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ADMINISTRACION DE FARMACOS - Gabriel Jacob Romero González

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IES 9 – 015 VALLE DE UCO 
CARRERA DE ENFERMERIA PROFESIONAL 
Dra. María Gabriela Infante 
PRINCIPIOS DE LA ADMINISTRACION DE LOS FARMACOS 
El principal papel del profesional de enfermería en la administración de fármacos 
es garantizar que los medicamentos prescritos se administren de forma segura. 
La administración de los fármacos constituye una parte importante de una 
atención de enfermería integral que incorpore todos los aspectos del proceso de 
enfermería. Para la administración de los fármacos, los enfermeros colaborarán estrechamente 
con médicos, farmacéuticos y, por supuesto, con sus pacientes. 
 
Conocimientos y responsabilidades del profesional de enfermería en la administración 
de medicamentos 
Tanto en la administración de los fármacos como en la supervisión de su empleo, se 
espera que el profesional de enfermería conozca los principios farmacoterápicos de la 
medicación que se administra a cada paciente. Debido a la gran diversidad de fármacos y a las 
posibles consecuencias de los errores de medicación, esta constituye, sin duda, una tarea 
titánica. El profesional de enfermería tiene la responsabilidad de conocer y comprender lo 
siguiente: 
 
● Qué medicamento se prescribe 
● Nombre (genérico y comercial) y clase de fármaco 
● Objetivo perseguido 
● Efectos en el organismo 
● Contraindicaciones 
● Consideraciones especiales (p. ej., influencia de la edad, el peso, la distribución de la grasa 
corporal y el estado fisiopatológico individual sobre la respuesta farmacológica) 
● Efectos secundarios 
● Por qué se ha prescrito este medicamento para este paciente en particular 
● Cómo se dispensa el medicamento en la farmacia 
● Cómo debe administrarse el medicamento, incluyendo los rangos de la dosis 
● Qué aspectos del proceso de enfermería relacionados con la medicación pueden 
aplicarse a este paciente Antes de la administración de cualquier fármaco, el enfermero debe 
obtener y procesar la información pertinente sobre los antecedentes del paciente, la 
exploración física, los procesos patológicos y sus necesidades y capacidades de aprendizaje. 
También deben tenerse en cuenta los factores de crecimiento y desarrollo. Es importante 
recordar que en la respuesta del paciente a la medicación influyen numerosas variables, por lo 
que un conocimiento sólido de estas variables puede potenciar el éxito de la farmacoterapia. 
Un objetivo principal del estudio de la farmacología es reducir el número de reacciones 
farmacológicas adversas, muchas de las cuales pueden prevenirse, y también su gravedad. 
Los enfermeros profesionales pueden evitar sistemáticamente que 
sus pacientes sufran muchas de las reacciones adversas más graves aplicando su experiencia 
y sus conocimientos sobre farmacoterapia a la práctica clínica. Sin embargo, algunas 
reacciones adversas no pueden prevenirse y es vital que el enfermero esté preparado para 
reconocer las potenciales reacciones adversas 
de los medicamentos y responder ante ellas. 
 
 
 
 
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Las reacciones alérgicas y anafilácticas son reacciones especialmente graves que deben 
vigilarse cuidadosamente y evitarse siempre que sea posible. Una reacción alérgica es una 
respuesta adquirida en la que las defensas del organismo responden de forma exagerada 
frente a una sustancia extraña (alérgeno). 
Los signos de las reacciones alérgicas varían en intensidad e incluyen erupción cutánea con o 
sin prurito, edema, rinorrea o enrojecimiento ocular con lagrimeo. Si se descubre que el 
paciente es alérgico a un producto, es responsabilidad del enfermero avisar a todo del personal 
registrando la alergia en la historia clínica y colocando etiquetas en la historia y en la hoja de 
medicación. Sería conveniente colocar al paciente una pulsera de uso aprobado por el centro 
para avisar a todos los cuidadores de la alergia medicamentosa específica. Las alergias 
medicamentosas deben comunicarse al médico y al farmacéutico para que pueda revisarse el 
tratamiento farmacológico y se evalúen las sensibilidades cruzadas entre distintos productos 
farmacológicos. 
La anafilaxia es una reacción alérgica grave caracterizada por una liberación sistémica y 
generalizada de histamina y otros mediadores químicos de la inflamación que puede conducir a 
un shock, potencialmente mortal. Síntomas como la disnea aguda y la súbita aparición de 
hipotensión o taquicardia tras la administración de un fármaco son indicativos de anafilaxia, la 
cual requiere tratamiento inmediato. 
 
Comprobaciones en la administración de fármacos 
 
La clásica regla de los cinco aciertos constituye la base práctica de una administración 
segura de los medicamentos. Los cinco aciertos aportan una guía práctica y sencilla que el 
profesional de enfermería podrá emplear durante la preparación, distribución y administración 
del fármaco, centrándose en su práctica individual. 
 
Los cinco aciertos son los siguientes: 
1. Paciente correcto 
2. Medicamento correcto 
3. Dosis correcta 
4. Vía de administración correcta 
5. Momento de administración correcto 
 
Cumplimiento terapéutico y éxito de la farmacoterapia 
 
El cumplimiento terapéutico es un factor fundamental en el éxito de la farmacoterapia. En el 
ámbito de la farmacología, el cumplimiento terapéutico consiste en tomar un medicamento en 
la forma prescrita por el médico o, en el caso de los fármacos de venta directa, siguiendo las 
instrucciones del prospecto. El incumplimiento terapéutico abarca desde no tomar la 
medicación hasta no tomarla en el momento oportuno o de la forma adecuada. 
Aunque el enfermero puede ser extremadamente concienzudo poniendo en práctica todos los 
principios para una administración eficaz, estas estrategias tienen escaso valor si el paciente 
no considera que el tratamiento prescrito sea beneficioso para él. 
Antes de administrar el fármaco, el enfermero debe aplicar el proceso de enfermería para 
elaborar un plan de cuidados personalizado que permita al paciente participar activamente en 
su cuidado de la mejor manera posible. De este modo, el paciente podrá aceptar o rechazar el 
planteamiento farmacológico del tratamiento basándose en una información precisa presentada 
en una forma que se adapte a su estilo de aprendizaje individual. Resulta obligado recordar 
que un adulto responsable y adecuadamente informado siempre tiene la opción legal de 
rechazar la medicación. 
El plan de cuidados debe contemplar la información esencial que el paciente debe conocer 
sobre la medicación prescrita. 
Esto incluye datos como el nombre del fármaco, el motivo de su prescripción, las acciones 
farmacológicas esperadas, los efectos secundarios asociados y las interacciones potenciales 
con otros medicamentos, alimentos, plantas medicinales o alcohol. 
Es necesario recordar a los pacientes que también desempeñan un papel activo en mantener 
la eficacia y seguridad de su medicación. 
 
 
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En el cumplimiento del tratamiento farmacológico pueden influir muchos factores. El fármaco 
puede ser demasiado caro o puede que el seguro sanitario del paciente no lo cubra. En 
ocasiones, los pacientes olvidan alguna dosis, especialmente cuando el medicamento debe 
tomarse tres o cuatro veces al día. 
A menudo, los pacientes interrumpen los tratamientos que tienen efectos secundarios molestos 
o aquellos que alteran de manera importante su estilo de vida. Las reacciones adversas que 
suelen llevar al incumplimiento terapéutico son cefaleas, mareos, náuseas, diarrea o 
impotencia. 
A menudo, los pacientes toman la medicación de formas inesperadas, en ocasiones 
autoajustando sus dosis. Algunos pacientes consideran que si un comprimido es bueno, dos 
comprimidos serán mejores; otros creen que si se ajustan a la pauta llegarán a depender de la 
medicación, por lo que sólo toman la mitad de la dosis prescrita. Los pacientes suelen ser 
reticentes a admitir el incumplimiento terapéutico e informar sobre él, ya sea por miedo al 
reproche o por vergüenza. Dado que los motivos de este incumplimiento son muchos y muyvariados, el enfermero debe estar alerta al preguntar al paciente sobre su medicación. Cuando 
la farmacoterapia no obtenga incumplimiento terapéutico como una posible explicación. 
 
Sistemas de medida 
 
Las dosis se determinan y administran por peso o por volumen. 
En farmacología se emplean tres sistemas de medida: métrico, farmacéutico y casero. 
El sistema de medida más habitual para los fármacos es el sistema métrico. En este, el 
volumen de un fármaco se expresa en litros (L) o mililitros (mL). El centímetro cúbico (cc) es 
una medida de volumen equivalente a 1 mL de líquido, pero la abreviatura cc ya no se emplea 
ya que puede confundirse con la abreviatura de unidad (u) y provocar errores de medicación. 
El peso métrico de un fármaco se expresa en kilogramos (kg), gramos (g), miligramos (mg) o 
microgramos (mcg). Nótese que la abreviatura μg no debe emplearse en lugar de microgramo, 
ya que esta también puede confundirse con otras abreviaturas y conducir a un error de 
medicación. 
Los sistemas farmacéutico y casero son sistemas de medida más antiguos. Aunque la 
mayoría de los médicos y farmacéuticos emplean el sistema métrico, estos sistemas todavía 
pueden encontrarse. Hasta que el sistema métrico reemplace por completo a los demás, el 
enfermero debe reconocer las dosis expresadas en cualquiera de los tres sistemas de medida. 
Dado que los usuarios están muy familiarizados con las cucharaditas, cucharadas y tazas es 
importante que el enfermero sea capaz de convertir cantidades entre los sistemas métrico y 
casero. En el hospital, un vaso de líquido se mide en mililitros (un vaso de agua se registra 
como 240 ml). Si a un paciente al que se le da el alta se le pauta la ingesta de 2.400 mL de 
líquido diarios, el enfermero debe indicarle que beba 10 vasos o 10 tazas de líquido al día. Del 
mismo modo, cuando se administra un fármaco líquido a un niño, el enfermero debe explicar 
que 5 ml de fármaco corresponden a 1 cucharadita. El profesional debe potenciar el uso de 
instrumentos de dosificación precisos en el domicilio tales como una jeringuilla de 
administración oral, cuentagotas, cucharas cilíndricas y vasos de medicación, que se prefieren 
sobre las clásicas cucharas caseras por su mayor precisión. A menudo los cubiertos que 
denominamos cucharita o cuchara no se corresponden con el volumen que sus nombres 
indican. 
 
VIAS DE ADMINISTRACION 
 
Las tres vías principales para la administración de fármacos son la enteral, la tópica y la 
parenteral, cada una de ellas con varios subtipos y todas ellas con ventajas y desventajas. 
Algunos fármacos están pensados para administrarse por varias vías, mientras que otros son 
específicos de una sola vía. 
 
CONSIDERACIONES DE ENFERMERIA 
● Compruebe la orden médica y las alergias medicamentosas. 
● Lávese las manos y póngase guantes cuando sea preciso. 
● Mantenga la asepsia durante la preparación y la administración de la medicación parenteral. 
● Identifique al paciente preguntándole a él, o a un familiar o tutor, su nombre completo, 
compruebe la pulsera de identificación y contraste esta información con la hoja de medicación. 
● Pregunte al paciente las alergias conocidas. 
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● Informe al paciente del nombre del fármaco y la técnica de administración. 
● Coloque al paciente en una posición apropiada para la vía de administración. 
● En el caso de fármacos enterales, ayude al paciente a sentarse. 
● Si el fármaco se presenta en envase individual (monodosis), siempre que sea posible, evite 
retirar el envoltorio hasta que se encuentre junto al paciente. 
● A menos que se indique específicamente en las órdenes médicas, no deje los fármacos en la 
mesita. 
● Registre la administración del medicamento, así como cualquier respuesta notable del 
paciente, en la hoja de medicación. 
 
ADMINISTRACIÓN ENTERAL 
 
La vía enteral incluye los fármacos que se administran por vía oral y aquellos administrados 
mediante una sonda nasogástrica o gastrostomía. Esta vía es la más habitual, la más 
adecuada y, generalmente, la más barata. También se considera la vía más segura ya que no 
se compromete la barrera cutánea y, en caso de sobredosis, puede retirarse la medicación que 
permanezca en el estómago mediante la inducción del vómito. Los preparados orales están 
disponibles en comprimidos, cápsulas y formas líquidas. Los medicamentos administrados por 
esta vía aprovechan la extensa superficie de absorción de la mucosa oral, gástrica e intestinal. 
 
COMPRIMIDOS Y CAPSULAS 
 
Los comprimidos y las cápsulas son las formas de presentación más frecuentes. Los pacientes 
las prefieren frente a otras vías o presentaciones debido a su fácil empleo. En algunos casos, 
los comprimidos pueden fragmentarse para obtener una dosis más individualizada. 
Algunos pacientes, especialmente los niños, tienen dificultad para tragar comprimidos o 
cápsulas. 
Triturar los comprimidos o abrir las cápsulas y mezclar el fármaco con alimentos o zumo lo hará 
más agradable y facilitará su deglución. Sin embargo, el enfermero no debe triturar los 
comprimidos ni abrir las cápsulas a menos que el fabricante lo permita específicamente. 
Estas acciones pueden inactivar algunos fármacos, mientras que otros pueden irritar la mucosa 
gástrica y provocar náuseas y vómitos. En ocasiones, los fármacos no deben triturarse porque 
irritan la mucosa oral, son extremadamente amargos o contienen colorantes que manchan los 
dientes. La mayoría de las guías farmacéuticas proporcionan una lista de los fármacos que no 
pueden triturarse. 
El contenido extremadamente ácido del estómago puede suponer un obstáculo insalvable para 
la absorción de algunos medicamentos. Con objeto de superar esta barrera, los comprimidos 
pueden tener una cubierta dura y aislante que les permite resistir esa acidez. Estos 
comprimidos con cubierta entérica están diseñados para disolverse en el medio alcalino del 
intestino delgado. Es importante que el enfermero no triture este tipo de comprimidos ya que el 
medicamento se vería entonces directamente expuesto al medio gástrico. 
Algunos estudios han demostrado, sin lugar a dudas, que el cumplimiento terapéutico empeora 
a medida que el número de dosis diarias aumenta. Teniendo esto en cuenta, los investigadores 
han intentado diseñar nuevos fármacos que puedan administrarse en una o dos dosis diarias. 
Así aparecen los comprimidos o cápsulas de liberación prolongada, diseñados para 
disolverse muy lentamente. De esta forma, el medicamento se libera durante un largo período 
de tiempo, con lo que se consigue aumentar la duración de la acción del medicamento. 
También denominados medicamentos de liberación lenta, mantenida o retardada, estas formas 
ofrecen la comodidad de una o dos dosis diarias, pero no deben triturarse ni abrirse. 
La administración oral tiene algunas desventajas. El paciente debe estar consciente y debe ser 
capaz de tragar adecuadamente. 
Las enzimas digestivas presentes en el estómago y el intestino delgado inactivan algunos tipos 
de fármacos, como las proteínas. Los medicamentos absorbidos en el estómago y el intestino 
delgado viajan primero al hígado, donde pueden inactivarse antes incluso de alcanzar los 
órganos diana. Las significativas diferencias en la motilidad del tubo digestivo y en su 
capacidad para absorber el medicamento pueden ocasionar variaciones en la biodisponibilidad 
Además, los niños y algunos adultos tienen cierta aversión a tragar comprimidos y cápsulas de 
gran tamaño o a tomar medicamentos de sabor desagradable. 
 
 
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ADMINISTRACION ORAL Y SUBLINGUAL 
 
En la administración bucal y sublingual, el comprimido no se traga sino que se deshace en la 
boca. La mucosa de la cavidad oral está muy vascularizada, lo que la convierte en una 
excelente superficie de absorción para ciertos fármacos. Los medicamentos que se administran 
por esta vía no se exponen a las destructivas enzimas digestivas ni sufren el metabolismo de 
primer paso hepático. 
En la vía sublingual, el medicamento se coloca bajola lengua, donde se disuelve lentamente. 
Esta vía consigue un rápido inicio de la acción gracias a la rica vascularización de la zona. Las 
formas de presentación sublinguales suelen ser comprimidos de rápida disolución o suaves 
cápsulas gelatinosas rellenas de fármaco líquido. Cuando son varios los fármacos pautados, 
los preparados sublinguales deben administrarse después de ingerir los medicamentos orales. 
Debe indicarse al paciente que no mueva el medicamento con la lengua y que no coma ni beba 
nada hasta que el medicamento se haya disuelto por completo. La mucosa sublingual no es 
adecuada para las formas de liberación retardada ya que es una zona relativamente pequeña 
bañada constantemente por una importante cantidad de saliva. 
En la administración por vía bucal, se coloca el comprimido o la cápsula en la cavidad oral, 
entre las encías y la mejilla. Debe indicarse al paciente que no manipule el medicamento con la 
lengua; de no ser así, este puede desplazarse al área sublingual, donde se absorbería más 
rápidamente, o hacia la orofaringe, donde podría tragarse. 
La mucosa oral es menos permeable a la mayoría de los medicamentos que el área sublingual, 
lo que se traduce en una absorción más lenta. Se prefiere esta vía sobre la sublingual para la 
administración de sustancias de liberación retardada debido a la mayor extensión de la 
superficie mucosa. Los fármacos diseñados para este tipo de administración no suelen 
provocar irritación y son suficientemente pequeños para no causar incomodidad al paciente. Al 
igual que sucede con la vía sublingual, los fármacos administrados por la vía bucal evitan el 
metabolismo de primer paso en el hígado y los procesos enzimáticos del estómago y el 
intestino delgado. 
 
ADMINISTRACION POR SONDA NASOGASTRICA Y POR GASTROSTOMIA 
 
Es posible que los pacientes portadores de una sonda nasogástrica o de un dispositivo de 
alimentación enteral, como una sonda de gastrostomía, deban recibir medicación a través de 
estos. Una sonda nasogástrica (SNG) es un tubo suave y flexible que se inserta a través de la 
nasofaringe y cuyo extremo descansa en el estómago. 
Una sonda de gastrostomía (SG) se introduce directamente en el estómago del paciente 
mediante cirugía. Generalmente, la SNG se emplea para tratamientos a corto plazo, mientras 
que la SG se coloca en pacientes que precisan un tratamiento prolongado. 
Los fármacos que se administran mediante estas sondas suelen ser preparados líquidos ya 
que, aunque los fármacos sólidos pueden triturarse o disolverse, estos tienden a provocar la 
obstrucción de las sondas. Los fármacos de liberación prolongada no deben triturarse ni 
administrarse mediante estas sondas. Los fármacos administrados por esta vía están 
expuestos a los mismos procesos fisiológicos que aquellos administrados por vía oral. 
 
EFECTO DEL PRIMER PASO 
 
Los fármacos absorbidos en el intestino delgado luego de la administración oral ingresan en la 
circulación portal hepática por la vena porta, antes de alcanzar la circulación general. Esto es 
importante porque muchos de ellos se metabolizan al pasar a través del hígado por las 
enzimas hepáticas. La alteración de un fármaco por parte de las enzimas hepáticas antes de 
llegar a la circulación general por lo común se denomina efecto del primer paso. 
Los fármacos administrados en otras vías no pasan a la circulación porta para llegar al sistema 
circulatorio, por lo tanto evitan el efecto de primer paso. 
 
 
 
 
 
 
 
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ADMINISTRACIÓN TÓPICA 
 
Los fármacos tópicos son aquellos que se aplican en la piel o en el revestimiento mucoso de 
ojos, oídos, nariz, tracto respiratorio, tracto urinario, vagina y recto. Las aplicaciones tópicas 
incluyen: 
● Preparados dermatológicos Fármacos que se aplican sobre la piel, la vía tópica más usada. 
Las formas de presentación incluyen cremas, lociones, geles, polvos y aerosoles. 
● Instilaciones e irrigaciones Fármacos que se aplican en las cavidades u orificios corporales 
como los ojos, oídos, nariz, vejiga urinaria, recto y vagina. 
● Inhalaciones Fármacos que se aplican en el tracto respiratorio mediante inhaladores, 
nebulizadores o dispositivos de presión positiva. La indicación más 
frecuente para este tipo de fármacos es la broncoconstricción secundaria a bronquitis o asma; 
sin embargo, ciertas drogas ilegales se consumen por esta vía, ya que proporciona un inicio de 
acción muy rápido. 
Son muchos los fármacos que se administran por vía tópica para conseguir un efecto local. Por 
ejemplo, pueden aplicarse antibióticos sobre la piel para tratar infecciones cutáneas; instilarse 
antineoplásicos en la vejiga urinaria mediante un catéter con el fin de tratar los tumores de la 
mucosa vesical, o bien rociar las fosas nasales con corticoesteroides para reducir la 
inflamación de la mucosa nasal secundaria a la rinitis alérgica. La administración tópica o local 
de un fármaco tiene menos efectos secundarios si se la compara con la administración oral o 
parenteral del mismo fármaco. Esto se debe a que los fármacos aplicados por vía tópica se 
absorben muy lentamente y las cantidades que alcanzan la circulación general son mínimas. 
Algunos fármacos se administran por vía tópica para lograr una liberación lenta del fármaco y 
su paso a la circulación general, es decir, buscan un efecto sistémico. Así, un parche de 
nitroglicerina se aplica sobre la piel no para tratar un trastorno cutáneo local sino para tratar un 
trastorno sistémico, una coronariopatía. 
Es importante que el enfermero distinga los fármacos tópicos administrados para lograr efectos 
locales de aquellos administrados para obtener efectos sistémicos. 
En el caso de los fármacos locales, no se busca la absorción y esta puede causar efectos 
secundarios. En los fármacos sistémicos, la absorción es esencial para lograr la acción 
terapéutica del fármaco. En ninguno de los dos casos debe aplicarse el fármaco sobre piel 
dañada, salvo indicación expresa. 
 
VÍA INHALATORIA 
Alude a la administración de drogas vehiculizadas por el aire inspirado, con el fi n de obtener 
efectos locales sobre la mucosa respiratoria o bien generales después de la absorción 
 
ADMINISTRACION TRANSDERMICA 
Los parches transdérmicos constituyen un medio eficaz para administrar ciertos medicamentos. 
Algunos ejemplos son la nitroglicerina para la angina de pecho. Aunque los parches 
transdérmicos contienen una cantidad específica del fármaco, la tasa de distribución y la dosis 
real recibida pueden variar. Los parches deben cambiarse de forma regular, siguiendo una 
sistemática de rotación de las zonas de aplicación que debe quedar registrada en la hoja de 
medicación. Antes de su aplicación, el enfermero debe verificar que se ha retirado y se ha 
desechado adecuadamente el parche anterior. Los fármacos que se administran por esta vía 
evitan el efecto de primer paso hepático y eluden las enzimas digestivas. 
 
 
ADMINISTRACION OFTALMICA 
La vía oftálmica se emplea para tratar trastornos locales del ojo y las estructuras circundantes. 
Entre las indicaciones más frecuentes se encuentran la sequedad, las infecciones, el glaucoma 
y la dilatación de la pupila durante la exploración ocular. Los fármacos oftálmicos están 
disponibles en forma de irrigaciones, gotas, pomadas y discos. 
 
ADMINISTRACION OTICA 
La vía ótica se emplea para tratar trastornos locales del oído, como infecciones u oclusiones 
leves del canal auditivo. Las medicaciones óticas incluyen gotas e irrigaciones, prescritas 
habitualmente para la limpieza del mismo. 
 
 
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ADMINISTRACION NASAL 
 
La vía nasal se emplea para la administración de fármacos a nivel local y sistémico. La mucosa 
nasal constituye una excelente superficie de absorción para algunos medicamentos. Las 
ventajas de esta vía incluyen su fácil empleo y la elusión del efecto de primer paso y de las 
enzimas digestivas. Los aerosoles nasales de corticoesteroides han revolucionado el 
tratamiento de la rinitis alérgica, gracias a su alto margen de seguridadcuando se administran 
por esta vía. 
Aunque la mucosa nasal supone una excelente superficie para la distribución del fármaco, los 
cilios de la cavidad nasal pueden resultar dañados y la irritación de la mucosa es frecuente. 
Además, las secreciones mucosas, impredecibles, pueden modificar la absorción del fármaco 
en algunos individuos. 
Las gotas y los aerosoles suelen emplearse por su efecto astringente; esto es, reducen la 
inflamación de las mucosas o fluidifican las secreciones y facilitan su expulsión. Esto supone el 
alivio inmediato de la congestión nasal causada por el resfriado común. Por otra parte, la nariz 
también constituye la vía para alcanzar los senos paranasales y la trompa de Eustaquio. 
En los trastornos de estos senos, la posición que debe adoptar el paciente antes de instilar las 
gotas nasales dependerá de los senos que quieran tratarse. Lo mismo ocurre en el tratamiento 
de la trompa de Eustaquio. 
 
ADMINISTRACION VAGINAL 
 
La vía vaginal se emplea para el tratamiento de infecciones locales y para el alivio del dolor y el 
prurito vaginal. Los medicamentos vaginales se aplican en forma de óvulos, cremas, geles o 
espumas. Es importante que el enfermero explique el propósito del tratamiento y respete la 
privacidad y la dignidad de la paciente. Antes de aplicar fármacos por esta vía, el enfermero 
debe indicar a la paciente que vacíe la vejiga urinaria; esto disminuirá, tanto las molestias 
durante el tratamiento, como la posibilidad de irritar o lesionar la mucosa vaginal. 
 
ADMINISTRACION RECTAL 
 
La vía rectal puede emplearse para la administración de fármacos a nivel local o sistémico. Es 
un método seguro y eficaz de administrar fármacos a pacientes inconscientes o que presentan 
náuseas y vómitos. Los fármacos rectales suelen ser supositorios, aunque algunos laxantes y 
sustancias diagnósticas se administran mediante enema. 
Aunque más lenta que por otras vías, la absorción por vía rectal es uniforme y fiable, siempre y 
cuando el paciente retenga el medicamento. La sangre venosa procedente del recto inferior no 
pasa por el hígado; por tanto, se evita el efecto de primer paso, así como las enzimas 
digestivas del tracto gastrointestinal superior. 
 
ADMINISTRACIÓN PARENTERAL 
 
La vía parenteral permite administrar fármacos mediante una aguja en las distintas capas de la 
piel, el tejido subcutáneo, los músculos o las venas. Esta vía es mucho más invasiva que la 
tópica o la enteral y exige la aplicación de técnicas estrictas de asepsia debido a la posibilidad 
de introducir microorganismos patógenos directamente en el torrente circulatorio o en los 
tejidos corporales. El enfermero debe identificar y emplear el material apropiado para la 
administración de fármacos parenterales, incluyendo las técnicas y el equipo especializado 
necesario para la preparación y la administración de los mismos. Asimismo, debe conocer los 
adecuados puntos anatómicos para la administración parenteral y los procedimientos de 
seguridad para desechar el equipo que esté contaminado. 
 
ADMINISTRACION INTRADERMICA Y SUBCUTANEA 
La inyección del fármaco en la piel permite su paso a los vasos sanguíneos que riegan las 
distintas capas de la misma. Los fármacos pueden inyectarse de forma intradérmica o 
subcutánea; la principal diferencia entre ambas es la profundidad de inyección. 
Una ventaja de estos métodos es que posibilitan la administración de fármacos a pacientes que 
no pueden tomarlos por boca. Los fármacos que se administran por estas vías evitan el efecto 
de primer paso hepático y las enzimas digestivas. 
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Sin embargo, sólo pueden aplicarse en pequeñas cantidades y las inyecciones pueden 
provocar dolor e inflamación en el lugar de punción. 
Una inyección intradérmica (ID) se administra en la dermis de la piel. Debido a que la dermis 
contiene más vasos sanguíneos que el tejido subcutáneo, más profundo, los fármacos se 
absorben con mayor facilidad. 
La inyección intradérmica suele emplearse para pruebas de alergia y detección de 
enfermedades o para la administración de anestésicos locales antes de una canalización 
venosa. La limitación de este tipo de inyección es que únicamente pueden administrarse 
volúmenes muy pequeños, generalmente sólo 0,1-0,2 mL. Los puntos habituales para las 
inyecciones intradérmicas son las superficies cutáneas libres de vello de la zona 
supraescapular de la espalda, en la parte superior del tórax y en la cara interna del antebrazo. 
Una inyección subcutánea se administra en las capas más profundas de la piel. La insulina, la 
heparina, las vitaminas y algunas vacunas, así como otros medicamentos, se administran de 
esta forma por el fácil acceso y la rápida absorción. Las zonas 
corporales ideales para las inyecciones subcutáneas son las siguientes: 
● Cara externa de los brazos, por encima del tríceps 
● Dos tercios medios de la cara anterior de los muslos 
● Áreas subescapulares de la espalda 
● Áreas ventroglútea y dorsoglútea superior 
● Área abdominal, por encima de las crestas ilíacas y por debajo del diafragma, a una distancia 
de 2,5-5 cm del ombligo. 
Las dosis administradas por esta vía son de pequeño volumen, generalmente de 0,5-1 mL. El 
tamaño de la aguja dependerá de la cantidad de grasa corporal del paciente. Generalmente, su 
longitud deberá ser la mitad del tamaño del pliegue cutáneo que pueda pellizcarse/sujetarse 
entre el pulgar y el índice. 
Es importante establecer una rotación ordenada de las zonas de inyección, y registrarla, para 
favorecer la absorción, minimizar el daño tisular y aliviar las molestias. Cuando se administran 
inyecciones subcutáneas no es necesario aspirar antes de introducir el contenido. 
 
ADMINISTRACION INTRAMUSCULAR 
Una inyección intramuscular (IM) implica la administración de medicación en músculos 
específicos. Dado que el tejido muscular está ricamente vascularizado, la medicación pasa 
rápidamente a los vasos sanguíneos y el inicio de la acción es más rápido que con la 
administración oral, intradérmica o subcutánea. 
La estructura anatómica del músculo le permite recibir un mayor volumen de medicamento que 
la región subcutánea. 
Así, un adulto con los músculos bien desarrollados puede tolerar sin peligro hasta 4 ml de 
medicación en un gran músculo, aunque se recomienda administrar sólo 2-3 ml. El deltoides y 
el tríceps no deberían recibir más de 1 ml. 
Una consideración de enfermería importante con respecto a la administración de fármacos por 
vía IM es la selección del punto de inyección apropiado. Los puntos de inyección deben 
localizarse lejos del hueso y de los vasos sanguíneos y nervios importantes. El calibre y la 
longitud de la aguja vendrán determinados por la constitución corporal y la masa muscular, el 
tipo de fármaco a administrar, la cantidad de tejido adiposo que cubre el músculo y la edad del 
paciente. 
 
Los cuatro sitios habituales para las inyecciones intramusculares son los siguientes: 
 
1. Zona ventroglútea Sitio de elección para las inyecciones IM. 
Área donde el músculo glúteo presenta mayor espesor, no contiene vasos sanguíneos ni 
nervios importantes, está delimitado por hueso y contiene menos grasa que las 
nalgas, eliminando así la necesidad de determinar la profundidad de la grasa subcutánea. 
Puede emplearse en niños y lactantes mayores de 7 meses. 
 2. Zona deltoidea Se emplea en adultos y en adolescentes con deltoides bien desarrollados 
para la administración de volúmenes de medicación de hasta 1 ml. Con la excepción de 
vacunas de poco volumen, como la de la hepatitis B en adultos, esta zona no suele emplearse 
debido a la proximidad del nervio radial. 
 
 
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3. Zona dorsoglútea Se emplea en adultos y en niños que llevan caminando al menos 6 meses. 
Este emplazamiento es seguro siempre y cuando el enfermero localice adecuadamente las 
referencias de la inyección para evitar la punción o irritación del nervio ciático y los vasos 
sanguíneos. 
4. Zona del vasto externo Generalmente grueso y bien desarrollado tanto en adultoscomo en 
niños, la zona de este músculo apropiada para inyecciones IM es su tercio medio. 
 
ADMINISTRACION INTRAVENOSA 
 
Los medicamentos y líquidos intravenosos (IV) se administran directamente en el torrente 
circulatorio de forma que el organismo puede hacer uso de ellos inmediatamente. La vía 
intravenosa se emplea cuando se busca un inicio de la acción muy rápido. Al igual que con el 
resto de las vías parenterales, los medicamentos intravenosos eluden el proceso enzimático 
del sistema digestivo y el efecto de primer paso hepático. Los tres tipos básicos de 
administración IV son los siguientes: 
 
1. Infusión de grandes volúmenes Para la reposición, el mantenimiento o la complementación 
de líquidos. Los fármacos compatibles pueden mezclarse en el mismo envase de sueros como 
el salino normal o el Ringer Lactato. 
2. Infusión intermitente Pequeñas cantidades de solución intravenosa administradas en 
paralelo con la infusión primaria o conectadas a ella en Y. Esta se emplea para 
administrar medicamentos complementarios, como antibióticos o analgésicos, durante un 
tiempo breve. 
3. Bolo intravenoso Dosis concentrada inyectada directamente en la circulación mediante una 
jeringuilla. Empleado para administrar dosis aisladas de medicamentos. Los bolos pueden 
administrarse mediante una conexión de uso intermitente o por inyección IV directa. 
 
Aunque la vía intravenosa supone el inicio de acción más rápido, es también la más peligrosa 
ya que, una vez inyectado, el medicamento no puede retirarse. Si la solución farmacológica o la 
aguja están contaminadas, los patógenos tienen una vía directa hacia la circulación sanguínea 
y los tejidos corporales. 
Los pacientes que reciben inyecciones intravenosas deben vigilarse atentamente ante la 
posibilidad de reacciones adversas. 
Algunas reacciones adversas ocurren inmediatamente después de la inyección; otras pueden 
tardar horas o días en aparecer. 
Los antídotos de los fármacos que pueden causar reacciones peligrosas o potencialmente 
mortales deben estar siempre a mano. 
 
VÍA INTRAPERITONEAL 
Es la introducción de soluciones en la cavidad peritoneal; se realiza para efectuar el método de 
diálisis peritoneal. Este procedimiento se emplea en los casos de insuficiencia renal, 
eliminación de urea y de potasio en exceso, y en las intoxicaciones por barbitúricos y salicilatos 
principalmente. 
 
VÍA INTRACARDIACA 
Es la inyección de soluciones dentro del corazón que se realiza mediante una aguja de 10 
centímetros de largo en el cuarto espacio intercostal sobre el borde izquierdo del esternón. Se 
utiliza de manera exclusiva al administrar adrenalina para estimular un corazón detenido, caso 
de extrema urgencia en que la inyección intravenosa es inoperante por haber cesado la 
circulación. 
 
VÍA INTRAARTERIAL 
Es la inyección de un fármaco dentro de una arteria; este procedimiento se realiza con los 
agentes antineoplásicos para tratar tumores localizados. 
 
 
 
 
 
 
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VÍA SUBARACNOIDEA O INTRATECAL 
Es la inyección de drogas en el líquido cefalorraquídeo, casi siempre por punción lumbar, para 
ejercer efectos locales sobre la médula espinal, meninges cerebrospinales y raíces raquídeas. 
A menudo se emplea la vía intratecal para efectuar la anestesia local de las raíces o anestesia 
raquídea, y para introducir drogas que no pasan fácilmente desde la sangre al líquido 
cefalorraquídeo y que deben actuar sobre las meninges. 
 
VÍA INTRAÓSEA 
Es la administración de soluciones en la médula ósea por punción del esternón en el adulto o 
de la tibia en el niño pequeño. Se utiliza cuando está indicada la vía intravenosa, pero no 
existen venas disponibles. 
 
.OTRAS VÍAS DE ADMINISTRACIÓN 
Además de las vías habituales deseadas, existen otras no intencionadas; por ejemplo, la 
absorción a través de la placenta o de la leche materna, por inyección fetal directa a través de 
una puerta de entrada pulmonar, cutánea o conjuntival. 
. 
BIBLIOGRAFIA 
* Michael Patrick Adams, y col. (Segunda edicion.). Farmacologia para Enfermeria. Un enfoque 
fisopatologico. Editorial Pearson.

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