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dia de muertos - Márquez Poblano Evelyn Leticia

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Martínez Mendoza Joana
Márquez Poblano Evelyn Leticia
Reséndiz Arrollo Jessica Ángeles
Rojas López Mauricio
García Gómez Erika Valeria
La fiesta de Día de Muertos es una tradición prehispánica llena de simbolismos,
leyendas y relatos que forman un mosaico único en el mundo, que nos representa a
nivel mundial por su dualidad de alegría y tristeza, somos un pueblo que celebra la
muerte con vida, con cantos, con comida, con dulces y papel picado, se mezclan las
culturas y se hermanan las creencias.
Se realiza del 31 de octubre y el 1 y 2 de noviembre, donde se tiene la creencia de
que las ánimas de los difuntos regresan esas noches para disfrutar los platillos y
flores que sus familiares les ofrecen; llegan en forma ordenada, a los que tuvieron
la mala fortuna de morir un mes antes de la celebración no se les pone ofrenda,
pues se considera que no tuvieron tiempo de pedir permiso para acudir por lo que
solamente sirven como ayudantes de otras ánimas.
Jalisco viste de cempasúchil y crisantemo, todo con la intención de conmemorar una
de las tradiciones más ancestrales, típicas y místicas de la cultura mexicana.
En esta festividad destacan las ofrendas realizadas por quienes amaron a sus
familiares y amigos, que hoy ya no habitan en este plano. Los altares los decoran
con ropa, comida, bebidas, fotografías y hasta ponen la música que le gustaba al
querido difunto.
Feria del Cartón y Día de Muertos
Del 15 de octubre al 15 de noviembre
Esta feria ofrece a los visitantes los insumos necesarios para el montaje de sus
altares de muertos. Se pueden encontrar juguetes típicos, arte popular, dulces,
gorditas de nata y más delicias gastronómicas, que cooperan y colorean las
festividades del mes de noviembre.
Del 31 de octubre al 3 de noviembre
Festival de Muertos Tlaquepaque, que se llevará a cabo del 31 de octubre al 3 de
noviembre. Por su tipificación como Pueblo Mágico, Tlaquepaque está organizando
un espectáculo de fachadas de casas, una pasarela de catrines y catrinas, bailes,
exposición de catrinas en gran formato y espectáculos para toda la familia
Históricamente, podríamos decir que la diversidad de formas para celebrar el Día de Muertos
radica en el mestizaje. Al momento de unir las diferentes culturas prehispánicas con la española
se crearon las variantes de esta celebración.
Sin embargo; también podemos decir que cada familia tiene su propia forma de celebrar a sus
seres queridos.
2 de noviembre
Festival Gastronómico de Día de Muertos, además habrá una exposición de
catrinas monumentales, áreas para niños, desfile, juego de pelota prehispánica,
tapetes de flores y aserrín, y mucho más.
1 y 2 de noviembre
Festival de Día de Muertos y Feria de Pan de Tequila en esta población ubicada a
menos de una hora de Guadalajara. Se realiza un recorrido de altares, los
cuentacuentos para niños, las catas de pan y chocolate, el taller de catrines y
catrinas, y el taller de papel picado.
La celebración de los fieles difuntos en México tiene origen en la época prehispánica, según algunos
historiadores los mexicas tenían varios periodos a lo largo del año para celebrar a sus muertos, los
de más importancia se realizaban al terminar las cosechas, entre los meses de septiembre y
noviembre. La sociedad azteca creía que la vida continuaba aun en el más allá, por eso consideraba
la existencia de cuatro “destinos” para las personas, según la forma de morir:
1. El Tonatiuhichan o “casa del sol” era el sitio al que iban los guerreros muertos en batalla, los
capturados para el sacrificio y las mujeres embarazadas.
2. El Tlalocan, un tipo de paraíso al que llegaban todos los que morían por el agua.
3. El Chichihualcuauhco, un espacio destinado para los bebés muertos, ahí eran amamantados por
un enorme árbol nodriza hasta que “volvieran a nacer”.
4. El Mictlán, el reino de los muertos y destino de las personas que fallecían por causas no
relacionadas al agua, la guerra o el parto.
Con la llegada de los españoles, el Día de Muertos no desapareció por completo, solo se hicieron
algunos cambios en las fiestas religiosas mexicas, Los evangelizadores averiguaron que existía una
coincidencia de fechas entre la celebración prehispánica de los muertos con el día de Todos los
Santos, dedicado a la memoria de los santos que murieron en nombre de Cristo, además había otra
sincronía con la celebración de los fieles difuntos, realizada justo un día después de Todos Santos. Y
fue así como se redujo a tan solo dos días, la celebración del día de muertos 1 y 2 de noviembre,
Las costumbres prehispánicas de incinerar a los muertos o enterrarlos en el hogar fueron
eliminadas y los cadáveres empezaron a depositarse en las iglesias (los ricos adentro y los pobres
en el atrio). Se fueron adoptando costumbres españolas, como, consumir postres con forma de
huesos que lo llamaron pan de muerto y las calaveritas de azúcar. También se dio inicio la
costumbre de poner un altar con veladoras o cirios, de esta forma los familiares rezaban por el
alma del difunto para que llegara al cielo. De igual manera, se hizo tradicional la visita a los
cementerios, los cuales fueron creados hasta finales del siglo XVIII, como una forma de prevenir
enfermedades al construirlos a las afueras de las ciudades.
Así cómo en la mayoría de los pueblos, en Jalisco, el Día de Muertos se percibe como una de las
celebraciones más grandes del ideario mexicano. Basándose en la creencia de que las almas tienen
permitido regresar por un par de días al mundo de los vivos, convivir con sus seres amados y recordar
cuán grandes fueron en vida; las familias se llenan de alegría para celebrar la vida después de la
muerte.
En esta celebración, las calles se llenan de colores, olores, flores y velas; todos los elementos necesarios
para anunciar que nuestros seres queridos son bienvenidos una vez más al mundo de los vivos.
Generalmente, como parte de la tradición, se realizan altares con manteles, papel picado, flores de
cempasúchil, velas, fotos de los difuntos y comida.
Es tradición levantar altares domésticos para prodigar ofrendas a los muertos
queridos, bien sean familiares, amigos o personajes ilustres. Como tal, las ofrendas
pueden estar constituidas por alimentos (frutos, golosinas, pan de muerto), objetos de
valor (monedas de oro), elementos religiosos (imágenes, cruces y rosarios), ropas,
calaveras, bebidas, flores (especialmente la flor de cempasúchil) y hierbas aromáticas.
Las ofrendas son muestras de afecto, respeto y recordación para regalar al muerto y
rendirle tributo.
Los altares de muertos son el elemento más característico de esta tradición. Hay diferentes
tipos de ofrendas de Día de Muertos, se pueden clasificar por la región o por su número de
niveles. Los niveles del altar de muertos representan los estratos de la existencia, es decir
los escalones que sigue un alma para descansar en paz. Los altares de 7 niveles son los más
tradicionales.
Las ofrendas de muertos de 7 pisos cuentan con los siguientes
elementos:
• Nivel 1. Se coloca la imagen del santo del que se sea devoto.
• Nivel 2. Este nivel está dedicado a las ánimas del purgatorio y sirve para que el difunto
tenga permiso para salir de ese lugar. Se recomienda colocar una imagen de las ánimas del
purgatorio en este nivel.
• Nivel 3. Se coloca sal en este escalón para purificar el espíritu y para que no se corrompa el
cuerpo.
• Nivel 4. En este nivel va el Pan de Muerto, que simboliza la eucaristía.
• Nivel 5. En este escalón se coloca la comida y fruta favorita del difunto.
• Nivel 6. Aquí va la foto del difunto al que se le dedica el altar.
• Nivel 7. Se coloca una cruz formada con semillas, frutas, cal. Sirve para el difunto expíe sus
culpas.
Otro tipo de ofrenda son las de tres niveles. En este caso, los altares de 3 niveles
representan la
tierra, el cielo y el purgatorio. En este tipo de ofrendas se recomienda incluir una imagen de
las
ánimas del purgatorio. También hay altaresde dos niveles, los cuales simbolizan la tierra y el
cielo.
Por lo general, los días donde se acostumbra poner la ofrenda es el 1 y el 2 de noviembre, pero el
altar de muertos se puede colocar desde el 28 de octubre.
El 28 de octubre se recuerda a Los muertos que perdieron la vida de manera violenta; por ejemplo,
las personas que murieron en un accidente o asesinados. Incluso se conoce esta fecha como "día de
los matados“
Para el día 29, se prende otra veladora y se coloca un vaso con agua dedicado a difuntos olvidados y
desamparados. Mientras que el 30 y 31 de octubre, el altar se dedica a los niños que murieron sin
ser bautizados.
El 1 de noviembre es Día de Todos Santos, y ese día los mexicanos acostumbramos recordar a los
niños que murieron.
El 2 de noviembre es día de Fieles Difuntos, y la tradición señala que esa noche nos visitan todas
las ánimas
El 3 de noviembre se quita el altar pues es en la noche del día 2 cuando recibimos la última visita
de las almas de los difuntos
El agua. La fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo
recorrido y para que fortalezcan su regreso. En algunas culturas simboliza la pureza del alma.
La sal. El elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta
para el siguiente año.
Velas y veladoras. La flama que producen significa "la luz", la fe, la esperanza. Es guía para que las
almas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada, cada vela representa
un difunto, es decir, el número de veladoras que tendrá el altar dependerá de las almas que quiera
recibir la familia
Copal e incienso. El copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses ya que el incienso aún no se conocía,
este llegó con los españoles. Se utiliza para limpiar al lugar de los malos espíritus y así el alma pueda
entrar a su casa sin ningún peligro.
Las flores. Son símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. En muchos lugares del
país se acostumbra poner caminos de pétalos que sirven para guiar al difunto del campo santo a la
ofrenda y viceversa
El petate. Entre los múltiples usos del petate se encuentra el de cama o mesa. Funciona para que los difuntos
descansen, así como de mantel para colocar los alimentos de la ofrenda.
El izcuintle (xoloitzcuintle). El perrito xoloitzcuintle en juguete, para que las ánimas de los pequeños se sientan
contentas al llegar la ofrenda. El perrito xoloitzcuintle, es el que ayuda a las almas a cruzar el río
Chiconauhuapan, que es el último paso para llegar al Mictlán, significa lugar eterno del reposo de los muertos.
Arco. simboliza la entrada al mundo de los muertos.
Calaveritas. principalmente de azúcar, aunque también hay de chocolate, cartonería, barro, cerámica.
Representan los cráneos humanos que se ofrendaban a los Dioses.
Comida. el alimento tradicional o el que era del agrado de los difuntos.
Licor. según el agrado del difunto, se puede poner tequila, ron, cerveza, u otra bebida.
Pan de muerto. algunos señalan que este tipo de pan recuerda los sacrificios humanos en las culturas
prehispánicas por aquello de los huesos. Es adornado con formas de huesos en alusión a la cruz, espolvoreado con
azúcar y hecho con anís.
Papel picado. representación del viento y la alegría por festejar el Día de los Muertos.
Objetos personales de los difuntos. para que puedan recordar sus momentos en vida
El nombre de esta flor proviene del náhuatl "Cempohualxochitl," que significa “veinte flores” o “varias
flores”, aunque también es conocida como flor del muerto, cempoal, flor de difunto, flor de niño o veinte
flores
La flor tiene diferente nombre dependiendo de la región y el más común es el que conocemos del náhuatl,
que se deformó con el español y terminó llamándose cempasúchil.
La gente en general se ha limitado a llamar flor de muerto o cempasúchil a una sola especie, que es la
Tagetes erecta, pero en realidad en México hay más especies de cempasúchil.
También era considerada como un símbolo de la vida y la muerte, ya que se cree que su olor guía a los
muertos hasta el banquete que los espera en la ofrenda de Día de Muertos. Para los pobladores del
México antiguo, la flor de cempasúchil representaba el sol. El cempasúchil era tan importante para los
mexicas que existían varios mitos y leyendas alrededor de esta flor.
La leyenda dice que Xóchitl y Huitzilin estaban enamorados desde que eran niños y que por las tardes
subían a la montaña dedicada a Tonatiuh, el dios azteca del sol, y le ofrendaban ramos de flores. Pero
un día se desató la guerra y Huitzilin fue a pelear para defender las tierras aztecas y murió.
Destrozada de dolor, Xóchitl pidió al dios Tonatiuh que la librara de su sufrimiento y la reuniera con su
amado. El dios del sol cumplió con el pedido y dejó caer sus rayos sobre Xóchitl, y ella se transformó en
una flor de color amarillo intenso. Luego un colibrí se posó en el centro de la flor y ésta abrió sus 20
pétalos liberando un aroma intenso. Siguiendo el mandato de Tonatiuh, el amor de la pareja azteca
permanecerá mientras haya colibríes y flores de cempasúchil en los campos mexicanos.
Tal vez es por eso que la flor de cempasúchil es la reina de los altares de muertos en México.
Lo cierto es que no hay ofrenda sin esa flor.
Esta flor ha tenido un carácter ceremonial durante cientos de años y aunque los mexicanos
perdieron muchas de sus tradiciones durante la colonización, la flor de cempasúchil aún adorna
los altares. Se construyen unos caminos con los pétalos de la flor en la entrada de las casas para
que el muerto se guie con el olor y pueda llegar al altar o a la ofrenda.
Esta flor es popular porque florece en otoño y tiene mucha variedad de
colores, el color morado es para homenajear a los muertos. Se colocan el las
ofrendas ya que se cree que tienen el poder de crear un enlace entre las
personas del más allá y aquellas que se quedaron en el reino de los vivos.

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