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Del infans al sujeto Avatares en la constitución de un sujeto Aportes desde el Psicoanálisis 2021

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- UNIDAD N°2 – Del infans al sujeto: Avatares en la constitución de un sujeto. Aportes desde el Psicoanálisis. 2021
 
del infans al sujeto: AVATARES EN LA CONSTITUCIÓN DE UN SUJETO
Aportes desde el Psicoanálisis
· CONSTITUCIÓN DE UN SUJETO -
Se trata de la palabra, de esta cosa que nos constituye, que nos hace humanos, que nos acompaña siempre, se festeja la primera palabra que dice el bebé, se crece con la palabra y se piensa a menudo en las últimas palabras que vamos a decir.
Liliana Bodoc			
Abordar el tema de la constitución de un sujeto en el marco de la formación de profesores, al mismo tiempo que constituye un hecho ineludible, supone un importante desafío. Intentamos acompañar a nuestrxs estudiantes en la búsqueda de fundamentos al campo psicoanalítico, en el intento de tomar de él, aquello que aporte consistencia teórica a la complejidad de la constitución subjetiva, para que luego, –con la ayuda de otros autores- podamos reconocer la escuela como espacio de subjetivación. Es decir, advertir la importancia del lugar que ocupa la escuela en la constitución de los sujetos y en este sentido, las funciones subjetivantes que le competen tanto a ella como a cada profesor/a. 
Temas que generan preguntas tales como ¿cómo se constituye un sujeto? ¿un sujeto nace o se hace? ¿Cuáles son las condiciones que operan en su constitución? ¿La escuela interviene en la constitución de un sujeto? serán las coordenadas que orienten nuestro abordaje. 
¿Un sujeto nace o se hace?
Con esta pregunta Leandro Lajonquiere, nos ubica en el punto preciso para abordar esta temática. Interrogarnos sobre lo que otorga especificidad al ser humano, sobre aquello que lo diferencia de otros seres vivientes, supone en primer lugar dejar de lado la noción de desarrollo de una realidad pre-constituida, de “un organismo que al madurar obtiene una subjetividad.” En este sentido Lajonquiere plantea que un recién nacidx no madura para convertirse en un (a) niño(a), en tanto no hay nada en él que conduzca a eso. A diferencia de los animales, el organismo humano no posee un “formateo biológico” o una información en su ADN que indique los pasos a seguir para convertirse en sujeto. 
Lejos de eso, la cría humana se caracteriza por su vulnerabilidad, por su indeterminación, por su incompletud. “Nadie más indefenso que un recién nacido, ni más desamparado e imposibilitado de autoabastecerse en sus necesidades básicas”[footnoteRef:1]. [1: KAROL, Mariana (1999) La constitución subjetiva del niño. Extraído de S. Carli, A. Lezcano, M. Karol y M. Amuchástegui: “De la familia a la escuela. Infancia, socialización y subjetividad”, Santillana, 1999.] 
Sin embargo, si bien será necesario que un adulto se ocupe de satisfacer tales necesidades básicas para que el cachorro humano sobreviva, no es suficiente para su constitución subjetiva. 
El lugar de la familia en la constitución de un sujeto.
A diferencia de otros seres cuya vida se restringe a un mundo natural, lo humano necesariamente se despliega en el contexto de una cultura. Es decir, la cría humana si bien nace como organismo, ser recibido en el seno de una familia, en un contexto cultural, será lo que marcará la diferencia.
La presencia del Otro en la constitución de un sujeto.
Respaldado en la antropología, el psicoanálisis advierte que, en la historia de la humanidad, el pasaje de la naturaleza a lo humano adviene a partir de ser insertado en la dimensión del lenguaje. 
El ser vivo es capturado por el lenguaje desde antes de su nacimiento, recibido en un mundo de palabras, inscripto en ese universo simbólico que sella su dependencia estructural al lenguaje. De este modo el psicoanálisis reconoce y otorga un valor fundamental a la dimensión simbólica como condición necesaria para el advenimiento de un sujeto.
La constitución del sujeto será posible como efecto a posteriori de las relaciones entre la cría humana y aquellos quienes cumplan con la función del Otro. Entendido como lugar del lenguaje, como representante de la cultura, como referente simbólico. 
Esta importantísima función, puede ser encarnada por distintos adultos (madre, padre, tíxs, abuelxs, maestrxs, profesores etc) que estén dispuestxs a involucrarse en el vínculo y sostener la función desde deseos no anónimos, ya sea en el seno de la familia o la escuela. Tales vínculos, enmarcados en el campo de lo simbólico, campo del habla y la palabra, podrán tener efectos subjetivantes. 
Deseo del Otro – Deseo de los padres
Por lo dicho, en este proceso singular de transformaciones que permitirá el pasaje de infans a sujeto, es fundamental el deseo de los padres. Como plantea la psicoanalista Alba Flesler “la eficacia del deseo de los padres por el hijo dará inicio a una operación cuyas vertientes difieren del lado de la madre y del lado del padre”[footnoteRef:2] [2: FLESLER, Alba (2008) El niño en análisis y el lugar de los padres. Ed Paidos. ] 
De modo que, el deseo del lado de la madre se pondrá en juego en la operación “anticipación del sujeto por venir” y del lado del padre en la operación “nominación del padre”. 
Asimismo, en relación al Otro primordial se conjugan dos operaciones de causación del sujeto: alienación y separación. 
Será a partir de los avatares de estas operaciones donde quedará jugado su deseo, su forma de vincularse con otros (pares y adultos), de vincularse al saber, de desear investigar, de aventurarse a aprender. 
Deseo del Otro - Anticipación del sujeto por venir
Partiendo de una vivencia de carencia de ser, de una falta, de un vacío, la madre se anticipa, se ilusiona con un bebé, un hijo que tape esa falta, que la complete. Espera(nza) difusa, difícil de fechar. 
Desde su deseo anticipa al sujeto por venir, fantasea con él/ella, se representa al bebé, imagina su cuerpo aun antes de que este esté conformado, elige un nombre, le habla, lx espera. 
La/el hijx que ella espera es el producto de un campo de deseos y fantasías inconscientes. Campo delimitado por el entrecruzamiento de su historia singular como sujeto deseante con el deseo de sus padres, abuelos, marido, en el contexto de su cultura. Es decir, antes de nacer el sujeto ya se encuentra presente en el discurso de la madre, en sus fantasías, en sus DESEOS. 
La capacidad de anticipación de la madre, que deja un espacio vacío, de espera y de confianza en que el niño va a responder desde un lugar singular y único, expresándose como otro, como un ser diferente, constituye uno de los pilares del advenimiento del sujeto. 
Operación de alienación
En el encuentro entre el recién nacido y su madre podemos reconocer el despliegue de dos campos: El campo del ser viviente y el campo del Otro, considerado este último como fundante de lo humano. Entre ambos campos se producen operaciones que posibilitarán el surgimiento del sujeto en dicho ser viviente.
Al nacer, el infans no encuentra lo que busca, “en lugar de formateo biológico, encuentra una madre que lo habla, lo mira, lo toca”[footnoteRef:3], lo alimenta. [3: DE LAJONQUIERE, Leandro () Figuras de lo infantil. Ediciones Nueva Visión. ] 
Al hacerlo, el bebé se encuentra con “algo” que no satisface plenamente sus necesidades orgánicas, sino que siempre ellas estarán satisfechas un poco menos o un poco más, o en diferencia a cómo lo espera. 
Ante las primeras muecas y gritos del bebé, si hay un Otro que escuche, que se sienta implicado y responda, al hacerlo, al otorgarle una interpretación a ese grito o a ese llanto, - haciéndolo pasar por el campo del lenguaje-, le aporta una significación, transformando el grito, con su respuesta, en llamado. Es un llamado, una invitación, una puerta abierta a que el infans ingrese al mundo humano[footnoteRef:4], a que sea alcanzado por las leyes del lenguaje. [4: Lajonquiere, Leandro (2021) Conferencia en Congreso Internacional Virtual 2021. Misiones. Argentina ] 
Con ese lugar o campo del Otro se encuentra el infans, con los deseos reconocidos o no por su madre, con un discurso que lo antecede, un manto de palabras que lo mecen, lo acunan.Desde esos deseos el infans es recibido con un significante que lo representa, que lo nombra. 
Se trata de la primera operación esencial que funda al sujeto, la operación de alienación a un significante -que se produce en el campo del Otro- que instaura al ser viviente como sujeto de lenguaje. Quedar tomado por un significante, por ejemplo el nombre propio u otro sobrenombre, supone que el sujeto emerge de esa marca, que lo deja dividido, atravesado, capturado por el lenguaje. 
Inscripto en ese universo simbólico, queda sellada su dependencia estructural al lenguaje. En este sentido, es posible afirmar que el rasgo universal propio de la especie humana está dado por su sujeción al lenguaje. El psicoanálisis lacaniano denomina al sujeto parlêtre: serhablante (compuesto por la condensación del verbo parler (hablar), lettre(carta) y être (ser). De este modo queda subrayado la íntima ligazón entre el ser, el habla y la palabra. 
De modo que es posible pensar que un sujeto es constituido “por y en la cultura, desarraigada del universo natural e indiferenciado que caracteriza al resto de los seres vivos”[footnoteRef:5] [5: ROJAS, C – STERNBACH, S Entre dos siglos. Una lectura psicoanalítica de la posmodernidad. Lugar Editorial. ] 
 	Operación de separación. 
Ahora bien, cuando el pequeño sujeto advierte una falta en el Otro, cuando reconoce que “algo no encaja” puede preguntarse “-Me dice eso, pero ¿qué quiere?”[footnoteRef:6] Es decir, en lo que el Otro no dice, en las fallas de su discurso, el sujeto encuentra el deseo del Otro, que no siempre se corresponde con lo que dice. Esta disyunción rescata al sujeto del efecto pleno del significante que lo representa, pudiendo correrse, separarse entonces de una significación unívoca. [6: LACAN, Jacques(1964) Seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Pag 222.] 
Deseo del Otro – Nominación del Padre
Así como afirmamos la gran importancia de la función materna, de igual modo resaltamos otra función simbólica imprescindible en la constitución de un sujeto: La función paterna. 
Entendiendo que dicha función es la que permite la instauración de la ley simbólica. Lacan plantea que EL PADRE entra en juego como portador de la LEY, como su representante, cumple la función de CORTE de la relación fusional madre-hijo. 
En la palabra, el padre interviene efectivamente sobre el discurso de la madre. En este sentido, del lado del padre, el deseo se pone en juego en la operación “nominación del padre”. 
Al nombrar al niño como su HIJO, pone en juego su DESEO DE PADRE, insertándolo en una filiación en relación a él. 
Quien ejerce la función paterna podrá llevar a cabo la intervención simbólica del nombre del padre que es otorgar un significante que sustituya al primer significante introducido en la simbolización, produciéndose una separación con el significante materno. Ir más allá del significante materno, permite enlazar el deseo a la Ley. 
Articulado a su deseo el padre nomina, lo cuenta en su relato, lo integra en la historia de su familia. 
Esta función de nombrar a la cría humana como hijo constituye un acto de filiación. El término filiación proviene del vocablo latino fili-ationis, donde filio deriva de filius: hijo. Y actio: acción. De allí que filiar sería la acción o intervención simbólica que, al inscribir a alguien como hijx, permite establecer un lazo de parentesco, reconocerlx como legítimx. 
“Nombrar para” es lo propio de la nominación paterna. “Ser nombrado para algo, (…) es lo que tiene que ver con el Nombre del Padre[footnoteRef:7]. [7: LACAN, Jacques (1974) Seminario 21. Clase 10. 19 de marzo de 1974.
] 
Le habla de aquello que los caracteriza como familia, poniéndolo en la serie de gustos o elecciones familiares. Lx lleva a la iglesia o le compra la camiseta de un equipo de fútbol, de una banda de música o lx incorpora a un club deportivo. etc. 
Al nombrar a su hijx, incluirlx en la novela familiar, al hacerle un lugar en el orden de las generaciones, lx inserta en un orden simbólico más amplio que el deseo de su madre. 
Posibilitando que el/la niñx se posicione como SUJETO DE DESEO. Desde este lugar podrá enlazarse en nuevos vínculos con sujetos y objetos de conocimiento. 
Hasta aquí, una aproximación a los conceptos que nos ofrece el psicoanálisis en relación a la constitución de un sujeto. Advertir la complejidad del devenir de este proceso, esperamos oriente a nuestros estudiantes en la comprensión de la función subjetivante de la escuela. 
BIBLIOGRAFÍA
DOR, Jöel (1989) El padre y su función en el Psicoanálisis. Ed Nueva visión. 
KAROL, Mariana (1999) La constitución subjetiva del niño. Extraído de S. Carli, A. Lezcano, M. Karol y M. Amuchástegui: “De la familia a la escuela. Infancia, socialización y subjetividad”, Santillana, 1999.
FLESLER, Alba (2008) El niño en análisis y el lugar de los padres. Ed Paidos. 
DE LAJONQUIERE, Leandro () Figuras de lo infantil. Ediciones Nueva Visión.
DE LAJONQUIERE, Leandro (1996) De Piaget a Freud: Para repensar los aprendizajes. Ed Nueva Visión.
LACAN, Jacques (1964) Seminario 11.
LACAN, Jacques (1974) Seminario 21. 
ROJAS, C – STERNBACH, S Entre dos siglos. Una lectura psicoanalítica de la posmodernidad. Lugar Editorial. 
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