Logo Studenta

cuestión social conceptos

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

www.ts.ucr.ac.cr 
 
1 
“Cuestión Social”: Algunas mediaciones determinantes para su estudio en 
la formación profesional 
 
Freddy Esquivel Corella1. 
 
 
 
 
Introducción: 
Este trabajo convoca algunas reflexiones sobre mediaciones que determinan en gran 
medida el estudio de la “cuestión social” en la profesión, así como el abordaje de sus 
manifestaciones. 
A lo largo del texto se identifican algunas interrogantes y argumentos que permiten 
problematizar el tema en debate, este breve trabajo intenta solamente dar pistas para más 
discusión al respecto. 
Decía Engels en 1875, que la “Soziales” (Traducida al castellano como “cuestión social”), 
es producto de las transformaciones societales, donde se desprenden contradicciones en 
relación a las asimetrías generadas por la dialéctica capital/trabajo, donde la explotación 
capitalista es eje determinante en esta apreciación. 
Tomando ese referente, se puede apreciar que la “cuestión social”, no es generada exclusiva 
y únicamente por los resultados de las transformaciones económicas, por lo que debe 
concatenársele con el todo de la complejidad social; lo mismo se espera de su estudio en la 
formación profesional en Trabajo Social, o sea enfrentar una fragmentación de la realidad, 
que puede nublar la profundización socio-histórica de esta categoría. 
Pero antes de continuar es importante realizar algunas aclaraciones conceptuales que sirvan 
de apoyo en este abordaje, por medio de las siguientes interrogantes. 
 
¿Qué es “cuestión social? 
Para proseguir es importante establecer algunos aportes en la conceptualización de la 
“cuestión social”, y así proceder al reconocimiento analítico de que el Trabajo Social se 
particulariza en las relaciones sociales de producción y reproducción de la vida social 
capitalista como una profesión interventiva en sus manifestaciones. 
Al parecer la categoría comenzó a ser utilizada en la tercera década del siglo XIX y fue 
divulgada hasta la mitad de aquella centuria por críticos de la sociedad y filántropos/as 
situados/as en varios espacios del espectro político (Netto, 2000) 
La expresión surge para dar cuenta del fenómeno más evidente de la historia de Europa 
Occidental que experimentaba los impactos de la primera onda industrializante: el 
pauperismo masivo de la población trabajadora; aunque siempre había habido polarización 
 
1 Bachiller, Licenciado y Magíster Scientiae en Trabajo Social por la Universidad de Costa Rica. 
Estudiante del Doctorado Latinoamericano en Educación (SEP-UNED). Profesor interino de la 
Escuela de Trabajo Social UCR. Investigador del Tema de la Reproducción-Profesional del Trabajo 
Social en Costa Rica. Docente de cursos de epistemología, investigación y Trabajo Social en la 
Historia. Actualmente se desempeña como trabajador social en el ámbito de la educación especial 
del Ministerio de Educación Pública. 
 
Manqui
Resaltar
Manqui
Resaltar
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
2 
entre ricos y pobres, era la primera vez, según el autor antes citado, que la pobreza crecía en 
razón directa en que aumentaba la capacidad social para producir riqueza. 
Pero no fue únicamente la pauperización, sino también los levantamientos políticos de estas 
masas lo que llevaron a que se consideraran estas manifestaciones de rechazo y 
organización como “cuestión social”i. 
Esta categoría llegó a ser incluida propiamente por el pensamiento conservador sobre todo, 
y siguiendo a Netto (1992) se recalca: 
“ (...) en primer lugar, con el carácter de urgencia, la manutención y la defensa 
del orden burgués, la “cuestión social” pierde paulatinamente su estructura 
histórica determinada y es crecientemente naturalizada, tanto en el ámbito del 
pensamiento conservador laico como en el confesional (...) Entre los pensadores 
laicos, las manifestaciones inmediatas de la “cuestión social” (fuerte 
desigualdad, desempleo, hambre, dolencias, penuria, desamparo ante 
coyunturas económicas adversas etc.) son vistas como desbordamientos, en la 
sociedad moderna (léase burguesa), de características inevitables de todo y 
cualquier orden social, que puede a lo máximo, ser objeto de una intervención 
política limitada (preferencialmente con soporte “científico” ), capaz de 
armonizarlas y reducirlas a través de un ideario reformista ( aquí, el 
ejemplo mas típico es ofrecido por Durkheim y su escuela sociológica) En el 
caso del pensamiento conservador confesional, se reconoce la gravedad de la 
“cuestión social” y se apela para que hayan medidas socio-políticas para 
disminuir sus efectos, se insiste en que su exacerbación es contraria a la 
voluntad divina ( es emblemática aquí, la lección de León XIII, de 1891)” 
(Netto, 2000: 155) (Cursiva del original) 
 
Es en el escenario de la luchas trabajadoras de 1848, que elevó la discusión sobre el 
carácter antagónico de los intereses sociales de las clases fundamentales, donde se establece 
que la “cuestión social” se puede suprimir, disolviendo las condiciones de la sociedad 
burguesa. 
Entre otras notas que el autor citado señala en relación a la “cuestión social”, se destacan: 
• El desarrollo capitalista produce compulsoriamente, la “cuestión social”- diferentes 
estadíos capitalistas producen diferentes manifestaciones de la “cuestión social”, ya que 
esta no es una secuela adjetiva o transitoria del régimen del capital: su existencia y sus 
manifestaciones son indisociables de la dinámica específica del capital. Según lo 
anterior la “cuestión social” es constitutiva de la reproducción del capitalismo. 
• Luego de la Segunda Guerra Mundial, en el proceso de reconstrucción económica y 
social de ese período, especialmente en la Europa Occidental, el capitalismo 
experimentó un período de crecimiento. De esta forma la construcción del Welfare 
State en Europa nórdica y algunos países de Europa Occidental, junto con la economía 
norteamericana, parecían mandar al pasado las manifestaciones de la “cuestión social”, 
pero en la entrada de los sesentas se empieza a contraer la onda expansiva capitalista, y 
aparece la conjugación globalización con neoliberalismo, demostrando que el capital no 
tiene ningún compromiso social, vuelven a salir a flote las manifestaciones de la 
“cuestión social”. 
• No es posible afirmar que existe una “nueva cuestión social”, sino que además de la 
permanencia de las manifestaciones “tradicionales” de la “cuestión social”, se da la 
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
3 
emergencia de nuevas expresiones, teniendo para los y las profesionales como especial 
preocupación, la necesidad de determinar concretamente la relación entre las 
expresiones emergentes y las modalidades imperantes de explotación 
• Se plantea el desafío teórico de investigar las diferencialidades histórico-culturales (que 
entrelazan elementos de relaciones de clase, generaciones, de género y etnia 
constituidos en formaciones sociales específicas) que se cruzan y tensionan en la 
efectividad social, por ello las nuevas manifestaciones y la transformación de las 
anteriores en la “cuestión social”, deben partir de considerar las particularidades 
históricas, culturales y nacionales. 
• El Trabajo Social gana sentido en la “cuestión social”, y por ende en las intervenciones 
de sus manifestaciones. 
Seguidamente expongo otra interrogante que es necesaria de definir para seguir en la 
reflexión. 
 
 
¿Cuál es la relación de Trabajo Social con la “cuestión social” y sus manifestaciones? 
Al referirse al Trabajo Social y su relación con la “cuestión social”, vale agregar que esta 
profesión se valida como práctica institucionalizada, socialmente legitimada y legalmente 
sancionada vinculada a ella (Netto, 1992) 
La profesión de Trabajo Social genéticamente es aprehendida en este trabajo como: 
 “un subproducto de la síntesis de los proyectos político-económicos que operan 
en el desarrollo histórico donde se reproduce material e ideológicamente la 
formación de la clase hegemónica, cuando en el contextodel capitalismo en su 
edad monopolista, el Estado toma para sí la respuesta a la “cuestión social” 
(Montaño, 1998: 20). 
 
Netto (1992), por su parte plantea que al estudiarse el surgimiento de la profesión, debe 
reconocerse que ésta pasa a inscribirse en una relación donde sus agentes se tornan 
asalariados/as, y la significación social de su quehacer pasa a tener un sentido nuevo en la 
malla de la reproducción de las relaciones sociales. Señala: 
“En síntesis: es con este giro que el Servicio Social se constituye como profesión, 
insertándose en el mercado de trabajo, con todas las consecuencias de ahí 
derivadas (principalmente con su profesional haciéndose vendedor de su fuerza de 
trabajo)” (Netto, 1992:67) 
En el surgimiento profesional del Trabajo Social no es éste, alega el autor antes citado, el 
que se constituye para crear un cierto espacio en la red socio-ocupacional, sino que es la 
existencia de este espacio, producto de las manifestaciones de la “cuestión social”, lo que 
lleva a la constitución profesional. 
Así se acepta, desde esta postura, que el Trabajo Social es una profesión, o sea “obedece a 
un cuadro ontológico, a un cuadro ético y a valores históricos determinados, a 
coyunturas y, sobre todo se confiere al sujeto profesional una autonomía que es muy 
grande” (Netto, 1998: 94), autonomía que se refleja en esa relación con la “cuestión 
social”, pero inserta desde luego en cierta programática organizacional. 
Dado lo anterior es importante recordar entonces en esta discusión, que se requiere 
aprehender la reproducción del Trabajo Social en las legalidades del capitalismo, o sea se 
demanda analizar la categoría profesional como resultado de sus contradicciones en su 
Manqui
Resaltar
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
4 
genética relación con la dialéctica capital/trabajo y las respectivas manifestaciones de 
“cuestión social”. 
Por lo antes citado se requiere priorizar en los elementos ontológicos que determinan la 
profesión del Trabajo Social en relación con la reproducción de la sociedad burguesa ( y del 
trabajo como categoría fundamental) las manifestaciones de la “cuestión social”, y las 
políticas sociales, teniendo desde luego la demanda de reconocer, que para profundizar en 
la categoría profesional, ésta debe ser estudiada a profundidad en el devenir histórico de la 
sociedad capitalista, tal y como lo plantea el propio Marx cuando cita: 
 “En lo que concierne a las ciencias históricas y sociales, hay que tener presente 
que el sujeto- en este caso la sociedad burguesa moderna- está dado a la vez en 
la realidad y en la mente. Las categorías expresan por tanto formas y modos de 
las existencia, y con frecuencia el punto de vista científico, su existencias es 
anterior al momento en que se empieza a hablar de ella como tal (esto es válido 
también para las categorías económicas). Este es un principio que hay que 
tener presente, ya que nos proporciona elementos esenciales para el plan de 
nuestro estudio (...) Se cometería un error si se estableciera la sucesión de las 
categorías económicas según el orden de su influencia histórica. Su orden, por 
el contrario, es determinado por las relaciones en el seno de la sociedad 
burguesa moderna. Se obtiene entonces exactamente lo inverso de su orden 
natural o del orden del desarrollo histórico (...) Lo que nos interesa aquí son su 
orden y sus relaciones en la sociedad burguesa moderna” (Marx, 1971: 48 y 51) 
(Cursiva del original) 
 
Con respuestas para las preguntas antes planteadas se puede ahora profundizar algunas 
mediaciones que se articulan a su estudio, se citan aquí los proyectos de Estado en que se 
generan las condiciones históricas de la génesis-reproducción del Trabajo Social, las 
políticas y servicios sociales, la aprehensión de la intervención de la profesión en la 
“cuestión social”, su fundamentación ético-política, y el género como componente 
determinante de la complejidad profesional 
Igualmente es necesario recalcar que las manifestaciones incipientes de las relaciones 
capitalistas en los diversos contextos, son determinantes para el estudio de la “cuestión 
social” que en la mayoría de los países, antecede a la aparición del Trabajo Social, pero no 
puede desarrollarse el tema en este trabajo. 
Igualmente la “cuestión social” no puede ser estudiada fuera de su significado en la lucha 
de clases, el enfrentamiento histórico de éstas es determinante tanto en las manifestaciones, 
como de las complejidades de abordaje por medio de políticas y servicios determinados. 
Como antes se destacó, no existe una nueva “cuestión social”, sino que sus manifestaciones 
se expresan en relación a condiciones societales de complejidades determinadas por 
transformaciones en las relaciones sociales, tecnológicas, culturales, ambientales, 
ideológicas, políticas, genéricas, económicas, religiosas y de cualquier otra naturaleza. 
Sobre esas mediaciones se seguirá la exposición como ejes de tratamiento más integral al 
tema que convoca la discusión. 
 
Proyectos de Estado 
El Estado como categoría de estudio tiene una vasta, compleja y enfrentada literatura, que 
lleva a quien es estudiante inicial en el tema a dilucidar muchos desafíos para tomar un 
Manqui
Resaltar
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
5 
referente elemental en un trabajo de esta naturaleza, por es imprescindible de abordar el 
tema a la hora de estudiar la “cuestión social” . 
Hay obras básicas que desde la matriz marxista pueden ayudar a iniciar su estudio, aunque 
las mismas no significan una postura única entre quienes estudian la obra de Marx y 
Engels. 
Para lo que a este trabajo refiere se destaca que en Engels, El Origen de la Familia, la 
Propiedad Privada y el Estado, se encuentran algunas pistas iniciales para profundizar 
argumentos sobre el Estado. 
Engels textualmente destaca: 
“Así, el Estado antiguo era, ante todo, el Estado de los esclavistas para tener 
sometidos a los esclavos, el Estado feudal era el órgano de que se valía la 
nobleza para tener sujetos a los campesinos siervos, y el moderno Estado 
representativo es el instrumento que sirve el capital para explotar el trabajo 
asalariado (…) Como el Estado nació de la necesidad de refrenar los 
antagonismos de clase, y como, al mismo tiempo la nación en medio del 
conflicto de esas clases económicamente dominante, que con ayuda de él, se 
convierte también en la clase políticamente dominante, adquiriendo con ello 
nuevos medios para la represión y la explotación de la clase oprimida (…) 
Además, en la mayor parte de los Estados históricos los derechos concedidos a 
los ciudadanos se gradúan con arreglo a su fortuna, y con ello se declara 
expresamente que el Estado es un organismo para proteger a la clase que posee 
contra la desposeída (…) La forma más elevada del Estado, la república 
democrática, que en nuestras condiciones sociales modernas se va haciendo una 
necesidad cada vez más ineludible, y que es la única forma de Estado bajo la 
cual puede darse la batalla última y definitiva entre el proletariado y la 
burguesía, no reconoce oficialmente diferencias de fortuna. En ella la riqueza 
ejerce su poder indirectamente, pero con ello mismo de un modo más seguro 
(…) Por tanto el Estado no ha existido eternamente. Ha habido sociedades que 
se las arreglaron sin él, que no tuvieron la menor noción del Estado ni de su 
poder. Al llegar a cierta fase del desarrollo económico, que estaba ligada 
necesariamente a la división de la sociedad en clases, esta división hizo del 
Estado una necesidad.” (Engels, 1976:346-347) 
 
Años más tarde Lenin destaca que luego de las obras de Marx y Engels, ciertas fracciones 
ideológicas quisieron darle al Estado un matiz de neutralidad, afirma el autor: 
“De una parte, los ideólogos burgueses y especialmente los pequeñoburgueses, 
obligados por la presión de los hechos históricos indiscutibles a reconocer que 
el Estado sólo existe allí donde existen las contradicciones de clase y la lucha de 
clases, corrigen a Marx de maneraque el Estado resulta ser el órgano de la 
conciliación de clases (…) Que el Estado es el órgano de dominación de una 
determinada clase, la cual no puede conciliarse con su antípoda (con la clase 
contrapuesta a ella), es algo que esta democracia pequeño burguesa no podrá 
jamás comprender (pág 8 y 9: 1975) ( Cursiva del original) 
 
Por lo anterior este trabajo mantiene un referente conceptual sobre la categoría Estado, 
aceptando que en él se presentan sin duda, de manera directa o indirecta, intereses de 
clases, manifestados a veces en lo inmediato o lo mediato, las política social son un 
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
6 
ejemplo de ello, pero las relaciones del Estado con las presiones que históricamente ha 
tenido que enfrentar, han dejado en el mismo, la posibilidad de encontrar resultados de 
batallas de alta complejidad donde las fracciones ya sea burguesas o trabajadoras han 
logrado “pactos” que históricamente conducen a futuros conflictos. 
Otro autor marxista que se detuvo en su obra a estudiar el Estado, fue Gramsci, el cual 
destaca que éste es pensado para: 
“ (...) crear nuevos y más elevados tipos de “civilización” y la moralidad de las 
más vastas masas populares a las necesidades del continuo desarrollo del 
aparato económico de producción (...) representando toda tentativa de 
cristalizar en forma permanente una determinada situación (...) El Estado es 
concebido como organismo propio de un grupo, destinado a crear las 
condiciones favorables para la máxima expansión del mismo grupo; pero este 
desarrollo y esta expansión son concebidos y presentados como la fuerza motriz 
de una expansión universal, de un desarrollo de todas las energías “nacionales” 
(...) Los grandes Estados han llegado a serlo precisamente porque en todos 
momentos estaban preparados para insertarse eficazmente en las coyunturas 
internacionales favorables y éstas eran tales porque ofrecían la posibilidad 
concreta de insertarse con eficiencia en ellas” (Gramsci, 1980: 75, 78 y 81) 
El autor antes citado, si bien relaciona el Estado bajo cierto grupo dominante, no deja de 
pensarlo fuera de las transformaciones que él mismo experimenta en el mundo, en relación 
con las condiciones internacionales. 
Por su lado señala Fernández (1987) que el Estado es un escenario de confrontación y de 
negociación de los intereses sociales en conflicto, teóricamente en Vasconcelos (1998) se 
encuentra respaldo a lo anterior cuando el autor destaca: 
“El Estado no puede ser concebido como un bloque sin fisuras, sino como una 
arena de lucha entre fracciones de clase, que eventualmente pueden ocupar 
directa o indirectamente espacios de la burocracia y de los aparatos 
institucionales. El Estado no es visto más como abstracción que fluctúa sobre 
las clases, sino como un aparato complejo transformado en objeto de la lucha 
de clases, cuyas unidades institucionales se constituyen en campos de la acción 
de los diversos grupos políticos y sociales en pugna” (pág: 77) 
Con los argumentos antes destacados, se expone que la categoría Estado es en este trabajo 
aprehendido como una institución societal histórica que se ha transformado por diversas 
mediaciones tanto que la constituyen como que la “impactan”, su relación es estrecha 
con el modo de producción, con las manifestaciones de la “cuestión social”, como con 
las coyunturas políticas que son determinantes en las relaciones sociales, el Estado es 
también participante de credos, etnias, culturas, géneros sexuales y razas de las 
sociedades que lo edifican. 
Cabe agregar que es vital para cualquier profesional en Trabajo Social, profundizar sobre 
las condiciones históricas que se gestaron en su país en relación con la conformación del 
Estado, como diseñador de políticas dirigidas hacia las manifestaciones de la “cuestión 
social”, ya que es ahí donde se originan determinaciones históricas de las relaciones 
sociales que configuran posteriormente el escenario de la génesis de la profesión, en 
muchas naciones. 
 
Políticas y Servicios Sociales 
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
7 
Partiendo de que la política social tiene relación dialéctica con la “cuestión social”, y que 
esta última se crea en el modo de producción capitalista, estimo que la primera se 
constituye como vértice para que el Estado aborde las manifestaciones de la “cuestión 
social”, según los diversos proyectos. 
La política social también ha variado según el proyecto de Estado fundamentalmente por 
esa relación capitalismo-Estado-“cuestión social”. Así es ilustrado a continuación: 
“ La política económica y la política social se relacionan íntimamente con la 
evolución del capitalismo (...) El capitalismo competitivo, cuyas bases teóricas 
se encuentran en el liberalismo, es contemporáneo del gobierno civil, entendido 
como un gobierno limitado en su soberanía (...) En una situación como esa, no 
se puede hablar de una intensa intervención del Estado en la sociedad (...) A 
través de estas políticas es posible evidenciar la acción del Estado en el sentido 
de incertidumbre y ampliar el capitalismo en determinado país (...) No es 
posible analizar la política social sin hacer referencia a la cuestión del 
desarrollo económico, o sea a la transformación cuantitativa y cualitativa de las 
relaciones económicas que derivan del proceso de acumulación particular de 
capital” ( Countinho, 1989:110 y 114) 
 
Las políticas sociales tienen que ser pensadas en las mismas contradicciones de clases, así 
lo destaca Faleiros (1980), cuando pone en discusión lo siguiente: 
1. No deben pensarse las políticas sociales como resultado de un maquiavelismo del 
capital y de su acumulación. 
2. El análisis de la política social implica la consideración del movimiento del capital, 
y al mismo tiempo los movimientos sociales concretos que lo “obligan” a cuidar de 
la salud, de la duración de la vida de la persona trabajadora, de su reproducción 
inmediata y a largo plazo. 
3. Las políticas sociales del Estado no son instrumentos de bienestar abstracto, pero 
tampoco únicamente instrumentos de manipulación de clase, son resultado de una 
dialéctica de fuerzas históricas. 
La política social por ello no está exenta de transformaciones del capitalismo (sus luchas 
de clases) de las repercusiones en el Estado, y por ello de la sociedad que “sostiene” esos 
cambios. 
Estableciendo una definición de la categoría política social se parte de que esta es aprendida 
como una mediación constitutiva de la reproducción social, en estrecha relación con el 
modo de producción, el proyecto de Estado y de la sociedad a la que se esta articulando 
la misma. La política social es histórica y enlaza una diversidad de ámbitos de la 
cotidianidad, con relaciones conflictivas, por lo que es en sí misma un escenario de 
luchas de distinto origen y perspectiva. 
Además la política social es explicada como una serie de procesos articulados y 
contradictorios, producto de las relaciones económicas, sociales, políticas, ambientales, 
género, etnia, edad, ubicación geográfica, entre otros que buscan por medio de los 
ingresos generados por gestiones redistributivas, (aún en los sectores privados) acciones 
que incidan en las condiciones de reproducción de vida de las personas, en relación 
mediada a las características de explotación del capitalismo. 
Enlazar el Estado, la política social y la “cuestión social” con el Trabajo Social no es un 
resultado “natural”, significa entonces que en esa misma institución societal histórica, que 
es el Estado, y que tiene articulación estrecha con el capitalismo, la política social tiene una 
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
8 
“misión” fundamental, la cual es ser parte de sus lineamientos ideológicos, y donde la 
“cuestión social” es resultado de ese modo de producción. 
Para lograr ya sea ingeniar, planificar, organizar y/o operacionalizar los objetivos de las 
políticas sociales se demanda formar una variedad de cuadros humanos a nivel profesional 
y técnico asalariados, que se insertan en la divisiónsocio-técnica del trabajo, y que tiene 
una tarea interventiva en las manifestaciones de la “cuestión social”, ahí el Trabajo Social 
se reproduce en diversos ámbitos donde hay políticas sociales en salud, vivienda, 
educación, seguridad y asistencia social, justicia, entre otros. 
Pero la relación del Trabajo Social con el Estado, la política social y la “cuestión social” no 
se acaba ni explica únicamente ahí, esta profesión, compleja e histórica, es constituida por 
mayores elementos que procederé a exponer en lo que resta de este trabajo. 
 
Aprehensión de la Intervención del Trabajo Social en la “Cuestión Social” 
En este trabajo se reconoce que el Trabajo Social no es una rama del conocimiento, por lo 
que no se acepta que tenga un objeto mínimamente circunscrito, ni un método de 
conocimiento específico, pero cuenta con la posibilidad de generar conocimiento social 
científico, teniendo la demanda de superar la inmediatez que se le presenta para la 
aprehensión de la “cuestión social. 
En lo referente a la práctica profesional del Trabajo Social y basándonos en, Guerra (1999), 
se puede estimar que históricamente la formación de ésta para intervenir en la “cuestión 
social” ha sido limitada a: 
• La enseñanza de instrumentos y técnicas de las “llamadas metodologías de acción”, 
en este ámbito la concepción de práctica es la de adiestramiento y entrenamiento. 
• Al aprendizaje estricto de los campos de acción que contribuye a reforzar la 
concepción positivista de la “dicotomía entre teoría y práctica” 
• Para la autora, la práctica profesional tiene que estar vinculada a las dimensiones 
técnico-instrumental, teórico-intelectual, investigativo, ético-político y formativo, 
por lo que la misma no puede entenderse separada de la práctica social, la cual “ es 
comprendida como actividad racional y social de los hombres en la 
transformación de la naturaleza y de la sociedad, como praxis – conjunto de las 
objetivaciones de los hombres- lo que supone la realización de actividades 
productivas, sociales, políticas y científicas” (Guerra, 1999:3) 
De esta manera la práctica profesional se sitúa en términos de: 
• La división de trabajo, incorporando la totalidad del trabajo colectivo asalariado, 
como trabajo generador de valor de uso y cambio. 
• La posición de los profesionales en división del trabajo, en el ámbito del sector de 
servicios principalmente. 
• La funcionalidad, orientada para atender determinadas necesidades sociales, que se 
traducen en demandas para la profesión, inclusive en un “enfoque” de derechos, que 
se instaura en el derecho burgués. 
• El tipo de respuestas exigidas a la profesión y de su instrumentalidad, para alcanzar 
finalidades determinadas. 
• Así como las mediaciones que se establecen en las sociedades patriarcales. 
Debe reconocerse también que el/la profesional en Trabajo Social vivencia las mismas 
premisas que el resto de los/as trabajadores/as del capitalismo, vendiendo su fuerza de 
trabajo 
Manqui
Resaltar
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
9 
Dentro del “saber hacer” de la profesión (o sea el dominio de modelos de intervención de 
las metodologías, de los instrumentos y técnicas), no siempre se cuestiona sobre las 
implicaciones de este hacer, de los resultados de estas acciones, y del sustento teórico-
metodológico ante las manifestaciones de la “cuestión social” 
En el plano de la sustentación teórico-metodológico, empobrecidamente el Trabajo Social 
ha reconocido la metodología, aislada de lo teórico, mucho en función de la famosa 
separación entre teoría y práctica, distanciamiento marcadamente positivistaii. 
Pero únicamente por medio del reconocimiento de la realidad social constituida por 
complejos de complejos, que se articulan a través de mediaciones y generan legalidades 
sociales, es que se puede validar una propuesta teórico-metodológica para la intervención 
en las manifestaciones de la “cuestión social”, que va a responder a una racionalidad 
dialéctica, y por ende a una instrumentalidad determinada por esta racionalidad, 
fortaleciendo una crítica sustantiva a la relación humana generada por el modo de 
producción capitalista, y en la búsqueda de un nuevo proyecto de sociedad. 
Por eso es requisito retomar que: 
 “La cuestión teórico metodológica refiere al modo de leer, de interpretar, de 
relacionarse con el ser social; una relación entre sujeto cognoscente- que busca 
comprender y desvendar esa sociedad- y el objeto investigado. (...) Para eso, 
implica una apropiación de la teoría- una capacitación teórico-metodológica- y 
un ángulo de visibilidad en la lectura de la sociedad- un punto de vista político” 
(Iamamoto, 1992: 102). 
Dentro de este análisis histórico-crítico, se reconoce en este trabajo, que: 
“el móvil no es buscar una metodología “propia” del Servicio Social [ donde se 
entiende metodología] (...) como un modo de conocer al ser social históricamente dado 
–la sociedad burguesa- lo cual orienta una modalidad de intervención en la vida social, 
según proyectos socio políticos ( que no son inmunes a las lucha de clases, a las 
correlaciones de fuerzas políticas), respondiendo a demandas profesionales puestas 
por la sociedad” ( Iamamoto, 1992:98) 
. 
Así lo teórico-metodológico para intervenir en la “cuestión social” refiere para efectos de 
este trabajo a la manera de relacionarse el sujeto cognoscente, que busca comprender la 
sociedad y el objeto, por medio de una aprehensión de totalidad e historicidad. 
Por lo que su práctica profesional articulada a un determinado referente teórico-
metodológico, es concebida aquí como el ejercicio de la intervención profesional del 
Trabajo Social para atender las demandas de las diversas poblaciones bajo un cuerpo 
de conocimientos científicos, al amparo de una teoría social, y por ende a un ideal de 
proyecto de sociedad con un elevado compromiso político, que arroje un recurso 
metodológico y técnico en concordancia con las demandas que requieren su existencia, 
lo que se torna en el caso del Trabajo Social un escenario altamente contradictorio en 
especial por las programáticas organizativas en que se interviene en las 
manifestaciones de la “cuestión social”. 
Otra mediación entrelazada con la antes desarrollada, es la fundamentación teórica que 
mediatiza el abordaje profesional de la “cuestión social”, como se discute seguidamente. 
 
Fundamentación ético-política en Trabajo Social 
En este apartado es necesario entender que la categoría ético-política, es estudiada como los 
vínculos que se construyen desde el ejercicio profesional en relación a un proyecto político 
Manqui
Resaltar
Manqui
Resaltar
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
10 
social, y que se encuentra permeada por determinados valores, que se confrontan en el 
escenario de las relaciones sociales establecidas en la sociedad burguesa, basadas en la 
explotación, las asimetrías, y las desigualdades reflejadas en las manifestaciones de la 
“cuestión social” 
Validándose que el sincretismo ha sido el espacio inmediato de intervención profesional, 
debe reconocerse que éste también ha influido en el referente ideológico en Trabajo Social 
(Netto, 1995), se encuentra aquí un debate escasamente abordado en el referente ético-
político, que influye enormemente en las prácticas profesionales y su trasfondo ideológico, 
en relación desde luego con la “cuestión social” y sus expresiones. 
Las características del referente ideológico en el Trabajo Social generalmente son ilustradas 
por el “ethos burgués, puntualizando su matización por el lastre del pensamiento 
conservador y su determinación por la influencia católica romana (con especial 
relevancia para las expresiones de la Doctrina Social de la Iglesia, a partir de las 
formulaciones de León XIII)” (Netto, 1995: 107) 
Estas dos líneas ideológicas ganaron hegemonía lo cual permitió moldear el perfil de la 
profesión, donde se reconoce que ellas mismas son resultantes de choques entre tendencias 
diferenciadas. Las particularidades entre ambasideologías, se resume a continuación: 
“(...) en las fuentes ideológicas de las protoformas y de la afirmación inicial del 
Servicio Social europeo, dado el capitalismo romántico, hay un vigoroso componente 
de apología indirectaiii del capitalismo; en las fuentes norteamericanas ni siquiera de 
esta forma el orden capitalista era objeto de cuestionamiento” (Netto, 1995: 115) 
(Cursiva del original) 
Así se logra establecer que el Trabajo Social es resultado de estos dos procesos ideológicos 
(europeoiv y norteamericanov), de por sí ya profundamente heterogéneos y sincréticos. 
Estas dos propuestas son las que inciden principalmente en las primeras representaciones 
profesionales del Trabajo Social; donde se operó en un campo cultural-ideológico que 
registraba un movimiento entre las dos tradiciones antes citadas, y otro situado en la 
relación entre cada una de ellas y las nuevas configuraciones que surgían en éstas. 
Para efectos de este trabajo se desea retomar que, es de la tradición europea que se vio 
influenciado el Trabajo Social al retomar el legado de Tomás de Aquino, pasando luego a la 
construcción de lo que Netto (1995) llama una “nueva escolástica” , que es el neotomismo. 
Lo anterior para “ (...) ofrecer un calce más consistente a la Iglesia de sus 
enfrentamientos, también por la vía de la Doctrina Social, con la modernidad (...) se 
inserta en un largo proceso de movilización de la Iglesia para hacer frente, teórica, 
doctrinaria y prácticamente, a los desafíos intelectuales, científicos políticos e 
ideológicos puestos, por un lado por el desarrollo científico y filosóficos, y, por otro, 
por la laicización de las instituciones sociales burguesas y por el movimiento obrero 
orientado por el marxismo y por el magnetismo desencadenado por la primera 
experiencia de tradición socialista” (Netto, 1995: 124-125) 
Según lo anotado, el neotomismovi, sin desprenderse de la tradición conservadora, vino a 
incidir en la formación y práctica del Trabajo Social, y por ende en su referente ético, y su 
intervención estudio de la “cuestión social”. 
Se rechazaron entonces las propuestas del movimiento obrero revolucionario y del 
socialismo, y por ende también se expulsan explícitamente las dimensiones políticas, 
siendo pensadas las relaciones sociales en el ámbito de la búsqueda del “bien común”. 
Cabe aquí resaltar que en el proceso en que se instauran socio-ocupacionalmente los 
profesionales, éstos se vinculan bajo propuestas que alegan en términos técnico-
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
11 
administrativos, dar respuesta al “bien común”, pasando por encima de cualquier 
enfrentamiento de clasesvii. 
El reconocer que la dimensión ética-profesional es un punto vital en el ejercicio del 
Trabajo Social, remite a retomar el debate sobre la influencia del conservadurismo y el 
neoconservadurismo, en su proyecto profesional. 
Pero: 
“La tarea no es simple. En un escenario socio-histórico como éste, que ahora nos cabe 
vivir, en el cual el pragmatismo ético que desagua en un cinismo y en la complicidad 
disfrazadas, solo parecen tener como alternativa el moralismo anacrónico con sabor 
utópico-romántico, que activan un largo y democrático enfrentamiento en torno a la 
dimensión ética de la profesión, este es un desafío innegable” ( Netto, 1992:11) 
A ello se une el renovar y animar los intereses por lo ético-político, no tomado como el 
tradicionalismo de permisos y prohibiciones, sino como un espacio privilegiado de 
indagación sobre el significado social de la profesión. Esto implica también enfrentar la 
racionalidad dominante en la intervención profesional. 
Siguiendo a Iamamoto (1995), hay que deslindar el significado social de la profesión, 
rompiendo con los muros de lo “estrictamente profesional”, para aprehenderla como un 
producto histórico, como una especialización del trabajo colectivo que adquiere 
inteligibilidad en la historia social de que es parte y expresión. 
De esta manera el desafío de la implantación del proyecto ético-político en el Trabajo 
Social, sólo puede ser entendido cuando se combina una orientación político-profesional 
en él, ya que la “dimensión política de los proyectos profesionales, se debe al hecho de 
que ellos están vinculados, a proyectos societarios que envuelve al conjunto de la 
sociedad” (Santos, 2000:73), por ello también es importante profundizar sobre la 
fundamentación ético-polítca que sustenta la intervención en las manifestaciones de la 
“cuestión social”. 
Por esta razón, debe ampliarse el referente de la práctica profesional que es también una 
práctica política, articulada a prácticas colectivas, que se vinculan a un conjunto de 
nociones, valores y creencias subjetivas que los mueven, por lo que el debate entre ética, 
política y profesión es parte de una práctica social que se dirige a la creación de nuevos 
valores y una nueva hegemonía en el cuadro de las relaciones sociales (Iamamoto, 1995) 
Referente a la fundamentación ético-política del Trabajo Social en su vinculación con las 
manifestaciones de la “cuestión social” debe reconocerse que lo ético-político no esta 
aislado de lo teórico-metodológico, como tampoco del proceso formativo de los/as agentes 
profesionales; esta situación conduce a reconocer que es incomprensible un proyecto ético-
político en los profesionales que buscan un proceso de ruptura con las bases conservadoras 
y neoconservadoras de la profesión, con un marco teórico-metodológico endogenista, 
especifista o hasta segregador para el abordaje profesional de la “cuestión social” 
También desde el espacio organizacional, los/as profesionales deben intervenir 
reconociendo que los conflictos no deben ser eliminados, en busca del “bien común”, 
creyendo que su práctica se orienta a la armonía, tanto en relación con la “cuestión social”, 
como con la organización con la que se vinculan. 
Por lo que se reafirma en oposición a lo anterior, que la ética debe tener como soporte una 
ontología del ser social, donde los valores son determinaciones de la práctica social, 
resultantes de la actividad creadora tipificada en el proceso de trabajo, ya que es mediante 
el proceso de trabajo que el ser social se constituye, se instaura como diferente de ser 
“naturalizado”, disponiendo de la teleologíaviii, y por ende capaz de construir su libertad. 
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
12 
Esta concepción proyecta una sociedad capaz de propiciar a las personas que se encuentran 
en relaciones asimétricas de cualquier tipo, un mayor desenvolvimiento para la invención 
y vivencia de nuevos valores, lo que evidentemente supone, la erradicación en la medida de 
lo posible de procesos de explotación, opresión y alienaciónix. 
Para finalizar la última mediación que se determina en este trabajo es la condición del 
género, como una determinante en los abordajes y relaciones con las manifestaciones de la 
“cuestión social” en las y los agentes profesionales. 
 
Género Femeninox como base de la complejidad profesional: 
Desde el género la categoría profesional se logra aprehender en una serie de determinantes 
históricos, culturales, psicológicos, ideológicos, religiosos, económicos, educativos y 
políticos que han podido incidir en su abordaje de la “cuestión social”. 
En sus orígenes y como lo demuestra Martinelli (1997), la fracción femenina de las Iglesias 
Evangélicas, de las asociaciones civiles voluntarias y de la Iglesia Católicaxi (Castro, 1982), 
eran los flancos básicos de sensibilización de un gran número de mujeres para incorporarlas 
en las formaciones de filantropía aplicada (antecedente de formación inicial para intervenir 
en la “cuestión social), haciendo que desde sus inicios en el mundo capitalista, el Trabajo 
Social fuera una profesión predominantemente femenina. 
Algunas de las obras revisadas en este trabajo tratan de diversas maneras la composición 
mayormente femenina de la profesión, a continuación destacó las que valoro con algunos 
aportes claves al respecto: 
• Iamamoto (1992) señala que enlos orígenes del Servicio Social, éste esta vinculado a 
las iniciativas de la Iglesia, como parte de su estrategia de cualificación del laicado, 
especialmente en su fracción femenina, articulado predominantemente a los sectores má 
adinerados de la sociedad, para dinamizar su misión política de apostolado social para 
las clases subalternas, particularmente a la familia obreraxii. 
• Netto (1992) considera como uno de los fundamentos del estatuto profesional la 
subalternización, donde la ruptura con el régimen de voluntariado que caracterizó las 
protoformas del Trabajo Social, no se equiparó con la subalternidad técnica y social a 
la cual se destinaba y en la cual se alojaba la fuerza de trabajo femenina. El autor agrega 
que es válida la hipótesis de que por la vía de la profesionalización en el Servicio 
Social, contingentes femeninos conquistaron papeles sociales y cívicos que, al margen 
de esta alternativa no les serían accesibles. 
• Montaño (1998) señala el carácter de subalternidad del Servicio Social, donde destaca 
la cuestión del género en la profesión, sobre lo anterior considera que el Servicio Social 
al ser eminentemente femenino encuentra en este elemento su primer condicionante de 
subalternidad, en la medida en que se inserta en sociedades marcadas y regidas por 
patrones patriarcales y “machistas”. 
• Para Parra (1999) la profesión se configura con un carácter eminentemente femenino, 
abriendo espacios de participación política a las mujeres de la clase dominante, tanto 
como una forma profesionalizante de ejercer el apostolado social, como de intervenir 
desde un rol secundario en las particulares coyunturas políticas o sociales. 
• En relación al tema se retoma una tesis escrita en 1975 de Solano, donde desarrolla un 
estudio teórico de la situación de la mujer latinoamericana, y se señala que la profesión 
al ser eminentemente femenina ha logrado un bajo status profesional, ya que “ Es 
indiscutible que cuando una profesión está constituida por una mayoría de 
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
13 
mujeres, disminuye de prestigio debido a la poca consideración que se posee sobre 
la capacidad intelectual y conciencia profesional de la mujer” (Solano, 1975: 193) 
• Por su parte Torres (1977) apunta como una de las características que inciden en la 
organización gremial del Trabajo Social, que para el autor es dispersa y plural, su 
predominancia femenina; afirmación que es un poco pretenciosa pero que es relevante 
para el debate. 
• Montero y Murillo (1978) destacan que la mayoría de la población que estudiaron 
Trabajo Social son mujeres, y que reciben salarios bajos, las cuales eligieron 
preferiblemente la profesión por la motivación de “deseos de ayudar a la gente”. 
• Finalmente Fernández (2002) afirma que la elección de la carrera de Trabajo Social 
responde a un deseo de las personas por ayudar, servir, estar en contacto con la gente, 
obedece a valores como el altruismo y la vocación de servicio siendo todas condiciones 
que están directamente vinculadas a la maternidad como eje constitutivo de la identidad 
femeninaxiii. 
De las anteriores obras se pone en relieve que el componente género ha sido considerado en 
algunos estudios de diversa naturaleza, pero pocos han profundizado en el temaxiv, junto 
con la preocupación por su constitución genética con la reproducción del capitalismo y las 
intervenciones en la “cuestión social”. 
Las condiciones de subalternidad, responsabilidad de los otros, carencia de prestigio, 
desorganización, y explotación son las que básicamente se abordan en la bibliografía 
consultada en relación al tema. 
Retomando sintética y limitadamente lo anterior y por no ser el eje central de la discusión, 
debe estimarse que el Trabajo Social no es visto como una profesión que toma decisiones 
relevantes en las organizaciones y los servicios, así como que participa “productivamente” 
en la división del trabajo, sino que es identificado, en concordancia con el papel que el 
patriarcado establece a las mujeres (Montaño, 1998) 
Al ser el Trabajo Social resultado de las condiciones histórico-sociales, donde se instaura 
como profesión y toma un lugar en la división social (y técnica) del trabajo (Iamamoto, 
1992) , éste se ve afectado y determinado en su ejercicio por las transformaciones que se 
generan tanto en el desarrollo del capitalismo como del patriarcado en la intervención del 
Estado en la “cuestión social”. 
Como la categoría profesional es resultado de las contradicciones de la relación capital-
trabajo, especialmente cuando el Estado capitalista asume intervenir en la “cuestión 
social”, el Trabajo Social mantiene un vínculo directo con las transformaciones que se 
generan en el modo que le da origen, donde fluyen de hecho las relaciones establecidas por 
el patriarcado. 
Junto con el patriarcado y la construcción de géneros, estas personas se insertan en las 
relaciones sociales establecidas también por el capitalismo, donde se establece la 
explotación, el abuso, la discriminación, y la acumulación de la riqueza. 
Vale anotar que al realizar un análisis del vínculo del capitalismo con el patriarcado, se 
debe considerar que esta “alianza” atraviesa las dicotomías de clase y de sexo, las esferas 
públicas y privadas, el trabajo asalariado y doméstico, la familia y la economía, lo personal 
y lo político y las condiciones materiales e ideológicas (Brenes, 1997) 
De esta manera en el discurso de las relaciones patriarcales, las personas elaboran 
identidades de género, hombres y mujeres las establecen a través del conjunto de 
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
14 
significaciones socioculturales y subjetivas que determinan el “ser hombre” o “el ser 
mujer” en un momento histórico y geográfico delimitado (Lagarde, 1995 ) 
Para concluir deseo señalar que en la llegada del siglo XXI se pueden estimar 
modificaciones a las anteriores relaciones que de paso tocan la profesión, pero las 
asimetrías entre géneros aún permanecen en esencia, y se tratan de perpetuarxv, estas 
mismas relaciones históricas con diversos matices, se han mantenido en la reproducción de 
la profesión en el mundo y las relaciones de la profesión con la “cuestión social”. 
 
A modo de cierre: 
Este apartado incluye algunas consideraciones sobre los apartados desarrollados a lo largo 
del trabajo. 
Haciendo referencia a las mediaciones destacadas es vital señalar que los proyectos de 
Estado son, a parte de fundamentales en el estudio de las intervenciones en la “cuestión 
social” por medio de sus particulares políticas sociales, escenarios claves sobre las 
demandas y condiciones para la reproducción del Trabajo Social, en síntesis la profesión no 
es autónoma del proyecto de Estado vigente, donde fluyen ideologías medulares 
relacionadas con el capitalismo. 
La “cuestión social” y sus manifestaciones han existido indiferentemente de la presencia 
del Trabajo Social, y la intervención en ellas no son la excepción. 
Del anterior párrafo se puede concluir que las políticas sociales, producto de los proyectos 
de Estado, y resultado de las contradicciones que se dan en la “cuestión social” son, aparte 
de bases laborales y reproductivas de la profesión, síntesis históricas contradictorias que 
conjugan luchas sociales, en las cuáles el Trabajo Social participa en algunas mediaciones 
El género femenino en la profesión de Trabajo Social ha sido inicialmente estudiado y sus 
discusiones entre las diferentes posiciones que bañan estos análisis aún quedan pendientes, 
pero es loable el esfuerzo, quedando pendiente el estudio histórico que enriquecería el 
debate en esta dirección. 
En el caso de la constitución ético-política del Trabajo Social es un camino abierto para la 
investigación, especialmente en relación a las intervenciones en la “cuestión social” 
Aunque suene ambicioso dar recomendaciones en un trabajo de esta naturaleza propongo 
las siguientes ideas: 
• Debatir sobre los alcances y limitaciones de la categoría “cuestión social” como un 
desafío constanteen la profesión. 
• Debe estudiarse en cada nación y con mayor detalle, los proyectos de Estado, y 
articular esa relación política social-“cuestión social-Trabajo Social de forma más 
acabada. 
• Todos los anteriores debates deben enfrentarse a una constante con el tema del 
género, recordando que la mujer es históricamente la agente del Trabajo Social. 
 
 
 
 
 
Referencias Bibliográficas: 
 
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
15 
Engels, F. (1875) Acerca de la cuestión social en Rusia. Periódico Der Voltksstaat 
n. 43,44 y 45, del 16, 18 y 21 de abril de 1875. Berlin, Alemania. Marrx, C y Engels, F 
(1976) Obras Escogidas. Editorial Progreso Moscú. URSS. 
 
Netto, José Pablo (1995) La Crisis del socialismo y la ofensiva neoliberal. 
Editorial Cortes, Sao Pablo, Brasil. 
 
Netto, José Pablo (1998) “Un encuadre Institucional “, en Debates y Ponencias en 
las IV y V Jornadas de Servicio Social, Buenos Aires, Argentina. 
 
Netto, José Pablo (1995) Crisis del Socialismo y la ofensiva neoliberal, Editorial 
Cortés, San Pablo Brasil, 1995. 
 
Netto, José Paulo (2000 b) “Método y teoría en las diferentes matrices del Servicio 
Social. Borgiani, Elizabete y Montaño Carlos (Orgs) Metodología y Servicio Social. 
Editora Cortez. São Pablo, Brasil. 
 
Netto, Jose Paulo (1990) Ditadura e Serviço Social. Cortez Editora. São Paulo, 
Brasil. 
 
Netto, José Paulo (2000) “Cinco notas a propósito da “questão social”. Ponencia 
presentada en el VII ENPESS. Brasil. 
Netto, José Paulo. (1984) Método y teorías en las diferentes matrices del Servicio 
Social. Borgianni, Elisabete y Montaño, Carlos (Orgs.) (2000) Metodología y Servicio 
Social. Editora Cortez. São Paulo, Brasil. 
 
Netto, José Paulo. (1992) Capitalismo Monopolista y Servicio Social. Editora 
Cortez, São Pablo, Brasil. 
 
Netto, José Paulo. (1998) “Opciones hacia el año 2000: un Servicio Social crítico o 
domesticado” Ponencia presentada en las V y VI Jornadas de Servicio Social de la 
Asociación Civil de Profesionales de Servicio Social de la Municipalidad de Buenos Aires, 
Argentina. 
 
Montaño, Carlos (1996 a) “El proyecto neoliberal: El pasaje de las lógicas del 
Estado para las lógicas de la Sociedad Civil” Ponencia presentada en el I Congreso 
Universitario Internacional de Trabajo Social. San José, Costa Rica. 
 
 Montaño, Carlos (1996 b) “Globalización, modelo de producción y mercado una 
explicación para la reducción del gasto público” Ponencia presentada en el I Congreso 
Universitario Internacional de Trabajo Social. San José, Costa Rica. 
 
 Montaño, Carlos (1996 c) “El Servicio Social frente al neoliberalismo cambios en 
su base de sustentación laboral” Ponencia presentada en el I Congreso Universitario 
Internacional de Trabajo Social. San José, Costa Rica. 
 
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
16 
 Montaño, Carlos (1998) La Naturaleza del Servicio Social: Un ensayo sobre su 
génesis, su especificidad y su reproducción. Editorial Cortez. São Paulo. Brasil. 
 
 Montaño, Carlos (2000) “El debate metodológico de los 80/90. El enfoque 
ontológico versus el abordaje epistemológico” en Borgianni, Elisabete y Montaño, Carlos 
(Orgs.) (2000) Metodología y Servicio Social. Editora Cortez. São Paulo, Brasil. 
 
Marx, Karl (1957) Miseria de la Filosofía. Ediciones en Lenguas Extranjeras, 
Moscú. 
 
Marx, Karl (1971) El método en la economía política. Editorial Grijalbo. México. 
 
Engels, Federico (1976) El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado. 
Marx, C. y Engels, F. Obras Escogidas. Tomo III. Editorial Progreso Moscú. 
 
Lenin, Vladimir (1975) El Estado y la Revolución. Ediciones En Lenguas 
Extranjeras. Pekín, China. 
 
Gramsci, Antonio (1980) Maquiavelo y Lenin, notas para una teoría política 
marxista. Editorial Diógenes. México D.F. 
 
Fernández, Arturo (1987) La crisis del sistema capitalista y sus efectos socio-
políticos. Revista Acción Crítica N. 22. CELATS. Lima, Perú. 
Guerra, Yolanda (1995) A Instrumentalidade do Serviço Social. Editora Cortez, 
São Paulo, Brasil. 
 
Guerra, Yolanda (1999) “Ensino da práctica profesional no Serviço Social, 
elementos para una reflexão” Conferencia presentada en e XIX Encuentro Regional de 
ABEPSS- Este. Brasil. 
 
Vasconcelos, Eduardo (1998) “ Estado y políticas sociales en el capitalismo: un 
abordaje marxista”, en Borgianni, Elisabete y Montaño, Carlos (Orgs.) (1999) La Política 
Social Hoy. Editora Cortez. São Paulo, Brasil 
 
Coutinho (1989) “Representación de intereses, formulación de políticas y 
hegemonía”, en Borgianni, Elisabete y Montaño, Carlos (Orgs.) (1999) La Política Social 
Hoy. Editora Cortez. São Paulo, Brasil. 
Faleiros, Vicente (1980) Las funciones de la política social en el capitalismo. 
Borgianni, Elisabete y Montaño, Carlos (Orgs.) (2000) Metodología y Servicio Social. 
Editora Cortez. São Paulo, Brasil. 
Iamamoto, Marilda y Carvalho, Raúl (1983) Relações sociais e Serviço Social no 
Brasil. Cortez/CELATS. São Paulo, Brasil. 
 
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
17 
Iamamoto, Marilda (1987) “La metodología en el Servicio Social: lineamientos para 
el debate” en Borgianni, Elisabete y Montaño, Carlos (Orgs.) (2000) Metodología y 
Servicio Social. Editora Cortez. São Paulo, Brasil. 
 
Iamamoto, Marilda (1992) Servicio Social y División del Trabajo. Editorial 
Cortez. São Paulo, Brasil. 
 
Iamamoto, Marilda (1995) “O debate Contemporâneo do Serviço Social e a Ética 
Profissional”, en Adeodata, Dilsea et al (1995) Serviço Social e Ética. Editora, Cortez- 
CEFSS. São Paulo, Brasil. 
 
Iamamoto, Marilda (2000) O Serviço Social na contemporaneidade. Editorial 
Cortez. São Paulo, Brasil. 
 
Iamamoto, Marilda (2000 b) La metodología en el Servicio Social: lineamientos 
para el debate. Borgiani, Elizabete y Montaño Carlos (Orgs) Metodología y Servicio 
Social. Editora Cortez. São Pablo, Brasil. 
 
Santos, Raquel (2000) “ O desafío da implantação do projecto ético-político do 
Serviço Social”, en Serviço Social e Sociedade N. 62. Año XX. Editora Cortez. São Paulo, 
Brasil. 
 
Martinelli, María (1992) Servicio Social: Identidad y Alineación. Editora Cortez. 
São Paulo, Brasil. 
 
Brenes, Iris (1997) Relaciones de poder entre los géneros: cambios derivados de la 
organización y la participación en proyectos productivos. Tesis sometida a consideración 
del Tribunal Examinador, para optar por el grado de Magister Scientae en Estudios de la 
Mujer. Universidad Nacional. Heredia, Costa Rica. 
 
 
 
 
i Se utilizan comillas para hacer referencia a la expresión, por el uso tergiversado de manera histórica que los 
conservadores han dado al término (Netto, 2000). Inclusive la Iglesia Católica reconoce esta categoría en su 
Encíclica Quadragésimo Anno, citándola como los problemas más arduos de la sociedad humana. (Castro, 
1982: 53) 
ii Iamamoto (1987), anota que vulgarmente se viene estableciendo una metodología del conocimiento y una 
metodología de la acción. “En la medida en que se dicotomiza metodología del conocimiento y metodología 
de la acción encontramos subyacente el antiguo y crucial problema de la relaciones entre la razón (el 
conocimiento) y la realidad (la práctica social), que remonta a uno de los ejes del debate filosófico del siglo 
XIX. La búsqueda de la superación de la dicotomía entre el conocimiento y la acción se encuentra 
íntimamente vinculada a la crisis de la metafísica clásica, instaurada por Hegel (...) y consolidada por Marx en 
la defensa de la unicidad entre la razón filosófica y realidad social. Se traduce en la lucha por la superación de 
la filosofía especulativa (metafísica), reorientándola hacia la realización de la filosofía: la razón insertándose 
en la realidad y transformándose en historia.”( Iamamoto 1987: 98-99) 
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
18 
 
iii El autor continúa en una nota al pie: “ El conceptode apología indirecta del capitalismo, de fundamental 
importancia para el análisis de las formas culturales e ideológicas de las sociedad burguesa, fue elaborada por 
Lukács (1968 y sintéticamente, 1967)” (Netto, 1995: 115) (Cursiva del autor) 
iv De manera breve debe anotarse: “ El sincretismo de la tradición europea estaba dado en la amalgama que 
buscaba fusionar una postura restauradora con algún grado de intervención. Inmanentemente, el 
anticapitalismo romántico se debate entre la extrema restauración (...) y soluciones intermediarias que 
obligatoriamente derivan en el sincretismo ideológico (...)” (Netto, 1995: 118) 
v Sobre la tradición americana se destaca: “ está atravesada por el sincretismo (...) está inscrito en la 
configuración de un paradigma intelectual que debe atender a dos demandas de diverso sentido: por un lado, 
debe producir su legitimación racional en un medio socicultural muy adverso de elaboraciones intelectuales; 
por otro lado, debe constituirse bajo la subordinación” (Netto, 1995:119) 
vi La propuesta tomista, dice Augusto, “Consiste en un conjunto de normativas impuestas por la religiosidad 
católica. El objetivo de la vida no es más la felicidad (...), pero sí la salvación individual. La existencia ética, 
igual que implica obligaciones comunitarias- amor al prójimo, caridad, abnegación, fraternidad-, tiene como 
referencia prioritaria la preparación de la redención del individuo después de la muerte. La plena realización 
humana obtenida por el cumplimiento de los valores, sólo se dará por tanto en el mundo supraterreno, en el 
reino del cielo. Fue esa concepción, en su vertiente neotomista, que determinó la formación filosófica y ética 
del Servicio Social” (Augusto, 1995: 107) 
vii Esta argumentación es utilizada por Netto (1992), cuando hace referencia a la inserción del Desarrollo de 
Comunidad en la profesión, pero es válida desde la experiencia vivida en lo que se interesa investigar aquí. 
viii La teleología va a estar siempre permeada por dos elementos, razón y voluntad, “ De igual manera , son 
ellos quienes direccionan las escuelas sobre “el qué”, “cómo” y “para qué” hacer, de ahí que los resultados de 
las acciones dependen tanto de la existencia de condiciones favorables como de lo coherente de las escuelas y 
de las intervenciones práctico-críticas a los objetivos y al proyecto ético-político que se prioriza, y también de 
la correlación de fuerzas presentes en el momento” (Guerra, 1999:4) 
ix Esta tesis rechaza la afirmación de la Asamblea Mundial de Escuelas de Trabajo Social, en Washington 
(1992), donde se alega “hoy día se ha superado el conflicto de las ideologías” (Castronovo, 1995: 54). 
x Aquí estoy haciendo referencia a la constitución genérica femenina predominante. 
xi Véase por ejemplo el propósito que tenía la primera escuela de Trabajo Social católica instalada en nuestro 
continente, específicamente en Chile: “(...) Por lo tanto el fin anhelado por la Escuela es conseguir visitadoras 
que donde vayan lleven paz, irradien alegría, den seguridad y confianza, inclinando su corazón hacia todos los 
que necesitan ser ayudados y reclaman una mano que los guíe; ellas han de ser las más alegres, las más 
amplias y compresiva, las más inteligentes y las más amables de todas las mujeres que se dedican al trabajo; 
han de ser sanas de alma y cuerpo puesto que deberán comunicar esta salud y esta fuerza (...)” (Escuela de 
Servicio Social. Elvira Matte de Cruchaga. (s.f) Memoria 1930-1940. Editora Zig- Zag. Santiago de Chile, 
(s.f). Páginas 7-8, Citado en Castro, 1982: 70) 
xii Para la autora es de peso en el perfil de la profesión la imagen de femineidad construida socialmente por la 
cultura dominante donde son vistos como atributos esenciales de las mujeres “ seriedad, modestia, gusto de 
servir, negación de sí misma: olvidarse, darse, dedicarse, sacrificarse, capacidad para “entrar” en la vida 
ajena, comprender a los otros, además de la fina intuición peculiar. Educada a través de una represión sexual 
moralizadora e infantilizada frente al sexo opuesto, se busca reforzar ideológicamente ciertas aptitudes 
“naturales” que la sensibilizan de modo especial para el trabajo al “servicio de la comunidad” “ (Iamamoto, 
1992: 154) 
xiii Agrega la autora: “ La práctica de la mayoría de las profesionales en Trabajo Social está enmarcada dentro 
de las relaciones de sumsión en el sentido de ser otros y no ellas (os) quienes definen las políticas que dirigen 
sus quehaceres. Tienen una autonomía relativa, en el tanto el servicio o departamento de Trabajo Social, 
responde siempre a una estructura institucional dominada por otros profesionales para quienes las trabajadoras 
sociales son “sus ayudantes” y aunque ocupen puestos de jefatura, siempre están en una doble condición de 
desigualdad al ser una profesión que carece de la misma validación y prestigio de aquellas a las que está 
sujeta y por su composición eminentemente femenina (...) la vivencia diaria y la experiencia de otras colegas 
permiten corroborar que, efectivamente las características asignadas y asumidas por las mujeres marca de 
manera ineludible nuestra identidad profesional, asociándola a representaciones desvalorizadas que se derivan 
directamente de la relación Trabajo Social-Mujeres que atribuyen la ayuda, la filantropía, la relación mujer-
familia y la capacidad de empatía, con las tareas y características femeninas. Si bien es cierto la posición que 
ocupa la profesión dentro de la división sociotécnica del trabajo en nuestras sociedades capitalistas, es un 
 
www.ts.ucr.ac.cr 
 
19 
 
elemento adicional de subalternidad, es básicamente el tipo de trabajo y a quienes históricamente se les 
asigna, lo que marca la diferencia y da forma a esa subaltenidad: la asistencia y las mujeres” (Fernández, 
2002: 148, 152-153) 
xiv Más recientemente consúltese la obra citada de Fernández (2002). 
xv Otro elemento de necesaria revisión conduce a la reflexión sobre la construcción de género que se da en el 
caso de los varones trabajadores sociales.