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MARCO TEÓRICO - Yuliana Barreto

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MARCO TEÓRICO
Un trastorno del aprendizaje se define como una dificultad en un área académica (lectura, matemáticas o expresión escrita). La capacidad del niño para tener éxito en el área académica específica está abajo de lo que se espera para la edad, nivel educativo y nivel de inteligencia del niño. La dificultad experimentada por el niño es suficientemente severa para interferir con el éxito académico o actividades normales de la vida diaria apropiadas a su edad.
En 1965 Bábara Bateman plantea: “los niños con dificultades específicas de aprendizaje son aquellos que presentan una discrepancia educativa significativa entre su potencial intelectual estimado y su verdadero nivel de desempeño, relacionada con desórdenes básicos en los procesos de aprendizajes los cuales pueden estar acompañados o no por una disfunción demostrable del sistema nervioso central y no son secundarios a un retraso mental generalizado, a una desventaja cultural o educativa, a perturbaciones emocionales severas o a una pérdida sensorial”
Kirk y Bateman (1962/73) fueron los primeros autores en utilizar el término “learning disabilities” (dificultades de aprendizaje) en relación al desorden o retraso causado en uno o más de los procesos de habla, lenguaje, lectura, escritura, aritmética u otras materias escolares.
D. Hammill (1990) reconoció que los elementos conceptuales básicos de las dificultades en el Aprendizaje pueden ser interpretados en los tres planos. No obstante en el plano pedagógico contempló los problemas académicos como manifestaciones específicas de las dificultades en el aprendizaje: lectura, escritura y cálculo.
Los problemas del aprendizaje pueden manifestarse de diversas maneras y afectan el rendimiento global del niño. Se manifiestan más bien en un retardo general de todo el proceso del aprendizaje (Luis Bravo Valdivieso 1991).
Tener un trastorno del aprendizaje significa que un niño tiene una dificultad en una o más áreas del aprendizaje, aun cuando su motivación o inteligencia en general no estén afectadas.
Se calcula que, a escala global, un 5% de los niños sufren problemas de aprendizaje en la lectura, escritura o cálculo. Estos niños suelen ser diagnosticados y tratados habitualmente en el entorno escolar, pero cada vez es más frecuente que los padres inicialmente en etapas posteriores consulten el pediatra.
Existen diversos trastornos del aprendizaje, pero esos son los principales. La Dislexia (trastorno de la lecto-escritura), la Discalculia (también denominado el trastorno de las matemáticas, y que en realidad es un subtipo de TA no verbal) Disgrafia (dificultad con la escritura).
La dislexia es un trastorno del aprendizaje que supone la dificultad para leer a raíz de problemas para identificar los sonidos del habla y para comprender cómo estos se relacionan con las letras y las palabras (decodificación).
Hoien y Lundberg (1991) definieron la dislexia como una dificultad en la utilización del lenguaje escrito, basada en el sistema fonológico del lenguaje oral.
Las hipótesis iniciales acerca de la causa de la dislexia se situaban en aspectos visuales, llegando incluso a denominarse inicialmente “ceguera visual para las palabras” (Orton, 1925). Según la hipótesis del déficit visual la principal causa subyacente a la dislexia sería un déficit específico en el sistema del procesamiento visual (dificultades a nivel de percepción y memoria, dificultades en el sistema oculomotor, Pavlidis, 1981).
La discalculia o dificultad en el aprendizaje de las matemáticas (DAM), es una dificultad de aprendizaje, específica en matemáticas, que es el equivalente a la dislexia. En este caso, afecta al correcto procesamiento numérico y el cálculo, y se conoce como 'la dislexia de los números'.
El término discalculia del desarrollo lo introdujo por primera vez el psicólogo checoslovaco Ladislav Kosc en 1974 y, desde entonces, la terminología relacionada con este trastorno del aprendizaje ha ido creciendo, especialmente en la literatura anglosajona.
Diversos autores han estudiado la prevalencia de la discalculia, mostrando porcentajes del 4 al 7%, una frecuencia similar a la de otros trastornos del aprendizaje, como la dislexia, u otros trastornos de inicio en la infancia y la adolescencia como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Respecto al género, la mayor parte de los estudios realizados coinciden en afirmar que no hay diferencias, aunque en algunos estudios se haya encontrado una mayor prevalencia en mujeres.
La disgrafía es un trastorno de la capacidad de escritura que se caracteriza por una serie de dificultades o incapacidades para componer textos escritos. En la gran mayoría de los casos se presenta en niños que no padecen ninguna deficiencia intelectual ni neurológica relacionada, aunque en algunos sujetos la disgrafía esté asociada a otros trastornos del aprendizaje o a problemas de lenguaje o de perceptomotricidad.
La disgrafía es un trastorno de la escritura que afecta a la forma o al significado y es de tipo funcional. Se presenta en niños con normal capacidad intelectual con una adecuada estimulación ambiental y sin trastornos neurológicos, sensoriales, motrices o afectivos intenso. (Portellano, 1988).
 
Los niños con trastornos del aprendizaje pueden sentirse frustrados por no poder dominar un tema a pesar de su esfuerzo, y pueden comportarse mal, sentirse desamparados o abstraerse. El trastorno del aprendizaje también puede presentarse con trastornos conductuales o emocionales, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o ansiedad. La combinación de los problemas puede hacer que sea particularmente difícil para un niño tener éxito en la escuela. El diagnóstico adecuado de cada trastorno es crucial para que el niño pueda recibir la ayuda correcta para cada uno.

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