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t p de socrates - Daiana Valentini

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Sócrates 
Introducción:
 Para comprender mejor la función de "crítica universal" propia de la filosofía, conviene elegir en un filósofo que la ejerció de modo ejemplar, pero que también lo llevó a su muerte. 
 Estamos hablando ni más ni menos que del mismísimo Socrates. 
 Para entender algunas de sus ideas, primero tenemos que saber algunas características de la época en que vivió.
Desarrollo:
 Sócrates nació en la época más espléndida en la historia de su ciudad natal, y de toda la antigua Grecia. El florecimiento político y cultural para Atenas y toda la Grecia antigua. Vió el ascenso al poder y la grandeza cultural de Atenas bajo el liderazgo de Pericles, la derrota del Imperio Persa por parte de las ciudades-estado griegas y la posterior expansión del poder y la cultura atenienses. Sócrates participó en el sitio de Potidea y en las batallas de Delio y Anfípolis, donde demostró gran valentía y fuerza. Sin embargo, el período también vio el declive de Atenas y la transferencia de la supremacía griega a los espartanos, marcada por la Guerra del Peloponeso y el establecimiento de un gobierno oligárquico pro-espartano en Atenas, los Treinta Tiranos, que fue derrocado.
 Este período se caracterizó por diversas contingencias sociales y políticas, incluido el surgimiento de la democracia, el desarrollo de la demagogia y el cambio en los intereses filosóficos.
 Él no dejó ningún escrito propio, por lo que la mayor parte de nuestro conocimiento sobre sus ideas proviene de los escritos de sus alumnos, especialmente de Platón.
 
 Uno de los conceptos importantes de Sócrates fue su creencia en la importancia de la virtud. Creía que el propósito de la vida humana era buscar la sabiduría y el conocimiento, lo que conduciría a una vida virtuosa. Creía que la virtud no era algo que pudiera enseñarse, sino que debía aprenderse a través de la experiencia.
 Sócrates también creía en la importancia del autoconocimiento. Creía que los individuos debían conocerse a sí mismos y que este autoconocimiento era necesario para vivir una vida virtuosa. Él dijo famosamente, "Conócete a ti mismo".
 Además de estos conceptos, Sócrates también creía en la importancia de vivir una vida sencilla y estar contento con lo que uno tiene. Creía que las posesiones materiales no eran necesarias para la felicidad y que una vida sencilla podía conducir a una mayor sensación de realización.
 Sócrates es conocido por su método de interrogatorio, que a menudo se denomina método socrático. Este método implicaba hacer preguntas para ayudar a las personas a aclarar sus pensamientos e ideas. Creía que la clave para comprender no estaba en tener las respuestas correctas, sino en hacer las preguntas correctas. Esta manera surgió ya que de las creencias de Sócrates de que el conocimiento y la comprensión provienen de cuestionar y examinar las propias creencias e ideas. Implica un diálogo entre dos personas, en el que una persona hace preguntas para ayudar a la otra persona a articular sus convicciones e ideas. Las preguntas están diseñadas para exponer contradicciones, inconsistencias y lagunas en el razonamiento. Se alienta a la persona interrogada a examinar críticamente sus propias opiniones, ya considerar puntos de vista alternativos. Al cuestionarlas, una persona puede llegar a una comprensión más profunda del mundo que la rodea y de sí misma. 
 Ahora bien, el método propiamente dicho tiene dos momentos: el primero, que es un momento negativo, se llama refutación; y el segundo, positivo, que es la mayéutica.
 La refutación es el primer momento del método socrático el cual consiste en mostrar al interrogado, mediante una serie de hábiles preguntas, que las opiniones que cree verdaderas son, en realidad, falsas, contradictorias, incapaces de resistir el examen de la razón. Para que se entienda mejor, un ejemplo sería que Sócrates se dirige a un general, pidiéndole que le diga qué es la valentía. Sócrates mismo no responde a esta pregunta, arguyendo que ignora la respuesta. El interrogado en cambio, creen ingenuamente saber lo que se les pregunta (como por los demás, todos creemos ingenuamente saberlo), pero el interrogatorio a que Sócrates le somete pone en evidencia que se trata de un falso saber: en el momento en que ello se hace manifiesto, Sócrates los ha refutado.
 La mayéutica es el segundo momento del método socrático, el momento positivo, se hablará sólo brevemente, porque su desarrollo corresponde más bien a la filosofía platónica. Se trata de que no proporciona él mismo conocimientos, sino en ayudar al alma de los interrogados a dar a luz los conocimientos que están acumulados. La palabra mayéutica deriva del griego mayeuta que significa ‘partera’, oficio que ejerció su madre.
 Sócrates expresó esta manera de concebir el objeto del conocimiento mediante la fórmula: “Conócete a ti mismo”. El objetivo supremo del saber no es de carácter teórico, sino práctico: el arte de vivir. El conocimiento, según Sócrates, es el pensamiento, el concepto sobre lo general. Los conceptos se ponen de manifiesto por medio de la definición, y se generalizan mediante la inducción. El propio Sócrates dio ejemplos de definición y generalización de conceptos éticos (por ejemplo, de la virtud, de la justicia). La definición de un concepto es precedida de una conversación en cuyo transcurso, por medio de preguntas sucesivas, se hace ver al interlocutor que se contradice a sí mismo. El descubrimiento de las contradicciones permite desechar el conocimiento aparente, y la inquietud en que ello sume al entendimiento, estimula a pensar en busca de la verdad auténtica. Sócrates comparaba sus métodos de investigación con el “arte de la comadrona”; su método de preguntas que presupone una actitud crítica frente a las afirmaciones dogmáticas, ha recibido el nombre de “ironía” socrática. La ética de Sócrates es racionalista: a juicio de Sócrates, las malas acciones se deben únicamente a la ignorancia y no hay nadie que sea malo por su propia voluntad.
 La estructura del mundo, la naturaleza física de las cosas, son incognoscibles: solamente podemos conocernos a nosotros mismos, Sócrates expresó esta manera de concebir el objeto del conocimiento mediante la fórmula: "Conócete a ti mismo". El objetivo supremo del saber no es de carácter teórico, sino práctico el arte de vivir.

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