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TITULO DE LA MONOGRAFIA: DIMENSIONES E INDICADORES PARA LA METAEVALUACIÓN INTRODUCCIÓN La presente monografía se desarrollará por capítulos de la siguiente manera primero estableceremos la definición de la metaevaluación y su epistemología donde cabe resaltar que la evaluación del aprendizaje es un tema que llama la atención y preocupación de la comunidad educativa desde hace muchos años atrás. La importancia de esta está fundamentada en el papel importante como componente didáctico y sus aportes a la enseñanza y la mejora educativa. Se puede definir la evaluación como un procedimiento sistemático y comprensivo, en ella se utilizan múltiples estrategias, estas están destinadas a mejorar la calidad de la enseñanza. Además de sus contextos de la metaevaluación, nos permite analizar el proceso de evaluación de forma clara. La metaevaluación implica que comprendamos como aprenden las personas a partir de la actividad de evaluación. La metaevaluación es una plataforma de discusión que une a patrocinadores, evaluadores y a la sociedad en general, en la cual se conoce no solo los resultados de las evaluaciones realizadas, la metaevaluación tiene diferentes dimensiones y cada una de ellas tiene indicadores los cuales nos permitirán evaluar la evaluación, esto nos permite ver más allá de las primeras evidencias. También acerca de sus procedimientos que se lleva a cabo en una metaevaluación que dentro de ahí existe el estudio de la hermenéutica donde se utiliza de forma selectiva el conjunto de listas de comprobación que derivan de los modelos parciales y de las categorías principales que se han comentado. Los procedimientos son una ayuda fundamental para ordenar el pensamiento; aunque la metaevaluación no recurre simultáneamente a todos los elementos que podrían incorporarse en ellos. Corresponde a la disciplina de trabajo individual del meta evaluador el saber que están allí y que se puede acudir a ellos. CAPÍTULO I ESTUDIO DE LA METAEVALUACIÓN Es necesario distinguir primero entre evaluación y metaevaluación en donde la diferencia reside en la complejidad, determinada por el número y la naturaleza de las variables a estudiar, y la profundidad definida fundamentalmente por los objetivos y consecuentemente por la focalización del objeto. La evaluación es la medición de resultados realizada mediante pruebas estandarizadas, a la aplicación de pruebas objetivas, al análisis de procesos, a la investigación en la acción para ver la mejora de la práctica que se entiende por valores en la acción, mientras la metaevaluación le interesa los resultados de la evaluación (Diaz, 2001) Sigue un proceso donde primero es la educación, evaluación y metaevaluación es importante el análisis de la lógica formal de una evaluación y de su metaevaluación. 1.1. El concepto de la metaevaluación La metaevaluación consiste en analizar el proceso de evaluación con claridad, o también llamado la evaluación de la evaluación, donde va existir una función retroalimentador de la evaluación, en este sentido la metaevaluación sería como un desvelamiento de lo visible, una mirada más allá de las primeras evidencias. Es elemental que todo proceso educativo que se desarrolla necesita de otro que a la vez funcione como un mecanismo de control, regulador y verificador que permita conocer si las cosas se están haciendo correctamente (García,2000). Su rol, aparte de la construcción y selección de modelos, se inicia con la recolección de la información, constituida por datos y registros de hechos concretos, está dentro de las tareas propias de la metaevaluación. El enfoque de la metaevaluación se centra en los dos primeros momentos, primero es el proceso de la evaluación y los resultados de la evaluación, una de sus ventajas es que propicia la construcción de instrumentos estructurados y bastante precisos para el levantamiento de datos y la elaboración de la información (Fernando, 2001). La evaluación de los procesos evaluativos es necesario establecer un conjunto de aspectos que permitan sistematizar la base teórica y delimitar con precisión aquellas cuestiones que son de interés observar, valorar y mejorar. Esto va permitir determinar cuál es el carácter que predomina en la evaluación donde se va visualizar lo que efectúa el profesorado y cuáles son los logros y las fallas, lo que posibilitará brindarles las ayudas necesarias y establecer planes de mejoras efectivas y además va asegurar la validez y la fiabilidad de los resultados obtenidos. 1.2. La epistemología de la metaevaluación La metaevaluación tiene que ver con la evaluación de las evaluaciones en el sentido más global, pues implica enjuiciar el valor y el mérito de todo lo que representa y hace la profesión desde la preparación hasta la aplicación de los resultados, pasando por la investigación y su control (Stufflebeam & Shinkfield,1993). Tiene las siguientes características: • La metaevaluación consiste en la comprensión e interpretación de la evaluación. • Busca la comprensión rica: ética y política de la evaluación. • Busca trascender los resultados • El conocimiento de los determinantes de la evaluación es limitado. • Procura incorporar el análisis de la totalidad de los determinantes como es los valores en juego, las actitudes y la conducta del evaluador y de los afectados, la metodología, la lógica y la estructura, la estética, los aspectos formales de la presentación y el estilo, y los lenguajes y la codificación. Es por eso que la metaevaluación no es un proceso exclusivamente técnico, sin embargo, como la misma evaluación, tiene una dimensión sustancialmente ética, por eso, no se centra exclusivamente en la búsqueda de criterios de carácter metodológico, sino que se ha de centrar en su vertiente moral. CAPÍTULO II CONTEXTOS DE LA METAEVALUACION 2.1. Contexto de constitución: Estudia los mecanismos de generación de la evaluación, de surgimiento y negociación de todo el proceso. Es importante el génesis porque de ella pueden encontrarse los inicios de posteriores situaciones, resultados, etc. No es lo mismo una iniciativa surgida de la jerarquía e impuesta, que otra que parte de los protagonistas. No es lo mismo una iniciativa que procede de los directivos de una institución, que otra que parte de los integrantes de la comunidad (Santos, 2004). 2.1.1. Cuestiones: • ¿Quién y por qué ha tomado la iniciativa de hacer la evaluación? • ¿Qué intereses (explícitos o implícitos) determinan la puesta en marcha de la evaluación? • ¿Con quién se ha negociado la evaluación? • ¿Ha sido una negociación real o meramente protocolaria y formal? • ¿Ha estado la evaluación planteada como un mecanismo de poder o de control? 2.2. Contexto de justificación Los procedimientos y estrategias utilizados para el desarrollo de la evaluación permiten conocer “el cómo” del proceso. La manera de proceder, la aceleración, el clima, las relaciones, las explicaciones que se ofrecen y que se piden constituyen un elemento importante del entramado de la evaluación. “Aquí debe analizarse el tratamiento que se ha hecho de los datos, el rigor de la argumentación utilizada” (Santos, 2004). 2.2.1. Cuestiones • ¿Qué tipo de métodos se ha utilizado para hacer la exploración? • ¿Se ha adaptado la naturaleza y la secuencia de los métodos a las características de los interesados? • ¿Se ha diversificado la metodología para recoger una información más rica y plural? • ¿Se ha garantizado el anonimato a los informantes? 2.3. Contexto de presentación La forma de presentar la información ha de tener como finalidad fundamental la comprensión de los lectores, no la epifanía de la erudición del evaluador (Santos, 2004). 2.3.1. Cuestiones • ¿Cómo se han trabajado los datos recogidos? • ¿Se ha hecho triangulación de métodos, de sujetos, detiempos? • ¿Cómo se ha presentado la información? • ¿Es inteligible el contenido de los informes? ¿Se han hecho informes diversos para diferentes audiencias? 2.4. Contexto de negociación El informe ha de ser entregado a sus destinatarios de forma rápida, cómoda y directa. Al decir directa nos referimos a que tenga carácter democrático y no esté jerarquizada. No es bueno entregar el informe sólo al director de una institución o al responsable del programa. Las condiciones de la negociación han de ser razonables en cuanto al tiempo y a las formas de discusión. Las actitudes del evaluador permitirán descubrir si se trata de una negociación real o de un simulacro (Santos, 2004). 2.4.1. Cuestiones • ¿Se han entregado los informes en las fechas convenidas? • ¿Se ha concedido un tiempo suficiente para su atenta lectura? • ¿Se ha negociado democráticamente? • ¿Se ha podido hablar con libertad respecto de las cuestiones problemáticas • Si no se ha llegado al acuerdo en alguna cuestión, ¿se ha incorporado el contenido de la discrepancia de los participantes? 2.5. Contexto de valoración En el contexto de valoración se tiene en cuenta el “cómo” se ha realizado todo el proceso. Por protagonistas se refiere, fundamentalmente, a los patrocinadores de la evaluación, los evaluadores y los evaluados. 2.5.1. Cuestiones • ¿Se han producido cambios respecto del plan inicial? • Si se ha producido algún conflicto, ¿cómo se ha afrontado y solucionado? • ¿Han existido presiones por parte de algún grupo o persona para dirigir la evaluación? • ¿Se ha producido algún sesgo en la utilización de la información? • “En sentido amplio –dice House (1994)– entiendo por validez la cualidad de merecer reconocimiento”. Ahora bien, cada modelo de evaluación hace una interpretación de lo que ha de entenderse por validez. CAPITULO III PROCEDIMIENTO PARA LA METAEVALUACIÓN 3.1. La Hermenéutica La mayoría de las metaevaluaciones tienen que centrarse en los informes escritos del proyecto y en otros documentos oficiales que se preparan en el proceso. Por lo tanto, el tipo de investigación que se impone debe ser tal que tenga relación con los métodos y las técnicas de análisis del discurso, interpretación del texto, o alguna propuesta de naturaleza similar (Fernando, 2001). La hermenéutica focal: estudia las fuentes de problema en cuanto al razonamiento y su influencia en la organización de los datos: cuando el analista o evaluador “piensa de manera incorrecta”, las deficiencias en la fundamentación y en la construcción lógica, errores en el razonamiento que se refieren a la argumentación y sus bases, y, finalmente, errores lingüísticos o por imprecisión en la comunicación, transmisión y transcripción. La hermenéutica estructural: es el campo que se ocupa de la relevancia, la coherencia y la pertinencia de los datos y de las formas o presentaciones organizadas de ellos. Corresponde a la interpretación global del texto. En ella se profundiza en el estilo literario además de estudiar los temas de rigor y calidad probatoria. El criterio de coherencia se aplica a la relación entre los elementos, conceptos e hipótesis, para determinar cómo se estructuran y se enlazan unos con otros. El principio discriminante consiste en no encontrar contradicción entre ellos. En cuanto al criterio de relevancia, la preocupación principal es el equilibrio entre las distintas partes del texto entre sí y en relación con el texto entero; es decir: cuál es la importan. 3.2. Procedimiento para la metaevaluación La metaevaluación se ha procurado entender cómo se configura en la actualidad un escenario metodológico que permita discriminar enfoques y técnicas pertinentes y efectivas para la metaevaluación. Concretamente, se ha tratado de identificar un modelo que pueda integrar los enfoques y dotar de sentido a los determinantes de la evaluación y del informe de la evaluación (Fernando, 2001). Bajo la perspectiva hermenéutica, es propio que el modelo y el procedimiento no lleguen nunca a estar acabados. La epistemología (el método, el enfoque y otros aspectos epistemológicos) y la ética de la evaluación (incluyendo la ética y la conducta del evaluador) son los fundamentos del rigor y, como consecuencia, de la credibilidad. En la base de la propuesta metodológica, estos dos determinantes tienen una potencia explicativa indispensable y casi suficiente para acabar la metaevaluación. La estética del informe, campo en que se valora la importancia del texto como medio para la interpretación, y en que se profundiza en la relación entre lógica y lenguaje. Esas categorías de la hermenéutica externa encuentran un lugar de privilegio en la secuencia que se sigue en la metaevaluación; mientras tanto, el anillo más externo de este contexto cercano, compuesto por las categorías que explican el medio organizacional del objeto evaluado y el contexto de tarea de las evaluaciones objeto, apenas se muestra como un telón de fondo. Se reconoce y se valora la existencia de este ambiente específico, pero se encuentra que no existe ninguna relación crítica con los resultados. Salvo, por supuesto, que el evaluador evidencie desconocer su contexto de tarea y los modelos y criterios dominantes en su disciplina concreta. La diferencia consiste en que el evaluador de programas “debe saber” sobre programas en su campo; el meta evaluador, entretanto, “debe saber” de evaluación (i.e. ética y epistemología). Hasta aquí, lo más relevante es que el procedimiento aparece como una síntesis de todas las propuestas. Pero no es una síntesis en el sentido totalizante y exhaustivo, sino más bien una en la que la importancia radica en las redes, en las conexiones. CAPITULO IV DIMENSIONES E INDICADORES 4.1. ¿Qué son las dimensiones? Frente a la importancia y complejidad de los fenómenos educativos, la evaluación no debe limitarse a la simple medición de conductas observables, ni a una superficial ponderación de resultados; más bien, debe poner en juego apreciaciones valorativas, que aporten información útil, para orientar y registrar los procesos educativos, y de esta forma, posibilitar el desarrollo máximo de las personas. Desde esta perspectiva, se hace necesario separar los esfuerzos evaluativos en dimensiones, pero que, en la compleja realidad, se interrelacionan simultáneamente (Santos, 2004). 4.1.1. Dimensión ética de la evaluación del aprendizaje: La ética se relaciona con la forma en que una persona se comporta en correspondencia con ciertos principios que le dan coherencia entre lo que dice y lo que hace, y el valor que adquiere por el bien que aporta a los demás y a sí mismo, ya sea por sus significados y humanos. valores que se promueven y mejoran. Lo ético en la evaluación está dado en su transparencia, en el respeto que el profesor demuestra hacia sus estudiantes a partir del modo en que actúa y procede, en el valor educativo de sus acciones apegado a normas o acuerdos previamente tomados junto al colectivo estudiantil, lo cual legitima su actuación y le confiere valor educativo real. 4.1.2. Dimensión ética de la evaluación del aprendizaje: La dimensión de funcionalidad toma en cuenta los variados empleos asignados a la evaluación, lo que significa considerar hacia qué aspectos o fines está orientada dicha actividad, dando respuesta a “para qué evaluar”. En donde fundamenta la diversidad de quehaceres de este proceso y destaca la relevancia que tienen las funciones pedagógicas y, en particular, las formativas. Para estas cuestiones se deben construir indicadores que ayuden a la validez en la determinación de las cualidades del proceso. En esta resulta fundamental la observación y valoración del cumplimiento de dichas funciones en el proceso de evaluación del aprendizaje (Santos, 2004). 4.1.3. Dimensión relativa al contenidode la evaluación: El contenido de la evaluación del aprendizaje lo define su objeto, el aprendizaje. Los avances de las neurociencias y el desplazamiento de los enfoques pedagógicos cognitivistas hacia el constructivismo social han permitido develar y fundamentar la complejidad inherente a la psiquis humana, de tal modo que cerebro aprende y el proceso de evaluación en el que se evalúa la interacción de lo aprendido, sea interactivo, por parte del evaluado y evaluador. Esto hace que al evaluarse cómo evalúan los profesores se observe si las tareas evaluativas se enfocan hacia aquellos aspectos que son trascendentes en el aprendizaje de los estudiantes, en su formación profesional, para la vida y su desarrollo integral. 4.1.4. Dimensión metodológica-instrumental: La dimensión metodológico-instrumental permite considerar todos aquellos indicadores que pueden informar sobre cómo se está evaluando en las clases, lo cual apunta a los métodos, las técnicas, los procedimientos e instrumentos que son utilizados para la obtención de la información evaluativa, para llegar a la elaboración de un juicio evaluativo. Uno de los puntos clave a considerar es la variedad y diversidad de instrumentos de evaluación que utilizan los docentes y que, desde un concepto amplio de aprendizaje, es posible evaluar válidamente conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales. Los hallazgos y avances de las neurociencias y las tecnologías han brindado una importante información científica sobre cómo aprende el cerebro humano, lo cual ha incrementado las formas de enseñar, aprender y evaluar. Estos aspectos requieren ser considerados y observados en las metaevaluaciones del aprendizaje de manera actualizada. 4.1.5. Dimensión temporalidad: La participación de la evaluación y la forma en la que ocurre son de gran atención de muchos autores. desde esta dimensión se toma en cuenta quienes son los que participan de forma real en el proceso educativo, como se hace, en qué medida, lo que se pone en la zona de observación, la aplicación de la coevaluación y la autoevaluación. En esta dimensión se toma en cuenta los principios de la democracia. 4.1.6. Dimensión relativa a la participación: Desde esta dimensión se toman en cuenta quiénes son los que participan de forma real en el proceso evaluativo, cómo lo hacen y en qué medida, lo que pone en zona de observación la aplicación de la coevaluación y la autoevaluación. Desde esta dimensión, se toman en cuenta los principios de democracia pues, como se ha estimado, involucrar a los estudiantes en la evaluación es empoderarlos y hacerlos responsable de su propio aprendizaje y comprometerlos con su mejora. 4.1.7. Dimensión utilitaria: Aunque se supone que el análisis de los resultados evaluativos debería ser centro de atención de los profesores, paradójicamente este suele quedar limitado a la emisión de notas e informes académicos de carácter cuantitativo y estadístico, lo que evidencia que la calificación suele constituir un momento final y conclusivo del proceso, donde se amputa su función retroalimentador y los momentos más ricos de reflexión y concientización para implementar los reajustes necesarios para mejorar la enseñanza practicada. Por eso, la observación y evaluación de los usos dados a la evaluación resulta ser un aspecto fundamental en la metaevaluación. 4.2. ¿Qué son los indicadores? Un indicador es una herramienta cuantitativa o cualitativa que muestra señales o indicios de una situación, actividad o resultado. Brinda una señal relacionada con una única información. Cada indicador brinda información relevante y única respecto a algo, esta señal debe ser interpretada y relacionada con el objetivo. Un indicador es un instrumento que provee evidencia de una determinada condición o el logro de ciertos resultados. 4.2.1. Indicadores correspondientes a la dimensión ética: • El evaluador demuestra respeto por los estudiantes evaluados. • Se propicia la transparencia de las calificaciones brindándose argumentos claros. • Se brinda información sobre los temas que serán evaluados. • Se brinda orientación sobre los temas que serán evaluados y en que profundidad. • Se aclaran los fines que se prosiguen en la evaluación. 4.2.2. Indicadores correspondientes a la dimensión funcionalidad: • La evaluación se centra en comprobar, verificar las sesiones de aprendizaje. • La evaluación aplicada permite mejorar las estrategias de enseñanza. • La evaluación cuenta con instancias de retroalimentación. • El proceso evaluativo efectuado tiene un efecto formativo en los educandos. 4.2.3 Indicadores correspondientes a la dimensión contenido: • Se evalúan los conocimientos adquiridos en función de los objetivos previstos. • Se evalúan las actitudes y valores demostrados por los estudiantes. • Se evalúan el aprendizaje en los niveles productivo y creativo. • Se evalúan los procedimientos y las habilidades puestas en acción. • Se evalúan los métodos de estudios, los progresos y avances. • Se avalúa el aprendizaje en simetría al resto de tareas. 4.2.4. Indicadores correspondientes a la dimensión metodología e instrumental: • La evaluación establece exigencia y desafíos. • Se aplica técnicas e instrumentos para evaluar. • Se aplica instrumentos tecnológicos. • Se aplica la evaluación por desempeño. • La calificación es en base a criterios e indicadores definidos y establecidos. • Existen relación entre las notas y los conocimientos de los alumnos. 4.2.5. Indicadores correspondientes a la dimensión temporalidad: • Existe una planificación temporal y graduada de las tareas evaluativas. • Existen una concepción estratégica en la implementación de la evaluación. • Las evaluaciones son frecuentes sistemáticas y oportunas. • La dosificación de las evaluaciones responde a fundamentos apropiados. • Se desarrollan análisis sistemáticos y periódicos de los resultados. 4.2.6. Indicadores correspondientes a la dimensión participación: • Los estudiantes participan con sus opiniones y sugerencias en el proceso. • Los estudiantes son escuchados y sus valoraciones son tomados en cuentas. • Se priorizan la coevaluación y a autoevaluación sobre la heteroevaluación. • Los estudiantes participan en la elaboración de taras evolutivas. • Los estudiantes tienen la oportunidad de evaluar al profesor y al proceso. 4.2.7. Indicadores correspondientes a la dimensión utilitaria: • Los resultados de la evaluación se socializan con los estudiantes. • Los resultados evaluativos se utilizan en la mejora metodología de la enseñanza. • Los resultados se analizan con los estudiantes y se estableces planes de mejora. • Los resultados evaluativos se colegian y se toman en cuenta en las decisiones pedagógicas colectivas y políticas educativas. Dimensiones e indicadores para la metaevaluación de una sesión de aprendizaje CONCLUSIÓN La construcción teórica de las siete dimensiones y los treinta y siete indicadores que se proponen sirve para valorar los procesos de evaluación de los aprendizajes en una asignatura, en una carrera o institución. Esto permite identificar y comprender las fortalezas y las áreas de mejora necesaria. Gracias a que las dimensiones y los indicadores están fundamentados teóricamente, es posible adjudicar validez de contenido y de constructo a la escala, al sistematizar diferentes conceptos y eslabones del proceso evaluativo y, a la vez, ofrecer una opción más para valorar su validez empírica. La propuesta constituye una herramienta teórico-metodológica que es factible para la metaevaluación del aprendizaje. Se facilita una mayor sistematización, precisión y profundidad de los análisis y la posibilidad de determinar las correlaciones entre dimensiones e indicadores. Además, se evita la segmentación habitual, lo que permite una mejor interpretaciónde los resultados. Esto ayuda a tomar decisiones acertadas y más efectivas en función de la mejora de los procesos evaluativos del aprendizaje. En un segundo nivel, partiendo de esas listas, así como de la experiencia, el meta evaluador puede construir un modelo para la comprobación totalmente alternativo. En segundo lugar, dentro de una metodología naturalista y dinámica como la que se ha seleccionado, el modelo es recurrentemente objeto de ajustes. Esta es además una condición operativa: para que el modelo sea funcional, el uso de las categorías requiere priorizarse. No debe pretenderse toda la explicación, sino la explicación crítica y relevante. El sentido de orientación consiste en buscar la credibilidad, para lo que basta con condiciones de control que garanticen suficiencia y adecuación, honestidad y verosimilitud, y, por supuesto, economía y oportunidad. Por otro lado, al aplicar el procedimiento sobre las evaluaciones, deberán revisarse su pertinencia, su viabilidad, el grado de confianza que provee y otras condiciones que deberían indicarse y modelizarse, a su vez, eventualmente. Esa retroalimentación es un requisito funcional de la metaevaluación y la metaevaluación basada en la hermenéutica consiste en repetir sistemática y cíclicamente, a lo largo de todo el proceso, el ejercicio representado por las cuatro funciones: análisis estructural, interpretación, comentario y crítica. Cabe imaginar una especie de matriz en la que estos cuatro elementos. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Angel, S. G. M. (2004). ¿El momento de la metaevaluación educativa? Fernando Rica, L. (2001). La metaevaluación y su método. Revista de Ciencias Sociales (Cr), II–III(93), 171–192.
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