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El desarrollo sostenible se refiere a un enfoque que busca equilibrar el crecimiento económico, la inclusión social y la protección ambiental, asegurando que las generaciones presentes satisfagan sus necesidades sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas. En resumen, implica la adopción de prácticas y políticas que promueven un equilibrio armonioso entre los aspectos económicos, sociales y ambientales de la sociedad. El concepto de desarrollo sostenible se basa en tres pilares interrelacionados: 1. Aspecto económico: Busca el crecimiento económico sostenible, fomentando la eficiencia en el uso de los recursos, la innovación y la promoción de empleos dignos. Se busca evitar la explotación excesiva de los recursos naturales y promover modelos de negocio responsables. 2. Aspecto social: Busca la equidad y la justicia social, asegurando el acceso a servicios básicos como educación, salud, vivienda y empleo para todas las personas. También se enfoca en la promoción de la igualdad de género, el respeto a los derechos humanos y la participación ciudadana en la toma de decisiones. 3. Aspecto ambiental: Busca la protección y conservación del medio ambiente, promoviendo la mitigación del cambio climático, la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de los recursos naturales y la reducción de la contaminación. Se busca preservar los ecosistemas para las futuras generaciones. El desarrollo sostenible se basa en la idea de que el crecimiento económico no debe lograrse a expensas del bienestar social y la degradación ambiental. Requiere la adopción de políticas y prácticas responsables por parte de los gobiernos, las empresas y los individuos. La implementación efectiva del desarrollo sostenible implica la integración de estos tres pilares en la toma de decisiones y acciones en todos los niveles. A nivel global, la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son un marco que busca guiar a los países hacia un desarrollo sostenible en todas sus dimensiones. Los ODS abarcan diversas áreas como la erradicación de la pobreza, la educación de calidad, la igualdad de género, la acción por el clima y la conservación de los ecosistemas, entre otros. En resumen, el desarrollo sostenible se centra en buscar un equilibrio entre el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente, con el objetivo de garantizar un futuro viable y próspero para las generaciones presentes y futuras.
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