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Aportes de la Teoría Psicoanalítica - extracto Doc Sierra Norma (1)

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El presente documento recupera algunos títulos y desarrollos de un texto elaborado por la Especialista 
Norma Sierra, con la finalidad de ser utilizados como material didáctico en la asignatura Psicología del 
Desarrollo de la Lic. y Prof. en Educación Inicial – Facultad de Ciencias Humanas – Universidad Nacional 
de San Luis. 
 
Universidad Nacional de San Luis 
Facultad de Psicología 
Documento de Psicología Evolutiva I 
 
Aportes de la Teoría Psicoanalítica 
Esp. Norma Sierra 
Una teoría del desarrollo estructurado 
Para el psicoanálisis, a partir de los trabajos de un psicoanalista francés (Jacques Lacan, 1901-1980), el 
desarrollo psicológico, emocional y sexual, va a estar fuertemente enlazado al proceso de constitución 
del sujeto. 
Este autor va a entender a la constitución del sujeto a partir del concepto de estructura. Esto quiere 
decir en primer lugar, que no hay un sujeto natural e innato. En segundo lugar, que el sujeto adviene tal 
a partir de inscribirse en una estructura, de la que primero hará referencia como estructura social, y 
luego precisará que se trata de una estructura de lenguaje. 
El término estructura remite a un conjunto de relaciones que mantienen unidas entre sí las partes de un 
todo. Por ejemplo, la estructura del cuerpo humano; estructura de un poema. También se refiere al 
modo de estar organizadas u ordenadas las partes de un todo, como por ejemplo cuando se habla de la 
estructura de red, o de la estructura organizativa de una sociedad. 
Esta teoría sobre la estructuración del sujeto, parte del psicoanálisis freudiano, y toma aportes de la 
lingüística (Ferdinand De Saussure), y de la antropología social, especialmente de las investigaciones de 
Levy- Strauss sobre las estructuras elementales del parentesco. 
Pero el modo de entender la estructura para el psicoanálisis, es muy particular. Es diferente a la idea de 
los estructuralistas de esa misma época. Se trata de una estructura con una falta, una estructura que no 
es completa y que por lo tanto implica la posibilidad de circulación de los elementos que la componen, 
porque siempre falta un elemento, entonces para ordenarse, y obtener algún equilibrio deben buscar 
cómo organizarse. Pero resulta que esa organización nunca elimina la falta de un elemento. 
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Es una estructura en la que se encuentran momentos de cierto equilibrio, funcionamiento estable, pero 
que en sí mismo tiene el núcleo de su desequilibrio, por lo que ya dijimos, nunca se elimina la falta, al 
contrario, es ésta la que posibilita el movimiento. 
Es como el juego unblock me, donde hay unas fichas de madera y una es de un color distinto, por ej. 
rojo. Se trata de mover las piezas para un lado y otro hasta lograr sacar la roja hacia un lateral. Hay que 
avanzar y retroceder en el juego, a veces hacer un paso adelante, luego varios atrás y así sucesivamente 
hasta lograr sacar la pieza roja. Otros juegos así son el Senku, el cubo mágico, todos se basan en una 
estructura en falta. Si no hubiera un espacio vacío no se podrían mover las piezas. Pero para lograr ganar 
hay que tener una estrategia y cierta astucia. Se necesita de un sujeto. 
El sujeto no es innato, sino que adviene, se constituye, a partir de inscribirse en una estructura simbólica, 
en la cual hay un elemento faltante. Podríamos decir que ese lugar vacante, es el lugar del deseo de una 
madre, que circunscribe un primer lugar de falta. A ella le falta algo, y desea completar esa falta con un 
hijo. Veremos que ese es un primer lugar, pero eso solo no basta para que ese niño se constituya en 
sujeto. 
A partir del primer momento, que es el surgimiento del sujeto, se producen transformaciones del niño 
como sujeto. 
Vamos a adelantar, que los elementos que componen la estructura, son los del Complejo de Edipo: 
Madre, hijo, padre, y el falo que es el que circula entre los tres personajes produciendo modificaciones 
en las posiciones de cada uno. Las transformaciones inciden y estructuran el desarrollo libidinal del niño. 
Por eso es que podemos encontrar un niño que a los 4 años aún no controla esfínteres, aunque su 
desarrollo madurativo así lo permita. Aún puede estar detenido en un tiempo lógico de la constitución 
subjetiva que no le permite tomar esa independencia de la madre. Esto lo veremos en mayor 
profundidad cuando estudiemos las fases del desarrollo libidinal: oral, anal, genital, latencia, pubertad. 
Estas transformaciones hay que pensarlas como tiempos lógicos, no cronológicos. Es decir que 
responden a una sucesión de modos de estructuración de orden lógico, independientemente de la edad 
en la que se producen. 
La primera posición que tiene el niño en este proceso de constitución subjetiva, es como objeto. El niño 
al nacer es un objeto del deseo materno. El pasaje de objeto a sujeto es un complejo proceso, en el que 
el primer momento es la inscripción del sujeto en la estructura. 
Esta concepción nos lleva a pensar una teoría del desarrollo estructurado, en el que se produce un 
anudamiento entre el lenguaje, el cuerpo y la pulsión. Primero veremos de qué manera se produce este 
anudamiento, a partir de lo cual podremos luego pensar las distintas fases de la libido que propuso Freud 
en el desarrollo del niño. 
 
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El inicio mítico de un sujeto 
Hablamos de un inicio mítico porque al ser un tiempo lógico y no cronológico, no es algo observable 
directamente sino por sus consecuencias, se trata de hechos deducibles a partir de la experiencia que el 
psicoanálisis tiene con los procesos subjetivos. 
Cuando nacemos entramos en un orden simbólico, el orden del lenguaje, en el que nacemos por segunda 
vez. 
El infans, el "sin palabras", nace al estado de sujeto hablante cuando se inscribe, como sujeto, en la 
estructura simbólica. Debe inscribirse como sujeto, nacer como sujeto, porque, como dijimos, su 
nacimiento es primero como objeto del deseo materno. 
Posición de Lacan: 
Hay un orden de realidad original, que inicialmente llamó "las relaciones sociales", y más tarde 
"estructura del lenguaje", que es central para abordar la cuestión del advenimiento de una constitución 
subjetiva. Este orden original tiene como consecuencia separar el aparato psíquico e incluso la 
dimensión de lo mental, de sus coordenadas naturales. 
Es decir, que al haber un orden original, que nos precede como sujetos hablantes (la estructura del 
lenguaje), se produce una desnaturalización del aparato psíquico y de los procesos de desarrollo. 
 
El sujeto será efecto de la inscripción del ser viviente en ese orden original, preexistente, del lenguaje. 
¿Por qué desnaturalización del aparato psíquico y del desarrollo? 
Nuestro aparato psíquico no depende de un orden instintivo, en el cual está predeterminado cuál es el 
objeto y el camino para la obtención de la satisfacción de dicho instinto. 
Los seres humanos, a diferencia de los animales, estamos determinados por la pulsión, que implica un 
circuito de satisfacción, pero en el cual no está determinado cuál es el objeto de su satisfacción. 
Por el contrario, puede ligarse a diferentes objetos, por ej. la pulsión oral en los bebés, que en lugar de 
satisfacerse con el pecho, pueden por un tiempo encontrar el mismo placer en el pulgar, o un chupete. 
Y cuando somos adultos, por los desplazamientos del objeto, en la comida, la bebida, el cigarrillo, etc. 
La teoría de la constitución del sujeto a partir de su inscripción en el lenguaje, en lo simbólico 
preexistente, también desnaturaliza la idea de desarrollo, porque este concepto estuvo siempre 
marcado por una clara referencia biológica. El desarrollo fue entendido como un proceso determinado 
por la maduración del organismo, incluso por muchas teorías dentro del Psicoanálisis. 
Para Lacan, el desarrollo, organizado por la estructura que concierne a la constitución subjetiva, supone 
diferentes registros de la temporalidad. Las transformaciones quesupone el desarrollo se producen de 
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manera articulada y determinada retroactivamente por los tiempos de constitución de la subjetividad, 
los tiempos de estructuración del sujeto. (esto se retomará cuando hablemos de la retroactividad de los 
procesos psíquicos) 
En una primera época, Lacan se apoya en Durkheim para pensar el establecimiento del aparato psíquico 
a partir de la dimensión social. Plantea la relación del sujeto con la dimensión social, con el otro, como 
primaria y como condición necesaria para la constitución subjetiva. Esta relación con la dimensión social 
se va a ir organizando a partir de "complejos", que serán los organizadores del desarrollo psíquico. 
De entrada al término “complejo” se define como un conjunto de reacciones que pueden incluir 
funciones orgánicas así como las emociones y las conductas adaptadas al objeto, pero está condicionado 
por factores culturales. Estos lo dominan en su contenido y su forma. 
Hay complejos humanos típicos, que se configuran sobre el fondo de las leyes de un grupo social 
mientras que la fijeza del instinto se asocia con lo genérico de la especie. 
En la familia es en donde se ponen de manifiesto los complejos más estables y más típicos, siendo 
verdaderos organizadores del desarrollo psíquico, motivados en el inconsciente. 
Esta idea del desarrollo a partir de los complejos, que son determinados por la cultura, cuestiona toda 
idea de evolución. El desarrollo no será producto de una maduración, de una evolución de un estado 
menos desarrollado a otro más desarrollado, sino que depende de cómo deviene la singularidad psíquica 
de cada individuo a partir de los complejos psíquicos. 
El principal complejo, responsable del advenimiento del sujeto como sujeto de la palabra, pero además 
sujeto sexual, y por ende sujeto deseante, es el Complejo de Edipo. 
El complejo de Edipo, es el que permite reorganizar los estadios previos, por el pasaje de una relación 
dual (madre - hijo) a una relación de tres (madre - padre - hijo), y la creación de una configuración nueva 
para el psiquismo (sale de la posición de objeto del deseo materno para transformarse en un sujeto 
deseante, y es el padre, el tercero, el que orientará al niño sobre su objeto de deseo, que ya no podrá 
seguir siendo la madre por efecto de la prohibición del incesto, que es una ley cultural, una incidencia 
de la cultura sobre el ser viviente). 
Esta concepción cuestiona la idea de un desarrollo lineal, de etapas que se suceden una tras otra en una 
continuidad cronológica de superación. Por el contrario, implica que el Complejo de Edipo, reordena las 
etapas anteriores, las que a su vez son condiciones de su efectuación. 
Por un lado está la maduración del organismo, que no se trata de desconocerla, pero ésta queda 
sobredeterminada por el sentido que el sujeto le va imponiendo en cada tiempo de su estructuración. A 
su vez, ese tiempo no es lineal, sino que el sentido va transformándose, tramándose como historia vivida 
y resignificada a posteriori. 
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El sujeto vive un suceso, le queda algún tipo de registro del mismo, pero en etapas posteriores, ese 
hecho va a ir adquiriendo nuevas significaciones que marcan de otro modo la relación del sujeto con lo 
vivido. Estos son los primeros fundamentos del psicoanálisis, que hablar pasar lo vivido por el registro 
del sentido, de las palabras, modifica algo del pasado, de los efectos que ese pasado tiene sobre el 
presente y el futuro del sujeto. 
Lacan consideraba que "...los estadios instintivos son ya cuando son vividos, organizados en 
subjetividad" (Fc. y campo de la palabra..., 1953,262). 
 
La inscripción del sujeto en la estructura: de lo imaginario a lo simbólico en una Teoría del desarrollo 
estructurado 
Inscripción del sujeto en la estructura del lenguaje. 
Hegel decía "la palabra mata la cosa". La cosa es el ser viviente en su estado primitivo, sin palabra, sin 
subjetividad, sin conciencia, puro "ser". La palabra mata la cosa es tomado por Lacan para decir, la 
palabra mata ese estado primitivo del ser al hacerlo pasar por el lenguaje, que lo mata significa que a 
partir de que entra en el lenguaje, que se inscribe como sujeto en ese mundo simbólico, ya no será lo 
mismo, pasa a ser otra cosa. La naturalidad de ese puro ser se perdió para siempre. 
Otro modo de pensar esto, es en relación a lo que Freud llamó "la primera vivencia de satisfacción". 
Habría una primera vivencia de satisfacción, que el niño siente pero no puede representar, cuando 
quiere repetirla, necesita pedir al otro el objeto que podría darle la misma satisfacción, en ese momento 
hace pasar el objeto y la satisfacción por la representación, sino no podría pedirla al otro. Lo que 
encuentra no será exactamente el primer objeto, y la satisfacción podrá ser parecida, pero no es la 
misma. 
Una vez que algo pasa por el plano de la representación, ya no es lo mismo. Se obtiene una ganancia y 
a la vez una pérdida. Lo que gano es que puedo tener un significante, una representación psíquica de 
que eso que experimenté fue placentero, puedo representarme qué objeto necesitaría para volver a 
obtener esa satisfacción, y tengo que pedirlo al otro. En ese momento, la necesidad y la satisfacción ya 
pasó a la palabra, esa es la ganancia, ahora puedo pedir lo que quiero, pero lo que se perdió es el estado 
puro y total de esa satisfacción. El objeto que se encuentre no será ese primero, será otro. 
Por eso es tan importante la estructura del lenguaje, la manera en que se engancha el cuerpo, la pulsión, 
el lenguaje. Fíjense que en esto que decía tenemos estas tres dimensiones, el lenguaje, con su estructura 
representacional que se sintetiza en el aforismo hegeliano, la palabra mata la cosa; la pulsión, que 
implica un empuje a obtener una satisfacción pero sin que esté determinado el objeto, sino que hay que 
buscarlo en base a esas primeras huellas de satisfacción, y que es necesario que pase por el lenguaje 
para obtener el objeto, y finalmente todo esto concierne al cuerpo de un ser viviente, no es una cuestión 
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"mental", sino que atañe al cuerpo, al cuerpo erógeno, de placer, el que puede registrar las experiencias 
de placer y displacer. 
 
Estructura del lenguaje. El signo lingüístico se divide en significante y significado, el significante es 
arbitrario y se define por su diferencia respecto a todos los demás. El sentido se produce a partir de la 
significación que se cierra al final de una frase, momento en el que se articulan el significante con el 
significado. Son dos cadenas paralelas, independientes, que se abrochan de determinado modo a partir 
de que el Otro le otorga sentido a lo que escucha. No hay correspondencia biunívoca entre significante 
y significado. 
Para hablar del elefante no necesito traer el elefante a esta sala. 
Pero a su vez, cada palabra puede remitir a diferente significación según donde se ponga la puntuación. 
Por ejemplo, "No me gusta ese titular", "No, me gusta ese titular" 
"vamos a comer niños" "Vamos a comer, niños" 
Un hombre / bien parecido / al mono. 
 
¿Cómo se produce la captura del ser viviente en el lenguaje? 
Por supuesto que hay cuestiones biológicas que sostienen la existencia en el mundo. Pero esa existencia 
adviene a un mundo que lo ha significado. Ese ser viviente es parasitado por el lenguaje. 
El lenguaje no es en el origen ese lenguaje que se habla de manera organizada, normativizada por la 
comunicación y la gramática. 
En el origen, se produce la captura del viviente para transformarse en un ser parlante, que además será 
sexuado, y que su sexo no se corresponderá necesariamente con el sexo anatómico. 
Inicialmente somos practicantes de un laleo, de un ejercicio de nuestro aparato fonador, que produce 
una satisfacción, un placer en la caja de resonancia de nuestro cuerpo. 
Esas experiencias de laleo forman como un fondo constitutivo de la lengua de cada uno. 
A partirde ese laleo, de esas experiencias que son verdaderas experiencias de placer registrado en el 
cuerpo, es que entra el Otro, con su sentido, su interpretación, a ordenar y articular el laleo en palabras. 
"Me quiso decir mamá", "papá", y el nene dice mamamamama, papapapa... No quiere decir nada, pero 
la madre, el padre interpretan esos primeros sonidos, porque como ellos ya están capturados en el 
sentido, esperan que su hijo también hable, que se comunique, que los nombre, que les pida lo que 
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quiere, y apenas surgen los primeros sonidos, ya están intentando entender lo que ese niño les quiere 
decir. 
Pero es al revés, el niño comienza a gozar de su laleo, de la resonancia de esos sonidos en su cuerpo, y 
se encuentra con que el Otro le dice "eso quiere decir "mamá", "papá", "teta", etc. Le impone la 
gramática y el sentido para la comunicación, que es lo que preexiste a toda existencia humana. 
De estas primerísimas experiencias, que no son directamente observables, sino deducidas, se 
desprenden dos efectos: 
1- Que ese que era solo un organismo, un ser viviente que jugaba con su aparato fonador, entra a un 
orden de lenguaje, a una relación con el mundo simbólico, y podrá a partir de eso, quedar inscripto allí, 
en ese mundo simbólico, como sujeto. 
Por este complejo proceso, se engancha el registro corporal de una necesidad, con ese orden simbólico 
que le permitirá dejar de ser un "puro ser biológico" para pasar al estatuto de Sujeto del lenguaje, un 
sujeto que puede entonces articular una demanda al Otro, quien a su vez responderá ofreciéndole un 
objeto de satisfacción para su demanda, pero también responderá con su amor. ¿Por qué le ofrece 
también su amor? Porque ese Otro ya está a su vez inscripto como sujeto parlante, sujeto sexuado, 
sujeto deseante. 
El niño se inscribe en esa estructura simbólica que es una estructura de lenguaje pero también de deseo. 
Desde el lugar que ocupe en esa estructura de deseo, el lugar que tenga para el Otro, se le dará una 
singnificación que es con lo que se encontrará al nacer. Es el sentido que le da la madre, el padre, a ese 
ser. El niño entonces deja de ser un "puro ser biológico", un "infans", que no habla, para poder ser un 
sujeto parlante, que puede tomar la palabra para hacerse escuchar, para articular lo que necesita en una 
demanda dirigida al otro, quien podrá o no satisfacerla. 
2- El otro efecto que se produce, es que esos primeros laleos, y el modo como fueron enganchándose 
las palabras al cuerpo marcan experiencias de satisfacción, que se irán enlazando por distintas partes 
del cuerpo a través de los recorridos pulsionales. 
 
Entonces, resumiendo, lo real es capturado por lo simbólico. A partir de la lectura que hace Lacan de la 
teoría freudiana sobre el aparato psíquico y el desarrollo subjetivo, establece dos momentos y procesos 
fundamentales para plantear el advenimiento del sujeto como sujeto parlante, sujeto del deseo, sujeto 
sexuado: El estadio del espejo y el Complejo de Edipo. 
Pero primero quiero detenerme en esta idea que somos sujeto parlante, sujeto de deseo y sujeto 
sexuado. Somos todo eso, no somos uno sin lo otro. Y el sujeto cognoscente, el sujeto del conocimiento, 
el sujeto de aprendizaje, suponen el anudamiento de estas tres dimensiones de la experiencia humana: 
palabra, deseo, sexualidad. 
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Cuando a un niño se lo inscribe en el registro nacional de las personas, se pregunta: Hombre o Mujer, 
con qué nombre se inscribe, y se indica hijo de quienes es, lo cual marca su procedencia, a partir de qué 
deseo fue traído al mundo ese ser. 
Eso no lo tienen que olvidar nunca, no se puede dividir, separar lo cognitivo, el aprendizaje de la 
integridad que somos como sujetos hablantes, de deseo y sexuados. 
En cada experiencia de conocimiento, de aprendizaje, entra en juego de algún modo estas tres 
dimensiones humanas. Qué aprendemos, por qué lo queremos o no queremos aprender, cómo impacta 
eso que aprendemos en nuestra constitución como seres sexuados, en nuestras identificaciones 
femeninas, masculinas, etc. y en nuestro modo de relacionarnos en el mundo, con el otro. 
Por ej. se suele decir que los varones tienen más facilidad para la matemática y las niñas para la lengua. 
No es siempre así, pero hay una tendencia, ¡y eso tiene que ver con la sexualidad! la matemática es más 
afín a las características sexuales masculinas y la lengua, la ficción, la fantasía, la flexibilidad de la lengua, 
más afín a las características de la sexualidad femenina. 
Pero a su vez, que un niño desee aprender matemática o lengua, tiene que ver con que ese conocimiento 
esté valorado para él, y lo será si alguien primero le transmitió que eso es algo valioso, deseable. Es decir 
que se inscriba en una experiencia de deseo. Sin eso, el niño no desea aprender nada. Y finalmente, para 
que todo esto funcione, debe estar en juego la demanda del sujeto, del docente al niño para que aprenda 
y del niño al docente para que le enseñe, y la demanda es siempre palabra, lenguaje, aunque no se 
verbalice. Ven que tenemos enlazadas las tres dimensiones, lenguaje, sexualidad, deseo, como sustrato 
del aprendizaje y de toda experiencia humana. 
El desarrollo entonces quedará enmarcado, por este anudamiento de estas tres dimensiones. 
 
Estadio del espejo: 
Con la experiencia del estadio del espejo, Lacan describe y explica esos primeros momentos de 
emergencia de la subjetividad. 
Su tesis es que el YO se constituye por una identificación imaginaria, basada en que inicialmente el 
cuerpo y el sistema nervioso son incompletos. 
Retoma observaciones de psicólogos sobre la conducta del bebé humano en comparación con la del 
mono frente a un espejo. 
La experiencia le muestra que al principio, tanto niño como mono se comportan igual, miran la imagen 
sin darse cuenta que es la propia, buscan alcanzar al ser de la imagen, cuando el mono se da cuenta que 
no hay otro mono se desinteresa. En cambio el niño a partir de descubrir que es una imagen virtual, 
comienza a jugar con ella, diferencia para él el mundo en dos espacios: uno real y otro virtual, hasta 
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llegar a descubrir que esa imagen corresponde a la imagen virtual de su propio cuerpo. Pero para que 
llegue a descubrir esa correspondencia, necesita de la mirada de la madre, que señale, testifique que 
ese es él. El resultado es una identificación del niño con su imagen externa. Rimbaud decía "El yo es 
otro". 
A partir de las observaciones del psicólogo Wallon, que describe en primer lugar los movimientos de 
júbilo del niño, entre los 6 y 18 meses, frente a su propia imagen reflejada en el espejo, a una edad en 
la que a duras penas puede sostenerse sobre sus piernas. El niño, todavía en la situación de un cuerpo 
fragmentado, no unificado subjetivamente, reconoce la propia imagen fuera de sí en el espejo, se 
enajena y se identifica en él como "yo". 
Se produce una transformación en el sujeto cuando se apropia de esta imagen. Entra en juego una 
primera división: por una parte las sensaciones corporales vinculadas con un cuerpo en fragmentos, en 
un momento de completa inanidad y de total dependencia del otro; por otra parte una imagen completa 
fuera de sí que el Otro materno le indica que es él mismo. (Martín Egge, p. 82) 
El "yo" es una conquista psíquica, que se logra por una identificación a una imagen, a una gestalt de 
nosotros mismos como imagen de completud. 
Si bien esa construcción narcisística, imaginaria, que es el Yo, nos permite construir una realidad sobre 
nosotros mismos y el mundo, y relacionarnos con el otro, a su vez, a partir de entonces ese Yo, por contar 
con un Yo, vivimos engañados sobre nuestra verdadera naturaleza de ser seres en falta. Lo natural en 
nosotros es la falta en ser, no hay determinación innata sobre nuestro ser. El problema del ser se abre 
para nosotros a través del lenguaje que nos preexiste. 
Dado que somos seres hablantes,nuestro ser pasa por la palabra y allí no hay certeza. Somos seres en 
falta dado que carecemos de la determinación instintiva sobre nuestro objeto de satisfacción, ni 
contamos con las determinaciones instintivas, como lo tienen los animales para relacionarnos con el 
partenaire sexual. 
Entonces, a pesar de contar con un Yo, con una identificación imaginaria que nos estabiliza en nuestra 
relación al otro, eso no alcanza para orientarnos en nuestra sexualidad, en nuestra relación con el otro 
sexo. El Yo es necesario, pero no suficiente, y además es también un obstáculo por el engaño que 
conlleva. Deberá actuar otra estructura, que se sobre impone a esta primera. Esa es la estructura del 
Complejo de Edipo. 
 
Complejo de Edipo: 
El Edipo es el punto culminante de la estructuración del deseo sexual 
Edipo Rey. El Mito de Sófocles 
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Edipo hijo de Layo y Yocasta se halla en peligro desde la cuna. Antes de nacer un oráculo le ha prevenido 
a su padre que su hijo habría de matarlo. 
Es por ello que lo abandonan en el bosque, pero un campesino lo salva y lo adoptan como hijo de rey de 
una corte extranjera. Corinto, quien no sabe de su origen, consulta también a un oráculo quien le 
aconseja a Edipo no volver a su patria porque en tal caso se convertiría en asesino de su padre y esposo 
de su madre. 
Edipo huye de la que él supone su patria, en el camino encuentra a Layo y le da muerte en el curso de 
una disputa que estalla bruscamente. 
Luego llega a Tebas, donde resuelve el enigma de La Esfinge que encerraba el paso y en agradecimiento 
recibe de los tebanos el título de Rey y la mano de Yocasta. 
Por mucho tiempo reina la paz y tiene dos hijos y dos hijas con la reina. De pronto estalla la peste y los 
tebanos interrogan al oráculo. Aquí comienza la tragedia de Sófocles. Los mensajeros traen la respuesta 
del oráculo: la peste terminará cuando haya sido echado del país el asesino de Layo. ¿Dónde hallarlo, 
dónde encontrar la difícil pista de un crimen antiguo?. 
La obra es una revelación progresiva, comparable a un psicoanálisis del hecho que Edipo mismo es el 
asesino de Layo, pero también el hijo de la víctima y de Yocasta. Espantado de los crímenes que sin 
querer ha cometido, Edipo se arranca los ojos y abandona su Patria. 
 
El Complejo de Edipo en Freud: 
La fase fálica se corresponde al momento culminante y a la declinación del Complejo de Edipo: una de 
las piedras fundamentales del psicoanálisis, cuya elaboración es coextensiva a la teoría psicoanalítica y 
de la cual Freud no realiza una exposición sistematizada. 
Las primeras elaboraciones de la teoría, la construyó sobre el modelo del niño. Durante mucho tiempo 
pensó que la evolución del Complejo de Edipo era idéntica en las niñas y en los niños, sólo más tarde se 
ocupó de las diferencias. 
Hipótesis fundamental: Postula la existencia en el ser humano de un conjunto organizado de ideas y 
sentimientos simultáneos y conflictivos, amorosos y hostiles inconcientes hacia sus progenitores o 
sustitutos. Estas ideas o sentimientos están centrados en el deseo amoroso hacia uno de los 
progenitores y el odio y los celos hacia el otro. 
El rasgo principal es la creencia infantil de la existencia de un solo sexo: el masculino. No hay un primado 
de lo genital sino un primado del falo (diferente a pene). 
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A partir de la experiencia en el varón, Freud explica: “aquel percibe sin duda la diferencia entre el varón 
y la niña pero no lo puede relacionar con una diferencia en sus genitales, para él es natural suponer en 
todos los seres humanos y animales, un genital parecido al que él posee”. 
También observa el interés del niño por esta parte del cuerpo, que lo mueve a realizar continuas y nuevas 
investigaciones. Así se encuentra por casualidad, con los genitales de la niña y descubre que el pene no 
es patrimonio común a todos los seres vivos. 
Frente a estas primeras impresiones, el niño llega a reaccionar de una manera curiosa: 
- Desconocen o desmienten la falta, creen verlo a pesar de la ausencia. 
- Creen que es pequeño y que luego va a crecer. 
- Y después llegan a la conclusión: sin duda estuvo presente y fue removido. Por lo tanto, la falta 
de pene es entendida como castración. 
Surge así el temor a perderlo. A partir de este descubrimiento el niño fantasea con la castración como 
castigo a las posibles manipulaciones con su pene y fundamentalmente a su elevado interés por ser 
correspondido a sus deseos amorosos edípicos. 
El interés narcisista por esta parte del cuerpo lo hará retirarse y la autoridad del padre perpetuará la 
prohibición del incesto. 
El varón teme perder el pene como consecuencia de la amenaza de castración que proviene del padre, 
el padre es a quien ama, a quien odia y de quien depende para su supervivencia. Es en definitiva la 
investidura amorosa hacia el padre lo que hace que el niño acepte el mandato. 
El vínculo de hostilidad dirigido al padre genera fantasías de muerte del padre que, como al mismo 
tiempo es objeto de amor, generan sentimientos de culpa, sentimiento que es precursor del Super-yo. 
Finalmente el niño tiene que identificarse con el padre para llegar algún día a tener una mujer que no 
pertenezca a la familia. Internalizada la prohibición (“no te casarás con tu madre”, “no reintegrarás tu 
producto”), los sentimientos incestuosos se transforman en sentimientos tiernos y con el sepultamiento 
del Complejo de Edipo, el niño está en condiciones de atender, tener otros intereses, curiosidad, etc. 
En la niña lo mismo que en el varón, la madre es el primer objeto de amor ¿cómo llegar a ser resignado 
y tomar al padre? 
Según Freud ella nota el pene de su hermano o compañero de juegos y lo considera como el equivalente 
superior de su propio órgano pequeño (el clítoris) y escondido, cae víctima de la envidia de pene. 
A diferencia del varón que considera la castración una amenaza, la niña “en el acto se forma un juicio y 
decisión: ha visto eso, sabe que no lo tiene y quiere tenerlo”, a esto lo denomina: envidia de pene. 
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Freud considera varias consecuencias, efectos de la envidia de pene, la más importante es el 
aflojamiento del vínculo tierno con la madre ya que la responsabiliza de haberla arrojado al mundo con 
una dotación insuficiente. 
Ahora, la libido de la niña, se desliza a una nueva posición: resigna el deseo de pene por el deseo de un 
hijo y con este propósito, toma al padre como objeto de amor. La madre pasa a ser objeto de sus celos. 
Esta nueva posición es producto de una ecuación simbólica: pene = hijo. 
Mientras que el Complejo de Edipo en el varón se diluye por el Complejo de Castración, el de la niña es 
posibilitado por este último. 
Para Freud la salida de la niña del Complejo de Edipo, no es tan clara como en el varón, el deseo es 
abandonado poco a poco. 
El Complejo de Edipo prepara a la niña para su posterior papel sexual. Finalmente se identifica con la 
madre, renuncia al padre como objeto de amor y puede dirigir su amor hacia otro hombre. 
 
El sujeto y el cuerpo. El circuito necesidad-demanda-deseo 
El cuerpo es una superficie de inscripción de las sensaciones de placer y displacer que siente un niño. 
Hay sensaciones, que no se discriminan, pero que el incipiente aparato psíquico va reconociendo como 
placenteras o displacenteras, se van ligando a algún objeto y a la acción que realizó y con la cual obtuvo 
dicho objeto. Esto va a ir permitiendo al pequeño que vaya sintiendo las distintas partes de su cuerpo. 
El organismo va tomando cuerpo a partir del registro psíquico de las sensaciones de placer y displacer, 
sobre los que interviene el lenguaje. 
Pero ahora trataremos de remitirnos a explicaciones un poco más generales. El bebé nace, llora, grita, 
por nada en particular, no lo hace pidiendo nada, solo es una respuesta refleja. Pero, la diferencia con 
la concepción piagetiana, es que esta sensación y estos reflejos, se articulana una experiencia de placer 
o displacer, que en sí misma ya es subjetiva. Porque el que siente placer o displacer ya no es el 
organismo, sino que es el cuerpo y el sujeto, aún incipiente, y que dicha respuesta refleja -llorar- es 
inmediatamente interpretado por la madre, y así lo hace entrar en lo simbólico. 
El sujeto no es innato. Pero está presente desde un principio como algo que se produce (por la 
interpretación del Otro que dice: "me pide la teta", "quiere la teta" ¿quién?, el bebé como sujeto). 
Lo inaugural del sujeto no es entonces ese reflejo, que hace mover al cuerpo y que por lo tanto lo pone 
en contacto con un objeto al que debe adaptarse, etc. Lo inaugural, desde el punto de vista del 
psicoanálisis, es la experiencia de placer o displacer ligada a la necesidad y a la respuesta refleja para 
satisfacerla, que es leída por el Otro como palabra, como mensaje de un sujeto. Esto es algo que no se 
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puede observar directamente, se deduce. Es más bien una construcción teórica sobre los datos de la 
experiencia. Hay que entenderlo desde un punto de vista lógico. 
Ese niño que observaba Piaget es un niño al que a su vez le sucedían otras cosas mientras se dedicaba a 
morder, golpear o arrojar objetos. Algo le producía placer y algo le producía displacer para que quiera 
dominar esos movimientos y esa relación con determinado objeto. Pero Piaget no estaba tampoco 
interesado en ese aspecto. 
Para Freud, el motor de la constitución psíquica va a ser la búsqueda de placer, que en realidad es la 
búsqueda de eliminación del displacer, y para eso necesita del Otro y su respuesta que es la 
interpretación de lo que quiere. Esto transforma la necesidad en palabras, en demanda. 
Apenas nace el bebé llora, respuesta refleja, tiene que respirar, siente hambre, es manipulado por otro, 
puede sentir algún dolor o incomodidad, lo vestimos, muy abrigado, poco abrigado, acostado, en brazos, 
¿cuál sería la condición para que no experimentara ningún tipo de displacer? ¿y las necesidades 
alimentarias? no se pueden eliminar. 
Todo lo que le suceda desde el momento en que nace le va a ir significando algún tipo de sensación de 
placer o displacer. Y lo que vaya registrando va a ir conformando ese psiquismo, esa subjetividad 
incipiente. 
A partir de las repeticiones que se van dando, por los ritmos de crianza, siente hambre, la madre lo 
alimenta, le ofrece un objeto para satisfacer esa necesidad, por lo tanto se va armando un circuito entre 
la necesidad, la sensación corporal, el objeto que la satisface, que aún no podría decirse que es exterior 
a él mismo, y el Otro que está ahí disponible para ofrecerle dicho objeto, pero fundamentalmente para 
interpretar lo que necesita. ¿Cómo se las arregla la madre para hacerlo? ¿Instinto materno? No. Es por 
su deseo materno, es porque es parte del mundo humano, simbólico, es porque habla que hace hablar 
al niño. El niño solo grita, llora por reflejo, la madre es quien transforma ese grito en un llamado desde 
el momento en que la necesidad es atravesada por lo simbólico y enlazada a la demanda a través del 
lenguaje. 
Por lo tanto, cuando el niño logró identificar su sensación displacentera, que la misma se calma al 
introducir ese objeto en su boca, sea la teta, la mamadera o su pulgar, y que además ese objeto llega 
luego de que emitió su grito, entonces lo repite para producir el mismo circuito. 
De este modo es que su necesidad se transformó en demanda dirigida al Otro materno. 
Esto instala un circuito, un funcionamiento psíquico, corporal, en relación al Otro1. 
 
1 El Otro es el lugar donde se sitúa la cadena del significante que rige todo lo que, del sujeto, podrá hacerse 
presente, es el campo de ese ser viviente donde el sujeto tiene que aparecer. 
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Los distintas etapas del desarrollo psicomotor, serán las complejizaciones que seguirá ese circuito, 
pasando por distintas partes del cuerpo, en función de las distintas necesidades y demandas que se van 
articulando. 
"Los cuidados de un niño convierten el organismo del ser viviente en un cuerpo humano con órganos 
que, a su vez, tienen funciones. Y eso solo se puede hacer con el lenguaje. Pero precisamente a causa 
del lenguaje las funciones pueden ser problemáticas para el sujeto. Como ya dijo Freud, la misma boca 
que sirve para comer debe convertirse en una boca que habla, que besa. 
Pero ello solo ocurrirá si la boca se constituye en órgano para el sujeto, se convierte en un orificio 
recortado por un borde. Entonces el sujeto podrá subjetivar la experiencia de una apertura en el cuerpo, 
de un recorte, de un vacío. Para el niño el corte no pasa entre él y su madre, sino entre el pecho y su 
madre. De modo tal que para instituir la boca como un órgano rodeado por un borde, el pecho debe 
recortarse y erigirse como objeto de una satisfacción que puede igualmente perderse. 
No vamos a ver acá todo el desarrollo freudiano sobre estas etapas. Pero pensemos por ej. la etapa anal, 
época en la que todo pasa por ese circuito de la demanda de control de esfínteres. Esa es una necesidad 
introducida por la cultura. Por sí solo nadie debería lograr ese control, es la demanda del Otro, de la 
cultura, la que introduce esta modalidad de placer y displacer. Al niño pasará a darle placer dejar ese 
objeto porque seguramente a la madre le agrada que así lo haga. 
Lo que quiero resaltar es la experiencia de placer-displacer que está siempre ligada por un lado al cuerpo, 
que se va transformando y organizando según estas experiencias, y por otro lado al Otro, y a las personas 
que lo representan para el niño, con quienes se producen los intercambios tanto en lo que respecta a la 
posibilidad de ir simbolizando todo esto pero también de objetos. 
 
Bibliografía 
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- Lagache Daniel. "El psicoanálisis" 
- Bleger, José, "Series complementarias" 
- Freud, S. (1905): Tres ensayos de una teoría sexual. O.C. t.VII, Buenos Aires, Amorrortu. 
- Freud, S. (1923): La organización genital infantil. O.C. t.XIX, Buenos Aires, Amorrortu. 
- Freud, S. (1924): El sepultamiento del Complejo de Edipo. O.C. t.XIX, Buenos Aires, Amorrortu. 
- Freud, S. (1925): Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos. O.C. 
t.XIX, Buenos Aires, Amorrortu. 
- Sierra, Norma; Delfino, Diana (2014). "Los tres tiempos del Complejo de Edipo". en Andaduras 
lacanianas. NEU 
- Ruiz, Marisa; Scipioni, Ana María, Documento de Psicología Evolutiva I: Pulsiones – Fases de la Libido 
– Complejo de Edipo

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