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MANUAL ALUMNO UNIDAD 2 SEMANA 6 - Lucio Quiñonez Colman

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SEMANA 6 
 
 
 
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UNIDAD 2: 
 
 
 EL PROCESO DE FORMAÇIÓN DEL ESTADO NACIONAL: FEDERALISMO, 
CENTRALISMO Y AUTONOMIA 
El Federalismo Argentino. Causas remotas y próximas. Tendencias organizativas 
federativas de las provincias. Características del federalismo argentino. Aspectos 
económicos del federalismo histórico. 
Es proceso histórico que se da de distintas formas hasta lograr su expresión definida en 
1820 por el régimen interprovincial de los Pactos. 
 Causas remotas. Antecedentes españoles: Individualismo del pueblo español. 
 Los antiguos ayuntamientos o Cabildos españoles tenían tal fuerza que sus decisiones 
no podían ser revocadas por el Rey. 
Fueros y privilegios. Eran adquiridos u otorgados por el Rey a las distintas comunidades. 
Antecedentes locales: Ciudades y provincias. 
 La ubicación de las primeras ciudades asentadas por los conquistadores españoles en lo 
que es hoy el territorio argentino no fue determinada al azar de las circunstancias. 
Consolidar las comunicaciones. De esta manera quedaban aseguradas las 
comunicaciones entre tan distantes ciudades, que se iban fundando a la vera de los 
caminos o de los puertos. Escasa comunicación entre ellas. Las comunicaciones eran 
generalmente muy difíciles, sobre todo por vía terrestre. La forma más segura era la 
navegación fluvial. Las enormes extensiones, que se debían recorrer hacían difícil las 
comunicaciones y el intercambio entre las ciudades. Esto acentuó el localismo y a medida 
que transcurrieron los siglos y se produjeron los sucesos de Mayo, sirvió ese localismo 
como una de las bases de la autonomía de las provincias, fundamento de la organización 
federal. 
Mezcla de Razas. Ese sentimiento, enunciado precedentemente, se vio fortalecido por la 
muy especial circunstancia del entrecruzamiento racial operado en los primeros tiempos 
de la colonia, Catorce ciudades cabildos. Una vez establecidas las ciudades, se 
acomodaron a las formas que el medio permitía, surgiendo industrias precarias que 
alimentaban la economía y el comercio de cada una. 
 Causas Próximas: La Revolución de Mayo. En la revolución de Mayo vamos a encontrar 
otro antecedente del federalismo. el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, que el 
pueblo de Buenos Aires, por sí sólo, no podía resolver acerca del gobierno del Virreinato, 
 
 
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y fruto de esa actitud fue la decisión de convocar a todas las “ciudades” para que envíen 
sus representantes a fin de incorporarse al gobierno recién establecido y resolver sobre la 
forma de gobierno. La Asamblea del año XIII y Congreso de Tucumán. En estas dos 
asambleas estuvieron representadas las ciudades y villas del antiguo Virreinato. La 
revolución de Mayo fomentó la desaparición de la dependencia establecida por el régimen 
de las Intendencias, aunque muchos de los gobiernos que se sucedieron en el largo 
periodo hasta lograr la Organización Nacional, trataron de mantener un sistema similar al 
que impusieran los Borbones. Igualdad de las ciudades. Fue este el principio proclamado 
en Mayo y que las provincias, exigirán permanentemente en todos los intentos de 
organización constitucional del país. 
El localismo municipal vigente durante todo el reinado de los Austrias había formado 
entidades separadas administrativamente, pero no separadas políticamente como 
“soberanas”. Antagonismo regional, tanto en lo económico como en lo político. 
Causas de orden económico van produciendo rivalidades regionales en las relaciones 
comerciales y factores atávicos y prejuicios sociales crean un ambiente de desconfianza e 
inquina contra la capital tradicional, exacerbado por el absolutismo de los primeros 
gobiernos metropolitanos. Antigua prevalencia de las ciudades del interior y posterior 
crecimiento de Buenos Aires. La organización administrativa antes de la creación del 
Virreinato del Río de la Plata, condenaba a Buenos Aires a un aislamiento que la obligaba 
a una sumisión cultural y económica creadora de innumerables rivalidades y 
resentimientos. Algunas ciudades del interior eran más importantes que Buenos Aires, no 
sólo en población y actividad comercial, sino por su mayor elevación cultural, social y de 
esplendor monetario. Pero la posterior rápida elevación de Buenos Aires, como Capital de 
la Gobernación primero y del Virreinato del Rio de la Plata después, con la habilitación de 
su puerto y el Reglamento de 26 Comercio Libre, significó su engrandecimiento en todos 
los órdenes, especialmente en lo político y económico, mientras a las demás ciudades 
sólo les quedaba el recuerdo de un pasado brillante y poderoso. Esa rivalidad incubada 
durante la colonia estalló violentamente cuando Buenos Aires pretendió ejercitar una 
superioridad que los demás pueblos se resistieron a aceptar. Diversidad de origen de las 
corrientes pobladoras y diferencias sociales emergentes de ello. 
Fueron distintas las corrientes pobladoras que realizaron la conquista de nuestro actual 
territorio, y ello configuró otro factor de recelo recíproco y antagonismo regional, ya que el 
litoral tuvo desde el inicio caracteres que hoy llamaríamos democráticos, en el norte la 
organización social jerarquizada en base a! disfrute de las encomiendas, creó una 
 
 
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aristocracia feudal, verdadera clase dirigente, ilustrada y conservadora que miraba 
desdeñosamente los afanes progresistas de los habitantes plebeyos del litoral. Distinta 
preparación intelectual En las antiguas ciudades del interior norte estaban enclavados los 
mejores centros educativos y la Universidad creaba clases dirigentes con características 
dominadoras y elitistas, mientras Buenos Aires, como lo hemos dicho, se mantenía en su 
orfandad, que recién en los últimos tiempos de la Colonia con la relativa riqueza adquirida, 
permitió á sus habitantes educar decorosamente a los hijos. Se buscaba, además, el 
grado universitario para satisfacer las aspiraciones culturales de la época creándose una 
elite porteña que habrá de dirigir los destinos de la Revolución de Mayo. Cabe recordar 
las diferencias ideológicas en la base de su preparación, pues en la Universidad de 
Córdoba privaba la enseñanza católica, mientras en Buenos Aires la mayor libertad y la 
facilidad de las comunicaciones permitieron a los hijos de la tierra beber en fuentes 
extranjeras el ideario político y económico que tratarían de aplicar. Diferencias 
económicas. Librecambio del Litoral y Proteccionismo del interior. Los productores del 
litoral buscaban en el libre cambio la satisfacción de sus aspiraciones mercantiles 
mientras que el interior le oponía un cómodo estancamiento industrial. Tendencias 
organizativas y federativas de las provincias. El análisis de las causas remotas y próximas 
del federalismo va señalando una tendencia que expresa el sentimiento autónomo del 
pueblo español. Traslados América, las enormes distancias que separaban cada una de 
los pueblos que se iban fundando fue creando conciencia de la necesidad de bastarse a 
sí mismos en todos los órdenes. La decadencia de los Austrias, posibilitó que en cada una 
de las ciudades y villas de las colonias americanas se afirmará cada vez más, el gobierno 
de lo propio, proveyendo a todas sus necesidades desde las más elementales hasta las 
más importantes. 
A partir de 1810 veremos la manifestación de ese sentimiento. Los gobiernos establecidos 
en Buenos Aires, en los hechos que hicieron suplantar el régimen intendencia al español. 
Cuando en mayo de 1810 se resuelve establecer un gobierno propio se resuelve también 
convocar a los pueblospara integrar la junta o conformar un congreso. 
Las provincias comienzan a plasmar en cartas constitucionales ese sentimiento de 
autonomía. Desde la iniciación de la Primera Junta de 1810 hasta la caída del Congreso 
Constituyente en 1820. Todos los ensayos constitucionales tuvieron el propósito de 
organizar políticamente el gobierno nacional. El poder central y la denominada época de 
la Anarquía. El nuevo Director del Estado, interino, Don José Rondeau siguió la política de 
su antecesor que no hacía sino reflejar el pensamiento porteño de destruir las 
 
 
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pretensiones de organizar un país federal que desde Artigas en adelante se venían 
manifestando especialmente en el Litoral. Un lugar fundamental, estratégico, era la ciudad 
de Santa Fe, que como ya sabemos había logrado su autonomía respecto de la provincia 
de Buenos Aires. Para someterla, se quería traer el Ejército de los Andes que San Martin 
preparaba para liberar a Chile y Perú. Se buscaba por otro lado que las fuerzas 
portuguesas ocupantes de la Banda Oriental pasasen a Entre Ríos para atacar a aquella 
ciudad. 
El desprestigio de la autoridad directoral había determinado una serie de movimientos en 
el interior del país, amenazando con producirse una desunión total de los pueblos, 
Francisco Ramírez de Entre Ríos y Estanislao López de Santa Fe, unían sus fuerzas y 
avanzaban sobre Buenos Aires, donde Rondeau se aprestaba a resistirlos con el apoyo 
del Ejército Auxiliar del Norte. los caudillos federales arrollaron a las fuerzas directoriales 
en los campos de Cepeda el I0 de febrero de 1820. Varias son las consecuencias de esta 
derrota. Se produjo la disolución del Congreso y el fin del régimen directorial. La cercana 
presencia de las fuerzas federales provocó el pánico tanto en el gobierno como en el 
pueblo de Buenos Aires, y se adoptaron aprestos para defender la ciudad. Pero las 
fuerzas federales actuaron con gran moderación y les otorgaron una tregua de ocho días 
para que los vencidos pudieran deliberar sobre las propuestas que les hacían llegar los 
vencedores. Nuevamente el Cabildo de Buenos Aires será el receptáculo donde se 
depositará la renuncia del Director interino y testigo de la disolución del Congreso, y 
reasumirá la soberanía, erigiéndose en autoridad suprema. Otra de las consecuencias fue 
el fin de los proyectos monárquicos en el Río de la Plata, ya que a partir de la fecha 
indicada no van a aparecer nuevos intentos en tal sentido y la forma republicana ya no 
será puesta en tela de juicio en el largo proceso de nuestras instituciones. Los Caudillos y 
su reacción contra el centralismo 
La teoría jurídica que se impusiera con la Revolución de Mayo había sido la de la 
retroversión de los derechos soberanos de los pueblos, teoría que estaba directamente 
relacionada con los acontecimientos ocurridos en España a partir de 1808. Pero los 
primeros gobiernos revolucionarios, por una razón o por otra, se vieron en la necesidad de 
organizarse en forma centralizada, en manos de los hombres de Buenos Aires, 
lastimándose de esta manera intereses que se consideraban legítimos. Así fueron 
surgiendo en cada uno de los pueblos, o provincias, dirigentes o “caudillos”, generalmente 
militares, que se hicieron intérpretes de las aspiraciones del medio en que actuaban y que 
supieron interpretar y dirigir su accionar, encaminado a una organización del Estado que 
 
 
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tuviera en mira el interés general, sin perder por ello de vista los intereses particulares de 
cada uno de sus pueblos. 
Los caudillos de las provincias fueron los protagonistas auténticos de la historia. Fueron 
hombres de su tierra con todos los defectos y las virtudes de su época. Puede afirmarse 
que los caudillos fueron representativos de los sentimientos y de las expectativas del 
pueblo. Los personajes de aquella ofensiva federalista fueron varios, debiendo señalarse 
a manera de ejemplo a José Gervasio de Artigas, Estanislao López, Francisco Ramírez, 
Facundo Quiroga, Martín Güemes, Bustos. Heredia, etc. Los caudillos eran 
representativos de amplios sectores populares y la continuidad de su presencia en el siglo 
pasado induce a pensar que su existencia no respondió a episodios circunstanciales sino 
que expresaba una realidad auténtica, trascendente, asistida por sus particulares motivos, 
acuciada por sus propios ideales y representativa de un modo de sentir y de pensar 
ampliamente compartido en varias regiones del país. Las ligas Federal y Unitaria 
 
La Liga Federal se formaliza en 1815 en Concepción del Uruguay, entre las provincias de 
Entre Ríos, Corrientes, Misiones y la Banda Oriental, Córdoba y Santa Fe, participes del 
Congreso de Oriente. Mientras los portugueses atacan a la Banda Oriental, Buenos Aires 
a su vez lo hace con la provincia de Santa Fe, en una acción que parece coordinada por 
la diplomacia del Directorio con los enemigos portugueses. El “Éxodo” del pueblo oriental 
en 1813 y las Instrucciones de Artigas en el mismo año, muestran la actitud 
independentista del caudillo oriental. Cuando el Director Pueyrredón le comunica a las 
provincias la trascendente Declaración de la Independencia hecha en Tucumán en 1816, 
Artigas le contesta que hace más de un año la Banda Oriental juró su independencia. Los 
federales, querían constituir una unión a la manera de los Estados Unidos de 
Norteamérica, donde existía un gobierno nacional que ejercía todo el poder que los 
estados le delegaban, pero reservándose el manejo de sus problemas interiores en todo 
lo no delegado en forma expresa al Estado Nacional. 
Tales son las instrucciones de Artigas y el Proyecto de Constitución Federal en 1813, y 
posteriormente el Tratado del Pilar de 1820, el Pacto Federal de 1831 y el Acuerdo de 
San Nicolás de 1852, donde se hizo valer esa posición. Los unitarios por su parte, se 
opusieron primero a la incorporación a la Primera Junta por parte de los diputados del 
interior y finalmente los expulsaron. Cuando se reúne tiempo después la Asamblea de 
1813, no permiten la incorporación de los diputados de la Banda Oriental, porque ello 
habría significado un golpe a su posición y credo político. La posición unitaria encontrará 
 
 
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en Bernardino Rivadavia el artífice para la instalación de un gobierno organizado sobre la 
base de un Estado. El 1° de diciembre de 1828 el Gral. Lavalle asumió la responsabilidad 
del movimiento que derrotó al Coronel Dorrego, entonces gobernador de Buenos Aires y 
Encargado de las Relaciones exteriores. 
El Gral. José María Paz fue encomendado para derribar las situaciones federales del 
centro del país, tarea que cumplió sin mayores problemas imponiéndose por las armas y 
organizando lo que se dio en llamar Liga Unitaria del Interior, mediante una serie de 
tratados de corte bilateral con los nuevos gobiernos unitarios que se instalaron en las 
provincias de Cuyo y del Centro Norte del país. Las provincias contratantes creaban un 
Supremo Poder Militar que fue ejercido por el Gral. Paz, quien quedaba a cargo de la 
defensa y seguridad de las provincias integrantes de la Liga. 
Formación y antecedentes institucionales de las Provincias fundadoras del Estado 
argentino. 
Primeras constituciones provinciales La creación del Virreinato del Río de la Plata (1776), 
reúne por primera vez bajo una misma dirección política territorios hasta entonces 
separados bajo diferentes administraciones. 
 La creación del régimen intendencial, establece -en el actual territorio argentino- tres 
gobiernos (Buenos Aires, Córdoba y Salta), con facultadesde Justicia, Hacienda, Policía y 
Guerra, todos bajo la dependencia del Virrey. Sus titulares eran Gobernadores-
Intendentes, cuya designación era exclusiva del Rey. Revolución de 1810. 
 Los gobiernos centrales se adjudicaron las funciones que antes correspondían al 
Monarca y a los Virreyes. Se trueca en potente centralismo político y administrativo, 
provisorio por las circunstancias que se vivían. En 1813, 1816 y 1824 se reunieron 
Congresos generales, en los que se buscó afirmar el centralismo existente. Su obra 
constitucional de efímera vigencia les quitó toda trascendencia inmediata. El sistema de 
Intendencias no fue al principio alterado. La influencia de Artigas suprimió en 1814 - 1815 
la subordinación de Corrientes, Entre Ríos, Córdoba y Santa Fe a los gobiernos centrales 
de Buenos Aires. En 1815 Salta elige su propio gobernador. A partir de 1820 esta 
disgregación política se acentuó con la desaparición del gobierno central y la 
proclamación por varias provincias de la disolución de los vínculos que las unían a las 
ciudades cabeceras. 
Es la etapa a la que nuestra Historia llama "La Anarquía". Los gobernadores, o caudillos 
en la medida de sus intereses trabaron la acción de los Congresos y de los Poderes 
Ejecutivos centrales de tendencia unitaria, determinando con su activa resistencia la 
 
 
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desaparición de los organismos con que la elite porteña quería darle apariencia de Nación 
al territorio. El nombramiento de los gobernadores era muchas veces el resultado de una 
revuelta. Aparecen varios proyectos de integración nacional: Tentativas Centralistas de 
1819 y 1826. Se le oponen los proyectos federales cristalizados en los Pactos de 1820, 
1822, 1827, 1829 y 1831, que buscaban para el futuro la Organización Nacional pero no 
llegaron a concretarla entonces. 
 En las luchas civiles algunos caudillos extendieron su poder a provincias que no eran las 
de su mando. Quiroga dominó el Oeste del territorio, hasta Córdoba. Allí chocó con 
Estanislao López de gran influencia en el Litoral. La desaparición del primero en 1835 y la 
del segundo en 1838, le permitió al Gobernador de Buenos Aires D. Juan Manuel de 
Rosas cimentar su preponderancia. Constituyó así la “Confederación Argentina”, 
existencia reconocida por leyes provinciales que confirieron a Rosas el Encargo de las 
Relaciones Exteriores y ciertas funciones de carácter nacional. 
 Esta sirvió de base a la unidad nacional al someter a los gobernadores a la tutela 
superior del que, sin ser proclamado, se convirtió en el Jefe de la Nación. Urquiza, luego 
de vencer a Rosas en la batalla de Caseros, aprovechó esa incipiente jerarquía para 
edificar sobre ella un ordenamiento jurídico, logrando la unión mediante el Acuerdo de 
San Nicolás de 1852. El Congreso reunido en Santa Fe, dictó la Constitución de 1853. 
Buenos Aires, sesionada, se reincorporó en 1862, reformándose la Constitución y 
sellándose definitivamente la Unidad Nacional

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