Santes Sosa Rosa Margarita Evidencia semana 1 antes - Rosa Margarita Santes Sosa

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Evidencia Semana 1 
Por: ROSA MARGARITA SANTES SOSA
Instrucciones: Basándose en la discusión de la clase, escriba una reflexión y opiniones acerca del dilema ético discutido. Extensión: 1 cuartilla. Formato: Arial 12, doble espacio, alineado a la izquierda, debe contar con portada. Además del contenido se calificará presentación, redacción y ortografía. Todos los trabajos serán revisados y devueltos con observaciones. 
El príncipe Wilhelm está apasionadamente enamorado de la princesa Celeste, pero ella no le ama. Un día Wilhelm va con el rey y le pide la mano de Celeste en matrimonio. Celeste le ruega al rey no casarla con Wilhelm, pero el rey ignora sus ruegos. El protocolo de la realiza dicta que debe aceptar la unión. Se casan y Wilhem lleva a Celeste a su reino. Esa noche él intenta consumar el matrimonio, pero la aterrorizada Celeste huye. Corre de la seguridad del castillo a través de un campo, ignorando un letrero que la hubiera prevenido del peligro. En ese campo está un toro, que viendo a la chica la embiste, asesinándola inmediatamente. 
La pregunta dada por el profesor fue: ¿Quién tuvo la culpa de la muerte de la princesa?
Esta reflexión se encuentra localizada en la antigüedad, donde las costumbres eran completamente diferentes a nuestra realidad actual, por lo tanto, aunque al principio pudiera parecernos irrazonable la actitud de un rey que pone los intereses económicos al bienestar de su propia hija (su sangre), si ponemos todo en contexto podemos pensar y hasta justificar que se haya seguido un “protocolo”. Tal vez para el rey también pudo haber sido una decisión difícil, tal vez no. Lo cierto es que lo hizo. Sin embargo, aunque literalmente el culpable de la muerte de la princesa fue el toro, pudiera pensarse que la causante del acto fue la propia princesa, quien ignoró los letreros que le advertían del peligro.
Pero, un momento. La consecuencia tan funesta de la princesa pudiera decirse que fue una cadena de sucesos desafortunados. Y, hablando ya de culpables, quien inició toda la desgracia de la princesa fue aquel que pidió su mano aún sabiendo que ella no lo amaba. El príncipe se dejó llevar por sus instintos de ese “amor” tan apasionado, lo cual pudiera haber sido también una obsesión, ya que ahogó toda negativa, aferrándose a que ella lo aceptara, yendo a la autoridad (su padre, el rey), quien sí tenía el poder de obligarla a aceptar. Y, a pesar de todos los esfuerzos del príncipe porque la princesa lo amara, podemos ver en el relato que no lo consiguió, y símplemente logró aterrorizarla lo suficiente para que huyera. Así que mi conclusión es que el príncipe es el culpable. Si él no se hubiera empecinado en interferir en la vida de la princesa, muy posiblemente ella estaría viva. Él es el culpable, al menos para mi.