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Síndrome de epilepsia mioclónica Trabajo final Alumna: Maria Guadalupe Cuadras Zazueta Matricula: 20040245 Grupo: C-102 Matutino Materia: TICS aplicadas a las ciencias biomédicas. Profesor: Dra. Elisa Acuña Programa: Lic. en Ciencias Biomédicas Unidad Regional Culiacán Fecha de entrega: 17/05/2022 1 RESUMEN La epilepsia como tal es un trastorno cerebral, en el que, la actividad eléctrica de la corteza cerebral es anormal y por ello provoca diferentes tipos de convulsiones. EL síndrome de epilepsia mioclónica es un tipo de epilepsia que se diferencia de los demás por los tipos de convulsiones que ocurren. Consiste en convulsiones mioclónicas, que son como sacudidas rápidas que ocurren en brazos y piernas; convulsiones tonico-clonicas generalizadas, en las que hay contracciones musculares violentas, así como rigidez muscular; por último, están las crisis de ausencia, que son las convulsiones en las que generalmente suele haber pérdida de conciencia. La epilepsia mioclónica suele alterar en sobremanera la vida de las personas que lo padecen, ya que, es posible tener una calidad de vida estable, pero comúnmente, se les ve como fenómenos gracias a las crisis que pueden padecer en cualquier momento, por lo que es difícil sobrevivir en un entorno normal a causa de las relaciones sociales que es casi obligatorio entablar. Palabras clave: epilepsia, sistema nervioso, mioclónicas, contracción. INTRODUCCIÓN La epilepsia es conocida por ser una enfermedad mental desde hace años. En la actualidad, se conocen ciertas epilepsias, como la epilepsia mioclónica juvenil (EMJ) la cual fue descripta en 1867 por Herpin y en 1957 Janz y Christian hicieron una descripción detallada y presentaron la entidad como “Petit mal impulso”. Los pacientes con otras epilepsias presentan mayor alteración de la personalidad y una peor percepción de su calidad de vida que los pacientes que con epilepsia mioclónica juvenil. La frecuencia genética que existe en este tipo de epilepsia representa el 4.3-10.7% de todas las epilepsias con distribución similar en ambos sexos. En los casos donde se presenta este síndrome se llegan a presentar alrededor de los 12 a 18 años con el porcentaje del 80%. Este síndrome se caracteriza por las sacudidas mioclónicas que suelen tener carácter simétrico, de duración breve, y variables en amplitud y frecuencia; estas afectan los miembros superiores e inferiores y respetan los músculos de la cara. En algunos casos se presentan sacudidas propulsivas. Generalmente, la conciencia esta conservada y las mioclonias aparecen hasta que el paciente se despierte, tienen breve duración y al principio no son mencionadas por estos mismos. Los pacientes presentan un nivel de nivel intelectual normal, se puede remarcar que el tratamiento de este mismo síndrome es crónico y es farmacodependiente. SÍNDROME DE EPILEPSIA MIOCLÓNICA La epilepsia mioclónica es una enfermedad en que hay convulsiones que son como sacudidas rápidas de los brazos o las piernas (convulsiones mioclónicas), convulsiones en que hay rigidez muscular, seguida por contracciones musculares violentas y pérdida de la conciencia (convulsiones tónico-clónicas generalizadas), y, a veces, un tipo de convulsión con pérdida de conciencia muy breve (crisis de ausencia). (“Epilepsia mioclónica juvenil | Genetic and Rare Diseases Information Center (GARD) – an NCATS Program,” 2017) La edad de inicio es entre 1 -18 meses, usualmente antes del primer año. Las convulsiones afectan generalmente un lado del cuerpo y son prolongadas. Estas convulsiones son precipitadas por fiebre o hipertermia después de vacunas o baños calientes. Crisis mioclónicas ocurren usualmente a los dos años de edad. El desarrollo es normal al inicio, pero es seguido por un retraso cognitivo evidente alrededor de los 18 meses. Los episodios de status epilepticus se vuelven frecuentes y posteriormente los niños presentan ataxia y conductas autistas. Al inicio, el electrocardiograma no es específico, pero a medida el desorden progresa, se observan descargas multifocales y generalizadas con respuestas foto-paroxísticas. (Vidaurre, 2017). 2 SIGNOS Y SÍNTOMAS Los tipos de crisis que pueden ocurrir en la epilepsia mioclónica y sus síntomas son los siguientes: Crisis mioclónica Breves sacudidas o tirones musculares o en la parte alta de brazos, hombros o cuello, movimiento a ambos lados del cuerpo y al mismo tiempo y el niño suele estar despierto y puede pensar con claridad durante y justo después de la crisis. Crisis tónico-clónicas Convulsiones, rigidez muscular y tirones rítmicos, poner los ojos en blanco, gritar, el niño puede orinar o defecar, el niño no puede responder durante la crisis y se presenta confusión después de la crisis. (“Epilepsia mioclónica juvenil | Genetic and Rare Diseases Information Center (GARD) – an NCATS Program,” 2017) Crisis de ausencia Empiezan súbitamente en medio de una actividad y acaban de forma abrupta, se quedan con la mente en blanco o tienen episodios de quedarse mirando fijamente a algo durante 5 a 20 segundos, agitación o movimiento de los ojos o bien mirar hacia arriba, el niño no es consciente de qué ocurre durante la crisis, después de la crisis, el niño retoma sus actividades normales y no recuerda haber tenido una crisis (“Epilepsia mioclónica juvenil | Genetic and Rare Diseases Information Center (GARD) – an NCATS Program,” 2017) CAUSAS La causa exacta de la epilepsia mioclónica es desconocida todavía. Se sabe que no está asociada con golpes en la cabeza, tumores cerebrales, o encefalitis. La historia familiar y los factores genéticos tienen un papel importante en el riesgo de epilepsia mioclónica juvenil. Más o menos un tercio de las personas afectadas tienen un pariente con ataques epilépticos, y en varias familias, se han encontrado mutaciones genéticas específicas. Las mutaciones en los genes GABRA1 y EFHC1, y en otros genes aún no identificados, pueden causar o pueden aumentar la chance de tener la epilepsia mioclónica juvenil. (“Epilepsia mioclónica juvenil | Genetic and Rare Diseases Information Center (GARD) – an NCATS Program,” 2017) El gen GABRA1 proporciona instrucciones para hacer una proteína que es importante para que los iones de cloruro crucen la membrana celular. La afluencia de iones cloruro crea un ambiente en la célula que inhibe la señalización entre las células nerviosas (neuronas) y evita que el cerebro se sobrecargue con demasiadas señales. Las mutaciones en el gen GABRA1 resultan en demasiada estimulación de las neuronas en el cerebro y desencadena la actividad cerebral anormal asociada con las convulsiones. Más raramente la epilepsia mioclónica se asocia a mutaciones en el gen EFHC1. El gen EFHC1 proporciona instrucciones para producir una proteína que también desempeña un papel en la actividad de las neuronas, aunque su función no se conoce por completo, pero también puede llevar a la estimulación excesiva de las neuronas y desencadenar convulsiones. (“Epilepsia mioclónica juvenil | Genetic and Rare Diseases Information Center (GARD) – an NCATS Program,” 2017) En personas con epilepsia mioclónica, los síntomas pueden ser provocados por falta de sueño, estrés psicológico, consumo de alcohol y drogas, ovidarse de tomar la medicación, luces parpadeantes como luces estroboscópicas, menstruación, hora del día - Generalmente por la mañana. (“Epilepsia mioclónica juvenil | Genetic and Rare Diseases Information Center (GARD) – an NCATS Program,” 2017) EPIDEMIOLOGÍA La incidencia de EMJ en la población general se estima en 1 caso por cada 1000-2000 personas por año. La epilepsia mioclónica juvenil representa aproximadamente el 5-10% de todas las epilepsias; sin embargo, las cifras exactas pueden ser más altas, ya que a menudo la enfermedad se diagnostica erróneamente. Los pacientes conepilepsia mioclónica juveil no suelen presentar déficits intelectuales o neurológicos y la enfermedad sigue un curso no progresivo. (“Epilepsia mioclónica juvenil | Genetic and Rare Diseases Information Center (GARD) – an NCATS Program,” 2017) EGG1: Electrocardiograma 3 DIAGNÓSTICO La epilepsia mioclónica la diagnostica un neurólogo (un médico especializado en el cerebro, la columna vertebral y los problemas que afectan al sistema nervioso), basándose en signos y síntomas. El hecho de que las crisis convulsivas empiecen alrededor de la pubertad es una pista importante. (“Epilepsia mioclónica juvenil (para Padres) - Nemours KidsHealth,” 2017) Las pruebas que se hacen pueden incluir: • Un EEG1, o electroencefalograma (para ver las ondas cerebrales y la actividad eléctrica cerebral) • Un V-EEG, o video- electroencefalograma (un EEG provisto de grabación de vídeo) • Técnicas de diagnóstico por la imagen, como la TAC y la RM para observar el cerebro por dentro. Estas técnicas dan unos resultados normales en caso de epilepsia, pero se aplican para descartar otras causas posibles. (“Epilepsia mioclónica juvenil (para Padres) - Nemours KidsHealth,” 2017) TIPOS DE EPILEPSIAS MIOCLÓNICAS Idiopáticas Las epilepsias mioclónicas idiopáticas están relacionadas con la edad de aparición y la existencia de una fuerte predisposición genética y tienen una evolución favorable; en las sintomáticas, se incluyen formas progresivas asociadas a procesos metabólicos y degenerativos y otras que son secundarias a encefalopatías no progresivas, generalmente de origen prenatal o perinatal y en las criptogénicas la causa no es conocida, aunque se presume que sean sintomáticas (Albia et al., 2021). • Epilepsia mioclónica benigna del lactante • Epilepsia mioclónica juvenil • Crisis mioclónicas en otros síndromes epilépticos idiopáticos Criptogénicas La epilepsia criptogénica engloba a cualquier síndrome que no tenga una causa definida detectada por los métodos habituales de laboratorio, pero que se sospecha que son derivados de una alteración celular oculta. Recientemente, se ha postulado que ciertas infecciones parasitarias podrían ser la causa real de esta enfermedad (Pereira, 2017). Este tipo de epilepsia puede ser causada por toxoplasmosis, que es producida por un parasito intracelular que puede manifestarse por medio de encefalitis y esto causa las convulsiones, el propio deterioro del tejido debido a la fase latente del parasito y por la estimulación cerebral que generan los parásitos al moverse o también puede ser causada por cistercosis, ya que este tipo de infección se muestra como calcificaciones en el tejido cerebral y esto interviene con el funcionamiento cerebral de manera que las convulsiones tónico-clonicas generalizadas se pueden presentar comúnmente. (Pereira, 2017). • Epilepsia mioclónica criptogénica • Epilepsia mioclonica-atonica • Epilepsia severa del lactante • Epilepsia con ausencias mioclónicas • Epilepsia-ausencia con mioclónicas palpebrales • Crisis mioclónicas en otros síndromes epilépticos criptogénicos Sintomáticos El grupo sintomático consiste en niños que tienen evidencia de lesión neurológica en el momento de la aparición o un conocido asociado trastorno. Este grupo representa aproximadamente el 80 por ciento de pacientes con espasmos infantiles [Matsumoto et al., 1981; Riikonen, 2009; Partikian y Mitchell, 2009], aunque un estudio de 140 pacientes afectados que fueron evaluados por computadora tomografía (TC), resonancia magnética y / o tomografía por emisión de positrones (PET) informó que el 96 por ciento eran sintomáticos [Chugani y Conti, 1996], destacando la importancia de multimodal neuroimagen en la evaluación de estos bebés, especialmente si no responden a la terapia. https://kidshealth.org/es/parents/eeg-esp.html https://kidshealth.org/es/parents/ct-head-esp.html 4 (Swaiman K., Ashwal S., Ferriero D. y Schor N., Pediatric Neurology, 2012). HERENCIA La epilepsia mioclónica juvenil es un trastorno hereditario (aproximadamente un tercio de los pacientes tienen antecedentes familiares de epilepsia), pero el modo exacto de herencia no está claro. Los estudios han indicado que la herencia es autosómica dominante. Sin embargo, tiene una penetrancia incompleta, lo que significa que algunas personas que heredan el gen o genes asociados con la epilepsia mioclónica no desarrollan síntomas. (“Epilepsia mioclónica juvenil | Genetic and Rare Diseases Information Center (GARD) – an NCATS Program,” 2017). Más de 80% de pacientes presentan mutaciones en el gen SCN1A, las cuales causan haplo-insufciencia con disfunción en las neuronas GABAergicas 95% de estas mutaciones son “de novo”. Mutaciones en SCN1A también pueden causar GEFS+ un fenotipo más leve en el cual convulsiones febriles se pueden extender más allá de los 6 años o convulsiones febriles acompañan crisis afebriles. Otros genes identificados como causa de epilepsia mioclónica son: SCN2A, GABRA1, GABRG2, STXBP1, HCN1 and CHD2. El rol de SCN9A no es completamente claro, pero podría ser un gen modificador. (Vidaurre, 2017) TRATAMIENTOS Terapia hormonal Desde los informes iniciales de 1958 que describían la eficacia de la ACTH2 y los corticosteroides para detener los espasmos y mejorar el EEG, la terapia hormonal ha sido el pilar del tratamiento de los espasmos infantiles en los Estados Unidos [Sorel y Dusaucy- Bauloye, 1958]. El reciente ensayo UKISS informó de que la terapia hormonal (ya sea ACTH sintética o corticosteroides) de los espasmos en el 73% de los niños (sin esclerosis tuberosa) al cabo de 2 semanas. esclerosis tuberosa) después de 2 semanas, en comparación con la vigabatrina en el 54%. [Lux et al., 2004]. Aunque la ausencia de espasmos no difirió por grupo de tratamiento en el estudio de seguimiento a los 14 meses (75% frente a 76%, respectivamente), hubo una tendencia clínicamente tendencia clínicamente significativa hacia mejores resultados de desarrollo a los 14 meses en los pacientes criptogénicos. (Swaiman K., Ashwal S., Ferriero D. y Schor N., Pediatric Neurology, 2012). ACTH Dos formas de hormona adrenocorticotrópica (ACTH), la H.P. Acthar Gel Repositorio Inyección natural y la cosintropina sintética (Synacthen Depot), se han utilizado en los Estados Unidos para el tratamiento de los espasmos infantiles, pero ninguna de ellas está aprobada por la FDA. A diferencia del H.P. Acthar Gel, el Synacthen no está aprobado por la FDA para ningún propósito y, por tanto, sólo está disponible a través de un programa de uso compasivo. Varios ensayos prospectivos y aleatorizados de ACTH o cosintropina de distintas dosis han demostrado que entre el 42 y el 87 por ciento de los pacientes experimentaron el cese de los espasmos a las 2 semanas de iniciar la de iniciar la terapia [Baram et al., 1996; Hrachovy et al., 1983, 1994; Vigevano y Cilio 1997; Yanagaki y otros, 1999]. La hipsarritmia se resolvió en el 20-90% de los pacientes, y las tasas de recaída fueron del 15 al 33%. Aunque no hay acuerdo sobre la dosis de la dosis o la duración del tratamiento, dos ensayos controlados aleatorios que comparan dosis altas de ACTH con dosis bajas de ACTH no mostraron una diferencia significativa en cuanto al cese del espasmo. En un estudio de seguimiento a largo plazo, no hubo un beneficio claro de 150 UI/día en comparación con 40 UI/día [Riikonen, 1982]. Dada la falta de pruebas que apoyen las dosis altas de ACTH, y considerando los posibles efectos secundarios graves dependientes de la dosis, se recomiendan dosis más bajas y un curso de tratamiento corto. Un estudio prospectivo que comparaba la ACTH y la vigabatrina para todos los pacientes con espasmos infantiles demostró que el cese de los espasmos a corto plazo era superior en el grupo de la ACTH (74% frente al 48%, respectivamente) [Vigevanoy Cilio, 1997], y el estudio UKISS mostró resultados similares a corto plazo comparando la terapia hormonal con la vigabatrina en pacientes con esclerosis no tuberosa [Lux et al., 2004]. (Swaiman K., Ashwal S., Ferriero D. y Schor N., Pediatric Neurology, 2012). ACTH2: Hormona adrenocorticotrópica 5 Corticosteroides Los corticosteroides consiguen el cese de los espasmos a corto plazo en el 29-70 por ciento de los pacientes con espasmos infantiles [Mackay et al., 2004]. A excepción del UKISS, estos estudios evaluaron dosis bajas de corticosteroides. Un ensayo controlado aleatorio informó de que las dosis bajas de corticosteroides orales eran menos eficaces que la ACTH para detener los espasmos (29% frente a 87%, respectivamente) [Baram et al., 1996], mientras que otro estudio similar no mostró una diferencia significativa entre los dos grupos (33% frente a 42%, respectivamente) [Hrachovy et al, 1983]. Basándose en los resultados variables de los estudios, el Parámetro de Práctica de 2004 concluyó que no había pruebas suficientes para recomendar los corticosteroides orales. Desde entonces, el subanálisis del ensayo UKISS mostró que la prednisolona oral era equivalente a la ACTH sintética (70% frente a 76% de ausencia de espasmos tras 14 días, respectivamente). Aunque este estudio no tenía la potencia necesaria para determinar una diferencia significativa entre los dos grupos, tenía más sujetos que los estudios anteriores y representa el único ensayo controlado aleatorio que evalúa la eficacia de las dosis altas de corticosteroides orales. Incorporando los resultados del UKISS, una revisión Cochrane concluyó que, en caso de utilizar prednisolona oral oral, se recomienda una "dosis alta" [Hancock et al., 2008]. (Swaiman K., Ashwal S., Ferriero D. y Schor N., Pediatric Neurology, 2012). Vigabatrina La vigabatrina, el primer farmaco desarrollado sobre la base de un mecanismo de acción específico, es un inhibidor irreversible de la enzima transaminasa del ácido gamma aminobutírico. La inhibición de esta enzima provoca un aumento de los niveles de GABA en el cerebro. La vigabatrina ha demostrado ser eficaz en el tratamiento a corto plazo de los espasmos infantiles, especialmente en pacientes con esclerosis tuberosa como causa subyacente. En un estudio retrospectivo multicéntrico, la supresión de los espasmos se consiguió en una media de 6 días en el 69% de todos los lactantes y en el 96% de los que tenían esclerosis tuberosa [Aicardi et al., 1996]. En un pequeño estudio, Chiron et al. informaron de una tasa de respuesta del 100% en pacientes con esclerosis tuberosa tratados con vigabatrina (150 mg/kg/día), en comparación con el 45% tratados con hidrocortisona en el seguimiento de 1 mes [Chiron et al., 1997]. Estudios posteriores han confirmado la especial eficacia de la vigabatrina en pacientes con espasmos infantiles debidos a la esclerosis tuberosa. En cambio, las tasas de eficacia a corto plazo para todos los espasmos infantiles o los que no son ST oscilan entre el 35 y el 54% [Lux y otros, 2004; Vigevano y Cilio, 1997; Appleton y otros, 1999]. Recomendamos la vigabatrina como tratamiento de primera línea para los pacientes con espasmos infantiles debidos a esclerosis tuberosa. Teniendo en cuenta que el 75% de los pacientes del ensayo UKISS, que inicialmente fracasaron en la terapia hormonal pero luego fueron tratados con vigabatrina, estaban libres de espasmos a los 14 meses [Lux et al., 2005], apoyamos el uso de vigabatrina como terapia de segunda línea en pacientes sin esclerosis tuberosa. (Swaiman K., Ashwal S., Ferriero D. y Schor N., Pediatric Neurology, 2012). Terapia quirúrgica Gracias a los avances en las técnicas de neuroimagen estructural y funcional, la resección quirúrgica de lesiones focales o unilaterales del sistema nervioso central ha surgido como una opción eficaz de tratamiento de la epilepsia en pacientes seleccionados con espasmos espasmos infantiles intratables. La cirugía de la epilepsia para los espasmos infantiles fue de la glucosa podía identificar lesiones corticales focales localizadas identificar lesiones corticales focales localizadas en regiones epileptógenas en bebés con espasmos infantiles criptogénicos cuyas imágenes funcionales funcional no era reveladora, y que la resección quirúrgica se asociaba a un resultado favorable [Chugani et al., 1990]. Tras este informe, Chugani et al. informaron sobre 23 pacientes con espasmos infantiles que se sometieron a resección cortical o hemisferectomía. En 14 de los 23 pacientes, la PET fue la única modalidad de imagen que mostró la anormalidad regional [Chugani et al, 1993]. Estas y otras series posteriores han demostrado que la resección quirúrgica de una lesión cortical focal para los espasmos infantiles intratables resulta en el control completo de las convulsiones en el 50-60 por ciento de los pacientes [Chugani et al., 1993; Wyllie et al., 1998]. Cuando las resecciones focales Cuando se realizan resecciones focales en áreas corticales que muestran un metabolismo o 6 perfusión anormal o perfusión en la PET o en la tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT) tomografía computarizada de emisión de fotón único (SPECT), el examen neuropatológico del tejido resecado suele revelar displasia cortical [Chugani et al., 1990; Vinters, 2002]. El impacto de la cirugía en el desarrollo a largo plazo desarrollo a largo plazo es incierto, aunque las pruebas limitadas apuntan hacia una mejora de los resultados, especialmente en los casos de intervención quirúrgica temprana [Asano et al., 2001]. Aunque se necesitan más estudios para determinar el impacto de la cirugía en los resultados del desarrollo, la resección quirúrgica de desarrollo, la resección quirúrgica de regiones corticales focales es una de las regiones corticales focales es una opción terapéutica importante, y debe considerarse una evaluación prequirúrgica especializada en los pacientes con signos clínicos o EEG de los pacientes con signos clínicos o EEG localizados, específicamente espasmos asimétricos, hemihiperritmia y convulsiones parciales, incluso en ausencia de una lesión de RM bien definida. lesión bien definida en la RM. (Swaiman K., Ashwal S., Ferriero D. y Schor N., Pediatric Neurology, 2012). Otros tratamientos No hay ensayos controlados aleatorios de otros medicamentos antiepilépticos o terapias alternativas para el tratamiento de los espasmos infantiles, aunque la evidencia limitada sugiere que el valproato, el topiramato, la zonisamida, la piridoxina y la dieta cetogénica pueden proporcionar un beneficio adicional en la reducción de los espasmos y, por lo tanto, se utilizan a menudo después de la terapia hormonal y la vigabatrina. Se desconoce el impacto de estas terapias en el resultado del neurodesarrollo. Sin pruebas sólidas que respalden un agente concreto, los riesgos potenciales de cada terapia deberían influir en las decisiones de tratamiento individuales. (Swaiman K., Ashwal S., Ferriero D. y Schor N., Pediatric Neurology, 2012). CASOS CLÍNICOS Paciente 1 Varón de 13 años de edad que presenta mioclonías. En el EEG aparecen breves paroxismos generalizados. Se indica ácido valórico con buena respuesta. Las mioclonías reaparecieron especialmente en situaciones conflictivas. Se orienta a psicología y técnicas de biofeedback y relajación. Hubo mejoría, pero las crisis reaparecieron cuando voluntariamente discontinuaba la medicación. Durante unos meses presentó fenómenos vasomotores (hiperhidrosis) y mioclonías sin manifestaciones clínicas. Durante el seguimiento del proceso se utilizó ácido valproico, lamotrigina y benzodiacepinas. El paciente cursó estudios universitarios y realizó actividad laboral en forma adecuada. La duración del tratamiento actual es de 16 años. (Grippo, 2007). Paciente 2 Mujer de 17 años con crisisque comenzaron 4 años antes, exacerbadas durante la menstruación y estados emocionales alterados. Las mioclonías predominaban al despertar, asociadas a crisis de ausencias, propulsivas y tónico-clónicas generalizadas. Presentaba frecuentes cefaleas. Los EEG fueron patológicos, con normalización durante períodos prolongados de remisión. En el curso del seguimiento aparecieron cuadros de depresión, orientándose a psiquiatría. Las drogas utilizadas durante el seguimiento (15 años) fueron ácido valproico, lamotrigina, levopiracetam, etosuximida y benzodiacepinas. Sus estudios universitarios fueron adecuados. (Grippo, 2007) Paciente 3 Niña que a los dos años de edad tuvo una convulsión febril con aparición de mioclonías a los 10 años de vida. El padre padecía tics de variable presentación. La paciente se quejaba de cefaleas frecuentes con aparición de tics. Los EEG exhibían paroxismos generalizados con epicentro en áreas anteriores que alternaban con períodos de normalidad. Es una estudiante universitaria con buen rendimiento. Durante el tratamiento se utilizaron ácido valproico, lamotrigina, oxcarbacepina, con períodos de remisión de las mioclonías. (Grippo, 2007). COMO AFECTA EN LA VIDA COTIDIANA Relación entre los padres Los padres de un niño con epilepsia generalmente reaccionan con los temores y 7 prejuicios propios de la comunidad porque no tienen información acerca de la epilepsia. En este contexto desarrollan sentimientos de culpa, vergüenza, ira, frustración o tristeza, lo que muchas veces afecta la estabilidad conyugal. Este tipo de respuesta se describe también en otras enfermedades crónicas. Por ello es conveniente que la familia busque la orientación y el apoyo de un terapeuta que les ayude a desmitificar la enfermedad ubicándola en su contexto real de enfermedad crónica tratable y lejos de curas milagrosas. Asimismo, trabajará la aceptación de la enfermedad y del tratamiento, involucrando a todos los miembros de la familia en el soporte social y emocional del paciente. (Espinoza J, Manual de epilepsia). Relación entre hermanos Muchas veces el niño con epilepsia es marginado por sus hermanos porque éstos lo perciben como fuente potencial de conflicto en la casa, o como el engreído y preferido de los padres, el que goza de los mayores cuidados, tiempo y dedicación. La rivalidad fraterna se presenta por un inadecuado manejo familiar y repercute negativamente en la autoimagen del niño con epilepsia. Por todas estas razones es importante trabajar con el grupo familiar con el fin de informar a todos sus miembros acerca del padecimiento de uno de ellos, obtener su apoyo y reducir las tensiones intrafamiliares, de lo contrario, si la familia no supera sus actitudes negativas, muchos de ellos llegarán a la vida adulta con un gran sentimiento de desvalorización personal. (Espinoza J, Manual de epilepsia). Relación en la escuela Los niños con epilepsia bien controlada, sin trastorno neurológico asociado que produzca discapacidad y CI normal deben asistir a un centro de educación regular. El niño con epilepsia puede y debe hacer una vida normal, lo que incluye practicar deportes en el colegio y participar de los juegos grupales porque estas actividades contribuyen a su integración social, y está demostrado que ayudan al control de la enfermedad disminuyendo la frecuencia de la crisis. (Espinoza J, Manual de epilepsia). CONCLUSIÓN La identificación de las mioclonías es fundamental para el diagnóstico de EMJ. El típico EEG de una crisis mioclónica muestra patrones de polipunta-onda, caracterizados por un grupo de puntas generalizados, simétricas y de alta frecuencia, seguidos por ondas lentas. Los estudios de neuroimagen no están indicados de manera rutinaria. Los fármacos por considerar incluyen el ácido valproico, vigabatrina, corticoesteroides, el clonazepam entre otros. Donde en el caso de los varones la primera opción es AVP (ácido valproico) , no suministrado a mujeres debido a su alta posibilidad de toxicidad fetal. El pronóstico en general es adecuado por varios años después de haberse iniciado el tratamiento. 8 REFERENCIAS Libros • Capítulo 56, Swaiman K., Ashwal S., Ferriero D y Schor N. Swaimans pediatric neurology principles and practice, Elsevier, 2012, pp. 774-789. • Sección 1, Genton P, Roger J, Guerrini R, Medina M, Bureau M, Dravet C y Delgado-escueta A. Myoclonic epilepsies, advances in neurology primera edición. Philadelphia, 2005, pp. 23- 24. • Capítulo 13, Espinoza J. Manual de epilepsia, guía de tratamiento integral para el primer nivel de atención. Pp. 72-73 Paginas web • Chungani T. Harry. Epilepsia mioclonica juvenil. KidsHealth agosto 2017. https://kidshealth.org/es/parents/juvenile-myoclonic-epilepsy-esp.html • Epilepsia mioclonica juvenil. Genetic and Rare Diseases Information Center GARD. https://rarediseases.info.nih.gov/espanol/13435/epilepsia-mioclonica-juvenil • Alebesque A. Voloria, Bellosta D.E., Lasaosa S.S y Lerda M.J.A. Epilepsia mioclonica juvenil: pronostico a largo plazp y retirada de tratamiento. http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1137-66272020000100005 • Pereira Diego J. Por qué la epilepsia criptogénica podría tener un origen infeccioso. Titi. Octubre 19, 2017. https://infotiti.com/2017/10/epilepsia-criptogenica-parasitos/ Artículos o revistas • Pozo L. Desiderio y Pozo J. Albia. Nuevo enfoque conceptual de la epilepsia. Revista Cubana de pediatría, La Habana, Cuba. Octubre-diciembre 2001 volumen 73 numero 4. • Albia J. Alonso, Desiderio P. Lauzan y Desi P. Alonso Epilepsias micolonicas en el niño y el adolescente. Revista cubana de pediatría, La Habana, Cuba. Julio-septiembre 2001. Volumen 73 numero 3. • Grippo Jorge y Gripoo Tomas M. Epilepsia mioclónica juvenil: benigna y crónica. Archivos argentinos de pediatría, 2007. Pag. 427-435. • Vidaurre Jorge. Sindromes epilépticos genéticos. Pediatr Panama 2017. Vol. 46 (2), pag 68- 74. • Epilepsias mioclonicas. Yepez Isaac I., Caraballo Roberto H., Tesi-Rocha Carolina, Navoni Maria J., Cersosimo Ricardo O. y Fejerman Natalio. Servicio Ecuatoriano de Neurologia SEN , hospital de pediatría, Argentina. Volumen 8 numero 3. • Salas-Puig J., Calleja S., Jimenez L., Gonzalez-Delgado M. Epilepsia mioclonica Juvenil. Revista de neurología, 2001. Vol 32 (10), pag. 957-961. • Martinez D.S., Labrada A.J., Rosello P.A., Lopez G.E. y Tenias B.J. Enfermedad mental, rasgos de personalidad y calidad de vida en epilepsia: estudio control de pacientes con epilepsia mioclónica juvenil y otras epilepsias. Revista de neurología, junio 2013. España, Vol 56 (12), pag 608-614. https://kidshealth.org/es/parents/juvenile-myoclonic-epilepsy-esp.html https://rarediseases.info.nih.gov/espanol/13435/epilepsia-mioclonica-juvenil http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1137-66272020000100005 https://infotiti.com/2017/10/epilepsia-criptogenica-parasitos/
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