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Psicoterapias Final (ex-Clinica II B)[289]

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RESUMEN PSICOTERAPIAS
UNIDAD I
Apuntes sobre las psicoterapias y sus elementos constitutivos
Brandolín
Introducción: 
Aquí entendemos a la Psicoterapia también como un dispositivo, al modo en que lo define Foucault. Para él, se pueden desglosar tres aspectos de éste concepto:
1. Se trata de un conjunto decididamente heterogéneo, que comprende discursos, instituciones, instalaciones arquitectónicas, decisiones reglamentarias, leyes, medidas administrativas, enunciados cientificos, proposiciones filosóficas, morales, filantrópicas. Esos elementos del dispositivo pertenecen tanto a lo dicho como a lo no dicho.
2. Foucault señala a la naturaleza del vínculo que puede existir entre estos elementos heterogéneos, pues entre ellos existe una red de conexiones que se compone de juegos, cambios de posición, modificación de las funciones que persigue.
3. El dispositivo tiene la función de responder a una urgencia en un momento histórico y en un contexto social dado. En tal sentido, para Foucault tiene una posición estratégica dominante desde su génesis.
Nos proponemos dar cuenta de los aspectos generales que están presentes en la psicoterapia como dispositivo definido por el momento histórico y el contexto social presentes y abordar apenas la primera de las dimensiones señaladas por Foucault.
Elementos que componen al dispositivo psicoterapeútico
En primer término, cualquier modelo de psicoterapia cuenta con un marco epistemológico, filosófico y científico. En algunos modelos habrá mayor pretensión de objetividad, mientras que en otros evitarán las definiciones concretas.
En segundo lugar, debe existir un pedido de ayuda: para constituir el dispositivo psicoterapeútico es condición necesaria que alguien lo requiera. Es una clausula indispensable.
El tercero de los elementos que componen el dispositivo es el encuadre y los problemas atinentes a su establecimiento. El término encuadre comprende significados diversos en nuestro idioma. la definición del diccionario lo designa como a la acción de encajar dentro del campo visual del objetivo de una cámara fotográfica o de filmación los elementos que se desean. También aparece en el diccionario el verbo encuadrar, que tiene varias acepciones: poner algo dentro de un marco o cuadro, encajar, ajustar una cosa dentro de otra, determinar los límites de algo, incluyéndolo en un esquema u organización. La clásica definición propuesta por Bleger del encuadre dice que son las constantes dentro de cuyo marco se da el proceso, haciendo alusión al proceso psicoanalítico, pero no queda muy claro qué comprende. Aquí tomamos al encuadre como la selección y recorte por parte del psicoterapeuta de determinados aspectos que se utilizarán para construir la relación terapeútica, y se mantendrán estables o con un margen de flexibilidad mínimo a lo largo del tratamiento.
Aquí debe enfatizarse que es el psicoterapeuta el que elige los términos del encuadre. Nosotros señalaremos cuatro dimensiones comunes a todos los casos: marco concreto, rol del paciente y del terapeuta, tipos de intervenciones y definición de objetivos.
Marco concreto: lugar, horario, frecuencia y duración de las sesiones; estos aspectos son por lo general definidos claramente al inicio del tratamiento y asi debe suceder para no generar confusión al consultante y producir un vínculo de confianza donde apoyar el trabajo clínico.
Manejo del ambiente: este aspecto tendrá diversas variantes de acuerdo al marco teórico utilizado, la características del paciente y a las condiciones de la oferta psicoterapeútica. Algunas líneas teóricas presentan mayor flexibilidad en el uso del espacio, mientras que otras consideran que si no se cumplen determinadas condiciones en este aspecto no es posible establecer el dispositivo.
Pago de honorarios: en la consulta privada debe establecerse claramente el pago en tiempo y forma, señalando como se manejarán las situaciones excepcionales que pudieran surgir en eltranscurso del tratamiento, por ejemplo si se le cobrará la sesión en caso de ausencia.
Rol del paciente y del terapeuta: forma parte de la definición del encuadre también la especificación de los roles. El paciente deberá tener claro qué puede hacer y qué no en el marco de la consulta.
Además, la persona que va a iniciar un tratamiento tiene derecho a saber, si lo requiere, qué puede obtener o esperar de la terapia.
El terapeuta también debe definir como parte del encuadre qué tipo de vínculo intentará establecer con el paciente, que variará según el modo de psicoterapia (habrá mayor o menos relación de simetría o asimetría). También se pueden definir cuáles ámbitos de la vida del paciente serán de incumbencia en la terapia y cuáles no.
Tipos de intervenciones: todo aquello que el terapeuta comunica al paciente dentro y fuera de las sesiones, engloba todo el comportamiento del terapeuta en relación al paciente mientras dura un tratamiento. Existen varios criterios por los cuales se pueden clasificar las intervenciones:
a. Existen intervenciones directivas y no directivas. Por ejemplo, el silencio del psicoanalista como respuesta a una pregunta.
b. Existen intervenciones dirigidas a terceros, para producir efectos en el paciente.
c. También existe otro modo de clasificación: las intervenciones verbales y no verbales.
Definición de objetivos: las metas que se esperan obtener de la aplicación del dispositivo, el cual puede tener un caractermas o menos ambiguo.
Capítulo 3: La formación y el entrenamiento (Beatríz Gómez y Alejandra Pérez)
Desde 1960, el entrenamiento en habilidades de ayuda ha sido la forma dominante de formación y entrenamiento para los psicoterapeutas. "Habilidades de ayuda" es un término genérico que se aplica ampliamente a las intervenciones psiterapeúticas. Es conveniente enmarcar el entrenamiento como un proceso a través del cual los terapeutas afinan sus habilidades de comunicación aprendiendo a identificar cuales ya han utilizado.
Es importante en los estadios iniciales del entrenamiento enfocarse primero en si mismos y su desarrollo personal como agentes de ayuda en lugar de centrarse en la cuestión de los pacientes, asi se puede lograr estar mas atentos a las cuestiones personales que puedan interferir en el trabajo.
La instrucción ofrece una sólida base de conocimiento. El modelado brinda ejemplos para que los estudiantes puedan aprender a través de psicoterapeutas expertos. Favorecer que observen a sus pares es un modelado valioso porque les brinda la oportunidad de ver a otros en su nivel aplicando las habilidades, reparando tanto en el lenguaje verbal como en los gestos y posturas para mejorar sus destrezas y a la vez minimizar las conductas problemáticas o inútiles.
Consideraremos tres áreas centrales para un entrenamiento eficiente en psicoterapia:
1. Aprender la teoria de la psicoterapia: un desafío partícular es la diversidad de enfoques del tratamiento. La tarea de elegir el mejor tratamiento para un paciente no se ve facilitada.
Una sólida formación teórica es indispensable y debe abarcar los tres componentes de cualquier modelo: a) una teoría de la mente que de cuenta del funcionamiento de la actividad psíquica. b) un modelo psicopatológico que abarca la manera en que se conceptualizan los procesos disfuncionales, explica las razones por las que las personas padecen un trastorno, dando cuenta tanto de la génesis como del curso de la perturbación y del pronóstico que puede esperarse para cada situación clínica; y c) un programa de cambios que permita conocer cómo se interviene para volver más funcional una situación de padecimiento. Dicho programa permite identificar las condiciones que facilitan los cambios, asi como las fuerzas de la resistencia que se contraponen a ello.
Estos componentes constituyen la base de todas las estrategias de tratamiento y pueden guiar a los terapeutas en la selección de las mejores para cada paciente. Incluso el entrenamiento con manuales de tratamiento específicos no debe realizarse sin una base sólida de conocimientos psicológicos.
La teoría de la psicoterapiaes, entonces, un conjunto de enunciados que están contenidos en el esquema mental con que trabaja el terapeuta para identificar cómo se conforma la demanda, cómo se configuran las situaciones clínicas en los contextos involucrados en dicha demanda y cómo se articulan con la oferta asistencial disponible.
¿Son todas las terapias igualmente eféctivas y para todas las situaciones clínicas?
Algunas terapias son mejores que otras para determinadas situaciones clínicas y por ello vale la pena seguir investigando para encontrar programas de tratamiento aún mas eficientes en el futuro. 
Mejorar la formación y el entrenamiento de los terapeutas está fuertemente asociado con la integración; que hoy en dia es una realidad en el mundo de la psicoterapia. Cuando hablamos de integración, hablamos de una actitud para crear un campo en el cual haya ciertos patrones básicos, comunes, que sirvan para definir los alcances de la práctica, la cientificidad de los procedimientos y los criterios de evaluación que usamos: debemos prepararnos para abordar una instancia situada mas allá de la integración para la unificación del territorio.
2. Entrenarse en la práctica clínica: "qué funciona en la terapia". La psicoterapia no es igualmente eféctiva en todas sus aplicaciones. 
Dos líneas de desarrollo resultaron claras en la búsqueda de la eficiencia terapéutica: a) atender a las necesidades de diferentes contextos y aplicaciones y b) identificar principios generales que fundamentan determinados resultados de un tratamiento, mas allá de las condiciones específicas en que se lo aplique.
La psicoterapia es una actividad práctica, del hacer, de allí la importancia para el entrenamiento de tener una buena experiencia clínica. Lograr dicha experiencia les permitirá hacer diagnosticos diferenciales y tener sensibilidad y rapidez para decidir cuándo un paciente debe ser derivado hacia otras fuentes de ayuda que resulten mas satisfactorias, ya sea porque requiere otro profesional mejor entrenado para tratar su problema específico o un tipo de asistencia diferente a la psicoterapia.
El terapeuta en formación aprenderá a hacer la indicación del tratamiento, a involucrar al paciente en el proceso, a definir el contexto significativo en el que se desenvolverá el tratamiento y a utilizar las técnicas mas adecuadas para cada caso.
Para realizar estos procedimientos, el aprendizaje se ampliará con el entrenamiento en :a) destrezas en la comunicación: las competencias interpersonales, las habilidades de comunicación del terapeuta, son un componente central del éxito en la psicoterapia. La herramienta por excelencia es la comunicación simbólica traducida fundamentalmente en palabras, aunque también es esencial el contacto no verbal. El entrenamiento requiere de destrezas específicas de escucha, de facilitación de la actividad narrativa del paciente, capacidad de conseguir que la conversación terapéutica se amolde a las necesidades del paciente y adopte los ritmos y los énfasis que permitan un trabajo productivo. Además debe utilizar un tono expresivo en consonancia con el clima de la sesión y la capacidad de hablar con fluidez.
Entendemos la psicoterapia como un proceso de desarrollo narrativo, como un relato compartido que será más eficiente cuanto más amplio y más rico. La capacidad empática del terapeuta es una competencia natural para establecer un puente de resonancia vivencial con el paciente que sirve para que él perciba la conexión que el terapeuta tiene con su problema y pueda, en consecuencia, confiar en él. Hay otras cualidades para generar motivación, como la inteligencia, que es la dotación que abre las puertas a la comprensión de los problemas planteados por el paciente y sus posibles soluciones.
b) procedimientos de intervención: aquí se incluyen las diferentes técnicas disponibles que sirven para promover los procesos de cambio. Lo que se debería tener en cuenta es evitar aprender solo técnicas y ser un terapeuta en un sentido general. 
c) sístemas de evaluación: este aspecto ocupa un lugar muy relevante. Lo primero a tener en cuenta es que un terapeuta es un operador de cambios, de un paciente. 
Una consecuencia importante es que un terapeuta trabaja bajo la presión de tener la mejor ecuación entre los costos de su intervención y los beneficios a obtener. Esto vale para todos los aspectos de la terapia, incluida la dedicación que puede darse a la evaluación misma. Los terapeutas recurren a ella para cubrir diversas necesidades. Los fines se agrupan en tres categorías: vinculadas al diseño terapeutico, diseñadas para conocer los cambios que produce la psicoterapia y dirigidas a estimar la eficiencia de la terapia y los beneficios potenciales que produce.
Es frecuente que los programas de formación y entrenamiento se centren en las primeras, dirigidas al desarrollo de las evaluaciones útiles para el diseño de la psicoterapia.
Una primera modalidad está constituida por las evaluaciones que se hacen antes de comenzar un tratamiento, una segunda forma son las que se llevan a cabo para monitorear el curso de la terapia y una tercera corresponde a los modelos de evaluar los procesos al finalizarla.
3. Trabajar sobre sí mismo: se trata de enfocar nuestra atención en la persona del terapeuta.
El mismo deberá aprender sobre sí mismo y autoreflexionar, no solo para potenciar su trabajo sino para asegurar su cuidado personal. Por tratarse de un trabajo emocionalmente tóxico, el desgaste psíquico suele ser muy insidioso, y justamente por eso el terapeuta debe estar bien preparado, teniendo en cuenta tres valiosos pilares: A) cultivo de competencias y cualidades en la vida cotidiana: tolerancia frente a la diversidad, máximo desarrollo del repertorio comunicacional y capacidad para hacer un balance del momento en que se encuentra su labor.
 B) terapia personal: ésta necesidad se asocia con la posibilidad de elaborar conflictos personales propoensos a dificultar el trabajo y acrecentar la autoconsciencia del terapeuta. Además ayuda a mejorar la condición clínica (equilibrio emocional) y al aprendizaje del dispositivo (entrenamiento). 
C) supervisión: se trata de exponer lo que pasa en el trabajo cotidiano a la observación de otros. El objetivo central es ampliar la capacidad de observación, generar otras perspectivas. La experiencia por si sola no aumenta la eficiencia, asi que, ayudará incrementar la consciencia del terapeuta y las habilidades para manejar las complejidades del trabajo con el paciente. La supervisión reduce la ansiedad del supervisado y la ambiguedad del rol e incrementa la confianza en la práctica guiada.
Se trata de un intercambio que ayude al supervisado a expandir sus propias capacidades y que estimule la autoreflexión sistemática. Resulta muy recomendable que se lleve a cabo no sólo con expertos sino también entre grupos de pares.
El mejor terapeuta tiene los siguientes atributos: son aprendices voraces, extraen de la experiencia, valoran la complejidad y ambiguedad cognitiva, son receptivos emocionalmente y sanos mentalmente y pueden atender a su propio bienestar emocional, son conscientes de como su salud emocional afecta su trabajo, tienen fuertes habilidades para relacionarse y son capaces de utilizar estas habilidades para relacionarse en la terapia.
Teoría y técnica de Psicoterapias (Fiorini)
Capítulo 1: Introducción: El campo de psicoterapias y algunas de sus direcciones de desarrollo
En la mas simple de las intervenciones terapéuticas se juegan vidas, proyectos, rumbos de individuos y grupos. Toda carencia científica en éste campo es problema de urgencia, de responsabilidad social humana.
Entre las prioridades de éste libro está incluir un enfoque que intenta constituir una teoría de las técnicas de psicoterapia que incluya una consideración crítica de algunas de sus bases ideológicas. O sea, una teoría de las técnicas que no acepta limitarse a dar cuenta de manipulaciones concebidas, con fines de mera utilidad, que no apunta a lograr "resultados" aislados de un amplio marco social, teórico e ideológico.Se trata de estudiar las técnicas en cuanto campo de una práctica que, cuidadosamente, investigada, revisada, conceptualizada, remite inevitablemente a una teoría. En ésta orientación, un salto teórico importante, se opera en el nivel de las técnicas cuando se pasa de las comunicaciones categorizadas según la teoria de cada escuela, al intento de describir las intervenciones concretas del terapeuta mediante un lenguaje no comprometido con aquellas superestructuras teóricas. Este pasaje conduce a trabajar en un nivel más alto de teoría.
Mencionaré direcciones claves de una actitud científico-técnica comprometida con el desarrollo de este campo: 1) Entenderlo como un campo en estado experimental pleno. Terreno fértil para la exploración científica; mientras se sigue con el propio método que otros reclamen también un lugar. Las nuevas técnicas oblligan a replantear las indicaciones especifícas de cada una de las técnicas, y mas profundamente, los soportes teóricos de cada enfoque. Los nuevos aportes originales conllevan a revisar las limitaciones de los anteriores y a construir una teoría que dé cuenta de éstas limitaciones y de aquellos efectos.
2) Identificar entonces como uno de los puntos de urgencia la necesidad de construir teoria, arriesgarnos a inventar conceptos y modelos de procesos; aventurar hipótesis que podamos cambiar al primer paso dado por su luz provisoria. Las investigaciones sobre psicoterapias de los últimos 20 años han sido pobres, lejos de riqueza de la experiencia clínica. El deficit no es metodológico en principio, las limitaciones están en las categorías que operacionalizan, en el restringido edificio teórico del que se las desprende. No han superado el nivel descriptivo, no han propuesto teorías sobre el cambio. Por ello entendemos que la tarea de construir teoría es prioritaria en este campo.
3) Partir de la necesidad de inscribir toda teoría psicológica y psicopatológica y toda conceptualización referente a métodos terapeúticos en el marco de una teoría del hombre, de una concepción antropológica totalizadora. que enmarque el incesante esfuerzo de construcción y reconstrucción de totalidades singulares concretas es condición para que toda manipulación correctiva, pueda aspirar a una inserción en el nivel humano.
4) Profundizar todo esfuerzo de descripción de los hechos en la experiencia psicoterapeutica, exigir el máximo a las palabras para obligarlas a dar cuenta de toda la riqueza del acontecer en la situación terapeutica, detectar su enjambre de significaciones, sus secuencias, sus leyes todavia oscuras.
5) Conceder importancia especial en la formación del terapeuta a la experiencia de vivir y estudiar mas de una tecnicade psicoterapia. Cierta tradición de escuela ha propuesto que el terapeuta se forme en una técnica y con una teoría "para evitar confusiones". Esa temida confusión es seguramente evitable para cualquier terapeuta de cociente intelectual medio. Lo peligroso está en que todo experto en una técnica es proclive a intentar con ella abarcar el mundo. Y es conocido que monocultivo y subdesarrollo van juntos.
6) Las psicoterapias individuales son las más estudiadas y aplicadas . Particularmente he constatado que muchos de los conceptos teóricos-técnicos surgidos de los métodos individuales encuentran entera aplicación en contextos grupales; aunque los métodos individuales limitados en sus alcances asistenciales, siguen constituyendo instancias de investigación teórico-técnica capaz de nutrir en ciertas dimensiones incluso la tarea con grandes grupos. A la vez no hay duda de que las aperturas grupales pueden cuestionar profundamente y llevarnos a replantear los enfoques individuales.
7) Las psicoterapias de más antiguo arraigo, las más difundidas y estudiadas son sin duda las verbales. Se ha señalado como problema el desgaste de las palabras con el uso (o el mal uso) del lenguaje psicoterapéutico: existen palabras usadas a menudo que cada vez dicen menos, para no pensar. El enfrentamiento de ésta problemática del lenguaje es otra de las direcciones importantes para el desarrollo de nuestro campo. En ella surge todo el problema del lenguaje en sus relaciones con el cuerpo y con la acción.
La tradición terapéutica ha asentado en la premisa de no actuar para poder pensar, quedarnos quietos para poder concentrarnos. Lo cierto es que una nueva línea de experiencias grupales, psicodramáticas, de trabajo corporal, su convergencia en los laboratorios de interacción social, han venido también a cuestionar aquellas premisas sobre las cuales surgen los problemas del deterioro de la palabra. En estas experiencias lo que se constata es la posibilidad de invertir en parte la premisa, subrayando la necesidad de actuar, de comprometer también el cuerpo para poder sentir-pensar-verbalizar con una intensidad y veracidad nuevas.
Estos nuevos contextos de experimentación grupal abren además el aprendizaje de nuevos lenguajes, plásticos, corporales, dramáticos, que una cultura represiva mantiene relegados a la época de los añorados juegos infantiles.
Consejo de Laing para los nuevos terapeutas: leer y escribir poesía como actividad formativa esencial.
8) Las psicoterapias comparten toda la candente problemática ideológica de las ciencias humanas y deben ser colocadas todas, bajo la lente de una rigurosa crítica epistemológica.
Sobre Psicoterapia (Freud)
Los términos de abreacción y conversión hoy son conocidos y comprendidas universalmente. No puedo decir lo mismo del procedimiento terapéutico que propusimos a nuestros colegas simultáneamente con nuestra doctrina, el cual sigue luchando hoy por su reconocimiento. Puede ser porque en ese tiempo la técnica del procedimiento aún no había sido desarrollada.
La psicoterapia sigue pareciéndoles a muchos médicos un producto del misticismo moderno, y por comparación con nuestros recursos terapéuticos físico-químicos, cuya aplicación se basa en conocimientos fisiológicos, un producto directamente acientífico, indigno del interés de un investigador de la naturaleza.
En primer lugar, les recordaré que la psicoterapia no es un procedimiento terapéutico moderno; al contrario, es la terapia mas antigua de que se ha servido la medicina.
En segundo lugar, los médicos no podemos renunciar a la psicoterapia, porque la otra parte (los enfermos) no tiene propósito alguno de hacerlo. Gracias a los aportes de la escuela de Nancy sabemos que existe un factor que depende de la disposición psíquica de los enfermos que viene a influir sin que nosotros lo busquemos, sobre el resultado de cualquier procedimiento terapeútico introducido por el médico. Casi siempre lo hace en tono favorable pero a veces puede ser desfavorable: a este hecho lo hemos llamado sugestión.
Y en tercer lugar, ciertos trastornos como la psiconeurosis, son mucho mas accesibles a influencias anímicas que a cualquier otra medicación. A éstas enfermedades no las cura el medicamento sino el médico, su personalidad, en la medida en que ejerce una influencia psíquica a través de ella.
Hay muchas variedades de psicoterapia y muchos caminos para aplicarla. Todos son buenos si llevan a la meta de la curación. Hemos desarrollado la técnica de la sugestión hipnótica, la psicoterapia basada en la distracción mental, en el ejercicio, en la suscitación de afectos adecuados. Yo, en realidad me circunscribí a un solo procedimiento terapeutico, el método que Breuer denominó catártico y yo prefiero calificar como analítico.
Algunos esclarecimientos acerca de este método catartico o analítico de la psicoterapia:
a. Muy a menudo se lo confunde con el tratamiento sugestivo hipnótico. En verdad entre la técnica sugestiva y la analítica hay la máxima oposición posible: la ténica sugestiva deposita la sugestión que, según se espera, será suficientemente poderosa como para impedir la exteriorización de la idea patógena. La terapia analítica, en cambio, no quiere ni agregar ni introducir nada nuevo, sino restar, retirar, y con este fin se preocupa por el origen de los síntomas patológicos y la trama psíquicade la idea patógena, cuya eliminación se propone como meta. 
Si abandoné muy pronto la técnica sugestiva y la hipnosis, es porque dudaba de que fuera lo suficientemente fuerte y resistente como se requería para una curación duradera. En todos los casos graves que vi, la sugestión introducida volvía a desmoronarse, y entonces reaparecían los mismos síntomas o sustitutos. Ésta técnica nos impide penetrar en el juego de las fuerzas psíquicas.
b. El instrumento anímico no es fácil de tocar.
c. Sin duda, el tratamiento psicoanalítico plantea elevadas exigencias: al enfermo, se le exige como sacrificio una sinceridad total, mucho tiempo y le resulta costoso; también al médico le insume tiempo, y a causa de la técnica que tiene que aprender y practicar, le es bastante trabajoso. Por eso mismo creo necesario aplicar métodos terapéuticos más cómodos siempre que haya la perspectiva de lograr algo con ellos. La terapia psicoanalítica se creó sobre la base de enfermos aquejados de una duradera incapacidad para la existencia; y estándoles destinada, su triunfo consiste en que pudo devolverles, a muchos de ellos, duraderamente, esa capacidad.
d. No es todavía posible, a consecuencia de las muchas restricciones prácticas que afectaron mi actividad, señalar de manera definitiva las indicaciones y contraindicaciones de este tratamiento. No obstante, trataré de elucidar con ustedes algunos puntos:
1). La psicoterapia analítica no es un procedimiento para tratar la degeneración neuropática; al contrario, encuentra en esta su límite. Tampoco es aplicable a personas que no se sienten llevadas a la terapia por su padecer, sino que sólo se someten a ella por orden de sus parientes.
2). Es preciso limitar la elección a personas que posean un estado normal, pues en el procedimiento psicoanalítico nos apoyamos en él para apropiarnos de lo patológico. Las psicosis, los estados de confusión y de desazón profunda (diría: tóxica), son, pues, inapropiados, al menos tal como hoy lo practicamos. 
3). En la medida en que las personas que se acercan a la cincuentena o la sobrepasan suelen carecer de la plasticidad de los procesos anímicos de la que depende la terapia -los ancianos ya no son educables- y el material que debería reelaborarse prolongaría indefinidamente el tratamiento. El límite inferior de edad sólo se determina según los individuos; los jóvenes que no han llegado todavía a la pubertad a menudo constituyen un terreno óptimo para la influencia terapéutica. 
4). No se recurrirá al psicoanálisis cuando sea preciso eliminar con rapidez fenómenos peligrosos, por ejemplo, en el caso de una anorexia histérica.
e. Una cura analítica realizada debidamente no puede ocasionar daño alguno para el enfermo.
f. Esta terapia se basa en la intelección de que el carácter inconsciente de ciertos procesos anímicos son la causa inmediata de los síntomas patológicos. El descubrimiento y la traducción de lo inconsciente se realizan bajo una permanente resistencia de parte del enfermo: la emergencia de eso inconsciente va unida a un displacer, y a causa de éste el enfermo lo rechaza siempre. En términos generales, pueden concebir el tratamiento psicoanalítico como una post educación para vencer resistencias interiores.
UNIDAD II
Introducción a la fenomenología de Husserl (Brandolín)
La propuesta filosófica y metodológica de Husserl: la intencionalidad de la conciencia. Pretende unificar el campo de la ciencia y el de la filosofía a través de un método único: la fenomenología. A través de su aplicación es posible aprehender la verdad. Si observamos la relación que hay entre el sujeto que conoce y el objeto de conocimiento veremos que hay una intencionalidad, el objeto siempre lo es en referencia a un sujeto, y este ultimo lo es invariablemente en referencia a un objeto. Pretender plantear el problema del conocimiento mas allá de esto carece, para él, de todo sentido.
La fenomenología se presenta entonces como un vigoroso metodo radical y universal por medio del cual me aprehendo como un yo puro, con consciencia pura que me es propia y el mundo objetivo entero es para mi, precisamente tal como es para mi. No hay nada en si detrás del fenomeno, no es apariencia de ser, no es imagen o representación de algo distinto a su propio aparecer.
Llama nóesis (primera reducción) a los actos y les atribuye un caracter subjetivo de la conciencia, mientras los contenidos son noema, y es un aspecto objetivo de la conciencia. El énfasis puesto en el caractervalidatorio del nóema es lo que permite clasificar claramente a Husserl como idealista.
La segunda reducción: la eidética implica buscar la esencia de las cosas mediante la manifestación directa e inmediata de los límites dentro de los cuales algo podría variar sin dejar de ser lo que es. Esto es, en definitiva, la esencia.
Al operar la segunda reducción la conciencia pura tiene acceso a la esencia de la cosa en sí; también denominada eidós, Husserl contrapone los hechos (partículares, contingentes, temporales y espaciales) a las esencias (no se localizan en tiempo y espacio y poseen un caracter de distincion fundamental). Pero él, no piensa hechos y esencias por separado. Ahí sugiere el concepto de intuición: un acto en el que es dada efectivamente una esencia originaria, que asi aprehendida queda captada en su propia identidad, en persona. Esta intuición esencial se apoya y requiere como base una intuición individual o corriente basada en la experiencia sensorial. La fuente de todo conocimiento es la experiencia en su mas amplio sentido,que incluye las variaciones de la intuición. Lo exigido por la Fenomenología es pasar de los hechos a las esencias que en ellos se dan a traves de la reducción eidética.
La tercera reducción fenomenológica es trascendental. Consiste en la persistencia en la aplicación de la epokhe o abstención de juicio. El resultado que se obtiene como fruto de esta sistemática aplicación de la abstención es la conquista de una nueva región: la esencia de la conciencia pura en general. Es ésta la que queda a salvo al resultar todo desconectado. Lo que no puede ser objeto de epokhe es precisamente aquello que la efectúa.
La concepción de la naturaleza humana para la Terapia Gestalt (Brandolín)
En el caso de la Terapia Gestalt (TG) se entiende a la naturaleza humana como la totalidad de conductas, emociones, sensaciones y pensamientos, emergentes de la interacción entre el organismo que somos y el entorno que nos rodea con sus respectivas condiciones (mirada interactiva).
Situación: cada una de las encrucijadas en las que organismo y entorno se están encontrando constantemente. Es impensable la expresión del ser humano por fuera de esa tensión dialéctica. Entonces toda manifestación que produce una persona puede ser entendida solamente en ese contexto. La unidad de análisis de los fenómenos humanos es el campo organismo/ambiente, que es otro modo de nombrar a la situación.
El objetivo principal de estas manifestaciones es el de mantener el equilibrio necesario para seguir vivos, en toda la dimensión de variedad que es propia a la vida humana. Dicho equilibrio tiene un caracter complejo, nos referimos a él como el estado en el cual nos es posible realizar toda nuestra potencialidad humana en el transcurso de la vida (implica la construcción de un proyecto existencial significativo, con libertad y responsabilidades, y la auterrealización personal).
Necesidades: son las tensiones vivenciadas por las personas. Estas experiencias de desajuste son significadas como necesidades. No se refiere exclusivamente a demandas producidas por variaciones o déficit del sustrato fisiológico que nos conforma, sino que con el término hacemos alusión a un arco de sentido mas amplio que podría incluir e intercambiar indistintamente otros términos (deseos, proyectos, anhelos,etc). Es preciso resolver las necesidades para poder restablecer el equilibrio vital: nuestra existencia es un constante desfilede situaciones que ponen en tensión ésta armonia. La resolución de cada necesidad permite la preparación para enfrentar a la siguiente (y suelesn convivir varias necesidades a la vez en nuestro campo experimentado). Se postula que existe un principio organizador en condiciones saludables de necesidades vitales, y de acuerdo a ellas otorgarle sentido a la experiencia inmediata. Para explicar este principio se lo ha relacionado con la Ley de Figura/Fondo enunciado por los psicologosgestaltitos del siglo pasado: en cada situación vital emerge y se recorta claramente una necesidad pregnante o figura, dejando en el fondo el resto de los aspectos de la situación. Figura y fondo se necesitan mutuamente para organizar el campo situacional y, además, son reciprocamente excluyentes en cuanto a la capacidad de ser percibidas, no se pueden captar las dos al mismo tiempo, pues al captar un factor no me permito captar el otro, que a su vez me sirve como marco de significación de lo percibido.
Otro supuesto sobre el que se trabaja que se refiere a que cada persona cuando se halla relativamente libre de condicionamientos es capaz de realizar los ajustes necesarios en el ambiente cuando surgen las necesidades y asi tiende a cerrar lo abierto en cada situación. Aquí asociamos éste comportamiento con la Ley de Cierre o de la Buena Forma, que dice que para describir la tendencia con la que funciona la percepción humana a completar los campos percibidos de la mejor manera posible, con la figura mas lograda.
A la capacidad de ajuste enunciada anteriormente Perls la denomina Autorregulación organísmica: podemos inferir que toda conducta humana conlleva como intencionalidad el cumplimiento de éste principio. Esta regla supone para su adecuado funcionamiento algunas condiciones: 
1) la capacidad de la persona para distinguir lo propio de lo ajeno (Perls habla de polaridad identificación/alienación).Esta función permite discriminar entre lo mio y lo del entorno, y saber donde se produce la tensión vital y con cuales recursos personales y ambientales cuento para poder efectuar los ajustes necesarios y restaurar el equilibrio.
2) implica la posibilidad de jerarquizar las necesidades emergentes simultáneas y así darle prioridad a lo que sea mas urgente o compromete mas seriamente la integridad vital de la persona.
3) es la capacidad de realizar ajustes concretos en el entorno, o sea, introducir modificaciones efectivas en el ambiente para dar respuesta a la tensión situacional. Perls diría, que es necesario manipular el ambiente adecuadamente para solucionar la necesidad pendiente. Esta tendencia al cierre de lo abierto de la situación explica para la TG lo que Freud conceptualizaba como compulsión a la repetición (manifestación de la pulsión de muerte).
Contacto: función fundamental que permite el intercambio entre lo que soy yo y lo que es no-yo. Las capacidades enumeradas anteriormente funcionando plenamente permiten la posibilidad de establecer ésta operación de contacto entre organismo y ambiente. Como seres humanos somos sistemas abiertos que intercambiamos energía, materia e información con nuestro ambiente para poder sobrevivir. Esto es posible gracias al contacto que nos permite ir asimilando del ambiente lo que nos sirve, nos nutre y desechar lo inútil. El resultado final sería el crecimiento, ya que cada experiencia nueva por mínima que sea, nos cambia irremediable y definitivamente. Las operaciones de contacto se dan todo el tiempo, desde el mas basico (respirar) hasta los que incluyen intercambios linguisticos, la afectividad, etc.
Self (sí mismo): instancia que somos cada vez que podemos ponernos en contacto libremente con el ambiente para procurarnos crecimiento. El self se caracteriza por ser auténtico, espontáneo, libre de condicionamientos rígidos o de mandatos sociales, etc. No se trata de una instancia psíquica ni de un tópico en particular, ya que el self es solamente discernible en su proceso de ser: somos self siendo (se relaciona con las filosofías existencialistas).
La vieja y la novísima Gestalt: actitud y práctica – Claudio Naranjo
Cap. 2. Sobre la primacía de la actitud y la transmisión de la experiencia
El profesional con habilidad en psicoterapia es, por sobre todo, aquel que puede producir acción real. Es capaz de detectar la actitud exacta, reforzarla, exigirla, enseñarla, pues la conoce en sí mismo. Cualquier libro puede describir una técnica, pero una actitud debe ser transmitida por una persona. 
Con el fin de no ser solo un demostrador de técnicas sino alguien que logre que sirvan a su función, el terapeuta debe ser un experto en el cómo de las técnicas. Las técnicas no son el punto. Podría decirse que las técnicas son las ocasiones para la expresión (tanto por parte del paciente como del terapeuta) de las actitudes que constituyen el trabajo real. Son una serie de acciones en las cuales hay que involucrarse en un determinado estado espiritual, y el terapeuta es quien tiene cierto dominio de tal estado. Su conocimiento de qué hacer o cómo actuar no deriva principalmente de fórmulas moleculares, sino de un entendimiento global de aquello de lo cual se trata: un entendimiento que él no es necesariamente capaz de formular en forma explícita. Más aun, su entendimiento implícito no está necesariamente relacionado con su punto de vista teórico.
La terapia gestáltica es única debido al grado en que es un sistema construido más bien sobre el entendimiento intuitivo que sobre la teoría. La singularidad de la terapia gestáltica radica más bien en el hecho de que nunca se reemplazó un fundamento directo de la práctica sustentado en la intuición o el entendimiento vivo, por una fundamentación basada en suposiciones teóricas. Las ideas son parte del sistema pero ellas son sus flores y nunca sus raíces. La naturaleza de estas ideas es una explicación de actitudes en lugar de constructos teóricos. Son ideas arraigadas en la experiencia más que en la actividad especulativa. No prestan apoyo a la actividad terapéutica sino que constituyen, como ésta, una vía alternativa de expresión.
Perls pensaba que ser psicoterapeuta era ser uno mismo y viceversa. No existía en su mente una división entre ser lo que era y hacer su trabajo. Para él, ser significaba estar aquí y ahora, estar consciente y ser responsable. Estos tres elementos (una apreciación de la actualidad, del estar consciente y de la responsabilidad) constituyen la actitud esencial de la terapia gestáltica. A pesar de ser tres actitudes aparentemente diferentes son aspectos o facetas de un modo único de ser en el mundo. Ser responsable (capaz de responder) conlleva estar presente, estar aquí. Y estar verdaderamente presente, es estar consciente. A su vez, estar consciente es presencia (realidad) y una condición incompatible con la ilusión de irresponsabilidad por medio de la cual evitamos vivir nuestras vidas (o saber que si las vivimos, sin importar lo que pensemos).
La filosofía implícita de la terapia gestáltica
· En la terapia gestáltica existe una actitud de respeto por la enfermedad de la persona más que un intento de efectuar cambios. Resulta paradójico decir que una actividad psicoterapéutica, la cual naturalmente entendemos como orientada hacia el cambio, esté en este caso basada en la postura de aceptar a una persona tal como es. Pero la aceptación (auto-aceptación) lleva al crecimiento. La vida es proceso y vivirla es todo lo que se necesita para mantener su flujo. Desde el punto de vista de la terapia gestáltica, una manera de no vivir es mantenerse apartado de la vida, diciéndonos a nosotros mismo lo que deberíamos estar haciendo. Por medio del debeísmo no incrementamos nuestro ser, sino que perdemos de vista lo que somos. La terapia gestáltica sostiene que basta con estar consciente, que para que se produzca un cambio no se necesita nada más que presencia, estar consciente y responsabilidad. Esto es lo que ArnoldBeisser ha llamado “la paradójica teoría del cambio”.El paciente aprenderá por medio de la simple experiencia de ser, que no necesita buscar ser lo que no es.
· Otra expresión de la actitud básica de la terapia gestáltica tiene que ver con lo siguiente. Si nuestro ser (presencia, estar consciente, responsabilidad) es todo lo que necesitamos, esto no es todo lo que deseamos. Desde el punto de vista de la terapia gestáltica, muchos de nuestros deseos no se basan en necesidades, sino que son un ansia por sustitutos ambientales de lo que estamos repudiando en nuestro ser. Perls comprendía la maduración como la transición desde el apoyo ambiental al auto-apoyo. El terapeuta gestáltico cree que con esto se aparta de una posición de amor compulsivo y busca ya sea el equilibrio entre apoyo y frustración, que es el más conducente al crecimiento, o la expresión espontanea de él mismo.
· Otro corolario más de la postura básica de la psicoterapia gestáltica es la actitud con la cual el terapeuta contempla los aspectos aparentemente indeseables de la personalidad de su paciente. El terapeuta gestáltico aprecia tanto la naturaleza impulsiva de su paciente como sus mecanismos de defensa. En ambos ve energías que trabajan destructivamente en la oscuridad, pero que encontrarán una expresión constructiva en el estar consciente. Decir que es suficiente para el terapeuta incrementar el estar consciente de su paciente, su sentido de actualidad y su responsabilidad, involucra una confianza básica en la rectitud de nuestra propia naturaleza. Decir que el terapeuta gestáltico confía en la rectitud de la naturaleza humana no significa que conciba la autenticidad como una condición de no fricción y no dolor. Perls sostenía: “posiblemente, todo lo que puedo hacer es ayudar a la gente a reorganizarse para así funcionar mejor, disfrutar más de la vida, sentir y sentirse más real”.
El terapeuta gestáltico no dice que la agresión no destruya o hiera, pero sí que la medida de la agresión es parte de nuestro funcionamiento organísmico y que, si no se le reconoce, se le suprime, rechaza, distorsiona, es probable que este potencial agresivo tenga como resultado una destructividad muy incrementada, así como también infelicidad personal. Por consiguiente, el trabajo del terapeuta gestáltico se caracteriza en gran medida por el grado en que invita a conductas explosivas, agresivas u otras. No teme a los sentimientos extremos o la falta de control, sino al contrario, los ve como la ocasión para la requerida atención (awareness) a los impulsos y para que el paciente se haga responsable de ellos, reconociéndolos como parte de su existencia. 
La terapia gestáltica no considera la resistencia como algo que debe ser destruido, sino como una actividad más de la cual debe tomarse conciencia y hacerse responsable. Las defensas no son algo que nos sucede sino algo que hacemos y que podemos elegir continuar haciendo o no, de acuerdo con nuestra evaluación de nuestras necesidades y de la situación. 
· Otra actitud en la actividad del terapeuta gestáltico es un desprecio por las explicaciones, interpretaciones, justificaciones y la actividad conceptual en general. Al hablar sobre las cosas, de inmediato nos estamos apartando de nuestra experiencia directa de ellas. La justificación, ya sea en términos del pasado o del futuro, causas o metas, es un intento de basar la existencia de una experiencia en otra realidad que no sea la del presente. Para el terapeuta gestáltico no hay otra realidad que ésta, aquí y ahora. La aceptación de lo que somos aquí y ahora es hacerse responsable de ser lo que somos. 
Las actitudes enumeradas, tales como su triple premisa, constituyen un fundamento filosófico de la terapia gestáltica. La terapia gestáltica descansa en una postura filosófica implícita que se transmite del terapeuta al paciente, o a quien se entrena, por medio de sus procedimientos, sin necesidad de explicitación. Cuando llamo “implícita” a la filosofía de la Gestalt, no estoy diciendo que esté encubierta, como en el psicoanálisis. Está simplemente implícita, siendo tal implicidad misma el resultado de su naturaleza o contenido: pues el terapeuta gestáltico le da más valor a la acción que a las palabras, a la experiencia más que a los pensamientos, al proceso vivo de la interacción terapéutica y al cambio interno resultante de ella más que a las creencias influyentes. 
La virtud más allá del bien y del mal
El bien y el mal son sospechosos para el terapeuta gestáltico. 
En lugar de asumir nuestras experiencias como nuestras, las proyectamos y le asignamos al estímulo la responsabilidad de nuestras propias respuestas. Decimos que el niño, el libro “es” bueno o malo. En ese momento, etiquetando al estímulo como bueno o malo, excluimos lo bueno y lo malo de nuestra propia experiencia. Se transforman en abstracciones y, por consiguiente, los objetos-estímulos son encasillados. Esto no sucede sin consecuencias. Una vez que aislamos el pensamiento del sentimiento, el juicio de la intuición, la virtud de la conciencia de sí mismo, la intencionalidad de la espontaneidad, lo verbal de lo no verbal, perdemos el sí mismo, la esencia de la existencia, y nos transformamos ya sea en fríos robots humanos o neuróticos confundidos. 
A pesar de tales puntos de vista sobre lo bueno y lo malo, la terapia gestáltica abunda en mandatos sobre la conveniencia de ciertas actitudes ante la vida y la experiencia. Estos son mandatos morales:
· Vive ahora: preocúpate del presente más que del pasado o el futuro.
· Vive aquí: relaciónate más con lo presente que con lo ausente.
· Deja de imaginar: experimental lo real.
· Abandona los pensamientos innecesarios: más bien, siente y observa.
· Prefiere expresar antes que manipular, explicar, justificar o juzgar.
· Entrégate al desagrado y al dolor tal como al placer.
· No aceptes ningún otro debería o tendría más que el tuyo propio: no adores ninguna imagen tallada.
· Responsabilízate plenamente de tus acciones, sentimientos y pensamientos.
· Aceptar ser como eres. 
Estos mandatos específicos podrían a su vez resumirse en tres principios más generales:
· Valoración de la actualidad temporal (el presente vs el pasado o el futuro), espacial (lo presente vs lo ausente) y sustancial (el acto vs el símbolo).
· Valoración de la atención y aceptación de la experiencia.
· Valoración de la totalidad o responsabilidad. 
Más allá de la actitud: la experiencia directa
La actitud básica de valorar el presente y la presencia, la atención y la responsabilidad, se transforma en las actitudes o ideales más específicos que inspiran la conducta del terapeuta gestáltico en su práctica. Cada una de estas actitudes especificas o mandatos implícitos provienen de aquello que hemos establecido como el triple central, como una forma particular de expresión de una ley única. 
El término “actitud” denota una respuesta global, sugiere más bien el área de la filosofía de vida que una conducta técnicamente arraigada, e implica aspectos afectivos, cognitivos y conductuales. Sin embargo, el aprendizaje de actitudes como el proceso central en la terapia gestáltica no debe ser entendido como un asunto de cambiar creencias ni como imitación de la conducta. La sustancia de la transmisión que tiene lugar en la psicoterapia no consiste en ideas o estilos de conducta, sino en unaexperiencia de la cual pueden derivar tanto las ideas como la conducta. Una experiencia de presencia, atención y responsabilidad.
El que es, no solo puede sustentarse a sí mismo y disfrutar sus circunstancias en lugar de sufrirlas, sino que puede ver el “estado de ser” en que otros están desperdiciando energías tanto negándolo como luchando por obtenerlo. No necesita adoptar una actitud. Se experimenta a sí mismo como digno de la existencia y del mismo modo experimento al otro. Tal como es para sí mismo, es para su paciente.
El proceso de aprendizaje que tiene lugar en la terapia gestáltica es experiencial más que intelectual y meramente conductual. El proceso terapéutico consiste en la transmisión de una experiencia. La experiencia puede ser transferiday, tal como la vida proviene de la vida, quizás solo se pueda producir una cierta profundidad de la experiencia por medio de la presencia de otro ser que esté participando en esa profundidad, y no por manipulaciones. Si la actitud es un asunto más profundo que la técnica, y si las técnicas se derivan de actitudes, la experiencia es un asunto aún más profundo que las actitudes y constituye su fuente.
Cap. 12. Sobre el trabajo con los sueños
En terapia gestáltica, la expresión “trabajo de sueños” generalmente se emplea para hablar, no de la codificación del mensaje del sueño (como sucede en el psicoanálisis), sino de su decodificación. 
El enfoque de la Gestalt sobre los recuerdos, las acciones físicas o los síntomas es no interpretativo. Nosotros consideramos a los sueños como un mensaje existencial que eventualmente puede ser entendido y, sin embargo, no buscamos alcanzar tal comprensión pensando acerca de ello. El comprender o entender se refiere a la experiencia directa de los contenidos del sueño más que a una inferencia intelectual. 
Tanto en el trabajo de sueños como en otros aspectos de la terapia gestáltica, el camino al darse cuenta es permitir que la experiencia hable por sí misma en lugar de pensar acerca de ella: “entrar” al sueño en lugar de “traerlo a la mente”. Es fundamental que el sueño no solo sea recordado, sino que también traído de vuelta a la vida. Únicamente vivenciando ahora podemos ganar conciencia de lo que está transmitiendo. Por lo tanto, es aconsejable comenzar narrando el sueño en tiempo presente, como si estuviera ocurriendo en el momento. 
Al repetir luego de cada afirmación en el sueño “Esta es mi vida”, “esta es mi existencia”, “este soy yo”, o algo semejante, el paciente podrá, por lo menos a veces, hacer alguna conexión que de otra manera no habría captado. 
Puede que algunas personas no sean capaces de producir más que un recuerdo desdibujado de las imágenes de los sueños, a pesar de sus esfuerzos para revivenciarlos, y esto lo único que indica es la fuerza de la tendencia del individuo para alienar el sueño de su propia experiencia. En alguna medida, esta alienación está presente en todos los sueños, así que la tarea de la terapia gestáltica es reasimular su contenido en el ego y ayudar a la persona a hacerse responsable de sus fuerzas no reconocidas, ahora proyectadas allá afuera como imágenes extrañas. Cuando un intento de actualización y contemplación del sueño no conduce a más que a fórmulas verbales, tal reasimilación puede verse transformada mediante la actuación de los distintos elementos del contenido.
La actuación del sueño conlleva necesariamente una experiencia creativa de interpretación o traducción llevada al movimiento y, como tal, involucra una extensión de la actividad creativa expresada en el sueño mismo. Pero ésta no es la única forma en que puede expandir el trabajo de sueños. Puede ser bastante provechoso llenar los vacíos con fantasías o concluir el sueño partiendo de donde se olvidó al despertar. Al abocarse a esta tarea, el individuo necesariamente se vuelve a convertir en un soñador y se transforma en uno con su sí mismo soñado. O podrá ponerle palabras a personajes que en el sueño solo sentían emociones no expresadas, de modo que ahora inciden un diálogo. Pero esto solo es factible si el individuo realmente escucha a su sueño.
Lo que hace que el procedimiento de actuar los sueños sea eficaz, es el proceso de asimilación involucrado en tal actividad. En el proceso de representar voluntariamente lo que en el sueño solo sucedió, el individuo se está colocando a si mismo tras sus acciones irresponsables del sueño y haciéndose responsable de ellas. Está diciendo implícitamente “este sueño soy yo mismo, no es solo un sueño”; y así es como integra a la conciencia su actitud hasta ahora inconsciente. 
Lo que hace que los sueños sean especiales para el terapeuta gestáltico es el grado en que constituyen, al mismo tiempo, una instancia de espontaneidad y articulación inusuales. 
Ventanas a nuestros niños - VioletOaklander
Cap. 9. El proceso terapéutico
El niño viene a terapia
¿Qué es lo que motiva a un padre para traer a un niño a terapia? Muchos niños manifiestan tipos de conductas que indican que algo anda mal. Sin embargo, la mayoría de los padres vacilan antes de buscar ayuda. 
Cuando los padres hacen el primer contacto telefónico solicitando ayuda, generalmente la situación se ha vuelto muy difícil.
De vez en cuando es el niño quien directamente pide ver a alguien. Muchos adolescentes han iniciado ellos mismos la terapia. 
No es un asunto sencillo juzgar cuando es el momento apropiado para traer a un niño a terapia. Con frecuencia es el niño mismo quien se encarga de que se haga algo (por ejemplo, peleando con mayor ardor hasta que alguien lo advierte).
Antes de empezar a trabajar con un niño recibo a veces rumas de papeles referentes a él; resultados de tests, informes de diagnósticos, sumarios judiciales, informes escolares. Constituyen una lectura interesante pero solo puedo manejar al niño con lo que él me presenta. Si confío en la información que me han dado sobre el niño para establecer mi base de trabajo con él, estaría tratando con lo que está escrito en un papel y no con el niño. Por lo tanto, debo comenzar con el niño desde donde está conmigo, sin considerar ninguna otra cosa. 
El niño está haciendo contacto con alguien que se halla dispuesto a aceptarlo tal como es en ese momento, sin una capa de prejuicios. Puede mostrar otro aspecto de sí mismo, una parte suya que tal vez le cueste expresar delante de padres y profesores. Me relaciono con él en la forma que es conmigo en ese momento, la forma en que ahora quiere ser. Se trata de un individuo multifacético que es capaz de mostrar muchas maneras de ser. 
La primera sesión
Generalmente, los padres me llaman e intentan explicarme el problema por teléfono. Les explico que cuando vengan a verme con su hijo, quiero que me cuenten otra vez el problema, pero en presencia del niño. Siento que es importante que él esté presente, con el objeto de aliviar sus peores fantasías sobre lo que anda mal.
Sea lo que sea tiene que decirse adelante del niño. Así puedo observar las reacciones del menor, la dinámica entre padres e hijo y oír ambas partes. Este es también el inicio de poder establecer una relación de confianza con el niño.
Así que cuando la familia llega a mi oficina, pido que alguno de los padres me informe por qué han venido a verme. Después de las primeras frases, lo detengo y pregunto al niño si está de acuerdo con lo que se ha dicho.
Intento incluir al niño en todo. Pronto percibe que lo tomo muy en serio.
También identifico de quién es el problema. Oigo que el padre o el profesor están preocupado por algún aspecto de la conducta del niño, pero también queda en claro que no necesariamente doy por sentado todo lo dicho. 
Después que el problema es sacado a la luz y delimitado, frecuentemente pido a los padres que esperen afuera mientras converso con el niño. Puede que le diga que intentaré mejorar la situación, que haremos algunas cosas entretenidas, que descubriré algunas cosas sobre él, y espero que él también lo haga, y algo sobre confidencialidad. Le explico que usaremos algunas de las cosas de la oficina y conversaremos un poco.
Aunque tengo muchas dudas sobre el valor de los tests (Test Dibuja una persona; Test Casa-Árbol-Persona), administro algunos. A veces los uso como forma inicial de relacionarme. El verdadero proceso de evaluación necesita hacerse sobre la marcha. Nosotros y los niños con que trabajamos estamos en un constante flujo de cambio, influenciados por los variables sucesos que nos rodean. El niño revela muchas cosas en sus dibujos, pero suspendo los juicios. La interpretación es poco válida a menos que la use como clave para mayores exploraciones. 
Comprendo que la presentación del problema no es más que eso, la presentación de un síntoma. Corrientemente hay material mucho más profundo que se debe desenterrar. Pero creo que debemos comenzar con lo que tenemos(mirarlo, vivenciarlo, explorarlo) antes de que sepamos en qué formar calar más hondo. Debo manejar lo que hay antes de ir más lejos. 
Después de cada sesión hago algunas anotaciones sobre lo que hicimos, qué sucedió, mis sentimientos. Estas notas son parte del proceso terapéutico. Puedo ver lo que ha estado ocurriendo, puedo tomar determinaciones sobre lo necesario para nuestra próxima sesión. No comparto estas notas con los padres pero a menudo se las leo a los niños. Tienen derecho a saber lo que se dice o escribe sobre ellos si es que quieren saberlo.
El proceso terapéutico
Cuando los niños llegan a mi oficina no saben lo que desean explorar, trabajar o descubrir acerca de sí mismos. Los adolescentes a menudo tienen situaciones que desean discutir conmigo, pero por lo general solo quieren compartir lo que ha ocurrido en su vida o sus quejas sobre la escuela o la familia. También ellos se paran en seco cuando se trata de escudriñar más hondo por su propia cuenta. 
Así que a mí me corresponde proveer los medios con los cuales abrirán puertas y ventanas a sus mundos interiores. Necesito proveer métodos para que los niños expresen sus sentimientos, logren sacar a luz lo que tienen guardado adentro, y así podamos manejar juntos ese material. 
La mayoría de las técnicas que uso con los niños estimulan la proyección. La proyección dice muchas cosas sobre el sentido del yo. Lo que el niño expresa “allá afuera” puede desplegar sus propias fantasías, ansiedades, temores, evitaciones, frustraciones, actitudes, impulsos, manipulaciones, resistencias, resentimientos, culpas, deseos, carencias, necesidades y sentimientos. El material que allí pone debe manejarse con cuidado.
En general no hago interpretaciones del material que entrega el niño a través de las proyecciones, aunque sí trato de traducir lo que veo y oigo con el objeto de guía mis interacciones con el niño.
Lo que principalmente hago es ayudar al niño a abrir las puertas a la autopercepción y autoposesión.
Algunos niños no necesitan forzosamente verbalizar sus descubrimientos, introvisiones y percepciones de qué y cómo de sus comportamientos. Con frecuencia parece que es suficiente sacar a luz las conductas o sentimientos bloqueados que han interferido con su proceso de crecimiento emocional. Entonces pueden convertirse en seres humanos integrados, responsables y felices, más capacitados para enfrentar las numerosas frustraciones de crecer. 
Las técnicas son numerosas. La técnica que se elige jamás es considerada por sí misma como un medio para un fin. Uno debe tener presente que cada niño es un individuo único. 
Resistencia
Con frecuencia los niños son reacios a hacer algunas de las cosas que les pido. Algunos no son conscientemente resistentes, pero están tan inhibidos o tensos, que quizás al principio necesiten vivenciar algunas actividades seguras que les ayuden a liberar sus procesos imaginativos. Cuando los niños empiezan a expresarse con facilidad a través del material de fantasía y los variados tipos de proyecciones expresivas, trato de guiarlos de vuelta a la realidad de sus vidas, haciéndoles poseer o aceptar las partes de ellos mismos que han expuesto y así pueden empezar a tener un nuevo sentido de identidad propia, responsabilidad y autoapoyo.
Una de las técnicas más eficaces para ayudar a los niños a superar sus bloqueos es lo que se ha denominado “modelar”. Si yo hago lo que he pedido a los niños, también ellos lo harán.
Además de la renuencia del niño a participar de las técnicas de terapia, también existe una resistencia inicial durante las primeras reuniones entre uno y el niño. Traspasar ese tipo de resistencia es un proceso muy sutil, difícil. Involucra nuestro propio sentido intuitivo. 
Lo que sucede en la primera sesión entre uno, los padres y el niño es crucial. El chico lo observa, lo escucha, le toma el peso a uno. Durante el tiempo que se está a solas con el niño, uno tiene otra oportunidad para que él capte si somos francos, aceptantes, amistosos. 
Uno debe comprender que los niños son resistentes y defensivos por buenas razones. Han aprendido que deben hacer cuanto esté a su alcance para cuidar de sí mismos, para protegerse.
En todo muro de resistencia hay una nueva puerta que se abre a nuevas áreas de crecimiento. Este es un lugar aterrador y el niño se protege bien. Veo este sitio similar a lo que Perls llamaba el impasse. Cuando llegamos a un impasse, estamos siendo testigos del proceso en que una persona renuencia a sus viejas estrategias y se siente como si careciera de apoyo. Cuando podemos reconocer este impasse, podemos anticipar que el niño está al borde de una nueva forma de ser, de un nuevo descubrimiento. De modo que cada vez que aparece la resistencia, podemos saber que no nos encontramos ante una rígida frontera, sino ante un lugar que tiene más allá una extensión. 
Término
Creo que por regla general, los niños no deberían estar en terapia por mucho tiempo. Ellos no tienen los múltiples estratos de asuntos inconclusos y “viejas películas” que acumulamos los adultos. Generalmente, hay suficiente progreso en un periodo de 3 a 6 meses como para justificar un término. Los niños llegan a una meseta en terapia, y éste puede ser un buen lugar de detención. El niño necesita una oportunidad para integrar y asimilar (con su propio crecimiento y maduración natural) los cambios que se están produciendo como resultado de la terapia. A veces esta meseta es una señal de resistencia que debe ser respetada. 
Hay claves para saber cuándo es tiempo de parar. La conducta del niño ha cambiado, según informa la escuela y sus padres. El solo hecho de que una conducta haya mejorado no puede ser razón suficiente para dar por terminada la terapia. 
Mientras el niño está comprometido en su terapia, los padres están aliviados y empiezan a sentirse mejor y la atmósfera del hogar se hace más relajada. Esto ayuda al niño a sacar más partido de la terapia. Durante todo este tiempo el niño ha ido madurando y ganando sensatez.
Es importante preparar a un niño para el término. Aunque ayudamos a los niños a ganar tanta independencia y autoapoyo como podamos, establecemos mutuos lazos de afecto. 
El término no necesita tener el matiz de finalidad que implica su nombre. El término es simplemente llegar a un lugar de detención, un final en este momento. Algunos niños necesitan que les demos la seguridad de que podrán volver si es necesario. Generalmente tengo una sesión en presencia de los padres cuando estamos explorando la posibilidad de terminar, y lo discutimos abiertamente. 
No me gusta dejar de ver abruptamente a un niño. Sugiero que nos veamos una o dos veces más. Empezamos a hablar de nuestra época juntos y en lo que ha sucedido (una especie de tiempo de evaluación). 
Cap. 10. Problemas conductuales específicos
En este capítulo discutiré algunas de las conductas específicas que presentan los niños enviados a terapia. Yo no visualizo el comportamiento de un niño como una enfermedad sino que lo veo como una evidencia de fuerza y supervivencia del niño. Un niño hará lo que pueda y lo que piense que es mejor para sobrevivir en este mundo y para completar la tarea de crecer.
Agresión
Con frecuencia los adultos consideran que los niños que se dejan llevar por un comportamiento directo y espontáneo, son agresivos. Se los describe como “actuantes” (actingout), lo que implica un ataque al ambiente, al mundo, en oposición a reprimirse. Para mí, actuante es otra etiqueta impropia. Los niños pasivos, introvertidos, sometidos también están actuando algo a su modo.
Este niño, con frecuencia es extremadamente inquieto, actúa impulsivamente, golpea a otros niños, es desobediente, habla fuerte, interrumpe, molesta y provoca a otros, produce conductas similares en los demás niños e intenta ser dominante. A los adultos les desagradan estos tipos de conductas en los niños ya que tienden a destruir la situación social con que nos sentimos más cómodos en nuestra cultura. Cuando un niño es llamado agresivo, rebelde, actuante, uno debe estar conscientede que éstos son rótulos de juicios.
A veces un niño es considerado agresivo cuando sólo está expresando enojo. Los actos agresivos, frecuentemente llamados antisociales, pueden incluir conductas destructivas como destruir bienes, robar, incendiar. Percibo al niño que cae en conductas hostiles como alguien que tiene profundos sentimientos de ira, de rechazo, de inseguridad y angustia, sentimientos heridos y a menudo un difuso sentido de identidad. También tiene una muy mala opinión del yo que él conoce. Es incapaz o no quiere y teme expresar lo que siente, porque si lo hace, puede perder la fuerza que reúne para involucrarse en conductas agresivas.
Es el medio ambiente el que perturba al niño. El niño es provocado por el ambiente más que por sus dificultades internas. De lo que él carece internamente es de la capacidad para enfrentarse a un medio que lo enfurece y atemoriza. No sabe cómo manejar los sentimientos generados en su interior por este medio hostil. A menudo el ambiente provoca las conductas antisociales por parte del niño. Generalmente se trata de un proceso gradual; seguramente ya ha expresado antes sus necesidades en forma más sutiles, pero los adultos no le prestan atención hasta que exagera sus comportamientos. Estas conductas, son con frecuencia un intento desesperado de restablecer un contacto social.
Tal niño rara vez es agresivo en mi consulta. A medida que empieza a confiar en mí, la agresividad se va vislumbrando en su juego, historias, pinturas, la forma en que manipula la arcilla. Yo empiezo a tratarlo como se me presenta; no puedo tratar una agresividad que no se ha expresado. 
A mí me resulta más fácil trabajar con los niños agresivos y actuantes que con los inhibidos e introvertidos. El niño agresivo muy pronto llegará a indicarme qué es lo que le pasa. 
En las primeras sesiones hacemos cosas que a él le gusta hacer. Cuando empiezan a aflorar los sentimientos, me muevo gradualmente a actividades más dirigidas. Por lo general, la ira es lo que primero emerge. 
Ira
Usualmente no se acepta que los niños manifiesten su propia ira. A muy temprana edad aprenden a reprimir estos sentimientos, vivenciando vergüenza o culpa por los sentimientos iracundos y rencorosos que a veces los dominan. 
Reconozco cuatro etapas en el trabajo con la ira del niño:
· Darle métodos prácticos para expresar sus sentimientos de ira.
· Ayudarle a acercarse al verdadero sentimiento de ira que puede estar conteniendo y alentarlo a dar expresión emocional a esta ira ahí mismo, conmigo, en mi oficina.
· Darle la experiencia de ser verdaderamente directo y honestos con sus sentimientos de ira: decir lo que quiere decir a la persona a quien necesita decírselo.
· Hablar con él sobre la ira: qué es, cómo la demuestra, qué hace cuando lo siente, qué lo enfurece.
A los niños les cuesta mucho expresar su ira. Las conductas antisociales no son expresiones directas de los sentimientos de ira, sino más bien la evitación de los verdaderos sentimientos. 
Hablo a los niños sobre los sentimientos físico-corporales de ira que de algún modo tienen que escapar como por ejemplo los músculos que se contraen en el pecho, en el estómago. Y los niños lo comprenden de inmediato. 
Lo que parece ser necesario es permitir al niño que tome consciencia de la ira, que la conozca. Este es el primer paso para ayudar a los niños a sentirse fuertes e íntegros en lugar de huir atemorizados por los sentimientos de ira y esquivarlos, o descargarlos en forma indirecta. Después el niño necesita aprender a evaluar la situación y elegir si expresa la ira directamente a la persona o la expresa privadamente de alguna otra forma. 
Una y otra vez descubro que la energía gastada en reprimir los sentimientos de ira conduce a un comportamiento inadecuado.
A veces en una sesión, emergen sentimientos de ira que necesitan vivenciarse y expresarse en ese preciso instante. Hay ocasiones en que los niños expresan esta ira en forma indirecta a través del juego o de trabajos artísticos. Identificar y admitir nuestros propios sentimientos es más auto-sustentador, pero también sirve para expresar la ira en forma simbólica. Otros niños son mucho más directos con su ira. 
La ira es una emoción en extremo temida, resistida, reprimida y amenazante, tan a menudo la más importante y profunda traba a nuestro propio sentido de integridad y bienestar.
Una de las cosas que a los niños les cuesta más aprender es cómo ser honestos con sus sentimientos de ira. Necesitan aprender a pedir directamente lo que quieren y a decir qué le gusta y qué no. En las familias que trato, encuentro que todos sus miembros, incluyendo los adultos, tienen problemas de comunicación entre sí. 
El niño hiperactivo
A este niño, puede que le cueste sentarse quieto, se revuelve, tiene que moverse mucho, habla demasiado, puede que tenga modales irritantes, golpea a otros niños, es impulsivo, tiene mala coordinación o un deficiente control muscular, es torpe, deja caer cosas. Le cuesta centrar su atención, se distrae fácilmente. Con frecuencia, tiene problemas de aprendizaje causados por un deterioro de las facultades perceptivas (visual, auditiva y táctil). Lo confunden e irritan los numerosos estímulos de su ambiente. Existen muchos efectos secundarios que contribuyen a las dificultades del niño como el hecho de que los adultos no le tengan paciencia, que no confíen en él, que le griten, que tenga pocos amigos. Tiene magras aptitudes de relacionamiento interpersonal. Se siente mal por su menoscabo en el aprender; generalmente su autoimagen es pobre. El mundo le parece hostil e injusto.
Los niños que manifiestan síntomas de hiperactividad, a veces están simplemente esquivando sentimientos dolorosos. Un niño incapaz o reacio a expresar sentimientos reprimidos puede tener dificultades para sentarse quieto, prestar atención. Es frecuente que los niños angustiados teman envolverse en actividades de cualquier tipo. Pasan constantemente de una cosa a otra y parecen incapaces de permaneces en alguna y dedicarle toda su atención. Los niños temerosos, coléricos o angustiados pueden parecer entonces niños hiperactivos. 
Cuando estos niños logran la atención de alguien, se les escucha y se les toma en serio, pueden minimizar de algún modo sus síntomas hiperactivos.
Si los síntomas hiperactivos son evidentes, uso uno de dos enfoques opuestos: 
1-Puedo dar materiales sedantes, como la arcilla, arena, agua o pintura de dedos. Creo que cualquier experiencia táctil ayuda a estos niños a que se concentren y tomen más consciencia de sí mismos (sus cuerpos y sus sensaciones). 
2- Puedo seguir el rápido enfoque y desenfoque de la atención del niño y llamar su atención a lo que está haciendo para ayudarle a vivenciarlo más plenamente. Quiero que se fije en lo que está haciendo, para ayudarlo a darse cuenta de y quizás reconocer lo que hace. Aprenden rápidamente a enfrentar los estímulos cuando se les enseña a enfocarlos. Se dan mejor cuenta de las nuevas visiones y sonidos; sus facultades perceptivas se agudizan y esto puede fortalecer su capacidad para lidiar con su mundo. Evitar los estímulos retirándolos o ignorándolos significa debilitar al niño e incluso puede empeorar su postura ante la vida.
Finalmente quiero enfatizar la importancia de la elección. Todos los niños necesitan la experiencia de elegir; especialmente los niños hiperactivos necesitan la oportunidad de ejercitar su albedrío y juicio en forma muy positiva. Para elegir se requiere un sentido del yo; uno debe sintonizar sus funciones mentales y emocionales para tomar una decisión. El responsabilizarnos por nuestra elección es una experiencia de aprendizaje. Es esencial darles muchas oportunidades para tomar decisiones. Esta es una de las mejores formas de reforzar la individualidad del niño. 
El niño retraído
Generalmente no traen a terapia a niños callados o tímidos. El problema sólo se evidencia cuando el niño empieza a exagerar su conducta tímida. Puede que hable lo indispensable o que no lo haga nunca. Puede que permanezca en la periferia de todo,temeroso de participar o de probar cosas nuevas. A menudo es solitario, no tiene amigos o pocos. 
Los niños retraídos se refrenan. En algún tramo del camino aprendieron a mantener la boca cerrada. Los niños prontamente se “cierran”, conteniendo con fuerza los sentimientos y experiencias dentro. 
Las técnicas de expresión son especialmente útiles para el niño retraído no-verbalizador. Mediante ellas, él empezará a comunicarse sin tener que renunciar a su silencio.
Un niño retraído está con frecuencia en un estado de aislamiento porque es incapaz de participar en una comunicación interpersonal libre y segura. Le cuesta expresar sus sentimientos de afecto e ira. Se mantiene en un plano seguro, evitando el riesgo de ser rechazado o lastimado. La espontaneidad no le es familiar. 
Temores
Los niños necesitan hablar sobre sus miedos. Algunos temores son producto de ideas falsas; otros se basan en situaciones reales. Solo cuando pueden ser mirados abiertamente, el niño puede adquirir la fuerza para enfrentarse a un mundo que a veces es aterrador. 
Algunos temores infantiles se transforman en fobias: sus temores crecen en tal proporción que sus esfuerzos para evitar las cosas que temen, interfieren enormemente en sus vidas.
Contactarse con sentimientos no expresados relacionados con el temor específico es el paso inicial de la terapia. 
A veces los niños expresan temor en alguna forma sin poder señalar específicamente algo que lo provoque. Es un sentimiento generalizado, vago e indiferenciado. Los dibujos constituyen un excelente medio para llegar al temor.
Situaciones Específicas de Tensión (Stress) o Experiencias Traumáticas
A veces los niños han tenido una mala experiencia específica que necesita de ayuda terapéutica. Divorcio, enfermedades graves, muerte, vejación o un terremoto son los tipos de sucesos que provocan traumas emocionales a los niños. 
A menudo el niño es incapaz de expresar a sus padres lo que siente porque también los padres pueden estar muy perturbados por lo que sea que ha ocurrido y el niño siente que debe protegerlos; él no quiere causarles más pena. Si los padres pueden enfrentar sus sentimientos en forma abierta, el niño puede ser más franco y abierto con sus propios sentimientos y confusiones. 
Yo enfrento estas situaciones en forma directa. Sé que el incidente debe sacarse a la luz, ser conversado, quizás reactuado simbólicamente.
Síntomas Físicos
Yo enfoco la micción nocturna, así como otras manifestaciones físicas, en varias formas. Primero deseo que los padres compartan sus sentimientos sobre la situación. También intento devolver la responsabilidad del cuerpo a su dueño: el niño es responsable de orinarse en la cama. Además quiero ayudar al niño a vivenciar tanto como sea posible el síntoma físico. Finalmente deseo ayudar al niño a aprender una manera más adecuada de expresar lo que sea que necesite expresar. 
Ayudar a estos niños a percatarse de su cuerpo es parte importante del procedimiento terapéutico para ellos. Hacemos muchos tipos de ejercicios corporales incluyendo respiración, meditación, movimiento, juegos. Conocer su cuerpo y aprender a dominarlo y controlarlo es gratificante, excitante y esencial. 
El último paso y más importante es ayudar al niño a expresar sus sentimientos sobre la micción nocturna y otros aspectos relevantes de su existencia. El orinarse dormido cesará a medida que él empiece a tomar el control de sí mismo y encuentre nuevas formas de expresar sus sentimientos. Siempre tendrá sentimientos para expresar, aun si ahora todo marcha bien en la familia. 
Algunos niños defecan en sus calzones durante el día. Otros síntomas físicos pueden ser dolores de cabeza, de estómago, tics, alergias, asma. 
Inseguridad; Aferrarse; Complacencia excesiva
A veces veo a niños que literalmente se pegan a las personas, con lo cual las hacen alejarse. Cuando la gente los esquiva, tratan de colgarse aún más. Estos niños se aferran físicamente a las personas como para aliviar sus sentimientos de inseguridad y hacerse sentir más a salvo. 
El niño (o adulto) que debe aferrarse físicamente a otros tiene un sentido tan vago de sí mismo que sólo se siente bien si puede fundirse con alguien más. Existe solo en un estado de confluencia con otra persona. Estar separado es un concepto extraño y aterrador para él. No sabe dónde empieza y termina su ser. Se confunde con los demás en su intensa necesidad de una identidad.
Trabajar con tales niños, involucra experiencias progresivas de reforzamiento del yo. Necesitamos traer al niño de regreso a su ser, darle una identidad que pueda reconocer. Podemos comenzar con actividades sensoriales; seguir con ejercicios corporales y juegos que permitan familiarizarse con sentimientos, autoimagen, y finalmente integrar todo esto con experiencias de tomar opciones, expresar opiniones, determinar sus necesidades, deseos, gustos o aversiones y aprender a dar a conocer verbalmente sus necesidades y opiniones. Una vez que empieza a reconocerse, sus aptitudes de contacto mejoran hasta que ya no experimentan la necesidad de aferrarse a otras personas. El aferrarse era su modalidad de supervivencia; ahora tiene otras opciones, otras formas de existir.
Los niños que se desviven por complacer a los adultos y que en apariencia son excesivamente obedientes, tienen sentimientos similares de inseguridad. Buscan aprobación en una forma que a menudo es reforzada por los adultos que los rodean. 
El solitario
La mayoría de los niños que pasan gran parte de sus tiempos solos por opción, lo hacen porque temen ser rechazados por los demás. Los chicos que traen a terapia generalmente tienen algún problema de presentación además de su soledad. No son tan hábiles, fastidian a sus padres, son hoscos, discutidores e hiperactivos, adoptan conductas antisociales o agresivas, odian ir a la escuela, o son extraordinariamente introvertidos. Son solitarios; se sienten diferentes de todos los demás. 
Una de las principales tareas a trabajar con estos niños y sus familias es enfatizar que la unicidad debe ser atesorada. 
A medida que trabajamos con estos niños para mejorar su autoestima, reforzar su identidad y promover su autoayuda, ellos empiezan a aprender a relacionarse con otros niños.
Soledad
Los niños a quienes se considera mal adaptados a su medio son solitarios. El proceso terapéutico parece bloqueado hasta que este sentimiento se manifiesta abiertamente de algún modo.
Los niños se sienten solos porque en el fondo se sienten diferentes y no están cómodos con su propia particularidad. Tienen sus formas de ocultar sus sentimientos de soledad. Sus conductas antisociales sirven generalmente para apartarlos y aislarlos aún más, provocando por lo tanto un aumento de sus cubiertas protectoras y defensivas. Esto promueve un mayor aislamiento, y así se perpetúa el ciclo.
Pienso que los niños se sienten frecuentemente desamparados y angustiados porque tienen dificultad para expresar a alguien sus sentimientos de vacío y soledad.
Cuando trabajo con niños que expresan sentimientos de soledad, necesito ayudarlos a recuperar la destreza de vivenciarse plenamente, en lugar de aferrarse a sus sentimientos de desamparo.
Los niños cuyos sentimientos no son escuchados y reconocidos, se sienten solos. Sus sentimientos son su esencia misma, su ser mismo, y si sus sentimientos son rechazados, también el niño se siente rechazado. Es castigado y evitado, y todo esto lo sume en el aislamiento.
El niño que está dentro y fuera de la realidad
He tenido algunas experiencias con niños que a veces están lúcidos y contactados, pero que en otras ocasiones simplemente parecen ser insensatos, haberse volado en algún mundo propio.
Autismo
Las pautas que uso con niños más normales también se pueden aplicar a los autistas. Empezar donde está el niño. Permanecer con él. Seguir sus señales. Estar alerta a su proceso y a sus intereses. Traerlo de vuelta a su autopercepción una y otra vez proyectándole muchas actividades sensoriales (jugar con agua, arena, arcilla, pintar con dedos). El trabajo corporal

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