Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
GIOVANNI REALE y DARIO ANTISERI HISTORIA DEL PENSAMIENTQ HLQSQHCQ Y UENTIFICO ToMo SEGUNDO DEL HUMANISMO A KANT H-¬ PLAN MINISTERIO DE CULTURA Y EDUCACION DE LA NACION BARCELONA EDITORIAL HERDER 1995 Versión castellana de JUAN ANDRÉS IGLESIAS, de la obra de GIOVANNI REALE y DARIO ANTISERI, Il pensiero occidemfale dalle origini ad oggi, tomo II, Editrice La Scuola, Brescia 51985 Ilustraciones: Alinari, Arborio Mella, Farabola, Fototeca Storica Nacionale, Giorcelli, Ricciarini, Spectra Segunda edición 1992 Reimpresión 1995 ©1983 Editrice La Scuola, Brescia © 1988 Editorial Herder S.A., Barcelona Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, el almacenamiento en sistema informático y la transmisión en cualquier forma o medio: electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro o por otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyrigth ES PROPIEDAD ISBN 84-254-1589-6 tomo II, rústica ISBN 84-254-1590-X tomo II, tela ISBN 84-254-1541-1 obra completa, rústica ISBN 84-254-1593-4 obra completa, tela DEPóSITo LEGAL: B. 42.848 (rústica) B. 42.849 (mia) PRn~1TED IN SPAIN LIBERGRAF S.L. - BARCELQNA INDICE rólogo ................................................................................. .. PARTE PRIMERA EL HUMANISMO Y EL RENACIMIENTO El pensamiento humanística-renacentista y sus características generales El significado historiográfico del término «humanismo›› ................ .. El significado historiográfico del término «renacimiento›› .............. .. Evolución cronológica y características esenciales del período huma- nístico-renacentista .............................................................. _. Los «profetas» y los «magos›› orientales y paganos, considerados por los renacentistas como fundadores del pensamiento teológico y filo- sófico: Hermes Trismegistos, Zoroastro y Orfeo ......................... _. 4.1. La diferencia de nivel histórico-crítico en el conocimiento que tuvieron los humanistas con respecto a la tradición latina y a la grie- ga. 4.2. Hermes Trismegistos y el Corpus Hermeticum en su realidad histórica y en la interpretación renacentista. 4.3. El Zoroastro del renacimiento. 4.4. El Orfeo renacentista. II Ideas y tendencias del pensamiento humanística-renacentista ............... .. Los debates sobre problemas morales y el neoepicureísmo ............ .. 1.1. Los comienzos del humanismo. 1.1.1. Francesco Petrarca. 1.1.2. Coluccio Salutati. 1.2. Debates sobre cuestiones ético-políticas en algunos humanistas del siglo xv: L. Bruni, P. Bracciolini, L.B. Alber- ti. 1.2.1. Leonardo Bruni. 1.2.2. Poggio Bracciolini. 1.2.3. Leon Bat- tista Alberti. 1.2.4. Otros humanistas del siglo xv. 1.3. El neoepicu- reísmo de Lorenzo Valla. El neoplatonismo renacentista ................................................ .. 2.1. La tradición platónica en general y los sabios bizantinos del si- glo xv. 2.2. Nicolás de Cusa: la docta ignorancia en relación con el infinito. 2.2.1. La vida, las obras y el contexto cultural de Nicolás de Cusa. 2.2.2. La docta ignorancia. 2.2.3. La relación entre Dios y el universo. 2.2.4. El significado del principio «todo está en todo». 2.2.5. La proclamación del hombre como microcosmos. 2.3. Marsilio Ficino y la Academia platónica de Florencia. 2.3.1. La posición de Ficino en el pensamiento renacentista. 2.3.2. La labor de Ficino co- mo traductor. 2.3.3. Las directrices del pensamiento filosófico de Ficino. 2.3.4. La importancia de la doctrina mágica de Ficino. Índice 2.4. Pico de la Mirándola: entre platonismo, aristotelismo, cábala y religión. 2.4.1. La posición de Pico de la Mirándola. 2.4.2. Pico y la cábala. 2.4.3. Pico de la Mirándola y la doctrina acerca de la dignidad del hombre. 2.5. Francesco Patrizi. 3. El aristotelismo renacentista .................................................. .. 3.1. Los problemas de la tradición aristotélica en la época del huma- nismo. 3.2. Pietro Pomponazzi y el debate sobre la inmortalidad. 4. El renacer del escepticismo .................................................... .. 4.1. El resurgimiento de las filosofías helenísticas durante el renaci- miento. 4.2. Michel de Montaigne y el escepticismo como fundamen- to de la sabiduría. III. El renacimiento y los problemas religiosos y politicos ........................ _. 1. El renacimiento y la religión ................................................... ._ 1.1. Erasmo de Rotterdam y la philosophia Christi. 1.1.1. La posición de Erasmo. 1.1.2. La concepción humanista de la filosofía cristiana. 1.1.3. El concepto erasmista de «locura››. 1.2. Martín Lutero. 1.2.1. Lutero y sus relaciones con la filosofía y con el pensamiento humanis- tico-renacentista. 1.2.2. Las directrices básicas de la teología lutera- na. 1.2.3. Vertientes pesimistas e irracionalistas del pensamiento de Lutero. 1.3. Ulrico Zuinglio, el reformador de Zurich. 1.4. Calvino y la reforma de Ginebra. 1.5. Otros teólogos de la reforma y figuras vinculadas al movimiento protestante. 2. Contrarreforma y reforma católica ........................................... _. 2.1. Los conceptos historiográficos de «contrarreforma›› y «reforma católica». 2.2. El concilio de Trento. 2.3. El relanzamiento de la escolástica. 3. El renacimiento y la política ................................................... ._ 3.1. Nicolás Maquiavelo y la autonomía de la política. 3.1.1. La posi- ción de Maquiavelo. 3.1.2. El realismo de Maquiavelo. 3.1.3. La virtud del príncipe. 3.1.4. Libertad y azar. 3.1.5. La virtud de la antigua república romana. 3.1.6. Guicciardini y Botero. 3.2. Tomás Moro y la Utopía. 3.3. Jean Bodin y la soberanía absoluta del Esta- do. 3.4. Hugo Grocio y la fundación del iusnaturalismo. PARTE SEGUNDA LAS CUMBRES Y LOS RESULTADOS FINALES DEL PENSAMIENTO RENACENTISTA LEONARDO, TELESIO, BRUNO Y CAMPANELLA IV. Cuatro figuras eminentes del renacimiento italiano: Leonardo, Telesio, Bruno y Campanella ................................................................. _. 1. Naturaleza,cienciayarte en Leonardo ..................................... .. 1.1. El orden mecánico de la naturaleza. 1.2. Leonardo, entre el renacimiento y la edad moderna. 1.3. Reflexión mental y expe- riencia. 2. Bernardino Telesio: la indagación de la naturaleza Según Sus propios principios ........................................................................... .. 2.1. Su vida y sus obras. 2.2. La novedad de la física telesiana. 2.3. Los principios propios de la naturaleza. 2.4. El hombre como reali- dad natural. 2.5 . La moral natural. 2.6. La trascendencia divina y el alma como ente suprasensible. 6 Giordano Bruno: la religión como metafísica de lo infinito y el <<he- roico furor» ........................................................................ .. 3.1. Su vida y sus obras. 3.2. La característicafundamental del pensa- miento de Bruno. 3.3. Arte de la memoria (mnemotecnia) y arte mágico-hermético. 3.4. El universo de Bruno y su significado. 3.5. La infinitud del Todo y el significado que Bruno otorga a la revolución copernicana. 3.6. Los «heroicos furores». 3.7. Conclusiones. Tomás Campanella: naturalismo, magia y anhelo de reforma uni- versal ................................................................................ ._ 4.1. Su vida y sus obras. 4.2. La naturaleza y el significado del conoci- miento filosófico, y el replanteamiento del sensismo telesiano. 4.3. La autoconciencia. 4.4. La metafísica de Campanella: las tres prima- lidades del Ser. 4.5. El panpsiquismo y la magia. 4.6. La Ciudad del Sol. 4.7. Conclusiones. PARTE TERCERA LA REVOLUCION CIENTIFICA La revolución científica ............................................................. ._ La revolución científica: rasgos generales .................................. .. 1.1.La revolución científica: los cambios que produce. 1.2. La forma- ción de un nuevo tipo de saber, que exige la unión de ciencia y técnica. 1.3. Científicos y artesanos. 1.4. Una nueva forma de saber y una nueva figura de Sabio.1.5. ' .a legitimación de los instrumentos científicos y su uso. La revolución científica y la tradición mágico-hermética ............... .. 2.1. Presencia y rechazo de la tradición mágico-hermética. 2.2. Las características de la astrología y de la magia. 2.3. J. Reuchlin y la tradición cabalística; Agrippa: magia blanca y magia negra. 2.4. El programa iatroquímico de Paracelso. 2.5. Tres magos italianos: Fra- castoro, Cardano y Della Porta. ~ Nicolás Copérnico y el nuevo paradigma de la teoría heliocéntrica 3.1. El significado filosófico de la revolución copernicana. 3.2. Nico- lás Copérnico: su formación científica. 3.3. Copérnico: un hombre comprometido socialmente. 3.4. La Narratio prima de Rheticus y la interpretación instrumentalista que Osiander formula con respecto a la obra de Copérnico. 3.5. El realismo y el neoplatonismo de Copér- nico. 3.6. La problemática situación de la astronomía precopernica- na. 3.7. La teoría de Copérnico. 3.8. Copérnico y la tensión esencial entre tradición y revolución. Tycho Brahe: ya no es válida «la vieja distribución ptolemaica» ni «la moderna innovación introducida por el gran Copérnico» ............... .. 4.1. Tycho Brahe: el perfeccionamiento de los instrumentos y de las técnicas de observación. 4.2. Tycho Brahe niega la existencia de las esferas materiales. 4.3. Ni Ptolomeo ni Copérnico. 4.4. El sistema de Tycho Brahe: una restauración que contiene los gérmenes de la revolución. Johannes Kepler: el paso del círculo a la elipse y la sistematización matemática del sistema copernicano ......................................... .. 5.1. Kepler, profesor en Graz: el Mysterium cosmographicum. 5.2. Kepler, matemático imperial en Praga: la astronomía nueva y la dióptrica. 5.3. Kepler en Linz: las Tablas rudolfinas y la Armonía del mundo. 5.4. El Mysterium cosmographicum: a la caza del divino orden matemático de los cielos. 5.5. Del círculo a la elipse. Las tres Índice 145 156 171 171 182 193 205 211 7 Indice leyes de Kepler. 5.6. El Sol como causa de los movimientos plane- tarios. El drama de Galileo y la fundación de la ciencia moderna.............. .. 6.1. Galileo Galilei: su vida y sus obras. 6.2. Galileo y la fe en el anteojo. 6.3. El Sidereus Nuncius y la confirmación del sistema co- pernicano. 6.4. Las raíces epistemológicas del enfrentamiento entre Galileo y la Iglesia. 6.5. El realismo de Galileo contra el instrumenta- lismo de Belarmino. 6.6. La incomparabilidad entre ciencia y fe. 6.7. El primer proceso. 6.8. El Diálogo sobre los dos sistemas máximos y el derrocamiento de la cosmología aristotélica. 6.9. El segundo pro- ceso: la condena y la abjuración. 6.10. La última gran obra: los Dis- cursos y demostraciones matemáticas en torno a dos nuevas ciencias. 6.11. La imagen galileana de la ciencia. 6.12. La cuestión del método: ¿experiencias sensibles y/o demostraciones necesarias? 6.13. La ex- periencia es el experimento. 6.14. La función de los experimentos mentales. Sistema del mundo, metodología y filosofía en la obra de Isaac Newton ............................................................................. _. 7.1. El significado filosófico de la obra de Newton. 7.2. Su vida y sus obras. 7.3. Las reglas del filosofar y la ontología que presuponen. 7.4. El orden del mundo y la existencia de Dios. 7.5. El significado de la sentencia metodológica: hypotheses non ƒingo. 7.6. La gran máqui- na del mundo. 7.7. La mecánica de Newton como programa de in- vestigación. 7.8. El descubrimiento del cálculo infinitesimal y la disputa con Leibniz. Las ciencias de la vida ........................................................... _. 8.1. Los avances de la investigación anatómica. 8.2. W. Han/ey: el descubrimiento de la circulación de la sangre y el mecanicismo bioló- gico. 8.3. Francesco Redi se opone a la teoría de la generación es- pontánea. Las academias y las sociedades científicas .................................. _. 9.1. La Accademia dei Lincei y la Accademia del Cimento. 9.2. La Royal Society de Londres y la Academia real de las ciencias de Francia. * PARTE CUARTA BACON Y DESCARTES LA EvoLUcIóN socIAL Y TEóRIcA DEL PENSAMIENTO PILosóI=Ico ANTE LA REvoLUcIóN CIENTÍFICA VI. Francis Bacon: el filósofo de la era industrial .................................. .. 8 _ Francis Bacon: su vida y su proyecto cultural ............................ .. . Los escritos de Bacon y su significado ..................................... ._ . Por qué Bacon critica el ideal del saber mágico-alquímico ............ .. . Por qué Bacon critica la filosofía tradicional ............................. ._ . Por qué Bacon critica la lógica tradicional ................................ .. _ Anticipaciones e interpretaciones de la naturaleza ..................... _. . La teoría de los ídolos ......................................................... ._ . Sociología del conocimiento, hermenéutica y epistemología, y su relación con la teoría de los ídolos .......................................... _. . El objetivo de la ciencia: el descubrimiento de las formas ............ .. . La inducción por eliminación ................................................ .. . El experimentum crucis ........................................................ ._ . Bacon no es el padre espiritual de un tecnicismo moralmente DCUÍTO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . VII. Descartes: «el fundador de la filosofía moderna» .............................. _. VIII. IX La unidad del pensamiento de Descartes ................................. _. Su vida y sus obras .............................................................. .. La experiencia del hundimiento cultural de una época ................ ._ Las reglas del método .......................................................... _. La duda metódica ............................................................... ._ La certeza fundamental: cogito ergo sum ................................. _. La existencia y el papel de Dios ............................................. _. El mundo es una máquina .................................................... .. Las revolucionarias consecuencias del mecanicismo ................... ._ La creación de la geometría analítica ...................................... ._ El alma y el cuerpo ............................................................. ._ Las reglas de la moral provisional ........................................... _. PARTE QUINTA LAS GRANDES CONSTRUCCIONES METAFÍSICAS DEL RACIONALISMO EL OCASIOI-1AI.IsMo, sPINozA Y LEIENIZ La metafísica del ocasionalismo y Malebranche ............................... _. Los precursores del ocasionalismo y A. Geulincx ........................ .. Malebranche y la evolución del ocasionalismo ............................ ._ 2.1. Vida y obras de Malebranche. 2.2. El conocimiento de la verdad y la visión de las cosas en Dios. 2.3. Las relaciones entre alma y cuerpo, y el conocimiento que el alma tiene de sí misma. 2.4. Todo está en Dios. 2.5. La importancia del pensamiento de Malebranche. Spinoza y la metafísica del monismo y del inmanentismo panteísta ........ _. La vida y los escritos de Spinoza .............................................. .. La búsqueda de la verdad que otorga un sentido a la vida .............. .. La noción de Dios como eje central del pensamiento de Spinoza ..... ._ 3.1. El orden geométrico. 3.2. La substancia, o el Dios de Spinoza. 3.3. Los atributos. 3.4. Los modos. 3.5. Dios y el mundo: natura naturans y natura naturata. La doctrina de Spinoza sobre el paralelismo entre ordo idearum y ordo rerum ......................................................................... ._ El conocimiento .................................................................. .. 5.1. Los tres géneros de conocimiento. 5.2. El conocimiento adecua- do de cada realidad implica el conocimiento de Dios. 5.3. En las formas del conocimiento adecuadono hay lugar para la contingencia: todo resulta necesario. 5.4. Las consecuencias morales del conoci- miento adecuado. El ideal ético de Spinoza y el amor Dei intellectualis ..................... .. 6.1. El análisis geométrico de las pasiones. 6.2. El intento de Spinoza de colocarse más allá del bien y del mal. 6.3. El conocer como libera- ción de las pasiones y fundamento de las virtudes. 6.4. La visión de las cosas sub specie aeternitatis y el amor Dei intellectualis. La concepción de la religión y del Estado en Spinoza .................... .. 7.1. La negación del significado cognoscitivo de la religión. 7.2. El Estado.como garantía de libertad. Indice 305 305 308 311 314 317 318 322 326 330 331 334 336 341 341 343 351 351 354 357 363 366 370 375 9 X Leibniz y la metafísica del pluralismo monadológico y de la armonía preestablecida ......................................................................... . _ La vida y las obras de Leibniz ................................................ .. La posibilidad de una mediación entre philosophia perennis y philo- sophi novi ........................................................................ _. La posibilidad de recuperar el finalismo y las formas substanciales 3.1. El nuevo significado del finalismo. 3.2. El nuevo significado de las formas substanciales. La refutación del mecanicismo y el origen de la noción de mónada . _. 4.1. El memorable error de Descartes. 4.2. Las consecuencias del descubrimiento de Leibniz. Las líneas maestras de la metafísica monadológica ..................... .. 5.1. La naturaleza de la mónada como fuerza representativa. 5.2. Cada mónada representa el universo y es un microcosmos. 5.3. El principio de la identidad de los indiscernibles. 5.4. La ley de la continuidad y su significado metafísico. 5.5. La creación de las mó- nadas y su indestructibilidad. Las mónadas y la constitución del universo ............................... _. 6.1. La explicación de la materialidad y la corporeidad de las móna- das. 6.2. La explicación de la constitución de los organismos anima- les. 6.3. La diferencia entre las mónadas espirituales y las demás mónadas. La armonía preestablecida ................................................... _. Dios y el mejor de los mundos posibles: el optimismo de Leibniz . . . .. Las verdades de razón, las verdades de hecho y el principio de razón suficiente ......................................................................... .. La doctrina del conocimiento: el innatismo virtual, ola nueva forma de reminiscencia ................................................................ _. El hombre y su destino ........................................................ _. PARTE SEXTA LA EVOLUCION DEL EMPIRISMO Thomas Hobbes: el corporeísmo y la teoría del absolutismo político ..... .. Su vida y sus obras ............................................................... .. La concepción y la división de la filosofía en Hobbes .................... .. Nominalismo, convencionalismo, empirismo y sensismo en Hobbes _. Corporeísmo y mecanicismo ................................................... .. La teoría del Estado absolutista .............................................. _. El Leviatán. Conclusiones acerca de Hobbes .............................. .. John Locke y la fundación del empirismo crítico .............................. .. La vida y las obras de Locke ................................................. ._ El problema y el programa del Ensayo sobre el intelecto humano El empirismo de Locke como síntesis entre el empirismo inglés tra- dicional y el racionalismo cartesiano: el principio de la experiencia y la crítica del innatismo ......................................................... .. . La doctrina de las ideas y su estructura general .......................... .. . La crítica a la idea de substancia, la cuestión de la esencia, el univer- sal y el lenguaje ................................................................. .. . El conocimiento, su valor y su extensión .................................. .. . La probabilidad y la fe ......................................................... .. _ Las doctrinas morales y políticas ............................................ .. 9. La religión y sus relaciones con la razón y con la fe ..................... .. 10. Conclusiones acerca de Locke ............................................... .. XIII. George Berkeley: una gnoseología nominalista y fenomenista, en función de 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 . El gran principio: Esse est percipi ........................................... .. una apologética renovada ....................................................... .. La vida y el significado de la obra de Berkeley........................... _. Los Comentarios filosóficos y el programa investigador ............... ._ La teoría de la visión y la construcción mentales de los objetos ...... .. Los objetos de nuestro conocimiento son ideas, y éstas son sensa- ciones .............................................................................. _. Por qué las ideas abstractas son ilusorias .................................. ._ Es falsa la distinción entre cualidades primarias y cualidades secun- darias ....................................... ..................................... .. La crítica a la idea de substancia material ................................. _. Dios y las leyes de la naturaleza ............................................. .. La filosofía de la física: Berkeley, precursor de Mach .................. .. XIV. David Hume y el epílogo irracionalista del empirismo ....................... .. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 ll La vida y las obras de Hume ................................................. _. La nueva escena del pensamiento, o la ciencia de la naturaleza humana ........................................................................... .. Impresiones, ideas y el principio de asociación .......................... .. La negación de las ideas universales y el nominalismo de Hume .... .. Relaciones entre ideas y datos de hecho ................................... _. La crítica de Hume a la idea de relación de causa a efecto ............ ._ La crítica a las ideas de substancia material y substancia espiritual: la existencia de los cuerpos y del «yo›› como objeto de mera creencia ateórica ........................................................................... .. La teoría de las pasiones y la negación de la libertad y de la razón práctica ........................................................................... _. El fundamento arracional de la moral ..................................... .. La religión y su fundamento irracional .................................... .. La disolución del empirismo en la razón escéptica y en la creencia arracional ......................................................................... .. PARTE SEPTIMA PASCAL Y VICO, DOS PENSADORES ATÍPICOS DE LA EPOCA MODERNA XV. El libertinismo. Gassendi: un empirista escéptico que defiende la religión. El jansenismo y Port-Royal ........................................................ ._ 1. 2. 0 J. El libertinismo .................................................................... .. 1.1. En qué consiste la actitud libertina. 1.2. Libertinismo erudito y libertinismo mundano. Pierre Gassendi: un empirista escéptico que defiende la religión ..... .. 2.1. La polémica en contra de la tradición aristotélico-escolástica. 2.2. Por qué no conocemos las esencias. Por qué la filosofía aristotéli- co-escolástica es perjudicial para la fe. 2.3. Gassendi contra Descar- tes. 2.4. Por qué Gassendi vuelve a Epicuro. El jansenismo y Port-Royal .................................................... .. 3.1. Jansenio y el jansenismo. 3.2. La lógica y la lingüística de Port- Royal. . Índice 444 446 447 447 450 453 455 456 458 459 460 462 464 468 468 47 1 472 474 476 477 479 481 482 485 485 491 491 494 500 1 1 Índice XVI. Blaise Pascal: autonomía de larazón, miseria y grandeza del hombre, y razonabilidad del don de la fe.................................................... 1. La pasión por la ciencia ....................................................... .. 2. La primera y la segunda conversión ........................................ ._ 3. Pascal en Port-Royal ........................................................... _. 4. Las Provinciales ................................................................. ._ 5. La frontera entre saber científico y fe religiosa .......................... ._ 6. La razón científica, entre la tradición y el progreso ..................... .. 7. El ideal del saber científico: reglas para elaborar argumentaciones convincentes ..................................................................... ._ 8. Esprit de géométrie y esprit de finesse....................................... ._ 9. Grandeza y miseria de la condición humana ............................. _. 10. El divertissement ................................................................ .. 11. La impotencia de la razón para fundamentar los valores y demostrar la existencia de Dios ........................................................... .. 12. «Sin Jesucristo no sabemos qué es nuestra vida, ni nuestra muerte, ni Dios, ni qué somos nosotros mismos» .................................. .. 13. Contra el deísmo y contra Descartes, inútil e inseguro ................. ._ 14. Por qué apostar por Dios ..................................................... .. XVII. Giambattista Vico y la fundación del «mundo civil hecho por los hombres» ............................................................................... ._ 1. Su vida y sus obras .............................................................. .. 2. Los límites del saber de los modernos ...................................... .. 3. El verum-factum y el descubrimiento de la historia ..................... _. 4. Vico se muestra contrario a la historia de los filósofos ................. .. 5. Vico se muestra contrario a la historia de los historiadores ........... _. 6. Los cuatro autores de Vico ................................................... _. 7. La distinción y la unidad entre filosofía y filología ...................... .. 8. La verdad que la filosofía proporciona a la filología .................... .. 9. La certeza que la filología ofrece a la filosofía ........................... ._ 10. Los hombres como protagonistas de la historia, y la heterogénesis de los fines ....................................................................... ._ 11. Las tres edades de la historia ................................................. .. 12. Lenguaje, poesía y mito ....................................................... .. 13. La Providencia y el sentido de la historia .................................. .. 14. Los retornos históricos ........................................................ .. PARTE ocTAvA LA RAZÓN EN LA CULTURA ILUSTRADA XVIII. La razón en la cultura de la ilustración .......................................... .. 1. El lema de la ilustración: «¡Ten la valentía de utilizar tu propia inteligencial» .................................................................... .. 2. La razón delos ilustrados ..................................................... ._ 3. La razón ilustrada contra los sistemas metafísicos ...................... ._ 4. El ataque contra las supersticiones de las religiones positivas ........ .. 5. Razón y derecho natural ...................................................... .. 6. Ilustración y burguesía ........................................................ .. 7. Cómo difundieron las luces los ilustrados ................................. ._ 8. Ilustración y neoclasicismo ................................................... .. 9. Ilustración, historia y tradición .............................................. .. 10. Pierre Bayle y el descubrimiento del error como tarea del histo- riador .............................................................................. .. 12 505 505 507 509 510 512 513 515 517 519 521 523 524 525 526 529 529 533 536 537 538 540 542 544 546 548 550 553 556 558 563 563 564 566 568 569 572 574 576 578 580 PARTE NOVENA LA EVOLUCION DE LA RAZON ILUSTRADA EN FRANCIA, INGLATERRA, ALEMANIA E ITALIA XIX. La ilustración en Francia ........................................................... .. 1 2 3 4 5 6 7 8 XX. l 2 La Enciclopedia .................................................................. .. 1.1. Origen, estructura y colaboradores de la Enciclopedia. 1.2. Fina- lidades y principios inspiradores de la Enciclopedia. D'Alembert y la filosofía como ciencia de los hechos .................... _. 2.1. El siglo filosófico es el siglo de la experimentación y del análisis. 2.2. Deísmo y moral natural. ' Denis Diderot: del deísmo a la hipótesis materialista .................... .. 3.1. El deísmo, en contra del ateísmo y de la religión positiva. 3.2. Todo es materia en movimiento. Condillac y la gnoseología del sensismo ..................................... .. 4.1. Su vida y el significado de su obra. 4.2. La sensación como fundamento del conocimiento. 4.3. Una estatua organizada interna- mente como nosotros y la construcción de las funciones humanas. 4.4. La perjudicial jerga metafísica y la ciencia como lengua bien estructurada. 4.5. Tradición y educación. El materialismo ilustrado: La Mettrie, Helvetius, d'Holbach ......... ._ 5.1. «El hombre máquina» de La Mettrie. 5.2. Helvetius: la sensa- ción es el principio de la inteligencia y el interés es el principio de la moral. 5.3. D'Holbach: «el hombre es obra de la naturaleza». Voltaire y la gran batalla por la tolerancia .................................. .. 6.1. El significado de la obra y de la vida de Voltaire. 6.2. La defensa del deísmo contra el ateísmo y el teísmo. 6.3. La defensa de la huma- nidad contra Pascal, sublime misántropo. 6.4. Contra Leibniz y su «mejor de los mundos posibles». 6.5. Los fundamentos de la toleran- cia. 6.6. El caso Calas y el Tratado sobre la tolerancia. Montesquieu: las condiciones de la libertad y el Estado de derecho 7.1. Su vida y el significado de su obra. 7.2. Las razones de la exce- lencia de la ciencia. 7.3. Las Cartas persas. 7.4. El Espíritu de las leyes. 7.5. La división de poderes: el poder que frena el poder. Jean-Jacques Rousseau: el ilustrado hereje ................................ .. 8.1. Su vida y el significado de su obra. 8.2. El hombre en el «estado de naturaleza». 8.3. Rousseau contra los enciclopedistas. 8.4. Rous- seau, ilustrado. 8.5. El contrato social. 8.6. El Emilio, O el itinerario pedagógico. 8.7. La naturalización de la religión. La ilustración inglesa ................................................................ .. La controversia sobre el deísmo y la religión revelada................... .. 1.1. John Toland: el cristianismo sin misterios. 1.2. Samuel Clarke y la prueba de la existencia de un Ser necesario e independiente. 1.3. Anthony Collins y la defensa del librepensamiento. 1.4. Matthew Tindal y la reducción de la revelación a la religión natural. 1.5. Jo- seph Butler: la religión natural es algo fundamental, pero no lo es todo. La reflexión sobre la moral en la ilustración inglesa...................... _. 2.1. Shaftesbury y la autonomía de la moral. 2.2. Francis Hutcheson: la acción mejor procura la mayor felicidad a la mayor cantidad de Índice 585 585 589 593 598 605 613 627 635 653 653 664 13 Índice XXI XXII. 14 personas. 2.3. David Hartley: la física de la mente y la ética sobre bases psicológicas. 3. Bernard de Mandeville y la Fábula de las abejas: «vicios privados, virtudes públicas» ................................................................ ._ 3.1. Cuando el vicio privado se convierte en beneficio público. 3.2. Cuando la virtud privada lleva la sociedad a la ruina. 4. La escuela escocesa del sentido común...................................... _. 4.1. Thomas Reid:el hombre como animal cultural. 4.2. Reid y la teoría de la mente. 4.3. Reid: realismo y sentido común. 4.4. Dugald Stewart y las condiciones de la argumentación filosófica. 4.5. Thomas Brown: la filosofía del espíritu y el arte de dudar. La ilustración alemana .............................................................. ._ 1. La ilustración alemana: características, precedentes y ambiente so- cio-cultural ......................................................................... . . 1.1. Características. 1.2. Precedentes. 1.3. E.W. von Tschirnhaus: el ars inveniendi como confianza en la razón. 1.4. Samuel Pufendorf: el derecho natural es una cuestión de razón. 1.5. Christian Thomasius: la distinción entre derecho y moral. 1.6. Las relaciones del pietismo con la ilustración. 1.7. Federico II y la situación política. 2. La «enciclopedia del saber» de Christian Wolff ........................... .. 3. El debate filosófico en la época de Wolff ................................... ._ 3.1. Martin Knutzen: el encuentro entre el pietismo y la filosofía de Wolff. 3.2. Christian A. Crusius: la voluntad es autónoma con res- pecto al intelecto. 3.3. Johann H. Lambert: la búsqueda del reino de la verdad. 3.4. Johann N. Tetens: la fundamentación psicológica de la metafísica. 4. Alexander Baumgarten y la fundación de la estética sistemática...... ._ 5. Hermann Samuel Reimarus: la defensa de la religión natural y el rechazo de la religión revelada ................................................ _. 6. Moses Mendelssohn y la diferencia esencial entre religión y Estado 7. Gotthold Ephraim Lessing y la pasión de la verdad ...................... .. 7.1. Lessing y la cuestión estética. 7.2. Lessing y la cuestión religiosa. of La ilustración italiana ............................................................... _. 1. Los preilustrados italianos ..................................................... .. 1.1. El anticurialismo de Pietro Giannone. 1.2. Ludovico A. Murato- ri y la defensa del buen gusto, del sentido crítico. 2. La ilustración lombarda ........................................................ _. 2.1. Pietro Verri: el bien nace del mal. 2.2. Alessandro Verri: la desconfianza es la gran precursora de la verdad. 2.3. Cesare Becca- ria: contra la tortura y la pena de muerte. 2.4. Paolo Frisi: el primero en sacudir del sueño a Lombardía. 3. La ilustración napolitana ....................................................... ._ 3.1. Antonio Genovesi: el primer profesor italiano de economía polí- tica. 3.2. Ferdinando Galiani: el autor del tratado Sobre la moneda. 3.3. Gaetano Filangieri: las leyes, racionales y universales, deben adecuarse al estado de la nación que las recibe. 670 674 683 683 687 691 694 696 697 699 705 705 709 716 PARTE DECIMA KANT Y LA FUNDACION DE LA FILOSOFÍA TRASCENDENTAL XXIII Kant y el giro crítico del pensamiento occidental............................... _. La vida, la obra y la evolución del pensamiento de Kant ................ .. 1.1. La vida de Kant. 1.2. Los escritos de Kant. 1.3. El itinerario espiritual de Kant a lo largo de los escritos precríticos. 1.4. La gran iluminación de 1769 y la Memoria de cátedra de 1770. La Crítica dela Razón pura .................................................... .. 2.1. El problema crítico: la síntesis-a priori y su fundamento. 2.2. La revolución copernicana de Kant. 2.3. La estética trascendental (la doctrina del conocimiento sensible y de sus formas a priori). 2.4. La analítica trascendental y la doctrina del conocimiento intelectivo y de sus formas a priori. 2.4.1. La lógica kantiana y sus divisiones. 2.4.2. Las categorías y su deducción. 2.4.3. El «yo pienso» o apercepción trascendental. 2.5. La analítica de los principios: el esquematismo trascendental y el sistema de todos los principios del intelecto puro, O la fundación trascendental de la física newtoniana. 2.6. La distinción entre fenómeno y noúmeno (la cosa en sí). 2.7. La dialéctica trascen- dental. 2.7.1. La concepción kantiana de la dialéctica. 2.7.2. La fa- cultad de la razón en un sentido específico y las ideas de la razón en un sentido kantiano. 2.7.3. La psicología racional y los paralogismos de la razón. 2.7.4. La cosmología racional y las antinomias de la razón. 2.7.5. La teología racional y las pruebas tradicionales de la existencia de Dios. 2.7.6. El uso normativo de las ideas de la razon. La Crítica de la Razón práctica y la ética de Kant ......................... .. 3.1. El concepto de «razón práctica» y los objetivos de la nueva Crítica. 3.2. La ley moral como imperativo categórico. 3.3. La esen- cia del imperativo categórico. 3.4. Las fórmulas del imperativo cate- górico. 3.5. La libertad como condición y fundamento de la ley mo- ral. 3.6. El principio de la autonomía moral y su significado. 3.7. El bien moral y el tipo de juicio. 3.8. El rigorismo y el himno kantiano al deber. 3.9. Los postulados de la razón práctica y la primacía de la razón práctica con respecto a la razón pura. La Crítica del Juicio .............................................................. _. 4.1. La postura de la tercera Crítica en comparación con las dos precedentes. 4.2. Juicio determinante y juicio reflexivo. 4.3. El juicio estético. 4.4. La concepción de lo sublime. 4.5. El juicio teleológico y las conclusiones de la Crítica del Juicio. Conclusiones: «El cielo estrellado por encima de mí y la ley moral dentro de mí» como clave espiritual de Kant, hombre y pensador .... .. Apéndice ............................................................................... _. Tablas cronológicas .............................................................. .. Bibliografía ....................................................................... .. Indice de nombres ............................................................... _. indie@ 723 723 731 760 773 779 781 782 805 817 15 PROLOGO «El último paso de la razón consiste en reconocer que hay infinitud de cosas que la superan.» Pascal ¿Cuál es la justificación de un tratamiento tan amplio de la historia del pensamiento filosófico y científico, dirigido a los centros de enseñanza secundaria? ¿Es posible acaso -quizás se pregunte el docente, al observar el tamaño de los tres volúmenes de la obra- afrontar y desarrollar, en las escasas horas disponibles cada semana, un programa tan vasto y lograr que el estudiante lo domine? Sin lugar a dudas, si se mide este libro por el número de páginas, hay que decir que es un libro extenso. Y no sólo esto: es el libro más extenso que se haya concebido y realizado hasta ahora, para su utilización en los centros de enseñanza secundaria. No obstante, es oportuno recordar aquí la razonable opinión de Terrasson, citada por Kant en el Prefacio a la Crítica de la razón pura: «Si se mide la extensión del libro no por el número de páginas, sino por el tiempo necesario para entenderlo, de muchos libros podría decirse que serían mucho más breves, si no fuesen tan breves.›› En efecto, con mucha frecuencia los manuales de filosofía provocarían mucho, menos cansancio si tuviesen unas cuantas páginas más sobre una serie de temas. En la exposición de la problemática filosófica la brevedad no simplifica las cosas, sino que las complica y en ocasiones las vuelve poco comprensibles o incluso del todo incomprensibles. En cualquier ca- so, en un manual de filosofía la brevedad conduce fatalmente al simplis- mo, a la enumeración de opiniones, a la mera panorámica de lo que han dicho a lo largo del tiempo los diversos filósofos, cosa si se quiere instruc- tiva, pero poco formativa. La presente historia del pensamiento filosófico y científico pretende abarcar tres planos. Primero el de aquello que han dicho los filósofos, es decir, plano que los antiguos llamaban «doxográfico» (cotejo de opinio- nes). Luego el porqué los filósofos han dicho lo que han dicho, ofreciendo 17 Prólogo un adecuado sentido de cómo lo han dicho. Finalmente aquel en que se indican algunos de los efectos provocadospor las teorías filosóficas y científicas. El porqué de las afirmaciones de los filósofos nunca es algo simple, puesto que a menudo los temas sociales, económicos y culturales se entre- cruzan y se entrelazan de distintas formas con los temas teóricos y especu- lativos. Se ha ido dando razón gradualmente del trasfondo del cual han surgido las teorías de los filósofos, pero evitando el peligro de las reduc- ciones sociologistas, psicologistas e historicistas (que en los últimos años han alcanzado una hipertrofia exagerada, hasta el punto de vaciar de contenido la identidad específica del discurso filosófico), y poniendo de manifiesto el encadenamiento de los problemas teóricos y los nexos con- ceptuales y, por tanto, las motivaciones lógicas, racionales y críticas que en definitiva constituyen la substancia de las ideas filosóficas y científicas. Además, se ha tratado de ofrecer el sentido del cómo los pensadores y los científicos han propuesto sus doctrinas, utilizando con amplitud sus propias palabras. A veces, cuando se trata de textos fáciles, la palabra viva de los diversos pensadores ha sido utilizada en el mismo nexo expositivo. En otros casos, en cambio, se han efectuado citas de los distintos autores (los más complicados y más difíciles) en apoyo de la exposición, y -según el nivel de conocimiento acerca del autor que se desee obtener- pueden omitirse dichos textos sin perjuicio para la comprensión de conjunto. Las citas textuales de los diferentes autores se han graduado de un modo acorde con la curva discente del joven que al principio se adentra en un discurso completamente nuevo y, por tanto, necesita la máxima sencillez. Poco a poco, sin embargo, va adquiriendo las categorías del pensamiento filosófico, aumenta su propia capacidad y puede enfrentarse en conse- cuencia con un tipo más complejo de exposición y comprender el diferente carácter del lenguaje con el que han hablado los filósofos. Por lo demás, así como no es posible darse una idea del modo de sentir y de imaginar de un poeta sin leer algunos fragmentos de su obra, resulta imposible hacerse una idea de la forma de pensar de un filósofo, si se ignora totalmente el modo en que expresaba sus pensamientos. Por último, los filósofos son importantes no sólo por aquello que di- cen, sino también por las tradiciones que generan y que ponen en movi- miento: algunas de sus posturas favorecen el nacimiento de ciertas ideas pero, al mismo tiempo, impiden el surgimiento de otras. Por tanto, los filósofos son importantes por lo que dicen y por -lo que impiden decir. Este es uno de aquellos aspectos que a menudo silencian las historias de la filosofía y que aquí se ha querido poner de manifiesto, sobre todo al explicar las complejas relaciones entre las ideas filosóficas y las ideas científicas, religiosas, estéticas y sociopolíticas. El punto de partida de la enseñanza de la filosofía reside en los proble- mas que ésta ha planteado y plantea, y por tanto se ha buscado con especial dedicación enfocar la exposición desde el punto de vista de los problemas. A menudo se ha preferido el método sincrónico con respecto al diacrónico, si bien este último ha sido respetado en la medida de lo posible. El punto de llegada de la enseñanza de la filosofía consiste en formar mentes ricas en contenidos teóricos, sagaces en lo que respecta al método, 18 Prólogo capacitadas para plantear y desarrollar de forma metódica los distintos problemas, y para leer de modo crítico la compleja realidad que las rodea. A tal objetivo apuntan precisamente los cuatro planos antes indicados, que han servido para concebir y llevar a cabo toda la presente obra: crear en los jóvenes una razón abierta, capaz de defenderse con respecto a las múltiples solicitaciones contemporáneas de huida hacia lo irracional o de repliegue hacia posturas estrechamente pragmatistas o cientificistas. Y la razón abierta es una razón que sabe que lleva en Sí misma los factores de corrección para todos los errores que -en cuanto que es una razón huma- na- pueda cometer y la fuerza para recomenzar itinerarios siempre nuevos. Este segundo volumen se divide en diez partes. Para ello se ha tenido en cuenta la sucesión lógica y cronológica de las cuestiones tratadas, pero ofreciendo asimismo a los profesores auténticas unidades didácticas en cuyo ámbito -según los intereses y el nivel de los alumnos- podrán selec- cionar lo más apropiado. La amplitud del tratamiento no implica que haya que hacerlo todo, sino que pretende ofrecer una amplia posibilidad de opción y de profundización. La primera parte versa sobre el humanismo y el renacimiento, cuyas figuras y tendencias generales se exponen teniendo en cuenta, entre otros factores, los más recientes logros historiográficos. Estos ponen de mani- fiesto que una de las principales características de la época -la que le imprime su sello peculiar- procede del pensamiento atribuido a los profe- tas y magos más antiguos, como por ejemplo Hermes Trismegistos, Zo- roastro y Orfeo. Por lo tanto, se analizan estos personajes y los mitos crea- dos por ellos, explicando el particular clima espiritual que su revivificación ha provocado desde las más variadas e interesantes perspectivas, y en particular haciendo mención de la revivificación del platonismo. Se concede una extensa atención a la revolución científica, aquel pode- roso movimiento de ideas que, a partir de la publicación del De Revolutio- nibus de Copérnico (1543), adquiere en el siglo XVII sus rasgos representa- tivos mediante la obra de Galileo, halla sus filósofos más propios en Ba- con y en Descartes, y más adelante configurará su expresión clásica a través de la imagen newtoniana del universo concebido como un reloj. El proceso de la revolución científica lleva aparejada la revolución astronó- mica, que se ha consolidado gracias no sólo a Copérnico sino también a Tycho Brahe y Kepler. Se ha dedicado una especial atención al pensa- miento de Galileo: al desarrollo de su teoría científica, a su visión de la ciencia, a las razones de su rechazo a la filosofía aristotélica, a las raíces epistemológicas de su enfrentamiento con la Iglesia católica, a su concep- ción de las relaciones entre ciencia y fe. También hemos querido insistir, en lo que se refiere a Newton, no sólo sobre sus ideas científicas (físicas y matemáticas) sino también sobre sus concepciones filosóficas y teológicas. De manera muy detenida, hemos estudiado su imagen de la ciencia, ya que ésta será la imagen que se encontrará en la base de la razón de los empiristas y de la de los ilustrados. Además, resultaba indispensable insis- tir sobre Newton para poder comprender la obra de Kant, ya que la ciencia a la que se referirá Kant es, precisamente, la mecánica de Newton. Por otra parte, durante los ciento cincuenta años que transcurren entre Copér- nico y Newton no sólo cambia la imagen del mundo. En efecto, comproba- 19 Prólogo remos que, ligada a dicho cambio, se produce una mutación lenta y tor- tuosa, pero decisiva, en las ideas acerca del hombre, la ciencia, el hombre de ciencia (a este respecto son de una notable importancia las complejas relaciones entre magia y ciencia), el trabajo artesanal y las instituciones científicas, las relaciones entre ciencia y sociedad, entre ciencia y filosofía, y entre saber científico y fe religiosa. Si Galileo ayudó de forma decisiva al desarrollo de la ciencia, y elabo- ró teóricamente la naturaleza del método científico, Bacon fue el filósofo de la época industrial, puesto que «ningún otro en su tiempo, y muy pocos durante los trescientos años siguientes, se preocuparon con tanta profun- didad y claridad por la influencia de los descubrimientos científicos sobre la vida humana» (B. Farrington). Desde tal perspectiva, Bacon critica la lógica tradicional, la filosofía de Aristóteles y la tradición mágico-alquí- mista, e instaura un novum commercium mentis et rei mediante el cual -a través de una sistemática purificación de la mente con respecto a sus ídolos y de una también sistemáticaaplicación del método inductivo- se llega al verdadero conocimiento de las cosas, que es conocimiento de formas. Dicho conocimiento convierte al hombre en ministro e intérprete de la naturaleza, otorgándole sobre ella un poder que debe colocarse al servicio de la caridad y de la fraternidad. En Bacon, a pesar de toda su modernidad, todavía están presentes diversos rasgos de la tradición, que en cambio desaparecen en Descartes. Descartes es el auténtico fundador de la filosofía moderna. Según Leibniz, «quien lea a Galileo y a Descartes se encontrará en mejor posición para descubrir la verdad, que si hubiese explorado el género completo de los autores comunes». Puede afirmarse, junto con Whitehead, que la historia de la filosofía moderna es «la historia del desarrollo del cartesianismo en su doble aspecto de idealismo y de mecanicismo». En tales circunstancias, hemos tratado de conceder un notable desarrollo a la exposición de las concepciones de Descartes, mostrando cómo en su proyecto filosófico se hallan íntimamente vinculados y son sólidamente interfuncionales el mé- todo, la física y la metafísica. Se ha otorgado una relevancia destacada a las grandes construcciones de la metafísica racionalista de Malebranche, de Spinoza y de Leibniz, haciendo un amplio uso de textos fundamentales, mostrando cómo -bajo su aparente carácter paradójico- los sistemas de estos autores manifiestan una fundamentación lógica de extraordinaria riqueza y cómo resultan de un interés notable hasta las aporías mismas en que desembocan tales construcciones. También se han expuesto con detenimiento los sistemas de los pensa- dores empiristas y no sólo los de Hobbes, Locke y Hume -como suele hacerse, dada la unánime aceptación de la importancia de estos autores- sino también el pensamiento de Berkeley, que acostumbra a infravalorar- se. El amplio tratamiento que hemos dedicado a Berkeley se justifica porque es el pensador inglés, desde ciertos puntos de vista, más importan- te de la primera mitad del siglo XVIII. Dedicado a un proyecto apologético en contra del materialismo, el ateísmo y los librepensadores, Berkeley desarrolla una teoría del conocimiento instrumentalista y fenomenista, llena de ingeniosos argumentos y de intuiciones que con posterioridad a él seguirán preocupando e interesando a muchos filósofos durante largo tiempo. 20 Prólogo Contra libertinos, pirronistas y racionalistas excesivamente confiados en la razón humana, Pascal defiende la autonomía de la ciencia dentro de su propio ámbito y fija los límites de éste, investiga sobre la miseria y la grandeza del hombre, y proyecta una grandiosa Apología del cristianismo, considerado como la única religión que logra dar cuenta -y en profundi- dad- de la naturaleza humana. «Deseamos la verdad y no hallamos más que incertidumbre. Buscamos la felicidad y no hallamos más que miseria y muerte. Somos incapaces de no desear la felicidad y la verdad, y somos incapaces de la certidumbre y de la felicidad (...). Para que una religión sea verdadera, tiene que haber conocido nuestra naturaleza. (. . .Y) ¿quién la ha conocido, si no es la religión cristiana?» La religión cristiana, en opinión de Pascal, únicamente enseña estos dos principios: «la corrupción de la naturaleza humana y la obra redentora de Jesucristo» En cierto modo, Pascal es un pensador que avanza contra la corriente, lo mismo que sucede con Vico, al que se debe el descubrimiento y la fundamentación del «mundo civil hecho por los hombres». En efecto, «aunque asumía una actitud de incomprensión y de cerrazón ante la física y las ciencias naturales, ante las experiencias fundamentales de la edad moderna, en cambio en el terreno de la historia y de las cosas humanas y civiles, y através de un diálogo de alcance europeo con Bacon, con Grocio y con Descartes, Vico replanteaba problemas esenciales y proponía solu- ciones que, subrayando diversos aspectos de su pensamiento, más tarde harán suyas el positivismo y el historicismo» (P. Rossi). La historiografía más reciente ha llevado a cabo una revalorización de los distintos aspectos de la ilustración, con posterioridad a la condena romántica. Ello nos ha impulsado no sólo a describir los rasgos básicos de este importante movimiento de ideas, sino también a profundizar más en la riqueza específica de las diferentes ilustraciones: francesa, inglesa, ale- mana e italiana. Debido a esto, hemos expuesto con cierta meticulosidad 1) las concepciones de los deístas ingleses (J . Toland, S. Clarke, A. Col- lins, M. Tindal y J . Butler); la reflexión acerca de la moral, realizada por Shaftesbury, F. Hutcheson y D. Hartley, y sobre todo las ideas eticopolíti- cas de Bernard de Mandeville; asimismo, las ideas gnoseológicas de la escuela escocesa: Reid, Stewart, Brown; 2) el proyecto de la Enciclopedia francesa, la filosofía de d'Alembert y Diderot, la gnoseología sensista de Condillac; las concepciones de los materialistas ilustrados: La Mettrie, Helvetius y d'I-Iolbach; la gran batalla en favor de la tolerancia que com- bate Voltaire; el pensamiento político de Montesquieu y la compleja arti- culación de ideas éticas, políticas, sociales, pedagógicas y religiosas de Rousseau; 3) la influyente filosofía de Wolff; el nacimiento de la estética sistematizada, gracias a A. Baumgarten, y las concepciones de Lessing; 4) así como las ideas de los hermanos Verri y de P. Frisi y, sobre todo, de Cesare Beccaria, sin olvidar las aportaciones de Filangieri, Galiani y Ge- novesi. Gracias precisamente a este tratamiento específico de la ilustra- ción inglesa, francesa, alemana e italiana, puede verse con toda claridad cómo -integrándose en diversas tradiciones culturales- la ilustración no se configura como un sistema compacto de doctrinas, sino más bien como un movimiento en cuya base se encuentra la confianza en la razón humana. El desarrollo de ésta es condición necesaria para el progreso de la humani- dad y para liberarse de las cadenas ciegas y absurdas de la tradición, de los 21 Prólogo cepos de la ignorancia, de la superstición, del mito y de la opresión. En consecuencia, veremos que la razón de los ilustrados se presenta como una defensa del conocimiento científico y de la técnica en tanto que instru- mento de la transformación del mundo y del progresivo mejoramiento de las condiciones espirituales y materiales de la humanidad; como una tole- rancia ética y religiosa; como una defensa de los derechos naturales inalie- nables del hombre y del ciudadano; como rechazo de los sistemas metafísi- cos dogmáticos, empíricamente incontrolables; como crítica de aquellas supersticiones en las que consistirían las religiones positivas, y como de- fensa del deísmo (y a veces también del materialismo); como una lucha contra los privilegios y la tiranía. Estos «parecidos de familia» son los que nos permiten hablar, dentro de las diversas tradiciones, de movimiento ilustrado, que es un movimiento filosófico, pedagógico, político, y que ha influido además -y en gran medida- sobre la historiografía y sobre el arte. A Kant, por último, se le ha reservado una exposición que constituye una pequeña monografía, la cual -junto con una sintética descripción de los escritos precríticos- presenta un detallado análisis estructural de las tres Críticas, en el que se trata de conjugar la claridad didáctica con el rigor científico. El volumen concluye con un apéndice que contiene como complemen- to indispensable unas tablas cronológicas sinópticas, una bibliografía pre- parada especialmente para los lectores de esta obra y el índice de nom- bres. Este apéndice ha sido realizado por el profesor Claudio Mazzarelli (cf. p. 781) quien, uniendo su doble competencia como profesor de en- señanza secundaria desde hace muchos años y como investigador científi- co, ha tratado de brindar un instrumento que resulte a la vez amplio y funcional. Queremos agradecer al profesor Dante Cesarini (Perugia) la ayuda que nos ha prestado en el tratamiento de las relaciones entre ilustración y neoclasicismo. Los autoresexpresan un agradecido recuerdo ala memoria del profesor Francesco Brunelli, que fue quien ideó y promovió la iniciati- va de esta obra. Había llegado a dar inicio a la ejecución tipográfica del proyecto, poco antes de su repentino fallecimiento. Asimismo, transmiten un cordial agradecimiento al doctor Remo Bernacchia, por haber favore- cido y convertido en realizable la concepción completamente nueva que inspira la presente obra. De manera especial, es mérito suyo el haber hecho posible la nueva edición y haber previsto los medios técnicos que permiten efectuar ulteriores mejoramientos. A la doctora Clara Fortina, que en calidad de redactora se ha entregado con dedicación y apasiona- miento -mucho más allá de lo que exigiría el simple deber- debemos hacerle constar nuestra gratitud más viva. Los autores desean asumir en común la responsabilidad de toda la obra, porque han trabajado juntos (cada uno según su propia competencia, su propia sensibilidad y sus pro- pios intereses) en la mejor realización posible de cada uno de los tres volúmenes, con una plena unidad de espíritu y de propósitos. Los autores 22 PARTE PRIMERA EL HUMANISMO Y EL RENACIMIENTO «Magnum miraculum est homo. » Hermes Trismegistos, Asclepius «¡Oh suprema liberalidad de Dios padre! ¡Oh suprema y admirable felicidad del hombre! a quien le ha sido concedi- do obtener aquello que desea y ser aquello que quiere. Los irracionales, al nacer, llevan consigo desde el seno de su madre todo aquello que tendrán. Los espíritus superiores, desde el comienzo o desde muy poco después, fueron lo que serán por los siglos de los siglos. En el hombre que nace, el Padre colocó semillas de todas clases y gémienes de todas las vidas. Y según los que cultive cada uno, crece- rán y darán sus frutos en él. Si son vegetales, será una planta; si sensibles, será una bestia; si racionales, se con- vertirá en animal celestial; y si son intelectuales, será un ángel e hijo de Dios. Empero, si no contento con la suerte de ninguna criatura, se recoge en el centro de su unidad, transformándose en un solo espíritu junto con Dios, en la solitaria obscuridad del Padre aquel que fue colocado por encima de todas las cosas estará por encima de todas las COS2lS.» Pico de la Mirándola PI- :-73 : umn-.~x“-.¬--»-t¬»---*- -_ f f La Escuela de Atenas, de Rafael. Representa, mediante las figuras de los filósofos ri. _ . 3 'S305 Ysus agrupamientos, una síntesis admirable del pensamiento renacentista, idealizado en todos sus componentes La arte d l ' '. p e a izquierda representa la corriente órfico-pitagórica (cf. el detalle de la p. 48 y la explicación correspondiente) y místico-trascendentalista ue culm' , q macon Platón. Este señala el cielo con su mano derecha (cf. el detalle de la p. 63 y la correspon- › 1 - - ' los filósofos- ' ' d l d recha simboliza de manera predominante a Ílhelìalïizìltii-)rlbI:z:cóy1i';I. 116;; lciiìarriïíficïoâl eïicabezados por Aristóteles (cf. el detalle de la p. 84 y la;3 ' ' S C. ., - 1 e Rafael ha uendo expresar e e'xpl`lcai-nonlç?iIerzñSåI)cic(bIIc16eslupÉIénIgIcïriïigtšïïieåïagilntesis capaz dg unificar metafísica den e: e 1 , . Ibgiilãscendencia, filosofía de la naturaleza, teologia y magia- CAPÍTULO I EL PENSAMIENTO HUMANÍSTICO-RENACENTISTA Y SUS CARACTERISTICAS GENERALES 1. EL SIGNIFICADO HISTORIOGRAFICO DEL TERMINO «HUMANisMo» Existe una inmensa bibliografía crítica sobre el período del humanismo y del renacimiento. Sin embargo, los expertos no han formulado una única definición de los rasgos de dicha época, que recoja una aprobación unáni- me, y además han ido enmarañando hasta tal punto la complejidad de los diversos problemas, que al mismo especialista le resultan difíciles de des- entrañar. La cuestión resulta complicada asimismo por el hecho de que durante este período no sólo se halla en curso una modificación del pensa- miento filosófico sino también de toda la vida del hombre en todos sus aspectos: sociales, políticos, morales, literarios, artísticos, científicos y religiosos. Las cosas se complican aún más porque las investigaciones referentes al humanismo y al renacimiento han tomado una dirección predominantemente analítica y sectorial. Los expertos tienden a huir de las grandes síntesis o incluso de las meras hipótesis de trabajo con un carácter global o de las perspectivas de conjunto. Será preciso, por lo tanto, establecer conceptos básicos, sin los cuales resultaría imposible ni siquiera plantear los diversos problemas concernientes a este período his- tórico. Comencemos por examinar el concepto mismo de «humanismo››. El término «humanismo›› aparece en época reciente. Al parecer, fue F.I. Niethammer quien lo utilizó por vez primera para indicar el área cultural a la que se dedican los estudios clásicos y el espíritu que les es propio, en contraposición con el área cultural que cubren las disciplinas científicas. No obstante, el término «humanista›› (y sus derivados en las diversas lenguas) nació hacia mediados del siglo xv, inspirado en los términos «legista», «jurista», «canonista›› o «artista», para indicar a quienes enseña- ban y cultivaban la gramática, la retórica, la poesía, la historia y la filoso- fía moral. Además, en el siglo xiv ya se había hablado de studia humanita- tis y de studia humaniora, citando afirmaciones famosas de Cicerón y de Gelio, para señalar tales disciplinas. Para los autores latinos que acabamos de mencionar, humanitas signi- ficaba aproximadamente lo que los griegos habían expresado con el térmi- no paideia, es decir, educación y formación del hombre. Ahora bien, se 26 Significado historiográfico del humanismo consideraba que en esta tarea de formación espiritual desempeñaban un papel esencial las letras, es decir, la poesía, la retórica, la historia y la filosofía. En efecto, éstas son las disciplinas que estudian al hombre en lo que posee de más específico, prescindiendo de toda utilidad pragmática. Por eso, resultan particularmente apropiadas para darnos a conocer la naturaleza peculiar del hombre mismo y para incrementarla y potenciarla. En definitiva, resultan más idóneas que todas las demás disciplinas para hacer que el hombre sea aquello que debe ser, de acuerdo con su naturale- za espiritual específica. Sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo xiv -y luego en una medida creciente, a lo largo de los dos siglos siguientes, alcanzando sus máximos grados en el xv- apareció una tendencia a atribuir a los estudios referentes a las litterae humanae un valor muy grande y a considerar que la antigüedad clásica latina y griega era una especie de paradigma y de punto de referencia, en lo que concierne las actividades espirituales y la cultura en general. Cada vez en mayor medida, los autores latinos y griegos apa- recen como modelos insuperables de aquellas «letras humanas», auténti- cos maestros de humanidad. «Humanismo››, pues, significa esta tendencia general que, si bien po- see precedentes a lo largo de la época medieval, a partir de Francesco Petrarca -debido a su colorido particular, a sus modalidades peculiares y a su intensidad- se presenta de una manera radicalmente nueva, hasta el punto de señalar el comienzo de un nuevo período en la historia de la cultura y del pensamiento. No nos dedicaremos aquí a describir el gran fervor que se despierta en torno a los clásicos latinos y griegos y a su redescubrimiento, gracias al paciente trabajo de investigación sobre códi- ces antiguos en las bibliotecas y a su interpretación. Tampoco nos deten- dremos a exponer las vicisitudes que condujeron a recuperar el conoci- miento de la lengua griega, que hoy se considera como un patrimonio espiritual esencial para el hombre culto (las primeras cátedras de lengua y literatura griegas fueron instituidas en el siglo xiv, pero la difusión del griego se produjo sobre todo en el xv; en particular, primero el concilio de Ferrara y de Florencia de 1438/1439 y, poco después, la caída de Cons- tantinopla que tuvo lugar en 1453, impulsaron a algunos doctos bizantinos afijar su residencia en Italia: como consecuencia, la enseñanza de la lengua griega experimentó así un enorme incremento). Finalmente, tam- poco nos dedicaremos a especificar las complejas cuestiones de carácter predominantemente erudito que se relacionan con este fervor estudioso: tal tarea corresponde sobre todo a la historia en general y a la historia literaria en particular. En cambio, queremos dar cuenta de dos de las más famosas interpretaciones que se han dado acerca del humanismo en época reciente, que ponen de manifiesto en toda su plenitud el significado filosó- fico de la cuestión, que es el que aquí nos interesa por encima de todo. a) Por un lado, P.O. Kristeller ha tratado de limitar notablemente -hasta casi eliminarlo- el significado teórico y filosófico del humanismo. Según este experto, habría que dejar al término el significado técnico que poseía en sus orígenes, restringiéndolo así al ámbito de las disciplinas retoricoliterarias (gramática, retórica, historia, poesía, filosofía moral). Según Kristeller, los humanistas del período que estamos tratando han sido sobrevalorados, atribuyéndoles una función renovadora del pensa- 27 Humanismo y renacimiento miento que en realidad no tuvieron, dado que sólo de forma indirecta se ocuparon de la filosofía y de la ciencia. En conclusión, de acuerdo con Kristeller los humanistas no fueron los auténticos reformadores del pensa- miento filosófico, porque en realidad no fueron filósofos. He aquí algunas afirmaciones significativas realizadas por este especia- lista: «El humanismo renacentista no fue tanto una tendencia o un sistema filosófico, cuanto un programa cultural y pedagógico que valoraba y des- arrollaba un sector importante pero limitado de los estudios. Este sector se hallaba centrado en un grupo de materias que se referían esencialmente no a los estudios clásicos o a la filosofía, sino a lo que en un sentido amplio cabría calificar de literatura. Esta peculiar preocupación literaria fue la que imprimió su carácter peculiar al estudio verdaderamente intensivo y extensivo que los humanistas dedicaron a los clásicos griegos y en especial a los latinos. Gracias a esto, dicho estudio se diferencia del que los filólo- gos clásicos realizaron a partir de la segunda mitad del siglo xviii. Además, los studia humanitatis incluyen una disciplina filosófica, la moral, pero excluyen por definición campos como la lógica, la filosofía de la naturale- za y la metafísica, así como la matemática y la astronomía, la medicina, el derecho y la teología, para citar sólo algunas de las materias quetenían un lugar definido con claridad en el plan de estudios universitarios y en los esquemas clasificatorios de la época. En mi opinión este mero hecho pro- porciona una prueba irrefutable en contra de los repetidos intentos de identificar el humanismo renacentista con la filosofía, la ciencia o la cultu- ra del período en su conjunto.›› Entre las pruebas a favor de su tesis, Kristeller cita, además de otros factores, el hecho de que durante todo el siglo xv los humanistas italianos no pretendieron substituir la enciclopedia del saber medieval por otra distinta y que «se mostraron conscientes de que su material de estudio ocupaba un lugar perfectamente definido y delimitado dentro del sistema contemporáneo de estudios». En consecuencia, interpretado de esta for- ma, el humanismo no representaría en ningún caso «la suma total de la ciencia del renacimiento italiano»Í Según Kristeller, por tanto, para en- tender la época de la que estamos hablando, hemos de prestar atención a la tradición aristotélica, que se ocupaba ex profeso de la filosofía de la naturaleza y de la lógica y que desde hacía tiempo se había consolidado fuera de Italia (sobre todo en París y en Oxford), pero que en Italia sólo llegó a lograrlo durante el siglo xvi. En la segunda mitad del siglo xiv, escribe Kristeller, «comenzó una tradición continuada de aristotelismo italiano, que puede seguirse a través de los siglos xv y xvi, y durante buena parte del xvIi››. Este aristotelismo renacentista utilizó los métodos propios de la esco- lástica (lectura y comentario de textos), pero se vio enriquecido por los nuevos influjos humanísticos, que exigieron que los estudiosos y los pen- sadores peripatéticos retornasen a los textos griegos de Aristóteles, aban- donasen las traducciones latinas medievales y apelasen a los comentarios griegos y también a otros pensadores griegos. Así, los estudiosos hostiles a la edad media, señala Kristeller, confun- dieron este aristotelismo renacentista con un residuo de tradiciones me- dievales superadas. Por lo tanto, al constituir un residuo de una cultura superada, pensaron que debían ignorarlo en beneficio de los humanistas, 28 Significado historiográfico del humanismo verdaderos portadores del nuevo espíritu renacentista. Sin embargo, esto representa un grave error de comprensión histórica, porque la condena del aristotelismo renacentista -advierte Kristeller- se ha llevado a menudo a cabo sin un conocimiento efectivo de aquello que se estaba condenando. Con excepción de Pomponazzi (de quien hablaremos más adelante), que en la mayoría de los casos fue tomado seriamente en consideración, el conocimiento acerca de esta fase de la historia del pensamiento se vio condicionado por un grave prejuicio. Por eso, concluye Kristeller: «La cantidad de estudiosos modernos que han leído de veras alguna obra de los aristotélicos italianos es relativamente reducida. El estudio de conjun- to sobre esta escuela, que aún ejerce la máxima influencia al respecto, es el libro de Renan sobre Averroes y el averroísmo (Averroes et l'averroìls- me, París 21861), libro que en su tiempo mostró notables méritos, pero que contiene sin embargo numerosos errores y numerosas confusiones, que luego han sido repetidos por todos.›› Es preciso estudiar a fondo las cuestiones discutidas por los aristotélicos italianos de este período. Se evitarían así muchos lugares comunes, que siguen vigentes sólo porque se los repite continuamente, pero que carecen de bases sólidas, con lo cual surgiría una nueva realidad histórica. En conclusión, el humanismo representaría sólo una mitad del fenó- meno renacentista y, además, la no filosófica; por consiguiente, sería del todo comprensible sólo si lo considerásemos junto con el aristotelismo que se desarrolló en forma paralela, el cual expresaría las verdaderas ideas filosóficas de la época. Además, según Kristeller, los artistas del renaci- miento no habría que interpretarlos desde la perspectiva de su gran genio creador (cosa que constituye una visión romántica y un mito decimonóni- co) sino como excelentes artesanos, cuya perfección no depende de una especie de superior adivinación de los destinos de la ciencia moderna, sino del cúmulo de conocimientos técnicos (anatomía, perspectiva, mecánica, etc.) considerados como indispensables para la práctica adecuada de su arte. Por último, si la astronomía y la física hicieron notables progresos, fue a causa de su entronque con las matemáticas y no con el pensamiento filosófico. Los filósofos tardaron en ponerse al nivel de estos descubri- mientos, porque tradicionalmente no existía una conexión concreta entre matemática y filosofía. b) Resulta diametralmente opuesta la perspectiva que nos ofrece Eu- genio Garin, quien reivindicó con energía una valencia filosófica concreta para el humanismo, haciendo notar que la negación del significado filosó- fico a los studia humanitatis renacentistas está en función del hecho de que «en la mayoría de los casos se entiende por filosofía una construcción sistemática de grandes proporciones y se niega que también pueda ser filosofía otro tipo de especulación no sistemática, abierta, problemática y pragmática». En polémica contra las acusaciones de diletantismo filosófi- co que algunos especialistas han dirigido a los humanistas, Garin escribe: «La razón íntima de aquella condena del significado filosófico del huma- nismo reside en el amor superviviente hacia una imagende la filosofía que el pensamiento del siglo xv rechazó de manera constante. Porque aquello cuya pérdida se lamenta desde tantos sectores, es precisamente lo que los humanistas querían destruir, esto es, la construcción de grandes “catedra- les de ideas”, grandes sistematizaciones lógico-teológicas, o una filosofía 29 Humanismo y renacimiento que subordina todos los problemas y todas las investigaciones al problema teológico, que organiza y clausura toda posibilidad dentro de la trama de un orden lógico preestablecido. A esa filosofía, que la edad del humanis- mo ignora como vana e inútil, se la reemplaza por indagaciones concretas, definidas, precisas, en el ámbito de las ciencias morales (ética, política, economía, estética, lógica, retórica) y de las ciencias naturales (...) culti- vadas iuxta propria principia, fuera de todo vínculo y de toda auctorítas.›› Por lo tanto, afirma Garin, aquella atención «filológica›› a los proble- mas particulares «constituye precisamente la nueva filosofía, esto es, el nuevo método de plantearse los problemas, que no es considerado -como creen algunos (piénsese en la postura de Kristeller antes expuesta) en consonancia con la filosofía tradicional- como un aspecto secundario de la cultura renacentista, sino como un filosofar efectivo y auténtico». Una de las características relevantes de este nuevo método de filosofar es el sentido de la historia y de la dimensión histórica, con el correspon- diente sentido de la objetivación, de la separación crítica con respecto al objeto historificado, es decir, considerado históricamente. Garin escribe: «Fue entonces cuando, gracias a aquellos poderosísimos investigadores de antiguas historias, se adquirió un igual distanciamiento con respecto a la física de Aristóteles y al cosmos de Ptolomeo, y se liberó al mismo tiempo de su clausura oprimente. Es cierto que los físicos y los lógicos de Oxford y de París habían comenzado a erosionar desde dentro aquellas estructu- ras, que se hallaban muy debilitadas después del terrible hundimiento provocado por Ockham. Empero, sólo la conquista de lo antiguo como sentido de la historia -característica del humanismo filológico- permitió valorar aquellas teorías en su auténtica dimensión: pensamientos de hom- bres, productos de una cultura determinada, resultados de experiencias parciales y particulares, y no oráculos de la naturaleza o de Dios, revela- dos por Aristóteles o Averroes, sino imágenes y lucubraciones humanas.›› No hay que atribuir la esencia del humanismo a lo que éste ha conoci- do del pasado, sino al modo en que lo ha conocido, a la actitud peculiar que ha asumido en relación con él: «Precisamente la actitud que asume frente a la cultura del pasado y frente al pasado, es lo que define clara- mente la esencia del humanismo. Y la peculiaridad de dicha actitud no reside en un movimiento específico de admiración y de afecto, ni en un conocimiento más extenso, sino en una conciencia histórica bien definida. Los bárbaros (los medievales) no fueron tales por haber ignorado a los clásicos, sino por no haberlos comprendido en- la realidad de su situación histórica. Los humanistas descubren los clásicos porque toman sus distan- cias con respecto a ellos, tratando de definirlos sin confundir el latín de ellos con el suyo propio. Por eso el humanismo descubrió realmente a los antiguos, ya se trate de Virgilio o de Aristóteles, aunque éstos eran cono- cidísimos en la edad media: porque restituyó a Virgilio a su tiempo y a su mundo, y trató de explicar a Aristóteles en el ámbito de los problemas y los conocimientos de la Atenas del siglo Iv a.C. De aquí que no se pueda ni se deba distinguir, en el humanismo, entre el descubrimiento del mun- do antiguo y el descubrimiento del hombre, porque fueron una y la misma cosa; porque descubrir lo antiguo como tal fue compararse con él, y dis- tanciarse de él, y ponerse en relación con él. Significó tiempo y memoria, y sentido de la creación humana y de la obra terrena y de la responsabili- 30 Significado historiográfico del humanismo dad. No por azar los humanistas más importantes fueron en muchos casos hombres de Estado, hombres activos, acostumbrados a actuar libremente en la vida pública de su tiempo.» Sin embargo, la tesis de Garin no se reduce a esto. Vincula la nueva filosofía humanística con la realidad concreta de aquella fase de la vida histórica italiana, convirtiéndola en expresión de ésta, hasta el punto de explicar mediante razones sociopolíticas el súbito giro experimentado por el pensamiento del humanismo durante la segunda mitad del siglo xv. El primer humanismo fue una exaltación de la vida civil y de las problemáti- cas afines a ella, porque estaba ligado con la libertad política del momen- to. La aparición de las Signorie y el eclipse de las libertades políticas republicanas transformó a los literatos en cortesanos e impulsó la filosofía hacia una evasión de carácter contemplativo metafísico: «Eliminada la libertad en el plano político, el hombre se evade a otros terrenos, se repliega sobre sí mismo, busca la libertad de ensayar (. . .). De un filosofar socrático, todo él problema humano, se asciende al plano platónico (...). En Florencia, mientras Savonarola lanza su última invectiva contra la tiranía que todo lo corrompe y lo esteriliza, el “divino” Marsilio busca en lo hiperuranio una orilla serena adonde huir de las tempestades del mundo.›› Las dos tesis contrapuestas de Kristeller y de Garin constituyen en realidad una antítesis muy fecunda, porque una pone de manifiesto lo que la otra deja de lado, y pueden integrarse entre sí, prescindiendo de algu- nos supuestos peculiares a ambos autores. Es cierto que «humanista», en su origen, indicaba el oficio de literato, pero tal oficio va mucho más allá del claustro universitario y entra en la vida activa, ilumina los problemas de la vida cotidiana, convirtiéndose de veras en nueva filosofía. Además, el humanista se distingue en la práctica por el nuevo modo en que lee los clásicos: ha sido un humanismo de las letras, porque hasurgido un espíritu nuevo, una nueva sensibilidad, un nuevo gusto con el que han sido investidas las letras. Y lo antiguo ha alimentado al nuevo espíritu, porque éste -en reciprocidad- ha iluminado a aquél con una nueva luz. Kristeller tiene razón cuando lamenta que el aristotelismo renacentista sea un capítulo que haya que volver a estudiar ex novo, y también la tiene cuando insiste sobre el paralelismo de este movimiento con el movimiento estrictamente literario. No obstante, Kristeller mismo admite que el Aris- tóteles de este período es un Aristóteles que a menudo es investigado y leído en su texto original, sin la mediación de las traducciones y las exége- sis medievales, hasta el punto de que se llega a recabar en los comentado- res griegos mismos. Por lo tanto, se trata de un Aristóteles revestido de un nuevo espíritu, que sólo el humanismo puede explicar. Por lo tanto, Garin tiene razón cuando subraya el hecho de que el humanismo mira el pasado con ojos nuevos, con los ojos de la historia, y que sólo teniendo en cuenta este hecho se puede entender toda aquella época. Adquirir un sentido de la historia significa adquirir, al mismo tiempo, el sentido de la propia individualidad y originalidad. Se comprende el pasado del hombre, únicamente si se comprende su diversidad con respec- to al presente, y, por lo tanto, si comprendemos la peculiaridad y la espe- cificidad del presente. Finalmente, por lo que respecta a la excesiva proximidad del humanis- 31 su-_ .V . *M iv El célebre David de Miguel Ángel, a través de la majestad y la nobleza de sus rasgos, es una representación visual paradigmática del concepto de hombre como el más grande milagro del universo, que constituye una de las claves espirituales más típicas del renacimiento Significado historiográfico del renacimiento mo a los hechos políticos -que lleva a Garin a ciertas afirmaciones que se arriesgan a incurrir en un historicismo sociologista- basta con advertir que
Compartir