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EL DECÁLOGO DEL DESARROLLO Octavio Mavila Medina Queda autorizada la reproducción de esta obra con los únicos tres requisitos siguientes: 1. Que el nombre de autor figure exactamente como en la página de portada de esta edición. 2. Remitir dos ejemplares al editor Octavio Mavila Medina. Av. República de Panamá 3490, San Isidro, Lima, Perú. 3. Incluir en su integridad esta nota. Octavio Mavila Medina El Decálogo del Desarrollo Derechos de Autor: Octavio Mavila Medina Rep. de Panamá 3490, San Isidro, Lima, Perú [Índice] Deseos primarios de toda persona ..................................................... Países pobres y países ricos ................................................................. Buscando el origen de la riqueza y la pobreza ................................... La impresión de un viajero del tercer mundo al mundo industrializado rico ........................................................... Nacen los puritanos ........................................................................... Inglaterra y sus puritanos .................................................................. Japón y el Decálogo del Desarrollo ................................................... Una cosa es saber y otra, practicar lo que se sabe .............................. Hacia un Perú desarrollado y rico ..................................................... Estrategia a seguir ............................................................................... Epílogo ............................................................................................... ¡Seremos desarrollados! ...................................................................... Fundamentos teóricos y resumen de los principios .......................... 2 3 5 8 14 15 18 19 21 23 26 27 31 El sub-desarrollo está en la mente ...................................................... El desarrollo y sus obstáculos ............................................................ Principios valorativos que apoyan los fundamentos del Decálogo del Desarrollo ..................................................................... Los principios del Decálogo del Desarrollo ...................................... 36 38 44 53 PRÓLOGO Dedicamos este libro “El Decálogo del Desarrollo” del Ing. Octavio Mavila Medina a todos nuestros colaboradores. Una valiosa obra que acompañará el “Programa de Calidad en las Personas”, en el propósito de Compañía Minera Poderosa S.A. de seguir contribu- yendo a su desarrollo personal y a la mejora continua de los sis- temas y prácticas de trabajo, gracias al valioso aporte de cada uno. Cumplir nuestra MISIÓN de “TRANSFORMAR RESPONSABLEMENTE NUESTRA RIQUEZA MINERAL EN OPORTUNIDADES DE DESARROLLO” requiere del compromiso de todos los que somos parte de esta organización, que está basada en valores y en una apuesta real por nuestros colabora- dores y el país. Sobre este fundamento es que seremos capaces de alcanzar nuestra VISIÓN: “SER LA EMPRESA EN LA QUE TE SIENTAS ORGULLOSO DE TRABAJAR”. El programa de “Calidad en las Personas” estará sustentado en “El Decálogo del Desarrollo” presentado en este libro por su creador, y que está planteado como “una propuesta de cambio cultural que tiene como objetivo propiciar el desarrollo de las personas y de las organizaciones, mediante un cambio de actitudes, hábitos y con- ductas, así como la recuperación de valores, que hagan viable la puesta en marcha de proyectos de calidad y mejora continua en el ámbito organizacional y de una búsqueda de mejoramiento de la calidad de vida, de parte del trabajador, en lo personal y familiar”. Los principios que propone “El Decálogo el Desarrollo” están en clara concordancia con nuestros valores organizacionales, for- taleciéndolos en la práctica, toda vez que estarán orientados a generar en nuestros colaboradores la energía y disposición nece- sarias para asumir una participación activa, autónoma y respon- sable en los proyectos de desarrollo de la empresa, partiendo de su propio desarrollo. Los principios de “El Decálogo del Desarrollo”, son: 1. ORDEN 2. LIMPIEZA 3. PUNTUALIDAD 4. RESPONSABILIDAD 5. DESEO DE SUPERACIÓN 6. HONRADEZ 7. RESPETO AL DERECHO DE LOS DEMÁS 8. RESPETO A LA LEY Y A LOS REGLAMENTOS 9. AMOR AL TRABAJO 10. AFÁN POR EL AHORRO Y LA INVERSIÓN Creemos también que este libro, por sus mensajes y recomen- daciones, puede beneficiar a sus familias, por lo que invitamos a todos los colaboradores a compartir la lectura en casa, y tras- ladar a su hogar los descubrimentos positivos de la práctica de estos principios. El “Programa de Calidad en las Personas” que estamos iniciando, es un nuevo aporte de la empresa para beneficio DE TODOS NOSOTROS; este libro que ponemos en tus manos, será un instru- mento valioso en este proceso. Lima, setiembre de 2021 Eva Arias de Sologuren Russel M. Santillana Salas Presidenta del Directorio Gerente General [Presentación] Don Octavio Mavila Medina, autor de este libro, es un personaje que merece nuestro respeto y admiración, al que nunca termina- remos de agradecer por su labor de gestor y promotor del éxito para empresas, organizaciones educativas, entidades públicas y privadas y miles de personas. Su gran contribución “El Decálogo Del Desarrollo”, no solo ha tenido impacto en nuestro país sino que ha transcendido fronteras llegando a México, Colombia, Honduras y Nicaragua, entre otros países de LatianoAmerica. El Decálogo Del Desarrollo es una propuesta de cambio cultural que tiene como objetivo propiciar el desarrollo de las personas y de las organizaciones, mediante un cambio de actitudes, hábitos y con- ductas, así como la recuperación de valores que hagan viable dicho proceso, que fue planteada por el Ing. Octavio Mavila a finales de la década de los 80’s. Presentar un libro es un encargo que supone una gran responsabi- lidad. En este caso es mucho mayor pues tuve el honor de conocer muy de cerca a Don Octavio y trabajar con él en el INDEHU (Instituto de Desarrollo Humano) en la difusión e implementacion del Decálogo del Desarrollo. Por ello, presentar esta edición especial realizada por la compañía Minera Poderosa para sus trabaja- dores, es altamente satisfactoria y significativa, pues acompañará los proyectos de Mejora Continua y Calidad en las Personas, que la empresa viene implementando en cumplimiento de su Visión, Misión y Valores, así como su contribución al desarrollo del país. Nuestra felicitación y nuestros mejores deseos de éxito a la com- pañía Minera Poderosa en este importante proyecto. Lima, agosto de 2021 Lic. Eduardo Castillo Ramírez. 1 El Decálogo del Desarrollo 2 [Deseos primarios de toda persona] Se puede tener la completa seguridad de que si a un grupo de personas se les hace las siguientes tres preguntas: ¿Desean ganar más? ¿Desean progresar más? ¿Desean mayor felicidad? Todas responderán afirmativamente. Y no sólo ello, sino que sana y de manera consciente cada una de esas personas afirmará que se está esforzando por obtener una mejor posición en cada una de estas legí- timas aspiraciones. Sin embargo, constatamos a diario que nuestro país, así como en los países subdesarrollados pobres, que la gente no progresa, no gana lo suficiente y en consecuencia, no tiene la oportunidad de cubrir deter- minadas necesidades materiales que forman parte de la felicidad de una persona. El trabajo aquí presentado, busca el camino que permita satisfacer estos anhelos en las personas que conforman una empresa, grande o pequeña, en los trabajadores independientes, en los profesionales, en los empleados públicos, etc; en resumen, busca el desarrollo del Perú basándose en la superación de cada peruano. 3 [Países pobres y países ricos] Somos un país subdesarrollado y pobre. Mientras tanto, oímos hablar de países desarrollados y ricos. ¿En qué se traduce la clasificación de ricos y pobres o desarrollados y subdesarrollados? Empecemosdiciendo que señalar las características de nuestra pobreza, será repetir algo conocido por todos, porque a diario esta situación padece la mayor parte de la gente del país, y quien no la vive por tener una posición acomodada, está sin embargo en contacto con ella en sus diferentes manifestaciones. En los países ricos, altamente industrializados, la producción de ali- mentos, bienes y servicios, alcanza un gran volumen con gran eficiencia de producción lo cual hace que parte de sus necesidades en todo orden de cosas sean cubiertas y que aún haya excedentes exportables, lo que a su vez da al país posibilidades de importar aquello que, por alguna razón, no produce o lo hace en insuficiente cantidad. Dos ejemplos contundentes nos permitirán apreciar en toda su realidad el contraste de los sistemas de producción de estos países con los nuestros. En el Perú trabajan 2’700,000 personas de 16 a 65 años en el campo, 47% de la PEA (población económica activa), cantidad que subiría sus- tancialmente si contáramos a los menores de 16 y mayores de 65. Sin embargo, somos deficitarios en alimentos y tenemos que importarlos por 400 millones de dólares anualmente para alimentar a 20 millones de personas. En Estados Unidos, trabajan en el campo 3’500,000 per- sonas las cuales producen alimentos suficientes para sus 240 millones de habitantes y además, exportan 40,000 millones de dólares anuales a diversos países y aún más, regalan a los países pobres diferentes pro- ductos del campo. 4 En la industria total del Perú, en miles de fábricas desde la más grande hasta la más pequeña, trabajan 300 mil personas y producen 4,500 millones de dólares anuales en diferentes productos. Honda Motor Co. Ltd., de Japón, con 40,000 trabajadores produce 16,000 millones de dólares anuales. Ahora bien, esa alta producción y eficiencia han sido logradas a través de refinamientos de técnicas y sistemas de producción, por la fabricación de diferentes equipos, maquinaria, etc., el descubrimiento científico y la aplicación tecnológica del conocimiento en todo el campo, que conduce al incremento de la producción y a una vida más larga y plena de salud, rodeada de comodidad, con mayores posibilidades de evo- lución espiritual. Esta gran producción, y las posibilidades múltiples de tener cada vez más conocimientos y preparación, conduce a dos resultados finales que vienen a ser característica palpable de estos países ricos y que hacen la diferencia abismal con nosotros: la alta remuneración que percibe cada quien por su trabajo y el bajo costo, por escala de producción de todos los bienes. Esto, en otras palabras, significa un gran poder adquisitivo. Así, por ejemplo, con el salario de una hora de un trabajador en la línea de montaje de una fábrica de autos o de refrigeradores, éste puede adquirir una licuadora. Y con el ingreso de dos o tres meses puede adquirir un auto usado de tres años de antigüedad, y con el salario de un año, dos o tres del último modelo. Comparando la riqueza de estos países con la pobreza del nuestro, auto- mático surgen las preguntas ¿ Por qué hay países pobres y ricos? ¿Cuál es la explicación de estas diferencias abismales entre los países ricos y nosotros, por ejemplo? 5 [Buscando el origen de la riqueza y la pobreza] Algunos sostienen que la explicación está en la antigüedad de los países. La noción que la mayoría de personas tienen respecto del desarrollo de un país está influenciada por el concepto de tiempo. A semejanza del ser humano que, conforme pasan los años, va adquiriendo madurez, se supone, por analogía, que con los países debería suceder lo mismo. Pero en cuanto uno profundiza en este concepto se da cuenta que no es cierto. Lo demuestran casos de países como India, China, Egipto, que tienen miles de años de antigüedad y son subdesarrollados y pobres. En cambio Australia y Nueva Zelanda, que hace poco más de 150 años eran casi desconocidos son, sin embargo hoy países desarrollados y ricos. En 1535 se fundó Lima, cuando ya Cuzco -la capital imperial- tenía algunos años y más o menos, por esa misma fecha Bogotá. Así mismo, por esa época, Hernán Cortés conquistó la ciudad de México, que hacía 300 años ya existía. En 1551 se fundó la Universidad de San Marcos, la primera en América Española y al año siguiente la Universidad de México. Cien años después de la fundación de Lima, en 1635, el Imperio Español desde México hasta Argentina, tenía en funcionamiento innumerables gobernaciones y virreinatos y su población estaba conformada por europeos -españoles principalmente- mestizos e indígenas. Todo este sistema colonial enviaba innumerables riquezas a la Madre Patria, España. Mientras tanto, las tierras de lo que son hoy en día Estados Unidos y Canadá, estaban prácticamente despobladas, vivían en ellas casi exclu- sivamente indígenas Pieles Rojas en relativa pequeña cantidad respecto del tamaño de esos territorios. 6 Los españoles, por falta materialmente de fuerzas, no habían avanzado gran cosa sobre esos territorios. El primer censo que registra Estados Unidos en su formación, cuando apenas podían subsistir los primeros pobladores en Virginia y Boston, indicaba una población total de blancos de 4,600 (provenientes en su mayor parte de Inglaterra). Como término de comparación, pensemos que el Banco de Crédito tiene más de 5,000 servidores. ¿Cómo ha sido posible entonces, que siendo prácticamente nada Estados Unidos en ese año junto al Imperio Español Americano, haya podido desarrollarse en tal forma que hoy en día es la primera potencia eco- nómica del mundo? El desarrollo del Canadá, a la fecha con 26 millones de habitantes, fue posterior al de Estados Unidos, sin embargo; hoy Canadá es uno de los siete países más ricos del mundo. La antigüedad de los pueblos no explica la razón del desarrollo. Otra forma de explicar la diferencia entre países ricos y pobres, es que si bien el Perú, por ejemplo, tiene grandes riquezas minerales, madereras, marinas, etc., su mínima exportación por lo difícil de la geografía del país ha impedido su aprovechamiento en gran escala. En cambio, en los países ricos, estas riquezas han sido más accesibles y por tanto, mejor y más rápido su gente pudo utilizarlas. Nuevamente equivocación. Si tomamos como ejemplo Japón, vemos que su territorio es la tercera parte del Perú, y el 80% del mismo es mon- tañoso, y por lo tanto inadecuado para la agricultura. Japón apenas posee minerales y no tiene petróleo. Prácticamente toda su producción, que lo ha convertido en la segunda potencia económica, se basa en importación de recursos naturales de diversas partes del mundo. Japón es como una inmensa fábrica flotante, a la que llega por cadena sinfín, formada por miles de barcos, todos los productos que necesita su industria y por otra cadena sinfín, salen también los miles de barcos a todo el mundo los productos que en estas fábricas se producen. 7 Argentina tiene tierras tan ricas, que prácticamente se puede decir que la agricultura y la ganadería se desarrollan solas. Sin embargo, es un país subdesarrollado. Por consiguiente, esta segunda hipótesis tampoco es valedera. Si no es la antigüedad, ni tampoco el territorio del país lo que hace que unos sean ricos y otros pobres, no queda más que en una tercera y aparen- temente única explicación, ya derrotista: los japoneses, los europeos, los norteamericanos son más inteligentes que la gente de los países pobres, entre ellos nosotros y por eso han podido alcanzar su desarrollo actual. Esto tampoco es cierto. Lo prueban innumerables estudiantes de países pobres que ingresan a las universidades de países ricos y destacan como alumnos de primera clase. Lo aprueban la inmensa cantidad de profe- sionales que, en búsqueda de mejores condiciones económicas emigran de lo países pobres hacia los países ricos y alcanzan posiciones de igual o mayor categoría que sus colegas de esos países. Lo prueban los visitantes de los países ricosa nuestro país como es el caso de ejecutivos de mando medio y alto, empresarios, etc., con los cuales uno conversa, discute, y llega a la conclusión que no tienen ventaja en cuanto a inteligencia y cultura sobre nuestro mismo nivel. Empero, subsiste la interrogación: ¿Por qué ellos son desarrollado y ricos y nosotros somos subdesarrollados y pobres? 8 [La impresión de un viajero del tercer mundo al mundo industrializado rico] Las impresiones generales que le quedan grabadas en la memoria a una persona de un país pobre, el Perú por ejemplo, que por primera vez llega a un país rico y desarrollado, nos va centrando en el meollo del asunto, acerca del origen de la riqueza y pobreza de los países. Este viajero, como es costumbre, al regresar a nuestro país reúne a sus familiares, vecinos y amigos, para contarles sus experiencias. El primer impacto que sufrió, les relata, fue al apreciar la tecnología de la cual sólo conocía por periódicos, revistas y películas. Ahora estaban en contacto con ella y ésta se manifestaba en las autopistas repletas de automóviles modernos; en las ciudades con inmensos rascacielos; en los sistemas de señalizaciones funcionando perfectamente; en los trenes que se desplazan a más de 200 km. por hora. Pero su admiración llegó al límite de la estupefacción, cuando tuvo la oportunidad de visitar una fábrica y ver cómo los robots mezclados con hombres producían automóviles en un chorro continuo. En fin, vió con sus propios ojos, todo lo que había leído y otras muchas cosas más. Todo lo cuenta con lujo de detalles a los asistentes de la reunión, agre- gando que el segundo motivo de su admiración fue el comportamiento de la gente, completamente diferente al nuestro. Tiene una serie de acti- tudes positivas que le impactaron y que no son comunes ni en él ni en la gente que conoce en nuestro país. El orden que refleja en todo lugar; desde el momento de su desembarco en el aeropuerto cuando viajaba al hotel; le admiró la gran cantidad de automóviles relucientes circulando en orden perfecto. Cuando recorrió 9 la primera ciudad que visitó encontró también un orden increíble en el parqueo de los automóviles y por supuesto, el orden apareció en todo lo relativo a documentación y archivos en las oficinas que necesitó visitar por algún trámite, le evitó pérdidas de tiempo. Todo esto denota una actitud muy importante: el orden. Otro punto que le impactó de inmediato fue la limpieza en las calles, hoteles, en los baños de los restaurantes y en el vestir de la gente. En los taxis, ómnibus y trenes todo está reluciente y limpio. Sin duda, otra actitud resaltante de esta gente es la limpieza. En la primera excursión que hizo, combinando el uso del ferrocarril y ómnibus, quedó sorprendido nuestro viajero de la exactitud matemática de los horarios de salida y de llegada en estos medios de transporte. Y, por supuesto, en los vuelos que hizo también de una ciudad a otra, le admiró lo mismo. Todo comienza a la hora indicada, las citas se cumplen a la hora señalada, los espectáculos empiezan exactamente a la hora pro- gramada. Esta es una actitud de puntualidad matemática. No hay “hora peruana”. Por otro lado, la responsabilidad de la gente en cada uno de sus trabajos, en contraste con lo que él conoce en el Perú, le permitió ir compren- diendo la crónica que había leído del Japón en una oportunidad, hacía ya algunos años. La noticia informaba que en una selva de Malasia unos ingenieros que trazaban un camino encontraron un grupo de soldados pertenecientes al ejército japonés, de la segunda guerra mundial, quienes habían recibido el encargo de sus superiores de cuidar determinadas posiciones en esa selva. Posteriormente, debido a la derrota de este país, por los norteamericanos, nadie les comunicó que había terminado su misión y ellos, por la responsa- bilidad característica de esa raza, se había quedado en ese lugar más de 20 años, esperando la orden que nunca llegó, que les permitiría abandonarlo. 10 La responsabilidad es una de las actitudes más destacadas en la gente de los países desarrollados. Otra actitud sobresaliente es el deseo de superación que en esos países está presente en la mayoría de las personas, traduciéndose en que esa mayoría está tratando siempre de aprender algo más, de perfeccionarse en su ocupación de escalar altas posiciones en su organización. El panorama normal en los trenes, ómnibus y aviones es de gente leyendo libros y revistas, tratando de superarse en todo sentido. Los periódicos están inundados de avisos ofreciendo toda clase de cursos de superación personal y de trabajo, en el marco de una educación permanente. Sin duda, esta actitud de deseos de superación es notoria en esos países. Y acostumbrado nuestro viajero en nuestro país a los engaños y robos, no podría creer lo que vio cuando caminando en Tokio a medianoche, encontró bicicletas y motocicletas dejadas sin ninguna seguridad, incluso algunas con paquetes. Según se informó, no corrían ningún peligro. Pero su asombro no tuvo límites, cuando olvidó en un sillón de un hall de su hotel en Osaka la máquina fotográfica. Cuando se dió cuenta del olvido, ya habían pasado algunas horas y sin ninguna espe- ranza se acercó a la administración del hotel para averiguar por ella, pues allí estaba. Qué maravilloso la actitud de honradez en esos pueblos. Refiriéndose a otro punto, nuestro viajero le comenta a sus invitados que siente una especial desesperación contra la falta de respeto al derecho de los demás que normalmente la gente exhibe en todo grado en diferentes campos en nuestro país. En contraste, le impresionó de inmediato el respeto hacia la persona que llega primero para comprar algo en un sitio congestionado o ingresa a un espectáculo, ya que en estos casos automáticamente y sin ningún vigilante, la gente se alinea por orden de llegada, respetando sin fallar el 11 turno. Igualmente, en las leyes, en los procedimientos policiales y judi- ciales, se respeta a fondo el derecho de cada quien. Esta es otra particularidad muy marcada en el actuar de la gente de estos países, que se aprecia de inmediato cuando uno los visita: el respeto al derecho de los demás. En Alemania, nuestro viajero saliendo de un club nocturno conjunta- mente con un acompañante del lugar, abordó un taxi a eso de la una de la madrugada. El taxi en su camino encontró un crucero en que, a las claras, se veía no había vehículos circulando, pero la luz roja estaba encendida en el sentido que circulaba el taxi, por lo que el chofer se detuvo y no reanudó su marcha hasta que la luz cambió a verde. Detalles como los señalados, en cumplimiento de las reglamentaciones de tránsito, de seguridad en espectáculos, etc., son motivo de asombro para un visitante acostumbrado a ver a diario cómo se incumplen los reglamentos de toda clase en nuestro país. Y a través de las conversaciones con diferentes personas, en varios de esos países, se pudo percatar el orgullo que siente la gente en el cumplimiento de las leyes, por ejemplo, tributarias. El pago de impuestos es un ritual del cual se enorgullecen quienes deben pagarlos. El respeto a la ley y a los reglamentos se cumple a raja de tabla con pocas excepciones lo que confirman la regla. En cada uno de esos países, continúa su relato el viajero, se practican dife- rentes religiones. Hay protestantes, mormones, cristianos, shintoístas, budistas, etc., pero da la impresión que todos practican una segunda religión nacional idéntica: el amor al trabajo. Récords de trabajadores que durante años asistieron sin fallar un solo día ni llegar un minuto tarde a sus centros de labores, son relatos sumamente comunes que no admiran a nadie en esos países porque así se comportan la inmensa mayoría. El nivel de vida económica que tiene esa gente, gracias a su amor al trabajo y gracias a la producción de estos países, les permite ganar lo suficiente 12 para darse una buena vida. Sin embargo, todos cuidande ahorrar en la medida de sus posibilidades e invertir esos ahorros en depósitos en los bancos que, por supuesto, pagan intereses superiores a la inflación con lo cual el capital continuamente aumenta, o bien lo invierten comprando acciones en diferentes compañías, que rinden bastante más que los inte- reses de los bancos. Según lo que conversó nuestro viajero con diferentes personas en todos esos países, la gente comprende claramente, que trabajando el capital va produciendo intereses o dividendos que, sumados al que produce el propio trabajo del individuo, cada año le permiten ganar más y por lo tanto ahorrar más y, en consecuencia invertir más con lo que el año siguiente se repite el ciclo. Y como bola de nieve va creciendo el capital de cada persona, hasta el momento, incluso en que el rendimiento de ese capital es mayor que el propio salario de la persona. Este mecanismo ampliamente practicado por casi toda la gente en esos países, se traduce en un afán por el ahorro y la inversión. Con este último punto, nuestro hipotético viajero les dice a sus invi- tados que ya ha señalado las actitudes más resaltantes de la mayor parte de las personas de esos países desarrollados y les pregunta cuál sería su comentario respecto a la manera de proceder de esa gente, tan diferente a nuestro comportamiento. Prácticamente todos, como poniéndose de acuerdo, responden: “Así seremos nosotros también, cuando seamos desarrollados”. Y con esa respuesta terminan los comentarios del viaje y se ponen a tratar otros temas. Sin embargo, todos, sin darse cuenta, han caído en una nueva equivo- cación, porque el asunto no es que seremos así cuando seamos desarro- llados, sino que para lograr ser desarrollados tenemos primero que ser así y por esta razón, las 10 actitudes esquematizadas por el viajero, sin 13 querer, están señalando las bases mismas del desarrollo y la riqueza, son las siguientes: Orden Limpieza Puntualidad Responsabilidad Deseo de superación Honradez Respeto al derecho de los demás Respeto a la ley y a los reglamentos Amor al trabajo Afán por el ahorro y la inversión Estos puntos por su trascendencia, se señalan como el Decálogo del Desarrollo. Es a tal punto básico este Decálogo del Desarrollo, para poder desarro- llarse y obtener la riqueza que, incluso, si supiéramos que un mago con un poder infinito tocase con su varita mágica los Andes del Perú y en ellos abundase oro; tocase los ríos de nuestra selva y por ellos empezase a correr petróleo y tocase nuestros mares y se repletasen de peces, aun con toda esa riqueza, seguiríamos siendo subdesarrollados. Y algo más, cuando esa riqueza se terminase porque toda la riqueza es finita, volve- ríamos a ser pobres. Pero si el mago, en vez de crear esas riquezas, tocase con su varita mágica la cabeza de 20 millones de peruanos e instantáneamente impregnase en ellas las actitudes del Decálogo del Desarrollo, en ese preciso momento seríamos un país desarrollado, pero pobre, puesto que inmediatamente nuestra posición económica no podría cambiar; mas, con toda segu- ridad, en el lapso de 15 a 25 años el Perú sería un país rico. 14 Llegados a esta etapa de nuestra investigación surgen nuevas preguntas: ¿Por qué la gente de esos países desarrollados practica el Decálogo del Desarrollo y en cambio, en los países subdesarrollados, nosotros entre ellos, sólo lo practicamos minoritariamente?, ¿Dios acaso, escogió y prefirió imbuir el Decálogo del Desarrollo en las mentes de los ameri- canos, europeos y japoneses y no así en los pueblos que no han podido desarrollarse? Si hace 250 años todos los pueblos de la tierra eran todavía pobres y hace 500 el Decálogo del Desarrollo era minoritariamente practicado a nivel mundial, ¿Cómo es que empieza a ser aplicado rigurosamente en el siglo XV en Inglaterra, por unas pocas personas que precisamente por la práctica a fondo de este patrón de conducta recibieron el califi- cativo de puritanos? [Nacen los puritanos] 15 A comienzos de los años de 1500, en Inglaterra empezó a generalizarse y avanzar con mucha fuerza el concepto de que la finalidad de haberlos enviado Dios a la tierra era para explorarla y gozar de sus riquezas y en esa forma mejorar personalmente y ayudar a nuestros semejantes. En consecuencia, cuanto mejor se realizara este cometido, más seguridad tendría quien así obrara de ganar el Cielo, porque así estaba cumpliendo con los designio del Creador. El mejor aprovechamiento de los recursos naturales a través de un trabajo duro, tendría como obvia consecuencia la riqueza de las personas que intervinieran en este proceso, lo cual para ellos sería la prueba de que ya habrían ganado el Cielo en su vida eterna. Y en su afán de lograr esa riqueza, multiplicaron su trabajo y disminu- yeron sus gastos hasta la privación, para ahorrar lo más posible y poder invertir estos ahorros en generar más riqueza. Repitiendo el ciclo de trabajo fuerte (mínimo gasto, máximo ahorro, más inversión), cada año fueron haciendo crecer su capital, como aumenta la bola de nieve cuando rueda por la ladera del cerro. Así comenzó la acumulación de capital en el mundo, base del capitalismo. Y en la práctica de producir más, se fueron percatando de que con el orden y la limpieza aumentaba la producción y lo segundo, además de motivo de orgullo, levantaba el espíritu de los trabajadores. Y se dieron cuenta que la puntualidad es uno de los secretos de la mayor producción y empezaron a hacerse ritualmente puntuales. Y, por supuesto, fueron seleccionando la gente que con más seriedad cumplía sus obligaciones, puesto que en eso se asentaba su mayor pro- ducción; es decir, el concepto de responsabilidad fue básico para desa- rrollar fuertemente las empresas y la sociedad. [Inglaterra y sus puritanos] 16 Como a medida que iban sabiendo más e iban perfeccionándose en todo sentido, podían producir más, surgió con fuerza el deseo de superación. Cuanto más honradamente se trabajara la imagen del empresario y del trabajador se agigantaba en general y particularmente ante quienes podían otorgar créditos, que permitieran el aumento de capital de trabajo, lo que a su vez iba a mejorar la producción. Por consiguiente, la honradez empezó a tener un peso enorme. Asimismo, el respeto al derecho de los demás, tuvo que forzosamente nacer para poder trabajar con la máxima armonía, ¡y poder producir más! Y también se percataron que el respeto a la ley y los reglamentos era la mejor forma de trabajar ordenadamente y obtener buenos resultados en su carrera por la riqueza. La gente, moldeada en este crisol, creó sin saberlo el Decálogo del Desarrollo, que los llevó a tal superación como personas que, con pro- piedad se les bautizó con el nombre de “Puritanos”. Estos Puritanos, en efecto, fueron los que llegaron al territorio de lo que hoy es Estados Unidos a comienzos de 1600 y continuaron haciéndolo posteriormente en grandes cantidades. Gracias a su ética de comportamiento, basado en el Decálogo del Desarrollo en 300 años lograron construir el país más poderoso de la tierra. En este frenesí, por continuar la obra creadora de Dios mediante el trabajo, se dedicaron con ahínco a la producción de bienes y servicios. Por esos años, la necesidad de producir más, era frenada por la falta de mayor fuerza generada por los músculos del hombre y la fuerza de los animales, que eran las únicas fuentes de energía en esos tiempos. En la búsqueda de alternativas de solución a este problema se empeñaron en trabajar diferentes ingenieros e inventores y como producto de este 17 esfuerzo, aparece la máquina de vapor -alrededor de 1750- que rápida- mente empieza a sustituir de manera mucho más eficiente, a los mús- culos del hombre y a la fuerza de los animales en la producción. Las máquinas de vapor comienzan a impulsar bombas de agua, molinos, telares, etc., comenzando así en Inglaterra la era de la industrialización en la humanidad, en base a lo cual, este país pasó a serla primera potencia mundial a comienzos del siglo XIX, desplazando de esta posición a la ESPAÑA COLONIAL. Los demás países de EUROPA OCCIDENTAL, percibiendo el notorio desarrollo que empezó a tener Inglaterra, comenzaron a difundir el mismo comportamiento personal, base del éxito inglés, en sus pobla- dores. Así, la práctica del Decálogo del Desarrollo también encaminó a esos países hacia el desarrollo y riqueza. 18 Hasta el año 1500, el Japón era desconocido por los europeos. El célebre viajero Marco Polo, habiendo vivido en China, a finales del siglo XIII, relató en las aventuras tenidas en ese país y citó que frente a las costas chinas, existía un país misterioso denominado Cipango, según le habían contado, con mujeres de cutis de nácar, grandes maravillas y formidables guerreros. Recién a mediados de los años 1500, Europa Central entra en contacto con el Japón. Los japoneses por formación ancestral, poseían una serie de actitudes concordantes con el Decálogo del Desarrollo, pero su efecto estuvo frenado continuamente por el militarismo, a lo que se vino a sumar la prohibición por las autoridades de toda comunicación y trato con los extranjeros entre los años 1640 y 1853. A pesar de estos hechos desfavorables, Japón por el comportamiento de su gente, continuó pro- gresando aunque a un ritmo menor que Europa y Estado Unidos. En el siglo XX se convierte en potencia mundial, siempre con la pesada carga del militarismo, que lo empuja al conflicto bélico de la Segunda guerra Mundial, en la que al ser derrotado en 1945 y su territorio ocupado por Estados Unidos, termina como potencia militar por mandato de su nueva constitución en 1947. Bajo un gobierno democrático alejado de las aventuras guerreras, empieza a relucir firmemente en las actitudes de comportamiento de la mayor parte de su gente, que logra en 40 años convertir un país abatido por la derrota y casi totalmente destruido, en la segunda potencia indus- trial del mundo, con una gran riqueza que se traduce en un altísimo nivel de vida para sus 123 millones de habitantes. Otro éxito indiscutible del Decálogo del Desarrollo. [Japón y el Decálogo del Desarrollo] 19 Ahora, amigo lector, ya sabes por qué somos subdesarrollados y pobres en el Perú. Ya sabes que todos los países del mundo eran pobres hace 250 años, tanto o más pobres que el Perú de ese entonces. Sabes también cómo se hizo la gente de Estados Unidos, Japón y Europa para emerger de la pobreza y convertirse en inmensamente rica, gracias a la aplicación del Decálogo del Desarrollo. Además sabes y esto es lo más importante, cómo hacer para que nosotros también dejemos de ser pobres y subdesarrollados. Sabes que tienes que adecuar tu vida al Decálogo del Desarrollo. • Sabes que cuanto mejor te adecues a él, más rápido evolucio- narás, mejorando como persona en todo sentido. • Sabes que mejorará tu economía. • Sabes que ayudarás a surgir a tu empresa y con ella también surgirás. • Sabes que mejorará tu familia y que tus hijos tendrán un por- venir de esperanza. Pues si ya sabes todo lo anterior... ¡Practica desde hoy cada mandamiento del Decálogo del Desarrollo! Imponte tú mismo los premios cuando obres de acuerdo a él y reflexiona la intención de superar errores cuando los cometas. Apuesta en tu casa con tus familiares y amigos y en tu trabajo con tus compa- ñeros a ver quién lo cumple mejor. Verás que en pocos meses, empezarán a aparecer los resultados que transformarán tu vida, mejorándola en todo aspecto. [Una cosa es saber y otra, practicar lo que se sabe] 20 Da una mirada a la gente que conoces, evalúa el comportamiento del profesional de éxito, en general del hombre de éxito y hallarás, con toda seguridad, que su conducta concuerda casi exactamente con las normas del Decálogo del Desarrollo. En cambio, el tipo mediocre mostrará con toda seguridad, una discrepancia muy marcada con el Decálogo del Desarrollo. 21 De manera tajante, se puede afirmar que mientras por lo menos el 50 % de la población de un país no practique el Decálogo del Desarrollo, no podrá salir del subdesarrollo y la pobreza, por más años que pasen. Este 50 % parece ser el mínimo que puede permitir que un país se incline hacia el rumbo correcto del desarrollo. Encuestas efectuadas en los países desarrollados, nos permiten ver que en Japón más del 90 % de su población lo practica fielmente, y en orden descendente muy cerca siguen Alemania, Suiza y Suecia y algo más bajo los demás países ricos. Las diferentes velocidades de crecimiento económico en estos países, la capacidad para determinar la inflación, los salarios en cada actividad, la exportación en relación con su población y otros índices económicos, coinciden casi exactamente con el porcentaje de su gente que practica plenamente el Decálogo del Desarrollo. En los países subdesarrollados, el porcentaje cae para situarse entre 25 % y el 1 %. En el Perú se puede estimar en no más del 5 %. Salta a la vista de inmediato, que el efecto de la mayor o menor ade- cuación del comportamiento personal al Decálogo del Desarrollo, que determina el éxito o el fracaso del individuo en la vida, trasladado a nivel de país, determina a su vez el grado de crecimiento económico y gene- ración de riqueza aún en países ricos. No hay otro método o camino para salir del subdesarrollo y la pobreza que cambiar las actitudes mentales de cuando menos el 50% de los peruanos. Y se tiene que empezar de inmediato a trabajar en este sentido para llegar a esta meta no más allá del año 2000. [Hacia un Perú desarrollado y rico] 22 De no hacerlo, nuestro porvenir y el de nuestros hijos será dramática- mente desastroso. El escritor y sociólogo Carlos Fuentes, uno de los más destacados intelectuales hispanoamericanos, señala: “Existe para América Española una perspectiva muy grave: a medida que se agiganta el foso entre el desarrollo geométrico del mundo tecnocrático y el desarrollo aritmético de nuestras sociedades, América Española se convierte en un mundo prescindible para el imperialismo. Tradicionalmente, hemos sido explotados. Pronto ni esto seremos: no será necesario explotarnos, porque la tecnología habrá podido en gran medida lo puede ya sustituir industrialmente nuestros ofreci- mientos monoproductivos. ¿Seremos entonces, un vasto continente de mendigos? ¿Será la nuestra, una mano tendida en espera de los mendrugos de caridad norteamericana, europea, japonesa o soviética? ¿Seremos la India del hemisferio occidental?, ¿Será nuestra economía una simple ficción mantenida por una pura filantropía?” Nuestra realidad es pavorosa, pero estamos seguros que podemos cambiar y evitar, por lo menos para el Perú, la visión de Carlos Fuentes, si empresarios y gobierno, unidos, iniciamos la gran cruzada contra el subdesarrollo en base a la práctica del Decálogo del Desarrollo. La decisión al más alto nivel de Gobierno y de los empresarios de llegar al año 2000, cuando menos con 14 millones de peruanos practicantes del Decálogo del Desarrollo, colocaría al Perú de conseguir esta meta, en la rampa de despegue hacia el desarrollo y la riqueza y más tardar en el 2015 al 2025 nuestros hijos tendría como herencia un país diametral- mente opuesto al que, si no actuamos les vamos a legar. 23 [Estrategia a Seguir] La acción para la gran cruzada contra el desarrollo, debe tener tres frentes de acción: los empresarios, el Gobierno y las instituciones educativas. 1. Empresarios En este caso, se cuenta con los siguientes incentivos a los que nadie, racionalmente se puede oponer. A. La mejora personal de cada trabajador, producida por la acción del Decálogo del Desarrollo, significa para el propio trabajador: • Superación personal. • Mejora de su productividad. • Levantar la producción de la empresa. • Como consecuencia del punto anterior, obtener mejor remune- ración y mayor participación de utilidades si la empresa tiene comu- nidad laboral. • Ascender más rápidamente en su empresa.• Transmitir las enseñanzas de adecuación al Decálogo del Desarrollo a su familia, con lo cual ésta mejorará también en todo aspecto. • Estar mucho más capacitado para algún día formar su propia empresa. B. El progreso de la empresa será una consecuencia de la mejora de sus trabajadores y significará para ella: • Menores problemas con el personal. • Mayor productividad. • Mayor producción sin aumento del personal o con muy pequeño aumento. • Como consecuencia del punto anterior, poder ganar mejores remu- neraciones que las actuales. • Mayores utilidades. 24 • Como consecuencia del punto anterior, poder otorgar al personal mayores bonificaciones, según el tipo de empresa de que se trate. Como se aprecia, el trabajador y la empresa se beneficiarán mutuamente y por tanto, ambos estarán interesados en que el Decálogo esté prac- ticándose a todo nivel en la empresa, en el período más corto posible. Cuando esta situación se haya producido, esa empresa será una isla de desarrollo, a la cual muchas otras empresas imitarán buscando iguales resultados. Cuantas más empresas tengan resultados positivos, tantas más querrán también obtenerlos, acelerándose continuamente este proceso, hasta abarcar miles de empresas de todo tipo y tamaño. El proceso de adecuación al Decálogo del Desarrollo en el personal de una empresa se efectuará mediante charlas, formación de grupos de trabajo entre todos los trabajadores, para que aporten ideas sobre cada mandamiento del Decálogo, competencia entre secciones, profusión de afiches, pancartas, carteles, insignias, premios, etc. Casi de inmediato, al comenzar la campaña que debe durar 15 meses, se comenzará a ver los resultados. Posteriormente vendrá la tarea conti- nuada de sostenimiento y consolidación del nuevo patrón de conducta. 2. Gobierno Las acciones del Gobierno deben encaminarse en los siguientes sentidos: A. Disponer en los colegios públicos y privados, la obligatoriedad del aprendizaje del Decálogo del Desarrollo. B. Seleccionar a grupos de profesores entre los más idóneos, y adiestrarlos como entrenadores de otros profesores, tratando de que adecuen su conducta al Decálogo del Desarrollo, de modo que cuando le enseñen a sus alumnos lo demuestren con el ejemplo. C. Mediante expositores capaces y métodos similares a los empleados en las empresas privadas, adecuar al personal de la administración pública y empresas estatales a la práctica del Decálogo del Desarrollo. 25 3. Instituciones educativas Por su lado las instituciones educativas tratarán de infundir el Decálogo del Desarrollo, haciendo hincapié en la necesidad urgente y dramática del cambio de mentalidad, mediante: A. Conferencias diversas al respecto. B. Presentación en televisión, diarios y revistas, acerca de los diversos aspectos de la gran cruzada nacional. C. Captando cooperación de las universidades y otras entidades. D. Coordinación del Gobierno a fin de que éste pueda realizar su propia campaña en las mejores condiciones. 26 Este trabajo plantea como esperanza real, no quimérica: • Que haya 14 millones de peruanos practicantes del Decálogo del Desa- rrollo en el año 2000. • Que las empresas se desarrollen y perfeccionen aceleradamente como consecuencia de la superación de sus trabajadores. • Que la productividad, la innovación, la inventiva, el desarrollo tecno- lógico, la acumulación de capital y el nivel económico de actitudes men- tales en ellos mismos. • Que nuestra producción de bienes y servicios, por la superación de nuestras empresas, sea de primera calidad y a precios competitivos, lo que permitirá conquistar mercados en distintos lugares del mundo. • Que los peruanos dependientes ahora, reviertan su formación ingre- sando en sus propios negocios, creando nuevos puestos de trabajo. • Que los colegiales ciudadanos del mañana, actúen de acuerdo a la nueva ética de comportamiento dictada por el Decálogo del Desarrollo. • Que nuestra administración pública mejore sustancialmente, erradi- cándose la inmoralidad y aumentando su eficiencia. • Que las empresas públicas sean eficientes y rentables. • Que los trabajadores y profesionales no dependientes, consigan una superación personal que los eleve sobre el nivel económico y de impor- tancia social en que hoy se encuentran. • Que los padres de familia formen mejores hogares, inculcando desde pequeños a sus hijos la nueva ética del Decálogo del Desarrollo. Cuando todo esto ocurra, debemos dedicarnos todos los peruanos con pasión a la tarea de lograr que esto sea alrededor del año 2000, habremos conquistado para el Perú la seguridad de supervivencia como nación; pero ya no en la forma en que lo hacemos hasta ahora explotados, dependientes, pobres y apenas sobreviviendo con un negro futuro. Comenzará para nosotros una nueva etapa de progreso, de salir del subdesarrollo, de ser respe- tados como nación de no temer a ningún imperialismo. En resumen, tendremos trabajo, pan, riqueza y libertad. [Epílogo] 27 [Seremos desarrollados] • En tu mente trabajador y profesional, debes tener la llave para entrar al reino del desarrollo. • En tu mente empresario, debes tener la llave para entrar al reino del desarrollo. • En tu mente gobernante, debes tener la llave para entrar al reino del desarrollo. • En tu mente empleado público, debes tener la llave para entrar al reino del desarrollo. • En tu mente colegial, debes tener la llave para entrar al reino del desarrollo. • En tu mente peruano, en general, debes tener la llave para entrar al reino del desarrollo. Esa llave es...¡el Decálogo del Desarrollo! • ¡Empieza hoy la gran cruzada nacional contra el sub-desa- rrollo y la pobreza! • ¿Cuáles son las razones por las cuales hay pueblos ricos y pueblos pobres? • ¿Por qué unas personas progresan más que otras? • Las mismas razones que hacen progresar a una persona hacen pro- gresar a un pueblo. • El Decálogo del Desarrollo dá una explicación de todo lo anterior y enseña el camino para encontrar el progreso espiritual y material y al mismo tiempo para vivir con felicidad, que es lo que con más vehemencia persigue el hombre. 28 29 Fundamentos Teóricos y Resumen de los Principios 30 31 1. Desarrollo Humano (1) Objetivo Describir las exigencias y coordenadas de un desarrollo plenamente humano, capaz de lograr la realización personal y la meta del bien común. Sentido y alcances del desarrollo humano La noción de “desarrollo” es muy moderna; adquirió su significado actual de “incremento de la riqueza y el bienestar de las personas y los pueblos” después de la Segunda Guerra Mundial. Fue entonces cuando comenzó a hablarse ya no de países ricos y pobres, avanzados y atrasados, industriales y agrícolas, sino de países desarrollados y subdesarrollados (o “en vías de desarrollo”). La palabra “desarrollo” sustituyó así a la palabra “progreso”. En una primera aproximación, se entiende por “país desarrollado” al país rico, es decir, al país que tiene una alta renta per cápita expresada en dólares americanos. Afortunadamente, esta manera de considerar el desarrollo está ya superada en la actualidad, opinándose que “el desa- rrollo económico es una condición necesaria pero no suficiente del desa- rrollo”. Con ello, los datos e indicadores del desarrollo han variado en calidad y cantidad, adquiriendo la noción de desarrollo un punto de vista más profundo y humano. En un informe de 1990, las Naciones Unidas, a través de su “Programa para el Desarrollo” (PNUD), afirma que “estamos descubriendo la verdad elemental de que el centro de todo desarrollo debe ser el ser humano” y que “las personas no deben redu- cirse a la sola dimensión de criaturas económicas”. En concordancia con estas afirmaciones, ofrece la siguiente descripción de lo que entiende por desarrollo humano: [Fundamentos teóricos y resumen de los principios] (1) Los conceptos que presentamos se basan en el libro “Desarrollo Humano” de Enrique López-Dóriga, S.J. Para mayoresprecisiones y ampliaciones de lo aquí resumido, consultar sus dos primeros capítulos. 32 “El desarrollo humano es un proceso mediante el cual se ofrece a las personas mayores oportunidades. Entre éstas, las más importantes son una vida prolongada y saludable, educación y acceso a los recursos necesarios para tener un nivel de vida decente. Otras oportunidades incluyen la libertad política, la garantía de los derechos humanos y el respeto a si mismo”. En cuanto al “subdesarrollo humano”, M.P. Todaro nos ofrece las diez características siguientes: 1. Pobreza generalizada. 2. Desigualdades crecientes del ingreso y la riqueza. 3. Rápido crecimiento demográfico. 4. Bajos niveles de alfabetismo y de nutrición. 5. Niveles crecientes del desempleo y el subempleo urbanos. 6. Estancamiento de la agricultura y olvido relativo del campo. 7. Sistemas educativos y servicios de salud inadecuados e insuficientes. 8. Dependencia económica, tecnológica y cultural. 9. Rígidas estructuras institucionales y administrativas. 10. Desinterés por conservar la identidad cultural y sus valores frente a la modernización. Los rasgos comunes que diversas instituciones y personas señalan en cualquier país para que lo podamos llamar “desarrollado”, pueden ser expresados en forma compendiada mediante estas cuatro características o exigencias del desarrollo humano, que se implican mutuamente: I. Suficiencia económica: un nivel mínimo de riqueza y equidad en su distribución, que permitan a todos satisfacer las cuatro necesi- dades básicas: nutrición, cuidado de la salud, vestido y vivienda. II. Realización personal: un conjunto de posibilidades educacio- nales y laborales que permitan al individuo desarrollar sus capa- cidades personales. III. Libertad social: un amplio campo de libertades, especialmente en los campos religioso, político, económico y social. 33 IV. Identidad cultural: un respeto básico de la idiosincrasia y los valores culturales de los conjuntos humanos, fomentando su pre- servación sin crear dependencias unilaterales. (En el Perú habría que considerar identidades culturales tales como la europea, predominantemente hispánica, la mestiza y la quechua, entre las principales). Decir que todo desarrollo, para que sea verdaderamente humano, tiene que cumplir esas cuatro exigencias, obliga a destacar tres coordenadas básicas en ese desarrollo: primeramente, la persona y luego la comunidad política y el bien común, realidades sin las cuales la persona no puede desenvolverse: A. La persona: López Dóriga la define como “ser inteligente y libre, capaz de amar y necesitado de ser amado por sí mismo”. Y añade: “destinado a participar de la vida divina”, porque sin esa mención al destino trascendente, la noción de desarrollo quedaría empobrecida. Las razones que ofrece vale la pena transcribirlas, advirtiendo que el sentido del desarrollo humano puede ser acogido por cualquier religión: “Si no es fácil lograr el desarrollo, como cristianos opinamos que todavía será más difícil si la sociedad, aunque no niegue a Dios, viva sin contar con Él. Aunque parezca que al estudiar el desarrollo sobra hablar del “ destino trascen- dente del hombre”, no obstante, de omitirlo, la sociedad se ve privada de una gran fuerza en su caminar hacia el desa- rrollo humano: la convicción de que todos somos hermanos como hijos de un mismo Padre, de que somos administradores de varias riquezas que nosotros no hemos fabricado y de que el derecho a la felicidad corresponde a todos los hombres y mujeres” (óp.cit. P.29). La presencia de la capacidad de amar es obligatoria en un país desarrollado, porque si bien la seguridad social debe atender en lo posible todas las necesidades, no debe ahogar la expresión individual ni colectiva del amor, que se manifiesta en la atención 34 voluntaria al indigente, al minusválido, al deficiente mental, al anciano, al enfermo y al caído en el vicio. Como país, la capacidad de amar ha de manifestarse en la solidaridad con los países nece- sitados de cooperación (ayuda que no significa “dependencia”, pues estos países deben aportar una permanente autogestión). B. La comunidad política: Los miembros y grupos que constituyen la sociedad, conscientes de su propia insuficiencia para lograr una vida plenamente humana, forman “comunidad política” (llámese país, nación o estado) para buscar ordenada- mente el bien común que la justifique y legitime. C. El bien común: Abarca el conjunto de aquellas condi- ciones de la vida social que permite a las personas, familias y aso- ciaciones, conseguir, de la manera más plena y satisfactoria, su bienestar y desarrollo. Las características y coordenadas del desarrollo que hemos reseñado y cuyo grado de asimilación y realización determina el grado de desarrollo o de subdesarrollo de un pueblo, pueden ser graficados de la siguiente manera: Exigencias y coordenadas básicas del desarrollo humano Realización personal Persona Suficiencia económica Libertad social Identidad cultural Comunidad Política Bien común 35 Por todo lo expuesto, parecen fundamentales para concebir apropiadamente el desarrollo humano: en lo personal, potenciar las capacidades individuales mediante el ofrecimiento de opor- tunidades y el respeto de los derechos humanos; en lo social, la participación comunitaria, el acortamiento de las desigualdades y la conjunción de la modernidad con la preservación de los valores culturales. Sentido de una promoción humana Como puede comprobarse, en la noción de desarrollo humano esta implícita la noción de “promoción humana”, entendida como pro- moción integral del hombre: “No podemos olvidar que la promoción integral del hombre es de capital importancia para el desarrollo de los pueblos Latinoamericanos. Pues el desarrollo de un pueblo no deriva primariamente del dinero, ni de las ayudas materiales, ni de las estructuras técnicas, sino más bien de la formación de las conciencias, de la madurez de la mentalidad y de las cos- tumbres” (Discurso inaugural de la Conferencia de Santo Domingo, Octubre de 1992). Esta formación y madurez integral, ayuda a reconocer la dignidad y derechos de cada persona, y a defender el valor humano del trabajo, lo cual dispone a la solidaridad y al compromiso, valores que, junto con la responsabilidad, la participación y el diálogo, fundamentan y posibi- litan una auténtica democracia. 36 [El subdesarrollo esta en la mente (1)] El subdesarrollo no sólo constituye un conjunto de datos esta- dísticos que permiten esbozar un cuadro socioeconómico. También constituye un estado mental, una forma de expre- sarse, una perspectiva y una personalidad colectiva caracte- rizada por algunas enfermedades crónicas y ciertas formas de desajuste. (Augusto Salazar Bondy). El desarrollo, dicho con sencillez, es la mejora del bienestar humano. La mayoría aspira hoy en día a un nivel de vida más alto, a una vida más larga y a tener menos problemas de salud; a una educación para si mismos y para sus hijos, que aumente su poder adquisitivo y les permita ejercer un mayor control sobre sus propias vidas; cierta estabilidad y tranquilidad y la oportunidad de hacer cosas que produzcan placer y satisfacción. ¿Qué es lo que produce el Desarrollo? Creo que la capacidad creativa de los seres humanos se encuentra en el corazón del proceso de desarrollo. Lo que produce el desarrollo es nuestra capacidad para imaginar, teorizar, conceptuar, experimentar, inventar, articular, organizar, administrar, resolver problemas y hacer cientos de otras cosas con nuestras mentes y manos que contribuyan al progreso del individuo y de la humanidad en general. Los recursos natu- rales, el clima, la geografía, la historia, las dimensiones del mercado, la política gubernamental y muchos otros factores, influyen en la dirección y ritmo del progreso. Pero el motor es la capacidad creativa humana. “La discusión de la creatividad no se refiere simplemente .... al caso limitantedel genio, sino a la calidad de la creatividad en general, cualquier grado en el que se pueda encontrar en un individuo determinado” (Everett E. Hagen). (1) Conceptos tomados del libro “El Subdesarrollo está en la Mente” del Dr. Lawrence E. Harrison. 37 Tenemos que preguntarnos qué valores y actitudes alimentan las con- diciones que facilitan la expresión de la capacidad creativa humana y del desarrollo. La visión que la sociedad tiene del mundo es la fuente de sus sistemas de valores y de actitudes. Si la visión que la sociedad tiene del mundo fomenta la creencia de que los humanos tienen la capacidad de conocer y comprender al mundo alrededor suyo, de que el universo funciona de acuerdo con un conjunto de leyes en gran medida descifrables y que el método científico puede abrir muchos secretos de lo desconocido, está impartiendo claramente un conjunto de actitudes estrechamente relacionadas con las ideas de progreso y cambio. Si la visión del mundo es caprichosa y carece de cohe- rencia, queda entonces poco espacio para la razón, la educación, la plani- ficación o el progreso. ¿Qué pueden hacer las sociedades, tanto para garantizar que sus valores y actitudes cambien, como para que aceleren el progreso? Para trazar y organizar un programa coherente de cambio cultural que pueda llegar a funcionar, es necesario identificar aquellos valores y acti- tudes que se interponen en el camino con aquéllos que necesitan ser introducidos o fortalecidos, lo que significa un proceso de sincera intros- pección nacional que produzca un conjunto de objetivos para conseguir el cambio cultural. Soy consciente de que el desarrollo se ve también afectado por nume- rosos factores no culturales y me doy cuenta de las dificultades monu- mentales que es necesario superar para acelerar un cambio cultural constructivo. Pero si el subdesarrollo es, en gran medida, un estado mental, no hay más elección que intentarlo. 38 Muchos pensadores peruanos trataron de concebir como podría ser el progreso del Perú, entre ellos tenemos a Jorge Basadre que nos explica en su obra “La promesa de la vida Peruana”: “En nuestro país no sólo debemos preocuparnos de la distri- bución, sino de la mayor producción y del mayor consumo. Nuestro problema no es sólo de reparto; es también de aumento. Que el peruano viva mejor; pero que al mismo tiempo el Perú de más de si. Y para elevar el nivel general de vida aquí no hay que actuar exclusivamente sobre el indio descalzo... Ninguna de nuestras soluciones nos vendrá, pues, cocida y masticada de otros países, aunque sean hermanos, primos o prójimos. Y, sobre todo, nada se podrá hacer a fondo si al país no le conmueve la conciencia de si, si no afirma en esta hora feroz su querer existencial. Por eso, la promesa de la vida peruana atañe a la juventud, para que la reviva, a los hombres de estudio... la promesa de la vida peruana sentida con tanta sinceridad, con tanta fe y con tanta abnegación por próceres y tribunos, ha sido a menudo estafada o pisoteada por la obra coincidente de tres grandes enemigos de ella: los Podridos, los Congelados y los Incendiarios. Los Podridos han prostituido y prostituyen las palabras, conceptos, hechos e insti- tuciones al servicio exclusivo de sus medros, de sus granjerías, de sus instintos y sus apasionamientos. Los Congelados se han encerrado dentro de si mismos, no miran sino a quienes son sus iguales y a quienes son sus dependientes, considerando que nadie más existe. Los Incendiarios se han quemado sin iluminar, se agitan sin construir. Los Podridos han hecho y hacen todo lo posible para que este país sea una charca; los Congelados lo ven como un páramo y los Incendiarios qui- sieran prender explosivos y verter venenos para que surja una gigantesca fogata. [El desarrollo y sus obstáculos (1)] (1)Artículo elaborado por el Dr. José Luis Pérez Garrió, Doctor en Filosofía y Ciencias de la Universidad de Barcelona. Actualmente es docente en la Escuela de Post-Grados de la Universidad Católica Santa María, de Arequipa. Las ideas de este artículo forman parte de su tesis doctoral. 39 Toda la clave del futuro está allí; que el Perú se escape del peligro de no ser sino una charca, de volverse un páramo o de convertirse en una fogata. Que el Perú no se pierda por la obra e inacción de los peruanos”. (2) Por ello se debe manifestar que el desarrollo en el Perú no es sólo una cuestión económica, es también una cuestión moral por parte de los agentes encargados del desarrollo, que en definitiva somos todos los peruanos, y para lograrlo se debe poner en ejercicio todas esas virtudes humanas que favorecen el desarrollo y que han sido recogidas en el Decálogo del Desarrollo. Por otra parte, hay que decir que el mayor mal que puede ocurrirle a un hombre es la desesperación, la falta de ilusión por vivir, por progresar, el sentimiento de frustración debido a verse a sí mismo como el ser más desgraciado, el saberse que no es importante para nadie, el sentirse no amado o despreciado. Esto es también lo que puede ocurrirle a los países o a los pueblos. Contra esto los diversos líderes han tratado de promover mitos o utopías, como la de Tomás Moro, o el mito del Inkarri en el pen- samiento andino, que sirvieran para unificar voluntades. Algunos movi- mientos liberadores también han tratado de recoger modelos emotivos para planificar sus proyectos sociales, tomando como símbolo a perso- najes como Túpac Amaru o Mariátegui. Actualmente parece que en medio de esta crisis existen dos posturas: la que busca la solución en el indigenismo y la que apuesta por un modelo de desarrollo a “imagen y semejanza” de los grandes países industrializados del mundo. Por ello, y retomando el texto de Jorge Basadre, hay que pensar que ninguna de las soluciones del Perú nos vendrá cocida y masticada de otros países. La solución para el desarrollo tiene que surgir de una voluntad autónoma, de nosotros mismos que definamos de una vez por todas, cuál es el camino de desarrollo que deseamos emprender, y hasta que no haya este consenso para ponerse en marcha hacia esa meta, no se va a ir a ninguna parte y el Perú quedará estancado o a merced de los inte- reses de los grupos de poder. Hace falta un objetivo nacional, que posea (2) BASADRE, Jorge: “La Promesa de la Vida Peruana”, Lima, Ed. Mejía Baca, 1958, pp. 47-51. 40 las características de creatividad, justicia y que tienda a la consecución del bien común, un ideal colectivo. Nuestro pueblo está buscando solu- ciones. Por eso, las palabras: “Cambio, Paz, Desarrollo, Modernidad, etc.” resultan vocabulario fácil de los políticos. Sin embargo, sigue sin haber una propuesta concreta a cuarenta o cien años vista. No parece descabellado, afirmar que en el Perú el desarrollo debe venir por el esfuerzo colectivo, que se ha expresado en formas tradicionales como la “minca” o el “ayni” en los pueblos andinos y que han logrado sintonizar con el alma indígena. Ahora se habla de que las soluciones están en que vengan inversiones extranjeras; pienso que si bien no son de despreciar, no son la verdadera solución integral, aunque pueden ayudar en un momento dado. La riqueza de un país no lo hace el dinero sino la educación, la cultura, la grandeza moral y espiritual de sus gentes. Si nos planteamos con objetividad: ¿Con qué contamos en estos momentos para salir de la crisis? Contamos con dos elementos: una pobreza generalizada y una cultura andina inoperativa. Lo cual significa que por su pobreza no tiene recursos para proponerse una industriali- zación, ni una educación, ni siquiera una cultura occidental moderna contra la que competir en la carrera del desarrollo mundial. Y por otra parte, la cultura que tiene, no le sirve para enfrentarse al mundo moderno, con las armas que las sociedades industrializadas usan. Se requiere una modernización de la cultura andina que pueda responder a los retos del presente. Entonces parece que no tiene el Perú ninguna solución;sin embargo, yo creo que sí. El Perú tiene en sus manos precisamente la gran solución que le puede permitir no sólo sobrevivir sino ser el país que todo el mundo, incluso Europa o Japón, le gustaría tener. Y así señala Wagner de Reyna: “Vemos en la pobreza un valor. Un punto en que podemos aplicar la palanca para volver al hombre al lugar que en la Creación le corresponde. Creemos que a través de la pobreza pasa el camino de la humanidad” (3). 41 La humanidad ha buscado en la riqueza y el poder la solución a sus grandes problemas vitales. Esta solución, de la cual la industrialización es un claro exponente, lleva a una forma muchas veces no natural de vida. Y frente a este mundo de opulencia se debate el Tercer Mundo entre la vida y la muerte más dramática; frente a la “libertad” de los países ricos, está la falta de libertad fáctica de los países pobres: allí un hombre no tiene medios para ejercer su libertad, y eso es un escándalo que acepta el corrupto “desarrollo occidental”. Se trataría, dice Wagner de Reyna de: “Poner las bases de un modelo que aceptando la pobreza (en el sentido de frugal moderación) y teniendo por guía la cultura, lleve al verdadero desarrollo, que es la realización del humanismo” (4). Y esta solución no es sólo para los países pobres sino también para los países industrializados, que tienen una fe absoluta en el poder de su desarrollo. Existe una crisis moral, política, económica a nivel mundial, pues la desigualdades entre unos países y otros evidencian que algo no funciona bien. Esta crisis no es así “Coyuntural” sino que viene provocada por el mismo esfuerzo industrial y técnico. Está vinculada íntimamente al desarrollo. El capitalismo está necesitando una profunda revisión de sus principios. Por primera vez el hombre se ve obligado a escoger su porvenir y el de la especie, ha de asumir su responsabilidad frente al desastre que la indus- trialización del Occidente está preparando, aunque no quiera recono- cerlo y donde el perjudicado es el hombre mismo. Ante esta crisis mundial del desarrollo se podría uno preguntar si sería posible un planteamiento distinto del actual, que no tome como supuestos fundamentales, aquellos que han llevado a la actual crisis sino otros que han sido descuidados. Se busca un modelo humanista de desarrollo que responda a la problemática actual, es decir, vinculado a la ciencia. Se debe buscar un modelo que sepa vincular la pobreza y la cultura, que si bien puede parecer utópico no lo es, menos el modelo vigente que cree que la omnidevorante economía y la tecnología más (3) WAGNER DE REYNA, Alberto: “Pobreza y Cultura. Crisis y Concierto”. Lima. Fondo Editorial Pontificia Universidad Católica del Perú”. 1962 Pág. 13 (4) Ibid, pág 15 42 avanzada podrá evitar una catástrofe mundial. La pobreza es una virtud cristiana que puede armonizarse con la cultura para hacer del hombre un ser mucho más feliz y seguro. Este modelo debe buscar un nivel discreto de suficiencia y abasteci- miento, pero que no busque el “tener”, como el actual modelo, sino el “ser” y que potencie la dignidad de la persona desde un punto de vista cristiano. Evidentemente se requiere una transformación de valores, de menta- lidad; tenemos que sentirnos motivados a “vivir simplemente para que otros simplemente puedan vivir”, tenemos que aprender a tener menos para ser más, para darnos más unos a otros. El punto de partida para un proyecto nacional de desarrollo auténtico debería atender los problemas básicos y más urgentes del Perú actual, vale decir, la desnutrición y el desempleo. Felizmente existe una estra- tegia para resolver estos dos problemas más serios simultáneamente: el DESARROLLO RURAL INTENSIVO EN MANO DE OBRA. Este modelo agrario, puede permitir ser el Perú uno de los mayores produc- tores de vegetales del mundo, por su variedad de climas, suelos, etc.… basta poner entusiasmo. Este modelo ataca simultáneamente los dos problemas más urgentes: la desnutrición y el desempleo, y además no requiere de grandes inversiones, evitaría la mortalidad infantil causada por la desnutrición y las migraciones masivas hacia las ciudades urbanas. La mayor dificultad es que la acción política se decida de una vez a dejar de soñar en el exterior y se empiece a pensar en el Perú, en dejar de pensar que se trata de hacer que el Perú sea Nueva York o Miami, y empezar a pensar que pudiera ser el Perú el paraíso de Europa. Los incas hicieron cientos de variedades de maíz, legumbres, etc. ¿Qué impide que ahora con la tecnología existente no se logren mejores resultados?, basta propo- nérselo. Pero si el Perú sueña en hacer mejores computadoras que Japón, ha perdido ya la carrera de la industrialización; mejor es iniciar una nueva competencia de desarrollo, la del desarrollo agrario que está por comenzar. Si el agua de los ríos del Perú se utilizara para la agricultura 43 y toda la tierra para los diferentes usos, otra realidad nos esperaría. Para ello remitiría al artículo de Claudio Herzka: “Si se pretende hacer funcionar la democracia, tiene que generarse en las personas que viven en el Perú una esperanza en el futuro, una esperanza en que el mañana puede y debe ser mejor”. (5) (5) HERZKA, Claudio: “Entorno económico del año 2000 y democracia en el Perú”, Lima. En el libro: “Economía para la Democracia” (compilación de Gonzales de Olarte). I.E.P. 1989 p. 141 44 [Principios valorativos que apoyan los fundamentos del Decálogo del Desarrollo (1)] Objetivo Precisar los ejes valorativos que exige una educación integral y la práctica del DD, para cumplir un propósito realmente orientador. 1. Principio del valor y dignidad de ser persona La naturaleza del ser humano entraña un valor por sí mismo. Valor que se ofrece ante la conciencia de cada uno y ante el reconocimiento de los demás. Este valor de la persona es digno por sí mismo. Por ello, la persona tiene necesidad y derecho de que su dignidad sea reconocida, res- petada y favorecida. De la dignidad de la persona humana se deriva la dignidad no menos valiosa del conjunto social: reunión y producto de personas dignas. Ninguna consideración de tipo utilitario, para sí o para otros, pueden jus- tificar que se melle a la persona, pues ello sería desconocer y disminuir el valor natural del ser humano. La dignidad de la persona humana trasciende al individuo y garantiza la dignidad del conjunto social. Por ello, la valorización de cada peruano es el más sólido fundamento de la dignidad nacional. (1) Aporte hecho al Ministerio de Educación por el Dr. Gustavo Quintanilla Paulet, Ex-Vicerector de la Universidad Santa María de Arequipa. 45 Una educación orientadora deberá, por lo tanto, cumplir acciones que pro- muevan el cumplimiento de este principio de dignidad, enseñando que no debe sacrificarse por consideraciones de segundo orden, como el origen, la raza, la cultura, la condición socioeconómica, las ideas, el sexo, etc. 2. Principio de la necesidad de realización plena El ser humano, puesto en este mundo y en la vida, está inevitablemente integrado a una doble realidad que trasciende los límites de su indivi- dualidad: la ecológica y la social. Pero, siendo la vida un proceso, cada persona es el proceso de su propia realización. Esto es: lograr el desarrollo de sus capacidades, el cumpli- miento de sus objetivos individuales y comunitarios y el progresivo acer- camiento a la definición de su propia identidad. Realización plena quiere decir un armónico desarrollo de todas las habi- lidades y capacidades, desde las más operativas hasta las más íntimas de contemplación interior de la propia existencia. La realización plena supone el aprovechamiento de los recursos propios y de aquellos otros que brinden el mundo ecológico y la integralidad social, para el más pleno encuentro del individuo consigo mismo y con su mundo de semejantes, sea éste inmediato o mediato a su experiencia histórica personal. Para el cumplimiento del principiode la realización plena se requiere que la propia persona sea consciente de su vocación de realizarse a ple- nitud, y que cada uno conozca la respuesta que tiene para los requeri- mientos de la realización personal de los demás. El conocimiento de este principio, la voluntad de cumplirlo y las acciones que a ello conducen, suponen una orientación específica y el establecimiento de una infraes- tructura racional de bienestar. 46 3. Principio de la armonización entre individu- lidad y socialidad La doble dimensión del hombre, como individuo identificado con su yo personal y como participante de una realidad social integrada por otras personas, con cuya especie queda vinculado por pertenencia de natu- raleza, genera siempre la posibilidad de polarizarse con mayor acento hacia lo individual o hacia lo social. El principio de individualidad señala la necesidad de distinguir cla- ramente el hecho inalienable de ser individuo, propio en sí mismo, del hecho también inalienable de pertenecer al conjunto social. Sin embargo, la realidad de ser propio en sí mismo sólo se da en la dimensión individual, como asiento de una dignidad específica e irre- nunciable, diferente de la naturaleza y dignidad de los demás individuos. La clara percepción de esa dimensión individual y el reconocimiento del derecho a ser diferente de los demás, permitirán la más adecuada defi- nición y realización de cada uno, lo cual al mismo tiempo enriquecerá el conjunto social como producto de individualidades más definidas. La formación integral de la personal humana requiere de conceptos claros y de una praxis para mantener la propia individualidad, facilitar el mantenimiento de la individualidad de los otros y armonizar esto con la naturaleza específica de la sociedad. Una orientación basada en este principio lleva hacia la mejor realización del hombre peruano, uno de los más profundos objetivos nacionales. La persona humana, por ser la realidad concreta de la humanidad, per- tenece al conjunto de sus semejantes. Esta dimensión de socialidad es tan natural como la individualidad. El principio de socialidad expresa que el hombre por naturaleza es social, por lo que requiere vivir en un conjunto humano organizado de manera tal que pueda desarrollarse como actor y beneficiario del mismo conjunto. 47 Esta organización supone que todas sus estructuras socioeconómicas, culturales, etc., no deben dificultar el cumplimiento del rol social de la persona, sino procurar que sean favorables para el cumplimiento de todos los demás principios. De ello se desprende que una sociedad estructurada de manera tal que sólo favoreciera la realización de la minoría sería una sociedad injusta. De ello también se desprende que todas las personas que integran una sociedad, están obligadas a contribuir a la supresión de las estructuras injustas y al establecimiento de un sistema estructural adecuado para que, de ser posible, todos los miembros de una sociedad puedan rea- lizarse plenamente y tengan la opción de cumplir con el imperativo natural de contribuir a la realización de los demás. La sociedad no es solamente una integración de personas individuales sino también una integración de grupos. La responsabilidad social, por lo tanto, alcanza al individuo y también al grupo como tal. La responsa- bilidad social del individuo puede alcanzar - y de hecho alcanza - varios niveles, no excluyentes sino concomitantes. Esto explica por qué puede tener simultáneamente diferentes responsabilidades: en la comunidad familiar, la comunidad ciudadana, la comunidad educativa, la comu- nidad laboral, la comunidad económica, la comunidad religiosa, la comunidad deportiva, etc. La escuela debe orientar para que el individuo sea actor responsable y consciente en los diferentes niveles sociales a que pertenece, procurando dentro de una jerarquía de valores, que su realización personal sea armo- nizada con los requerimientos de los diferentes niveles de estructuración social que están al servicio de los demás. 4. Principio del sentido de justicia para una sociedad bien estructurada Los más altos derechos a la realización plena y a la definición individual y social sugieren el cumplimiento del principio de justicia. 48 Significa que cada individuo, y la sociedad misma, deberá favorecer el desarrollo de las aptitudes y el respeto a las limitaciones o deficiencias personales. Ello deberá ser concebido como una exigencia de justicia. Por justicia, las estructuras sociales deberán ser adecuadas a los más altos fines de la realización personal y a la existencia digna del ciudadano, y por justicia, el individuo deberá contribuir al bien común del conjunto social. La educación deberá ofrecer una orientación adecuada para cumplir con los requerimientos del principio de JUSTICIA y procurará diseñar y ejecutar sistemas de bienestar adecuados hasta lograr el bienestar básico que se requiere por justicia, para que el mismo bienestar constituya la vivencia y experiencia de la armonización de los derechos individuales y las exigencias del conjunto social. Énfasis especial deberá poner la escuela en la formación del ciudadano respetuoso de las leyes y de un orden que equilibre los derechos y obli- gaciones individuales con el ordenamiento jurídico de una sociedad estructurada al servicio de las mayorías. 5. Principio de la responsabilidad solidaria El ejercicio de la responsabilidad social supone el sentimiento interno de la solidaridad. Esto quiere decir que cada persona se siente identificada con la natu- raleza y las necesidades de las otras personas y del conjunto social. Es la negación de todo egoísmo y el cumplimiento de las más nobles vir- tudes de responsabilidad, comprensión, amor, altruismo y lealtad. Solidaridad significa sentirse partícipe de las realidades y problemas ajenos, y responsable de sus soluciones. La solidaridad deberá abarcar desde la dimensión de persona, hasta las dimensiones sociales más grandes, como la comunidad inmediata, la comunidad nacional y la comunidad mundial. 49 Desde la más tierna infancia, la educación orientadora deberá pro- curar la formación del sentimiento de solidaridad por implementación teórica y por el ejercicio de la colaboración y ayuda entre compañeros, y por la participación, de acuerdo a su alcance, en la solución de los requerimientos de la comunidad nacional o mundial, especialmente en los casos de catástrofes que exigen cumplir con un rol de defensa civil y colaboración. 6. Principio del sentido creador del trabajo El ser humano es un ser activo. Su actividad es la respuesta práctica a la necesidad de realización per- sonal, pero es al mismo tiempo la expresión de la capacidad creadora y de integración con las demás personas y los grupos sociales. Por ello, la actividad y el trabajo en especial deberán compatibilizar los intereses de la realización personal con el desarrollo del país. Deberán contribuir a la permanente transformación de las estructuras socioeco- nómicas del presente, para lograr estructuras más justas y promociona- doras del esfuerzo humano dignificante, creador y de servicio para los demás, y como formas de realización personal. En la escuela, el trabajo y la actividad deberán ser al mismo tiempo un medio de formación para la experiencia vivencial de la responsabilidad y de otras cualidades, que requerirá siempre la participación activa del ciudadano en el desarrollo del país. 7. Principio de la obligación y derecho a la parti- cipación social La dimensión social de la persona y el hecho de que la sociedad esté inte- grada no solamente por individuos sino por grupos y comunidades de diferentes magnitudes, genera el derecho y la obligación de participar en la actuación de los diferentes niveles y formas de una sociedad. 50 Esta participación incluye desde la opinión hasta la toma de decisiones y la acción misma en los ámbitos de una comunidad: cultural, económico político, etc., pero supone el entrenamiento
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