a través de elementos en común entre los ciudadanos. Parecido a lo acontecido el siglo pasado, después de haber logrado la soberanía del territorio y fundando una nación, después de un quiebre en el devenir histórico, los criollos entran en la encrucijada por definir su identidad fundado en un pasado incierto, rechazando, aceptando o mezclando las culturas civilizadoras a su alcance, la anglosajona y la hispánica.
Desde un proyecto cultural encabezado por el secretario de educación, José Vasconcelos, se comienza a investigar, preservar y promover la cultura popular de México. Se busca crear un espacio cultural en que cupieran todos los habitantes del país sin más violencia. Alejado del imperialismo estadounidense, presume Vasconcelos crear ese espacio a partir de la síntesis de la cultura universal iberoamericana, para después crear una filosofía propia que crearía, organizaría e impulsaría pensamientos nuevos. Por lo anterior, para México esa potencia cultural estaba en su alma popular, no sólo en la alta cultura.
Intelectuales, artistas, humanistas, científicos, escritores y creadores en general participaron activamente en la formulación y aplicación de las políticas emanadas del Estado. Entre las numerosas iniciativas de Vasconcelos para apoyar la creatividad y propiciar una identidad colectiva fue el renacimiento de las artes plásticas encabezado por muralistas como José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros o Diego Rivera. Vasconcelos, pensaba que las artes era el medio de expresión más alto del ser humano, lo cual justifica sus intereses con el medio artístico y la promoción de sus creaciones. 
La administración anterior de Justo Sierra como secretario de educación mandó al extranjero múltiples artistas mexicanos con el apoyo de becas, principalmente a Francia y España. Cuando Vasconcelos tomó el cargo fueron llamados de regreso para dar inicio y consolidar las bases del proyecto en México, teniendo presencia hasta en las zonas más remotas del país, pintando en edificios públicos y divulgando su arte a nivel nacional como parte del plan educativo y de cultura que se pretendía. 
Orozco y Siqueiros son los representantes del muralismo expresionista en el proyecto de cultura vasconceliano, y debido a sus antecedentes personales, sus obras tienen un remarcado contenido histórico relacionado al México del pasado reciente o hasta remoto. 
Sus obras estaban dirigidas a rememorar un pasado glorioso, trágico y, finalmente, dramático desde sus perspectivas, por el lado de Siqueiros, política, y por el lado de Orozco, apolítica pero comprometido con las causas sociales. Siqueiros, apegado a una ideología comunista apela constantemente en sus pinturas por el protagonismo del proletariado mexicano y la visibilización de indígenas como parte de la nación mexicana. Mientras Orozco carecía de una ideología política definida, sí buscaba afrontar los problemas sociales de la sociedad, enfrentando al hombre o la mujer a su destino, haciendo introspección de su pasado para decidir cómo intervenir en el presente y cambiar su futuro. Por ello, ambas perspectivas resultaban útiles a los intereses del proyecto cultural vasconceliano, en un contexto de reconstrucción nacional. 
Vasconcelos, con fieles intereses de cumplir los objetivos de la revolución, creía que era el momento idóneo para llevar a cabo su proyecto debido a que la sociedad mexicana se encontraba susceptible a moldearse.
Estos pintores después de trabajar por encargo del Estado, cortaron relaciones con el gobierno federal en turno debido a sus diferencias ideológicas, como es el caso de Siqueiros al unirse al Partido Comunista, sin embargo, eso no quiso decir que dejaran de haber pintores trabajando en el proyecto cultural y de educación, el cual seguiría en curso incluso sin Vasconcelos a la cabeza. Es cierto, el proyecto tuvo unos alcances generacionales, con herencia hasta finales del siglo XX, que iría tomando diferentes características dependiendo de la administración en turno.
Conclusión
Los escenarios en los que el expresionismo tuvo cabida tanto en México como en Alemania tienen puntos de comparación en el fin de guerras, la primer gran guerra y la revolución mexicana. En ambos se presentan como propuestas de cambio y en busca de cumplir objetivos de una revolución, pues ese es uno de los elementos que dieron origen a este movimiento artístico, atacando las bases de la cultura dominante y sus tradiciones, aun cuando los artistas se declaraban apolíticos o sus discursos carecían de una filiación política definida, expresándose desde los medios más puros de su subjetividad sobre la realidad que les tocaba vivir. 
Precisamente la traición o el quebranto a esos intereses de revolución, que en algún momento parecían compartir artistas con órganos del Estado, por parte del gobierno federal mexicano y el reviro alemán hacia un nacionalismo radical que expulsaría a todo artista expresionista, ocurren en similar situación en ambos escenarios pese al verdadero compromiso de ciertos personajes desde las nuevas esferas del poder institucional para impulsar el arte en general, José Vasconcelos en México y Kurt Eisner en Alemania, que resultarían por un lado, destituido del cargo, y por el otro, asesinado. 
El arte expresionista y la mentalidad que giraba en torno a ella, la reflexión filosófica sobre las contradicciones sociales de finales del siglo XIX que derivó respuestas por querer cambiar las bases de la cultura tradicional y hegemónica, en México no se gesta de manera autónoma, sino por importación de ideas europeas llegadas en textos que influyeron en la vida de personajes como José Vasconcelos, así como en su proyecto de cultura y educación, a través de los mismos artistas aprendiendo las artes y sus tendencias en el viejo continente, la forma en que se inmiscuían en la vida política de sus países e incluso militando oficialmente con grupos políticos radicales que buscaban esa misma revolución. De esa manera es que Diego Rivera o Alfaro Siqueiros serían repercutidos sobre una posición política que los ligaría con la Unión Soviética, incluso a su regreso en México. 
Las influencias filosóficas europeas en Vasconcelos son visibles en relación a este tema y su interés de aculturar a la nación mexicana, aprovechar este momento finalizando las revueltas armada, en el que consideraba propicio moldear y crear un hombre nuevo, convencido de cumplir los objetivos de la revolución. De alguna manera, igualmente pretende borrar las barreras entre lo teórico con la praxis, juntando y llevando a cabo los intereses revolucionarios con políticas culturales. El proyecto vasconceliano comienza oficialmente y con mucha fuerza en 1921, sin embargo, estas ideas se encuentran desde finales del siglo XIX en personajes que pretendían lograr lo mismo para una nueva nación, como sucede con Kurt Eisner en la República Soviética de Baviera, fundándose en una revolución y en políticas impulsando el arte y la cultura que cambiaran los paradigmas tradicionales, moldeando a un nuevo hombre.

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