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Trabajo práctico Culturas Agroalfareras del NOA Argentino

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA RIOJA
LICENCIATURA EN TURISMO
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCALES, JURIDICAS Y ECONOMICAS
PROCESOS HISTORICOS ARGENTINOS Y RIOJANOS
PROFESOR/A: SORIA LEYLA
ALUMNO/A: FERNANDEZ ELIANA ROMINA
 TORO CASTRO MARIA CELESTE
AÑO 2021
INTRODUCCION
Este trabajo surge a través de la propuesta planteada desde la catedra Procesos Históricos Argentinos y Riojanos, sobre las culturas agroalfareras del NOA quienes fueron un conjunto de formas locales de las civilizaciones originarias de América establecidas en el territorio que actualmente pertenece a la República Argentina, diferenciadas de las poblaciones de cultura inferior por el sedentarismo y por el desarrollo de la agricultura y la alfarería.
Estas culturas están divididas en tres periodos: periodo temprano, periodo medio, periodo tardío que detallaremos en la página siguiente 
Para complementar lo solicitado desde la asignatura realizaremos un informe de nuestra visita al museo Inca Huasi donde se exhiben piezas de alguna de estas culturas. Detallaremos la experiencia vivida y las muestras que pudimos observar en el mismo.
 
 CULTURAS AGROALFARERAS DEL NOA 
Los primeros pobladores llegaron del sur andino probablemente doce mil años aproximadamente y durante los primeros ochomil años de historia de la cual conocemos vivieron como cazadores y recolectores, grupos pequeños, que se trasladan en busca de recursos silvestres, animales para la caza, frutos donde los recursos estaban disponibles para sobrevivir.
 El Noroeste Argentino es una región histórico-geográfica de la República Argentina está compuesta por las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero. Posee un clima subtropical serrano con abundantes lluvias. Los bosques y selvas serranas que tapizan estas montañas son conocidas como yungas también posee un clima frío, árido y seco. Lo que permitió a estas culturas administrar los recursos naturales, producción de plantas, animales, manejo de agua con sistema de almacenamiento para los excedentes de producción.
Estas culturas se dividen en tres periodos:
1- PERIODO TEMPRANO 
Este periodo corresponde aproximadamente al intermedio temprano de las Altas Culturas andinas. Se establecieron varias aldeas en distintas localidades de la región andina, algunas ubicaciones de la Puna, los Valles calchaquíes, Valle del Tafí, Valle de Hualfin y otras regiones del noroeste catamarqueño. Se trataba de pueblos llegados desde el actual territorio boliviano en busca de nuevos lugares donde asentarse.
Los asentamientos de este periodo se reconocen por su forma monticular o tienen generalmente, las viviendas planta circular, a veces dispersas entre los campos de cultivo, otras aglutinadas en aldeas. La cerámica conlleva los indicadores de las distintas culturas de este periodo, destacándose además una cultura en piedra, pipas de cerámica, textiles y metales, vinculados casi siempre a objetos suntuarios, se entierran párvulos en urnas y adultos en cistas debajo de las viviendas.
CULTURA TAFÍ 
Se desarrollo al Oeste de la provincia de Tucumán principalmente en zona de Tafí del Valle entre el 300 a. C y el 600. Fueron pueblos agricultores que cultivaban principalmente maíz en terrazas. Criaban llamas que las utilizaban como medio de transporte, alimento y lana también se complementaban con la caza de animales. Le daban más importancia a la construcción, formaban pequeñas aldeas ubicadas en el pode monte, las viviendas eran recintos circulares con muros piedra y techos de rama y paja. Esculpieron en piedra grandes monolitos denominados menhires algunos decorados con motivos en barro relieve. Crearon máscaras, morteros y esculturas llamadas suplicantes.
CONDORHUASI 
Esta cultura se desarrolló desde el 400 a. C al 700 d. C en el Valle de Hualfín en lo que actualmente es parte de la provincia de Catamarca. Fueron una sociedad de pastores de llamas, agricultores, cultivaban el maíz, recolectaban frutos, eran cerámicos, extraían y utilizaban el barro para construcción de adobe, vivían en comunidades formando aldeas. Las viviendas eran de planta circular y muros de piedra. Se distinguen por su alfarería decorada y por la escultura en piedra realizada con fines rituales y funerarios. La obra de culto se compone de vasijas escultóricas modeladas con fantásticas figuraciones, abundan seres entre humanoides y zoomorfos.
Presentan similitudes con piezas cerámicas de las culturas de La Candelaria (Argentina) y del Molle (Chile). Sobre las variaciones en la cerámica a lo largo del tiempo se distinguen tres fases cronológicas de desarrollo en esa cultura:
Fase diablo: la cerámica predominante es de color rojizo, amarillento o negruzco, de fondo rodeado y sin asas. Las vasijas son globulares y de cuello cilíndrico, con líneas verticales onduladas.
Fase Barrancas: vasos antropomorfos, zoomorfos y zooantropomorfos frecuentemente pintados con diseños geométricos blancos. 
Fase Alumbrera: se desarrolló en la zona de Alamito (Catamarca). Se caracteriza por los vasos modelados, con combinación de colores sobre una pintura roja en grandes recipientes de ovoidales.
CIENAGA 
Desarrollada en el 400 a. C - 700 d. C fue una cultura arqueológica comprendida entre los Valles Calchaquíes por el norte, hasta el sector septentrional de la provincia de San Juan por el sur. Tuvo su principal desarrollo en el Valle de Hualfin (Catamarca) en las márgenes del río Gaiyischi en donde se han encontrado gran cantidad de cementerios de esta misma cultura.
Su economía agrícola, sustentada por la irrigación artificial, estuvo basada en la agricultura del maíz y zapallo, así como el pastoreo de camélidos. Las viviendas eran construcciones de planta circular u oval agrupadas en núcleos de a tres a seis en medio de grandes recintos de siembra. Estos sitios habitacionales son denominados casas-pozo.
Eran alfareros, metalúrgicos y arquitectos. Su cerámica era de gran calidad, destacando las cerámicas de color gris negruzco y decorada por medio de incisiones. La cerámica la pintaban en colores rojo sobre ante, negro sobre ante y negro sobre blanco crema. La forma de las piezas es abombada, cilíndrica o bicónica, en donde los motivos son geométricos o figurativos. También con motivos naturalistas, zoomorfos o antropomorfos donde los animales representados se pueden interpretar como vizcachas, monos y camélidos. Fueron confeccionadas grandes pipas para fumar hojas de algunas plantas del género nicotiana.
Esta cultura contó con hábiles metalúrgicos que fundieron hachas en forma de “T” de hoja muy delgada y otras que solo sirvieron como insignia. Se encontraron adornos en oro martillado como pendientes, narigueras y figuras ornitomorfas semejantes a una palomita con alas extendidas.
Su arquitectura se caracteriza por el uso de la piedra tanto para sus habitaciones como para las estructuras destinadas a la siembra, aunque también utilizaban elementos perecederos. 
Tenían una industria lítica de utensilios trabajados en basalto.
 
2- PERIODO MEDIO
En este periodo las altas culturas andinas llegaron a un grado de concentración política y desarrollo económico y cultural sin precedentes, florecen las expresiones ideológicas, tecnológicas y artistas. La expansión de la gente generó desplazamiento de grandes masas de población hacia el sur. 
 AGUADA 
Se desarrolló en la región fronteriza entre las provincias de Catamarca y La Rioja entre el 650 a. C al 850 d. C. Ha sido denominada cultura draconiana o cultura de los barreales teniendo en cuento los estilos cerámicos. Aguada fue un pueblo dibujante nato, consustanciado con sus creencias míticas
Se dedicaban a la agricultura cultivaban maíz, frijoles, calabazas, maní, recolectaban frutos silvestres. Transportaban los insumos en llama. 
Destacando a la cerámica por su excelente manufactura y el complejo simbólico de sus representaciones con infinidad de variaciones sobre felinos, serpientes y humanos. En su cerámica representaban figuras humanas con máscarascon motivos antropomorfos.
 Diferenciamos dos criterios estilísticos: las vasijas cocidas en atmosfera reductora, con ornamentación felínica. Están dibujadas con incisiones o esgrafiadas y Vasijas dibujadas con engobe sobre fondo rojo o crema. Funden la serpiente y el jaguar. Son globulares, sin cuello y con dos asas laterales.
También se destacaron por la metalúrgica del bronce a través de la elaboración de objetos fabricados con la técnica de la cera perdida. Es considerada como el momento culminante del arte precolombino de la región. 
SUNCHITUYOC
Esta cultura se desarrolló del 700 a. C al 900 d. C en el interior de la llanura central de la provincia de Santiago de Estero. Su nombre significa “lugar con sunchos” arbusto de la región. 
En las orillas de los ríos Dulce y Salado se construyeron montículos de tierra sobre los que se levantaron aldeas y conformaron represas naturales. Los poblados estaban rodeados por empalizadas mas los campos de cultivo circundantes.
Su constitución política se puede resumir en la de una jefatura simple. La economía se basaba en un sistema modo de subsistencia, con predominio de la agricultura, caza, pesca y recolección, ganados de llamas, patos domésticos, gallinas (de huevos celestes y verdosos), avestruces domesticados de los cuales sacaban las plumas para usarlas en vestimentas. De la lana de las llamas hacían mantas y vestidos adornados con lentejuelas de hueso.
Su mitología fue una iconografía que muestran figuras zoomorfas donde el motivo predominante es el búho. Sunchituyoc tuvo una excelente cerámica de urnas y una gran creatividad para los diseños de su ave mítica. La cerámica cocida en hornos abiertos presenta en cambio una tonalidad rojiza y amarillenta muy brillante y pulida. Los motivos se pintaron directamente sobre la pieza cocida con su color natural y a veces sobre un engobe blanquecino en colores casi siempre negro y rojo. Se puede observar en la cerámica que las formas de su deidad antropornito-ofidica reflejan ingenuidad y asombran por la movilidad y fuerza mientras que muchas veces los rostros son sombríos y terroríficos. Desde los utensilios domésticos hasta los ornamentales, ninguno escapa a la profusa decoración: pájaros humanizados, cóndores, águilas y loros de agudo pico y la omnipotente víbora, deidad y espíritu benefactor de todas las culturas regionales.
 LA CANDELARIA 
Se desarrolló entre los años 250 a. C al 750 aproximadamente. Geográficamente se distribuye por el este y sur de Salta y norte de Tucumán.
La cerámica que produjeron es de color gris con trazos simples y figuras geométricas como rectángulos y triángulos que representan figuras humanas y de animales. También fabricaban instrumentos musicales de viento con formas de animales.
Las viviendas eran de planta circular, con piedras clavadas en el terreno a modo de zócalo que aseguraba al suelo las ramas y postes de las paredes, construidas con materiales perecederos. Criaban llamas que utilizaban como alimento y para otros fines. El maíz parece haber sido su cultivo más importante.
En cuanto a la cerámica de esta cultura las piezas se caracterizaban por la decoración incisa pero lo mas interesante lo constituye la cerámica modelada, destacándose figura de extraños seres en los cuales se combina elementos antropomorfos y zoomorfos con cuerpos abultados. Se hallan jarras, vasos, escudillas y urnas.
3- PERIODO TARDIO 
 Los últimos quinientos años de la historia indígena en el Noroeste de la Argentina, entre los siglos X y XV d.C., se conocen como la época de los "Desarrollos Regionales" y se caracterizan por un fuerte crecimiento demográfico y por la aparición de sociedades pujantes que poseían territorios bien controlados y defendidos desde los pucaras.
Entre ellas, se destacaron las organizaciones de Calchaquí, Tastil, Yocavil y Belén, en las provincias de Salta, Tucumán y Catamarca.
Al norte, y en relación más estrecha con el altiplano, se desenvolvían otros sistemas políticos en los núcleos de Tilcara, Humahuaca, Yavi y Casabindo, en la provincia de Jujuy. Más al sur operaban los centros de Sanagasta y Aimogasta, en La Rioja, y de Angualasto, en San Juan.
La agricultura por irrigación, el control de los recursos de diversos pisos ecológicos y una explotación ganadera intensiva estaban bien establecidos. Durante ese desarrollo se acentuaron las relaciones sociales desiguales tanto en la organización del trabajo como en la distribución y el consumo de bienes. La instalación de talleres para la producción de objetos de alto valor social y simbólico por parte de artesanos especializados parece vincularse con el refuerzo y la consolidación de elites dentro de la sociedad.
El tránsito a la nueva época, de índole más civil, a diferencia del carácter teocrático que habían manifestado las sociedades vinculadas con el complejo religioso de La Aguada, implicó profundas transformaciones en la vida de las comunidades. Aunque las expresiones culturales en el arte mueble parecen más simples, el germen de los modernos poblados prehispánicos estaba en marcha hacia el siglo IX d.C. El inicio de los cambios que llevaron al gran desarrollo regional parece que comenzó con pueblos como los de Hualfín, Shiquimil y Molinos, entre los años 850 y 1100 d.C. El rasgo más conocido de esas sociedades fue la inhumación de niños en urnas cerámicas, decoradas mediante la aplicación de caras antropomorfas modeladas o con motivos zoomorfos y geométricos pintados, que se enterraban en parajes especialmente elegidos como áreas funerarias. Los lugares de vivienda parecen haber sido villas con pocas casas, a excepción de algunos pueblos más aglutinados, como el asentamiento de Molinos, donde se dio uno de los primeros casos de concentración de población en los valles Calchaquíes.
SAN JOSE 
Se desarrolló desde el 900 a. C al 1200 d. C. en los Valles Calchaquíes. Su cerámica se caracteriza por grandes recipientes usados como urnas, que fueron hallados en cementerios. Los motivos están dispuestos en paneles interiores y exteriores, realizados en negro, rojo y blanco. La pasta es gris y la decoración se realiza a través de incisiones o de pintura. En el caso de las incisiones, predomina la línea recta y las figuras son más refinadas. En la pintura, la forma se da a través de la repetición de líneas y suele predominar la línea curvea. Los motivos son geométricos. Aparece el cuerpo humano con manchas, que representa a la figura humana fusionada con la figura felina
SANTA MARIA 
Se desarrolló entre el 1000 a. C –al 1470 d. C se desplegó al norte de la provincia de Catamarca y el sudoeste de la provincia de Salta. El elemento característico de esta cultura son las urnas funerarias que utilizaban para el entierro de niños realizadas con pasta roja y cocción oxidante. La decoración es realizada con un eje de simetría vertical y transversal, si bien esta simetría nunca es absoluta, ya que siempre hay algún dibujo diferente que no está en el otro lado. Está dada por una combinación de elementos geométricos, abstractos y figurativos. Se reconocen figuras humanas provistas de largas túnicas y enormes escudos. También se reconocen imágenes de ñandúes o sapos simplificadas y la serpiente a veces se representa con dos cabezas. La iconografía poseía gran capacidad de síntesis, era muy abstracta. Son piezas policromas, siendo tricolor al principio y bicolor al final. También hay casos especiales de cerámicas que tienen figuras humanas modeladas al lado del cuello.
Desarrollaron un tipo de agricultura de montaña para la cual se construían terrazas de cultivo y sistemas de regadío. Entre los cultivos se encontraban maíz, papas, porotos, quinoa y zapallos. Fueron recolectores de algarrobo y el chañar. La disponibilidad de llamas como animales de carga para realizar caravanas, les permitió desarrollar un importante intercambio económico y cultural con disantos pueblos vecinos. 
BELEN 
Desarrollada desde el 1000 a. C al 1400 d. C. Su centro principal estuvo radicado en el valle de Hualfín (Catamarca) que fue su área de mayor complejidady jerarquización; desde allí se expandió hasta el valle del Abaucán, hacia el oeste, y Andalgalá, hacia el este, también en la provincia de Catamarca. Belén ha sido caracterizada en función de su patrón de asentamiento, tecnología agrícola y prácticas funerarias. Distintos investigadores consideran que Belén fue una jefatura compleja que involucró más de una instancia de control económico-político, se habría tratado de un señorío o cacicazgo con una jerarquización de poblados.
Consideran que, en sus orígenes, hacia el 1100 DC, Belén estuvo organizada como un conjunto de aldeas dispersas donde habrían residido varias familias en estructuras de tipo casa-pozo. Alrededor del 1370 d. C éstas se integraron en un señorío dentro del valle de Hualfin donde se observa un cambio en el patrón de asentamiento hacia el establecimiento de aglomerados poblacionales vinculados a infraestructuras agrícolas. Parte de la población se agrupó en centros ubicados en la cúspide de cerros o en mesetas con fines defensivos (tipo pukará) tales como Loma Negra de Azampay, cerro Colorado de la Ciénaga de Abajo, Puerta de Corral Quemado y Eje del Hualfín. Dentro de estos sitios se observan diferencias de tamaños y concentración de habitaciones que podrían evidenciar una jerarquía representada por poblados más importantes habitados por líderes, sus familiares y aliados. Otra parte de la población, tal vez la menos favorecida, se ubicó en áreas más bajas, dedicadas fundamentalmente a la explotación agrícola. Luego de esta etapa de integración se habría producido una de expansión cultural y territorial hacia zonas aledañas: el valle de Abaucán, la Puna catamarqueña y bolsón de Andalgalá. Con la llegada del imperio incaico se habría producido la desintegración y disolución de la cultura Belén.
El desarrollo de la agricultura hidráulica permitió generar excedentes que se almacenaban en distintos tipos de estructuras entre las que se destacan depósitos bajo el nivel del piso, denominados “colcas”. Los cultivos principales comprendieron fundamentalmente maíz, porotos, maní y zapallo. Practicaron la ganadería de camélidos –llamas– de forma intensiva, tanto para el consumo de su carne como para la utilización de su lana para fabricar textiles; estos animales también fueron usados como bestias de carga en caravanas que recorrieron el área Andina procurando una diversidad de mercancías provenientes de distintos ambientes y conformando un sistema de intercambio de larga distancia. Las actividades de subsistencia fueron complementadas por la caza de animales y la recolección de algarroba y los frutos del chañar.
Las sociedades Belén utilizaron la aleación del bronce, además del oro y la plata, para la obtención de objetos suntuarios y ornamentales, tales como brazaletes, anillos, colgantes, pinzas depilatorias y campanillas. También produjeron herramientas para trabajos especializados, como hachuelas y variados tipos de cinceles para el repujado y la talla de la madera. Tanto en Belén como en Santa María (que se desarrolla contemporáneamente, pero cuya localización corresponde a los valles Calchaquíes, Yocavil y zonas aledañas) se destacan las campanas metálicas decoradas con serpientes bicéfalas y chinchillones, a veces combinadas con caras humanas. Este complejo ceremonial, que probablemente estuvo vinculado a sacrificios humanos y de animales, se completó con hachas que en su mango llevaban grabados de grecas y rostros.
En la cerámica Belén se destacan las urnas y cuencos decorados en negro sobre fondo morado. Las primeras, que tuvieron funciones tanto funerarias como domésticas, son vasijas de ancho cuello y de poca altura que se caracterizan por un contorno compuesto por tres secciones: una base en cono, un cuerpo ovoide y un cuello revertido. A cada una de estas secciones corresponde un panel horizontal: en la base presentan líneas onduladas; mientras que el cuello presenta paneles con motivos geométricos de triángulos, espirales, escalonados o dameros; el cuerpo central puede presentar motivos geométricos o representaciones de serpientes; también puede estar ocupado por una cara de rasgos humanos, modelada con cejas, nariz y ojos por medio de tiras de arcilla en altorrelieve. Algunos autores consideran que estos rostros no representan humanos sino lechuzas. Las escudillas que se usaban como tapa de las urnas o para otros fines rituales o domésticos solían llevar, en su cara interna, la representación de batracios o de chinchillones.
También debió haber estado muy desarrollada la tejeduría en lana de camélidos, a juzgar por algunos textiles conocidos que llevan guardas con grecas. En madera circularon varias clases de instrumentos utilitarios tales como los "cuchillones" y las palas para tareas textiles, así como otros vinculados con rituales, como las tabletas para la absorción de polvos alucinógenos que fueron talladas en forma de animales, como el quirquincho, o con uno a tres personajes en el mango.
AVERIAS
Surgió en el 1200 a. C – 1500 d. C Esta cultura se dispersó en la provincia de Santiago del Estero. Fue absorbiendo la Cultura Sunchituyoc, expandiéndose sobre la región serrana a la que aportó y de la que tomó elementos culturales. Aparece como culminación de un proceso de adaptación al ambiente de llanura de las distintas poblaciones.
Las influencias recibidas de la zona andina le proporcionaron un carácter de centro receptor y reelaborador de los elementos culturales provenientes tanto del oeste como del Chaco y Litoral argentino. La complejidad social alcanzada por averías queda de manifiesto en el gran tamaño de sus aldeas rodeadas por empalizadas.
Su organización política parece haber sido una forma de jefaturas.
Para sostener su economía debieron incrementar los recursos productivos de tal forma que la agricultura pasó de secundaria a primordial, con una menor dependencia de los recursos de caza y recolección. Tuvieron un intenso intercambio con regiones alejadas como la puna o las sierras. En su iconografía religiosa figuran aves y serpientes; el búho mantuvo su especial significado.
Hubo auge notorio en textilería, los torteros para hilar son muy abundantes, y se hallan decorados con incisiones geométricas.
Los cerámicos de avería muestran una ornamentación con singulares valores gráficos y cromáticos pues esta cultura se destaca por una incipiente vocación pictórica.
Fue la única cultura de esta zona que demostró vocación por superficies cromáticas, contando sólo con rojo y negro sobre blanco y realizar planos de color por medio de una textura gráfica. Las demás culturas del noroeste fueron dibujantes.
En los yacimientos se encuentran algunos objetos de metal, pero todos los que conocemos son de procedencia claramente incaica, y algunos diaguitas, no existiendo metalurgia propia.
La forma típica de este período era un cuenco semiglobular o puco y el quero que podía presentar adornos de jaguares o aves en los bordes. La variación con respecto al período anterior residía en la tricoloración. Pintaban con colores más vivos en rojo y negro sobre un engobe blanco o crema. La decoración fue con motivos geométricos en forma de espiral, greca, triángulos, líneas, círculos, etc. y se destacaban los motivos con serpientes bicéfalas (dos cabezas). Se aplicaban técnicas de pastillaje para adosar a las piezas de cerámica, figuras en relieve con formas de animales, pájaros y seres humanos. 
Realizaron finos dibujos en negro y/o rojo. Hubo un predominio de la simbolización geometrizada y del diseño negativo. La abstracción fue la forma expresiva más frecuente. También se observa una tendencia a llenar totalmente los espacios, una fuerte integración y entrelazado. Los torteros para hilar fueron muy abundantes. 
CONCLUSION
INFORME SOBRE LA VISITA AL MUSEO ARQUEOLOGICO REGIONAL INCA HUASI
El museo Inca Huasi fue fundado por Fray Bernardino Gómez en el 1926.
En esta oportunidad visitamos este gran patrimonio ubicado en la Ciudad de La Rioja, acompañadas por el actual guía Manuel Barrios quien nosmuestra la historia de nuestros antecesores. Teniendo en cuenta que actualmente el museo se encuentra en refacción.
A lo largo del recorrido nos enseña que cada una de las colecciones arqueológicas más valiosas del país se encuentra en este museo pertenecientes a las culturas Diaguita, Belén, Condorhuasi, Aguada y Santa María que en su gran mayoría son objetos de piedra, de gran valor arqueológicos y paleontológicos la mayoría fueron hallados al oeste provincial y en la provincia de Catamarca, el mismo posee más de 50 mil piezas correspondientes a las diversas culturas aborígenes que habitaron nuestra región y es reconocido como uno de los más importantes y completos del noroeste argentino por la UNESCO y la Organización de Estados Americanos (O.E.A.). 
Inicialmente el museo funcionó en una pequeña sala a la entrada del convento a principio de 1926 luego se inaugura el 19/10/1926 en un salón de 10 x 7 mts., en el antiguo edificio de la Escuela San Francisco y en el año 1949 se mudó al actual Edificio: calle Juan B. Alberdi N° 60, inaugurado el 28/07/1949. Funciona en planta baja y se compró el lote de terreno en el año 1928 superficie 720 x 64 mts.
Posee salas de exhibición, cuatro amplios salones y dos pequeñas salas. Cuenta con otras instalaciones como la dirección, biblioteca, baños, depósito, un patio central que exhibe material lítico pesado.
En cuanto a la colección de muestras posee material lítico (piedra): 5.027 piezas, material cerámico: 2.442 piezas, varios: calabaza, hueso, adorno, etc.: 100 piezas, metálico: 129 piezas. Total, de este rubro: 7.698 piezas.
Cuenta con colecciones de piezas arqueológicas, objetos que han pertenecido a pueblos originarios y que proceden de sitios arqueológicos de La Rioja y Catamarca. Como morteros de piedra Marai de la cultura Aguada que utilizaban para moler maíz, algarrobo.
 Según lo relatado por el guía este museo tomó parte activa en varias exposiciones en Buenos Aires, Córdoba, Cuyo y Salta, donde presentó piezas seleccionadas por peritos. No dejaremos de mencionar que la mejor pieza arqueológica de la república y una de las mejores de Sudamérica, es una urna funeraria de párvulo del siglo V, según nuestros arqueólogos.
En la sección de Arte Religioso-colonial se exhibe el retablo de antigua capilla de San Nicolás (altar mayor), destruida por el terremoto en 1894, talla de madera del s. XIX, pieza única de nuestra provincia de La Rioja.
CONCLUSION
Llegamos a la conclusión de que recorrer el museo es una experiencia única, donde podemos encontrar el valor cultural que nos dejaron nuestros pueblos originarios de la región demostrando que ante la llegada del español también hubo cultura, nos hizo retroceder a ese momento donde a través de las muestras que apreciamos, cuán importante fue para estas culturas su arte, su labor utilizando los recursos con los que contaban para poder sobrevivir. Destacamos la importancia de conocer nuestra historia antepasada y rescatar que cada pieza está llena de historia.
 El Patrimonio Cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas surgidas del alma popular y el conjunto de valores que dan sentido a la vida, es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad de ese pueblo como la lengua, los ritos, las creencias, los lugares y monumentos históricos, la literatura, las obras de arte, los archivos y bibliotecas.
 Es la herencia recibida de los antepasados, y que viene a ser el testimonio de su existencia, de su visión de mundo, de sus formas de vida y de su manera de ser, y es también el legado que se deja a las generaciones futuras.
BIBLIOGRAFIA
LA ARQUEOLOGIA DEL NOROESTE ARGENTINO Y LAS CULTURAS FORMATIVAS DE LA CUENCA DEL TITICACA Alberto Rex González
PREHISTORIA Y ARQUEOLOGÍA REGIONAL: EL NOROESTE ARGENTINO Marta Ruiz
www.wikipedia.com
www.Youtube.comcanalencuentro Capitulo XIII: Pueblos andinos del noroeste
Nueva Historia Argentina. Tomo I. Los pueblos originarios y la conquista. Editorial Sudamérica. Buenos Aires, 2000. 
Universidad Nacional de Tres de Febrero http://proyectoabrigo.untref.edu.ar/abrigo/%C3%A9poca-tiempo/per%C3%ADodo-tard%C3%ADo
http://www.geocities.ws/gabylago99/tardio.html
http://elgranotro.com/ceramica-precolombina-del-noroeste-argentino/
https://pueblosoriginarios.com/sur/andina/averias/averias.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_Aver%C3%ADas
ANEXOS
Cultura Condorhuasi: monolitos (suplicantes, menhires, platos, animales).
Cultura Condorhuasi: Talla antropomorfa de piedra, conocida como suplicante
Cultura Condorhuasi: Vasija antropomorfa femenina.
Cultura Condorhuasi: Vasija zoomorfa de figura de felino.
Cultura Ciénaga: Jarro con cerámica gris-negra con dibujo inciso de guanacos.
Cultura Ciénaga: Jarro en cerámica gris-negra con incisiones.
Cultura Condorhuasi: Pipa con restos de alucinógenos encontrados.
Cultura Condorhuasi: Vasija de cerámica rojiza con forma de calabaza.
	
Cultura Aguada: Vasija con figura de batracio.
Cultura Tafi: Monolito
Cultura Ciénaga: Urna con figuras humanas.
Cultura Tafí: Monolito, mortero
Vasija cultura Santa María
Vasijas cultura Sanagasta
Cultura Aguada: Vaso con personaje de felino. Ambato, negro grabado y pulido.
Cultura Aguada: Urna funeraria de párvulo con dibujos de pájaro, serpiente y felino.
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