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Carrera: Medicina Área: Nutrición Título: “Conociendo nuestro cuerpo” En el presente informe se abordarán los temas relacionados con la nutrición en la etapa de la adolescencia, los cambios biológicos, psicológicos y sociales; procesos alimentarios relacionados con los alimentos que se consumen, tipos de dietas recomendadas por organismos reconocidos, tablas comparativas para evaluar el crecimiento y detectar o determinar estados nutricionales apropiados o no. Así mismo, se describirán la anatomía, histología y fisiología del estómago y duodeno, y la importancia de las proteínas y su metabolismo en el organismo. Una adolescente de 13 años siente que su cuerpo está cambiando, dentro de su cuerpo están sucediendo cambios fisiológicos, histológicos y anatómicos de diferentes formas. Se considera que cuando el crecimiento biológico cesa se adquiere un pico de masa ósea, un 50% del peso definitivo, un 25% de la talla y un 50% de la masa esquelética, mayor masa magra en varones y mayor masa grasa en mujeres. Como es una etapa crucial para el desarrollo de los potenciales biológicos, psicológicos y sociales, en cuanto a la alimentación se debe tener en cuenta algunas recomendaciones para poder cumplir con los requerimientos energéticos necesarios. Una dieta que según las ingestas diarias recomendadas de energía y nutrientes en la adolescencia van desde 2.500 a 3.000 Kcal/día en varones de 11 a 18 años, y de 2.000 Kcal/día en mujeres. Considerando que un 10% a 15% de la ingesta debe contar con proteínas, un 30% grasas, un 10% ácidos grasos saturados, menos de 300mg/día de colesterol y de un 5% a 60% hidratos de carbono. Una buena nutrición durante la adolescencia es esencial para maximizar el potencial biológico, ya que se necesitan nutrientes específicos (al menos cuatro comidas diarias) para el desarrollo adecuado del cerebro, los huesos y los músculos. Una alimentación adecuada durante esta etapa puede ayudar a prevenir enfermedades y problemas de salud a largo plazo, como la obesidad, la diabetes y la hipertensión arterial. Si bien las personas recomiendan que coman de todo, podríamos garantizar que comer de todo es justamente lo que se adquiere en la adolescencia y es la que genera desequilibrios alimentarios a esta edad. El alcoholismo, el consumo de snacks, el hábito de comer fuera de casa, son ejemplos de una psicología alimentaria adoctrinada, manipulada e impuestas por industrias de moda, publicidades y medios de difusión masivos que aluden a la idea de comida rápida, de fácil elaboración y de poco consumo con respecto al tiempo (Fast food, por ejemplo), y que son los principales causantes de muchas patologías (tanto psicológicas como biológicas). Los estudios han demostrado que una dieta equilibrada y rica en nutrientes puede mejorar el rendimiento cognitivo, el estado de ánimo y la capacidad de aprendizaje. Los adolescentes que siguen una dieta saludable tienen menos probabilidades de sufrir problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión. Una buena nutrición durante la adolescencia es esencial para el desarrollo social. Los adolescentes que siguen una dieta saludable y equilibrada tienen más energía y se sienten mejor consigo mismos, lo que puede mejorar su autoestima y confianza. Esto, a su vez, puede mejorar su capacidad para relacionarse con los demás y desarrollar relaciones saludables y positivas. Por otro lado, para la obtención de una alimentación completa, variada, moderada y armónica es necesario la utilización de las guías alimentarias para la población Argentina. Estas guías proporcionan información clara y concisa sobre los diferentes grupos de alimentos que se deben consumir a lo largo del día, indicando su orden de importancia. El primer grupo se compone de las verduras y frutas, que son la fuente principal de vitamina A y C, agua y minerales, y deben ser consumidas en mayor cantidad. El segundo grupo incluye las legumbres, cereales, papa, pan y pastas, que son la principal fuente de hidratos de carbono, fibra y vitamina del complejo B. En tercer lugar, se encuentran los lácteos como la leche, yogur y queso. El cuarto grupo se compone de las carnes y huevos, que son la fuente principal de hierro. En el quinto grupo se encuentran los aceites, frutas secas y semillas, que deben ser consumidos en menor cantidad. Por último, el sexto grupo se conforma por los productos procesados y ultra procesados, que son alimentos de consumo opcional y deben ser evitados en lo posible. La utilización de las guías alimentarias es esencial para lograr una alimentación saludable y equilibrada, que cubre todas las necesidades nutricionales. Además, promover a seguirlas ayuda a los adolescentes a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión, la obesidad, etc. Por lo tanto, éstas son una herramienta vital para fomentar la buena salud y el bienestar en los adolescentes argentinos. Anteriormente, se mencionó al cuarto grupo de alimentos que se compone principalmente de carnes y huevo, estos son fuente de proteínas. Las proteínas son macromoléculas formadas por aminoácidos, los cuales están compuestos por un grupo ácido carboxilo y un grupo básico, amina unidos al carbono ∝. Tienen función estructural o plástica, enzimática, de transporte, entre otras. Desde el punto de vista nutritivo, la calidad de las proteínas de la dieta depende de su contenido en aminoácidos esenciales. Las proteínas de origen animal (carnes rojas y blancas, vísceras, leche, huevo) tienen mayor valor biológico que las de alimento vegetal. Por esta razón, una dieta adecuada debe incluir proteínas de origen animal de alto valor biológico. Cuando estas entran al organismo mediante los alimentos, su hidrólisis comienza en el estómago (debido a que no hay enzimas proteolíticas en la saliva). Las células parietales secretan ácido clorhídrico y las células principales pepsinógeno, estimuladas por la gastrina, que es una hormona secretada por las células G de mucosa gástrica. El pepsinógeno es un zimógeno, que va a ser activado por el pH ácido del estómago y convertido en pepsina, a su vez la pepsina va a seguir activando pepsinógeno para formar más pepsina. La pepsina es la primera que comienza a digerir las proteínas grandes para convertirlas en pedazos más pequeños, oligopéptidos. Luego el quimo pasa al duodeno, allí, el pH ácido que trae desde el estómago, estimula la secreción de secretina que va a actuar sobre el páncreas para que libere bicarbonato para neutralizar ese pH bajo. Por otro lado, los aminoácidos en el quimo van a estimular la secreción de colecistoquinina, esta va a producir que el páncreas secrete tripsinógeno, quimotripsinógeno, proelastasa y procarboxipeptidasa A y B. Estos zimógenos van a ser activados en la mucosa intestinal. En el caso del tripsinógeno va a ser activado por la enteropeptidasa, las demás son activadas por la forma activa del tripsinógeno, la tripsina. Estas terminan de digerir los oligopéptidos y dan como resultado aminoácidos libres que van a ser absorbidos por las células intestinales y liberados en la circulación sanguínea. Luego de la absorción, son transportados desde la sangre hacia los tejidos, penetran a las células mediante transporte facilitado o activo con mecanismos transportadores. En las células tienen distintas alternativas: utilización para síntesis de proteínas corporales, transformación en compuestos no proteicos y degradación para uso energético. Diez de los aminoácidos habituales de las proteínas animales se sintetizan dentro de las células, mientras que los otros diez no se pueden sintetizar o solo en cantidades demasiado pequeñas para suplir las necesidades orgánicas. Este segundo grupo de aminoácidos que no se pueden sintetizar se llama aminoácidos esenciales. La síntesis de los aminoácidos no esenciales depende principalmente de la formación,en primer lugar, de alfa cetoácidos pertinentes, precursores de los aminoácidos respectivos. Por ejemplo, el ácido pirúvico, que se produce en grandes cantidades durante la glucólisis, es el cetoácido precursor del aminoácido alanina. Después, mediante transaminación, se transfiere un radical amino al alfa cetoácido mientras el oxígeno cetónico pasa al donador del radical aminoácido. Una vez que las células alcanzan su límite de almacenamiento de proteínas, el resto de los aminoácidos de los líquidos orgánicos se degradan y se aprovechan para obtener energía o se depositan sobre todo como grasa o, de modo secundario, como glucógeno. Esta degradación ocurre casi enteramente en el hígado y comienza con la desaminación que es la eliminación de los grupos amínicos de los aminoácidos y sucede, en particular, mediante la transaminación, es decir, la transferencia de grupos amínicos a una sustancia receptora. La desaminación libera amoníaco, el cual desaparece de la sangre casi por completo y se transforma en urea. El hígado sintetiza casi toda la urea formada en el cuerpo. Si este falla o sufre una enfermedad grave, el amoníaco se acumula en la sangre, lo cual es extremadamente tóxico, en especial para el cerebro y a menudo induce un estado llamado coma hepático. Después de su formación, la urea difunde desde las células hepáticas a los líquidos corporales y se excreta por los riñones. Por consiguiente, otro punto importante a destacar es el funcionamiento y la estructura de estómago y duodeno. Estos corresponden a la porción proximal infra-diafragmática del tubo digestivo. El estómago es la porción dilatada del mismo comprendida entre el esófago y el intestino delgado, es una víscera hueca que funciona como reservorio de alimentos y es responsable del procesamiento físico y químico de los mismos. El duodeno es la continuación del estómago y se extiende hasta el ángulo duodeno yeyunal, recibe los productos de la secreción gástrica y la secreción biliopancreática prosiguiendo con su procesamiento. El estómago tiene un tamaño aproximado de 25 cm de largo, 12 cm de transverso y 8 cm anteroposterior. Su capacidad media en el adulto se aproxima los 1.200 ml, mientras que el duodeno que también mide unos 25 cm, tiene una capacidad de 110 ml. Histológicamente su estructura está formada por una pared que de adentro hacia afuera posee una capa mucosa, submucosa, 3 capas musculares (músculo liso) una circular, una longitudinal y una oblicua que es exclusiva del estómago y una serosa. En la submucosa se encuentra el plexo nervioso de Meissner (submucoso) y entre sus capas musculares el de Auerbach (mientérico). Las fibras parasimpáticas posganglionares inervan directamente el músculo liso y las glándulas de la pared gastrointestinal, cuya estimulación aumenta la secreción y motilidad. El sistema simpático inhibe la peristalsis contrae los vasos sanguíneos y redirecciona la irrigación del sistema digestivo al musculoesquelético. La irrigación del estómago y duodeno proviene del tronco celiaco e incluye a las arterias, esplénica, hepática común, gástricas izquierda o coronaria estomáquica, gástrica derecha o pilórica, gástricas cortas, gastroepiploicas derecha e izquierda y gastroduodenal. El drenaje es a través de la vena porta, esplénica, y mesentérica superior. El drenaje venoso se da por la vena gástrica izquierda que desemboca en la vena porta, junto con las esofágicas inferiores, al igual que la vena gástrica derecha o pilórica. La vena gastroepiploica izquierda termina en la vena esplénica, la gastroepiploica derecha termina en la vena mesentérica superior. La unión de la vena esplénica y la mesentérica inferior forman el tronco esplenomesentérico que luego se une con la mesentérica superior y forman la vena porta. Fisiológicamente, la llegada del bolo alimenticio al estómago, estimula la secreción gástrica cuyos factores estimulantes de secreción son la acetilcolina, la histamina y la gastrina. Las dos primeras estimularán la secreción de pepsinógeno y lipasa gástrica por parte de las células principales de las glándulas gástricas y moco de las células de la mucosa. La gastrina, hormona secretada por las células G del antro pilórico, ante la presencia de proteínas del contenido gástrico, estimulan las células parietales de las mencionadas glándulas gástricas, para que secreten ácido clorhídrico en presencia del cual el pepsinógeno se transforma en pepsina y factor intrínseco, esencial para la absorción de vitamina B12. La digestión gástrica tiene una parte mecánica, mediada por los tres tipos de fibras musculares que mezclan el contenido gástrico y química medida por las enzimas digestivas. El ácido clorhídrico disminuye el PH a 1,8 aproximadamente, que neutraliza la acción de ptialina salival presente en el bolo alimenticio que llegó al estómago (aunque vale recordar que aproximadamente durante la primera hora de presencia del bolo, en el fundus y cuerpo del estómago, la enzima amilasa salival continúa hidrolizando almidones, completando un 30 a 40% del mismo). En presencia de ácido el pepsinógeno se transforma en pepsina la cual comienza la hidrólisis de proteínas. La lipasa gástrica también genera una primera hidrólisis que es muy poco importante. Una vez formado el producto final llamado quimo, cuando este se ha acumulado esencialmente en el antro pilórico y ejerce una presión de al menos 50 mmhg, sobre el esfínter pilórico, este se abre y comienza a evacuar el contenido del estómago en forma intermitente y pausada hacia el duodeno. El duodeno, se lo diferencia en 4 segmentos, recibe el quimo en la primera porción, donde las características de ese quimo determinarán la secreción hormonal de células de su mucosa, que estimularán distintas otras secreciones que serán de fundamental importancia para la continuidad digestiva, a saber; la hormona Colecistocinina (células I) que estimula la secreción biliar por la vesícula que emulsionará las grasas) y estimula a su vez la secreción de proteasas, lipasas y amilasas del páncreas( hidrolizan, proteínas, lípidos e hidratos de carbono respectivamente. La hormona secretina (células S), estimula la producción de bilis por el hígado y la secreción de bicarbonato por el páncreas. En la segunda porción del duodeno se anastomosa el colédoco a través del esfínter de odis, previa a la desembocadura la ampolla de váter que colecta los productos pancreáticos y biliar, el bicarbonato alcaliniza el quimo que tiene un PH 4 aproximadamente al salir del estómago y lo lleva a valores de PH 7 u 8, necesarios para continuar con la digestión. Las células” A” de la mucosa duodenal también producen “GIP” péptido inhibidor gástrico, que retrasa el vaciamiento estomacal. Y también motilina, que aumenta la motilidad del mismo en caso de ser necesario. Para terminar, podemos pensar que no hay una única y correcta manera de alimentarse o que existan pueblos más o menos civilizados a juzgar por sus prácticas alimentarias. Se conocen ciertos saberes y preparaciones de la comida relacionados a grupos étnicos, colectivos migrantes y poblaciones indígenas. Más allá de las condiciones de nuestro omnivorismo y genética, comemos en ciertos momentos o circunstancias, en compañía o no, en virtud de lo socioeconómico, histórico, político, ecológico, demográfico, simbólico y subjetivo. Entre los obstáculos para obtener alimentos con un aporte nutricional elevado se encuentran: el acceso y el costo, duración de la jornada laboral, influencia de la publicidad, reducción y desvalorización de las tareas culinarias. En conclusión, se puede destacar la importancia de una alimentación coordinada y equilibrada en la adolescencia, ya que en esta etapa ocurren cambios importantes, tanto físicos como psicológicos. El adolescente debe ser acompañado en este camino hacia la adultez por sus padres, puesto que es un procesocolmado de duelos y pérdidas que formarán la identidad del individuo. Esta temática nos ha permitido, además, bucear en el complejo mundo de los alimentos relacionado con la ingestión, digestión y metabolismo de los mismos, como así también de las estructuras anatómicas, fisiológicas e histológicas que se ponen de manifiesto en este proceso. Bibliografía · Aberastury y Knobel. La adolescencia normal. Capítulo I. El adolescente y la libertad. Pág. 15-28. · Blanco Antonio. Química Biológica. Capítulo 3 y 16 Aminoácidos y Proteínas. Editorial El Ateneo, Argentina. 10 º edición. Año 2016. · Doltó F. (1986) La imagen inconsciente del cuerpo. P21 a 22. · Guyton y Hall. Tratado de Fisiología Médica. Capítulos 70 Proteínas. 13º Edición. Año 2016. · Latarjet, H; Ruiz Liard, A. Anatomía Humana. Tomo 2. Sección XXII. Cap. 107, 108 y 114. 4º edición. Editorial Panamericana. 2013. · López y Suarez. Fundamentos de Nutrición Normal. Editorial El Ateneo, 1º edición 2002, 3º reimpresión 2008. Capítulo 15 · Medina Cano, F. El cuerpo en la posmodernidad. 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