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Apuntes Agricultura - Maira Do Nascimento

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Geografía Rural- EJE III: AGRICULTURA
La agricultura (del latín agricultura cultivo de la tierra, o bien de los términos latinos agri 'campo y cultura 'cultivo, crianza') es el conjunto de técnicas y conocimientos para cultivar la tierra y la parte del sector primario que se dedica a ello. En ella se engloban los diferentes trabajos de tratamiento del suelo y los cultivos de vegetales. Comprende todo un y conjunto de acciones humanas que transforma el medio ambiente natural, con el fin de hacerlo más apto para el crecimiento de las siembras.
Las actividades relacionadas son las que integran el llamado sector agrícola. Todas las actividades económicas que abarca dicho sector tienen su fundamento en la explotación de los recursos que la tierra origina, favorecida por la acción del hombre: alimentos vegetales como cereales, frutas, hortalizas, pastos cultivados y forrajes; fibras utilizadas por la industria textil; cultivos energéticos y tubérculos; etc.
Es una actividad de gran importancia estratégica como base fundamental para el desarrollo autosuficiente y riqueza de las naciones.
La ciencia que estudia la práctica de la agricultura es la AGRONOMIA.
Tipos de Agricultura
Los tipos de agricultura pueden dividirse según muy distintos criterios de clasificación:
De secano: es la agricultura producida sin aporte de agua por parte del mismo agricultor. nutriéndose el suelo, de la lluvia o aguas subterráneas.
De regadío: se produce con el aporte de agua por parte del agricultor, mediante el suministro que se capta de cauces superficiales naturales o artificiales, o mediante la extracción de aguas subterráneas de los pozos.
Agricultura de subsistencia: Consiste en la producción de la cantidad mínima de comida necesaria para cubrir las necesidades del agricultor y su familia, sin apenas excedentes que comercializar. El nivel técnico es primitivo.
Agricultura industrial: Se producen grandes cantidades, utilizando costosos medios de producción, para obtener excedentes y comercializarlos. Típica de países industrializados, de los países en vías de desarrollo y del sector internacionalizado de los países más pobres. El nivel técnico es de orden tecnológico (más avanzado). También puede definirse como Agricultura de mercado
Agricultura intensiva: busca una producción grande en poco espacio. Conlleva un mayor desgaste del sitio. Propia de los países industrializados.
Agricultura extensiva: depende de una mayor superficie, es decir, provoca menor presión sobre el lugar y sus relaciones ecológicas, aunque sus beneficios comerciales suelen ser menores.
Agricultura tradicional: utiliza los sistemas típicos de un lugar, que han configurado la cultura del mismo, en periodos más o menos prolongados.
Agricultura industrial: basada sobre todo en sistemas intensivos, está enfocada a producir grandes cantidades de alimentos en menos tiempo y espacio, pero con mayor desgaste ecológico-, dirigida a mover grandes beneficios comerciales.
Agricultura ecológica, biológica u orgánica: crean diversos sistemas de producción que respeten las características ecológicas de los lugares y geobiológicas de los suelos, procurando respetar las estaciones y las distribuciones naturales de las especies vegetales, fomentando la fertilidad del suelo.
La agricultura industrial
Las actividades agrícolas explican una porción importante de la degradación de los suelos. En parte, esto se debe a la presión creciente que ejerce el aumento de la población mundial que cada día requiere de más alimentos y le exige mayor productividad a la tierra. Pero también han influido los importantes cambios que se han dado en la agricultura, no solo por las técnicas que emplea, sino por la comercialización de sus productos.
La agricultura tradicional comenzó a cambiar cuando la Revolución Industrial hizo posible la utilización de maquinaria en lugar de trabajo humano o animal. La agricultura mecanizada es más eficiente en una escala más grande, por eso, el tamaño de las áreas agrícolas creció dramáticamente. Cuando se incrementó el tamaño de los terrenos agrícolas, los agricultores pudieron producir bastante más de lo que necesitaban para sus familias y comenzaron a venderlo en los mercados. De esta manera pasaron de la agricultura de subsistencia (llamada también agricultura familiar), orientada básicamente a satisfacer las necesidades familiares (o con muy pequeños excedentes para la venta), a una agricultura de mercado. Los excedentes de la producción servían para sostener a la población de las ciudades y mucha gente dejó la agricultura y emigró a estas, donde existían mejores oportunidades económicas.
Con la mecanización, los agricultores dejaron de mezclar los cultivos porque la maquinaria agrícola funcionaba mejor con cultivos uniformes, es decir se pasó de los policultivos a los monocultivos. Además, resultaba más conveniente para los agricultores producir y vender un solo cultivo. El proceso se intensifico con los descubrimientos científicos y tecnológicos que desembocaron en la Revolución Verde. Esta significo, en la década de 1950, una extraordinaria transformación de la agricultura que comenzó a producir cosechas récord. El éxito se basó en el uso de cultivos mejora dos para hacerlos más productivos y de más rápido crecimiento (trigo, maíz, arroz, sorgo granifero y girasol). Al crecer más rápido que los cultivos tradicionales, pudieron obtenerse hasta dos y tres cosechas anuales en lugar de una. Los rendimientos aumentaron en forma extraordinaria, al punto que la producción de alimentos se duplicó entre 1950 y 1980.
Ya estaba perfilada la agricultura industrial, o sea aquella que se centra en la producción masiva de productos, sobre todo de exportación, y requiere de un alto nivel de tecnificación, de importante inversión de capital y de la ayuda de especialistas.
En la última etapa del proceso de intensificación de esta agricultura, las explotaciones de mediana escala están dando paso a la gran industria del campo, integrada a los "agronegocios" y a las cadenas de exportación. En este proceso ha incidido la aparición de nuevas variedades de cultivos conocidas como transgénicos.
Ante la certeza cada vez más firme de los peligros que implica el consumo de alimentos de origen transgénico, muchas organizaciones de consumidores y ecologistas están exigiendo que a estos alimentos se los identifique con una etiqueta cuando son comercializados. De lo contrario se viola el derecho ciudadano de elegir lo que se consume. En Europa desde el 2003 se ha reconocido ese derecho y es obligatorio su etiquetado.
En América, uno de los casos más emblemáticos de la agricultura industrial es el cultivo de la soja transgénica que ocupa enormes extensiones de Estados Unidos, Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia y Uruguay. Esta leguminosa se exporta principalmente como grano para alimentar el ganado de China y Europa, pero también tiene acoplada la cadena de procesamiento para obtener aceite y harinas que en su mayoría se exportan para alimentación humana o animal y para la producción de biodiesel. Argentina es el tercer productor mundial, luego de Estados Unidos y Brasil y su comercialización genera el 26% de las divisas que ingresan en concepto de exportaciones. El 99% de la soja sembrada en la Argentina es transgénica.
Estos y otros cultivos de exportación, como la palma aceitera que se cultiva en zonas tropicales, tienen en común muchas problemáticas socioeconómicas y ambientales que trataremos a continuación. Aportaremos datos específicos del cultivo de soja por la relevancia que tiene para nuestro país y América.
LOS PROBLEMAS DERIVADOS DE LA AGRICULTURA INDUSTRIAL
El monocultivo: el problema más ostensible de eliminar la rotación de diferentes cultivos o la siembra simultánea de varios de ellos es que el monocultivo extrae continuamente el mismo tipo de nutrientes del suelo, y termina agotándolo luego de varias temporadas si no se agregan fertilizantes. Tradicionalmente, en Argentina el productor hacía rotar diferentes cultivos en los suelos, o dejaba un sector para elpastoreo de ganado, de manera que la tierra descansara y recibiera el abono animal como principal fertilizante. Al irse abandonando estas prácticas y no fertilizarse en cantidades adecuadas, según los expertos, no logró compensarse la extracción de nutrientes de los cultivos de trigo, maíz, soja y girasol de la Pampa Húmeda.
Se está detectando una importante reducción en el contenido de materia orgánica y déficit de nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, azufre y otros.
El elevado uso de pesticidas: como las plagas agrícolas actúan específicamente sobre una especie determinada de cultivo, por ejemplo, si un terreno está totalmente cubierto por un monocultivo de maíz, las plagas del maíz se multiplican en gran cantidad y causan graves daños. Esta situación obliga a usar importantes cantidades de pesticidas, es decir, sustancias biocidas orientadas a eliminar plagas, que son organismos considerados indeseables. Se los clasifica según el tipo de organismo que eliminan. Así, los insecticidas matan insectos, los herbicidas a las hierbas, los fungicidas a los hongos, etc.
El problema es que muchas de esas plagas han desarrollado resistencia a ellos y se genera un círculo vicioso, conocido como la "ronda del pesticida", pues se deben aplicar cantidades cada vez mayores para obtener los mismos resultados.
Otro problema es que los pesticidas pueden ser dañinos para los organismos benéficos del suelo (lombrices, arañas, insectos), para las abejas encargadas de la polinización de muchos cultivos o para las aves insectívoras encargadas de eliminar algún insecto que comience a reproducirse sin control natural.
El glifosato es el herbicida de mayor uso mundial y se utiliza en más de 750 productos diferentes para aplicaciones agrícolas, forestales, urbanas y hogareñas. Es el herbicida creado por la firma Monsanto para ser empleado en la soja transgénica y en nuestro país su uso ha tenido un incremento muy importante (ver figura 2). Este aumento se explica no solo por la creciente cantidad de hectáreas sembradas, sino también por la aparición de malezas resistentes que hace necesario aplicar más herbicidas para eliminarlas. A lo largo de los años se fueron acumulando evidencias científicas de universidades de diversos países, incluido el nuestro, de que este herbicida no era lo inocuo que pretendía la empresa.
Figura . El consumo del herbicida glifosato, utilizado para rociar los cultivos de soja transgénica y otros, ha crecido de forma espectacular en la Argentina. (Fuente: Red universitaria de ambiente y salud http://www.reduas.com.ar/category/gefassteL
Finalmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de un trabajo científico de 2015, alertó:
"hay pruebas convincentes de que el glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y hay pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos".
El glifosato fue categorizado en el "Grupo 2A" (segundo en una escala de 1 a 5 que utiliza la OMS): "Probablemente cancerígeno para los seres humanos". El informe dice que "causó daño del ADN y en los cromosomas en las células humanas" y detalla que se detectó glifosato en agua, alimentos, y en sangre y orina de humanos.
El uso de fertilizantes sintéticos: estas sustancias obtenidas a partir de recursos naturales no renovables (petróleo y minerales) son otros de los insumos esenciales de la agricultura industrial.
Se calcula que la producción alimentaria caería en picada un 40% si se prescindiera de ellos, pero su uso está trayendo varios problemas. Como buena parte de los fertilizantes aplicados, no son absorbidos por las plantas, y se dispersan produciendo problemas de eutrofización y contaminación con nitratos en los cuerpos de agua superficial.
En los últimos años, en muchos lugares, se ha observado que un aumento en el agregado de fertilizantes no genera el incremento esperado en la producción (ver figura 7.9 b) e incluso hasta provocan problemas de acidificación que pueden ser contraproducentes para los suelos.
El enorme consumo de agua: la agricultura industrial ha podido extenderse a tierras áridas y semiáridas gracias a la irrigación artificial. Esto supone un enorme impacto en la disponibilidad de agua dulce porque, como ya dijimos, se lleva el 70% de su consumo mundial. Dolorosamente, parte de esta agua se pierde o genera nuevos problemas por el uso de sistemas de irrigación inadecuados.
Muchas veces se agrega agua en exceso que se evapora, sobre todo si la zona es seca y con altas temperaturas, y deja sobre la cubierta vegetal una fina corteza de las sales que contenía. Este fenómeno conocido como salinización arruina el suelo y puede ser muy nocivo para el crecimiento de las plantas. En otros casos, se producen encharcamientos, sobre todo si no hay un drenaje, que afectan a las raíces de las plantas y, en situaciones extremas, las mata.
El uso intensivo de maquinarias: utilizadas para el laboreo de los campos, la irrigación, el transporte, la aplicación de fertilizantes y pesticidas, entre otras actividades, suponen un gran gasto de combustibles. El empleo frecuente del arado, del tractor y de otras maquinarias pesadas, altera la estructura del suelo y perturba la acción de los microorganismos, porque lo compacta y dificulta su oxigenación y permeabilidad. El suelo arado, además, al quedar desnudo, es más factible de ser erosionado por el viento y el agua.
En el caso de la soja, la tecnología más empleada en nuestro país es la siembra directa, que no utiliza arado y, por lo tanto, tiene la ventaja de reducir la erosión. Sin embargo, los rastrojos (desechos) que quedan luego de la cosecha también permiten la proliferación de más malezas y, en la práctica, el agricultor agrega más pesticidas para controlarlas.
También se ha visto que reduce la permeabilidad de los suelos, lo que sumado a la deforestación explicaría algunas inundaciones ocurridas en el interior de nuestro país.
La destrucción de la biodiversidad: la agricultura industrializada ha avanzado sobre los ecosistemas naturales, como las selvas tropicales, que en los últimos años han perdido 150 millones de hectáreas por esta razón. En Argentina más del 90% de las tierras incorporadas son bosques, sobre todo de las provincias del Noreste. Entre 1998 y 2006 se deforestaron 2.295.567 hectáreas, según la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
Muchas son destinadas a la soja o al ganado que ha sido desplazado por este cultivo a zonas marginales.
LOS PROBLEMAS SOCIOECONÓMICOS
La globalización se ha encargado de imponer la agricultura industrial en vastas regiones del planeta como un modelo único e ineludible. Se sostiene gracias a muchos insumos, semillas mejoradas y tecnología que los países en vías de desarrollo deben comprar a grandes corporaciones, que han ido acumulando un enorme poder de control sobre el sistema agroalimentario mundial.
Este "paquete tecnológico" solo puede ser afrontado por aquellos que poseen capital suficiente, es decir, son propietarios de las mejores y mayores extensiones de tierra o conforman "pooles de siembra". Estos se estructuran a partir de un organizador que propone un esquema de siembra y lo ofrece a potenciales inversores. La tierra se arrienda y se contratan los servicios de siembra, fumigación y cosecha. Como no son los dueños de la tierra es común que extraigan el mayor beneficio posible de la tierra alquilada en el menor tiempo posible, lo que lógicamente la deteriora. Lo cierto es que frente a este modelo agrícola los campesinos más pequeños han sido expulsados porque no cuentan con el dinero suficiente para comprar la nueva tecnología. Así, venden sus tierras para trabajar como mano de obra barata en grandes establecimientos agrícolas, en la recolección de cultivos estacionales o migran a las ciudades, donde apenas sobreviven en un medio que no conocen.
En otros casos ocupan tierras marginales que no son aptas para la agricultura, como ya dijimos acerca de las zonas de las selvas tropicales. En el mejor de los casos, se convierten en rentistas que viven del alquiler de sus campos,como sucede con algunos pequeños propietarios de tierras de la Pampa Húmeda argentina.
En la Argentina el llamado proceso de "sojización", expulsó a miles de pequeños productores e indígenas del campo. Situaciones similares se dan en otras regiones latinoamericanas, generando conflictos sociales y laborales, violentos desalojos e incluso graves violaciones de derechos humanos que llegan hasta el asesinato. En muchos casos estos cultivos se están expandiendo sobre tierras reclamadas por comunidades indígenas cuyos gobiernos no reconocen sus derechos territoriales ancestrales. Se ha creado la paradoja de una "agricultura sin agricultores
Esto ha provocado una tendencia a la concentración de tierras en manos de pocos terratenientes o agroempresas. Como las mejores tierras son destinadas a la producción de los cultivos exportables y de mayor valor, el área destinada a los cultivos y el ganado que alimenta a los agricultores y a sus familias es cada vez menor, lo que lógicamente encarece los alimentos. En la Argentina se han ido reduciendo la cantidad de tambos, explotaciones avícolas, de porcinos, de frutales, etc.
Simultáneamente, los monocultivos de exportación desplazan los modos de producción tradicionales de muchos pueblos y se están eclipsando muchas culturas y formas de vida.
Esta situación genera una pérdida de soberanía alimentaria que es el derecho de los pueblos a definir sus estrategias sustentables para producir, distribuir y consumir alimentos como manera de garantizar su acceso a la alimentación y el respeto por sus culturas.
DIVERSIDAD DE LOS ESPACIOS AGRARIOS
Los espacios agrarios pueden clasificarse según diversos criterios pastos Según el tamaño la explotación de la tierra, el aprovechamiento de suelo, los sistemas de cultivo y los niveles de inversión y desarrollo.
• Según el tamaño de la superficie que ocupa la explotación, se denominan latifundios (a los de mayor tamaño) o minifundios (a los que están divididos en pequeñas parcelas). En algunas regiones las tierras no son de propiedad privada sino colectiva, como en China y Cuba.
• Explotación de la tierra. Hay tierras explotadas por sus dueños; otras que son arrendadas, es decir que quienes las cultivan pagan una renta por explotarlas, y otras que se trabajan bajo contrato de aparcería. En este último caso, el propietario las da a cambio de la entrega de una parte de la cosecha. Además, la explotación de la tierra también se diferencia según se practique la agricultura extensiva con escasa productividad por superficie, o la agricultura intensiva, en la que se invierte en el agregado de fertilizantes, se emplea maquinaria agrícola y se obtienen altos rendimientos, es decir que en pocas hectáreas se consiguen grandes cosechas.
• Aprovechamiento del suelo. En algunas explotaciones agrícolas, la producción se destina al consumo familiar o al de un pequeño grupo. En ese caso se practica una agricultura de subsistencia. En cambio, cuando se produce para comercializar en el mercado nacional o internacional se practica agricultura comercial.
• Sistemas de cultivo. Las explotaciones que se dedican al cultivo de una sola especie practican el monocultivo. En cambio, las que destinan diferentes parcelas a ciertos tipos de cultivos desarrollan el policultivo. En este último caso, en un mismo campo pueden destinarse algunas parcelas al cultivo de maíz y otras, al girasol.
• Sistemas de riego. Si se emplea riego artificial, se dice que son cultivos de regadío Los sistemas de riego posibilitan cultivar en zonas donde se registran pocas precipitaciones al año. En cambio, los sistemas que dependen solo de las lluvias son cultivos de secano También existen sistemas de riego que aprovechan el agua de lluvia y el desnivel de los suelos para construir terrazas que se inundan de acuerdo con la necesidad del cultivo a lo largo de su ciclo de maduración.
CAUSAS DE LA DIVERSIDAD DE LOS ESPACIOS AGRARIOS
Algunos factores naturales y humanos determinan las diferentes características de los espacios agrarios.
Los factores naturales
Estos factores están relacionados con el clima, las propiedades del suelo y las formas del relieve, entre otros. El clima condiciona los cultivos porque algunos de ellos, que se desarrollan en lugares cálidos, no soportan las bajas temperaturas. Este es el caso de los cultivos tropicales, como la caña de azúcar o el cacao. Otros tienen mejor rendimiento según la altura. El cultivo de cafeto (la planta de la que se obtiene el café) se realiza a diferentes alturas sobre las laderas de las montañas. De acuerdo con la altura se plantan especies que soportan diferentes niveles de temperatura y humedad. Algo similar ocurre con los cultivos de vides destinadas a la elaboración de vinos. Las vides se plantan a diferentes alturas y se obtienen diferentes resultados de acuerdo con el tipo de vino que se va a elaborar.
Los suelos tienen ciertas características en su composición que los hacen aptos para algunos cultivos y no para otros. Por ejemplo, los cereales, como el trigo y el maíz, y las oleaginosas, como la soja, necesitan suelos con gran cantidad de nutrientes, aireados y con humedad. Estos suelos son típicos de las grandes llanuras con clima templado y húmedo como la pampeana o las de Europa central. En cambio, otros cultivos, como el nogal y el olivo, se adaptan a suelos pedregosos que reciben pocas lluvias y concentradas en una sola estación del año.
Los factores humanos
En los lugares donde hay alta densidad de población, como en el continente europeo, las parcelas cultivables son escasas, por eso predominan las explotaciones pequeñas e intensivas.
En cambio, las áreas menos pobladas, como las grandes llanuras de América, tienen usos extensivos en grandes propiedades con monocultivos.
Las posibilidades económicas de los productores también determinan las características del espacio agrario. Quienes disponen de mayor poder adquisitivo tienen posibilidades de alcanzar mejores producciones utilizando maquinaria y productos químicos como fertilizantes y plaguicidas. Esto sucede sobre todo en los países desarrollados o en los países que vivieron la denominada Revolución verde. Este fue un proceso de modernización agraria promovido por las Naciones Unidas desde 1960, sobre todo en Asia y América latina, que difundió el uso del riego y de fertilizantes para alcanzar mayor producción de alimentos.
Paisajes Agrarios Tropicales
En los espacios cercanos al trópico de Capricornio, donde predominan las condiciones de altas temperaturas y lluvias abundantes, se desarrolla un paisaje de cultivos tropical, característico de esa región. En este espacio se pueden identificar zonas de agricultura moderna y otras menos evolucionadas.
Agricultura de plantación
La agricultura de plantación se desarrolla en grandes explotaciones de América, Asia y África, especializadas en un solo producto, como algodón, café, tabaco o bananas. Estos cultivos se destinan al mercado internacional, sobre todo a los países más desarrollados. Estas explotaciones son de gran tamaño y emplean mucha mano de obra y maquinaria agrícola.
Agricultura itinerante
Este sistema consiste en talar los árboles de una parcela, luego se quema la vegetación más baja y se siembra sobre las cenizas. Cuando el suelo pierde su fertilidad se deja en barbecho, mientras se practica la ganadería. Este tipo de agricultura se realiza en las zonas más pobres en regiones de bosques húmedos de África, el Amazonas y el sur de Asia.
	Cultivo tropical
	Países productores
	Banana
	Brasil, Ecuador, Indonesia, México, Costa Rica,
Colombia, Vietnam. Tailandia, Burundi.
	Cacao
	Costa de Marfil, Nigeria, Indonesia, Brasil, Ecuador, Camerún y Ghana.
	Café
	Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia y Etiopía.
	Kiwi
	China, Taiwán, Nueva Zelanda, Irán, Turquía, Chile.
	Mango
	Myanmar. India, Brasil,
Bangladesh, México, Haití, Tailandia.
	Palta
	Chile, República Dominicana, México, Colombia, Perú.
	Piña o ananá
	Costa Rica, Brasil, Filipinas, China, India.
Paisajes agrarios de las regiones templadas
Losdiferentes espacios templados presentan distintas maneras de organizar el espacio agrícola, aunque todos tienen en común que en ellos se cultivan los cereales que se consumen en todo el mundo.
La producción de cereales y oleaginosas
Los países que poseen grandes llanuras en zonas de clima templado, como la Argentina, Australia, la Federación de Rusia o Estados Unidos, son productores de cereales y oleaginosas. En general, estos paisajes se caracterizan por presentar grandes parcelas destinadas a la producción de trigo, maíz, centeno, girasol y, sobre todo, soja. Gran parte de la tierra es propiedad de grandes empresas agroalimentarias que controlan la producción de las semillas, son propietarias de la tierra y también se ocupan de la comercialización. Por eso, los campesinos contratados tienen características similares a los que trabajan en las industrias porque no viven en la tierra que trabajan, sino que se trasladan desde las ciudades cercanas en horarios de trabajo establecidos por turnos. La maquinaria moderna permite, por ejemplo, cosechar de noche, ya que se usan cosechadoras equipadas con potentes luces.
La agricultura de invernadero
En las zonas templadas también se desarrollan cultivos intensivos en invernaderos. Estas construcciones, que pueden ser de vidrio o de plástico, sirven para proteger los cultivos de las heladas invernales, aprovechar el calor del sol y extender sistemas de riego que abarcan espacios reducidos. Este tipo de emprendimiento requiere altos niveles de inversión para la construcción de los invernaderos, la instalación de sistemas de riego, la adquisición de los fertilizantes y las semillas seleccionadas, por ejemplo. Por lo general, se producen hortalizas y flores. Como estos son productos perecederos, los invernaderos se localizan cerca de zonas densamente pobladas.
Los cultivos mediterráneos
La región del Mediterráneo se ubica al sur de Europa en los países que tienen costa sobre el mar Mediterráneo. Allí predomina el policultivo de una trilogía formada por cereales, olivo y vid. Estos alimentos fueron la base de la alimentación mediterránea, pan, vino y aceite, complementada con la cría de ganado ovino criado en la zona de los montes. Este tipo de cultivos se practica también en la zona este de los Estados Unidos y en la región central de Chile.
	Bibliografía: •	FERNÁNDEZ A y CAÑAS, C. (2010). Geografía. Capítulo 7: sistemas agrarios y espacio rural. Madrid. Editorial Centro de Estudios Ramón Areces S.A.

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