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Tema 6 - Diagnóstico sistémico (1) - Sandra C

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Juan Pablo Sarmiento Longo 
DIAGNÓSTICO SISTÉMICO 
La Real Academia de la Lengua Española define al diagnóstico como “el arte o acto de 
conocer la naturaleza de una enfermedad mediante la observación de sus signos y 
síntomas”. En terapia familiar, esta definición no alcanzó a ser desarrollada bajo lo 
planteado por la RAE, en medida por los planteamientos de Bateson quien consideraba 
que el diagnóstico psicopatológico era un prejuicio que limita la aproximación del 
terapeuta a un sistema. 
¿Debemos negar el diagnóstico psicopatológico? 
¿Cuán limitante puede llegar a ser? 
Linares (2012) considera: 
“Agrupar y comparar han sido siempre movimientos mentales asociados a 
comprender, por lo que rechazar globalmente el diagnóstico psiquiátrico 
equivale a tirar al bebé junto con el agua sucia. Vale la pena respetar el esfuerzo 
acumulado a lo largo de los siglos por quienes han abordado el estudio de los 
trastornos mentales, aprovechando lo mucho que en su trabajo hay de útil. Y, 
desde luego, no bajar la guardia para rechazar cualquier simplificación 
reduccionista”. (págs 109-110) 
A diferencia del diagnóstico psicopatológico que busca agrupar signos y síntomas el 
diagnóstico sistémico busca “conocer el sistema observado para luego verter en un 
informe aquellas observaciones que se ajustan a la finalidad y objetivo del estudio 
solicitado”. 
Lo necesario para elaborar un diagnóstico sistémico es tener conocimientos amplios 
sobre la teoría de los sistemas, la comunicación humana y la estructura familiar. 
Antes de iniciar: 
El terapeuta 
Serebrinsky y Rodríguez (2014) plantean que “solo vemos lo que estamos entrenados 
para ver y también aquello que resalta en el todo por ser diferente para el observador”. 
(p.25) 
Los autores consideran que en una primera instancia, se encuentra lo que vemos, 
siempre limitado a nuestros sentidos. Lo análogo en un proceso de familia es descubrir 
formas especiales de “ser” de la familia. Luego el proceso continúa con asignarle un 
significado a lo visto. 
El terapeuta puede explicar de manera errónea un fenómeno si no cuenta con un 
conocimiento amplio que le permita entender un contexto. Se debe “aceptar la 
complejidad considerando los diferentes puntos de vista”. Así, no está de más recordar 
Material elaborado para el Curso de formación en terapia familiar – Libertad Juan Pablo Sarmiento Longo 
 
que un sistema es un conjunto de elementos relacionados entre sí, donde el cambio en 
uno produce un cambio en todos. 
La recursividad y la multicausaluidad 
Ambos son considerados conceptos relacionados. Por un lado la recursividad es un 
interjuego de relaciones en donde cada elemento se vincula con el resto, donde cada 
uno es causa y efecto de manera recursiva. Por otra parte, la multicausalidad es el 
conjunto de causas posibles para un evento. 
¿Por qué hay una tendencia a la unicausalidad? Porque disminuye la ansiedad y la 
incertidumbre y tiene una característica: le da una finalidad, que es hallar una causa a 
los eventos cotidianos. 
El analizar la recursividad y la multicausalidad nos permitirá conocer la complejidad de 
las situaciones ¿A quién se atribuye la culpabilidad de algo? Comúnmente, las personas 
atribuyen la causa de los eventos, incluso a elementos tan poco relacionales como la 
suerte que, curiosamente, disminuye la incertidumbre. 
PRIMER EJE DE DIAGNÓSTICO 
La estructura familiar 
“La estructura familiar es el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan 
los modos en que interactúan los miembros de la familia” (Minuchin, 1999: 86) 
También a la estructura se la denomina organización. Los elementos incluídos dentro de 
la estructura son los subsistemas, las jerarquías, las normas y funciones, las distancias y 
el contexto. 
Las fronteras 
¿Cuánta información transmiten al exterior o reciben de otros? 
Un ejemplo de una frontera rígida es los “no sé” en consulta, considerándose como una 
respuesta evasiva. También debe evaluarse la “frontera enmascarada”, aquella que en 
que la familia muestra un acuerdo previo con conformidad de lo dicho por el terapeuta 
pero a la siguiente sesión todo es olvidado. La frontera difusa se caracteriza por el 
exceso de información, que incluso incluye a aquellas personas que inicialmente no 
estaban involucradas. La frontera flexible se da cuando la información permite ingreso y 
egreso de información de manera moderada. 
Límites en los subsistemas 
Todos los miembros de la familia se relacionan e interactúan entre sí. “Los límites 
definen quiénes participan y de qué manera” (Minuchin, 1999:88) Un Límite rígido es el 
que no permite la transmisión de información entre los subsistemas, como cuando los 
padre no comparten mayor información con los hijos. El límite difuso es donde no se 
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hace discriminación en los temas que se tratan en familia. Y el límite flexible es aquella 
que permite la transmisión de información, limitando el paso de aquellos datos que no 
sean necesarios compartir. 
La distancia 
Es lo que separa a cada integrante de la familia en relación al sentimiento de 
pertenencia. La dependencia sería una cercanía extrema que conlleva a la pérdida de 
autonomía de los integrantes. La independencia es la lejanía que supera a lo individual 
por sobre lo compartido. La autonomía es la distancia que permite un desarrollo 
individual y personal. La distancia acortada es la que hace que la familia comparte todo: 
Secretos, espacios, información. En la distancia alargada existe escaso sentimiento de 
pertenencia sistémica. 
Roles y funciones 
El rol es construido por el sistema y es lo que se espera de un miembro de la familia, de 
acciones ante determinados circunstancias. Los roles cambian a medida que cambia la 
sociedad. 
Las jerarquías 
Son ubicaciones que tienen a otras inmediatamente inferiores en donde se ejerce 
dominio. Las jerarquías se valúan en cómo se dan y cuáles son las personas involucradas. 
El contexto 
O conjunto de sistemas que se relacionan con el sistema familiar. Los sistemas contiguos 
son aquellos que en donde intervienen los miembros del sistema de estudio y con los 
que se cambia información en un grado significativo. 
El momento vital sistémico 
Asociado a las etapas del ciclo evolutivo familiar, que suelen ser sucesivas y similares en 
todos los grupos familiares. También se evalúan eventos significativos por los que la 
familia esté viviendo. 
Elementos secundarios de la estructura: Las alianzas y las coaliciones. 
SEGUNDO EJE DE DIAGNÓSTICO 
La dinámica del sistema 
Esto es la manera en cómo se comunican los miembros de la familia, es decir, en cómo 
se relacionan. Se define a la comunicación como un proceso circular en el que se realiza 
un intercambio de mensajes. Para tener una idea clara del análisis de la comunicación es 
importante recordar la obra de Watzlawick y sus axiomas: Imposibilidad de no 
comunicar, puntuación de la secuencia de hechos, comunicación simétrica 
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complementaria, comunicación digital-analógica y la comunicación con niveles de 
contenido y relación. 
Es importante considerar la función pragmática y la informativa de la comunicación. 
Mientras que en la función informativa es el contenido de lo que se transmite, lo 
pragmático son los efectos que se dan en la otra persona. Lo que llega a analizarse 
inicialmente en este punto para realizar el diagnóstico son: La comunicación y el efecto 
de la comunicación. 
Sin embargo, las variables que intervienen son: 
-Respuesta básica a la comunicación: Puede ser una confirmación (en aprobación o 
descalificación) o una desconfirmación. 
-La comunicaciónsiempre será no verbal, pudiendo ser acompañada de lo verbal. 
-La modalidad: Cómo se relacionan (comunican), qué elementos existen que hace que 
varíe la comunicación de una familia a otra. 
-La recepción: Cuando alguien recepciona un mensaje lo hace con todo lo que el otro 
transmite, es decir, no solo considerando las palabras, también se incluyen los gestos, 
otorgando un significado a lo que el otro dice. En terapia se debe aclarar cuán cercana 
es la construcción del receptor respecto a lo que quiso transmitir el emisor. 
-La relación: Puede ser de igualdad, cuando ambas personas transmiten casi la misma 
cantidad de información. En esa línea la relación de desigualdad se da cuando es 
evidente que una de las personas plantea casi toda la información 
TERCER EJE DE DIAGNÓSTICO 
El problema 
Es el resultado de una dificultad que por intentos fallidos de solución se constituyó en 
algo mayor (problema). Siguiendo la línea de Watzlawick, las alternativas que tiene la 
familia son: negar la presencia de la dificultad, adoptar una acción en tiempo 
equivocado o actuar a un nivel equivocado. 
La búsqueda de soluciones se complejiza cuando el modelo binario de alternativas no 
funciona, y aparecen el sentido común y la linealidad para resolver una dificultad que al 
no ser resuelta, ya se convierte en un problema. 
Sistémicamente el problema es una conducta inesperada del sistema, donde esta 
conducta se encuentra por fuera del rango de conductas que sostienen el equilibrio 
sistémico. 
El problema visto desde el punto de vista clínico y psicopatológico: El diagnóstico 
psicopatológico es de corte individual. Sin embargo debe considerarse como un 
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diagnóstico complementario al diagnóstico sistémico, considerando que es necesario 
tener la información de la peligrosidad para sí y para terceros. 
Dentro de la evaluación sistémica del problema se considera el problema manifiesto y el 
problema implícito-latente. Es evidente que lo manifiesto se refiere a aquello que es 
visible mediante la comunicación ofrecida por la familia. Luego lo implícito-latente es 
aquello que la familia no manifiesta pero que el observador si tiene en cuenta. 
La evaluación del problema implica considerar si la familia lo manifiesta de manera 
concreta, con acciones pensamiento o emociones, o de manera abstracta, es decir, con 
una definición vaga: “Vengo por mal de amores”. Es necesario convertir lo abstracto en 
concreto, para no caer en una construcción de la realidad que no se acerca a lo que nos 
manifiestan. Además es importante evaluar los rótulos, que quizás no sean regidos a 
manuales de diagnóstico pero si a construcciones sociales “Estoy depresivo”. Aunque 
para algunas personas el rótulo es tranquilizador, es importante considerarlo como algo 
abstracto. La relevancia estará con cómo se plantea “Soy depresivo” “Estoy depresivo”. 
El primero es un atributo permanente, lo segundo es lo transitorio. Cabe recalcar lo 
importante de quién es el que atribuye el rótulo, que suele “enfermar al enfermo” 
Respecto a cómo la familia asume el problema se considera el que sepan qué sucede 
pero no saben cómo solucionarlo, y lo segundo es que no saben qué pasa, percibiendo 
una situación compleja y que evita el placer. 
El evaluar la atribución causal del problema, nos permitirá saber cómo la familia evalúa 
lo que le pasa. Usualmente la unicausalidad es lo que encontramos en diversas 
manifestaciones de los problemas humanos, así que saber las racionalizaciones, los 
responsables y la percepción de cada uno es una herramienta importante para evaluar 
el problema. 
La temporalidad del problema, considerando desde cuando los integrantes de la familia 
consideran el inicio del mismo, es empezar a conocer diferentes elementos pues desde 
la complejidad, se sabe que puede haber diversos factores incluidos. También es 
importante conocer las veces que se presente un problema, pero es más relevante saber 
cuándo no se presenta, considerando que nos pueda servir para trazar una línea de 
trabajo. Es por esto que se deben especificar términos como: Siempre, a veces, algunas 
veces, etc, pues no nos permiten tener con precisión la temporalidad del problema. 
El marco situacional es donde se da el problema: Casa, centro de labores, etc. Es decir, 
los lugares relacionados donde se concreta el problema manifiesto. 
 La atribución de gravedad del problema se acerca a considerar cómo la familia evalúa el 
problema, pero también se evalúa la gravedad desde la percepción psicológica y 
psiquiátrica. Por último la gravedad sistémica se da por la disfuncionalidad regida al 
diagnóstico del sistema humano. 
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El manejo del problema desde los planos básicos: Cómo actúan, piensan y sienten. Las 
acciones se representan por verbos, y son las que determinan lo que se ha intentado 
hacer para resolver el problema. El plano cognitivo es lo que piensan al respecto, y las 
ideas de solución, además del conjunto de creencias. 
La función del problema puede ser homeostática, es decir, permite que el sistema siga 
funcionando a pesar de que el problema sea disfuncional o displacentero, pero que se 
ha asimilado para mantener cierta estabilidad. El beneficio secundario son todas 
aquellas conductas que aparecen en presencia del problema pero que ayuda a cada 
integrante de la familia. 
Las soluciones intentadas se evalúan considerando todas las acciones tomadas por la 
familia para erradicar el problema. La dificultad suele radicar en una evaluación lineal 
de la familia que los lleva a ser más de lo mismo. 
Los roles en el ciclo sintomático son los papeles que cumplen los miembros de la familia 
ante un problema, inicialmente se conocen dos: El paciente identificado y el portavoz. El 
primero se refiere a quien la familia atribuye el problema. Se recalca que puede haber 
más de un paciente identificado o que cada integrante de la familia se un paciente 
identificado. El portavoz vendría a ser la persona que con mayor ímpetu transmite 
información respecto al problema aunque dentro del diagnóstico sistémico, el portavoz 
no tendría mayor importancia. 
REFERENCIAS 
Serebrinsky, Horacio y Rodríguez, Sonia (2014). Diagnóstico sistémico: El diagnóstico de 
los sistemas humanos. Buenos Aires. Ed: Psicolibro. 
Minuchin, Salvador (1999). Familias y terapia familiar. Barcelona: Ed: Gedisa. 
Linares, Juan Luis (2012). Terapia familiar ultramoderna. Barcelona. Ed: Gesica.

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