Logo Studenta

El Decálogo del Desarrollo

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

EL DECÁLOGO
DEL DESARROLLO
Octavio Mavila Medina
Queda autorizada la reproducción de esta obra con los 
únicos tres requisitos siguientes:
1. Que el nombre de autor figure exactamente como en 
la página de portada de esta edición.
2. Remitir dos ejemplares al editor Octavio Mavila 
Medina. Av. República de Panamá 3490, San Isidro, 
Lima, Perú.
3. Incluir en su integridad esta nota.
Octavio Mavila Medina
El Decálogo del Desarrollo
Derechos de Autor: Octavio Mavila Medina
Rep. de Panamá 3490, San Isidro, Lima, Perú
[Índice]
Deseos primarios de toda persona .....................................................
Países pobres y países ricos .................................................................
Buscando el origen de la riqueza y la pobreza ...................................
La impresión de un viajero del tercer mundo 
al mundo industrializado rico ...........................................................
Nacen los puritanos ...........................................................................
Inglaterra y sus puritanos ..................................................................
Japón y el Decálogo del Desarrollo ...................................................
Una cosa es saber y otra, practicar lo que se sabe ..............................
Hacia un Perú desarrollado y rico .....................................................
Estrategia a seguir ...............................................................................
Epílogo ...............................................................................................
¡Seremos desarrollados! ......................................................................
Fundamentos teóricos y resumen de los principios .......................... 
2
3
5
8
14
15
18
19
21
23
26
27
31
El sub-desarrollo está en la mente ......................................................
El desarrollo y sus obstáculos ............................................................
Principios valorativos que apoyan los fundamentos del 
Decálogo del Desarrollo .....................................................................
Los principios del Decálogo del Desarrollo ......................................
36
38
44
53
PRÓLOGO
Dedicamos este libro “El Decálogo del Desarrollo” del Ing. Octavio 
Mavila Medina a todos nuestros colaboradores. Una valiosa obra 
que acompañará el “Programa de Calidad en las Personas”, en el 
propósito de Compañía Minera Poderosa S.A. de seguir contribu-
yendo a su desarrollo personal y a la mejora continua de los sis-
temas y prácticas de trabajo, gracias al valioso aporte de cada uno.
Cumplir nuestra MISIÓN de “TRANSFORMAR 
RESPONSABLEMENTE NUESTRA RIQUEZA MINERAL EN 
OPORTUNIDADES DE DESARROLLO” requiere del compromiso 
de todos los que somos parte de esta organización, que está 
basada en valores y en una apuesta real por nuestros colabora-
dores y el país. Sobre este fundamento es que seremos capaces 
de alcanzar nuestra VISIÓN: “SER LA EMPRESA EN LA QUE TE 
SIENTAS ORGULLOSO DE TRABAJAR”.
El programa de “Calidad en las Personas” estará sustentado en “El 
Decálogo del Desarrollo” presentado en este libro por su creador, 
y que está planteado como “una propuesta de cambio cultural que 
tiene como objetivo propiciar el desarrollo de las personas y de las 
organizaciones, mediante un cambio de actitudes, hábitos y con-
ductas, así como la recuperación de valores, que hagan viable la 
puesta en marcha de proyectos de calidad y mejora continua en el 
ámbito organizacional y de una búsqueda de mejoramiento de la 
calidad de vida, de parte del trabajador, en lo personal y familiar”.
Los principios que propone “El Decálogo el Desarrollo” están en 
clara concordancia con nuestros valores organizacionales, for-
taleciéndolos en la práctica, toda vez que estarán orientados a 
generar en nuestros colaboradores la energía y disposición nece-
sarias para asumir una participación activa, autónoma y respon-
sable en los proyectos de desarrollo de la empresa, partiendo de su 
propio desarrollo. 
Los principios de “El Decálogo del Desarrollo”, son:
1. ORDEN
2. LIMPIEZA
3. PUNTUALIDAD
4. RESPONSABILIDAD
5. DESEO DE SUPERACIÓN
6. HONRADEZ
7. RESPETO AL DERECHO DE LOS DEMÁS
8. RESPETO A LA LEY Y A LOS REGLAMENTOS
9. AMOR AL TRABAJO
10. AFÁN POR EL AHORRO Y LA INVERSIÓN
Creemos también que este libro, por sus mensajes y recomen-
daciones, puede beneficiar a sus familias, por lo que invitamos 
a todos los colaboradores a compartir la lectura en casa, y tras-
ladar a su hogar los descubrimentos positivos de la práctica de 
estos principios.
El “Programa de Calidad en las Personas” que estamos iniciando, 
es un nuevo aporte de la empresa para beneficio DE TODOS 
NOSOTROS; este libro que ponemos en tus manos, será un instru-
mento valioso en este proceso.
Lima, setiembre de 2021
Eva Arias de Sologuren Russel M. Santillana Salas
Presidenta del Directorio Gerente General
[Presentación]
Don Octavio Mavila Medina, autor de este libro, es un personaje 
que merece nuestro respeto y admiración, al que nunca termina-
remos de agradecer por su labor de gestor y promotor del éxito 
para empresas, organizaciones educativas, entidades públicas y 
privadas y miles de personas. Su gran contribución “El Decálogo 
Del Desarrollo”, no solo ha tenido impacto en nuestro país sino que 
ha transcendido fronteras llegando a México, Colombia, Honduras y 
Nicaragua, entre otros países de LatianoAmerica.
El Decálogo Del Desarrollo es una propuesta de cambio cultural 
que tiene como objetivo propiciar el desarrollo de las personas y de 
las organizaciones, mediante un cambio de actitudes, hábitos y con-
ductas, así como la recuperación de valores que hagan viable dicho 
proceso, que fue planteada por el Ing. Octavio Mavila a finales de la 
década de los 80’s. 
Presentar un libro es un encargo que supone una gran responsabi-
lidad. En este caso es mucho mayor pues tuve el honor de conocer 
muy de cerca a Don Octavio y trabajar con él en el INDEHU 
(Instituto de Desarrollo Humano) en la difusión e implementacion del 
Decálogo del Desarrollo. Por ello, presentar esta edición especial 
realizada por la compañía Minera Poderosa para sus trabaja-
dores, es altamente satisfactoria y significativa, pues acompañará 
los proyectos de Mejora Continua y Calidad en las Personas, que 
la empresa viene implementando en cumplimiento de su Visión, 
Misión y Valores, así como su contribución al desarrollo del país. 
Nuestra felicitación y nuestros mejores deseos de éxito a la com-
pañía Minera Poderosa en este importante proyecto.
Lima, agosto de 2021
Lic. Eduardo Castillo Ramírez.
1
El Decálogo 
del Desarrollo
2
[Deseos primarios 
de toda persona]
Se puede tener la completa seguridad de que si a un grupo de personas se 
les hace las siguientes tres preguntas:
¿Desean ganar más? 
¿Desean progresar más? 
¿Desean mayor felicidad?
Todas responderán afirmativamente. Y no sólo ello, sino que sana y 
de manera consciente cada una de esas personas afirmará que se está 
esforzando por obtener una mejor posición en cada una de estas legí-
timas aspiraciones.
Sin embargo, constatamos a diario que nuestro país, así como en los 
países subdesarrollados pobres, que la gente no progresa, no gana lo 
suficiente y en consecuencia, no tiene la oportunidad de cubrir deter-
minadas necesidades materiales que forman parte de la felicidad 
de una persona.
El trabajo aquí presentado, busca el camino que permita satisfacer estos 
anhelos en las personas que conforman una empresa, grande o pequeña, 
en los trabajadores independientes, en los profesionales, en los empleados 
públicos, etc; en resumen, busca el desarrollo del Perú basándose en la 
superación de cada peruano.
3
[Países pobres y países ricos]
Somos un país subdesarrollado y pobre. Mientras tanto, oímos hablar de 
países desarrollados y ricos.
¿En qué se traduce la clasificación de ricos y pobres o desarrollados y 
subdesarrollados?
Empecemosdiciendo que señalar las características de nuestra pobreza, 
será repetir algo conocido por todos, porque a diario esta situación 
padece la mayor parte de la gente del país, y quien no la vive por tener 
una posición acomodada, está sin embargo en contacto con ella en sus 
diferentes manifestaciones.
En los países ricos, altamente industrializados, la producción de ali-
mentos, bienes y servicios, alcanza un gran volumen con gran eficiencia 
de producción lo cual hace que parte de sus necesidades en todo orden 
de cosas sean cubiertas y que aún haya excedentes exportables, lo que 
a su vez da al país posibilidades de importar aquello que, por alguna 
razón, no produce o lo hace en insuficiente cantidad.
Dos ejemplos contundentes nos permitirán apreciar en toda su realidad 
el contraste de los sistemas de producción de estos países con los nuestros.
En el Perú trabajan 2’700,000 personas de 16 a 65 años en el campo, 
47% de la PEA (población económica activa), cantidad que subiría sus-
tancialmente si contáramos a los menores de 16 y mayores de 65. Sin 
embargo, somos deficitarios en alimentos y tenemos que importarlos 
por 400 millones de dólares anualmente para alimentar a 20 millones 
de personas. En Estados Unidos, trabajan en el campo 3’500,000 per-
sonas las cuales producen alimentos suficientes para sus 240 millones 
de habitantes y además, exportan 40,000 millones de dólares anuales 
a diversos países y aún más, regalan a los países pobres diferentes pro-
ductos del campo.
4
En la industria total del Perú, en miles de fábricas desde la más grande 
hasta la más pequeña, trabajan 300 mil personas y producen 4,500 
millones de dólares anuales en diferentes productos. Honda Motor Co. 
Ltd., de Japón, con 40,000 trabajadores produce 16,000 millones de 
dólares anuales.
Ahora bien, esa alta producción y eficiencia han sido logradas a través de 
refinamientos de técnicas y sistemas de producción, por la fabricación 
de diferentes equipos, maquinaria, etc., el descubrimiento científico 
y la aplicación tecnológica del conocimiento en todo el campo, que 
conduce al incremento de la producción y a una vida más larga y plena 
de salud, rodeada de comodidad, con mayores posibilidades de evo-
lución espiritual.
Esta gran producción, y las posibilidades múltiples de tener cada vez 
más conocimientos y preparación, conduce a dos resultados finales que 
vienen a ser característica palpable de estos países ricos y que hacen la 
diferencia abismal con nosotros: la alta remuneración que percibe 
cada quien por su trabajo y el bajo costo, por escala de producción de 
todos los bienes.
Esto, en otras palabras, significa un gran poder adquisitivo.
Así, por ejemplo, con el salario de una hora de un trabajador en la línea de 
montaje de una fábrica de autos o de refrigeradores, éste puede adquirir 
una licuadora. Y con el ingreso de dos o tres meses puede adquirir un 
auto usado de tres años de antigüedad, y con el salario de un año, dos o 
tres del último modelo.
Comparando la riqueza de estos países con la pobreza del nuestro, auto-
mático surgen las preguntas ¿ Por qué hay países pobres y ricos? ¿Cuál 
es la explicación de estas diferencias abismales entre los países ricos y 
nosotros, por ejemplo?
5
[Buscando el origen de 
la riqueza y la pobreza]
Algunos sostienen que la explicación está en la antigüedad de los países.
La noción que la mayoría de personas tienen respecto del desarrollo de 
un país está influenciada por el concepto de tiempo. A semejanza del 
ser humano que, conforme pasan los años, va adquiriendo madurez, se 
supone, por analogía, que con los países debería suceder lo mismo.
Pero en cuanto uno profundiza en este concepto se da cuenta que no es 
cierto. Lo demuestran casos de países como India, China, Egipto, que 
tienen miles de años de antigüedad y son subdesarrollados y pobres. En 
cambio Australia y Nueva Zelanda, que hace poco más de 150 años eran 
casi desconocidos son, sin embargo hoy países desarrollados y ricos.
En 1535 se fundó Lima, cuando ya Cuzco -la capital imperial- tenía 
algunos años y más o menos, por esa misma fecha Bogotá. Así mismo, 
por esa época, Hernán Cortés conquistó la ciudad de México, que hacía 
300 años ya existía.
En 1551 se fundó la Universidad de San Marcos, la primera en América 
Española y al año siguiente la Universidad de México. Cien años después 
de la fundación de Lima, en 1635, el Imperio Español desde México 
hasta Argentina, tenía en funcionamiento innumerables gobernaciones 
y virreinatos y su población estaba conformada por europeos -españoles 
principalmente- mestizos e indígenas. Todo este sistema colonial enviaba 
innumerables riquezas a la Madre Patria, España.
Mientras tanto, las tierras de lo que son hoy en día Estados Unidos y 
Canadá, estaban prácticamente despobladas, vivían en ellas casi exclu-
sivamente indígenas Pieles Rojas en relativa pequeña cantidad respecto 
del tamaño de esos territorios.
6
Los españoles, por falta materialmente de fuerzas, no habían avanzado 
gran cosa sobre esos territorios. El primer censo que registra Estados 
Unidos en su formación, cuando apenas podían subsistir los primeros 
pobladores en Virginia y Boston, indicaba una población total de 
blancos de 4,600 (provenientes en su mayor parte de Inglaterra). Como 
término de comparación, pensemos que el Banco de Crédito tiene más 
de 5,000 servidores.
¿Cómo ha sido posible entonces, que siendo prácticamente nada Estados 
Unidos en ese año junto al Imperio Español Americano, haya podido 
desarrollarse en tal forma que hoy en día es la primera potencia eco-
nómica del mundo?
El desarrollo del Canadá, a la fecha con 26 millones de habitantes, fue 
posterior al de Estados Unidos, sin embargo; hoy Canadá es uno de los 
siete países más ricos del mundo.
La antigüedad de los pueblos no explica la razón del desarrollo.
Otra forma de explicar la diferencia entre países ricos y pobres, es que si 
bien el Perú, por ejemplo, tiene grandes riquezas minerales, madereras, 
marinas, etc., su mínima exportación por lo difícil de la geografía del 
país ha impedido su aprovechamiento en gran escala. En cambio, en los 
países ricos, estas riquezas han sido más accesibles y por tanto, mejor y 
más rápido su gente pudo utilizarlas.
Nuevamente equivocación. Si tomamos como ejemplo Japón, vemos 
que su territorio es la tercera parte del Perú, y el 80% del mismo es mon-
tañoso, y por lo tanto inadecuado para la agricultura. Japón apenas 
posee minerales y no tiene petróleo. Prácticamente toda su producción, 
que lo ha convertido en la segunda potencia económica, se basa en 
importación de recursos naturales de diversas partes del mundo.
Japón es como una inmensa fábrica flotante, a la que llega por cadena 
sinfín, formada por miles de barcos, todos los productos que necesita 
su industria y por otra cadena sinfín, salen también los miles de barcos a 
todo el mundo los productos que en estas fábricas se producen.
7
Argentina tiene tierras tan ricas, que prácticamente se puede decir 
que la agricultura y la ganadería se desarrollan solas. Sin embargo, 
es un país subdesarrollado. Por consiguiente, esta segunda hipótesis 
tampoco es valedera.
Si no es la antigüedad, ni tampoco el territorio del país lo que hace que 
unos sean ricos y otros pobres, no queda más que en una tercera y aparen-
temente única explicación, ya derrotista: los japoneses, los europeos, los 
norteamericanos son más inteligentes que la gente de los países pobres, 
entre ellos nosotros y por eso han podido alcanzar su desarrollo actual.
Esto tampoco es cierto. Lo prueban innumerables estudiantes de países 
pobres que ingresan a las universidades de países ricos y destacan como 
alumnos de primera clase. Lo aprueban la inmensa cantidad de profe-
sionales que, en búsqueda de mejores condiciones económicas emigran 
de lo países pobres hacia los países ricos y alcanzan posiciones de igual o 
mayor categoría que sus colegas de esos países. Lo prueban los visitantes 
de los países ricosa nuestro país como es el caso de ejecutivos de mando 
medio y alto, empresarios, etc., con los cuales uno conversa, discute, 
y llega a la conclusión que no tienen ventaja en cuanto a inteligencia y 
cultura sobre nuestro mismo nivel.
Empero, subsiste la interrogación: ¿Por qué ellos son desarrollado y ricos 
y nosotros somos subdesarrollados y pobres?
8
[La impresión de un viajero 
del tercer mundo al mundo 
industrializado rico]
Las impresiones generales que le quedan grabadas en la memoria a una 
persona de un país pobre, el Perú por ejemplo, que por primera vez llega 
a un país rico y desarrollado, nos va centrando en el meollo del asunto, 
acerca del origen de la riqueza y pobreza de los países. Este viajero, como 
es costumbre, al regresar a nuestro país reúne a sus familiares, vecinos y 
amigos, para contarles sus experiencias.
El primer impacto que sufrió, les relata, fue al apreciar la tecnología de 
la cual sólo conocía por periódicos, revistas y películas. Ahora estaban 
en contacto con ella y ésta se manifestaba en las autopistas repletas de 
automóviles modernos; en las ciudades con inmensos rascacielos; en los 
sistemas de señalizaciones funcionando perfectamente; en los trenes que 
se desplazan a más de 200 km. por hora.
Pero su admiración llegó al límite de la estupefacción, cuando tuvo la 
oportunidad de visitar una fábrica y ver cómo los robots mezclados con 
hombres producían automóviles en un chorro continuo.
En fin, vió con sus propios ojos, todo lo que había leído y otras 
muchas cosas más.
Todo lo cuenta con lujo de detalles a los asistentes de la reunión, agre-
gando que el segundo motivo de su admiración fue el comportamiento 
de la gente, completamente diferente al nuestro. Tiene una serie de acti-
tudes positivas que le impactaron y que no son comunes ni en él ni en la 
gente que conoce en nuestro país.
El orden que refleja en todo lugar; desde el momento de su desembarco 
en el aeropuerto cuando viajaba al hotel; le admiró la gran cantidad de 
automóviles relucientes circulando en orden perfecto. Cuando recorrió 
9
la primera ciudad que visitó encontró también un orden increíble en el 
parqueo de los automóviles y por supuesto, el orden apareció en todo lo 
relativo a documentación y archivos en las oficinas que necesitó visitar por 
algún trámite, le evitó pérdidas de tiempo.
Todo esto denota una actitud muy importante: el orden.
Otro punto que le impactó de inmediato fue la limpieza en las calles, 
hoteles, en los baños de los restaurantes y en el vestir de la gente. En los 
taxis, ómnibus y trenes todo está reluciente y limpio.
Sin duda, otra actitud resaltante de esta gente es la limpieza.
En la primera excursión que hizo, combinando el uso del ferrocarril y 
ómnibus, quedó sorprendido nuestro viajero de la exactitud matemática 
de los horarios de salida y de llegada en estos medios de transporte. Y, 
por supuesto, en los vuelos que hizo también de una ciudad a otra, le 
admiró lo mismo. Todo comienza a la hora indicada, las citas se cumplen 
a la hora señalada, los espectáculos empiezan exactamente a la hora pro-
gramada. Esta es una actitud de puntualidad matemática. No hay 
“hora peruana”.
Por otro lado, la responsabilidad de la gente en cada uno de sus trabajos, 
en contraste con lo que él conoce en el Perú, le permitió ir compren-
diendo la crónica que había leído del Japón en una oportunidad, hacía 
ya algunos años.
La noticia informaba que en una selva de Malasia unos ingenieros que 
trazaban un camino encontraron un grupo de soldados pertenecientes al 
ejército japonés, de la segunda guerra mundial, quienes habían recibido el 
encargo de sus superiores de cuidar determinadas posiciones en esa selva. 
Posteriormente, debido a la derrota de este país, por los norteamericanos, 
nadie les comunicó que había terminado su misión y ellos, por la responsa-
bilidad característica de esa raza, se había quedado en ese lugar más de 20 
años, esperando la orden que nunca llegó, que les permitiría abandonarlo. 
10
La responsabilidad es una de las actitudes más destacadas en la gente 
de los países desarrollados.
Otra actitud sobresaliente es el deseo de superación que en esos países 
está presente en la mayoría de las personas, traduciéndose en que esa 
mayoría está tratando siempre de aprender algo más, de perfeccionarse 
en su ocupación de escalar altas posiciones en su organización.
El panorama normal en los trenes, ómnibus y aviones es de gente leyendo 
libros y revistas, tratando de superarse en todo sentido. Los periódicos 
están inundados de avisos ofreciendo toda clase de cursos de superación 
personal y de trabajo, en el marco de una educación permanente.
Sin duda, esta actitud de deseos de superación es notoria en esos países.
Y acostumbrado nuestro viajero en nuestro país a los engaños y robos, 
no podría creer lo que vio cuando caminando en Tokio a medianoche, 
encontró bicicletas y motocicletas dejadas sin ninguna seguridad, 
incluso algunas con paquetes. Según se informó, no corrían ningún 
peligro. Pero su asombro no tuvo límites, cuando olvidó en un sillón 
de un hall de su hotel en Osaka la máquina fotográfica. Cuando se dió 
cuenta del olvido, ya habían pasado algunas horas y sin ninguna espe-
ranza se acercó a la administración del hotel para averiguar por ella, 
pues allí estaba.
Qué maravilloso la actitud de honradez en esos pueblos.
Refiriéndose a otro punto, nuestro viajero le comenta a sus invitados que 
siente una especial desesperación contra la falta de respeto al derecho de 
los demás que normalmente la gente exhibe en todo grado en diferentes 
campos en nuestro país.
En contraste, le impresionó de inmediato el respeto hacia la persona que 
llega primero para comprar algo en un sitio congestionado o ingresa a 
un espectáculo, ya que en estos casos automáticamente y sin ningún 
vigilante, la gente se alinea por orden de llegada, respetando sin fallar el 
11
turno. Igualmente, en las leyes, en los procedimientos policiales y judi-
ciales, se respeta a fondo el derecho de cada quien.
Esta es otra particularidad muy marcada en el actuar de la gente de estos 
países, que se aprecia de inmediato cuando uno los visita: el respeto al 
derecho de los demás.
En Alemania, nuestro viajero saliendo de un club nocturno conjunta-
mente con un acompañante del lugar, abordó un taxi a eso de la una 
de la madrugada. El taxi en su camino encontró un crucero en que, a 
las claras, se veía no había vehículos circulando, pero la luz roja estaba 
encendida en el sentido que circulaba el taxi, por lo que el chofer se 
detuvo y no reanudó su marcha hasta que la luz cambió a verde.
Detalles como los señalados, en cumplimiento de las reglamentaciones 
de tránsito, de seguridad en espectáculos, etc., son motivo de asombro 
para un visitante acostumbrado a ver a diario cómo se incumplen los 
reglamentos de toda clase en nuestro país.
Y a través de las conversaciones con diferentes personas, en varios de esos 
países, se pudo percatar el orgullo que siente la gente en el cumplimiento 
de las leyes, por ejemplo, tributarias. El pago de impuestos es un ritual 
del cual se enorgullecen quienes deben pagarlos.
El respeto a la ley y a los reglamentos se cumple a raja de tabla con 
pocas excepciones lo que confirman la regla.
En cada uno de esos países, continúa su relato el viajero, se practican dife-
rentes religiones. Hay protestantes, mormones, cristianos, shintoístas, 
budistas, etc., pero da la impresión que todos practican una segunda 
religión nacional idéntica: el amor al trabajo. Récords de trabajadores 
que durante años asistieron sin fallar un solo día ni llegar un minuto tarde 
a sus centros de labores, son relatos sumamente comunes que no admiran 
a nadie en esos países porque así se comportan la inmensa mayoría.
El nivel de vida económica que tiene esa gente, gracias a su amor al trabajo 
y gracias a la producción de estos países, les permite ganar lo suficiente 
12
para darse una buena vida. Sin embargo, todos cuidande ahorrar en la 
medida de sus posibilidades e invertir esos ahorros en depósitos en los 
bancos que, por supuesto, pagan intereses superiores a la inflación con lo 
cual el capital continuamente aumenta, o bien lo invierten comprando 
acciones en diferentes compañías, que rinden bastante más que los inte-
reses de los bancos.
Según lo que conversó nuestro viajero con diferentes personas en todos 
esos países, la gente comprende claramente, que trabajando el capital 
va produciendo intereses o dividendos que, sumados al que produce 
el propio trabajo del individuo, cada año le permiten ganar más y por 
lo tanto ahorrar más y, en consecuencia invertir más con lo que el año 
siguiente se repite el ciclo. Y como bola de nieve va creciendo el capital 
de cada persona, hasta el momento, incluso en que el rendimiento de ese 
capital es mayor que el propio salario de la persona.
Este mecanismo ampliamente practicado por casi toda la gente en esos 
países, se traduce en un afán por el ahorro y la inversión.
Con este último punto, nuestro hipotético viajero les dice a sus invi-
tados que ya ha señalado las actitudes más resaltantes de la mayor parte 
de las personas de esos países desarrollados y les pregunta cuál sería su 
comentario respecto a la manera de proceder de esa gente, tan diferente a 
nuestro comportamiento.
Prácticamente todos, como poniéndose de acuerdo, responden:
“Así seremos nosotros también, cuando seamos desarrollados”.
Y con esa respuesta terminan los comentarios del viaje y se ponen a 
tratar otros temas.
Sin embargo, todos, sin darse cuenta, han caído en una nueva equivo-
cación, porque el asunto no es que seremos así cuando seamos desarro-
llados, sino que para lograr ser desarrollados tenemos primero que ser 
así y por esta razón, las 10 actitudes esquematizadas por el viajero, sin 
13
querer, están señalando las bases mismas del desarrollo y la riqueza, son 
las siguientes:
Orden
Limpieza
Puntualidad
Responsabilidad
Deseo de superación
Honradez
Respeto al derecho de los demás
Respeto a la ley y a los reglamentos
Amor al trabajo
Afán por el ahorro y la inversión
Estos puntos por su trascendencia, se señalan como el Decálogo 
del Desarrollo.
Es a tal punto básico este Decálogo del Desarrollo, para poder desarro-
llarse y obtener la riqueza que, incluso, si supiéramos que un mago con 
un poder infinito tocase con su varita mágica los Andes del Perú y en 
ellos abundase oro; tocase los ríos de nuestra selva y por ellos empezase 
a correr petróleo y tocase nuestros mares y se repletasen de peces, aun 
con toda esa riqueza, seguiríamos siendo subdesarrollados. Y algo más, 
cuando esa riqueza se terminase porque toda la riqueza es finita, volve-
ríamos a ser pobres.
Pero si el mago, en vez de crear esas riquezas, tocase con su varita mágica 
la cabeza de 20 millones de peruanos e instantáneamente impregnase en 
ellas las actitudes del Decálogo del Desarrollo, en ese preciso momento 
seríamos un país desarrollado, pero pobre, puesto que inmediatamente 
nuestra posición económica no podría cambiar; mas, con toda segu-
ridad, en el lapso de 15 a 25 años el Perú sería un país rico.
14
Llegados a esta etapa de nuestra investigación surgen nuevas preguntas: 
¿Por qué la gente de esos países desarrollados practica el Decálogo del 
Desarrollo y en cambio, en los países subdesarrollados, nosotros entre 
ellos, sólo lo practicamos minoritariamente?, ¿Dios acaso, escogió y 
prefirió imbuir el Decálogo del Desarrollo en las mentes de los ameri-
canos, europeos y japoneses y no así en los pueblos que no han podido 
desarrollarse?
Si hace 250 años todos los pueblos de la tierra eran todavía pobres y 
hace 500 el Decálogo del Desarrollo era minoritariamente practicado a 
nivel mundial, ¿Cómo es que empieza a ser aplicado rigurosamente en 
el siglo XV en Inglaterra, por unas pocas personas que precisamente 
por la práctica a fondo de este patrón de conducta recibieron el califi-
cativo de puritanos?
[Nacen los puritanos]
15
A comienzos de los años de 1500, en Inglaterra empezó a generalizarse 
y avanzar con mucha fuerza el concepto de que la finalidad de haberlos 
enviado Dios a la tierra era para explorarla y gozar de sus riquezas y en 
esa forma mejorar personalmente y ayudar a nuestros semejantes.
En consecuencia, cuanto mejor se realizara este cometido, más seguridad 
tendría quien así obrara de ganar el Cielo, porque así estaba cumpliendo 
con los designio del Creador.
El mejor aprovechamiento de los recursos naturales a través de un trabajo 
duro, tendría como obvia consecuencia la riqueza de las personas que 
intervinieran en este proceso, lo cual para ellos sería la prueba de que ya 
habrían ganado el Cielo en su vida eterna.
Y en su afán de lograr esa riqueza, multiplicaron su trabajo y disminu-
yeron sus gastos hasta la privación, para ahorrar lo más posible y poder 
invertir estos ahorros en generar más riqueza. Repitiendo el ciclo de 
trabajo fuerte (mínimo gasto, máximo ahorro, más inversión), cada 
año fueron haciendo crecer su capital, como aumenta la bola de nieve 
cuando rueda por la ladera del cerro. Así comenzó la acumulación de 
capital en el mundo, base del capitalismo.
Y en la práctica de producir más, se fueron percatando de que con el 
orden y la limpieza aumentaba la producción y lo segundo, además de 
motivo de orgullo, levantaba el espíritu de los trabajadores.
Y se dieron cuenta que la puntualidad es uno de los secretos de la mayor 
producción y empezaron a hacerse ritualmente puntuales.
Y, por supuesto, fueron seleccionando la gente que con más seriedad 
cumplía sus obligaciones, puesto que en eso se asentaba su mayor pro-
ducción; es decir, el concepto de responsabilidad fue básico para desa-
rrollar fuertemente las empresas y la sociedad.
[Inglaterra y sus puritanos]
16
Como a medida que iban sabiendo más e iban perfeccionándose en todo 
sentido, podían producir más, surgió con fuerza el deseo de superación.
Cuanto más honradamente se trabajara la imagen del empresario y del 
trabajador se agigantaba en general y particularmente ante quienes 
podían otorgar créditos, que permitieran el aumento de capital de 
trabajo, lo que a su vez iba a mejorar la producción.
Por consiguiente, la honradez empezó a tener un peso enorme.
Asimismo, el respeto al derecho de los demás, tuvo que forzosamente 
nacer para poder trabajar con la máxima armonía, ¡y poder producir más!
Y también se percataron que el respeto a la ley y los reglamentos era la 
mejor forma de trabajar ordenadamente y obtener buenos resultados en 
su carrera por la riqueza.
La gente, moldeada en este crisol, creó sin saberlo el Decálogo del 
Desarrollo, que los llevó a tal superación como personas que, con pro-
piedad se les bautizó con el nombre de “Puritanos”.
Estos Puritanos, en efecto, fueron los que llegaron al territorio de lo que 
hoy es Estados Unidos a comienzos de 1600 y continuaron haciéndolo 
posteriormente en grandes cantidades.
Gracias a su ética de comportamiento, basado en el Decálogo 
del Desarrollo en 300 años lograron construir el país más 
poderoso de la tierra.
En este frenesí, por continuar la obra creadora de Dios mediante el 
trabajo, se dedicaron con ahínco a la producción de bienes y servicios.
Por esos años, la necesidad de producir más, era frenada por la falta de 
mayor fuerza generada por los músculos del hombre y la fuerza de los 
animales, que eran las únicas fuentes de energía en esos tiempos.
En la búsqueda de alternativas de solución a este problema se empeñaron 
en trabajar diferentes ingenieros e inventores y como producto de este 
17
esfuerzo, aparece la máquina de vapor -alrededor de 1750- que rápida-
mente empieza a sustituir de manera mucho más eficiente, a los mús-
culos del hombre y a la fuerza de los animales en la producción.
Las máquinas de vapor comienzan a impulsar bombas de agua, molinos, 
telares, etc., comenzando así en Inglaterra la era de la industrialización en 
la humanidad, en base a lo cual, este país pasó a serla primera potencia 
mundial a comienzos del siglo XIX, desplazando de esta posición a la 
ESPAÑA COLONIAL.
Los demás países de EUROPA OCCIDENTAL, percibiendo el notorio 
desarrollo que empezó a tener Inglaterra, comenzaron a difundir el 
mismo comportamiento personal, base del éxito inglés, en sus pobla-
dores. Así, la práctica del Decálogo del Desarrollo también encaminó a 
esos países hacia el desarrollo y riqueza.
18
Hasta el año 1500, el Japón era desconocido por los europeos.
El célebre viajero Marco Polo, habiendo vivido en China, a finales del 
siglo XIII, relató en las aventuras tenidas en ese país y citó que frente a 
las costas chinas, existía un país misterioso denominado Cipango, según 
le habían contado, con mujeres de cutis de nácar, grandes maravillas y 
formidables guerreros.
Recién a mediados de los años 1500, Europa Central entra en contacto 
con el Japón. Los japoneses por formación ancestral, poseían una serie 
de actitudes concordantes con el Decálogo del Desarrollo, pero su efecto 
estuvo frenado continuamente por el militarismo, a lo que se vino a 
sumar la prohibición por las autoridades de toda comunicación y trato 
con los extranjeros entre los años 1640 y 1853. A pesar de estos hechos 
desfavorables, Japón por el comportamiento de su gente, continuó pro-
gresando aunque a un ritmo menor que Europa y Estado Unidos.
En el siglo XX se convierte en potencia mundial, siempre con la pesada 
carga del militarismo, que lo empuja al conflicto bélico de la Segunda 
guerra Mundial, en la que al ser derrotado en 1945 y su territorio 
ocupado por Estados Unidos, termina como potencia militar por 
mandato de su nueva constitución en 1947.
Bajo un gobierno democrático alejado de las aventuras guerreras, 
empieza a relucir firmemente en las actitudes de comportamiento de la 
mayor parte de su gente, que logra en 40 años convertir un país abatido 
por la derrota y casi totalmente destruido, en la segunda potencia indus-
trial del mundo, con una gran riqueza que se traduce en un altísimo 
nivel de vida para sus 123 millones de habitantes.
Otro éxito indiscutible del Decálogo del Desarrollo.
[Japón y el Decálogo 
del Desarrollo]
19
Ahora, amigo lector, ya sabes por qué somos subdesarrollados y 
pobres en el Perú. Ya sabes que todos los países del mundo eran pobres 
hace 250 años, tanto o más pobres que el Perú de ese entonces. Sabes 
también cómo se hizo la gente de Estados Unidos, Japón y Europa para 
emerger de la pobreza y convertirse en inmensamente rica, gracias a la 
aplicación del Decálogo del Desarrollo. Además sabes y esto es lo más 
importante, cómo hacer para que nosotros también dejemos de ser 
pobres y subdesarrollados.
Sabes que tienes que adecuar tu vida al Decálogo del Desarrollo.
• Sabes que cuanto mejor te adecues a él, más rápido evolucio-
narás, mejorando como persona en todo sentido.
• Sabes que mejorará tu economía.
• Sabes que ayudarás a surgir a tu empresa y con ella 
también surgirás.
• Sabes que mejorará tu familia y que tus hijos tendrán un por-
venir de esperanza.
Pues si ya sabes todo lo anterior...
¡Practica desde hoy cada mandamiento del Decálogo del Desarrollo!
Imponte tú mismo los premios cuando obres de acuerdo a él y 
reflexiona la intención de superar errores cuando los cometas. Apuesta 
en tu casa con tus familiares y amigos y en tu trabajo con tus compa-
ñeros a ver quién lo cumple mejor.
Verás que en pocos meses, empezarán a aparecer los resultados que 
transformarán tu vida, mejorándola en todo aspecto.
[Una cosa es saber y otra, 
practicar lo que se sabe]
20
Da una mirada a la gente que conoces, evalúa el comportamiento del 
profesional de éxito, en general del hombre de éxito y hallarás, con 
toda seguridad, que su conducta concuerda casi exactamente con las 
normas del Decálogo del Desarrollo. En cambio, el tipo mediocre 
mostrará con toda seguridad, una discrepancia muy marcada con el 
Decálogo del Desarrollo.
21
De manera tajante, se puede afirmar que mientras por lo menos el 50 
% de la población de un país no practique el Decálogo del Desarrollo, 
no podrá salir del subdesarrollo y la pobreza, por más años que pasen. 
Este 50 % parece ser el mínimo que puede permitir que un país se incline 
hacia el rumbo correcto del desarrollo.
Encuestas efectuadas en los países desarrollados, nos permiten ver que 
en Japón más del 90 % de su población lo practica fielmente, y en orden 
descendente muy cerca siguen Alemania, Suiza y Suecia y algo más bajo 
los demás países ricos.
Las diferentes velocidades de crecimiento económico en estos países, la 
capacidad para determinar la inflación, los salarios en cada actividad, la 
exportación en relación con su población y otros índices económicos, 
coinciden casi exactamente con el porcentaje de su gente que practica 
plenamente el Decálogo del Desarrollo.
En los países subdesarrollados, el porcentaje cae para situarse entre 25 % 
y el 1 %. En el Perú se puede estimar en no más del 5 %.
Salta a la vista de inmediato, que el efecto de la mayor o menor ade-
cuación del comportamiento personal al Decálogo del Desarrollo, que 
determina el éxito o el fracaso del individuo en la vida, trasladado a nivel 
de país, determina a su vez el grado de crecimiento económico y gene-
ración de riqueza aún en países ricos.
No hay otro método o camino para salir del subdesarrollo y la pobreza 
que cambiar las actitudes mentales de cuando menos el 50% de los 
peruanos. Y se tiene que empezar de inmediato a trabajar en este sentido 
para llegar a esta meta no más allá del año 2000.
[Hacia un Perú desarrollado y rico]
22
De no hacerlo, nuestro porvenir y el de nuestros hijos será dramática-
mente desastroso. El escritor y sociólogo Carlos Fuentes, uno de los más 
destacados intelectuales hispanoamericanos, señala:
“Existe para América Española una perspectiva muy grave: a 
medida que se agiganta el foso entre el desarrollo geométrico del 
mundo tecnocrático y el desarrollo aritmético de nuestras sociedades, 
América Española se convierte en un mundo prescindible para el 
imperialismo.
Tradicionalmente, hemos sido explotados. Pronto ni esto seremos: 
no será necesario explotarnos, porque la tecnología habrá podido en 
gran medida lo puede ya sustituir industrialmente nuestros ofreci-
mientos monoproductivos.
¿Seremos entonces, un vasto continente de mendigos? ¿Será la 
nuestra, una mano tendida en espera de los mendrugos de caridad 
norteamericana, europea, japonesa o soviética? ¿Seremos la India del 
hemisferio occidental?, ¿Será nuestra economía una simple ficción 
mantenida por una pura filantropía?”
Nuestra realidad es pavorosa, pero estamos seguros que podemos 
cambiar y evitar, por lo menos para el Perú, la visión de Carlos Fuentes, 
si empresarios y gobierno, unidos, iniciamos la gran cruzada contra el 
subdesarrollo en base a la práctica del Decálogo del Desarrollo.
La decisión al más alto nivel de Gobierno y de los empresarios de llegar 
al año 2000, cuando menos con 14 millones de peruanos practicantes 
del Decálogo del Desarrollo, colocaría al Perú de conseguir esta meta, 
en la rampa de despegue hacia el desarrollo y la riqueza y más tardar en 
el 2015 al 2025 nuestros hijos tendría como herencia un país diametral-
mente opuesto al que, si no actuamos les vamos a legar.
23
[Estrategia a Seguir]
La acción para la gran cruzada contra el desarrollo, debe tener tres frentes 
de acción: los empresarios, el Gobierno y las instituciones educativas.
1. Empresarios
En este caso, se cuenta con los siguientes incentivos a los que nadie, 
racionalmente se puede oponer.
A. La mejora personal de cada trabajador, producida por la acción 
del Decálogo del Desarrollo, significa para el propio trabajador:
• Superación personal.
• Mejora de su productividad.
• Levantar la producción de la empresa.
• Como consecuencia del punto anterior, obtener mejor remune-
ración y mayor participación de utilidades si la empresa tiene comu-
nidad laboral.
• Ascender más rápidamente en su empresa.• Transmitir las enseñanzas de adecuación al Decálogo del Desarrollo 
a su familia, con lo cual ésta mejorará también en todo aspecto.
• Estar mucho más capacitado para algún día formar su propia 
empresa.
B. El progreso de la empresa será una consecuencia de la mejora de 
sus trabajadores y significará para ella:
• Menores problemas con el personal.
• Mayor productividad.
• Mayor producción sin aumento del personal o con muy pequeño 
aumento.
• Como consecuencia del punto anterior, poder ganar mejores remu-
neraciones que las actuales.
• Mayores utilidades.
24
• Como consecuencia del punto anterior, poder otorgar al personal 
mayores bonificaciones, según el tipo de empresa de que se trate.
Como se aprecia, el trabajador y la empresa se beneficiarán mutuamente 
y por tanto, ambos estarán interesados en que el Decálogo esté prac-
ticándose a todo nivel en la empresa, en el período más corto posible. 
Cuando esta situación se haya producido, esa empresa será una isla de 
desarrollo, a la cual muchas otras empresas imitarán buscando iguales 
resultados. Cuantas más empresas tengan resultados positivos, tantas 
más querrán también obtenerlos, acelerándose continuamente este 
proceso, hasta abarcar miles de empresas de todo tipo y tamaño.
El proceso de adecuación al Decálogo del Desarrollo en el personal de 
una empresa se efectuará mediante charlas, formación de grupos de 
trabajo entre todos los trabajadores, para que aporten ideas sobre cada 
mandamiento del Decálogo, competencia entre secciones, profusión de 
afiches, pancartas, carteles, insignias, premios, etc.
Casi de inmediato, al comenzar la campaña que debe durar 15 meses, 
se comenzará a ver los resultados. Posteriormente vendrá la tarea conti-
nuada de sostenimiento y consolidación del nuevo patrón de conducta.
2. Gobierno
Las acciones del Gobierno deben encaminarse en los siguientes sentidos:
A. Disponer en los colegios públicos y privados, la obligatoriedad 
del aprendizaje del Decálogo del Desarrollo.
B. Seleccionar a grupos de profesores entre los más idóneos, y 
adiestrarlos como entrenadores de otros profesores, tratando de que 
adecuen su conducta al Decálogo del Desarrollo, de modo que cuando le 
enseñen a sus alumnos lo demuestren con el ejemplo.
C. Mediante expositores capaces y métodos similares a los empleados 
en las empresas privadas, adecuar al personal de la administración pública 
y empresas estatales a la práctica del Decálogo del Desarrollo.
25
3. Instituciones educativas
Por su lado las instituciones educativas tratarán de infundir el Decálogo 
del Desarrollo, haciendo hincapié en la necesidad urgente y dramática 
del cambio de mentalidad, mediante:
A. Conferencias diversas al respecto.
B. Presentación en televisión, diarios y revistas, acerca de los 
diversos aspectos de la gran cruzada nacional.
C. Captando cooperación de las universidades y otras entidades.
D. Coordinación del Gobierno a fin de que éste pueda realizar su 
propia campaña en las mejores condiciones.
26
Este trabajo plantea como esperanza real, no quimérica:
• Que haya 14 millones de peruanos practicantes del Decálogo del Desa-
rrollo en el año 2000.
• Que las empresas se desarrollen y perfeccionen aceleradamente como 
consecuencia de la superación de sus trabajadores.
• Que la productividad, la innovación, la inventiva, el desarrollo tecno-
lógico, la acumulación de capital y el nivel económico de actitudes men-
tales en ellos mismos.
• Que nuestra producción de bienes y servicios, por la superación de 
nuestras empresas, sea de primera calidad y a precios competitivos, lo 
que permitirá conquistar mercados en distintos lugares del mundo.
• Que los peruanos dependientes ahora, reviertan su formación ingre-
sando en sus propios negocios, creando nuevos puestos de trabajo.
• Que los colegiales ciudadanos del mañana, actúen de acuerdo a la nueva 
ética de comportamiento dictada por el Decálogo del Desarrollo.
• Que nuestra administración pública mejore sustancialmente, erradi-
cándose la inmoralidad y aumentando su eficiencia.
• Que las empresas públicas sean eficientes y rentables.
• Que los trabajadores y profesionales no dependientes, consigan una 
superación personal que los eleve sobre el nivel económico y de impor-
tancia social en que hoy se encuentran.
• Que los padres de familia formen mejores hogares, inculcando desde 
pequeños a sus hijos la nueva ética del Decálogo del Desarrollo. 
Cuando todo esto ocurra, debemos dedicarnos todos los peruanos con 
pasión a la tarea de lograr que esto sea alrededor del año 2000, habremos 
conquistado para el Perú la seguridad de supervivencia como nación; pero 
ya no en la forma en que lo hacemos hasta ahora explotados, dependientes, 
pobres y apenas sobreviviendo con un negro futuro. Comenzará para 
nosotros una nueva etapa de progreso, de salir del subdesarrollo, de ser respe-
tados como nación de no temer a ningún imperialismo.
En resumen, tendremos trabajo, pan, riqueza y libertad.
[Epílogo]
27
[Seremos desarrollados]
• En tu mente trabajador y profesional, debes tener la llave para entrar 
al reino del desarrollo.
• En tu mente empresario, debes tener la llave para entrar al reino 
del desarrollo.
• En tu mente gobernante, debes tener la llave para entrar al reino 
del desarrollo.
• En tu mente empleado público, debes tener la llave para entrar al 
reino del desarrollo.
• En tu mente colegial, debes tener la llave para entrar al reino 
del desarrollo.
• En tu mente peruano, en general, debes tener la llave para entrar al 
reino del desarrollo. 
Esa llave es...¡el Decálogo del Desarrollo! 
• ¡Empieza hoy la gran cruzada nacional contra el sub-desa-
rrollo y la pobreza!
• ¿Cuáles son las razones por las cuales hay pueblos ricos y 
pueblos pobres?
• ¿Por qué unas personas progresan más que otras?
• Las mismas razones que hacen progresar a una persona hacen pro-
gresar a un pueblo.
• El Decálogo del Desarrollo dá una explicación de todo lo anterior 
y enseña el camino para encontrar el progreso espiritual y material 
y al mismo tiempo para vivir con felicidad, que es lo que con más 
vehemencia persigue el hombre.
28
29
Fundamentos 
Teóricos y Resumen 
de los Principios
30
31
1. Desarrollo Humano (1)
Objetivo
Describir las exigencias y coordenadas de un desarrollo plenamente 
humano, capaz de lograr la realización personal y la meta del bien común.
Sentido y alcances del desarrollo humano
La noción de “desarrollo” es muy moderna; adquirió su significado 
actual de “incremento de la riqueza y el bienestar de las personas y los 
pueblos” después de la Segunda Guerra Mundial. Fue entonces cuando 
comenzó a hablarse ya no de países ricos y pobres, avanzados y atrasados, 
industriales y agrícolas, sino de países desarrollados y subdesarrollados 
(o “en vías de desarrollo”). La palabra “desarrollo” sustituyó así a la 
palabra “progreso”.
En una primera aproximación, se entiende por “país desarrollado” al 
país rico, es decir, al país que tiene una alta renta per cápita expresada 
en dólares americanos. Afortunadamente, esta manera de considerar el 
desarrollo está ya superada en la actualidad, opinándose que “el desa-
rrollo económico es una condición necesaria pero no suficiente del desa-
rrollo”. Con ello, los datos e indicadores del desarrollo han variado en 
calidad y cantidad, adquiriendo la noción de desarrollo un punto de 
vista más profundo y humano. En un informe de 1990, las Naciones 
Unidas, a través de su “Programa para el Desarrollo” (PNUD), afirma 
que “estamos descubriendo la verdad elemental de que el centro de todo 
desarrollo debe ser el ser humano” y que “las personas no deben redu-
cirse a la sola dimensión de criaturas económicas”. En concordancia con 
estas afirmaciones, ofrece la siguiente descripción de lo que entiende por 
desarrollo humano:
[Fundamentos teóricos y resumen 
de los principios]
(1) Los conceptos que presentamos se basan en el libro “Desarrollo Humano” de Enrique López-Dóriga, S.J. 
Para mayoresprecisiones y ampliaciones de lo aquí resumido, consultar sus dos primeros capítulos.
32
“El desarrollo humano es un proceso mediante el cual se ofrece a las 
personas mayores oportunidades. Entre éstas, las más importantes 
son una vida prolongada y saludable, educación y acceso a los recursos 
necesarios para tener un nivel de vida decente. Otras oportunidades 
incluyen la libertad política, la garantía de los derechos humanos y 
el respeto a si mismo”.
En cuanto al “subdesarrollo humano”, M.P. Todaro nos ofrece las diez 
características siguientes:
1. Pobreza generalizada.
2. Desigualdades crecientes del ingreso y la riqueza.
3. Rápido crecimiento demográfico.
4. Bajos niveles de alfabetismo y de nutrición.
5. Niveles crecientes del desempleo y el subempleo urbanos.
6. Estancamiento de la agricultura y olvido relativo del campo.
7. Sistemas educativos y servicios de salud inadecuados e insuficientes.
8. Dependencia económica, tecnológica y cultural.
9. Rígidas estructuras institucionales y administrativas.
10. Desinterés por conservar la identidad cultural y sus valores frente 
a la modernización.
Los rasgos comunes que diversas instituciones y personas señalan en 
cualquier país para que lo podamos llamar “desarrollado”, pueden ser 
expresados en forma compendiada mediante estas cuatro características 
o exigencias del desarrollo humano, que se implican mutuamente:
I. Suficiencia económica: un nivel mínimo de riqueza y equidad en 
su distribución, que permitan a todos satisfacer las cuatro necesi-
dades básicas: nutrición, cuidado de la salud, vestido y vivienda. 
II. Realización personal: un conjunto de posibilidades educacio-
nales y laborales que permitan al individuo desarrollar sus capa-
cidades personales.
III. Libertad social: un amplio campo de libertades, especialmente en 
los campos religioso, político, económico y social.
33
IV. Identidad cultural: un respeto básico de la idiosincrasia y los 
valores culturales de los conjuntos humanos, fomentando su pre-
servación sin crear dependencias unilaterales. (En el Perú habría 
que considerar identidades culturales tales como la europea, 
predominantemente hispánica, la mestiza y la quechua, entre 
las principales).
Decir que todo desarrollo, para que sea verdaderamente humano, tiene 
que cumplir esas cuatro exigencias, obliga a destacar tres coordenadas 
básicas en ese desarrollo: primeramente, la persona y luego la comunidad 
política y el bien común, realidades sin las cuales la persona no puede 
desenvolverse:
A. La persona: López Dóriga la define como “ser inteligente 
y libre, capaz de amar y necesitado de ser amado por sí mismo”. Y 
añade: “destinado a participar de la vida divina”, porque sin esa 
mención al destino trascendente, la noción de desarrollo quedaría 
empobrecida. Las razones que ofrece vale la pena transcribirlas, 
advirtiendo que el sentido del desarrollo humano puede ser 
acogido por cualquier religión:
“Si no es fácil lograr el desarrollo, como cristianos opinamos 
que todavía será más difícil si la sociedad, aunque no 
niegue a Dios, viva sin contar con Él. Aunque parezca que 
al estudiar el desarrollo sobra hablar del “ destino trascen-
dente del hombre”, no obstante, de omitirlo, la sociedad se 
ve privada de una gran fuerza en su caminar hacia el desa-
rrollo humano: la convicción de que todos somos hermanos 
como hijos de un mismo Padre, de que somos administradores 
de varias riquezas que nosotros no hemos fabricado y de que 
el derecho a la felicidad corresponde a todos los hombres y 
mujeres” (óp.cit. P.29).
La presencia de la capacidad de amar es obligatoria en un país 
desarrollado, porque si bien la seguridad social debe atender 
en lo posible todas las necesidades, no debe ahogar la expresión 
individual ni colectiva del amor, que se manifiesta en la atención 
34
voluntaria al indigente, al minusválido, al deficiente mental, al 
anciano, al enfermo y al caído en el vicio. Como país, la capacidad 
de amar ha de manifestarse en la solidaridad con los países nece-
sitados de cooperación (ayuda que no significa “dependencia”, 
pues estos países deben aportar una permanente autogestión).
B. La comunidad política: Los miembros y grupos que 
constituyen la sociedad, conscientes de su propia insuficiencia 
para lograr una vida plenamente humana, forman “comunidad 
política” (llámese país, nación o estado) para buscar ordenada-
mente el bien común que la justifique y legitime.
C. El bien común: Abarca el conjunto de aquellas condi-
ciones de la vida social que permite a las personas, familias y aso-
ciaciones, conseguir, de la manera más plena y satisfactoria, su 
bienestar y desarrollo.
Las características y coordenadas del desarrollo que hemos 
reseñado y cuyo grado de asimilación y realización determina el 
grado de desarrollo o de subdesarrollo de un pueblo, pueden ser 
graficados de la siguiente manera:
Exigencias y coordenadas básicas
del desarrollo humano
Realización 
personal
Persona
Suficiencia económica
Libertad 
social
Identidad 
cultural
Comunidad
Política
Bien común
35
Por todo lo expuesto, parecen fundamentales para concebir 
apropiadamente el desarrollo humano: en lo personal, potenciar 
las capacidades individuales mediante el ofrecimiento de opor-
tunidades y el respeto de los derechos humanos; en lo social, la 
participación comunitaria, el acortamiento de las desigualdades 
y la conjunción de la modernidad con la preservación de los 
valores culturales.
Sentido de una promoción humana
Como puede comprobarse, en la noción de desarrollo humano esta 
implícita la noción de “promoción humana”, entendida como pro-
moción integral del hombre:
“No podemos olvidar que la promoción integral del hombre 
es de capital importancia para el desarrollo de los pueblos 
Latinoamericanos. Pues el desarrollo de un pueblo no deriva 
primariamente del dinero, ni de las ayudas materiales, ni 
de las estructuras técnicas, sino más bien de la formación de 
las conciencias, de la madurez de la mentalidad y de las cos-
tumbres” (Discurso inaugural de la Conferencia de Santo 
Domingo, Octubre de 1992).
Esta formación y madurez integral, ayuda a reconocer la dignidad y 
derechos de cada persona, y a defender el valor humano del trabajo, lo 
cual dispone a la solidaridad y al compromiso, valores que, junto con 
la responsabilidad, la participación y el diálogo, fundamentan y posibi-
litan una auténtica democracia.
36
[El subdesarrollo esta en la mente (1)]
El subdesarrollo no sólo constituye un conjunto de datos esta-
dísticos que permiten esbozar un cuadro socioeconómico. 
También constituye un estado mental, una forma de expre-
sarse, una perspectiva y una personalidad colectiva caracte-
rizada por algunas enfermedades crónicas y ciertas formas 
de desajuste. (Augusto Salazar Bondy).
El desarrollo, dicho con sencillez, es la mejora del bienestar humano.
La mayoría aspira hoy en día a un nivel de vida más alto, a una vida 
más larga y a tener menos problemas de salud; a una educación para si 
mismos y para sus hijos, que aumente su poder adquisitivo y les permita 
ejercer un mayor control sobre sus propias vidas; cierta estabilidad y 
tranquilidad y la oportunidad de hacer cosas que produzcan placer 
y satisfacción.
¿Qué es lo que produce el Desarrollo?
Creo que la capacidad creativa de los seres humanos se encuentra en 
el corazón del proceso de desarrollo. Lo que produce el desarrollo es 
nuestra capacidad para imaginar, teorizar, conceptuar, experimentar, 
inventar, articular, organizar, administrar, resolver problemas y hacer 
cientos de otras cosas con nuestras mentes y manos que contribuyan al 
progreso del individuo y de la humanidad en general. Los recursos natu-
rales, el clima, la geografía, la historia, las dimensiones del mercado, la 
política gubernamental y muchos otros factores, influyen en la dirección 
y ritmo del progreso. Pero el motor es la capacidad creativa humana.
“La discusión de la creatividad no se refiere simplemente .... 
al caso limitantedel genio, sino a la calidad de la creatividad 
en general, cualquier grado en el que se pueda encontrar en 
un individuo determinado” (Everett E. Hagen).
(1) Conceptos tomados del libro “El Subdesarrollo está en la Mente” del Dr. Lawrence E. Harrison.
37
Tenemos que preguntarnos qué valores y actitudes alimentan las con-
diciones que facilitan la expresión de la capacidad creativa humana y 
del desarrollo.
La visión que la sociedad tiene del mundo es la fuente de sus sistemas de 
valores y de actitudes.
Si la visión que la sociedad tiene del mundo fomenta la creencia de que 
los humanos tienen la capacidad de conocer y comprender al mundo 
alrededor suyo, de que el universo funciona de acuerdo con un conjunto 
de leyes en gran medida descifrables y que el método científico puede 
abrir muchos secretos de lo desconocido, está impartiendo claramente 
un conjunto de actitudes estrechamente relacionadas con las ideas de 
progreso y cambio. Si la visión del mundo es caprichosa y carece de cohe-
rencia, queda entonces poco espacio para la razón, la educación, la plani-
ficación o el progreso.
¿Qué pueden hacer las sociedades, tanto para garantizar que sus valores 
y actitudes cambien, como para que aceleren el progreso?
Para trazar y organizar un programa coherente de cambio cultural que 
pueda llegar a funcionar, es necesario identificar aquellos valores y acti-
tudes que se interponen en el camino con aquéllos que necesitan ser 
introducidos o fortalecidos, lo que significa un proceso de sincera intros-
pección nacional que produzca un conjunto de objetivos para conseguir 
el cambio cultural.
Soy consciente de que el desarrollo se ve también afectado por nume-
rosos factores no culturales y me doy cuenta de las dificultades monu-
mentales que es necesario superar para acelerar un cambio cultural 
constructivo. Pero si el subdesarrollo es, en gran medida, un estado 
mental, no hay más elección que intentarlo.
38
Muchos pensadores peruanos trataron de concebir como podría ser el 
progreso del Perú, entre ellos tenemos a Jorge Basadre que nos explica en 
su obra “La promesa de la vida Peruana”:
“En nuestro país no sólo debemos preocuparnos de la distri-
bución, sino de la mayor producción y del mayor consumo. 
Nuestro problema no es sólo de reparto; es también de 
aumento. Que el peruano viva mejor; pero que al mismo 
tiempo el Perú de más de si. Y para elevar el nivel general 
de vida aquí no hay que actuar exclusivamente sobre el indio 
descalzo... Ninguna de nuestras soluciones nos vendrá, pues, 
cocida y masticada de otros países, aunque sean hermanos, 
primos o prójimos. Y, sobre todo, nada se podrá hacer a fondo 
si al país no le conmueve la conciencia de si, si no afirma en 
esta hora feroz su querer existencial. Por eso, la promesa de la 
vida peruana atañe a la juventud, para que la reviva, a los 
hombres de estudio... la promesa de la vida peruana sentida 
con tanta sinceridad, con tanta fe y con tanta abnegación por 
próceres y tribunos, ha sido a menudo estafada o pisoteada 
por la obra coincidente de tres grandes enemigos de ella: los 
Podridos, los Congelados y los Incendiarios. Los Podridos han 
prostituido y prostituyen las palabras, conceptos, hechos e insti-
tuciones al servicio exclusivo de sus medros, de sus granjerías, 
de sus instintos y sus apasionamientos. Los Congelados se han 
encerrado dentro de si mismos, no miran sino a quienes son 
sus iguales y a quienes son sus dependientes, considerando 
que nadie más existe. Los Incendiarios se han quemado sin 
iluminar, se agitan sin construir. Los Podridos han hecho y 
hacen todo lo posible para que este país sea una charca; los 
Congelados lo ven como un páramo y los Incendiarios qui-
sieran prender explosivos y verter venenos para que surja una 
gigantesca fogata.
[El desarrollo y sus obstáculos (1)]
(1)Artículo elaborado por el Dr. José Luis Pérez Garrió, Doctor en Filosofía y Ciencias de la Universidad de 
Barcelona. Actualmente es docente en la Escuela de Post-Grados de la Universidad Católica Santa María, de 
Arequipa. Las ideas de este artículo forman parte de su tesis doctoral.
39
Toda la clave del futuro está allí; que el Perú se escape del 
peligro de no ser sino una charca, de volverse un páramo o 
de convertirse en una fogata. Que el Perú no se pierda por la 
obra e inacción de los peruanos”. (2)
Por ello se debe manifestar que el desarrollo en el Perú no es sólo una 
cuestión económica, es también una cuestión moral por parte de los 
agentes encargados del desarrollo, que en definitiva somos todos los 
peruanos, y para lograrlo se debe poner en ejercicio todas esas virtudes 
humanas que favorecen el desarrollo y que han sido recogidas en el 
Decálogo del Desarrollo.
Por otra parte, hay que decir que el mayor mal que puede ocurrirle a un 
hombre es la desesperación, la falta de ilusión por vivir, por progresar, 
el sentimiento de frustración debido a verse a sí mismo como el ser más 
desgraciado, el saberse que no es importante para nadie, el sentirse no 
amado o despreciado. Esto es también lo que puede ocurrirle a los países 
o a los pueblos. Contra esto los diversos líderes han tratado de promover 
mitos o utopías, como la de Tomás Moro, o el mito del Inkarri en el pen-
samiento andino, que sirvieran para unificar voluntades. Algunos movi-
mientos liberadores también han tratado de recoger modelos emotivos 
para planificar sus proyectos sociales, tomando como símbolo a perso-
najes como Túpac Amaru o Mariátegui. Actualmente parece que en 
medio de esta crisis existen dos posturas: la que busca la solución en el 
indigenismo y la que apuesta por un modelo de desarrollo a “imagen y 
semejanza” de los grandes países industrializados del mundo.
Por ello, y retomando el texto de Jorge Basadre, hay que pensar que 
ninguna de las soluciones del Perú nos vendrá cocida y masticada 
de otros países. La solución para el desarrollo tiene que surgir de una 
voluntad autónoma, de nosotros mismos que definamos de una vez por 
todas, cuál es el camino de desarrollo que deseamos emprender, y hasta 
que no haya este consenso para ponerse en marcha hacia esa meta, no se 
va a ir a ninguna parte y el Perú quedará estancado o a merced de los inte-
reses de los grupos de poder. Hace falta un objetivo nacional, que posea 
(2) BASADRE, Jorge: “La Promesa de la Vida Peruana”, Lima, Ed. Mejía Baca, 1958, pp. 47-51.
40
las características de creatividad, justicia y que tienda a la consecución 
del bien común, un ideal colectivo. Nuestro pueblo está buscando solu-
ciones. Por eso, las palabras: “Cambio, Paz, Desarrollo, Modernidad, 
etc.” resultan vocabulario fácil de los políticos. Sin embargo, sigue sin 
haber una propuesta concreta a cuarenta o cien años vista.
No parece descabellado, afirmar que en el Perú el desarrollo debe venir 
por el esfuerzo colectivo, que se ha expresado en formas tradicionales 
como la “minca” o el “ayni” en los pueblos andinos y que han logrado 
sintonizar con el alma indígena. Ahora se habla de que las soluciones 
están en que vengan inversiones extranjeras; pienso que si bien no son de 
despreciar, no son la verdadera solución integral, aunque pueden ayudar 
en un momento dado.
La riqueza de un país no lo hace el dinero sino la educación, la cultura, la 
grandeza moral y espiritual de sus gentes.
Si nos planteamos con objetividad: ¿Con qué contamos en estos 
momentos para salir de la crisis? Contamos con dos elementos: una 
pobreza generalizada y una cultura andina inoperativa. Lo cual significa 
que por su pobreza no tiene recursos para proponerse una industriali-
zación, ni una educación, ni siquiera una cultura occidental moderna 
contra la que competir en la carrera del desarrollo mundial. Y por 
otra parte, la cultura que tiene, no le sirve para enfrentarse al mundo 
moderno, con las armas que las sociedades industrializadas usan. Se 
requiere una modernización de la cultura andina que pueda responder 
a los retos del presente.
Entonces parece que no tiene el Perú ninguna solución;sin embargo, yo 
creo que sí. El Perú tiene en sus manos precisamente la gran solución que 
le puede permitir no sólo sobrevivir sino ser el país que todo el mundo, 
incluso Europa o Japón, le gustaría tener. Y así señala Wagner de Reyna:
“Vemos en la pobreza un valor. Un punto en que podemos 
aplicar la palanca para volver al hombre al lugar que en la 
Creación le corresponde. Creemos que a través de la pobreza 
pasa el camino de la humanidad” (3).
41
La humanidad ha buscado en la riqueza y el poder la solución a sus 
grandes problemas vitales. Esta solución, de la cual la industrialización es 
un claro exponente, lleva a una forma muchas veces no natural de vida. 
Y frente a este mundo de opulencia se debate el Tercer Mundo entre la 
vida y la muerte más dramática; frente a la “libertad” de los países ricos, 
está la falta de libertad fáctica de los países pobres: allí un hombre no 
tiene medios para ejercer su libertad, y eso es un escándalo que acepta el 
corrupto “desarrollo occidental”. Se trataría, dice Wagner de Reyna de:
“Poner las bases de un modelo que aceptando la pobreza 
(en el sentido de frugal moderación) y teniendo por guía la 
cultura, lleve al verdadero desarrollo, que es la realización 
del humanismo” (4).
Y esta solución no es sólo para los países pobres sino también para los 
países industrializados, que tienen una fe absoluta en el poder de su 
desarrollo. Existe una crisis moral, política, económica a nivel mundial, 
pues la desigualdades entre unos países y otros evidencian que algo no 
funciona bien.
Esta crisis no es así “Coyuntural” sino que viene provocada por el mismo 
esfuerzo industrial y técnico. Está vinculada íntimamente al desarrollo. 
El capitalismo está necesitando una profunda revisión de sus principios. 
Por primera vez el hombre se ve obligado a escoger su porvenir y el de la 
especie, ha de asumir su responsabilidad frente al desastre que la indus-
trialización del Occidente está preparando, aunque no quiera recono-
cerlo y donde el perjudicado es el hombre mismo.
Ante esta crisis mundial del desarrollo se podría uno preguntar si 
sería posible un planteamiento distinto del actual, que no tome como 
supuestos fundamentales, aquellos que han llevado a la actual crisis 
sino otros que han sido descuidados. Se busca un modelo humanista 
de desarrollo que responda a la problemática actual, es decir, vinculado 
a la ciencia. Se debe buscar un modelo que sepa vincular la pobreza y 
la cultura, que si bien puede parecer utópico no lo es, menos el modelo 
vigente que cree que la omnidevorante economía y la tecnología más 
(3) WAGNER DE REYNA, Alberto: “Pobreza y Cultura. Crisis y Concierto”. Lima. Fondo Editorial Pontificia 
Universidad Católica del Perú”. 1962 Pág. 13
(4) Ibid, pág 15
42
avanzada podrá evitar una catástrofe mundial. La pobreza es una virtud 
cristiana que puede armonizarse con la cultura para hacer del hombre 
un ser mucho más feliz y seguro.
Este modelo debe buscar un nivel discreto de suficiencia y abasteci-
miento, pero que no busque el “tener”, como el actual modelo, sino 
el “ser” y que potencie la dignidad de la persona desde un punto de 
vista cristiano.
Evidentemente se requiere una transformación de valores, de menta-
lidad; tenemos que sentirnos motivados a “vivir simplemente para que 
otros simplemente puedan vivir”, tenemos que aprender a tener menos 
para ser más, para darnos más unos a otros.
El punto de partida para un proyecto nacional de desarrollo auténtico 
debería atender los problemas básicos y más urgentes del Perú actual, 
vale decir, la desnutrición y el desempleo. Felizmente existe una estra-
tegia para resolver estos dos problemas más serios simultáneamente: el 
DESARROLLO RURAL INTENSIVO EN MANO DE OBRA. Este 
modelo agrario, puede permitir ser el Perú uno de los mayores produc-
tores de vegetales del mundo, por su variedad de climas, suelos, etc.… 
basta poner entusiasmo. Este modelo ataca simultáneamente los dos 
problemas más urgentes: la desnutrición y el desempleo, y además no 
requiere de grandes inversiones, evitaría la mortalidad infantil causada 
por la desnutrición y las migraciones masivas hacia las ciudades urbanas.
La mayor dificultad es que la acción política se decida de una vez a dejar 
de soñar en el exterior y se empiece a pensar en el Perú, en dejar de pensar 
que se trata de hacer que el Perú sea Nueva York o Miami, y empezar a 
pensar que pudiera ser el Perú el paraíso de Europa. Los incas hicieron 
cientos de variedades de maíz, legumbres, etc. ¿Qué impide que ahora 
con la tecnología existente no se logren mejores resultados?, basta propo-
nérselo. Pero si el Perú sueña en hacer mejores computadoras que Japón, 
ha perdido ya la carrera de la industrialización; mejor es iniciar una 
nueva competencia de desarrollo, la del desarrollo agrario que está por 
comenzar. Si el agua de los ríos del Perú se utilizara para la agricultura 
43
y toda la tierra para los diferentes usos, otra realidad nos esperaría. Para 
ello remitiría al artículo de Claudio Herzka:
“Si se pretende hacer funcionar la democracia, tiene que 
generarse en las personas que viven en el Perú una esperanza 
en el futuro, una esperanza en que el mañana puede y debe 
ser mejor”. (5)
(5) HERZKA, Claudio: “Entorno económico del año 2000 y democracia en el Perú”, Lima. En el libro: 
“Economía para la Democracia” (compilación de Gonzales de Olarte). I.E.P. 1989 p. 141
44
[Principios valorativos que apoyan 
los fundamentos del Decálogo del 
Desarrollo (1)]
Objetivo
Precisar los ejes valorativos que exige una educación integral y la práctica 
del DD, para cumplir un propósito realmente orientador.
1. Principio del valor y dignidad de ser persona
La naturaleza del ser humano entraña un valor por sí mismo. Valor que se 
ofrece ante la conciencia de cada uno y ante el reconocimiento de los demás.
Este valor de la persona es digno por sí mismo. Por ello, la persona 
tiene necesidad y derecho de que su dignidad sea reconocida, res-
petada y favorecida.
De la dignidad de la persona humana se deriva la dignidad no menos 
valiosa del conjunto social: reunión y producto de personas dignas.
Ninguna consideración de tipo utilitario, para sí o para otros, pueden jus-
tificar que se melle a la persona, pues ello sería desconocer y disminuir el 
valor natural del ser humano.
La dignidad de la persona humana trasciende al individuo y garantiza la 
dignidad del conjunto social. Por ello, la valorización de cada peruano es el 
más sólido fundamento de la dignidad nacional.
(1) Aporte hecho al Ministerio de Educación por el Dr. Gustavo Quintanilla Paulet, Ex-Vicerector de la 
Universidad Santa María de Arequipa.
45
Una educación orientadora deberá, por lo tanto, cumplir acciones que pro-
muevan el cumplimiento de este principio de dignidad, enseñando que no 
debe sacrificarse por consideraciones de segundo orden, como el origen, la 
raza, la cultura, la condición socioeconómica, las ideas, el sexo, etc.
2. Principio de la necesidad de realización plena
El ser humano, puesto en este mundo y en la vida, está inevitablemente 
integrado a una doble realidad que trasciende los límites de su indivi-
dualidad: la ecológica y la social.
Pero, siendo la vida un proceso, cada persona es el proceso de su propia 
realización. Esto es: lograr el desarrollo de sus capacidades, el cumpli-
miento de sus objetivos individuales y comunitarios y el progresivo acer-
camiento a la definición de su propia identidad.
Realización plena quiere decir un armónico desarrollo de todas las habi-
lidades y capacidades, desde las más operativas hasta las más íntimas de 
contemplación interior de la propia existencia.
La realización plena supone el aprovechamiento de los recursos propios 
y de aquellos otros que brinden el mundo ecológico y la integralidad 
social, para el más pleno encuentro del individuo consigo mismo y con 
su mundo de semejantes, sea éste inmediato o mediato a su experiencia 
histórica personal.
Para el cumplimiento del principiode la realización plena se requiere 
que la propia persona sea consciente de su vocación de realizarse a ple-
nitud, y que cada uno conozca la respuesta que tiene para los requeri-
mientos de la realización personal de los demás. El conocimiento de este 
principio, la voluntad de cumplirlo y las acciones que a ello conducen, 
suponen una orientación específica y el establecimiento de una infraes-
tructura racional de bienestar.
46
3. Principio de la armonización entre individu-
lidad y socialidad
La doble dimensión del hombre, como individuo identificado con su yo 
personal y como participante de una realidad social integrada por otras 
personas, con cuya especie queda vinculado por pertenencia de natu-
raleza, genera siempre la posibilidad de polarizarse con mayor acento 
hacia lo individual o hacia lo social.
El principio de individualidad señala la necesidad de distinguir cla-
ramente el hecho inalienable de ser individuo, propio en sí mismo, del 
hecho también inalienable de pertenecer al conjunto social.
Sin embargo, la realidad de ser propio en sí mismo sólo se da en la 
dimensión individual, como asiento de una dignidad específica e irre-
nunciable, diferente de la naturaleza y dignidad de los demás individuos.
La clara percepción de esa dimensión individual y el reconocimiento del 
derecho a ser diferente de los demás, permitirán la más adecuada defi-
nición y realización de cada uno, lo cual al mismo tiempo enriquecerá el 
conjunto social como producto de individualidades más definidas.
La formación integral de la personal humana requiere de conceptos 
claros y de una praxis para mantener la propia individualidad, facilitar 
el mantenimiento de la individualidad de los otros y armonizar esto con 
la naturaleza específica de la sociedad. Una orientación basada en este 
principio lleva hacia la mejor realización del hombre peruano, uno de los 
más profundos objetivos nacionales.
La persona humana, por ser la realidad concreta de la humanidad, per-
tenece al conjunto de sus semejantes.
Esta dimensión de socialidad es tan natural como la individualidad. 
El principio de socialidad expresa que el hombre por naturaleza es 
social, por lo que requiere vivir en un conjunto humano organizado 
de manera tal que pueda desarrollarse como actor y beneficiario del 
mismo conjunto.
47
Esta organización supone que todas sus estructuras socioeconómicas, 
culturales, etc., no deben dificultar el cumplimiento del rol social de 
la persona, sino procurar que sean favorables para el cumplimiento de 
todos los demás principios.
De ello se desprende que una sociedad estructurada de manera tal que 
sólo favoreciera la realización de la minoría sería una sociedad injusta.
De ello también se desprende que todas las personas que integran una 
sociedad, están obligadas a contribuir a la supresión de las estructuras 
injustas y al establecimiento de un sistema estructural adecuado para 
que, de ser posible, todos los miembros de una sociedad puedan rea-
lizarse plenamente y tengan la opción de cumplir con el imperativo 
natural de contribuir a la realización de los demás.
La sociedad no es solamente una integración de personas individuales 
sino también una integración de grupos. La responsabilidad social, por 
lo tanto, alcanza al individuo y también al grupo como tal. La responsa-
bilidad social del individuo puede alcanzar - y de hecho alcanza - varios 
niveles, no excluyentes sino concomitantes. Esto explica por qué puede 
tener simultáneamente diferentes responsabilidades: en la comunidad 
familiar, la comunidad ciudadana, la comunidad educativa, la comu-
nidad laboral, la comunidad económica, la comunidad religiosa, la 
comunidad deportiva, etc.
La escuela debe orientar para que el individuo sea actor responsable y 
consciente en los diferentes niveles sociales a que pertenece, procurando 
dentro de una jerarquía de valores, que su realización personal sea armo-
nizada con los requerimientos de los diferentes niveles de estructuración 
social que están al servicio de los demás.
4. Principio del sentido de justicia para una sociedad 
bien estructurada
Los más altos derechos a la realización plena y a la definición individual 
y social sugieren el cumplimiento del principio de justicia.
48
Significa que cada individuo, y la sociedad misma, deberá favorecer el 
desarrollo de las aptitudes y el respeto a las limitaciones o deficiencias 
personales. Ello deberá ser concebido como una exigencia de justicia.
Por justicia, las estructuras sociales deberán ser adecuadas a los más altos 
fines de la realización personal y a la existencia digna del ciudadano, y por 
justicia, el individuo deberá contribuir al bien común del conjunto social.
La educación deberá ofrecer una orientación adecuada para cumplir con 
los requerimientos del principio de JUSTICIA y procurará diseñar y 
ejecutar sistemas de bienestar adecuados hasta lograr el bienestar básico 
que se requiere por justicia, para que el mismo bienestar constituya la 
vivencia y experiencia de la armonización de los derechos individuales y 
las exigencias del conjunto social.
Énfasis especial deberá poner la escuela en la formación del ciudadano 
respetuoso de las leyes y de un orden que equilibre los derechos y obli-
gaciones individuales con el ordenamiento jurídico de una sociedad 
estructurada al servicio de las mayorías.
5. Principio de la responsabilidad solidaria
El ejercicio de la responsabilidad social supone el sentimiento interno de 
la solidaridad.
Esto quiere decir que cada persona se siente identificada con la natu-
raleza y las necesidades de las otras personas y del conjunto social.
Es la negación de todo egoísmo y el cumplimiento de las más nobles vir-
tudes de responsabilidad, comprensión, amor, altruismo y lealtad.
Solidaridad significa sentirse partícipe de las realidades y problemas 
ajenos, y responsable de sus soluciones.
La solidaridad deberá abarcar desde la dimensión de persona, hasta las 
dimensiones sociales más grandes, como la comunidad inmediata, la 
comunidad nacional y la comunidad mundial.
49
Desde la más tierna infancia, la educación orientadora deberá pro-
curar la formación del sentimiento de solidaridad por implementación 
teórica y por el ejercicio de la colaboración y ayuda entre compañeros, 
y por la participación, de acuerdo a su alcance, en la solución de los 
requerimientos de la comunidad nacional o mundial, especialmente en 
los casos de catástrofes que exigen cumplir con un rol de defensa civil 
y colaboración.
6. Principio del sentido creador del trabajo
El ser humano es un ser activo.
Su actividad es la respuesta práctica a la necesidad de realización per-
sonal, pero es al mismo tiempo la expresión de la capacidad creadora y de 
integración con las demás personas y los grupos sociales.
Por ello, la actividad y el trabajo en especial deberán compatibilizar los 
intereses de la realización personal con el desarrollo del país. Deberán 
contribuir a la permanente transformación de las estructuras socioeco-
nómicas del presente, para lograr estructuras más justas y promociona-
doras del esfuerzo humano dignificante, creador y de servicio para los 
demás, y como formas de realización personal.
En la escuela, el trabajo y la actividad deberán ser al mismo tiempo un 
medio de formación para la experiencia vivencial de la responsabilidad 
y de otras cualidades, que requerirá siempre la participación activa del 
ciudadano en el desarrollo del país.
7. Principio de la obligación y derecho a la parti-
cipación social
La dimensión social de la persona y el hecho de que la sociedad esté inte-
grada no solamente por individuos sino por grupos y comunidades de 
diferentes magnitudes, genera el derecho y la obligación de participar en 
la actuación de los diferentes niveles y formas de una sociedad.
50
Esta participación incluye desde la opinión hasta la toma de decisiones y 
la acción misma en los ámbitos de una comunidad: cultural, económico 
político, etc., pero supone el entrenamiento

Continuar navegando